Intercesión - Ministerio Internacional Manases

Transcripción

Intercesión - Ministerio Internacional Manases
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Manual de Estudio
Manual de
Intercesión
Pastores Carlos & Clara Valenzuela
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Manual de Intercesión.
Tercera Edición 2013
Todos los derechos reservados.
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electrónico, o transmitida bajo ninguna forma electrónica, mecánica, fotográfica, grabada de alguna otra
manera sin el permiso previo del autor por escrito.
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Índice
Introducción……………………………………………………………………………………...7
Capítulo 1
La Oración……………………………………………………………………………………….8
Capítulo 2
Oraciones Almáticas..…………………………………………………………………………12
Capítulo 3
Intercesión……………………………………………...………………………………………16
Capítulo 4
Obteniendo resultados en la intercesión……………………………………….…………...25
Capítulo 5
La armadura espiritual…………….…………………………………………………………..28
Capítulo 6
Intercesión Profética…………………………………………………………..………………34
Capítulo 7
La oración de dar a luz……………………………….……………………………………….39
Capítulo 8
Oración de rompimiento……………………………………………...……………………….43
Capítulo 9
Recomendaciones finales………………………………………………………………….…45
Bibliografía ………………………………………………………………………………….…47
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Introducción
Existe una necesidad real en la iglesia de Cristo, de que hombres y mujeres se
levanten a interceder. A través de los años, se ha ido perdiendo la pasión por la oración
y la intercesión, siendo muy pocos los que disfrutan de este llamado.
Muchos creyentes, en vez de hacer uso de esa herramienta que es tan valiosa,
prefieren pedirles a otros que oren por ellos porque no desean pasar trabajo orando,
menos aún, dedicar su tiempo a buscar la voluntad de Dios y a esperar por ella y su
cumplimiento. Orar e interceder implica pagar un precio, que no muchos están
dispuestos hacer porque conlleva sacrificios.
Sin embargo, hemos visto cómo ha resurgido un avivamiento en la intercesión. Dios ha
levantado intercesores poderosos en el espíritu que han introducido el modelo de la
intercesión profética. Este modelo ha dado resultados impresionantes a distintos
ministerios que han aceptado el reto de Dios para interceder por los menos
afortunados, para contrarrestar ataques inminentes del enemigo y derrotar las fuerzas
del mal.
Hoy más que nunca, necesitamos que esos intercesores con llamado, con visión
espiritual, que escuchan la voz de Dios y que están dispuestos a pararse en la brecha,
den un paso al frente y tomen su lugar en la batalla.
Este manual está diseñado para entrenar a aquellos creyentes que han identificado el
llamado a la intercesión y que están dispuestos a ponerse a la disposición de Dios para
ser usados en el cuerpo de Cristo. El otro propósito del mismo, es ayudar a formar y a
establecer un ministerio de intercesión dentro de la iglesia.
Vamosa traer un fundamento básico de diferentes tópicos relacionados con la oración.
Estos son realmentetemas demasiados amplios como para poder cubrirlos todos, sin
embargo, vamos a tratar de darle las herramientas necesarias para poder desarrollar
este llamado.
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Capítulo 1
La oración
No se puede hablar de intercesión sin antes hacer referencia a la oración. Y es que la
oración es la base de la relación con Dios, nuestro Creador. Es imposible tener una
relación con Él y no orar. ¿Por qué? Fuimos creados para tener comunión íntima con el
Padre celestial, y eso sólo se logra a través de la oración.
Así como una pareja de enamorados, que en un principio sólo sentía una atracción
física, llegaron a conocerse, entenderse y a desarrollar una buena relación; de la
misma manera, nosotros nos sentimos atraídos por el amor y la misericordia de Dios en
un principio, pero en la medida que se desarrolla la comunión con Él, es que se le
puede ir descubriendo. Llegamos a entenderlo incrementando nuestra relación con Él,
que a su vez, nos lleva a conocer sus caminos, sus planes y propósitos para nuestra
vida.
De hecho, antes de comenzar, es necesario establecer que aunque se va a hablar de
oración e intercesión, es necesario enfatizar que estas son dos cosas totalmente
diferentes la una de la otra y con características propias.
Oración no es lo mismo que intercesión ni guerra espiritual; de la misma manera,
intercesión no es guerra espiritual.
La definición más sencilla de oración es que es un diálogo con Dios, o sea, hablar con
Él, hacerlo partícipe de nuestros deseos, problemas y circunstancias. La oración es un
diálogo donde hay dos partes que participan: uno habla y el otro escucha y viceversa.
La oración no es una disciplina porque disciplina es sinónimo de obligación, es algo
que nos forzamos a hacer nosotros mismos, en un principio, hasta que se convierte en
una costumbre en nuestra vida; pero no puede ser disciplina tener una relación con su
Creador. El Señor no quiere algo por obligación, por eso nos dio voluntad propia para
escoger. Él quiere que usted se deleite en Su presencia.
La oración tampoco es algo mecánico que se hace para cumplir con Dios o con nuestra
conciencia. Hay creyentes que hacen algún tipo de oración para callar la voz de su
conciencia pero no tienen una comunicación abierta y efectiva con Dios.
Oración no es únicamente la forma de pedirle a Dios lo que necesitamos, como
tampoco es rezar.
«7Y orando no uséis vanas repeticiones…» Mateo 6.7ª
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Rezar significa hacer vanas repeticiones. La oración no es algo aburrido sino algo
dinámico que involucra un intercambio de palabras en las cuales la persona le habla a
Dios y Él responde.
La oración no es tampoco el medio de usar a Dios como bombero, es decir, que
oramos solamente cuando tenemos un problema, o sea, lo llamamos para que nos
apague el fuego y una vez solucionado el problema, nos olvidamos de Él.
Para el creyente la oración tiene que ser una prioridad y es el único modo de llegar al
Padre celestial, además de obtener así las respuestas para su vida.
Jesús dejó un modelo de vida de oración para el creyente. Seguir sus pasos, también,
significa imitar aquellas cosas que a Él le dieron resultados como la oración.
La vida de oración de Jesús:
«12En aquellos días Él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios». Lucas 6.12
«35Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar
muy desierto, y allí oraba». Marcos 1.35
«23Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la
noche, estaba allí solo». Mateo 14.23
«28Como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó a Pedro, a Juan y a
Jacobo, y subió al monte a ora». Lucas 9.28
Él oraba a cualquier hora del día, no hacía nada sin antes haber orado. Él modelaba
una actitud de oración, lo hacía solo y acompañado, pero siempre mantenía una
estrecha comunión con el Padre.
La oración debe ser un estilo de vida para el creyente. Una iglesia que no ora, lo digo
siempre, es una iglesia que no habla con Dios.
Es triste ver como los servicios de oración son los más pequeños y de menor asistencia
en las iglesias, si es que estos existen. Los creyentes en su mayoría no oran u oran
muy poco y no aprecian los beneficios de la oración.
La oración es una de las cosas que a los creyentes les cuesta realizar porque implica
perseverancia, mucha de nuestra voluntad y tiempo. La oración es una inversión en la
cual a veces tenemos que emplear mucho tiempo y esfuerzo para lograr resultados.
Existen muchos aspectos de la oración que nos ayudarían a mejorar nuestra comunión
con Dios, hacerla más efectiva y provechosa, pero a pesar de que nos vamos a enfocar
en la intercesión, vamos a romper algunos tabús acerca del tema para despojarlo de
religiosidad y poder fluir mejor en Su presencia.
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Existen ciertos tabús acerca de la oración que quisiera romper:
1. La oración no es para todos.
Existe la opinión de que la oración está reservada para “algunos” muy espirituales
dentro de la iglesia. Esto es un mito, la oración es para todos. Dios nos ha llamado
a todos a tener comunión con Él y a interceder cuando sea necesario.
2. Posición para orar.
La Palabra de Dios no especifica una posición determinada para orar, aunque
existen diferentes posiciones, que se pueden adoptar mientras oramos: de rodillas,
de pie, sentados, postrados, caminando y demás.
Pero la posición no es lo más importante, sino la actitud del corazón hacia Dios.
Establecer una posición para orar es religiosidad, simplemente, póngase cómodo y
disfrute su tiempo de oración.
3. ¿Cuál es mejor tiempo para orar?
Jesús oraba en todo tiempo. Escoja usted el tiempo que mejor se ajuste a su
horario y ocupaciones, lo importante es que usted ore.
Para algunos, por ejemplo, es importante entregar el día antes de comenzarlo; pero
para aquellas personas que trabajan toda la noche y esperan llegar a su casa para
poder descansar, no debe ser motivo de culpabilidad el no hacerlo a esa hora. Solo
busque el mejor momento en el cual usted pueda disfrutar de esa experiencia.
4. ¿Con quién orar?
Jesús oraba solo y con sus discípulos. Usted tiene que tener tiempo de oración a
solas con el Señor para poder llegar a tener comunión con Él. También, puede orar
en familia, con el cónyuge, en la iglesia, con un hermano, pero no hay una regla
escrita al respecto.
Si su cónyuge prefiere orar a solas esto no debe representar un problema en el
matrimonio. Hablen el asunto y pónganse de acuerdo. Si a pesar de ello, su
cónyuge prefiere orar a solas, déjelo. Es preferible que ore a solas a que no ore del
todo.
5. ¿Dónde orar?
Cualquier lugar donde usted pueda llegar a la intimidad con el Padre, es bueno. No
necesita comodidades, ni nada especial, sólo Su presencia. Sin embargo, le
podemos aconsejar que escoja un lugar específico donde tener comunión con Dios
y sin distracciones. Pasado un tiempo, ese lugar se va a impregnar de Su unción y
será muy fácil fluir en Su presencia.
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6. ¿Cuánto tiempo orar?
Ha habido muchas controversias en cuanto a este asunto. Jesús oraba desde una
hora hasta ocho horas, de acuerdo a la Escritura. Si usted no tiene un llamado a
intercesor, probablemente le va costar mucho mantener una hora de oración diaria,
no que no la pueda llegar a desarrollar con perseverancia, sino que le va a costar
más que a alguien con dicho llamado.
Si usted le dedica media hora o cuarenta cinco minutos de calidad al Señor, le van a
contar igual que aquellos que oran una hora. Muchos se sienten culpables por
dedicarle ese corto tiempo de oración pero si usted lo hizo honestamente, abriendo
su corazón delante de Dios, no debería sentirse mal.
Hay ciertas cosas que se pueden hacer para ayudarle a orar por más tiempo, por
ejemplo: tratar de hacer una lista de motivos por los cuales orar y practicar los
diferentes tipos de oración (oración de alabanza, adoración, acción de gracias,
consagración, petición, esperar en silencio, de revelación, sabiduría e intercesión).
Otra cosa es, convertir su tiempo de oración en una oportunidad que incluya lectura
de un devocional y de la Biblia, además de oración. Una vez que comience a hacer
esto, su tiempo de oración se extenderá y será más productivo.
7. No tienen tiempo para orar.
Muchos se quejan de que no tienen tiempo para orar, pero esto es sólo una excusa.
La verdad es que no tienen deseos de hacerlo, pero si son honestos consigo
mismo, verán que encuentran tiempo para dedicarlo a aquellas cosas que
realmente les interesan.
La idea de una hora de oración, pareciera un período demasiado largo, pero lo
cierto es que nadie se queja de ver un programa de TV que dure una hora.
8. Comunión, no religión.
La oración no es una práctica religiosa con tres pasos a seguir y si no los sigue al
pie de la letra, pecó. Usted puede crear su propio devocional, aquel que le dé
resultados. Usted puede añadir a su devocional aquellos elementos que le llenen
espiritualmente y manifiesten la presencia de Dios.
Por último, le recuerdo que la oración le da el derecho legal a Dios a cambiar Su
voluntad aquí en la tierra; y eso incluye su vida, hogar y familia.
Notas:
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Capítulo 2
Oraciones almáticas
Vamos a tratar un tema que es neurálgico cuando hablamos de oración. Muchos hijos
de Dios oran, pero oran mal y tenemos que aprender a hacerlo correctamente para
lograr resultados. Los cristianos entienden que las fuerzas espirituales del mal les
hacen daño, pero muchos no saben que las fuerzas espirituales que les están
afectando provienen de hermanos en la fe.
«13¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus
obras en sabia mansedumbre. 14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro
corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad. 15porque esta sabiduría no es la que
desciende de lo alto, sino terrenal, animal diabólica». Santiago 3.14-15
Aquí el apóstol Pablo habla de un tipo de sabiduría y la describe usando adjetivos en
tres niveles descendentes: terrenal, animal y diabólica.
Para entender este proceso descendente, analicemos la segunda palabra usada para
describirlo: “animal”, que se deriva del término anima, griego “psuquikos”, que viene
directamente de psuquë, o sea, “alma”. Psuquikos se traduce “engendrado” u
“originado en el alma.”
«23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma
y cuerpo, sea guardado irreprensible».1 Tesalonicenses 5.23
Este versículo reúne los tres elementos que forman la personalidad humana,
enumerándolos en orden descendente: espíritu, alma y cuerpo.
El espíritu es la parte de la personalidad que fue dada por Dios durante el proceso de la
creación y que refleja su naturaleza espiritual, por lo tanto, es la que tiene la capacidad
de comunicarse con su Creador.
«17Pero el que se une al Señor, un espíritu es con el Él».1 Corintios 6.17
Sólo el espíritu del hombre es capaz de unión directa con Dios.
Cuando el hombre fue creado se podía comunicar con Dios a través de su espíritu, y
Él, a su vez, se comunicaba directamente con el espíritu del hombre, y a través del
espíritu del hombre, al alma. El espíritu y el alma se expresaban a través de su cuerpo.
Después de la caída, como resultado de la desobediencia, el espíritu del hombre quedó
aislado y el alma se comenzó a expresar independientemente del espíritu. Este pasaje
de Santiago, nos presenta un cuadro de una persona descrita como natural o “motivada
por el alma”.
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Este análisis explica el carácter descendente de la sabiduría humana: desde terrenal,
luego animal (natural) y por último, diabólica; una forma de sabiduría que “parece” ser
espiritual, pero que es en realidad satánico.
Este capítulo es conocido porque trata el mal uso de la lengua. O sea, que esa
conducta o sabiduría humana que fue corrompida en la caída se manifiesta a través de
las palabras.
Hay dos campos principales donde los cristianos son culpables de esta falta a causa de
sus palabras con connotaciones almáticas y no espirituales: la forma en que hablan de
ellos y la forma en que se dirigen a Dios en oración.
El por qué no reciben respuestas a sus oraciones:
La primera se refiere a hablar mal de otros, a difamar o a murmurar; pero la segunda,
es la forma en que los creyentes oran acerca de los demás y que no siempre lo hacen
correctamente.
Escuchamos a muchos creyentes decir: “Llevo años orando por un familiar y no he
visto cambios”, otros dicen: “El Señor a mí no me escucha porque yo oro, ayuno y no
tengo respuestas”.
El Señor dice en su Palabra: «Clama a mí, y yo te responderé…» (Jeremías 33.3) y
añade, «…el que busca haya…» (Lucas 11.9), entonces, ¿qué pasa, entonces? La
respuesta es muy simple y el apóstol Santiago la da:
«3Pedís, y no recibís, porque pedís mal». Santiago 4.3
No saben pedir por eso no reciben. Muchos cristianos son sacudidos cuando se les
confrontan con el daño que causan al hablar mal entre ellos de otras personas, sin
embargo, el daño es aún mayor cuando hablan indebidamente “de los demás en sus
oraciones a Dios.”
Dios ha establecido principios para la oración y cualquiera que se salga de ellos y
levante oración basado en su propia opinión y guiados por sus emociones (alma), aún
cuando sea con buenas intenciones, disgusta a Dios y provoca que Él rechace esa
oración.
«1No juzguéis, para no ser juzgados. 2Porque con el juicio con que juzgáis, seréis
juzgados, y con la medida con que medís, os será medido». Mateo 7.1-2
El trabajo de un intercesor es presentar las peticiones de otros, no juzgarles por sus
debilidades. Dios no necesita que hagamos un inventario de los pecados de otros, Él
ya los conoce y cuando nos muestra alguna área de aquellos que están cerca de
nosotros, ya sean familiares, hermanos en Cristo o compañeros de trabajo, lo hace con
la intención de que oremos por ellos y no que le juzguemos.
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La Escritura dice que el «diablo es el acusador nuestro delante de Dios de día y de
noche» (Apocalipsis 12.10), así que, cuando levantamos oraciones de juicio y
acusación, nos estamos aliando con el diablo y no con Dios.
El modelo de Jesús, el intercesor de los intercesores fue ocupar nuestro lugar en la
cruz porque «…el amor cubre multitud de pecados» (1 Pedro 4.8), además de que, Él
es nuestro abogado ante el Padre. El lenguaje del infierno es la acusación, mientras
que el lenguaje del cielo es la intercesión.
Cómo orar correctamente:
Debido a todo lo anterior expuesto, es que es tan importante orar correctamente y por
lo tanto debemos buscar la ayuda del Espíritu Santo.
«26Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles. 27Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del
Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos».
Romanos 8.26-27
Con frecuencia, sucede que no sabemos “qué” pedir y cuando lo sabemos, no
sabemos “cómo” pedirlo. Nunca debemos empezar a interceder sin antes haber pedido
la asistencia del Espíritu Santo, para de esa forma, orar la perfecta voluntad de Dios.
Orar la “perfecta voluntad de Dios” significa orar aquello que Dios ha establecido en su
Palabra. Un ejemplo de esto es cuando oramos por sanidad, tenemos que decretar que
«por su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías 53.5b).
Cuando vemos la necesidad en alguien, comenzamos a orar de la manera que
creemos es mejor para esa persona y, tal vez, le estamos añadiendo cargas
espirituales por no orar la voluntad de Dios. Cuando oramos de esa forma, nos
movemos por vista y no por fe, por emoción y no guiados por el espíritu.
Es muy común, que los cónyuges oren los unos por los otros porque están viendo las
debilidades del otro y las sufren, pero no toman en cuenta lo que advierte Proverbios
18.21, que «la muerte y la vida están en poder de la lengua». Así, como usted ore, así
le será hecho.
«14Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a
su voluntad, Él nos oye. 15Y si Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que
tenemos las peticiones que le hayamos hecho». 1 Juan 5.14-15
Si pedimos a Dios conforme a su voluntad, sobre toda persona o circunstancia por la
que estemos orando, entonces tenemos garantizada la victoria porque comprobaremos
que «la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12.3), será la
respuesta.
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Oraciones para cambiar a otros:
Uno de los errores más comunes a la hora de orar por otros es querer cambiar a otros
a través de nuestra oración y la consecuencia es que terminamos levantando oraciones
almáticas porque nos enfocamos en sus debilidades y no en lo que Dios puede hacer
en esa vida.
«7Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 8Y cuando Él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio». Juan 16.7-8
No nos podemos olvidar que el único que produce cambios en el hombre es Dios a
través del Consolador (Espíritu Santo) porque trae convicción y no manipulación. En
vez de tratar de cambiar a otros en oración, pídale a Dios que ponga en ellos el querer
hacer Su voluntad:
«13Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su
buena voluntad». Filipenses 2.13
Dejemos que sea Dios quien produzca los cambios y no hagamos oraciones almáticas
que pueden llegar a ser oraciones de manipulación y hasta de hechicería que traen
más cargas a esa persona en vez de producir los resultados esperados. Hable la
voluntad de Dios sobre esa vida, o sea, lo que Él ya ha decretado en su Palabra.
Ejemplo de oración de una esposa por un inconverso:
Señor, te presento a __________, te pido que lo guardes, cuides y fortalezca.
Señor te pido por la salvación de su alma, pido que tu voluntad sea hecha en su
vida, que él te pueda conocer, que te reveles a su vida, quita toda ceguera
espiritual que el enemigo haya puesto en su vida y yo declaro que él te servirá,
que será la cabeza y sacerdote en mi hogar, que te va a honrar, que levantará
manos limpias y puras a ti. Te doy gracias por su vida, lo bendigo y declaro que
está hecho en el nombre de Jesús.
Notas:
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Capítulo 3
Intercesión
Aunque el concepto de la intercesión es muy conocido dentro de los medios cristianos,
los creyentes no lo practican y mucho menos disfruta de sus beneficios y como
consecuencia vemos un pueblo derrotado que se conforma sin pelear la buena batalla
de la fe.
Definición de Intercesión:
Hay diferentes palabras griegas y hebreas que se pueden traducir como intercesión:
En el griego tenemos:

Enteuxis: Oración con tiempo y lugar previamente planificados. Este significado
denota una conversación a la que le sigue una petición. Este término era
usado cuando alguien se acercaba a un rey en audiencia.

Entugkacno: Encontrarse con, e interceder, rogarle a una persona.
En el hebreo encontramos:

Palal: Esta palabra significa orar, interceder, mediar ante un juez por la causa de
otro.

Paga: Tiene un significado poderoso; significa afectar, por accidente o violencia o
por importunidad: acometer, arremeter, cargar, encontrar, herir, interceder,
interponer, librar, llegar, matar, orar, suplicar.
Un ejemplo de intercesión:
«8Y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad de que yo sepulte mi muerta de
delante de mí, oídme, e interceded por mí con Efrén hijo de Zohar». Génesis 23.8
Abraham hace “paga”, o sea intercede para sepultar a Sara.
Paga también quiere decir “alcanzar a, tocar, bordear, límite. Extensión hasta donde
llegan los límites”. También es el “blanco” (dar al blanco); la idea aquí es aterrizar sobre
o llegar a cierto lugar.
Si combinamos estos significados tenemos que intercesión es aproximarse a un rey
con un propósito específico en un momento y lugar determinado.
Veamos cómo funciona esto a través de una ilustración bíblica:
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«1Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió
de cilicio y de cenizas, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor. 2Y
vino hasta delante de la puerta del rey; pues no era lícito pasar adentro de la puerta del
rey con vestido de cilicio. 3Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y
su decreto llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y
ceniza era la cama de muchos… 7Y Mardoqueo le declaró todo lo que le había
acontecido, y le dio noticia de la plata que Amán había dicho que pasaría para los
tesoros del rey a cambio de la destrucción de los judíos. 8Le dio también la copia del
decreto que había sido dado a Susa para que fuesen destruidos, a fin de que la
mostrase a Ester y se lo declarase, y le encargara que fuese ante el rey a suplicarle y
a interceder delante de él por su pueblo». Ester 4.1-3, 7-8
Mardoqueo había hecho todo lo que se suponía podía hacer: se había vestido de
cilicio, se había rasgado los vestidos en señal de luto, ayuno y oración. Sin embargo,
no había hecho lo más importante, acercarse al rey y, para ello, le pide a Ester que ella
lo haga.
El por qué de tal petición es que Ester podía aproximarse al rey. Aproximarse se refiere
a intimidad y a comunión. No se puede entrar a interceder por otros o por algo sin antes
haber tenido comunión íntima con Él.
Nuestro ministerio tiene por costumbre empezar cada servicio de oración e intercesión
con las luces apagadas, música de adoración y de esa manera crear el ambiente para
la comunión con Él. Una vez en Su presencia, la presencia del Rey, puedes interceder
o suplicar acerca de cualquier cosa.
Un verdadero intercesor tiene una comunión muy estrecha con Dios y desarrolla una
relación íntima con Él.
La palabra paga viene del término hebreo pegá que quiere decir impactar. Esto fue lo
que hizo Jesús por nosotros cuando fue a la cruz: Él fue a interceder por nosotros
tomando nuestro lugar y lo que hizo fue impactar la muerte, impactar las tinieblas,
venciéndolas y dándonos así, la victoria.
La intercesión verdadera es aquella que ocurre entre dos reinos. Esta es la doble
acción de la intercesión:
1. Impacta el reino de las tinieblas:
Jesús fue a la Cruz y luego al infierno y arrebató las llaves de la vida y de la muerte.
2. Llega delante del otro rey a favor de otros:
Jesús subió al cielo delante de Dios para interceder por nosotros.
Una verdadera intercesión tiene que impactar el reino de las tinieblas para arrebatarle
las almas, las sanidades, las liberaciones de las familias, ciudades y naciones.
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«10Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese de rodillas y sobre las palmas
de mis manos. 11Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te
hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto
conmigo, me puse en pie temblando. 12Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque
desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia
de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13Más el
príncipe del reino de Persia se opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno
de los principales príncipes, vino a ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia».
Daniel 10.10-13
El intercesor verdadero persevera hasta lograr la respuesta porque la oración
intercesora es aquella que le suplica a Dios por otros que necesitan desesperadamente
su intervención divina y muchas veces esa intercesión se convierte en una batalla
donde hay que darlo todo para lograr la respuesta.
Otra forma, de definir intercesión es edificar límites de protección alrededor de
nosotros, de otros y de cosas. Es ponerse en el lugar de otros, llevar sus cargas para
librarlos de ellas mediante una poderosa oración que sale como saeta que da en el
blanco en un momento determinado.
Los intercesores a través de su oración levantan muros de protección alrededor de
aquellos más débiles que no pueden clamar por sí mismos, también delimitan el
territorio del enemigo alrededor de líderes, ministerios, familias y demás, a través de
sus oraciones poderosas que impiden el paso del enemigo.
Tiempo correcto para interceder:
Ahora bien, de acuerdo a esa definición de intercesión, hay “momentos” en los cuales
tenemos que arremeter contra el enemigo llevando las cargas de otros o las propias.
Estos momentos son los “kairos” de Dios. La palabra hebrea kairos significa la
estrategia o el tiempo de Dios correcto, el momento oportuno en el que se debe hacer
algo.
Tenemos que pararnos en la brecha e interceder en momentos de crisis o en
momentos de peligros revelados por Dios.
Cuando alguien o algo (iglesia, ministerio, demás.) está en peligro, o sea, está a punto
de ser atacado por el enemigo, ese es un tiempo kairos. Un ejemplo de un kairos para
orar es la tentación en la vida de una persona. Jesús oró para que a Pedro no le faltara
la fe porque iba a ser probado y como intercesor, Él ya había percibido la prueba en el
espíritu.
Muchas veces, Dios inquieta a alguien por esa persona en el momento preciso y ese
alguien, un intercesor, comienza a orar, a mediar en defensa de esa persona
levantando un muro de protección a través de la oración alrededor de su vida que
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impide el ataque del enemigo y aunque la persona puede llegar a ser probada, recibe la
fortaleza necesaria para salir adelante en la prueba.
La Intercesión como mediación o defensa.
La intercesión es mediar entre dos partes. Es lo que hace un abogado: él (Jesús es
nuestro abogado) va delante de un juez (el Padre es el justo juez) y presenta su caso
(en nuestra defensa), mientras el fiscal acusador (el diablo, nuestro acusador) muestra
la evidencia en contra del acusado (nosotros).
Ese abogado intercede a favor nuestro, refutando la evidencia mostrando que el acta
de los decretos en contra nuestra ya ha sido anulada y cierra nuestra defensa
mostrando la obra de la cruz que nos ha librado de toda culpa.
Al interceder por alguien o por algo, tomamos el lugar de Cristo como mediador y
hacemos su trabajo como abogado, en el momento preciso, presentando la defensa,
basada en la estrategia diseñada en la Palabra de Dios, orando conforme a su
voluntad.
Cuando tomamos el lugar de Cristo como intercesor, llevamos las cargas de los demás,
tal y como él lo hizo en la Cruz.
Pararse en la brecha
«30Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha
delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé».
Ezequiel 22.30
Establecimos anteriormente que la intercesión tiene una doble acción: impactar e ir
delante del rey. Esta doble acción consiste en ofensiva y defensiva, y este versículo lo
explica a través de dos palabras: vallado y brecha.
Las palabras brecha y abertura significan lo mismo. Este término se usaba cuando los
muros o murallas de las fortalezas o ciudades fortificadas en la antigüedad, se
agrietaban o se rompían.
Era una ruptura, o lo que es lo mismo, se había abierto una brecha a causa del ataque
del ejército enemigo. Entonces era necesario pararse en la brecha para taparla y
repararla para que el enemigo no pudiera penetrar por ahí. Así surgió la frase pararse
en la brecha.
Vallado es la palabra hebrea gadér que significa: amurallar o cercar, reparar las puertas
o portillos, circunvalación, que quiere decir hacer un muro en círculo cerrado. Otras
definiciones de vallado son: muro, pared, protección.
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Cuando se hablaba de hacer vallado, se estaba refiriendo a levantar un muro alrededor
de algo o alguien, una pared de protección en círculo cerrado que evitaba que cualquier
ataque enemigo llegase a tocar ese algo o a ese alguien.
En otras palabras, vallado es protección, y por tanto, se refiere a defensa; pero brecha
es la parte ofensiva de la intercesión donde se para uno y detiene el ataque enemigo
enviando flechas ofensivas, le recuerdo que paga también quiere decir dar en el
blanco, arremeter, atacar. Estas flechas salen en forma de palabras que son
pronunciadas en la intercesión.
«1Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre,
desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. 2Y puso mi boca como
espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me
guardó en su alhaja». Isaías 49.1-2
La intercesión es una guerra de palabras en la cual tú comienzas a hablar, a interceder
a enviar flechas en formas de palabras, pero no cualquier palabra, sino la Palabra de
Dios y es cuando el intercesor se para en la brecha y con su oración comienza a
reparar el muro de protección alrededor de una vida o circunstancia por la que está
intercediendo. Esa es la razón por la cual los intercesores también son llamados
reparadores de portillos.
«12Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación
levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para
habitar». Isaías 58.12
El don de intercesión
La intercesión es un llamado. Es uno de los dones con los cuales somos activados en
el cuerpo de Cristo. Así como algunos son llamados a evangelizar, a cantar, a enseñar,
otros son llamados a interceder.
Cabe la aclaración que todos estamos llamados a interceder en un momento dado de
nuestra vida por alguien o por alguna circunstancia específica, pero hay ciertos
creyentes que todo el tiempo están recibiendo “cargas” o instrucciones de oración de
intercesión. Esos son los que tienen el don de intercesión que al igual que los otros
dones que Dios le ha dado al creyente, tiene características muy propias que los
distingue.
El intercesor tiene la tarea de pararse delante de Dios para “interceder”. Esta es la
habilidad dada por Dios al creyente, a través del Espíritu Santo para orar
apasionadamente por largos períodos de tiempos. Cuando no está presente el llamado,
le va a costar mantener mucho tiempo orando por determinada carga, aun cuando la
persona se identifique con la situación o persona.
El intercesor es el mediador de Dios aquí en la tierra para establecer su voluntad en la
vida de otros y en determinadas circunstancias.
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Características de un intercesor:
A continuación, le vamos a dar las características de un intercesor para que usted
pueda identificar el llamado en su vida.
1.
Ora por largos períodos de tiempos.
A diferencia del creyente “regular”, el intercesor pasa largas horas orando e
intercediendo sin quejarse, sino más bien, se sorprende del tiempo que ha pasado
sin ni siquiera sentirlo.
2.
Opera bajo el don de discernimiento de espíritus.
Este es el don que le permite al creyente ver, oír, percibir y sentir en el mundo
espiritual. Este don es imprescindible para que el intercesor pueda identificar el
ataque del enemigo y poder orar correctamente.
3.
Se mueve en misericordia.
Al intercesor le mueve la misericordia y el amor, otras de las cualidades de Jesús,
se identifica con la carga y el dolor de esa persona y es eso lo que le lleva a orar
por ella.
4.
Es muy sensible en el mundo espiritual.
Al intercesor le basta una conversación para percibir que algo anda mal, llega a un
lugar y puede sentir la opresión que está sobre ese lugar, etc.
5.
Sus oraciones son contestadas con mucha frecuencia.
Una de las señales inequívocas de la presencia del llamado a interceder es que
sus oraciones son contestadas todo el tiempo. Generalmente, obtienen respuestas
más frecuentemente y más rápido que un creyente regular.
6.
Mantiene una actitud de oración.
El intercesor mantiene una actitud de oración todo el tiempo. Esto no quiere decir
que se pasa las veinte cuatro horas al día orando, sino más bien, que levanta
oraciones “telegramas” cada vez que es necesario.
Por ejemplo, está en el trabajo y surge una crisis, hace una oración corta o cuando
tiene un receso en el trabajo, se va al baño y levanta una oración rápida o
“telegrama”.
7.
Sufre los síntomas o las sensaciones en su cuerpo físico.
Frecuentemente el intercesor va a sentir los síntomas de la otra persona: va a
sufrir dolores, va a sentir la carga, las opresiones, etc. Cuando esto sucede, es
necesario orar por él, y entonces, podrá orar efectivamente por esa persona
después de haber sentido lo que esa persona siente.
8.
Disfruta la oración.
El intercesor es apasionado por la oración. Pasa mucho tiempo orando y lo
disfruta en gran manera, todo lo resuelve en oración. Se deleita en ella.
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9.
No le tiene miedo al diablo y los demonios.
El intercesor no le teme al diablo y sus demonios, por el contrario siempre, se está
enfrentando a ellos y haciéndoles guerra. Generalmente, los intercesores son
liberadores, aunque no necesariamente tienen que serlo. Ellos se llenan de ira
santa, cuando enfrentan al enemigo y esto, los hace ir en contra de sus artimañas.
10. Conoce su lugar y se mueve en autoridad.
El intercesor conoce bien su lugar como guerrero, sus derechos como hijo, sus
habilidades como creyente y sabe usar bien la autoridad que Dios le ha dado.
11. Tiene denuedo.
El intercesor posee un gran denuedo y atrevimiento para entrar al mundo espiritual
y arrebatar lo que el enemigo ha robado o anular sus planes, aún antes de
implementarlos. Es atrevido, valiente y no se intimida ante el ataque enemigo.
12. Camina en fe.
El intercesor no camina por vista sino por fe y no importa que tan mala se vea la
situación, siempre confía que Dios solo necesita que alguien crea y ore para que
sea hecho. Es gente de fe. Generalmente, se mueven en el don de fe.
13. Depende de Dios.
El intercesor depende de Dios en todo tiempo y circunstancias. No hace nada sin
antes buscar Su voluntad y espera su confirmación.
14. Es conocedor de la Palabra de Dios.
El intercesor conoce las Escrituras, está muy familiarizado con ella porque parte
de su preparación para interceder es estudiar la Palabra, meditar en ella para
poder usarla cuando está intercediendo, además de que con frecuencia el Señor
lo va a llevar a pasajes que le va a ayudar en su intercesión.
15. Es determinado y perseverante.
El intercesor se enfoca en la solución, se determina a alcanzar la victoria y nada
los saca de ese camino. No deja de orar hasta alcanzar su meta.
16. Vive en santidad.
El intercesor vive un estilo de vida de santidad porque pasa mucho tiempo en la
presencia de Dios. No tiene puertas abiertas, sino por el contrario, escudriña su
vida y es muy exigente consigo mismo. Se aplica un alto estándar de santidad.
Peligros a los que están expuestos los intercesores:
Ahora bien, existen ciertos peligros a los cuales están expuestos los intercesores por el
hecho de pasar tanto tiempo en la presencia de Dios:
1. Orgullo espiritual
Creen que ellos son los únicos que escuchan la voz de Dios y que nadie más está
por encima de ellos. Se creen la máxima autoridad espiritual.
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2. Se llegan a considerar superior a otros.
Debido a que pasan mucho tiempo en la presencia de Dios, se consideran mejor
que otros, se creen más espirituales y llegan a mirar a otros por encima del hombro.
3. Tendencia a percibir siempre lo malo.
Si no tienen un balance correcto, siempre van a percibir lo malo, siempre van a
estar dando advertencias de peligros a todos, llegan a extremos donde quieren
liberar todos los lugares donde llegan, la ropa que se ponen, la comida que comen,
etc. Ellos siempre van a ver el peligro de contaminarse y se olvidan que Dios guarda
nuestra vida si vivimos en obediencia.
4. Tratan de manipular al pastor, líderes y hermanos.
Tratan de imponer sus puntos de vistas manipulando a los demás con sus
oraciones, sueños, visiones y palabras proféticas. Muchas veces, dicen que Dios les
habló pero realmente se están dejando guiar por lo que ven o por sus emociones.
5. Se revisten de falsa espiritualidad.
Precisamente porque pasan mucho tiempo en la presencia de Dios, se creen más
espirituales que los demás. La espiritualidad no viene por la cantidad de tiempo que
se ora sino más bien por la madurez de la persona.
Sin embargo, una persona madura es una persona espiritual. Hay muchos
intercesores que por tener el don, pueden pasar mucho tiempo orando, pero aún
son bebés espirituales que aun tienen que desarrollar los frutos del espíritu en sus
vidas para alcanzar la madurez espiritual y formar su carácter.
6. Se vuelven religiosos.
Por el tiempo de oración, por tener la habilidad de ver en el mundo espiritual, por los
resultados de su oración, además de llevar una vida de santidad se vuelven
religiosos. Comienzan a desarrollar una actitud de juicio y levantan oraciones
acusatorias, condenan a aquellos que fallan en lo más mínimo y los desechan con
sus palabras y con su actitud.
Tipos de intercesores:
Existen diferentes tipos de intercesores los cuales Dios llama a interceder en áreas
específicas y a los cuales dota con los dones necesarios para lograr resultados en esos
medios. He aquí un listado de algunos de ellos: intercesores por las almas, por las
finanzas, personales, de crisis, adoradores, liderazgo, política, de guerra, y por
supuesto, los proféticos, entre otros.
Los intercesores de crisis son también conocidos como vigías o atalayas y
generalmente, están dotados de lo que se llama “unción de rompimiento”, de la cual
hablaremos más adelante, y por ser los que identifican los ataques del enemigo con
sus radares espirituales mucho antes que sucedan, son imprescindibles dentro de un
grupo de intercesión.
23
Otro tipo necesario dentro de la iglesia, son los intercesores por las almas porque son
los que “paren” en el espíritu, de esto también hablaremos más adelante.
No importa cuál sea su llamado a interceder, o cuál sea su forma de hacerlo, Dios lo va
a usar tal y como usted es para interceder. Su efectividad como intercesor depende de
su madurez espiritual, de su búsqueda de Dios, de su vida de santidad y sobre todo, de
su obediencia.
Tabú:
1. No tenemos que interceder, la victoria fue ganada por Cristo en la cruz.
La destrucción de Satanás no fue literal, sino una derrota legal. Tan es así, que
anda como «león rugiente» (1 Pedro 5.8) viendo a quien devorar. En la cruz,
Satanás fue despojado (Colosenses 2.15) de su derecho (derecho legal que le fue
entregado por Adán en la caída) a venir en contra de aquellos en los cuales Cristo
señorea.
La autoridad es el problema entre Dios y Satanás. El poder nunca ha dejado de ser
inherente a Dios, pero Satanás tiene autoridad alimentada por el pecado de la
humanidad. Cuando renunciamos al pecado, le quitamos esa autoridad en nuestra
vida y ya no nos puede tocar porque Cristo lo despojó de ese derecho en la cruz. El
poder realiza el trabajo, pero la autoridad controla el poder.
Notas:
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Capítulo 4
Obteniendo resultados en la intercesión
Tenemos hombres y mujeres que saben orar, que pasan largos períodos de tiempos
intercediendo, sin embargo, no logran resultados. Existen varias razones que provocan
la falta de resultados que llevan al intercesor a desanimarse y dejar de perseverar en la
oración.
En los capítulos anteriores vimos algunas de las razones por las cuales no se obtienen
los resultados esperados:
1.
2.
3.
4.
No saber qué pedir o pedir mal.
No orar de acuerdo a la voluntad de Dios.
Orar oraciones almáticas, de juicio o manipulación.
No perseveran en la oración.
Ahora nos vamos a enfocar en una de las razones más importantes y que ya la
mencionamos brevemente en un capítulo anterior: orar con la ayuda del Espíritu Santo.
Orar con la ayuda del Espíritu Santo
«26Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles». Romanos 8.26
El Espíritu Santo vino a ocupar el lugar de Cristo como intercesor aquí en la tierra
después de su partida. Sin su ayuda es imposible lograr resultados.
Funciones del Espíritu Santo como intercesor:
1. Él nos enseña a orar como conviene.
Ya vimos como es el Espíritu Santo quien nos revela el corazón del Padre para que
podamos orar como conviene a Su voluntad.
2. Él mismo intercede por nosotros.
El Espíritu Santo intercede por nosotros y a través de nosotros para que podamos
orar e interceder.
3. Él nos ayuda en nuestra debilidad.
Esta tarea del Espíritu Santo es muy importante para producir resultados.
La palabra “ayuda” es una palabra muy interesante en el griego que a su vez está
compuesta por otras tres palabras cuyo significado combinado quiere decir “junto a”,
“en contra de” y “agarrarse o tomarse de.”
25
En otras palabras, la Escritura nos dice que cuando empezamos a orar y el Espíritu
Santo viene en nuestra ayuda, nos agarra de la mano, se junta a nosotros, en
contra de todo enemigo para orar.
«6…no con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
Ejércitos». Zacarías 4.6b
No sólo el Espíritu Santo quiere dirigir nuestras oraciones, sino que quiere hacerlo
correctamente uniendo Su fuerza a la nuestra.
Hay otra palabra en este versículo que llama la atención y es la palabra “debilidad”.
En el original quiere decir frágil, sin fuerza o sin habilidad.
Esta es la razón por la que el Espíritu Santo tiene que venir en nuestro auxilio
porque debido a esa debilidad, a esa fragilidad, somos incapaces e inhábiles de
producir resultados.
Le hago notar que cuando vimos esa definición de “nos agarra de la mano, se junta
a nosotros, en contra de”, no es que el Espíritu Santo lo hace todo Él solo, sino que,
se une a nosotros para ayudarnos a lograrlo.
Le recuerdo que la Escritura dice que la carne es débil y no quiere orar. Por esa
razón, la carne no puede producir resultados, necesitamos depender del Espíritu
Santo.
No necesitas ser pastor o profeta, ni siquiera un nombre muy conocido para interceder,
con que estés bien conectado con el Espíritu Santo, puedes lograr grandes victorias en
el espíritu.
Cómo interceder:
Existen dos maneras de interceder y éstas son en el entendimiento y en el espíritu.
«14¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré
con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento». 1 Corintios 14.15
Interceder con el entendimiento:
Orar e interceder con el entendimiento es hacerlo en su idioma, con palabras conocidas
por usted. Sin embargo, le recuerdo que esta forma de intercesión está sujeta a la
voluntad de Dios, o sea, a establecer aquellos parámetros puestos por Él en su Palabra
para el creyente.
Cuando un intercesor está lleno de la Palabra de Dios, le es muy fácil fluir en este tipo
de oración «porque de la abundancia del corazón habla la boca» (Mateo 12.34).
Cuando un intercesor comienza a desatar esa Palabra, en realidad lo que está
26
desatando, es el poder creativo de dicha Palabra, el mismo poder que dio lugar a los
cielos y la tierra.
Interceder en el espíritu.
Cuando usted no sabe cómo orar por determinada situación y le pide la ayuda al
Espíritu Santo, pero no recibe respuesta inmediata, no tiene que dejar de orar,
simplemente, comience a orar en el espíritu.
Orar en el espíritu no es otra cosa que hablar en lenguas desconocidas dadas por el
Espíritu Santo. Cuando se intercede en lenguas es el Espíritu Santo quien ora a través
de nosotros, estamos orando la perfecta voluntad de Dios y sin interferencia, ya que
hablamos directamente con Dios y no a los hombres, además de que nos edificamos y
fortalecemos espiritualmente a través de ellas.
No podemos dejar a un lado al Espíritu Santo e interceder por nuestra cuenta porque
no vamos a llegar lejos y no seremos capaces de producir resultados. Necesitamos de
Él para la victoria, como el general del ejército que le da las instrucciones a la tropa y
así cada cual sabe qué hacer.
Notas:
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Capítulo 5
La armadura espiritual
Parte de nuestra preparación para entrar a interceder y después de haber estado en Su
presencia, es ponernos toda la armadura de Dios.
El conflicto es real, por tanto, necesitamos prepararnos adecuadamente para evitar
heridas, lograr el mayor daño posible al campamento enemigo y evitar el contra ataque.
«11Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podéis estar firme contra las
asechanzas del diablo. 13Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, 14estad, pues, firmes, ceñidos
vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15y calzados los pies
con el apresto del evangelio de la paz. 16Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que
podáis apagar todos los dados de fuego del maligno. 17Y tomad el yelmo de la
salvación, y la espada del espíritu, que es la Palabra de Dios; 18orando en todo tiempo
con toda oración y suplica en el espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y
suplica por todos los santos». Efesios 6.11, 13-18
Los creyentes están en un conflicto espiritual, en una guerra. Un soldado no va a la
guerra sin antes ponerse su uniforme.
Existe varias razones para que un ejército le exija a sus soldados llevar un uniforme:
1. Para reconocer a los suyos y evitar caer bajo el ataque de su propio ejército.
2. Para protección, ya que el uniforme está diseñado para pasar desapercibido, o sea,
“camuflajearse” en el medio ambiente.
3. Parte del uniforme es la armadura que le va a permitir pelear y vencer.
El creyente debe pelear contra las fuerzas del mal, pero no con su propio poder, ni en
sus propias fuerzas, sino con las armas espirituales provistas para ese efecto:
«3Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4porque las armas
de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas».2 Corintios 10.3-4
No importa que tan preparado usted sea académicamente, que tan exitoso sea en el
mundo de los negocios, si usted no aplica las armas espirituales apropiadas para
enfrentar los planes y artimañas del diablo, no podrá vencerle; por eso, es
imprescindible tomar la armadura todos los días y ponérnosla.
28
La armadura es algo individual. No vemos dos soldados en la guerra usando la misma
ropa ni compartiendo sus armas de combate, sino que cada uno de ellos usa su propio
uniforme y su propio armamento. Usted se tiene que poner su propia armadura.
La tendencia dentro del pueblo de Dios es cuando alguien comienza a ponerse la
armadura solo decir “Amén”, cuando en realidad, debería estar poniéndosela usted
mismo y con sus propias palabras.
Esta es la tipología que siempre uso para explicar cómo ponernos la armadura:
Cuando nos levantamos en las mañanas y antes de salir a la calle, nos quitamos la
ropa, nos bañamos y por último, nos vestimos nuevamente; así, estamos listo para
el resto del día. Si lo llevamos a lo espiritual, cuando nos levantamos y antes de
salir a la calle, debemos quitarnos las vestiduras de pecado, maldad y todo lo que el
enemigo haya tratado de depositar el día anterior en nosotros: preocupaciones,
desánimo y demás, nos bañamos con la sangre del Cordero y con ella nos
purificamos, nos reconsagramos para Dios y por último, nos vestimos con toda la
armadura para estar listos para enfrentar en el resto del día, cualquier asechanza
del enemigo.
Significado de la armadura:
La armadura está compuesta por ciertas armas de defensa y otras de ofensa. A
continuación, vamos a estudiar brevemente los componentes de la armadura.
Armas defensivas:
1. El cinturón de verdad
Una de las armas más poderosas que usa el enemigo en contra del creyente es el
engaño.
«44Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis
hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es
mentiroso, y padre de mentira». Juan 8.44
Él no usa la mentira sino que tuerce la verdad. Toma una verdad, la mezcla con un
poco de mentira, distorsiona dicha verdad, es entonces que aquellos que creen en
el engaño, ya perdieron la batalla.
Los hijos de Dios tenemos que tener muy claro cuál es la verdad:
«32Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libre». Juan 8.32
Ahora bien, los rugidos del «león rugiente» muchas veces confunden al creyente
como si fuesen los rugidos del León de la Tribu de Judá, y se convencen que no
hay nada que hacer y ya perdieron la batalla.
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«6Dijo: Yo soy el camino, y la Verdad, y la vida…». Juan 14.6
Lo único que nos puede librar del engaño de Satanás es la verdad revelada de
Dios: Cristo es la Verdad, Él es la persona de Verdad.
La Palabra de Dios es la Palabra de verdad («15…como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la Palabra de Verdad», 2 Timoteo 2.15) que revela la
verdad, revela a Cristo como la verdad («1En el principio era el Verbo, y el Verbo
era con Dios, y el Verbo era Dios», Juan 1.1). Por otro lado, tenemos al Espíritu
Santo que es el Espíritu de verdad («13Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él
os guiará a toda la verdad…», Juan 16.13a) y que a su vez es quien nos revela la
Palabra de Verdad y a Cristo como la Verdad.
Jesucristo es la encarnación de la verdad, Él es nuestra protección contra el
engaño. Cuando nos ceñimos los lomos con la verdad, dejamos al descubierto a
Satanás y lo exponemos. Si vivimos según esa verdad, entonces tendremos una
vida limpia, pura y sin engaño que no le da lugar al diablo, por eso, la verdad es la
primera arma defensiva.
2. Coraza de justicia.
La coraza era la parte del uniforme del soldado romano que le cubría el pecho y el
apóstol Pablo la usa para cubrir el corazón porque Satanás siempre está detrás del
corazón del hombre porque es el lugar más vulnerable, es allí donde guardamos el
pecado o el temor de Dios.
«23Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.»
Proverbios 4.23
La justicia tiene que ser una condición del corazón.
«10Porque con el corazón se cree para justicia…» Romanos 10.10a
Es en el corazón donde somos justificados, o sea hechos justos, razón demás para
protegerlo.
Para que esta parte defensiva del uniforme del soldado romano fuera efectiva tenía
que ser bien resistente, por eso debe ser de justicia porque simboliza todo lo que
Satanás no es, en contra posición con el hecho de que es uno de los atributos de
Dios.
La Escritura está llena de referencia a Su justicia: «Justo eres tú, oh Jehová»
(Salmo 119.137). Sin embargo, hay otra cita bíblica que pone un énfasis especial:
«6Le llamarán: Jehová justicia nuestra» (Jeremías 23.6).
La coraza de justicia es precisamente la justicia de Dios puesta sobre nosotros y en
nosotros para que nos proteja.
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3. Calzado los pies con el apresto del evangelio de la paz.
El calzado del uniforme del soldado romano en realidad era esencial para la batalla.
Tenían suela gruesa que le permitía al soldado las largas caminatas en cualquier
tipo de terreno. Estas sandalias permanecían firmes al subir montes o montañas y
eran cómodas para caminar en el desierto.
De hecho, es la opinión de expertos en guerra, que el imperio romano pudo llegar a
conquistar tanto territorio y llegar a ser el más grande imperio que ha existido
precisamente porque tenían el calzado adecuado.
Cuando el apóstol Pablo habla del “evangelio de la paz” no se está refiriendo ir a
predicar el evangelio, ni tampoco quiere decir que tenemos que vivir en paz los
unos con los otros.
Le recuerdo que el contexto de esta Escritura, es la guerra y no tendría sentido
ponerse a predicar en medio de la guerra o tratar de llevarse bien los unos con los
otros cuando se está bajo el fuego del ataque enemigo.
El evangelio de la paz se refiere a las “buenas noticias” de paz que tenemos en
Dios provista por Cristo, el Príncipe de Paz. Tiene que ver con estar firmes, sin
temor a resbalar a pesar de los terrenos que estemos atravesando porque la paz de
Dios nos sostiene y guarda nuestros corazones.
«7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Filipenses 4.7
Ya no sólo estamos guardando el corazón, sino que también estamos protegiendo
la mente con la paz. La paz le da confianza que sin importar cuán grande sea el
enemigo, usted saldrá victorioso porque el «Dios de paz estará con vosotros»
(Filipenses 4.9).
Satanás siempre va a tratar de robarnos la paz. La razón nos la da la Escritura:
Cuando tenemos paz quiere decir que «20el Dios de paz aplastará en breve a
Satanás bajo vuestros pies» (Romanos 16.20).
Armas ofensivas:
1. Escudo de la fe.
El escudo de la fe nos protege de tal manera que aunque veamos la tempestad
estamos amparados y la tormenta no nos toca, es como si la viéramos a través de
un cristal grueso blindado.
No es un secreto que la peor batalla del creyente es en la mente, es allí, donde el
maligno envía esos dardos de fuego para traer duda, incredulidad, desánimo, temor,
incertidumbre, etc.; de ahí, la importancia del escudo de la fe.
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Cuando dice “todos los dardos” quiere decir que todos se van a apagar, extinguir,
desactivar por la acción del escudo. Mientras levantas el escudo, vas a escuchar el
ataque, vas a oír ruidos de voces que se levantan contra ti, etc., pero no te podrán
tocar.
«5…Él es escudo a los que en Él esperan». Proverbios 30.5b
La fe en sí no tiene valor ninguno, sino fuera por el objeto de nuestra fe: Jesucristo.
Aquellos que tienen su fe puesta en un objeto falso (ídolo, confianza en sí mismo,
dinero, etc.), les fallará, porque no tiene el poder para escudarlos y por tanto, para
protegerlos.
La batalla que enfrenta el creyente es real. En la antigüedad, cuando atacaban una
ciudad amurallada, intentaban lanzar por encima del muro antorchas encendidas o
proyectiles de fuego, tantos como fuera posible porque si provocaban un incendio la
batalla estaba ganada.
Satanás diariamente está enviando esos dardos de fuego a nuestra mente para
provocar un incendio, pero el escudo del soldado romano estaba mojado para que
cuando los dardos chocaran contra él se apagarán instantáneamente.
Como creyentes debemos empapar nuestra vida del agua de la Palabra ya «que la
fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios» (Romanos 10.17) y cuando viene
uno de esos dardos de fuego en forma de pensamientos, tenemos que llevarlo
cautivo a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10.5).
2. Yelmo de la salvación.
Estaba diseñado para proteger la cabeza del soldado. Servía para la batalla cuerpo
a cuerpo donde eran atacados con palos, cadenas, piedras y hasta cuando se caían
del caballo, les servía de protección.
Este yelmo puesto sobre nuestra cabeza, significa que somos salvos porque Jesús
es nuestro Salvador y lo que Él hizo por nosotros es algo que nunca debemos
olvidar ya que por Su misericordia, tenemos vida eterna.
«12Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a
los hombres, en que podamos ser salvos». Hechos 4.12
La palabra salvación usada aquí es la misma palabra salvación usada en Efesios 6
para referirse al yelmo de la salvación y es el término griego “sotería” que quiere
decir rescate, seguridad, salud, salvación, liberación, prosperidad.
Cuando la Escritura habla de ponernos este yelmo, no se está refiriendo a recibir a
Cristo como Salvador porque el apóstol Pablo le estaba hablando a creyentes,
nacidos de nuevo, sino que lo que nos está tratando de decir es que activemos la
salvación completa sobre nuestra vida, la cual no es únicamente ir al cielo algún
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día, sino que además es vivir la vida plena, la sotería total que Cristo alcanzó para
nosotros en la cruz.
3. La espada del espíritu
En una batalla, los soldados se defienden del ataque enemigo pero a su vez contra
atacan, avanzan a la defensiva y quizás el arma de ataque más clara para el
creyente, es la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.
En realidad, esta es la única arma que sirve tanto para atacar como para
defendernos. La espada del soldado romano no era muy larga pero sí muy efectiva
porque tenía doble filo, así que, no importaba como la esgrimía el soldado, hacía
daño. La espada del Espíritu nos defiende contra el diablo, pero lo obliga a retirase
en el contra ataque.
«12Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». Hebreos 4.12
La Palabra de Dios penetra el cuerpo (coyuntura y tuétanos), el alma y en el
espíritu. Tiene el poder de discernir y desnudar las intenciones ocultas.
Lo cierto es que la guerra espiritual es una guerra de palabras: el diablo le envía dardos
de fuego en forma de pensamientos y usted le refuta con la Palabra de Dios. Un
ejemplo en la Escritura de una guerra de palabras es el enfrentamiento de David y
Goliat. Este último había logrado amedrentar al ejército de Israel con amenazas, pero
David no se quedó callado, sino que le respondió y ese fue el principio del fin para el
gigante.
Cuando nos ponemos toda la armadura estamos revistiéndonos de la protección del
Señor Jesucristo ya que cada pieza, está relacionada con su persona y con su obra.
«14Si no vestíos del Señor Jesucristo». Romanos 13.14
Notas:
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Capítulo 6
Intercesión Profética
No existe una fórmula para saber cuando Dios nos está dirigiendo a orar por
determinada necesidad o circunstancia, pero a través de la intercesión profética, Dios
nos marca pautas que nos ayudan a explorar el mundo espiritual para buscar Su
presencia, discernir Su voz, la de la carne o aún distinguir al mismo enemigo enviando
dardos de fuego.
Sabemos que “no tenemos lucha contra sangre y carne” y el enemigo va a tratar de
estorbar nuestras oraciones, pero a través de la intercesión profética y con la ayuda del
Espíritu Santo, no sólo podemos identificar correctamente al enemigo, sino alcanzarlo
con nuestras oraciones y destruir todo plan de maldad.
Definición de intercesión profética:
La intercesión profética es como recibir una carga en el espíritu revelada por Dios para
orar por determinada situación y llamar o proclamar victoria mediante la destrucción en
el espíritu de todo plan o estrategia del enemigo en el momento oportuno (kairos) de
Dios para alcanzar resultados.
El propósito de la intercesión profética es:




Hablar claramente el deseo de Dios.
Impartir instrucciones.
Facilitar estrategias para la guerra espiritual.
Conducir al uso efectivo y responsable de los dones que Dios nos ha dado.
¿Qué es la intercesión profética?
Este tipo de intercesión es la combinación de dos dones poderosos en el cuerpo de
Cristo: el don de profecía y el don de intercesión.
Es a través de la intercesión profética que se contestan muchas interrogantes acerca
del papel y la función del don de la profecía en la iglesia de hoy. La profecía es una
herramienta poderosa para la guerra espiritual y ayudarnos a resolver problemas aún
antes de que estos se presenten.
El primer caso de oración intercesora en las Escrituras es precisamente una intercesión
profética. Dios le dice a Abraham que va destruir Sodoma y Gomorra. Entonces
Abraham comienza a interceder por los justos de la ciudad.
«23Y se acercó Abraham y dijo ¿Destruirás al justo con el impío?» Génesis 18.23
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Una de las imágenes que nos ofrece este pasaje es al intercesor como defensor legal
en la corte celestial que presenta el caso ante Dios como juez. Pero vale notar aquí,
que Abraham pudo interceder una vez que Dios le reveló lo que habría de hacer en
Sodoma y Gomorra.
«16Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con
ellos acompañándolos. 17Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a
hacer…?» Génesis 18.16-17ª
La intercesión profética es un llamado de Dios a pararse firme, en la brecha por
determinada circunstancia hasta que haya un rompimiento y su propósito es involucrar
personas en el proceso. Solo al hombre le fue dado el don de hablar y los santos son
voceros de Dios en la tierra.
Cuando hay un tiempo kairos, Dios llama al intercesor profético y lo hace consciente
del peligro. El Señor les advierte de esos peligros o kairos en su vida, en la vida de
otros o en la iglesia, ministerio, etc. y lo hace a través de una impresión en su espíritu,
una visión o un sueño.
Todo profeta es un intercesor, pero no todo intercesor es un profeta, como tampoco
todo intercesor es un intercesor profético.
Un ejemplo de esto es Lucas 22.31-32, donde Jesús oró para que a Pedro no le faltara
la fe. Y dio resultado como muestran las Escrituras.
«18Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello
con toda perseverancia y suplica por todos los santos». Efesios 6.18
No vamos a estar orando en todo “tiempo” (chonos: es el tiempo de vida que se puede
medir en días, horas, minutos, etc.), sino en todo “tiempo kairo”, o sea, en el momento
correcto o estratégico de Dios, el momento oportuno para hacer algo.
Funciones de un intercesor profético:
1. Escucha lo que Dios desea.
2. Ora lo que Dios quiere hasta que da a luz en el espíritu.
¿Por qué un intercesor profético es más efectivo?
Un intercesor profético tiene comunicación directa con el Padre a través del Hijo,
Jesucristo, por medio del Espíritu Santo.
Con mucha frecuencia nos olvidamos de esperar en Dios y nos apoyamos en nuestra
propia prudencia (Proverbios 3.5-6). No esperamos ni escuchamos las señales del
Espíritu Santo con lo cual detendríamos muchos ataques del enemigo o simplemente
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dejaríamos al descubierto sus intenciones en el momento oportuno (kairos) para crear
un límite (paga) de protección conforme oramos.
La intercesión profética es orar de acuerdo a la revelación que se nos da en el espíritu
a través de la profecía, sueños o visiones.
Diferencia entre intercesión e intercesión profética:
La intercesión es un deseo de orar por ciertas peticiones de oración que son
presentadas por Dios: Él pone una carga en el espíritu del intercesor que lo impulsa a
orar.
Intercesión profética, en cambio, es la capacidad para recibir de parte del Señor una
petición de oración inmediata por revelación en el espíritu y orar por ella mediante una
expresión divina ungida.
La intercesión la comienza el intercesor pero la intercesión profética viene de Dios por
tanto la comienza Él, quien transfiere la carga al intercesor profético.
Existen ciertas características que le son específicas a la intercesión profética. La
mayor parte de los intercesores no son intercesores proféticos, por lo que muchas
veces no entienden las características de esta intercesión.
Parte de la intercesión profética es:
1. La proclamación profética.
Se da inspirada por el Espíritu Santo para declarar verbalmente la voluntad de Dios
en una situación y lleva a los intercesores a hacer guerra en los lugares celestiales.
«27Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo oís al oído, proclámalo desde la
azotea». Mateo 10.27
Como representantes de Dios en la tierra, se nos ha dado la autoridad de hablar por
Él en tiempos estratégicos. El Señor va a levantar intercesores proféticos
dispuestos a prestar su boca para hacer declaraciones estratégicas en el tiempo
(kairos) oportuno y hablarle a las potestades demoníacas.
2. Actos proféticos.
Parte de la intercesión profética es realizar actos de fe que van a traer al mundo
natural aquellas cosas que fueron proclamadas en el mundo espiritual. Por ejemplo,
tomar posesión de un lugar en el mundo espiritual.
Muchas veces, no entendemos lo que Dios quiere hacer cuando nos guía a hacer
algún acto profético, pero si obedecemos, Él nos revela su plan completo. La
palabra acto quiere decir un asunto hecho, un acto hecho. Si a esta definición le
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añadimos la parte profética, tendremos algo así como una acción o decreto que
predice.
El Espíritu Santo le guía a orar de una forma “rara” en ocasiones, le dará ideas de
que hacer y cómo hacer e incluso le hará asumir ciertas posturas como cuando
alguien toma una espada y comienza a pelear o camina como quien sale de un
desierto o problema, por ejemplo y otras cosas parecidas.
3. Manifestación de dones del Espíritu Santo.
Dado el caso, que esta intercesión es inspirada e iniciada por Dios, es muy común
la manifestación de los dones del Espíritu Santo durante esta intercesión: dones de
revelación (don de discernimiento, el don de palabra de ciencia o conocimiento, el
don de palabra de sabiduría), así como los dones de inspiración (el don de profecía,
no nos referimos al oficio del profeta, don de lenguas y don de interpretación de
lenguas).
La cantidad de tiempo que pasa un intercesor profético en la presencia del Señor
causa:
1)
2)
3)
4)
5)
Agudizar el discernimiento de espíritu.
Aprender a escuchar la voz de Dios.
Conocer la voluntad del Padre en determinadas circunstancias.
Recibir estrategias para la guerra.
Fluir de la mano del Espíritu Santo.
Características de un intercesor profético:
1. Ora específicamente sobre la necesidad.
Una señal para identificar a un intercesor profético es que cuando intercede por una
persona o circunstancia, ora exactamente la necesidad de la persona sin previo
conocimiento de la misma.
2. Tiene mayor autoridad.
Cuando comienza a orar, de repente, cambia el tono de su voz, viene mayor
autoridad y fluye con mayor efectividad. Lo que sucedió en el mundo espiritual fue
que se quitó la ropa de intercesor y se puso la de intercesor profético y el Espíritu
Santo le da las energías y el empuje que necesita la oración para dar en el blanco.
Beneficios de la intercesión profética:
1. Reciben las estrategias celestiales directamente desde el trono.
El Señor les revela sus planes y cómo llevarlos a cabo, cuándo y dónde.
2. Hace bajar la voluntad celestial a la tierra.
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Por medio de está intercesión podemos establecer la voluntad de Dios en la tierra
porque antes de comenzar a interceder, ya sabemos que orar.
3. Hacer bajar poder del cielo.
Esta intercesión hace más que pedir algo al Padre, sino que liberan cantidades
acumuladas del poder de Dios hasta que se ha liberado lo suficiente para llevar a
cabo Su voluntad.
4. Establece el reino
Este intercesor tiene la habilidad de penetrar la eternidad y sacar las respuestas
para establecer el Reino de Dios aquí en la tierra y hacer cumplir Su voluntad aquí
en la tierra como lo es en el cielo.
Estamos viviendo tiempos difíciles donde la batalla espiritual se ha acrecentado y se
necesita estar alertas a los ataques del enemigo por muy sutiles que estos sean y solo
lo vamos a lograr con intercesores proféticos que conocen los tiempos y que mantienen
sus oídos en el cielo y la boca en la tierra trayendo la voluntad de Dios. La intercesión
profética activa milagros y desata las bendiciones de Dios.
Notas:
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Capítulo 7
La oración de dar a luz
No puede existir un ministerio efectivo sin este tipo de intercesión profética conocida
como la oración de dar a luz o de parir en el espíritu.
Muchos no entienden este tipo de intercesión que es una combinación de acto profético
e intercesión y es la que le da vida en el espíritu a la visión, al ministerio, a las almas, al
llamado y a los planes de Dios.
¿Qué no es la oración de parir en el espíritu?
Cuando nos referimos a este tipo de intercesión, se piensa siempre en la oración por el
perdido, aunque en verdad no se limita a esto.
Este tipo de intercesión no se puede definir como gemidos, gritos, lloros y trabajo
arduo, es más que eso. Aunque los dolores de partos naturales ciertamente son así, y
los dolores de parto espiritual pueden ser así, no tienen que ser así.
Lo que quiero decir es que no podemos juzgar el proceso de parir en el espíritu, o sea,
lo que está sucediendo en el mundo espiritual por medio de aquello que contemplamos
naturalmente.
Cuando el Señor eligió la frase “dolores de parto”, simplemente estaba utilizando un
término físico para describir un suceso espiritual; pero el énfasis no está en el terreno
físico sino en el espiritual: no es un nacimiento físico sino espiritual. Es precisamente
por esto que no debemos enfocarnos en los gemidos, llanto, gritos, etc., aunque
pueden, y de hecho, ocurren estas manifestaciones físicas fuertes.
¿Qué es parir o dar a luz en el espíritu?
Entonces podemos decir que existe una oración que permite o hace dar a luz en el
Espíritu.
«38El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva».
Juan 7.38

Interior: Koilia, que significa “vientre”.
Nosotros “damos a luz” por Dios. El Espíritu Santo quiere “dar frutos”. Venimos a ser
como el vientre de Dios en la tierra: no somos la fuente de vida, sino los portadores de
la misma. No generamos la vida, sino que, la liberamos a través de la oración a Aquél
que lo hace.
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Papel del Espíritu Santo en la oración de dar a luz:
Nosotros no damos a luz nada, espiritualmente hablando; el que lo hace es el Espíritu
Santo quien nos usa para traer a la tierra los planes de Dios.
Él está activo, está incubando, nos está engendrando en el espíritu con alguna visión
que nació en el corazón de Dios.
Así como el Espíritu Santo depositó vida en el vientre de María, la engendró para dar
lugar al nacimiento del Mesías, y poner en marcha el plan de salvación de la
humanidad, Él hace lo mismo con el intercesor profético, le da una visión y pone una
carga sobre él para interceder y hace que a través de esa intercesión de a luz, o sea,
de vida a alguien o a algo.
Nos estamos refiriendo al nacimiento espiritual. Este, al igual, que uno natural conlleva
un proceso, el cual es: ser engendrado en el espíritu por el Espíritu Santo; se necesita,
entonces un periodo de crecimiento donde se intercede y se espera, para luego darle a
luz a ese bebé.
Ejemplos de cosas que se paren en el espíritu:
1. Almas
«7Antes de que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz
hijo. 8¿Quién oyó cosa semejante? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una
nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos».
Isaías 66.7-8
El Padre quiere a través de nuestras oraciones, “parir” hijos espirituales.
2. Madurez espiritual
«19Hijitos míos, por quien vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea
formado en vosotros». Gálatas 4.19
Mediante esta oración ayudamos a otros a alcanzar su crecimiento, madurez y
desarrollo espiritual.
El apóstol Pablo los llama hijitos porque ya había tenido dolores de parto para
concebirlos espiritualmente y vuelve a experimentar nuevamente dolores al orar por
la madurez en ellos.
Los trasplantes de órganos espirituales ocurren cuando las personas vienen al
Señor y reciben un nuevo corazón durante el nuevo nacimiento.
Es en ese momento que el Señor, pone el querer como el hacer en nosotros.
40
3. Milagros
«41Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.
42
Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y
postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. 43Y dijo a su criado: Sube
ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a
decir: Vuelve siete veces. 44A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como
la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y Él le dijo: Ve, y di a Acab:
Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. 45Y aconteció, estando en
esto, que los cielos se oscurecieron con nube y viento, y hubo una gran lluvia. Y
subiendo Acab, vino a Jezreel».1 Reyes 18.41-45
Elías como ser humano no podía producir lluvia pero sus oraciones causaron un
milagro físico.
Nosotros no podemos por si solos causar ese milagro pero si contamos con la ayuda
del Espíritu Santo quien nos ayuda a orar y nos fortalece en nuestra debilidad vamos a
causar que se desate suficiente poder en los cielos para lograr la manifestación del
poder sobrenatural.
¿Cómo es la oración de dar a luz?
El mejor ejemplo de dar a luz o parir en el espíritu es Elías en el Monte Carmelo o
Monte de la Victoria.
1. La postura de Elías.
Elías asumió la misma posición: «y postrándose en tierra, puso su rostro entre las
rodillas» (1Reyes 18.42b) que asume una mujer cuando está dando a luz.
2. Es una oración donde se entrega todo.
Es una oración para entregarlo todo y olvidarse de: “el qué dirán”, de las opiniones y
de todo.
3. Oración intensa y ferviente.
Hubo una oración intensa y ferviente donde se clama, se gime se proclama y hasta
se profetiza.
4. Oración Perseverante.
Elías oró siete veces. No se desanimó porque las seis primeras veces no vio
resultado, siguió orando “hasta” lograr la victoria.
5. Es una oración de autoridad y poder.
Es una oración tenaz, ferviente, constante hasta liberar suficiente poder del cielo
para lograr la victoria.
6. Es una oración para hacerla a solas.
Elías tenía compañía pero no le ayudó a orar. El criado de Elías solo le sirvió para
chequear las nubes.
41
La oración de dar a luz, de parir en el espíritu, es personal. Así como una mujer
tiene que parir por sí sola, aún cuando el esposo esté a su lado, no puede hacer
nada, ocurre lo mismo en el mundo espiritual.
Nosotros podemos como creyentes a través de nuestras oraciones liberar el poder
del Espíritu Santo para que éste engendre y dé a luz el fruto de lo que Cristo ya ha
hecho.
Notas:
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Capítulo 8
Oración de rompimiento
Es común entre los intercesores y especialmente los que están envueltos en guerra
espiritual, hablar del rompimiento, pero este concepto no lo entienden todos. A un
intercesor no hay que explicárselo porque simplemente lo experimenta.
El diccionario Webster define “rompimiento” como un sorprendente e importante
avance o descubrimiento en cualquier campo del conocimiento o actividad. El acto,
resultado o lugar de rompimiento en contra de la resistencia, como una guerra.
«20Y vino David a Baal-perazim, y allí los venció David, y dijo: Quebrantó Jehová a mis
enemigos delante de mí, como corriente impetuosa. Por esto llamó el nombre de aquel
lugar Baal-perazim». 2 Samuel 5.20

Baal-perazim: Significa “Señor del Rompimiento”.
En capítulos anteriores, estudiamos lo que era pararse en la brecha, podemos utilizar
esa misma definición para explicar lo que es un rompimiento pero en sentido inverso.
Que no sería otra cosa que provocar una ruptura, una grieta, una brecha en el muro de
defensa del enemigo y penetrar hasta vencerlo, hasta destrozar no solo sus defensas,
sino también su sistema de ataque con nuestra intercesión.
La oración de rompimiento, generalmente, es una intercesión intensa que da a luz en el
espíritu y que va acompañada de declaraciones y actos proféticos.
Este tipo de intercesión pareciera locura para algunos, pero cuando se da el
rompimiento, nadie se acuerda de cómo se logró, sino que se le da la gloria a Dios.
El mejor ejemplo de un rompimiento a través de un acto profético hecho a través de
una intercesión profética bajo la dirección de Dios y por la revelación divina fue Jericó.
Señales que revelan que ocurrió un rompimiento:
Existen ciertas señales de que ha ocurrido un rompimiento en el espíritu:
1.
2.
3.
4.
Un cántico nuevo
Una risa o gozo
Paz interior
Testimonio interior
Una buena señal que está a punto de un rompimiento es cuando ha estado orando e
intercediendo y las cosas han empeorado porque inmediatamente antes de que haya
43
un rompimiento las cargas van a aumentar porque el enemigo va a tratar de
desanimarle para que no se logre el rompimiento.
Por el contrario, cuando no se ha producid rompimiento, la oración se vuelve pesada y
pareciera que están golpeando una piedra y nada sucede.
Una de las armas más poderosas para traer un rompimiento es la adoración. Levantar
un altar de adoración verdadera es mucho más poderoso que cualquier guerra
espiritual porque la adoración es guerra de adoradores.
El diablo no puede soportar la adoración verdadera, por eso, ha tratado por
generaciones tergiversar la adoración para que la iglesia no entrone a Dios a través de
la alabanza.
Cuando ocurre un rompimiento, comienza a fluir el cántico nuevo, pero también la
danza porque es una celebración, el centro y objeto de la misma es Dios quien produjo
el rompimiento.
La adoración es parte esencial de la intercesión y la guerra espiritual.
Notas:
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Capítulo 9
Recomendaciones finales
1.
Las oraciones hechas con faltas y pecados no tienen poder y no serán
contestadas.
2.
La falta de perdón anula la oración.
3.
Aquellos que no se someten a la autoridad, no pueden ejercer autoridad ni
siquiera en la oración.
4.
Los gritos o el tono de su voz no determina su autoridad en el mundo espiritual.
5.
Se tiene que cuidar la lengua, no puede caer en chisme y murmuración porque
todo lo que ha logrado en oración, lo destruye con la boca.
6.
Evite a toda costa levantar oraciones de manipulación, control, maledicencia y
juicio.
7.
La oración de ponerse de acuerdo es aquella donde se ponen de acuerdo para
orar, pero todos los presentes y participantes pueden escuchar lo que se está
orando. Si el que está orando está maldiciendo y usted no le oye, de todas formas
usted se puso de acuerdo así que está apoyando esa oración.
8.
La forma de apoyar la oración en grupo es uno dirige orando en el entendimiento y
el resto apoya orando en lenguas en un tono adecuado que permita a todos
escuchar la oración.
9.
Si la persona no sabe orar en lenguas puede apoyar en el entendimiento con
expresiones tales como: “Amén”, “En el nombre de Jesús”, “Si, Señor”, “Gracias,
Padre”, etc., pero no orando por su cuenta pues estará restando autoridad y
efectividad a la oración.
10. Cuando se ora en grupo, se establece un motivo de oración. Mientras el intercesor
ora, los demás apoyan la oración que se hace acerca de “ese” motivo específico,
sin levantar oración por ningún otro, aunque usted se sienta cargado o motivado
por algo más. Un ejemplo de esto, es cuando se está orando por las familias y
alguien a la misma vez comienza a orar por las almas, aquí no hay acuerdo, la
oración está dividida, le resta poder y efectividad.
11. Cuando a un intercesor se le asigna un motivo de oración, debe ser específico,
concreto y no salirse del motivo. Se le asigna orar por la ciudad y termina orando
por los niños de África.
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12. Una oración de rompimiento es aquella que produce un resultado largamente
esperado y elimina obstáculos que hasta ese momento habían en el mundo
espiritual. Esta oración manifiesta ciertas evidencias cuando ocurre tales como
gozo, risa, cánticos, etc.
13. La oración de atar y desatar, es otro tipo de intercesión profética que se hace para
detener al enemigo y desatar el poder de Dios y así lograr resultados esperados.
Esta oración le prohíbe al enemigo obrar y le permite al Espíritu Santo actuar.
14. Mantener libreta y lápiz a mano para poder anotar lo que Dios va mostrando a
través de la intercesión.
15. Estar preparados para recibir instrucciones de parte de Dios en sueños, visiones o
palabras proféticas.
16. Toda oración e intercesión está dirigida al Padre, en el nombre de Jesús y con la
ayuda del Espíritu Santo.
17. Todo tiempo de oración e intercesión se comienza y se cierra en alabanza y
adoración.
18. Después de una intercesión donde se ha logrado un rompimiento, tenemos que
orar en contra de todo espíritu de venganza, muerte, accidente, enfermedad,
contienda o escasez que el enemigo pueda enviar, atando y desatando la
protección divina sobre nuestras vidas, familias, hijos, matrimonios, hogares,
finanzas, trabajos, carros, etc.
Existen muchos con el llamado a la intercesión, con los dones y el potencial, pero
pocos son los disponibles para dejarse usar por Dios y ocupar su lugar en la batalla
estableciendo el Reino de Dios al hacer manifestar Su poder y Su voluntad en la tierra.
Estamos enfrentando enemigos cada vez mayores porque con cada batalla ganada,
mayores retos se levantarán
Notas:
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Bibliografía
Como Oír la Voz de Dios
Guillermo Maldonado
La Oración
Guillermo Maldonado
El Propósito de la Oración
Miles Monroe
La Oración Intercesora
Dutch Sheet
Manual de Intercesión y Guerra Espiritual
Guillermo Maldonado
De Victoria en Victoria
Harold Caballero
Venciendo al Adversario
Mark I Bubeck
Reglas de Combate
Derek Prince
Cuando el enemigo Ataca
Charles F Stanley
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