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Octubre es un mes importantísimo para los revolucionarios del mundo. Es el mes de la
muerte en combate de quien fuese uno de los cuadros revolucionarios más destacado que
nuestras tierras han parido: el Comandante Ernesto Guevara.
Guevara, junto a los heroicos y valientes cubanos que desembarcaron desde el
Granma, desarrolló exitosamente la guerra revolucionaria contra un gobierno tiránico, títere
del imperialismo yanqui triunfando contra él. Dicha guerra de liberación -frente al
autoritarismo batisteano- terminó convirtiéndose en la primera Revolución Socialista
triunfante en nuestro hemisferio. Dicho triunfo potenció un más intenso despliegue de la
lucha de clases en toda Nuestra América, abriendo una fase marcada por la disputa directa
por el Socialismo y por el empleo de todas las formas de lucha en ese proceso.
Aquella importante fase histórica reorientó el surgimiento de vanguardias
revolucionarias por toda Nuestra América, las que asumieron en sus programas y estrategias
parte importante de las lecciones históricas encarnadas por la joven Revolución cubana,
como también la lucha revolucionaria liberada por el pueblo vietnamita y otros pueblos del
mundo que combatían fieramente contra la explotación y el colonialismo.
La lucha revolucionaria –bajo preceptos más radicales- se comenzó a extender por
todo el continente. La solidaridad activa del Gobierno Revolucionario de Cuba se hizo
presente –directa e indirectamente- en los intentos de nuestro continente y de otros países
del mundo por derrotar al régimen burgués. Sin duda, la conformación de la Organización
Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) expresó –certeramente- dicha
voluntad
revolucionaria, encarnando en su seno el internacionalismo proletario que Lenin y los
bolcheviques de las primeras generaciones defendieron con fuerza e ímpetu ante los
traidores de la Segunda Internacional, y posteriores vacilaciones de la Internacional
Comunista.
Guevara fue ejemplo vivo de ese internacionalismo militante, proletario y comunista.
No dudó en empuñar las armas en la lejana África para intentar llevar adelante la revolución
desde el continente más expoliado por el imperialismo. Las condiciones no estaban maduras
para desarrollar dicho proceso emancipatorio, no obstante el ejemplo del Comandante
Guevara perduró.
El siguiente destino internacionalista fue Bolivia. Allí, en el corazón de Sudamérica,
fue donde Guevara encontró la muerte a manos de los fusileros bolivianos dirigidos por la
CIA. No obstante, pese a la muerte física, su ejemplo nuevamente perduró.
La visión programática de Guevara, intransigente con el reformismo, no perdió
nunca de vista el objetivo Socialista. Tampoco se engañó respecto a las posibilidades nulas
de llevar adelante una “trasformación” profunda del capitalismo en alianza o concomitancia
con las burguesías “nacionales” o “progresistas”, las que desde siempre han optado por
subordinarse al imperialismo yanqui.
Guevara fue honesto y claro ante el “problema de la violencia”. El comandante nunca
negó la necesidad de usar la violencia revolucionaria para barrer con el enemigo de clase y el
imperialismo. Sin embargo, tampoco hizo apología de un método que, en cualquier
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instancia, es solo un medio –lamentablemente necesario- para la conquista del poder
político y la expropiación de la burguesía.
Por otro lado, el Comandante Guevara, no se confundió respecto a la necesidad de
desarrollar una economía-política de transición dirigida; no tan solo a destruir la explotación
del hombre por el hombre, sino sobre la cual se pudiera erigir un modelo de transición que
aspirara, en esencia, a la transformación profunda del ser humano, quien –sin lugar a dudases medio y fin de su propia emancipación.
A partir del ejemplo teórico y práctico de Guevara, como también de otros marxistas
ejemplares, los revolucionarios del mundo retomamos con fuerza una concepción
humanista del socialismo, la que define, entre otros aspectos, que la abolición de
explotación debe ser necesariamente acompañada de la lucha contra la enajenación.
Afirmamos, sin vacilaciones, que a partir de la economía-política guevarista, el ser humano y
la liberación de su consciencia creadora se convirtió nuevamente en una centralidad
programática para los revolucionarios consecuentes del mundo, tal como lo fuese para Marx
y Lenin desde un principio.
El Socialismo, desde el punto de vista guevarista, no puede ser solamente un
“modelo” de “repartición” de “ganancias”. El Socialismo debe ser ante todo una nueva fase
histórica, donde la tarea central, respecto al desarrollo del ser humano emancipado de la
explotación y la enajenación, está ubicada en la concreción integral del Hombre y la Mujer
Nueva.
Solo sobre aquellos hombros emancipados y liberados se podrá erigir una sociedad
de hombres y mujeres auténticamente comunistas. Cuestión que no se resuelve sobre las
frías y gélidas “fuerzas productivas” que supuestamente determinan la conformación de una
conciencia socialista liberada de toda enajenación. El Socialismo, el Comunismo, la
Revolución misma, para el guevarismo, es ante todo un hecho de conciencia.
Las anteriores concepciones políticas (programáticas, estratégicas, táctica,
económicas, morales, etc.) inspiraron a gran parte de las fuerzas revolucionarias que a partir
de los años sesenta, se convirtieron en protagonistas de la confrontación de clases por toda
Nuestra América. Allí, en ese proceso de intensas luchas, fue que nacieron organizaciones
importantes, tales como: el Movimiento Revolucionario Oriental del Uruguay, el
Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, el Partido Revolucionario de los
Trabajadores de Argentina, el Ejército de Liberación Nacional de Colombia, las Fuerzas
Populares de Liberación - Farabundo Martí de El Salvador, el Ejército Guerrilleros de los
Pobres de Guatemala y decenas más. Entre esa nueva generación de organizaciones
guevarianas se ubicaría uno de los revolucionarios más destacados de Nuestra América:
Miguel Enríquez quien caería en combate un 5 de octubre de 1974.
El legado de Miguel es el legado guevarista. El Secretario General del MIR se ha
convertido en ejemplo vivo de inteligencia, audacia, coraje y lucha para todas las
generaciones posteriores de revolucionarios chilenos y de Nuestra América.
El MIR construyó una estrategia fundada sobre el hecho histórico objetivo de que el
enfrentamiento armado entre clases es inevitable. Junto a esta visión estratégica y
programática fue desarrollada una concepción política que enfatizaba la necesidad de la
continentalidad de la lucha por el socialismo. Dicha visión se materializaría –bajo el
impulso unitario de Miguel- en la conformación de la Junta de Coordinadora Revolucionaria
(JCR). La Coordinadora estaría por revolucionarios de Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile.
Este intento, después de la OLAS, sería el más importante esfuerzo unitario de la izquierda
revolucionaria sudamericana. El ejemplo de la JCR inspira, actualmente, al intento unitario
de la Coordinadora Guevarista Internacionalista.
Hoy día recordamos a estos brillantes revolucionarios con orgullo militante, con
orgullo proletario. Somos guevaristas porque seguimos en el camino del Che, de Miguel, de
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Santucho, de Sendic, y de todos aquellos que dieron la vida por el Socialismo sin claudicar
ante el reformismo entreguista. También recordamos que todos estos compañeros y
compañeras mostraron con nitidez y consecuencia que la lucha por el Socialismo y contra la
enajenación están indestructiblemente unidas, cuestión que hoy día definimos como clave
para construir nuevamente un proyecto revolucionario socialista para el mundo entero. La
sociedad Socialista será una construcción social e histórica que no superará tan solo la prehistoria capitalista, sino que ante todo la enajenación del ser humano a manos del capital y
su dominación de clase.
¡VIVA EL COMANDANTE GUEVARA!
¡VIVA MIGUEL!
¡VIVA EL GUEVARISMO!
¡VIVA EL OCTUBRE REVOLUCIONARIO!
¡CONTRA EL IMPERIALISMO Y LA BURGUESÍA, HAY QUE HACER
LA REVOLUCIÓN!
Coordinadora Guevarista Internacionalista
Encuentro Guevarista Internacional
Frente de Acción Revolucionaria, FAR de Argentina
Organización de Liberación Nacional y Social, Fogoneros de Argentina
Movimiento Revolucionario Oriental, MRO de Uruguay
Brigadas por la Solidaridad y por la Paz, BRISOP de Italia
Juventud Guevarista de Chile
Consejos Estudiantiles, CCEE de Chile
Colectivo Poder Popular, CPP de Chile
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