El equilibrio de dar y recibir

Transcripción

El equilibrio de dar y recibir
El equilibrio de dar y recibir
Ignacio Fernández
Director Magíster en Psicología de las Organizaciones
Universidad Adolfo Ibáñez
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Conversando con una gran amiga, me mostró que dar y recibir se comportan en un
equilibrio perfecto. Dar requiere de recibir, en una reciprocidad armónica. Vi algo
que no había visto nunca: dar, dar y dar sin nunca recibir, produce un desequilibrio
que altera esta ley universal, la del equilibrio, que todos conocemos cuando
decimos que uno da lo que recibe, que si se es generoso se recibe abundancia y que
si se es mala onda se recibe de vuelta baja vibración o "se paga de algún modo". Del
mismo modo, sólo disponerse a recibir y sostener un egoísmo en el dar, también
desequilibra la balanza de la Vida.
Este nuevo mirar me estremeció. Estudié en un colegio jesuita, con admiración por
el Padre Hurtado y aprendí que hay que dar hasta que duela, y seguir dando con
resignación y estoicismo. Y desde mi completa sorpresa, hoy me doy cuenta que
ello no es así: hay que dar con reciprocidad. La clave es dar desinteresadamente, es
decir, no hay que dar y estar esperando recibir. No funciona así. Cuando uno da
desinteresadamente, necesariamente va a recibir algo constructivo de vuelta, de
modos muchas veces impensados y a veces invisibles a nuestros ojos y distinciones
(quizás esto es lo que algunas personas llaman la "suerte", que no existe, ya que es
atracción de energía de alta vibración).
Creo que el gran aprendizaje está en que hay personas acostumbradas a recibir y
hay personas acostumbradas a solo dar, sin pedir ayuda, sintiendo que hay que
entregarlo todo sin esperar nada. Y ahí está el error y el riesgo. Hay personas que
"se sirven" de los que dan y atrapan su energía, en una especie de vampirismo
emocional, actuando como parásitos que se nutren de la energia constructiva del
dar de otros. Dicho en otras palabras, la semilla del dar puede caer en diferentes
terrenos y, cuando ese terreno no es fértil, hay que lanzar esa semilla a otro
terreno para que germine. El equilibrio de la Vida lo pide y lo exige. Es decir, dar
siempre a una persona o grupo que sólo recibe y escasamente da, usando la
energía generosa de otros para sus propios fines, es un error grave pues
desbalancea el sutil y delicado equilibrio de dar y recibir.
Para mí esto es un giro revolucionario en mi Vida, me hace mirar desde otro lugar,
redefinir mi forma de dar, seguir entregándole a algunos y quitar mi energía de
entrega a otros, pues termino faltando al equilibrio de la Vida y me hace muy mal,
pues entrego mi energía positiva sin efectos benéficos de ningún tipo,
"desnutriéndome" en mi equilibrio emocional y perdiendo el control de mis
afectos. En esta categoría entra lo que los psicólogos llaman "enganches
neuróticos": una da y otro recibe en un patrón que no se mueve, que cierra las
posibilidades, tiende al punto muerto y hace aparecer lo peor de cada uno.
En adelante miraré la vida desde el equilibrio de dar y recibir, esté en cualquiera
de las dos posiciones, y siempre en lo constructivo, lo positivo y lo expansivo. Cada
día se mete más en mis células esta convicción de que la Vida expansiva y
ascendente sólo ES en el florecimiento de lo positivo, desde adentro hacia afuera.

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