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Transcripción

Heredando las Promesas - iglesiaemanuelsion.org
HEREDANDO
LAS PROMESAS
Siguiendo los pasos de Abraham
Rev. Daniel G. Caram
Título en castellano:
“Heredando las promesas: siguiendo los pasos de Abraham”
Título original: “Inheriting the Promises: folowing in the steps of
Abraham”
Registrado © Rev. Daniel G. Caram, septiembre 2003.
Libro de texto de Zion Christian University
usado con permiso.
Todos los derechos reservados.
Traducción al castellano: equipo de trabajo IBJ-Guatemala.
Edición en castellano: equipo de trabajo IBJ-Guatemala.
Foto de portada: Galaxia M81 © NASA 1999
Quisiéramos reconocer la colaboración de:
Mary Humphreys, por su eficiencia en la edición de la versión en
inglés; Jeremy Kropf, por su eficiencia en el formato de la edición en
inglés; y el equipo de trabajo de IBJ-Guatemala, por su trabajo en la
versión en español.
Primera impresión: noviembre 2007.
Segunda impresión, marzo 2009.
Impreso en los EE.UU.
A menos que se indique lo contrario
todas las citas son tomadas de la Santa Biblia,
versión Reina-Valera © 1960
propiedad de Sociedadesa Bíblicas Unidas.
Para mayor información o copias adicionales,
por favor diríjase a:
Zion Christian Publishers
P.O. Box 70
Waverly, New York 14892
Teléfono: 607-565-2801
Fax: 607-565-3329
www.zionfellowship.org
ISBN 1-59665-235-7
ÍNDICE
Prólogo
Mapa del mundo de Abraham
El llamamiento de Abraham
Deja tierra y parentela
A la tierra que te mostraré
Inician las promesas
Bendición y maldición
Desciende a Canaán
Siquem y More
Consagra el lugar del encuentro
Abraham se desvía hacia Egipto
Lot se separa de Abram
Ve por la tierra
Hebrón
Batalla con los reyes
Melquisedec
El galardón de Abram
El pacto Abrahámico
Agar e Ismael
Se le cambia el nombre a Abram
Pacto sobre la circuncisión
El heredero debe llegar a través de Sara
Tres visitantes celestiales
Intercesión de Abraham
Abraham probado nuevamente a través de Sara
Llega el Isaac prometido
Ismael se burla de Isaac
Abraham ofrece a su único hijo
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147
157
165
169
177
Sacrificar a nuestro Isaac
El lugar de la sepultura
En busca de una esposa para Isaac
Cetura
Abraham muere: lleno de años
Conclusión
Dedicatoria
189
191
197
203
205
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PRÓLOGO
Un verdadero modelo de fe
“Que por fe … alcanzaron promesas” (He. 11:33). El
versículo anterior nos dice que la fe es el principal
medio a través del cual las promesas de Dios son
reclamadas. Con este pensamiento en mente, vamos a
examinar al hombre a quien se le llama “el padre de la
fe” (Ro. 4:11-16). Por supuesto, ese hombre es Abraham
y fue contado como uno que heredó la promesa.
La vida de Abraham ilustra el verdadero modelo para
heredar las promesas de Dios. Él es un prototipo (modelo)
para los hijos de la fe. Su caminata nos mostrará cómo,
también nosotros, podemos heredar las promesas y las
bendiciones. Se dice de Abraham: “Y habiendo esperado
con paciencia, alcanzó la promesa” (He. 6:15). ¿Cuántas
promesas dejamos sin reclamar, debido al error de no
permitir que la palabra de la promesa nos pruebe?
La sociedad cristiana de hoy está siendo invadida por una
mentalidad conocida como “fácil adquisición-ismo”: no
hay ningún costo, ninguna inversión, ningún precio a
pagar. ¡Solamente reclámelo, es suyo! Súbitamente,
tenemos una generación que puede saltar de Egipto a la
Tierra Prometida, sin pasar por la prueba del desierto.
Difícilmente, sea este el modelo que encontramos en las
Sagradas Escrituras.
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Heredando las promesas
Hasta que la fe llega a ser visible
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de
Abraham sois, y herederos según la promesa” (Ga. 3:29).
Sí, legítimamente podemos decir que estamos llamados a
heredar una bendición a través de Abraham. Podríamos
citar Gálatas 3:14 y decir: “las bendiciones de Abraham
me pertenecen”. Teóricamente, somos llamados, pero algo
que usualmente pasamos por alto, es que existen ciertas
condiciones que debemos cumplir antes de recibir esa
promesa. Jesús dijo: “Porque muchos son llamados, y
pocos escogidos” (Mt. 22:14).
¿Qué significa: muchos son llamados, y pocos escogidos?
Simplemente significa que una cosa es ser llamados, y
otra, estar capacitados. El profeta Isaías declaró que somos
hechos aptos en el horno de la aflicción. En otras palabras,
somos hechos aptos por medio de la prueba de nuestra fe.
“He aquí te he purificado, y no como a plata; te he
escogido en horno de aflicción” (Is. 48:10). Ser escogidos
va asociado con pasar la prueba.
Seguir las pisadas de la fe
En lo físico, Israel puede reclamar ser los herederos del
padre Abraham, pero en lo espiritual, sus vidas no llegaron
a estar a la altura de la vida del fiel Abraham. Israel tuvo
muy poco fruto espiritual, y sus vidas tuvieron poca
similitud con la de Abraham. Fue por esto que Juan el
Bautista dijo: “Dios puede levantar descendencia a
Abraham aun de estas piedras” (Mt. 3:9). Abraham es el
padre espiritual de aquellos que siguen sus pasos:
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“Y padre de la circuncisión, para los que no solamente
son de la circuncisión, sino que también siguen las
pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes
de ser circuncidado. Porque no por la ley fue dada a
Abraham o a su descendencia la promesa de que sería
heredero del mundo, sino por la justicia de la fe”
(Ro. 4:12-13).
La promesa a Abraham tenía que ver con su
descendencia: somos su simiente si caminamos en las
pisadas de la fe de Abraham. Esto es lo que se llama “la
justicia de la fe”. Abraham no solamente creyó, sino que
también practicó lo que Dios dijo. Él activó su fe por
medio de la obediencia.
Llamados, escogidos y fieles
La vida de Abraham es un ejemplo de alguien que ha sido
llamado, escogido y encontrado fiel. A lo largo de este
libro, vamos a considerar estos tres
aspectos de la caminata cristiana. No
Abraham
es suficiente ser llamados y
pudo
escogidos, ¡es el final de la carrera
vislumbrar
lo que cuenta! Muchos no la
algo eterno,
terminan: no llegan al final siendo
y esa visión
fieles. El prerrequisito para reinar
consumió
con Cristo en el Milenio se
toda su vida.
encuentra en Apocalipsis 17:14:
“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá,
porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que
están con él son llamados y escogidos y fieles” (LBLA).
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Heredando las promesas
Perspectiva
La vida de Abraham nos ayuda (a la Iglesia) a poner la vida en
la perspectiva correcta. Abraham pudo vislumbrar algo eterno,
y esa visión consumió toda su vida. Se dice de Abraham:
“Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos,
cuyo arquitecto y constructor es Dios” (He. 11:10).
La ciudad que Abraham pudo ver desde lejos, no era terrenal;
era una ciudad celestial, y abarcaba a toda su simiente
espiritual. Él sabía que el verdadero Reino era el celestial,
aun cuando muchas de las promesas tenían relación con el
ámbito físico, (las promesas físicas van a llegar a ser una
realidad en el Milenio). Pero en cuanto a su estadía sobre la
tierra, él estaba destinado a ser un extraño y un peregrino;
sentando un precedente para la simiente espiritual que estaba
por venir, (ver He. 11:13 y 1 P. 2:11).
Las mayores promesas serán cumplidas
por los descendientes de Abraham
El alcance total de las promesas que se le dieron a
Abraham, fue recibido solamente en una medida
simbólica. Esto queda claramente establecido en Hebreos
11:13: “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber
recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y
creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran
extranjeros y peregrinos sobre la tierra”.
También se nos dice en Hebreos 11:39-40: “Y todos
éstos, habiendo obtenido aprobación por su fe, no
Heredando las promesas
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recibieron la promesa, porque Dios había provisto algo
mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran hechos
perfectos sin nosotros” (LBLA).
Nuestros padres espirituales vieron todo esto desde lejos.
¡Estaban convencidos de su validez, vivieron sus vidas a
la luz de esa visión, y les fue contado como que si lo
hubieran alcanzado! Sin embargo, es por medio de la
Iglesia que la visión va a completarse: “…a fin de que
ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros”. ¡Es por
medio de la Iglesia que esta visión va a consumarse!
De hecho, el propio Maestro probó este punto cuando
dijo: “Aun mayores que éstas hará …” ¡Es la gloriosa
Iglesia de los tiempos del fin la que va a cumplir las
obras de fe y la que va a constituir la ciudad que
Abraham vio desde lejos!
He escrito este pequeño comentario con este pensamiento
en mente: que por medio de las lecciones espirituales,
demostradas en los pasos fieles de Abraham, nosotros
también podamos recibir esas promesas, y entrar a lo que
el padre Abraham vio a lo lejos. ¡Amén!
“Pero deseamos que cada uno de vosotros
muestre la misma solicitud hasta el fin, para
alcanzar la plena seguridad de la esperanza, a
fin de que no seáis indolentes, sino imitadores
de los que mediante la fe y la paciencia heredan
las promesas”
(Hebreos 6:11-12)
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Heredando las promesas
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EL LLAMAMIENTO DE
ABRAHAM
Génesis 12:1 “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete
de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a
la tierra que te mostraré”.
De Ur
Aunque estamos comenzando nuestro viaje en el capítulo
doce en un sitio llamado Harán, en realidad, el viaje de
Abram comenzó a una distancia bastante lejana al sur de
Harán, en un lugar llamado Ur, en la tierra de los caldeos
(mejor conocida como Babilonia). Al principio de esta
aventura (Gn. 11:31) pareciera como que Taré (el padre
de Abram) era quien encabezaba esta expedición. Sin
embargo, en el Nuevo Testamento, se nos dice claramente
que Dios llamó a Abraham desde Ur:
“Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la
gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en
Mesopotamia, antes que morase en Harán, y le dijo: Sal
de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te
mostraré” (Hch. 7:2-3; ver también Neh. 9:7; Jos. 24:3).
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El nacimiento de una visión
Observe los versículos citados arriba, y note que el llamado
y la visión le fueron dados exclusivamente a Abraham.
También tomemos en cuenta lo que el profeta Isaías dijo con
respecto al llamamiento de Abraham: “Mirad a Abraham
vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no
era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué”
(Is. 51:2). De esto se trata la elección. No tiene nada que ver
con la genealogía. Dios nos llama en Su presciencia. Él sabe
lo que vamos a hacer si se nos da la oportunidad.
Debe comprenderse claramente, que Dios estaba dando
origen a una visión que era únicamente para Abraham. Es
Dios Quien elige nuestras heredades (Sal. 47:4). El resto
de la familia de Abraham no compartió esta visión, y esto
nos ayuda a entender que cierto precio viene unido con la
visión. El patriarca José es un buen ejemplo de alguien
que pagó el precio por su visión: sus hermanos lo
persiguieron por esto.
El Nuevo Testamento nos dice que Abraham buscaba la
ciudad que no estaba hecha por manos (He. 11:10). No se
nos dice (en sí), en qué punto de la vida de Abraham nació
la visión. Talvez sucedió cuando se le dijo a Abraham que
mirara hacia arriba, para ver si podía contar las estrellas
(Gn. 15:5). De cualquier forma, algo eterno nació en el
espíritu de Abraham desde el llamado inicial.
Jesús comparó al Reino con un tesoro escondido en un
campo: “Además, el reino de los cielos es semejante a un
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tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y
lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo
que tiene, y compra aquel campo“ (Mt. 13:44). Aquí
tenemos a un hombre que agarra la visión de algo eterno:
el Reino espiritual. Luego, vende todo por esa visión, ¡y
esa visión consume su vida!
Hace muchos años el Señor me despertó con una visión.
No puedo definir la visión, excepto que sabía que la mano
del Señor había venido sobre mí para Su propósito eterno,
y ese pensamiento consumió cada día de mi vida. Como
el peregrino de la historia de John Bunyan, que cada día
estaba absorto con el llamado celestial.
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DEJA TIERRA Y PARENTELA
Génesis 12:1 “… vete de tu tierra y de tu parentela, y de
la casa de tu padre…“
Vete de tu tierra:
las implicaciones espirituales
Para Abram, el llamado fue literal: “Vete de tu tierra”.
Sin embargo, puede que para nosotros el llamado tenga
otros cauces; permítame explicarle: la diferencia principal
entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, es la
diferencia entre lo físico y lo espiritual.
El Antiguo Testamento
era físico:
Circuncisión física
Viaje físico
Herencia física
Descendencia física
Armas físicas
Batallas físicas
Templo físico
Sacerdocio físico
Sacrificios físicos…
El Nuevo Testamento
cambia a términos
espirituales:
Circuncisión espiritual
Viaje espiritual (caminata de fe)
Herencia espiritual
Descendencia espiritual
Armas espirituales
Batallas espirituales
Templo espiritual
Sacerdocio espiritual
Sacrificios espirituales…
Aun cuando el Antiguo Testamento funcionaba en el ámbito
de lo tangible, fue tipo y sombra del ámbito espiritual.
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Heredando las promesas
Refiriéndose al Antiguo Testamento, el apóstol Pablo dijo
en 1 Corintios 10:11: “Y estas cosas les acontecieron como
ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a
quienes han alcanzado los fines de los siglos”. La palabra
ejemplo, significa tipo. El Antiguo Testamento fue el tipo;
el Nuevo Testamento es el antitipo.
Por lo tanto, la connotación principal que queremos recibir
de la caminata de Abraham, son las implicaciones
espirituales. Para nosotros, “vete de tu tierra”, puede
significar separarse del mundo. En la Escritura, Egipto es
un tipo del mundo, y se nos exhorta a no conformarnos, o
a no amar el mundo (el sistema del mundo). Babilonia es
una figura de la falsa religión; por lo tanto, salir de
Babilonia puede significar separarnos de nuestra antigua
religión. De hecho, Ur era un famoso centro del ocultismo
y de la adoración a la luna.
La connotación literal
Asimismo, debo señalar que el llamado a dejar la tierra
también puede ser verdaderamente literal. Esto puede
comprenderse en el llamado misionero. Muchas veces,
Dios llama a las personas a dejar su tierra natal para
servirlo a Él en tierras extranjeras. Hemos sabido de
algunos queridos hermanos que, virtualmente, han
pasado gran parte de su vida en otro país. Sí, hay un
precio a pagar, ¡pero las ganancias eternas son tan
grandes! Que nosotros, como el apóstol Pablo, seamos
capaces de decir: “No fui desobediente a la visión
celestial” (Hch. 26:19, LBLA).
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Las estadísticas nos muestran que el 92% de los
misioneros que empiezan el primer año nunca
terminan su carrera, ¡ni regresan al campo
misionero!
Y de la casa de tu padre
Obviamente, hay una razón para que se le diga a Abram
que se separe de su parentela y de la casa de su padre.
Primero, ellos no compartían la visión de Abraham,
(confirmaremos esto más adelante en este estudio).
Segundo, la casa de su padre era idólatra. Aunque en
Génesis no se nos dice esto de manera específica, se nos
dice en otros pasajes. Por ejemplo:
“Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de
Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro
lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor;
y servían a dioses extraños. Y yo tomé a vuestro padre
Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra
de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di Isaac”
(Jos. 24:2-3).
Abram no solamente fue llamado a salir de Babilonia, sino
también de su familia, porque ellos eran idólatras. La Escritura
hace especial énfasis en unas pocas personas que cortaron
con los lazos idólatras de sus padres. Gedeón destruyó los
dioses de su padre (Jue. 6:27-32). Asa no permitió que su
madre reinara debido a su idolatría (1 R. 15:13). Rut dejó su
tierra, su familia y sus dioses (Rt 1:15-16).
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Heredando las promesas
Ídolos familiares
En el cristianismo, hay mezclada mucha más idolatría de
la que podemos pensar (tanto natural como
espiritualmente). Hace algunos años, estaba predicando
en una iglesia de una aldea de Guatemala. Al concluir el
servicio, hice una invitación al altar; y, mientras lo hacía,
me sentí impulsado a preguntar a las personas si estaban
libres de la idolatría anterior. Me sorprendí de lo que
sucedió. La mayor parte de las personas comenzó a llorar,
y respondió viniendo al frente.
Después, supe que cuando los jesuitas evangelizaron esa
área siglos atrás, permitieron que los indígenas
conservaran sus ídolos. En otros países, el catolicismo está
muy mezclado con otras pequeñas deidades, las cuales se
les permite incluir en sus días festivos, etc. Estos indígenas
se habían convertido al pentecostalismo y, aparentemente,
aún creían que podían conservar sus dioses ancestrales.
¡Éste es un problema en muchos países!
Eventualmente, a menos que espiritualmente nos
separemos de ellas por completo, que las evidenciemos,
etc., las falsas religiones de nuestra familia van a
corromper nuestra vida y ministerio, y hasta nuestro lugar
eterno. Conozco a un hombre que amaba nuestra iglesia.
Él amaba las verdades que predicábamos; sin embargo,
su esposa era una firme católica y él no fue capaz de
pagar el precio de romper con la religión familiar.
Lamentablemente, hoy él acompaña a su esposa a su
Babilonia espiritual.
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Conocimos a otro hombre que ciertamente tenía un
ministerio muy influyente; pero de alguna manera, nunca
se desconectó de las creencias mormonas de su madre.
Más tarde en su ministerio, se involucró mucho con las
genealogías (como hacen los mormones). Esto manchó
todo su ministerio.
Mientras tengamos ídolos en nuestra vida, nunca podremos
servir, o seguir de todo corazón al Señor nuestro Dios.
Eventualmente, hasta el estar unidos a una familia que
sirve a otros dioses (religiones) va a afectar nuestra relación
con Dios. ¡Debe haber una clara condena, un rompimiento
en el espíritu! No estoy apoyando el romper lazos con la
familia, queremos ver salvos a nuestros familiares. Pero
no debemos atarnos por su persuasión. No estoy tratando
de minimizar el precio; a menudo su familia lo rechaza
debido a su fe.
Acabo de regresar de un país en el cual estuve tratando
sobre este preciso tema. La dama que estaba traduciendo
comenzó a llorar, su familia la había rechazado por su fe.
Aunque en los Estados Unidos no nos vemos muy afectados
por la religión de nuestras familias, en algunas naciones,
dejar la religión significa ser excluidos de la familia.
Parte de la cruz incluye a la familia
El tema de la familia clasifica a las personas desde el
principio. Invariablemente, el llamado de Dios va a
amenazar nuestros lazos familiares en alguna medida.
Jesús dijo: “No penséis que he venido para traer paz a la
tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque
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Heredando las promesas
he venido para poner en disensión al hombre contra su
padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su
suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa.
El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de
mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de
mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es
digno de mí” (Mt. 10:34-38).
La espada, es la Palabra de Dios que separa a aquellos
que van a continuar conociéndolo, de aquellos que no lo
harán. Todo esto trata sobre relaciones familiares. También
observemos que no solamente somos probados con
respecto a nuestros padres, sino también con respecto a
nuestros hijos. Con frecuencia las personas pasan el primer
obstáculo, sufren el rechazo de sus padres; pero después,
cuando sus hijos están en contra de ellos, ceden. En la
sociedad actual, a menudo los padres sufren por causa de
la justicia a manos de sus propios hijos, los cuales no
quieren apartarse del mundo.
Deseamos honrar a nuestro padre y a nuestra madre, pero
si la elección está entre honrar a Dios o a nuestros padres,
debemos honrar a Dios. A Abram se le ordenó dejar a su
parentela y la casa de su padre.
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A LA TIERRA QUE TE MOSTRARÉ
Génesis 12:1 “… a la tierra que te mostraré”.
La verdadera fe da un paso
Que excelente concepto de fe presenta esto. Dios habló,
Abram creyó y por lo tanto dio un paso. Me contaron sobre
cierto maestro de un seminario que se especializaba en
dar principios, (no hay nada malo con los principios, en
tanto no ensombrezcan lo que Dios está diciendo). Este
maestro les estaba diciendo a sus seguidores, que nunca
deberían dar un paso hasta que ciertas cosas sucedieran.
Él le dio a sus seguidores una lista de cosas que debían
suceder antes… debían tener el dinero suficiente, la casa
correcta, el colegio correcto, etc.
La verdadera fe a menudo requiere que nosotros
avancemos cuando aún no hay nada que se pueda divisar:
“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir
al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin
saber a dónde iba” (He. 11:8).
La fe no siempre es por vista
Él fue llamado. Él obedeció sin saber todo lo que
involucraba. Esto es lo que llamamos “la obediencia de la
fe”. No siempre sabemos lo que involucra. Podemos ver
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Heredando las promesas
el final, pero no todas las etapas que están en medio. Como
aprenderemos de la caminata de Abraham, hay una visión
progresiva. Como dijo el salmista: “… en tu luz veremos
la luz” (Sal. 36:9). Esto significa que, a medida que
caminemos en la verdad del presente o en la luz del
presente, más luz nos será dada. ¡La senda del justo
aumenta en la luz!
Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Dónde
moras?” Él les respondió: “Venid y ved” (Jn. 1:38-39).
Jesús nunca hizo alguna promesa con respecto a
facilidades, cheque de pago, programa de retiro, etc. Seguir
al Maestro iba a ser una caminata de fe. ¡Aquellos jóvenes
discípulos no tenían idea de lo que eso involucraba,
excepto que creían en Uno que los había llamado! Al
principio, no siempre tenemos el cuadro completo. Es
sobre los pasos que están en medio, de lo que se trata la
caminata de fe.
Lo que distinguió a los obreros de la hora undécima en la
parábola, fue que ellos no habían llegado a ningún acuerdo
con el dueño de la viña, (Mt. 20). Simplemente creyeron que
su señor sería justo. Los otros habían acordado un precio.
Muchos de los que son llamados insisten en ciertos beneficios,
pero en la eternidad, se están vendiendo por muy poco.
La fe involucra riesgo
Hay otro hermoso salmo que describe el riesgo de dar
un paso: “Los que descienden al mar en naves, Y hacen
negocio en las muchas aguas, Ellos han visto las obras
de Jehová, Y sus maravillas en las profundidades”
Heredando las promesas
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(Sal. 107:23-24). Al continuar con este Salmo, vemos que
los marineros enfrentan muchos problemas, pero al final,
llegan a la morada deseada. Podemos conformarnos con
ser “cristianos que se quedan en la orilla” y nunca ver la
mano de Dios moverse. O, podemos obedecer la voz de
Dios y lanzarnos a lo profundo (lo desconocido) y ver los
milagros de Dios.
Estemos advertidos de escuchar a Dios hablar antes de
lanzarnos. ¡Antes de salir de la barca, como señal, Pedro
le pidió al Maestro que le diera la orden de ir hacia Él!
El nombre Abram significa “Padre Exaltado”, y
hablaremos acerca de su nombre en el momento
que éste es cambiado a Abraham. También la
tierra física, prometida a Abraham, será
estudiada en capítulos posteriores.
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INICIAN LAS PROMESAS
Génesis 12:2 “Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás
bendición”.
Y haré de ti una nación grande
Como vamos a aprender a través de este viaje, las primeras
promesas dadas a Abraham, no solamente fueron
reconfirmadas, sino también magnificadas. Abram tal vez
no comprendió al principio las implicaciones espirituales
de estas promesas; sin embargo, creo que después de un
tiempo, las comprendió en su totalidad. La gran nación
iba a ser una nación singular, compuesta por personas de
muchas naciones, quienes nacieron en ella por fe. ¡Estamos
describiendo la Iglesia! Pedro llamó a la Iglesia: “Linaje
escogido, real sacerdocio… ” (1 P. 2:9).
Abram fue llamado a ser el progenitor de una multitud
de personas. Esta verdad va a ser ampliada varias veces,
pero por el momento consideremos algunos hechos:
Abram tenía 75 años (Gn. 12:4). No tenía hijos, y
continuaría así por muchos años más. Esto es lo que hace
a nuestro Dios tan maravilloso. ¡Él llama a las cosas que
no son como si lo fuesen! Pablo establece este punto en
particular: “(Como está escrito: Te he puesto por padre
de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el
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Heredando las promesas
cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no
son, como si fuesen” (Ro. 4:17). ¡Dios llama las cosas
como deben ser!
Dios sabe el final desde el principio; por lo tanto lo dice
así: “Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde
la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi
consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Is. 40:6).
Dios predestina nuestras vidas de acuerdo a Su presciencia
sobre nosotros. ¡Él sabe lo que vamos a hacer si se nos da
la oportunidad; Él sabe quien va a aprovechar Su gracia!
Nuestro Señor llamó a Pedro “una roca”, muchos años
antes de que esto fuera realidad.
Esta “gran nación” habría de venir físicamente por medio de
Abraham y de sus herederos. Físicamente, hemos visto al
Israel natural durante cerca de 2,000 años. Pero luego, el Cristo
nacería de la simiente de Abraham, y por la fe en Él muchas
naciones habrían de incorporarse a esta “familia de la fe”.
A lo largo de este estudio vamos a diferenciar entre el
Israel natural y el Israel espiritual. Las mayores promesas
son para el Israel espiritual, tal vez exceptuando a aquellos
santos del Antiguo Testamento, quienes fueron contados
como que ya habían entrado a ellas (He. 11:13).
Nuestro vínculo con Abraham
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David,
hijo de Abraham” (Mt. 1:1). Estamos vinculados a
Abraham por medio de la fe en el Hijo de Abraham: el
Señor Jesucristo.
Heredando las promesas
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“Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham
alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos
la promesa del Espíritu” (Ga. 3:14). Por medio de la fe
en Cristo, también nos convertimos en herederos del padre
Abraham. Gálatas 3:14 nos ayuda a entender mejor la
intención de Génesis12:3: “Y serán benditas en ti todas
las familias de la tierra”. El linaje de Abraham iba a
producir al Cristo, por medio del Cual, todas las naciones
de la tierra serían bendecidas.
También debemos tomar nota del
hecho de que, en cualquier
momento en el que a Abraham se
le pide rendir algo, o entregar algo,
¡obtiene algo mucho mayor! Deja
tu nación… Dios promete una
nación mayor. Deja tu
familia…Dios promete una familia
mayor. Muchas veces los cristianos
piensan: “Oh, el precio es tan alto”.
La verdad del asunto es que ¡los
beneficios son mucho mayores!
Como dijo Pablo: “… no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Ro. 8:18).
Debemos tomar
nota del hecho
de que, en
cualquier
momento en el
que a Abraham
se le pide rendir
algo, o entregar
algo, ¡obtiene
algo mucho
mayor!
Otro pasaje digno de ser considerado es el Salmo 45:10:
“Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; Olvida tu pueblo, y
la casa de tu padre”. Aquí hay una exhortación a alguien
a quien el Señor desea bendecir. Se le pide que deje la
casa de su padre. Pero, ¿cuál es el beneficio de esta
transacción? “En lugar de tus padres serán tus hijos, A
quienes harás príncipes en toda la tierra” (Sal. 45:16).
28
Heredando las promesas
Una de las promesas a Abraham fue que reyes iban a salir
de sus lomos. ¿No es éste el deseo del verdadero misionero:
levantar reyes y sacerdotes alrededor de la tierra?
Te bendeciré
Habiendo crecido en un ambiente pentecostal, a menudo
estaba confundido acerca de qué quería decir “bendición”.
Podía ver gente que se sacudía, se agitaba, corría, saltaba
o hablaba sin sentido, y luego otros decían: “Oh, ellos
fueron bendecidos”. Bueno, estoy seguro de que algo había
bendecido su alma; pero yo mismo, no estaba tan
convencido de que era esa la bendición que ansiaba tener.
Muchos años han transcurrido desde aquellos días, y he
llegado a comprender que la bendición que Dios le
prometió a Abraham, fue más que un estremecimiento o
un sentimiento de euforia. La bendición que estudiamos
aquí entra más en la categoría de “una unción”. Hay
muchas clases de unción, pero para ahorrarnos una larga
explicación sobre el tema, permítame dirigirme a algunas
referencias bíblicas y comentarlas brevemente.
La bendición común
Hay una bendición general sobre aquellos que son la
verdadera simiente espiritual de Abraham. Esa bendición
afecta nuestra casa, y puede llegar a afectar la ciudad en
donde vivimos, o hasta la misma nación. Estados Unidos
ha sido conocida como una nación cristiana, y hemos
experimentado bendiciones por encima de todas las
demás naciones. En otras naciones, la gente puede
Heredando las promesas
29
reconocer a un estadounidense porque es alegre, libre y
su rostro es brillante. Estados Unidos ha sido bendecido
por el Evangelio y por su apoyo a la simiente natural de
Abraham: Israel.
Desafortunadamente, Estados Unidos ha llegado
a ser muy profano, y ya no impone el respeto
que una vez impuso. También va a perder la
bendición, como la perdieron los pueblos de la
antigüedad cuando se apartaron de Dios. Estados
Unidos será juzgado y restaurado.
“Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo
que él escogió como heredad para sí” (Sal. 33:12).
“Por la bendición de los rectos la ciudad será
engrandecida…” (Pro. 11:11).
“Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa
y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a
causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo
que tenía, así en casa como en el campo” (Gn. 39:5).
Ser probado por la promesa
Debemos poner atención en el hecho de que la vida de
José tenía una bendición, a pesar de que en realidad él era
un siervo, y no había entrado a “La Bendición” que Dios
tenía reservada para él. El versículo anterior expresa con
exactitud mi punto. Hay una diferencia entre tener una
bendición imputada y tener una bendición impartida.
30
Heredando las promesas
La bendición impartida le es dada a aquellos que han
permitido que la promesa los pruebe. Considere lo que se
dice sobre José:
“Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido
por siervo. Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue
puesta su persona. Hasta la hora que se cumplió su palabra,
El dicho de Jehová le probó” (Sal. 105:17-19). José fue
probado por la misma promesa que Dios le dio, y nosotros
seremos probados de igual forma. ¡Siempre hay una prueba
abrasadora que contradice nuestra visión y nuestra fe!
Abraham disfrutó de ciertas bendiciones mientras viajaba
por el Camino Real, pero transcurrió un tiempo
considerable antes de que llegara la bendición real
(o promesa). Primero, la vida de Abraham estaba siendo
tratada y probada. El modelo está tan claro en la Escritura.
Dios le dijo a Israel: “Te introduciré a una tierra que fluye
leche y miel”. A pesar de esto, hubo diez pruebas
específicas antes de que ellos llegaran allí, y la mayoría
de la generación antigua no entró:
“Todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho
en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces,
y no han oído mi voz, no verán la tierra de la cual juré a
sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la
verá” (Nm. 14:22-23).
Podríamos pensar que esto fue en el Antiguo Testamento
y que ahora el patrón ha cambiado. Sin embargo, esto no
es lo que el apóstol Pablo afirmó. Escuche ahora lo que el
apóstol dijo al respecto en Hebreos 4:1: “Temamos, pues,
Heredando las promesas
31
no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar
en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo
alcanzado”. Pablo estaba advirtiendo a la Iglesia del
error de Israel. ¡Cada generación tiene factores únicos
que la distinguen!
Las verdaderas promesas de Dios son
condicionales. De hecho, varias veces en Hebreos
capítulos 2 al 4, Pablo hace énfasis en la palabra
“si...”. ¡Aquí tenemos una pequeña palabra que
deberíamos tomar en cuenta cuando se hacen
promesas!
¿Por qué necesitamos la bendición?
Veamos varias razones del por qué necesitamos esta
bendición. Primero, necesitamos tener la bendición de
Dios sobre nuestras vidas para proclamar el Evangelio
plenamente. El salmista dijo: “Dios tenga misericordia
de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro
sobre nosotros; [Selah] Para que sea conocido en la
tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación”
(Sal. 67:1-2).
Algunos del pueblo de Dios (especialmente los
ministros), han corrompido la bendición, al construir un
imperio sobre la tierra para sí mismos. El salmista lo
tenía claro: “Bendícenos, para que podamos llevar a todas
las naciones tu salvación”. Siempre tengamos en mente
que la visión del padre Abraham estaba puesta en lo
eterno, no en lo terrenal.
Heredando las promesas
32
u
Para que podamos servir plenamente
Necesitamos tener bendición de Dios para que podamos
promover el Evangelio plenamente. Muchas veces,
estamos restringidos debido a las finanzas o a la falta de
personas que ayuden. La cosecha está verdaderamente
madura, y hay clamor desde muchos lugares (como el
clamor de los macedonios), “¡vengan y ayúdennos!” Al
escribir esto, no estoy simplemente tratando de ser poético;
somos invitados a muchas naciones, naciones que están
clamando por maestros, y aún así, tenemos medios
limitados para poder alcanzarlas.
Para poder servir al Maestro, también necesitamos tener
bendición en el área de nuestra salud. Que Dios nos
bendiga con Su fortaleza, hasta que terminemos con
nuestro deber en la tierra. Me gusta la manera en la que el
anciano salmista puso esto en el Salmo 71:18: “Aun en la
vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que
anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos
los que han de venir”. ¡Qué hermoso deseo: finalizar la
carrera, manifestando el poder de Dios a su generación!
u
Para reinar
Segundo, necesitamos la bendición de Dios para reinar
en el Milenio. Debemos comprender que aquéllos que van
a reinar en la siguiente dispensación (el Milenio: 1,000
años), son los vencedores. Juan establece este hecho en
Apocalipsis 20:6 “Bienaventurado y santo el que tiene
parte en la primera resurrección; la segunda muerte no
tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de
Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”.
Heredando las promesas
33
No a todos los creyentes les será otorgada la inmortalidad
durante el Milenio, y tampoco van a reinar sobre la tierra.
Ellos van a vivir el tiempo que se les ha asignado, pero no
van a recibir la inmortalidad sino hasta el juicio del “Gran
Trono Blanco”, al final del Milenio (ver Ap.20:7-15).
David dijo: “Porque los benditos de él heredarán la
tierra” (Sal. 37:22). Que seamos aquellos que claman por
la abundancia de gracia y el don de la justicia, y para que
podamos calificar para ser parte del bendito reino de
Cristo, (ver también Ro. 5:17 y Sal. 24:3-5).
Y hacer tu nombre grande
Aún estamos viendo el versículo 2 del capítulo 12. ¿Qué
significa tener un nombre grande? En el Salmo 45:17, el
Señor hace una promesa a aquellos que dejaron la casa de
su padre para adorarlo a Él solamente: “Haré perpetua la
memoria de tu nombre en todas las generaciones…” En el
ámbito celestial hay muchos honores. Como dijo Pablo,
van a diferir como las estrellas. Una cosa es segura: vamos
a ser conocidos por lo que hayamos sido (o lo que no
hayamos sido), y esos méritos siempre van a adornar
nuestras vestiduras y nuestra corona. De hecho, algunos no
tienen coronas, y lo único que pueden demandar es perdón.
Lo que estoy diciendo es que están los que han vencido
y han terminado su carrera, y los que no. Considere lo
que Jesús dijo al respecto: “De manera que cualquiera
que quebrante uno de estos mandamientos muy
pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será
llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que
34
Heredando las promesas
los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el
reino de los cielos” (Mt. 5:19).
Alguien compartió una visión de las columnas del cielo,
éstas tienen esculpidas los rostros de los santos que han
vencido en la vida: ¡son eternos! (ver Ap.3:12).
35
BENDICIÓN Y MALDICIÓN
Génesis 12:3 “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los
que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas
las familias de la tierra”.
El ascenso y la caída de las naciones
Esta promesa en particular no sólo concierne a la
descendencia natural de Abraham, sino también se
refiere a la simiente espiritual (la Iglesia).
Invariablemente, los pueblos que odian a Israel también
odian a la Iglesia. En esta generación que precede a la
Segunda Venida de Cristo y al reinado milenial, hemos
visto a nación tras nación obtener su independencia: la
razón de esto es que ellos puedan optar (como nación)
para el “Gran Día del Señor”. Las naciones que odian a
Israel, van a hacer alianza en contra de ésta y serán
juzgadas en Su venida.
“Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir
contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán
saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad
de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no
será cortado de la ciudad. Después saldrá Jehová y
peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la
batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte
de los Olivos…” (Zac. 14:2-4)
36
Heredando las promesas
La forma en que las naciones de la tierra tratan a la simiente
de Abraham (Israel), determina su propio futuro como
nación. Cuando el Señor regresa, separa las naciones como
un pastor separa las ovejas de las cabras. Las naciones
cabra, son las naciones que se oponen a Israel. Las naciones
oveja están a favor de Israel. Ésa es una razón por la que,
hasta la fecha, Dios ha bendecido a los Estados Unidos de
América. Aun en el Milenio, las naciones cabra resienten
el justo gobierno de Cristo con Sus santos. A pesar de
esto, deben someterse a Su reino, o dejará de llover:
“Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron
contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al
Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los
tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la
tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey,
Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la
familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no
habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las
naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los
tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y
del pecado de todas las naciones que no subieren para
celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zac. 16:16-19).
¡Las naciones que maldicen la simiente de Abraham, no
solamente maldicen a Israel sino maldicen a Cristo, Quien
es simiente de Abraham, y maldicen a la Iglesia, que es
simiente de Abraham!
u
Estados Unidos de América, junio 2003
Mientras estoy trabajando en este manuscrito, nuestro
presidente ha estado en el Medio Oriente, tratando de
Heredando las promesas
37
iniciar su “ruta hacia la paz”. Esencialmente, esta ruta hacia
la paz va a dividir la tierra de Israel. Va a forzar a Israel a
retirarse de tierra que le fue dada a Israel por un pacto
(Gn. 15). También va a ayudar a establecer a un pueblo que
maldice a Israel y se rehúsan a reconocer su derecho de existir.
Básicamente, nuestro apoyo a Israel ha sido la última
cuerda para nuestra salvación como nación. Estamos
maduros para el juicio, y este falso esfuerzo para la paz
va a venir a ser nuestra muerte. El asenso y la caída de las
naciones depende de Génesis 12:3.
Serán benditas en ti todas
las familias de la tierra
Como previamente hemos establecido, e, indudablemente
vamos a repetir varias veces, la genealogía de Abraham
iba a producir al Cristo por medio del cual todas las
naciones podrán ser benditas (ver Gá. 3:14). Nuestra fe
en Cristo nos vincula con el padre Abraham. Venimos a
ser herederos de las promesas hechas a Abraham por medio
de la fe en Cristo, el cual fue hijo de Abraham. ¡De hecho,
las promesas más grandes son para la simiente espiritual:
aquellos que nacieron de la fe! (se dará una explicación
más completa sobre este punto cuando lleguemos al
nacimiento de Isaac).
De cada nación
Dios está tomando para Sí Mismo personas de cada nación
que van a conocer la ejemplaridad de esta santa familia.
38
Heredando las promesas
Podemos vislumbrar esto en el libro de Apocalipsis
en el capítulo 5:9-10: “Porque tú fuiste inmolado, y
con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo
linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho
para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra”.
Hasta Cristo, la salvación era exclusivamente para los
judíos, o para aquellos que, por medio de una ceremonia,
se convertían en judíos (prosélitos). Aun la iglesia
primitiva tuvo disputas sobre este punto. En realidad,
fue años antes de que la iglesia del principio aceptara a
los gentiles. Jesús les dijo a los judíos piadosos de Su
tiempo (aquellos que habían puesto su confianza en el
árbol genealógico), que muchos que no eran de Israel
habrían de sentarse en el reino con el padre Abraham:
“Y os digo que vendrán muchos del oriente y del
occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob
en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán
echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes” (Mt. 8:11-12).
La bendición del cristianismo
Algunas veces nuestros jóvenes no se dan cuenta de la
bendición de estar en un hogar cristiano (aun en algunos
de los más agitados). Muchos de ellos envidian al
mundo; envidian a otras familias que parecen tener más
cosas. Envidian la falsa libertad de los otros jóvenes,
etc. Como dijo Salomón: “la juventud es vanidad”.
Animemos a nuestros jóvenes a mantener su vista en
lo eterno. Este mundo pasará y sus modas también.
Heredando las promesas
39
Sin ninguna ayuda, mi madre nos sacó adelante a “tres
hermanos”. Ella era una devota cristiana, pero éramos
muy pobres. Ella trabajaba ganando un salario mínimo.
No teníamos auto, teníamos que caminar al supermercado
para ayudar a traer los comestibles a casa. Yo sentía
vergüenza de mi ropa, de mis zapatos y de nuestra casa.
A menudo había peleas en nuestro hogar porque no había
supervisión. Visto desde afuera, no había mucha
bendición en nuestro hogar.
Pero mi madre nos enseñó sobre las calles de oro, y nos
enseñó sobre una mejor nación a la cual ella añoraba ir. Y
cuando ardíamos en fiebre y no había doctor, ella ponía
su mano sobre nuestras cabezas y oraba; y cuando nos
desviábamos del camino, ella oraba ¡y nuestro Padre
Celestial nos corregía a tiempo!
No, aparentemente parecía que no teníamos mucha
bendición. Pero en retrospectiva, no cambiaría mi lugar
con nadie en el mundo. Oh, quisiera trasladar el espíritu
de esto a nuestra presente generación. Miro con tristeza
como muchos eligen la manera del mundo. Muchos
arruinan sus vidas buscando la falsa bendición que el
mundo ofrece. Sí, algunos son restaurados cuando tocan
fondo (como el pródigo). ¡Pero otros terminan en el
infierno! Serán benditas en ti todas las familias de la
tierra. ¡Todas las familias pueden ser benditas a través de
nuestro Señor Jesucristo!
Heredando las promesas
41
DESCIENDE A CANAÁN
Génesis 12:4 “Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y
Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco
años cuando salió de Harán”.
Aparentemente, Abram había llegado hasta Harán y había
estado allí por algún tiempo. Tal vez, no fue sino hasta la
muerte de su padre Taré (Gn. 11:32), que Dios habló a
Abram nuevamente. Algunas veces, existe cierto espíritu
de patriarcado que debe romperse para liberar a las
personas. También notamos en este relato que “Lot”
(el sobrino de Abram), se unió a la compañía de Abram.
Lot no compartía la misma visión de Abraham, pero aun
así, el Señor permite que gente que no comparte nuestra
visión viaje con nosotros hasta cierto punto. A menudo,
es con el propósito de esclarecer quién es quién. Ningún
pastor busca la división en una iglesia, pero si su iglesia
tiene la visión de los caminos más altos de Dios,
¡inevitablemente vendrá una división!
Abram tenía 75 años cuando dejó Harán. El número 75
no es un número completo, lo cual nos dice que Dios iba
a hacer una obra en Abraham antes de que la promesa
fuera cumplida. Abraham tenía 100 años cuando la
promesa llegó. También debemos notar que Abraham tenía
175 años cuando murió. Por lo tanto, desde el primer
registro de su edad (75), estamos viendo 100 años de su
vida. ¡El número 100 significa plenitud!
42
Heredando las promesas
Como veremos, los lugares por los que
Abraham hubo de caminar, nos dirán algo de
su “caminata en el Espíritu”.
De Harán hacia Canaán
Génesis 12:5 “Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a
Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían
ganado y las personas que habían adquirido en Harán,
y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de
Canaán llegaron”.
Bajar un paso
Harán significa “el que habita en la montaña”. Canaán
significa “lugar bajo”, o, como algunos lo traducen
“humillación”. En este primer tramo del viaje,
inmediatamente somos atacados por un extraño fenómeno.
¡Pareciera como que vamos hacia abajo! Cuando
comenzamos a caminar en el Espíritu, cuando empezamos
a seguir al Señor, parece como que estamos dando un paso
hacia abajo. Repentinamente iniciamos esta caminata de
fe, y ya estamos siendo humillados. Puede ser que estemos
dejando un buen trabajo, una buena casa o alguna posición.
Pero en realidad, estos son medios para subir más. La
forma para subir es bajar.
Estoy seguro de que, ante los demás, los primeros
discípulos parecieron ridículos cuando abandonaron el
negocio de pesca de sus padres para seguir: ¿quién sabe
Heredando las promesas
43
qué? El mundo observa asombrado y proclama cuán
absurdos debemos ser. Haría falta tiempo para relatar todas
las historias de creyentes que respondieron al llamado,
solamente para parecer un fracaso. Un hombre iba en
camino a su trabajo a decirle a su jefe que renunciaba a su
puesto para pastorear una pequeña iglesia. Al entrar a la
oficina, su jefe le dijo: “Ralph, le tenemos buenas noticias:
¡vamos a triplicar su salario!” Ahora, eso solamente sucede
cuando el Señor lo está llamando…
La prueba de nuestra fe
Cuando el Señor lo está llamando a subir, a menudo,
antes deberá descender un profundo valle. Hace muchos
años, sentí que la mano de Dios estaba sobre un hombre
de mi congregación, y la mañana de un domingo,
durante el servicio, comencé a profetizar sobre él.
Cuando empecé a profetizar, me dije a mí mismo, “Dios
mío, ¿qué estoy diciendo?” Yo estaba prediciendo un
desastre y un despojamiento que iban a venir a su vida.
Afortunadamente, terminó de buena forma, pero yo
estaba asustado de las palabras que estaban saliendo
de mi boca.
Al continuar buscando al Señor, podemos esperar ser
probados en toda palabra que Dios nos ha da. Como el
salmista afirma: “Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos
ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste
cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por
el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia”
(Sal. 66:10-12).
44
Heredando las promesas
¡José tuvo visiones del trono, pero fue vendido
como siervo! Esa promesa de Dios debe haberlo
ridiculizado durante mucho tiempo. ¡Debemos
aferrarnos a lo que Dios dice!
Heredando las promesas
45
SIQUEM Y MORE
Génesis 12:6 “Y pasó Abram por aquella tierra hasta el
lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo
estaba entonces en la tierra”.
Siquem: el hombro
Ahora, Abram llega a Siquem. Siquem es el mismo lugar
que Sichem, y significa “hombro”N.T.. A menudo, esta
caminata en el Espíritu es llamada “la escuela del Espíritu”.
La escuela del Espíritu nos enseña ciertas cosas que no
podemos aprender en un seminario. El llamado a la
paternidad es el llamado a la responsabilidad. Es el llamado
a llevar la carga del débil. Aquí es donde llegamos a
comprender nuestro “Siquem” u “hombro”: ¡cuando
ponemos nuestro hombro para la carga!
Preparándonos para el servicio
El hombro derecho era la porción del sacrificio para el
sacerdocio, lo cual nos dice que el ministro debe soportar
la carga de la congregación (Lv. 7:32-34). Se dice de la
tribu de Isacar, que ellos fueron siervos porque la tierra
era digna de servir: “Y vio que el descanso era bueno, y
que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar,
Y sirvió en tributo” (Gn. 49:15). A propósito, Cristo es
llamado “el Siervo”.
46
Heredando las promesas
La Escritura dice proféticamente de Cristo: “Porque un
niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y
la soberanía reposará sobre sus hombros..” (Is. 9:6,
LBLA). Por muchos años, nuestro Señor trabajó en una
carpintería y fue responsable de Su madre, Sus cuatro
hermanos y Sus hermanas. No se nos dice a qué edad
murió José (el padrastro de Jesús). Sin embargo, la
Escritura es clara en que Jesús estaba al cuidado de Su
madre, porque Él era el mayor.
El llamado al ministerio significa servicio y arduo trabajo.
Significa volverse siervo. Significa llevar una carga
pesada. A menudo, ministros y líderes colapsan debido a
la presión. Algunos de ellos nunca estuvieron expuestos a
un trabajo duro o a exigencias sobre sus vidas. Jesús dio
la siguiente parábola para ilustrar qué significa el
verdadero discipulado.
Solamente hemos hecho
lo que debíamos hacer
“¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o
apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice:
Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien:
Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya
comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?
¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le
había mandado? Pienso que no. Así también vosotros,
cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado,
decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos
hacer, hicimos” (Lc. 17:7-10).
Heredando las promesas
47
Jesús estaba preparando a Sus discípulos para servir a Dios:
trabajo duro, sin agradecimiento y poco reconocimiento
o recompensa por su labor. Entonces, con nuestra actitud
de “únicamente he hecho lo que debía hacer…”, solamente
recargamos la labor del discípulo. Si seguimos el
ministerio de Cristo de 3 años y medio (especialmente en
el Evangelio de Marcos), encontramos que el discípulo
tenía poco tiempo libre. Después de estar ministrando todo
el día, tenían que sentar a la congregación y servirla.
¡Que podamos adaptar esta mentalidad a nuestro llamado
a la paternidad, y entonces, no seremos defraudados!
Por muchos años, mi hermano menor (quien también es
un ministro) y yo trabajamos en fincas. Trabajábamos por
un pequeño sueldo, escasas comodidades y una gran
cantidad de abuso verbal. ¿Por qué nos quedamos allí?
En cierta forma estábamos atrapados, pero por encima de
eso, queríamos probar que éramos hombres y que
podíamos asumirlo. Sí, era vanidad y orgullo; pero la
verdad del asunto era que nuestro Padre Celestial nos tenía
allí para librarnos de problemas ¡y para enseñarnos a poner
el hombro para la carga!
El papel de padre
Básicamente, el Reino se divide en tres grupos, y esto
queda claro a través de la Escritura. La distribución del
Tabernáculo claramente divide el Reino en tres grupos:
El Atrio
El Lugar Santo
El Lugar Santísimo
los niños pequeños.
los jóvenes.
los padres.
48
Heredando las promesas
El apóstol Pablo lo presenta de esta manera: “Porque
aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos
padres” (1 Co. 4:15). Hoy, la abrumadora necesidad de la
iglesia en todo el mundo es la paternidad. Hay muchos
rumores, muchas doctrinas son proclamadas, pero…
¡poder escuchar el claro sonido de un padre: uno que ha
experimentado el mensaje! Dios estaba preparando a
Abram para ser un ejemplo de un verdadero Padre.
Escuchemos lo que el Espíritu está diciendo con respecto
a nuestro Siquem: nuestro lugar de trabajo. Más aún,
¡esforcémonos en poner nuestro hombro para la carga y
que podamos ser fieles hasta en las tareas más pequeñas!
Ser fieles en nuestras responsabilidades en el trabajo o
en el hogar, nos está capacitando para ser material útil
en el Reino.
El encino de More: el maestro
Algunas traducciones interpretan la palabra “encino”
como roble: el roble de More. El nombre “More”
significa maestro. No se nos dice cuanto habitó Abram
en More. Sin embargo, sí sabemos que More fue una
parte muy significativa del viaje, porque Abram edificó
un altar allí; por lo tanto, era un lugar de consagración.
Lo que debemos retener de la estadía de Abram en More,
es el aspecto del maestro.
Una parte integral de la paternidad es que un padre es un
maestro. Un padre debe tener las respuestas para sus hijos
naturales y/o espirituales. Un padre entrena a sus hijos para
que puedan irse. De hecho, ésta es una de las razones por las
Heredando las promesas
49
que Dios escogió a Abraham para ser su modelo. Después se
dice de Abraham: “Porque yo sé que mandará a sus hijos y
a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová,
haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre
Abraham lo que ha hablado acerca de él” (Gn. 18:19).
El alumno es tan bueno
como su maestro
Si nos estamos preguntando qué tiene que ver la enseñanza
con la herencia, la pregunta se responde en el versículo
anterior. La verdadera herencia son las personas. Lo único
que podemos presentar al Señor en la próxima vida es la
gente que Dios nos ha dado por herencia. ¿Qué clase de
personas le vamos a presentar al Señor? ¿Se han preparado
para presentarse en el palacio del Rey? La preocupación
de Pablo era presentar hijos e hijas que hubiesen llegado
a la plenitud, perfeccionados por la gracia de Dios. ¡Por
eso el apóstol instruyó a sus hijos, por eso el apóstol
corrigió a sus hijos!
La herencia puede continuar
solamente si nuestros hijos están
caminando en la verdad. Si queremos
fruto que permanezca, tenemos que
enseñar a nuestros hijos los caminos
de Dios, y ¡tenemos que corregirlos!
Los 10,000 maestros de Corinto
debieron haber estado pasando por
alto todos los flagrantes pecados
que estaban siendo cometidos.
¡El verdadero padre los corrigió!
Si queremos
fruto que
permanezca,
tenemos que
enseñar a
nuestros hijos
los caminos de
Dios, y
¡tenemos que
corregirlos!
50
Heredando las promesas
“El estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel,
La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a
sus hijos; Para que lo sepa la generación venidera, y
los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo
cuenten a sus hijos” (Sal. 78:5-6).
¿Qué hace a un buen maestro?
Abraham estaba tomando este concepto desde el
principio de su viaje. ¿Qué hace a un buen maestro? Un
buen maestro es alguien que ya ha resuelto los dilemas
de su propio corazón. Se ha encontrado con Dios y ha
hallado las respuestas. Aprendemos por medio del
estudio, y nunca debemos dejar de estudiar; pero nunca
entendemos realmente las Escrituras, sino hasta que
atravesamos ciertas experiencias en la vida. Después que
hemos pasado nuestro “More”, tenemos lecciones que
podemos impartir a nuestra descendencia.
Hace más de treinta años, pasé por una experiencia en
mi vida, que fue como si Dios abriera mi oído y mi
corazón a Su Palabra. Fue como si, del cielo, hubiera
venido sobre mí un apremio. Me despertaba temprano
en la mañana; muchas veces estaba sentado ante mi
escritorio a las 3:00 de la mañana. Oh, la Palabra era tan
real, tan preciosa. Todas las mañanas estaba bebiendo
de la fuente, bajo un cielo sin nubes. Me estaba
alimentando del maná de Su abundante provisión. Sí,
también tenía una familia y tenía que ir a trabajar cada
mañana. Pero, durante ese tiempo y punto específico de
mi vida, estaba acampando en More.
Heredando las promesas
51
Sin duda, todo el viaje es una experiencia de aprendizaje;
pero también atravesamos experiencias únicas, y las
lecciones obtenidas de estas experiencias, se convierten
en el mensaje de nuestra vida. Pablo dijo haber tenido
una experiencia así cuando fue apartado por un tiempo en
Arabia (ver Gá. 1:17).
Como ministros, debemos enseñar, pero para enseñar,
debemos estudiar y aprender continuamente. El ministerio
de maestro es el ministerio principal de los días del fin, y
Dios desea levantar verdaderos padres espirituales que
puedan instruir a las multitudes. ¡Los milagros son
importantes, pero el propósito de los milagros,
básicamente es crear la plataforma para el ministerio de
la Palabra! ¡Si queremos heredar las naciones, primero
debemos enseñarle a las naciones!
53
CONSAGRA EL LUGAR DEL
ENCUENTRO
Génesis 12:7 “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu
descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a
Jehová, quien le había aparecido”.
Aquel a quien el Señor se le aparece
¡Cuando tenemos un encuentro nuevo con el Señor, lo
que queremos es construir allí un altar de consagración!
He predicado durante 30 años, y en el transcurso de éstos,
he conocido un buen número de ministros. A muchos
los considero mis colegas y mis homónimos. Por otra
parte, hay ministros a los que Dios les habla cara a cara.
Cuando Dios se le aparece una y otra vez a uno de Sus
siervos, yo no lo considero como un ministro ordinario.
¡Cuando
tenemos un
encuentro
nuevo con el
Señor, lo que
queremos es
construir allí
un altar de
consagración!
La diferencia entre Aarón y los
otros levitas, era la diferencia entre
ministrar en el Atrio y ministrar
detrás del velo (Nm. 16). Estoy
enfatizando estas cosas para que
podamos ver la grandeza del
hombre Abraham. Cristo se
apareció a Abraham, y Abraham se
regocijó de ver el día (vamos a
examinar esto nuevamente).
54
Heredando las promesas
A tu descendencia daré…
Una vez más, se le confirma a Abraham la promesa
concerniente a su descendencia (Abraham aún no tenía
hijos). Continuemos teniendo en mente, que el mayor
cumplimiento de la promesa sería en “la descendencia”.
¡Eso nos incluye! No obstante, el aspecto físico de esas
promesas se aplicaba básicamente al Israel natural, por
ejemplo, la promesa de la tierra. Estudiaremos la tierra en
capítulos siguientes; y como veremos, Dios puso límites
muy específicos.
Es interesante que aún hoy (4,000 años después), los
enemigos de Israel siguen contendiendo por la tierra que
Dios le prometió a la descendencia de Abraham. ¡Hasta
que llega a cumplirse, el enemigo nunca cesa de desafiar
la promesa de Dios! Israel únicamente reclamó una
pequeña parte de la posesión prometida, y después fue
expulsada de ella. Obviamente, habrá un cumplimiento
futuro de esa promesa en el Milenio.
Nuestra singular herencia
Nuestro Señor aún hace promesas con respecto a la tierra.
Dios hasta promete naciones (espiritualmente) a aquellos
que Lo agraden. El apóstol Pablo reclamó naciones para
las cuales él fue una luz (Hch. 13:47). Podemos pensar en
varios misioneros a los que les fueron dadas naciones
específicas como herencia. Por ejemplo, a Adoniram
Judson le fue dada Birmania, a William Carrie le fue dada
India… Ciertamente, hay otros que también tienen su
Heredando las promesas
55
herencia en esos lugares. Sin embargo, Dios es muy preciso
en cuanto a la herencia, y no podemos asumir nada. He
enseñado en varios países y creo que Dios nos dará una
herencia allí; no obstante, no me atrevo a reclamar esos
países como herencia única para mí, pues esas naciones
les han sido prometidas a otros.
Y edificó allí un altar
Abraham fue conocido por sus altares. Parecía como si
Abraham se movía de altar en altar. El altar es el lugar de
unión con Dios, no solamente en el Antiguo Testamento
(recuerde que Abraham fue antes de la Ley). El apóstol
Pablo dijo: “Tenemos un altar, del cual no tienen derecho
de comer los que sirven al tabernáculo” (He.13:10). Los
judíos únicamente podían encontrarse con Dios en el altar,
el cual estaba en Atrio Exterior de su Santuario. Pero Pablo
dijo que nosotros tenemos un altar del cual los (incrédulos)
judíos no pueden participar.
Los judíos únicamente podían acercarse a Dios por medio
de un sacrificio. No es diferente para nosotros. Únicamente
podemos llegar a Dios por medio de nuestro sacrificio
“hecho una vez para siempre”: el Señor Jesucristo.
Solamente podemos acercarnos por medio de la sangre
derramada por nuestro Salvador; solamente podemos
acercarnos a través del velo de Su carne crucificada (ver
He. 10:19-20). Sí, tenemos un altar, pero éste es invisible.
Llegamos por medio de la sangre, pero ésta es invisible.
Los judíos no pueden ver este altar porque éste tiene la
forma de una cruz, y es invisible.
Heredando las promesas
56
El altar es el lugar donde nos encontramos con Dios.
Veamos algunas cosas que se llevan a cabo en el altar:
·
·
·
·
·
·
La reconciliación.
La comunión.
La adoración.
El sacrificio.
La consagración.
La decisión.
Ofrezcámosle a Dios continuamente
El altar es un lugar donde nos consagramos nuevamente
al Señor. Siempre que el Señor nos hable de nuevo,
necesitamos ir a nuestro altar privado y consagrarnos otra
vez. Es por esto que en la iglesia hacemos llamados al
altar. Le da al pueblo de Dios la oportunidad de humillarse
y tratar con el problema, o con cualquier cosa que el Señor
esté hablando.
Siempre que el
Abraham fue antes de la Ley. Él no
Señor nos
estaba confinado a un lugar de
hable de
adoración, como lo estaban los
nuevo,
judíos (quienes estaban bajo la
necesitamos ir
Ley). Pero, a dondequiera que él
a nuestro altar
iba, edificaba un altar, (ésta es una
privado y
buena ideología del Nuevo
consagrarnos
Testamento). Abraham fue un
otra vez.
sacerdote. Nosotros, en el Nuevo
Testamento, también somos llamados a ser sacerdotes.
Somos llamados a ofrecer sacrificios espirituales por
medio de Jesucristo, nuestro Sacrificio “hecho una vez
Heredando las promesas
57
para siempre”. Si queremos heredar la buena tierra,
continuamente ofrezcamos sacrificios de alabanza y acción
de gracias (He. 13:15). Cuando damos alabanza y gracias
a nuestro Dios, estamos diciendo: ¡sí Señor, creo! Esto
mantiene toda amargura fuera de nuestros corazones.
Fue exactamente por esto que Israel falló. Ellos no
sirvieron con gozo y tampoco fueron agradecidos.
Siempre tendremos victoria sobre circunstancias si
ofrecemos sacrificios de alabanza y acción de gracias.
No siempre es fácil, ¡pero la fe se libera cuando
damos gracias!
Después que el Señor habló con Abraham, ¡él se
consagró nuevamente en el altar! Hay lugares en donde
nos hemos encontrado con Dios, y estos llegan a ser
sagrados para nosotros. ¡Tenemos un altar a donde otros
no pueden acudir!
Heredando las promesas
59
ABRAM SE DESVÍA
HACIA EGIPTO
Entre Bet-el y Hai
Génesis 12:8 “Luego se pasó de allí a un monte al oriente
de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente
y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el
nombre de Jehová”.
El hecho que Abraham edifica un altar entre dos lugares,
nos dice que ese fue un lugar de decisión.
Cuidadosamente note los dos lugares en medio de los
cuales se encontraba Abraham: Bet-el significa “la casa
de Dios”. Hai significa “el mundo”. Hai también puede
significar “montón en ruinas”.
Probado en el lugar donde
se unen los dos caminos
En este momento, Abraham está (espiritualmente) entre
la Iglesia y el mundo. Es lamentable que los hijos de Dios
estén, tan a menudo, acampando entre estos dos lugares.
Muchos de la generación cristiana de hoy (2003) no pueden
ser distinguidos de los del mundo. Ellos se ven como los
del mundo, hablan como los del mundo, piensan como
60
Heredando las promesas
los del mundo e imitan a los del mundo. El profeta Elías
confrontó a Israel en este asunto cuando dijo: “¿Hasta
cuándo vacilaréis entre dos opiniones…?”
Es un hecho que todos los hijos de Dios beben ser probados
en esos momentos de decisión. Cuando mi madre era una
adolecente de unos 17 años, ella luchaba contra las
atracciones del mundo (¡Sí, había tentaciones aún en
1934!). Sin embargo, el Señor le habló y le dijo: “procurad
hacer firme vuestra vocación y elección”. Entonces, mi
madre lo puso en el altar ahí mismo y ¡su vida cambió!
Desciende a Egipto
Génesis 12:9-10 “Y Abram partió de allí, caminando y
yendo hacia el Neguev. Hubo entonces hambre en la tierra,
y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era
grande el hambre en la tierra”.
El simbolismo de Egipto
En la Escritura, Egipto simboliza el mundo. En su tiempo,
Egipto fue la nación más poderosa y opulenta de la tierra.
Egipto fue el poder que mantuvo a los hijos de Dios en
esclavitud por muchas generaciones. Pero también, Egipto
fue levantado para ilustrar el poder de Dios y los propósitos
de Dios. Dios quebrantó el poder de Egipto y liberó a Su
pueblo de su dominio.
Por supuesto, todos conocemos la historia del Éxodo.
Israel experimentó la salvación en Egipto. Experimentaron
Heredando las promesas
61
allí la Pascua (1 Co. 5:7); y esto inició el viaje hacia la
Tierra Prometida. ¡El pueblo de Dios debía dejar Egipto
inmediatamente, para no regresar! Todo el escenario iba
a servir, para siempre, como una alegoría para la Iglesia
(ver 1 Co. 10:1-11).
Busca la ayuda de Egipto
Al estudiar la historia de la descendencia de Abraham, es
sorprendente ver cuántas veces Israel buscó regresar a
Egipto, o buscar la ayuda de Egipto. Considere lo que el
profeta Isaías dijo al pueblo en su tiempo:
“¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar
consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de
mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan
para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca;
para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su
esperanza en la sombra de Egipto” (Is. 30:1-2).
“¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían
en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son
muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al
Santo de Israel, ni buscan a Jehová!” (Is. 31:1).
Es un hecho desafortunado que, a menudo, los cristianos
se vuelven al mundo cuando están en problemas. Aunque
es cierto que, a veces, debemos emplear la ayuda de
instituciones o profesionales del mundo, tal como un
médico o un abogado, el problema está en que los
buscamos a ellos antes de buscar al Señor. Ése fue el
caso del rey Asa:
62
Heredando las promesas
“En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó
gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a
Jehová, sino a los médicos” (2 Cr. 16:12).
Un cristiano nunca debe recurrir a un siquiatra, ya
que es una cobertura extraña.
Hubo entonces hambre en la tierra
Regresando a nuestro texto (Gn. 12:9-10), parece que Abram
permitió que las circunstancias se impusieran debido a la
hambruna. Como recordará, Abram acampó en medio de
dos creencias, pero ahora está descendiendo a Egipto (el
mundo) para sustento. Estoy seguro que Abram no entendió
el significado espiritual de Egipto; aun así, su desvío hacia
allí nos enseña unas lecciones muy importantes.
Se cometieron, al menos, tres errores al ir a Egipto:
1. Abram casi pierde a su esposa allí.
2. Agar fue adquirida en Egipto (Gn. 16:1).
3. Ciertamente, Lot y su familia se debilitaron
por el esplendor de Egipto.
¡También debemos notar el hecho de que Abram
no edificó un altar en Egipto!
Apartarse del Espíritu
El presidente de nuestra junta, nos cuenta una historia sobre
la gran depresión en Gales (la primera parte del siglo XX).
Gales estaba sufriendo grandes dificultades económicas, y
Heredando las promesas
63
al mismo tiempo, Inglaterra estaba prosperando. El Señor
habló proféticamente a los cristianos pentecostales en
Gales y les dijo que no se fueran, sino que confiaran en
Él. Aun así, muchos de ellos se fueron a Inglaterra, donde
encontraron buenos trabajos.
Mientras tanto, los que se quedaron experimentaron
milagros de provisión, similares al milagro de la viuda
cuya tinaja nunca quedaba vacía (1 R. 17:16). Los
cristianos que se quedaron, en conformidad con la Palabra,
fueron bendecidos. ¡Los cristianos que se fueron a
Inglaterra, no percibieron a Dios!
Debemos ser muy cuidadosos en los días por
venir y prestar atención a las lecciones de la
Palabra de Dios. Habrá muchas circunstancias
que retarán nuestra fe. Si permitimos que las
circunstancias manden, vamos a dejar de percibir
a Dios. No estoy diciendo que nunca habrá un
tiempo en el cual debamos establecernos
nuevamente o usar los recursos de Egipto, etc.
La sagrada familia huyó a Egipto. Jacob fue a
Egipto a cumplir los propósitos de Dios. Pero,
primero, busquemos la voluntad del Maestro.
La esposa de Abram
Génesis 12:11-20 “Y aconteció que cuando estaba para
entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora
conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te
vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí,
y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, dí que eres mi
64
Heredando las promesas
hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva
mi alma por causa de ti. Y aconteció que cuando entró
Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era
hermosa en gran manera. También la vieron los príncipes
de Faraón, y la alabaron dela nte de él; y fue llevada la
mujer a casa de Faraón. E hizo bien a Abram por causa
de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas,
asnas y camellos. Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa
con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.
Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto
que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que
era tu mujer? ¿Por qué dijiste: Es mi hermana,
poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer?
Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. Entonces
Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le
acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía”.
Temor y racionalización
Primeramente note que, cuando Abram se salió de la
voluntad de Dios, parece como que cierto temor y
racionalización invadieron su pensamiento. Abram le dice
a Sarai que diga que ella es su hermana, lo cual era una
mentira a medias. Abram y Sarai tenían el mismo padre.
Por supuesto, fue porque Abram temió que los egipcios
tomaran a Sarai y lo mataran a él. Sarai tenía 65 años
cuando dejó Harán, y aún era una mujer muy hermosa,
(Dios estaba preservando a esta grandiosa pareja para que
se cumpliera Su Palabra).
El temor se puede introducir en nuestro corazón cuando
nos salimos del camino. El temor inmoviliza la fe.
Heredando las promesas
65
Abraham estaba permitiendo que el temor le impidiera
creer lo que Dios había dicho (¡la promesa de Dios aún
no se había cumplido!) Recuerdo una historia que alguien
contó una vez, sobre ir a un parque de diversiones al cual
le habían prohibido ir. Tuvo miedo en el momento en que
puso un pie en el parque, y, conforme transcurría el día,
tuvo más miedo. El punto culminante fue en la montaña
rusa, en donde tuvo tanto terror, que se puso de rodillas
(mientras estaba en movimiento) y se arrepintió. ¡Él hizo
nuevos votos al Señor de no regresar nunca!
Esta racionalización permitió que la esposa de Abram fuera
tomada por Faraón. En consecuencia, este incidente irritó
a la casa de Faraón. Trajo plagas a la casa de Faraón,
“Grandes Plagas”. El Señor le estaba mostrando a
Abraham: “¡Yo pude haberte preservado!”
Debe haber un progreso en la fe, un madurar de
la fe en la vida de uno, antes que la promesa
llegue. ¡La fe comienza como una semilla de
mostaza, pero debe de crecer!
Faraón reprende a Abram
¡Después, Faraón reprendió a Abram y le mandó que se
fuera! Realmente es una bofetada cuando somos
reprendidos por el mundo. ¡Hiere cuando nosotros, que
somos los que representamos el estándar de la justicia de
Dios, necesitamos ser corregidos por el mundo! Recuerdo
un incidente en mi propia vida, cuando un hombre del
mundo me reprendió de tal manera ¡que fue como una
bofetada de Dios!
66
Heredando las promesas
Otra cosa que debemos ver de este incidente es que, cuando
fallamos una prueba, a menudo seremos probados otra
vez en lo mismo (ver el capítulo 20, la historia se repite).
El hijo de Abraham, Isaac, también fue probado en una
situación casi idéntica en Génesis 26. Eso nos dice que,
cuando fallamos una prueba, a menudo esas pruebas pasan
a nuestros hijos. ¡Eso es aterrador!
De regreso a Bet-el y Hai
Génesis 13:1-4 “Subió, pues, Abram de Egipto hacia el
Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot.
Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. Y
volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el,
hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre
Bet-el y Hai, al lugar del altar que había hecho allí antes;
e invocó allí Abram el nombre de Jehová”.
Un rodeo completo
Creo que deberíamos observar cuidadosamente, que Abram
había estado dando un rodeo. Él solamente dio una vuelta
completa, y regresó exactamente al mismo lugar del cual
había partido, entre Bet-el y Hai. Abram se había desviado
bajando a Egipto, pero en Su misericordia, Dios trae a
Abram de regreso al altar desde el cual se había desviado.
Una vez, un ministro estaba relatando un incidente
parecido en su vida. El Señor había traído a este hombre a
cierto lugar; y luego, durante la noche, el Señor comenzó
a mostrarle varios problemas que había allí. En la mañana,
Heredando las promesas
67
él dijo: “¡Gracias Señor, puedo ver que me estás
advirtiendo sobre este lugar, así que me iré!” Un año
después, estaba de regreso en el mismo lugar. El
Señor dijo: “¡Te mostré este lugar para prepararte,
ahora quédate!”
Estas cosas están registradas en la Escritura para librarnos
de cometer los mismos errores. Dios preserva al justo.
Como dice la Escritura, el justo puede caer siete veces,
pero Dios lo volverá a levantar. ¡Abraham era justo, y el
Señor no iba a permitir que él fallara en Egipto!
Egipto debe probarnos a todos
No es para contradecir lo que acabamos de decir, pero
todos debemos pasar por Egipto. Todos debemos ser
probados por los encantos de Egipto. Como el peregrino
de la historia épica de John Bunyan, todos debemos pasar
por nuestra “Feria de las Vanidades”. El problema es que
muchos peregrinos nunca logran salir de esa feria. La
Escritura cita un ejemplo de esto en 2 Timoteo 4:10:
“porque Demas me ha desamparado, amando este
mundo…” Muchos ministros fallan debido al amor por el
mundo. El materialismo y los placeres del mundo, a
menudo seducen a aquellos que se desvían hacia Egipto,
¡y nunca regresan!
No améis al mundo
Demas fue engañado por los encantos de la feria, pero
estudiemos otro peregrino que sí logró salir: “Por la fe
68
Heredando las promesas
Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija
de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo
de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado,
teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que
los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada
en el galardón” (He. 11:24-26).
Moisés rechazó los encantos del mundo. Él tenía sus ojos
sobre el Reino eterno (invisible). Mantengamos también
nuestros ojos en el Reino que no tiene fin.
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la
carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida,
no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa,
y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre” (1 Jn. 2:15-17).
Hacia el lugar del altar
Ciertamente, Abraham había tomado un desvío, pero Dios,
misericordiosamente, trajo a Abraham de regreso al lugar
desde el cual se había desviado, y allí él se consagró
nuevamente al Señor.
Heredando las promesas
69
LOT SE SEPARA DE ABRAM
Génesis 13:5-7 “También Lot, que andaba con Abram,
tenía ovejas, vacas y tiendas. Y la tierra no era suficiente
para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran
muchas, y no podían morar en un mismo lugar. Y hubo
contienda entre los pastores del ganado de Abram y los
pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo
habitaban entonces en la tierra”.
Dos visiones
Abram y Lot representan dos visiones diferentes. Son
como dos pastores diferentes que guían dos rebaños
diferentes, y al final, debe haber una separación. Es
como dijo el profeta Amós: “¿Andarán dos juntos, si
no estuvieren de acuerdo?” (Am. 3:3). Hasta cierto
punto, los cristianos pueden caminar juntos; pueden
estar de acuerdo en ciertos fundamentos de fe. Pero
cuando uno de ellos (como Abram), tiene la visión de
los propósitos más altos de Dios, ¡habrá separación!
Durante el movimiento carismático (que comenzó cerca
de 1966), se hacía bastante énfasis en la unidad. El
bautismo en el Espíritu Santo era el denominador
común, y creyentes de todo trasfondo denominacional
se unían para adorar. A esto le llamamos
(escrituralmente), “la unidad del Espíritu” (Ef. 4:3).
70
Heredando las promesas
En esta atmósfera, puede existir una coexistencia y una
cierta armonía entre los hermanos. ¡Pero ésta no es la
unidad final!
La verdadera unidad
La verdadera unidad no es la idea de tolerarnos y estar
de acuerdo uno con otro aquí en la tierra. Verdadera
unidad es cuando el pueblo de Dios está de acuerdo con
el cielo. Cristo es descrito como la Piedra Angular. El
edificio debe tomar sus medidas a partir de “La Piedra”.
Dios está buscando un pueblo santo que esté de acuerdo
con Él: ¡aquellos que obedecen y hacen! Cristo está
buscando a aquellos que van a ser moldeados conforme
a Su doctrina.
Estoy recordando una pequeña parábola en Isaías, que
confirma mi opinión: “Echarán mano de un hombre siete
mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos
de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas;
solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro
oprobio” (Is. 4:1).
Aquí tenemos una ilustración de la Iglesia (dividida). A
las siete mujeres las vamos a llamar denominaciones.
Todas ellas se agarran de un hombre: Cristo. Todas ellas
quieren llevar Su nombre: cristianos. Pero todas ellas
quieren comer su propio pan: doctrina. Todas ellas quieren
usar sus propias ropas: su propia justicia.
Nuestro Padre Celestial va a presentarle a Su Hijo una
Esposa gloriosa. Ella va a estar en total unidad, en total
Heredando las promesas
71
acuerdo con el Señor Jesucristo. Ella ha agarrado la visión
de lo eterno: ¡ella ha vendido todo para ser esa Esposa!
(ver Ap. 19:7-8).
Hubo una contienda
Nuestro Señor permite que Sus hijos viajen juntos por
un tiempo con el propósito de formar bandos. Estos dos
campamentos habían llegado a la total madurez, y sabían
bien a qué bando pertenecían. Espiritualmente, siempre
existirán los hijos de Lot y los hijos de Abraham. Los
hijos de Lot no comparten las mismas convicciones de
Abraham, y se van a inclinar hacia Lot. Los verdaderos
hijos de Abraham van a orientar sus pasos hacia
Abraham. Vendrán cismas y doctrinas que dividirán los
campamentos (1 Co. 11:19).
·
Lot representa a los cristianos del mundo, cuya única
preocupación son las cosas de esta vida (muchos de
ellos resienten el mensaje de la santidad).
·
Abraham representa al verdadero peregrino, que está
buscando el mejor país y la ciudad que vendrán.
Sepárate de nosotros
Génesis 13:8-9 “Entonces Abram dijo a Lot: No haya
ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y
los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra
delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a
la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha,
yo iré a la izquierda”.
72
Heredando las promesas
Abraham reconoció que la contienda entre los dos
campamentos no era un asunto reconciliable. Lo que los
separó fue la visión. De mi experiencia puedo decir que,
después que las personas han escuchado su mensaje (por
un tiempo), o lo reciben o lo rechazan: ¡no se puede
convencer a la gente a hacer algo! Abram sabía que tenía
que haber una separación.
Hace muchos años, me encontraba en una reunión de
pastores, en la que un pastor estaba pidiendo consejo
respecto a una desavenencia en su iglesia. Este pastor
era el pastor adjunto (el pastor también estaba presente),
y definitivamente, estaban fluyendo dos corrientes en
esa iglesia. La pregunta era: “¿Debemos separarnos?”.
Inmediatamente, algunos de los hermanos carismáticos
comenzaron a arremeter con palabras de amor y unidad.
No obstante, en mi espíritu, no pude estar de acuerdo
con ese consejo, y por lo tanto, aconsejé que se
separaran. Bueno, no supe qué sucedió con el amor y
la unidad de esa reunión, pero si las miradas pudieran
matar, ¡hoy no estaría aquí! (a propósito, los pastores
siguieron mi consejo).
Elige tú
Aquí está el espíritu de padre: “No contendamos. Elige
tú”. Aquí hay una lección que nuestro padre espiritual
(nuestro pastor) nos enseñó: cuando otros eligen, será Dios.
No podemos cometer un error cuando permitimos que
otros escojan primero. Es el fuerte el que puede permitir
que otros escojan el mejor cuarto: la mejor vista, etc. Si
usted va a la derecha, yo iré a la izquierda.
Heredando las promesas
73
Es realmente el Señor Quien separa las ovejas de las cabras
(Mt. 25). Las cabras no aceptan el mensaje de la cruz:
morir a sí mismo. Las ovejas aceptarán el verdadero
mensaje de la cruz.
Divisiones en la Iglesia
Una vez fui a un seminario en donde uno de los temas era
“divisiones en la Iglesia” (cómo reconciliar diferencias,
traer unidad, etc.). Y, quiero decir que estoy de acuerdo
con esta teología. De hecho, Pablo atendió esta clase de
problemas en Corinto, y aun en la iglesia filipense. En
Filipo, Pablo tuvo que tratar con dos mujeres, cuya
contienda estaba afectando a toda la Iglesia (Fil. 4:2).
Sin embargo, aquí no nos estamos refiriendo a eso. Nos
referimos a dos corrientes diferentes, dos ideologías
diferentes dentro de la entidad local. Hace 20 años, tuvimos
en la iglesia una división muy grande, y aprendimos de
ésta, algunas lecciones imborrables. Fue una prueba
terrible, pero sabíamos que Dios estaba quitando personas
que no eran auténticas. Después de veinte años, puedo
volver atrás y reflexionar sobre los que se fueron. Si se
hubieran ido para continuar en el Señor, o para hacer algo
para Dios, yo habría puesto en tela de juicio mi punto de
vista, pero no fue ese el caso. No sé de ninguna de las 44
personas que se fueron que continuaran en el Señor.
¡Muchos de ellos están en el campamento de Lot, o peor!
Antes que finalice la Era de la Iglesia, habrá una
gran separación del trigo y la cizaña. Por favor no
malinterprete lo que estoy diciendo; ¡Lot no se fue al
infierno, pero su fin fue muy triste!
74
Heredando las promesas
Lot escoge con sus ojos
Génesis 13:10-11 “Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la
llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el
huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección
de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a
Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la llanura
del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el
uno del otro”.
Lot eligió con sus ojos aquello que tenía la apariencia de
ser como “el huerto de Jehová”. Otra vez, notemos la
diferencia entre las dos visiones: la visión de Abraham
estaba dirigida hacia el cielo. Él miró las cosas a través de
los ojos del Espíritu. La visión de Lot estaba en las cosas
de este mundo. Como dijo el apóstol Juan: “Porque todo
lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos
de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del
Padre, sino del mundo” (1 Jn. 2:16).
También recordemos que todo el tiempo que Lot
permaneció con Abraham, fue rico y bendecido. Pero como
el tiempo lo dirá, Lot solamente escapó con su vida
(salvación).
Lot habita entre pecadores
Génesis 13:12-13 “Abram acampó en la tierra de
Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la
llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas
los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra
Jehová en gran manera”.
Heredando las promesas
75
¡Lot es el típico cristiano que no tolera el pecado, pero que
no tiene el poder para condenarlo! ¡No es suficiente con amar
la justicia! ¡También debemos odiar la iniquidad! Salomón
amaba al Señor, pero también amaba otras cosas. Lot pasó
por alto muchas obscenidades por estar en Sodoma. Oh, a él
no le gusta eso, simplemente no puede impedirlo ni alejarse.
“Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; El guarda las almas
de sus santos; De mano de los impíos los libra” (Sal. 97:10).
“Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto,
te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que
a tus compañeros” (Sal. 45:7).
“¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me
enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por
completo; Los tengo por enemigos” (Sal. 139:21-22).
¡Estamos estudiando al que hereda las promesas!
Alza ahora tus ojos
Génesis 13:14-16 “Y Jehová dijo a Abram, después que
Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el
lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al
occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a
tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia
como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el
polvo de la tierra, también tu descendencia será contada”.
· Lot: alzó sus ojos. Perspectiva humana.
· Abram: Dios dijo: “alza ahora tus ojos…” Perspectiva celestial.
76
Heredando las promesas
La promesa se intensifica
Para nosotros es muy importante darnos cuenta que, no
fue sino hasta después de que Lot se separó, que Dios
habló nuevamente. La razón por la que Dios esperó hasta
que Lot se hubiera ido, fue porque Dios no destinó estas
promesas para Lot. ¡También note que ahora Dios habla
con una mayor unción! “Mira hacia todas direcciones, esta
tierra es tuya y de tus descendientes para siempre”.
También debemos ver que, mientras el viaje continúa, las
promesas se van incrementando continuamente. En este
pasaje, la promesa es tener una descendencia como el
polvo. El polvo habla de la simiente natural de Abraham.
Después, las estrellas se van a incorporar a la promesa,
hablando de la simiente espiritual.
El Señor
pasa años
El Señor pasa años perfeccionando el
perfeccionando
fruto que Él quiere reproducir. El
el fruto que
Señor le dijo a Adán: “¡Fructificad y
Él quiere
multiplicaos!”
La
primera
reproducir.
preocupación de nuestro Señor, es que
llevemos fruto digno de reproducirse
(fruto del Espíritu Santo). El Señor no quería que Abram se
multiplicara mientras Lot estuviera allí. ¡Es por esto que
Dios poda Su Iglesia antes que llegue el avivamiento!
Además, debemos notar que fue muchos años antes de que
Abram viera los primeros frutos de esa promesa.
Debemos apreciar las promesas que Dios da con el pasar
de los años. Dios reconfirma, y hasta incrementa las
promesas; pero, a menudo, ¡somos probados por muchos
años de ver que no se hacen realidad!
Heredando las promesas
77
VÉ POR LA TIERRA
Génesis 13:17 “Levántate, vé por la tierra a lo largo de
ella y a su ancho; porque a ti la daré”.
“Levántate y vé…” Muchas veces, se requiere una acción
física para activar nuestra fe. La vida de Abraham fue una
larga caminata, pero Abraham sabía que la tierra sobre la
que caminó estaba siendo reclamada para futuras
generaciones. De todo esto trata la fe. Es la sustancia de
las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no
se ven. No había ni una pizca de evidencia de que la tierra
realmente iba a ser de él, ¡excepto que Dios habló y
Abraham creyó!
“Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida
como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y
Jacob, coherederos de la misma promesa” (He. 11:9).
La promesa fue reiterada por Moisés
Cada lugar en el que Abraham puso su pie, le fue prometido
a él y a su descendencia. De hecho, cerca de 500 años más
tarde, cuando ya estaban por entrar a Canaán, Moisés reiteró
esa promesa a los herederos de Abraham: “Todo lugar que
pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto
hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar
occidental será vuestro territorio” (Dt. 11:24).
78
Heredando las promesas
Podrá notar que los límites mencionados en
Deuteronomio, se extienden mucho más allá de lo que
realmente reclamó Israel. También podrá notar, por el pacto
que Dios hizo después con Abraham en Génesis 15:18,
que Israel solamente reclamó un pequeño pedazo del
pastel: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram,
diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río
de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates”. La tierra
que se le prometió a Abraham se extiende desde el Eufrates
hasta Egipto. ¡Abraham caminó por esa tierra! En el
Milenio, toda esa tierra va a pertenecer a Israel.
La caminata de fe
Dios aún le habla a la simiente espiritual de Abraham, y
algunas veces es referente a la tierra. Hemos escuchado
algunos testimonios de creyentes que sintieron que Dios
les habló respecto a ciertos territorios geográficos. Talvez
se les dijo que los recorrieran, o que fueran a ciertos
rincones de la ciudad, o talvez a una montaña que dominara
la nación, etc. Fue aquí que ellos reclamaron ese territorio
como herencia para Cristo. Dios desea que Su pueblo
posea la tierra.
Algunas veces, el Señor habla particularmente respecto
a un país o países. Pero, debe quedar claro que el
privilegio de reclamar algo así, no es algo a lo que
tenemos derecho por simple voluntad humana. “¡Oh,
reclamé esta ciudad por fe!” Dios nos elige nuestra
heredad (Sal. 47:4). Ciertamente, no hay nada de malo
en orar por estos lugares, y usualmente, las personas que
oran tendrán una heredad en ellos.
Heredando las promesas
79
La herencia no es por elección múltiple
Sin embargo, el verdadero llamado misionero no es por
elección múltiple: “Bueno, creo que iré a Columbia y seré
un misionero allí…” Número uno, Dios no acepta la
ofrenda, y, número dos, no hay gracia para el llamado.
Moisés le dijo a Israel que no debían tocar ciertos territorios
porque no tenían ninguna herencia allí (en ese tiempo).
“En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo:
A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto
hasta el río grande, el río Eufrates” (Dt. 2:5; también
vea el versículo 9).
Moisés también advirtió a Israel respecto al lugar en donde
iban a ofrecer su sacrificio: “Cuídate de no ofrecer tus
holocaustos en cualquier lugar que vieres; sino que en el
lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí
ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te
mando” (Dt. 12:13-14). Espiritualmente, no tenemos el
derecho de ofrecer nuestras vidas en cualquier parte que
queramos, sino solamente en el lugar que Dios escoge
para nosotros. En realidad, podemos estar trabajando en
vano si estamos fuera de la voluntad de Dios.
Logos y rhema
Tracemos correctamente la Palabra. La Palabra escrita es lo que
generalmente conocemos como “logos”. Leemos el “logos” y
lo estudiamos, y nos alimenta y edifica. Pero hay otra palabra
que describe a la Palabra, y ésa es “rhema”. El “rhema” es la
Palabra hablada. Es esa la Palabra de la cual debemos vivir:
80
Heredando las promesas
“El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá
el hombre, sino de toda palabra (rhema) que sale de la
boca de Dios” (Mt. 4:4).
El “rhema” es la Palabra vivificada. Es la Palabra que
Dios habla específicamente a nuestra alma. Sí, toda la
Palabra de Dios es verdad; sin embargo, eso no nos da la
libertad de reclamar o aplicar indiscriminadamente un
versículo donde sea necesario. No podemos reclamar una
liberación si Dios está hablando de cautividad. No
podemos declarar vida cuando Dios está diciendo: “¡Pon
tus cosas en orden, te voy a llevar a casa!” En este punto,
¡muchos queridos creyentes tienen problemas cuando
reclaman la Palabra y Dios no la ha hablado!
Además quiero establecer que Dios quiere dar a Su pueblo
una herencia en muchos lugares, aun cuando nunca hayan
salido de su ciudad natal. Al apoyar y orar fielmente por
las naciones que el Señor ha puesto en sus corazones, allí
habrá una valiosa herencia para ellos. La verdadera vida
cristiana es un peregrinaje y una caminata de fe: ¡aun si
nunca dejamos nuestra ciudad!
Una promesa para los vencedores: “Pídeme, y
te daré por herencia las naciones” (Sal. 2:8).
Heredando las promesas
81
HEBRÓN
Génesis 13:18 “Abram, pues, removiendo su tienda, vino
y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y
edificó allí altar a Jehová”.
Mamre, que es Hebrón, era conocido por sus encinos.
Tiene la connotación de sanidad y esplendor. Aquí tenemos
el pensamiento de 3 Juan, donde él dice: “Que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma”. Dios estaba haciendo algo en
Abraham, y le estaban siendo entregados dinero y salud.
El significado espiritual de Hebrón
Hebrón es importante porque siempre sería el punto de
retorno o base de Abraham. De hecho, Hebrón sería el
sepulcro de ambos, Abraham y Sara. Hebrón significa
“amistad”. Hay mucha historia vinculada con Hebrón.
Hebrón, después, llegó a ser la capital de Judá y el lugar
de la segunda y la tercera unción de David. Pero, por el
momento, reflexionemos en los eventos más recientes.
Después de la separación de Lot y su campamento, Dios
intensifica la promesa y lleva al campamento de Abram a
Hebrón, que significa “amistad”. En realidad, ¡Dios está
llevando a Abraham a un grado mayor de amistad! La verdadera
amistad está establecida en la luz y la verdad (1 Jn. 1:7).
82
Heredando las promesas
Si recordamos la escena de la Última Cena, no fue sino
hasta que el sembrador de discordia fue removido del
grupo, que Jesús les dio Su nuevo mandamiento de
“ámense unos a otros”. El campamento de Abram estaba
en armonía y unidad. De paso, este campamento debía
contar con cientos de personas en este momento.
Grados de amistad
Hay muchos grados de amistad dentro del Reino. Hubo
muchos que siguieron a Jesús por distintas razones. Estaba
el grupo del “Atrio”. Básicamente, ellos seguían a Jesús
por el pan, los peces y los milagros. Estaba el grupo del
“Lugar Santo”, quienes Lo presionaban para escuchar la
Palabra (Lc. 5:1). Pero también estaba la invitación para
el círculo íntimo, el círculo del “Lugar Santísimo”.
La invitación que encontramos en Juan es para entrar al
círculo íntimo: “Lo que hemos visto y oído, eso os
anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión
con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con
el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos,
para que vuestro gozo sea cumplido” (1 Jn. 1:3-4).
¡Deseamos formar parte del círculo íntimo!
Hace muchos años, mi esposa y yo tuvimos amistad con
cierto grupo de creyentes que no abrazaban la doctrina
del bautismo en el Espíritu Santo y de hablar en otras
lenguas. Estuvimos felices allí por un tiempo, pero luego,
el Señor dijo: “¡Muévanse!” Bueno, pareció como que
habíamos perdido a todos nuestros amigos cristianos, ¡y
básicamente así había sido! Pero después, cierto hermano
Heredando las promesas
83
nos dio una palabra, que Dios nos llevaría a tener una
mayor amistad con los creyentes. Ciertamente, esa
“mayor” amistad nos conectaría con personas alrededor
del mundo. ¡Y se cumplió!
Unidad de los hermanos
También debemos observar varios eventos más, los cuales
tuvieron lugar en Hebrón. Aquí, David fue ungido como
rey sobre Judá, la cual fue su segunda unción. Siete años
después, él fue ungido por tercera vez como rey sobre
todo Israel (ver 2 S. 2:4 y 5:3).
La tercera unción simboliza la unción para ir “detrás del velo”.
Fue en el tiempo de esta tercera unción, que Israel se unió
como un hombre y que declararon ser carne y hueso de David.
De hecho, se piensa que el Salmo 133 se inspiró en este
incidente en Hebrón. El Salmo 133 es un salmo de unidad, y
ciertamente, su concepción pudo haber tenido lugar aquí.
Debemos apreciar el significado de “llegar a Hebrón”.
Simboliza amistad y unidad verdaderas. La unidad de los
hermanos es comparada a la unción que había sobre Aarón.
Ésta fue la unción que le permitió al Sumo Sacerdote entrar
al Lugar Santísimo.
Fue en este momento de gran unidad y unción, que David
tomó la última fortaleza, la fortaleza de Sion. Hasta ese
tiempo, era un fuerte de los jebuseos y la última fortaleza
que quedaba en la tierra. Interesante, los jebuseos
representan a los que siembran discordia, ¡y requirió la
unción de los hermanos en unidad el echarlos fuera! Es
84
Heredando las promesas
por esto que la verdadera amistad es importante. ¡Era el
poder de la Iglesia primitiva!
“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los
hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre
la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba
de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como
el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de
Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna”
(Sal. 133:1-3).
Hebrón fue la base de Abraham, y ahora podemos
comprender porqué Caleb deseaba esa montaña: “Por
tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone
cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido
cumplidamente a Jehová Dios de Israel” (Jos. 14:14).
Debe haber una separación antes que llegue la
verdadera unidad, ¡pero después, Dios nos
enviará gente que es genuina!
85
BATALLA CON LOS REYES
En el relato de Génesis 14:1-17, el rey Quedorlaomer, junto
a otros tres reyes, conquistó y controló varias ciudades de
Canaán, incluyendo Sodoma las ciudades de la llanura,
(por lo menos tres de los cuatro reyes eran de Babilonia;
probablemente Tidal era un rey hitita). En el treceavo año
de este dominio, las naciones cananeas se rebelaron contra
Quedorlaomer. Entonces, Quedorlaomer regresó con sus
aliados y destruyó, por lo menos, diez de sus ciudades, las
cuales incluían Sodoma y las ciudades de la llanura.
Después de la batalla, muchos fueron tomados cautivos,
y Lot fue llevado junto con los otros.
Las ciudades de la llanura incluían Sodoma,
Gomorra, Adma, Zeboim y Zoar. ¡Ahora, allí se
encuentra el mar Muerto!
Peleando las batallas del Señor
Génesis 14:14 “En cuanto Abram supo que su sobrino
estaba cautivo, convocó a 318 hombres adiestrados que
habían nacido en su casa y persiguió a los invasores
hasta Dan” (NVI).
Quiero examinar algunas verdades que podemos recoger
de esta porción de la Escritura. Primeramente, la batalla
es parte de nuestro entrenamiento y de nuestro
llamamiento. ¡No hay ni un solo creyente coronado en
86
Heredando las promesas
gloria, que no haya ganado esa corona sin pelear la buena
batalla de la fe! Aun nuestro Señor Jesucristo dijo (en
esencia), que serían los violentos quienes tomarían el
Reino (Mt. 11:12). Esta batalla, a la cual somos llamados,
es espiritual: “Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
(Ef. 6:12).
Los santos del Antiguo Testamento peleaban contra carne
y sangre, pero fue para enseñarnos los principios de la batalla
espiritual. Los objetivos son los mismos: ¡quebrantar el
dominio del enemigo! Hay un enemigo que mantiene
cautivos a muchos hijos de Dios, o a aquellos predestinados
a ser hijos de Dios. Este mismo enemigo desafía los
propósitos de Dios y busca alejarnos de ese propósito.
La buena batalla
Cuando vemos la grandeza de la herencia que Dios tiene
para nosotros, también debemos
darnos cuenta que ésta no vendrá sin
¡No hay ni un
un precio. La herencia prometida
solo creyente
peleará en contra nuestra hasta que
coronado en
tengamos el dominio. El modelo es
gloria, que no
claro en el Antiguo Testamento.
haya ganado
Israel tuvo que pelear su camino
esa corona sin
hacia la posesión prometida. Pero
pelear la
también es verdad en el Nuevo
buena batalla
Testamento. ¡Pablo no ganó esas
de la fe!
naciones gentiles sin una batalla
Heredando las promesas
87
tremenda! De hecho, en un lugar Pablo describe la
batalla como “siendo presionados sin medida… más
allá de toda fuerza”.
“Esta comisión te confío, hijo Timoteo, conforme a las
profecías que antes se hicieron en cuanto a ti, a fin de que
por ellas pelees la buena batalla” (1 Ti. 1:18, LBLA).
Nuestra batalla es espiritual. ¡También nosotros debemos
pelear con reyes, (principados demoníacos)! Si queremos
ser parte del ejército que sigue a Cristo sobre caballos
blancos, debemos aprender la batalla espiritual aquí en la
tierra, durante nuestro peregrinaje terrenal.
2 Crónicas 20:1-29, nos da unas tácticas
esenciales de batalla espiritual. En esta porción,
encontrará, por lo menos, diez principios de
batalla espiritual. También debiéramos notar
que, en la oración de Josafat acerca de la batalla
por venir, Josafat invoca la intervención de Dios
sobre la base que esta tierra le pertenece a la
simiente de Abraham, ¡quien era el amigo de
Dios! (2 Cr. 20:7).
Ganando batallas personales
Se dice de David, que él peleó las batallas del Señor (1 S.
25:28), pero David no empezó sólo peleando las batallas
del Señor. Comenzó ganando victorias personales en su
propia vida. Él sabía lo que el Señor podía hacer en la
contienda con ambos, el león y el oso (tanto el león como
88
Heredando las promesas
el oso, son tipos de espíritus malignos). Primero, David
experimentó la unción en su vida personal. Él experimentó la
unción al adorar. Experimentó la unción en sus dedos mientras
alejaba los espíritus depresivos que estaban sobre Saúl:
“Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos
para la batalla, Y mis dedos para la guerra” (Sal. 144:1).
¿Ejemplos de victorias personales? Para un creyente
nuevo esto podría ser muy variado. Unos tienen que
batallar para ser libres de la música rock, o del vicio.
Para algunos, es obtener la victoria sobre ciertas
relaciones… Y siempre están las muchas pasiones que
pelean contra el alma (Stg. 4:1).
Entrenados para la batalla
Nuestro Señor y Capitán, requiere que Sus santos estén
entrenados para la batalla, más allá de la esfera de sólo
“mantenerse en el puesto”. Cristo desea un pueblo que va
a estar capacitado para pelear por los redimidos. ¡Para
liberar a los cautivos y dejar en libertad a los oprimidos!
El Señor busca tener un pueblo que sea experto en la
guerra, y que pueda pelear Sus batallas sobre la tierra.
Por extraño que parezca, Dios permite que ciertos enemigos
existan en nuestras vidas con el propósito de enseñarnos
cómo ser vencedores. Vea los siguientes versículos:
“Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar
con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido
todas las guerras de Canaán; solamente para que el linaje
Heredando las promesas
89
de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la
enseñasen a los que antes no la habían conocido” (Jue. 3:1-2).
El cielo pelea cuando nosotros
peleamos
En el libro de los Jueces, encontramos una escena muy
interesante. La batalla en el cielo dependía de la batalla
en la tierra. Cuando los santos peleaban sobre la tierra,
el cielo estaba peleando desde arriba: “Vinieron reyes y
pelearon; Entonces pelearon los reyes de Canaán, En
Taanac, junto a las aguas de Meguido, Mas no llevaron
ganancia alguna de dinero. Desde los cielos pelearon
las estrellas; Desde sus órbitas pelearon contra Sísara”
(Jue. 5:19-20).
Armando a nuestros criados
adiestrados
Como líderes, y como padres espirituales, debemos
entrenar a nuestros siervos leales (nuestra congregación)
a pelear. Debemos entrenarlos en el arte de la batalla
espiritual. Debemos equiparlos con el armamento
mencionado en Efesios 6:10-18. También podrá darse
cuenta, en nuestro versículo de texto, que estos criados
habían nacido en la casa de Abram: “Y armó a sus criados,
los nacidos en su casa”.
Cuando emprendemos batallas espirituales serias, no
queremos, tras nosotros, soldados que tengan un corazón
dividido, sino que preferimos a aquellos que han nacido
90
Heredando las promesas
en nuestra casa (iglesia). En otras palabras, aquellos que
tienen nuestra visión, aquellos enseñados y entrenados en
nuestro campamento. El rey Amasías fue reprobado por
el profeta en este preciso punto. Él había contratado a
Efraín para que lo ayudara en la batalla (Efraín representa
al creyente con corazón dividido). El Señor dijo: “Yo no
estoy con Efraín” (2 Cr. 25:7). También recuerde que el
ejército de Gedeón fue reducido a 300 hombres piadosos.
Trescientos dieciocho
El número trescientos dieciocho, también revela un
aspecto de los guerreros de Abram: el número trescientos
dieciocho se compone de dos números: el número
trescientos y el número dieciocho. Trescientos significa
“caminar con Dios” (Gn. 5:22). El número dieciocho habla
de fuerza. Dieciocho codos era la altura de las dos
columnas principales del templo de Salomón. Por lo tanto,
a partir de esta figura, podemos concluir que este grupo
de guerreros era fuerte en el Señor; eran justos y estaban
en armonía con el cielo.
El príncipe guerrero
Génesis 14:15-17 “Y cayó sobre ellos de noche, él y sus
siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al
norte de Damasco. Y recobró todos los bienes, y también
a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás
gente. Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y
de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a
recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey”.
Heredando las promesas
91
En Génesis 23:6, Abraham es llamado “príncipe de
Dios”. También es proclamado “poseedor de los cielos
y de la tierra” en Génesis 14:19. Verdaderamente,
Abraham era un rey, y en un sentido, es el rey quien sale
a la guerra con los reyes (ver 2 S. 11:1). ¿Estamos
extrayendo una pequeña sinopsis de nuestro llamamiento
en Abraham, nuestro padre espiritual y progenitor?
Llamados a ser reyes
Por un momento, meditemos en este pensamiento de “rey”.
Parte de nuestro llamamiento en el Nuevo Testamento es
reinar: “Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro
Dios; y reinarán sobre la tierra” (Ap. 5:10). Note la
palabra “hecho”. No nacemos allí, sino que de eso se trata
el proceso de elección. Dios nos eligió para Su propósito,
y aseguramos ese llamamiento y esa elección
sometiéndonos a caminar en el Espíritu. Al caminar en la
senda que Dios tiene para nuestra vida, somos moldeados
y formados para encajar en ese propósito.
Parte de nuestro entrenamiento para ser reyes, está en el
arte de la guerra. ¡Abraham fue un príncipe guerrero, y
prevaleció sobre una fuerza muy superior! Aunque el
recuento de esta batalla no está registrado, pienso que es
seguro decir que una alianza que dominó un territorio tan
grande como Quedorlaomer fue mucho mayor
(numéricamente).
Aun en las batallas espirituales que enfrentamos hoy,
generalmente estamos enfrentando algo mucho mayor que
nosotros. Pero, no son las cantidades o las estadísticas las
92
Heredando las promesas
que deberían ser nuestra verdadera preocupación. La cuestión
es si Dios está o no de nuestra parte. El Señor se muestra
fuerte a aquellos cuyos corazones son perfectos hacia Él. ¡La
victoria de Abraham prueba este punto! Él regresó de esta
batalla con todos los despojos y todos los cautivos. Fue
evidente para el mundo Quién estaba de su lado, y todos los
reyes tuvieron que reconocer al “príncipe guerrero”.
Dios da este honor a Sus santos
“Regocíjense los santos por su gloria, Y canten aun sobre
sus camas. Exalten a Dios con sus gargantas, Y espadas
de dos filos en sus manos, Para ejecutar venganza entre
las naciones, Y castigo entre los pueblos; Para aprisionar
a sus reyes con grillos, Y a sus nobles con cadenas de
hierro; Para ejecutar en ellos el juicio decretado; Gloria
será esto para todos sus santos. Aleluya” (Sal. 149:5-9).
Repaso
Para concluir este episodio, revisemos las lecciones que
hemos aprendido: Como líderes, primero debemos
experimentar algunas victorias personales en nuestra
propia vida. ¡Luego, debemos enseñar a nuestros siervos
leales a pelear la buena batalla! Seremos llamados en
repetidas ocasiones, a pelear las batallas de los hijos de
Dios. De hecho, a menudo, David y sus hombres fueron
llamados para liberar a otros, aun cuando estaban siendo
perseguidos. ¡Mientras hacemos el viaje de peregrinos por
la vida, también estemos dispuestos a salvar a los
oprimidos y a aquellos seducidos por el enemigo! ¡Amén!
Heredando las promesas
93
MELQUISEDEC
Génesis 14:18 “Entonces Melquisedec, rey de Salem y
sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino”.
La persona de Melquisedec
Después de la batalla con Quedorlaomer, los reyes
cananeos salieron a honrar a Abraham; y en medio de ellos
había un personaje (dignatario) de Jerusalén, muy inusual.
Se nos presenta, ahora, al misterioso rey/sacerdote de
Salem (Jeru-Salem). Melquisedec es una figura de
Cristo. Según Pablo, en el libro de Hebreos, capítulos
5 al 7, es también una figura del sacerdocio del Nuevo
Testamento. Hay cierta mística en lo referente a la
persona de Melquisedec, debido a su origen un tanto
ambiguo, y a su final algo incierto (como el mismo
apóstol sugiere en Hebreos 7:3).
Pablo espiritualizó en el hecho que Cristo no tiene
principio ni fin, pero que es como Melquisedec “¡un
sacerdote por siempre!” Los judíos eran escrupulosos con
las genealogías. De acuerdo con la Ley, todo se calculaba
conforme al linaje sanguíneo. Pablo estaba trazando una
analogía entre Cristo y Melquisedec: ¡Melquisedec era un
rey/sacerdote, pero no había registro de su descendencia
o de su fin! Melquisedec es mencionado solamente en
94
Heredando las promesas
otra ocasión en el Antiguo Testamento (Sal. 110), y esto
es profético de nuestro Señor Jesucristo.
Es un hecho histórico que, en tiempos de
Abraham, los reyes en Jeru-Salem eran electos.
Melquisedec le sirve
la comunión a Abram
“Sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino”.
Melquisedec (figurativamente) sirve la comunión por
primera vez a Abram: sacó el pan y el vino. Cuando Cristo
sirvió la comunión por vez primera, interpretó estos
símbolos para nosotros:
· El pan: simboliza la relación correcta con el
hombre.
· El vino: (sangre), simboliza la relación correcta
con Dios.
Lo que este misterioso rey/sacerdote estaba diciendo a
Abraham (simbólicamente), era que él estaba en armonía
con Dios y con los hombres. Abram le acababa de rendir
un gran servicio a la humanidad. Había roto el yugo
opresor del enemigo y había regresado a todos los
cautivos. Más aún, Abram tenía el favor de los cielos.
¡Cuando estamos en relación correcta con Dios y con
los hombres, hay una gran bendición cuando
participamos de los símbolos!
Heredando las promesas
95
La bendición de la comunión
Génesis 14:19 “Y bendíjole, y dijo: Bendito sea Abram del
Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra” (RV 1909).
Debido a la posición de Abram con Dios y con los
hombres, es este momento el propicio para que una
bendición sea conferida durante esta comunión: ahora,
Melquisedec bendice a Abram. En realidad, éste es el único
servicio donde nosotros somos los recipientes. Hay una
impartición en el servicio de la comunión; cuando yo sirvo,
me gusta pronunciar una bendición sobre los participantes.
Pablo afirma que hay una bendición en la copa de la
comunión: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no
es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que
partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”
(1 Co.10:16).
Bendito sea Abram del Dios Alto,
poseedor de los cielos y de la tierra
Qué privilegio tan maravilloso es
seguir los pasos de Abraham. Éste
es el llamado de la simiente de
Abraham: poseer el cielo y la
tierra. De hecho, el llamado
original de Adán era dominar y
sojuzgar la tierra. Por supuesto,
sabemos que Adán perdió la
autoridad y la corona; pero puede
Después de
cada batalla,
hay algo que
se gana en
el espíritu:
siempre
hay un
enriquecimiento
96
Heredando las promesas
ser recuperada por medio de la simiente de Abraham:
¡esto es, por medio de nuestro Señor Jesucristo!
Después de cada batalla, hay algo que se gana en el espíritu:
siempre hay un enriquecimiento (ver 1 Cr. 18:11). En
tiempos antiguos, el rey vencido perdía su corona ante el
vencedor. Talvez no siempre vemos esto, pero en el trono,
¡será reconocido!
Abram paga el diezmo al rey y
sacerdote
Génesis 14:20 “Y bendito sea el Dios Altísimo, que
entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los
diezmos de todo”.
Primero, observe que Melquisedec atribuye la victoria de
Abraham al Dios Altísimo. Dios pelea por aquellos que
ponen su confianza en Él. Segundo, Abram paga a
Melquisedec, el diezmo de todos los bienes recuperados.
El apóstol Pablo también hace referencia a este incidente
en Hebreos 7:4-10.
Aun cuando la grandeza de Abram era mucha, el que le
diera el diezmo al rey/sacerdote de Jerusalén hace que la
figura de Melquisedec sea aún más grande. Aun cuando
la grandeza de Abram era mucha, el hecho de que la figura
de Melquisedec lo bendijera, estableció que el rey/
sacerdote ¡era el más grande de los dos! Por supuesto, ¡lo
que hay que recalcar es que Melquisedec fue un tipo del
Señor Jesucristo, Quien es mayor que Abraham!
Heredando las promesas
97
El criterio de dar
Pareciera que a través de esta pequeña escena, el padre
Abraham está sentando un precedente para dar al Señor.
El diezmo ha sido siempre la norma de dar para la obra
del Señor. Diezmo significa un décimo (1/10), que también
se traduce como “culto racional”.
Aunque algunos hijos de Dios nos dirían que no estamos
bajo la Ley, el apóstol Pablo nos dice claramente que el
diezmo es la norma del Nuevo Testamento, y usa a
Abraham para probar el punto. Abraham fue antes de la
Ley, y él diezmó. Jacob fue antes de la Ley, y diezmó
(Gn. 28:22). De hecho, el sacerdocio del Antiguo
Testamento diezmó (figurativamente) en Abraham, quien
fue antes de la Ley.
“Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también
Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los
lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al
encuentro” (He. 7:9-10).
Puntos a considerar sobre Melquisedec
· Melquisedec es mencionado en el Antiguo Testamento,
solamente en Génesis 14:18-20 y en el Salmo 110.
· Melquisedec fue un hombre muy real, no un ser celestial.
· Él fue el rey/sacerdote de Jeru-salem.
· No tenía genealogía.
· En tiempos de Abraham, los reyes eran elegidos en
Jeru-salem.
· Poéticamente se le llama “el rey de Salem, rey de paz”.
98
Heredando las promesas
· Poéticamente se le llama “rey de justicia”. Melquisedec
significa “rey de justicia” (ver He. 7:1-2).
· Le sirvió la comunión a Abraham.
· Bendijo a Abraham.
· Abraham pagó el diezmo a Melquisedec.
· Melquisedec es un tipo del Señor Jesucristo.
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EL GALARDÓN DE ABRAM
Génesis 14:21-24 “Entonces el rey de Sodoma dijo a
Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes.
Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi
mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y
de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de
calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que
no digas: Yo enriquecí a Abram; excepto solamente lo
que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que
fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales
tomarán su parte”.
Después de la batalla, a Abram se le ofrecieron todos los
despojos que recobró.
Abraham libera sin cobrar
“… desde un hilo… nada tomaré… para que no digas:
Yo enriquecí a Abram”. Abraham rechaza cualquier
remuneración porque el hombre podría decir: “¡Hemos
hecho rico a Abraham!” Aquí tenemos una pequeña
porción de la Escritura a la cual, algunos ministerios de
“liberación”, deberían prestar atención. A menudo vemos
ministros que cobran por sus servicios: “Envíe una
donación y oraremos por su necesidad”. Ciertamente, ¡los
ministros que cobran por sus servicios no pueden decir:
“El hombre no me ha hecho rico!” Cuando un ministro
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Heredando las promesas
recibe su recompensa de los hombres, ¡se está
descalificando a sí mismo de la recompensa eterna!
Abraham liberó a los cautivos ¡sin cobrar!
Esto nos recuerda al pastor de Dios en Isaías 45:13: “Yo
lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos;
él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por
precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos”. Si
queremos cobrar por los dones que Dios nos ha dado sin
costo, ya hemos tenido nuestra recompensa. Por lo tanto,
sigamos en los pasos del fiel Abraham. Abraham vio la
recompensa mayor: la verdadera herencia.
Los tres hermanos amorreos que se mencionan:
Aner, Escol y Mamre, eran obviamente hombres
que amaban a Abram y que, indudablemente, se
habían convertido al Dios de Abram. Como el
mismo Señor dijo: “El que no es conmigo, contra
mí es” (Mt. 12:30). Abram dijo, permítanles
tomar su parte.
Reflexión
Tomemos un momento y reflexionemos sobre lo que acaba
de suceder: Abram había vencido recientemente a los reyes
de Babilonia. El rey/sacerdote de Salem, acababa de honrar
al piadoso Abram delante de los reyes de la llanura. Todo
el comité de recepción fue testigo de lo que Dios acababa
de hacer (15-20 años antes de su destrucción).
La fuerza motivadora de Sodoma y Gomorra eran la
codicia y la avaricia (materialismo). Abram rechazó todas
Heredando las promesas
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sus recompensas materiales, a excepción de una décima
parte, la cual diezmó al sacerdote del Dios Altísimo, y
aún ésta sirvió como testimonio para estos hombres
malvados. Aún más, Lot debió haberse estado
preguntando: “¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy
viviendo con esta malvada muchedumbre?”
El galardón
Génesis 15:1 “DESPUÉS de estas cosas fué la palabra
de Jehová á Abram en visión, diciendo: No temas, Abram;
yo soy tu escudo, y tu galardón sobremanera grande”
(RV 1909).
Mantengamos en mente que Abram acababa de rechazar
una vasta cantidad de la riqueza de este mundo. Ahora, el
Señor habla en una visión y dice: “yo soy tu escudo, y tu
galardón sobremanera grande”. Qué visión tan
maravillosa se está desarrollando en este viaje de Abraham.
Considere lo que ha trascendido hasta aquí:
Abram dejó su tierra
¡Dios lo estaba llevando a
una mejor nación!
Abram dejó su familia
¡Dios le promete una familia
más grande!
¡Dios lo lleva a Hebrón, un
lugar de mayor comunión!
Dios dijo: “¡Yo soy tu
Galardón Sobremanera
Grande!”
Abram rompe su
comunión con Lot
Abram rechaza las
recompensas del mundo
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Heredando las promesas
Los tres niveles
El Reino de Dios siempre es revelado en “tres niveles” o
tres divisiones, como las tres divisiones en el escenario
del Tabernáculo. Es lo mismo con los galardones. Existen
(si podemos decir) tres niveles de galardones en el Reino:
· El Atrio Exterior (galardón): Jesús dijo que si un
hombre da solamente un vaso de agua en Mi Nombre,
no perderá su recompensa. Los hijos de Dios son
recompensados por los más pequeños actos de bondad
en Su Nombre.
· El Lugar Santo (galardón grande): Jesús dijo que hay
un gran galardón para aquéllos que sufren por causa de
Su Nombre. David dijo que, hay gran galardón en
guardar Sus mandamientos.
· El Lugar Santísimo (galardón sobremanera grande): ¡El
galardón sobremanera grande es ganar al Mismo Cristo!
Ganar a Cristo
Cuando pensamos de qué trata toda la herencia, ¿no es
ganar a Cristo? Si ganamos a Cristo, ¡lo ganamos todo!
¿No era éste el principal deseo del apóstol Pablo? “Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por
la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor,
por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por
basura, para ganar a Cristo” (Fil. 3:8).
Heredando las promesas
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“El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su
Dios, y él será mi hijo” (Ap. 21:7). El vencedor gana a
Cristo, y si gana a Cristo lo gana todo; y Dios será su
Padre y él será Su hijo. En el Antiguo Testamento, la tribu
de Leví estaba separada para el sacerdocio. La tribu de
Leví no tenía una herencia como las otras tribus, porque
el Señor era su especial herencia. En el Nuevo Testamento
somos llamados a ser un reino de sacerdotes, no obstante,
el mayor de los premios es ganar a Cristo. “Yo soy… tu
galardón sobremanera grande”.
¿Cómo podemos medir tal declaración? Abraham ganó
a Cristo, y el Señor también le promete ser su escudo.
En otras palabras, nada puede tocar a Abraham sin
tener que pasar a través de su escudo invencible: el
Mismo Señor.
El heredero
Génesis 15:2-3 “Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué
me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo
de mi casa es ese damasceno
¡Si no
Eliezer? Dijo también Abram: Mira
reproducimos
que no me has dado prole, y he aquí
hijos
que será mi heredero un esclavo
espirituales,
nacido en mi casa”.
entonces no
vamos a tener
No creo que Abraham haya percibido
nada que
todo el impacto de lo que el Señor le
presentarle al
acababa de decir. A menudo, no
Señor en Su
podemos captar la grandeza de lo
trono!
primero que dice el Señor. Requiere
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Heredando las promesas
digerirlo un poco. Así que Abram responde: “Ando sin hijo, y
el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer”. Abram
aún está preocupado por las promesas que no se han cumplido
con el pasar de los años.
En la parte semítica del mundo, ésta es aún la principal
preocupación de cada patriarca: tener un hijo, o un
heredero. Ésta pareciera una simple declaración, pero si
no hay un heredero, se termina el linaje familiar. Lo mismo
es verdad en el ámbito espiritual. ¡Si no reproducimos
hijos espirituales, entonces no vamos a tener nada que
presentarle al Señor en Su trono! O, si nuestra presente
generación o descendencia, no es santa, no van a continuar
divulgando el Reino.
Reforcemos este punto por una promesa dada a Isaías: “Y
este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío
que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no
faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la
boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y
para siempre” (Is. 59:21).
Vemos aquí una verdad que se repite a través de la
Escritura: reproduciremos (espiritualmente) en nuestros
descendientes, el don único que Dios nos ha dado. Tal
vez ese don sea en el área de la fe, o la sanidad, o en el
área de la enseñanza, o en lo profético, o aun en la música.
El manto y la bendición que se nos han impartido, serán
transmitidos a nuestros hijos espirituales. Smith
Wigglesworth fue célebre por sus hechos de fe; y todos
sus descendientes espirituales eran de la misma
mentalidad y del mismo espíritu. ¡Dios quiere bendecir
Heredando las promesas
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a las naciones a través de la simiente santa que
reproducimos!
La promesa es reiterada y ensanchada
Génesis 15:4-5 “Pero he aquí que la palabra del Señor
vino a él, diciendo: Tu heredero no será éste, sino uno
que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero. Lo llevó
fuera, y [le] dijo: Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas,
si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu
descendencia” (LBLA).
El Señor responde a la pregunta de Abram y le dice:
“Eliezer no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus
entrañas será tu heredero”. Luego, el Señor invita a Abram
a salir de su tienda y ver los cielos, (hay ciertos ambientes
que proveen un panorama de los cielos más grande que
otros; y estoy seguro que éste debe haber sido uno de esos.
¡El cielo nocturno debe haber sido espectacular!) “Si te
es posible contarlas…” A propósito, esta fue la
inspiración para nuestra portada.
Si comparamos esta promesa con la última promesa de
Génesis 13:16, notaremos una leve rectificación. La última
promesa fue “una descendencia como el polvo de la tierra”.
Ahora, el Señor está hablando de las estrellas del cielo.
Claramente, hay dos grupos diferentes en estas promesas;
en otras palabras, el Israel natural y el Israel espiritual:
· La simiente física: de la tierra.
· La simiente espiritual: del cielo.
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Heredando las promesas
Añorando el cumpli miento
Es sorprendente cómo el Señor continuamente da
testimonio de las promesas que Él ha hecho, ¡aunque la
promesa parezca demorar, demorar y demorar! Algunas
veces, los años pasan, y nos preguntamos si esas promesas
aún están en el ámbito de lo posible. Entonces, nos
encontramos en un lugar donde somos desconocidos y
alguien, proféticamente, reconfirma la promesa. Las
promesas tienden a burlarse de nosotros, ¡no que sea la
promesa quien se burle, sino que el enemigo usa esa
promesa para tratar de probarnos que ésta no tiene validez!
Creo que el mayor clamor dentro de nuestro hombre
espiritual es ser fructífero. En la Escritura, la “mujer
estéril” representa el clamor profundo del alma: “¡Oh
quiero fruto, mucho fruto… almas que sean tocadas para
Tu reino, Señor!” ¡Todas las ilustraciones de la mujer
estéril en la Escritura, representan a quien ha pasado años
“sin ver!” Ella ha pasado años siendo humillada y sin dar
a luz la vida que tan desesperadamente desea. Sin embargo,
cuando esa promesa se cumple, y ella da a luz a ese “hijo
varón”, ¡ese hijo usualmente afecta a la nación o a las
naciones! (espiritualmente, ¡estamos hablando de dar a
luz al Cristo que tenemos dentro!)
Canta, oh estéril, canta
Isaías ilustra a la mujer estéril en Isaías 54:1: “Regocíjate,
oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da
voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque
Heredando las promesas
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más son los hijos de la desamparada que los de la casada,
ha dicho Jehová”. El apóstol Pablo cita este versículo en
el libro de Gálatas en referencia a la simiente prometida
de Abraham: el Isaac. Luego, desarrolla esto hacia la
descendencia espiritual: la Iglesia.
“Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no
das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes
dolores de parto; Porque más son los hijos de la
desolada, que de la que tiene marido. Así que,
hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la
promesa” (Ga. 4:27-28).
¿Cómo puede la estéril dar a luz más hijos que la casada?
¿Cómo puede la desolada y aquellas que nunca han tenido
dolores de parto, dar a luz más hijos? La respuesta es “hijos
espirituales”. Pablo está hablando de los hijos nacidos por
medio de la fe. Isaac nació a través de un acto de fe.
Nacemos al Reino y somos hijos de Abraham, por medio
de un acto de fe.
En el Reino hay quienes nunca se han casado, pero que
tienen miles de hijos en su haber. Hay parejas que nunca
han tenido un hijo en lo natural, pero espiritualmente
tienen un sinnúmero de hijos: ¡como las estrellas del
cielo! Canta, oh estéril. ¡Éste es un acto de fe: cantar
antes de que llegue la promesa!
Y Abram creyó a Dios
Génesis 15:6 “Y creyó a Jehová, y le fue contado por
justicia”.
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Heredando las promesas
Abraham fue declarado justo porque, simplemente, creyó
lo que Dios dijo. Este pasaje del Antiguo Testamento inspiró
tanto a Pablo, que lo incorporó como punto fundamental
de la teología del Nuevo Testamento. De hecho, Pablo cita
este versículo para establecer una parte integral de la doctrina
de la salvación: “la justificación sin obras”.
“Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios,
y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le
cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al
que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su
fe le es contada por justicia” (Ro. 4:3-5).
La salvación viene por un acto de fe. Somos declarados
justos sobre la base que creemos en el Señor Jesús, Quien
es nuestra justicia. Esto es llamado justicia imputada. ¡La
justicia dice “sí” a Dios!
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EL PACTO ABRAHÁMICO
Génesis 15:7-21
Génesis 15:7-8 “Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué
de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y
él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he
de heredar?”
Continúa el diálogo que empezó entre el Señor y
Abraham en el versículo uno de este capítulo.
El Señor vuelve a afirmar Su promesa con respecto a la
tierra, y Abram responde diciendo: “¿Cómo conoceré
que la he de heredar?” Estoy seguro de que algunos
interpretarían esta declaración como duda o
incredulidad. Pero no creo que haya sido en modo
alguno, más que la respuesta de María con el ángel de
la anunciación: “¿Cómo será esto?” ¿Habrá alguna
señal? ¿Cómo se hará?
El convenio
Génesis 15:9-10 “Y le dijo: Tráeme una becerra de tres
años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años,
una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todo esto,
y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente
de la otra; mas no partió las aves”.
110
Heredando las promesas
Lo que estaba a punto de suceder, era una transacción habitual
en esos días. Cuando dos personas se disponían a hacer un
acuerdo o un pacto, generalmente tomaban un becerro y lo
partían por mitad; luego, las dos partes que celebraban el
acuerdo, caminaban entre las dos mitades. Jeremías alude a
esta práctica en Jeremías 34:18-19: “Y entregaré a los
hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a
efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia,
dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de
ellas; a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén,
a los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la
tierra, que pasaron entre las partes del becerro”.
Abram sabía muy bien que Dios estaba por hacer un pacto
con él. De hecho, Dios iba a confirmar Su promesa con
un pacto. Sin embargo, esta transacción iba a ser diferente
de cualquiera que Abram hubiese conocido. Dios iba a
mostrarle a Abram que el verdadero acuerdo era entre el
Padre y el Hijo, haciendo así la promesa inmutable.
Entonces, el Señor da instrucciones muy específicas a
Abram, con respecto a los animales que iban a ser usados.
Significado de los sacrificios
Es importante que veamos el significado de los animales
usados en este ritual. Abraham está antes de la Ley
levítica; sin embargo, estos animales fueron usados
después, en los sacrificios levíticos, y son interpretados
para nosotros en la Ley.
· La becerra: habla de purificación del pecado, pecado
pasivo (Nm. 19). Somos responsables del pecado pasivo.
Heredando las promesas
111
El pecado pasivo incluye pecados que se cometieron sin
intención, ¡o el pecado de no hacer nada! (ver Stg. 4:17).
· El carnero: habla de consagración (Ex. 29).
Consagración significa separación. Dios demanda de
nosotros cierta separación, si queremos ser santos. Hay
mucha mezcla en el pueblo de Dios (1 P. 2:11-12).
· La cabra: habla de pecar por ignorancia (Nm. 15:27).
Algunos hijos de Dios son culpables de pecados de los
cuales no están concientes (la ignorancia no es una excusa).
La razón de la ignorancia es porque, o no les han enseñado
la Ley, o porque no les importa conocerla, (Ro. 3:20).
· La tórtola: habla del holocausto (ley de la primera mención,
Lv. 1:14). El holocausto habla de compromiso. Romanos
12:1-2 da una analogía del Nuevo Testamento. El primer
mandamiento es amarás al Señor tu Dios con todo…
· El palomino: habla de la ofrenda por el pecado
(Lv. 5:7). La ofrenda por el pecado trata con la naturaleza
de pecado. Dios quiere que conozcamos la provisión
completa de la cruz y la victoria sobre la naturaleza de
pecado. La victoria sobre el pecado no significa
erradicación de la naturaleza de pecado, sino más bien,
dominio sobre ella (Ro. 6:14).
Debemos cumplir las ofrendas para llegar a la plenitud
de Dios. Estos sacrificios representan áreas donde Dios
trata con nosotros, a lo largo de este viaje de peregrino.
Históricamente, Cristo cumplió estas ofrendas en Su
sacrificio “hecho de una vez para siempre”.
Espiritualmente, nosotros vamos a cumplirlos al
112
Heredando las promesas
caminar en el Espíritu, al rendirnos al Espíritu; y
venceremos por medio del poder del Espíritu. Como
dijo Pablo: “¡Puedo hacer todas las cosas por medio de
Cristo que me fortalece!”
El temor de una grande oscuridad
Génesis 15:12 “Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño
a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad
cayó sobre él”.
Después que Abram dispuso los animales sacrificados,
una grande oscuridad cayó sobre él. Hemos escuchado
esta experiencia descrita por un ministro que, en realidad,
tuvo una experiencia similar; sin embargo, pienso que,
hasta cierto grado, todos hemos experimentado esto
(hablando en lo natural): caer en un sueño profundo,
semejante al estupor, en el cual todo es tan negro y uno se
siente tan impotente. Una vez experimenté esto, estando
en un sueño profundo y oscuro; creí haber escuchado
ladrones que entraban a la casa, pero fui totalmente incapaz
de levantarme o despertarme.
Perecía como si Abram había caído en coma, pero éste
era un coma dado por Dios, ¡porque el Señor le iba a
enseñar a Abraham su impotencia en este pacto! Éste iba
a ser un pacto a convenir entre el Padre y el Hijo. En este
pacto, Abram iba a ser como un espectador.
Heredando las promesas
113
Predicción de los 400 años en Egipto
Génesis 15:13-13 “Entonces Jehová dijo a Abram: Ten
por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena,
y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.
Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré
yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú
vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena
vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque
aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo
hasta aquí”.
Ahora, el Señor empieza a mostrarle a Abram su final, y
el destino de su descendencia. La simiente de Abram
pasaría 400 años en Egipto. Ellos iban a experimentar los
rigores y la aflicción de morar en Egipto (el mundo). Pero
luego, en la cuarta generación, saldrían con mucha riqueza.
¡Esto nos dice que nada sucede por simple casualidad a la
simiente escogida de Dios!
Generaciones de la cosecha
Veamos cuidadosamente el versículo dieciséis: “porque aún
no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí”.
Dios permite que la maldad madure antes que Su juicio venga
de lleno. Es como la parábola de la cizaña y el trigo. Primero
deben madurar, volverse completamente visibles por lo que
son. ¡Éstas son personas que han escogido plenamente ser
malas, y el juicio de Dios será completo y justificable! ¡La
generación del fin será una generación de cosecha, tanto de
buenos como de malos! La cosecha de la tierra está
completamente madura (Ap. 14:18-19).
Heredando las promesas
114
Incidentalmente, en el análisis final, la
herencia de los malos va a ser heredada por los
hijos de Dios.
Pasando por en medio de las partes
Génesis 15:17-18 “Y sucedió que puesto el sol, y ya
oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha
de fuego que pasaba por entre los animales divididos. En
aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A
tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto
hasta el río grande, el río Eufrates”.
Aquí hay un versículo muy importante. El horno humeante y
la antorcha de fuego, son metáforas de Dios Padre y Dios Hijo:
El horno humeante:
La antorcha de fuego:
Dios Padre.
Dios Hijo.
El significado de este convenio es que el Padre y el Hijo
se pusieron de acuerdo en este pacto. Ellos pasaron entre
las partes. Abraham estaba en un profundo sueño y era
incapaz de cumplir con cualquier parte de este pacto. Dios
Padre y Dios Hijo serían la fuerza capacitadota, y “Ellos”
lo realizarían. Esto nos muestra la inmutabilidad del pacto
que Dios hizo con Abram y su simiente.
No malinterpretemos el designio de esta promesa
“garantizada” a Abram. Como nos lo muestran los
versículos anteriores, Dios conoce el final desde el principio.
El Señor declaró lo que le sucedería a Israel antes de que
Heredando las promesas
115
alguno de ellos hubiese nacido. Dios le hizo promesas
inalterables a Abram, debido a Su presciencia sobre él:
“Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después
de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia
y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo
que ha hablado acerca de él” (Gn. 18:19).
Desde el Eufrates hasta el río de Egipto
Un pacto, ésta fue la respuesta del Señor a Abram con
respecto a su pregunta sobre heredar la tierra. También
debemos darnos cuenta que, la extensión de tierra
prometida a Abram y a su simente, nunca ha llegado a ser
totalmente una realidad. Aún más, la tierra física ha sido
prometida a su simiente física: el Israel natural.
Hoy, el tema de la tierra en el Medio Oriente es un motivo
de violenta contención. Los enemigos de Israel contienden
por la tierra porque están peleando en contra de la promesa
de Dios. Al final, Abraham y su simiente heredarán el
paquete completo: ¡desde el Eufrates hasta el río de Egipto!
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AGAR E ISMAEL
Génesis 16:1-16, nos da una imagen de lo que puede
suceder cuando tratamos de hacer que las promesas se
cumplan en nuestra propia fuerza. En este capítulo,
tenemos la ya familiar historia de Abraham y Sarai, en la
cual ellos buscaban cumplir la Palabra de Dios por medio
de la inspiración humana. Hay muchas nociones que
podemos obtener de los errores de nuestros padres
espirituales, ¡saquemos ventaja de ellos!
Una vez, estaba aconsejando a un joven que le echaba la
culpa de todos sus males a los errores de sus padres. Él
dijo: “mis padres eran cristianos y todo lo que tenían
eran problemas, por lo tanto, no vale la pena ser
cristiano”. Le dije: “¿qué aprendiste de los errores de
tus padres?” Él dijo: “¡aprendí a no cometerlos!” Le dije:
“¡bueno, entonces tú deberías ser un cristiano exitoso!”
(no es literal).
Tratando de cumplir la promesa en la
carne
Génesis 16:1-3 “Sarai mujer de Abram no le daba
hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba
Agar. Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová
me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi
sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al
118
Heredando las promesas
ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar
su sierva egipcia, al cabo de diez años que había
habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por
mujer a Abram su marido”.
Han pasado más de diez años desde que dejaron Harán, y
Sarai tiene ahora cerca de 75 años. Ahora, le parece a Sarai
(por lo menos en su propia mente), que ella no es el medio
a través del cual el heredero prometido va a venir.
Entonces, Sarai ofrece a su esclava “Agar”, como una
esposa substituta. En otras palabras, para que ella pueda
tener hijos a través de Agar.
Examinemos varias cosas sobre este incidente: Primero,
éste no era un acto de inmoralidad. Durante el periodo de
los patriarcas, y aún durante la Era de la Ley, era legítimo
que hubiera provisión para más de una esposa (el Antiguo
Pacto era un pacto inferior). Usted puede recordar que
Jacob tuvo varias esposas y concubinas. Era permitido en
aquel tiempo.
Segundo, podemos comprender la lógica de esto; el
Señor había declarado que esta simiente prometida
saldría de los lomos de Abram. Nada se había dicho
con respecto a Sarai. Bueno, ¿tal vez el Señor quiere
decir…? ¿Cuán a menudo tratamos de interpretar lo
que Dios quería decir? En esto es donde,
verdaderamente, debemos separar el alma y el Espíritu.
Nuestra alma desea desesperadamente ver ese
cumplimiento, y algunas veces, permitimos a nuestro
intelecto humano que nos dé la respuesta.
Heredando las promesas
119
Avivando nuestro propio fuego
Escuchemos lo que el profeta dijo acerca de esto: “¿Quién
hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su
siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en
el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que
todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad
a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis.
De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados”
(Is. 50:10-11).
Aquí está el siervo del Señor, quien obedece la voz de
su Señor, pero que luego se encuentra a sí mismo en un
lugar de oscuridad, sin ninguna luz. Realmente, éste
no es un caso inusual; el verdadero siervo va a
experimentar una situación similar. La pregunta es,
¿vamos a confiar y esperar a que Dios hable, o vamos a
dar nuestra propia solución? Si tratamos de crear nuestra
propia luz, para que podamos encontrar nuestra propia
salida, como dijo el profeta: “De mi mano os vendrá
esto; en dolor seréis sepultados”.
Agar concibe
Génesis 16:4-5 “Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y
cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a
su señora. Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea
sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta,
me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo”.
Luego que Agar concibe, empieza a despreciar a su señora.
De hecho, se volvió muy despectiva: “Dios me ha honrado
120
Heredando las promesas
sobre ti… Dios me ha reivindicado…Tú eres estéril, y yo
llevo al heredero prometido…” Entonces, Sara se da
cuenta que ha cometido un gran error, y que ella había
planeado esto en su propio espíritu.
Hay varias lecciones que podemos obtener de todo este
relato. Pero, por el momento, este incidente nos ayuda a
comprender la diferencia entre un acto que nace de la
carne, y un acto que nace del Espíritu. Hay proyectos
cristianos que nacen de la carne. El que nace de la carne
no tiene una promesa real.
Analogías del tiempo presente
Permítanme ilustrar una pequeña analogía Sara/Agar, del
tiempo presente. A menudo, en la Escritura la mujer
representa a la Iglesia, o diferentes iglesias. Aquí hay una
iglesia (Sara). Tiene una promesa, pero aún no se ha hecho
realidad. En otras palabras, es estéril y no ha visto el
cumplimiento. Mientras tanto, a esta iglesia (Sara), se le
encomienda predicar y enseñar a otros. Ellos siembran la
semilla en muchos lugares (en otras naciones), y en
consecuencia, algunas de esas obras son bendecidas y
crecen mucho más que “Sara”, la iglesia que les enseñó.
Entonces, ¡ellos voltean a ver a la iglesia Sara y dicen:
“¿Quién es usted? Tenemos más que usted!”
También puedo pensar en varios ministros que concuerdan
con esta analogía: uno es un verdadero padre, y es un
hombre con grandes promesas. Él imparte su sabiduría y
su espíritu a un joven, que llega a ser muy fructífero.
Después de un tiempo de éxito, el ministro joven mira
Heredando las promesas
121
con desdén a su padre espiritual (aquel que le enseñó todo
lo que sabe) pensando: “¿Quién es usted? ¡Tengo más de
lo que usted tiene!” Debemos ser muy cuidadosos al
reconocer que Dios da y Dios quita. ¡El ministro (Agar),
perdió todo lo que tenía!
Agar huye de Sarai
Mientras esta escena continúa, (versículos 6-14), Sarai
trata con mucha aspereza a Agar. Entonces, Agar huye al
desierto, donde es visitada por un ángel. El ángel consuela
a Agar y le dice que regrese y se someta a su señora. El
ángel también le dice a Agar que su hijo debe llamarse
“Ismael”, y que él también llegará a ser multitud de
pueblos. Debemos comprender que Dios cuidó de Agar, a
pesar de las circunstancias (en un sentido, Agar era una
víctima, y Dios comprende esas situaciones). Pero,
también es importante ver que la promesa no se iba a
cumplir a través de una esclava, sino a través de Sara.
El nacimiento de Ismael
Génesis 16:16 “Era Abram de edad de ochenta y seis
años, cuando Agar dio a luz a Ismael”.
“Dar a luz a un Ismael” ha llegado a ser una expresión
proverbial que básicamente significa: “¡Fue un error!”
Cuando nos salimos del Espíritu nos atamos a cometer
errores, y algunos de esos errores se quedan como un
recordatorio. Los “Ismael” no se van. Los descendientes de
Ismael aún existen, y hasta el día de hoy pelean contra Israel.
122
Heredando las promesas
Las iglesias Ismael
Hay iglesias Ismael. Son hijos de Abraham (salvos),
pero tienen una promesa pequeña, o no la tienen. Éstas
son obras que no nacieron del Espíritu. Existen, pero
todo lo que pueden producir o reproducir, son otros
ismaelitas. A propósito, más tarde, los ismaelitas
llegaron a ser conocidos por tener un pendiente de oro
en la oreja (Jue. 8:24).
Hay muchos ejemplos de “obras Ismael”, pero supongo
que una ilustración será útil: existen ciertas organizaciones
de iglesias que están fundamentadas y basadas en la
psicología. La psicología no proviene de Espíritu Santo;
viene del espíritu humano. Hay cristianos que están en la
psicología, pero no existe tal cosa como “psicología
cristiana”. La psicología no puede romper yugos o
ataduras; ¡en el mejor de los casos, solamente puede hacer
un arreglo temporal! Es un Ismael que no puede producir
algún fruto eterno.
A menudo
hay largas
épocas de
silencio,
años de
(aparente)
repetición
que hasta
retan
nuestra fe.
Años de silencio
Abraham tenía 86 años cuando nació
Ismael. Pasarían otros trece años antes que
el Señor volviera a hablarle (Gn. 17:1).
De este relato debemos entender que a
menudo hay largas épocas de silencio,
años de (aparente) repetición que hasta
retan nuestra fe. Y luego, siempre está
la tentación de regresar, tal vez regresar
Heredando las promesas
123
a un Harán, o regresar a la familia, o a amigos, o a la
antigua iglesia donde nacimos.
Pablo describe el viaje del peregrino en Hebreos 11:15-16:
“Pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde
salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero
anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios
no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les
ha preparado una ciudad”.
Qué hermoso espíritu poseían estos peregrinos. No
anhelaban volver a casa, o regresar; sino anhelaban la ciudad
celestial. ¡Anhelaban ver el cumplimiento de la promesa!
125
SE LE CAMBIA EL NOMBRE
A ABRAM
Génesis 17:1 “Era Abram de edad de noventa y nueve
años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios
Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto”.
Anda delante y se perfecto
Ahora, han pasado trece años desde el nacimiento de
Ismael. Es el año noventa y nueve de
Abram, y el Señor se aparece a Abram
A un
y dice: “anda delante de mí y sé
agricultor,
perfecto”. El mensaje con el que nos
le toma
encontramos, concerniente a la vida de
muchos
Abram, es que Abram es “el fruto de
años
muestra”. Es como dijo el apóstol
perfeccionar
Pablo: “Si las primicias son santas, (lo
la especie
que sigue también es santo). A un
que desea
agricultor, le toma muchos años
reproducir.
perfeccionar la especie que desea
reproducir. La palabra usada para
“perfeccionar”, tiene el sentido de ser “sin mancha”. Esta
palabra también tiene el sentido de ser completo.
Eventualmente, la caminata de fe nos guiará a
circunstancias que revelen una naturaleza que Dios quiere
126
Heredando las promesas
enmendar. El hecho de que el número trece sea revelado
en este relato, nos dice que, verdaderamente, Dios estaba
haciendo una obra de expiación en la vida de Abram.
“Trece” habla de expiación. Dios estaba ordenando
perfección en la caminata de Abram, y eso nos dice
que ¡podemos ser perfectos cuando caminamos delante
de Dios en obediencia! El apóstol Pablo afirma esto en
1 Juan 1:7:
“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su
Hijo nos limpia de todo pecado”.
Nuestro Señor Jesucristo demandó perfección, y el
Nuevo Pacto provee el poder (la gracia) para hacerlo.
La perfección que Jesús demandó (telios), es en
relación al crecimiento. Conforme continuamos
caminando en la luz, o en la verdad presente, podemos
ser perfectos.
Abram se convierte en Abraham
Génesis 17:2-5 “Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te
multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró
sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi
pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.
Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu
nombre Abraham, porque te he puesto por padre de
muchedumbre de gentes”.
Una vez más, el Señor afirma Su pacto con Abram.
Más aún, Él intensifica la promesa. Te multiplicaré
Heredando las promesas
127
en gran manera. Continúe teniendo en mente que a
Abram se le ha reafirmado esto por 24 años (¡eso nos
ayuda algunas veces!).
Un cambio de naturaleza
Sino que será tu nombre Abraham. ¿Qué es tan
significativo en un cambio de nombre? Un nombre es una
revelación del carácter de una persona. Cuando el Señor
le da a alguien un nuevo nombre, ¡Él está haciendo una
declaración concerniente a quién es él o ella! Un cambio
de nombre indica una nueva posición en Dios. Cuando el
nombre de Jacob fue cambiado a Israel, él también
experimentó un cambio de carácter. Jacob significa
“torcido”, pero Jacob prevaleció con Dios y se convirtió
en Israel, ¡un príncipe! Pero ese no es el final de la historia.
También se le dio otro nombre “poético” después de su
muerte. Es llamado Jesurún, que significa “hecho recto”
(ver Dt. 32:16 y 33:26).
Esto también es una promesa al vencedor: “y le daré una
piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre
nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”
(Ap. 2:17). Este cambio de nombre no solamente nos
indica que Abraham fue un vencedor, sino también que
algo fue obrado en su vida.
Elegido
Abram significa “padre enaltecido”. Abraham significa
“padre de multitudes”. Ahora, Abraham había cambiado
de “llamado” a “escogido”. Él había calificado para ser
128
Heredando las promesas
el progenitor de las naciones. Alguien dijo una vez que la
Iglesia actual carecía de “padres”. Pablo dijo: “¡aunque
ustedes tienen 10,000 ayos, tienen pocos padres!” Dios
quiere que progresemos para convertirnos en padres
espirituales, aquellos dignos de ser reproducidos, (a
propósito, ¡fue en el siguiente año que el heredero
prometido le llegó a Abraham!).
Como recordará, trazamos la diferencia entre ser llamados,
ser escogidos y ser fieles. También los adecuamos con las
tres divisiones del Tabernáculo. Abraham acababa de pasar
por trece (13=expiación) años de silencioso
perfeccionamiento. Ahora, el Señor se encuentra con él,
renueva (intensifica) las promesas y cambia su nombre.
También veremos que, es en este tiempo, que a Abraham
le es dado el pacto de la circuncisión. Circuncisión
(espiritualmente) habla del nuevo corazón.
Reyes saldrán de ti
Génesis 17:6 “Y te multiplicaré en gran manera, y haré
naciones de ti, y reyes saldrán de ti”.
Naciones saldrán de ti, y reyes saldrán de ti. Primero
consideremos este pensamiento de reyes. Muchos
reyes surgieron de la simiente de Abraham: el rey
David y el gran rey Salomón, y los que siguieron de
ese linaje. Pero ninguno se puede comparar al Rey
que iba a nacer de María virgen, quien también era de
la simiente de Abraham. El Evangelio de Mateo
comienza: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo
de David, hijo de Abraham”.
Heredando las promesas
129
El Rey de Reyes, y el Señor de Señores se permitió a Sí
Mismo nacer a través de la simiente de Abraham. Aunque
Cristo nunca usó una corona, ni se sentó en un trono
durante Su comisión terrenal, Él estuvo completamente
al mando. Ciertamente, ¡Él reinó sobre la vida y la muerte!
Somos llamados a ser reyes
La simiente espiritual de Abraham está también llamada
reinar en esta vida y en la próxima. Pablo lo puso así: “…
mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los
que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia” (Ro. 5:17). Reinar en esta vida es el prerrequisito
para reinar en la siguiente. Aquellos que reciban
abundancia de gracia y el don de justicia, reinarán. Van a
triunfar sobre el mundo (1 Jn. 5:4).
La gran comisión es enseñar a todas las naciones, hacer
que las naciones comprendan su herencia en Cristo. De
hecho, Pablo declaró esto en Hechos 20:32. Parte de la
herencia es el llamado a ser reyes y sacerdotes.
Espiritualmente, hay mucho de lo cual apropiarse para
cumplir el llamado. Ésta es la responsabilidad de la
Iglesia: necesitamos preparar a nuestros hijos espirituales
para su llamamiento real. El libro de Daniel nos da una
idea de la clase de instrucción que es demandada:
“Muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de
buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en
ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar
en el palacio del rey…” (Dn. 1:4).
130
Heredando las promesas
De cada tribu
El presidente de nuestra junta, relata un incidente que tuvo
lugar mientras él estaba en una parte muy primitiva de
África. Parecía que estaba teniendo dificultad al tratar
de impartir algunas de las verdades más profundas de la
Palabra de Dios. La tentación era ceñirse únicamente a
lo básico, y comentar superficialmente las cosas más
profundas. Durante la noche, el Señor comenzó a hablar:
“He provisto para que cada linaje, tribu y lengua sean
reyes y sacerdotes. Debes enseñar las verdades más
profundas, para que ellos puedan entender el llamado”
(no es literal).
Aún nos estamos refiriendo a nuestro versículo de texto
(versículo 6), acerca de los reyes que saldrían de
Abraham. Nosotros estamos incluidos en esa promesa,
y aun así, debemos cerciorarnos de nuestro llamado y
elección. Que sea éste también nuestro deseo, preparar
un pueblo para el trono: “En lugar de tus padres serán
tus hijos, A quienes harás príncipes en toda la tierra.
Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las
generaciones…” (Sal. 45:16-17).
El pacto de Dios es reafirmado
a la simiente de Abraham
Génesis 17:7 “Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
descendencia después de ti en sus generaciones, por
pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia
después de ti”.
Heredando las promesas
131
Más tarde, el Señor confirmó estas promesas a Isaac y a
Jacob, y las reiteró a las generaciones siguientes. En el
versículo ocho, Dios también confirma a Sus
descendientes las promesas acerca de la tierra.
Estos pocos versículos nos ayudan a comprender algo
acerca de las promesas o palabras proféticas que se hablan
sobre nuestras vidas. Parte de la promesa dada a Abraham
nos afecta. Algunas de las cosas que se hablan sobre
nosotros pueden ser de largo alcance, aun fuera de nuestra
presente dispensación. En la Escritura, encontraremos
promesas dadas a personas, quienes nunca verían el
cumplimiento en sus días. Algunas de las promesas dadas
a Abraham se extienden a la Era de la Iglesia, y otras al
Milenio y más adelante. Por lo tanto, ¡es posible recibir
una promesa de Dios que no se haga realidad sino hasta la
siguiente era!
133
EL PACTO DE
LA CIRCUNCISIÓN
Génesis 17:9-14
Al reflexionar sobre el pacto previo que Dios hizo con
Abraham (Gn. 15:8-21), “El Pacto Abrahámico”,
recordamos que fue un pacto que se acordó entre el Padre
y el Hijo. Fundamentalmente, Abraham estuvo allí para
atestiguar este pacto, el cual, básicamente se refería a la
tierra prometida. Pero ahora, Dios le va a dar a Abraham
otro pacto, el cual él y sus hijos deben guardar: “El Pacto
de la Circuncisión”.
Génesis 17:10-14 “Este es mi pacto, que guardaréis entre
mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será
circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis,
pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del
pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será
circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras
generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero
a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. Debe
ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por
tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto
perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere
circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona
será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto”.
134
Heredando las promesas
Debe ser guardado durante
generaciones
Ahora, el Señor da a Abraham un pacto que él y sus hijos
deben guardar a través de las generaciones. El pacto de
la circuncisión sería el sello del campamento de
Abraham. Todo hijo debía ser circuncidado para poder
ser receptor de las continuas bendiciones que son
prometidas. El acto físico de la circuncisión, es
básicamente cortar la carne inmunda.
Las implicaciones espirituales
Los judíos pusieron gran interés en el aspecto físico de
este pacto, pero no fueron así de meticulosos en las
implicaciones espirituales del mismo. Aun en el Antiguo
Testamento, los profetas trataron de iluminar a Israel al
respecto. Veamos varios pasajes:
“Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no
endurezcáis más vuestra cerviz” (Dt. 10:16).
“Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón
de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con
todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas”
(Dt. 30:6).
“Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro
corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea
que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien
la apague, por la maldad de vuestras obras” (Jer. 4:4).
Heredando las promesas
135
Estos profetas también hablaron sobre labios incircuncisos
y oídos incircuncisos (ver Ex. 6:12 y Hch. 7:51). El profeta
Isaías dijo: “soy hombre de labios inmundos, y habito
en medio de un pueblo de labios inmundos”. ¡Creo que
podemos captar el mensaje aquí! Las promesas de Dios
son para los de la circuncisión, y como veremos, ¡esto
también incluye a los creyentes del Nuevo Testamento!
Los incircuncisos no pueden heredar junto con los
verdaderos hijos de Abraham, ¡aquellos que siguen en
los pasos de fe de Abraham! “Aquella persona será
cortada de su pueblo; ha violado mi pacto”. La familia
de Lot no estaba circuncidada, ¡él es un buen ejemplo
del cristiano carnal, o de aquellos que no van a heredar
junto con Abraham!
Muchos de los judíos basaron su salvación en el acto físico
de la circuncisión, pensando: “Estamos en el Reino. Por
nacimiento, somos hijos de Abraham”. Juan el Bautista dijo
esto: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no
penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos
por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos
a Abraham aun de estas piedras” (Mt. 3:8-9).
La verdadera circuncisión
La verdadera circuncisión ha sido y siempre será la
gente que es real, que adora a Dios en espíritu y verdad.
Pablo dijo esto en Filipenses 3:3 “Porque nosotros
somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a
Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo
confianza en la carne”.
136
Heredando las promesas
También debemos observar que el teólogo dijo en
Romanos 2:28-29 “Pues no es judío el que lo es
exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace
exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es
en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en
espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los
hombres, sino de Dios”.
Dentro del Reino, hay muchos que son incircuncisos
(espiritualmente). La iglesia de Corinto disuelve toda duda
sobre ese punto. Ellos eran “carnales”. Carnal significa
lascivo, terreno y sensual. A menos que el pueblo de Dios
permita que la espada del Espíritu circuncide sus
corazones, no puede heredar la bendición de Abraham.
La circuncisión no sucede
en la salvación
Cuando nacemos de nuevo, somos “salvos”; y,
básicamente, nuestra salvación reside en el hecho que
hemos sido perdonados. Sin embargo, no tenemos un
corazón nuevo. De hecho, rápidamente descubrimos que
en nuestras vidas, hay muchas áreas que necesitan ser
crucificadas o sometidas a muerte. De nuevo, de esto es
de lo que se trata la caminata en el Espíritu. El Señor nos
guía a circunstancias que exponen una naturaleza que debe
ser sometida a muerte. Tenemos convicción por medio de
Su Palabra y de Su Espíritu.
Un niño recién nacido debía ser circuncidado al octavo
día. El número ocho habla de “nueva vida” o “nuevo
comienzo”. También habla de resurrección y del mundo
Heredando las promesas
137
que está por venir. Ésa fue la visión de Abraham, y la
señal de la circuncisión lo capacitó para esa visión.
La analogía espiritual que vislumbramos de esto, es que
no somos circuncidados cuando nacemos (nacemos de
nuevo). La circuncisión viene después del nuevo
nacimiento. Es un proceso continuo de cortar de nuestro
corazón la vieja naturaleza, o las obras de la carne, con la
espada del Espíritu, la cual es la Palabra de Dios. ¡Aquellos
que se someten a la circuncisión espiritual, son los que
tienen una visión de la eternidad!
Una generación de incircuncisos
Lo primero que Josué hizo después de conducir a Israel a
través del Jordán, fue llevarlos a Gilgal, donde todos fueron
circuncidados. Básicamente, la generación joven, al
completo (aquellos que nacieron en el desierto), fueron
circuncidados (ver Jos. 5).
De igual forma, vivimos en una generación de cristiandad
a la cual (en su mayoría), nunca le ha sido enseñado el
mensaje de la “vida crucificada”, o el mensaje de la
circuncisión del corazón. Indudablemente, será necesario
un gran avivamiento para que se abra el corazón del pueblo
de Dios y escuche el mensaje. En realidad, de esto se trata
todo el Nuevo Testamento: el mensaje del nuevo corazón y
el nuevo espíritu. Una vez más, ¡no sucede en la salvación,
es un acto del Espíritu Santo conforme nos rendimos a Él!
“Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel
después de aquellos días- declara el Señor-. Pondré mi ley
138
Heredando las promesas
dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo
seré su Dios y ellos serán mi pueblo” (Jer. 31:33, LBLA).
“Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de
Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré
mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las
escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí
por pueblo” (He. 8:10).
¡El Israel natural no verá el cumplimiento de esta promesa
sino hasta el Milenio, pero para la Iglesia, la promesa es
ahora! El Nuevo Pacto, es la realidad del corazón
circuncidado.
139
EL HEREDERO DEBE
LLEGAR A TRAVÉS DE SARA
Génesis 17:15-21
Génesis 17:15 “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai
tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre”.
Éste fue, definitivamente, el punto decisivo más importante
en las vidas de Abraham y Sara. El hecho que ambos habían
tenido un cambio de nombres, nos dice que Dios había hecho
algo en sus vidas. Sarai, significa “princesa”. Sara, significa
“reina”. Una reina tiene una posición mayor que la que tiene
una princesa. Más aún, con este cambio de nombres, ¡Sara
debe haber tenido una renovación de su juventud, porque,
ahora, el Señor pronuncia una concepción! ¡Ellos deben haber
sido una pareja muy bien parecida!
Recuerde que Sara es un tipo de la Iglesia
fructífera, la estéril que reprodujo multitudes
(ver Gá. 4:23-24).
Sara será la madre
Génesis 17:16-17 “Y la bendeciré, y también te daré de
ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de
naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. Entonces
140
Heredando las promesas
Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su
corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y
Sara, ya de noventa años, ha de concebir?”
Cuando Abraham escucha que el niño vendrá por medio
de su esposa de noventa años de edad, ríe dentro de su
corazón. Ciertamente, esta risa no es una risa burlona, más
bien, una risa de fe, una risa de asombro y sorpresa. Era
una risa de “demasiado bueno para ser verdad”. Abraham
cree, pero solamente quiere que el Señor lo vuelva a decir.
No se equivoque con respecto a este incidente. Abraham
creyó que podía suceder. “Tampoco dudó, por
incredulidad, de la promesa de Dios, sino se fortaleció en
fe, dando gloria a Dios…”
“(Como está escrito: Te he puesto por padre de muchas
gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a
los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a
ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había
dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe
al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto
(siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de
Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de
Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
plenamente convencido de que era también poderoso para
hacer todo lo que había prometido” (Ro. 4:17-21).
Asimismo, en este relato debemos notar que Sara también
iba a convertirse en un tipo de madre para toda la
descendencia de Abraham. El apóstol Pedro usa a Sara
Heredando las promesas
141
como un modelo para las hijas espirituales de Abraham.
La característica principal que Pedro le atribuye a Sara es
“mansedumbre” (1 P. 3:4-6). La mansedumbre es la
cualidad que acepta la voluntad de Dios, ¡sea ésta buena
o mala! A la mansedumbre no le asusta aceptar el camino
que Dios ha escogido, porque el manso sabe que todas las
cosas obran a bien para aquellos que Lo aman.
Su nombre será llamado Isaac
Génesis 17:19 “Respondió Dios: Ciertamente Sara tu
mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac;
(Esto es, Risa) y confirmaré mi pacto con él como pacto
perpetuo para sus descendientes después de él”.
Nuevamente, el Señor declara que el heredero prometido
llegaría a través de Sara, e incluso lo llama Isaac. Isaac
significa “¡risa!”. A menudo, pasamos años sin ver ninguna
evidencia de lo que Dios ha dicho. A veces, la promesa
llega al punto de lo imposible (naturalmente hablando).
Hasta nos lamentamos y sentimos el dolor dentro de nuestro
corazón, ¿hasta cuándo, hasta cuándo, hasta cuándo?
Hace muchos años yo estaba pasando por cierta fase de
este viaje de peregrino, y me estaba lamentando. Miraba
alrededor, y parecía que toda la gente se reía, lo cual no
ayudaba a la condición en que me encontraba. Entonces,
escuché al Señor hablando varios versículos a mi corazón:
“¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque
tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís!
porque lamentaréis y lloraréis” (Lc. 6:25).
142
Heredando las promesas
“Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque
seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis,
porque reiréis” (Lc. 6:21).
Cuando la promesa llega, habrá gran risa. ¡Una
risa santa hace temblar el campo enemigo!
¡Isaac estaba llegando!
En Isaac y en su simiente
Las promesas y los pactos debían cumplirse a través de
Isaac y su simiente. Debemos abrazar por completo esta
verdad, porque Isaac representa la descendencia espiritual,
los hijos nacidos de la fe. Esto será expuesto más
ampliamente después de que veamos el nacimiento de
Isaac. También quiero puntualizar que, en el Antiguo
Testamento, hubo santos que fueron contados como si
hubiesen entrado.
Al concluir este capítulo (versículos 20-27), el Señor le
dice a Abraham que Sara dará a luz el próximo año. El
Señor también habla con respecto a Ismael. Ismael
también se convertirá en una gran nación (las tribus de
Ismael aún están aquí, pero persiguen a Israel). Entonces,
de acuerdo con el pacto, Abraham ordena a toda su
familia que se circuncide.
143
TRES VISITANTES
CELESTIALES
Génesis capítulo 18
En el capítulo dieciocho, Abraham es visitado por tres
seres celestiales. Uno de ellos es el Hijo de Dios (esta
visitación tiene lugar cerca de tres meses después de la
última visita, en el capítulo diecisiete). Esta vez, el
Señor asume una forma corpórea. En el libro de
Hebreos se nos advierte de no olvidarnos de la
hospitalidad: porque por ella algunos, sin saberlo,
hospedaron ángeles, (ver He. 13:2).
Hubo varias razones para esta visita:
· Proclamar vida en la matriz de Sara.
· Informar a Abraham sobre lo que Él pretendía hacer
en Sodoma, para que Abraham pudiese interceder
por los pocos que serían salvos.
Génesis 18:1-3 “Después le apareció Jehová en el
encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de
su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y
he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando
los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a
144
Heredando las promesas
recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora
he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases
de tu siervo”.
El Señor asume una forma corpórea
Abraham reconoció inmediatamente al Señor y Le rogó
que Se quedara. El Señor Jesús hizo una referencia a esto
en Juan 8:56-58: “Abraham vuestro padre se gozó de que
había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. Entonces le dijeron
los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a
Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo:
Antes que Abraham fuese, yo soy”.
Los encuentros que tenemos con el Señor (el encuentro
ante el altar, los encuentros personales donde Dios nos
habla) son transformadores. Mientras más Lo conocemos,
más nos parecemos a Él.
Abraham y Sara proceden a hospedar a sus visitantes
(versículos 4-8). Ahora el Señor habla con respecto a Sara:
Génesis 18:10-12 “Entonces dijo: De cierto volveré a
ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu
mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de
la tienda, que estaba detrás de él. Y Abraham y Sara
eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado
ya la costumbre de las mujeres. Se rió, pues, Sara entre
sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite,
siendo también mi señor ya viejo”.
Heredando las promesas
145
El temor y la fe afligen a Sara
El Señor proclama vida en la matriz de Sara, y Sara se ríe
para sus adentros. ¡Es sorprendente cuántos incidentes
similares registra la Escritura, en los cuales Dios escuchaba
lo que los hombres decían en sus corazones! Muchas veces
Jesús señaló cosas que las personas estaban pensando
dentro de sí mismas. Entonces, Sara se pone temerosa
cuando el Señor desafía su risa (versículos13-15), y la
niega. Bueno, ella no se rió de forma audible; no podía
ser escuchada, excepto por Aquel que estaba proclamando
vida dentro de su matriz.
Sin importar la motivación de la risa silenciosa de Sara,
cuando el Señor desafió esa risa, ¡su corazón debió haber
comenzado a sentir con ímpetu no solamente temor, sino
también fe! El “capítulo de la fe” de Hebreos, dice esto
con respecto a Sara: “Por la fe también la misma Sara,
siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz
aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel
quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y
ése ya casi muerto, salieron como
las estrellas del cielo en multitud, y
El Señor
como la arena innumerable que está
espera, a
a la orilla del mar” (He. 11:11-12).
menudo, hasta
que es
La palabra creativa
imposible que
el hombre se
tome el crédito, Génesis 18:14 “¿Hay para Dios
alguna cosa difícil? Al tiempo señalado
y entonces,
volveré a ti, y según el tiempo de la
¡Él se mueve!
vida, Sara tendrá un hijo”.
146
Heredando las promesas
¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Esta declaración se
repite varias veces en el capítulo 32 de Jeremías. El Señor
espera, a menudo, hasta que es imposible que el hombre
se tome el crédito, y entonces, ¡Él se mueve! Éste es uno
de los temas de Pablo a los corintios. Dios, a propósito,
escoge los caminos y las formas para hacer que las cosas
sucedan, para que “ninguna carne se gloríe”.
La Palabra del Señor es creativa. Nuestro Señor llama
las cosas como serán, aun si no lo son. Uno de los célebres
predicadores del siglo diecinueve, viajaba por barco de
Inglaterra a Canadá. Aunque el clima tormentoso los
había atrasado casi un día, el predicador proclamó que
el Señor había dicho que la nave arribaría en tiempo. El
capitán declaró que eso era imposible. ¡El capitán estaba
asombrado cuando, unas horas después, llegaron a
tiempo al puerto!
Reiteremos Romanos 4:17: “(Como está escrito: Te he
puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a
quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las
cosas que no son, como si fuesen”.
147
LA INTERCESIÓN DE
ABRAHAM
Génesis 18:17-33
Parte de nuestro desarrollo, como reyes/sacerdotes, es que
debemos saber algo del ministerio de intercesión.
Básicamente, el ministerio del sacerdote es interceder en
favor de otros. Aunque el Señor puede hacer cualquier cosa
que Él desee, Él busca personas sobre la tierra, a quienes Él
pueda revelar Su voluntad, para que ellos puedan interceder
como corresponda. Ezequiel 22:30 establece este punto.
El Señor revela Sus intenciones
para Sodoma
Génesis 18:17 “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham
lo que voy a hacer?”
Este episodio es una continuación de la visita de los tres
extranjeros celestiales. La Escritura declara que Dios no
hará nada antes de revelar Sus intenciones a Sus profetas
(ver Am. 3:7). Casualmente, Abraham también es llamado
profeta en Génesis 20:7.
Además, Abraham es llamado “amigo de Dios” en 2
Crónicas 20:7, y en Santiago 2:23. El mismo Señor Jesús
148
Heredando las promesas
dijo a Sus discípulos: “Ya no os llamaré siervos, porque
el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado
amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las
he dado a conocer” (Jn. 15:15). El punto aquí es que un
amigo conoce la voluntad del Padre. En otras palabras, el
Señor está diciendo: “no puedo esconder Mis propósitos
de mi amigo Abraham”.
Génesis 18:18-19 “¿Habiendo de ser Abraham en una
nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él
todas las gentes de la tierra? Porque yo lo he conocido,
sé que mandará á sus hijos y á su casa después de sí, que
guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio,
para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha
hablado acerca de él” (RV 1909).
Porque Yo lo he conocido
“Porque Yo lo he conocido…” Yo conozco su carácter,
Yo conozco su consagración, ¡y sé que él ordenará a su
casa que guarde mis caminos! Pongamos atención a la
última oración del versículo 19: “Para que haga venir
Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”.
Esta declaración es el verdadero latir de este comentario
referente a “Heredando las Promesas”. Las mayores
promesas dadas a Abraham, no iban a cumplirse durante
su vida. Iban a cumplirse a través de sus “fieles” hijos
(tanto hijos naturales como espirituales). Estas promesas
iniciaron en la presciencia de Dios acerca de Abraham.
“¡Yo lo conozco… él mandará a su casa!”
Heredando las promesas
149
Fue por esto que falló la casa de Elí. Él se rehusó a corregir
a sus hijos, y no cumplió con las responsabilidades de su
ministerio. La promesa continúa a través de nuestros hijos.
Como padres o ministros, la promesa continúa a través de
nuestros descendientes naturales o espirituales. El verdadero
amor corrige y disciplina. Si nuestros hijos naturales o
espirituales no maduran para ser padres y madres espirituales
¡hemos perdido! ¡No van a reproducir la simiente santa!
Intercesión por Sodoma
Génesis 18:20 “Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el
clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más,
y el pecado de ellos se ha agravado en extremo”.
El Señor está listo para destruir Sodoma y sus naciones
hermanas por su maldad, pero Dios quiere que Abraham
lo sepa. El Señor quiere que Abraham Le suplique por los
pocos que han de ser salvos. La verdadera intercesión está
basada en el conocimiento de la voluntad de Dios, y éste
viene por medio de una relación. Hay algo que se desarrolla
en el corazón de un padre o líder, por medio de la oración
intercesora. Nuestro Mismo Señor hizo intercesión por
los transgresores (Is. 53:12).
Abraham sabía que su (tibio) sobrino y familia, aún vivían
en Sodoma. Talvez, si Abraham no hubiese sido la clase
de hombre que era, su actitud pudo haber sido “bueno, ¡el
Señor le dio la oportunidad de dejar ese lugar una vez!
Arriesgamos la vida para rescatarlos. ¿No entendieron el
mensaje?” ¿Cuán a menudo, nosotros los ministros,
adoptamos esa filosofía?
150
Heredando las promesas
El Señor le dijo a Moisés que se apartara porque Él iba a
borrar a Israel del mapa. El Señor dijo: “Ahora, pues,
déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y
de ti yo haré una nación grande” (Ex. 32:10). Solamente
a un verdadero padre se le puede confiar una posición así.
Moisés puso su vida en peligro para “pararse en la brecha”
por Israel (otras referencias sobre el tema: Ex. 32:32;
Nm. 16:46-48 y Ez. 22:30).
Génesis 18:22 “Y se apartaron de allí los varones, y
fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante
de Jehová”.
Dos de los ángeles se fueron para inspeccionar Sodoma,
pero Abraham continúa ante el Señor.
Abraham suplica 7 veces por los justos
Génesis 18:23-25 “Y se acercó Abraham y dijo:
¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya
cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás
también y no perdonarás al lugar por amor a los
cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el
hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y
que sea el justo tratado como el impío; nunca tal
hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo
que es justo?”.
Abraham comienza a suplicar por las almas de los justos
en Sodoma, y luego se vuelve específico: “¿Perdonarás
la ciudad por amor a los cincuenta?” El Señor dijo que
Él perdonaría. En los versículos siguientes (26-33),
Heredando las promesas
151
Abraham continúa suplicando. El Señor dijo que
perdonaría la ciudad por diez almas justas.
Arrebatándolos del fuego
La pequeña epístola de Judas, hace referencia a la
destrucción de Sodoma y Gomorra en el versículo siete.
Judas continúa citándolos como un ejemplo eterno de
aquellos que viven vidas impías. Pero también notemos
Judas versículos 22 y 23, los cuales también podrían
referirse a Sodoma o a aquellos que, espiritualmente, viven
en Sodoma: “Y tened misericordia de algunos que dudan;
a otros, salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened
misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa
contaminada por la carne” (LBLA). Literalmente,
Abraham estaba arrebatando del fuego a ese pueblo, por
medio de su intercesión.
Cristianismo tibio
El capítulo diecinueve de Génesis, relata la visita del ángel
a Sodoma, el rescate de Lot y la destrucción de las ciudades
de la llanura. Todo el relato de Lot es un verdadero mensaje
evangelista. De hecho, Jesús usa el ejemplo de la familia
de Lot (viviendo en Sodoma), para ilustrar una analogía
de los días del fin. Gran juicio vendrá en los días del fin,
y si los justos escasamente escapan, ¿dónde estarán el
pecador y el impío?
La historia de Lot también tiene implicaciones más
profundas. Lot representa una corriente, dentro del
cristianismo, que va a ser salva “como por fuego”. Lot
152
Heredando las promesas
fue llamado justo (2 P. 2:7-8), fue un hombre salvo, pero
no aborreció la maldad. Lot no fue santo. Lot fue el tipo
de cristiano que podía pasar por alto una gran cantidad de
indecencia para disfrutar “una vida mejor”. Oh, él fue
hostigado por la maldad que había allí. Aborrecía
escucharlos tomar el nombre del Señor en vano, mientras
miraba su programa favorito. Se consternaba por las
escenas que aparecían en la pantalla, ¡pero no lo suficiente
como para apagarla e irse! En resumen, Lot representa al
que no se compromete: al cristiano tibio.
La intervención de Abraham salvó a Lot del fuego
eterno, pero Lot terminó llevándose únicamente lo que
tenía puesto. Como dijo el apóstol a los corintios: “…
si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”
(1 Co. 3:15). Esto se refiere al cristiano cuyas obras son
¡madera, heno y hojarasca!
La destrucción de Sodoma y Gomorra
Génesis 19:15-16 “Y al rayar el alba, los ángeles
daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer,
y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas
en el castigo de la ciudad. Y deteniéndose él, los
varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer
y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia
de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera
de la ciudad”.
Y deteniéndose él… Lot y lo que quedaba de su familia
debían ser trasladados fuera de la ciudad. Pareciera como
que Lot no comprendió totalmente que estaban parados al
Heredando las promesas
153
borde del infierno. El nombre Lot significa “velo” o
“cubierta”. Ciertamente, Lot tenía un velo sobre su corazón
y sobre su mente.
Génesis 19:24 “Entonces Jehová hizo llover sobre
Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de
Jehová desde los cielos”.
Sodoma sirve como ejemplo para todo tiempo. Hasta este
día, las palabras sodomía y sodomita, nos recuerdan la
degeneración y la perversión moral de Sodoma. Éste será
el fin de los malos, ¡el fuego eterno!
Si tan sólo nuestros jóvenes pudieran ver el amargo final
de aquellos que aman los caminos del mundo.
Recientemente, una de mis ovejas se fue al mundo. Ella
era como un becerro saliendo del establo: retozando y
jugueteando con el mundo con gran placer. ¡Oh, si ella
pudiera considerar su fin!
Abraham mira hacia Sodoma
Génesis 19:28-29 “Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y
hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que
el humo subía de la tierra como el humo de un horno. Así,
cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se
acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la
destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba”.
La intervención de Abraham salvó a Lot y a sus dos hijas,
pero la esposa de Lot se volteó para ver Sodoma, en contra
de la orden de los ángeles (versículo 26). La esposa de
154
Heredando las promesas
Lot amaba tanto al mundo, que, cuando miró hacia atrás,
fue inmortalizada en una columna de sal. Si amamos el
mundo, ¡entonces no amamos al Padre! Jesús dijo:
“recuerden a la esposa de Lot” (Lc. 17:32).
El final de Lot
Lot ilustra a muchos cristianos que llegan al final de la
vida sin nada. Una vez, alguien contó la historia de un
hombre que se apartó de los principios bíblicos que le
habían enseñado y dedicó su vida a hacer dinero. Sin
embargo, en la mitad de su vida, fue golpeado con una
enfermedad que le costó la vida. Antes de morir, con
lágrimas en los ojos confesó: “¡he sido perdonado, pero
no voy a tener nada en el otro lado!”
Considere lo que Lot perdió:
· Económicamente, Lot perdió todo. Escapó con lo que
tenía puesto. Ahora, debía comenzar de nuevo. Cuando
aún viajaba con Abraham, Lot era un hombre
acaudalado.
· Lot perdió parte de su familia en los engaños de Sodoma.
· Lot perdió su testimonio al vivir en Sodoma. No tuvo
poder para convencer a sus propios yernos del juicio
amenazador.
· ¡La esposa de Lot fue cristalizada en una columna de
sal al desobedecer a los ángeles!
Heredando las promesas
155
· La descendencia de Lot (por medio del incesto), Moab
y Ben-ammi, fueron los padres de los moabitas y los
amonitas. Más tarde, estas dos naciones llegaron a
ser enemigas de la raza de Abraham (sin fruto
espiritual Dt. 23:3).
· Espiritualmente, Lot ilustra al cristiano incircunciso que
llega al final de su vida sin nada. No formarán parte de
la “Iglesia gloriosa” que es arrebatada. No formarán parte
del reino milenial de Cristo. ¡No tendrán ninguna
herencia en esta vida o en la siguiente! (son salvos, como
por fuego).
No se engañen
Quiero hacer un comentario final sobre Lot. Lot fue un
hombre justo, pero era débil y no tenía mucho carácter.
Por favor, no interprete que este relato quiere decir que
podemos pecar, y que solamente perderemos nuestra
recompensa. ¡Los pecadores se van al infierno! Los
descarriados se van al infierno, ¡a menos que se
arrepientan!
Por favor, no interprete que este relato quiere
decir que podemos pecar, y que solamente
perderemos nuestra recompensa. ¡Los
pecadores se van al infierno! Los descarriados
se van al infierno,
¡a menos que se arrepientan!
157
ABRAHAM PROBADO OTRA
VEZ POR MEDIO DE SARA
Génesis 20:1-18
En esta caminata de peregrinos hay una progresión. Dios
quiere llevarnos hacia delante y hacia arriba, y hacia una
mayor percepción de Su naturaleza y carácter. Como Pablo
dijo: “a la justicia, para santificación” (Ro. 6:19, LBLA).
En el capítulo 20, parece que el Señor va a tratar con
Abraham en un asunto que afectará a la descendencia que
pronto llegará.
La prueba
Génesis 20:1 “De allí partió Abraham a la tierra del
Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como
forastero en Gerar”.
Al comenzar el capítulo veinte, continuemos teniendo en
mente que Abraham tiene 99 años. Sara tiene 89/90 años,
y el Señor ha dicho que en el siguiente año, Sara dará a
luz al Isaac (debe haber sucedido una verdadera renovación
en la juventud de ambos).
Una vez más, vemos que Abraham está acampando entre
dos lugares. Generalmente, esto indica una prueba. Cades
158
Heredando las promesas
significa “santo o consagrado”. Shur significa “una
muralla”. Es casi como si Dios está confrontando a
Abraham en algo.
Sara es tomada
Génesis 20:2 “Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi
hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara”.
Parece que Abraham está siendo confrontado
nuevamente en algo en lo que había fallado en Egipto
24 años antes (Gn. 12:11-20). ¡Es misericordia de Dios
el no permitir salirnos con la nuestra! Sin embargo, me
gustaría sugerir varias razones por las que Dios permitió
esta prueba:
Primero, cuando fallamos una prueba, a menudo nuestro
Señor nos da otra oportunidad para poder redimirnos.
Las circunstancias de esta prueba son casi idénticas a
la anterior.
Segundo, creo que el Señor estaba permitiendo que esto
sucediera justo antes de la concepción de Isaac. ¿Por qué?
Para corregir una imperfección en Abraham, que hubiera
podido pasar a la siguiente generación. Si Abraham
hubiese pasado esta prueba, nunca se habría repetido en
Isaac. Vamos a encontrar que, invariablemente, nuestra
descendencia será probada en las mismas pruebas que
nosotros fallamos (ver Gn. 26:6-7). En la concepción, los
hijos toman la naturaleza del padre.
Heredando las promesas
159
Abimelec toma a Sara
En defensa de Abraham, permítanme decir que seriamente
dudo que Abraham alguna vez haya soñado que el rayo
caería dos veces en el mismo lugar. Aunque esto ya había
sucedido una vez en Egipto, estoy seguro que Abraham
pensó: “bueno, esta vez ellos van a creer que ella es mi
hermana y se quedará así; y si preguntan sobre ella,
seguiremos con el plan B… haremos una salida rápida…”
(ella era su medio hermana).
Sara tenía 90 años. ¡Esto, en sí, era un testimonio que
Dios estaba haciendo algo! ¿Cuántos hombres tienen que
preocuparse por su esposa de noventa años, porque ella
es muy atractiva?
La Iglesia de los días del fin
será renovada
Un número de creyentes ha tenido visiones de la Iglesia de
los tiempos del fin. Lo que ellos encontraron de
extraordinario, fue que todos los hijos de Dios estaban tan
jóvenes y llenos de gozo. Es el gozo del Señor el que nos
da fortaleza. O, como dice Proverbios: “El corazón alegre
es buena medicina”. ¡Hace que los huesos florezcan!
Dios trata con Abimelec
Génesis 20:3-5 “Pero Dios vino a Abimelec en un sueño
de noche, y le dijo: He aquí, eres hombre muerto por razón
de la mujer que has tomado, pues está casada. Mas
160
Heredando las promesas
Abimelec no se había acercado a ella, y dijo: Señor,
¿destruirás a una nación aunque [sea] inocente? ¿No
me dijo él mismo: “Es mi hermana”? Y ella también dijo:
“Es mi hermano”. En la integridad de mi corazón y con
manos inocentes yo he hecho esto” (LBLA).
Dios trata con Abimelec por tomar a la esposa de Abraham.
El Señor dijo: “Este hombre es profeta. Devuélvele su
esposa o morirás” (versículo 7). Este incidente nos recuerda
lo que el salmista escribió en el Salmo105:12-15:
“Cuando ellos eran pocos en número, Y forasteros en ella,
Y andaban de nación en nación, De un reino a otro pueblo,
No consintió que nadie los agraviase, Y por causa de ellos
castigó a los reyes. No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni
hagáis mal a mis profetas”. Dios censuró reyes por causa
de Sus escogidos. Él dijo: “¡No hagáis mal a mis profetas!”
Dios reprendió a Abimelec, pero en cierto sentido, Abimelec
reprendió a Abraham y a Sara por su falsa apariencia.
Dios está en todo lugar
Génesis 20:11 “Y Abraham respondió: Porque dije para
mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me
matarán por causa de mi mujer”.
La respuesta de Abraham a Abimelec fue: “Yo no pensé
que el temor de Dios estuviera aquí”. En un sentido,
debemos ser generosos en nuestra apreciación sobre esta
situación. En todo el mundo el asunto era “proceda bajo
su propio riesgo”. No había una ley establecida sobre
Heredando las promesas
161
la tierra, aparte de la ley de la conciencia. Sin embargo,
pongamos atención a la lección aquí: ¡Dios está en todo
lugar, contemplando lo bueno y lo malo! (Pr. 15:3). Dios
ya había probado ese punto en Egipto, hacía 24 años.
Sara es reprendida
Así, Abimelec devolvió a Sara, y temió en gran manera
porque el Señor había proclamado estériles las
matrices de todas las mujeres de la casa de Abimelec
(versículos 17-18).
Génesis 20:16 “Y á Sara dijo: He aquí he dado mil
monedas de plata á tu hermano; mira que él te es por
velo de ojos para todos los que están contigo, y para con
todos: así fué reprendida” (RV 1909).
Abimelec hasta le da una pequeña ofrenda de paz a
Abraham: para cubrir su ofensa. A Sara le dijo: “Él es
para ti como un velo”. De esta manera, Sara también es
reprendida. Este pequeño versículo nos ayuda a
comprender acerca de qué está hablando Pablo en
1 Corintios 11:10. La mujer necesita permanecer bajo la
cobertura del esposo, bajo autoridad. Esa cobertura fue
removida cuando Sara accedió a decir que era la hermana
de Abraham. Cuando una mujer camina con su esposo,
limita a que otros hombres la estén mirando, (cuando un
matrimonio está en el orden correcto, el esposo transmite
una cobertura protectora sobre su esposa).
162
Heredando las promesas
Una esposa debe obedecer a su esposo,
a menos que …
El hecho que Sara haya sido reprendida por esto, nos dice
que las mujeres no deberían andar en conformidad con su
esposo en asuntos que son contrarios a las normas de Dios,
¡o incluso en contra de su propia conciencia! ¡Una vez
más, quiero decir que es una bofetada en la cara cuando el
mundo nos corrige! Una vez un abogado me regañó, ¡y
nunca lo he olvidado!
Estoy seguro que este incidente hizo que Abraham escudriñara
su alma. Cuando miro hacia atrás, recuerdo circunstancias
similares en mi vida (esto es, situaciones que no fueron
expuestas a la verdadera luz). Esas pequeñas sacudidas
desafiaron mi corazón para no permitir que se repitieran.
Debemos ver esta clase de tratos como misericordia de Dios,
¡para perfeccionarnos y hacernos santos! No es una buena
señal el que Dios permita que las personas continúen y se
salgan con las suyas. ¡Es bendición de Dios cuando Él es
celoso con nuestra vida! (ver Cnt. 8:6).
Abraham y Sara en la eternidad
Abraham y Sara están colocados sobre pedestales muy
altos en la eternidad. Aun el Nuevo Testamento los alaba
como nuestro Padre y nuestra Madre espiritual. Algún día
nos sentaremos con ellos, y ellos sabrán nuestros nombres,
esto es, si somos la verdadera simiente y hemos continuado
caminando en sus pasos de fe. Digo esto porque he
escuchado a hijos de Dios haciendo comentarios muy
Heredando las promesas
163
críticos acerca de ellos. Pensemos de ellos como si fueran
nuestros padres. Si bien pueden haber cometido unos
pocos errores, ¡éstos pueden verse relativamente pequeños
en comparación con los que nosotros hemos cometido!
¿Cuántas personas conoce usted que sean llamadas “el
amigo de Dios”?
165
LLEGA EL ISAAC PROMETIDO
Génesis 21:1-5 “Visitó Jehová a Sara, como había dicho,
e hizo Jehová con Sara como había hablado. Y Sara
concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo
que Dios le había dicho. Y llamó Abraham el nombre de
su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. Y
circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como
Dios le había mandado. Y era Abraham de cien años
cuando nació Isaac su hijo”.
El hijo de la vejez
En este texto hay varias cosas que quisiera examinar.
Primero, Dios guarda Sus promesas. A pesar de su edad, a
pesar de su incapacidad física para que esto sucediera,
Dios lo dijo, ellos creyeron, ¡y eso es suficiente! Hay una
pequeña línea de un coro que cantamos a veces, que dice:
“Dios se especializa en cosas que parecen imposibles, y
Él puede hacer lo que ningún otro poder puede”.
Cien
Abraham tenía 100 años cuando Isaac nació. El número
100 tiene gran significado en la Escritura. Habla de
plenitud, integridad o perfección. El mismo Jesús dio
una ilustración de la cosecha del treinta, sesenta y ciento
por uno, (Mt. 13; Mc. 4). Estos tres números pueden
166
Heredando las promesas
también compararse con las tres divisiones del
Tabernáculo. Cien es la medida de la superficie del
Lugar Santísimo.
El Señor reprodujo a Abraham cuando éste alcanzó la
posición de “fruto de calidad”. Además, vamos a notar
que el hijo prometido, Isaac, ¡también reproduce un ciento
por uno! De hecho, él es el único registrado en la Escritura
como uno que dio el ciento por uno (Gn. 26:12).
Se ha dicho que los hijos que nacen de último (hijos de la
vejez), generalmente tienen las mejores cualidades porque
ha habido una mayor madurez en sus padres. Una de las
primeras leyes en Génesis, es que toda especie se reproduce
semejante a sí misma. Estas leyes también se aplican en lo
espiritual. Un joven ministro desea ver un gran crecimiento
en su rebaño; sin embargo, no se da cuenta que solamente
va a reproducirse a sí mismo (espiritualmente). Así que la
pregunta es, ¿qué es lo que él va a reproducir? Ésta es la
razón por la cual Dios permite que ciertos ministros sean
estériles por muchos años. Él está esperando que ellos
lleguen a una madurez digna de imitarse.
La Iglesia debe ver la bendición
del ciento por uno
Isaac representa a los hijos de la fe, o a los hijos de la
promesa, llamados Iglesia. Recuerde que las mayores
promesas van a ser realizadas a través de los descendientes;
esto también nos dice que la Iglesia debe producir el ciento
por uno. Creo que la Iglesia de los tiempos del fin va a
segar la cosecha del ciento por uno. Los campos han estado
Heredando las promesas
167
creciendo a través de los siglos, y estarán maduros en este
último tiempo: “Así que, hermanos, nosotros, como Isaac,
somos hijos de la promesa”. Nosotros, como Isaac, somos
hijos de la promesa (Gá. 4:28).
Veinticinco años
La Escritura registra que Abraham tenía 75 años cuando
dejó Harán. Eso llama nuestra atención, ya que pasaron
veinticinco años hasta el cumplimiento. En realidad,
podemos encontrar varias interpretaciones del número
veinticinco. El sacerdote comenzaba a esperar su
ministerio a la edad de veinticinco, y su ministerio era,
principalmente, de una naturaleza inferior. Su servicio era
en el Atrio Exterior, hasta que tenía cincuenta años
(veinticinco años). A la edad de cincuenta años era
promovido para servir en el santuario. El número
veinticinco puede significar “nuevo orden”. El número
veinticinco también puede significar la obra de la gracia:
5 x 5=25, puesto que el número cinco significa gracia.
Podríamos decir que Isaac representa el nuevo orden
(ver Nm. 8:24-26).
Dios me ha hecho reír
Génesis 21:6 “Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir,
y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”.
La verdadera promesa es para los desolados, aquellos que
han sido hechos estériles por Dios. Al estudiar la situación
de la mujer estéril en la Escritura, siempre va a encontrar
que fue Dios Quien permitió esa esterilidad. Como se
168
Heredando las promesas
afirmó con anterioridad, la mujer generalmente es un tipo
de la Iglesia. El Señor permite que venga la esterilidad
para producir el clamor correcto del corazón, en otras
palabras, un clamor para producir los propósitos reales de
Dios. Ana es una ilustración clásica (1 S. 1:1-11).
Sara también es representada como la mujer
estéril que da a luz a los hijos verdaderos en
Gálatas 4:22-28 (estudiaremos esto otra vez).
Ahora, Sara se ríe, y todo el campamento ríe de gozo. El
Mismo Señor debe tener bastante sentido del humor. El
hecho que iban a llamar Isaac (risa) a su hijo, nos dice el
final de la historia. Al final, las personas que han permitido
que Dios trate con sus vidas, estarán riendo y cantando.
Como dijo el salmista:
“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion,
Seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se
llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces
dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová
con éstos” (Sal. 126:1-2).
169
ISMAEL SE BURLA DE ISAAC
Génesis 21:8-10 “Y creció el niño, y fue destetado; e
hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado
Isaac. Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual
ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su
hijo Isaac. Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva
y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar
con Isaac mi hijo”.
Los hijos de la carne contra
los hijos del Espíritu
Aparentemente, pasaron unos años entre el versículo siete
y el versículo ocho. Tal vez, Isaac tenía entre 3 y 5 años.
Mientras Abraham ofrecía una pequeña celebración para
Isaac, Sara sorprendió a Ismael burlándose del pequeño
heredero. Sara estaba enfurecida ante el incidente y le dice
a Abraham: “Echa a esta sierva y a su hijo”.
Éste es un importante pasaje de la Escritura. ¡El que nació
de la carne se burla del que nació del Espíritu! Pablo nos
da la interpretación de esto en Gálatas 4:22-24:
“Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de
la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació
según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo
170
Heredando las promesas
cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos
pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos
para esclavitud; éste es Agar”.
En los versículos siguientes de Gálatas, Pablo nos muestra
claramente que estas dos mujeres representan dos pactos.
Agar: el Antiguo Pacto e Ismael.
Sara: el Nuevo Pacto e Isaac.
“Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos
de la promesa. Pero como entonces el que había nacido
según la carne perseguía al que había nacido según el
Espíritu, así también ahora. Mas ¿qué dice la Escritura?
Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el
hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera,
hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la
libre” (Ga. 4:28-31).
Obviamente, los hijos nacidos de la carne también pueden
incluir a la gente del mundo, pero en el texto de Gálatas
(versículos 22-31), Pablo claramente clasifica a Ismael
como una figura de la simiente natural de Abraham. En
esencia, Israel natural perseguirá a Israel espiritual: la
Iglesia. Ciertamente, el libro de Hechos será testigo de
esto. Los judíos (la simiente natural), persiguieron a la
Iglesia Primitiva, la cual es la simiente espiritual.
El movimiento cristiano/mesiánico
En la última década, ha estado creciendo un movimiento
que, básicamente, se denomina a sí mismo “cristiano/
Heredando las promesas
171
mesiánico”. Especialmente, he observado grandes
concentraciones de ellos en Centro América. Creen en
Jesús, pero han incluido mucho del judaísmo en su
adoración. Guardan las leyes sabáticas y los días festivos.
También han incorporado en su doctrina, leyes
ceremoniales y costumbres. Hasta cantan y danzan cantos
en tono menor (con un sabor judío).
Este movimiento se puede comparar con los judaizantes del
primer siglo, quienes básicamente mutilaron las iglesias de
Galacia. Estos judaizantes trataban de llevar a la Iglesia
Primitiva, de regreso a la ley ceremonial. Pablo nos dice muy
claramente, que la ley de ceremonias fue clavada en la cruz:
“Anulando el acta de los decretos que había contra
nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio
y clavándola en la cruz” (Col. 2:14).
“Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los
mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en
sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la
paz” (Ef. 2:15).
Quiero puntualizar que no estamos hablando de las leyes
morales. Jesús vino a magnificar las leyes morales. El
Sermón del Monte prueba ese punto. Fueron las ordenanzas
ceremoniales las que fueron clavadas en la cruz.
Echar a la sierva
Sara puede haber parecido algo ruda al querer que
Abraham echara a la sierva y a su hijo, pero de acuerdo a
172
Heredando las promesas
Pablo, ¡ella sí que estaba en el Espíritu! La sierva era una
figura del Antiguo Pacto, que estaba esclavizado a muchas
reglas y costumbres religiosas. Ismael era una figura de la
simiente natural de Israel. Las promesas verdaderas son
para Isaac, no para Ismael: “Porque no heredará el hijo
de la esclava con el hijo de la libre”. Sí, Israel natural es
restaurado en el fin. Dios les renueva Su amor y les trae
bendición. Sin embargo, las promesas reales no son para
Israel, sino para la Iglesia, y ésta por supuesto, incluye a
los judíos convertidos.
“Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos
de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son
contados como descendientes” (Ro. 9:8). Ahora nosotros,
hermanos, como lo fue Isaac, somos los hijos de la
promesa. Pablo no les dio muchos ánimos a los gálatas
que se debilitaban a sí mismos con una gran cantidad de
ordenanzas religiosas que ya habían sido abolidas. Aun
hoy, dentro del cristianismo hay sectas que cargan una
gran cantidad de exceso de equipaje. El equipaje de la
religión pueden ser tradiciones, rituales, liturgia y varias
reglas hechas por el hombre. Algunos han canonizado estas
ordenanzas entre sus creencias.
¿Me lastimarán estas cosas?
¿Me lastimarán estas cosas? La salvación es por la fe en
la sangre derramada de Jesús. Puede ser que estas cosas
no nos quiten nuestra salvación (a menos que confiemos
en que ellas nos salvan). ¡Sin embargo, nos van a lastimar!
Traerán esclavitud a nuestras vidas. Algunas de estas
(tradiciones) son idolatría; van a estorbar nuestra fe y nos
Heredando las promesas
173
robarán cualquier recompensa eterna que podamos tener.
Raquel, (una de las esposas de Jacob) no fue enterrada
junto con los otros patriarcas y sus esposas. Ella era una
idólatra y fue quitada de la doble porción (trataré de
desarrollar esto más completamente cuando lleguemos a
“el lugar del entierro”).
En la iglesia católica hay personas que son salvas, pero
pueden perder cualquier recompensa que pudieran tener
debido a la adoración a los santos (a menos que se
arrepientan, Col. 2:18). ¡Algunos hasta pueden perder su
salvación si ponen en los santos su fe para ser salvos!
¡Expulsemos a la esclava, que es la religión!
Génesis 21:11 “Este dicho pareció grave en gran manera
a Abraham a causa de su hijo”.
Seguramente, Abraham se lamentó por este incidente, pero
también se afligió por la sugerencia de echar a Ismael.
Después de todo, Abraham era su padre natural, y estoy
seguro que tenía fuertes sentimientos hacia su hijo.
Génesis 21:12-13 “Entonces dijo Dios a Abraham: No te
parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en
todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te
será llamada descendencia. Y también del hijo de la sierva
haré una nación, porque es tu descendiente”.
Realmente, el Señor tenía que hablar sobre esta situación.
No creo que Abraham hubiese sacado a Ismael a menos
que Dios le hubiese hablado. El Señor dijo: “oye su voz”.
El Señor dijo: “haré una gran nación de Ismael, ¡pero la
174
Heredando las promesas
promesa es para Isaac! Después, Ismael fue el padre de
doce príncipes que llegaron a ser naciones (algunas de las
tribus arábigas vienen de Ismael, ver Gn. 25:12-16).
En los versículos siguientes (14-21), Abraham envía fuera
a Ismael y a Agar, quien casi fallece como resultado de
esto. Pero Dios los observaba tiernamente, así como aún
cuida de Israel.
Los tratos de Abraham con los filisteos
A través del resto del capítulo 21, Abraham continúa en la
tierra de los filisteos. Es interesante que se da una contienda
entre Abraham y los filisteos a causa de un pozo. Cuatro
mil años han pasado, y los palestinos (filisteos) aún
contienden con Israel por la tierra.
El término moderno para filisteo es “palestino”.
Entonces, Abraham cava otro pozo, y llega a un acuerdo
con el rey de los filisteos acerca del pozo:
Génesis 21:30-31 “Y él respondió: Que estas siete
corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan de
testimonio de que yo cavé este pozo. Por esto llamó a
aquel lugar Beerseba; porque allí juraron ambos”.
Beerseba significa “el pozo del testimonio”. Abraham
procede a plantar un tamarisco allí. Beerseba llegó a ser
muy conocida en la Escritura, de hecho, aún hoy existe
allí una ciudad. Algunos traducen Beerseba como “el
séptimo pozo”. Abraham fue conocido por haber cavado
Heredando las promesas
175
varios pozos (Gn. 26:15). Los pozos hablan de la
salvación, ¡y nosotros también debemos excavar los pozos
de salvación dondequiera que vamos! (¡tenemos este pozo
del testimonio dentro de nosotros!).
177
ABRAHAM OFRECE
A SU ÚNICO HIJO
Génesis 22:1-17
Génesis 22:1 “Aconteció después de estas cosas, que
probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió:
Heme aquí”.
La gran prueba
La vida cristiana se compone de pequeñas pruebas y
circunstancias que (en realidad) nos están preparando para
la gran prueba: la que realmente cuenta y que afectará
nuestra posición eterna. Es como el colegio; aprendemos
y somos evaluados durante todo el año, pero el examen
final es el que cuenta. Israel reprobó
La vida
las primeras nueve pruebas en el
cristiana se
desierto; por lo tanto, era natural que
compone de
iban a fallar en la décima. ¡La última
pequeñas
fue la que los descalificó!
pruebas y
circunstancias
Génesis 22:2 “Y dijo: Toma ahora
que nos están
tu hijo, tu único, Isaac, a quien
preparando
amas, y vete a tierra de Moriah, y
para la gran
ofrécelo allí en holocausto sobre
prueba.
uno de los montes que yo te diré”.
178
Heredando las promesas
Figura del Calvario
Sin duda, este relato es el mejor tipo o presagio del Calvario,
que usted encontrará en la Escritura. El padre debe dar a su
único y amado hijo como sacrificio. Note que el Señor
solamente reconoce al heredero de la promesa como el hijo
verdadero (tu único hijo). Este hecho habría se cumpliría
literalmente (2,000 años después), cuando Dios el Padre
dio a Su único Hijo como sacrificio por nuestros pecados.
También debemos notar que, las montañas de Moriah, son
los montes que constituyen Jerusalén y los montes que la
rodean. Algunos especulan que este incidente tuvo lugar en
el Gólgota, el mismo monte sobre el cual Cristo fue ofrecido.
Génesis 22:4-6 “Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio
el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos:
Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta
allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y tomó Abraham
la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él
tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos junto”.
Al tercer día… Estoy seguro que Abraham estuvo
angustiado los “tres días” que viajaron hacia el monte.
Pero, el hecho que los tres días sean mencionados, nos
recuerda que Cristo se levantó en el tercer día, y, como
vamos a ver, Abraham recibe a su hijo de regreso de los
muertos en el tercer día (en figura).
Vamos a regresar
Note la declaración de fe de Abraham: “volveremos a
vosotros”. Abraham creyó que iban a regresar juntos, que
Heredando las promesas
179
Dios levantaría a Isaac de los muertos. El apóstol prueba
esto en Hebreos 11:17-19:
“Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac;
y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,
habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada
descendencia; pensando que Dios es poderoso para
levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido
figurado, también le volvió a recibir”.
La edad que tenía el “muchacho” es dejada a mucha
especulación. Algunos han conjeturado que tenía 40 años.
En realidad, Isaac perdió a su madre cuando tenía 37
años, y eso sucedió tiempo después de este evento. Así
que, obviamente, tenía menos de 40 años. Algunos han
especulado que tenía 33, la edad de Cristo cuando fue
crucificado. El término “muchacho” ciertamente se
extiende hasta avanzada la adolescencia, porque a David
se le llamó muchacho cuando mató a Goliat. Yo mismo,
favorecería la idea de que Isaac estaba en los últimos
años de adolescencia, talvez cercano a la edad en que
empiezan a gozar plenamente de los derechos de hijo
(20). Creo que con el fin de cumplir el tipo, Isaac tenía
el poder de resistirse a lo que su padre estaba a punto de
hacer, pero él accedió a hacer la voluntad de su padre.
También observe que la leña fue colocada sobre Isaac: “Y
tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre
Isaac su hijo”. Como sabemos, el madero también fue
colocado sobre nuestro Señor Jesucristo para que Él la
cargara cuando subía al monte.
180
Heredando las promesas
El Padre hizo el mayor sacrificio
Todas las promesas de toda una vida estaban
personificadas (contenidas) en este hijo prometido.
Abraham había esperado mucho tiempo al heredero
prometido, había invertido su vida en este único hijo.
Ciertamente, todas las promesas están contenidas en este
hijo único, y ahora el Señor dice: “¡Ofrécelo!” Hablamos
de conocer el corazón del Padre, ¡nadie pudo conocer el
corazón de Dios el Padre de la forma en que lo hizo
Abraham! Dios el Padre, hizo el mayor sacrificio.
Dios “Se” proveerá de cordero
Génesis 22:7-8 “Entonces habló Isaac a Abraham su padre,
y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él
dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero
para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá
de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos”.
Cuando Isaac pregunta acerca del sacrificio, Abraham
responde con otra declaración de fe: “Dios se proveerá
de cordero”. Esto no solamente apuntaba hacia el Calvario,
donde sería inmolado el Cordero de los pecadores, sino
también apuntaba al hecho de que “el Mismo” Dios el
Hijo, sería el Cordero.
“De otra manera le hubiera sido necesario padecer
muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora,
en la consumación de los siglos, se presentó una vez para
siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en
medio el pecado” (He. 9:26).
Heredando las promesas
181
“Que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos
sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus
propios pecados, y luego por los del pueblo; porque
esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí
mismo” (He. 7:27).
El sacrificio es impuesto
Génesis 22:9-10 “Y cuando llegaron al lugar que Dios le
había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la
leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la
leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para
degollar a su hijo”.
El hijo es atado sobre el altar como sacrificio. También
Cristo fue clavado en el madero. Esta escena nos recuerda
lo que el salmista dijo en el Salmo 118:27: “Jehová es
Dios, y nos ha dado luz; Atad víctimas con cuerdas a los
cuernos del altar”. Realmente, este salmo es una
referencia a la llegada del Señor a Jerusalén para morir.
Cuando no estamos dispuestos a atar el sacrificio en el
altar, invariablemente vamos a tratar de volver a tomarlo.
El altar puede involucrar gente, circunstancias, un deseo
personal y hasta la propia voluntad. Pero si no está atado
con cuerdas de compromiso, con facilidad podremos
romper nuestro compromiso. Fácilmente nos
regresaremos del campo misionero, o buscaremos
renovar una relación, etc.
Génesis 22:11 “Entonces el ángel de Jehová le dio voces
desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió:
Heme aquí”.
182
Heredando las promesas
Seguramente, si el Señor no le hubiese hablado dos veces,
Abraham habría inmolado a su hijo: “¡Abraham,
Abraham!” El Señor no quería que le pasara nada al hijo
de Abraham, ¡era una prueba!
Jehová: el que provee
Génesis 22:12-14 “Entonces el ángel de Jehová le dio
voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre
el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que
temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.
Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus
espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos;
y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en
holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el
nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice
hoy: En el monte de Jehová será provisto”.
En este monte, Abraham tuvo una revelación del Señor.
“Jehová-Jireh” es uno de los siete nombres del Señor.
Significa: “el Señor provee”. Aquí, un aspecto de la
naturaleza de Dios. Él provee para todas
Un aspecto
nuestras necesidades. “Nada me faltará”.
de la
Una cosa es saber esto en teoría, pero es
naturaleza
otra cosa ver la realidad de esto.
de Dios.
Ciertamente Dios proveyó un cordero
Él provee
en este monte, y este monte pudo haber
para todas
sido el mismo monte donde el Señor Se
nuestras
proveyó del único Cordero aceptable:
necesidades.
el Señor Jesucristo.
Heredando las promesas
183
El Señor hace un juramento
Génesis 22:15-18 “Y llamó el ángel de Jehová a Abraham
segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he
jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no
me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te
bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las
estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del
mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus
enemigos. En tu simiente serán benditas todas las
naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”.
Después de que Abraham probó su obediencia ofreciendo
a su único y amado hijo, ahora el Señor hace un juramento.
Si pudiera visualizar esta escena, podría imaginar que el
Señor hizo este juramento con gran intensidad y volumen.
Casi puedo ver al Señor gritando: “SEGURO HE
JURADO POR MÍ MISMO… Porque no me has rehusado
a tu único hijo…”
Es como si el Señor estuviera diciendo: “Debido a que no
Me has rehusado lo mejor de ti, Yo no voy a retenerte lo
mejor de Mí”. Entonces, el Señor incrementa las promesas
de bendición y multiplicación: hijos tan numerosos como
las estrellas (la simiente espiritual), y como la arena del
mar (simiente natural). Pienso que también podemos decir
que después de esta prueba, Abraham pasó el tercer
requisito para reinar: “¡ser fiel!” Recuerde los tres
requisitos: llamados, escogidos y fieles.
184
Heredando las promesas
Tu descendencia poseerá
las puertas de sus enemigos
En este juramento se incluye también una promesa
adicional: “Tu descendencia poseerá las puertas de sus
enemigos”. Queremos citar las palabras de Jesús, las cuales
nos dicen que las puertas del infierno no prevalecerán contra
la Iglesia. Esa es una posición defensiva. Pero en el sentido
más real de la promesa, nosotros debemos cumplir la
posición ofensiva (asalto): “El reino de los cielos sufre
violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mt. 11:12). La
Iglesia debe poseer las puertas y las fortalezas de los
enemigos. Israel cumplió esto (en figura) cuando entró a su
Tierra Prometida. ¡Pero la Iglesia también debe cumplir
esto; la Iglesia de los días del fin será triunfante!
La bendición del Evangelio
Observemos también el versículo dieciocho: “En tu
simiente serán benditas todas las naciones de la tierra”.
El apóstol Pablo interpreta esta declaración como “predicar
el Evangelio a toda nación”.
“Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar
por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a
Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las
naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el
creyente Abraham” (Gá. 3:8-9).
Fue por medio de la descendencia de Abraham que las
naciones serían benditas. Verdaderamente, Israel (como
Heredando las promesas
185
nación) fue bendecida mientras caminó en los pasos de
Abraham. Sin embargo, este versículo no iba a comenzar
a cumplirse sino hasta que viniera la simiente prometida
de Abraham: ¡el Señor Jesucristo! Una vez más, recurrimos
al gran teólogo Pablo para una explicación:
“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a
su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase
de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es
Cristo” (Ga. 3:16). En otras palabras, las verdaderas
promesas se iban a cumplir a través del Cristo. Todas las
naciones podían ser receptoras de las bendiciones de
Abraham por medio del Cristo, Quien era de la familia
natural de Abraham: a través de Isaac, a través de Jacob y
a través de David.
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas?” (Ro. 8:32). Dios el Padre, nos dio lo más querido
y lo mejor en la persona de Su propio Hijo. Cualquier otra
cosa sería como nada, en comparación. ¡Es un gran honor y
privilegio ser parte de esta familia Real. Que nuestra
caminata sea digna del llamado!
La inmutabilidad del juramento
Quisiera volver a enfatizar la magnitud del juramento que
Dios le hizo a Abraham. Ese juramento nos concierne,
¡porque somos llamados a ser herederos de esa promesa!
Pablo usa la palabra “inmutabilidad”. El término
“inmutable” significa que no se puede alterar (no puede
cambiar). Veamos:
186
Heredando las promesas
“Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no
pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te
multiplicaré grandemente” (He. 6:13-14).
“Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor
que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el
juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios
mostrar más abundantemente a los herederos de la
promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso
juramento” (He. 6:16-17).
A los herederos de la promesa
Dios quería mostrar la inmutabilidad de Su juramento, y
debido a que no podía jurar por alguien mayor, juró por Sí
Mismo: “De cierto te bendeciré…” ¡Dios juró por Sí
Mismo, para que (nosotros) los herederos de la promesa,
estemos completamente seguros de que Él lo va a hacer!
No creo que la Iglesia, en ningún momento de su historia,
haya visto la plenitud de la bendición tal como fue prometida.
Tal vez, la Iglesia primitiva lo pudo probar por anticipado,
pero nuestro Padre reserva el mejor vino para el final. ¡Oh,
que podamos (por la gracia de Dios), ser contados dignos de
participar de las grandes cosas que Dios tiene reservadas para
la simiente escogida del linaje de Israel: La Iglesia!
En figura
· El padre sacrifica a su amado hijo único.
· Es enviado a un monte en las afueras de Jerusalén.
Heredando las promesas
·
·
·
·
·
187
El hijo tuvo que cargar la madera hacia el monte.
Después él fue colocado sobre la madera.
El hijo se somete al evento.
El padre cree que su hijo se levantará de la muerte.
Las naciones del mundo son benditas a través de este
acto de obediencia.
El perfeccionamiento de nuestra fe
Para concluir este episodio, considere lo que el apóstol
Santiago dijo en referencia a este evento: “¿No fue
justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando
ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe
actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó
por las obras?” (Stg. 2:21-22).
Previamente, hemos comentado sobre la “justicia de la fe”.
Abraham simplemente le creyó a Dios con respecto al
heredero prometido, y le fue contado por justicia. Pablo usó
este texto (Gn. 15:6) en el libro a los Romanos, para establecer
su doctrina de salvación: justificación sin obras (Ro. 4:3).
Ahora, Santiago usa el sacrificio de Abraham, para enfatizar
el “perfeccionamiento de nuestra fe”: por obras.
· Somos salvos por simple fe, ¡no se aceptan las obras!
· Nuestra fe es perfeccionada en nuestras obras, ¡se
requiere de obediencia!
189
SACRIFICAR A
NUESTRO ISAAC
En esta caminata de fe, nosotros (en algún lugar y tiempo)
vamos a tener que sacrificar a nuestro “Isaac”. Vamos a tener
que renunciar a algo que nos es muy cercano y muy querido.
Recientemente, un amigo nuestro dijo que Dios había tratado
con él con respecto a “soltar a su Isaac” para servir a tiempo
completo en otra parte. Este pastor tenía a un anciano muy
querido, a quien no quería soltar. Pero eso es relativamente
pequeño, en comparación a lo que algunos deben sacrificar.
Alguien contó una historia de un hombre que trabajó por
años, entregándose a un trabajo que él sintió que el Señor le
había prometido. Entonces, cuando por fin estaba
prosperando el trabajo, el Señor le dijo: “¡Ahora, sacrifícalo!”
Como entiendo esta historia es que, después que el hombre
entregó su “Isaac”, Dios lo llevó hacia un lugar mucho más
grande. Sin embargo, no debemos pensar que siempre resulta
de esta manera. Pero va a haber un “Isaac”, y el resultado
está en las manos de la providencia, la providencia divina.
Dios trató con otro hombre en cuanto a entregar a su esposa.
Él sabía que ésta no iba a ser una prueba ordinaria. Sabía
que era su Isaac, y tuvo mucha dificultad para sacrificarla.
¡El Señor se llevó a su esposa con Él! ¡No podemos
solamente suponer que vamos a recuperar a nuestro Isaac!
A menudo implica un gran precio, ¡y aquellos que son
grandes en el cielo han sacrificado un Isaac!
Heredando las promesas
190
La ecuación
Hay un antiguo himno titulado La cruz no es mayor que Su
gracia. Cuando miramos lo que hemos perdido a la luz de lo
que hemos ganado, no hay comparación. No obstante, algunas
cosas solamente pueden ser recompensadas en el cielo. Tal
vez, deberíamos considerar nuevamente la ecuación de lo
que Abraham perdió comparado con lo que ganó:
Comparación de lo que Abraham perdió con lo que ganó:
Abraham dejó su país
Tuvo un buen
nombre.
Dejó su familia.
Dios lo estaba llevando a un
mejor país.
Dios le dio un mejor nombre.
Dios le dio una familia más
grande.
Se separó de Lot.
Dios lo llevó a Hebrón, un lugar
de mayor compañerismo, y de
mayores promesas.
Rechazó los
Dios dijo: “Yo soy tu galardón
galardones del mundo sobremanera grande”.
(de los reyes) cuando
rescató a Lot.
Entregó a su único
Dios le da las naciones de la
tierra.
hijo.
Muchas de las promesas dadas a Abraham todavía no han
sido cumplidas.
Génesis 22:19 “Y volvió Abraham a sus siervos, y se
levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó
Abraham en Beerseba”.
Abraham regresa a Beerseba, donde había levantado un
altar. Años después, Isaac regresa a Beerseba (el pozo del
testimonio), y allí, Dios le confirma el pacto.
Heredando las promesas
191
EL LUGAR DE LA SEPULTURA
La muerte de Sara
Génesis 23:1-2 “Fue la vida de Sara ciento veintisiete años;
tantos fueron los años de la vida de Sara. Y murió Sara en
Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y
vino Abraham a hacer duelo por Sara, y a llorarla”.
En el capítulo veintitrés, muere la esposa de Abraham y
éste debe buscar un lugar para sepultarla. Continúe
teniendo en mente que Abraham y Sara solamente eran
peregrinos pasando por una tierra que aún no era suya.
Como el escritor de Hebreos dijo: “Habitando en la tierra
de la promesa, como extranjeros…”
La importancia del lugar de sepultura
El lugar de sepultura tiene gran importancia en la
Escritura. Ciertamente, vamos a encontrar que muchos
de los santos del Antiguo Testamento, fueron muy
específicos con respecto al lugar de su sepultura. Jacob
hizo que José prometiera enterrarlo en el lugar de sus
padres (Abraham e Isaac). José también dio una orden
con respecto a sus huesos:
“Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de
Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos” (He. 11:22).
192
Heredando las promesas
José no quería que sus huesos se quedaran en Egipto; él
quería resucitar en la tierra de la promesa (pasarían otros
400 años antes que sacaran sus huesos de Egipto). Aún
más, durante el tiempo de los reyes de Judá, encontramos
que algunos reyes fueron específicamente sepultados en
el “sepulcro de los reyes”, y otros no. Todos los reyes
piadosos fueron sepultados en el sepulcro de los reyes,
indicando que ellos reinarían en el Milenio.
Hay un mensaje en el lugar de la sepultura. Tal vez el
nombre del lugar denota algo con valor eterno. Tal vez
dice cómo fue su final. Como dijo Salomón: “En el lugar
que el árbol cayere, allí quedará”. En otras palabras, el
lugar donde terminamos puede ser una revelación de
nuestra futura porción. También puede ser el lugar de
nuestra futura heredad. Hemos conocido misioneros que
querían ser sepultados en la tierra de su heredad.
Macpela: la doble porción
El capítulo veintitrés, básicamente comprende el campo
y la cueva que Abraham compró para lugar de sepultura.
Contemplemos algunas de estas verdades. Primero, el
nombre del lugar:
Génesis 23:19-20 “Después de esto sepultó Abraham a
Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela al
oriente de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.
Y quedó la heredad y la cueva que en ella había, de
Abraham, como una posesión para sepultura, recibida
de los hijos de Het”.
Heredando las promesas
193
Abraham sepulta a Sara en la cueva de Macpela. Macpela
significa “el doble”. Esta cueva representa la doble
porción. En la eternidad habrá quienes merecerán la doble
porción. En el cielo hay un libro de los que han
alcanzado la bendición del primogénito: ¡la doble
porción! (ref. Sal. 87:5-6 y He. 12:22-23). Isaías también
menciona a aquellos que segarán “el doble” (Is. 61:7).
Job también alcanzó la doble porción después de su
horrenda prueba; y hay otros como José, que calificaron
para el doble. ¡Por favor, note que todas estas personas
pagaron un gran precio!
Más tarde, Abraham es sepultado aquí, en Macpela.
También fueron sepultados aquí Isaac y Rebeca, Jacob y
Lea (pero no Raquel): los tres patriarcas, con quienes
Dios reconfirmó Su pacto (y sus esposas) fueron contados
por dignos de ser sepultados aquí. ¡Ellos recibieron la
doble porción!
Raquel quedó descalificada
Previamente, mencioné que Raquel (una de las esposas
de Jacob) no fue sepultada aquí. Raquel era idólatra
(Gn. 31:32), y fue desheredada de las promesas dadas a la
santa familia. Oh, eran solamente pequeños dioses, pero
Raquel transmitió algo a su descendencia, y más tarde, Efraín
(el reino del Norte) llegó a ser bastante idólatra. Hay muchas
cosas que pueden descalificarnos de una gran herencia. Juan
nos advierte que no perdamos el galardón y la corona:
“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de
vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo” (2 Jn. 1:8).
194
Heredando las promesas
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que
ninguno tome tu corona” (Ap. 3:11).
La meta
Jacob fue insistente en que lo sacaran de Egipto para ser
sepultado en Macpela. ¡Él vio la importancia espiritual
de Macpela! (casualmente, este monumento aún existe
en Hebrón). Pero permítanme volver a enfatizar en el peso
de lo que se está diciendo aquí. ¡Lo que cuenta es cómo
llegamos a la meta! Todo el énfasis de este relato, es
hacernos conscientes de que, lo que importa, es cómo
terminamos esta carrera.
El apóstol Pablo dijo: “He terminado mi carrera… por
lo demás me está reservada la corona...” Para obtener la
corona, debemos terminar el asunto para el cual Dios nos
puso aquí. Quiero animarlo: ¡si usted aún no sabe el
propósito por el cual está aquí, comience a buscar a Dios
por ese propósito!
Hebrón
Que es Hebrón, en la tierra de Canaán. Hebrón era muy
especial para Abraham. Representa el lugar de verdadero
compañerismo, la unidad de los hermanos. Más tarde,
llegaría a ser el lugar de la segunda y la tercera unción de
David. Los creyentes deben experimentar la segunda y la
tercera unción para poder reinar en el Milenio. No dije
para ser salvos, sino para reinar. Los que están con
Cristo han sido llamados, escogidos y fieles (Ap. 17:14).
Heredando las promesas
Primera unción:
Segunda unción:
Tercera unción:
195
ser llamado.
ser escogido.
ser encontrado fiel.
Pagar el precio
Abraham quería comprar este lugar como terreno para su
sepultura, pero debido a que los hititas (hijos de Het)
respetaban tanto a Abraham, querían darle el terreno y la
cueva (versículos 3-20). No obstante, Abraham insistió
en pagar el precio completo. ¡Esto refuerza el hecho de
que hay un precio a pagar para terminar como un vencedor!
En la caminata de Abraham, no hay atajos ni precios de
oferta. Ciertamente, Proverbios nos dice que una herencia
que se adquiere de prisa, ¡no tardará! (Pr. 20:21).
Abraham insistió en pagar el precio completo de 400
siclos. Al observar la primera mención del número “400”,
vemos que significa “aflicción”. ¡Israel iba a ser afligida
400 años! Pero como dijo el salmista: “Muchas son las
aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová”
(Sal. 34:19).
El número “400” también puede significar
plenitud (4x100), o puede significar testigo
universal (cuatro significa universal: los cuatro
vientos, los cuatro Evangelios, etc.) Ciertamente,
¡el nombre de Abraham aún es conocido por toda
la tierra!
197
EN BUSCA DE
UNA ESPOSA PARA ISAAC
Génesis capítulo 24
Al comenzar el capítulo 24, Abraham está preocupado en
buscar una esposa para Isaac. Isaac tiene cerca de cuarenta
años en este momento (Gn. 25:20), y él es el siguiente
progenitor de la simiente santa. También, mantengamos
en mente que ellos aún están viviendo entre los cananeos,
y Abraham no quiere que su hijo se una en yugo desigual
con una extranjera (ver 2 Co. 6:14).
La misión del mayordomo
Génesis 24:1-3 “Era Abraham ya viejo, y bien avanzado
en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo. Y
dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa,
que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora
tu mano debajo de mi muslo, y te juramentaré por Jehová,
Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás
para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los
cuales yo habito”.
La costumbre usual en esos días era que el padre arreglara
el matrimonio. Sin embargo, en este caso, Abraham le da
la comisión a su mayordomo (con un juramento) de que
198
Heredando las promesas
encuentre una esposa para su hijo, (el mayordomo en este
escenario, es casi un tipo del Espíritu Santo). Fue Dios quien
le dio esposa a Adán, y es Dios Quien encuentra una buena
esposa para Sus hijos. La misión del mayordomo, en todo
este capítulo, es encontrar la esposa correcta.
“La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas
de Jehová la mujer prudente” (Pr. 19:14).
El desastre de un yugo desigual
Abraham, conociendo que las promesas se iban a cumplir
a través de su descendencia, está muy preocupado por que
Isaac no se case con una de las habitantes impías de
Canaán. Ésta debe ser una preocupación, no sólo de los
padres, sino también del ministro. No podemos permitir
que nuestros hijos espirituales se casen con cualquiera.
Un mal matrimonio debilita la simiente santa y,
eventualmente, anula las promesas. Éste fue uno de los
mayores problemas en la era de la restauración. La simiente
santa se estaba uniendo en matrimonio con los forasteros
y extranjeros del reino. Sólo la mitad de sus hijos podían
hablar la lengua de los judíos (Neh. 13:24, LBLA). En
otras palabras, sus hijos perdieron la visión.
Uno de los peores desastres en la historia de Israel,
comenzó con el matrimonio entre el linaje de los reyes
devotos de Judá y los reyes impíos del Norte (2 Cr. 22:2-4).
Éste arruinó el Reino.
Malaquías, quien fue uno de los profetas en la era de la
restauración, dijo esto con respecto al matrimonio: “¿No
Heredando las promesas
199
hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y
por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios”.
El propósito del matrimonio es producir una simiente para
Dios (Mal. 2:15). Es por esto que es imperativo que la
esposa esté unida a la visión de su esposo. Si un joven
tiene un llamado sobre su vida, no es suficiente con que
simplemente busque a una joven que sea cristiana. ¡Ella
debe tener el mismo nivel de compromiso! Casi
invariablemente, una esposa desviará a su esposo de su
llamado, si no está unida a él en éste.
Dios creó a Eva para que ayudara a Adán a cumplir su
tarea: “Haré una ayuda idónea para él”. Sara fue
conocida por su disposición de seguir a Abraham y de ser
su ayuda. Esposos y esposas están unidos para ser
coherederos (1 P. 3:6-7).
Guárdate que mi hijo no regrese…
Génesis 24:4-6 “Sino que irás a mi tierra y a mi parentela,
y tomarás mujer para mi hijo Isaac. El criado le respondió:
Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra.
¿Volveré, pues, tu hijo a la tierra de donde saliste? Y
Abraham le dijo: Guárdate que no vuelvas a mi hijo allá”.
Guárdate de que mi hijo no vaya de regreso al lugar de
donde venimos. Esto es reiterado en los versículos 8 y 9:
“Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, serás libre de
este mi juramento; solamente que no vuelvas allá a mi
hijo”. El tiempo de los patriarcas hasta David, fue un
tiempo de peregrinaje. Si Isaac regresaba a la tierra que su
padre había dejado, todo el plan y propósito de Dios se
200
Heredando las promesas
habría frustrado. Hubiera estado retrocediendo (una
digresión). Este peregrinaje es siempre progresivo.
Una de las cualidades de la esposa tenía que ser esta: tenía
que estar dispuesta a dejar su tierra y su familia para ir
con Isaac. La tarea del mayordomo era regresar a la familia
de la cual Abraham había salido (en realidad, ésta era la
descendencia piadosa que procedía de Noé, por medio del
linaje de Set). La misión del mayordomo (un tipo del
Espíritu Santo), era encontrar una joven que encajara con
el criterio de “La Esposa”.
Las cualidades de la esposa
Este es un capítulo algo largo, así que vamos a resumir
las cualidades que el ministro encontró en la “futura
la esposa”:
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
Era del linaje santo.
Fue guiada por el Espíritu Santo (versículos 13-14).
Era muy hermosa: una belleza santa (versículo 16).
Era virgen (pureza, versículo 16).
Era trabajadora (versículos 19-20).
Estaba dispuesta a ir más allá de lo que se le pedía
(versículos 19-20).
Era hospitalaria (versículo 25).
Estaba dispuesta a dejar su familia y su tierra
(versículo 58).
No dudó en ir, aunque su familia quería retenerla
diez días (una prueba, versículo 55).
Ella es un tipo de la Esposa de Cristo.
Heredando las promesas
201
Me iré
Génesis 24:58 “Entonces llamaron a Rebeca, y le dijeron:
¿Te irás con este hombre? Y ella dijo: Me iré” (LBLA).
Dios le había concedido al mayordomo de Abraham
muchas señales, al guiarlo hacia esta joven. Sin embargo,
hay un versículo que quisiera examinar con respecto a
esta guianza: “Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi
amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia
y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de
los hermanos de mi amo” (Gn. 24:27).
“Guiándome Jehová en el camino…” Ésta es una maravillosa
inspiración para guianza. Algunos tienen la idea que
solamente tienen que sentarse y el Señor les traerá todo a la
puerta de su casa. Es como buscar trabajo: usted tiene que
movilizarse antes de que el Señor lo guíe allí. Tiene que haber
cierto esfuerzo de nuestra parte: “Guiándome en el
camino…” El Señor dijo: “Si me buscan, me encontrarán”.
Génesis 24:59-61 “Y enviaron a su hermana Rebeca y a
su nodriza con el siervo de Abraham y sus hombres. Y
bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Que tú, hermana
nuestra, te conviertas en millares de miríadas, y posean
tus descendientes la puerta de los que los aborrecen. Y se
levantó Rebeca con sus doncellas y, montadas en los
camellos, siguieron al hombre. El siervo, pues, tomó a
Rebeca y partió” (LBLA).
Ahora, Rebeca está por convertirse en la siguiente madre
que va a continuar la simiente santa de la estirpe de
202
Heredando las promesas
Abraham. Espero que podamos apreciar el mensaje
impartido en este capítulo y a través de este comentario.
Si la descendencia no es buena, las promesas no son
efectivas. Cada generación debe producir hijos piadosos
para que puedan reproducirse en generaciones sucesivas.
¡Más aún, las esposas que tomen nuestros hijos o las van
a lograr o las van a truncar!
203
CETURA
Génesis25:1-5
Descendencia en el Milenio
Génesis 25:1 “Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre
era Cetura”.
Tiempo después de la muerte de Sara, Abraham toma a
otra mujer, cuyo nombre es “Cetura”. Cetura es también
una figura, así como lo fueron las dos esposas
anteriores. Al igual que Sara y Agar, ella representa una
dispensación:
· Agar: el Antiguo Pacto.
· Sara: el Nuevo Pacto.
· Cetura: el Milenio.
Los descendientes de Agar representan la simiente natural
de Israel. Los descendientes de Sara representan la
simiente espiritual de Israel: la Iglesia. Los descendientes
de Cetura representan la simiente de Abraham que nace
durante el Milenio. Cetura le dio a Abraham seis hijos
(versículo 2), que también llegaron a ser grandes
naciones. Debemos recordar que durante el reinado de
1,000 años de Cristo, aun hay muchos mortales vivos
(y reproduciéndose) sobre la tierra.
204
Heredando las promesas
Isaac aún posee la mayor herencia
Génesis 25:5-6 “Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac.
Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y
los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el
oriente, a la tierra oriental”.
Los otros hijos recibieron dones y fueron enviados lejos,
¡pero Isaac recibió todo! La herencia prometida a la simiente
espiritual, excede todo lo que herede el Israel natural, y
hasta lo de los descendientes nacidos durante la siguiente
dispensación. ¿Por qué es esto? Porque la Iglesia ha pagado
un precio mayor al de aquellos que nacen en el Milenio.
Una buena comparación serían David y Salomón. David
tipifica la Era de la Iglesia, y a uno que pelea las batallas
del Señor. Salomón tipifica la Era Milenial, que es un reino
de paz y prosperidad. Durante el Milenio, Satanás ha sido
atado, y la tierra ha sido limpiada de sus legiones
demoníacas. Por lo tanto, no existe la misma tentación.
¡Aquellos nacidos en el Milenio, no tendrán que luchar
las mismas batallas que la Iglesia ha tenido que pelear!
(sin embargo, en el Milenio aún existirá el pecado).
¡Todos los de la simiente de Abraham, los hijos de la fe,
los nacidos y perfeccionados durante la Era de la Iglesia,
tienen las más grandes promesas!
Quiero nuevamente exhortarnos a que insistamos en conocer
a Cristo. Algunos se conforman con estar relacionados con
Abraham y tener unos pocos dones. ¡Ésa no es la máxima
visión! Hemos conocido ministros que tenían dones
maravillosos, y aun así, su vida no reflejaba a Cristo, la
Simiente prometida. Estamos llamados a “ser como Él”.
205
ABRAHAM MUERE
LLENO DE AÑOS
Génesis 25:7-9 “Y estos fueron los días que vivió
Abraham: ciento setenta y cinco años. Y exhaló el espíritu,
y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años,
y fue unido a su pueblo. Y lo sepultaron Isaac e Ismael
sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón
hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre”.
Abraham muere a los 175 años. Considerando la verdad
numérica de su muerte, recordaremos que la primera
mención de la edad de Abraham fue en Harán, y tenía 75
años. Abraham comenzó a caminar totalmente con Dios, a
los 75 años, después de la muerte de su padre. Por lo tanto,
el número 100 es el número que ejemplifica su vida. De
hecho, Abraham tenía 100 cuando llegó el prometido Isaac.
Perfección
Cien, habla de plenitud y perfección. ¡La frase “lleno de
años” se traduce como “completamente satisfecho con los
años” o “gratamente satisfecho con los años!”
Verdaderamente, la vida de Abraham tuvo pruebas y
tribulaciones, pero en el análisis general, la vida de
Abraham estuvo llena de días gratos, ¡“completamente
satisfecho con la vida!” Es agradable caminar con el Señor
206
Heredando las promesas
Jesucristo. ¡Es un camino grato, y podemos alcanzar el
final de nuestra vida completamente satisfechos! Como
canta el himno del ayer: “Más agradable con el pasar de
los años…” Abraham había sido perfeccionado, y sus
pasos establecen el ejemplo para los hijos de la promesa.
Observe la respuesta de Jesús a Pedro cuando éste le dijo:
“Señor, lo hemos dejado todo…”
“Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay
ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas,
o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de
mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en
este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y
tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida
eterna” (Mc. 10:29-30).
Quiero resaltar que si la vida fuera sólo
bendición, nunca podríamos conocer a Cristo.
¡Debe haber persecuciones dispersas a lo largo
de este camino, para mantenernos caminando
cerca de nuestro Señor!
La sepultura de Abraham en Macpela, nos dice que calificó
para la doble porción, y eso nos dice que lo mejor está
aún por venir (en la conclusión, vamos a estudiar más
sobre el estado eterno de Abraham).
La exhortación final de Abraham
Aunque Abraham murió 2,000 años antes de Cristo;
Cristo nos permite escuchar una exhortación más:
“Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste
Heredando las promesas
207
tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero
ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado” (Lc. 16:25).
Lo trágico de esta declaración, es que Abraham le estaba
hablando a uno de sus hijos quien estaba en el infierno.
¡Es triste que muchos hijos de Abraham estén buscando
sus bienes en esta vida, y descalificándose de la herencia
que es eterna! En algunos casos, ¡ellos se están
descalificando de la misma vida eterna! (a propósito, ¡ésta
no fue una parábola!).
La caminata del peregrino
La vida de Abraham nos ha mostrado en dónde debería
estar nuestro verdadero énfasis. Por esa razón,
concluimos este episodio resaltando algunas de las
lecciones que hemos aprendido:
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
La vida cristiana es un peregrinaje, ¡una caminata de fe!
El verdadero peregrino tiene una visión.
El verdadero peregrino anhela otra nación, y ésta es celestial.
La caminata del verdadero peregrino es hacia delante,
sin regresar.
El verdadero peregrino debe de poner el hombro para trabajar.
El verdadero peregrino debe ser un estudioso de los
caminos de Dios.
El verdadero peregrino se debe separar del mundo.
El verdadero peregrino sólo puede caminar con aquellos
que tienen la misma visión.
El verdadero peregrino debe pelear las batallas del Señor.
El verdadero peregrino debe ser un salvador para los
que están a lo largo del camino de la vida.
· La vida del peregrino es una vida de sacrificio y
devoción.
· El verdadero peregrino es aquel cuyo corazón está
circuncidado.
· El verdadero peregrino tiene una promesa.
· El verdadero peregrino verá cumplidas esas promesas.
· ¡El verdadero peregrino conocerá ese “gozo inefable”!
· El verdadero peregrino va a experimentar las agradables
enramadas, las deleitables montañas y la “tierra de
Beula”.
· En su viaje, el verdadero peregrino va a encontrar (por
momentos) a su Señor.
· La senda del peregrino es una senda de justicia, paz y
bendición.
· Al verdadero peregrino le espera una gran herencia.
· El verdadero peregrino formará parte de la Iglesia de
los primogénitos, ¡la Iglesia de la doble porción!
A menudo, la gente nos dice que es difícil ser
cristiano, pero por experiencia personal, y por
observación personal, ¡puedo decir que es más
difícil ser pecador! Querido amigo, ¡escoja la
senda que conduce a la vida!
209
CONCLUSIÓN
Indudablemente, Abraham verá cumplidas las promesas
en el Milenio, y por toda la eternidad. Además, si somos
fieles, también nosotros tendremos la oportunidad de
formar parte de ese cumplimiento. Lo que hace este estudio
tan fascinante, es que nosotros (la Iglesia) figuramos en
la conclusión de la visión de Abraham.
· La verdadera Iglesia es la de la circuncisión (Ro. 2:28-29).
· La verdadera Iglesia tiene la “promesa de Isaac”
(Ro. 9:7-8).
· La verdadera Iglesia representa a los hijos de la promesa
(He. 6:13).
· La verdadera Iglesia es la simiente prometida de
Abraham (Ro. 2:28-29).
· La verdadera Iglesia debe cumplir la visión del padre
Abraham (He. 11:39-40).
La arena: la simiente terrenal (Israel).
Las estrellas: la simiente espiritual (la Iglesia).
Abraham los vio en figura
Lo que Abraham vio desde lejos, solamente fue una
sombra de las cosas por venir. Abraham solamente las
obtuvo en una medida simbólica, o en figura. Él nunca
210
Heredando las promesas
vio la “manifestación exterior” de lo prometido. Como
declara el autor de Hebreos: “Conforme a la fe murieron
todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo
de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que
eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (He. 11:13).
Le fue contado a Abraham (por fe) como si hubiera
entrado, y aún así, él nunca vio la realidad de las cosas
que se esperan, porque él sólo las vio en visión:
“Y todos éstos, habiendo obtenido aprobación por su
fe, no recibieron la promesa, porque Dios había provisto
algo mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran
hechos perfectos sin nosotros” (He. 11:29-30, LBLA).
Debemos completar las obras de la fe
Todos éstos murieron en fe y fueron contados como si
hubieran obtenido, y sin embargo, nosotros debemos
concluir su visión. Debemos entrar a las cosas que
nuestros padres vieron desde lejos. Como lo declara la
última oración de Hebreos once: “Ellos no fueran hechos
perfectos (completos) sin nosotros” .
Nosotros (la Iglesia) debemos ver la bendición del ciento
por uno. ¡La Iglesia debe ver la cosecha de los tiempos
del fin, la multiplicación, y, ciertamente, la caída de las
puertas del enemigo! Es la Iglesia de los días del fin la
que debe cumplir la gran comisión (Mt. 24:14). ¡Nuestro
Señor va a tener un pueblo que en el fin aparece y hace las
obras de Abraham! (ver Jn. 8:39).
Heredando las promesas
211
Que captemos una fresca visión
“A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de
aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no
pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo:
De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré
grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó
la promesa. Porque los hombres ciertamente juran por uno
mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es
el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo
Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la
promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso
juramento” (He. 6:12-17).
Las promesas hechas a Abraham y a sus herederos fueron
inmutables. El Señor juró por Sí Mismo que Él las cumpliría.
¡Oh, queremos formar parte de esto! Queremos ser de la
verdadera circuncisión que camina en el Espíritu. Aquellos
que no solamente son llamados, sino también escogidos y
encontrados fieles, como lo fue nuestro padre Abraham.
En estos últimos días, el Señor ha reservado la plenitud de
las bendiciones para los verdaderos herederos de la promesa.
¡Qué nosotros (por la gracia de Dios) formemos parte de la
gloriosa Ciudad que Abraham vio. Amén!
RECONOCIMIENTO
Después de estudiar la vida de Abraham, he
llegado a apreciar aún más a mi propio padre
espiritual, quien no solamente es mi padre
espiritual, sino un padre de naciones y reyes.
¡Su influencia y fidelidad sobre la tierra,
literalmente ha sostenido en su curso a la Iglesia
de nuestro tiempo!
En mi opinión (y no estoy solo) ¡el Dr. Brian
Bailey es el hombre más grande de nuestra
generación! Él nos ha impartido a nosotros (sus
hijos) la clave del conocimiento y el ejemplo
personal, por medio de los cuales perfilar
nuestras vidas.
Para obtener más información o ejemplares adicionales,
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Los EE. UU.
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