Un millón de dólares para el mejor profesor del mundo

Transcripción

Un millón de dólares para el mejor profesor del mundo
Global Teacher Prize
Un millón de dólares
para el mejor profesor
del mundo
El Global Teacher Prize es un premio anual que se entrega a un maestro
“innovador y comprometido que tuvo un impacto inspirador en sus
alumnos y en su comunidad”.
La ganadora fue la norteamericana Nancie Atwel, que logra que sus
alumnos lean cuarenta libros al año.
El premio, organizado por la Varkey GEMS
Foundation, busca ser para la educación lo que
el Premio Nobel es para la ciencia, la literatura y la paz. De acuerdo a los organizadores su
objetivo es elevar las contribuciones que los
maestros hacen a diario “para establecer una
sociedad global exitosa”.
Los cinco mil solicitantes del Global Teacher
Prize fueron juzgados en base a un conjunto de
criterios que apuntan a identificar a “un maestro extraordinario que haya realizado un aporte
excepcional a la profesión”. La ganadora fue elegida por la Academia del Global Teacher Prize,
compuesta por directores, expertos en educación, comentaristas, periodistas, oficiales públicos, emprendedores tecnológicos, directores de
empresas y científicos de todo el mundo.
El jurado busca evidencia de que los maestros:
Hayan recibido reconocimiento de sus logros
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en el aula y más allá de esta por parte de los
alumnos, colegas, directores de escuela o miembros de la comunidad más amplia; Preparen a
los alumnos para que sean ciudadanos globales en un mundo en el que se encontrarán con
personas de diferentes religiones, culturas y
nacionalidades; Empleen prácticas instructivas
innovadoras y eficaces y logrado resultados de
aprendizaje demostrables en el aula; Desarrollen y compartan ideas de liderazgo innovadoras
que hayan mejorado el acceso a una enseñanza
y aprendizaje de calidad para niños y adolescentes de todo tipo de contexto; Hayan incentivado a otros a que emprendan la labor docente
Hayan alcanzado logros más allá del aula, que
constituyan modelos de excelencia únicos y distinguidos para la labor docente; Contribuyan
con los debates públicos sobre la labor docente,
ya sea mediante la escritura de artículos o blogs,
o la participación en los medios, campañas de
medios sociales, eventos o conferencias.
La ganadora Nancie Atwell junto a Mohammed bin Rashid Al Maktoum, primer ministro de Emiratos Árabes Unidos
y al ex presidente norteamericano Bill Clinton.
LA GANADORA
La maestra Nancie Atwel fue elegida porque
“representa todo lo que hace a alguien ser un
excelente maestro» por su «constante innovación en sus más de 40 años de enseñanza, tratando de formar ciudadanos del mundo en el
aula” y por ser “un líder en el campo de la educación”. Su trabajo, subraya la fundación organizadora, beneficia “no sólo a sus estudiantes,
sino también a otros maestros, a su comunidad
y al mundo”.
Profesora desde 1973, Atwell fundó en 1990
el Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje
(CTL) en Edgecomb (Maine), donde lleva a la
práctica y comparte sus ideas para mejorar la
enseñanza de la lectura y la escritura. Descubrió su pasión por la lectura cuando una fiebre reumática la postró en la cama siendo niña,
presume con orgullo de que sus alumnos leen
unos 40 libros al año, frente a los seis u ocho
que leen la mayoría de los estudiantes de séptimo y octavo grado. El secreto, dice, es dejar
que el niño elija los libros que quiere leer y los
temas sobre los que quiere escribir.
En el CTL, donde acuden unos 75 estudiantes, las
clases son pequeñas (de 16 a 18 alumnos) y disponen de decenas de miles de libros para elegir,
según señalan en su web. Hay lectura en voz alta,
explicaciones sobre lo que se lee, se explica el significado de palabras desconocidas, la entonación
de las frases... “El taller de lectura es una de las
cosas más simples y más difíciles que hacemos. Es
también el más valioso”, añade.
Su meta es que los estudiantes se conviertan en
“apasionados, habituales y críticos lectores” y que
la lectura les convierta en personas «más inteligentes, más felices, más justas, y más compasivas,
debido a los mundos que experimentan dentro
de esos cientos de miles de líneas de impresión».
“La nuestra no es una población privilegiada de los
estudiantes”, advierten en el centro, entre cuyos
alumnos también hay niños con TDAH, problemas
de aprendizaje o dislexia. Es un objetivo «posible»
convertir a los niños en lectores, asegura.
Leer es también el camino para escribir bien,
todo un arte que requiere de tiempo, según defiende la fundadora de esta innovadora escuela
a la que han acudido más de 600 profesores a
lo largo de estos años para aprender métodos de
enseñanza más eficaces. En sus talleres de escritura, los estudiantes pueden desarrollar sus propios temas, escribir en distintos géneros, consultar sus borradores con sus maestros y compartir
sus ideas. Algunas de las reseñas de los libros
que han leído los alumnos del taller se publican
en la web del centro y los propios niños confeccionan sus listas de recomendaciones.
“Estoy convencida de que la enseñanza de las
artes del lenguaje es una de las grandes carreras:
exige tiempo y energía, pero está llena de significado, vale la pena y es interesante. (...) ¿Qué
trabajo podría ser más satisfactorio?”, dice Nancie Atwell, la feliz ganadora del millón de dólares por ser considerada como la mejor docente
del mundo.
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