1 Antes entendamos que papel juega el capital como relación social
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1 Antes entendamos que papel juega el capital como relación social
El capitalismo que nos destruye José Iglesias Fernández Economista La función del capital en el modo de producción capitalista El único mandamiento del capitalismo es no atentarás contra la propiedad privada Antes entendamos que papel juega el capital como relación social dentro del capitalismo. El modo de producción capitalista no produce mercancías para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, sino para obtener un beneficio, un beneficio que se consigna legalmente a título privado de las empresas o de los individuos. El beneficio se genera y realiza mediante la acción sistémica de tres sectores: la producción, la circulación y la financiación. En la esfera de producción se origina la explotación mediante la apropiación privada del plusvalor; en la esfera de la circulación se valoriza el plusvalor que se convierte en beneficio. El área financiera tiene como una de sus funciones recoger el ahorro de las empresas y las familias para, mediante la concesión del crédito para la inversión de las empresas y para el consumo a las familias, volver a inyectar este dinero en la economía; una de las fuentes de beneficio de los bancos y entidades financieras consiste en captar estos recursos monetarios a un interés más bajo que el que prestan posteriormente a las mismas entidades y personas. ¿Cuál es el papel reservado a los ciudadanos en el sistema? La de entrar en la esfera de producción a vender su fuerza de trabajo al capital (los empresarios) y, con el dinero que perciben, poder entrar en la esfera de consumo a comprar la cesta de bienes necesaria para producir y reproducir la fuerza de trabajo que volverán a vender a los capitalistas. Es decir, las personas forman una parte muy importante de la lógica de acumulación del sistema: primero producen plusvalor para el capital y después son los agentes que valorizan el plusvalor. Aquí volvemos a repetir como el capital es una relación social, en el sentido que controla a la otra relación social, compuesta por la ciudadanía, que se ve obligada a producir y reproducir la fuerza de trabajo que, obligatoriamente ha de vender a los empresarios para poder sobrevivir. Este dominio establece relaciones de clase y de poder. Con los bancos, las empresas constituyen los agentes económicos que controlan, horizontal y verticalmente, las mercancías que se producen dentro del modo de producción capitalista: los recursos productivos, los productos intermedios y los productos acabados. La táctica de unos y otros es controlar los sectores estratégicos del sistema para conseguir una parte mayor en el reparto de beneficios. Dentro de la esfera de las primeras materias, encontramos empresas y bancos dedicados a controlar el agua; el petróleo; el gas; la electricidad; la tierra como base de la riqueza forestal, agraria y ganadera, los minerales, la extracción de productos energéticos, los embalses de agua; y el aire como origen del fraccionamiento de muchos gases, etc. Dentro del ámbito dedicado a la producción de bienes intermedios, muchas de estas mercancías son producidas dentro de las propias empresas, o por una serie de empresas pequeñas y medianas, frecuentemente en la forma de redes productivas. Finalmente, volvemos encontrar la misma táctica de control de las empresas en el ámbito del producto acabado; se trata de asegurar la valorización del plusvalor generado en las etapas anteriores. Tampoco debemos olvidar el carácter transnacional de las empresas dominantes, cuyo ámbito territorial de sus negocios ya no es un país sino muchos, y que ha convertido al sistema en una economía mundo 1 (Véase Anexo Cuadro 2). Una última característica del sistema es el papel que juega la propiedad privada de los recursos productivos y de las mercancías producidas en el capitalismo. La propiedad es detentada por individuos, a los que llaman accionistas, y por empresas y bancos que depositan parte de sus recursos en la forma de acciones. Por tanto, podemos encontrar la propiedad de una empresa bajo la forma individual, familiar o, como es reciente, por un conjunto de empresas y entidades financieras (bancos, cajas de ahorro, empresas de seguros, etc.) que se agrupan para controlar sectores estratégicos de la economía. Habitualmente, la gestión es ejercida por una parte muy pequeña de accionistas, coaligados con las empresas y bancos que 1 Léanse las interpretaciones sobre el desarrollo del capitalismo de S. Amín, G. Arrigi, D. Harvey, A. Negri, I. Wallerstein, por citar algunos. 1 forman el núcleo institucional, que se constituyen en Consejo y controlan la propiedad y la gestión del banco. Estas relaciones de poder por parte del capital organizado en unidades empresariales, las podemos verificar tomando el Banco de Santander Central Hispano como ejemplo. Su Informe a los accionistas del tercer trimestre del 2006, nos detalla la evolución del accionariado y del capital en acciones, así como el núcleo de la gestión de esta entidad. Con este ejemplo, comprobamos como la propiedad de casi un 5% del capital social da el poder de gestión a un pequeño grupo de individuos que se constituyen en consejeros de la entidad. Esta permanente venta y compra de paquetes de acciones de empresas y bancos entre bancos y empresas, hace muy difícil precisar quién es propietario de que. Hoy en día, una de las características esenciales de las fusiones es la manera de que muchas de las entidades financieras y aseguradoras realicen enormes beneficios. Informe del BSCH Accionistas Número de accionistas: 2.350.276 Número de acciones en circulación: 6.254.296.579 Distribución del capital social Acciones del Consejo: 294.167.708; 4,70% del total. Acciones de otras empresas y bancos: 3.660.451.613; 58,53% del total. Acciones de personas privadas: 2.299.677.258; 36,77% del total. En resumen, la avaricia del capitalista, expresada por la apropiación privada del beneficio, es la energía que mueve el sistema. Las mercancías producidas y el intercambio en los mercados, son el aceite y los engranajes del sistema. La riqueza que se produce y el poder que esta genera, son otros mecanismos que aseguran que funcione el sistema y el capital lo controle. Esta es la lógica de acumulación y apropiación del capitalismo. No es una crisis del capitalismo globalizado, sino de su modelo de acumulación neoliberal ¿Crisis, recesión, frenazo, timo ejercido por algunos grandes directores? Si alguien sabe lo que le pasa a la economía capitalista, que lo diga Conviene que nos quede claro desde un principio que esta hecatombe económica-financiera actual no es una crisis del sistema capitalista, sino más bien un fracaso del modelo de acumulación neoliberal que tan bien le ha funcionado al capital desde los ‘80, pero que de tanto exprimirlo, se ha agotado. También se ha agotado, aunque sólo sea en parte, por la avaricia, la rapiña y la incompetencia de los responsables políticos e empresariales que están al frente de los países, de los bancos y de las transnacionales más importantes que dominan la gran parte de las actividades económico-financieras de la economía mundo. Estos gestores son los responsables de este desaguisado, y tratan de esconder su irresponsabilidad mediante declaraciones en las que las poblaciones aparecemos como los verdaderos culpables: dicen que ganamos demasiado, que consumimos desmedidamente, que la cláusula de revisión salarial de los convenios es especialmente nociva, y que los despidos son caros.2 Hasta el dúo Merkozy, ambas cámaras de la administración norteamericana (Congreso y Senado), y otras instituciones internacionales critican las remuneraciones desmedidas de los gestores del capitalismo, que estos días nos abruman con declaraciones en las que nos hacen responsables a los ciudadanos de la debacle del modelo neoliberal, para de esta forma, repito, esconder sus incompetencias al frente del sistema. Por tanto, si se están llevando acabo grandes operaciones con dinero público para salvar el sistema financiero mundial, ¿porque no dedicar este dinero a salvar la economía real bajo la titularidad de los Estados, en España, bajo la nacionalización por parte del gobierno de los sectores y las actividades que proponemos más abajo? 2 “Más audacia reformista”, reclama el presidente del BE. 2 En el capitalismo, nada funciona La avaricia, el exceso y la corrupción, las tres ‘virtudes’ capitales del sistema capitalista Visto desde el punto del bienestar del ciudadano, decir que el capitalismo no funciona no es nuevo. Las ineficiencias aparecen por todos sus costados, con la cantidad de malestar que supone para los mortales. No hay más que asomarse a los medios y ver como la gente se queja de todo. Del transporte, de los alimentos, de la vivienda, de los atascos y colas en las autopistas; de las inundaciones pues no hay infraestructuras, de las lluvias pues cuando caen cuatro gotas se paraliza el tráfico, de los apagones, y un largo etcétera que vamos a reseñar. Esto se debe al afán de aumentar los beneficios del capital a expensas de reducir costos, mal pagando la mano de obra empleada, y dejando de realizar las inversiones necesarias para renovar o modernizar el aparato productivo. Pero también a la falta de una cultura de la contestación por parte de los ciudadanos que sólo nos lamentamos,3 pero que después vamos como borregos a votar a los políticos de quienes nos quejamos. Contrario a lo que afirman los economistas y otros profesionales defensores del capitalismo, que este es el modelo que mejor produce,4 lo que está ocurriendo últimamente en los países desarrollados nos da razones para sostener que el capitalismo no funciona como sistema, y que dentro de la estructura del mismo, el sector privado, cuando funciona lo hace siempre con peores rendimientos que el sistema público. Las energías son uno de los recursos productivos esenciales para el funcionamiento de cualquier economía. Actualmente,5 en la mayoría de las sociedades desarrolladas, este factor productivo está controlado por las empresas, frecuentemente transnacionales, del sector privado. El caso de los apagones en Barcelona nos va a servir para demostrar lo que decimos sobre el sistema en general y el sector privado en particular. Hace unos días, un apagón que duró tres días en unos barrios de esta ciudad, afectó inicialmente a una población de más 350.000 personas, con los consiguientes resultados. Dejemos a los medios, que como profesionales de la noticia, explicarán el hecho mejor que yo: Alrededor de 110.00 usuarios de Fecsa-Endesa en Barcelona siguen sin suministro eléctrico y no está previsto que recuperen el servicio hasta, por lo menos, este martes, debido a que todavía no han sido reparadas dos de las cuatro subestaciones averiadas a causa del gran apagón que ha afectado a la ciudad desde primera hora. Fecsa-Endesa y Red Eléctrica Española han explicado que el retraso en el restablecimiento del suministro eléctrico se debe a que aún no se han solucionado los problemas en dos de las subestaciones afectadas: la de la calle Urgell y la del paseo Maragall. La avería en esta última subestación podría tardar días y hasta semanas en subsanarse. Mientras, el Ministerio de Defensa ha puesto a disposición de las empresas encargadas del suministro eléctrico en Barcelona todos sus equipos electrógenos disponibles para solventar el apagón. El apagón ha afectado a la mayor parte de Barcelona y zonas del Baix Llobregat, ha coincidido con el incendio de dos subestaciones eléctricas y ha sumido a la capital catalana en el caos, al afectar a semáforos, transportes públicos, domicilios, hospitales, comercios y empresas. En total, se han visto afectados 350.000 usuarios. El delegado de Red Eléctrica Española (REE), ha afirmado que el corte del suministro se ha debido a la caída de un cable de distribución de 110 kilovoltios en la subestación del barrio de Collblanc. Al parecer, el cable se ha desplomado sobre el parque de transporte de REE de 220 kilovoltios poco antes de las once de la mañana. La consecuencia inmediata ha sido la perdida de tensión en las subestaciones de Urgell y Margall, y, finalmente, ha ido afectando en cadena a otras tres o cuatro. De momento el suministro se ha restablecido por completo en los municipios de l'Hospitalet del Llobregat y Esplugues del Llobregat, colindantes con Barcelona. En varios barrios de los distritos de Sant Andreu, Horta y Gracia aún no se sabe cuando se podrá restablecer el suministro, ya que dependen de la subestación del paseo Maragall, que ha 6 quedado totalmente calcinada y todavía está pendiente de que se haga una evaluación de los daños materiales. 3 Véase mi artículo Y tú, ¿por qué votas? en http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=29436 y Qué policías, qué políticos, qué (abuso de) poderes, ¡y dios ya no nos puede amparar! en http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=37295 4 Aunque algunos, entre ellos, admiten que su sistema distributivo ‘deja algo que desear’. 5 No siempre fue así, ni tiene porque ser. A la salida de la II Guerra Mundial, las empresas del carbón, del petróleo, del gas, del transporte, etc. eran públicas y eficientes, y estaban controladas por los gobiernos de los países desarrollados más importantes: Gran Bretaña, Alemania, Francia, etc. Véase mi artículo Contra la deslocalización de Delphi, nacionalización y control obrero en http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=36823 6 http://www.elpais.com/articulo/espana/110000/usuarios/continuaran/luz/Barcelona/ 3 La falta de electricidad, un sencillo apagón, supuso la paralización para un importante número de establecimientos públicos y, en su mayoría, privados: bares, talleres, clínicas y hospitales, ascensores y domicilios de particulares, oficinas de empresas y la administración pública, almacenes, peluquerías, comercios, panaderías, garajes privados y parkings, semáforos apagados; es decir, una situación que podríamos definir de caótica. También hemos de pensar en las pérdidas de estos establecimientos debido a la paralización de la actividad profesional que causa el apagón, así como, en los relacionados con la alimentación, las cantidades de mercancías que tuvieron que tirar a la basura por inservibles. Todo este caos causado por el apagón, supuso que muchos enfermos quedasen sin atender, operaciones suspendidas 7 y listas de espera que se alargan más; personas de edad que se quedan sin ascensor, coches sin poder salir de los garajes, la actividad de los negocios paralizada, pedidos sin atender, la circulación sujeta a riesgos de choque, 8 etc. Acabar añadiendo una de las muchas opiniones de los usuarios afectados: “una vergüenza lo que ha pasado en Barcelona. La Policía sólo apareció por las calles sin luz cuando los vecinos salimos a la calle para protestar por nuestro bienestar. ¿Y la noche anterior, dónde estaban todas esas patrullas de los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana? Pienso que estoy en un país bananero, donde la luz parece un lujo y donde los políticos son tan ineptos que se revelan inútiles para gestionar una situación de este calibre”.9 No hace falta destacar que la mayoría de estas entidades que sufren el apagón pertenecen al sector privado. Y que es por culpa de una empresa privada que, desde el punto de vista de los usuarios, hay que decir que supone una concesión que funciona en régimen de monopolio. Con lo que el usuario tampoco tiene esa capacidad para, como dicen los economistas ortodoxos, “te cambias de oferente y lo penalizas no comprándole”. Es decir, que la ineficiencia de una empresa del sector privado deja a otros miles de establecimientos del sector privado sin poder atender eficazmente a sus clientes habituales. La ineficiencia de una empresa privada se traslada de forma sistémica al resto de la economía, tanto del sector privado como del público. Y todo esto se queda en una mera amonestación del las autoridades públicas a las empresas causantes de tal caos para la población, y tales pérdidas para la economías privadas y públicas. Hecho que demuestra el dominio que tiene el capital privado sobre la acción del Estado, que la miopía ideológica de los economistas ortodoxos les imposibilita ver y entender. Capitalismo humano: medidas dentro del sistema Para que los que nos manifestamos contra la crisis capitalista, tengamos algo concreto que exigir Son muchas las manifestaciones diarias que el capitalismo nos hace temer. Temores que, por otro lado, explican que podemos esperar de este sistema (anti)social: inseguridad de toda clase: alimentaria (hambre), sanitaria (pandemias), educativa (analfabetismo), física (violencia policial y de género), laboral (despidos libres, largas jornadas y bajos niveles salariales, privatización pensiones). En este artículo hubiéramos querido simplemente decirle al Gobierno: aquí tiene algunas medidas para que la ciudadanía no sufra, como siempre que ocurre con estas crisis del modelo de acumulación del capital, ante el pésimo control de los recursos productivos por parte de los gestores del capitalismo. La operación es muy simple: hay miles de miles de millones de euros y dólares que, en vez de gastarlos en reflotar bancos y empresas, podrían ser utilizados para reflotar la economía real, dándole preponderancia a la acción del Estado en la misma, recuperando el papel gestor y previsor que tuvo en otras fases del capitalismo: más y mejores servicios educativos, más y mejores servicios, sanitarios, más y mejores servicios desde la asistencia social, más y mejores viviendas públicas, transporte público y medidas de protección ambiental, etc. Esto generaría más empleo, tanto de carácter masculino como femenino, tanto de carácter autóctono como inmigrante, tanto a nivel municipal como de autonomía y central. Harían falta 7 Los episodios de urgencias han sido desviados a otros hospitales, como el del Mar, Vall d'Hebron, Sant Joan de Déu y Bellvitge, que no se han visto afectados por el corte eléctrico. 8 El 60% de los semáforos de la capital catalana ha dejado de funcionar, y ha provocado el caos en las principales arterias de comunicación de la ciudad, como la Diagonal, la Meridiana, Passeig de Gracia y el Passeig de Sant Joan, así como en la plaza Lesseps. 9 http://www.20minutos.es/noticia/265425/0/apagon/barcelona/luz/ 4 centenares de miles de trabajadores y profesionales: albañiles, administrativos, caldereros, electricistas, lampistas, maestros, médicos, profesores, pintores, y torneros, etc. El empleo sería el motor central para promover un modelo de producción interna para satisfacer la demanda interna, un modelo en el que las exportaciones fuesen complementarias y no el objetivo preferencial del crecimiento. Toda la actividad del Estado ha de dar prioridad al bienestar de la ciudadanía en la forma de empleo público y estimulando el privado, a la vez que regulando y mejorando todas aquellas otras variables que tienen relación con el mercado de trabajo y con el Estado del bienestar en la forma de oferta de bienes y servicios públicos. El gasto público y los ingresos fiscales han de ser las dos riendas principales para impulsar el despegue de la economía y el desarrollo social al que debe dar lugar. La regulación en el mercado de trabajo tiene un amplio campo de derechos a recuperar y garantizar: desde la duración de la jornada laboral, las condiciones de trabajo, los niveles salariales por encima del umbral de pobreza, vacaciones y permisos por maternidad/paternidad, la antigüedad, la recuperación de los contratos de trabajo indefinido, la protección de empleos dedicados a becarios, el reforzamiento de la negociación colectiva, etc. Toda la actividad sindical y política tendría que concentrarse en reclamar la nacionalización de los sectores estratégicos de la economía y ponerlas en manos del control obrero; lo que ocurre es que con estos partidos de izquierda para ricos y sindicatos para la defensa de los ricos, ¿qué se puede esperar? Los lectores interesados en los argumentos que justifican estas dos propuestas, vean Contra la deslocalización de Delphi, nacionalización y control obrero.10 Nota. Este artículo fue escrito hacia finales del 2007. Traspapelado, lo recuperamos por la validez de su explicación de las relaciones sistémicas del capitalismo, y por la realidad de los recortes en salud, educación y otras ayudas sociales, y las diversas reformas en materia laboral y de pensiones que se están realizando a partir de la crisis del 2008, y con funestas consecuencias para las poblaciones. José Iglesias Fernández Barcelona, 24 diciembre del 2013 10 http://www.kaosenlared.net/noticia/contra-deslocalizacion-delphi-nacionalizacion-control-obrero 5