POR QUÉ SOY FRANCMASÓN? - b:.r:.l:.s:. benjamin perez treviño

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POR QUÉ SOY FRANCMASÓN? - b:.r:.l:.s:. benjamin perez treviño
A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:. ¿POR QUÉ SOY FRANCMASÓN? V:. M:., RR:. y QQ:. HH:. Inicialmente, parecería tarea fácil explicar por qué uno es francmasón. No es fácil expresarlo, puesto que decirse y sentirse masón implica una serie de procesos que actúan a nivel de nuestra consciencia y que interactúan con la logía que nos vio nacer, la cual a su vez no es un ente abstracto, sino que está conformada por hermanos. Explicar las razones por la que se es masón, exige en primer lugar hacer una breve referencia a lo que es la masonería la cual “tiene por finalidad el perfeccionamiento moral, intelectual y físico del hombre y de la sociedad en su conjunto” Este principio es el que debe guiar y orientar a todo francmasón. La masonería dice nuestro manual del aprendiz, “es filosófica, filantrópica y progresista”. Filosófica porque lleva a la reflexión sobre las leyes de la naturaleza y la esencia de las cosas, lo que nos ayudará a comprender la relación estrecha que existe entre el espíritu y la materia, que no son más que formas de manifestación de la naturaleza. Filantrópica porque nos orienta a la práctica del altruismo, a desear y buscar el bienestar de la humanidad, sin distinción de raza o credo. Progresista porque enseña y práctica la absoluta libertad de consciencia, entendiendo que existen diversos caminos para encontrar la verdad, aprendiendo a escuchar las verdades de otros, negando el fanatismo y aceptando sin prejuicios los aportes de la inventiva humana, teniendo una mente abierta para entender los cambios. La francmasonería, busca la rectitud y el perfeccionamiento ético y moral del individuo, basándose en el uso de una simbología, que le permita acercarse a la verdad. La masonería lleva implícita una forma de actuar que busca que sus miembros dediquen parte de su vida a formarse y evolucionar espiritual, ética y moralmente, basados, no en la recompensa desde un punto de vista religioso, sino en el desarrollo del espíritu y la búsqueda de un mundo mejor para el ser humano. La francmasonería no abraza ninguna tendencia política, su misión es investigar y estudiar los problemas que afectan a la humanidad, para hacer de la sociedad una más fraternal; que todos los hombres gocen de los mismos deberes y derechos, y que se les valore según sus capacidades, que sean ciudadanos. La Francmasonería, entiende que los seres humanos somos imperfectos, pero que también tenemos el libre albedrío, para elegir entre las virtudes y vicios, entre el bien y el mal. Por ello, el masón simbólicamente en su iniciación, toma el cincel y el martillo, para representar en ese acto, la tarea que debe desarrollar a lo largo de su vida masónica, tallar y pulir la piedra vasta, que no es otra cosa que el mismo, hasta lograr el ideal de ser un verdadero masón. Nuestro pase de profanos a masones, se expresa en la iniciación, que es el primer paso que permite adquirir el carácter de masón, en la medida que los hermanos mayores reconocen en el recipiendario a un hombre libre y de buenas costumbres; sin embargo, el masón que recién juramenta, si bien es cierto ya es miembro de pleno derecho en la logia, como obrero de su columna, no es más que un proyecto de masón, un masón virtual. El H:. Alfredo Melgar, en un trazado sobre la calidad de masón, pregunta ¿Es masón aquel recién juramentado que desconoce el oficio?, ¿Es masón el que conoce el oficio sin estar juramentado?, nosotros agregamos ¿es masón aquél que sólo se contenta con leer los rituales y liturgias, aprender la marcha, signos y tocamientos?. El R:. H:. Fernando Gil, al referirse a la trilogía filosófica, plantea a su vez estas interrogantes: ¿puede ser Masón aquel individuo que comercie con la conciencia del prójimo o del ser humano? o ¿Puede ser Masón aquel individuo que explota, humilla y que sólo le interesa su beneficio personal?. ¿Puede ser Masón aquel que juega con los valores morales, importándole tan sólo los materiales o es que los confundimos en ciertos momentos? Como seres humanos, somos susceptibles a equivocarnos; pero como masones, debemos ser capaces de aceptar nuestros errores y corregirlos en la práctica. Nuestra calidad de masones no sólo se expresan en las palabras, signos o tocamientos, sino por nuestro comportamiento en todo momento y lugar. El francmasón, dice Melgar, se construye a sí mismo, mediante el aprendizaje y la práctica del oficio después de la iniciación. El masón tiene que aprender a diferenciar la forma de la esencia y descubrir en ella la idea de lo que representa el símbolo. Sin embargo, el símbolo no es otra cosa que el medio a través del cual el masón se aproxima a la verdad. El masón no ambiciona grados ni títulos, ni honores, éstos sólo son manifestaciones de forma. El masón busca el desarrollo de su espíritu, tanto dentro como fuera de la logia. El masón no debe fijarse en los errores de los hermanos para criticarlos y condenarlos, debe procurar corregirles fraternalmente y con suavidad. El masón sabe que para llegar a desarrollar el espíritu, debe reconocer que está partiendo de la materia, la cual está ligada al ego, a los reconocimientos. En la medida que se vaya avanzando por la senda de la luz, se irá superando los apetitos materiales, entendiéndose que éstos son superfluos y que la mejor forma de llegar a la verdadera luz son la sencillez y la humildad. Ser masón, por lo tanto no es sencillo, la tarea es ardua y difícil. La condición de masón se construye día a día, en la práctica diaria dentro y fuera de la logia. Pero no basta con decirse y sentirse masón. No es la cualidad subjetiva la que define al masón, es la demostración práctica y objetiva, no se es masón porque uno cree serlo, sino porque los hermanos lo ven como tal. Basado en estas reflexiones, no puedo afirmar que soy masón, como aprendiz soy consciente que estoy aprendiendo a ser masón, estoy dando los primeros pasos para ser masón, debo estudiar más y entender la simbología que me permita entender la esencia de las cosas, sé que no sólo debo aprender los conceptos, debo llevarlos a la práctica. Debo practicar la fraternidad, la tolerancia. Aprender a ser prudente, a callar y escuchar. Debo trabajar más para pulir la piedra vasta para contribuir a construir el templo espiritual de la masonería, de la cual sólo soy una piedra más. En la medida que logre estas metas y mis hermanos mayores lo reconozcan, podré decir que soy masón, no porque crea serlo, sino porque mis hermanos me verán como tal. Ap:. Rubén Velarde Flores R:.L:.S:. Benjamín Pérez Treviño Nº 86 – Valle de Lima. Abril 2008
Referencias Gil Fernando Trilogía Filosófica, RLS Andrés Cordano 154 Melgar Alfredo, ¿Quién es Masón? 

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