“hunter green” o lima

dolce &
Gabbana
Alberta
Ferretti
bottega
Veneta
giorgio
armani
balmain
“hunter
green” o lima
Desde los más oscuros hasta los más claros, la gama del verde es la favorita de los
diseñadores para la moda invernal. Dolce & Gabbana se ha rendido a su encanto
en una expresión monocolor, con un sensual vestido midi con transparencias y
un corsé, y un conjunto ultrachic. Con vestidos cubiertos de hojas, la diseñadora
Alberta Ferretti transmite en su colección las sensaciones que le inspira la
naturaleza. En los diseños de Bottega Veneta, el verde se destaca con efectos
visuales sicodélicos, logrados por medio de estampados geométricos en negro, y
continúa brillando en las creaciones de Giorgio Armani, en vestidos de raso en
tono pastel, y con matices flúor en chaquetas, ideales para el día. Aunque Balmain
hizo gala del verde militar, presentó este elaborado y lujoso modelo en un color
más oscuro, con una ancha correa coral.
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dries van
noten
elie
saab
isabel
marant
jil
sander
christian
dior
el minimalismo en algunos
diseños: muy “trendy”
Este invierno, la mujer urbana y sofisticada, siempre bajo la tendencia minimalista de la maison Christian Dior, se abriga con
un coat en cachemir, de doble botonadura, con mangas sesgadas, en verde Kermit; unos cordones laterales, azul claro, rompen la
monocromía del modelo. En las creaciones de Dries Van Noten, donde imperaron las rayas, se destacó este majestuoso vestido
verde botella metálico con negro. El cypress o verde oliva también cautiva esta temporada en pantalones bombachos de talle alto y
ajustados al tobillo, y maxichaquetas con aire militar, todos de Isabel Marant. Combinaciones con degradación de color aportan
lujo y elegancia a la colección de Elie Saab, con vestidos ultrafemeninos, cortos y largos, ceñidos en la cintura. En la colección
de Jil Sander, el conjunto de dos piezas, en tono pastel, proyecta un look más sobrio y formal, ideal para el trabajo.
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Realeza
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Toda la familia en la coronación del Rey
Felipe VI y la Reina Letizia de España.
&
FELIPE
LETIZIA;
12 cambios 1 año de reinado,
El 19 de junio Felipe y Letizia de España cumplen su primer aniversario de reinado y el
balance, más que positivo, es milagroso. En doce meses
han reparado el daño que ha sufrido la monarquía en los últimos tiempos.
Estos han sido los doce pasos para su recuperación.
Por Mariola Montosa desde Madrid.
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UN PALACIO MAS MODERNO. Nacidos en
la época más aperturista de la dictadura franquista, formados en la universidad y procedentes del pueblo llano (en el caso de la Reina), Felipe y Letizia han
echado abajo las viejas estructuras de palacio.
En su segundo acto como jefes de Estado lo
dejaron claro: se presentaron como soberanos
ante ONGs, entidades sociales y organizaciones
benéficas, por primera vez, e invitaron a los colectivos que reúnen los intereses de gays y transexuales, una postura opuesta a la anterior reina,
que ha rechazado el matrimonio homosexual.
Otro ejemplo: en la recepción real de los soberanos durante sus vacaciones en Mallorca, el
anterior rey invitaba a unas 50 autoridades. Los
nuevos, a 300 representantes de la sociedad civil, incluido el mundo del deporte y la cultura.
Nada de inclinarse o hincar la rodilla ante sus
majestades; con un saludo protocolar es suficiente. Y Letizia quiere que su equipo la tutee.
España es, en teoría, laica así que no se imponen símbolos religiosos. Si bien su primer viaje al extranjero fue al Vaticano a la hora de jurar
ante el Rey ya no es obligatorio hacerlo sobre la
Biblia o un crucifijo; con la Constitución, basta.
La monarquía española siempre ha sido bastante austera para lo que su carácter latino y divino le permite. Pero Felipe y Letizia le han quitado aún más pompa. Un detalle: las cenas reales. La primera vez que abrieron palacio ante un
mandatario extranjero, casualmente, la presidenta Michelle Bachelet, solo la agasajaron con
sopa de pescado, filete de lenguado con papas
y frutas en almíbar. Aunque a veces tiran la casa por la ventana para honrar la relevancia de la
gastronomía española, como en la visita al presidente colombiano, para la cual le dejaron la cocina al dos estrellas Michelin Ramón Freixa.
ADIOS A LOS PRIVILEGIOS. Después de los
abusos Urdangarines, Felipe ha puesto límites: los miembros de la Familia
Real, que son el matrimonio, sus hijas y
los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, no podrán trabajar en empresas públicas ni privadas.
Prohibido aceptar favores, como vuelos gratis o
préstamos sin interés, y solo se aceptan regalos
de cortesía. Los recibidos durante visitas o viajes oficiales se cederán al Patrimonio Nacional
y los personales que superen el umbral de cor-
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tesía se destinarán a una entidad sin fines de lucro. Así que nada de yates regalados por empresarios, como ocurría con Juan Carlos. Y nada de
aceptar y mucho menos pedir retribuciones o favores para cuestiones de la Casa Real.
El resto de la familia del Rey (sus hermanas,
sobrinos, etc.) solo representará a la corona por
encargo y en ningún caso recibirán parte del dinero público destinado a palacio. Por otra parte, además de los controles internos, las cuentas
reales serán sometidas a una auditoría externa.
Para una institución que siempre se ha considerado opaca, “se agradece esta mayor transparencia y sobre todo las nuevas normas de
comportamiento”, opina para Vanidades Francisco Sánchez-Paniagua, jefe de Sociedad y
Casa Real de Radio Onda Cero.
SE ACERCAN MAS. Los príncipes de Asturias siempre fueron amables pero como
reyes son más cálidos. Si antes les molestaba que les robaran fotos en actos
privados ahora dejan ofrecen incluso hacerse un
selfie. Jaime Peñafiel, la antigua bestia negra
de Letizia, dice que “nuestra reina ha conseguido que Felipe sea un rey más simpático que
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¡Y fue niña!
Era lo que todo el mundo quería: padres, abuelos y jugadores de
apuestas. Todos ganaron. La hija de los Duques de Cambridge es,
además, muy especial. Aparte de honrar a toda la familia con su
nombre es la recién nacida británica con rango real más alto desde
hace décadas. Vanidades explica por qué y recoge algunos de los
detalles del nacimiento del año.
Por Mariola Montosa
C
harlotte Elizabeth Diana
de Cambridge ha hecho felices a muchos. Primero a sus
padres, William y Kate, a la
familia, al pueblo británico y
a todos los que apostaron a
que la duquesa daría a luz una niña. Pero quien
no puede borrar la sonrisa de su rostro es el
abuelo paterno: Carlos de Inglaterra.
El heredero al trono británico siempre
deseó tener una hija durante su matrimonio con
Diana. Ahora que es abuelo el deseo se ha trasladado a los nietos. Carlos está encantado con
el príncipe George, y seguramente con las dos
nietas de su esposa Camilla, pero durante el
segundo embarazo de Kate anheló en público
que el segundo bebé de su primogénito fuera
una niña, de modo que está más que justificado
que tras conocerla respondiese a los medios:
“Estoy absolutamente encantado”.
De hecho, desde que nació, el pasado 2 de
mayo, la ha visitado por lo menos dos veces. Y
de seguro hará todo lo posible para forjar una
estrecha relación pues quiere que ella sea quien
“me cuide cuando sea muy mayor”, dijo en su
primer acto público tras convertirse en abuelo
por segunda vez. Robert Hardman, reportero
real del Daily Mail ha escrito: “A Charlotte le
resultará absolutamente imposible hacer algo
mal a los ojos de su abuelo”.
La reina también ha expresado en un acto
oficial su alegría por “tener otra niña” en la familia. Isabel II tiene cuatro nietas: Zara, hija
de la princesa Ana; Beatriz y Eugenia, las del
duque de York; y Louise, la hija de Eduardo
y Sophie Rhys-Jones. También tiene tres bisnietas: Savannah e Isla, las retoño de su nieto
Peter (hijo de Ana) y Mia, la de la propia Zara.
Ahora bien, Charlotte es la única descendiente femenina de la soberana con mayor
rango nobiliario, aparte de su tía-abuela Ana,
pues goza del tratamiento de Alteza Real ya
que su hermano será algún día rey. De hecho,
la pequeña ha desplazado a casi toda su familia
en la línea de sucesión, ocupando el cuarto
puesto, luego de Carlos, William y George.
Y aunque ahora son Beatriz y Eugenia las
féminas reales que ocupan más titulares por
su juventud, y porque es lo que tiene que tu
madre se llame Sarah Ferguson, es también
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casi seguro que, en unas décadas, Charlotte
les robará todo el protagonismo. Puede que
también a la otra Charlotte real: la de Mónaco.
El nombre elegido para la niña también ha
hecho felices a mucha gente (menos a los que
apostaron por Alice, que ganaba por goleada,
o Victoria). Empezando por su abuelo, pues
Charlotte es la versión femenina de Carlos.
Mejor homenaje, imposible.
Y el resto de familiares directos tampoco
pueden quejarse, porque la elección es muy
equilibrada y representa a los miembros más
significativos. Charlotte es también el segundo
nombre de Pippa, la hermana de Kate. Por
cierto, si Carlos significa hombre fuerte o
libre, Charlotte significa pequeña y femenina.
Elizabeth, por su parte, es un tributo a tres
mujeres importantes en la vida de la pareja: la
propia reina, a quien William está muy unido; a
su bisabuela, la Reina Madre, de quien guarda
buenos recuerdos y a la que Carlos adoraba; y
la madre de Kate, Carole, cuyo segundo nombre es Elizabeth y es una figura imprescindible
en la logística de su hija. Ah, y también es el
segundo nombre de la propia mamá.
Kate presentando a Charlotte
a los medios.
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