Somos misioneros de la misericordia Somos misioneros de la

Transcripción

Somos misioneros de la misericordia Somos misioneros de la
4ª Movida Misionera
Subsidio formativo Nº 1
Somos misioneros de la misericordia
Objetivo:
-
Motivar y preparar a la comunidad para participar de la 4ª Movida Misionera.
Mostrar en qué consiste la misión de la Iglesia y cómo esta misión se vincula estrechamente
con la Misericordia de Dios.
AMBIENTACIÓN
Se preparará un altar con una Cruz, una Biblia, y varios corazones de cartulina, uno por cada
participante del encuentro.
ORACION DE INICIO
Oración por la 4ª Movida Misionera
Dios, Padre misericordioso que nos diste la Vida, te damos gracias por
habernos llamado a ser tus hijos y por el inmenso Amor gratuito y efectivo
que nos tienes a cada uno.
Jesucristo, Dios Hijo, Señor de la Divina Misericordia, que diste tu vida para
salvarnos, ayúdanos a amar generosamente a toda la humanidad y a compartir
con todos la alegría de sabernos amados por Ti.
Espíritu Santo, que nos renuevas cada día, danos fuerzas para dar testimonio
de nuestra fe y ser testigos del Amor Misericordioso del Padre en todo
momento y en todo lugar. Ayúdanos a salir de nosotros mismos y a acudir al
encuentro de los que no te conocen, de los alejados, y especialmente de los
más pobres y necesitados.
Te pedimos, Señor, por los frutos de la Movida Misionera, para que sean
muchos los que se dejen tocar por tu Amor Misericordioso y se encuentren
personalmente contigo. Que los que no te conocen, reciban el anuncio de tu
Buena Noticia. Que los que están alejados de Ti, te abran las puertas y te
dejen entrar en su corazón. Que los que están cerca tuyo, perseveren fieles a
tu Palabra y crezcan cada día en su fe, fortalecidos por la Eucaristía.
Ayúdanos a decirte siempre “Sí”, como lo hizo tu madre, la Virgen María,
modelo de nuestra Fe. Y que como ella, vivamos siempre unidos a Ti y a tu
Iglesia. Amén.
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MOTIVACIÓN - EXPERIENCIA DE VIDA
Presentar a los participantes las dos siguientes tiras de Mafalda e invitarlos a que las lean, y que
luego de una breve reflexión personal, pongan en común sus impresiones.
A partir de lo compartido, guiar a los participantes a descubrir los siguientes elementos que pueden
extraerse como reflexión de ambas tiras:
- Existe una situación que Susanita (el personaje que aparece en la tira con Mafalda) observa
que no está bien: en este caso, la situación es la pobreza.
- Susanita sabe que esta situación requiere que uno haga algo para cambiarla.
- El problema es que Susanita no piensa realmente en los que viven esa situación, sino piensa
en ella misma. Por eso, la solución que propone es egoísta (esconder a los pobres, hacer un
banquete donde ella coma cosas ricas) y no sirve realmente para cambiar la situación.
Con la misión ocurre algo muy parecido:
Vemos una situación que no está bien: millones de personas en el mundo que sufren
Sabemos que esta situación requiere un cambio, y sabemos que el verdadero cambio es anunciar a
Jesucristo.
La diferencia entre nosotros y la actitud que tuvo Susanita, es que Jesús nos mostró el camino: el
amor, y la misión.
En este encuentro vamos a reflexionar acerca de cómo el amor es el camino que Jesús nos marca
para cambiar el mundo y cómo nuestra misión consiste en mostrar este amor.
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ILUMINACIÓN
Dios, que es Amor (1Jn 4,8), quiso volcar ese amor fuera de sí, y por eso, por Amor, creó todo lo
que existe (Sal 136,4-9). La Misericordia es el nombre cristiano del Amor de Dios, es ese amor
que se entrega todo, que perdona, que sana, que salva. Como culmen de toda la creación, Dios creó
también por su Misericordia, al hombre . (Sal 139,13). Él ama todo lo que existe, porque todo lo
creó por amor y es un Dios que ama la vida (Sab 11,24-26).
Pero la humanidad no respondió a este Amor de Dios con amor, sino que se alejó de Él (Ez
28,13.15-16a ; Jer 3,19-21), y así entró en el mundo el pecado y sus consecuencias inmediatas: la
muerte, el sufrimiento…
Y Dios, que es Amor Misericordioso, no quiere que la humanidad viva esta situación de
sufrimiento, sino que “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
Verdad” (Tim 2,4). Y en su infinita Misericordia, quiso hacer algo para cambiar esta situación. Por
eso, decidió entrar en la historia de la humanidad de un modo nuevo y definitivo enviando a su Hijo
Jesucristo, para vencer a la muerte y al pecado y así salvar a la humanidad y reconciliarla con Él.
“Así Dios nos manifestó su amor, envió a su Hijo único al mundo para que tuviéramos vida por
medio de El. Y ese amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos
amó primero y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados” (1Jn 4,9-10)
Pero esta salvación que Jesús obró para la humanidad, y todo lo que Él hizo y predicó, tiene que ser
conocido por todos los hombres y hasta el fin de los tiempos (cfr AG 3). Por eso es que Jesús, ya
desde el principio de su vida pública, "llamó a sí a los que Él quiso, y designó a doce para que lo
acompañaran y para enviarlos a predicar" (Mc 3,13; Cfr. Mt 10,1-42). Antes de subir al cielo, fundó
su Iglesia como sacramento de salvación, y envió a los Apóstoles a todo el mundo, como Él había
sido enviado por el Padre (Jn., 20,21). Todos los evangelistas, al narrar el encuentro del Resucitado
con los Apóstoles, concluyen con el mandato misionero: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y
en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes. Sepan que yo estoy con ustedes
todos los días hasta el fin del mundo" (RMi 22.; Cfr. Mt 28, 18-20; cfr Mc 16, 15-18; Lc 24, 46-49;
Jn 20, 21-23).
Se propone aquí, invitar a los participantes a que, en pequeños grupos, lean dos de los pasajes del
Evangelio en los que se narra este “Envío Misionero” que Jesús nos hace, para profundizar en qué
consiste. Para ello, indicarles que busquen en los dos textos, los verbos que indiquen las acciones
que Jesús les indica a los apóstoles que realicen.
Mc 16,15
Mt 18,19-20a
“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que
crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará”
“Vayan y hagan que todos lo pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir
todo lo que yo les he mandado.”
Se puede orientar la puesta en común del trabajo de los grupos, para descubrir que las instrucciones
que Jesús les da a los primeros misioneros son:
• Ir
• Anunciar
• Hacer discípulos
• Bautizar
• Enseñar a cumplir lo que Jesús mandó
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Profundizando en el significado de cada una de las tareas encomendadas por Jesús, se puede acotar
lo siguiente:
• Ir: La misión implica que el misionero se ponga en movimiento. No basta únicamente con
hacer conocer y amar a Jesús a los que están a su alrededor, sino que es preciso que salga de
su entorno más próximo (la Parroquia, el grupo) y vaya a los que están más lejos, a los que
nadie llega. (Lc 4,43; He 2,39; Jn 10,14a.15)
• Anunciar: Anunciar implica comunicar algo. Y este anuncio de hace con hechos y palabras,
viviendo como Jesús vivió y predicando su vida y su enseñanza. (He 5,42; He 8,4-6; 1Cor
9,14)
• Hacer discípulos: Uno de los objetivos del misionero es lograr que otras personas
descubran en su vida el llamado de Jesús a seguirlo, a “vivir con El” y vivir como El. Los
niños de la Infancia Misionera, definen la misión como “hacer amigos para Jesús”, que es
una adaptación para ellos del “hacer discípulos”. (He 2,47b; He 5,14; He 6,7)
• Bautizar: El bautismo es el signo de que los evangelizados se incorporan al único Pueblo de
Dios, que es la Iglesia, el cuerpo de Cristo, y los hace a todos iguales, superando toda
diferencia de nacionalidad, raza, condición social, etc. En nuestro caso, no implica que
nosotros vamos a bautizar necesariamente a las personas, porque la mayoría a los que vamos
a anunciar, son crisitanos ya, pero viven alejados de Dios. Este “bautizar” significa, acercar
a las personas a la Iglesia, invitarlas a que participen frecuentemente de la Misa y los
sacramentos y que, en lo posible, se integren a una comunidad cristiana (grupo, apostolado
en una Parroquia, etc.) (He 2,41; 1Cor 12,13a)
• Enseñar a cumplir lo que Jesús mandó: El misionero tiene que mostrar a Jesús y su estilo
de vida. Jesús dijo que serían sus amigos los que “hicieran lo que El nos dijo”. No basta con
predicar a un “Jesús histórico”, como un simple personaje. Es preciso que los que reciben el
anuncio, cambien sus vidas y empiecen a vivir como Jesús nos enseñó, y es el misionero
quien tiene que motivar a este cambio. (He 2,42a; 2Tim 3,16-17)
Pero hay un elemento importantísimo y central, sin el cual, toda nuestra misión podría carecer de
sentido. La gran novedad que trajo Jesús al mundo fue el mandamiento del Amor: "Les doy un
mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como yo los he amado. En esto reconocerán que
son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros" (Jn 13,34-35). Este mandamiento
implica que esa misericordia que Dios tiene con nosotros, la tengamos nosotros también para con
todos los hombres. Por ello, si nuestra misión no está motivada por la misericordia, no se expresa
mediante el amor y no hace sentir el amor misericordioso de Dios a los destinatarios de la misión,
sería en vano, tal como lo expresó el apóstol Pablo en su carta a los Corintios: “Aunque yo hablara
todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que
resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los
misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no
tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y
entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada” (1Cor 13,1-3)
Por lo tanto, es importantísimo que el misionero no sea un simple “activista del Evangelio”, sino
que obre movido por el Amor Misericordioso. De nada sirve todo lo que se esfuerce, se canse, se
sacrifique, si no lo hace por amor. Tan importante es, que Jesús mismo dice que en el juicio final,
desconocerá a los que no hayan actuado movidos por el amor (Mt 25 31-46). Esto implica también
que la misión no solamente implica “contar” el amor de Dios a la gente, sino mostrarlo, hacer que
quienes nos reciban sientan, experimenten y vivan el Amor Misericordioso de Dios. Por ello
decimos que somos Misioneros de la Misericordia
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Para concluir, se propone a los participantes trabajar en pequeños grupos en base a las siguientes
consignas (adaptadas de acuerdo a la realidad de la comunidad, respecto de si ya ha preparado las
actividades para la Movida o si aún no):
1.- En base a lo reflexionado en el encuentro, proponer ideas para que en las actividades que
vamos a realizar para llevar adelante la Movida Misionera cumplamos las instrucciones de
Jesús a los misioneros: IR – ANUNCIAR - HACER DISCÍPULOS – BAUTIZAR ENSEÑAR A CUMPLIR LO QUE JESÚS MANDÓ.
2.- ¿De qué manera podemos hacer que las actividades que realizaremos en la Movida no
solamente “cuenten” el Amor de Dios, sino que lo “muestren” efectiva y concretamente?
ORACION FINAL - COMPROMISO
Como oración final se propone repartir a cada uno de los participantes, un corazón de cartulina de
los que se colocaron en el altar antes de comenzar el encuentro.
Invitarlos a que, escriban en el corazón, de un lado, su nombre, y del otro, un compromiso concreto
para vivir y mostrar el amor misericordioso de Dios en alguna situación concreta de su vida en la
que les esté costando manifestarlo (familia, alguna persona de la que se encuentran distanciadas,
etc.).
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Anexo
Citas bíblicas que sirven de apoyo para el anuncio de cada uno de los 6 temas del kerygma
Tema
El Amor de Dios
El Pecado
La Salvación.
La Iglesia
Fe y Conversión
El Espíritu Santo
Citas bíblicas
“Con amor eterno te he amado” (Jer 31,3)
“Dios es Amor” (1Jn 4,8)
“Los montes se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor no se
apartará” (Is 54,10)
¿Podría una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues Yo de ti nunca me
podré olvidar: Is 49,15.
“El amor no consiste en que nosotros amemos a Dios sino en que Él nos amó
primero” (1Jn 4,19)
La creación del mundo y del hombre por amor (Gn 1,2)
Otros textos:Is 43,1
“Todos pecaron y están privados de Dios” (Rom 3,23)
“Todo aquel que comete pecado es un esclavo” (Jn 8,34)
“El salario del pecado es la muerte” (Rom 6,23)
El pecado de los primeros hombres (Gn 3)
Otros textos: Rom 11,32; 14,23; Sal 51,7; Gen 2,17; Jn 9,41; Prov 8,36
“Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo único, (...) para que se
salve” (Jn 3,16-17)
Parábola del Padre Misericordioso (Lc 15,11-32)
Otros textos: Jn 10,10; Rom 4,24-25; Rom 5,8; Col 2,13-14; Ef 2,4-5; 1Jn 1,7;
Mq 7,19; Jn 16,33; Hch 4,12
“Nosotros, siendo muchos no formamos sino un solo cuerpo en Cristo...”
(Rom 12,5)
“El creyente unido a Cristo, en quien todo el cuerpo recibe nutrición y
cohesión...” (Col 2,19)
Comparación del cuerpo (1Cor 12,12-22)
Permanezcan unidos en mi amor (Jn 15,5-11)
Otros textos: 1Tm 3,15; Ef 2,20; 4,11-13; Hch 2,42
“Han sido salvados por gracia, mediante la fe, y esto no proviene de ustedes
mismos, sino que es un don de Dios” (Ef, 2-8)
“Arrepiéntanse y conviértanse para que sus pecados sean borrados” (Hch 3,19)
“Mira que estoy a la puerta y llamo....” (Ap 3,20)
Zaqueo (Lc 19,2-10)
El Alfarero (Jer 18,3-6)
Otros textos: Jr 31,18; Jn 3,3; 1Jn 1,9; Hch 2,38
“Yo les daré un nuevo corazón e infundiré un espíritu nuevo” (Ez 36,26)
“Serán bautizados en el Espíritu...” (Hch 1,5)
“El que tenga sed... recibirá el Agua Viva” (Ap 22,17)
La venida del Espíritu Santo en Pentecostés (He 2,1-11)
Otros textos: Jn 7,37-39; Lc 11,13; Ez 37,14; Gal 3,14
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