la trayectoria de una obra en el círculo del arte
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la trayectoria de una obra en el círculo del arte
CENTRO DE CULTURA CASA LAMM CON RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL DE ESTUDIOS DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA, SEGÚN ACUERDO No.962173 DE FECHA 21 DE OCTUBRE DE 1996 LA TRAYECTORIA DE UNA OBRA EN EL CÍRCULO DEL ARTE: EL CASO DEL RETRATO DEL NIÑO PABLO ARANDA TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN HISTORIA DEL ARTE P R E S E N T A ANDREA VALENCIA ARANDA DIRECTORA: DRA. ELÍN LUQUE AGRAZ MÉXICO, D.F. 2012 Andrea Valencia Aranda Copyright 2012 Índice Lista de Ilustraciones…………………………………..…………………………………… iii Introducción…………………………………………………………………………………… 1 CAPÍTULO 1. LA OBRA DE ARTE ES UN ARTEFACTO DENTRO DEL CÍRCULO DEL ARTE 10 1.1 La teoría institucional del arte y su vigencia…………………………………. 11 1.2 El círculo del arte afecta las obras que pertenecen a su medio………….. 17 1.3 Las exposiciones como enlace entre público, institución y obra..………... 24 CAPÍTULO 2. El EXPEDIENTE DEL RETRATO DEL NIÑO PABLO ARANDA 30 2.1 La historia tradicional del retrato…………………………..………………….. 33 2.2 El ingreso del retrato al círculo del arte: del coleccionismo a la institución 36 2.3 La polémica de la autoría del Retrato del niño Pablo Aranda….…………… 44 CAPÍTULO 3. EL RETRATO DEL NIÑO PABLO ARANDA Y EL FENÓMENO 54 EXPOSITIVO 3.1 Visión general de las exposiciones en las que participó el retrato ………. 55 3.2 Participaciones en seis exposiciones del MUNAL…………………….….. 65 Conclusiones………………………………………………………………………………….. 86 Anexo A. Cronología del Retrato del niño Pablo Aranda en el sistema arte-cultura 94 Anexo B. Entrevista a la Dra. Esther Acevedo………………………………………….. 99 Archivos……………….………………………………………………………………………… 105 Bibliografía……………………………………………………………………………………… 105 Hemerografía……………………………………………………………………………………. 107 Fuentes electrónicas………………………………………………………………………….. 107 Sinopsis En la presente tesis se analizan las interacciones e inercias entre el sistema del arte y las obras de arte. Para lograr este análisis referido al estudio institucional específicamente mexicano, se eligió la obra Retrato del Niño Pablo Aranda,1887 de Hermenegildo Bustos para seguir su trayectoria. Cronológicamente, este estudio contempla desde el paso de la obra a su primer coleccionista a principios del siglo XX, hasta su ingreso a las colecciones del Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México en 1982, considerando como el último año del análisis el año 2011. La intención de este estudio es que podamos observar el paso entre el sistema de la cultura al sistema del arte, de manera que se comprenda el tránsito de valores e interpretaciones que se le han dado a la pieza a través del tiempo. Parte esencial de esta investigación, es el análisis de siete exposiciones en las que ha participado este retrato, que a su vez son un indicador de las tendencias políticas y culturales de la sociedad mexicana. En este estudio se postula que el círculo del arte, término acuñado por George Dickie, en el caso de México está circunscrito en gran medida a las políticas del Estado, y por lo tanto se han favorecido los discursos sobre “lo mexicano” como un mecanismo de legitimación. Adicionalmente se propone que el Retrato del niño Pablo Aranda es una pintura que, a través del estudio de su trayectoria, tiene gran relevancia en el imaginario nacional por haber sido participante, sutilmente, de diversos discursos. i Abstract This thesis provides an analysis of the interactions and inertias between the art system and the works of art. To accomplish this study specifically referred to Mexican institutional context, the Portrait of niño Pablo Aranda,1887 of the artist Hermenegildo Bustos was chosen to follow its trajectory in the art world. Chronologically, this research project examines the passage of the work from its first collector in the early twentieth century, to its entrance to the collections of the National Art Museum in Mexico City in 1982, considering 2011 as the last year of the analysis. The intent of this study is that we can observe the path of a work of art from the cultural system to the art system, so as to understand the interchange of values and interpretations that have been given to the piece over time. An essential part of this research is the analysis of temporary exhibitions in which this portrait has participated, which are an indicator of the political and cultural trends of Mexican society. This study posits that the circle of art, term coined by George Dickie, in the case of Mexico is largely confined to the policies of the State and therefore have favored discourses about what it means to be "Mexican" as a mechanism to legitimate itself. Additionally it is proposed that the Portrait of niño Pablo Aranda is a painting that has great relevance in the national imaginary for being representative, subtly, of diverse and various speeches. ii Lista de ilustraciones 1. Andy Warhol, Brillo Box, 1964. Serigrafía en tinta sobre pintura sintética de polímeros sobre madera, 48.2 x 48.2 x 35.6 cm. The Andy Warhol Museum, Pittsburgh, Estados Unidos. Fuente: http://www.warhol.org/collection/art/artistsperspectives/1998-1-709/ 2. Gabriel Orozco, Home Run, 1993. Naranjas. Museum of Modern Art, Nueva York. Fuente: http://flavorwire.com/56612/pic-of-the-day-gabriel-orozcoshome-run 3. Rembrandt Harmenszoon van Rijn, Autorretrato a los 34, 1640. Óleo sobre tela, 102 x 80 cm. The National Gallery, Londres. Fuente: http://www.nationalgallery.org.uk/paintings/rembrandt-self-portrait-at-theage-of-34 4. Autor sin identificar, Hombre con barba, óleo sobre tela, último cuarto del siglo XVII. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Fuente: The Metropolitan Museum of Art, Rembrandt/ Not Rembrandt, Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, 1995. P. 135 5. Damien Hirst, For the love of god, 2007. Platino, diamantes, craneo y dientes humanos. White Cube Gallery, Londres Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/For_the_Love_of_God 6. Hermenegildo Bustos, Retrato del niño Pablo Aranda, 1887. Óleo sobre lámina, 21.5 x 17 cm. Museo Nacional de Arte, México DF. Fuente: Museo Nacional de Arte, Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte. Pintura. Siglo XIX. Tomo I, México, DF, Instituto Nacional de Bellas Artes , 2002. P. 100 7. Hermenegildo Bustos, Retrato del niño Pablo Aranda, 1887 (REVERSO). Óleo sobre lámina, 21.5 x 17 cm. Museo Nacional de Arte, México DF. Fuente: fotografía del autor. 8. Hermenegildo Bustos, Autorretrato, 1891. Óleo sobre lámina, 35.3 x 25.4 cm. Museo Nacional de Arte, México DF. Fuente: Museo Nacional de Arte, Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte. Pintura. Siglo XIX. Tomo I, México, DF, Instituto Nacional de Bellas Artes , 2002. P. 68 9. Estudio de luz ultravioleta realizado en 2004 a Autorretrato y a Niño Pablo Aranda. Fuente: Museo Nacional de Arte, La materia del arte: José María Velasco y Hermenegildo Bustos, Instituto Nacional de Bellas Artes, México DF. : Museo Nacional de Arte, 2004. Pp. 49 y75 iii 10. David Mach, African Machhead, 1994-1995. Cerillos. Colección Fundación JUMEX, México. Fuente: Museo Nacional de Arte; Colección Jumex; La invención de lo cotidiano, Instituto Nacional de Bellas Artes, México DF. : Museo Nacional de Arte, 2009.Pp. 200 y 201 11. Juan Cordero, Retrato de las hijas del licenciado Manuel Cordero, 1875. Óleo sobre tela, 209 x 157.5 cm Colección Museo Nacional de Arte. Fuente: http://munal.mx/munal/?page_id=900&pza_id=3104 12. Portada Expreso de arte mexicano. La patria en línea 1810-1954. Fuente: www.expresodeartemexicano.com.mx iv Agradecimientos Quiero agradecer… A mi directora de tesis la Dra. Elín Luque, por ser mi guía en este trabajo de investigación y por su interés en el tema, que fue esencial para delimitar y profundizar la investigación. Agradezco su apoyo para conseguir la entrevista con el coleccionista y especialista de Hermenegildo Bustos, Gutierre Aceves Piña, así como por la recomendación de diversos textos que apoyaron muchas de las conclusiones de esta tesis. Al Dr. Alejandro Ugalde por encaminar este estudio metodológicamente desde el inicio de la investigación y la recomendación de lecturas relacionadas. A la Mtra. Sara Gabriela Baz, por sus todos sus señalamientos y comentarios tan dedicados y precisos con los que mejoró indudablemente la argumentación de este estudio, además de participar como una mirada desde el Museo Nacional de Arte tan importante para esta tesis. A la Dra. Alejandra Rodríguez Diez que desde las clases de Crítica de arte facilitó muchos de los textos citados en esta tesis, pero sobre todo por su insistencia en la práctica de la redacción como medio de reflexión. A la Dra. Claudia Gómez Haro por otorgarme las herramientas semestre tras semestre para realizar proyectos de investigación y de corte académico como lo es esta tesis, así como por su apoyo como tercera lectora. Al Mtro. Miguel Fernández Félix, Director del Museo Nacional de Arte por su apoyo para conseguir algunos de los catálogos de las exposiciones citadas en este trabajo de investigación y por la oportunidad de tener un acercamiento directo a una de las grandes instituciones de arte en este país. A la Mtra. Lluvia Sepúlveda Subdirectora de Curaduría del Museo Nacional de Arte por permitirme realizar un estudio directo a la obra Retrato del niño Pablo Aranda, lo cual enriqueció muchas de las conclusiones de esta tesis. A Ana Celia Villagómez, Jefa de Estudio del Acervo del Museo Nacional de Arte por su interés en el tema y su apoyo para acceder a muchos de los documentos que soportan esta tesis. A la Dra. Esther Acevedo y Gutierre Aceves quienes aceptaron ser entrevistados para fines de esta investigación, lo cual enriqueció notablemente las conclusiones. Al Centro de Cultura Casa Lamm, sus profesores y compañeros por darme las bases para la realización de este proyecto. v A mis papás Laura Aranda y Mario Valencia por su cariño, apoyo y fuerza desde el inicio hasta el cierre de mi carrera (y siempre). A mis hermanos Santiago, Diego e Isabela que me acompañaron en la elaboración de esta tesis. A Andrés Estrada, por su apoyo y cariño durante toda mi carrera. Andrea Valencia Aranda Ciudad de México, diciembre de 2012 vi Introducción La presente tesis se dedica al estudio de una obra en su entorno institucional, para la cual utiliza la teoría propuesta por George Dickie en su publicación El círculo del arte. Una teoría institucional. En ésta se introduce el entorno institucional como un factor determinante para justificar, apoyar y validar, en gran medida, las prácticas artísticas. Uno de los objetivos principales de esta investigación es dar cuenta del funcionamiento, inercias y contradicciones de este sistema en el que convergen diversas instituciones culturales, como museos, galerías o el mercado del arte, además de la academia y las políticas culturales de una sociedad propuestas por el Estado. Este contexto implica que se analiza la obra fuera de su proceso creativo y artístico y se enfoca al estudio de los fenómenos registrados en torno a ella. Para la investigación se eligió un enfoque multidisciplinario, pues se utilizan una teoría del arte así como una perspectiva antropológica para dar cuenta del tránsito de una pieza en los sistemas del arte y la cultura1. Para la delimitación de la tesis, decidí centrarme en la trayectoria de una pintura específica dentro del círculo del arte2: la obra atribuida oficialmente a Hermenegildo Bustos y titulada Retrato del niño Pablo Aranda, del año 1887. En esta investigación, el objeto de estudio es la obra, pero no desde sus características formales o estéticas, sino desde la perspectiva institucional, es 1 La teoría institucional del arte de George Dickie y la perspectiva antropológica posmoderna de James Clifford. 2 Concepto utilizado por George Dickie en El círculo del arte, una teoría del arte, Paidos, Barcelona, 2005. 1 decir que contempla el análisis de los valores que se le han asignado a este retrato desde su creación, el ingreso de la pieza a manos de su primer coleccionista y posteriormente, su ingreso a las colecciones del Museo Nacional de Arte, de ahora en adelante MUNAL.3 La elección de la obra de Bustos se basó en una investigación previa en la que, a través de la revisión de los catálogos del Museo Nacional de Arte, buscaba una “obra maestra” que se hubiera expuesto muchas veces a lo largo de la historia de este museo. En esta búsqueda previa, presuponía que esta obra sería de alguno de los artistas ya consagrados en las altas esferas del arte como José María Velasco o Diego Rivera. Para mi sorpresa, una de las obras más recurrentes en la cronología expositiva del MUNAL se encuentra el Retrato del niño Pablo Aranda. Aunado a esto, esta pintura se eligió para la investigación por los distintos fenómenos que ha presentado su trayectoria dentro del círculo del arte que se enuncian a continuación. En esta obra de Hermenegildo Bustos se puede observar en una inscripción la firma del artista que indica 1887 como el año de realización, sin embargo existe una polémica sin resolver sobre su autenticidad, surgida de un estudio técnico elaborado por el Laboratorio de Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en 2004, donde se identificó que sus pigmentos y técnicas no corresponden a los utilizados por el artista en el siglo XIX.4 Más importante que esto, la obra ha participado en distintas exposiciones en 3 La obra que se estudia, actualmente forma parte las colecciones de Museo Nacional de Arte. De ahora en adelante utilizaré las siglas MUNAL, para referirme a éste, pues así es como se conoce mercadológicamente al museo. 4 Museo Nacional de Arte, La materia del arte: José María Velasco y Hermenegildo Bustos, p.49. 2 México y en el extranjero desde la década de los cuarenta hasta el día de hoy. Como consecuencia de su recurrente exposición, esta obra ha estado sujeta a distintas interpretaciones y valoraciones, lo que nos da la pauta para analizar algunas de las tendencias curatoriales y las líneas que ha seguido el circulo del arte en México. Adicionalmente, mi tema de investigación estuvo poderosamente determinado por mi ingreso como empleada al Museo Nacional de Arte, lo cual me permitió reconocer la necesidad de estudiar las obras en el entorno institucional, además de facilitarme la selección de una pintura específica para su estudio, así como un mayor acceso a la información, desde la consulta de catálogos y de los archivos de documentación de la pieza, hasta el acceso a la pieza misma. Por el tipo de investigación, el marco temporal del presente trabajo abarca el total de la trayectoria de la pieza en el círculo del arte, que se considera desde que la obra sale de las manos del artista hasta el año 2011 con la exposición Hermenegildo Bustos que se pretendía presentar en el Institute des Hautes Études de l’Amérique Latine en Paris, Francia.5 La importancia de esta investigación reside en que es un tema inédito, además de ser una propuesta innovadora al analizar una obra dentro de su contexto institucional, que además responde a la teoría institucional del arte, que es una teoría específica y relativamente reciente. Es decir, que aporta una nueva forma de aproximarse a la obra de arte, más allá del contexto historiográfico y del proceso creativo del artista, además de que puede servir como registro de algunos 5 Esta exposición se llevaría a cabo con motivo del festival Mexique que tendría lugar a inicios de 2011. Este festival, como las relaciones culturales y económicas México-Francia, se vieron interrumpidas por la prudencia aconsejada a causa del caso Florence Cassez. 3 de los fenómenos que se pueden llegar a presentar en el mundo del arte, sobre todo en el contexto de nuestro país por tratarse de una pieza realizada por un pintor mexicano que hoy en día pertenece a una colección nacional. En la actualidad, el tema del mundo del arte ya ha sido abordado y se recurre principalmente a la obra de dos teóricos para analizar el tránsito del Retrato del niño Pablo Aranda por el sistema del arte y la cultura. El primero, el reconocido teórico George Dickie, ofrece una propuesta sobre la existencia de lo que él llama el círculo del arte donde plantea qué es el mundo del arte y cuáles son sus componentes. El segundo, James Clifford, habla desde una esfera más amplia que es la de la antropología, pues aborda el tema de cómo es a través del cambio de conceptos que un objeto transita entre la esfera de la cultura y la del arte. El objetivo específico de la tesis surgió de la inquietud de conocer qué tan importantes son las instituciones para el arte. Esta inquietud fue resuelta en gran medida por medio de la lectura de los textos de Dickie. Una de las ideas principales a tratar en la tesis es que la pintura, la escultura o cualquier otra expresión artística, al estar inserto en el mundo del arte se convierte en un artefacto manipulable por una persona o institución que tiene un rol específico en ese medio. Esta cualidad artefactual es la que permite que el arte se pueda vender, difundir, investigar o presentar dentro del círculo del arte. El artista, aunque haya estado fuera o en contra de las instituciones, es parte esencial del círculo del arte, que es un mundo con roles y reglas propias. Esta idea es importante para la investigación porque considero que los artistas tienen mucho tiempo de estar conscientes de lo que es este círculo del arte, y por 4 lo tanto no sólo actúan dentro de él sino que son agentes activos y capaces de modificarlo, manipularlo y jugar con él. Una de las ideas base de la teoría institucional del arte es que, en ella, no hay diferencias en el valor de una obra por sus cualidades estéticas, el valor está dado por el peso que tiene dentro de este mundo.6 Éste también es un concepto importante porque significa que tal vez más allá de que el hombre esté interesado en la creación o en la estética, como lo han planteado innumerables filósofos, se señala la posibilidad de que la creación artística esté ligada a un fenómeno social que implica cierto elitismo y poder, esto sin menospreciar y dejar de valorar las cualidades estéticas y técnicas de una obra, pero sí considerándolo como un proceso paralelo. Al hablar del ejercicio de la autoridad en el mundo del arte, es necesario hablar de su institución más consagrada como un organismo hegemónico en la enunciación de discursos, es decir: el museo. En su aplicación del poder, el museo tiene herramientas consolidadas como son las exposiciones temporales y permanentes, así como los textos que se establecen a través de las mismas, lo cual crea una relación de poder a través del diálogo entre la institución, las obras y el público.7 En el caso del teórico James Clifford, éste plantea cómo en torno a los objetos que se admiten en una institución cultural, existe toda una construcción ideológica ligada a las tendencias de la cultura, la sociedad y la política. Esta construcción ideológica y conceptual en torno a los objetos es dinámica y por lo 6 7 Robert J. Yanal, “The institutional theory” en The Enciclopedia of Aesthetics, pp. 1-6. Eilean Hooper-Grenhill, “Lenguaje y textos” en Los museos y sus visitantes, p.158. 5 tanto modificable. De esta manera, un “objeto etnográfico” puede pasar a “objeto de arte” a través de la historia si la cultura del momento y el lugar lo permiten, es decir que “Esta historia presupone que el arte no es universal sino una categoría cultural cambiante de Occidente.”8 Por otro lado, están las propuestas teóricas contemporáneas de México. En este punto no hay propuestas teóricas como tal, sin embargo, muchos investigadores plantean argumentos y conceptos en sus textos que sirven como bases teóricas. La Dra. Esther Acevedo es una de las investigadoras más importante para esta tesis, pues ella ha tratado el tema de la fortuna crítica de Hermenegildo Bustos, además de que fue la investigadora asignada en los estudios técnicos y materiales que revelaron las dudas sobre la autenticidad del retrato. Entre sus texto, la Dra. Acevedo plantea el concepto de “guerra de coleccionistas”, que se refiere al auge del nacionalismo posrevolucionario y la necesidad de poseer obras de artistas mexicanos, dentro de ellos se encuentra Hermenegildo Bustos, pero esta guerra va más allá del coleccionismo, pues también incluye los fraudes y los engaños por parte de los coleccionistas para poseer más obras.9 De la misma manera, algunos importantes investigadores y autores para esta tesis son Carlos Monsiváis con su artículo “La cultura en México en el siglo XX” y Raquel Tiból, quien fue una de las precursoras en el estudio del artista purisiense. Adicionalmente, hay varios autores que hacen estudios críticos sobre la museología en México, tema recurrente en la tesis por abordar el tema de las 8 James Clifford, Dilemas de la cultura. Antropología, literatura y arte en la perspectiva posmoderna, p. 236. 9 Museo Nacional de Arte, Op. cit., La materia del arte…, p. 72. 6 exposiciones como generadoras de discursos, como Luis Gerardo Morales, Francisco Reyes Palma y Adrián Villagómez Levre quienes señalan algunas de las inercias y contradicciones de las instituciones en circuito del arte en México. La hipótesis principal que plantea esta tesis es que la trayectoria de una obra inmersa dentro del círculo del arte registra muchos fenómenos que afectan a la obra, de manera que cambia algunos de sus valores a través del tiempo dentro del círculo del arte. En este punto, una hipótesis secundaria es que la producción artística y el mundo del arte están estrechamente ligadas y se afectan constantemente, pues una no podría existir sin la otra. Consecuentemente y resultado de estos cambios en la obra de arte, en esta investigación se habla de que la obra tiene dos vidas conceptualmente: la primera en su proceso de creación en la que interviene el artista, y la segunda en su tránsito por el sistema arte-cultura en el que los conceptos que se le confieren se van modificando. Paralelas a estas hipótesis, en este proyecto de investigación se pretende afirmar que la modificación de los conceptos y valores del Retrato del niño Pablo Aranda están vinculados a las tendencias culturales, sociales y políticas de México, por lo que la construcción conceptual de la pieza y su legitimación dentro de las instituciones culturales han sido conferidas por la ideología del encargado de marcar las principales pautas de estas tendencias, es decir el Estado. A manera de sinopsis, en la presente tesis se analiza en un primer apartado la teoría institucional del arte. Para este estudio se toman ejemplos en los que el círculo del arte y las obras que pertenecen a su medio están en constante intercambio y fricción, de manera que se plantea la necesidad de realizar un 7 análisis integral en el que se estudie de manera específica la relación de una obra y su medio. Entre los ejemplos citados están los casos de Rembrandt10 y Damien Hirst11. En el segundo capítulo, el cuestionamiento se centra en cómo ingresó el Retrato del niño Pablo Aranda al mundo del arte y qué particularidades ha presentado dentro su trayectoria. Es en este apartado que se dedica una sección al estudio técnico de la obra, pues éste muestra incoherencias y dudas sobre la autoría del retrato. En este estudio, no se busca responder a la interrogante sobre quién es el autor, sino mostrar las problemáticas que devienen de la duda tan reprobable en el mundo del arte sobre la autenticidad. También dentro de este capítulo, en conjunto con el tercero, se analiza el peso del ambiente político en México como un factor determinante en la valorización de esta pieza y en general como un agente importante en el círculo del arte en este país. En el último apartado, se analiza la travesía de la pintura de Pablo Aranda dentro de las exposiciones en las que el retrato ha participado del guión curatorial. Lo que se pretende señalar en este capítulo es cómo la obra dentro de la institución es un objeto dinámico pues está en constante cambio de lecturas y significados que las exposiciones y las instituciones le van dado a la obra. Preguntas como ¿En qué tipo de discursos se ha insertado? y ¿Cómo se transforman sus valores? se abordan en este capítulo. 10 11 The Metropolitan Museum of Art, Rembrandt/ Not Rembrandt, p. 5. Luke White, “Damien Hirst’s diamond skull and the capitalist sublime” en The sublime now, p. 5. 8 Para finalizar, se analiza la figura del “lector” o espectador como quien experimenta y reinterpreta la obra más allá de lo que pretendió el mismo “autor”, enfatizando la independencia de la obra sobre su creador. La conclusión principal que se busca en la investigación, como se decribió previamente, es que el mundo del arte afecta directamente a la concepción de las obras. En el caso particular del Retrato del niño Pablo Aranda, se busca demostrar que el círculo del arte en México y los componentes del mismo, han afectado ha esta obra, en su concepción e importancia en el imaginario del arte mexicano. Esto a través de su trayectoria y de los agentes que forman parte de este cículo, que en el caso de México son su coleccionista, el Instituto Nacional de Bellas Artes, las exposiciones en el Museo Nacional de Arte, entre otros. 9 Capítulo I La obra de arte es un artefacto dentro del círculo del arte Si algo se sabe sobre la concepción del arte, es que ha habido múltiples teorías para darle una explicación. En el caso de esta tesis, se tomará como base la teoría institucional y su propuesta para la definición de arte. En este capítulo se analizará y se hará énfasis en uno de los conceptos que la teoría institucional aborda, el cual se refiere al “mundo del arte” o “círculo de arte” y las cosas que este concepto abarca, así como el papel que juegan las obras de arte dentro de este mundo. El círculo del arte afecta las obras que pertenecen a su medio, es decir, que la historia del arte, el mercado, la crítica, entre muchas otras prácticas, afectan los valores y las condiciones de las expresiones artísticas y en este capítulo se dará cuenta de estos sucesos a través de algunos ejemplos de nuestros tiempos y del polémico caso de Rembrandt. Por último, se analizará una de las prácticas más significativas y polémicos dentro del mundo del arte en la actualidad: las exposiciones. Se hablará en específico de cómo este fenómeno expositivo le da nuevos valores a las obras que se presentan de un modo en particular, conforme a un discurso y a una voluntad en específico. Dentro de una institución museística, se debe considerar esencial el estudio del diálogo que se crea entre los públicos, la institución y las obras. Este punto se tratará con mayor profundidad con una ejemplificación que se realiza en el tercer capítulo El Retrato del niño Pablo Aranda y el fenómeno expositivo, donde se verá 10 en un caso en particular cómo una exposición afecta nuestra visión sobre una obra. 1.1 La teoría institucional del arte y su vigencia Para tener claro qué es la teoría institucional del arte, se hablará brevemente de la historiografía de la misma, de manera que se pueda ubicar el momento en el que surge, su evolución y, por supuesto, el sentido que se le da a la teoría en este estudio. 12 La primera referencia a la teoría institucional del arte se hace en el artículo de “The Artworld” publicado en 1964 por el crítico y filósofo norteamericano Arthur Danto. En este ensayo crítico, Danto no propone una teoría institucional como tal, sin embargo habla por primera vez del concepto The Artworld o “mundo del arte” para explicar cómo Andy Warhol plantea y justifica su Brillo box (figura 1) como arte. ¿Cómo es que las cajas de madera de Andy Warhol son obras de arte, cuando son idénticas a las cajas de jabón que se podían encontrar en cualquier supermercado? La respuesta de Danto es que la diferencia entre los dos objetos radica en el marco en el que se inserta la obra. 12 Robert J. Yanal, Op. Cit., pp. 1-6. 11 Fig. 1. Andy Warhol, Brillo Box, 1964. Serigrafía en tinta sobre pintura sintética de polímeros sobre madera, 48.2 x 48.2 x 35.6 cm. Col. The Andy Warhol Museum, Pittsburg, Estados Unidos. La forma de introducir una obra y sus respectivas cualidades al marco artístico e institucional es una facultad propia de uno de los personajes más relevantes que juegan un rol en este círculo particular: el artista. Arthur Danto no profundiza más allá en el concepto, y en los ensayos sucesivos ya no tratan el concepto del mundo del arte, sin embargo la evolución del concepto continuó desarrollándose.13 El doctor en Teoría del arte, Estética y Teorías del gusto, George Dickie,14 es el introductor y principal representante de la teoría institucional del arte. En 1969, cinco años después de la publicación del artículo de Danto, Dickie presenta el artículo “Defining Art” en el cuál esboza una teoría institucional. Esta primera teoría se ve modificada y en 1974 publica el libro Art and the Aesthetic en el que presenta formalmente la teoría institucional del arte por primer a vez. En Art and the Aesthetic se plantean los puntos esenciales de la teoría, sin embargo después de la publicación del libro con una teoría tan poco 13 14 Id. George Dickie, http://tigger.uic.edu/~gdickie/. Fecha de consulta: 19 de septiembre de 2010. 12 tradicional15, olas de críticos y pensadores rechazaron la teoría hasta que en 1984 Dickie publica su obra concluida y corregida El círculo del arte con la intención de replantear su propia teoría revisada en base a las agudas críticas que le fueron hechas. A grandes rasgos, los principios básicos de la teoría se podrían resumir de la siguiente manera: 1. Para esta teoría, el arte en sí tiene una naturaleza institucional. Esto es, que las acciones y las formas de proceder en la creación del arte son una tipo-institución y no un ejemplo-institución. Las prácticas tipoinstitución son aquéllas desarrolladas por el hombre y que fundan institucionalidad, como son el contar historias, el matrimonio o la familia, a diferencia de las ejemplo-institución, que se refieren a organizaciones establecidas como la Iglesia, un museo o el Estado. 16 Esto quiere decir que la creación de arte es una práctica institucional, en el sentido en que es una práctica establecida dentro de un contexto y que cumple con ciertas convenciones, aunque no tenga lineamientos estrictos. 2. Para la teoría institucional del arte, una obra de arte es en primer lugar artefactual, es decir que la primera condición de algo para que sea arte es ser un artefacto cuyos creadores pretenden o pretendieron que fuese arte. De manera que esto sea comprensible, Dickie plantea que un artefacto no es necesariamente un objeto físico sino cualquier cosa 15 Se considera como “poco tradicional” en el sentido de que no utiliza un planteamiento del arte a través de la estética o sus propiedades históricas, conceptuales o formales sino sus características institucionales. 16 George Dickie, Op. Cit., p. 76. 13 hecha por el hombre.17 De manera que considera como necesario que el artista tenga cierta noción de lo que es arte para él, de forma que el arte es consciente de sí mismo. El arte está hecho con la intención de que así sea.18 3. Como segunda condición, una obra arte debe poseer ciertos aspectos que se han determinado por medio de convencionalismos19 que le confieran la candidatura para ser apreciados por personas que actúan por parte de instituciones del mundo del arte20. 4. Un aspecto que diferencia a esta teoría de muchas otras es que no considera los aspectos estéticos, conceptuales, históricos o formales de una obra como necesarios para definir una obra como arte. Esta propiedad es atribuida por ser candidato para la apreciación, lo cual implica que la obra es un objeto de evaluación, no un objeto ya evaluado de manera que una obra impresionista, una instalación contemporánea o un performance son arte por ser consideradas prácticas adscritas a lo artístico y no por sus cualidades estéticas. Es decir que para esta teoría, arte es todo aquello reconocido como tal por la gente que actúa dentro del círculo del arte: artistas, curadores, historiadores, críticos, investigadores, por nombrar algunos. 17 George Dickie, Op. Cit. p. 48. Id. 19 La Real Academia Española (RAE) define convencionalismo como un conjunto de opiniones o procedimientos basados en ideas falsas que, por comodidad o conveniencia social, se tienen como verdaderas. 20 En este caso George Dickie se refiere a los dos tipos de instituciones tipo-institución y ejemploinstitución, por lo que podemos entender que el artista o creador al elaborar su obra sabe que ésta tienen las características suficientes para que la crítica de arte o el museo (o cualquier otra institución del arte) puedan apreciarlo. 18 14 5. El mundo del arte no tiene normas determinadas, ni líneas de autoridad o condiciones para ser un miembro de este círculo, es decir que para ser un espectador, un artista o un crítico no hay reglas, leyes o condiciones para serlo, pero para apreciar arte, criticarlo o crearlo, al menos se tiene que poseer una noción de lo que es el arte y eso, automáticamente, incluye a alguien en este particular círculo. 21 Un aspecto de esta teoría que se tomará en cuenta para la tesis es que el arte se considera una práctica institucional porque al tener ciertas convenciones tácitas, el creador tiene plena conciencia de que su producción “es arte”. Esto permite que alrededor de las prácticas artísticas se han creado instituciones-ejemplo establecidas como son museos, galerías, ferias de arte, casas de subastas, pero también otras tipos-instituciones como la historia del arte, la crítica del arte o el mercado del arte.22 Hoy en día, más allá de la existencia de una teoría institucional que hable del arte como una tipo-institución, existe una conciencia de la existencia del llamado “círculo del arte” y sus inercias por parte de los miembros que lo conforman, incluyendo a los propios artistas. Un ejemplo de esto lo podemos 21 Robert J. Yanal, op. cit., p. 2. En su proceso creativo y conceptual, el artista tiene el papel más importante, que es el de desarrollar pensamiento crítico a través de su estética y su obra. Aunque esta teoría de alguna forma hace a un lado este proceso para la definición del arte, en esta investigación se considera un primer momento esencial para la concepción del mismo, sin embargo el análisis de este primer momento no es el que interesa para este estudio, pues el fenómeno contextual de la obra y su desarrollo dentro del mundo del arte es como un segundo momento en el que las obras continúan desenvolviéndose de maneras que, muchas veces, no son estudiadas y, por esta razón, se eligió este enfoque. 22 15 encontrar en la producción del artista mexicano Gabriel Orozco en la que hace evidente su estado consciente ante el mundo al que pertenece, una muestra de esto es su obra Home run, 1993 (Figura 2). Esta instalación consistió en la colocación de naranjas en las ventanas de un edificio frente al MOMA que se podían apreciar desde el patio de esculturas de este museo; la instalación, vista desde el museo, tiene validez incluso si se plantea como una trasgresión a la institución por estar fuera del espacio museístico, mientras que vista desde la calle, su obra no es más que una simple composición a base de naranjas. Esta obra, como muchas otras, juega a que está y no está en las instituciones, juegan a acceder a la institución museística y a resistirse a ella, pero finalmente la usa como parte de su juego y su discurso, como parte de su mundo. Fig. 2 Gabriel Orozco, Home Run, 1993. Naranjas. Museum of Modern Art, Nueva York 16 1.2 El círculo del arte afecta a las obras que pertenecen a su medio La obra Home Run es un ejemplo contemporáneo de la conciencia del artista de su mundo, pues el valor de la obra y su discurso radican en el diálogo con el contexto institucional al que pertenece pero, ¿qué pasa con obras más lejanas a nuestro tiempo? Ahora más que nunca, el mundo del arte se ha hecho tangible con la aparición de organizaciones como museos, galerías, casas de subastas, ferias de arte, bienales, escuelas de artes plásticas, pero no olvidemos que muchas de estas organizaciones tienen sus orígenes en la antigua Grecia y otras tantas en la antigua Roma. Las instituciones del arte son tan antiguas como las prácticas a las que responde cada una de ellas. Conforme cambian las prácticas, se crean o cambian las instituciones, y es el diálogo que estas instituciones tienen con el arte lo que al mismo tiempo va a soportar a las nuevas prácticas. Es decir, el círculo del arte es una especie de estructura maquínica de piezas que se soportan las unas a las otras, donde el arte ha necesitado de las instituciones para su desarrollo y las instituciones no podrían existir sin el arte al que resguardan, estudian o venden. Del párrafo anterior, podemos entender que la relación entre el arte y las instituciones es extremadamente cercana. En esta tesis, la propuesta principal es que el círculo del arte afecta de manera directa los valores y las condiciones de las obras que se inscriben a él, pues además de las obras que se están creando en la contemporaneidad, hay obras que tienen 500 años y de las que hoy podemos seguir hablando e interpretando sus valores históricos, artísticos, comerciales y simbólicos. 17 El arte se ha rodeado de instituciones que lo soportan a lo largo de la historia, las cuales pueden ya no existir como tales, o ya no soportan al arte de la misma manera como lo hacían en otros momentos, pero es innegable el papel de las instituciones en la producción artística.23 La interpretación que se le da a las obras tiene una relación estrecha con el contexto institucional que soporta al arte. A lo largo de la historia del arte se pueden encontrar ejemplos de esta afección entre arte e institución; entre ellos está el controvertido caso de las obras de Rembrandt. En 1996 The Metropolitan Museum of Art de Nueva York presentó la exposición Rembrandt/ not Rembrandt en la que se presentaron obras que habían sido adquiridas por el mismo museo por un valor económico altísimo dado que se trataba de obras originales del artista y que posteriormente se catalogaron como del taller de Rembrandt, es decir, de la mano de seguidores del artista que no tenían relación directa con él o con su taller, o bien, como obras que alguien hizo pasar por originales y, en esa medida, constituyen un engaño. 24 Se presentaron dibujos y grabados originales del artista (Figura 3) para crear un contraste en la mente del público, problematizando el valor de las diferentes obras, las originales y las “imitaciones”.25 También se presentaron casos en los que la obra podía ser original pero no tenía firma y algún imitador la añadió por miedo a las dudas, o los casos en los que el creador de la pintura no tenía intención de engañar sino simplemente de imitar con fines educativos o de 23 Entre estas instituciones se puede nombrar a la Iglesia y a las Monarquías. The Metropolitan Museum of Art, Op. Cit., p. Vi. 25 Íd. 24 18 admiración, pero finalmente terminó donde la pieza asumida como parte del mercado del arte y vista como una obra original. Las preguntas que vendrían a continuación son ¿por qué a lo largo de la historia ha habido gente que imita a Rembrandt? ¿Es solamente por fines aprendizaje? Metropolitan económicos ¿Por Museum o qué of de el Fig. 3. Rembrandt, Autorretrato a los 34, 1640. Óleo sobre tela, 102 x 80 cm. Col. The National Gallery, Londres. Art desearía sacar a la luz estas obras y realizar una exposición sobre ellas? Y finalmente, ¿ Qué sucede con las obras, su valor estético es menor por no ser originales del artista? Para contestar estas preguntas se deben nombrar a los tres actores principales de la estructura del círculo del arte que habíamos mencionado anteriormente: el espectador o comunidad que aprecia la obra, la institución y la obra. El Metropolitan Museum of Art dio varios motivos para justificar la realización de esta polémica exposición: en primer lugar, con ella se reconocería la labor de investigadores y restauradores que han estudiado este caso detenidamente durante años, además de reconocer la imitación y la falsificación como un fenómeno dentro del círculo del arte. La imitación y creación de falsos, cómo se señala en diversos capítulos del catálogo, responde a intereses diversos como son el estudio de las formas y conceptos tratados por Rembrandt, el estudio de 19 técnicas y la compra-venta de obra. Pero también en este fenómeno, la institución tiene un gran peso, pues el hecho de que las imitaciones de Rembrandt hayan llegado a muchos museos y colecciones, le dan un valor diferente a las mismas. Éstas ya no se ven como pinturas menospreciadas que no merecen reconocimiento o valores económicos, pues el Metropolitan les concedió un valor a través de la investigación técnica e histórica, además de reconocer que el valor artístico de la obra es independiente de su creador. En esta exposición se descubre, en gran medida, la función e interpretación que el mercado del arte confiere a las obras, pues los costos de una se pueden disparar en función de la ley de la oferta y la demanda, gracias a fenómenos mediáticos que involucran títulos y autores, pero en todos los casos, independientemente de la calidad artística, estética y del valor histórico del objeto. Sin embargo, este hecho termina por afectar la interpretación artística de las obras, pues existe una tendencia a pensar que, entre más alto sea el valor monetario de una obra, ésta tendrá mayor relevancia y mayor valor estético e histórico. El caso de Rembrandt ha sido tan controvertido que se ha estudiado por más de tres siglos, por lo que en 1968 se creó el grupo de investigación Rembrandt Research Project (RRP) para estudiar técnica, estilística y físicamente las obras atribuidas a Rembrandt.26 Como espectadores de la obra, la problemática que surge es si verdaderamente es menos valiosa una obra hecha por el taller de Rembrandt que una pintada por el artista. Finalmente, estas obras, independientemente de su autor, fueron valoradas por coleccionistas e 26 Ibid., pp. 4 – 5. 20 instituciones por décadas o incluso por siglos, y por un público que veía a través del lente de la institución. En la muestra Rembrandt/ not Rembrandt sólo se expuso una obra realizada a finales del siglo XVII, (Figura 4) que se clasificó como una imitación realizada con la intención de engañar después de su estudio técnico. En este sentido, la institución, el Metropolitan Museum of Art, no puso en duda la calidad de su colección respaldándose en la historicidad y la “buena fe” de las otras obras presentadas.27 Al inicio del catálogo, la presentación del director lleva la advertencia de que “A manera de política, el museo pesa todos sus argumentos para la catalogación y la asignación de información de cédulas de pie de objeto; por lo que no se cambian las atribuciones anteriores a menos que haya argumentos serios expresados por parte de un sector de credibilidad”.28 Esta advertencia es muy relevante, pues después del estudio técnico de las piezas realizado por la misma institución, en la cita anterior se revela que sus propios argumentos no son suficientes para el cambio de una ficha técnica, a pesar de la inversión en las investigaciones además de que la misma exposición da validez a las investigaciones académicas al presentarse ante el público. 27 28 Ibid., p. 7. Ibid., p. vi. 21 Fig. 4. Autor sin identificar, Hombre con barba, último cuarto del siglo XVII. Óleo sobre tela. Col. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York Otro caso sintomático del peso del contexto institucional sobre la constitución de los valores del arte es el caso del mercado, en el que las transacciones y la publicidad que se les da a las ventas son parte esencial en el círculo del arte de nuestro tiempo. Un ejemplo concreto de esto es la polémica venta de la obra For the love of god (Figura 5) del artista británico Damien Hirst. La obra consiste en un cráneo humano que se recubrió con platino y diamantes para lo cual requirió de una inversión de 13 millones de libras para su realización. 29 Este es un caso muy especial del mercado del arte en el que por primera vez en 2007 la obra de un 29 Luke White, Op. Cit., pp. 5 y 6. 22 artista vivo alcanzaba el precio de 50 millones de libras. Como menciona Luke White en su ensayo crítico, los medios de comunicación se interesaron mucho más en hablar sobre el precio de la pieza más allá de sus cualidades artísticas o estéticas, e incluso menciona cómo un periodista publicó en su columna que el espectador, antes de ver una obra de arte, veía un portafolio con 50 millones de libras. Fig. 5 Damien Hirst, For the love of god, 2007. Platino, diamantes, craneo y dientes humanos. Col. White Cube Gallery, Londres Más allá de la cifra millonaria en la que se vendió la obra, la polémica radica en quién fue el comprador, pues la pieza fue adquirida por un grupo de inversionistas. Más tarde salió a la luz que entre los atrevidos inversionistas 23 estaba el mismo artista y su galerista.30 La compra de la obra por parte del mismo artista que la produce nos habla de un acto trasgresor que pone en duda el valor de la obra misma, pues el mercado no diferencia entre valores estéticos y sólo se fija en si existen compradores y, al venderse en ese precio, automáticamente se infló el precio del resto de las obras de Hirst, produciendo una euforia en el público y en los coleccionistas interesados en su obra, sobre todo en aquellos que ya poseían obras del artista que se vieron beneficiados por esta transacción. Fenómenos como la compra-venta de arte y el respaldo institucional, afectan nuestra interpretación de las piezas, pues las observamos a través del filtro en el que se nos presentan: los medios, la academia o la institución; sin embargo, existe un filtro dedicado a hacernos pensar la hermenéutica de las obras más allá de su valor comercial: las exposiciones. 1.3 Las exposiciones como enlace entre público, institución y obra Una exposición es parte del círculo del arte y se le podría definir como “una representación, ordenada a partir de objetos colocados unos al lado de los otros para ser vistos por el público”.31 De esta definición propuesta por Francisca Hernández, se puede deducir que, para que haya una exposición, hay tres condiciones esenciales: los objetos que se exhiben, el criterio de ordenamiento definido por la institución o el curador y el público que interactúa con los objetos. Es muy importante conocer a profundidad estos tres aspectos porque, dependiendo de sus variaciones, la exposición generará una percepción o 30 31 Íd. Francisca Hernández, Manual de museología, p. 202. 24 reacción diferente sobre la colección que se exhibe; esto es gracias a que el museo tiene una relación con el lenguaje y los textos que propone tan importante como la que tiene con los objetos que presenta, pues el lenguaje dirige las percepciones y ofrece al visitante una visión particular sobre los objetos. El objetivo principal de una exposición es crear las condiciones idóneas para que se produzca el diálogo entre visitante-objeto.32 Es importante comprender que, dentro de las funciones del lenguaje, hay una vocación por ejercer poder, pues éste tiene la posibilidad de configurar una visión particular del mundo a través de las cosas que se dicen y las que se omiten, por lo que el lenguaje se puede entender como un arma esgrimida por instituciones como el museo. Es importante recordar que un museo es una institución de poder y va a utilizar las herramientas que tenga a la mano para conservar su hegemonía como enunciador de discursos. Hoy en día el museo tiene una función importante en el desarrollo cultural y por lo tanto funciona como un puente cultural y medio de comunicación para llegar a las masas populares y también como centro de investigación y estudios para las élites especializadas. 33 En una exposición, la elección de un tema “…y las características del lenguaje usado para presentarlo, por ejemplo, crean y sacan a la luz una interpretación particular de la experiencia”,34 funcionando como un filtro a través del cual el visitante crea conceptos e interpreta las obras. No es lo mismo ver una obra de Picasso aislada, que una obra de Picasso en el contexto de la Guerra Civil Española o en el del 32 Ibíd., p. 203. Francisco Javier Zubiaur Carreño,.Curso de museología, p. 18. 34 Eilean Hooper-Grenhill, “Lenguaje y textos” en Los museos y sus visitantes, p. 158. 33 25 cubismo o en el de las vanguardias europeas. En una exhibición hay elementos específicos que se resaltan mientras que otros se omiten y se discriminan. Por supuesto que esta visión museológica 35 está justificada a través de algunas de las funciones básicas del museo, que son la de difusión de su acervo y la formación de su público. Abordar un mismo tema desde distintos enfoques puede llegar a enriquecer el conocimiento del público, así como brindar la posibilidad de repensar el arte, además de que no se puede dejar de lado que, independientemente del filtro propuesto por el museo, cada visitante obtendrá una experiencia distinta resultado de su subjetividad. En la elaboración de una exposición intervienen muchos factores, pero el más importante y definitivo es el concepto curatorial, el cual se refiere a la propuesta básica o conceptos de los que parte una exposición. El guión curatorial, se lleve a cabo con éxito o no, es la herramienta discursiva de la que parte una exposición. A grandes rasgos, una exhibición surge a partir de una idea o de un discurso que determina una selección de obra a fin de transmitirlo; posteriormente, se realiza una museografía para resaltar los elementos del guión curatorial, el cual “forma parte fundamental de la vivencia museística”.36 Es por esta razón que el papel del curador de un museo ha adquirido tanta importancia en nuestros días, debido a que este personaje es el eje de las propuestas de exhibición y el encargado de privilegiar unas obras sobre otras, así como a ciertos artistas sobre otros. 35 Con una “visión museológica” quiero decir que es una visión a través de la museología, que se refiere a la ciencia del museo que estudia la historia y la razón de ser de los museos y su función social. También estudia la metodología de trabajar y el estudio que se da en el museo junto con la clasificación de los mismos, como lo describe el Consejo Internacional de Museos (ICOM). 36 Adrián Villagómez Levre, Curaduría general del INBA (documento de 1978), p. 4. 26 La curaduría lleva a cabo los procesos necesarios para el cuidado y conservación de los bienes artísticos que tiene a su cargo de manera permanente o durante el tiempo comprendido para efectuar un proyecto de exposición. Entre sus acciones está la organización, planeación, gestión, protección, exhibición y conservación de determinadas obras, así como la labor de la investigación pero, según Adrián Villagómez, la función principal del curador consiste en acercar al arte al público.37 El curador moderno, [dice Francisco Reyes Palma] derivado de la matriz del museógrafo, es difícil de entender fuera del proceso de desmaterialización del campo artístico y el sobrepeso de modalidades como los conceptualismos. Además, esta figura de reciente creación es la encargada de asimilar la del teórico versado en cuestiones antropológicas, los análisis socioculturales y, sobre todo, la reflexión filosófica. Asociado, además, al perfil de academia, el curador mantiene un acercamiento que hoy calificaríamos de transdisciplinario.38 Este personaje tan dinámico para las instituciones museísticas hace que sus propuestas se vean reflejadas en hechos tangibles para el público, como son las exposiciones y los catálogos que resultan de éstas. “Paralelamente a la programación de las exposiciones temporales, se desarrolla la elaboración de un catálogo, que viene a constituir el elemento permanente de cada una [de ellas].”39 En el catálogo de una exposición no se van a encontrar necesariamente los 37 Id. Francisco Reyes Palma, El curador, figura de fusiones, silencios y saturaciones, pp. 6 y 7. 39 Francisca Hernández, op. cit., p. 228. 38 27 textos que se encuentran en las hojas de sala de una exhibición, aunque sí se encuentra una descripción completa o un comentario a las piezas que la conforman.40 En realidad en este tipo de publicaciones se hace poca o nula referencia a la exhibición en sí, o al proceso llevado a cabo para que ésta se viera concretada, más bien intervienen textos institucionales de presentación de las exposiciones y textos especializados en el tema de la muestra, de manera que el catálogo no refleja necesariamente los esfuerzos del museo por amenizar el lenguaje para el público o su esfuerzo por acercar el arte al público, pero nos muestra de una manera más clara las intenciones institucionales de realizar la muestra y los conceptos bajos los cuales se planteó. Es importante mencionar que, al realizar una curaduría para una exposición, generalmente se pierde el aspecto individual de las piezas para convertirse en elementos de un conjunto que tratan de explicar algo. En este proceso de unidad con otras obras que pueden articular un discurso que se presenta de manera sincrónica, diacrónica o anacrónica, con diferentes técnicas o bajo cualquier otro criterio de ordenamiento, el curador puede dar una propuesta tan académica o tan subjetiva como él y la institución lo decidan. En este proceso, el espectador efectivamente ve en las obras un conjunto, y aunque por supuesto que es capaz de apreciar e interpretar las obras individualmente, es inevitable considerar una exposición como una unidad que se lee desde el punto de vista de la institución. Por esta razón, este estudio propone analizar el tránsito de los valores que se la han asignado a una sola obra que ha pasado a ser parte de un conjunto tan 40 Id. 28 académico o tan subjetivo como se ha querido dentro del círculo del arte una y otra vez, puesto que las curadurías cambian conforme la sociedad cambia sus instituciones. 29 Capítulo II El expediente del Retrato del niño Pablo Aranda En este capítulo se propone analizar la trayectoria de un cuadro para observar los fenómenos que se presentan en el circuito del arte y la cultura. Se busca enfatizar la construcción de un imaginario nacional a través del arte, así como el tránsito desde la esfera de lo popular y artesanal hasta la esfera de lo que James Clifford llama “lo culto”. El cuadro que se eligió para realizar este estudio es el Retrato del niño Pablo Aranda (Figura 6), atribuido oficialmente al artista decimonónico Hermenegildo Bustos, supuestamente pintado en el año de 1887 y perteneciente al acervo del Museo Nacional de Arte desde que se constituyó en el año de 1982. Para lograr este análisis se contrasta la “historia tradicional” de Hermenegildo Bustos con el expediente cronológico del retrato.41 Esta obra se eligió por su constante aparición en la historia de las exposiciones en nuestro país, y por la multiplicidad de las interpretaciones y lecturas que se le ha dado.42 Adicionalmente, esta obra nos permite analizar cómo se ha creado un mito alrededor de Hermenegildo Bustos y su obra, mostrándonos cómo ha cambiado su valoración de acuerdo a una construcción temporal. Por último, existe una polémica en torno a la autenticidad de la obra Retrato del niño Pablo Aranda que, si bien en la tesis no busca ser resuelta, se trata como 41 Al referirme al expediente cronológico quiero decir que me apoyo en documentos oficiales tales como: listas de obra, notas periodísticas, catálogos publicados por el Instituto Nacional de Bellas Artes y los documentos que se guardan de la pieza y el artista en los archivos del Museo Nacional de Arte. 42 Para más información sobre la participación de la pieza en las exposiciones, ver el anexo A Cronología del retrato Retrato del niño Pablo Aranda en el sistema arte-cultura. 30 un fenómeno del círculo del arte donde convergen la institución y la academia. Fig. 6 Hermenegildo Bustos, Retrato del niño Pablo Aranda, óleo sobre lámina, 1887. 21.5 x 17 cm Museo Nacional de Arte, México DF 31 En este retrato de pequeñas dimensiones, podemos ver a manera de busto a un niño de 3 años que mira al espectador, enmarcado por una forma oval y contra un fondo gris. De pelo rizado, cejijunto, de pequeña boca y grandes ojos, nos llaman la atención las prominentes mejillas que nos hace ver su cara casi cuadrada. Viste un traje de color negro con un alzacuellos blanco. Por sus rasgos, se podría decir que es de origen mestizo.43 En el reverso del cuadro (Figura 7) existe una inscripción dónde se lee: “Nació Pablo Aranda el día 30 de Junio de 1884 y se retrató, el 28 de Agosto de 1887. Su estatura, una vara y tres cuartos de pulgada de alto. Hijo de don Sabino Aranda. Hermenegildo Bustos pintó de aficionado.” Fig. 7 Hermenegildo Bustos, Retrato del niño Pablo Aranda (REVERSO), óleo sobre lámina, 1887. 21.5 x 17 cm Museo Nacional de Arte, México DF 43 Museo Nacional de Arte, Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte. Pintura. Siglo XIX. Tomo I, p. 101. 32 2.1 La historia tradicional del retrato A grandes rasgos, una “historia tradicional” es aquélla que, por su constante repetición, adquiere visos de verdad, pero que no necesariamente está fundada en hechos o en datos reales. Esto no quiere decir que una historia tradicional sea falsa del todo, pero es importante su revisión y análisis para llegar a entender cómo surge y cómo se forman las ideas y conceptos detrás de ella. En el caso de Hermenegildo Bustos concretamente, la transición de ideas y conceptos es muy interesante, pues de ser considerado inicialmente un pintor aficionado e ingenuo, se terminó comparando con los antiguos flamencos o también considerando como punto de referencia en la pintura moderna en México. Uno de los hechos más reveladores sobre la visión que se ha tenido sobre este personaje es que incluso su desconocido nombre pasó a ser el de su pueblo natal por la importancia que adquirió. Las investigaciones sobre Hermenegildo Bustos indican que nació en el pueblo de Purísima del Rincón en el Estado de Guanajuato, hoy Purísima de Bustos, el 13 de abril de 1832. Se dice de él que fue un artista principalmente autodidacta que nunca salió de Purísima y que su verdadera ocupación era realizar innumerables oficios aparte del pintar, como preparar nieves, alquilar muebles, realizar trabajos de carpintería y talla en madera, así como ser meteorólogo aficionado. Algunas de las investigaciones dicen que tuvo un maestro de apellido Herrera del que no se sabe más. Todos estos detalles los sabemos en parte por su primer coleccionista, Francisco Orozco Muñoz y muchas otras referencias surgen a partir de investigaciones posteriores. Ya decía Raquel Tibol en su libro Hermenegildo 33 Bustos: pintor de pueblo que, en la euforia por recopilar datos de este desconocido artista, llegaron a juntarse una serie de relatos más bien fantásticos y pintorescos sobre Bustos como el que decía que el artista “proclamaba haber depositado su afecto de padre en un búho, al que dio su apellido, llamándolo Tecolotito Bustos”.44 Parte esencial de la historia tradicional de este artista es que, aunque fue coleccionado inicialmente por Francisco Orozco Muñoz, la gran difusión y gusto por este artista surgió en el ambiente posrevolucionario en el que las características de la pintura del artista purisiense fueron valoradas por los artistas de la época como las esenciales para la construcción de una “escuela mexicana de pintura”. A principios del siglo XX con la Revolución Mexicana, se buscó una alternativa artística en los estados de la República más allá de la Academia del siglo XIX que se concentraba en la capital, pues ésta representaba al antiguo régimen, es decir, justo allí donde los valores de “lo mexicano” ya no debían estar pues se ligaba a conceptos como el autoritarismo, la primacía de las élites y la devoción ante el eurocentrismo45. “Con el triunfo de la Revolución Mexicana se produjo un profundo movimiento nacional de refuncionalización del arte, y fue entonces cuando la obra de Bustos, como muchas otras expresiones de la cultura no oficial o popular, recibió una carga de significados que antes no había tenido.” 46 En este contexto es que las obras de Hermenegildo Bustos, José Guadalupe 44 Raquel Tibol, Hermenegildo Bustos: pintor de pueblo, p. 42. Carlos Monsiváis, “Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX” en Historia general de México, p. 1382. 46 Raquel Tibol, Op. cit., p. 33. 45 34 Posada o José María Estrada tuvieron cabida en el panteon de artistas mexicanos que durante el siglo XIX no se tenían en cuenta por la hegemonía de la Academia. Como lo menciona en su texto Norbert Lechner “tanto que la conformación del Estado es una tarea eminentemente política, la construcción de la nación resulta de un trabajo cultural 47 ,“ es decir que en ese momento el círculo del arte (muralistas, poetas, museos, etcétera) tuvo un importante papel en el caos de la posrevolución. O como lo menciona Monsivaís: “La función de la “cultura de la Revolución Mexicana” ha sido, las más de las veces, ir legitimando al régimen en turno aportando una atmósfera flexible y adaptable a las diversas circunstancias políticas […] el Estado suele proclamar, sin mayores ánimos de ser creído, el nacionalismo que debe cohesionar a una colectividad.”48 Con todo este contexto posrevolucionario y los intereses del nuevo gobierno en juego, la verdad sobre la vida del artista y el origen de sus pinturas son desconocidos. Lo que actualmente tenemos de Bustos es su obra, en cuyo reverso el artista hizo una serie de inscripciones, de las que podemos corroborar que él se llamaba a sí mismo “aficionado” en la realización de sus pinturas. La obra de Bustos se centra en la factura de retratos de la gente de su comunidad, algunos exvotos, figuras devocionales y dos conocidos bodegones. Según la inscripción que se encuentra al reverso del cuadro, el Retrato del niño Pablo Aranda fue realizado en el año de 1887, después de esa fecha lo 47 48 Norbert Lechner. Órden y memoria, p. 84. Carlos Monsiváis, Op. Cit., p. 1382. 35 único que se sabe es que paso a formar parte de una colección privada a la que, a ciencia cierta, no sabemos cuándo ingresó. La construcción del artista y de su obra no surgen desde sus características formales ni de su historia documentada, sino que comienzan con los relatos y la valoración hechos por su primer coleccionista, por las exposiciones en las que participa y por el ingreso de sus pinturas y dibujos a colecciones nacionales, siempre impulsado por el mundo del arte en México, que como veremos, está íntimamente relacionado con el Estado. 2.2 El ingreso del retrato al círculo del arte: del coleccionismo a la institución Una obra como el retrato de Pablo Aranda no siempre fue considerada como arte. Originalmente se pensaba —al igual que todas las obras de Hermenegildo Bustos— como resultado del folklore perteneciente al ámbito de lo tradicional, lo colectivo o, en otras palabras de lo popular. Cualquier objeto, de acuerdo con lo que propone James Clifford, transita por un sistema de arte y cultura en el que se lleva a cabo un proceso de legitimación para que el objeto llegue a tener la categoría de “arte”, es decir que Clifford considera, a diferencia de George Dickie, que una obra que no se hizo con la intención de ser arte, puede llegar a serlo después de recorrer un camino en el que los valores de ésta sean aceptados como validos dentro el círculo del arte. George Dickie diría, con respecto a esto, que mientras este mundo justifique y nombre a una cosa como “arte” ese objeto efectivamente lo será, pero para llegar a este punto, según James Clifford, se requiere un proceso temporal y de valorización complejo. En el esquema 1 podemos ver el tránsito que propone James Clifford en la “Máquina de construir autenticidad” o en el proceso de construir una obra de arte. 36 Un objeto puede pasar de ser “objeto etnográfico” a “objeto de arte” en este sistema: Esquema 1. El sistema de arte-cultura Un personaje importante para que se dé el paso de objeto etnográfico a objeto de arte es el coleccionista, quien en “este sistema encuentra interés y belleza intrínseca en objetos de un tiempo pasado, civilizaciones y presupone que antiguas coleccionar (preferentemente objetos cotidianos desaparecidas) será de más recompensador que coleccionar, por ejemplo, termos decorados de China o camisetas pintadas de Oceanía. Los coleccionistas con mentalidad histórica otorgan a los objetos antiguos un sentido de "profundidad". La temporalidad se 37 cosifica y rescata como origen, belleza y conocimiento”49. De esta cita podemos concluir que el perfil del coleccionista consiste, en gran medida, en reconocer en un objeto colectivo o tradicional, características originales y singulares. Este paso de lo colectivo y tradicional a lo singular y original, es el paso del sistema de la cultura, que se refiere a una esfera mucho más amplia que abarca un sinnúmero de expresiones, al sistema del arte, una esfera mucho más pequeña y con convenciones más claras que las de la cultura. El retrato de Pablo Aranda perteneció —junto con más de 100 pinturas, el Autorretrato (Figura 8) y algunos dibujos de Hermenegildo Bustos— a la colección de Francisco Orozco Muñoz (1884-1950), un diplomático, escritor y político nacido en San Francisco del Rincón, un pueblo cercano a Purísima del Rincón en el Estado de Guanajuato.50 Según los estudios de Raquel Tibol, Orozco Muñoz fue formando su colección “desde los veinte años […] casa por casa tras los retratos de ese desconocido pintor a quien tanto admiraba”.51 También se sabe que Orozco descubrió con gran alegría y sorpresa que Bustos había pintado a algunos de sus familiares. La colección de Orozco Muñoz es “un mundo de encuentros íntimos con objetos inexplicablemente fascinantes: fetiches personales”.52 49 James Clifford, Op. Cit., p. 264. Raquel Tibol, Op. cit., p. 35. 51 Ibíd., p. 6. 52 James Clifford, Op. cit., p. 258. 50 38 Fig. 8 Hermenegildo Bustos, Autorretrato, óleo sobre lámina, 1891. 35.3 x 25.4 cm Museo Nacional de Arte, México DF Según la teoría antropológica de Clifford, “la recolección y preservación de un dominio de identidad auténtico no puede ser natural o inocente. Está ligada a políticas nacionalistas, a las leyes restrictivas y a las discutidas codificaciones del pasado y el futuro.”53 En este sentido, Orozco Muñoz efectivamente tenía un interés en la reconstrucción de su propia historia, la historia personal y familiar pero con la conciencia de que la obra de Hermenegildo Bustos contaba con las características esenciales de lo que se valoraba en el momento como el indigenismo, lo mestizo y lo popular. 53 Ibíd., p. 260. 39 Es importante mencionar que en esta primera fase en la que la obra es adquirida por el coleccionista, existe un periodo abierto en el que no se sabe a ciencia cierta cuándo pasó a ser parte de la colección, pues no hay documentación de la compra o de donde se haya conseguido; esto deja un periodo abierto de casi 40 años en la que pudo haber sido adquirida la pieza entre 1904 y 1940. Lo que sí se puede saber es que un móvil importante de afección hacia la obra es la emotividad que ésta generaba al señor Francisco Orozco por su relación con las dimensiones personales y familiares, así como por características del retrato mismo, como son la inocencia proveniente de un niño mestizo o la del “indio” pintor aficionado. Francisco Orozco Muñoz comenzó a redactar un libro sobre Hermenegildo Bustos que supuestamente quedó inédito y del que actualmente no se sabe nada; por lo tanto, su visión personal sobre Bustos nunca fue compartida a través de alguna fuente directa. La primera noticia documentada de esta colección la dio Diego Rivera en 1926 a través de un texto publicado en la revista Mexican Folkways donde el muralista habla del descubrimiento de un “genialísimo” caso por parte de Orozco Muñoz. En este artículo llamado “La pintura mexicana: el retrato”, Diego Rivera apunta que el artista vivió en el estado de Guanajuato pero no revela su pueblo natal ni menciona su nombre. Solamente llama nuestra atención sobre que es un “genialísimo caso” y apunta sus características “exóticas”, pues menciona datos pintorescos como que Bustos tenía un sobrero asiático y compara las características formales de su pintura con la de los antiguos flamencos. Este artículo tiene mucha importancia desde el punto de vista historiográfico porque 40 abre una nueva etapa en la trayectoria de las piezas de Hermenegildo Bustos en la que éstas ya no son valoradas únicamente por un coleccionista que ha desarrollado lazos afectivos con ellas en virtud de su pasado, sino que uno de los más grandes pintores de la época ha dado “el visto bueno” a esta expresión plástica y con ello comienza la etapa de difusión de la obra de Bustos. Después de este artículo y algunas exposiciones, el retrato fue comprado por el Estado en 1956 a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura a Dolly van Derwee, la viuda del coleccionista Orozco Muñoz, por la cantidad del $3,000.00 pesos de la época. Al momento de la compra, el retrato deja de ser un simple cuadro para convertirse oficialmente en patrimonio de los mexicanos. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura es un organismo cultural del gobierno mexicano que depende de la Secretaría de Educación Pública. Se creó en diciembre de 1946 por decreto presidencial y en su misión se define como el “responsable de estimular la producción artística, promover la difusión de las artes y organizar la educación artística en todo el territorio nacional”. 54 Al ingresar a este acervo patrimonial, al retrato pintado por Bustos se le asigna el número de inventario XI- 10- 500223 que conservó hasta su asignación de SIGROA55 y fue hasta 1982 que ingresó a las colecciones del Museo Nacional de Arte como parte de su acervo constitutivo. El MUNAL, como se mencionó anteriormente, abrió sus puertas al público 54 Historia del INBA http://www.bellasartes.gob.mx/index.php/inba/historia/157.html Fecha de consulta: febrero 2011. 55 SIGROA son las siglas de “Sistema General de Registro de Obra Artística” y corresponde al número de inventario asignado por el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble a las obras con valor artístico que forman parte del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, que a su vez son patrimonio nacional. 41 en 1982 con el nombre “Museo Nacional de Pintura”. El edificio que lo resguarda se mandó construir por el presidente Porfirio Díaz en 1904 para fungir como el Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas y se terminó en 1911. El día de hoy, alberga en su interior la muestra panorámica más significativa de arte mexicano desde el siglo XVI a mediados del siglo XX. Después de una considerable remodelación y un replanteamiento museológico, en el año 2000, el museo se reabrió como Museo Nacional de Arte/ MUNAL. El día de hoy cuenta con un acervo de 3,769 piezas de escultura, pintura, artes gráficas, dibujo, fotografía y artes decorativas y sigue incrementando su colección a través de donaciones y adquisiciones. Con 5,500 m2 de espacio de exposición, es uno de los museos “nacionales” del país por lo que tiene un carácter de orden federal. Su administración depende directamente del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y resguarda más de 30 piezas de Hermenegildo Bustos. En el acuerdo de creación del Museo Nacional de Arte se detalle lo siguiente: El museo nacional de Arte dependerá del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y tendrá por objeto reunir, conservar y difundir obras artísticas de autores nacionales o extranjeros, propiedad de la Federación, de las entidades y municipios, así como de particulares y de instituciones y personas públicas o privadas extranjeras. ARTICULO 2o.- Para el cumplimiento de su objeto, corresponderá al Museo: I.- Exhibir para el público en general las obras a que se refiere el artículo anterior; II.- Prestar para su exhibición obras de su acervo a museos, galerías y otras 42 instituciones; III.- Sugerir al Director General del Instituto la adquisición de obras artísticas; IV.- Fomentar la asistencia del público y particularmente de los escolares a sus exhibiciones; V.- Promover el interés y el gusto por las artes; VI.- Organizar y desarrollar cursos, conferencias y en general, todo tipo de actividades culturales relacionadas con las artes; VII.- Establecer comunicación permanente con museos, galerías y demás instituciones del país o del extranjero, donde se exhiban, reúnan y conserven obras artísticas, a fin de mantener un estrecho contacto cultural; y VIII.- Las demás funciones que sean necesarias para el cumplimiento de su objeto.56 De la cita anterior debemos destacar el hecho de que el museo nacional de arte tiene por objetivo resguardar, conservar, difundir y exhibir el patrimonio de la nación mexicana. Es decir, que su colección es de los mexicanos, es pública y económicamente se sostiene con el presupuesto asignado por el Estado, proveniente del pago de impuestos de los ciudadanos. Todas estas especificaciones se aclaran debido a que un museo nacional es institución enteramente dependiente del gobierno en curso, y por lo tanto, le sirve como instrumento para su legitimidad. Adicional al presupuesto que recibe el MUNAL por parte del Estado, el Patronato del Museo Nacional de Arte aporta una suma importante a los proyectos del museo. El patronato ” se fundó con la intención de apoyar al MUNAL para cumplir íntegramente su misión de custodiar, conservar e incrementar su acervo, 56 Acuerdo por el que se crea el Museo Nacional de Arte, 1982. 43 investigar y difundir su colección. Desde sus inicios, la Asociación ha gestionado exitosamente numerosos proyectos para el museo.”57 En realidad la información sobre los miembros que lo conforman, así como los estatutos que crearon a esta asociación son de orden privado y por tal motivo no hay fuentes de consulta, sin embargo lo que sí es sabido es que el grupo de patronos se conforma de empresarios con la capacidad adquisitiva para ofrecer donativos de esa magnitud, por la que además obtienen recibos deducibles de impuestos. Al final se trata de un grupo elitista que tiene poder de definir muchos de los proyectos del museo y por lo tanto también es un grupo de poder en el mismo. El Retrato del niño Pablo Aranda ingresó como parte de la colección del Museo Nacional de Arte el 2 de julio de 1982 proveniente del Museo de Arte Moderno, el cual lo resguardó en sus bodegas desde su adquisición por parte del gobierno hasta la apertura del MUNAL y forma parte del acervo constitutivo del mismo. 58 2.3 La polémica de la autoría del Retrato del niño Pablo Aranda Hermenegildo Bustos fue un creador que se insertó de maravilla en las políticas culturales del Estado mexicano al momento de su adquisición por parte del INBA en 1956. Nadie dudó ni se preguntó si esta manifestación plástica era auténtica, 57 Amigos del MUNAL http://www.munal.com.mx/esp/membresias/amigos.html Fecha de consulta: 12 de octubre. 58 Como experiencia personal, creo que es importante comentar que cuando llegué a los archivos del MUNAL, la investigadora encargada del acervo me comentó que el retrato había sido adquirido a partir del lote de Pascual Aceves, lo cual era incorrecto y que, para cuestiones fines de localización y movimiento de obra, el retrato es conocido como “Pablito” por el personal que labora en las bodegas de obra. También es importante mencionar que como parte del expediente, la valuación de la pieza es información confidencial controlada por el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM) del INBAL, pero para darnos una idea de su valor monetario, en una subasta del 2002 un cuadro titulado Retrato de mujer de 41 x 25.5 cm fue vendido por la cantidad de $53,775 dólares. 44 simplemente se aceptó la colección de Francisco Orozco Muñoz como una ya conocida por el Instituto debido a su presentación en las exposiciones que se habían realizado años antes. En la segunda compra de un gran lote de 68 pinturas de Hermenegildo Bustos, hubo por primera vez voces de especialistas que se referían a falsos dentro de esta colección. Este lote se adquirió en 1972 y fue comprado al segundo coleccionista más importante de Bustos, Pascual Aceves Barajas. La adquisición se hizo por decreto presidencial de Luis Echeverría Álvarez y se pagaron $750,000 pesos mexicanos con la justificación de que …la pintura es una de las expresiones del espíritu humano a través del cual se manifiesta la sensibilidad artística de un país; que es conveniente difundir para elevar, mediante su conocimiento, el nivel cultural del pueblo. Que una de las formas de lograrlo, es a través del establecimiento de museos en las entidades federativas, en los que se expongan permanentemente las obras de sus más preclaros artistas, como acontece con las del pintor guanajuatense Hermenegildo Bustos, que por su relevante valor estético, deben ser declaradas monumentos artísticos. 59 Esta colección se asignó a la Alhóndiga de Granaditas en el Estado de Guanajuato como parte de un proyecto de descentralización de la cultura para apoyarla en los diferentes Estados de la República. Fue entonces cuando periodistas acusaron al gobierno de haber realizado una compra sin el pleno conocimiento de la colección que habían adquirido. 59 “Poder Ejecutivo. Secretaría del Patrimonio Nacional” en Diario Oficial. México, miércoles 27 de diciembre de 1972, Tomo CCCXV, No. 47. p. 1. 45 “[…] se pronunciaron discursos. Se habló del pueblo, de la obra de la Revolución, de la importancia de la cultura, y se exaltó el interés del Presidente de la República por difundir los altos valores del espíritu. Es probable que ese interés en el caso concreto de la sala antedicha quede insatisfecho. Porque de los sesenta y tantos cuadros allí expuestos, a ojo de buen cubero podría afirmarse que no son de Bustos. Ni con la mejor de las voluntades se podría considerarlos como atribuidos al pintor guanajuatense del siglo XIX; como se dijo en la ceremonia. […] ¿Qué sentido tiene si en definitiva la sala es un engaño para el pueblo guanajuatense a quien se pretende beneficiar?¿Por qué tanta ficción a riesgo de deseducar a las gentes, a las cuales se pretende que se está educando?[…] Es probable que esta requisitoria parezca dura. A nuestro juicio no lo es porque están de por medio intereses que a todos nos sobrepasan.”60 “Las 68 pinturas atribuidas a Hermenegildo Bustos y que fueron entregadas la semana pasada al Museo de la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato, serán sujetas a un peritaje que determine con precisión cuales son originales y cuales falsos. El director del museo, pintor José Chávez Morado, admitió que “puede ser que algunos de los cuadros no sean precisamente de Hermenegildo Bustos, pero creo que tenemos aquí lo más importante de su obra”. “61 En estos dos artículos, la colección que se puso en duda es la que perteneció a Aceves Barajas y hoy en día al Museo de la Alhóndiga de Granaditas que forma parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Al día de hoy 60 “Fraude a Guanajuato: la colección de pintura de Hermenegildo Bustos no es auténtica” en Excélsior, martes 17 de abril de 1973, 18-A, Arte, Ciencia, Cultura. 61 “Chávez Morado pide peritaje que aclare la autenticidad o no de las obras de Bustos” en Excélsior, viernes 20 de abril de 1973, 10-C, Arte, Ciencia, Cultura. 46 sigue sin determinarse la autenticidad de esta colección, sin embargo, el de Pablo Aranda nunca fue parte de esta colección y por lo tanto, jamás estuvo en duda la mano que lo facturó. Para le exposición La materia del arte: José María Velasco y Hermenegildo Bustos abierta al público en 2004, se realizaron estudios de las técnicas y materiales aplicados a varias obras de estos dos artistas; el responsable de los estudios fue el Laboratorio del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. A la hora de hacer el estudio del retrato y recibir los resultados, el Museo Nacional de Arte se encontró con que la técnica y materiales de la obra no corresponden con aquéllos utilizados por Bustos en el resto de su producción. Dentro de la entrega de resultados se indica que la elaboración de la obra es posterior a la factura del resto de las pinturas estudiadas, por la falta de oxidación de los pigmentos utilizados, lo que se observa gracias a la falta de microfisuras y craqueladuras, así como a la falta de la polimerización de los aceites. Adicionalmente se menciona que, a diferencia del resto de los cuadros de Bustos, el retrato de Pablo Aranda utiliza blanco de zinc en vez del selecto blanco de plomo utilizado por el artista. En este cuadro, la técnica recurre al uso de pigmentos como tierras mezcladas con blancos para dar volumen, mientras que Bustos utilizaba lacas y transparencias para lograr este efecto. En la figura 9 se puede ver un estudio comparativo de fluorescencia de luz ultravioleta en el que el Autorretrato irradia una luz más clara y azulosa, mientras que el Retrato del niño Pablo Aranda irradia una luz más oscura y más cercana al color morado y con algunos tonos verdosos. El color morado en el rostro indica que el aglutinante oleoso no se ha oxidado y que, por lo tanto, se trata de una 47 aplicación reciente. Algo más que llama la atención es el contorno tan duro en la mejilla izquierda del niño, contra los trazos más difusos del Autorretrato en el que el volumen es más sutil que en el retrato de Pablo. Fig. 9 Estudio de luz ultravioleta realizado en 2004 a Autorretrato y a Retrato del niño Pablo Aranda. Un estudio grafológico hecho al reverso de la pieza (Figura 7), indica que la letra no corresponde a la de Hermenegildo Bustos y que era inusual que el texto saliera del recuadro que lo contiene. Las pruebas de laboratorio son evidentes. Sin embargo, el Dr. Gutierre Aceves Piña, hijo del coleccionista Pascual Aceves Barajas y experto en la obra de Hermenegildo Bustos dio su opinión en una entrevista informal realizada para esta investigación el día 20 de mayo de 2011; se cuestiona sobre una posible 48 restauración antigua de la pieza, gracias a la cual se observan estos resultados. Adicionalmente, comenta que al haber sido de la colección de Francisco Orozco no ve un móvil claro y tangible para pensar en una falsificación de un Hermenegildo Bustos que para ese momento, era desconocido y no era significativo en el panorama artístico nacional. Adicionalmente comentó que el estudio grafológico le parecía imparcial, pues la letra de Bustos cambiaba constantemente. Contrariamente, la Dra. Esther Acevedo, en una entrevista para esta investigación, propone que el móvil es construido por los artistas posrevolucionarios, es decir que, para ella, la falsificación del retrato es una estrategia puramente ideológica con el fin de acrecentar la fama de Bustos y de reforzar la existencia de una escuela mexicana.62 ¿Quién estaría dispuesto a impulsar la obra de un artista popular desconocido? Esther Acevedo responde que se trata de Diego Rivera. Un ejemplo que ilustra una situación similar es el caso del artista José Guadalupe Posada, quien fue “descubierto” por Diego Rivera y Jean Charlot en los años veinte. Después de este gran descubrimiento, inmediatamente se identificó a Posada como parte de la tendencia “verdaderamente mexicana” y una serie de críticos y artistas revaloraron su obra hasta elevarlo al puesto de artista gráfico más importante del país. Diego Rivera comenta en Catalogación de la obra de José Guadalupe Posada que el artista: 62 Anexo B. Entrevista a la Dra. Esther Acevedo. 49 fue tan grande, que quizás un día se olvide su nombre, y esté tan integrado al alma de México que tal vez se vuelva enteramente abstracto. Pero hoy su vida y su obra trascienden (sin que ninguno de ellos lo sepa) a las venas de los artistas jóvenes mexicanos cuyas obras brotan como flores después de 1923. La producción de Posada tiene un acento mexicano puro. Analizando su obra puede conocerse la vida social de México...63 La obra de Posada se impulsó por medio de la crítica, pero ¿sería capaz Diego Rivera, artista al que no se le conocen intentos de falsificación, de imitar obras de un artista desconocido para engrandecerlo y construir su mito? En caso afirmativo, ¿por qué pintar una obra pequeña donde se retrata a un niño inocente y sutil? ¿No se podría tratar de un experimento técnico del propio Bustos? ¿Por qué no pintar una gran obra o una serie de obras? Las dudas siguen en el tintero. Inmediatamente después de recibir los resultados de este estudio técnico en el MUNAL, los medios de comunicación comenzaron a hacer eco de ellos, pero sin esclarecer las dudas sobre el retrato. En un artículo del periódico Reforma la directora del MUNAL en ese momento, Roxana Velásquez, dijo que esta información es muy importante, pero debemos utilizarla de forma interdisciplinaria para saber quién pintó la obra, ya que la calidad del Retrato del niño Pablo Aranda es indiscutible y se trata de una pintura muy apreciada en el mundo del arte mexicano […] Se hizo una revisión vanguardista de nuestra colección, porque se trata de estudios que se realizan en el mundo desde hace 15 años y han generado descubrimientos asombrosos como que obras adjudicadas a Rembrandt y Rubens no eran de su autoría y pertenecían 63 Mariano Gallego, José Guadalupe Posada. La muerte y la cultura popular mexicana. P. 26. 50 a otros artistas que fueron sus ayudantes o discípulos y que pintaban en los mismo talleres y con los mismos materiales. 64 De este comentario podemos rescatar que el Museo Nacional de Arte acepta que hay dudas sobre la autoría y está abierto a la discusión para continuar con los estudios, sin embargo las conclusiones en general fueron ambiguas, pues a pesar de las pruebas de laboratorio, la Dra. Esther Acevedo no asegura tajantemente su postura sobre el retrato en el catálogo realizado para esa exposición. Aunque el museo se mostró abierto al publicar los resultados de los estudios técnicos, no realizó las gestiones necesarias ante el INBA para avalar un cambio en la ficha técnica del retrato, de manera que en la cédula de la obra no se modifica la autoría por la atribución y permanece como un Hermenegildo Bustos, al igual que las piezas estudiadas para la exposición Rembrandt /not Rembrandt del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, por razones institucionales. Una de las razones para no cambiar la ficha es que el INBA no quiso poner en duda la calidad de su acervo en general, pues si cabe a posibilidad de que el retrato sea falso, seguramente existen muchas otras obras en esa condición, lo que traería al Instituto problemas de credibilidad, evidenciaría problemas en el manejo de los fondos para adquisiciones e implicaría en el tener que justificar un gasto que no corresponde a lo que en realidad se compró, pues no es lo mismo tener un Bustos que se cotiza en los miles de dólares que un anónimo que puede estar valuado en miles de pesos. 64 Edgar Alejandro Hernández, “Dudan sobre autoría de óleos de Bustos” en Reforma, Sección Cultura, 9 de junio de 2004. 51 Otro problema, más allá de la institución, es que en el círculo del arte se ha castigado mucho la idea de que algo no sea auténtico. Ya decía Walter Benjamin en 1936 que la obra de arte está expuesta a la reproductibilidad, lo cual conlleva una pérdida del aura de originalidad de la pieza. Benjamín define a esta “aura” como “la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar)”, es decir, que es el resultado irrepetible, único y auténtico de una manifestación artística, en este caso.65 Con la llegada de expresiones como la fotografía o el cine, el concepto de aura se pone en crisis, pues pueden existir muchos originales que a su vez son auténticos o, más bien, son copias auténticas. Por un lado, comenta Benjamin, acercar esa manifestación irrepetible y lejana, corresponde a un deseo de las masas de adueñarse de las cosas, de la imagen misma; sin embargo, también existe un miedo, pues como lo plantea Andreas Husseyn: como producto de la modernidad y no de un profundo pasado posmoderno, la autenticidad es análoga al aura benjaminiana. La originalidad y el carácter único, que caracterizan la obra de arte aurática, se convirtieron en categorías privilegiadas en el Romanticismo, período que ya estaba invadido de reproducciones, traducciones y copias de todo tipo.[…] El deseo de lo aurático y lo auténtico siempre reflejó el temor a la inautenticidad, la ausencia de sentido existencial y de originalidad.66 Consecuentemente, se puede decir que peor que una copia o una 65 66 Walter Benjamin, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, p. 4. Andreas Huyssen, “Nostalgia de las ruinas” en Modernismo después de la posmodernidad, p. 52. 52 reproducción, es tener un falso, pues si la copia refleja un miedo a la ausencia de sentido existencial, un falso reflejaría un miedo a la inexistencia, a lo erróneo y lo engañoso. 53 Capítulo III El Retrato del niño Pablo Aranda y el fenómeno expositivo Como hemos visto, el círculo del arte afecta la forma en la que se percibe una obra, sobre todo si hablamos de ejemplos-institución, pues nos proponen un discurso que si bien no necesariamente tomamos del todo, por lo menos dirige nuestro pensamiento como un filtro por el que pasa nuestra mirada. Es por esta razón que en este capítulo se estudiará como las instituciones culturales en México, que se han modificado a lo largo de tiempo, han tomado a este pequeño retrato como un objeto en el entorno expositivo, interpretando y reinterpretando sus características formales, estéticas o históricas conforme al mismo contexto institucional. Un hecho que se podrá constatar en este apartado es el tránsito de conceptos que la institución asigna a la obra, y de esta manera, en automático, cambia su valoración. En este trabajo de investigación se detectaron al menos 14 exposiciones en las que este pequeño retrato ha estado presente como participante del guión curatorial.67 Este recuento es importante porque uno de los objetivos de las exposiciones es generar ideas o reflexionar alrededor de conceptos, los cuales son importantes de señalar, pues funcionan como un indicador de las tendencias culturales, así como de las políticas del Estado vigentes a través del tiempo. Además, es imprescindible mencionar cómo la dirección de la cultura en México ha sido definida, en gran medida, por el gobierno en curso. 67 Para más detalles ver Anexo A. Cronología de la trayectoria del Retrato del niño Pablo Aranda. 54 3.1 Visión general de las exposiciones en las que participó el retrato Situar las interpretaciones del Retrato del niño Pablo Aranda en relación a las ejemplo-instituciones se hace muy evidente a través de su participación en diversas exposiciones, pues como se mencionó en el primer capítulo, en éstas existe un intercambio o dialogo entre obras, institución y público. El retrato ha participado en exposiciones de alcance nacional e internacional desde el ámbito privado y el ámbito público pues su participación se ha dado desde 3 colecciones distintas: la colección privada del literato Francisco Orozco Muñoz, desde el acervo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y posteriormente, sin dejar de ser parte del acervo del Instituto, se adjudicó a las colecciones del Museo Nacional de Arte. La primera exposición en la que participaron obras de Hermenegildo Bustos en la historia se realizó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) en el año de 1940, la cual se tituló Twenty Centuries of Mexican Art/ Veinte siglos de arte mexicano. En esta exposición, “por primera vez en la historia de las exposiciones de arte se reúne en un mismo edificio una colección orgánica y representativa del arte mexicano desde las culturas arcaicas hasta las últimas escuelas de pintura.”68 Esta exposición fue organizada por el Dr. Alfonso Caso y promovida por el magnate estadounidense Nelson Rockefeller. La exposición se dividió en cuatro secciones para las que se hicieron 4 comités por cada tipo de “arte mexicano”: prehispánico, colonial, moderno y popular. Adicionalmente, hubo un comité encargado de la publicación, donde participó el coleccionista Francisco Orozco 68 Veinte siglos de arte mexicano, 1940. P.17. 55 Muñoz69. Esta exposición tenía un motivo político internacional en el que “las tradiciones de una nación, México, eran usufructuadas en forma tangencial por otra, los Estados Unidos; a su vez, ambas establecían un momento fundacional sustraído a las naciones originarias. En resumen, la herencia cultural mexicana, como condensación de lo indio, era promovida en conjunción con los Estados Unidos para esgrimir un linaje de cultura “americana” frente al canon europeo.[…] los Estados Unidos, paradigma del capitalismo industrial, asumió como una faceta de su carácter expansivo promover la imagen cultural de México para equilibrar su propia historia de vacíos culturales, sin tradiciones de largo aliento…”.70 Curiosamente, una de las formas en las que nace la identidad de lo “mexicano” surge a través de la legitimación de la potencia más importante del mundo como parte de lo “americano”. En el catálogo donde se menciona por primera vez el nombre de “Hermenegildo Bustos” en una exposición, se puede leer lo siguiente en la sección de datos biográficos: “BUSTOS Hermenegildo. Pintor. Nació en Guanajuato a finales de del siglo XVIII. Murió en Guanajuato. Sin haber salido de su ciudad natal, fue un excelente retratista.” 71 Esta cita es reveladora si consideramos que fue el mismo coleccionista Orozco Muñoz quien formaba parte del comité de la publicación, pues la fecha de nacimiento de Hermenegildo Bustos se encuentra en el reverso del Autorretrato que él mismo poseía donde de manera contundente 69 Manuel Toussaint, “Venite siglos de arte mexicano” en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Volumen II, núm. 5, 1940. P. 6. 70 Reyes Palma, Francisco, El curador, figura de fusiones, silencios y saturaciones, Abrevian Coedición: INBA, México D.F., 2005. P. 4. 71 Veinte siglos de arte mexicano, 1940. P.192. 56 dice que la fecha de nacimiento de Bustos es el 13 de abril de 1832. Pero este es sólo uno de los errores que involucran a Bustos en la publicación. En el catálogo no existe una relación de las obras participantes en la exposición, por lo que no podemos saber a ciencia cierta si el retrato de Pablo participó de la misma. Para completar esta faltante del catálogo, el Museo de Arte Moderno de Nueva York publicó en su boletín una lista de las obras participantes, sin embargo no se menciona a Hermenegildo Bustos ni a otros artistas como José María Estrada que también participaron en la muestra, de hecho en la sección de “arte popular” no se menciona a ningún artista o “artesano”.72 En esta publicación hay un texto sobre arte popular, sección en la que se colocó la obra de Bustos en la exposición, escrito por el artista Roberto Montenegro quien fue el cargado del comité de este núcleo del guión curatorial. Es en el cuerpo del texto donde podemos analizar el discurso detrás de la selección de las obras de Bustos para este núcleo en el que probablemente encontramos el motivo por el cual no aparece en la lista de obra a pesar de que su coleccionista haya sido uno de los encargados de la edición de esta publicación: La pintura popular es extraordinariamente abundante en México y revela las dotes artísticas de México. Hay ejemplares interesantes en retratos, retablos, bodegones, rótulos y decoraciones comerciales que sorprenden por cierto atrevimiento e intuición plástica. Entre todos sobre salen los retablos o exvotos, pequeñas pinturas sobre lámina, aunque también hay muestras del siglo XVIII sobre tela o madera. […] Los pintores de retablos son maestros anónimos que por un precio módico, pintan el acontecimiento que dio 72 “20 Centuries of mexican art” en The Bulletin of the Museum of Modern Art. p. 9. 57 oportunidad a la intervención divina. La relación que del caso hace el donante, la interpreta el pintor con fe religiosa y, sobre todo, con una encantadora ingenuidad de primitivo; sin preocupaciones por las leyes de la perspectiva presenta los personajes, el lugar y el suceso en una forma directa y candorosa y logra con frecuencia, tanto por el color cuanto por la composición y la intención dramática, pequeñas obras maestras. Nuestras artes populares, por sí mismas y en todas las épocas, han dado una idea exacta del poderoso instinto artístico del pueblo mexicano. 73 Junto con las obras de Bustos, en esta sección aparecieron cerámicas, textiles, juguetes, máscaras, y “todo lo que se encuentra en los mercados de nuestros pueblos fue recogido en grado súber abundante para llevarlo a Nueva York.”74 Muchas de estas piezas de arte popular pertenecían a la colección particular del artista Roberto Montenegro, quien a su vez fue director del primer Museo de Arte Popular. Como lo describe el artista en su texto, la categoría de “arte popular” se le asigna a lo anónimo, encantadoramente ingenuo, lo primitivo o instintivo. Esto es curioso para este estudio pues su colección con los años también pasó a formar parte del Instituto Nacional de Bellas Artes y el día de hoy pertenece, al igual que el Retrato del niño Pablo Aranda, al Museo Nacional de Arte. A Hermenegildo Bustos, en esta su primera aparición a público, se le clasifica con todos estos adjetivos al igual que a la colección de Montenegro, sin embargo actualmente la obra de Bustos se exhibe en la sala 23 del MUNAL perteneciente al núcleo 73 74 Id. P. 112. Manuel Toussaint p. 8. 58 “Construcción de una Nación” del recorrido permanente junto con obras como las de Manuel Ocaranza, Félix Parra y Velasco, mientras que la colección de arte popular de Roberto Montenegro se restringe a sólo una vitrina olvidada y descontextualizada en la sala 31 de arte del siglo XX. Los valores de la colección de Montenegro se quedaron estáticos y adquirieron valor por el uso que le dieron los artistas del siglo XX, mientras que las obras de Bustos adquirieron conceptos diferentes y por lo tanto, lugares diferentes en el imaginario del patrimonio nacional. Esto es muy relevante, pues como menciona la Mtra. Sara Gabriela Baz en un texto no publicado “La colección de arte popular que acopiara el artista Roberto Montenegro se presenta [en el Museo Nacional de Arte], en una vitrina, como fuente o gramática de motivos, para los artistas mexicanos de las primeras décadas del siglo XX; sin embargo, esta presencia sigue siendo tangencial: no se reflexiona estrictamente en el valor plástico aportado por las escuelas regionales y la relación que éstas guardan con el ámbito artesanal.”75 Gracias a esta diferencia de presentación tanto museográfica como en el guión curatorial, se puede advertir una diferencia en la concepción de ambas colecciones a la originalmente planteada en la exposición de Veinte siglos de arte mexicano. En el caso de Bustos, la obra ganó su propio espacio en una sala del recorrido del siglo XIX, lo cual supone una mayor valoración que la colección de Montenegro de la que pocos objetos podemos observar en su vitrina correspondiente. Por otra parte, la primera exposición nacional en la que participó el Retrato 75 Sara Gabriela Baz, Reflexión en torno al problema de creer en una sola historia, p. 5. 59 del niño Pablo Aranda se realizó en 1944 en la Biblioteca Benjamín Franklin que depende directamente de la embajada de los Estados Unidos Americanos. La exposición se tituló “El niño en la plástica mexicana” y fue la primera aparición de una obra de Bustos en una exhibición nacional y junto a ella no se presentó ninguna otra obra del artista purisiénse. El Retrato del niño Pablo Aranda se identificó con el número 23 en la lista de obra de un total de 48 piezas. Esta exposición contemplaba una visión global del tratamiento plástico del niño desde el periodo prehispánico, hasta la modernidad en México. En ella participaron desde obras olmecas hasta obras recientes en su tiempo, entre ellas obras de José María Estrada, Diego Rivera y Siqueiros. 76 Esta exposición fue organizada por una de las figuras curatoriales más importantes de México: Fernando Gamboa. Francisco Reyes Palma menciona en un ensayo crítico que Fernando Gamboa “…puede ser definido como un agente oficial de la cultura mexicana en la Europa de posguerra, un momento clave de redefinición de posturas estéticas y de reacomodos hegemónicos entre as vanguardias” además de ser el responsable de instituir “un modelo museográfico de exportación, en tanto a disciplina afirmativa de lo nacional, centrada en la compactación del tiempo y el espacio cultural.”77 Esta exposición se realizó desde un ámbito privado, es decir que fue organizada de manera independiente al sistema gubernamental, y por esta razón la exposición no estuvo montada más que 6 días, sin embargo por la misma independencia del sistema cultural gubernamental posrevolucionario del momento, 76 Fernández, Justino. “Catálogo de exposiciones 1944” en Anales Volumen III, No. 12. Págs.50 y 51. 77 Reyes Palma, Francisco, El curador, figura de fusiones, silencios y saturaciones. P. 3. 60 esta exposición tuvo permitido el trato de temas estéticos como tal sin dirigirlo a un fin político específico, a diferencia de las exposiciones organizadas por dependencias del gobierno como es el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Adicionalmente es importante mencionar que Fernando Gamboa, como este agente del sistema cultural, tomó como referencia para esta y muchas exposiciones que realizó posteriormente el modelo de exposición que planteó Veinte siglo de arte mexicano, lo cual repercute un imaginario visual ligado a lo histórico y cronológico de lo que se ha llamado “el arte mexicano”. Además, podemos continuar la liga conceptual de legitimación de “lo mexicano” a través de “lo americano” pues finalmente la esta biblioteca depende directamente de la embajada estadounidense. La segunda exposición en la que participó el retrato, se tituló “Hermenegildo Bustos” y fue organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Fernando Gamboa nuevamente fue el encargado de la recopilación de obras, plan y montaje de la exposición que se presentó de diciembre de 1951 a febrero de 1952 en el entonces Museo Nacional de Artes Plásticas ubicado en el Palacio de Bellas Artes, donde se reunieron 114 piezas; entre ellas óleos, dibujos y algunos artículos personales de Bustos. La lista de obra incluyó a las colecciones de Francisco Orozco Muñoz y Pascual Aceves Barajas. En la publicación de la muestra, que se restringió a un cuadernillo muy sencillo, se elaboraron textos por parte de Fernando Gamboa y Paul Westheim y en estos se introducen por primera vez en la historia del arte algunos datos biográficos del pintor que Raquel Tibol acusa “…muchos de ellos pintorescos y absurdos”, pues resaltan su condición de “indio” que producía un “arte popular”. 61 Por ejemplo, Paul Westheim describe a Bustos como un hombre que “No hace psicología. Este hombre sencillo está muy lejos de meterse en honduras analíticas para interpretar a sus modelos, y más lejos aún de subrayar en sus retratos su propia psicología.”78 Esta acusación de Raquel Tibol, no se debe pasar por alto, pues si bien la exposición está rescatando información y datos importantes del pintor, también está instituyendo un lenguaje que comienza a crear todo un imaginario entorno al pintor, por lo que podríamos nombrar al retrato, en esta primera etapa expositiva, como un representante del arte popular mexicano ligado a conceptos de ingenuidad, folklore, y curiosidad de “lo mexicano”, además de hacer una marcada diferencia que menosprecia al arte popular frente al arte académico. Paralelamente a esta exposición, se debe mencionar que el retrato aún pertenecía a la colección de Francisco Orozco Muñoz, es decir, pertenecía a una colección privada y el Estado sólo rescató la imagen del pintor y no a su obra. En ese momento el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura sólo poseía una obra de Bustos donada por el artista y experto en arte popular Roberto Montenegro. La política cultural del momento no consideró necesario que el Estado adquiriera estas obras, sobre todo si pertenecían a un “artista popular” con características indigenistas y sin antecedentes institucionales, pero curiosamente después de esta exposición se compran las primeras 4 obras y comienza el plan de adquisición de la obra de Bustos que no se va a concretar hasta 4 años después. Sin embargo, no debemos dejar fuera que la construcción ideológica de 78 INBA, Hermenegildo Bustos, 1951, p. 5. 62 este artista ya se estaba encaminando a la representación de lo “mexicano”, pues si bien el retrato no pertenecía al Estado, la exposición se realizó en un recinto que sí pertenecía a él, “el indigenismo cultural de las políticas museográficas de los años treinta y cuarenta tuvo una legitimidad social extraordinaria…”79 que el gobierno no iba a desaprovechar. Una segunda exposición exclusivamente de Bustos se vio en el mismo Palacio de Bellas Artes tres años después en 1955 y un año antes de la compra del retrato. No existe un catálogo de esta exposición pero el dato se presenta en un recuento de exposiciones de INBA sin más datos ni relevancia. Una vez adquirido el lote de la colección de Francisco Orozco Muñoz en 1956 a su viuda, la señora Dolly van Drewee, tres años más tarde el INBA realiza una tercera exposición ahora titulada “Homenaje a Hermenegildo Bustos”, donde se advierte que, aunque el pintor tiene un origen popular, sus obras tienen características plásticas al nivel de los antiguos flamencos, pues sus valores formales, en especial el tratamiento de las encarnaciones, tienen gran relevancia y maestría en la técnica. La actitud y la política cultural en esta exposición demuestra, en gran medida, el deseo de legitimar al artista no sólo ante los ojos nacionalistas, sino ante el mundo y por lo tanto sería legitima la compra de un lote de obra de Bustos por $ 250, 000.00 MN. pesos de la época. En México algunos de los temas recurrentes en las exposiciones han sido la propia mexicanidad o la creación del concepto de “arte nacional” donde se cuestiona ¿qué es lo mexicano? ¿cuál es el arte en México? y ¿quién es el artista 79 Luis Gerardo Morales “En torno a la museología mexicana: la construcción del objetivismo museográfico” en Curare, enero-julio 2004, núm. 23, p.36. 63 mexicano? Aquí hay que llamar la atención sobre las contradicciones e inercias que conlleva la institucionalidad; por lo tanto, la pregunta que surgiría a continuación es ¿qué tiene el Retrato del niño Pablo Aranda que se ha elegido tan repetidamente como parte del repertorio de Hermenegildo Bustos? ¿Tiene alguna particular importancia técnica, afectiva, histórica o representativa del artista, o es por una inercia institucional? La respuesta a estas interrogantes tienen que ver por una parte con aspectos de la institución en sí, problemáticas y dificultades a las que se enfrentan los museos dependientes del Estado, como la falta de recursos, el constante recorte de los presupuestos asignados, la falta de continuidad provocada por el constante cambio de funcionarios que cambian al menos cada sexenio, así como la falta de autonomía. Octavio Paz, en su texto Re/visiones: la pintura mural habla de los valores del arte en la extensa etapa muralista en México que abarca desde los años veinte hasta finales de los años sesenta. En este texto hace una crítica, que bien se puede hacer extensiva a las propuestas expositivas en estos años, de cómo el primer equívoco de artistas y promotores culturales de esta época fue utilizar el discurso nacionalista, pues el Estado mexicano aceptó que artistas hicieran obras disfrazadas de nacionalismo populista y progresista, cuando en realidad las obras fueron encomendadas, patrocinadas y pagas por un gobierno que nunca fue marxista y que poco tenía de revolucionario. 80 Las repercusiones hoy en día son claras: el público en los museos no es crítico y el nacionalismo se ha convertido casi en un dogma del que poco 80 Octavio Paz. “Re/visiones: la pintura mural” en Los privilegios de la vista. P. 201. 64 conocemos y del que no dimensionamos su trascendencia o la forma en la que ha permeado en la cultura. En gran medida en México no existió una tendencia de “el arte por el arte” sino de “el arte por el Estado”. Para terminar de resaltar una de las consecuencias de este nacionalismo en el desarrollo de los museos específicamente, se puede decir que en el ambiente museístico y curatorial de hoy en día, se emplea coloquialmente el término “colgaduría” cuando se quiere decir que algunas exposiciones no son verdaderas investigaciones sino refritos del pasado o selecciones de obra sin un hilo conductor o coherencia. Este término hace referencia al hecho de simplemente “colgar” cuadros para tener una exposición en contraposición del término curaduría derivado del verbo en latín curare que significa arreglar, ordenar, atender o cuidar. Como hemos visto, el problema de las colgadurías en México está relacionado a la institucionalidad del arte, sin embargo no debemos olvidar que esta institucionalidad no es más que el reflejo del gobierno en curso, por lo que los discursos sobre “lo mexicano”, “ lo mestizo”, “lo indígena” y “lo popular” han sido instrumentos prácticos de legitimación de los que evidentemente, el Estado ha sacado provecho, al tiempo que lo han desgastado y exprimido hasta el cansancio. 3.2 Participaciones en siete exposiciones del MUNAL El crítico y filósofo Roland Barthes postula en su libro El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura que la figura del “autor” debe eliminarse para dar 65 paso a la figura del “lector”81, es decir que para Barthes al “morir el autor”, también muere la idea de “creador”, debido a que para este filósofo, la creación no está en lo que se produce sino en lo que el lector interpreta como nuevo según su propia experiencia. De lo anterior se puede concluir que la interpretación de una obra o un “texto”, como lo llama Barthes para diferenciarlo del concepto cerrado, molar y hegemónico de obra, no esta circunscrito a la persona que la plasmó, el arte es múltiple, dinámico y abierto en su lectura. Una de las formas prácticas en las que podemos corroborar el dinamismo y sentido abierto de las obras son las exposiciones de arte, debido a que una misma pieza se puede leer desde sus diferentes aspectos a los largo de la historia sin una referencia necesaria a su autor o a su contexto histórico particular, sino que se puede recurrir a diferentes aspectos de la misma para incluirla en un guión curatorial. En este apartado se realiza un breve estudio de siete exposiciones temporales propuestas por el Museo Nacional de Arte en un periodo de dieciocho años, de 1993 a 2011 en las que la pintura Retrato del niño Pablo Aranda ha participado del guión curatorial. Las siete muestras están planteadas con discursos diferentes y por está razón se evaluarán las distintas versiones y los diferentes valores que la institución le ha dado específicamente a esta obra, corroborando su multiplicidad y dinamismo. 81 Roland Barthes, “De la obra al texto”, p.71. 66 Hermenegildo Bustos: 1832-1907 La primera exhibición a analizar fue la realizada de febrero a abril de 1993 que se denominó Hermenegildo Bustos: 1832-1907 y que se realizó en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) por lo que se trató de una exposición itinerante por presentarse en ambos museos. La exposición monográfica y retrospectiva ha sido una de las formas más convencionales de exhibir el arte. En la exposición de 1993, el Retrato del niño Pablo Aranda se liga a la producción plástica de su autor como resultado de la vida del mismo, evocando la historia tradicional de la obra. En esta muestra, la pintura se vuelve parte de un conglomerado de memorias asociadas al contexto biográfico de Hermenegildo Bustos acentuando la temática que manejaba, las técnicas y las formas que utilizaba. En el catálogo, sólo existe un texto académico escrito por Gutierre Aceves Piña, hijo del coleccionista Pascual Aceves Barajas, además de los textos institucionales que presentan la exposición donde escriben Fernando Treviño Lozano Jr., Director del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y Gabriela Reyes Retana, Directora del MUNAL en ese momento. En los textos de presentación se plantea como objetivo de la exposición “conocer la historia de la pintura en México y difundir obras poco conocidas”. Más adelante en el texto se dice que “Profundizar en la producción pictórica de Bustos, plantea la necesidad de ubicar artistas en su contexto: la pequeña localidad de Purísima del Rincón en Guanajuato, próxima a la ciudad de León en Guanajuato, entonces habitada por una población mestiza, no alejada del acontecer nacional de mediados del siglo XIX, donde se desenvolvió en su carácter social de pintor 67 local.” 82 Este pequeño párrafo es revelador en el sentido en el que se resalta la condición mestiza del pintor y de su localidad, este concepto que nuevamente está ligado a lo nacional como propuesta cultural. En este catálogo, se detalla también, a manera de agradecimientos, una lista de estudiosos y eventos que contribuyeron al posicionamiento de este artista en el imaginario nacional, comenzando por la exposición ya antes mencionada de 1951: “La exposición que se presentó en 1951 en el antiguo Museo Nacional de Artes Plásticas, en el Palacio de Bellas Artes, consolidó su reconocimiento. A este hecho cabe agregar la labor de intelectuales, artistas, críticos y coleccionistas: Francisco Orozco Muñoz, Diego Rivera, Roberto Montenegro, Walter Pach, Fernando Gamboa, Paul Westheim, Jesús Rodríguez Fausto, Pascual Aceves Barajas, entre otros y más recientemente Octavio Paz, Raquel Tibol y Gutierre Aceves, cuyos estudios y comentarios han enriquecido la obra de Bustos, proporcionando también datos valiosos que contribuyeron a reconstruir la personalidad y vida del pintor.”83 En el texto de Gutierre Aceves Piña se hace una división de la obra de Bustos por tipologías o géneros, de manera que como núcleos temáticos se resaltan: retratos, exvotos, imágenes devocionales, bodegones y fenómenos físicos. Otra particularidad del catálogo es que a manera de anexo hay una cronología de la vida del artista comparada con una cronología en el panorama artístico y político mexicano. La relación entre estas dos cronologías es poco clara 82 83 Museo Nacional de Arte, Hermenegildo Bustos: 1832-1907, 1993. P. 6. Ídem, p. 7. 68 o más bien confusa, pues se nombran acontecimientos diversos sin dejar claro una línea de investigación más allá de lo circunstancial. En el caso del Retrato del niño Pablo Aranda, su participación no es necesaria en un sentido discursivo, sin embargo su papel en el guión curatorial es más bien visto como parte de una suma de obras. Un dato importante en específico sobre esta pintura, es que a manera de material complementario a la exposición, además de su catálogo, se edito un cuadernillo de actividades para niños, en el cual aparece de portada el retrato de Pablo Aranda. En resumen, esta exposición se podría describir como monográfica y por lo tanto entra en la inercia que se analizó en el subcapítulo anterior, donde más que una investigación original, se rescatan datos del pasado y se realiza una exposición antológica y más bien descriptiva de la obra de Bustos, pocas diferencias discursivas se podrían encontrar con la exposición realizada en 1951. Adicionalmente el papel de la obra de Pablo Aranda se podría describir como un participante menor en la exposición, pues no tiene un papel protagónico, sin embargo se destacan sus características en el género retratístico manejado por Bustos. Como se mencionó anteriormente, el enfoque de la exposición es biográfico y por lo tanto su narrativa respecto a los retratos es que se desarrollaron a partir de la comunidad inmediata del artista de la que Pablo Aranda participó. La materia del arte: José María Velasco y Hermenegildo Bustos La siguiente gran muestra donde se considera la obra de Bustos para una exposición fue La materia del arte: José María Velasco y Hermenegildo Bustos 69 que se presentó en 2004 en este mismo museo. En ella se revelaron los aspectos técnicos de obras selectas de estos dos artistas decimonónicos, comparando una técnica consolidadamente académica contra la técnica informal y autodidacta de Bustos.84 Fue en esta exposición que las dudas sobre la autoría del retrato surgieron debido a la presencia de anomalías técnicas respecto a otras obras de Bustos. Lo interesante de mencionar en este punto es que después de este estudio realizado por dos de las instituciones del círculo del arte en México de nuestro tiempo, el Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM y el Museo Nacional de Arte, los resultados de la investigación no fueron tomados en cuenta para cambiar la ficha técnica del retrato. El catálogo de la muestra cuenta con cinco textos de presentación pertenecientes a la Presidenta de CONACULTA Sari Bermúdez, Saúl Juárez el Director General del INBA, Antonio del Valle Ruiz Presidente del Patronato del MUNAL, María Teresa Uriarte Directora del IIE de la UNAM y Roxana Velásquez Directora del MUNAL. Después de esta amplia y repetitiva presentación continúan cinco textos académicos donde reconocidos investigadores comentan las conclusiones a las que llegaron gracias al estudio técnico y científico de las obras. Al inicio del catálogo se presenta como objetivo de la muestra: “ … abrir un espacio para reflexionar sobre las características físicas y químicas de la materia que compone 84 Museo Nacional de Arte, Op. Cit., La materia del arte…, pp. 9 – 14. 70 las pinturas y las posibilidades de identificar con precisión pigmentos, aceites, lienzos, barnices y demás materiales que forman un cuadro y mostrar el proceso que se sigue en el laboratorio para inferir, a partir de la evidencia material, los pasos que siguió un pintor en la realización de su obra y los cambios que pudo haber sufrido en su historia particular.”85 Esta exhibición rompió un modelo repetitivo que se venía siguiendo desde los años cincuenta y se aventuró a un enfoque más bien técnico y científico como herramienta adicional para la construcción de la historia. “La materia del arte. José María Velasco y Hermenegildo Bustos, abrió una vertiente pocas veces tratada por los museos de arte, en la que se invitó a dialogar a distintas disciplinas científicas: la química, la física, la óptica, con la conservación y la historia del arte. Esta conjunción arrojó nuevos resultados de gran interés acerca del desciframiento de aspectos, hasta ahora desconocidos, de dos de los más grandes pintores del siglo XIX mexicano” 86 Esto supone un rompimiento importante respecto a lo cerrado y molar de la institución museística pues, en primer lugar se permitió el trabajo interdisciplinario y el apoyo entre instituciones. Es importante tener en cuenta que el Instituto de Investigaciones Estéticas, al igual que el INBAL, son grupos selectos en el círculo del arte en México, pues se han colocado como una autoridad en el trabajo académico gracias a sus investigaciones. A pesar del avance que supone la interdisciplina y la colaboración entre instituciones, es importante mencionar que a nivel mundial este tipo de propuestas 85 86 Ídem. P. 17. La materia del arte, http://munal.mx/munal/?p=4923 , Fecha de consulta: 25 de octubre de 2012. 71 expositivas se venía haciendo desde hacía más de una década y un ejemplo de esto fue la exposición ya comentada Rembrandt/ Not Rembrandt realizada ocho años antes. Al igual que esta exposición realizada en Nueva York, las fichas técnicas de las piezas del MUNAL, entre ellas la más polémica, la de Retrato del niño Pablo Aranda, no se modificaron a pesar de que fue un proyecto serio y académico que apoyó el mismo museo y el mismo INBA. Uno de los elemento más importante de esta exposición es que dio nuevos elementos a sus espectadores para tener referencias objetivas sobre los cuadros que estaban viendo, a entender mejor sobre las técnicas y los proceso creativos de los artistas. Este tipo de formación artística no es común que llegue al público de los museos mexicanos. El retrato de Pablo para esta exposición fue uno de los puntos clave, pues al ser la obra que presentó la mayor cantidad de irregularidades, dio pie a profundizar en el tema de la importancia de la investigación científica para la construcción de la historia del arte. Asimismo, el tema dejó de ser el artista y el discurso se centro principalmente en las incógnitas que este estudio revelaba, lo que permitió que por primera vez se hiciera una relectura crítica del rescate de las obras de Hermenegildo Bustos en la posrevolución y fuera posible señalar los puntos sensibles de su historia tradicional, como el hecho de que la “guerra” de coleccionistas del arte popular que se desató en los años veinte podría ser una de las razones por las que Diego Rivera no revela ni el nombre ni la ciudad natal de Bustos. Gracias a esta pieza y a pesar de las acusaciones hechas al lote de obras 72 de Hermenegildo Bustos comprado para la Alhóndiga de Granaditas, con este estudio se puede asegurar por primera vez que hay dudas sobre la autoría y autenticidad de las obras Bustos. Un dato que no se revela en esta investigación es si las dudas técnicas de la obra se pudieran deber a una restauración posterior o a la experimentación del propio artista con diferentes materiales. En conclusión, el Retrato del niño Pablo Aranda aparece en esta exhibición como uno de los ejes discursivos a través de sus características formales, técnicas y materiales. Para el desarrollo de esta exposición, no fueron relevantes características iconográficas del retrato o su importancia en el discurso nacionalista. La invención de lo cotidiano En La invención de lo cotidiano, realizada del 26 de noviembre de 2008 al 22 marzo de 2009, el objetivo fue hablar de los encuentros y desencuentros del arte contemporáneo, representada por la colección JUMEX, con el arte de la colección del MUNAL que en su acervo abarca un período histórico desde el virreinato hasta la primera mitad del siglo XX. 158 La muestra contó en un total de 158 piezas de las cuales 82 fueron del MUNAL, entre ellas piezas de Ramón Cano Manilla, Tina Modotti y Baltasar de Echave Ibía; y 76 de la colección JUMEX de artistas como Francis Alÿs, Gabriel Kuri y Gabriel Orozco. En el catálogo, además de los textos institucionales, aparecen reflexiones de importantes pensadores actuales como Peter Burke, Roger Bartra, Frédéric Bonnet y James Oles. Para relacionar estos dos acervos, el discurso versó sobre el texto 73 homónimo del filósofo francés Michel de Certeau, en el que se plantea la cotidianidad como una forma de resistencia ante las estrategias del poder, como fuerza y como “un dominio en el que la gente común y corriente hace alarde de la creatividad, a pesar de vivir en un mundo de objetos producidos en masas.” Esta exposición tuvo cuatro núcleos en los que se contraponen los dos acervos para hablar de la cotidianidad: “Energía de lo cotidiano”, “Naturaleza del paisaje”, “Estrategias identitarias” y “Resistencia y antidisciplina”. 87 El Retrato del niño Pablo Aranda formó parte del núcleo “Estrategias identitarias” donde dialoga en específico con la obra African Matchhead (Figura 10) de David Mach. A diferencia del óleo sobre lámina de Bustos, la obra de Mach es una serie de rostros elaborados con fósforos de colores que hacen alusión a semblantes o a las conocidas máscaras africanas. Fig. 10 David Mach, African Matchhead, 1994-1995. Cerillos. Colección Fundación JUMEX Sin importar los soportes o las técnicas con que se hayan realizado estas dos obras, el guión permite la interacción de estas piezas por el discurso en el que se les insertó. El guión no le da importancia a la temporalidad, a los rasgos 87 Museo Nacional de Arte, La invención de lo cotidiano, p.17. 74 estéticos, a la trascendencia en el imaginario nacional o a sus autores, más bien fija la mirada en el retrato como una producción o invención identidad. Para Certeau, la invención de la identidad es una manera de resistencia al poder, pues funciona como una táctica para refugiarnos y “salvarnos del terror, de la inmersión profunda en la disolvencia de las costumbres y valores morales.”88 En el catálogo de esta exposición, el teórico Roger Bartra dice al respecto que: Los pintores, como los políticos, han inventado toda clase de identidades colectivas: indígenas, antiguas, campesinas, obreras, culinarias, regionales, nacionales, eróticas. Y, desde luego, tenemos el ancho mundo de los retratos individuales, desde las imágenes autobiográficas hasta las fotografías de identidad y los retratos de personas definidas o de “tipos” representativos de grupos, etnias, edades o profesiones. […] En cierto modo se trata de una reinscripción en la vida cotidiana, pero acompañada de un salvoconducto que garantiza el perfil de nuestras identidades frente al delirio anónimo de las rutinas cotidianas.[…] Las identidades encapsulan el flujo de la vida y anquilosan las experiencias. Encadenan la existencia a esencias inmutables e inflexibles. La identidad de un héroe o de un pueblo queda cristalizada en un arquetipo muerto, encerrada en la vitrina de un museo con las luces apagadas. Hemos escapado de la banalidad y de la disolución de la civilidad en el paisaje para quedar encerrados en la jaula de las identidades. 89 El anacronismo de la muestra, en relación al resto de las exposiciones analizadas, es una completa innovación, pues incluso la exposición de La Materia del arte que analiza los materiales de las obras, está enmarcada en la 88 89 Ídem., p. 36. Ídem., pp. 36 y 37. 75 comparación de dos artistas que convivieron sincrónicamente. También es cierto que, esta superposición de tiempos y espacios 90, ayuda a validar de alguna manera la pintura de retrato como “arte actual” por contar con características similares a las del arte contemporáneo, mientras que gracias a esta muestra, el arte contemporáneo adquiere también un respaldo y una legitimación en sus formas por el valor histórico consolidado y por la institucionalidad de la obra de Hermenegildo Bustos. Tanto la exposición, como la publicación de esta muestra fueron muy exitosos y llamativos. Es importante mencionar que el catálogo cuenta con textos en español, ingles y francés, de manera que se inserta más bien en un contexto global, donde el arte “nacional mexicano” representado por el acervo del MUNAL, tiene relevancia a un nivel internacional y actual. Materia y sentido. El arte mexicano en la mirada de Octavio Paz En la exposición Materia y sentido. El arte mexicano en la mirada de Octavio Paz la obra Retrato del niño Pablo Aranda, entra en un contexto poético y retórico. Lo que se analiza en esta exhibición son los valores que le da un poeta y pensador como Octavio Paz a una obra como ésta. Esta muestra se presentó de abril a agosto del año 2009 como una alternativa para recorrer la exposición permanente del museo, aunque sí se habilitaron algunas salas destinadas a las exposiciones temporales para dar énfasis a la muestra. “Con el objetivo de haber conmemorado el décimo aniversario luctuoso 90 A diferencia de la colección del MUNAL que es predominantemente mexicana, la colección JUMEX se forma de piezas de artistas internacionales. 76 del Premio Nobel de Literatura, el Museo Nacional de Arte se complació en presentar Materia y sentido. El arte mexicano en la mirada de Octavio Paz, exposición que buscó traer a los espacios de exposición los planteamientos, asociaciones, manifiestos, análisis, preferencias de Paz en torno al arte. El eje conductor de esta muestra fueron los textos reunidos en el libro Los privilegios de la vista –dos volúmenes aparecidos por primera vez en 1987–, sin dejar de lado escritos fundamentales como Las peras del olmo (1957), Puertas al campo (1966) y Corriente alterna (1967). Paz escribió “movido por la admiración, la curiosidad, la indignación, la complicidad y la sorpresa…”. Materia y sentido buscó la concreción del eterno e indisoluble vínculo entre la plástica y la literatura, relación que proyectó la mirada de Paz dirigiéndose hacia múltiples 91 tópicos.” En el catálogo publicado para esta exhibición se hace una muy breve mención a que Octavio Paz hizo una crítica a la obra de Bustos, pero no se amplían los comentarios sobre la misma ni sobre la participación del retrato de Pablo y se cita parte de la crítica de Paz a Bustos: El retrato es el testimonio fijo y momentáneo del encuentro de dos personas. El otro se presenta como una presencia corpórea. Esa presencia nos habla, nos mira, nos oye y nosotros la oímos. Así descubrimos que la presencia es una persona o como se decía antes, un alma. Un ser semejante a nosotros, vulnerable y enigmático. Al ver un cuadro de Bustos, repetimos este descubrimiento; el tiempo, substancia de la historia, aparece por un momento: 91 Materia y sentido. El arte mexicano en la mirada de Octavio Paz. http://munal.mx/munal/?p=4862 Fecha de consulta:20 de octubre de 2012. 77 un rostro humano. 92 Considerando que el enfoque de las piezas en esta exhibición apela a sus rasgos poéticos y estéticos, y retomando la cita de Paz, se puede decir que la pintura Retrato del niño Pablo Aranda representa el alma corpórea como una presencia sin tiempo, Paz ve la materialización de un rostro humano con sus características psicológicas no necesariamente descifrables, ve el enigma en “el otro” aunque se trate de una representación pictórica. El resto de los textos del catálogo hacen un homenaje a este pensador mexicano, más que hacer una síntesis de la visión de Octavio Paz sobre las obras. Rescatar la visión particular de este literato sobre el arte en México fue un acierto, pues el discurso de Octavio Paz no se versa sobre un mexicanismo dogmático y ve en las obras sentidos más estéticos y poéticos que nacionalistas. Como se mencionó anteriormente, el mismo Paz hacia crítica hacia el nacionalismo que empleó el muralismo como discurso contradictorio, sin embargo, a pesar de estas ideas empleadas por Paz, la exposición que se presentó en el MUNAL fue la repetición de ese mismo modelo que se legitimó desde 1940 con la exposición Veinte siglos de arte mexicano, pues con el pretexto de los textos y críticas de Octavio Paz, se recopilaron para su exhibición más de 310 obras desde el periodo prehispánico hasta modernas en orden cronológico. Imágenes del mexicano La exposición Imágenes del mexicano se presento en el Museo de Bellas 92 Museo Nacional de Arte, Materia y sentido: el arte mexicano en la mirada de Octavio Paz, p. 255. 78 Artes BOZAR en Bruselas, Bélgica en 2010. Esta muestra formó parte del Festival México! Organizado por la embajada de México en Bélgica como parte de los festejos de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución de México. Esta exhibición es importante porque es posible analizar los valores que los ojos internacionales le dan a una obra mexicana, a pesar de que su curaduría dependió del MUNAL, pues el discurso que se manejó para conmemorar estas fechas importantes para el país, regresan a las propuestas nacionalista y mexicanistas, que a nivel mundial repercuten como una visión desde el exotismo y los estereotipos. En los textos institucionales, Miguel Fernández Félix, Director del MUNAL, propone como objetivo que: …el espectador europeo reflexione sobre los arquetipos de lo mexicano, al tiempo que es una significativa invitación para que se acerquen a la cultura mexicana, con una gama de visiones personales y socioculturales patentes en las producciones estéticas de artistas de todos los tiempos. 93 Esta exhibición se conformó por 147 piezas que se organizaron en nueve núcleos temáticos que nuevamente responden a un ordenamiento cronológico con piezas de la cultura olmeca hasta obras de artistas como Tina Modotti. En esta muestra, se utilizó el género del retrato como la línea discursiva a través de la cual se describe la mexicanidad para el público europeo. Un rasgo importante y que no se había observado con anterioridad es que se integran al discurso 93 Museo Nacional de Arte, Imágenes del mexicano, p. 345. 79 soportes como el cine. Otra innovación en el guión curatorial es que dos de los núcleos temáticos, por el tipo de muestra hacia un público internacional, corresponden a temáticas de lo mexicano como “lo otro”, el primero “Mirar desde fuera” hace un recuento de artistas viajeros en México y el segundo, “Maximiliano y Carlota: Emperadores mexicanos”, se hace evidente el cruce de la cultura mexicana y la belga. Este elemento, aunque novedoso, implica que parte de la cimentación del imaginario nacional, también está construido por la mirada extranjera que ha tenido la fuerza de señalar elementos del “mexican curious” como la referencia a la pintura de difuntos en el núcleo “La muerte retratada”. El Retrato del niño Pablo Aranda entró, junto con tres obras más de Bustos, al núcleo “Esta es la vida. Contrastes sociales de una nación”, a través del cual se hizo una selección de retratos del siglo XIX se habla de la desigualdad social en México. La curaduría de esta muestra dirige la mirada del espectador hacia la construcción de la mexicanidad indirectamente a través de temas e ideas paralelas a ésta, como la desigualdad social mencionada en este núcleo, sin embargo refuerza las ideas de nacionalismo, indigenismo, estereotipos y arquetipos. El retrato de Pablo en esta muestra, además de ser un estereotipo de lo mexicano, representa la austeridad de cierta clase social en contraposición con obras como el Retrato de las hijas del licenciado Manuel Cordero, de 1875 (Figura 11) del pintor Juan Cordero, donde la indumentaria y joyería de las sobrinas del artista nos muestran la riqueza de esta familia. 80 Fig. 11 Juan Cordero, Retrato de las hijas del licenciado Manuel Cordero, 1875. Óleo sobre tela, 209 x 157.5 cm Col. Museo Nacional de Arte Expreso de arte mexicano. La patria en línea 1810- 1954 Durante 2010, tuvo lugar la primera exposición totalmente virtual, y única hasta el momento, realizada por el MUNAL, la cual se tituló Expreso de arte mexicano. La patria en línea 1810- 1954, (Figura 12) en la que por primera vez esta institución utilizó Internet como una plataforma de exploración cultural y artística, más que como un medio de difusión. La creación de este micrositio requirió del desarrollo de contenidos específicos y de una curaduría formal con la intención de crear interacción entre el público, o en este caso usuario, las obra y el propio museo. El texto introductorio nos menciona como éste es un proyecto ligado al Centenario de la Revolución y al Bicentenario de la Independencia, de manera que se eligieron obras relevantes del acervo del museo entre los años de 1810 a 1954 81 para realizar un recorrido visual.94 Fig. 12 Portada Expreso de arte mexicano. La patria en línea 1810-1954 www.expresodeartemexicano.com La exposición se divide en diez núcleos que se titulan: “Fiel a tu espejo diario”, “Músculos de acero”, “La región más transparente”, “Soñar con ser jinete”, “La muerte tiene permiso”, “Como aguinaldo de juguetería”, “De las virtudes de tu mujerío”, “Héroe a la altura del arte”, “Los otros todos que somos nosotros” y “Más secreta cuanto más desnuda”. Cada núcleo viene acompañado de una cita extraída de cantos populares o de literatura mexicana. El retrato de Pablo Aranda es partícipe del núcleo 6 “Como aguinaldo de juguetería” donde se acompaña de 9 obras más, todas con referencias al juego y a lo infantil. La única interacción real que hay entre usuario y página Web es que las imágenes van girando a forma de carrusel y al poner el 94 Para visitar esta exposición online, la página es www.expresodeartemexicano.com.mx. 82 cursor sobre la imagen, en un cuadro superior puedes ver la ficha técnica de la obra, y aunque te da la opción de dar clic en la imagen, cuando la eliges te marca un error y te lleva a otra sección con comentarios sobre la pieza y una obra sonora que no funciona. Adicionalmente, el texto que acompaña estas imágenes dice: Las fiestas, ferias de pueblo, música, juguetes y rostros infantiles, son los invitados principales para que pintores como Ramón Cano Manilla, Agustín Lazo, Carlos Romero, Rufino Tamayo, Ezequiel Negrete, Hermenegildo Bustos, Rosario Cabrera, Raúl Anguiano y Jesús Guerrero Galván, vean motivos de la esencia de lo mexicano. Aunque esta plataforma efectivamente es una herramienta de acercamiento a un público mucho más amplio y es un significativo esfuerzo de difusión de obra, es innegable que la información es pobre, se maneja una vez más un discurso nacionalista y la interacción con la obra es muy pobre, pues poco podemos conocer de la obra, de la propuesta curatorial y de los artistas que participan en esta exposición virtual. El avance en las comunicaciones hace necesario este tipo de herramientas para los museos, pero en este caso la experiencia podría considerarse como complementaria por que incluso la pieza solo se puede observar en un formato muy pequeño. Hermenegildo Bustos en el Institut des Hautes Etudes de l’Amérique latine El último comentario sobre una exposición donde participa el retrato de Pablo Aranda y que evidencia una vez más la estrecha relación entre arte e institución es 83 al muestra Hermenegildo Bustos que se pretendía presentar en el Institut des Hautes Etudes de l’Amérique latine en Paris en el año 2011. Este evento internacional fue propuesto en el marco del Año de México en Francia, el cual “fue propuesto por el presidente Nicolás Sarkozy durante su visita a México en marzo de 2009, acordado con el presidente Felipe Calderón Hinojosa y suscrito en una declaración de intención firmada en septiembre de 2010 por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), por la parte de México, mientras que, por Francia, firmaron los Ministerios de Asuntos Exteriores y Europeos, y de la Cultura y de la Comunicación.”95 Esta muestra la canceló el gobierno mexicano, junto con muchas otras exhibiciones y actividades culturales, gracias a la declaración del presidente francés Nicholas Sarkozy en la que propuso que todos los actos realizados para el Año de México en Francia iban a ser dedicados a Florence Cassez, una ciudadana francesa que fue juzgada en México por el delito de secuestro. “La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) afirmó en un comunicado que 'el gobierno de México no permitirá que los artistas y creadores, así como empresarios y demás participantes en este programa, sean expuestos a manifestaciones ajenas al fin que los convocó'. Por ello y luego de las declaraciones del mandatario francés, 'México considera que no existen condiciones para que el año de México en Francia se lleve a cabo de manera apropiada', puntualizó.”96 95 96 Comunicado #34 de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Jueves 3 de febrero de 2011. http://www.wradio.com.mx/nota.aspx?id=1426079 Fecha de consulta: 15 de febrero de 2011. 84 Esta exhibición reunía la colección de retratos de Hermenegildo Bustos pertenecientes al MUNAL y no alcanzó a desarrollar textos o una lista de obra definitiva gracias a la cancelación de esta muestra. Es importante rescatar de esta situación, que las decisiones provinieron directamente de los poderes ejecutivos de ambos países, tanto la de dedicar los asuntos culturales a una ciudadana francesa, como la de la cancelación de estos actos. Si bien la cultura y el arte tienen libertad y autonomía en su proceso creativo y en sus temáticas, su exposición, los discursos y conceptos con las que se leen, están adscritos a las políticas culturales del Estado y esta exposición fue muestra de esto. 85 Conclusiones El presente trabajo de investigación se analizaron algunas de las interacciones e inercias que se presentan entre el círculo del arte y las obras de arte, a través del tránsito en el sistema arte-cultura de una obra concreta: la obra oficialmente atribuida a Hermenegildo Bustos, Retrato del niño Pablo Aranda, 1887. En el primer capítulo se realizó un acercamiento general a lo que es el mundo del arte y a las figuras que lo conforman, como son las instituciones culturales, los museos, el mercado del arte, los curadores, entre otros. De este sistema, se resaltó la importancia de las exposiciones de arte como creadoras de un eje de contenido conceptual correspondiente a las tendencias culturales de su tiempo, pues dentro de ellas se generan mensajes específicos que quedan para la posteridad. En el segundo capítulo, se abarcó el estudio del Retrato del niño Pablo Aranda en su trayectoria histórica y cultural como un artefacto que de “objeto etnográfico” llega a ser “arte consagrado”, más que por las características formales o históricas de la obra, es por las características conceptuales e históricas del receptor de la obra, recalcando que la importancia de la obra recae en el “lector” más que al productor de la obra en el sentido de interpretación de la misma. Adicionalmente, en este segundo capítulo se abordó el tema de la autenticidad, que en este retrato ha sido particularmente polémica. En lo académico, pruebas de laboratorio nos demuestran que los pigmentos y la oxidación de los mismos, no corresponden a la época de Hermenegildo Bustos, 86 sin embargo, la trayectoria histórica del retrato nos da la pauta para pensar que efectivamente el retrato corresponde a la factura original del artista. Como se planteó en el segundo capítulo, la finalidad del estudio de autenticidad en esta tesis no fue la de determinar si en efecto la obra se trata de un “falso” o de una obra auténtica, más bien el objetivo es exponer las problemáticas que devienen de este dilema. En el tercer capítulo se realizó un análisis de las exposiciones en las que ha participado el retrato a manera de una crítica. La obra, que se comienza a exponer en los años cuarenta, va sufrir una serie de interpretaciones acordes a las políticas culturales de México, siendo sus lecturas limitadas a las mismas. Conforme al cambio en estas políticas, se irá dando una variación en la interpretación de la obra. Asimismo, la lectura se adapta al recinto que da cabida al retrato en su colección; es decir, que se valora de distinta manera una pieza que pertenece a una colección privada, que una que pertenece a una colección nacional y pública. Una de las conclusiones más contundentes de este trabajo de investigación, aunque es la más evidente, es que efectivamente las obras de arte no son un objeto estático, son objetos dinámicos que se van transformando de manera proporcional a los cambios en el círculo del arte, por lo que se puede confirmar que las obras están en un estrecho vínculo inseparable de este sistema que las toma en cuenta o las omite según las necesidades de las tendencias culturales, es decir, que el mundo del arte afecta a las obras que pertenecen a su medio. En consecuencia, las obras de arte tienen dos vidas conceptualmente, la 87 primera que consiste en el proceso inicial creativo-conceptual que da origen a la obra y que recae en el artista o los hacedores de la obra, y una vez que sale de las manos del artista, hay una segunda vida que lleva dentro del mundo del arte, pues dentro de las instituciones se van modificando, justificando y legitimando diferentes conceptos de la obra misma, como si en efecto se tratara de una obra distinta con cada interpretación. En pocas palabras, la obra no sólo es lo que el artista pensó que era, sino que las diferentes épocas, los diferentes públicos, y las diferentes instituciones van leyendo y releyendo las obras, renovando y resignificándolas según las propias necesidades y las propias políticas culturales. Creo que cada obra tiene una trayectoria propia que analizar dentro del sistema de arte-cultura, la cual nos puede ayudar a entender como son las interacciones entre el círculo del arte y al arte mismo, o incluso nos da algunas pautas para entender las funciones del arte en nuestra sociedad. Hablando específicamente del Retrato del niño Pablo Aranda, la trayectoria de este pequeño óleo sobre tela nos habla de procesos importantes para la cultura de nuestro país, pues éstos son paralelos a la conformación de la cultura actual y a su legitimación, pero también nos habla de interacciones más sutiles que sólo suceden en el mismo círculo del arte. Entre los procesos culturales que se pueden destacar por los que pasa el Retrato del niño Pablo Aranda está el tránsito en el sistema arte-cultura, que como menciona James Clifford es una “máquina de autenticidad” en el sentido de que es a través del tránsito de conceptos que el estatus de un objeto etnográfico pasa al estatus de arte. En un inicio, la pintura de Hermenegildo Bustos no era considerada más que el resultado de una afición, era un objeto curioso que 88 retrataba a su pequeña comunidad de Purísima del Rincón, Guanajuato, pero es el rescate de sus conceptos en primera instancia por un coleccionista que cambia por primera vez el sentido de la obra. En ese sentido, el coleccionismo es un reordenamiento mental de objetos que se filtran a través de los conceptos de valor del coleccionista mismo. De alguna manera, una colección es una pequeña curaduría en la que por primera vez hay una posesión y una reinterpretación de las obras, hay un criterio de ordenamiento intencional. En el caso del coleccionista Francisco Orozco Muñoz, él revalora en primera instancia el hecho de su historia personal a través del rescate de los retratos de sus propios antepasados, y posteriormente se va apoderando de obras y objetos que pertenecieron al artista, dándole a las obras, y específicamente al retrato de Pablo Aranda, el sentido de un arte que deviene de lo ingenuo y lo colectivo, es decir de lo popular, pero desde un enfoque emotivo. Esta primera categoría de “arte popular” que instituye el coleccionista incluye valores y conceptos como la negación al canon y a la formación académica, además de que el producto artístico hace referencia directa a tradiciones y a la cultura general de su localidad. Estos valores, fueron retomados por los artistas de los años veinte y treinta como los correspondientes a la nueva cultura posrevolucionaria para la formación de una “Escuela de pintura mexicana”, por lo que recurrieron a artistas del siglo XIX como Hermenegildo Bustos, José María Estrada o José Guadalupe Posada, para legitimarse a ellos mismos y a sus obras a través de una justificación histórica en la que sus propuestas encuentran antecedentes. Este rescate realizado por un grupo de intelectuales que tuvo 89 repercusiones internacionales, como lo fue el muralismo, hace que el arte popular como los exvotos entren al imaginario colectivo nacional y tomen una posición prioritaria ante el arte académico que representaba al antiguo régimen porfirista. Para lo que respecta al retrato de Pablo Aranda, esta etapa de rescate por los artistas de los treinta podría llamarse de difusión, pues comienzan a redactarse artículos como el que publica Diego Rivera en el que se exaltan las particularidades de Hermenegildo Bustos y por supuesto, de sus obras. Asimismo, comienzan a proponerse las exposiciones de este llamado “arte popular”, y de esta manera se le atribuye una nueva valoración que rebasa la emotiva del coleccionista. En este punto, aunque la producción plástica de Bustos seguía considerándose “arte popular”, pero van admitiendo nuevos conceptos a su obra como la de “genialísimo”, adjetivo con el que Diego Rivera califica al artista en su artículo. Es decir que además de ser una expresión popular, se le atribuyen conceptos como el de ser una expresión única y proveniente de un genio, por lo tanto auténtica y diferenciada de una mera artesanía. Posterior al artículo de Rivera, comienzan exposiciones en las que participan las obras de este artista. Ahí, dentro de las exposiciones es donde fenómenos sutiles correspondientes al mundo del arte y otros no tan sutiles correspondientes a los procesos culturales, empiezan a afectar la obra para que paulatinamente su lectura vaya cambiando hasta justificarse como arte. En definitiva, una de las conclusiones más interesantes en este sentido es que la creación del mito del maestro Hermenegildo Bustos no sólo corresponde a una necesidad en la cultura nacional sino en la internacional, pues la primera vez 90 que se expone su obra en la historia es en Estados Unidos y no en nuestro país. La razón para que esto fuera así es que Estados Unidos también se estaba formando culturalmente, y al no tener un pasado tangible como el mexicano, recurre a su vecino del sur para legitimarse culturalmente en la riqueza del pasado mexicano y de esta manera da a conocer la obra de Bustos al mundo como arte popular mexicano, pero más allá de eso, la obra del artista se convierte en uno de los representantes de “lo mexicano” curiosamente a través de “lo americano”. Cuatro años más tarde, en 1944, se realiza la primera exposición integral de Hermenegildo Bustos en México, en la cual se hace un recuento biográfico del artista y se reúnen la mayor cantidad de retratos posible. En ésta, se exaltan sus rasgos populares y su capacidad retratística y de colorista y nuevamente se le confiere el poder de representar lo que es ser mexicano. Del retrato de Pablo Aranda nada se comenta y se vuelve una obra más dentro de un conglomerado que no tiene sentido en su individualidad, sino únicamente como una unidad. Una vez que el coleccionista muere, y después de cuatro exposiciones importantes, se realiza la venta de su colección al Gobierno Mexicano que aún no contaba con un museo nacional dedicado al arte. En este periodo se realizaron exposiciones similares a las ya realizadas donde se resaltaban los rasgos mexicanos del artista y de su obra, hasta finales de los años noventa en los que el discurso cambió un poco para que entrado el nuevo siglo hubiera un discurso renovado por completo. El cambio de discurso de lo mexicano a una investigación más académica y alternativa del retrato y en general de la producción de Hermenegildo Bustos, corresponde también al cambio de régimen político del Partido Revolucionario 91 Institucional al Partido Acción Nacional, por lo que después de alrededor de 60 años de un discurso desgastado y repetitivo del arte se renueva su lectura, haciendo eco a una política que a su vez estaba ya desgastada. Adicionalmente, uno de los resultados de esta repetición de lectura de una serie de obras, hace evidente que no todas las exposiciones son resultado de una investigación, sino parte de una inercia en la que como se menciona en el tercer capítulo, son resultados de las “colgadurías” y no de curadurías, término utilizado en el medio para referirse a que muchas exposiciones sólo se dedican a reciclar exposiciones ya hechas o hacer una selección aleatoria sin fundamentos para sólo dedicarse a colgar cuadros en una sala. Este polémico término es esencial para esta investigación puesto que es una situación vigente, que está en la boca de especialistas hoy en día. Una de las repuestas al por qué de esta inercia negativa en el círculo del arte, es la falta de continuidad en las instituciones en las que los proyectos se acaban con el término de la gestión de un director ,se hayan concluido o no el proyecto, o por falta de presupuestos para realizar investigaciones serias, que por lo general llevan más tiempo que una simple colgaduría. Exposiciones como La materia del arte: José María Velasco y Hermenegildo Bustos y La invención de lo cotidiano realizadas en el 2004 y 2009 respectivamente, le dan un nuevo sentido al arte del siglo XIX, pues más allá de justificar un régimen político, se vuelven objeto de la actualidad al presentar, por una parte, un análisis científico y técnico, y una comparación y diálogo con el arte contemporáneo por el otro. No obstante, la muestra Imágenes del mexicano realizada en 2010 como parte de los eventos conmemorativos del centenario de la 92 Revolución y el bicentenario de la Independencia de México, nos deja entrever que el discurso del mexicanismo no se ha apartado del todo y una pequeña pieza como es Retrato del niño Pablo Aranda, sigue siendo parte de la respuesta a ¿qué es el ser mexicano? Por último, se puede decir que no importa que las voces de los especialistas se contrapongan en cuanto a la autenticidad del retrato, pues como resultado de su propia trayectoria, lo que realmente sabemos de esta pieza es que su presencia en el círculo del arte y en el imaginario nacional e internacional ha sido repetitivo e innegable por más de 60 años. Además, la historia de la cultura de nuestro país y sus instituciones más importantes son las que se han encargado de valorarla independientemente de la mano que la facturó, de modo que su trayectoria es paralela a la de las tendencias culturales, que más allá de las políticas mismas, se insertan en un marco mayor: el de lo social. Dentro de sus características formales y representativas, el retrato de Pablo Aranda es un objeto de especulación que alimenta nuestra propia curiosidad. Su condición de arte, nos es funcional y cumple con las condiciones suficientes y necesarias para que lo consideremos así. El día de hoy Hermenegildo Bustos es un artista consagrado y valorado por nuestra sociedad como un creador sin precedentes ligado a lo mexicano, sin embargo hoy en día sostengo que es necesario el replanteamiento de estos objetos, puesto que la etiqueta de lo mexicano se está viendo rebasada por las nuevas tendencias culturales en las que la explicación de un objeto creado por una nación ya no nos bastan. 93 Anexo A Cronología del Retrato del niño Pablo Aranda en el sistema artecultura 1887 – Manufactura (?) ¿? Adquisición de la obra por parte de Francisco Orozco Muñoz. No se conoce la fecha, el monto ni los términos bajo los cuales se adquiere el retrato. 1926, febrero-marzo Diego Rivera publica el artículo “La pintura mexicana: el retrato” sobre Hermenegildo Bustos en el que esconde su nombre y su pueblo. Esta es la primera mención del artista en la historiografía. 1940, mayo Exposición TWENTY CENTURIES OF MEXICAN ART/ VEINTE SIGLOS DE ARTE MEXICANO en el Museo de Arte Moderno de Nueva York organizada por Alfonso Caso. Primea vez que se expone alguna obra de Hermenegildo Bustos. No existe una lista de obra definitiva por lo que no se sabe si el retrato participó de esta exposición. El responsable de la publicación fue Francisco Orozco Muñoz. 94 1944, 11-17 marzo Exposición “El niño en la plástica mexicana” organizada por Fernando Gamboa en la Biblioteca Benjamín Franklin como la pieza número 23 de la muestra. 1951-1952, Dic-Feb Exposición “Hermenegildo Bustos “ se presentaron 114 obras entre dibujos y pinturas en la Sala de Bellas Artes en el Museo Nacional de Artes Plásticas. Aparece como la pieza número 37 de la lista de obra. 1955, Noviembre Exposición “Hermenegildo Bustos” Pinturas Sala de Bellas Artes en el Museo Nacional de Artes Plásticas 1956 Venta de lote de la colección de Francisco Orozco Muñoz al INBA. Adquisición a Dolly Van Derwee, viuda de Orozco Muñoz, coleccionista de Hermenegildo Bustos. El retrato se adquirió por $3,000.00 pesos de la época. 1956, marzo Exposición “Homenaje a Hermenegildo Bustos” en el Museo Nacional de Artes Plásticas. 1972, 27 diciembre- Venta Lote de 68 obras de Hermenegildo Bustos, al coleccionista Aceves Barajas donde no se menciona al 95 Retrato del niño Pablo Aranda. Éstas se van a la Alhóndiga de Granaditas. 1973, 20 abril- Artículo que menciona que el señor Jorge Hernández Campos jefe de Artes Plásticas de Bellas Artes, asegura que más de la mitad de las obras no son de la autoría de Hermenegildo Bustos. Se acusa a altos funcionarios del INAH, al director de la Alhóndiga, José Chávez Morado, y del gobierno Guanajuatense de conocer el estatus “falso de las obras”. La compra se hizo al Dr. Pascual Aceves Barajas bisnieto de Bustos (?) 1982 Se inaugura el Museo Nacional de Arte y el retrato forma parte del acervo constitutivo del Museo. El registro de ingreso corresponde a la fecha del 2 de julio de 1982. 1993, febrero - abril Exposición “Hermenegildo Bustos, 1832-1907” en el Museo Nacional de Arte. En esta exposición el retarato aparece como portada de una publicación para el público infantil. 96 1993, 7 Mayo- 30 Sep. Participación en una exposición realizada en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey 1993, 6 Oct- 30 Nov Participación en una exposición realizada en el Museo Chavez Morado y Olga Costa de Guanajuato. 1999-2000 Remodelación del Museo Nacional de Arte. Participación en la exposición “Una venta al arte mexicano de cuatro siglos. Colecciones del Museo Nacional de Arte” en Palacio Nacional 2002 Pieza ampliamente comentada por Esther Acevedo en el Catálogo comentado del Museo Nacional de Arte. Pintura siglo XIX. Tomo I. 2004 Exposición “La materia del arte. José María Velasco y Hermenegildo Bustos.” Nov. 2008 –marzo 2009 Exposición “La invención de lo cotidiano.” En esta exposición se utiliza la cotidianidad como concepto que une a las colecciones del MUNAL y JUMEX de arte contemporáneo. 97 2009 Exposición “Materia y sentido. El ate mexicano a través de la mirada de Octavio Paz” 2010 Exposición “Imágenes del mexicano” presentada en BOZAR, Bruselas como parte de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución. 2010 Participación en exposición virtual Expreso de Arte Mexicano. La patria en línea. Aparece en el núcleo 2011 Se cancela exposición Hermenegildo Bustos en el Institut des Hautes Etudes de l’Amérique latine en Paris, por la declaración del presidente francés Nicholas Sarkozy de que todos los festejos del año de México en Francia iban a ser conmemorados a la secuestradora Florence Cassez. 98 Anexo B Entrevista a la Dra. Esther Acevedo Esther Acevedo es Doctora en historia del arte por la Universidad Nacional Autónoma de México, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Uno de los temas que ha trabajado en su carrera, es el de Hermenegildo Bustos. Sus investigaciones en torno a este tema se han publicado en catálogos del MUNAL, como el Catálogo comentado de pintura del siglo XX. Tomo II y el de la exposición La materia del arte. Ella fue quien postuló que el retrato no pertenece a la producción de Hermenegildo Bustos, por lo que su opinión en esta tesis es de gran relevancia. Entrevista realizada el día 28 de julio de 2011 en las oficinas de la Dirección de Asuntos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Andrea Valencia-AV Esther Acevedo- EA AV- ¿Cómo fue su primer acercamiento a Hermenegildo Bustos o cómo nació su interés en este artista mexicano? EA- Nació a partir de que se nos dio la tarea de hacer los catálogos comentados del acervo del Museo Nacional de Arte, entonces en el Tomo I a mí me tocaron 99 muchos de los retratos de toda la colección, entre ellos estaba el señor Hermenegildo Bustos y así fue como lo empecé a estudiar. AV- ¿Entonces fue a través del Museo? EA- Sí, a través del Museo. AV- Ok, ¿Y cómo llego a la obra de Pablo Aranda, igual? EA- Igual porque el catálogo comentado incluye todas las obras y no dejó ninguna fuera. AV- ¿Cuál fue su primera impresión de la obra? ¿Usted dudó a primera instancia de su autenticidad? EA- No, por supuesto que no es así. Muy pocas veces me ha pasado eso, que viendo una obra digo “esa obra es falsa”, en realidad se necesitan de otros instrumentos para llegar. Mí manera personal de hacerlo es a través de la fortuna crítica de las obras. Por ejemplo, cuando yo tuve que estudiar a Hermenegildo Bustos me fui a las fuentes que tú ya has revisado y me fui a revisar en 1940 una exposición de México en Nueva York organizada por Antonio Caso, y el libro lo hizo Francisco Orozco Muñoz. A mí se me hizo muy raro que el señor datara a Hermenegildo Bustos en el siglo XVIII cuando él tenía ese Bustos (el autorretrato) y cuando la fecha estaba al frente de la pieza. Esa fue mi primera duda. Yo a través de esta fortuna crítica de las obras es como pesco. Luego volteas el cuadro y ves que está muy pegada la leyenda que dice “yo doy fe de que murió en x” puesta por un familia y muy pegado en una leyenda dice “me pinté para ver si podía”. Esa frase no la no la pone en medio y luego encontré un libro de Orozco Muñoz donde encentro esa misma frase (me pinté para ver si podía) que es una frase de Van Eyke, y él estuvo en Bélgica mucho tiempo. Y Siqueiros le ilustra esa 100 obra (de Van Eyke), entonces esto ilustra el panorama: el señor (Orozco Muñoz) conocía a los pintores posrevolucionarios, a la pintura internacional. ¿Cómo se le iba a ocurrir esta misma frase al señor Bustos que a Van Eyke? Entonces se van sumando los hechos. Después de eso yo pedí que se le hicieran pruebas al autorretrato, la cual tuve que justificar, y entonces vieron que los colores utilizados en las letra eran diferentes a los de la paleta de Bustos y que esta colocación al frente desconcierta. AV- Una vez que salieron los resultados de las pruebas de laboratorio para l exposición La materia del arte ¿cuál fue su reacción personal y cuáles fueron sus primeras hipótesis? EA- Mi reacción personal yo creo que fue de mucha sorpresa y de mucho agrado, el que yo a través de la fortuna crítica, que es un instrumento de la historia del arte, haya encontrado yo una problemática muy interesante. Mis primeras hipótesis se vinculan mucho con este articulo de Diego Rivera que aparece en la revista Mexican Folkways en el que esconde el nombre del pintor y del pueblo, y lo describe muy bien y se describen los objetos que están guardados (por Orozco Muñoz). Mi artículo del catálogo se llama “Hermenegildo Bustos: un pintor del siglo XIX activo en el siglo XX” porque Diego Rivera y todos ellos, Enciso, Dr. Atl, etcétera, empezaron a buscar en la parte del siglo XIX, y en lo prehispánico las raíces de lo mexicano para encontrar lo verdaderamente mexicano. Entonces, se ponen como locos a buscar exvotos, pintura popular, etcétera. Ahí es donde se vincula, sí tienen porque hacer el rescate de estos pintores en el siglo XX. A través de esta recuperación simbólica, recuperan la pintura de este “indio”. 101 AV-¿ El MUNAL cómo trató la noticia de los resultado del laboratorio? EA- Pues eran otros tiempos, y en ese entonces la directora del MUNAL estaba encantada con los resultados. AV- ¿Pero ya a la hora de sacar a la luz los resultados se trató de manera muy política, no? EA- Sí. AV- Y usted como académica ¿qué opina de la relación entre institución e investigación? EA- Pues yo creo que es la única manera en la que las instituciones pueden ir avanzando y en la que las instituciones se vayan retirando del espectáculo y vayan diciendo realmente lo que son las obras. ¿Para qué seguir engañando al público? AV- Pero finalmente en su texto en La materia del arte, usted no afirma que sea o no auténtica la obra de Pablo Aranda. ¿Al día de hoy, cuál es su postura? EA- Sí, es un falso. Alguna vez leí un texto que escribió Diego Rivera contando como en Europa alguien había realizado un falso y se lo vendió a un anticuario como auténtico y lo compró. Entonces, yo creo que se presta mucho cuando algo está de moda, y ciertamente estos pintores podían hacer un Bustos. AV- Y fuera de esto ¿usted cree que hubo algún otro móvil para Diego Rivera para hacer algo así? EA- No, puramente ideológico. Por que lo querían hacer famoso y hablar puramente de una escuela mexicana. Antes de la exposición de 1940, si tú te fijas, lo único que se sabe de Hermenegildo Bustos es gracias al artículo de Diego Rivera. Entonces es en esta exposición que se dan cuenta del error que 102 cometieron donde primero se ponen a juntar todas las obras, por que en esta exposición en Nueva York la crítica fue maravillosa para estas pinturas y entonces dijeron “wow, lo que tenemos en las manos” y es esta fecha de 40 al artículo de Paul Westheim en que todo esto se trata. AV- ¿Por qué el resultado del laboratorio del Retrato del niño Pablo Aranda no puede ser un repinte de alguna restauración? EA- Claro que lo contemplaron, hay muchas cosas que recomiendo que vayas con ellos para que te las muestren. Esta plancha (la del retrato) está impecable y no tiene ningún repinte. Además de que por ahí dicen que “este retrato le hubiera gustado firmarlo Diego Rivera”. AV- ¿La relación entre Francisco Orozco Muñoz y Diego Rivera era conocida en el mundo del arte? EA- Sí, tanto así que a él fue a quien primer le enseñó su colección. AV- Perfecto, eso es todo. Muchas gracias. 103 104 Fuentes Archivos Archivo del Museo Nacional de Arte: Acuerdo por el que se crea el Museo Nacional de Arte, 1982 Bibliografía Aceves Barajas, Pascual. Hermenegildo Bustos: su vida y su obra, Ediciones La Rana, Guanajuato, 1996. Barthes, Roland. “De la obra al texto” en El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura. Barcelona Baz, Sara Gabriela, Reflexión en torno al problema de creer en una sola historia. Texto no publicado. Benjamin, Walter. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica , Taurus, Buenos Aires, 1989. Clifford, James. Dilemas de la cultura. Antropología, literatura y arte en la perspectiva posmoderna, Barcelona, Editorial Gedisa SA, 2001 Dickie, George. El círculo del arte. Una teoría institucional, Paidos Iberica, 2005 Fernández, Justino. “Catálogo de exposiciones 1944” en Anales Volumen III, No. 12 , México D.F., Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 1945 Hernández, Francisca. 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