1 TURISTIFICACIÓN DEL PUEBLO MÁGICO DE COSALÁ. DE LA

Transcripción

1 TURISTIFICACIÓN DEL PUEBLO MÁGICO DE COSALÁ. DE LA
TURISTIFICACIÓN DEL PUEBLO MÁGICO DE COSALÁ. DE LA DUALIDAD A
LA MIXTICIDAD.
Sylvia Cristina Rodríguez González
Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa
Celular: 6671439923 y correo electrónico: [email protected]
Doctora en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad por la Universidad de Guadalajara.
Actualmente, Profesora Investigadora en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Autónoma de Sinaloa y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Resumen
El proceso de turistificación en los Pueblos Mágicos no registra en su memoria el
patrimonio turístico intangible. Estudios acerca del patrimonio turístico refieren
construcciones, infraestructura, equipamiento e incluso recorridos e itinerarios, pero es muy
poco lo abordado sobre nuevos hábitos y la transformación de las costumbres locales
debido a la influencia turística, en especial ¿Cómo se viven los nuevos espacios y los
lugares en los Pueblos Mágicos?
En la memoria del pueblo, se registra la estandarización que ha permeado a través de las
intervenciones del programa federal Pueblo Mágicos. La búsqueda de lo auténtico que se
representa en objetos y símbolos son identificados como lo mexicano.
Estas ausencias y exposiciones de nuevos escenarios configuran un nuevo modelo de
pueblo mexicano, que se distinguen por la turistificación del Centro Histórico, registrando
una dualidad en el territorio cosalteco durante los primeros años del programa federal, con
rasgos de resistencia por los locales, sin embargo, en la actualidad, se ha cedido a la
mixticidad de escenarios.
Por este motivo, es de interés abordar la arquitectura del lugar desde el proceso de
turistificación, con la finalidad de identificar los escenarios auténticos y fabricados que se
ocultan o se exponen con la presencia del turismo en el Pueblo Mágico de Cosalá.
Palabras clave: Pueblos Mágicos, Dualidad, Mixticidad.
Abstract
The process of tourism in the Magic Towns it does not register in his memory the tourist
intangible heritage. Studies it brings over of the tourist heritage they recount constructions,
infrastructure, equipment and even crossed and itineraries, but the approached is very small
on new habits and the transformation of the local customs due to the tourist influence,
especially how are the new spaces and the places lived in the Magic Towns?
In the memory of the people, there is registered the standardization that exists absorbing
across the interventions of the federal program I populate Wizards. The search of the
authentic thing that is represented in objects and symbols they are identified as the Mexican
thing.
These absences and exhibitions of new scenes form a new model of Mexican people,
which they distinguish for the process of the tourism of the Historical Center, registering a
duality in the territory cosalteco during the first years of the federal program, with features
of resistance for the places, nevertheless, at present, has been yielded to the mixture of
scenes.
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For this motive, it is of interest to approach the local architecture from the process of
tourism, with the purpose of identifying the authentic and made scenes that hide themselves
or are exposed by the presence of the tourism in the Cosalá Magic Town.
Key words: Magic Town, Duality, Mixture.
Introducción
El turismo ha sido estudiado en su mayoría como una actividad productiva, desde luego con
un enfoque desde la economía, en esta ocasión, se abordará desde la perspectiva que
denominó una tendencia minoritaria el turistólogo y antropólogo Maximiliano E. Kortanje
(2014), desde una perspectiva crítica, con enfoque en la mirada de Dean MacCannell en su
obra El turista. una teoría de la clase ociosa, cuando aborda que “La crítica turística del
turismo se basa en el deseo de superar a los demás <<simples>> turistas y alcanzar una
apreciación más profunda de la sociedad y la cultura […]”.
En esta misma dirección, Jafar Jafari (2001), Profesor de Hospitalidad y Turismo en la
Universidad de Wisconsin desde la perspectiva de un antropólogo cultural explica la
evolución de la investigación del turismo en la divulgación, advertencia, adaptación y
conocimientos desde una plataforma del análisis favorable, desfavorable, conciliador y
científico como las primeras contribuciones tempranas del análisis económico y cultural del
turismo en los países subdesarrollados. Lo relevante de dichas investigaciones que han
generado desarrollo en el conocimiento sobre el tema del turismo, es que los abordajes que
señala Kortanje minoritarios, terminan siendo los más importantes y que definen
inversiones de grandes proyectos turísticos a nivel internacional.
En este sentido, anota Kortanje (2015, 29) “[…] el turismo es definido de la perspectiva
de demanda, que quiere decir los deseos de los turistas […]”. Pero es clave, que el turista
tras la búsqueda de lugares inhóspitos es guiado por sus deseos y fantasías, se ha
trascendido del turista moderno que viajaba en grupos etiquetados, ahora son convocados
por temáticas y prefieren formar parte de las dinámicas del lugar. Pero el turismo se ha
formalizado y el fenómeno ha sido guiado por diferentes procesos desde el enfoque de la
producción turístico, entre ellos se distingue la turistificación.
Con bases puntuales, desde el abordaje del proceso de turistificación se analizó el
término, mismo que se le confiere al economista Stephen Kanitz, quien marca la existencia
de dos maneras de entenderlo: la primera, es la falsificación de las tradiciones y la historia
de los lugares entendidos desde la mirada del turista que ha sido cautivado; y la segunda,
con la creación del producto turístico, el cual se hace legible a través del mercado de viajes.
Si bien, aquí se dan las primeras líneas para entender el proceso de turistificación desde
el enfoque de la arquitectura, es relevante indicar que su referente inmediato se encuentra
por el momento en la economía, como producto turístico el cual a nivel mundial se ha
detonado como el boom turístico, donde la curva se encuentra en crecimiento pero no por
muchos años, tal cual sucedió con el boom inmobiliario. Este producto turístico debemos
recordar que se encuentra en la misma estructura básica del turismo como mercantilización
del territorio, tras el desplazamiento de los turistas en búsqueda de lugares paradisiacos, las
ciudades se expandieron a lo largo de las cosas para generar el turismo de sol y playa, y en
esta etapa en la que nos encontramos, el turista continua en la búsqueda, porque estos
escenarios modernos ya lo han conquistado.
Desde el gran tour se conserva el modelo básico del turismo, dirigido para lograr el
atractivo turístico, en especial, de las masas de turistas, en voz de Guillermo Fadanelli
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(2012, 65) “[…] este tipo de sociedad, como es de imaginarse, entidad indiferente, no se
encuentra interesada en una lectura a fondo, pues no le interesa dejar de ser lo que es.”.En
el caso del turismo, los riesgos son latentes y con consecuencias de impacto inmediato,
especialmente, referidas al medio (ambiental, social, cultural, entre otros). El boom turístico
se ha comparado con el boom inmobiliario, el cual puso en riesgo al mundo y formalizo la
última crisis económica, que muchos países aún viven.
Trascendimos de la dualidad de la modernidad, al mixticismo de la posmodernidad, que
acota Erik Cohen (2005) en referencia al análisis de las teorías del turismo de Dean
MacCannell (2007), el turismo moderno se concentraba en la autenticidad y la
posmodernidad en el turismo de <<fantasía>> (Cohen 2005, 12). Señala Dean MacCannell
(2007, 41) “[…] hay tanta complicidad mutua en la definición general de la interacción
entre el turista posmoderno y el ex primitivo que el sistema casi produce el ideal económico
imposible.” Mientras Erik Cohen (2005, 15) afirma que “[…] es un mundo de copias sin
originales, y por ello sin autenticidad.”.
Si bien, se retoma el mundo de copias sin originales, también se habla de una
sobrevaloración de las copias, que pueden llegar a ser diseñadas para el turismo de
<<fantasía>> (Cohen, 2005), hasta el nivel de no reconocer la copia del original. Es decir,
“La sobrevaloración de la reproducción se promueve de forma agresiva en todo el mundo
posmoderno […]” (MacCannell 2007, 194). En ocasiones, se reconoce el original de la
copia, porque la copia se encuentra expuesta con mayor precisión, sin margen de error, esto
con referencia en la original, sin exposición del desgaste que posiblemente tenga el que no
es copia, en especial, cuando referimos a la conservación del patrimonio y eficiencia en
comparación con estructuras que han quedado desfasadas en el desarrollo de su tecnología.
Sin embargo, Jafari (2000, 293) refiere que “Una de las mayores preocupaciones parece ser
aquel turismo que es capaz de crear identidades falsas entre los pobladores, basadas en las
representaciones no auténticas del lugar o la cultura […]”, como sucede, en los nuevos
escenarios que superan a lo esperado encontrar por el turista, es decir, se expone una
versión mejorada y alterada hasta sus últimas consecuencias, con el único fin de la
conquista turística.
El turismo posmoderno ha configurado nuevos escenarios de atractivo que convocan al
espectáculo, mismo que se sustenta de la ilusión y se distinguen por irradiar fantasía en el
diseño de las nuevas estructuras de ficción, “[…] las muestras fantásticas dirigidas al turista
se desviaron más extremamente de la realidad cotidiana, los medios tecnológicos cada vez
más sofisticados de su producción simulan la realidad de una forma tan convincente que el
individuo queda absorto y encantado por ella –en el extremo, como el <<juego profundo>>
(Geertz 1973), experimentar un sentido de <<autenticidad existencial>>. (Cohen 2005, 18).
A pesar que estas nuevas representaciones las podemos encontrar en cualquier destino
turísticos, “Los post-turistas se centran principalmente en el turismo cultural y son
entusiastas consumidores de una panoplia de productos de la cultura contemporánea […]”
(Cohen 2005, 16). Tal como sucede en los lugares ubicados en rincones insólitos que han
sido turistificados, como es el caso, de los pueblos tradicionales en México.
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La turistificación del Pueblo Mágico de Cosalá
En el 2001, se aprueba el programa turístico Pueblos Mágicos, con fundamento en las
Reglas de Operación a nivel federal, las cuales enfatizan la diversificación de la actividad
productiva, otorgando una opción sobre el turismo cultural. Con esta iniciativa, en el año
2005, el pueblo tradicional de Cosalá incursiona al programa federal al ser nombrado
Pueblo Mágico y con esto, inicia el proceso de turistificación del territorio cosalteco frente
a una dinámica que se genera entre la oferta turística y la detonación de atractivos, con
énfasis en la magia del territorio, véase imagen 1.
Imagen 1. Equipamiento turístico en el PM de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2012.
Como antecedente histórico del pueblo tradicional, Cosalá es de origen minero, en su
memoria se encuentra registrado que fue Real de Minas; asimismo, su ubicación
geográfica, al localizarse en la parte baja de las laderas de la Sierra Madre Occidental da
origen a la antigua estructura urbana del primer barrio de Cosalá, el Centro Histórico. Este
pueblo es reconocido en la narrativa histórica que fue capital del Estado de Occidente en
1826 y que en este pequeño pueblo mexicano se da origen al primer periódico del estado de
Sinaloa, el Espectador Imparcial en 1827, así como otras hazañas que riñen entre la historia
registrada y las crónicas de leyendas y mitos.
El pueblo en el imaginario colectivo es reconocido por su tranquilidad, los lugareños
narran que la tranquilidad se respira en el ambiente, entre el olor a tierra mojada cuando
llueve y los sonidos de la naturaleza que los rodea, principalmente entre los arroyos,
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configuran el territorio cosalteco, es decir, forman parte de cómo vive el nativo y el
residente los lugares del pueblo tradicional. En la mirada del turista, el pueblo es amable
por su gente, pero hostil en su ambiente pueblerino que se ve influenciado por los visitantes
de la sierra, denominados por los nativos cosaltecos “sierreños”, mismos que generan los
no lugares (Augé, 2000) al autosegregarse, regresamos al “[…] juego de la identidad y la
relación […]” que señala Marc Augé (2000, 84). Estos visitantes, que generalmente bajan
de la sierra para realizar sus compras en el pueblo, se relacionan con el espacio de una
forma muy particular, se distinguen por ocupar el desnivel de banqueta entre las calles
Miguel Hidalgo I. Costilla y Arteaga, frente al supermercado Santa Fé y en especial,
algunas mujeres y ancianos ocupan las bancas inmediatas a este espacio de reunión al
interior de la Plaza de Armas, véase imagen 2.
Imagen 2. La Plaza del PM de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2012.
El recorrido que realizan se origina en la Calle Antonio Rosales en el Mercado del
pueblo que también funge como central de autobuses, bajan al a calle Gabriel Leyva Solano
frente al Palacio Municipal donde se ubica El Parque, espacio público de reunión
configurado de forma lineal sobre la vialidad que es cruzado por el actual callejón de Los
Gobernadores, véase imagen 3; el recorrido sigue por El Parque lateral a la Iglesia de Santa
Úrsula y sobre la calle Miguel Hidalgo para entrar al supermercado Santa Fé. Otros,
recorridos que se han incorporado son los que se realizan directamente del vehículo
estacionado sobre la calle Miguel Hidalgo y la Plaza.
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Imagen 3. El Parque en PM de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2012.
Dinámicas socioculturales se han generado en estos espacios del pueblo, donde los
visitantes buscan la tranquilidad. Algunas de las acotaciones que realizan los lugareños es
que los actos de violencia que se generan al interior el pueblo, en especial, en la plaza, son
por extraños. “Las identidades […] Surgen de la narrativización del yo, pero la naturaleza
necesariamente ficcional de este proceso no socava en modo alguno su efectividad
discursiva, material o política, aun cuando la pertenencia, la <<sutura en el relato>> a
través de la cual surgen las identidades resida, en parte, en lo imaginario (así como en lo
simbólico) y, por lo tanto, siempre se construya en parte en la fantasía o, al menos, dentro
de un campo fantasmático.” (Hall & du Gay 2011, 18).
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Imagen 4. Reserva Mineral de Nuestra Señora en Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2014.
A pesar que es conocido el pueblo como el lugar de guacamayas, en su contexto
inmediato, lo que es legible son los nidos de pericos y en la parte alta de la sierra las
familias de guacamayas verdes, véase imagen 4. Al interior del Pueblo Mágico se
identifican emblemas como la Iglesia de Santa Úrsula y la Plaza de Armas, principales
atractivos turísticos; y se identifican lugares donde se provoca la interacción social y los
lugareños establecen vínculos como el Palacio Municipal y la modesta estructura
arquitectónica de la Capilla de la Virgen de Guadalupe, antes la Iglesia de San Francisco
Javier. Señala Marc Augé (2008: 91) “La presentación que se hace de estas ruinas es como
un fin en sí, en el doble sentido del término: trata de convertir su presencia en un presente
insuperable, en un espectáculo acabado –incluso a pesar de que no pueda excluirse que, por
la ruptura entre tiempo e historia que corresponde al espectáculo de las ruinas y por el
carácter particular del paisaje en el que se mezclan con la naturaleza, las ruinas logren
resistir siempre esa recuperación al despertar en el espectador la conciencia del tiempo.”
A partir de las intervenciones urbanas realizadas con fines turísticos en el pueblo, se
fabricaron escenarios turísticos conocidos como tinglados, como el tratamiento sobre
fachadas de las fincas históricas del barrio del centro, en especial, en la calle Miguel
Hidalgo, la intervención en el callejón Luis Pérez Meza, el Hotel Quinta Minera, el museo
de minería e historia, el paseo de Los Gobernadores, el mirador y el malecón. Y la
inversión en espacios que se volvieron intersticios como algunas calles, callejones y
banquetas.
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Mientras, la infraestructura hotelera se recicla entre estructuras urbanas y arquitectónicas
hasta lograr la reactivación y en especial, las intervenciones arquitectónicas con
remodelaciones en diferentes fincas históricas. Es decir, entre la falsificación y la
activación del desarrollo turístico, como un producto listo para el consumo y representado
por la marca Pueblos Mágicos, que fue clara desde su presentación, con la imagen de
elementos simbólicos discordantes con el lugar y con la exposición de diversos colores en
movimiento, véase imagen 5.
Imagen 5. Arco de acceso al PM de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2014.
Esta infraestructura se aprovecha por los lugareños y se crea un par de hoteles bajo
especulación del auge turístico en el pueblo, como el hotel Canta Luna en el 2005 y el hotel
Casa de Adobe, ambos catalogados en nivel tres estrellas, los cuales desaparecieron
rápidamente. Actualmente, se conservan hoteles como el Ray 4 hermanos (2 estrellas), Real
del Conde (3 estrellas) y Quinta Minera (4 estrellas), véase imagen 6.
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Imagen 6. Fachada del Hotel La Quinta Minera en el PM de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez,
2013.
Es decir, existe un nuevo modelo del pueblo mexicano a partir del ensamble de escenarios
generados por las intervenciones propuestas a partir del programa federal, los lugares se
han transformado y los nuevos hábitos y costumbres impactan en las estructuras urbana y
arquitectónica del pueblo, véase imagen 7.
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Imagen 7. Calle Miguel Hidalgo I. Costilla en el PM de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez,
2013.
Reflexiones
A partir de la motivación por acceder al programa federal Pueblos Mágicos, Cosalá a pesar
de su alto índice de marginalidad inicia un proceso de turistificación, en el pueblo se
reconoce que existían visitantes que acudían a Vado Hondo y la Reserva Ecológica de
Nuestra Señora, y en la actualidad, se observa la llegada de los turistas al interior del
pueblo, pero no solo eso, el pueblo ha cambiado para recibirlos y mantener su atención en
los diferentes escenarios creados en el pueblo, desde la oferta turística hasta los nuevos
atractivos.
Con la aplicación de recurso federal derivado del nombramiento de Pueblos Mágicos, se
genera la dualidad, con una notoria transformación en el Centro Histórico de Cosalá y con
una magnificación de sus elementos arquitectónicos, enfatizando la marginalidad, la
segregación y en especial, la fragmentación del pequeño territorio cosalteco. “La
comunidad posmoderna arquetípica se compone del botín físico y mental de las cruzadas
turísticas: nouvelle cuisine y restaurantes étnicos, <<espacios>> adecuados para la
comercialización y uso recreativo y de drogas, y elementos nostálgicos y reciclados entre
los que se incluyen las reconstrucciones de casas viejas, distritos y oficinas, y las ferias en
las que se exhiben objetos de artesanías tradicionales.” (MacCannell 2007, 102). Tal fue el
impacto, que familias que habitaban en el barrio del Centro Histórico de Cosalá tomaron
como opción desplazarse a los barrios inmediatos como el Barrio El Llano de la Carrera y
el Barrio de la Canela, quedando abandonadas muchas de las viviendas de este primer
barrio.
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Bibliografía
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