Queridísima amiga de Dios, te quiero pensar dócil en el dejarte

Transcripción

Queridísima amiga de Dios, te quiero pensar dócil en el dejarte
Queridísima amiga de Dios,
te quiero pensar dócil en el dejarte guiar por el Espíritu1,
mientras te va plasmando a imagen de Jesús Buen Pastor, a lo largo
de tus jornadas vividas en la misión pastoral.
Deseo compartir contigo algunos apartes de una carta2, escrita
recientemente a una madre general, que pienso nos pueda ayudar a
reflexionar juntas respecto a nuestra vocación religiosa y al tema de
las vocaciones hoy.
Te reporto textualmente lo que me llamó más la atención:
“El Señor nos recomendó de orar, pero no dijo de agitarnos y emprender
tantas iniciativas para hallar las vocaciones… Es la vida la que cautiva… Es
la vida religiosa la que debe cautivar, la que debe enamorar y suscitar el deseo
de vivir así… Nos corresponde a nosotros vivir plenamente, realizar la
belleza de la vida con Dios con aquellos que comparten la misma llamada y
será la belleza la que atraerá a la puerta nuevas vocaciones… Buscar cómo
encender el corazón de los jóvenes de hoy, cómo comunicarles el amor de
Dios, Padre de las misericordias, de modo que en esta generación se despierte
el amor, aquel profundo, aquel que constituye el hombre como tal y que
también en ellos subyace bajo las cenizas… Ilusionarse de suscitar nuevas
vocaciones sin pasar por alguna forma de martirio, de sufrimiento, es ya
pensar en un modo no espiritual. No olvidemos que todo lo que se refiere al
amor toca la dinámica del triduo pascual”.
La carta concluye con el siguiente auspicio: “estar al servicio de la
bondad y de la misericordia de nuestro Dios, para que esta bondad y esta
misericordia puedan pasar a través de nosotras y encender el corazón de
alguien y hacerlo encontrar con el Señor y Salvador Jesucristo”.
1
Cf. Gal 5,18.
Marko Ivan Rupnik, Il cammino della vocazione cristiana. Di risurrezione in risurrezione, pp. 7077.
2
En mi oración he sacado estas reflexiones que me han hecho
recordar algunas expresiones dirigidas por el Fundador, a nosotras
Pastorcitas: “El trabajo de una Pastorcita será tanto más fructífero, cuanto
más será santa y tenga amor a las almas”3. “Pidan el corazón del Buen
Pastor que se conmueve ante la muchedumbre necesitada. La Pastorcita debe
ser maestra de fe, de virtud, de santidad, de oración”.4.
La relación entre la santidad de la vida y la cura de almas, en
particular de las vocaciones, fue siempre muy fuerte y explícito en la
predicación del Beato Alberione, por esto quiero invitarte en este
próximo año, 70° de nuestra Fundación, a focalizar mayormente tu ser
Pastorcita, llamada a la santidad en el ministerio de cura pastoral.
El 7 de octubre 2007, inicio del año celebrativo, en sintonía con
el objetivo del 7CG, queremos dedicar el 2007-2008, a la “santidad de
vida en el ministerio de cura pastoral”, para ayudarnos
recíprocamente en el compromiso de reavivar en la humanidad de
hoy el “gusto de Dios”5, un gusto al que estamos llamadas nosotras
primeramente a redescubrir y encontrar cada día.
Pidamos al Espíritu de guiarnos a vivir con inteligencia
espiritual la santidad de la vida nueva recibida en el bautismo y hecha
testimonio visible con la consagración religiosa. Tenemos necesidad
de una mente purificada para no correr el riesgo de vivir solamente
junto a Cristo y no encontrarnos en Él y con Él. Augurémonos, en
este año de la santidad, de vivir en el respiro de Cristo, en su
mentalidad, aprendiendo a mirar nuestra historia y la historia de
nuestro tiempo, partiendo de la Salvación, o sea, cuando todas las cosas
serán recapituladas en Cristo6 ¡y Él será todo en todos!7.
La vida nueva en Cristo se ha realizado en el amor total en Hna
Elisabetta Franchi, una joven Pastorcita, que queremos proponer,
también a las jóvenes generaciones, como ejemplo de vida donada en
la sencillez de lo cotidiano. “La vida de Elisabetta ha sido sólo esto: un
3
PrP I, 1955, p. 23.
PrP IV, 1949, p. 133.
5
Cf. Custodiamo la vita nuova in Cristo… per condurre alle fonti della vita, Programmazione
generale 2007, p. 2.
6
cf. Ef 1,10.
7
Cf. 1Cor 15,28 e Col 3,11.
4
don de Amor a Cristo y a su Cuerpo que es la Iglesia. Un don total
cumplido en la alegría del Espíritu. Un don fiel en repuesta a la
fidelidad de Dios”8.
Pidamos a Maria, la Madre del Buen Pastor, que interceda para
que se realice el sueño de Alberione para nosotras: ser “Madres
espirituales, madres de almas como la Virgen, (…) Entonces, habiéndoles el
Señor dado así cosas bellas en las manos, agradecer y confiar. «Señor, si tanto
me amas yo cuento con tu bondad, cuento que tu amor continúe sobre mí y
que me dé también esta gracia de corresponder a las gracias», sí, y adelante
serenamente”9.
Te deseo que las jóvenes que encuentres en tu ministerio
puedan encontrar en ti la belleza y la alegría de pertenecer a Jesús
Buen Pastor, así que alguna de ellas pueda decirte: “¡qué bello, quisiera
seguir a Cristo como tú, entre las Pastorcitas!”.
Deseo confiar a tus oraciones los próximos compromisos de
Congregación: mi visita a las hermanas de la delegación de Corea, el
próximo 2° Consejo General Ampliado y la visita fraterna a las
hermanas de la provincia Filipinas- Saipan.
Aseguro mi oración a ti y en particular a cada hermana que
celebra con gratitud el 50° aniversario de la profesión religiosa. “(…)
de cada Pastorcita se pueda decir: «He ahí la hermana que ha tanto amado las
almas y nada ha escatimado por ellas»”10.
Hna Marta Finotelli
superiora general
Seoul, 3 de septiembre de 2007
Fiesta de Maria, Madre del Buen Pastor
y memoria de S. Gregorio Magno
8
Del Depliant ilustrativo en ocasión del 50° aniversario de su profesión religiosa.
AAP 1958, 121.
10
PrP VIII, 1956, p. 151.
9

Documentos relacionados