Un hombre a través de la anécdota.indd
Transcripción
Un hombre a través de la anécdota.indd
158 JOSÉ CONSUEGRA HIGGINS era ‘su computadora’. Pero la explicación también se la da la misma doña Anita: –No retienes los sucesos recientes y relatas los mínimos detalles del ayer lejano cuando yo todavía no había nacido. No tolera alguna nota disonante; por eso tiene fama, bien ganada, de regañón. Él mismo se justifica: –Yo tengo fama de regañón y esa mala costumbre se la debo a 40 años de magisterio universitario. Antes, por lo menos, los profesores estaban pendientes del comportamiento de sus discípulos y la costumbre hace ley. En un almuerzo que se le ofreció en su reciente visita a Manizales, al saludar a Gloria Elena Gómez viuda de Lombana, ella le contestó: –Buenas –así, a secas–. Inmediatamente, delante de todos los presentes, unas 15 personas, se echó una perorata, hablando de la pereza de las personas que, sin ninguna razón, economizan las palabras, y le dijo: –Señora, hay que decir: buenos días, o buenas tardes o buenas noches. No podemos seguir