Pettinato, Ebla
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Pettinato, Ebla
Ebla. Una ciudad olvidada Giovanni Pettinato Traducción de Manuel Molina T K 1) I C I O N S DE I. A U N I V E R S I T A T R DE O T T A B A R C E L O N A CONTENIDO Abreviaturas Prefacio introducción: Ebla o la gran sorpresa de la historia del Próximo Oriente Antiguo 9 13 17 Primera Parte EL DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE EBLA P L I E G O S DE O R I E N T E S E R I E PRÓXIMO ORIENTE 1RECTOR: GREGORIO DEL OLMO LETE Título original: La cittá sepolta. I misteri di Ebla icions de la Universitat de Barcelona. 2OO © Editorial Trotta.S.A-, 2000 Sagasta, 33-28004 Madrid teléfono; 91 5939°4O fax: e'sgss 111 e-mail: [email protected] http://wvw.trotta.es I. Ciento cincuenta años de excavaciones arqueológicas en el Próximo Oriente II. Tell Mardikh, un yacimiento olvidado III. Ebla en la tradición epigráfica de dentro y de fuera de Siria IV. La Ebla del m milenio V. La Ebla del II milenio VI. La decadencia de Ebla 31 48 69 83 104 122 Segunda parte EL DESCUBRIMIENTO EPIGRÁFICO: UNA PÁGINA DE HISTORIA © Giovanni Pettinato, ¡999 © Manuel Molina Martes. 2OOO diseño de colección JOAQUÍN GALLEGO ISBNTROTTA: 84.-8i64'353-x ISBN EUB: 84-8338-173-7 depósito legal: VA-3I3/00 impresión Simancas Ediciones, S.A. VIL VIII. IX. X. XI. XII. El Creciente Fértil en el III milenio El descubrimiento de los Archivos Reales de Ebía . . . . Archivos y bibliotecas del Creciente Fértil Importantes revelaciones históricas de los Archivos . . . Administración Economía 7 131 144 179 196 230 252 CONTENIDO XIII. XIV. XV. XVI. Diplomacia y guerras Cultura: escuela y academia Religión La nueva lengua semítica de Ebla y el panorama lingüístico del ni milenio XVII. La Ebla del II milenio: aspectos filológicos XVIII. La herencia de Ebla 285 315 319 Apéndices Selección bibliográfica índice de nombres y divinidades índice lugares 359 389 407 413 338 348 353 ABREVIATURAS Para una mejor comprensión del texto, creemos necesario ofrecer aquí algunas explicaciones sobre los símbolos utilizados: [...] Laguna del texto. ... Omisión nuestra. Parte de la tablilla no escrita. ( ) Frases o palabras añadidas por nosotros para hacer más comprensible el texto. | ] Integración nuestra de una laguna del texto. < > Parte del texto involuntariamente omitida por el escriba y que, cuando es posible, integramos sobre la base de otros testimonios. ? Indica que el término y su traducción son de interpretación incierta. Los términos semíticos se transcriben en cursiva y los sumerios en redonda. AAAS: Les Annalcs Archéologiques Árabes Syriennes. AdE: Annali di Ebla. AfO: Archiv für Orientforschung. AION: Annali dell'Istituto Oriéntale di Napoli. Amurru : Amurru 1. Mari, Ebla et les hourrites. Dix ans des travaux. Premiére partie, Actes du colloque international (París, mayo de 1993), París, 1996. AnOr: Analecta Orientalia. AOAT: Alter Orient und altes Testament. AoF: Altorientalische Forschungen. ARES: Archivi Reali di Ebla. Studi. ARET: Archivi Reali di Ebla. Testi. ArOr: Archiv Orientáliií. AS: Assyriological Studies (Chicago). ASGM: Atti del Sodalizio Glottologico Milanese. ASJ: Acta Sumerologica Japaniensia. AuOr: Aula Oricntalis. AuOr SuppL: Aula Orientalis - Supplementa. AUSS: Andrews University Seminary Studies. BilEb.: // Bilingüismo ad Ebla, Atti del Convegno Internazionale, Ñapóles, 19-22 de abril de 1982, Roma 1984. 8 9 EL D E S C U B R I M I E N T O EPIGRÁFICO: UNA PÁGINA DE HISTORIA monumentos y sus obras de arte, nos muestra a una Eb!a todavía en el centro de los procesos culturales de la época, pero difícilmente nos permite penetrar en su mundo, de modo que somos incapaces de conocer a los artífices de esta fase de su espléndida civilización. XVIII LA HERENCIA DE EBLA La moderna concepción del poder en Ebla, la meticulosidad de sus habitantes al crear esos apoyos para las actividades comerciales que hemos identificado con las colonias, el elevado papel de la mujer en la sociedad eblaíta y los sofisticados rituales religiosos allí practicados con el fin de unir cada vez más al hombre con el mundo divino,-todos ellos aspectos de la nueva civilización de Ebla a los que hemos aludido en los capítulos anteriores, son por sí mismos significativos y prueban la magnitud y la centralidad de esta capital de un gran imperio a mediados del m milenio a.e. Aunque de manera discreta y sin pompa alguna, la civilización de Ebla ha incidido profundamente en el mundo contemporáneo y en los pueblos que se sucedieron en el transcurso de los milenios, sobre todo en el área geográfica de la gran Siria, modelando las instituciones políticas y sociales, influyendo en el desarrollo de los distintos dialectos semíticos hablados y transmitiendo a todos esa tolerancia y apertura mental que ha sido, por así decir, una de sus características más singulares. Pero el papel de ios eblaítas no se termina, desde luego, en la impronta que dejaron en las culturas próximo-orientales. Como se ha evidenciado a lo largo de este libro, son los aspectos mismos de la civilización de Ebla los que hacen de ella, con justicia, el descubrimiento del siglo, situándola en el centro de nuestra atención. Al comienzo de esta investigación, me permití definir a Ebla como la tercera perla de la arqueología siria, después de Ugarit y Mari, e incluso como la más preciosa de las tres, quizá también porque no podía esperarse en esa área geográfica y en un período de tiempo tan lejano como a mediados del ni milenio a.e. La incredulidad, el escepticismo y las polémicas que han acompañado al descubrimiento de Ebla y que nos han obligado a pasar 352 353 EL D E S C U B R I M I E N T O E P I G R Á F I C O : UNA PÁGINA DE HISTORIA LA H E R E N C I A DE E B L A —como indiqué en la introducción— constantes y cada vez más du ros exámenes, nada podrán arrebatar a la verdadera grandeza d Ebla: en efecto, no se podrá nunca —por volver sobre una imagen muy querida por mí— reducir nuevamente a «cabana» lo qu e po mérito de los estudiosos italianos se ha convertido en un «palacio» Ebla, y con ella la Siria que la vio nacer, ocuparán de ahora en adelante un lugar de honor en el estudio de las civilizaciones antiguas del Creciente Fértil. En este trabajo de conjunto no he podido, o no he querido, abordar todas las manifestaciones de la cultura de Ebla. El objetivo que me había marcado era el de presentar la realidad de la nueva civilización tal y como se nos muestra hoy a más de treinta años del comienzo de la investigación arqueológica en el yacimiento de Tell Mardikh y a casi veinticinco años del hallazgo de la espléndida Biblioteca Real. Sin duda una de las contribuciones más llamativas de Ebla es la de habernos dado a conocer las entidades políticas existentes en la extensa área geográfica a la que llegaron sus mercaderes a mediados del m milenio a.e. Con la ayuda de los documentos administrativos en los que los escribas registraban las transacciones económicas realizadas por diligentes y perspicaces mercaderes, estamos ahora en condiciones de trazar un mapa de la geografía de todo el Creciente Fértil. Los ochenta reinos autónomos con los que Ebla mantenía relaciones económicas y políticas, y que junto a ella poblaban un territorio que hasta el descubrimiento de Ebla se consideraba vacío, o cuando menos no civilizado, demuestran la magnitud de la aportación de la excavación de Tell Mardikh en la reconstrucción de la historia del Próximo Oriente Antiguo, Aunque los detalles todavía se nos escapan, el cuadro político que emerge leyendo los textos de Ebla se revela armónico y completo, por lo que de ahora en adelante no se podrá dejar de lado la documentación eblaíta para el estudio y la profundización en cuestiones concernientes al Próximo Oriente Antiguo. Además de las informaciones sobre la división política del territorio, las tablillas de Ebla contienen noticias directas sobre la estructura del Estado de Ebla y sobre la dinámica de las transacciones comerciales efectuadas en un radio muy amplio, con las leyes que las gobernaban y con los recursos empleados para hacerlas posibles. La invención de las colonias comerciales en lugares diferentes y distantes entre sí, incluso en ciudades extranjeras, es un testimonio de las tendencias y aspiraciones de estos semitas que hacen del comercio no ya una profesión, sino un arte. Las novedades que provienen de Ebla en materia de gestión del poder y de la economía, si son relevantes para el ambiente histórico en el que se llevaron a cabo, lo son aún más para los estudiosos que nos ocupamos de la reconstrucción del pasado: la que Ebla nos revela con sus documentos escritos es, desde luego, una página de historia política, pero también y sobre todo una página de la historia de las instituciones y de la economía. Estamos convencidos, como decía anteriormente, de que los nurnerosos tell de Siria y Mesopotamia esconden tesoros quizá más preciosos que los que han visto la luz en Ebla. Es más, espero que se intensifiquen las excavaciones en el Próximo Oriente Antiguo a fin de que otras ciudades emerjan del polvo de los milenios y que otros documentos sean sacados a la luz, de modo que nuestros conocimientos sobre este maravilloso mundo se enriquezcan cada vez rnás. Estoy firmemente persuadido —y los indicios en este sentido nos los proporcionan las propias tablillas de Ebla— de que en Siria yacen enterrados numerosos archivos de documentos económicos e históricos cuyas informaciones contribuirán, sin duda, a completar el cuadro que hemos empezado a esbozar sobre la base de los Archivos de Ebla. Podemos estar seguros desde ahora de que los nuevos hallazgos no podrán hacer mella en la grandeza y la centralidad de Ebla, sino que más bien lo confirmarán. No creo siquiera exagerar cuando afirmo que los archivos de otras ciudades nos ayudarán a definir mejor el papel de Ebla en el Próximo Oriente Antiguo. Y no se diga que no existen las premisas para una confirmación de la grandeza y la centralidad de Ebla en otras fuentes de información: la ampulosa afirmación del rey Naramsin de Akkad, citada más arriba, según la cual «nadie, desde la creación del género humano, había conseguido destruir Ebla», es un reconocimiento explícito del papel central de Ebla y de su extraordinaria importancia, pronunciado precisamente por un adversario que se preparaba para intentar lo imposible. Por otra parte, también otras culturas se plegaron ante Ebla y le reconocieron un primado que solo gracias a la excavación italiana somos capaces de entender en su totalidad: es reciente la identificación de documentos mitológicos y épicos hurritas en los cuales Ebla, como hemos dicho, aparece muy a menudo y ciertamente en una posición de relieve. Las palabras pronunciadas por Zazalla, un soberano hurrita en el «Ritual de la liberación», que nos ha llegado en varias tablas, dirigidas al rey de Ebla nos dan a entender que la ciudad siria había entrado ya en la leyenda por sus extraordinarios logros en el campo político, institucional y económico en la época de los Archivos Reales: «Así comenzó a hablar Zazalla dirigiéndose a Meki: "¿Por qué te expresas de este modo tan humilde, oh, Meki, Estrella de Ebla?"». Aparte de la sorprendente importancia histórica de estas pocas líneas —piénsese solo en la estatua de Ibbit-Lim, discutida en la primera parte, en la que aparece la expresión mekim eblaim, que con toda probabilidad hay que relacionar con el Meki aquí mencionado—, el apelativo «Estrella de Ebla», atribuido al soberano de Ebla, y la invi- 354 355 EL D E S C U B R I M I E N T O E P I G R Á F I C O : UNA PAGINA DE HISTORIA tación a que no se muestre humilde confirman que ya en la antigüedad Ebla no solo no había sido olvidada, sino que continuaba despertando admiración por el recuerdo aún vivo de su grandeza. También la varias veces recordada explosión entusiasta del gran orientalista Gelb, «Ebla nos ha mostrado una nueva lengua, una nueva cultura, una nueva historia», resume bien el verdadero y profundo significado del descubrimiento italiano. Con la excavación de Tell Mardikh no solo se ha recuperado una página de la historia, sino que se ha llegado a los orígenes de muchos de los fenómenos culturales, sociales y religiosos que impregnaron las civilizaciones posteriores de la gran Siria. Las colonias fenicias, por una parte, y la gran tradición del comercio de Alepo y Damasco, por otra, no hacen más que insertarse en una tradición mercantil que arrancó en Ebla. También las variadas expresiones lingüísticas y culturales de la gran Siria hunden claramente sus raíces en la lengua y en la civilización de Ebla: quizá sin las grandes invenciones obra de los eblaítas no habría surgido siquiera la escritura ugarítica, ni se explicarían tampoco tantas tradi-. ciones todavía vivas, después de más de un milenio, en el mundo hebreo, como el profetismo y la unción en ceremonias públicas o privadas, o esa tan particular del chivo expiatorio para la eliminación de toda impureza. La historia, sin embargo, es maestra de vida, y por ello debemos preguntarnos si Ebla ha dejado algún mensaje válido también para el hombre de hoy. Todos los aspectos de la nueva civilización de Ebla han sido repetidamente definidos por mí como modernos: desde la concepción de la realeza hasta las costumbres sociales y las iniciativas de carácter económico y comercial, todo ello es una sucesión tal de innovaciones respecto al modo de pensar «oriental», que mi apelativo de «moderno» tiene plena justificación. Pero Ebla quiso hablar explícitamente a toda la humanidad cuando, como en un estribillo, señala la relación de fraternidad existente entre los habitantes del reino sirio y los habitantes del reino elamita. Son palabras que leemos en la carta diplomática enviada al soberano de Hamazi: LA H E R E N C I A DE E B L A El mensaje que la civilización de Ebla nos dirige a todos, pero sobre todo a los que he llamado los sucesores naturales de los eblaítas, es decir, a los habitantes de Siria, Líbano y Palestina, es que todos somos hermanos, gobernantes y ciudadanos sin excluir a ninguno, y como tales debemos comportarnos, viviendo los unos para los otros. Tú eres mi hermano y yo soy tu hermano, para ti, hombre-hermano, cualquier deseo que salga de la boca yo satisfago, del mismo modo que tú satisfaces el deseo que sale de mi boca. Irkab-Damu, soberano de Ebla, es hermano de Zizi, soberano de Hamazi, del mismo modo que Zizi, soberano de Hamazi, es hermano de Irkab-Damu, soberano de Ebla. Son estas, sin duda, expresiones de conveniencia, fórmulas diplomáticas, y a pesar de ello conservan todavía hoy toda su fuerza expresiva. 356 357