relatos de mujer y vino - Asociación Canal Literatura

Transcripción

relatos de mujer y vino - Asociación Canal Literatura
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
relatos de mujer y vino
Una copa para dos: relatos de mujer y vino
Y DE LA EXPOSICIÓN
Una copa para dos: la mujer a través de la Cultura del Vino
Sala de Exposiciones Temporales
Del 2 de noviembre de 2011 al 18 de marzo de 2012
Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco
Briones, La Rioja
El miércoles 2 de noviembre, a las 11.00 horas, en el Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco
(Carretera Nacional 232, km 442, Briones, La Rioja), se ha presentado el libro Una copa para dos:
relatos de mujer y vino. Posteriormente, ha quedado inaugurada la exposición Una copa para dos: la
mujer a través de la Cultura del Vino. Se trata del particular homenaje que Dinastía Vivanco quiere
brindar a la mujer y a su prolija aportación a la cultura vitivinícola.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
relatos de mujer y vino
El acto de presentación
La Sala de Tinos de roble francés de Bodegas Dinastía Vivanco ha sido el evocador escenario del
acto de presentación, que ha contado con la presencia de Santiago Vivanco, Director de la Fundación
Dinastía Vivanco; Juan Manuel Rodríguez Bernaldo de Quirós, Director Nacional del Departamento
Institucional de Everest; y de algunos de los autores que han participado en el libro de relatos: Rosa
Regás, Lorenzo Silva, Espido Freire, Juan Cruz y Boris Izaguirre.
Historias trenzadas sobre mujer y vino
Bajo el título Una copa para dos: relatos de mujer y vino, se reúnen un total de siete historias originales e inéditas, inspiradas en el mundo del vino, firmadas por autores actuales de gran relevancia,
nacional e internacional, como Rosa Regás, Lorenzo Silva, Espido Freire, Juan Cruz, Juan Manuel de
Prada, Boris Izaguirre o Vetle Lid Larssen. Escritores que han convocado a las musas para que dancen
cual bacantes en torno al vino y que han dejado patente en sus frases su particular perspectiva entre
la íntima relación entre mujer y vino.
El alma de una botella nos permite viajar por una Venecia solitaria y desconocida, cuya realidad toma
cuerpo a través de su vino y de la imaginación literaria del noruego Vetle Lid Larssen. Una copa para
dos destila glamour y decadencia gracias a las protagonistas, con sabor a vino blanco, nacidas de Boris
Izaguirre. La autora Rosa Regás ve la viña pasar a través de El poder y la belleza: páginas sedientas de
ironía y simbología que transcurren a través de unos prismáticos, de dueño dominante y caduco, cuyos
ojos miran, pero no observan ni interpretan. El desamor y la debilidad se diluyen en el humor cínico
del protagonista de Lorenzo Silva, en In vino veritas. Un niño, una cena de Reyes, una copa de vino que
ocupa un lugar significativo en la imaginación infantil y una historia familiar, han sido el ambiente en el
que Juan Manuel de Prada recrea Última sesión. El sabor de la juventud y la mujer, un relato impregnado de sensualidad, es el homenaje de Juan Cruz a la pareja formada por mujer y vino en Acércame
esa botella. Espido Freire carga de melancolía y belleza a la protagonista de Intenso, una historia en
primera persona cuyo desenlace es totalmente inesperado.
Siete relatos en los que la vida pasa, de la infancia a la madurez, con cadencia de mujer, con cuerpo,
con gusto, con trasfondo. Relatos actuales, diversos e interesantes. Narraciones dinámicas y profundas, cuyos caminos literarios a través del vino nos regalan un interesante rato de lectura. Siete motivos
para pararse a pensar y a disfrutar.
Los autores de Una copa para dos: relatos de mujer y vino
Boris Izaguirre. Caracas, 1965
Una copa para dos
“Soy un enamorado del vino, pero confieso que sólo tomo vino blanco,
que mucha gente considera que no es vino verdadero. Y para poner las
cosas peor, me encanta beberlo con mucho hielo.”
Su nombre forma parte de la literatura y la televisión en español desde hace más de dos décadas.
Escribe la columna “La Paradoja y el Estilo” en el diario El País, es habitual de Vanity Fair (España) y la
revista Fotogramas. Ha escrito guiones de telenovelas históricas como La dama de rosa (Venezuela,
1986) y ha sido colaborador de programas de televisión como Crónicas Marcianas (España, 19972005). Presentador de Channel Nº 4, tuvo una destacada participación en la entrega de Supervivientes
2011. Su vinculación con la radio en el programa La Ventana (Cadena SER) se inicia en 1997 hasta el
presente.
Su novela Villa Diamante, finalista del Premio Planeta 2007, logró una enorme acogida por parte de
los lectores, por lo que es una novela en permanente reedición. Sus otros éxitos son: El vuelo de los
avestruces, Azul petróleo, 1965 y la más reciente Y de repente fue ayer. Asimismo es autor de los
ensayos Morir de glamour, Verdades alteradas, Fetiche o El armario secreto de Hitchcock.
Es hijo de un crítico de cine y una bailarina, un entorno familiar que ha influido en su personalidad.
Desde pequeño frecuentó la Cinemateca Nacional de Venezuela, de la que su padre era director.
Estudió en un colegio de Pennsylvania, Estados Unidos, lo que le ha proporcionado una clara actitud
cosmopolita. A través de los medios de comunicación expresa su particular visión del mundo, en la que
mezcla humor, creatividad y rigor.
Autor de ensayos imperecederos sobre el pensamiento filosófico y social, es capaz de aportar ingenio
literario, con una dialéctica y prosa que provoca la risa en sus lectores y, por supuesto, oyentes y
espectadores. Tiene un gran talento crítico y en sus obras muestra un refinado sentido del humor. Un
estilo propio y una personal forma de escribir se funden para analizar nuestra realidad más inmediata
y los iconos de nuestra cultura.
Juan Cruz. Tenerife, 1948
Acércame esa botella
“Mi relación con el vino viene desde muy chico: mi padre tenía
arrendada una finca en una zona vinícola de Tenerife. Y ahí nos enseñó
a amar el vino desde que nacía.”
Periodista desde los trece años, ha sido periodista de El País desde su fundación, medio nacional en
el que continúa. Ha escrito varias novelas y libros de memorias. Se estrenó como novelista en 1972
con Crónica de la Nada hecha pedazos, gracias a la cual ganó el Premio Benito Pérez Armas. Desde
entonces, ha escrito más de una veintena de obras y ha sido galardonado en otras cuatro ocasiones.
Entre ellas, obtuvo el Premio Canarias de Literatura por el conjunto de su trabajo y el Premio Comillas
de Memorias por Egos revueltos, que publicó Tusquets.
También ha desarrollado su profesión en televisión y radio, desde La Mirada Crítica de Telecinco hasta
La Ventana de la Cadena SER. Fue editor, y estuvo al frente de Alfaguara desde 1992 a 1998. Además,
dentro de Prisa, desempeñó otros puestos, como por ejemplo el de Director de Comunicación del
Grupo Santillana.
Su estilo es sobrio y firme, ligero y muy ágil en la redacción, que pasa de una idea a otra sin resultar denso.
Escaso en recursos estilísticos, se vale de su propio lenguaje, ávido y elegante, para cautivar al lector.
Vetle Lid Larssen. Noruega, 1960
El alma de una botella
“El vino significa el momento en el que el tiempo se detiene y en
el que comienza lo que de verdad importa.”
Después de varios años como periodista para los medios más importantes de su país (los periódicos
Aftenposten y Morgenbladet, las cadenas de televisión NRK y TV2) y de haber obtenido importantes
premios a su carrera, como el Sarpsborgprisen en 1996 o el Oslo y Bærums Riksmålsforenings pressepris
en 1991, publicó en 1990 su primera novela 2, con un sensacional éxito. Otras, como Kjærlighet før
øya synker (Amor antes de que la isla se hunda) o colecciones de cuentos como Tulipandronningen
(La reina de tulipanes), así como ensayos como Anti-sex, le han convertido en uno de los principales
autores nórdicos contemporáneos.
Vetle es un noruego atípico, enamorado de la cultura latina y muy en especial, de la italiana, cuyo
idioma domina y cuyas tradiciones acepta como propias. Amante de la buena cocina y del buen vino
(entusiasta cocinero, también), le gustan los blancos para el pescado y los mariscos, y el tinto con
cuerpo y vida para todo lo demás.
Lorenzo Silva. Madrid, 1966
In vino veritas
“Entiendo de vino lo suficiente como para saber cuándo es bueno y
cuándo malo (como todos los seres humanos con paladar) y un poquito
más (no mucho) que me llegó por la experiencia de correr mundo,
preguntar en cada sitio qué vino se hacía allí y probarlo siempre. Gracias
a ello, soy un convencido de que cada lugar (al menos los que merecen
la pena), no sólo se ve y se pisa, sino que se bebe.”
Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado como auditor de cuentas,
asesor fiscal y abogado de empresa, hasta que en el año 2002 decidió dedicarse por completo a la escritura,
si bien había comenzado a escribir en 1980. Ha trabajado como guionista cinematográfico y colabora en
periódicos y revistas del grupo Vocento, además de en El Mundo, ABC o El País. También colabora en radio,
en la COPE. Ha obtenido varios premios, entre los que destaca el Premio Nadal en 2002.
Es autor de novelas, relatos, ensayos y libros de viaje. Se le conoce especialmente por sus novelas
policiacas, que protagonizan una pareja de la Guardia Civil formada por el sargento Bevilacqua y la
cabo Virginia Chamorro.
Ha escrito tanto narrativa infantil y juvenil (Algún día cuando pueda llevarte a Varsovia), como relatos
(El déspota adolescente), novelas (Niños feroces) y obras de no ficción (Y al final, la guerra. La aventura
de los soldados españoles en Irak).
Tanto su estilo literario como el lenguaje, como siempre en Silva, es transparente, elegante y sobrio;
capaz de reflexionar con luz fría y clara sobre la política colonial española, a la vez que muy eficaz a la
hora de trasladar al lector sensaciones complejas. Con la estructura narrativa que utiliza, mantiene la
atención del lector gracias al buen oficio con que va desgranando la historia, paso a paso.
Rosa Regás. Barcelona, 1933
El poder y la belleza
“Pertenezco a una familia (dos generaciones anteriores y dos
posteriores) amante del vino a todas horas, incluso en sustitución de
alcoholes más fuertes a altas horas de la noche. Siempre andamos
viajando y buscando vinos cuando tenemos idea de que ha habido una
buena cosecha o que unos vinos que hace muchos años eran “peleones”
se han convertido en vinos excelentes, en toda España. Cuando yo era
pequeña y estaba interna en un colegio en las afueras de Barcelona
-eran los años cuarenta y cincuenta- los años de la desnutrición, las
monjas nos obligaban a tomar a la hora del almuerzo un vaso de vino.
Era un vino suave, supongo que lo rebajaban con agua porque tenía un
color entre rosado y dorado, pero hacía aquellas comidas mucho más
apetitosas. Mi recuerdo de este vino sigue vivo en el paladar y creo que
me ha ayudado a conocer y disfrutar de todos los vinos a los
que he tenido acceso posteriormente.”
Licenciada en Filosofía, trabajó en la Editorial Seix Barral, con Carlos Barral, de 1964 a 1970. En ese
año fundó la Editorial La Gaya Ciencia (publicaciones en literatura, política, economía, filosofía, poesía,
arquitectura). Fundó y dirigió la Revista Arquitecturas Bis, Cuadernos de la Gaya Ciencia y Quaderns de
la República y la Guerra Civil.
De 1983 a 1994 fue traductora freelance en las Organizaciones de Naciones Unidas en Ginebra, Nueva
York, Nairobi, Washington o París. De 1994 a 1998 dirigió el Ateneo Americano de la Casa de América de
Madrid. En 2004 fue nombrada Directora General de la Biblioteca Nacional de España, cargo del que
dimitió a finales de agosto de 2007.
Ha publicado una veintena de libros, en el que se ha adentrado en el género de la novela relato y
ensayo. Ha ganado varios premios literarios, entre ellos el Premio Nadal en 1994, por Azul; el Ciutat de
Barcelona 1999, por Luna Lunera; el Planeta en 2001, por La canción de Dorotea; el Grandes Viajeros (en
colaboración con Pedro Molina Temboury) en 2005, por Volcanes dormidos.
En 2005 recibió del presidente de la República Francesa la condecoración de Chevalier de la Légion
D’Honneur y al año siguiente la Creu de Sant Jordi del President de la Generalitat de Catalunya.
Reconocimientos que se suman a otras muchas condecoraciones recibidas de gobiernos de
diversos países.
Cada domingo escribe una columna de opinión en El Correo, que se publica también en los periódicos
de dicho grupo en todo el país, aunque opina sobre literatura y actualidad en cualquier otro medio que
se lo solicite. Su obra abarca un campo muy amplio: desde libros de narraciones en obras biográficas,
a novelas, libros de viajes, recopilaciones de artículos periodísticos... Además, ha publicado en varias
antologías de cuentos y colabora en revistas de viajes y de opinión.
Es una amante del buen estilo y de la precisión lingüística, entretenida en sus narraciones y clara en
la exposición de sus argumentos. Es fina en la indagación psicológica y en el cuento se presta más a
la sorpresa y al corte brusco. En cuanto a sus recurrencias temáticas, parece tener preferencia por los
amores difíciles, los fracasos antes que los éxitos, y en sus relatos suelen aparecer mujeres mayores,
maduras al punto de la primera vejez. Mujeres en crisis existencial, experimentadas y decididas,
coquetas aún y admiradoras de los hombres más jóvenes que ellas, dueñas de su destino y destacadas
en lo profesional.
Juan Manuel de Prada. Baracaldo, 1970
Última sesión
“El vino blanco aligera las digestiones y agiliza el ingenio:
allá donde el vino tinto nos pone graves y solemnes, el vino blanco
nos torna ocurrentes y chisposos. El vino tinto favorece los discursos
pomposos y recargados; el vino blanco estimula el epigrama y
la metáfora fulgurante.”
Escritor y columnista, sorprendió desde sus primeras creaciones por su audacia imaginativa y su
deslumbrante uso del lenguaje. Sus comienzos entroncan estilísticamente con Ramón Gómez de la
Serna, con quien comparte ese gusto por la ironía sutil. Prada cuenta en su haber diversos premios,
entre los que destacan el Premio Planeta, el Premio de Narrativa Ojo Crítico, el Premio González Ruano
de Periodismo o el Premio Biblioteca Breve 2007, por su obra El séptimo velo.
Tan fuerte era su interés por la creación literaria que, siendo aún adolescente, quiso participar en un
certamen con un relato titulado El diablo de los destellos de nácar, que además de una experiencia
positiva supuso un segundo puesto.
El tiempo, de todas formas, le permitiría tomarse revancha con otros títulos que realzaron su trayectoria
literaria, fueron traducidos a numerosos idiomas y merecieron distintos galardones. Además de ser
novelista, ha desarrollado una faceta periodística en medios como El Mundo y ABC.
Sus novelas, sus cuentos y sus ensayos pintan con palabras las llagas del hombre. Pero en su paleta de
letras y expresiones, de latinismos y versos tomados de unos y otros, se condensa sabiduría.
Espido Freire. Bilbao, 1974
Intenso
“Uno de mis mayores placeres es tomar una copa de vino a solas,
mientras leo o contemplo lo que me rodea; y de varias, si me
acompañan personas y conversación interesante. Ese líquido vivo, al
que hay que mimar para que ofrezca lo mejor de sí, genera, a su vez,
vida: sonrisas, contactos, puntos en común, permite que caigan falsas
máscaras y que el talento, si existe, se afine. He aprendido a disfrutar el
aroma antes que el sabor, y espero que durante muchos, muchos años,
me acompañe la amistad fiel del viñedo y sus frutos.”
Estudió música y canto, y se licenció en Filología Inglesa. Debutó como escritora en 1998 y al año
siguiente, en 1999, fue galardonada con el Premio Planeta por Melocotones Helados, la autora más
joven en la historia del galardón. Entre otros, posee los premios Ateneo de Sevilla, Qué Leer, NH de
relatos, Millepages... Además de su prolífica carrera literaria (ha publicado dos docenas de novelas,
ensayos y libros de relatos) dirige su propia empresa, E+F, desde 2006.
Colabora con varios medios de prensa nacional, como Público, ADN o El Mundo; en radio (Julia en
la Onda) y en televisión (Paramount Comedy o Tele Aragón), y en revistas como Yo Dona, Jano o
Psychologies. También ha trabajado como traductora literaria. La crítica la ha recibido como una de las
voces más interesantes de la narrativa española. Sus novelas han sido traducidas al francés, alemán,
portugués, griego, polaco, holandés, turco, lituano y serbio, entre otros.
Su estilo es ágil y ligero, pero pulido, no exento de elementos retóricos. Para sus obras suele presentar
una atmósfera onírica, muy característica en su prosa. Utiliza una estructura circular muy trabajada, en
la que hay repeticiones del pasado, paralelismos, acontecimientos circulares y personajes cuyo reflejo
es el de otros.
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Auténtica pasión por los libros
La labor editorial de la Fundación Dinastía Vivanco se remonta a 2003. En cada uno de los volúmenes
editados, el objetivo ha sido difundir la estrecha e interesante vinculación entre el vino y las diversas
manifestaciones artísticas a través de la arqueología, la literatura, el cine... Hasta el momento, seis
libros han visto la luz: El vino de los faraones, de la autora historiadora y egiptóloga Mª Luz Mangado
Alonso; Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco. Arquitectura, del arquitecto Jesús Marino
Pascual; El Cáliz de Letras, una obra sobresaliente del profesor Miguel Ángel Muro; El Cine del Vino,
que recordemos ha inspirado una exposición itinerante del mismo nombre, de Bernardo Sánchez; El
Estornino Saturnino en la tierra del vino, de Judith Sáenz de Tejada, libro de referencia en las aulas escolares de La Rioja; y el último, De la A a la Z. La cultura del vino, del profesor de Educación Primaria
Antonio de Benito, que se dirige a niños de entre 7 y 11 años (aunque sus 48 páginas aportan a cualquier lector, con independencia de la edad, muchos datos interesantes y desconocidos sobre el mundo
del vino) y repasa, entre rimas, a través de cada una de las letras del abecedario, la Cultura del Vino.
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EXPOSICIÓN
la mujer a través
de la cultura del vino
Una copa para dos: la mujer a través de la Cultura del Vino
Sala de Exposiciones Temporales
Del 2 de noviembre de 2011 al 18 de marzo de 2012
Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco
Briones, La Rioja
El mundo del vino parece haber relegado a la mujer a un papel secundario y, muchas veces, anónimo.
La producción, salvo rarísimas excepciones como algunas ‘viudas’ del champán o algunas bodegueras
actuales, ha estado controlada y dirigida por hombres, también en el caso de sumilleres y expertos.
En cuanto al consumo, hubo incluso tiempos en que estaba mal visto en las damas. Si bien todo lo
anterior es cierto, también lo es que las mujeres han estado ligadas a la viticultura, aunque no exista
mucha documentación que lo refleje. Por ejemplo, sí se han encontrado documentos que atestiguan
su participación en la recogida y pisada de la uva, así como la regulación que les prohibía consumir
vino. Asimismo, son incontables las obras artísticas que representan bacanales en las que las féminas
se dejan embriagar gozosamente.
Se trata de reflejar, a través de obras de Picasso, Chagall o Paula Rego, entre otros, testimonios de su
trabajo, de su papel como fuente de erotismo y sensualidad, de su íntima relación con el mundo del
vino. Arte, mitología, religión, folclore y hechos cotidianos imbricados con lo femenino como hilo conductor y con el aroma del jugo de la uva impregnándolo todo.
Desde la antigüedad hasta nuestros días, la exposición Una copa para dos: la mujer a través de la
Cultura del Vino presenta un fascinante recorrido que pone de relevancia la íntima relación entre la
mujer y el vino, desde diferentes perspectivas: trabajadoras, musas, consumidoras transgresoras, etc.
Para ello se han seleccionado una serie de piezas que abarcan obras pictóricas, esculturas, filatelia,
tallas, fotografías… y, por supuesto, objetos protagonistas en la viticultura, como botellas, sacacorchos
y etiquetas. Todas las piezas pertenecen a la extensa colección privada de Dinastía Vivanco, una de las
más sobresalientes del mundo. Algunas de ellas se exponen al público por vez primera. Una oportunidad única para adentrarnos en un mundo fascinante desde una perspectiva pionera y especial: la
mujer y el vino.
La muestra está dividida en cinco partes: El Trabajo, La Memoria Femenina del Vino, Beber entre las
Mujeres, El Reflejo en el Arte y En Femevino.
El Trabajo
Aquí se reúnen una serie de pinturas, sellos y billetes de diferente procedencia, cuya temática gira
alrededor de la producción del vino: desde la vendimia, tarea en la que la presencia femenina ha sido
más frecuente, a los trabajos en la bodega, sin olvidar la cata. Mientras los hombres se encargaban de
transportar las cargas de uvas recolectadas, las mujeres cortaban los racimos y se ocupaban de brindar avituallamiento a la familia o la cuadrilla que trabajaba en la viña. La bodega fue, hasta hace poco
tiempo, un terreno vedado a las damas, sobre todo por una superstición machista que sostenía que el
ciclo menstrual podía afectar a la conservación del vino. No será hasta finales del siglo XIX en que, con
la modernización de la industria vitivinícola, las mujeres comiencen a realizar tareas de embotellado,
etiquetado o colocación de las botellas dentro de mallas.
Donde sí era habitual ver a mujeres era en mesones y tabernas, pero exclusivamente como encargadas del servicio del vino. La función lúdica de estos espacios quedaba reservada a los hombres.
Entre las piezas de este apartado encontramos varios grabados y algunos óleos que
muestran mujeres llevando cestos de uvas, probando el mosto o sirviendo el vino en
las cantinas.
La Memoria Femenina del Vino
Esculturas, tallas, obras pictóricas y una crátera griega del siglo a. C, en la que aparece representado
un cortejo de damas en honor de Dionisio, el dios griego del vino, se convierten en piezas vivas, figuras
religiosas o mitológicas relacionadas con el vino. Una de las principales es la efigie Hathor, esculpida en
piedra caliza, la diosa egipcia de la fertilidad, el amor y la alegría y señora de la embriaguez y el vino.
Las hijas de Lot y su trágica historia incestuosa; Ariadna, la esposa de Dionisio; Erígone, su amante; o
Ceres, la diosa de la agricultura, entre otras, son las protagonistas de estas piezas que atestiguan la
importancia de la figura de la mujer asociada al vino.
Mención aparte merece la llamada Virgen de la Viña, una valiosa talla policromada de la Escuela Castellana del siglo XVI. Lleva en sus manos al niño y un racimo de uvas que en la antigüedad representaba
la fertilidad y la maternidad, pero que en la religión católica simboliza el sacrificio del hijo.
Beber entre las Mujeres
Un magnífico grabado del siglo XVIII, obra de Jacques Firmin Beauvarlet, nos adentra en una suerte de
ámbito clandestino en el que las mujeres debían esconderse para poder disfrutar de una copa de vino.
Y es que, ya desde la antigüedad, el consumo de alcohol entre las féminas ha sido considerado algo
deplorable y de ello han dejado testimonio escrito Homero en La Odisea, Eurípides en sus Bacantes,
Tito Livio y hasta Aristóteles. En la Antigua Roma, por ejemplo, existía un principio de ley llamado ius
osculi según el cual, esposos o familiares podían besar a las mujeres para comprobar si habían bebido.
En caso afirmativo, podían ser castigadas hasta con la muerte.
Una idea muy diferente a la que transmite el óleo de Luis Caulery, cuyos certeros trazos representan
una bacanal en un escenario bucólico. Y es que, a pesar de las reglas y códigos éticos que las marginaban, algunas mujeres transgredían las normas establecidas para poder consumir vino. Prueba de
ello son las Tesmoforias, unas fiestas de la Antigua Grecia celebradas en honor de Démeter y su hija
Perséfone, a las que sólo podían acudir mujeres que aprovechaban para comer y beber sin recato. A lo
largo de la historia, esta exclusión femenina también ha provocado que algunas mujeres se acerquen
al vino como un modo de romper los códigos sociales, lo que ha conllevado que se las considerara
como “desclasadas” y, en determinadas épocas, incluso acusadas de brujería.
Este bloque expositivo se completa con una serie de botellas que ponen de manifiesto el consumo de
este embriagador producto por parte de las mujeres. Ellas prefieren vinos con propiedades medicinales como la quina, dulces o semidulces como las mistelas, los de pasas, los oportos o los generosos y,
de entre los secos, se decantan por los blancos y espumosos.
El Reflejo en el Arte
La mujer se convierte en musa inspiradora y artista, en transfiguración de la sensualidad y el erotismo
exacerbado por los taninos. Aquí se pueden contemplar obras de incalculable valor como una litografía de Marc Chagall, que representa a una pareja ante una botella de vino, o una bacanal con el
inconfundible estilo de Picasso, sin olvidar obras más recientes como las de Paula Rego, Mel Ramos
o Carlos Franco. Junto a los anteriores, se puede observar una colección de 15 curiosos sacacorchos.
En Femevino
Un juego de palabras da título a la última parte de la exposición, la más actual, que incluye una pieza
audiovisual que muestra la paulatina incorporación de la mujer a las tareas en la bodega, producto de
los avances y especialización de la industria acaecidos a finales del siglo XIX.
Asimismo, se exponen una serie de fotografías procedentes del Centro de Documentación del Vino
Dinastía Vivanco que salen por primera vez a la luz. A través de ellas, se quiere hacer un homenaje a
todas esas mujeres anónimas que han contribuido de modo silencioso a la historia del vino.
Sobre Dinastía Vivanco
Dinastía Vivanco está formada por una bodega de vinos de Rioja, gestionada por Rafael Vivanco,
enólogo que cursó sus estudios en Burdeos, por el Museo de la Cultura del Vino y por la Fundación
Dinastía Vivanco (ambos liderados por Santiago Vivanco).
Pedro Vivanco, tercera generación de esta familia bodeguera y gran impulsor del proyecto, comienza
a adquirir en los años 70 las primeras piezas museográficas, de toda índole, así como libros de diversas
épocas y temática enológica. Hoy en día podemos hablar de una colección sin precedentes, que son el
alma del Museo de la Cultura del Vino, referente mundial, y del Centro de Documentación del Vino.
Entender esta colección privada supone conocer la tradición enológica de la familia Vivanco, que se
remonta al año 1915. La pasión por el vino y el espíritu emprendedor siguen intactos década tras década y, ya en la tercera generación, se transforma en un deseo filántropo de dar a conocer todo lo que
el vino simboliza, no sólo en el seno de esta familia bodeguera, sino en el arte y la cultura.
Bodegas Dinastía Vivanco
La familia Vivanco impulsó una nueva y moderna bodega que supone un referente en innovación enológica para la elaboración de vinos de calidad. La bodega se ha diseñado para maximizar en sus vinos
el carácter natural y único de sus diferentes pagos y variedades. Bajo la dirección técnica de Rafael Vivanco, se elabora una gama de vinos modernos, atrevidos y con personalidad, que resume el carácter
emprendedor e innovador de Bodegas Dinastía Vivanco.
Museo de la Cultura del Vino
El Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco es un lugar privilegiado por sus variadas colecciones,
su moderna arquitectura, su ubicación en el corazón de La Rioja Alta, en España, y unas vistas que
limitan con la azulada Sierra de Cantabria y la ciudad medieval de Briones. Inaugurado en el año 2004
por S.M. el Rey Don Juan Carlos, este Museo es uno de los más importantes del mundo gracias a una
colección única vinculada al arte, la arqueología y la etnografía. Convertido en el principal atractivo
turístico de La Rioja, este Museo ha recibido, entre otros reconocimientos, el primer premio al mejor
proyecto enoturístico internacional, galardón otorgado en 2004 por The Global Network of Great Wine
Capitals, en Melbourne, Australia. Así mismo, la Organización Mundial del Turismo otorgó en 2007 el
Premio Especial del Jurado y ese mismo año la UNESCO lo declaró el mejor Museo de la Cultura del
Vino a nivel mundial.
La Fundación Dinastía Vivanco
Íntimamente ligada a la Bodega, se ha creado, desde el más profundo amor al vino, la Fundación Dinastía Vivanco, cuya finalidad es investigar y difundir las prácticas de viticultura y enología, así como
la rica herencia histórica y cultural que el vino ha generado a lo largo de los siglos. Cabe destacar que
la Fundación ha creado un órgano de apoyo y asesoramiento, el Consejo General de Altos Patronos,
que está integrado por destacadas personalidades de ámbitos tan diversos como la salud, la cultura,
el arte, la gastronomía, la enología, la viticultura, la historia o la comunicación. Montserrat Caballé,
Carmen Iglesias, Víctor García de la Concha, Valentín Fuster, Antonio López, André Tchernia y Ferrán
Adriá, son los patronos de la Fundación Dinastía Vivanco.

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