La `bulliciosa república escolar`

Transcripción

La `bulliciosa república escolar`
LA ‘BULLICIOSA REPÚBLICA ESCOLAR’
DE ODÓN DE BUEN
Coeducación / Coeducación de clases /
Interacción con el medio / Laicidad / Jordi
Serrano Blanquer / Odón de Buen
El legado de la Escuela Moderna se centra en cuatro aspectos: coeducación de niños y niñas, coeducación
entre clases sociales, relación con el medio natural y social, y laicidad. El autor aborda cada una de estas
cuestiones a la luz de la vinculación que Ferrer i Guàrdia estableció con diversos personajes del momento,
y, sobre todo, con el catedrático Odón de Buen, introductor del darwinismo en España.
JORDI SERRANO BLANQUER
Rector de la Universitat Progressista d’Estiu de Catalunya.
88 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº391 JUNIO 2009 } Nº IDENTIFICADOR: 391.023
opinión
Deseo también que mis amigos
hablen poco o nada de mí, porque se
crean ídolos cuando se ensalza a los
hombres, lo que es un gran mal para
el porvenir humano. Solamente los
hechos, sean de quien sean, se han
de estudiar, ensalzar o vituperar, alabándolos, para que se imiten cuando
parecen redundar al bien común, o
criticándolos para que no se repitan
si se consideran nocivos al bienestar
general.
Francesc Ferrer i Guàrdia
(12 de octubre 1909)
Vamos pues, en primer lugar, a contradecir la voluntad expresada por Ferrer el
día antes de morir. Ahora, que celebramos
el 150 aniversario del nacimiento de Francesc Ferrer i Guàrdia, y conmemoramos
el 100 aniversario de su fusilamiento es
una buena ocasión para plantearnos la
relación de la escuela y la pedagogía con
la política. La política, una palabra tan
despreciada pero tan necesaria, si no
queremos caer en la barbarie de la confianza, en la mano invisible que nos estrella en la crisis después de barrerlo todo,
incluso la escuela. De entrada, es necesario decir que el pedagogo más conocido fuera de España, sin lugar a dudas,
ha sido y en gran parte continua siendo,
un gran desconocido en nuestro país.
Ahora, que por fin hablamos de memoria
histórica, pocas veces pensamos que la
memoria democrática tiene que ver no
solamente con los dirigentes de la izquierda desaparecidos en las cunetas de la
historia, sino también, y muy especialmente, con sus valores: república, libre
examen, librepensamiento, laicidad, feminismo, etc. Y esto tiene efectos prácticos también en la escuela de hoy. Creemos que Francesc Ferrer i Guàrdia ha sido
un personaje central en la renovación
pedagógica –o mejor dicho, refundación
pedagógica– porque supo ser un hombre
de acción que catalizó en la Escuela
Moderna una serie de propuestas pedagógicas que significaron la base de las
escuelas obreras y racionalistas, y la base
de la construcción de las escuelas democráticas como las entendemos hoy en día.
Se ha menospreciado la intrínseca maldad de Francisco Franco. Fue un personaje nefasto, pero lo fue especialmente
con la cultura, y una de sus mayores
obsesiones fue precisamente la escuela
laica y progresista. Por eso, en los decre-
tos de la guerra civil planteó como acabar
con las escuelas racionalistas y practicó
la aniquilación de los maestros laicos
españoles antes de realizar una exhaustiva depuración. Supo ver rápidamente
dónde estaba la fuerza del cambio, la
fuerza de la izquierda. No es extraño que
en la primera historia franquista, de Mariano Tirado, Ferrari Billoch o Juan Tusquets, en la reaccionaria tesis del complot,
encontremos citado profusamente a Ferrer
al lado de los dirigentes de la II República.
Por cierto, Juan Tusquets fue el primer
Catedrático de pedagogía de la Universidad de Barcelona, después de la victoria de la cruzada fascista. Quien tenía que
ser en aquellos años oscuros un iluminador de las consciencias pedagógicas era,
ni más ni menos, uno de los personajes
más siniestros de la historia de la política
y la pedagogía.
Que sepamos tan poco de nuestras
experiencias pasadas tiene bastante que
ver con el despiste y la falta de puntos
de referencia de los maestros, para afrontar los retos de la escuela de hoy. Es ésta
una de las razones de que busquemos
siempre fuera recetas y soluciones para
nuestros males culturales.
En este artículo nos vamos a centrar en
cuatro aspectos, la coeducación de niños
y niñas, la coeducación de clases sociales,
la relación con el medio natural y social,
y la laicidad, para dar cuatro pinceladas
sobre el porqué la Escuela Moderna (EM)
de Francesc Ferrer i Guàrdia recogió estos
planteamientos y en qué contexto. Para
ello nos ayudaremos de diversos personajes interesantes como Ángeles López
de Ayala, Mateo Morral, Teresa Claramunt
y muy especialmente Odón de Buen.
amenazado uno de los avances más significativos del siglo XX y que está en la
base de uno de los cambios más importantes de ese periodo: la revolución feminista. Y aún hay centros educativos, con
segregación por sexo, que están financiados con fondos públicos. Pero la coeducación no fue una propuesta salida de
un laboratorio pedagógico extraño, salió
de la lucha del movimiento feminista. Que
Ángeles López de Ayala fuera amiga de
Francesc Ferrer i Guàrdia no es una casualidad sin importancia sino que es, ni
más ni menos, la vinculación de la escuela con el feminismo. En el año 1889 la
republicana Ángeles López de Ayala, la
anarquista Teresa Claramunt y la espiritista Amalia Domingo crean en Barcelona
la “Sociedad Autónoma de Mujeres”.
Escriben artículos de carácter feminista
en los periódicos El Progreso y Periódico
Republicano, El Gladiador y El Libertador.
En el año 1910 se organiza en Barcelona
una manifestación feminista multitudinaria, entre 10.000 y 20.000 participantes,
al grito de “Adelante, mujeres”. A la cabeza de la manifestación iba un estandarte rojo con la inscripción: “Abajo el clericalismo. Viva la libertad”.
Que sepamos tan poco de
nuestras experiencias pasadas
tiene bastante que ver con el
despiste y la falta de puntos de
referencia de los maestros, para
afrontar los retos de la escuela
de hoy
Sobre coeducación de sexos
Es sabido que un elemento importante del legado de Francesc Ferrer i Guàrdia
es la coeducación de sexos en las aulas.
Hace años cuando empecé a leer sobre
esta cuestión topé con la crítica que a
inicios de siglo XX se hacía a la escuela
coeducativa: promover “la promiscuidad
sexual”. Tengo que reconocer que me
costó tiempo relacionar coeducación con
promiscuidad. Los agnósticos, aunque nos
esforcemos, nunca llegaremos a ser tan
retorcidos como una parte importante de
la jerarquía católica.
Aunque parecía que éste era un debate finalizado, cada dos por tres vemos
Cuando el movimiento feminista renace después del franquismo no conoce
esta tradición. Este desconocimiento provoca que el equipamiento público dedicado a las organizaciones feministas en
Barcelona, el “Centre de Cultura de Dones”
lleve el nombre de la mujer que la derecha clerical (Lliga Regionalista) dedicó a
intentar acabar con el feminismo. Se trata de Francisca Bonnemaison que, además, era la mujer de Narcís Verdaguer
Callís, el acusador de Jacint Verdaguer,
en el intento del marqués de Comillas,
Antonio López, de declararlo loco y recluirlo; en el intento de expulsar a Odón
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de Buen de la Universidad y finalmente
el acusador en el consejo de guerra contra Francesc Ferrer i Guàrdia.
La EM tiene que ver también con la
lucha por la planificación familiar. Ésta era
una idea que bajo el nombre de neomaltusianismo pretendía dos cosas. En primer
lugar convencer a la clase obrera de la
necesidad de que las mujeres fueran dueñas de su propio cuerpo y destino. En
segundo lugar dar instrumentos efectivos
para que ello fuera posible. La idea, además, contiene un fundamento de izquierdas, porque planteaba la necesidad de
que los trabajadores y las trabajadoras
decidieran el número de hijos que iban
a tener, en vez de dejar en manos de la
providencia una decisión que favorecía
la ampliación del mercado laboral, y por
tanto, la disminución de los salarios. Pues
bien, esta propuesta fue introducida en
España por Mateo Morral, hijo de un industrial sabadellense. Morral sólo es conocido por su intento de magnicidio y no,
por su gran labor cultural e ideológica
como editor de la EM. Todos los centros
de planificación familiar en España son,
en alguna medida, deudores de Mateo
Morral.
Sobre coeducación de clases sociales
Una de las propuestas más desconocida de la EM es, sin duda, la coeducación
de clases sociales. La idea era que si los
hijos de padres burgueses y proletarios
se educaban juntos, se conseguiría el día
de mañana una sociedad armónica, sin
clases sociales. Estos planteamientos partían de una crítica contundente a la sociedad capitalista del momento, en la que
la confrontación social era muy dura. Lo
cierto es que las desigualdades sociales
continúan vigentes y, en cambio, el debate sobre cómo actuar desde la escuela ha desaparecido. Y si en algún momento aparece, se hace alrededor del tema
de la inmigración, pero el debate ya no
es cómo superar una sociedad dividida
en clases sociales, sino qué debemos
hacer para que los hijos de los pobres de
nuestra sociedad convivan en la escuela
con los hijos de los inmigrantes. Creemos
que el debate actual tendría que plantearse la crítica al modelo de doble red
educativa pública y privada; y aún más,
por qué la iglesia católica controla la
mayor parte de la formación de las clases
burguesas españolas. ¿No sería hora de
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plantearse una crítica seria a la segregación escolar por razón de clase social?
Lo cierto es que se han difuminado los
perfiles de las clases sociales en España,
pero las clases no han desaparecido. Al
contrario, en muchos casos las desigualdades se han incrementado, y en cambio
el debate sobre el papel de la escuela
como factor de cambio social se ha soslayado
El debate ya no es cómo superar
una sociedad dividida en clases
sociales, sino qué debemos
hacer que para que los hijos de
los pobres de nuestra sociedad
convivan en la escuela con los
hijos de los inmigrantes
Sobre la relación con el medio
natural y social
Otro elemento importante en el legado
pedagógico de Ferrer es la relación de
la escuela con el medio natural y el medio
social. En la primera cuestión, el medio
natural, la propuesta no aparece por azar.
Fue una idea de Odón de Buen. Pero,
¿quién era Odón de Buen? Fue catedrático de Historia Natural de la Universidad
de Barcelona –y a partir de 1911 de la
Universidad de Madrid–, el introductor
del darwinismo en España, cosa que provocó un intento, por parte de la Iglesia
católica, de echarlo de la Universidad.
Según él “La geología contrariaba algún
tanto el texto bíblico”. Su libro “Geología”
fue incluido en el Índice. No crean que
las diferencias de criterio sobre la ciencia
eran simplemente debates de salón, tenían consecuencias para el conjunto de
la población. Por ejemplo, en la región
palúdica de Castelldefels –ahora ciudad
turística por excelencia– algunos médicos
no aceptaban que el paludismo lo transmitiera el mosquito Anopheles; creían
que se debía a emanaciones de los pantanos. Estas diferencias de criterio repercutieron en la integridad personal del
catedrático de Buen y su familia. A finales
del siglo XIX lo visita un padre jesuita que
le dice: “has de saber que las monjitas
piden en sus oraciones que Dios te convierta y, si no, te inutilice”. Pasados unos
años intentaron, “inutilizarlo” realmente.
De Buen era muy crítico con la enseñanza: “El sistema pedagógico de aquellos tiempos era deplorable: palotes y
ganchos para empezar a escribir sentados
en largos bancos, lecciones de memoria
repetidas a coro con un tonillo agudo; un
gran mapa de España en un plafón de la
sala; cuadros de Historia Sagrada en las
paredes, cartapacios llenos de borrones
y de mugre; algunas cartillas que deshojábamos enseguida; tres horas de prisión
por la mañana y tres horas por la tarde”.
Fue el primer profesor universitario que
sacó a los alumnos de las aulas. Los lleva
de excursión a Gavá, Castelldefels, Papiol,
Montserrat, Blanes, Delta del Ebro, Olot,
Montseny, etc., donde recogen fósiles,
minerales, plantas e insectos. Para de Buen
“Además, la convivencia en las excursiones engendra vínculos de afecto y de
respeto entre el profesor y los alumnos y
entre éstos relaciones y amistades que
muchas veces traspasan los límites del
curso y aun de la carrera”.
Por lo que se refiere a la relación de la
escuela con el medio social, también se
aplicó por primera vez en la EM, sus salidas a visitar fábricas textiles para analizar
los procesos de producción y las condiciones de trabajo de los obreros abrían
una vía de gran actualidad hoy, y muy
olvidada. Se recuerda la visita a la fábrica
del padre de Mateo Morral.
No es extraño pues, que con estos
antecedentes, de Buen plantease a Ferrer,
a quien conoce en París en 1889 en la
Exposición Universal, que la escuela tenía
que relacionarse con el medio natural:
“Cuando acabó de instalar la escuela, en
la calle Bailén, en Barcelona, siguió mis
instrucciones en la organización de los
cursos de Ciencias, en la selección de
material, en la tendencia subjetiva, poniendo a los niños en contacto con la
naturaleza lo más frecuentemente posible”. No deja de sorprender que detrás
de la idea de abandonar las aulas escolares y relacionarse con el medio natural
y social existan ideas tan revolucionarias.
A veces los enemigos ven más claro que
los partidarios.
Y sobre la laicidad
Seguramente el elemento pedagógico más conocido –y a la vez más critica-
opinión
do–de la EM fue su propuesta laica.
Efectivamente la EM se inauguró en el
año 1901, y ha pasado a la historia como
el prototipo de la escuela laica. Como
la perspectiva de Ferrer sobre la laicidad
es más conocida, analizaremos la EM a
partir de la referencia de de Buen: “Fui
siempre partidario de la enseñanza laica
y enemigo irreconciliable de la escuela
oficial española, carente de un buen plan
pedagógico, rutinaria, arcaica en procedimientos, en material, en locales, y con
un personal reclutado en una selección
al revés, confesional en exceso y deficiente en enseñanzas ciudadanas, fuera
de las realidades de este mundo por
pensar demasiado en el otro mundo (…)
En España los representantes de Dios
en la tierra, en su mayor parte, eran los
verdugos contra los que predicaban la
Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, la
verdadera doctrina cristiana”.
Por lo que se refiere a los métodos
pedagógicos Odón de Buen propone:
“Una atmósfera de bondad debía rodear
al niño en la escuela, conducir su inteligencia y guiar, educar y fomentar su
voluntad, con riendas de seda, en vez
de emplear cadenas de hierro”. El testimonio de de Buen confirma que la idea
de eliminar premios y castigos no era
simple retórica: “Los planes de Ferrer se
salían de este marco. Se inspiraba en los
pedagogos belgas; él que era firme de
ideas como una roca basáltica, de una
voluntad férrea, indomable, pero de un
trato suave, amable, respetuoso, supo
siempre captarse la simpatía de los niños,
a los que trataba con dulzura: los de la
Escuela Moderna amaban realmente a
su director”.
Un año antes del final de la EM existe
una propuesta pedagógica importante
en la misma ciudad de Barcelona. La
nueva mayoría republicana en el Ayuntamiento de Barcelona, en el año 1908,
después de sanear las cuentas y modernizar la organización municipal, refinancia
la deuda a largo plazo, y aflora una cantidad considerable de dinero. Deciden
que la prioridad es la educación. Parece
que hubo un tiempo con políticos con
profundas convicciones. Proponen un
nuevo modelo educativo moderno, bien
dotado económicamente y neutral en la
cuestión religiosa. (Y por cierto, en catalán, a propuesta de Hermenegildo Giner
de los Ríos y Francesc Layret). La respuesta clerical no se hace esperar: el 24 febrero de 1908 el Cardenal Casañas, de
Barcelona, escribe: “... Nuestro municipio
implícitamente niega la Divina misión de
la Iglesia y la pone al nivel de las sectas
infernales inventadas por los enemigos
de Cristo”. La derecha, que en España
nunca ha sido liberal, la secundó y efectivamente las escuelas no se construyeron.
Al año siguiente acabaron con la vida de
Francesc Ferrer i Guàrdia.
A Odón de Buen le sorprende a los 74
años el golpe de Estado fascista en Palma
de Mallorca, lo detienen y lo llevan a la
prisión de los capuchinos: “Aparecieron
un día numerosas señoritas que nos hacían
señales de que nos iban a cortar el cuello.
¡Inocentes niñas, todo humildad, tan recogiditas, tan piadosas, tan cristianas de
sentimientos como famosas por sus debilidades carnales”.
Los que creemos ardientemente
en la educación como motor del
progreso de la humanidad
tendremos que aceptar que
cuarenta años de educación
fascista y nacional católica no
han pasado en balde
Él mismo nos cuenta por qué lo detuvieron ”Me habían preso por mis arraigadas convicciones librepensadoras; por mi
intervención en las campañas de la prensa liberal y democrática, por ser el yerno
de Demófilo, el impío fundador de “los
Dominicales del librepensamiento”; por
haber combatido en el Senado los excesos del clero, las tolerancias del Gobierno
con el clericalismo, la prodigalidad de
presupuesto nacional con la Iglesia católica (…) Además, era el paladín en la
cátedra, durante cuarenta y cuatro años,
de las ideas y de los descubrimientos
asombrosos de la Biología y me atrevía
a defender que el hombre descendía del
mono. Esto me lo echó en cara un joven
falangista que habló conmigo por azar en
la cárcel en cierta ocasión”.
Vio claro muy rápido lo que significaba
el franquismo para la cultura y la educación: “Y parecían las hordas cebarse en
los maestros, en los intelectuales de los
pueblos (…) ¡Matar la inteligencia, matar
las ideas, matar al liberalismo, destruir las
raíces de la civilización; esto es lo que
pretenden! ¡Qué insensatos!”
Los que creemos ardientemente en la
educación como motor del progreso de
la humanidad, entendiendo el progreso,
no como progreso económico, sino progreso cultural y moral, tendremos también
que aceptar que cuarenta años de educación fascista y nacional católica no han
pasado en balde. El país ha cambiado de
una forma notable y para bien, pero
probablemente hemos cambiado mejor
aquellos aspectos tangibles, materiales,
que aquellos más intangibles relacionados
con las mentalidades colectivas. Para
recuperar el hilo de la historia es necesario conocer mejor de dónde venimos y
cómo las generaciones precedentes intentaron afrontar determinados retos, qué
piedras encontraron en el camino y qué
hicieron para despejarlo. Y seguramente
una de las mejores enseñanzas de
Francesc Ferrer i Guàrdia y la EM fue que
intentaron catalizar dentro de su república escolar lo mejor de los pensamientos
progresistas de su época, a partir de las
primeras figuras de estas organizaciones
e ideas. No podemos, pues, mejorar la
escuela sin ideología y sin política. Sí,
política con mayúsculas. Acabaremos con
una frase de Ferrer gravada al pie del
monumento dedicado a él en Bruselas:
“La enseñanza racionalista puede y
tiene que discutirlo todo, situando previamente a los niños sobre la vía ancha y
directa de la investigación personal”.
para saber más
X Odón de Buen (2003): Mis memorias.
Zaragoza: Institución Fernando el Católico.
X Masjuan, Eduard (2000): La ecología
urbana en el anarquismo ibérico. Barcelona:
Icária.
X Tusquets, Joan (1932): Orígenes de la
revolución española. Barcelona: Vilamala.
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