La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler
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La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler
1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica Peter C. Kroefges Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma de San Luis Potosí [email protected] LENGUA Y CULTURA NAHUA DE LA HUASTECA 1888: Kuextekapan ken kiijtoua Eduard y Caecilie Seler, ueyij tlamatinij kema kinemiliyayaj Kuextekapan tlali ininnemilis Pan ni amatlajkuiloli moita kenijki Eduard Seler uan Caecilie Seler-Sachs temakatokej se tlamachtili ika uajkapayotl tlen kuextepamej ininemilis. Yeka monextia kema ya asikoj pan ni Kuextekapan tlali pan 1888 xiuitl. Pan ni tlajkuiloli, kinextia kenijki itstoyaj uan eltoyaj nauamej, san kej tlatskitok pan se ueyi amatl uan matlajkuiloli tlen ya kikajtejki pan anali Alemania tlajtoli. Pan ni tlajkuiloli, nojkia kipia tlaixkopinkayotl tlen ni omej tlamatinij, kiolchojkej kema itstoya pan ni Kuextepan tlali, uan nama moajoktok pan ueyi tlamachtilsentilistli tlen Berlin, Alemania tlaltipaktli. Resumen En este artículo se revisan las contribuciones de Eduard Seler y Caecilie Seler-Sachs en el estudio de la arqueología y la etnohistoria de la Huasteca. Para ello, se presenta el contexto de su viaje realizado en 1888, que abarcó gran parte de esta zona. Específicamente, se resaltan sus observaciones y recolecciones pertenecientes a las comunidades nahuas, tal y como se pueden observar en sus cartas de viaje y otros manuscritos, todos escritos en lengua alemana. El texto va acompañado de una serie de reproducciones de fotos y dibujos que esta pareja generó durante su estancia, y que se encuentran resguardados en el Instituto Iberoamericano de Berlín, Alemania. Fig. 2. El viaje de los Seler entre febrero y mayo del año 1888. Mapa basado en un detalle de “Map of the Republic of Mexico in 1882. Revised and Corrected by Lorenzo Castro, Drawn by Theodore Gentilz”. 1882, New York: Thompson & Moreau, printers. Foto de portada: Fig. 1. Caecilie SelerSachs y Eduard Seler en 1888 (IAIK22/4, BDeut ba: 25.5). Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 2 Introducción Fue en el año 1888 cuando Eduard Seler y Caecilie Seler-Sachs realizaron su primer viaje a México para explorar las antiguas civilizaciones y conocer las diferentes culturas aquí existentes (véase Figura 1). En ese momento, Eduard Seler (1849-1922) contaba con un doctorado, tenía 39 años de edad, y era colaborador en la sección americanista del Museo Etnológico de Berlín, Alemania. Los Seler iban a pasar nueve meses en diferentes partes de México, tres de ellos en lo que se conoce como la Huasteca (véase Figura 2). Inmediatamente después de su viaje a la Huasteca, Seler publicó un breve pero influyente artículo sobre los antiguos asentamientos en la región de la Huasteca (Seler, 1888). En los años subsiguientes a este viaje, Eduard Seler iba a ser reconocido como un pionero en los estudios mesoamericanistas, fue nombrado curador de la sección americanista del Museo Etnológico, y llegó a ser el primer profesor catedrático de la nueva carrera de lenguas y culturas en la Friedrich-Wilhelms-Universität de Berlín (von Hanffstengel y Tercero Vasconcelos, 2003). Fig. 3. Mapa del itinerario de los Seler en la Huasteca, mostrando sitios arqueológicos, lugares de estancia y las proveniencias de objetos de la colección. Elaboración propia. Caecilie Seler-Sachs (1855-1935) era una mujer extraordinaria en sus tiempos. No tenía una formación profesional en antropología o arqueología, sin embargo -siendo hija de una familia culta y de recursospudo ampliar sus conocimientos en muchos ámbitos. Además de acompañante de su esposo en los viajes a las Américas, era una talentosa fotógrafa y publicó estudios propios sobre diversos aspectos del México indígena. Ella escribió muchas de las cartas del viaje de 1888 que fueron publicados bajo el nombre de su esposo por cuestiones de mercadotecnia -léase machismo- de aquel entonces (Seler 1889; von Hanffstengel y Tercero Vasconcelos, 2008). Caecilie también redactó la versión final de la publicación de la colección arqueológica de la Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 3 todo estaba mojado (Seler, 1889:134; traducción del autor). Vías de comunicación En los tiempos en que los Seler emprendieron su primer viaje a México, se estaba experimentando un dinámico cambio, ya que la industrialización de los E.E.U.U y de Europa tuvo sus efectos aquí. El país atravesó un proceso que, posteriormente, se asociaría con la época del Porfiriato, cuya connotación -al menos para sus primeras décadas- era la de una época de modernización en un mundo globalizado, de un intenso tráfico ultramarino de mercancías, de nuevas sistemas de comunicación a través de los telégrafos y de la integración nacional de regiones remotas gracias al ferrocarril. El ferrocarril estaba a punto de lograr realizar el viaje de los Seler a la Huasteca en forma mucho más rápida. Con la participación de ingenieros estadounidenses y otros extranjeros, así como de los habitantes de la Huasteca, Zona Media y del Altiplano Potosino, las vías ferrocarriles crecieron desde Tampico, importante puerto para cruzar el Atlántico, hacia la ciudad de San Luis Potosí. Huasteca (Seler-Sachs, 1916), basándose en los apuntes de su marido. Aunado a estas publicaciones, el viaje a la Huasteca de los Seler tuvo como consecuencia una colección de aproximadamente 900 piezas arqueológicas, hoy guardadas o expuestas en el Museo Etnológico de Berlín, fotografías y pinturas guardadas en el acervo del Instituto Iberoamericano, también en Berlín, así como unas muestras botánicas, ahora conservadas en el Museo Botánico de la Universidad Libre de Berlín. El viaje de los Seler a la Huasteca “El tiempo va a componerse”. Esto escuchábamos cada mañana, cuando apenas un rayo del sol caía sobre nuestros cuerpos empapados, y cada noche, cuando la luz de la luna entraba por el resquicio de la puerta. Pero el tiempo no quería componerse. Con una excepción de dos días, seguía lloviendo constantemente, y Era el 1 de Marzo de 1888, en el pequeño pueblo huasteco de Tampamolón (SLP), cuando Caecilie inició con estas líneas su carta, cuyo destino iba a ser un largo y lento viaje hacia la patria, Alemania. Caecilie y su esposo, Eduard, llevaban ya tres semanas viajando por la Huasteca, y en todas partes la gente les decía que era un año realmente extraordinario, pues las lluvias eran muy abundantes. La constante lluvia no solamente convirtió los caminos reales que los Seler recorrían a caballo en lodazales y charcos; sus muestras de plantas y sus moldes para las esculturas no querían secarse. Además, la humedad impidió repetidamente el buen funcionamiento de la cámara fotográfica de Caecilie. Para febrero de 1888 todavía faltaban varios meses hasta que se inauguraría la ruta de tren San Luis –Tampico. Los Seler pudieron aprovechar sólo algunos tramos de las vías, sobre los cuales guiaron sus caballos por algunas leguas. Muchos de los caminos que conectan los poblados en la Huasteca eran Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 4 itinerario y localización de los paraderos y sitios visitados véase Figura 3). Hoy en día, las carreteras y brechas frecuentemente siguen otros rumbos. En sus viajes, los Seler fueron acompañados por un mozo y diferentes cargadores o montaneros indígenas, los cuales cuidaban las bestias de carga. Gran parte del contenido de sus cartas de viaje describe el paisaje y la exuberante flora, la cual les impresionó (véase Figura 4). Para el año 1888, la densa vegetación Fig. 4. Salto del Agua, cerca de Huamuchil selvática que esta(IAIK2202. BMex cd: Wasserfall). ban atravesando “caminos reales” y pueden haber era de hecho de naturaleza funcionado como tales por mucho secundaria, es decir, la selva había tiempo (para una reconstrucción del reconquistado estas zonas previa- mente despejadas para la ganadería. Los Seler se enteraron de este hecho por la gente local en varias ocasiones. Hoy en día, estas áreas son nuevamente extensos pastizales para la ganadería. El objetivo del viaje a la Huasteca era principalmente de naturaleza arqueológica. Los Seler querían encontrar muestras del arte antiguo huaxteco, del cual habían escuchado que incluyera un amplio repertorio glífico -casi a nivel de escrituraplasmado en esculturas y relieves de piedra. La cerámica llamativa, con sus peculiares diseños pintados encima del barro blanco, también era objeto de interés. En aquel entonces, como enfatizan los Seler, había pocos ejemplares de la antigua cultura huaxteca en los museos de Europa, E.E.U.U. o, inclusive, en la ciudad de México. Observaciones etnográficas El primer lugar de prolongada estancia en la Huasteca era el pueblo de Tancanhuitz, en la Huasteca Potosina. Esta estancia de los Seler no resultó en un gran aumento de su colección arqueológica; ni siquiera Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 5 encontraron los vestigios arquitectónicos que se reportan hallarse en la base de la iglesia de Tancanhuitz. Sin embargo, los Seler sí vieron algunas esculturas de piedra en posesión privada, provenientes de Tanquián (SLP), de los cuales sacaron moldes. Además, la pareja recibió como obsequio por parte de algunos vecinos una figurilla y varias vasijas (Seler, 1889:134). Pero Tancanhuitz brindaba otros aspectos importantes para su viaje. De las pocas fotos y dibujos que han sobrevivido, destacan aquellos que muestran la gente, el mercado y los objetos para la fiesta de la población nahua de Tancanhuitz. Los Seler anotaron el primero de marzo del 1888: “En el poblado mismo viven indígenas en diferentes barrios. Las aldeas y ranchos alrededor están exclusivamente habitadas por indígenas. Subiendo la sierra, hacia el sur, en Huehuetlán, Cozcatlán y Aztlán viven ‘mexicanos’ (nahua), hacia la planicie están los huastecos” (Seler, 1889:133; traducción del autor). Las actividades en el centro de Tancanhuitz, con su tianguis con puestos de comida y mercancías, y la presencia de indígenas huastecos y nahuas forman parte importante de sus cartas de viaje. Además, el lugar brindaba ricos motivos para la cámara de Caecilie: “Intentamos tomar una foto de las actividades del mercado, pero esto era simplemente imposible, porque cuando apenas empezamos de instalar la cámara, toda la gente se había agregado alrededor de nosotros” (Seler, 1889:134; traducción del autor; Figura 5). De las fotos que Caecilie tomó se han conservado pocas, bastante deterioradas, mostrando a un señor nahua (Figura 6), una señora con su niño (Figura 7), otro niño en la entrada de su casa (Figura 8), y un grupo tradicional de músicos (Figura 9). Los Seler aprovecharon la hospitalidad y el orgullo étnico para realizar un detallado registro gráfico de algunos aspectos musicales tradicionales de la población nahua de Tancanhuitz: “Gracias al juez y al jefe político de Tancanhuitz, algunos indígenas nos trajeron sus instrumentos musicales y los objetos que usan para sus danzas. Ellos celebran los tiempos antiguos en sus danzas, gritan a Moctezoma, como nos dijeron; ellos siguen cantando El breve episodio de los Seler en Tancanhuitz, del 22 de febrero hasta el 1 de marzo, fue dominado por las intensas lluvias, las cuales impidieron el desarrollo de un trabajo arqueológico más exhaustivo. Sin embargo, su estancia produjo una de las más tempranas impresiones etnográficas de esta zona, plasmadas en texto, fotografía y pintura. sus antiguos cantos, pero no revelan las letras” (Seler, 1889:134; traducción del autor). Estos músicos de Tancanhuitz aparentemente explicaron los nombres de sus instrumentos e Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 6 indumentaria para las fiestas. Caecilie tomó una foto de los músicos (véase Figura 9), en la cual se aprecian el huehuetl, la flauta y un bastón decorado, llamado tlacuitle, (tlacuitl, “cosa tomada”), los cuales también fueron dibujados por E. Seler (véase Figura 10). El huehuetl es un tipo de tambor cilíndrico de madera, que se coloca verticalmente para tocar. El teponaztli es un instrumento de percusión, hecho de un tronco hueco de madera, con aberturas que resultan en lenguas que se golpean. La vibración de las lenguas produce un sonido particular. Seler pintó un teponaztli, que en este caso estaba decorado con las representaciones de genitales femeninos y masculinos en cada extremo (véase Figura 11). Según la información en la pintura de Seler, las mujeres del barrio Piaztle bailaban al son de este instrumento. Seler también dibujó algunos instrumentos que se usan durante la danza de Moctezuma (véase Figura 12). Se trata de un objeto llamado quacuatl, que Seler describe como un instrumento que “llevan en las espaldas los hombres quando bailan y gritan a Moctezuma” (español de E. Seler). En el mismo dibujo aparecen dos objetos que parecen ser algún tipo de sonaja llamadas maoponaztli. De este instrumento, Seler escribe que lo “llevan en la mano los hombres y golpean con el en el suelo, quando bailan y gritan a Moctezuma” (español de E. Seler). Entre las indumentarias de la danza destaca un caballito de madera. Según los Seler, este caballito de madera expresa “la impresión que habían dejado los primeros caballos, importados por Hernán Cortés” (Seler, 1889:134, véase Figura 13). El dibujo contiene varios objetos, y cada uno de ellos contiene una anotación que refiere a su nombre: “cuamachete; quacuchillo, cuacúatl; cuamadarachtle; caballito; copilli”. El copilli se refiere a un tocado cónico, típico de la Huasteca; los nombres de los demás objetos incluyen “cua” (que proviene de “cuauh-”, madera), señalando que son un machete, cuchillo y culebra de madera. El término cuamadarachtle no es entendible, pero el dibujo representa algo parecido a un escudo redondo (nahuatl: chimalli). Otras parafernalias de la fiesta tradicional de los nahuas de Tancanhuitz que Seler pintó eran el cuacúatl y el maoponaztli, los Los Seler y la botánica La estancia de los Seler en Tancanhuitz también produjo ricos resultados botánicos. Antes de especializarse en las lenguas y culturas americanas, Eduard Seler había sido formado como profesor de biología. Así, Eduard y Caecilie observaron la presencia de muchas especies botánicas durante sus excursiones en la Huasteca, y particularmente alrededor de Tancanhuitz. Como expresan en una de sus cartas, “un botánico tendría años de trabajo por hacer aquí” (Seler 1889:132, traducción del autor). Los Seler recolectaron muestras de plantas, las secaron profesionalmente y recompilaron información sobre sus características desde el punto de vista de algunos informantes indígenas, quienes fueron recomendados por el cura de Tancanhuitz (Seler, 1889:139, véase Figura 15). Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 7 arqueológicos o en casas particulares (Figura 16). Fig. 5. Gente del mercado en Tancanhuitz (IAIK22/6, BMex gu: Tancanhuitz: Märkte 2 [489]). cuales se usaron en la veneración a Moctezoma, y un tocado con plumas o tzuntecomitl, (lit. “objeto con que tapar la cabeza”) (Figura 14). En fin, el breve episodio de los Seler en Tancanhuitz, del 22 de febrero hasta el 1 de marzo, fue dominado por las intensas lluvias, las cuales impidieron el desarrollo de un trabajo arqueológico más exhaustivo. Sin embargo, su estancia produjo una de las más tempranas impresiones etnográficas de esta zona, plasmadas en texto, fotografía y pintura. El trabajo arqueológico de los Seler en la Huasteca En campo, los Seler dibujaban esculturas y preparaban moldes (de papel maché) de las mismas. A pesar de que no se encuentran fotos de objetos en el acervo, sí se reprodujeron algunos dibujos de esculturas encontrados en sitios Luego de tres meses de haber radicado en la Sierra y planicie de la Huasteca, los Seler habían obtenido alrededor de 900 piezas arqueológicas, las cuales fueron enviadas al museo etnológico de Berlín, Alemania. Su estrategia para conseguir estas piezas consistía principalmente en la compra. En los pueblos y aldeas que visitaron, los Seler preguntaron por objetos arqueológicos en posesión de los habitantes quienes, en muchos casos, se los vendieron. Estas compras, además de los regalos personales que ocasionalmente recibieron, constituyen la mayor parte de objetos completos: vasijas, figurillas y malacates, entre otros. Pero los Seler también buscaban artefactos en los sitios arqueológicos que visitaron, donde en su mayoría encontraron fragmentos decorados de cerámica. Por lo regular no excavaban, sino recogían sencillamente el material de la superficie. A veces aprovechaban cortes en los bancos litorales, donde pudieron observar la secuencia de depósitos y así obtener una cronología relativa entre los materiales encontrados. Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 8 Arqueología y saqueo Al inicio de su descripción de la colección de la Huasteca, Caecilie Seler-Sachs (1916:98) explica la situación de su viaje, que en ese momento ya quedaba 25 años atrás. En ésta como en otras ocasiones, ella hace referencia al saqueo, que estaba aumentando en México durante el siglo XIX: La región habitada desde la antigüedad por los huastecos pertenece a aquellos poco iluminados por las fuentes. Se encontraba lejos del centro y de las conquistas. También en tiempos recientes, hasta hace 25 años, estaba retirado de las vías de comunicación. En aquel entonces, cuando nosotros pasamos a caballo por las riberas del río Pánuco y sus tributarios, apenas se había comenzado a trazar la vía del ferrocarril, la cual comunica Tampico con San Luis Potosí. Y lo curioso es que hoy en día -con todas las vías de comunicación modernas- esta tierra sigue siendo tan incógnita arqueológicamente como en aquel entonces. A pesar de que los ingenieros seguramente se enfrentaron a alguno que otro buen hallazgo, el cual habría podido iluminar el pasado oscuro, nada de esto se ha publicado. Es poco probable que la construcción del ferrocarril no hubiese tocado algún vestigio en una zona tan densamente cubierta con las huellas de antiguos asentamientos. Parece que no les ha importado mucho, que los vestigios fueron destruidos y los restos abandonados, sin que algún señor ingeniero se hubiese dedicado a dibujar un croquis (…) El Estado, sin embargo, tendría que obligar a sus encargados de las construcciones a preparar planos e informes de tales hallazgos. Probablemente, debido a la superstición, los obreros indígenas han destruido ídolos de piedra y vasijas, o los obreros norteamericanos los han vendido o extraviado (Seler-Sachs, 1916: 98; traducción del autor). Como describen las cartas de viaje de los Seler, sus actividades de recolección de piezas parecen haber motivado a la juventud en las aldeas a ir a buscar artefactos. De cierta manera se puede opinar que este interés aumentaba el saqueo de vestigios en toda el área. Sin embargo, los Seler estaban convencidos de actuar por el bien de la ciencia. En cambio, despreciaron el saqueo instigado por los ingenieros “americanos” que vinieron a trabajar en los ferrocarriles alrededor de Tampico y extrajeron artefactos precolombinos hacia los E.E.U.U. Eduard Seler concluye lo siguiente sobre su estancia en la Huasteca: Sería de máximo valor para la arqueología saber más sobre la gente en la zona del Pánuco, quienes hablan un idioma emparentado de las lenguas mayas. Fueron considerados como foráneos por los mexica, aunque entraron en contacto con estos tempranamente, a causa de que los mexica expandieron sus rutas mercantiles, protegidas con militares, hacia el golfo, y establecieron colonias a lo Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 9 largo de estas rutas (Eduard Seler, Gesammelte Abhandlungen, T. III, p.410; traducción del autor). La colección arqueológica de la Huasteca Fig. 6. Indígenas de Tancanhuitz. Indianer (Mexikaner) aus Tancanhuitz (IAIK22/10, BMex gu: Tancanhuitz: Indianer). Los pueblos de Pánuco (Ver.), Tanquián (SLP) y Tempoal (Ver.) eran particularmente favorables para la compra de un gran número de objetos y en estos pueblos los Seler gastaron una buena parte de su presupuesto. De otros lugares obtuvieron -de manera accidentaluna que otra vasija, una figurilla o un malacate. La colección de vasijas refleja el interés en obtener un gran rango de variación decorativa dentro del canon formal que presenta la alfarería prehispánica de la Huasteca (Figura 17). La publicación de la colección por Caecilie Seler-Sachs en 1916 es, sin duda, impresionante en su detalle y elocuencia descriptiva, la caracterización de estilos y sus variantes derivadas, y en la reproducción gráfica de las formas y decoraciones. Sin contar con antecedentes arqueológicos en la región, los Seler tenían pocos fundamentos para averiguar la datación de estos objetos. Tampoco podían tratar exhaustivamente el problema de la asociación étnica con estos objetos. La impresión general que los Seler obtuvieron era que la ejecución más fina y elaborada se encontraba en los sitios de la planicie costera, mientras que los ejemplares procedentes de la parte serrana eran generalmente más toscos. En las siguientes secciones quisiera resaltar aquellos objetos cuyos atributos estilísticos, de motivos o de material pueden ser identificados como foráneos, es decir que según los Seler muestran características típicamente asociadas con el altiplano central de México, y por lo tanto sirven como un indicador de la presencia de la cultura nahua en esta parte de la Huasteca. Vasijas foráneas de la Huasteca En la colección de los Seler, además del gran número de vasijas con “típicos rasgos huaxtecos”, se encuentran unos ejemplares que demuestran unos estilos foráneos. Según los Seler, éstos provienen probablemente del altiplano central. Se trata de tres ollas con un engobe blanco y líneas geométricas. Una de las ollas muestra una franja azul con Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 10 contornos rojos. Caecilie Seler-Sachs anota que esta composición de colores y diseños no era común en la alfarería huaxteca (Seler-Sachs 1916, Fig. 26; Tafel XIII). Más notable es la presencia de dos vasijas claramente “mexicanas”, o sea del centro de México, encontradas en el sitio de Ojital (al norte de Aquismón, ubicación no localizada con precisión). Una es un cajete con pedestal que contiene pintura policroma y cuyo diseño con elementos solares representa claramente el llamado estilo MixtecaPuebla, del periodo Postclásico tardío (Figura 18). A Caecilie Seler-Sachs le recuerdan mucho a ejemplares parecidas de Cholula, Puebla. La elaborada pintura contrasta fuertemente con la ejecución defectuosa de la vasija misma: el cajete no está bien colocado encima del pedestal. Esta observación deja a C. Seler-Sachs (1916:115) suponer que los alfareros del centro de México enviaron los productos no tan perfectos a los mercados en las provincias. Del mismo sitio de El Ojital proviene un elegante jarro pintado, que presenta un engobe rojo bruñido. Según C. Seler-Sachs, la forma de su vertedera asemeja ejemplares de la Mixteca Alta (Figura 19). En el pueblo de Tempoal (Ver.), los Seler adquirieron dos pequeñas vasijas antropomorfas que también muestran rasgos foráneos y una pasta negra pulida, como se conoce más de la alfarería del centro-sur de México. Una de estas vasijas muestra una elongación bucal que recuerda a las representaciones del dios del viento, Ehecatl o Quetzalcoatl (SelerSachs 1916: 116), igual que una tercera vasija efigie de barro anaranjado, que fue obtenido de Coxcatlán, cerca de Tancanhuitz (véase Seler-Sachs 1916: Tafel IX). Otra vasija con rasgos diagnósticos para la alfarería del altiplano central es un cajete trípode, cuyos soportes tienen la forma de loza escalonada (Seler-Sachs, 1916: Tafel VIII-5). Figurillas, silbatos y sellos con rasgos foráneos La colección de figurillas y de fragmentos de éstas incluye unos ejemplares con atributos típicos del altiplano central. Mientras que las cabezas de la planicie del Golfo típicamente muestran un peinado en Fig. 7. Mujer indígena (mexicana) de Tancanhuitz. Indianerin (Mexikanerin) aus Tancanhuitz (IAIK22/11, BMex gu: Tancanhuitz: Indianer 2 [494]). Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 11 forma de turban, una frente ancha y una representación tripartita de los ojos, otros ejemplares se distinguen como de los valles centrales de México por su tocado de franjas horizontales y lateralmente colgantes (véase Seler-Sachs, 1916:126). Otro objeto posiblemente foráneo muestra el tocado típicamente asociado con Tlaloc, como se ha reconocido en Teotitlán del Camino. Parecido al estilo de Cholula es la representación de un hombre con barba, la cual puede haber sido la terminación del mango de un sahumador. Lamentablemente no contamos con una exacta ubicación de la proveniencia de estas figurillas. Del pueblo de Tempoal provienen dos cabecitas que aparentemente pertenecían a figurillas acostadas en cunas o camas, llevando una venda doblada en su frente. C. Seler-Sachs indica su semejanza con objetos de Colima, aunque —según C. SelerSachs— muestran claramente un estilo del altiplano central (Seler-Sachs, 1916:126, Tafel XIX-6). Entre los silbatos efigies que adquirieron los Seler, los mejor elaborados muestran un estilo que les recuerda al de Cholula, Puebla. De los seis sellos de cerámica, los cuales fueron usados para imprimir motivos con pintura en cualquier superficie, uno demuestra una iconografía que según C. Seler-Sachs refleja un motivo muy común en el Altiplano: es una cabeza con una boca alargada y curva (Seler-Sachs, 1916: Fig. 44a, Figura 20 en este artículo). Fue encontrado en Pánuco (Ver.), el sitio más lejano de la zona nahua de la Huasteca dentro del recorrido de los Seler. La comparación más sistemática de artefactos tan diagnósticos como las vajillas, figurillas y malacates podría revelar la existencia o falta de un claro patrón entre identidad étnica y cultura material. Malacates Estos pedazos cónicos, semiesféricos o de silueta compuesta estaban colocados en los palitos con los cuales se hilaba la fibra para producir textiles; los más pequeños para hilar algodón y los más grandes para hilar fibra del maguey. En la Huasteca, donde abundaba el algodón, los Seler solamente encontraron ejemplares pequeños. C. Seler-Sachs anota que es un total de 148 malacates, muchos de ellos con llamativos diseños de impresión, entre los 900 objetos coleccionados, un indicador de la gran frecuencia de este tipo de producto en la cultura material en la Huasteca, y de la importancia de la producción de textiles. Sin embargo, los Seler no han registrado la proveniencia de muchos de ellos, así que estos objetos no nos permiten identificar algún patrón en la distribución de los diseños en asociación a su contexto geográfico o étnico. C. Seler-Sachs señala que la forma cónica alta o fitomorfa de los malacates encontrados difiere de los que se conocen del Altiplano, donde predomina la forma semiesférica aplastada. Esta observación es significante, ya que un estudio Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 12 Conclusiones Hay que señalar que todavía persisten algunas dudas relacionadas con la presencia nahua en la llamada Huasteca. Estas dudas conciernen los siguientes asuntos; trato de proporcionar algunas hipótesis que aún quedan por ser evaluadas mediante investigaciones más enfocadas a estos temas: Fig. 8. Niños. (IAIK22/9, BMex ha: Kinder 3 [492]). arqueológico acerca la diferenciación étnica entre poblados huastecos y nahuas habría podido tomar los estilos de malacates como un indicador diagnóstico de tal diferenciación. No obstante, como C. Seler-Sachs (1916:132) comenta, un estudio de tal carácter hubiera requerido una recolección más sistemática. (1) ¿Existe una relación directa entre la cultura material (estilos de vajilla, malacates, escultura, etc.) y la identidad etno-lingüística (nahua, huasteco, etc.) o hasta qué grado hubo un sincretismo cultural entre ambos grupos? Datos arqueológicos y lingüísticos indican que las diferencias étnicas pueden ser borrosas en cuanto al uso de estilos y de lenguaje. Asociar una identidad etnolingüística con la cultura material sigue siendo un enorme desafío para la arqueología. (2) Los objetos estilísticamente asociados con el altiplano, ¿reflejan una intrusión de poblaciones nahuas, son mercancías de intercambio mercantil, o son adopciones locales de estilos foráneos? Los objetos típicos de altiplano recolectados por los Seler parecen ser casos aislados y frecuentemente fueron hechos de materiales foráneos a la Huasteca. Por lo tanto es probable que fueran llevados desde lejos, y su limitada cantidad sugiere que no acompañaron alguna colonización nahua a la zona, sino son productos del comercio interregional. (3) La presencia de grupos nahuas en la Huasteca, ¿concurre con la aparición de la cultura material del altiplano posclásico -acaso vinculado con la expansión imperialista de la triple alianza azteca-, o datan de fechas anteriores? Considerando la vasta distribución de poblaciones nahuas hacia el sur de Huasteca, formando un continuo hasta la cuenca de México, parece que no se trata de una política colonialista programada desde un centro imperialista. Solamente con trabajos arqueológicos más sistemáticos e cronológicamente precisos en las áreas de contacto, en conjunto con las técnicas de la lingüística histórica (glotocronología) podremos averiguar esta pregunta. Con base en lo que podemos observar, por lo pronto, parece que la expansión de grupos nahuas en la Huasteca y la política imperialista de la triple alianza fueron dos procesos separados. Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 13 identificados como el antiguo señorío Oxitipa, o el de Yahualica-, donde los mexica aparentemente habían instalado puntos de administración imperial, los más septentrionales hasta el momento conocidos, rodeados por poblaciones huastecas y nahuas. Fig. 9. Mexikaner aus Tancanhuitz mit huehuetl und Flöte. Mexicanos de Tancanhuitz con huehuetl y flauta (IAIK22/7 BMex gv: Tancanhuitz: Musikinstrumente 1 [490]). A pesar de que muchos estudiosos de la Huasteca hayan reconocido el trabajo de los Seler como pionero, el enfoque investigativo subsiguiente ha insistido en conocer el desarrollo de la cultura “pura” huaxteca. Grandes proyectos han sido realizados en la planicie alrededor de Tamuín, Tampico, la laguna de Tamiahua y del río Pánuco (véanse los trabajos de Ekholm, 1944; Meade, 1942; Sanders, 1978; Merino Carrión y García Cook, 1987; Stresser-Peán, 2005; Ochoa, 1979). Para aclarar las dudas mencionadas, sin embargo, será necesario conducir trabajos sistemáticos en las partes étnicamente más ambiguas, es decir, desde los municipios de Tancanhuitz, Aquismón y Xilitla en San Luis Potosí, hacia el sur, por Huejutla, en el estado de Hidalgo. En estas zonas fronterizas podremos estudiar sitios como el del antiguo asentamiento entre los ríos Tambaque y Garita -que posiblemente pueden ser También un estudio comparativo más sistemático de artefactos tan diagnósticos como las vajillas, figurillas y malacates podría revelar la existencia o falta de un claro patrón entre identidad étnica y cultura material. Mientras tanto, las cartas de viaje de los Seler y sus subsecuentes publicaciones son una muestra de la fascinación que esta región tan compleja todavía puede ejercer sobre los futuras exploraciones arqueológicas de la Huasteca. Agradecimiento El autor reconoce la amable cooperación del Instituto Iberoamericano y el Museo Botánico, ambos en Berlín, Alemania. Sobre todo se agradece al Dr. Gregor Wolf del Instituto Iberoamericano por haber brindado las reproducciones de las imágenes, así como la autorización para usarlas en este artículo. Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 14 Figura. 10 Tlapitzalli, pito mexicano. Tlacoitle. (IAI K22/14. BMex gu: Tancanhuitz: Feste 2). Figura. 11 Teponaztli de los Indios del barrio llamado Piaztle, Tancanhuitz. Bailan con el las mujeres (IAI K22/15 II. BMex wr: Musikinstrumente 1). 10 Figura. 12 Cuacuatl. Llevan en las espaldas los hombres quando bailan gritan a Moctezuma. Maoponaztli. Llevan en la mano los hombres y golpean con el en el suelo, quando bailan y gritan a Moctezuma. (IAI K22/15 I. BMex wr: Musikinstrumente 1). 11 Figura. 13 Baile del Caballito, de los Indios Mexicanos del barrio llamado Piaztle, Municipio de Tancanhuitz, Ed. San Luis Potosí. Anotaciones: cuamachete; quacuchillo, cuacuatl; cuamadarachtle; caballito; copilli. (IAI K22/13 II. Bmex gu:Tancanhuitz Feste 1). 12 13 Figura. 14 Tocado con plumaje (IAIK22/13 I). 14 15 Figura. 15 Pinturas de Plantas (IAI K22/12. BMex fm: Pflanzen 1). Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 15 Figura 16. Esculturas de piedra, dibujadas por Eduard Seler en campo, de Palachó, Puente y Tanquián. Dibujo modificado de Seler 1889:146. Figura 17. Vasija efigie con dos caras, Pánuco. Dibujo modificado de SelerSachs 1916: Fig. 7. Figura 18. Motivo solar al estilo mixtecaPuebla, en el cajete policromo de Ojital, Postclásico tardío. Dibujo modificado de SelerSachs 1916: Fig. 28. 16 Figura 19. Jarro pintado de Ojital, característico del centrosur de México, postclásico tardío. Dibujo modificado de SelerSachs 1916: Fig. 29. 18 y 19 17 Figura 20. Sellos de cerámica. Primera y segunda fila: izquierda: negativo, derecha positivo. Dibujo modificado de Seler Sachs 1916: Fig. 44. Figura 21. Selección de malacates de cerámica. Dibujo modificado de SelerSachs 1916: Tafel B. 20 Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica 21 LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 16 Seler-Sachs, C. Bibliografia 1944 Excavations at Tampico and Pánuco in the Huasteca, Mexico. New York, Anthropological Papers of the American Museum of Natural History, vol XXXVIII, part V. 1916 Die Huaxteca-Sammlung des königlichen Museums für Völkerkunde zu Berlin. Gesammelt von Eduard und Caecilie Seler im Jahre 1888. Bearbeitet von Caecilie Seler 1913. Baessler-Archiv. Beiträge zur Völkerkunde. Band V. Leipzig y Berlín, Druck und Verlag von B. G. Teubner. Meade, J. Stresser-Péan, G. y C. Stresser-Péan 1942 La Huasteca: época antigua. México, Editorial Cossío. 2005 Tamtok. Sitio arqueológico huasteco. Vol. II. México, CONACULTA, INAH, Gobiero del Estado de San Luis Potosí, Secretaría de Cultura, Fomento de Cultura Banamex, CEMCA. Ekholm, G. F. Merino Carrión, B.L. y A. García Cook 1987 “Proyecto Arqueológico Huasteca”, Arqueología 1, 31-72. Ochoa, L. 1979 Historia prehispánica de la Huaxteca. UNAM-IIA, Serie Antropológica 26. México, Sanders, W. T. 1978 The Lowland Huasteca. Archaeological Survey and Excavation. 1957 Field Season. Columbia, The Museum of Anthropology, University of Missouri-Columbia. von Hanffstengel, R. y C. Tercero Vasconcelos (eds.) 2003 Eduard y Caecilie Seler, sistematización de los estudios americanistas y sus repercusiones. México (D.F.), UNAM. 2008 Cartas de viaje desde México. Por Seler, E. y Seler-Sachs, C. Traducido del alemán por G. H. Álvarez García. CONACULTA-INAH/IIIGM/Eón. Seler, E. 1888 “Die alten Ansiedelungen im Gebiete der Huaxteca”, Zeitschrift für Ethnologie XX, 451-459. 1889 Reisebriefe aus Mexiko. Verlagsbuchhandlung. Berlín, Ferd. Dümmler 1908 Gesammelte Abhandlungen zur amerikanischen Sprach- und Alterthumskunde, Band 3. Berlín, Behrend & Co. Kroefges, Peter. 1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA 17 LENGUA Y C U LT U R A NAHUA DE LA HUASTECA Para citar este artículo: Kroefges, Peter (2012). “1888: La Huasteca según Eduard y Caecilie Seler, pioneros en su exploración arqueológica y etnográfica”, en Anuschka van ´t Hooft (prod.), Lengua y Cultura Nahua de la Huasteca [DVD Multimedia]. México D.F., CCSYH-UASLP/Linguapax/CIGA-UNAM, 17 pp.