Descargar obra - Caminos de la Libertad
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LA PLUMA DE HIERRO Ella era tan frágil e inerte, la única silueta siguiendo una luz en un campo de contrastes, del que nace un templo del pasado oculto en el presente. Ella era su guardián, ella era su pasado, ella era su futuro. Las cenizas de una batalla quizá sean incontables , desperdigadas en los rostros de los abuelos se recuerda el último momento del pasado , antes de la guerra y la muerte de millones a beneficio de un ideal de perfección putrefacto e insignificante pero a fin de cuentas compartido y mutilado por muchos. Aquellos volcanes de acero que destruyeron el mundo se alzan en lo alto burlándose de la decadencia material y espiritual de los reprimidos y que aun no conformes con hacerlos cenizas, los aprisionaron en cercas que asemejan meramente a jaulas con grandes fabricas oxidadas. Las colonias, perímetros fuertemente resguardados de más de 20 kilómetros de largo en todos sus lados perfectamente simétricos que funcionan como centros de producción de materias primas y secundarias además de albergar a más del 80% de la población mundial. Fabricas a punto de caer son el refugio de una nueva generación perdida mientras que las capitales y los países aliados ostentaban todo el lujo reservado para unos pocos, aquellos empresarios y gobiernos que se unieron al mayor tirano , ciegos e ignorantes de la vida de quienes no eligieron y ahora pagan la miseria del mundo. No hay música, no hay poesía, no hay rima, no hay palabra, todo intento de expresión fue brutalmente aplastado mediante un sistema autoritario de educación esencial, se les enseñaba a leer, mas no a entender, solo instrucciones y datos para la especialidad a la que dedicarían todos sus días, escribían lo que ya estaba escrito, otro tipo de conjunción demeritaba una blasfemia contra el poder, no había religión, nunca existió la filosofía ni el humanismo, solamente se engrasaban maquinas frías preparadas para realizar sus tareas. Sé había destruido el principio básico de la vida, la libertad. El sonido del cantico de la victoria resuena por los rincones de la colonia, marcando el inicio de una nueva jornada laboral. Violeta toma su bata mientras contempla su nuevo uniforme, preparándose para iniciar sus labores en la estación de costura. De semblante expectante y serio, con la mirada fija, Violeta era una tímida y dulce joven que parecía estaba perdido en un sueño apartado de un mundo tan espeso. Durante su camino a la estación, justo en la plaza principal un grupo de guardias rodeaban a un hombre insultándolo y golpeándolo sin piedad mientras su boca ensangrentada exclamaba con fuerza –Mi libertad es mi crimen, Mi libertad es mi crimen-. La estación de costura, una enorme nave industrial donde centenares de mujeres bordaban uniformes sobrios, Violeta iniciaba su jornada laboral, colocando botones a las prendas, una jornada que se extendía por 12 horas continuas Al llegar a casa, encontró a su padre llorando en la mesa, ella se acerco y le preguntón que le había pasado, el solo dio la orden que regresara a su habitación. Mi libertad es mi crimen, Mi libertad es mi crimen…. Violeta escribía una y otra vez sobre un libro de paginas vacías que su madre le había regalado, Libertad es mi crimen, palabras que nunca había intentado conjugar y una y otra vez esa frase perforaba mas y mas en su mete…Libertad es mi crimen. El alba ascendía en la colonia, los bosques comenzaba a respirar y un fino olor a madera y tierra mojada rodeaba cada habitación. Violeta seguía con sus labores en la estación de costura pero un disparo la aturdió por completo. En medio del caos, intento ponerse de pie para observar por la ventana. Sus manos tocaron el frio vidrio y pudo ver un hombre entrando a la fabrica, no fue hasta que recobro el equilibrio que pudo ver el rostro del hombre, el rostro más reconocido por ella, el de su padre. Ensangrentado se postro en el pasillo medio, Violeta corrió desesperada hacia el fundiéndose ambos en un abrazo. -Te amo hija -Papá no te vayas -Corre hacia el bosque, huye-No, papá -Adiós mi flor . Un golpe que casi destroza sus venas, todo era un caos emergiendo de gritos y llantos, en ese momento Lukas, un joven guardia la toma del brazo y le grita desesperado que corra. Los dos salieron por la puerta trasera mientras los guardias los seguían. Aun aturdida y en plena carrera, logra ver el rostro mojado y golpeado de Lukas. - Mi padre- grita Violeta, pero Lukas presionando su mano la mira con tristeza - Vienen por nosotros, no te detengas.La lluvia caía plomo, convirtiendo la llanura que delimitaba al bosque en un pantano y sobre el cual dos siluetas huían de un grupo de guardias. -! El bosque, debemos llegar, corre Violeta ¡- Gritaba Lukas, pero en ese instante una bengala paso sobre ellos dando paso a una serie de explosiones que caían frente a ellos. Con fuerzas sobrehumanas lograron evitar la lluvia de morteros y llegar al bosque. La frontera prohibida, millares de arboles se alzaban del suelo, dos jóvenes corriendo desesperados e intentando ocultarse en ellos. Por más de media hora no se detuvieron hasta que dejaron de escuchar a los perros de caza. Lo habían logrado, escaparon de la guardia de la colonia, se burlaron de aquellos opresores que generaban ignorancia a base de ignorancia sin embargo ahora no podrían volver a la colonia. La noche pronto caería por lo que Lukas improvisando hojas y maderos construyo una pequeña cama para Violeta. Ella aun no despertaba de aquella pesadilla. La calma de adueñaba del bosque y las estrellas iluminaban tenuemente, como si ellas también intentaran esconder a esos dos jóvenes prófugos. Violeta despertó aun aturdida. -¿Quién eres? Pregunto Violeta -Soy Lukas, trabajaba en la guardia en la estación de tu padre, éramos amigos-Que paso, no entiendo nada- Asintió Violeta -No lo sé, tu padre encontró algo en el bosque, uno de los guardias escucho eso….pero Violeta, mejor descansa, mañana buscaremos un refugio. A la mañana siguiente Lukas y Violeta comenzaron su búsqueda cada uno por separado. Lukas aun no llegaba y la noche se acercaba, fue entonces que entre la maleza Violeta logro verlo con una sonrisa en su rostro. -Encontré algo-. Los dos caminaron por una vereda hasta llegar a lo que parecía ser una bodega cubierta de vegetación. -¿Entramos? Pregunto Violeta -VamosUna puerta de metal obstruía su paso, Lukas al ver la saturación de oxido tomo una piedra y la golpeo varias veces contra la puerta hasta lograr abrir un hueco. Enormes maquinas dormidas, montones de hojas enrolladas y bidones de gasolina, todo parecía estar intacto y ellos sabían eso no era obra de la colonia. Para los dos todas esas maquinas eran desconocidas, Lukas se acerco a una de ellas e investigo un poco. Violeta por su parte se acerco a una oficina, donde encontró una extraña maquina con palabras impresas en botones y una hoja en blanco frente a ella, motivada por la curiosidad presiono aquella palabra, imprimiéndola sobre la hoja con una tinta negra. De inmediato comenzó escribir palabras al azar hasta que vino a su mente aquella frase que exclamo aquel viejo antes de ser desterrado. Cuidadosamente comenzó a escribir en la maquina “La libertad es mi crim….. Lukas interrumpió a Violeta -Encontré un mapaSobre una mesa llena de pinceles postraron aquel viejo mapa que mostraba lo que parecía ser un pueblo compuesto por varios edificios. -Este mapa es muy viejo, además estos edificios tienen formas muy extrañas- dijo Lukas. Los dos decidieron pasar el resto del día bajo el techo de la bodega. A la mañana siguiente Violeta decidió recorrer las afueras de la construcción, atraída por ese extraño edificio cubierto de un follaje verde. Una mariposa llamo su atención, jamás en su vida había visto a una de iguales colores, por lo que decidió seguirla hasta que se topo con una barda de ladrillo. Busco una forma de atravesarla y rápidamente encontró un agujero lo suficientemente grande para que ella pudiera pasar. Una vasta planicie rodeada por el bosque, coronada por la forma más maravillosa que Violeta había visto, un edificio de fachada monumental labrado en cantera que despertaba un asombro desnudo de la magnificencia de lo que ella pronto llamaría su templo. Aquella silueta frágil e inerte siguiendo un brillo en un mar de contrastes. Sutilmente sus manos acariciaban espigas doradas que se perdían con el brillo del sol y entonces, estaba frente a él. Su tibia mano toco una gigantesca puerta de madera buscando una cerradura que no tardo en encontrar. La primera acción de Violeta fue abrir la monumental puerta y entrar, lentamente sus ojos se abrieron ante la belleza del interior, un patio adornado con esculturas y murales y al fondo una escalera que daba la bienvenida al palacio. Violeta subió por aquellas escalinatas que justo al frente terminaban con otra puerta de madera, sin embargo la cerradura estaba completamente trabada. Los grabados de la puerta mostraban la figura de una mujer y un hombre tomados de la mano y debajo de ellos incrustado una frase que Violeta comenzó a leer y por primera vez sintió el poder de las palabras: “Desaparecen los versos en el fulgor de la mañana y nacen los impulsos incendiando el alma”. Violeta observó la figura de la cerradura empujada por un deseo de descubrir mas y con gran fuerza presiono el seguro .La puerta se abrió mostrando grandes cajones repletos de hojas viejas, pastas en el suelo y un olor a libros en agonía. Centenares de libreros a punto de caer eran el hogar de miles de ediciones que iban desde cuentos infantiles, novelas, revistas, textos científicos, todo el pasado custodiado por la luz de los vitrales sobre las cúpulas .Un espacio enorme inundado de libreros y escaleras .Un libro se encontraba frente a los pies de Violeta, tomo aquel extraño objeto sin comprender que era hasta el momento de abrirlo y comenzar a leer poco a poco, absorbiendo cada palabra, razonándolas y Lukas llego hasta el edificio donde encontró a Violeta totalmente inmersa entre montones de libros. -Toma uno, es increíble-Dijo Violeta emocionada. Lukas tomo un poemario, pero no lograba comprender tal cantidad de conjunciones y versos. Durante días, Violeta leyó decenas de libros pero siempre tenía uno a su lado. Periódicos narraban la era previa a la guerra, espejos del oscurantismo que instituyeron los vencedores, una época donde la creatividad y el libre pensar eran alimento necesario para los llamados por Violeta “Soñadores”. Violeta alimentaba más una idea sacada de una novela política que hablaba de un movimiento de libertad frente la opresión, una palabra que jamás había escuchado pero ahora transformaba su idealismo y su persona. Los días seguían pasando y Violeta se aferraba más y más a las palabras, invadida por un impulso, -¿y ahora que sigue?- pregunto Lukas -Revolución-. Libertad, palabra viva y real, sin embargo, oculta en los lares de la opulencia de unos pocos, ellos son represores de cuerpo y alma. Una gaceta ilegal, distribuida en las fábricas a los obreros era el arma de Violeta para despertar una revolución del pensamiento La bodega y la maquinaria era un antiguo taller de imprenta, Lukas y Violeta pusieron en marcha las maquinas y comenzaron a escribir la primera edición. Violeta escribía un texto lleno de fuerza, como si las palabras siempre hubieran estado ahí, predestinadas para ser expresadas, mientras Lukas se encargaba del lado sentimental, escribiendo cortas y dulces poesías. Lukas se encargo de la distribución ilegal en la colonia con la ayuda de viejos conocidos. Los colonos encontraban los ejemplares en sestas de materiales y dentro de los manuales e instructivos. Durante la noche, todas las luces permanecían encendidas mientras centenares de almas por fin descubrían en base a la curiosidad el valor del libre pensamiento, la magia de un alma sin cadenas. El primer ejemplar fue un éxito y así lo fueron las siguientes ediciones sin embargo, los guardias y el gobierno sospechaban. Las ediciones pasaban, ahora habían instruido una hoja en blanco al final del diario que serviría como medio para que los colonos expresaran lo que quisieran para que fuera publicado en el diario, para lo que depositaban la hoja en cajas ocultas en las fábricas. La respuesta de la gente fue abrumadora, que contenían desde críticas al gobierno y al sistema de trabajo, cuentos, poemas y hasta declaraciones de amor. Una noche previa al aniversario de la colonia, Violeta y Lukas trabajaban a marchas forzadas, hasta que explosión derribo la puerta y un grupo de guardias entro con violencia, destruyendo las maquinas. Violeta y Lukas intentaron huir, pero la pierna de violeta estaba herida. -Toma, jamás sueltes el libro, escapa de la colonia y comienza la revolución, ahora tú eres el tesoro, y yo soy tu guardián.- Dijo Violeta con lágrimas en los ojos. Lukas tomo una hoja de su bolsillo y se la entrego a Violeta - Cuando estés lista, ábrelo-. Ante la negativa de Lukas, Violeta corrió hacia los guardias y se entrego mientras Lukas corría y se adentraba en el bosque. Lukas logro llegar a la colonia, la gente se había enterado de la captura de la divergente , llenos de fuerza , comenzaron a incendiar las torres de vigilancia, las fabricas paraban su marcha mientras las fuerzas del orden retenían a una multitud enardecida , llena de aquella fuerza que unas cuantas palabras habían despertado. Una ejecución pública sembraría el miedo, pero el gobierno tenía otro plan. Violeta fue llevada a la biblioteca ante la mirada furiosa del gobernador que sostenía en su mano un fosforo encendido. Sus hombres rociaban cada centímetro del edificio con gasolina y en un gesto de odio, el gobernador tiro el fosforo y se alejo lentamente, dejando a Violeta atrapada en la biblioteca, hundido en un espeso humo, cenizas y llamas. Ella caminó hacia la escalera y se sentó a leer el último poema que Lukas le había escrito mientras el fuego terminaba con las palabras. Lukas, guardián de la primera divergente, el único con un arma tan poderosa capas de liberar en mundo, único sobreviviente de la primera explosión del alma frente la opresión caminaba con la vista al sol, sus manos acariciando el follaje de aquella colina reposando a la orilla de un río en una tierra fuera de la colonia, bajo el brazo el libro que violeta jamás soltaba y que ninguno de ellos había leído. Aquel libro con paginas vacías que esperaban un momento para ser llenadas, un libro que sería narrador de recuerdos y palabras de los primeros libertadores, que jamás sería leído hasta que la revolución triunfara, un libro que solo tú conoces su interior, un libro titulado La pluma de hierro. Autor: Lukas