¡No tie ne agui jón!
Transcripción
¡No tie ne agui jón!
¿Le da temor la muerte? No lo es con da tras pa satiempos. No se fíe de lo que el hom bre dice so bre el más allá. La úni ca au to ridad que puede hablar del tema es Dios. Jesucristo, al dar su vida por todo pecador y al resucitar victorioso de la tumba, qui tó el agui jón de la muerte. Si usted cree esta verdad y se compromete a vivir por aquel que murió en su lu gar, la muerte ya no ten drá po tes tad so bre su vida. Es so bre esta base que Dios promete vida eterna (Juan 3:16). Ciertamente la muerte llega a aquel que ha creído en el Hijo de Dios y lo ha confe sa do como su Se ñor, pero el creyente la ve venir sin temor; el horizonte ante sus ojos es de gozo y paz, porque sabe que sus pecados han sido perdonados. Amigo lector: ¿tiene usted esta seguridad? AVISO OPORTUNO N° 8 Si desea conocer más de estas verdades, lea su Biblia, hable con quien le entregó este folleto, o escríbanos a: “EL SEMBRADOR” Apartado Postal 28, C. P. 94300, Orizaba, Ver., México. E-Mail: [email protected] Página Web: www.elsembrador.org.mx AVISO OPORTUNO ¡No tiene aguijón! UN grupo de personas se hallaba reunido en la plaza cen tral y, ce dien do a la atracción que de ordinario ejer cen las reu nio nes numerosas, me acerqué buscan do así sa tis fa cer mi curiosidad. Rodeado de un número de pe que ños e igual nú me ro de adul tos, se ha lla ba un hombre, y a sus pies, con movimientos tortuosos, yacía una enorme serpiente. El do ma dor tomó en sus manos la cabeza del animal que ya habíamos identificado como una especie cuya mordedura es mortal, y sin ningún temor le permitió enredarse en su cuerpo. Aquella serpiente con su lengua puntiaguda acariciaba su rostro, y el hombre jugaba con sus colmillos en forma temeraria, ¿por qué no temía sufrir una mordedu ra mor tal?... El hom bre se paseaba orgulloso buscando hacer alarde de poderes ocul tos para buscar de su pú bli co una mo neda... Un chiquillo, más listo que los demás, gritó la razón de esta falsa maravilla: “Ya no tiene aguijón”. En efecto, extraído el veneno, el reptil es totalmente inofen si vo... has ta que sus glán du las pro duz can más veneno. Esto me recordó de otra reac ción en el hombre: el temor a la muerte. La tememos, porque tiene aguijón. Ese aguijón es el pecado: así lo dice Dios en la Biblia (1 Corintios 15:56). El hombre de nuestra historia extraía el veneno de sus ofi dios para pre sen tar su atracción en la plaza. Podía ocultar su temor a las serpientes, porque él confiaba en sus técnicas, aunque sabía que no eran totalmente seguras. Pen san do en la muer te, pre gun ta mos: ¿Có mo extraerle su aguijón? ¿Quién es aquel que es capaz de hacerlo, y qué tan segura es su técnica? De inicio, déjenos asegurarle que ningún mortal ha po di do ni po drá ha cer lo. Tendría, primero, que cubrir la cul pa de su pe ca do, y sólo tie ne una vida que ofrecer para ello. Pero las bue nas nue vas de Dios para la raza hu ma na son que envió a su Hijo unigénito al mundo para que, con su muerte, quitara el pecado que separa a la criatura de su Creador. El Señor Jesús llevó en la cruz del Calvario la maldición del pe ca do para que así nosotros fuésemos redimi dos y re ci bié se mos la adopción de hijos (Gálatas 3:13,14; 4:4,5); y la promesa es segura, está respaldada por juramento divino (Hebreos 6:17-19). Apre cia do lec tor: la vida es cor ta, y es ne ce sa rio que reflexione a tiempo sobre la muer te. Cada año que pasa, cada vez que se pone el sol, cada vez que un número cambia en su reloj digital... silenciosamente se está acer can do al momento cuando estará ante su Juez, y cuando el tiempo dará lugar a la eternidad.