Temas Carnaval F2
Transcripción
Temas Carnaval F2
CARNAVAL, CONOCIMIENTO INTRANSITIVO: UNA INVITACIÓN AL DESFILE DE LAS ESCUELAS DE SAMBA Antonio Carlos França Investigador en el área de Salud Mental, desarrolla su Doctorado en el Instituto de Sicologia de la UnB en el que presenta al desfile de las Escuelas de Samba como ejemplo privilegiado de las posibilidades de articulación social de mondo inclusivo 95 E l Carnaval es fiesta, sobre todo, del alma. Del cuerpo que se espiritualiza, del alma que encarna. Puede ser visto y contado de mil y una maneras: desde el punto de vista antropológico, histórico, étnico, semiótico, de espectáculo, económico. Pero, ante todo, es vivido de manera inconfundible, eterna, siempre renovada, única, colectiva, indecible. Por sobre todo, el Carnaval es conocimiento intransitivo. Al contrario de algarabía, el Carnaval tiene, para aquellos que lo viven, harmonías seductoras, vivencias marcadas de sonidos, ritmos, imágenes, diversión. Riqueza, alegría, fiesta, comunicación, risas, momentos. Bakthin, referencia clásica en los estudios sobre el Carnaval, habla del lenguaje popular carnavalesco como un modo específico del funcionamiento lingüístico que instaura la comunicación más libre, que hace burla de lo serio, disuelve barreras, reúne en la plaza. Para este autor, el Carnaval haría posible flexibilizaciones de los códigos establecidos, enfáticamente representados en el lenguaje de las conmemoraciones oficiales, institucionales. El principio organizador de la fiesta sería el de la alegría. El lenguaje popular carnavalesco propiciaría la utopía instantánea y fugaz, de convivencia alegre, menos jerárquicamente arbitraria, más libre, menos opresora. Fenómenos locales específicos, como la articulación de las comunidades que componen los desfiles magníficos como el que desarrolla cada año en la Marquês de Sapucaí, que son muestras de una larga historia, de muchas artes, entusiasmos, habilidades, de una dedicación de cuerpo y alma a un espíritu, a algo de inmaterial que vive en los cuerpos, fantasías, miradas, corazones. Las Escuelas pueden ser descritas desde el punto de vista de su historia, de su presente, de lo que dijeron y dicen anualmente de Brasil, de los vínculos e intercambios que las hacen posible, de su luminosidad. Sin embargo el efecto que provocan ( lo que representan para cada uno de los involucrados en el desfile, ejecutantes y platea) necesita ser vivido. Delante de él, el lenguaje reconoce sus límites. En el centro de todo está la samba y, en especial, el espectáculo sinfónico de las baterías, que son las que mueven todo el cuerpo de la Escuela, produciendo ritmos tan poderosos que actúan directamente sobre cada uno de los presentes (experimente permanecer absolutamente quieto, estático, delante de una batería). Lo que se vive hoy en los desfiles es el resultado de una larga historia de la cultura popular carioca – que la samba reverencia 97 – concebida, en Río de Janeiro, con la llegada del baile europeo, vía portugueses y otros, su encuentro con los indios y con África, con los calores tropicales y la generosa brisa costera. Instituidas las Escuelas, la cultura negra incorpora la organización de otras agremiaciones de inspiración europea para adquirir reconocimiento social. Con el tiempo, las comunidades envueltas pasaron a organizarse, crecientemente, en función del desfile anual, que no apenas demanda quehaceres permanentes (la definición del baile de enredo, su ejecución, la elección de la samba, los ensayos) como también organiza el imaginario de poblaciones todavía más amplias (el miércoles de Cenizas, religiosamente, se asiste con ansiedad la transmisión por la TV, del resultado de los escrutinios del concurso oficial). 98 Existe un saber en la samba que no puede ser descrito sin ser vivenciado, pues, siendo un saber intransitivo, siempre sufre una lividez marcada al ser limitado a las palabras. No apenas el desfile, sino lo que sucede durante el Carnaval, a su alrededor, es una experiencia cultural riquísima, a ser alegremente vivenciada. Los integrantes de las Escuelas que llegan por el metro disfrazados a medias, cantando, los bares a lo largo de la Presidente Vargas y del Balança, el funk que se insinúa, las miradas que se cruzan y el Terreirão do samba son parte importante de la fiesta que se pierde cuando se baja del ómnibus de excursión directo al Sambódromo. Si usted es así, no se preocupe: el espectáculo ni siquiera comenzó y lo que usted asistirá es maravilloso.