HAGAMOS LA DIFERENCIA

Transcripción

HAGAMOS LA DIFERENCIA
HAGAMOS LA DIFERENCIA
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los
ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus
deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”
1ª JUAN 2:15-17
I. Introducción
Una característica de la verdadera vida cristiana, es no amar el mundo, y como leemos en
el pasaje anterior, la Biblia nos advierte claramente en cuanto a ello.
Cuando hablamos del mundo, nos referimos al invisible sistema espiritual maligno
dominado por Satanás y sus demonios, con todo lo que ofrece en oposición a la persona
de Dios, la Palabra de Dios y el pueblo de Dios.
Hay un amor que Dios odia; es el amor de un creyente al mundo. Recordemos que amar
es la acción de sacrificio a favor del objeto amado, cuando un creyente ama al mundo, se
está sacrificando por el mundo, amar al mundo significa entregarse con el alma a
conseguir lo que el mundo ofrece.
II. Desarrollo
A. ¿Qué es lo que el mundo ofrece?
Satisfacción a varios deseos:
A. Deseos de la carne: el mundo está lleno de cosas que apelan los apetitos de la
carne, o los bajos instintos.
B. Deseos de los ojos: el mundo es una gran vitrina llena de cosas llamativas a los
ojos, como vía de entrada a todo lo que él quiere vender. (ejm: Satanás saca brillo
a jóvenes incrédulos para hacerles lucir atractivos ante la jóvenes creyentes)
C. Vanagloria de la vida: la ostentación y jactancia de los bienes de este mundo,
tener pasión por ser el objeto de admiración de los demás. (ejm: si el hermano de
la iglesia se viste así, yo voy a vestirme mejor)
B. ¿Existe algún peligro por amar el mundo?
La Biblia, además de advertirnos en cuanto no amar el mundo, nos alerta en cuanto a los
peligros de amar el mundo, algunos de ellos:
1. . Nos volvemos enemigos de Dios:
No es posible ser amigo del mundo y a la vez ser amigo de Dios, lo uno o lo otro.
Santiago 4:4 “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo
de Dios.”
Si fuimos desposados con Cristo, le debemos total y absoluta fidelidad, pero si nuestros
anhelos están puestos en el mundo, estamos siendo infieles; por eso es que Santiago
califica de almas adúlteras a quienes manifiestan amistad con el mundo.
II. Provee una falsa seguridad:
El Mundo dice: si logras ser alguien en la vida, si te haces de un buen nombre, si
consigues fama, si adquieres dinero, si posees bienes, si tienes poder, entonces tienes
todo y podrás vivir seguro para siempre. Cuidado!, eso fue lo que hizo Salomón en una
época de su vida, y cuál fue su conclusión de todo ello?....
Eclesiastés 2:11: “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo
que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho
debajo del sol.”
¿De qué sirve tanto sacrificio para lograr fama, riqueza, poder, nos puede librar ello de la
muerte, garantizan felicidad?
¿Cuántas personas famosas y ricas se conocen, que en el fondo viven solitarias,
temerosas y amargadas, y de cuántos casos no se ha sabido que terminan quitándose la
vida?. Esto porque el mundo ofrece falsa seguridad....
III. Es difícil dejar de amarlo cuando se ha comenzado a amarlo:
Esta fue la experiencia de Esaú, el prototipo del mundano, a quien no le importó vender
su primogenitura por un plato de lentejas, su vida fue satisfacer los deseos de la carne,
los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida y quizás cuando ya era viejo trató de
volver atrás , pero no pudo hacerlo.
Hebreos 12: 15-17. “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios;
que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ello muchos sean contaminados;
no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una comida vendió su
primogenitura. Porque ya sabéis que aún después, deseando heredar la bendición, fue
desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con
lágrimas.”
iv. Inutiliza al creyente para servir a Dios:
Eso fue lo que dijo Jesús en Mateo 6:24: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o
aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis
servir a Dios y las riquezas.”
Cuando el creyente está entregado al mundo, es imposible que sirva de corazón al Señor,
si lo hace será un servicio hipócrita, algo que no agrada al Señor.
III. Conclusión
Si usted es creyente, tenga mucho cuidado con su relación con el mundo, la Biblia es
clara cuando dice: “no améis al mundo”.

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