Organo para la difusión del Comunismo

Transcripción

Organo para la difusión del Comunismo
Comunismo
Difuso 2
Organo para la difusión
del Comunismo
“El sujeto de la historia no puede ser sino lo viviente produciéndose a
sí mismo, convirtiéndose en dueño y poseedor de su mundo, que es la
historia, y existiendo como conciencia de su juego.”
3
El proletariado como sujeto y como representación.
Guy Debord
Manifiesto
Ya lo hemos dicho, ¡la irracionalidad de
este mundo es evidente! ¿Hay algo más
absurdo que un sistema que no hace más
que producir masas de capital y masas de
mano de obra desempleada en una época
en que la humanidad tiene más necesidades sociales que las que jamás tuvo?
Un sistema que se encarga –en un acto perverso� de garantizar que todo lo que aparece como irracional de este mundo se articule
racionalmente, haciéndolo parte de nosotros
y de nuestra vida cotidiana, impidiéndonos si
quiera ver salidas a los problemas; ¡¡es más
fácil pensar que el mundo va a acabar
por una hecatombe global el año 2012,
a que las injusticias sociales se resuelvan
en el lapso de un par de generaciones!!
Esa irracionalidad racionalizada solo puede
ser des-cubierta recuperando y reafirmando
lo que hoy se ha transformado en un nostálgico recuerdo, el rol que se nos
ha negado bajo la ilusión de que vivimos
un mundo de progreso y bienestar,
relegados a la pasividad ciudadana
o condenados al hambre:
¡QUE SOMOS PROLETARIOS/AS!
Nuestra situación histórica nos obliga
a repensar estas irracionalidades
desde una perspectiva total y de clase.
Jamás podrán ser resueltas en la lógica reduccionista del capitalismo que
las produce, reproduce y oculta.
Debemos radicalizar nuestra posición
como proletarios/as hasta un nivel
existencial, localizar en nuestra actual
situación de pobreza cultural y económica aquellas formas y tendencias que
nos han acostumbrado al mundo tal
como es, a vivir como si estuviéramos
en él cuando en realidad todo lo
sustancial se aleja terrible e
irrecuperablemente.
¿Qué es, si no exactamente eso, la
debacle “ecológica” o ambiental de la que
somos testigos? UNA PRODUCCIÓN irracional de “BIENES de consumo” puesta
desde su diseño mismo AL SERVICIO
DE LA ACUMULACIÓN DE VALOR, y que
ha dinamitado todas las formas de vida
sustentable y nos ha privado de nuestras
más esenciales necesidades ¿Y qué hay
de las ciudades que habitamos y sus guetos? Pura segregación y marginación en
función de los requerimientos espaciales
del capital, canalizada a través de los
planificadores urbanos. El lugar donde el
espacio vital se transforma en mercancía.
¿Y qué es la democracia burguesa, donde
en Chile representa apenas la mitad de la
población en condiciones de votar, pero
en el que ese dato parece no importar en
comparación al interés que pone el Estado
y los medios en promover el “excelente
comportamiento cívico de los chilenos”?
¿Y la propiedad intelectual?: Como mercancía que se considere, hasta las formas
de creación humana agrupadas en lo que
se conoce como “arte” o “cultura” poseen
un propietario que extrae ganancias (que
generalmente, no es el creador) y niega
el acceso a estas representaciones, cuya
producción y apreciación son frutos de
una necesidad humana real. Por más que
el ingenio de nuestra clase abra espacios
para el acceso y/o el intercambio, ¡ni
siquiera estas formas de representación
nos pertenecen colectivamente!
EDITORIAL
Casi 3 años han pasado desde que la primera versión de este folleto de propaganda y agitación surcara las calles de
esta y otras regiones del mundo. En este tiempo, nuestra clase ha sido testigo y partícipe de numerosas revueltas
que amenazan la estabilidad de los regímenes capitalistas, ya amenazados con las cada vez más agudas crisis
económicas que los carcomen desde dentro. En este escenario, una vez más ha sido el proletariado, el conjunto de
los explotados, el que ha recibido los golpes más duros de parte de los Gobiernos y organismos supra-nacionales
encargados de realizar los ajustes que rescaten a las instituciones financieras y a los Estados en quiebra.
Pero los explotados hemos reaccionado: Ocupando las calles, recuperando y destruyendo
mercancías, enfrentándonos a los guardianes del orden, practicando formas no alienadas de organización y resolución, ampliando los límites de la autogestión, rechazando
partidos, sindicatos y parlamentos...
Cuando miramos con atención cada
rincón de esta maquinaria social que
parece monolítica, podemos ver cómo
en realidad su equilibrio es inestable y
depende en gran parte de una ideología
que, pese a todas las contradicciones del
sistema, les hace ver a los/as dominados/
as que esta es la única vida posible. Cada
vez que nuestra crítica (teórica y en actos)
se vuelve más aguda e integral, esas contradicciones se develan con más fuerza
como lo fundamental de nuestra forma de
vida alienada.
Sin embargo, nuestra conciencia de clase, de lo esencial como conjunto de explotados, aún
es débil, y se ve confundida en otras señas identificatorias y separatorias que dan ventaja al
poder: Ciudadanos, indignados, democráticos, clase media, estudiantes, trabajadores de la
salud, de la educación, pacifistas/violentistas, ultras/moderados, etc. Por eso, hoy, cuando
las crisis económicas agudizan la contradicción entre el capital y el trabajo, en la que los
explotados debemos seguir dando para que una minoría dueña de los medios de producción
subsista y continúe acumulando, la agitación y propaganda se hace urgente y necesaria.
Cuando la “gente común”
pide
De cada realización práctica de nuestra
posición en el contexto de esta realidad
antagónica, surge difusamente el movimiento real que la suprimirá. Paso a paso
nuestra posición se reafirma, pues:
más democracia, lo que está realmente haciendo es reconocer en la práctica la enajenación
!DEBEMOS
RECONOCERNOS
PASANDO AL ASALTO!
tamente auténtica daría garantías. Entregar elementos para romper con esa mistificación
!PROLETARIOS/AS DEL
MUNDO UNIOS!
cotidiana de la que es parte, la falta intolerable de control y decisión sobre sus vidas. Y
todo aquello lo reviste con la imagen de la democracia, la cual en su expresión supueses una de las tareas de lxs comunistas/anárquicos, y eso se hace siendo parte de las
experiencias de lucha (no de todas, claro está, sino de las que, luego de un determinado
análisis, veamos como potenciales). La propaganda es acción directa que profundiza la autonomía de clase en el marco de
la autoconciencia y la totalidad histórica, a la vez que entrega insumos teórico-prácticos para hacer crecer las llamas de la
revuelta, cuyo horizonte es el derrocamiento violento del Capitalismo y el Estado. Las minorías proletarias más concientes
deberán tener esto último claro al momento en que corresponda asumir nuevas tareas: El proletariado es revolucionario o
no es nada. En este proceso también impulsamos nuevos actos de rebeldía y acción directa que posibiliten nuevas formas y
espacios de encuentro para nuestra clase: Desde el panfleto a la huelga salvaje, pasando por la “guerrilla” comunicacional
que se libra en el terreno simbólico, actividades “artísticas”, el terrorismo poético, la okupación, la orgía, la economía
precaria, e incluso las caravanas destructivas contra los escaparates del retail y los núcleos insurreccionales. Todas estas
prácticas autónomas nos hacen encontrarnos con otros explotados, compartir y evaluar en común estrategias y posiciones,
y visibilizarnos como sector conciente que busca recuperar la organización de la vida en sus manos. En ese sentido, hemos
visto cómo a lo largo del mundo, las revueltas –de carácter más o menos reformistas– se han extendido al calor del rechazo
a los gobernantes vitalicios o de los ataques al bolsillo y dignidad de los trabajadores de los países europeos más pobres. Chile, por ejemplo, remeció al mundo con las imágenes de miles de jóvenes
saliendo a las calles a exigir lo que consideran justo y mínimo. Sin entrar en la crítica de fondo al llamado “movimiento
estudiantil” de esta región (ya lo hemos hecho en artículos
publicados en Hommodolars.org), vale decir, de manera general, que no todo lo proletario es revolucionario, pero la
ruptura comunista/anárquica sin la acción del proletariado constituido como clase es imposible. Por tanto, denostar como
insignificante todo este “movimiento” por su reformismo y ciudadanismo, nula conciencia de clase, sus dinámicas políticas,
es no apuntar bien las críticas. Muchos son los estudiantes que asumen que el problema es mucho más que tener educación
gratuita y pública (como muchos trabajadores que no se compran eso del “trabajo decente”), y que los cambios deben
ser radicales, porque lo que está podrido es la estructura misma de la sociedad. El problema viene con las federaciones,
con los dirigentes, con los partidos políticos y organizaciones que ocupan su poder para domar a las “bases”. Es cuestión
de ver a los secundarios, a su organización des-centralizada y des-ideologizada: A ellos, si no es por la fuerza bruta y la
manipulación mediática, no se les puede domar tan fácilmente. Por eso la necesidad de profundizar la autonomía. Más allá,
vale destacar lo que se llama el “rechazo a la clase política”, que si lo proyectamos es el
rechazo “a la política” como una esfera separada del poder en la vida, practicada por especialistas. Por eso, al ver a miles
de jóvenes organizados se habla del “reencanto con la política” o los más reaccionarios dicen temerosos que “el movimiento
está politizado”, cuando en el fondo no reconocen que el rechazo que se manifiesta en otras prácticas de organización, que
en fondo son políticas, en sentido amplio. Pero no debe “politizarse” el movimiento, sino que el conjunto de los explotados
debe reconocerse en lo común, en su condición de seres obligados a vender su fuerza de trabajo o morir de hambre, a
trabajar o morir de aburrimiento, y destruir todas las separaciones que existen en sus actos y su humanidad, entre él y los
otros, entre él y el ambiente donde se desarrolla. La actividad del proletariado autónomo es anti-política, anti-económica,
anti-artística, y así, en contra de la totalidad de las separaciones que nos fragmentan como potencias creadoras.
Publicamos hace 2 años en estas mismas páginas el análisis de un historiador demócrata que calculaba las insurrecciones en
esta región y señalaba que entre 2011 y 2013 correspondería una revuelta de magnitud, tomando en cuenta las estadísticas
históricas. Este año puede ser decisivo en el camino hacia la ruptura
total con esta pesadilla, más allá de profecías y esoterismos. Llamamos a superar las falsas dicotomías entre comunismo
y anarquismo, pacifismo y violencia, masas e individualidades; figuras ideológicas, cristales inútiles, que no se atienen
a la realidad de los procesos sociales. Asimismo, impulsamos la comunización desde ahora ya, porque el comunismo no es
un conjunto de medidas a poner en práctica una vez que “se tome el poder”. No queremos tomarnos el poder ni esperar que
sea tomado por una vanguardia para practicar lo que llevamos como potencia en nuestros cuerpos y corazones. Saludamos
y damos un fuerte abrazo de apoyo a los camaradas encerrados en las prisiones a lo largo del mundo; a los proletarios
jóvenes apresados en las revueltas callejeras; al compañero Tortuga, y a los camaradas que resistieron el montaje políticojurídico del “caso bombas”. Un abrazo fraterno, también, a los hermanos y hermanas que no conocemos, pero que sabremos
reconocer por el brillo de sus ojos cuando el fuego derrita los cimientos del viejo mundo.
Por qué hablamos de un
“Comunismo Difuso”?
“Entendemos la anarquía como una forma de organización humana carente de cualquier
forma de poder político, en la cual la libertad de cada persona se extiende y se
complementa espontáneamente con la libertad de las demás. la condición de
existencia de la anarquía es la armonía entre los intereses particulares y los
generales. Por lo tanto, comunismo y anarquía van de la mano”
(COMUNISTAS POR LA AUTO-LIBERACIÓN INTEGRAL, TESIS DE ORIENTACIÓN, 2010).
La solidaridad, la cooperación, el apoyo mutuo y las relaciones igualitarias
interpersonales en todas las esferas de la
vida, se encuentran en la esencia de lo
que históricamente ha sido denominado
como comunismo. No son obra particular
de ningún grupo determinado o de alguna iluminada mente filantrópica, sino que
constituyen tendencias histórico-sociales
en la especie humana con un robusto
fundamento biológico. Es decir, el comunismo es inmanente a la humanidad
desde sus orígenes, y durante gran parte
de su historia ha sido prevaleciente. De
lo anterior no se desprende, sin embargo, que siempre hayan imperado estas
relaciones de cooperación dentro de las
sociedades humanas.
Con la irrupción de las clases sociales y
el Estado y, por tanto, de la explotación
y opresión de un grupo social a manos
de otro, las formas comunistas (anti-autoritarias) de relacionarse se ven reducidas y sistemáticamente atacadas, pues
se encuentran en franca contradicción
con la existencia misma de una sociedad
escindida en clases, fundada en la alienación humana respecto a su producción
material y su conciencia. Especialmente,
en el sistema clasista capitalista –que
actualmente padecemos– la solidaridad y
cooperación se ven fuertemente disminuidas por el enaltecimiento de la competencia y el individualismo egoísta, pues estos
últimos son fundamentales para la continua acumulación de capital en manos de
la burguesía, lo que a su vez repercute en
una cada vez más intensa explotación de
la fuerza de trabajo humana (del proletariado) y mayor destrucción del ambiente
en el que transcurren nuestras vidas.
A pesar de esta permanente represión directa y/o “invisible”, las clases explotadas
y oprimidas, que siguen de forma velada
conservando las relaciones comunistas en
muchos momentos de su vida cotidiana,
y que son las verdaderas constructoras de
toda obra humana, se han levantado -en
distintos lugares y momentos históricoscontra la imposición de estas condiciones
alienantes: se han constituido en movimiento real que subvierte las condiciones
existentes, aunque no han logrado, por
distintas razones (que deben ser profundamente estudiadas y discutidas), hacer
perdurables y/o extender sus triunfos.
De todas formas, lo que nos demuestran
estos alzamientos y procesos revolucionarios, es que el comunismo existe hoy, difuso, en potencia, dentro de la sociedad
de clases. De ahí que hagamos mención
a un “comunismo difuso”, en contra
de aquella visión mecanicista que eleva
al comunismo a la categoría de paraíso
idílico, alejado históricamente de nuestras
vidas. Nosotros lo entendemos como una
posibilidad y necesidad real, hoy.
Pero tampoco hacemos apología a su
actual grado de atomización. Al contrario,
lo reconocemos ahora, encarnado en proyectos parciales, pero comprendiendo que
la única forma de extenderlo es reforzarlo
y transformarlo en fuerza concreta y hegemónica, construirlo en acción conciente
de las clases explotadas y oprimidas, en
lucha directa contra el capital y toda forma social clasista.
Lo que diferencia esta concepción de
una versión afirmativa, celebratoria y en
definitiva “posmoderna” del comunismo,
es que postulamos la necesidad de que
desde los distintos niveles de expresión actual, necesariamente dispersos y esporádi-
cos, del movimiento comunista, se pase al
ataque. Tal es el criterio diferenciador del
comunismo revolucionario, en oposición
a concepciones más light de una serie de
actos de seudo-comunización en convivencia pacífica con el poder. Esto no es
mera poesía ni apología de la violencia en
tanto mera forma, sino que es la reafirmación del contenido del viejo programa
comunista que ya en 1848 hacía explícita la necesidad de trastocar y derribar
violentamente el orden social capitalista.
Esta concentración y desplazamiento de
fuerzas para la liquidación del Estado y las
clases es al mismo tiempo la afirmación
Afilando
laspalabras
5.
C A P I TA L I S M O
EL CAPITALISMO es la organización social
en que la Economía se autonomiza e impone
a todos los otros aspectos y fines de la vida humana, poniéndolos al servicio de
la producción de mercancías. Desde la disolución de la comunidad primitiva y
el surgimiento de las clases sociales, el dinero y los poderes separados, hasta
la imposición violenta y posterior generalización de la forma capitalista de la
producción se ha recorrido un largo proceso histórico cuyo resultado final es la
sociedad de clases más concentrada y con los más altos niveles de alienación de
la historia (donde los seres humanos se encuentran separados de sí mismos, de
la comunidad y del producto de su actividad). Desde el siglo XVI hasta nuestros
días este sistema social ha llegado a todos los rincones del planeta poniendo
absolutamente todo en venta y además haciéndonos creer que tal era nuestro
destino, pues las cosas siempre han sido y seguirán siendo así.
ado que en tanto mercancías no interesa para nada
la utilidad real de las cosas por su capacidad de
satisfacer necesidades reales, todo el sistema social
capitalista está orientado a la acumulación eterna de
valor. Por eso en todas las áreas de la vida cotidiana bajo el dominio del
Capital se produce una pérdida de cualidad en aras del crecimiento de
lo cuantitativo (mercancías, dinero, capital y una "inmensa acumulación
de espectáculos"). Como en el capitalismo la actividad humana deviene
trabajo asalariado, la humanidad tiende a dividirse en dos clases antagónicas: la de quienes compran y la de quienes venden fuerza de trabajo (burguesía y proletariado, este último, heredero de todas las clases explotadas
de las épocas previas al capitalismo moderno).
del comunismo. Luego del momento
negativo de destrucción del viejo orden,
se plantea el interesante problema de la
mantención de una vida comunitaria en
que las funciones administrativas no se
separen en un nuevo tipo de poder, en
que se disuelva la política como esfera
especializada. Es en este sentido que,
de nuevo, concebimos a la comunidad
humana como “difusa” en el sentido
de anti-política (o post-política), en que
los poderes están difuminados por todo
el cuerpo de una comunidad humana
consciente y auto-determinada.
En definitiva, reconocer de una ma-
§
nera no conformista ni celebratoria las
expresiones actuales de un movimiento
comunista siempre presente, se torna
fundamental para proyectar el enfrentamiento revolucionario con el capital
y el estado sin caer en etapismos reaccionarios que se suelen imponer desde
estructuras orgánicas de herencia e
influencia social-demócratas (y sus respectivas concepciones ideológicas). Así,
la promoción de ciertas características de
determinadas experiencias de lucha proletaria, tales como la autonomía respecto
a los aparatos políticos y sindicales, la
profundización, radicalización e integra-
lidad de la crítica, entre otras, constituye
la principal tarea de las minorías revolucionarias, incitando constantemente a la
autoclarificación teórica y al desarrollo de
métodos de lucha coherentes con perspectivas auténticamente revolucionarias.
Remecer las bases del capitalismo en sus
relaciones cotidianas y de producción/reproducción material de la vida, preparándonos para el inevitable conflicto con las
fuerzas represivas de la burguesía y todas
aquellas que defiendan el viejo orden,
he allí en donde se centran los esfuerzos
de quienes nos posicionamos por el
comunismo y la anarquía.
“Todo el sistema de producción capitalista se funda en el hecho de que el trabajador
debe vender su fuerza de trabajo como mercancía” (Karl Marx).
Para poder asegurar su dominio sobre toda la sociedad, la burguesía o clase capitalista tuvo que conquistar el poder político. Mediante el
Estado ("monopolio de la decisión política" según la acertada definición del fascista Carl Schmitt), la democracia y la ideología dominante,
este violento y extraño sistema social logra reproducirse a diario desde las bases más profundas de la subjetividad y la vida cotidiana.
El sentido del tiempo en el capitalismo es el del tiempo homogéneo
y lineal de la producción de mercancías: bloques de tiempo vacío
que son intercambiables entre sí, y que han perdido cualquier sustancia y cualidad porque "tiempo es dinero". El primer lugar donde
se impuso este tiempo fueron las "casas de trabajo" de Inglaterra
en el siglo XVI, luego aplicadas en Holanda y otros países centrales, donde se encerraba y obligaba a los ex-campesinos a volverse
proletarios y aceptar la disciplina de fábrica. No por nada estas
instituciones fueron la raíz de las cárceles y establecimientos penitenciarios que la burguesía generalizó en los dos últimos siglos,
y que desde el inicio han cumplido una función esencial como
intimidación hacia la fuerza de trabajo “libre” y de disciplinamiento
y/o reducción de los refractarios. El capitalismo inventó la cárcel,
y lo carcelario está presente en todo el espacio social conquistado
por la producción de mercancías.
demás de esta esencia carcelaria, la
sociedad del capital tiene un sello mortuorio, lo cual no es de extrañar, pues
el capital es, para Marx, una especie
de vampiro que se alimenta de trabajo vivo
convirtiéndolo en trabajo muerto. Donde se impone el capitalismo,
todos pasamos a ser una especie de zombies, pues su verdadera
1
gran novedad del consiste en poner toda la actividad humana al servicio del "trabajo muerto". De ahí que el trabajo asalariado sea, bajo una fachada jurídica liberal, la
forma moderna que adquiere la esclavitud.
Frente al capitalismo y su dominación total, la contestación comunista por parte
del proletariado no puede sino ser también una negación total del capitalismo, la
democracia, el Estado, las ideologías, separaciones, el espacio e incluso el sentido
del tiempo lineal propio de la producción de mercancías. La revolución proletaria
es diferente a todas las precedentes: no puede hacer uso del Estado, −pues con
ello mantendría nuevas divisiones de clase− y tras eliminar la resistencia de la clase
dominante vencida, procede a la disolución de todas las clases y de sí mismo. Por
otra parte, toda negación parcial de algunos aspectos del capitalismo conduce a diversas formas de expresión del mismo (distintos roles del estado, carácter privado
o burocrático de la clase dominante, predominio de tal o cual estado-nación, etc.),
que en nada alteran su naturaleza esencial de sistema productor de mercancías
y de acumulación de valor. Para la Crítica de la Economía Política, como teoría
del proletariado, tales fenómenos coyunturales no son el centro de atención: lo
esencial en este desarrollo es el paso de una fase de dominación formal a otra de
dominación material, que triunfa cuando se logra “reemplazar todas las presuposiciones sociales y naturales pre-existentes con sus propias y particulares formas
de organización que median la sumisión del conjunto de la vida física y social a las
necesidades reales de la valorización”
(Gianni Collu, “Transición”, Invariance Nº8, 1969. Traducción en http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article3142).
2
3
4
En el N°1 de CD incorporamos cuatro conceptos:
- Comunismo,
- Comunización,
- Proletariado y
- Sabotaje. En relación
al segundo concepto, que no elaboramos nosotros sino que tradujimos un texto del sitio www.libcom.org, se generó un interesante debate con
los compañeros de COMUNIZACION que puede ser leído en http://www.comunizacion.org/Debate%20sobre%20la%20comunizacion.pdf
L a
e
ins u r r e c c i ó
V a l p ar a í s o ,
En todos los ámbitos, se
habla poco o nada de uno
de los momentos más
explosivos de la lucha social del siglo XX, la revuelta
popular gatillada por un alza
en los precios del transporte
público (una práctica habitual del Estado/
Capital, mediante la cual extraen parte del
salario del conjunto de los proletarios, y que se
aplica hoy en día sin mucha resistencia), que se
expresó desde los últimos días de marzo y los
primeros de abril de 1957 en las calles de las 3
ciudades más numerosas de Chile.
La historia oficial en versión izquierdista suele
referirse a estos hechos tan sólo para condenar
su “espontaneísmo”, e incluso ha propagado
rumores de que los hechos de violencia proletaria (asaltos a armerías, ataques a la policía,
comercios, edificios estatales y clubes burgueses, destrucción de monumentos, etc.) sólo se
explicarían por el uso intencionado de “presos
comunes” y de provocadores e infiltrados por
las fuerzas del orden: no es de extrañar que
esta sea la versión fabricada y distribuida por
uno de los más importantes aparatos ideológicos del estado burgués, el P“C” (*).
Ante un escenario de ofensiva burguesa
conducida por el gobierno de Ibañez (antiguo
dictador militar, reciclado como demócrata en
las elecciones presidenciales 1952 –en que
fue apoyado por una alianza que incluía desde
sectores fascistoides a autodenominados
“marxistas” del PS–), que incluyó el alza de
más del 150% en el precio de los pasajes entre
Valparaíso y Viña desencadenó que desde el
miércoles 27 de marzo grupos de estudiantes,
pobladores y obreros se volcaran allí a las
calles en mítines relámpago, con barricadas y
volcamiento de buses en las esquinas, que por
sobre todo intentaban detener la circulación de
vehículos y mercancías (materiales y humanas),
paralizando así el funcionamiento normal de la
sociedad del capital. Dicha actividad prosiguió y
se fue incrementando, para llegar al clímax con
los combates callejeros del sábado 30, en que la
policía dejó dos muertos y varios heridos, pero
recibió también su cuota de violencia proletaria
al punto que quedó acorralada en la Sexta comisaría en calle Eusebio Lillo (a dos cuadras de
Avenida Argentina), recibiendo ataques desde la
calle y también desde arriba, con lluvias de piedras lanzadas por pobladas apostadas en Cerro
C o n c
“REPUDIAMOS ENÉRGICAMENTE LOS
ATENTADOS VANDÁLICOS DE ELEMENTOS
QUE ESCAPAN POR COMPLETO A LA
DIRECCIÓN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL”.
“LOS ENCAPUCHADOS QUE HAN PROVOCADO
DESMANES EN LAS MARCHAS ESTUDIANTILES
SON UN GRUPO INFILTRADO A LOS CUALES SE
LES PAGA POR HACER DESTROZOS”.
FECH
FECH
1957
Barón. La fuerza policial tuvo que ser rescatada
por la Marina, que tras cubrir su retirada reemplazó con ayuda del Ejército a los de verde en la
labor en que éstos claramente habían fracasado:
mantener el orden del capital en el puerto.
Las barricadas impresionantes de la noche del
sábado 30 en Valparaíso fueron acompañadas
de un espíritu festivo. La prensa burguesa denunció que bares y cantinas funcionaron hasta
la madrugada, y que se había visto “grupos de
exaltados que avanzaban por Avenida Argentina
en total estado de ebriedad” (Diario La Unión,
3 de abril de 1957). Contra la multitud de proletarios rabiosos, el Estado sólo pudo salvarse
respondiendo con descargas de fusilería.
Luego de eso, en Valparaíso el movimiento
decreció en intensidad y fue encorsetado en la
forma de paralizaciones por horas y una jornada
completa de paro el martes 2 de abril, acciones
recuperadoras convocadas por el Comando
Contra las Alzas (que junto a sindicatos y federa-
2012
ciones estudiantiles universitarias tuvo el honor
de representar así, en estos eventos, la función
de “izquierda del capital”, preocupada siempre
de “contener elementos extraños” y condenar
públicamente los “hechos de violencia”).
Pero la llama de la rebelión ya se había encendido, y se propagó rápidamente a Concepción y
Santiago, donde miles se volcaron a las calles
al grito de “¡Valparaíso!” y pasaron al contraataque violento y masivo contra el Estado y el
Capital, disputándoles por horas y días enteros
el espacio físico de la ciudad –lo que demuestra
el carácter contagioso de estas explosiones, en
atención al cual se justifica plenamente que la
clase dominante y la educación formal nos instalen una amnesia histórica y psicogeográfica.
En Concepción, la reacción ante las alzas estuvo
inicialmente en manos de las burocracias sindicales y políticas, lo cual puede explicar el que acá
el movimiento no fue tan intenso en comparación a las otras dos ciudades. Las manifestacio-
ó n
c ep c i ó n ,
d e
1957
S a n t i ago
“Turbas incontrolables llegaron hasta Plaza de
Armas y empezaron a una metódica destrucción de bancos, casetas y faroles. Pequeñas
fuerzas de Carabineros opusieron sus armas.
Y aquí la gente tuvo la primera y engañosa
sensación de victoria. Los uniformados escaparon casi con humillación. Vi cómo un grupo
de unos 30 carabineros arrancaron de la plaza
hacia Compañía seguidos de una lluvia de
piedras. Se parapetaron en las puertas y en el
Teatro Real. De allí disparaban al aire todavía”
(La Tercera, 3/4/57).
“Hechos sintomáticos se produjeron durante
la asonada de ayer. Las turbas, en su afán sedicioso, no respetaron ninguno de los poderes
constituidos del Estado. Pretendieron asaltar
La Moneda y atacaron de hecho los edificios
en que funcionan el Congreso Nacional y los
superiores Tribunales de Justicia. La prensa no
escapó, tampoco, a este afán destructor...”
(La Nación, 3/4/57).
nes callejeras se expresaron a partir del lunes 1
de abril y fueron respondidas con la declaración
de Estado de Emergencia en Concepción, Tomé
y Yumbel. Luego de las manifestaciones del 4
de abril se volvió a la normalidad.
La máxima intensidad del movimiento se dio
en Santiago, donde las manifestaciones y su
represión fueron cada vez más intensas hasta
llegar a un auténtico desborde popular el
martes 2 en la tarde en la llamada “Batalla de
Santiago”, que obligó al retiro de las fuerzas
Carabineros y su reemplazo por tropas del
Ejército. Los pacos ya no podían contener los
ataques en su contra, y el gobierno estimó que
su sola presencia en las calles había llegado
a ser contraproducente. Luego de 3 horas de
confusión en que el bando dominante perdió el
control de las calles, recién a eso de las 21 horas se pudo reimponer precariamente el control
de la mano del toque de queda, hasta lograr en
palabras del General Gamboa, jefe militar de la
zona, “dominar y aplastar la insurrección”. Los
muertos en el bando proletario se contaron aquí
por decenas, aunque la cifra oficial sólo reconoce 21 muertos y cerca de 500 heridos.
La violencia de masas, por su parte, se expresó
en múltiples formas de desobediencia y ataque,
de la que dan cuenta algunos extractos de la
prensa burguesa:
“En la Gran Avenida, un grupo de estudiantes
liceanos de ambos sexos subieron a un bus
FIAT que pasaba sin guardia ninguna. Uno
de los estudiantes, pistola en mano, exigió al
chofer que devolviera a los pasajeros ‘los cinco
pesos robados’. Como éste no atinaba a moverse ante el argumento de la pistola, una de las
secundarias tomó dinero de la caja y entregó a
cada pasajero el dinero que estimaba que habían
pagado de más. En la esquina se bajaron muy
alegres y satisfechos entre numerosos aplausos”
(La Tercera, 2/4/57).
Un frente interesante de la acción de los proletarios contra los llamados “bienes públicos” fue
la crítica en actos del arte monumental burgués:
a las 19 horas una “turba” atacó un monumento
en construcción a Arturo Prat, en el sector de
Mapocho, procediendo a incendiar y destruir totalmente su andamiaje de madera, fueron destruidos a pedradas los faroles del monumento a
O´Higgins en Plaza Bulnes, e incluso la policía
reportó un intento de incendiar la Catedral.
Hacia la noche del martes, gran cantidad de
“turbas” se movilizaban desde diversas poblaciones y recorrían barrios por Estación Mapocho, San Diego, San Miguel, Plaza Chacabuco,
Barrio Matadero.
Al igual que en Valparaíso, las organizaciones
estudiantiles y sindicales tendían a actuar
como garantes del orden en ausencia de la
policía. Así, por ejemplo, cuando una muchedumbre intentó saquear Almacenes París
en San Antonio con la Alameda, grupos de
estudiantes “acordonaron el establecimiento y,
armados con fierros, impidieron el saqueo” (La
Nación, 3 de abril de 1957). Posteriormente,
una declaración pública de la FECH se encargaría de expresar “su más enérgico repudio
a los atentados vandálicos” de “elementos
que escapan por completo a la dirección del
movimiento estudiantil”.
En las entrevistas realizadas por Pedro Milos a
40 años de los sucesos, el entonces Presidente
de la FECH declara:“fuimos sobrepasados,
sobrellevados en lo que era la intención del
movimiento estudiantil de tomar esta bandera
de reclamar por esta alza. Se vio que había no
sé si otros intereses u otras organizaciones detrás de esta asonada, de este movimiento, pero
la verdad es que no fueron estudiantes los que
dimos un golpe siquiera contra los faroles…”
(Entrevista a Eduardo Moraga, 5/1/94).
Por contraste, los proletarios las emprendieron
enérgicamente contra el alumbrado público y
otras expresiones del urbanismo capitalista,
como siempre se ha hecho en toda insurrección: “Me recuerdo haber visto un grupo de
gente echando abajo postes de la luz eléctrica,
era como sorprendente ver que los ataban,
sacaban cuerdas, y quedaban doblados en las
calles. La gente apedreando vitrinas, sacando
cosas y enfrentándose a la policía…”
(Entrevista a Manuel Cabieses, 28/12/93).
A su vez, un dirigente de la juventud del partido
estalinista recuerda lo siguiente:“El asunto es
que el día 2 se producen movimientos masivos
de gente. Hay combates en distintas partes de
Santiago y en el fondo la masa logra conquistar
los espacios. Se puede decir que ni el Ejército
ni la policía habían podido tomar terreno en ese
asunto. Los dueños, los que se quedan con el
terreno fue una masa en la que ya cada cual
hace lo que quiere. De ahí la sensación que
embarga a esta dirigencia es que se nos escapa
la cosa” (entrevista a Federico García, 4/2/94. El
destacado es nuestro).
Los días posteriores la calma fue volviendo de
a poco. El día 3 la represión se cobró varias
nuevas víctimas, y sectores poblacionales y
sindicales que habían sido tomados por sorpresa el martes, trataban de hacer lo suyo (por
ejemplo, una marcha masiva en San Miguel que
derivó en incidentes y la acusación de intentar
atacar una comisaría). Además de la ejecución
directa de “saqueadores”, el aparato represivo
destruyó la Imprenta Horizonte (donde se
imprimían periódicos de izquierda), realizó una
espectacular redada masiva contra un enorme
grupo de individuos que se habían escondido
en el Cerro Santa Lucía con la presunta intención de tomar las calles de nuevo en la noche,
además de proceder a detener a cuanto ciclista
anduviera por el centro bajo la sospecha de
ser mensajero de los revoltosos (se requisaron
más de 300 bicicletas). Producto de la represión hubo cerca de 500 detenidos –muchos
de los cuales fueron luego relegados– y un
número indeterminado de desaparecidos.
El jueves 4 de abril a las 7 de la mañana hubo
un fuerte movimiento sísmico, la violencia se
hizo más aislada, y el viernes 5 el Gobierno
anunció la creación de una comisión para revisar las tarifas de la locomoción colectiva.
Miserias de la industria
cultural chilena
Cada cierto tiempo nos abruman con manifestaciones de arte espectacular
como La Pequeña Gigante (Stgo. a Mil), la Trienal de Artes, el Día de la Música
y otras plastas de nuestro tiempo. Ellas quedarán en nuestra memoria como
claros ejemplos de un arte industrial y de un arte burocrático. Ambas ocurridas
bajo el reinado del espectáculo integrado. Manifestaciones culturales como
vivos ejemplos de la distinción existente entre un arte masivo y un arte elitista,
entre un arte para masas y un arte para profesionales, aunque los convocantes
hagan hincapié en el carácter “ciudadano” de dichos eventos. Y no es que
creamos a priori que los organizadores sean mercaderes declarados o ególatras,
iluminados e incomprendidos genios ocupando un merecido espacio en el debate cultural. No. Lo que ocurre es que la cultura en general, y el arte en parti-
han devenido en cadáveres mil veces ultrajados por
la necrofilia especialista. Lo que ocurre es que, siguiendo a Marx,
cular,
bajo el régimen de propiedad privada capitalista el arte cae bajo la “ley general
de la producción”, que configura una contradicción –cada vez más sofisticada
en nuestros días– entre arte y capitalismo, producción mercantil y libertad de
creación. No obstante, este hecho no es nuevo y los eventos mencionados
no son más que ramplonas manifestaciones de un fenómeno históricamente
constituido. Las primeras colecciones de arte comienzan a conformarse en el
viajes de compra
(tours, de los que deriva la palabra turismo), pero no es sino
siglo XVI. Se inician como encargos de la nobleza,
hasta la consolidada burguesía del siglo XIX cuando el coleccionismo masivo se
hace patente y se vuelve grotesco en el siglo pasado con el sistemático saqueo
nazi y la política de compra de arte patrocinada por el gobierno norteamericano
tras la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, el interés que movía a unos y otros,
burgueses y burócratas, “totalitarios” y “demócratas”, era la misma: acumular
capital simbólico, status, prestigio social o nacional, incentivar el turismo cultural (que expande la tercerización del trabajo hasta hoy).
En otras palabras, la posesión de una mercancía de alto valor
de cambio, nulo valor de uso; inservible, pero decorativa.
Tras la revolución burguesa de 1789, el artista se vio arrojado al
mercado, tal como el resto de los artesanos (en progresiva proletarización); ahora con una libertad que realizar, pero lanzado
al reino de la mercancía, en el que sus antiguos clientes cautivos
(reyes, nobles, monasterios, iglesias, palacios, salones) ahora son
quienes ponen los precios. Porque la nueva mentalidad exigió un
mercado del arte, que separó a los artistas de su obra, mitificó
al “genio” y la “obra maestra”, elitizó el acceso y producción
de arte, alejó progresivamente a la clase embrutecida en largas
jornadas de trabajo de las discusiones en torno a él, alimentó las
apariencias y se coronó como la más siniestra de las mercancías
hasta nuestros días.
Simplificando, en este escenario al artista le quedaban dos caminos: convertirse
en el actual artista de becas y subvenciones del poder, la caricatura del artista
“crítico” y profesional o, en el marco de la relativa autonomía, independencia
y originalidad del desarrollo artístico, llegar a la conclusión de que es hora de
cambiar la vida, más allá de lo estrictamente estético e integrar sus investiga-
(*) Una excepción a lo anterior la constituye el libro “Historia y memoria. 2 de abril
de 1957”, editado por LOM en el 2007, que en más de
500 páginas presenta la investigación minuciosa y exacta de
los hechos llevada a cabo por Pedro Milos.
ciones a la lucha del proletariado por la destrucción de la sociedad de clases, es
decir, integrarse a la crítica unitaria de las condiciones de vida, transformar el
mundo, cuestionando la propia significación de la actividad artística y la de los
contemporáneos, y las condiciones de la vida, en general.
Y no es que creamos que los/as
artistas son una lacra. Es un sistema
que los/as controla de manera
objetiva y subjetiva, mimándolos y
disociándolos del conjunto social, el
que los hace no llevar la crítica hasta
la raíz. A pesar de eso, sabemos que
la complacencia frívola y el éxito
(Warhol, el trivial mercader por
excelencia, como ícono), motivan la
reproducción del modelo de vida y
la integración y recuperación de los
posibles “revoltosos” al engranaje.
Las vanguardias históricas, especialmente el futurismo, dada y el
surrealismo, fueron potentes gestos
negadores de la triste historia
garabateada más arriba, pero más
triste resulta ver convertida hoy su
lucha en una mercancía más, en
decoración de museos, en vestigios
de un asalto nunca perpetrado con
éxito. ¿Qué pensaría el fantasma
de Breton sobrevolando la galería
Sotheby's en 2008, cuando se
pagaron 3,2 millones de euros por
nueve de sus manuscritos? Las
vanguardias idearon y difundieron
nuevos valores subversivos, pero
fueron rápidamente trivializados
por el poder dominante. La clave
estuvo en lo mismo: esterilizar los
descubrimientos al separarlos de la
investigación global y de la crítica
total. El mecanismo comercial y la
especialización alejaron estos elementos del proletariado, evitando
así la comprensión y utilización de
estos gestos potencialmente revolucionarios por parte del movimiento
obrero. Luego de esto, la mayoría
de los artistas han optado por la primera de las opciones anteriormente
enunciadas.
¿Qué podría parecernos más bello que la
propagación e intensificación del incendio y el
derrumbe de las condiciones actuales
de sobrevivencia humana?
Las vanguardias nos dieron la
posibilidad de negarlo todo y
recomenzar. Hoy los artistas ni
siquiera niegan, tan solo buscan y
describen la miseria que encuentran
o entregan elementos para una
evasión colorida. Una crítica que
se aísle del todo antagónico, que
no entregue posibilidades, que hoy
no pueden ser sino radicales, es
reaccionaria. En el actual estado
de descomposición del arte, nada
mejor que enterrar el cadáver mil
veces ultrajado: la crítica radical del
mismo y del mundo como la mejor
obra de arte, el comienzo de la obra
de arte total.
Del griego POIEN, POIESIS = hacer, crear, producir
En palabras del surrealista Péret, “la poesía es el
verdadero aliento del hombre, fuente de todo conocimiento y este mismo conocimiento, bajo su
aspecto más inmaculado”.
Hoy debemos re-descubrir este sentido, el más
profundo, su totalidad, su imagen de un mundo
en constante movimiento contra la rigidez del poder monolítico. La posibilidad explosiva que de ello
surge, en manos de quien tenga la intención de
(re)apropiarse de su vida, de su humanidad, de la
historia. No se trata de destruir el “poema” –a pesar de los gestos reaccionarios de muchos “poetas”– sino
de derribar las separaciones que se han levantado contra la espontaneidad creadora que contiene la vida
de todos los hombres (nunca patrimonio de los “genios”), aunque hoy esa espontaneidad esté, gran parte
del tiempo, adormecida por el consumo de ideología, alentado por las manifestaciones más grotescas de
la industria cultural y la publicidad. Hemos aprendido que el lenguaje se apodera de lo vivido, lo aprisiona,
lo abstrae; sin embargo, los hombres se sirven de palabras y de signos para intentar reconstruir los gestos
liberadores reprimidos y gracias a esto existe un lenguaje poético; un lenguaje de lo vivido (y de lo por vivir)
que se enmaraña con la teoría radical, con la teoría que surge y penetra individuos y masas, convirtiéndose
en fuerza. “La sensibilidad ha sido durante mucho tiempo –demasiado– una disposición pasiva
al sufrimiento. Ella debe transformarse ahora en la herramienta misma del combate. Arte de
reconvertir el sufrimiento en fuerza” (Tiqqun). El pensamiento dominante, cuantitativo, parcelario, ha caricaturizado
la poesía como una inútil actividad de románticos, como elemento decorativo en manos de los “iluminados”. Dicen que es
evasión, una huída de la realidad, como si no fuese la manifestación más íntegra del espíritu humano;
y lo dicen porque no son capaces de concebir la realidad como conjunto y en sus complejas relaciones
y son fanáticos de aplicar falsas oposiciones entre meditación y acción, sueño y realidad, utilidad y no
utilidad, etc. Al poeta –libertario por esencia– se le pide siempre que “pronuncie palabras siempre
sacrílegas y blasfemias permanentes y tome conciencia de su naturaleza y lugar en el mundo”
(Péret). Así, generará una arma poética cuyo manejo debe aprenderse por si mismo, en una relación
“donde la voluntad subjetiva se refuerza con la voluntad subjetiva percibida en los demás”
(Vaneigem). Armas poéticas al alcance de los sentidos son el “desciframiento” de noticias, la revelación y el análisis del significado e intención de los términos con los que habla el poder, el sabotaje
cultural, el plagio, el desvío, la elaboración de glosarios o enciclopedias, como manifestación activa en
el combate por el lenguaje (que de manera general, es el combate por la libertad de vivir); practicar el
diálogo abierto, la reunión, la lluvia de ideas, el silencio deliberado, el juego lingüístico; y como último
ejemplo, potenciar el “lenguaje sensual” (Boehme), un lenguaje cercano a la naturaleza y el espíritu,
a la espontaneidad del “hacer” individual y colectivo y que el mismo Vaneigem identifica con lo que
Brousse y Ravachol denominaba “propaganda por el hecho” y que nosotros reconocemos y disfrutamos
en el momento en que los hálitos de los amantes hablan el lenguaje de los cuerpos. Ahora es tiempo de
hacer poesía, de vivirla, como acto creativo que nos reencuentra con
nuestra humanidad en pleno. Las formas son diversas, más aún cuando
ésta se cuela como mímica corrosiva en cada intersticio mal sellado
por el poder: “La poesía siempre está en alguna parte. Cuando
constatamos la descomposición de las artes, se descubre con
más claridad que hoy la poesía reside fundamentalmente en
los gestos, en un estilo de vida, en una búsqueda de ese estilo.
Reprimida por todas partes, esta poesía florece por doquier.
Brutalmente rechazada, aparece en la violencia. Consagra los
motines, se desposa con la rebelión, anima las grandes fiestas
sociales antes de que los burócratas la internen en la cultura
hagiográfica”.
(Raoul Vaneigem, “Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes
generaciones”)
6.
P O E S I A
Ver también:
B 20 082 01
0
Benjamin Péret, “El deshonor de los poetas”;
Revista Tiqqun, “Y bien, la guerra”.
Movilización 2011
Relatos en un presente invariante
Santiago.
“Vengo llegando la Utem en toma. No dejaron salir al paco herido,
del rock calle- bombardeándolo con todas las botellas que se tomaron
jero. Luego de mis la- ("y eso que estamos en zona seca", gritó unx que
bores asalariadas me arrojaba desde el edificio), mientras por el otro
saqué la polera lado, otro anti-batallón les daba a los chanchos con
Salieron al ruedo Catrileo, Lemún, Cistery me uní. Impre- piedras.
nas, etc. Justicia prole.
sionante acción
en las calles
en Sta. Isabel con San Ignacio, barricadas
intermedias del Luego,
potentes, centenares de juveniles, huestes mixtas,
centro de Stgo. donde las mujeres y los púberes demostraban asombro(San Ignacio, combatividad. Se acabó con todo lo que se podía
18, Lord Coltra- sa
para tapar la calle, se tuvo el control por harto
ne). Me topé justo rato, desviando el tráfico y en buena relación con
con el choque de un los ciudadanos. Una zona liberada por largo rato que
furgón de FFEE con me inspiró hasta pa’ escribir unas líneas poéticas
una micro Transt- y declamarlas al viento. También se escuchaban himgo. Lesionado sólo nos anarquistas, de esos españoles que nunca me he
un paco. Justo quedó aprendido.
fuera de
Se encontró un auto cerca del parque almagro, se dio
vuelta y se encendió. No fue que los pacos estuviesen débiles, sino que los rebeldes estábamos más
fuertes y espontáneamente unidos que nunca.
Luego, dispersión paca, me quedé solo y retomé las
actividades asalariadas, cambiándome la pinta en
un recoveco de calle Eyzaguirre y tomando la micro
hacia..., claro, sin ni siquiera intentar sacar la
Bip.
Preciosa jornada. La autoridad señala que el movimiento está perdiendo fuerza, claro igual no eran
más personas que la última vez, sin embargo, hay
otros sectores que se han unido y yo veo un crecimiento cualitativo. De la idea de la educación defendida por estudiantes, se pasa a una defensa que
incluye trabajadores, pobladores, etc, y se integran
otras temáticas (nacionalización, recursos naturales, afp, salud, etc). La mirada crítica se amplía
y hay que agitar (aunque no sé si en las movilizaciones mismas, hay un poco de exceso de información,
volantes, panfletos, discursos, etc), considerando que si la crítica se profundiza (tarea nuestra
también), las contradicciones entre las "demandas
de fondo" de los manifestantes y las imposiciones
capitalistas-estatales se harán evidentes hasta el
límite. Y ahí hay que darle.
"Contra todo poder e idiología", decía un rayado en
10 de julio. Buen resumen de los efectos educativos
y el horizonte de los rebeldes juveniles.”
Valpo.
“...vengo llegando de la ʹmarcha ciudadana‛
de acá en valpo. Había un ambiente carnavalero patético como
ha sido la
tónica del último tiempo, pero ahora se sumaron varios sectores de trabajadores, encabezados
por gremios, sindicatos y todas esas bazofias, en fin.
Mucha mucha mucha gente, más que la
vez anterior incluso.
De la marcha principal se desprendió un piño bastante
grande de gente (yo diría que unas 5 mil personas)
que se fue al corte callejero. Muchos
piños organizados, mucha resistencia sin cuartel. Mucho
conflicto con los verdes-rojos también, casi me pegan un
par de ciudadanos. La weá en todo caso fue impresionante, un nivel de resistencia pocas veces visto. Ardieron
varios autos, y la gente no le daba cuartel a los pacos;
se vieron sobrepasados varias veces. Si no fuera porque
se puso a llover torrencialmente, la cosa no para”.
Conce.
“Hoy día fui a la marcha estudiantil-social que hubo en
Conce, había lluvia y aún así había mucha, pero mucha
gente. En estos momentos estoy cagado de frío con la humedad. Como sabrán los trabajadores portuarios hicieron
un paro de brazos caídos en solidaridad por 2 hrs. durante la mañana. Habían hartos profes y otros profesionales
mal pagados. En fin, el tema es que este conflicto en verdad está generando solidaridad desde otros sectores, en
verdad podría ser el germen de algo más grande. La clase
en general apoya este movimiento. El problema es que las
divisiones artificiales están siendo introducidas cada vez
con mayor fuerza por la propaganda de la clase dirigente.
Sólo se habla de los episodios violentos y entonces queda
la sensación de que los "violentistas" funan
la expresión pacífica del movimiento.
Que los violentistas, y no el estado, es culpable de la
repre. Esta wea se puede agudizar y los ricos lo saben.
Por eso, luego de la marcha de hoy en Stgo. el
chancho Ubilla
hasta lanzó amenazas: "Están jugando con fuego" y weá. En mi humilde opinión
en ese tema hay que difundir
y agotar harto... es un "tema país" jaja...”
Acaso se
piensa que una sociEdad completa
basada en el mercado nos va a
educar para algo que
no sea ser mercancias mas rentables?
?
e
dFin ual Lucro!
caci nGuerra a la Burguesia!
Acaso se piensa que con educacion gratis o con mejores condiciones en los
colegios seremos algo distinto de lo que ya somos ahora, es decir, material
dispuesto para la creacion de la riqueza de otros?
?
El lucro no es “algo” que se pueda eliminar de un area especifica de la sociedad capitalista, sino una condicion indispensable
para su funcionamiento
Y ESTa EN TODAS LAS aREAS DE NUESTRAS VIDAS!
En la alimentacion cuando nos llenan de productos
toxicos solo para reducir gastos y elevar la ganancia
de los productos.
En nuestro tiempo cuando este esta completamente condicionado por
nuestras actividades laborales y el consumo.
En la salud cuando los bolsillos de doctores y banqueros se llenan
a medida que se llenan los hospitales y cementerios.
En la vivienda cuando nuestros hogares se parecen cada vez mas a
ratoneras solo para sacar el maximo de casas por un minimo espacio.
dinero es el principal
En la diversion cuando el cr
mediador de toda actividad re eativa.
Desde que nacemos hasta despues de morir, desde que
despertamos hasta que nos acostamos, toda nuestra existencia
esta totalmente condicionada por el trabajo y el consumo, por el
lucro que le generamos lxs proleterixs a la burguesia!
CONTRA EL LUCRO SOBRE NUESTRAS VIDAS: REVOLUCION
INTERNACIONALISTA Y ANTI-ESTATAL!
"Insistimos, el momento es de acción, de intenso trabajo, de labor perseverante y efectiva, sin vacilar, sin un asomo de
duda, como avalancha hacia el sol. Insistimos, hay que inundar de ideas anarquistas, todo, todo, así como el campesino
empapa de agua la tierra erizada de cascotes y terrones resecos, sin que deje una molécula que no chupe el líquido
generoso; así hay que inundar de ideas el cerebro escuálido, erizado de prejuicios, del pueblo. Insistimos, el grito de hoy
es: COMUNISMO!, es el grito, el eco que cruza la tierra sublevando proletarios, despertando mujeres y hombres"
Luego, bajo el sol se pudrirán los cadáveres
Y muchos otros hombres que morirán en libertad
El sol y los muertos en las tierras que se siembran
Darán la belleza morena y la fecundidad
Tendremos mucho cuidado en conservar puras nuestras manos
Y de noche, lo mismo que Nerón, admiraremos el incendio de
las ciudades
El desplome de los muros
Y como él con indolencia cantaremos
Y más tarde cuando la peste haya purificado la tierra
En dulce paz viviremos los bienaventurados, hombres
y mujeres,
Apacibles y puros, pues los lagos y los mares
Serán suficientes para lavar la sangre de las manos.
Guillaume Apollinaire
Nº2&3
Cantaremos el fuego, la nobleza de las fraguas
La fuerza de los zagales, los gestos de los ladrones
La muerte de los héroes y la gloria de las antorchas
Que forman una aureola alrededor de cada frente
Contacto: [email protected]
Correrá la sangre y sobre los rojos pantanos
Inclinados, contemplaremos serenamente nuestros rostros
Miraremos en los trágicos espejos
La muerte de los amantes y la caída de las casas
Hordas de sujetos eufóricos por la revolución comunista mundial/Redes por la autonomía proletaria/Varios
colaboradores más o menos anónimos de ayer, hoy y mañana.
Pero no cantaremos más ni el mirto de las viudas
Ni el honor de obedecer ni el son de los cañones
Ni el pasado, pues la claridad del nuevo día
No hará que vibre siquiera la estatua de Memmon
Editor Irresponsable:
Iremos a contemplar la sonrisa de los muertos
Caminaremos muy lentamente con los ojos cautivados
Registrando con los pies bajo los patíbulos de las mandrágoras
Sin pensar en los heridos, sin lamentar sus vidas
– Saldrá: cuando se pueda
La belleza de la primavera y los amores fecundos
La dulzura de los ojos azules que la sangre satisface
El alba que despunta y el frescor de las olas
La dicha de los niños y la eterna existencia.
–
Cuando tiemblen de pánico los poderosos, los ricos
Cuando en señal de miedo levanten sus manos
Serenas ante el fuego las casas se derrumben
Los desnudos cadáveres tirados por los caminos
Agosto de 2012
PORVENIR
Web: www.autonomiaproletaria.org
Saint-Simon (1810)
El hombre que ha observado esta conducta es aquel a quien
la humanidad debe conceder la más alta estima...
1º Llevar, mientras la edad lo permita, la vida más original y
activa que sea posible.
2º Adquirir conocimientos, con cuidado, de todas las teorías
y de todas las prácticas.
3º Recorrer todas las clases sociales y situarse personalmente en las posiciones sociales más dispares, e incluso
crear relaciones que jamás hayan existido.
4º Por último, emplear la vejez para resumir las observaciones sobre los efectos resultantes de las propias acciones,
tanto en los otros como en uno mismo, y de dicho
resumen establecer principios.
...resulta de la naturaleza de las cosas que para dar un
paso capital en filosofía es preciso reunir las siguientes
condiciones:
El único medio para realizar progresos positivos en filosofía es el de realizar experiencias. Las más capitales de entre las experiencias filosóficas son aquellas que nos llevan
sobre acciones nuevas o sobre nuevas series de acciones.
Toda acción nueva no puede ser clasificada más que tras
las observaciones realizadas sobre los resultados; de este
modo, el hombre que se entrega a investigaciones de alta
filosofía debe, durante el transcurso de sus experiencias,
cometer muchos actos que puedan ser llamados locuras.
Armando Triviño, diciembre de 1919.
(transcrito y levemente modificado de sus "Arengas")

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