Los oficios en Facatativá
Transcripción
Los oficios en Facatativá
Los oficios en Facatativá Durante la época prehispánica, los naturales del lugar se dedicaron a la agricultura, a la artesanía (Tejidos, cerámica, alfarería, telares) al comercio o cambio de trueque. A La llegada de los españoles continuaron los oficios anteriores y aumentaron el de servidumbre tanto de hombres como de mujeres en las faenas del campo y de la casa. Los concertados (indios contratados) eran cargueros de mercancías como de personas, arrieros, muleros, bueyeros, yunqueros, ovejeros, porqueros, cabreros (Ibidf.759r.), labranceros, hacheaderos de madera. Alquilaban a los indios para trabajar en las huertas y estancias (deshiervos, trillas de las sementeras de trigo, cebada, maíz y papa y frutos en general. Estos contratos se realizaban con los caciques y capitanes. En los relatos de viajeros que se remontaron por el Magdalena encontraron pequeños poblados de personas que no estaban sometidas a un determinado sistema económico, al avanzar por los caminos reales encontraron en Facatativá una sociedad feudal, con algunas actividades comerciales, esto creó fenómenos económicos y fenómenos políticos específicos. En el siglo XVII algunos vecinos trabajaron como madereros y venteros y el siglo XVIII hubo comerciantes en quina, miel, lienzos sal y mercancías, molineros, algunos tuvieron hospederías para los muchos viajeros que transitaron el Camino Real de Honda a Santa Fe y otros se dedicaron a la agricultura y a la ganadería. Las ferias eran los miércoles. Durante las primeras décadas del siglo XX la ciudad de Facatativá se fue organizando las profesiones menores de acuerdo a las necesidades que se fueran presentando: Sastrería, modistería, zapatería, sala de belleza, peluquerías, herreros, vendedores en la plaza de mercado, en la llegada de los buses, carros, en el tren que iban a la capital o a tierra caliente, carniceros, comerciantes de mayoreo y tenderos, deshollinadores, aguateros, albañiles, mandaderos o mensajeros, mecánicos y se continuaba con el servicio doméstico, agricultores, ganaderos, transportadores. Las tres primeras fueron de contrato por aprendizaje y se podían reunir varias personas en un lugar o llevar los implementos de la profesión para elaborarles en la casa, (cuando se obtenía el aprendizaje se iban y colocaban su propio negocio o se optaba por quedarse con el maestro) En otras profesiones y oficios estaba el maestro o profesor, el policía, carcelero, los funcionarios públicos y los bancarios etc. Vestuario y su elaboración La elaboración de las prendas en Facatativá era familiar, casera. La mayor parte de las mujeres se educaban en las escuelas complementarias donde se les preparaba para la vida del hogar (puericultura, culinaria, modistería, salón de belleza, tejidos, bordados, huerta). Otras jóvenes entraban al colegio de la hermanas de la Presentación y al técnico Femenino, donde se ocupaban de la parte académica, comercio y obras manuales. Se fueron fundando talleres para la elaboración de pantalones de dril, camisas y que se les decía “ropa de cargason” o en serie, de modistería, donde iban operarias jóvenes y que no tuvieran que estar pendientes de actividades hogareñas, porque la jornada era de casi de doce horas. La elaboración de las prendas era por partes: llegaban ya cortados a los talleres o a las casas que se habían comprometido; algunas se especializaban en dobladillar, hacer bolsillos, en la puesta de botones en los ojales en los terminados y en el aplanchado; cada operaria se comprometía a realizar su tarea en 100 o más si le era posible, dependía de la función para ganar 5 o 10 centavos por unidad. Si lo elaborado no estaba bien hecho debía desbaratar, volverlo hacer o pagar el daño. En una casa se adaptaba el taller con maquinas de coser que las alquilaban a las operarias o ellas las traían de sus hogares. La otra forma era llevarlo a casa y tenían un tiempo y pago de acuerdo a la puntualidad y buena realización de la prenda. Doña Carmen, los Avella, los Rojas, doña Olga y muchos otros estaban proporcionando puestos de trabajo a las amas de hogar y demás personas interesadas en el ramo. En el caso de la sastrería hubo personas que organizaban su negocio y contrataban a personas que sabían de la confección o enseñaban a personas, Famosos El Señor Velosa, El señor Guillermo Sierra, el señor Granados. En cuanto a la modistería eran organizada en el hogar y algunas señoras o señoritas aprendían el arte con regletas, moldes o al tanteo hasta que del error hasta la práctica se volvían buenas modistas. Hubo casos de hermanas que se dedicaban a la modistería y no salían de sus casas, debido a sus múltiples pedidos. En el taller se reunían algunas de las clientas que con figurines seleccionaban el estilo y le llevaban las telas, hilos, forros y tomaban medidas y las otras esperaban turno para dicho ceremonial; durante estas sesiones se escuchaban los acontecimientos que iban ocurriendo en la ciudad los chismes, de noviazgos, matrimonios, de embarazos, de infidelidades. Los cortes se conseguían en Bogotá o los traían los turcos o los almacenes Palacios, Hello, Olaya o baratillos que había en la ciudad.