Un acuerdo por los derechos humanos
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Un acuerdo por los derechos humanos
UN ACUERDO POR LOS DERECHOS HUMANOS Mensaje del Defensor del Pueblo La Paz, 3 de Enero de 2015 Al iniciar el nuevo año, es importante que, como sociedad y como Estado, hagamos una profunda reflexión sobre los avances, retrocesos y desafíos en el ejercicio y cumplimiento de derechos humanos de las bolivianas y bolivianos. Y es importante que lo hagamos con la mayor transparencia y honestidad, guiados por el compromiso que asumimos en enero de 2009, cuando de manera mayoritaria, decidimos redefinir las reglas de convivencia y los objetivos de país que nos habían guiado desde el inicio de nuestra vida republicana. El año 2015 puede convertirse en el punto de inflexión que nos permita replantear las relaciones entre la sociedad y los Órganos del Estado, pero eso tiene que ver con la necesidad de ser auto críticos; si eso es factible, debemos renovar nuestro compromiso por los derechos humanos, y empezar a dar nuevas señales que permitan cualificar nuestra democracia. Como Defensoría del Pueblo, estamos dispuestos a profundizar esa línea que ya nos hemos trazado, sin embargo eso depende de la capacidad proactiva de coordinación con los otros Órganos del Estado. En este entendido consideramos que hoy más que nunca es fundamental lograr un acuerdo nacional para fortalecer y avanzar en el cumplimiento y ejercicio de los derechos humanos, especialmente aquellos cuya vulneración está afectado de manera más grave y recurrente a la niñez y las mujeres. Un acuerdo que incluya a las instituciones del Estado, los movimientos sociales y los pueblos y naciones indígena originario campesinas y que nos permita reorientar nuestros objetivos hacia la construcción de una sociedad con justicia, igualdad y democracia plena. La conformación de una nueva Asamblea Legislativa Plurinacional, integrada en más del 90% por nuevas y nuevos representantes de casi todos los sectores de la ciudadanía y con igualdad completa de 1 género; además de la renovación total de las Asambleas Departamentales y Concejos Municipales, constituye una gran oportunidad para recuperar la calidad de la democracia, que a nuestro entender, está siendo afectada en aspectos centrales como la desinstitucionalización del Estado y la despolitización de la sociedad. Es imprescindible que entre todas y todos asumamos con mayor decisión y voluntad, una política efectiva para enfrentar la violencia como fenómeno estructural transversal y creciente. No podemos seguir considerando a la violencia machista y adultocentrista como fenómenos aislados del contexto y ajenos a la tendencia del sistema que prioriza al individualismo, el exitismo, la acumulación y competencia; tampoco debemos seguir aplicando medidas coyunturales, únicamente desde el campo de la legislación, a un fenómeno que tiene causas profundas y multidimensionales, que están alcanzado todos los ámbitos de la cotidianidad ciudadana. Sólo desde un trabajo conjunto podremos multiplicar los esfuerzos y las acciones concretas para defender y promover el ejercicio y la defensa de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Los alarmantes niveles de indefensión provocados por la debilidad del Estado y la complicidad social, nos deben conducir a reaccionar de manera conjunta y efectiva para garantizar que la violencia, la pobreza, el abandono y la explotación, sean disminuidos y erradicados como condición esencial para avanzar en el cumplimiento verdadero de los derechos humanos en Bolivia. La vigencia y el respeto a los derechos de las naciones y pueblos indígena originario campesinos es una tarea pendiente, urgente e importante. La visión desarrollista – extractivista de la economía y la acción política de división, nos ha llevado a un peligroso retroceso y negación del principio constitucional de la libre autodeterminación y el derecho que tienen los pueblos indígenas a ejercer desde la diversidad, su propios mecanismos de organización, elección de autoridades, administración y gestión de la justicia, en el marco de la Constitución. Del mismo modo en que se asumió el derecho a la educación como objetivo fundamental desde hace varios años y que está mostrando resultados viables y concretos en términos del acceso y permanencia, es necesario que asumamos la urgencia de responder al cumplimento de los derechos a la salud, el trabajo y la justicia. 2 No podemos seguir creyendo que los derechos laborales pasan únicamente por el porcentaje de desocupación, ignorando que, detrás de éste se encuentra un índice escandaloso y alarmante de precariedad que, afecta el ejercicio de todos los derechos relacionados con el trabajo como la estabilidad, las grandes disparidades en el ingreso, el acoso laboral, la negación de los derechos al descanso, la organización, la seguridad y sobre todo, una tendencia sostenida a la discriminación que afecta a las mujeres, los jóvenes, las personas adultas mayores, las personas con discapacidad, las personas con distinta opción sexual, entre otras. La salud es quizá uno de los mayores problemas que, nos toca enfrentar en la gestión. Para ello es imprescindible construir una verdadera política de salud que cumpla con el principio constitucional de asegurar el acceso universal y gratuito a los servicios de salud en condiciones de calidad, oportunidad, interculturalidad, no discriminación y buen trato- como lo ha iniciado este año la Gobernación de Chuquisaca. Sin embargo en el resto de los gobiernos sub-nacionales, la salud como un derecho, está aún en condiciones que le son negadas a la mayoría de la población, especialmente la más vulnerable y por eso es fundamental que cumplamos el compromiso de realizar la Cumbre de Salud, como un espacio de análisis y deliberación que, desde la participación de todos los sectores, nos permita enfrentar las raíces del problema y encarar juntos una solución. La situación de la justicia debe ser asumida de una vez por todas con la seriedad y responsabilidad que corresponde. Mantener un sistema con las mismas deficiencias en términos de precariedad, corrupción, retardación, injerencia política y discriminación, va a conducir inevitablemente a socavar los principios de los derechos humanos a la igualdad, la justicia y el debido proceso. Es sustancial que reorientemos la lucha contra la discriminación que, aún subsiste en nuestra sociedad y asumirla como una verdadera política de Estado, que se aplique a todos los niveles, sin preferencias ni excepciones y que tenga incidencia real en la educación, la función pública y las instituciones como las Fuerzas Armadas y la Policía. Aunque son muchos los avances, los desafíos son más; y probablemente estos pasan por una verdadera decisión de retomar los 3 principios de la descolonización, la despatriarcalización, la interculturalidad, la autonomía y la preeminencia de los derechos humanos, como ejes conductores y líneas de orientación en todos los ámbitos plurinacionales. Es urgente como importante que recuperemos el verdadero sentido del "Vivir Bien" que va más allá de las construcciones, las carreteras y el lujo, la modernidad y la riqueza de unos pocos y debe entenderse como la necesidad de construir una sociedad más inclusiva, donde todas y todos ejerzamos nuestros derechos humanos en igualdad, con libertad, democracia, justicia, paz y solidaridad. Desde la Defensoría del Pueblo quiero expresar mis más fervientes deseos de que el año que iniciamos sea un verdadero avance hacia estos objetivos que expresan los sueños de esta generación de bolivianas y bolivianos que decidimos construir un país nuevo, y que tengamos la misma valentía y humildad para asumir la decisión de hacerlo entre todas y todos, en una sola voluntad de la que nadie debe ni puede sustraerse, porque hoy más que nunca sabemos que el camino trazado es el correcto y que debemos emprenderlo juntos. La Paz, enero de 2015 Rolando Villena Villegas Defensor del Pueblo 4