universidade estadual da paraíba centro de educação

Transcripción

universidade estadual da paraíba centro de educação
UNIVERSIDADE ESTADUAL DA PARAÍBA
CENTRO DE EDUCAÇÃO
DEPARTAMENTO DE LETRAS E ARTES
CURSO DE LICENCIATURA EM LETRAS – LÍNGUA ESPANHOLA
JOSÉ VERANILDO LOPES DA COSTA JUNIOR
VIVIR PARA CONTARLA: ESCRITURA DEL YO Y MEMORIA EN GABRIEL
GARCÍA MÁRQUEZ
CAMPINA GRANDE – PB
2014
JOSÉ VERANILDO LOPES DA COSTA JUNIOR
VIVIR PARA CONTARLA: ESCRITURA DEL YO Y MEMORIA EN GABRIEL
GARCÍA MÁRQUEZ
Trabalho de Conclusão de Curso apresentado ao
curso de Letras do Departamento de Letras e Artes
da
Universidade
Estadual
da
Paraíba,
em
cumprimento à exigência para obtenção do título
de Graduado em Letras – Língua Espanhola.
ORIENTADORA:
ALBUQUERQUE.
CAMPINA GRANDE - PB
2014
THAYS
KEYLLA
DE
“Saudade dentro do peito
É qual fogo de monturo
Por fora tudo perfeito,
Por dentro fazendo furo.
Há dor que mata a pessoa
Sem dó e sem piedade,
Porém não há dor que doa
Como a dor de uma saudade.
[...]
Saudade é canto magoado
No coração de quem sente
É como a voz do passado
Ecoando no presente.[...]”
A Risolene Sucupira
[In memorian]
AGRADECIMIENTOS
A Thays Keylla de Albuquerque, mi querida orientadora e incentivadora en el mundo
académico. Pues, una referencia en mi formación académica y literaria.
A Ariadne Costa da Mata por la capacidad de, a lo largo de las clases, a las 7 de la mañana,
después de un puente de feriado, encantarnos con sus verdaderas conferencias literarias.
A Gilda Carneiro Neves Ribeiro por la preocupación en ayudarnos a superar nuestros límites y
por incentivarnos a ser lo mejor que podemos ser.
A mis padres Ana Paula y Nildinho, las dos personas que se vuelven felices por mis conquistas.
A mi familia que hoy comparte la felicidad de este día.
A todos los amigos que comparten conmigo los momentos felices y que a lo largo de mi vida
han sido verdaderos hermanos.
Y a todos los demás que de algún modo han contribuido con la escritura de este trabajo.
¡Muchísimas Gracias!
VIVIR PARA CONTARLA: ESCRITURA DEL YO Y MEMORIA EN GABRIEL
GARCÍA MÁRQUEZ
José Veranildo Lopes da Costa Junior (UEPB)
RESUMEN
Literatura, imaginación, ficción, olvido, escrituras del yo, Gabriel García Márquez, estas
son algunas de las palabras que envuelven las discusiones en esta investigación. Nos
preocupamos en discutir desde Vivir para contarla (2007), la biografía de Gabriel
García Márquez, puntos que se relacionan a la literatura del yo. Para tanto, utilizamos
las contribuciones teóricas de Bakhtin (2003), Costa Lima (2006) Klinger (2007),
Lejeune (2007), entre otros. De esa forma, pretendemos establecer diferencias entre la
autobiografía y otros géneros de memoria para tratar de algunos puntos importantes,
como la memoria y la noción de Pacto Autobiográfico presentada por el teórico francés
Philippe Lejeune (2008). Así, discutiremos sobre cómo la memoria se presenta en la
obra de García Márquez, señalando el olvido y la memoria como estrategias de la
escritura autobiográfica. En síntesis, nos proponemos a reflexionar sobre los límites
entre realidad y ficción, imaginación y realidad en la obra del escritor colombiano,
además de discutir si Vivir para contarla (2007) es literatura autobiográfica o ficción y
cuáles son los puntos de encuentro que nos permiten comprobar nuestro análisis.
Palabras-clave: Escrituras del yo. Memoria. Pacto Autobiográfico. García Márquez.
VIVIR PARA CONTARLA: ESCRITURA DEL YO Y MEMORIA EN GABRIEL
GARCÍA MÁRQUEZ
José Veranildo Lopes da Costa Junior (UEPB)
RESUMO
Literatura, imaginação, ficção, esquecimento, escritas de si, Gabriel García Márquez,
essas são apenas umas das palavras que permeiam as discussões nessa pesquisa. Nos
preocupamos em discutir a partir de Vivir para contarla (2007), a biografia de Gabriel
García Márquez, pontos relativos a escrita de si. Para tanto, utilizamos as contribuições
teóricas de Bakhtin (2003), Costa Lima (2006) Klinger (2007), Lejeune (2007), entre
outros. Dessa forma, pretendemos estabelecer diferencias entre a autobiografia e outros
gêneros memorialísticos para tratar de alguns pontos importantes, como a memória e a
noção de Pacto Autobiográfico apresentado pelo teórico francês Philippe Lejeune
(2008). Assim, discutiremos sobre como a memória é aplicada em García Márquez,
apontando para o esquecimento e a memória como estratégias da escrita autobiográfica.
Em sínteses, nos propomos a refletir sobre os limites entre realidade e ficção,
imaginação e realidade na obra do escritor colombiano, além de discutir si Vivir para
contarla (2007) é literatura autobiográfica ou ficção e quais são os pontos de encontro
que nos permitem comprovar nossas análises.
Palavras-chave: Escritas do eu. Memória. Pacto Autobiográfico. García Márquez.
ÍNDICE
1. Introducción ………………………………………………………………… 09
2. Vivir para contarla: literatura del yo y memoria en Gabriel García Márquez
………………………………………………………………………………… 12
3. Consideraciones finales ……………………………………..……………….. 36.
4. Referencias bibliográficas …………………………………………………… 39.
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INTRODUCCIÓN
Estudiar la obra de Gabriel García Márquez, es percibir, ante todo, en el goce de
la lectura literaria los elementos mágicos que permean su literatura. Me acuerdo que en
la Navidad de 2010 recibí de regalo el libro Relato de un naufrago, esta obra,
probablemente, fue el primer libro completo que tuve contacto con la escritura del autor
colombiano, ya que antes había leído solamente algunos cuentos. Leerlo fue como hacer
un viaje y naufragar, como si yo estuviera a deriva, como si la sensación de quedarse
mareado por cuenta del movimiento del mar fuera realidad. Desde entonces, algo me
había llamado la atención en la literatura de Márquez y tuve contacto con otras obras.
Asimismo, leer otros textos no me llenaba, era necesario conocer un poco más sobre la
vida del colombiano. Nacido en la ciudad de Aracataca, Colombia, en 1927, Gabriel
García Márquez, íntimamente conocido como Gabo, es uno de los escritores más
importantes del siglo XX y el ganador del Nobel de Literatura en 1982. Estudiar su obra
es dedicarse al estudio de uno de los representantes máximos del realismo mágico en
Hispanoamérica. Tales informaciones no me parecieron suficientes. Un día buscaba en
Internet la biografía del brasileño Chico Buarque, cuando sin pretensiones, he
encontrado un artículo sobre la autobiografía de Gabriel García Márquez. En la quinta
edición de Vivir para contarla Carlos Fuentes (2007) comenta sobre el libro:
El libro más esperado de la década, compendio y recreación de un tiempo
crucial en la vida de Gabriel García Márquez. En este apasionante relato, el
premio Nobel colombiano ofrece la memoria de sus años de infancia y
juventud, aquellos en los que se fundaría en imaginario que, con el tiempo
daría lugar a algunos de los relatos y novelas fundamentales de la vida, a
través de cuyas páginas García Márquez va descubriendo ecos de personajes e
historias que han poblado obras como Cien años de soledad, El amor en los
tiempos de cólera, El coronel no tiene quien le escriba o Crónica de una
muerte anunciada, y que convierten Vivir para contarla en un guía de lectura
para toda su obra, en acompañante imprescindible para iluminar paisajes
inolvidables que, tras la lectura de estas memorias, adquieren una nueva
perspectiva.
Con la obra en manos me faltaba transformar el goce de la lectura literaria en un
trabajo de grado basado en teorías de la literatura. De esta forma, nuestro objetivo en
esta investigación es analizar Vivir para contarla la autobiografía de Gabriel García
Márquez bajo la perspectiva de la escritura de yo. Abordaremos la obra ante el desafío
de pensar en un escritor que escribió sobre su propia vida y hacer un puente entre
algunas paradojas, tales como memoria versus ficción y realidad versus imaginación.
Sabemos que la “muerte del autor”, es decir, el olvido del escritor en la
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literatura, por mucho tiempo, ha influenciado perspectiva literaria en las universidades,
sobre todo la edición y venta de libros autobiográficos en el mundo académico. A lo
largo del tiempo, la literatura autobiográfica estuvo en el olvido de la crítica pues se la
pensaba como una literatura menor y sin prestigio por tratar de contar la vida de alguien
sin los elementos literarios que constituyen la literatura canónica. Ahora, en el siglo
XXI, las discusiones sobre la autobiografía vuelven a pauta académica porque se
entiende que el regreso del autor es uno de los puntos más característicos de este siglo.
Así que, este trabajo se vuelve a la preocupación de la teoría literaria actual en entender
las razones por las cuales el escritor publica parte de su vida y cuáles son los artificios
utilizados por este autor.
La primera edición de Vivir para contarla lanzada en noviembre de 2004, en
Argentina, fue exitosa. En pocos días los libros desaparecieron de las librerías. Tal
hecho nos lleva a pensar en el retorno del autor y en una literatura autobiográfica que va
más allá de la posibilidad de narrar la vida del escritor simplemente por contar eventos
de su vida. Nos parece que García Márquez consiguió vender su libro no solamente por
su historia de vida sino por el atrayente modo de contarla. Señalamos, bajo la
perspectiva de Lejeune (2008) que el concepto del autor como (des)conocido puede ser
aplicado a la literatura de Márquez para explicar el éxito en la venta de su autobiografía
Vivir para Contarla (2007), pues nos parece que los lectores se vuelven más interesados
en conocer la vida de un escritor conocido así que mucho se puede especular sobre la
exposición del yo. El colombiano es uno de los más conocidos e importantes escritores
de Hispanoamérica y había lanzado muchos libros antes de la publicación de su
autobiografía, incluso recibió importantes premios como el Nobel de Literatura en 1982.
En síntesis, el nombre García Márquez, antes de la publicación de su autobiografía ya
era referencia en la Literatura, por esto, probablemente, los lectores tuvieron tanto
interés por su autobiografía, lo que de acuerdo con la teoría francesa, el escritor es
intitulado como conocido en el mundo de la literatura.
Por tanto, mucho más que tratar de la “muerte del escritor” se nos parece
importante tratar del retorno del autor en las producciones autobiográficas para explicar
el éxito de Vivir para contarla en la contemporaneidad bajo la exposición del “yo”. La
autobiografía es uno de los géneros más actuales, pues se percibe una predilección por
la exposición de la intimidad, como los reality shows y el facebook. En esta
investigación nos preocupa entender cómo el escritor escribió su obra reflexionando
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sobre la memoria y los recuerdos contados.
La biografía, como género literario, se caracteriza básicamente por un elemento
básico: narrar la vida de alguien, generalmente en primera persona. Tratamos del
concepto de memoria pues partimos de la hipótesis que esta nos traiciona y nos lleva al
olvido o a la reelaboración del propio pasado. ¿Quién se acuerda con detalles de todos
los hechos transcurridos en los primeros años de vida? Como seres humanos, nuestra
memoria se va a lo largo del tiempo perdiéndose y el olvido es inevitable. Pensamos
que el escritor puede utilizarse de la ficción para contar eventos de su vida que pueden
haber ocurrido de modo que se caractericen como creaciones de la imaginación. ¿Quién
nos garantiza que nuestros recuerdos son totalmente factibles y reales?
No nos proponemos a juzgar si lo narrado por el escritor es verdad o no, hasta
porqué nosotros no hemos vivido su vida, además de que nuestra memoria nos traiciona
de la misma manera que la del escritor.
Para tanto, nos basamos en las contribuciones teóricas sobre el pacto
autobiográfico y el retorno del autor en la literatura autobiográfica del crítico francés
Philippe Lejeune (2008). Para caracterizar el discurso autobiográfico utilizamos los
estudios sobre la Estética de la creación verbal de Bakhtin (2003). Nos basamos en las
contribuciones teóricas sobre la escritura de yo y la escritura del otro de Diana Klinger
(2007) para reflexionar sobre el retorno del autor. Nos basamos aun en las
contribuciones de Silva (2013) para discurrir sobre la memoria en el discurso
autobiográfico, de Bezerra (2011) para reflexionar sobre la ficción en la autobiografía.
En síntesis, nos proponemos a reflexionar sobre los límites entre realidad y
ficción e imaginación y realidad en la obra del escritor colombiano. Además, nos
proponemos a pensar si Vivir para contarla es literatura autobiográfica o ficción y
cuáles son estos puntos de encuentro que nos permite comprobar nuestras hipótesis.
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VIVIR PARA CONTARLA: ESCRITURA DEL YO Y MEMORIA EN GABRIEL
GARCÍA MÁRQUEZ
Desde que el hombre se descubrió como individuo perteneciente a un mundo en
constantes transformaciones, la escritura fue y es una de sus más importantes
invenciones y descubiertas. Perfeccionada a partir de la evolución del hombre, las letras
permitieron desde la antigüedad la comunicación entre algunos de los pueblos
existentes. Las imágenes dibujadas en las cuevas indígenas son las primeras
demonstraciones de la necesidad de registro de lenguaje y de transmisión de un mensaje
en el mundo. Con el tiempo, el hombre descubrió nuevas formas de transmitir mensajes,
pasando de la escritura rupestre hasta llegar a la comunicación instantánea
proporcionada por la Internet. De hecho, en la historia de la humanidad las formas de
comunicación se presentan como una importante conquista de la sociedad.
A partir del desarrollo de la escritura, el hombre utiliza las letras para formar su
identidad en el mundo. Siglos después nace el escritor, hombre de carne y hueso que se
dedica, sobre todo, a los hechos del lenguaje, utilizando las letras para narrar y contar
los más diversos tipos de historias. Así, la literatura nos presenta textos escritos sobre el
otro y textos escritos sobre el propio escritor, que se convierte en personaje. Escribir
sobre el otro y sobre el propio yo son prácticas presentes en el mundo desde hace
mucho tiempo.
La Odisea griega, escrita en el siglo VII a.c, es un poema épico que cuenta
hechos ocurridos en la Guerra de Troya. Escrita por Homero, la Ilíada y la Odisea son
consideradas como los primeros y más antiguos textos literarios occidentales y
fundamentales para la escritura occidental.
Pensando en la escritura a partir de la narración de la vida de Cristo y en una
perspectiva cristiana, señalamos que, probablemente una de las historias más conocidas
de la humanidad es el nacimiento, la vida y la muerte de Jesús. Los discípulos desde
entonces cuentan historias sobre la vida del otro, marcadas por el discurso biográfico.
La experiencia singular de haber presenciado la vida de Jesús también es narrada a
partir de una visión propia y autobiográfica a partir de la memoria de los discípulos.
En el mundo occidental, uno de los primeros representantes del discurso
autobiográfico reconocido como escritura del yo, es la literatura producida por
Agostinho. Así, para Klinger (2007, p.27):
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Embora exacerbada na cultura burguesa da Ilustração, a escrita de si não é nem
um aspecto moderno nascido da Reforma, nem de um produto do romantismo;
é uma das tradições mais antigas do Ocidente – uma tradição já bem
estabelecida, profundamente enraizada quando Agostinho começa a escrever
suas Confissões, que geralmente são citadas como o primeiro referente de uma
escrita autobiográfica.
Durante mucho tiempo los diarios fueron la principal manera de conservar las
memorias y los recuerdos. La escritura autobiográfica, permítenos inmortalizar nuestras
experiencias en el mundo a partir de la escritura sobre nuestro propio yo y sobre la vida
del otro. Uno de los clásicos de la historia de la literatura, el relato judío de Anne Frank
es, quizás, el relato memorialista más leído en todo el mundo. Conocer la experiencia y
los relatos del otro nos ayuda a comprender nuestra propia realidad, sobre todo, por la
identificación con las historias narradas.
En el contexto de la Literatura Hispanoamericana, los textos memorialísticos no
son creaciones literarias nuevas. Fíjenos en la llegada de Colón en Hispanoamérica,
cuando se produjeron diversos relatos de viaje que narran el encuentro entre el hombre
europeo y el hombre hispanoamericano. Tales relatos están marcados por el discurso
memorialista y por las experiencias del sujeto. Así, se nombra los escritos en primera
persona de inúmeras formas: literatura de confesión, diarios, memorias, escritura del yo,
entre otros.
Pensando en el contexto de la literatura global, Diana Klinger (2007) reflexiona
sobre la presencia de la primera persona en la literatura contemporánea mundial, lo que
suelen intitular de retorno del autor. Para la estudiosa, las novelas escritas en primera
persona introducen elementos característicos de los textos biográficos. La escritura del
yo, en este contexto, no es una tendencia literaria relativamente nueva, pues en la
historia de Hispanoamérica se la encuentra como una tendencia literaria establecida.
Pensamos en la literatura del yo como una manera de escribir sobre sí y sobre el
otro de modo que la vida de un personaje sea el centro de la historia narrada. Un claro
ejemplo de memorias son las autobiografías y las biografías, estás poseen características
semejantes con diferencias de matices. “Entendo por biografia ou autobiografía
(descrição de uma vida) a forma transgrediente imediata em que posso objetivar
artisticamente a mim mesmo e minha vida” (BAKHTIN, 2003 p. 139).
Ante todo, nos parece importante aclarar las características que marcan la
escritura del yo y la escritura del otro, es decir, el discurso autobiográfico y el discurso
biográfico. Estas dos formas de narrar la vida de alguien son bastante semejantes,
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pensamos que las dos cuentan la vida de una persona y se diferencian a partir de la
presencia del narrador/personaje, en primera o tercera persona.
Para Bakhtin (2003), el autor en la biografía está bastante cerca del personaje a
causa de la aproximación entre quién escribe y el personaje de la historia, de modo que
los dos pueden cambiar de lugar en la narración y vivir, ora la vida del propio escritor,
ora la vida del propio personaje. Este cambio, de acuerdo con el estudioso, es posible
por cuenta del acercamiento de la vida del personaje por quién narra su historia, de
modo que el autor de biografía vive una vida que no es la suya, cómo si viviera su
propia vida y conoce el alma del personaje narrado tan a fondo que puede acordarse de
eventos que el propio “yo” no se le acuerda porque él se dedica a estudiar los eventos
narrados. El autor postula:
Entre todos os valores artísticos, o biográfico é o menos transgrediente à
autoconsciência; por isso na biografia o autor está mais próximo do herói desta,
os dois como que podem trocar de lugar, e por esta razão é possível a
coincidência pessoal entre personagem e autor além dos limites do todo
artístico. O valor biográfico pode organizar não só a narração sobre a vida do
outro, mas também o vivenciamento da própria vida e a narração sobre a minha
própria vida, pode ser forma de conscientização, visão e enunciação da própria
vida. (BAKHTIN, 2003, p.139).
Nos ponemos contrarios a la teoría presentada por Bakhtin (2003), por creer que
uno no puede vivir la vida del otro, tampoco puede invadir la conciencia de otro ser. De
acuerdo con la perspectiva de Bakhtin, el autor de biografía puede trasladarse de su vida
para vivir otra vida, lo que va de contra a nuestra hipótesis pues creemos que a lo
máximo el escritor puede imaginar como el personaje vivió un evento.
Creemos que en muchos casos el biógrafo está cerca de la historia de vida del
personaje, pero ni siempre este acercamiento puede ocurrir. El autor puede imaginarse
en situaciones cotidianas y cerca de un evento de la vida del personaje. De la misma
forma puede estar tan lejos de un evento que crea una versión imaginativa o basada en
su conocimiento de mundo para tal narración.
Diferentemente de la perspectiva presentada por Bakhtin (2003), defendemos
que el biógrafo puede imaginar cómo fue la sensación que tuvo García Márquez al
reencontrar su madre en Barranquilla, pero no puede sentir la sensación real que tuvo el
colombiano. Nuestros recuerdos, así como las sensaciones causadas por nuestras
memorias son tan personales y singulares como los secretos más escondidos por
Márquez. Pues, en el plano de la narrativa, el biógrafo puede, a través de una escritura
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imaginativa, vivir las memorias del personaje, pero éste no puede trasladarse al plano de
la realidad, quedándose en la imaginación.
Bakhtin (2003, p.140) destaca que el autor de biografia “É o outro possível, que
se infiltrou na nossa consciência, com quem a vida exterior pode ser suficientemente
móvel”, afirmación que nos hace reflexionar si el biógrafo puede invadir la consciencia
del biografiado, así que no creemos en un autor que invade la consciencia del
biografiado, pues es imposible que el autor de biografía invada su memoria y conozca
todos sus recuerdos, esto porque él tiene vida propia, es decir, no vive la vida del otro, a
lo máximo se dedica a estudiar esta vida partiendo de informaciones, periódicos,
revistas, charlas personales, videos y fotos, pero siempre partiendo de la memoria del
otro.
En síntesis, creemos en el alejamiento del autor de biografía pues el material
utilizado por este es la memoria del otro y no la memoria del personaje. Gabriel García
Márquez, como escritor de su biografía, utiliza de la memoria del otro para contar sus
propios recuerdos, además utiliza de los testigos de otras personas para crear su propia
memoria, teniendo en cuenta que él no vivió tales historias.
Una de las memorias del escritor fue narrada desde los recuerdos de su abuelo:
“<<el que viaja en camión no se sabe dónde se muere>>, recordé con la memoria de mi
abuelo (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p.333)”. Éste episodio nos ayuda a comprender
que el colombiano escuchó la recordación de su abuelo, sabe que no la vivió, pero la
recreó como si fuera una memoria indirecta suya.
En un otro episodio, el escritor nos ayuda a entender que sus memorias fueron
escritas desde los recuerdos de otras personas, el escritor cuenta que un día estaba en
una audiencia en el Palacio de Justicia para discutir el cataclismo que amenazaba
Colombia. Lo que señalamos en este episodio es que la historia fue narrada a partir de la
memoria de otras personas, lo que nos ayuda a comprender que el propio García
Márquez utiliza de la memoria del otro para contar sus propias memorias.
Lo que se sabe de aquella audiencia se lo debemos a lo poco que contaron los
mismos protagonistas, a las raras infidencias de algunos y a las muchas
fantasías de los otros, y a la reconstrucción de aquellos días aciagos armados a
pedazos por el poeta e historiador Arturo Alape, que hizo posible en buena
parte el sustento de estas memorias. (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007 p. 320)
El punto clave en la biografía es el carácter realista de la narración. Una vez que
el autor intenta describir la historia de alguien de la manera exacta que se le ocurrió. No
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debe tener una visión romántica de los eventos de la vida. Debe tener la realidad
descrita en las páginas de un libro como se le ocurrió, esto porque el biógrafo no debe
tener el objetivo, por lo menos teóricamente, de crear un héroe, de esconder algunos
eventos negativos de la vida del personaje ni debe poner énfasis en eventos positivos. A
lo mejor, la memoria nos puede traicionar, incluso al autor, de modo que la descripción
biográfica esté íntimamente basada en un gran número de eventos que de hecho
ocurrieron, pues son resultados de un estudio sobre la vida del personaje.
La visión del otro es una característica esencial en la biografía. Se trata de una
tercera persona, llamado biógrafo, que estudia la vida del yo narrado. El otro discurre
sobre la vida e historia del protagonista de modo singular y propio y la narración es un
producto de la memoria de este otro si fuera una autobiografía. Por supuesto, es
resultado de los estudios a fondo sobre la vida de alguien. El “yo” narrado por el otro,
no entra en conflicto con el “yo” protagonista, esto porque la narración en tercera
persona está asociada a la visión de un cuerpo extraño que no pertenece al alma del yo
narrado, es decir, el narrador en tercera persona.
El biógrafo se apropia de la historia y de la vida del protagonista para crear su
versión de la vida del otro, lo que resulta en una narración basada en hechos reales y/o
en una historia contada basada en la memoria del escritor. El biógrafo puede participar
de parte de nuestra vida, pero no está presente en todos los eventos que vivimos, hasta
porque él tiene vida propia. Además, creemos que el biógrafo se acerca a la historia de
vida del biografiado, pero sabe que su vida es otra y que nunca vivirá la vida del
personaje narrado en esencia.
Os valores biográficos são valores comuns na vida e na arte, isto é, podem
determinar os atos práticos como objetivos das duas; são as formas e os valores
da estética da vida. O autor de biografia é aquele outro possível, pelo qual
somos facilmente possuídos na vida, que está conosco quando nos olhamos no
espelho, quando sonhamos com a fama, fazemos planos externos para a vida; é
o outro possível, que se infiltrou na nossa consciência e frequentemente dirige
os nossos atos, apreciações e visão de nós mesmos Ao lado do nosso eu-parasi. (BAKHTIN, 2003, p.140).
Partimos del presupuesto básico que la escritura autobiográfica se caracteriza
por la presencia de un narrador en primera persona que narra su propia vida. Tal
característica está presente, sobre todo, en los discursos políticos de Hispanoamérica,
que introducen la primera persona a través de relatos fuertemente marcados por los
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recuerdos. Klinger (2007, p. 23), reflexiona sobre la literatura autobiográfica en
Argentina:
De fato, na Argentina do século XIX, a literatura autobiográfica, que remete a
figuras públicas relevantes no processo de construção da nacionalidade, é
inseparável da construção dessa identidade. A importância da escrita
autobiográfica é tal que Noé Jitrik chega afirmar que “o que chamamos de
literatura argentina para o século XIX é memórias, como as do General Paz,
autobiografias, como as de Sarmiento, ou diários, como os de Mansilla, por dar
alguns exemplos contundentes”.
Tratando aun de la literatura autobiográfica en nuestro continente, se percibe la
producción de relatos en primera persona a partir de las dictaduras militares entre los
años 70 y 80. De acuerdo con Santiago (1988) apud Klinger (2007): “Nesse contexto
aparecem inúmeros relatos memorialísticos das experiências dos jovens políticos ou dos
exilados [...] podem ser considerados como testemunho de uma geração” (p.24).
El colombiano Gabriel García Márquez fue y es hasta la actualidad uno de los
escritores que tuvieron la historia de su vida contada desde la narración de diferentes
biógrafos. En 2004, Dasso Salvídar lanzó García Márquez: El viaje a la semilla – La
biografía. En 2008, la periodista argentina Graciela Cravino narró la vida del
colombiano en su biografía intitulada Gabriel García Márquez: Mucho más que
Macondo lanzada pela editora Capital Intelectual, en Buenos Aires. En 2010, Gerald
Martin publicó en Brasil la biografía intitulada Gabriel García Márquez – Uma vida.
Además nos parece relevante ubicarnos en la obra, propiamente dicha. O sea,
queremos caminar por las calles que nos llevan a la crítica literaria, y esto es posible,
por el reconocimiento de la estructura del libro y de la narrativa. Para tanto, nos
proponemos a describir la estructura del libro y discutir los puntos más relevantes en la
construcción de la historia.
Gabriel García Márquez publicó en 2007 en la ciudad de Buenos Aires la quinta
edición de su autobiografía intitulada Vivir para Contarla cuya primera edición fue
lanzada en el año de 2002.
Vivir para Contarla (2007) es el libro de memorias del representante máximo
del realismo mágico en Colombia, Gabriel García Márquez. Nacido el 06 de Marzo de
1927 en Aracataca, es considerado uno de los escritores más importantes de
Hispanoamérica por haber ganado algunos de los premios más codiciados de la
Literatura, como el Nobel y el Premio Internacional de Literatura Neustadt.
Gabriel es para Colombia el responsable por recrear el realismo mágico y llamar
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la atención del mundo para la literatura que se produce en Latinoamérica. El 21 de
Octubre de 1982, García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura, que no
representa solo la calidad estética literaria de sus obras, sobretodo la importancia que
tiene Cien Años de Soledad para el occidente, como marco de una nueva estética basada
en el real maravilloso. Con el Nobel de Literatura, Colombia e Hispanoamérica se
vieron en el centro del mundo y de la crítica literaria. Después de mucho tiempo, un
escritor de Latinoamérica recibía el Premio más importante de Literatura del mundo.
En 2002, García Márquez publicó la primera edición de su autobiografía Vivir
para Contarla, pocos días antes de haber sido diagnosticado con cáncer, lo que puede
haber destruido parte de sus memorias por cuenta de un grupo de factores, como la
brusca enfermedad, las muchas medicinas y de su edad avanzada.
En esta investigación nos interesa analizar la autobiografía, Vivir para Contarla
(2007), lanzada en Buenos Aires, Argentina. Nos parece importante ubicarnos en
algunas características de la obra, que fue lanzada en Buenos Aires por la editora
Debolsillo y es considerada una de las principales fuentes de conocimiento sobre la vida
del escritor y de la historia de Colombia.
La capa del libro nos presenta elementos importantes que nos ayudan a
ubicarnos en la literatura autobiográfica, tales como la firma de Gabriel García Márquez
y la foto del escritor en la niñez. El epígrafe de abertura del libro nos revela que el texto
está lleno de elementos que se encuentran en la frontera entre la realidad y la ficción:
“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para
contarla” (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p. 08). La anteportada de la autobiografía trae
una breve presentación del libro y cita algunas de las principales obras del escritor,
como Cien años de soledad y El amor en los tiempos de cólera. Además, Carlos
Fuentes (2007) cita a García Márquez: “A los que un día dirán: “Esto fuiste”, “esto
hiciste” o “esto imaginaste”, Gabo se les adelanta y dice simplemente: soy, seré,
imaginé. Esto recuerdo. Gracias por la memoria.” Esta cita nos hace inferir el
sentimiento de inmortalización del escritor colombiano a través de la escritura de su
autobiografía, ésta una característica de la escritura del yo.
La quinta edición de la autobiografía cuenta con 527 páginas distribuidas en 08
capítulos cuentan la trayectoria de García Márquez y la historia de Colombia.
En el primer capítulo, el escritor narra sus recuerdos en la ciudad de Aracataca,
pero son memorias indirectas, pues algunas de ellas fueron vividas antes del nacimiento
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del escritor. De acuerdo con Silva (2007), en este capítulo tres tiempos se mezclan en la
historia: el tiempo de la narrativa, el tiempo de lo narrado y el tiempo de una narración
contada por otras personas, pues se trata de eventos vividos indirectamente, pues fueron
narrados antes del nacimiento de García Márquez, lo que no le permite acordarse. En
este capítulo, Aracataca es la ciudad donde todo empezó, está llena de recuerdos y de
memorias, buenas y/o malas, pues esta ciudad es un marco en la vida del escritor.
En el segundo capítulo, se percibe que hay un cambio de perspectiva en la
narrativa, ahora García Márquez ya se encuentra vivo, sin embargo la niñez aun le
impide de contar algunos recuerdos, luego él se utiliza de la memoria de otras personas
para continuar la narración. Se percibe el tema de cómo García Márquez se descubrió
como escritor, así que él siempre narra sus ganas de estudiar Literatura yendo en contra
con el destino que su familia le había planeado, de estudiar una carrera universitaria que
le diera una vida estable.
En toda la narrativa, el escritor cuenta cómo se volvió escritor, cuáles son sus
primeras impresiones como escritor, la resistencia de su familia a la decisión de
dedicarse a la literatura y narra cómo escribió algunas de sus obras. Es de hecho, una
narración de afirmación como escritor, don divino que no podría ser abandonado para
dedicarse a una carrera universitaria, que no fuera la Literatura.
A partir del tercer capítulo hay algunos marcos importantes en la vida del
escritor, como la muerte de su abuelo causada por el desastre en Aracataca por las
guerras civiles en Colombia. De acuerdo con Silva (2007), a partir de este capítulo,
García Márquez presenta puntos que estarán en la narrativa hasta el último capítulo,
como el aprendizaje de las letras, que cambió su vida por haber salido de la pobreza
extrema y la publicación de su primer libro como merito de su ardua vida.
El cuarto capítulo muestra el escritor en su adolescencia en las ciudades
caribeñas de Colombia y cuenta la vida del chico que se fue a la escuela y empezó a
estudiar, aprender las primeras letras y hacer las primeras lecturas bajo la escolarización
recibida. Silva (2007), señala que el tono en la narrativa es de formación del escritor
Gabriel García Márquez, llevándose en consideración que el trabajo con la literatura
empieza desde los primeros pasos del escritor en la escuela de Zipaquirá.
El capítulo seis trata de la vida de García Márquez en la ciudad de Cartagena de
Indias y la importancia que esta ciudad tiene en la formación cultural del escritor, pues a
él le gustaba admirar las principales iglesias de la ciudad y escuchar sus historias de
19
luchas. El capítulo siete, narra la vida adulta del escritor y su pasaje por la editorial El
Heraldo a través de las primeras notas periodísticas que se publicaban en la ciudad de
Barranquilla. Este capítulo cuenta un poco de la historia de la publicación de los
primeros cuentos del escritor, de la publicación de La hojarasca y el proyecto del libro
La casa.
Por fin, el último capítulo trata de la gloriosa vida del escritor Gabriel García
Márquez y del reconocimiento de sus obras literarias por diversas autoridades y por la
crítica literaria alrededor del mundo. No se trata del fin, tampoco de una conclusión
sobre la vida del escritor, así que esta autobiografía es un poco de lo que Gabriel García
Márquez quiere inmortalizar en las páginas de la Literatura, su vida y el pasaje del niño
pobre al ganador del Premio Nobel de Literatura.
Antes de reflexionar sobre la escritura del yo nos parece importante discurrir
sobre las características que definen un texto autobiográfico y le diferencia de los demás
tipos de textos, como, por ejemplo, los diarios, los poemas autobiográficos, las
memorias, la biografía, la novela personal y el ensayo.
Bakhtin (2003), discute en el libro Estética da Criação Verbal temas
relacionados con la literatura de ficción. El autor se preocupa con el hombre y su
autoconocimiento sobre su propia vida e historia planteando como cuestión central el
descubrimiento del yo. Así, en esta perspectiva, el estudioso discute sobre las
características y las funciones de los textos autobiográficos, caracterizados por la
presencia de una primera persona que narra su propia historia.
Las memorias, la biografía, la novela personal, el poema autobiográfico y el
diario son géneros que pertenecen a la categoría de memorialísticos pero no son
considerados autobiográficos. Para Lejeune (2008, p. 15), la autobiografía se caracteriza
por:
O texto deve ser principalmente uma narrativa, mas sabe-se a importância do
discurso na narração autobiográfica; a perspectiva, principalmente
retrospectiva: isto não exclui nem seções de auto-retrato, nem diário da obra ou
do presente contemporâneo da redação, nem construções temporais muito
complexas: o assunto deve ser principalmente a vida individual, a gênese da
personalidade: mas a crônica e a história social ou política podem também
ocupar um certo espaço. Trata-se de uma questão de proporção ou, antes, de
hierarquia: estabelecem-se naturalmente transições com outros gêneros da
literatura íntima (memórias, diário, ensaio) e uma certa latitude é dada ao
classificador no exame de casos particulares.
20
La concepción de autobiografía en la crítica literaria está relacionada con el
Pacto Autobiográfico, defendido por el escritor francés Phillippe Lejeune (2008). Así,
algunas características singularizan el discurso autobiográfico, tales como la situación
del autor y la posición del narrador. En el discurso autobiográfico la identidad entre el
autor, el narrador y el personaje es una clave para aclarar la concepción sobre la
escritura autobiográfica.
La autobiografía se caracteriza por un discurso en primera persona, lo que nos
revela una identidad acordada entre el personaje y el narrador, pero es la inclusión del
autor en esa identidad lo que distingue el género. En Vivir para Contarla (2007), el
narrador se presenta en primera persona, es decir, el narrador y el personaje principal
son la misma persona. Así, la historia contada es la aproximación real entre el
personaje, el narrador y el autor, o sea, Gabriel García Márquez narra su propia vida en
primera persona.
En los estudios referentes a escritura de yo, el teórico francés Philipe Lejeune se
presenta como una de las referencias más importantes por haber iniciado las discusiones
sobre el texto autobiográfico. Para Lejeune (2008) el texto autobiográfico posee
importantes características que le diferencia de los demás géneros. La autobiografía,
debe ser, ante todo, una narrativa en prosa cuya temática principal es la historia de una
persona, es decir, su vida individual. Sin embargo, es necesario que exista una identidad
entre el narrador y el personaje principal, marcados por la presencia, en general, de la
primera persona del discurso. Así mismo, según el estudioso, lo que evidencia y marca
el texto autobiográfico es el pacto autobiográfico establecido en la narrativa.
O conceito de ‘pacto autobiográfico’ nasce como “solução para o problema de
estabelecer fronteiras entre os modos discursivos fictícios e os modos
discursivos factuais. O pacto autobiográfico pressupõe um compromisso duplo
do autor com o leitor: por um lado, ele se refere à referencialidade externa do
que o texto anuncia, quer dizer que o que se narra se apresenta como realmente
acontecido e comprovável. Por outro lado, o autor deve convencer o leitor de
que quem diz eu no texto é a mesma pessoa que assina na capa e se
responsabiliza pelo que narra, quem escreve se compromete a ser sincero e
quem lê passa a buscar revelações que possam ser confirmadas
extratextualmente. (KLINGER, 2007 apud BEZERRA, 2011, p. 27)
El pacto autobiográfico definido por Lejeune señala la importancia del lector
para que el texto sea reconocido como autobiográfico. Así, pensamos que la noción de
pacto autobiográfico presentada por el escritor francés puede ser contestada porque ni
siempre el compromiso entre el escritor y el lector de modo que lo narrado sea un
21
evento comprobado y ocurrido es respectado por el escritor, éste que puede tener la
ficción como un elemento clave en el texto autobiográfico. El propio escritor no puede
garantizar que lo narrado, de hecho, ocurrió, pues él escribe ante sus recuerdos y sus
memorias.
Como se pode ainda, no século da psicanálise, acreditar que o sujeito seja
capaz de dizer a verdade sobre si mesmo? [...] A própria idéia do pacto
autobiográfico lhes parece ser uma quimera, já que pressupõe a existência de
uma verdade externa, anterior ao texto, que este poderia copiar. (LEJEUNE,
2008, p. 103).
Por supuesto, no es nada fácil clasificar los géneros literarios, sobre todo la
autobiografía, pues la literatura es una representación social, y así como la sociedad
cambia, las perspectivas literarias y sus representaciones, al mismo modo, siguen en
constante transformación. Sin embargo, es importante señalar que la noción de pacto
autobiográfico es necesaria para discutir los límites entre la realidad y la ficción en la
literatura del yo. En síntesis, la autobiografía debe contar eventos vividos por el
personaje, de modo que, el compromiso con la verdad, en esencia, debe ser el elemento
más importante.
Assim, a meu ver, meu correspondente descreve a função constante da
literatura e do mito: propor formas “gerais” que ajudem os leitores a estruturar
sua identidade. Mas isso não quer dizer que uma autobiografia “autêntica” deva
forçosamente se reduzir à anedota e à contingência, e não possa, mesmo
estando escrupulosamente preocupada com a verdade, atingir também essa
generalidade. (LEJEUNE, 2008, p. 106).
Por mucho tiempo, la “muerte del autor” fue una de las razones por las cuales la
crítica literaria estigmatizó el género autobiográfico. Por esta perspectiva, el autor y sus
producciones literarias memorialísticas, tales como diarios, biografías y autobiografías
estuvieron olvidadas por la literatura, porque se pensaba que se trataba de una literatura
menor, basada en contar la vida del autor sin una escritura literaria, es decir, contar por
contar, sin una finalidad estética.
Bajo la muerte del autor, Klinger (2007) reflexiona sobre la influencia de la
filosofía de Nietzsche para la muerte del autor. Según la escritora, a partir de la filosofía
de Nietzsche sobre el sujeto cartesiano se acepta la muerte de la tradición filosófica
moderna como la tradición cristiana, representados por la muerte de Dios y de los
hombres. Después de un período de discusiones, la crítica de la muerte del autor se
evoluciona por las ideas de Foucault en el siglo XX, así que el filósofo señala la muerte
del autor en la crítica literaria.
22
Hasta mediados del siglo XX, la autobiografía era considerada un género menor,
cuya estética literaria era banalizada por los críticos literarios tradicionales de la época,
como la novela, pues toda la crítica no conseguía definir la literatura del yo. Los textos
autoficcionales tuvieron su valor cuestionado por representar las fronteras entre el
campo de la realidad y de la ficción, lo que por mucho tiempo, provocó dudas y
discusiones en el canon literario por la difícil conceptualización en la teoría de los
géneros literarios. Tal vez, este límite oscuro entre realidad y ficción es una de las
características que singularizan el texto autobiográfico. Así, es necesario discutir y
reflexionar sobre el concepto de auto-ficción y el regreso del autor en la literatura del
yo. En el campo de la ficción, muchos tipos de textos son clasificados en ficcionales o
no ficcionales, estas dos categorías son las posibles razones por la versatilidad de la
literatura del yo por encontrarse en los límites entre la ficción y la realidad.
Klinger (2007) reflexiona sobre la autobiografía como texto literario o como
texto meramente ficcional desde las contribuciones teóricas de dos importantes
estudiosos: Lejeune y Costa Lima. El teórico francés Lejeune señala que una de las
características principales que permite diferenciar la autobiografía de los textos
ficcionales es por medio del pacto autobiográfico establecido por el autor, que por un
lado indica que la narración debe ser comprobada y ocurrida, característica esta que
puede ser cuestionada pues la literatura no puede ser completamente comprobada, así
creemos en la ficción como elemento clave.
Además, para algunos críticos es más importante el modo como se narra la
historia que la comprobación que se trata de un hecho verdadero. En esta perspectiva, se
puede señalar la libertad imaginativa del autor, pensando en la memoria, como
característica central de la literatura del yo, que a través de la recreación imaginativa y
los “fallos” de la memoria pueden crear historias ficcionales sin que el escritor perciba.
El pacto defendido por Lejeune (2008) señala aun el principio de identidad, de
modo que el escritor debe convencer a su lector que el narrador, el autor y el
protagonista son las mismas personas. De esta manera, el pacto de identidad debe
convencer el lector que la narración es fruto de la memoria de una sola persona, el autor,
que ora se convierte en narrador, ora en personaje principal. Pero pensamos que muchas
veces el escritor puede utilizarse indirectamente de la memoria del otro o de la memoria
colectiva para contar su historia, sin embargo el escritor debe convencer al lector que
esta es una memoria suya, mismo que de modo indirecto, forneciendo señas para
23
convencer el lector. Percibimos las señas fornecidas por Gabriel García Márquez a
través de elementos como la foto y la firma de la capa y de la presencia del “yo” en la
narración.
Sin embargo, Klinger (2007) sigue con su reflexión comparando la perspectiva
de Lejeune con los cuestionamientos de Luiz Costa Lima, éste
señala que la
autobiografía y la ficción se encuentran en diferentes planos, de modo que la literatura
del yo no es considerada un documento puro por encontrarse entre la ficción y la
realidad. Klinger (2007, p. 43) concluye que:
O argumento de Costa Lima tem, a respeito do de Lejeune, a vantagem de
“abrandar” a noção de pacto. Uma vez que o estatuto da autobiografia é
ambíguo, nenhum pacto definitivo pode ser estabelecido. Porém, ele estabelece
a equivalência entre os termos “literatura” e “ficção” de maneira que não
somente exclui a autobiografia da literatura – a diferença de Lejeune, que a
considera um valor literário (Lejeune, 1996, p. 7) – mas também não inclui os
casos híbridos.
Pensamos que la noción de límites entre la ficción y la realidad nos parece un
buen aspecto para analizarnos la autobiografía de Gabriel García Márquez y así, nos
proponemos a discutir cuáles son estos límites y se podemos apuntarlos.
Defendemos que Vivir para Contarla se encuentra entre la realidad y la ficción
porque el escritor colombiano nos permite entender que lo narrado muchas veces es
creación de su imaginación, sin embargo, esta misma narración no es solamente una
historia creada, parte de un trabajo con el lenguaje literario. A seguir, presentamos dos
citas de García Márquez (2007) que nos ayudan a entender nuestras consideraciones.
Sobre los límites entre la realidad y la ficción:
Sobre los escombros todavía calientes construyó la familia su refugio
definitivo. Los cuartos eran simples y no se distinguían entre sí, pero me bastó
con una mirada darme cuenta de que en cada uno de sus incontables detalles
había un instante crucial de mi vida. (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p. 42)
Quienes me conocieron a los cuatro años dicen que era pálido y ensimismado,
y que sólo hablaba para contar disparates, pero mis relatos eran en gran parte
episodios simples de la vida diaria, que yo hacía más atractivos con detalles
fantásticos para que los adultos me hicieran caso. Mi mejor fuente de
inspiración eran las conversaciones que los mayores sostenían delante de mí,
porque pensaban que no las entendía, o las que cifraban aposta para que no las
entendiera. Y era todo lo contrario: yo las absorbía como una esponja, las
desmontaba en piezas, las trastocaba para escamotear el origen, y cuando se las
contaba a los mismos que las habían contado se quedaban perplejos por las
coincidencias entre lo que yo decía y lo que ellos pensaban. (GARCÍA
MÁRQUEZ 2007 p. 94)
24
Estas dos citas nos permiten comprobar que la autobiografía Vivir para Contarla
(2007), escrita por el colombiano es de hecho un texto que se encuentra entre los límites
de la realidad y de la ficción. La primera cita nos muestra que la casa descrita uno es de
los recuerdos reales de Gabo, de modo que él reconoció en los detalles su historia de
vida. Mientras que la segunda cita nos comprueba que el Márquez inventaba muchas
historias basadas en las conversaciones que él escuchaba de los mayores y las recriaba a
partir de su imaginación ficcional. Así, pensamos en la narración autobiográfica como
una mezcla entre lo que sucedió de hecho, que sirve como punto base del relato, y su
visión particular e imaginativa sobre su propia vida, que pasa por la visión que uno tiene
de lo propio y la imagen que quiere pasar a los demás.
Ahora queremos tratar del tema de la autobiografía como literatura, de modo que
a lo largo de este trabajo hemos señalado marcas que caracterizan la literatura del yo
como escritura literaria, tales como la presencia de la primera persona, el pacto
establecido por el autor basado en la perspectiva de Lejeune, la narración debe ser
escrita en prosa entre tantas otras características.
Como parte central e importante de esta investigación, queremos comprobar que
la autobiografía escrita por García Márquez, a pesar de encontrarse entre los límites de
la realidad y de la ficción, se puede señalar como texto literario a partir de la
preocupación con el lenguaje literario. Partimos, para tanto, de una concepción clara y
sencilla: el escritor de Vivir para Contarla ora se preocupa en narrar hechos reales y
ocurridos, ora se preocupa con la ficción en su obra, de modo que, de acuerdo con
nuestra concepción de Literatura, creemos que el texto literario autobiográfico debe ser
una mezcla entre ficción, realidad y el trabajo con el lenguaje literario.
Desde la primera línea tuve por cierto que el nuevo libro debía sustentarse con
los recuerdos de un niño de siete años sobreviviente de la matanza pública de
1982 en la zona bananera. Pero lo descarté muy pronto, porque el relato
quedaba limitado al punto de vista de un personaje sin bastantes recursos
poéticos para contarlo. (p. 399)
Es cierto que el libro que García Márquez se refiere no es Vivir para Contarla
sino el proyecto de La Casa, sin embargo, podemos creer que el mismo parámetro
utilizado por el escritor para narrar uno de sus libros es el mismo para narrar su
autobiografía. Y lo creemos por el siguiente motivo, ya hemos comprobado en este
trabajo que García Márquez, cuando niño, recreaba las historias que escuchaba de los
mayores y les daba un tono fantástico e imaginativo. Así que no se trata de describir lo
25
que de hecho ocurrió, sino de dar a los hechos, que ni son tan atractivos, características
imaginativas para que el lector pueda sentirse en un mundo que huye de la realidad y se
encuentra en la fantasía. Por tanto, creemos en la escritura literaria de García Márquez
para escribir su autobiografía basada en el mismo carácter utilizado por el autor para
escribir otro de sus libros.
Así, una de las características más importantes en el texto autobiográfico es el
tema de la memoria. La escritura del yo, establece con la ficción una relación de difícil
comprensión. Se trata de las fronteras entre la realidad.
El escritor de autobiografía, como establece a partir de sus narraciones cuáles
son los eventos de su vida que el autor debe saber y cuáles serán escondidos y apagados
desde los recuerdos del escritor. En síntesis, quién escribe literatura autobiográfica
proyecta una imagen que será conocida por el lector. No es cierto que todos los
escritores de autobiografía sean capaces de inmortalizar todos los eventos vividos,
incluso los eventos menores. Además, es importante llevar en consideración que existe
en la autobiografía una sola versión de la vida de alguien y de modo general, esa versión
es contada a partir de lo que es conveniente al escritor que el lector conozca.
La situación de ficción entra en el juego de la Literatura del yo cuando el
escritor cuenta algunos eventos de su vida y pone unos elementos más encantadores y
hermosos para que el lector lo vea con otros ojos, con los ojos de quien cree en el
protagonista que esta narrando.
Sin embargo, mucho más que apuntar para la narración y decir si es ficción o no,
pensamos que el pacto firmado entre el escritor y el lector es más importante. La
literatura se materializa cuando el lector coge un libro y lo lee. A partir de ahí, hay un
vinculo implícito entre quien escribe y quien lee. Es como si el lector firmase un pacto
de creer en la narrativa. Luego, para este lector que aceptó el pacto, la ficción no es más
importante que lo narrado. No le importa si la narración trata de eventos que no
sucedieron, que son creaciones imaginativas de la cabeza del escritor.
El pacto solo existe con el lector que acepta y cree en la narrativa. Si la
Literatura permítenos volar en experiencias que no son nuestras, si permítenos aprender
y vivir una vida que no es la nuestra a través de la lectura, la autobiografía cumple esta
función y en ella el lector cree.
La literatura del yo, por tanto, se caracteriza por el uso de la ficción como
herramienta para narrar eventos vividos por el escritor de memorias. Así, el material
26
contado y narrado es producto de la memoria del escritor. Nos cabe pensar en la
memoria como facultad psíquica que se relaciona íntimamente con las emociones y con
los recuerdos de lo que llevamos de la vida y de lo que vivimos. En el texto literario,
pensamos en la memoria y la asociamos al olvido, pues creemos que no podemos contar
todo lo que hemos vivido, pero podemos haber vivido momentos tan singulares e
importantes que podemos guardarlos en nuestra memoria y contarlos con una riqueza de
detalles que nos permite revivir tal recuerdo. Silva (2007, p. 02) nos ayuda a ubicarnos
en el concepto de memoria:
Historicamente, o termo “memória” era usado, no século XVII, para o relato de
testemunhos pessoais de fatos históricos, assumindo um caráter moral e
pedagógico. Mesmo quando associado a experiências pessoais, seu caráter de
verdade histórica estava resguardado. Já no século XVIII, ao termo são
acrescidos romances intitulados memórias, mas que abordavam personagens
ficcionais. No século XIX e XX, o termo serviu para designar textos tanto de
caráter histórico quanto de caráter ficcional. O caráter híbrido foi o responsável
pela marginalização do gênero, tanto na história, quanto na literatura até ser
resgatado por estudiosos.
Hay en el concepto de Memoria una relación muy fuerte con la Historia y con el
historiador. De acuerdo con Silva (2007), notamos que a lo largo de los siglos, hubo
nuevas concepciones para la conceptualización de la memoria. Por primero, se
relacionaba a los relatos personales con el objetivo de presentar una moraleja. Después,
en el siglo XVIII, la memoria empieza a relacionarse con la Literatura a través de las
novelas. A partir del siglo XIX se utiliza la memoria para tratar de textos históricos y
ficcionales.
Nos parece que para Luis Costa Lima (2006), la literatura presenta una forma
híbrida que se relacionan con la Historia y con la Literatura. Sin embargo, opinamos que
sería viable pensar que existe entre la historia y la literatura un hibridismo marcado por
la ficción y por la realidad. Señalamos que la autobiografía es un texto ficcional y
pensamos que es difícil que el escritor escriba todo lo que le sucedió de la manera
exacta como se le ocurrió, así que el pacto de creer que es acordado entre el escritor y el
lector es el punto clave. De todo modo, la memoria es lo más interesante en una relación
basada en la ficción y en la narración. Así, Silva (2007), discute:
Hoje já não é possível ler uma autobiografía sem atentar para o seu principio de
ficcionalização, ou seja, como toda obra de ficção, as memórias são feitas de
construções artificiais que não se deve, no entanto, entender este principio de
ficcionalização como uma mentira, mas como pistas de verdades anteriores,
que, como as lembranças recalcadas, se valem de lembranças encobridoras para
falar mais alto. (p. 01)
27
Desde una perspectiva biológica y física, en algún momento de nuestras vidas
nuestros recuerdos serán poco a poco borrados de nuestra memoria, por muchos
factores, entre ellos, el avance de la edad.
Gabriel García Márquez nos cuenta que su tío Esteban señalaba su mala
memoria, lo que nos lleva a creer en la recreación de las narrativas, desde la ficción.
Tan decidido estaba mi tío Esteban, que se sacó el revólver del cinto y lo puso
en la mesa para no perder tiempo mientras acababa de interrogarme. […] La
última vez que lo vi en Cartagena de Indias, ya viejo y con el corazón
agrietado, se despidió de mí con una sonrisa triste:
- No sé cómo has podido ser
escritor con tan mala memoria. (p.138).
Contamos momentos de nuestra vida con tantos detalles, pues ellos son tan
importantes que activan en nuestra memoria el carácter emocional de la vida. Recuerdos
pasados que, por el tiempo, deberían haber sido apagados de nuestra memoria son
guardados como reliquias de nuestra vida, pero esto tiene una razón, se trata de
recuerdos importantes y como seres humanos, guardamos en nuestra memoria todo lo
que nos fue importante y que nos marcó. García Márquez (2007) nos cuenta sobre la
matanza de los obreros. Este evento fue tan fuertemente marcado en la memoria
emocional del escritor porque cuando niño vivió la experiencia del masacre colectivo en
Colombia. Es importante destacar que a pesar de tratar de una memoria emocional, este
evento forma parte aun, de la memoria colectiva de Colombia, de modo que, está
inmortalizado en los recuerdos del escritor.
Los últimos vestigios del miedo que me causaba de niño aquel paria olvidado
se me disiparon de pronto, mientras mi madre y yo, sentados junto a su cama,
escuchábamos los pormenores de la tragedia que había abatido a la población.
Tenía un poder de evocación tan intenso que cada cosa que contaba parecía
hacerse visible en el cuarto enrarecido por el calor. El origen de todas las
desgracias, por supuesto, había sido la matanza de los obreros por la fuerza
pública, pero aún persistían las dudas sobre la verdad histórica: ¿tres muertos o
tres mil? Quizás no había sido tantos, dijo él, pero cada quien aumentaba la
cifra de acuerdo con su propio dolor. Ahora la compañía se había ido por
siempre jamás. (p. 35).
El caso de la masacre es un recuerdo inmortalizado en la memoria de Gabriel, tal
vez, por las muertes y por la sangre que se vio en la historia de Colombia. Memorias
como esta son la prueba de lo que vivimos nos puede dejar memorias eternas. El niño
García Márquez no se puede olvidar del masacre, por la violencia y por las muertes, lo
que generó en él una memoria de un hecho negativo. Pero, la memoria emocional
también se relaciona a los eventos positivos de nuestras vidas.
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Gabriel no se olvida, por ejemplo, del día en que su madre le invitó a ir a vender
la casa de Aracataca. En este caso, pensamos que el lugar donde vivimos y nos criamos,
como la ciudad y la casa, son por mucho tiempo nuestras referencias de la niñez y
contribuyen con la formación personal de cada uno. O sea, la casa, es la prueba del
recuerdo más fuerte del amor materno. Otro ejemplo de memoria emocional positiva, se
debe a la amistad entre el colombiano, Aida y Margot.
Lo que no previeron mis padres fue que las hijas iban a defenderse con los
mismos recursos que ellos. A Margot la mandaron a estudiar en Montería y
Aida fue a Santa Marta por decisión propia. Estaban internas, y en los días
francos había alguien prevenido para acompañarlas, pero siempre se las
arreglaron para comunicarse con los Rafaeles remotos. Sin embargo, mi madre
logró lo que sus padres no lograron de ella. Aida pasó la mitad de su vida en el
convento, y allí vivió sin penas ni glorias hasta que se sintió a salvo de los
hombres. Margot y yo seguimos siempre unidos por los recuerdos de nuestra
infancia común cuando yo mismo vigilaba a los adultos para que no la
sorprendieran comiendo tierra. (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007 p. 250)
Las memorias de cómo Gabriel García Márquez se descubre como escritor
también son narradas en Vivir para Contarla (2007), de modo que, pensamos en estas
memorias como especiales para el escritor. La vivencia de Gabriel en un ambiente sucio
y feo forma parte del proceso de reconocimiento y formación del escritor García
Márquez, pues en este ambiente oscuro el colombiano percibe que tiene en manos una
buena historia para contar como escritor. “Es decir, que no se trataba de un prejuicio de
higiene sino de una contrariedad estética, y por la forma como perdura en mi memoria
creo que fue mi primera vivencia como escritor” (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p. 44).
En muchos casos, además de personas con las cuales hemos vivido, objetos y
lugares forman parte importante de nuestras memorias. Para muchos, la escuela donde
estudiaron en la primaria es un lugar que produce memorias afectivas inolvidables. Para
otros, un olor o un regalo son tan especiales que perduran por mucho tiempo en la
memoria. Para Gabriel García Márquez, los cuartos de la casa son parte importante de lo
que jamás podrá olvidar de su niñez, además contribuyen con el reconocimiento de su
historia. “Los cuartos eran simples y no se distinguían entre sí, pero me bastó con una
mirada para darme cuenta de que en cada uno de sus incontables detalles había un
instante crucial de mi vida”. (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p. 44).
Al lado de la memoria se encuentra la ficción, pues lo que contamos puede nos
parecer totalmente verdad y puede ser una creación imaginativa de nuestra memoria.
29
Gabriel García Márquez (2007, p. 428), como escritor de autobiografía, plantea la duda
entre el mundo de la realidad y de la ficción en Vivir para Contarla:
Al final de la noche me sentaba a escribir <<La jirafa>> que mandaba a El
Heraldo por el único medio moderno de entonces que era el correo ordinario, y
con muy pocas faltas por fuerza mayor, hasta el pago de la deuda. La vida con
la familia completa, en condiciones azarosas no es un dominio de la memoria
sino de la imaginación. Los padres dormían en una alcoba de la planta baja con
alguno de los menores. (p.428)
En el espacio autobiográfico, sobre todo, en la escritura del yo, la memoria es un
elemento que nos permite reflexionar sobre la experiencia de vida. Así como los
recuerdos, la memoria nos puede traicionar, de modo que algunos eventos de nuestra
vida se pueden olvidar y otros eventos estarán tan guardados en nuestra memoria hasta
que podemos acordarnos de los detalles. Con el transcurso del tiempo y por
explicaciones biológicas, la memoria camina a la dirección del olvido. “Pensar a
memória como elemento que possibilita a presentificação de um passado [...]
compreende colocar a lembrança e o esquecimento como movimentos intrínsecos ao
sujeito que se narra.” (SILVA, 2013, p.51). Los recuerdos son apagados gradativamente
de nuestra memoria. El olvido se nos llega, apaga nuestras memorias más preciosas
como se nada fueran. Al pasar de los años, el hombre adquiere más experiencia de vida,
y con esto más recuerdos que están guardados en la memoria.
Partimos del presupuesto que la memoria es un elemento frágil y su
consecuencia es el olvido de los eventos vividos. Para García Márquez, la vida es
contada desde la memoria que uno retiene. La epígrafe introductoria del libro de
recuerdos del colombiano es un reflejo de las trampas de la memoria: “La vida no es la
que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” (GARCÍA
MÁRQUEZ, 2007). Así, la vida puede ser ficción al modo que lo que contamos esté
íntimamente relacionado a nuestra memoria, ésta que nos traiciona con el olvido y con
una creación narrativa de eventos empíricos a partir de la perspectiva de uno. O sea, la
memoria puede cambiar nuestra aprehensión de lo vivido en diferentes momentos de la
vida a partir de nuestras experiencias.
Podemos pensar en la memoria en García Márquez a partir de la epígrafe
introductoria del libro y reflexionar sobre la relación entre ficción y memoria. Nuestra
hipótesis es que algunos de los recuerdos vividos por García Márquez fueron olvidados
y recreados por el proceso de olvidarse y resignificarse, y que, por consecuencia de esto,
algunos recuerdos se encuentran en el campo de la ficción y de la imaginación, de modo
30
que lo contado pueda no ser lo exactamente vivido por Gabo. En Vivir para Contarla
(2007), el escritor plantea la duda en sus memorias sobre si lo narrado es de hecho
realidad cuando habla de La noche negra de Aracataca justificando la inseguridad de la
narración en la memoria colectiva de los habitantes de la ciudad: “[Sólo así se explica el
horror de <<La noche negra de Aracataca>>, una degollina legendaria con un rastro tan
incierto en la memoria popular que no hay evidencia cierta de si en realidad sucedió.]”
(GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p. 51). Cuando se narra el episodio de la matanza de las
bananeras, hay también la duda sobre si lo narrado es realidad o no.
Tantas versiones encontradas han sido la causa de mis recuerdos falsos. Entre ellos, el
más persistente es el de mí mismo en la puerta de la casa con un casco prusiano y una
escopetita de juguete, viendo desfilar bajo los almendros el batallón de cachacos
sudorosos. Uno de los oficiales que los comandaba en uniforme de parada me saludó al
pasar: - Adiós, capitán Gabo. El recuerdo es nítido, pero no hay ninguna posibilidad de
que sea cierto. El uniforme, el casco y la escopeta coexistieron, pero unos dos años
después de la huelga y cuando ya no había tropas de guerra en Cataca. (GARCÍA
MÁRQUEZ, 2007, p. 73).
Partiendo de la hipótesis que el escritor, pueda haber olvidado de sus memorias,
uno de sus recuerdos se nos permite pensar que él se le olvidó de la imagen de su madre
al momento de su llegada a Barranquilla. “Algo había cambiado en ella que me impidió
reconocerla a primera vista” (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p. 09). En este caso,
podemos pensar en dos tipos de olvido: el causado por cambios de tiempos, en general,
son olvidos temporales y el olvido propiamente dicho, causado por la pérdida de
memoria. Pensamos que el olvido de Gabo a la imagen de su madre se dio por cambios
de tiempo, ella ya no era la misma, el tiempo le dio características físicas que Gabo no
conocía.
Una autobiografía es un intento de inmortalizar las memorias del personaje en el
plano de la narrativa, esto porque nos podemos recordar y olvidar de nuestras memorias
con mucha facilidad. La primera persona de la autobiografía, tal vez, quiere escribir las
páginas de su vida y marcarlas en la narrativa, pues sabe que el olvido llegará y
transformará en polvo todo lo que un día fue vida. En Vivir para Contarla, Carlos
Fuentes (2007) comenta en la contraportada del libro que recuerda el discurso de García
Márquez del siguiente modo: “A los que un día le dirán: “Esto fuiste”, “esto hiciste” o
“esto imaginaste”, Gabo se les adelanta y dice simplemente: soy, seré, imaginé. Esto
recuerdo, gracias por la memoria”. Pensamos que el colombiano deja claro que tiene
ganas de inmortalizarse a través de su autobiografía, por el discurso marcado por el uso
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de los verbos. El tiempo no podrá apagar sus memorias, pues éstas ya estarán
inmortalizadas en las líneas de la literatura. En una de las historias contadas en Vivir
para Contarla, García Márquez (2007, p. 437) narra una de sus charlas con su padre:
Me bastaría con evocar un almuerzo en que conversábamos con mi papá sobre
la dificultad de muchos escritores para escribir sus memorias cuando ya no se
acuerdan de nada. El Cuqui, de apenas seis años, sacó la conclusión con una
sencillez magistral: -Entonces – dijo – lo primero que un escritor debe escribir
son sus memorias, cuando todavía se acuerda de todo. (p.437).
Inmortalizarse es el intento del escritor en estar vivo en la memoria de los
demás. La función del recuerdo es la de contar lo que sucedió a través de un tiempo
presente. Así, Rosário (2002) apud Bezerra (2011, p. 21) reflexiona sobre la función de
las memorias:
Não é apenas o de simples reconhecimento de conteúdos passados, mas um
efetivo reviver que leva em si todo ou parte deste passado. É o de fazer
aparecer novamente as coisas depois que desaparecem. É g raças à faculdade
de recordar que, de algum modo, escapamos da morte que aqui, mais que uma
realidade física, deve ser entendida como a realidade simbólica que cria o
antagonismo-chave com relação ao nosso tema: o esquecimento. O
esquecimento é a impermanência, a mortalidade. (p.21)
En la autobiografía, la memoria tiene prácticamente la misma función: la de
inmortalizar una vida. Entre el discurso biográfico y el discurso autobiográfico la
memoria se diferencia de modo que en el primero los recuerdos son contados a partir de
la visión de una tercera persona mientras que en el discurso autobiográfico la memoria
es resultado de la propia vida del narrador, en primera persona. De acuerdo con Bezerra
(2011, p. 25): “Assim, etimologicamente, biografia compreende um gênero literário em
que o autor narra a história de vida de uma pessoa ou de várias pessoas. A autobiografia,
seria, então, uma biografia escrita por aquele que também se faz sujeito da história”.
Al lado de nuestras memorias se encuentra el olvido. El texto autobiográfico nos
muestra que ni todas las memorias del escritor son contadas, porque existe una
selección de lo que puede o lo que quieren ser o no narrado. Este tipo de selección se
puede dar de muchas formas: cuando el lector simplemente olvida de tal memoria
porque no es interesante para él contarla o por el olvido a través del tiempo, es decir,
por causas biológicas y temporales.
Muy cerca a las recordaciones está el olvido que es una estrategia en la escritura
de la autobiografía. A partir de los estudios de la vida del escritor, a través de
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periódicos, fotos y registros una persona puede encontrar en la vida del escritor trazos
de olvido de sus memorias. Esto se debe al hecho de que algunas memorias negativas
no deben relacionarse con la vida contada o por el hecho del olvido.
En Gabriel García Márquez podemos encontrar, por lo menos, dos tipos de
olvido en la escritura de su autobiografía. Contar memorias es mucho más que crear un
héroe o un escritor querido para la crítica y para el público. Cuando un escritor decide
contar sus memorias, mucho más que describir algunos eventos de su vida, él está
abriendo su intimidad para el mundo, y los efectos de narrar su vida pueden en las
páginas de un libro sean irremediables. Después de escrito, su vida estará [para siempre]
disponible a lo que quiera leerla y conocerla. Este juego puede ser fatal, y para que la
imagen del escritor no se destruya él utiliza de la herramienta de selección de los
eventos que serán narrados. Así, el olvido tiene una función muy importante, impedir
que eventos negativos sean contados. No se puede imaginar que alguien pueda contar
todo lo que sucedió en su vida desde lo íntimo de su alma. Lo que nos interesa es
discurrir sobre dos tipos de olvido en la obra de Gabriel García Márquez. Nos interesa,
por primero discurrir sobre el olvido causado por el tiempo, que tiene, razones
biológicas. Gabriel, a lo largo de su edad y en el desarrollo de su autobiografía, por
condiciones biológicas y de poca memoria, ya no podría haber narrado sus memorias
con todos los detalles. Además, la memoria nos traiciona y nos lleva a olvidar eventos
que tienen poca importancia en nuestra vida. Señalamos una cita que nos ayuda a inferir
que el colombiano quería olvidarse de algunas memorias:
La recién nacida estaba en una cama de hierro muy sencilla al fondo de una
habitación desolada, con una mujer que sin duda era mi madre, y de la que sólo
consigo recordar una presencia sin rostro que me tendió una mano lánguida, y
suspiró: - Ya no te acuerdas de mí. Nada más. Pues la primera imagen concreta
que tengo de ella es de varios años después, nítida e indudable, pero no he
logrado situarla en el tiempo. (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p.138).
Otro tipo de memoria se relaciona con la capacidad de selección de lo que
deberá ser conocido por el lector, aunque se acuerda y no quiere contar. En síntesis, este
tipo de olvido no se presenta en la autobiografía porque para el escritor no es interesante
que se publique. Por supuesto, no podemos señalar memorias que fueron olvidadas por
el escritor por el hecho de que ellas no están publicadas en la autobiografía, o sea, no
forman parte de nuestro corpus de estudio.
Sin embargo, nos parece importante apuntar para otro tipo de memoria, que está
publicada pero el escritor quería que no formase parte de su memoria, o sea, son
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memorias que Gabriel preferiría haber olvidado, pero piensa que contarlas puede ser
una buena estrategia.
[…] Mi madre no me entendió. Más aún: cuando pasamos frente a la casa de
María Consuegra no miró siquiera la puerta donde todavía se notaba el
remiendo de la madera en el boquete del balazo. Años después, rememorando
con aquel viaje, comprobé que se acordaba de la tragedia, pero habíamos dado
el alma por olvidarla. Esto fue aún más evidente cuando pasamos frente a la
casa donde vivió don Emilio, más conocido como el belga […] (GARCÍA
MÁRQUEZ, 2007, p. 32)
La vida diaria era más llevadera en la Universidad Nacional. Sin embargo, no
logro encontrar en la memoria la realidad de aquel tiempo, porque no creo
haber sido estudiante de derecho ni un solo día, a pesar de que mis
calificaciones del primer año – el único que terminé en Bogotá – permitan
creer lo contrario. (GARCÍA MÁRQUEZ, 2007, p. 285).
Estas dos citas nos ayudan a inferir que Gabriel quería olvidar o negar por no
considerar positivo estes dos eventos que vivió en su vida. Para el colombiano, revivir
la tragedia cuando estaba de viaje con su madre era uno de los eventos vividos que
debería ser borrado de su memoria, probablemente por el dolor y por los malos
recuerdos que le causaban. Del mismo, estudió derecho en la Universidad Nacional,
pero prefiere olvidar este tiempo de su vida porque no encuentra en su personalidad
identificación con esta carrera y tampoco con la presión hecha por sus padres para que
él estudiara derecho.
Por supuesto hay un esfuerzo del escritor en contar recuerdos que le parece
interesantes. Para Gabriel a lo largo de su vejez, acordarse de eventos vividos forman
parte del desafío más intenso del escritor. No es cierto que él haya logrado acordase de
todo, mismo con el esfuerzo de la memoria, pero se percibe que el colombiano se olvidó
de algunas memorias: “Hoy, tratando de contarlos, no encuentro aquellos días en mis
recuerdos, y he terminado por creerle más al olvido que a la memoria” (GARCÍA
MÁRQUEZ, 2007, P. 357).
Las discusiones sobre cómo la memoria se configura en la autobiografía del
escritor Gabriel García Márquez es importante para entender como el escritor utiliza de
la memoria y de la ficción para contar su propia vida. Probablemente, más importante
que discutir si la narrativa es realidad o ficción nos parece importante destacar el pacto
acordado entre el lector y el escritor. Así, quien lee la historia mantiene con quien
escribe el compromiso de creer en lo contado, mismo teniendo en cuenta que textos
autobiográficos se encuentran en una frontera gris ubicada entre la ficción y la realidad.
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El compromiso acordado por el lector está en creer y el escritor debe convencer al lector
que lo narrado forma parte de sus memorias y de su vida.
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CONSIDERACIONES FINALES
A lo largo de esta investigación hemos discutido puntos importantes sobre la
escritura del yo, y de modo específico, a la literatura autobiográfica del escritor
colombiano Gabriel García Márquez.
La literatura autobiográfica, en los últimos años vuelve a las discusiones
académicas después de un período de estigmatización por la crítica y por el propio
mercado académico, por la creencia de que se trataba de un género literario menor, que
no se preocupaba con la calidad estética. Sin embargo, la academia ha percibido que las
literaturas del yo poseen características que los diferencian de otros géneros y se
preocupan con el modo de contar la vida de “un personaje” a partir del compromiso
entre la escritura literaria y la calidad estética.
En el contexto de la escritura del yo en el mundo occidental, percibimos que esta
tendencia literaria no es nueva, por lo contrario, se presenta como un modo de escribir
relativamente establecido en la literatura, como en las producciones literarias escritas en
Hispanoamérica. A lo mejor, se percibe la importancia de la escritura del yo en
Hispanoamérica a través de las reflexiones de Klinger (2007), en las cuales, según la
estudiosa, parte de la literatura producida en Argentina en el siglo XIX es autobiografía.
Así, la autobiografía vuelve a la pauta en la academia por su relevante importancia en el
panorama de la literatura.
Sin embargo, en este trabajo hemos discutido características de la autobiografía
que le diferencian de otros géneros. Así, este género se clasifica por la presencia de la
primera persona en la narrativa mientras que la tercera persona es característica de la
biografía.
Nuestra investigación va de contra con la perspectiva de Bakhtin (2003), en la
cual no creemos que el escritor pueda invadir la memoria del otro y, tampoco puede
cambiar de lugar en la narración. Lo que defendemos es que el escritor de biografía
tiene vida propia y puede imaginar algunos eventos de la vida del biografiado, pero no
puede vivirlos como se viviera su propia vida. Cuando el escritor conoce a fondo la vida
de alguien, él puede imaginar como la persona vivió, pero no puede trasladarse al plano
de la realidad, limitándose al plano de la imaginación.
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Así, uno de los puntos que comprueban nuestras análisis se relaciona a la
memoria, ésta que tiene la función de inmortalizar la vida del escritor a través de los
recuerdos contados.
En Gabriel García Márquez, percibimos un juego entre la realidad y la memoria,
pues el escritor narra los eventos vividos a partir de su propia memoria, de la memoria
del otro, de la memoria colectiva y utiliza la ficción y la imaginación para (re)crear
eventos narrados.
Así, algunos de los puntos que nos proponemos a reflexionar señalan la difícil
tarea de escribir una biografía y de analizarla. Bajo la perspectiva de Lejeune (2008)
percibimos algunas características del texto autobiográfico, como la presencia
determinante de la primera persona y la noción de Pacto Autobiográfico presentada por
el teórico.
El pacto autobiográfico es quizás, uno de los puntos más importantes en esta
investigación. De acuerdo con Lejeune (2008), el pacto es acordado entre la situación
del autor y la posición del narrador, es decir, hay un compromiso entre quién escribe y
quién lee. El pacto es acordado a la hora que el lector decide cree en la narrativa y
cuando el escritor consigue convencer que quién escribe es la misma persona que vive
la narrativa, es decir, el personaje.
Sin embargo, es importante señalar que la noción de Pacto no trata de todos los
problemas de la autobiografía, pues el escritor tiene el compromiso de narrar eventos
comprobados y ocurridos, lo que va de contra a nuestras hipótesis porque creemos que
el escritor utiliza de la memoria para narrar, así que no se puede comprobar
verdaderamente si la narración es verdadera o no.
Por mucho tiempo la autobiografía fue cuestionada por ubicarse en los límites
entre la realidad y la ficción, por provocar dudas en la crítica literaria por la difícil
conceptualización en los géneros literarios. Nos parece que los textos basados en la
escritura del yo se encuentran en las fronteras entre la realidad y la ficción, la
imaginación y la realidad porque la narrativa es basada en la memoria, ésta que nos
puede fallar.
En el análisis de Vivir para contarla (2007), creemos que García Márquez se
encuentra entre la ficción y la realidad y que ésta es una característica de la escritura del
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yo. Sin embargo, pensamos que el colombiano consigue hacer una mezcla entre los
elementos reales, imaginativos y tiene la preocupación con la calidad estética de su
narración. Así que, concluimos que el texto autobiográfico presenta puntos que se
encuentran en los límites de la realidad y de la ficción, la imaginación y la objetividad.
Estos límites son característicos de la literatura del yo, pues nadie nos puede garantizar
que la memoria es real y factible.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BAKHTIN, Mikhail. Estética da criação verbal. 4ª ed. – São Paulo: Martins Fontes,
2003.
BEZERRA, Luciana da Silva. A escrita intinerante de Maria Ondina Braga.
Autobiografia, ficção e memória. Tese de Doutorado em Língua Portuguesa –
Faculdade de Letras – Universidade Federal do Rio de Janeiro, 2011.
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. Vivir para contarla. 5ª ed. – Buenos Aires: Debolsillo,
2007.
KLINGER, Diana, et al. Escritas de si, escritas do outro: o retorno do autor e a virada
etnográfica. Rio de Janeiro: 7Letras, 2007.
LEJEUNE, Philippe. O pacto autobiográfico: de Rousseau à Internet / Philippe
Lejeune: organização: Jovita Maria Gerheim Noronha; tradução de Jovita Gerheim
Noronha, Maria Inês Coimbra Guedes. – Belo Horizonte: Editora UFMG, 2008.
LIMA, Luiz Costa. Historia. Ficção. Literatura. São Paulo: Companhia das Letras,
2006.
PESSOA, Marcelo. Cem anos de solidão e Viver para contar, de Gabriel García
Márquez: expressões de identidade sociocultural latino-americana. In: XII Congresso
Internacional da ABRALIC. Curitiba, 2011.
SILVA, Josimere Maria da. Escrita de si, memória e testemunho em Margens das
lembranças, de Hermilo Borba Filho. Dissertação de Mestrado em Literatura e
Interculturalidade – Universidade Estadual da Paraíba, 2013.
SILVA, Maria Andréia de Paula (2007). Contar para viver: as memórias de Gabriel
García
Márquez.
Disponible
en:
http://www.ufjf.br/revistagatilho/files/2009/12/artigo02andreia.pdf Acceso: 12/03/2014.
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