Temas Carnaval F2

Transcripción

Temas Carnaval F2
CARNAVAL, CONOCIMIENTO INTRANSITIVO:
UNA INVITACIÓN AL DESFILE
DE LAS ESCUELAS DE SAMBA
Antonio Carlos França
Investigador en el área de Salud Mental,
desarrolla su Doctorado en el Instituto de Sicologia
de la UnB en el que presenta al desfile de las Escuelas de Samba
como ejemplo privilegiado de las posibilidades
de articulación social de mondo inclusivo
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E
l Carnaval es fiesta, sobre todo, del alma. Del cuerpo
que se espiritualiza, del alma que encarna. Puede ser
visto y contado de mil y una maneras: desde el punto de
vista antropológico, histórico, étnico, semiótico, de espectáculo,
económico. Pero, ante todo, es vivido de manera inconfundible,
eterna, siempre renovada, única, colectiva, indecible. Por sobre
todo, el Carnaval es conocimiento intransitivo.
Al contrario de algarabía, el Carnaval tiene, para aquellos
que lo viven, harmonías seductoras, vivencias marcadas de
sonidos, ritmos, imágenes, diversión. Riqueza, alegría, fiesta,
comunicación, risas, momentos. Bakthin, referencia clásica
en los estudios sobre el Carnaval, habla del lenguaje popular
carnavalesco como un modo específico del funcionamiento
lingüístico que instaura la comunicación más libre, que hace
burla de lo serio, disuelve barreras, reúne en la plaza.
Para este autor, el Carnaval haría posible flexibilizaciones
de los códigos establecidos, enfáticamente representados en
el lenguaje de las conmemoraciones oficiales, institucionales.
El principio organizador de la fiesta sería el de la alegría. El
lenguaje popular carnavalesco propiciaría la utopía instantánea
y fugaz, de convivencia alegre, menos jerárquicamente
arbitraria, más libre, menos opresora.
Fenómenos locales específicos, como la articulación de
las comunidades que componen los desfiles magníficos como
el que desarrolla cada año en la Marquês de Sapucaí, que son
muestras de una larga historia, de muchas artes, entusiasmos,
habilidades, de una dedicación de cuerpo y alma a un espíritu,
a algo de inmaterial que vive en los cuerpos, fantasías,
miradas, corazones.
Las Escuelas pueden ser descritas desde el punto de
vista de su historia, de su presente, de lo que dijeron y dicen
anualmente de Brasil, de los vínculos e intercambios que
las hacen posible, de su luminosidad. Sin embargo el efecto
que provocan ( lo que representan para cada uno de los
involucrados en el desfile, ejecutantes y platea) necesita ser
vivido. Delante de él, el lenguaje reconoce sus límites.
En el centro de todo está la samba y, en especial, el
espectáculo sinfónico de las baterías, que son las que mueven
todo el cuerpo de la Escuela, produciendo ritmos tan
poderosos que actúan directamente sobre cada uno de los
presentes (experimente permanecer absolutamente quieto,
estático, delante de una batería).
Lo que se vive hoy en los desfiles es el resultado de una larga
historia de la cultura popular carioca – que la samba reverencia
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– concebida, en Río de Janeiro, con la llegada del baile europeo,
vía portugueses y otros, su encuentro con los indios y con
África, con los calores tropicales y la generosa brisa costera.
Instituidas las Escuelas, la cultura negra incorpora
la organización de otras agremiaciones de inspiración
europea para adquirir reconocimiento social. Con el
tiempo, las comunidades envueltas pasaron a organizarse,
crecientemente, en función del desfile anual, que no apenas
demanda quehaceres permanentes (la definición del baile
de enredo, su ejecución, la elección de la samba, los ensayos)
como también organiza el imaginario de poblaciones todavía
más amplias (el miércoles de Cenizas, religiosamente, se asiste
con ansiedad la transmisión por la TV, del resultado de los
escrutinios del concurso oficial).
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Existe un saber en la samba que no puede ser descrito
sin ser vivenciado, pues, siendo un saber intransitivo, siempre
sufre una lividez marcada al ser limitado a las palabras. No
apenas el desfile, sino lo que sucede durante el Carnaval,
a su alrededor, es una experiencia cultural riquísima, a ser
alegremente vivenciada.
Los integrantes de las Escuelas que llegan por el metro
disfrazados a medias, cantando, los bares a lo largo de la
Presidente Vargas y del Balança, el funk que se insinúa, las
miradas que se cruzan y el Terreirão do samba son parte
importante de la fiesta que se pierde cuando se baja del
ómnibus de excursión directo al Sambódromo. Si usted es
así, no se preocupe: el espectáculo ni siquiera comenzó y lo
que usted asistirá es maravilloso.

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