Bailando en las faldas del Mocho- Choshuenco
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Bailando en las faldas del Mocho- Choshuenco
Tatiana Pérez y Nicolás Cottet Por Facilitadores de artes escénicas en Escuela Tierra de Esperanza, Colegio Francisco de Asís y Escuela Lago Azul. Bailando en las faldas del MochoChoshuenco E n el sur de Chile, entre tres pueblos cordilleranos, rodeados de renovales de selva húmeda nativa, ríos, lagos y el Volcán Mocho-Choshuenco, y bajo un invierno que dura casi diez meses con intensas lluvias y nevazones, desarrollamos nuestro trabajo en aula, en la XIV Región de Los Ríos, comuna de Panguipulli, específicamente en Neltume, Puerto Fuy y Choshuenco. La belleza salvaje de esta zona nos conmueve y enamora, al igual que sus niñas y niños que son tan potentes como la naturaleza que los rodea. Llegamos a trabajar acá, luego de la invitación de Ivonne Reifschneider quien es la presidenta de la Fundación Huilo-huilo, organización que trabaja preservando y estudiando la flora y fauna endémica del lugar, así como también desarrollando talleres de arte, entre ellos tallado en madera, bordado, trabajo en fieltro, confección de muñecos de género, guitarra, coro, yoga, teatro, tela (técnica de circo) y danza. Nuestros talleres (danza, teatro, tela y yoga) se desarrollan en dos espacios en general, las escuelas y los espacios de la fundación. En esta ocasión queremos contar en específico las clases que desarrollamos en las escuelas rurales. Lago Azul (Puerto Fuy), Tierra de Esperanza (Neltume) y Francisco de Asís (Neltume). Cuando comenzamos nuestro trabajo tuvimos en consideración la idea de conocer la cultura y dinámicas de los grupos a los que facilitamos clases… llegar, presentarnos, escuchar, observar y crear prácticas de movimiento que fueran accesibles a sus realidades, adaptando nuestras planificaciones al contexto. Por ejemplo, en esta zona no puedes 89 Ventana Pedagógica Bailando en las faldas del Mocho-Choshuenco Ventana Pedagógica pedirles a los niños que se saquen los zapatos, ya que por el intenso frío y humedad, se enfermarían, cosa que sí se hace con frecuencia en cualquier clase de danza en sala en otras zonas del país. También tuvimos que probar diversos lenguajes de movimiento para llegar a los más adecuados para cada grupo, proceso que siempre está actualizándose y que no excluye el insistir en ciertos parámetros que nos gusta transmitir: “todas y todos nos podemos mover de manera bella, ridícula, sanadora, ágil, etc.”, “a todas y todos nos alegra y da salud expresarnos artísticamente con la voz y el movimiento” y “no hay bueno o malo al elegir una estética del movimiento, los gustos son personales y valiosos, muestran algo de nosotros”. Si bien los encargados de los establecimientos educacionales tienden a querer que se enseñe ballet, gimnasia o folclor, al momento de experimentar los ejercicios en el aula, donde más exploran y se motivan las niñas y niños es en prácticas como la danza contacto-improvisación –que explora la improvisación en la relación al propio peso en contacto con otra u otro–, en dinámicas de juegos y expresividad corporal y en ejercicios de conciencia somática. La necesidad de una niña o niño de jugar, moverse, distraerse, “divagar corporalmente”, siempre ha sido normada, disciplinada e incluso reprobada en el contexto educativo. Nuestro sistema, en general, nos ofrece un aula con bancos y sillas orientados en una misma dirección, sin mucho más espacio para el desplazamiento que el que hay entre el mobiliario. Una o dos veces a la semana esta cotidianidad es variada por educación física, sin embargo, pareciera insuficiente, más aún si es que consideramos que cada día los niños y niñas están más asiduos a pantallas de todas las variedades. Esto nos hace reflexionar en torno a la inminente necesidad de cambios, de buscar corrientes o estudios pedagógicos alternativos, como el Waldorf o Montessori o incluso fundar nuevas maneras, donde se considere la necesidad de los niños y niñas de moverse, se vele por atesorar esta naturaleza inquieta y saludable, se generen prácticas y dinámicas que fortalezcan, orienten y aprovechen esta pulsión. Creemos que con nuestros talleres de danza, teatro, tela y expresión corporal, aportamos pequeñas instancias para que los 90 Docencia Nº 57 Diciembre 2015 niños y niñas se desarrollen en una educación un poco más integral, aportando la idea de que la propia percepción es fundamental, como también la práctica del respeto, la tolerancia y capacidad de trabajo en grupo. Quizás sea majadero, pero no debemos perder de vista que hoy la educación tradicional chilena está atravesada por una cotidianidad que tiene a nuestras niñas y niños aproximadamente seis horas sentados, en etapas de desarrollo físico y motor fundamentales. En esta zona en particular, dada la abundante lluvia, las personas pueden estar largo tiempo en espacios cerrados, lo que repercute en el desarrollo de actividades para los niños como deportes u otros que se relacionan con estar al aire libre jugando, corriendo, etc. Si bien todas las escuelas tienen gimnasios, se hace necesario el espacio en aula de movilidad corporal y, desde ese punto de vista, pensamos que con nuestros talleres también hemos podido aportar en ello. Conociendo el cuerpo a través del contactoimprovisación En Puerto Fuy, en la escuela Lago Azul, donde asisten niños desde pre-kínder hasta sexto básico, siendo en total alrededor de 40 niños y tres profesores, hemos desarrollado un trabajo de movimiento en relación a la danza contacto-improvisación, transformándolos en juegos. A continuación describimos algunos de estos: “El espejo”, donde se trabaja en parejas, uno sigue al otro en relación de espejo, se ponen frente a frente, jugando a imitar, desarrollando “una escucha”, el ceder a las formas de otro. Este ejercicio en particular permite que los niños conozcan las diversas relaciones espaciales básicas (arriba, abajo, izquierda, derecha, y las mezclas entre estas) y también la relación de ellos en el espacio, desplazarse, quedar en un lugar, ir hacia afuera o adentro. Es importante pasar por los dos roles, ser guiado por otro, como crear movimientos para que otro me siga, con lo que también se desarrolla la atención, concentración y el estar presente. Además jugamos a “La muñeca”, donde uno manipula al otro, moviéndole las extremidades, conociendo las articulaciones y sus nombres, la función de movilidad que tienen y sus partes. La atención estará en las formas de toque, investigar en la manipulación suave, fuerte y sus Bailando en las faldas del Mocho-Choshuenco Estos son dos ejercicios entre muchos que hemos adaptado desde el contacto-improvisación hacia el juego danzado, con el objetivo de entregar principios básicos de movimiento en relación a otro, como son peso, gravedad, contrapeso, ceder, manipular, escuchar, dejar ser movido y proponer a otro una manera de danzar, entre otros. Además de este tipo de actividades, colaboramos con otras instancias importantes en la tradición de las escuelas, ayudamos en las licenciaturas donde se realizan actos artísticos a modo de despedir y celebrar el término del año escolar y llevamos a artistas invitados, para que los niños y niñas se acerquen, además de experimentando y practicando, como espectadores, lo que les da una mirada más global del arte escénico. participar de sus fiestas y celebraciones que involucran el arte escénico, ya sea folclórico o actos escolares, ha sido fundamental en este acercamiento. En esta zona, la mayoría de los niños deja sus casas después de octavo básico, para asistir a los liceos de Panguipulli o Valdivia. Y nos enorgullece contar que tenemos al menos diez niños que continúan en talleres de arte en estas ciudades; se han integrado a talleres de teatro, danza o tela, incluso abren espacios de práctica, siendo ellos guías en sus liceos (con nuestra orientación y aprobación). Sin duda estos años de trabajo son solo el inicio de una incipiente pero tozuda intención: dar a nuestros niños y niñas una educación cariñosa, que fomente y atienda a las diferentes inteligencias y condiciones de crecimiento, que distinga y celebre tanto logros en el lenguaje escrito, como en el corporal, que asegure instancias de crecimiento y educación a través del juego. Queremos que la educación logre tener cambios cualitativos y cuantitativos, que ninguna propuesta, crítica, colaboración o cuestionamiento sea dejado fuera de un proceso que necesitamos parta ya, no podemos esperar más. Ya sea desde las regiones hacia la capital o desde la capital hacia las regiones, la reformulación de nuestro sistema educativo debe ser atendido hoy. Quizás sea ambicioso ser “poseído” por esta impronta, creer que una práctica artística pueda desencadenar un gran proceso social, sin embargo la necesidad de nuestro hacer y la acogida e interés constante de habitantes e instituciones de nuestro Neltume, nos hacen seguir y proyectarnos en nuestra labor. En estos ocho años de clases de danza, teatro, tela y yoga, en las escuelas de Neltume y Puerto Fuy, podemos observar que los niños han conocido de estas diversas disciplinas y también han tenido la opción de integrarlas a sus otras actividades. Los niños que se van sumando ahora, se acercan a los talleres teniendo un conocimiento previo, tras observar a hermanos mayores o amigos que ya han participado de estos. Otro logro importante tras estos años de trabajo es que las familias ahora los apoyan y confían en el espacio, cosa que no pasaba en un comienzo. Antes había cierta desconfianza, eran espacios desconocidos, tanto las prácticas en sí, como los profesores, pero el integrarse a la comunidad, 91 Ventana Pedagógica grados, cómo dar direcciones claras e intencionar maneras de moverse. El otro se deja movilizar y está con toda la atención en percibir y dejarse accionar a través de otro. De pronto la muñeca comienza a dejar que los toques se desarrollen, dando impulso a las direcciones que el otro ofrece, hasta encontrar una danza desde la manipulación o toques que le entrega su compañero; luego, cambiamos de rol. En este juego también es importante pasar por los dos lugares, ser manipulados y manipular, identificar cuál se nos hace más cómodo y luego conversar de la experiencia, dejando que los niños comenten, sin interrumpirlos, escuchando. Finalmente, desarrollamos una reflexión grupal de lo observado, que sirve para que en la siguiente práctica se profundice en el trabajo de conciencia corporal y se explore en nuevos matices del jugar y gozar con el movimiento.