Hageo - unicocamino.org.ve
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El libro del Profeta Hageo El propósito de está escritura, es hacerle un llamado al pueblo y finalice la reconstrucción del templo, de manera que reverencie y glorifique a Dios, a pesar de la oposición local y oficial. Por está razón, Hageo los exhortó a no desanimarse, ya que debería estar ricamente decorado como el de Salomón. Pero antes debería apartarse de sus impurezas y malos caminos, para confiar en el soberano poder divino. Y Hageo hace un recordatorio de los problemas que el pueblo enfrentaba en esos tiempos, donde la gente valientemente confiaba en Dios, porque les proveyó para sus necesidades. Por esto el profeta manifiesta en su pequeño libro, de 2 capítulos, 38 versículos, que su interés es especial por los datos históricos que aporta. Tambien incluye las fechas y noticias (1:1, 15; 2:1, 10, 20), que permiten señalar con exactitud el tiempo en que comenzó a ejercer su actividad: el año 520 a.C., “segundo del rey Darío”, que gobernó entre el 521 y el 485 a.C. Cuando el monarca Ciro, fundador del imperio persa, promulgó su célebre edicto en el año 538 a.C. (2 Crónicas 36:2223; Esdras 1:1-4) que puso fin a la cautividad judía en Babilonia (2 Reyes 25:1-22). Aunque poco después, en el 537, los judíos que habían regresado a Jerusalén iniciaron con entusiasmo la reconstrucción del Templo (Esdras 1:1-11). Sin embargo, los fervores iníciales pronto se apagaron; pero en su lugar se extendió entre la gente un profundo desaliento causado por lo precario de los medios que disponían (1:6) y por la intranquilidad de tener que hacer frente cada día a la actitud hostil de los samaritanos (Esdras 4:1-24). Pero aquellas circunstancias afectaron las obras de restauración del Templo, hasta que provocaron su paralización total (Esdras 4:24) luego comenzaban a aparecer en Jerusalén hermosas mansiones para uso privado de los adinerados y miembros especiales de la comunidad (1:4). Así que la situación, creo una falta de estabilidad política, cuando el imperio persa que reinaba desde el año 522 a.C., hizo iluminar el fondo del mensaje que Hageo había de comunicar al pueblo y a las autoridades más relevantes de Jerusalén: entre ellos a Zorobabel, gobernador de Judá, y a Josué, el sumo sacerdote (Esdras 5:1-2; 6:14). Autor y fecha Según la escritura, la información sobre la profecía de Hageo es corta, pero Edras, lo menciona brevemente en 5:1 y 6:14, y en ambas ocasiones lo menciona en unión con el profeta Zacarías. Pero las listas de refugiados en Esdras, no aluden nada de Hageo, ni indican de su parentela o linaje tribal. Sin embargo, se estima que el "Profeta del templo" nació durante los setenta años de esclavitud en Babilonia y que regresó a Jerusalén con Zorobabel. Lo que indica, que la fecha de la escritura del libro de Hageo fue aproximadamente en el 520 a.C. pero la historia tampoco proporciona registro alguno de su ocupación. Ahora en el AT las personas que aparecen con nombres similares están registrados en (Génesis 46:16; Números 26:15; 2 Samuel 3:4; 1 Crónicas 6:30). Pero Hageo 2:3 sugiere que él también vio la gloria del templo de Salomón, antes de ser destruido, y cuando escribió la profecía tenia algunos setenta años de edad. Sin embargo, no hay ambigüedad o controversia acerca de la fecha de la profecía. Puesto que la ocasión se especifica con claridad en (1:1; 2:1; 2:10; 2:20), que ocurrió en un lapso de cuatro meses en el segundo año (520 a.C.) del rey persa Darío (521-486 a.C.). Es muy probable que Hageo haya regresado a Jerusalén de Babilonia con Zorobabel 18 años antes en el 538 a.C. Su tema principal: Fue "Dios restaura el culto", tambien las fuertes represiones por descuidar la construcción del templo, la unidad alentadora de las exhortaciones y promesas para los que se comprometieron con la obra. Sus versículos claves Comienzan así: “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?” 1:4. “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto”. 1:5-6. “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” 2:9. " Pues ahora, Zorobabel, anímate, dice Jehová; anímate tú también, sumo sacerdote Josué hijo de Josadac; cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad, porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos” (1:4). Un libro y un mensaje Como podemos ver, la profecía de Hageo consiste básicamente en una exhortación para reanudar sin demora la reconstrucción del Templo, el cual no podía permanecer más en estado de ruina, sino que debía ser restaurado para la gloria de Dios (1:8). Porque la orden procedía de Dios, y no podía ser ignorada, pues nacerían graves perjuicios para todos: como la sequía, la pérdida de cosechas y la pobreza, que son los signos del enojo divino (1:9-11). Pero si hacían el esfuerzo de reconstruir su Templo, Dios los bendecirá y le traerá una pronta y definitiva salvación, (1:8; 2:6-9; 2:20-23). Esto creo una reacción positiva en Zorobabel y Josué sobre las exigencias de Hageo y Zacarías (Esdras 6:14) que despertó el adormecido entusiasmo popular (1:12-14). Y las obras se pusieron de nuevo en marcha sin pérdida de tiempo, y luego fue posible celebrar con alegría la dedicación del recién restaurado santuario (Esdras 6:15-18). Resumen del libro Comienza con el pueblo de Dios, para que reconsidere sus prioridades, tenga valor, y actué en base a las promesas de Dios, ya que Él busca y advierte a la gente con su palabra. ¡Pero no solo les advierte! sino que también les ofreció promesas a través de su siervo Hageo, para que los motivara a seguirlo. Por esto Hageo, les propone que si desean sus bendiciones, deben poner a Dios en el primer lugar de sus vidas, porque Judá había sido enviado al exilio babilónico. Pero en respuesta a la oración de Daniel y en cumplimiento a las promesas de Dios, Él se dirigió a Ciro el rey persa, y le permitió que los judíos en exilio regresaran a Jerusalén. Y un grupo de judíos regreso a su tierra con gran gozo, porque habían puesto a Dios en el primer lugar de sus vidas, lo adoraron, y comenzaron a reconstruir el Templo de Jerusalén, sin el apoyo de la gente que vivía en Palestina. Pero su valiente fe se encontró con la oposición de la población local, y la del gobierno persa, que duro aproximadamente 15 años. Su profética Con las profecías de Hageo, se terminan las promesas de restauración y las bendiciones. Porque Dios utiliza un título mesiánico en referencia a Zorobabel, Hageo 2:23, “Siervo mío” (examinar a 2 Samuel 3:18; 1 Reyes 11:34; Isaías 42: 1-9; Ezequiel 37:24,25). Porque a través de Hageo, es que Dios promete sellar con un anillo, su honor, autoridad, y poder, así como el rey, utilizaba para sellar sus cartas y sus decretos. Entonces Zorobabel, represento el anillo de sellar, con la casa de David y la reanudación de la línea mesiánica interrumpida por el Exilio. Tambien restableció el linaje davídico de los reyes que culminará con el reinado milenial de Cristo. Por esto Zorobabel aparece en el linaje de Cristo tanto por parte de José (Mateo 1:12), como por el lado de María (Lucas 3:27). Una enseñanza práctica El Libro de Hageo llama la atención sobre la mayoría de los problemas que la gente común enfrenta, aún en nuestros días. Así que Hageo nos cuestiona acerca de: 1) examinar nuestras prioridades, para ver si estamos más interesados en nuestros propios placeres que en hacer la obra y voluntad de Dios. 2) a rechazar toda actitud derrotista cuando nos enfrentamos a la oposición o a las circunstancias desalentadoras. 3) a confesar y reconocer nuestras faltas y buscar una vida santa ante Dios. 4) a actuar valientemente, porque tenemos la seguridad que Dios siempre está con nosotros, y tiene pleno control de nuestras vidas y circunstancias. 5) a descansar seguros en las manos de Dios, sabiendo que Él nos bendecirá si le servimos leal y devotamente. Su procedimiento calificador: consiste en hacer un relato sobre quién escribió el libro, y éste fue el profeta Hageo, en el año 536 a 520 a. c. y que fue escrito a los cautivos que regresaron a Jerusalén, de dónde fue escrito su TRASFONDO HISTÓRICO. Su método histórico: El libro de Hageo contiene cuatro profecías, todas relacionadas con la reedificación del templo bajo el gobierno de Zorobabel. Porque Dios había levantado a Hageo y a Zacarías para que animaran al pueblo a reedificar su casa. A fin de tener un cuadro recordatorio de las condiciones de ese periodo. Pues los primeros capítulos de Esdras dan el contexto en el que actuó este profeta. Además, el libro contiene cuatro profecías relacionadas con la reedificación del templo de Zorobabel. En el primer discurso Hageo exhorta al pueblo a proseguir con la reconstrucción. En el segundo, consuela a los que habían visto la gloria y la magnificencia del templo de Salomón. En el tercero; anuncia la futura bendición de Dios y la gloria del templo; y, En el cuarto se dirige a Zorobabel, hijo de David, y le menciona la promesa del futuro reino mesiánico. Su técnica literaria: es un género de literatura profético. Su procedimiento general: es la idea principal del libro y la razón principal por la cual se escribió el libro. Sus mensajes claves: fueron el día, el mes, vino, palabra, Jehová, casa (templo), pueblo (y los pronombres), como meditad y temblad. Sus argumentos: fueron Jehová de los ejércitos, edificación del templo y las bendiciones futuras. Su énfasis: fue hacer ver la necesidad que el pueblo de Dios tenia para reconstruir el templo como el lugar de la presencia de Dios y de su adoración; las dificultades actuales surgen del fracaso en este asunto; un futuro glorioso le espera al pueblo de Dios y a Zorobabel (y así a la línea real de David) Su estructura: En primer lugar tenemos el título: “Meditando para edificar el templo de Jehová” luego “subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová” 1:8. Su pasaje histórico: Como resultado de la proclamación de Ciro el Persa en el 538 a.C., (Esdras 1:1-4), se le permitió a Israel regresar de Babilonia bajo el liderazgo civil de Zorobabel y la guía espiritual de Josué el sumo sacerdote (Esdras 3:2) y regresaron alrededor de 50.000 judíos. Y en el 536 a.C. comenzaron a reconstruir el templo (Esdras 3:1-4:5) pero la oposición de los vecinos y la indiferencia de los judíos hizo que la obra fuera abandonada (Esdras 4:124). Dieciséis años más tarde, Hageo y Zacarías fueron comisionados por el Señor para alentar al pueblo a: 1. no reconstruir el templo. 2. Sino a reordenar sus prioridades (Esdras 5:1-6:22). Pero como resultado de esto, el templo fue terminado cuatro años más tarde (516 a.C.; Esdras 6:15). Sus predicciones y profecías: Es bueno resaltar, que los teólogos no se han puesto de acuerdo en esto, pues siempre repiten la misma expresión: “vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo” está palabra se repite en el libro cinco veces, (1:1, 3; 2:1, 10, 20).(estos son los oráculos de Hageo). Pero los judíos, hablan de solo 4 oráculos, por que dan referencias a la fecha y la frase: “días mes”. Pero 1:3, no da referencia a fecha, dando a entender que se esta refiriendo al primer oráculo, el 1:1, lo que hace suponer que los oráculos en Hageo son 4 y no 5. Sus desafíos: La interpretación más importante de está profecía, es la frase: "el Deseado de todas la naciones" (2:7). Aunque existen muchas traducciones, pero esencialmente hay solo dos interpretaciones. Que apuntando a "Mías es la plata, y mío es el oro" (2:8), como también en Isaías 60:5 y Zacarías 14:14, pues algunos entienden que se refiere a Jerusalén, donde la riqueza de otras naciones será traída durante el milenio (Isaías 60:11; 61:6). No obstante, parece preferible ver la referencia del Mesías, un Libertador, a quien todas las naciones lo anhelarán. Aunque esta interpretación es apoyada por los rabinos de la antigüedad y la iglesia primitiva, y la mención como "gloria" en la última parte del versículo sugiere una referencia personal del Mesías (Isaías 40:5; 60:1; Lucas 2:32). Su argumento teológico Aquí, el tema primordial es la reedificación del templo de Dios, porque estaba en ruinas desde que Nabucodonosor lo destruyo en el 586 a.C. Pero Hageo, por medio de 5 mensajes del Señor, exhortó al pueblo a renovar sus esfuerzos y construir la casa del Señor. Entonces la nación comenzó a notar la sequía y la falta de cultivo, pero era, porque no tenían las prioridades espirituales en el lugar correcto (1:9-11). Sin embargo, la reconstrucción del templo para Hageo era fundamental. Pues representaba la morada de Dios, donde Él manifestara a su pueblo escogido su presencia. Por eso, el profeta, invita a la gente a que regrese a Dios. Pero usa la situación histórica como trampolín, y se gozo en la gloria que estaba por venir (2:7), tambien los alentó con la promesa de una paz aún mayor (2:9), una prosperidad (2:19), el dominio divino (2:21, 22) y una bendición nacional (2:23) durante el milenio. Su visión general En primer lugar tenemos las prioridades erróneas de los hijos de Dios, que conducían al fracaso. Porque no habían puesto sus vidas en primer lugar, pues solo así se obtendrá la verdadera victoria. Por esto Hageo fue llamado a predicarle a un pueblo cuyas prioridades no eran justas. Al igual que Zacarías y Malaquías, él ministró a Judá, después del exilio. Los sacerdotes gobernaban en su patria y Medo-Persia era el imperio dominante (1:1). Hageo y Zacarías alentaron mucho al pueblo mientras reconstruían el templo (Esdras 5:1; 6:14). Es decir, que en el 520 a.C., el pueblo moraba en hogares cómodos, pero experimentaban una depresión financiera. El día 19 de agosto Hageo irrumpió la escena con un análisis de sus problemas y los reprendió comparando el estado final de sus propias casas, con la casa de Dios, que por años había estado en ruinas. Les lanzó el desafío de reedificar el templo. Los líderes y el pueblo reaccionaron con entusiasmo e inmediatamente comenzaron a construirlo. Pero el 17 de octubre, cuando la obra avanzaba, los judíos de mayor edad, desanimaron a los trabajadores, porque comparaban el templo que ellos construían, con el templo de Salomón. Sin embargo, Hageo en su segundo sermón, explica que la gloria del templo de Zorobabel sería mayor que la gloria del templo de Salomón. El 18 de diciembre, el pueblo se preguntaba por qué ellos no experimentaban una victoria a pesar que estaban cumpliendo con la voluntad de Dios. Y Hageo les respondió: ustedes necesitan una pureza moral; porque la inmundicia es contagiosa, pero la limpieza no. Pues lo limpio del templo no hace limpios a los trabajadores; pero su propia falta de limpieza de su corazón, es una realidad que amenaza la limpieza del templo. En ese mismo día, Hageo predicó un sermón de estímulo para asegurarle a Zorobabel que él había sido designado por Dios para esa tarea, y qué él la finalizaría. Es por esto, que el nombre de Hageo, significa “mi festival,” además, era un laico que amaba el templo y respondió al llamado de Dios (1:3, 12-13; 2:1, 10, 13-14, 20). Tal vez era un hombre ya mayor cuando predicó sus cuatro sermones, que fueron dichos de una manera sincera y sin ninguna pretensión. El hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira su corazón (1 Samuel 16:7; 2 Corintios 10:7a). Su informe profético Al igual que la mayoría de los libros de los profetas menores, Hageo termina con unas promesas de restauración y bendiciones. 2:23, Dios utiliza un título mesiánico en referencia a Zorobabel, “Siervo mío” (examinar 2 Samuel 3:18; 1 Reyes 11:34; Isaías 42: 1-9; Ezequiel 37:24,25). Su importancia En éste caso, Hageo enseño al pueblo a considerar la reconstrucción del templo como un asunto de suma importancia. Tambien les enseño sobre la adoración verdadera y la oración en primer orden. Aunque siglos más tarde, al morir Jesús, el velo del templo se rasgó en dos (Lucas 23.45), lo que indica que Cristo se había entregado como sacrificio en nuestro favor. Este esquema tiene el siguiente contenido: 1). La exhortación a reconstruir el Templo (1:1-15). 2). La gloria del nuevo templo (2:1-9). 3). La reprensión de la infidelidad del pueblo (2:10-19). 4). La promesa de Jehová a Zorobabel (2:20-23). Es decir, que Hageo nos recuerda que el pueblo de Dios debe ser identificado con su presencia (el papel del templo), finalmente cumplido en la venida de Jesucristo y del Espíritu.