Presentación de PowerPoint - Página Personal de Jose Luis Mesa
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TEMA 13 EL ESTADO LÍQUIDO Un líquido se parece más a un sólido ya que sus partículas están bastante cercanas, pero también se parece bastante a un gas en cuanto que sus moléculas no están regularmente ordenadas. Propiedades generales de los líquidos Los líquidos fluyen rápidamente. Como las moléculas de un líquido no están atadas a un modelo fijo, como en los sólidos, pueden deslizarse entre sí fácilmente. Por ello, los líquidos adoptan la forma del recipiente que los contiene. No obstante, las fuerzas intermoleculares son mayores en los líquidos. Esto hace que la viscosidad (resistencia interna a fluir) de un líquido sea considerablemente mayor que la de un gas. Los líquidos se difunden más lentamente que los gases. Los gases se difunden comparativamente en forma rápida, porque la mayor parte de su volumen es espacio vacío y las moléculas son impedidas sólo por colisiones ocasionales. En un líquido cada molécula está bastante impedida por muchas otras moléculas y no puede moverse mucho en cualquier dirección. Los líquidos son mucho menos compresibles que los gases. Se necesitan enormes presiones para reducir el volumen de un líquido en un grado significativo. Los líquidos tienen tensión superficial. La tensión superficial es la tendencia que tienen los líquidos a disminuir su área superficial. Se produce porque las moléculas de la superficie están sujetas a atracciones por parte de las moléculas internas, pero no en la dirección opuesta. Este desbalance de fuerza origina la tensión superficial. Capilaridad. Todas las fuerzas que tienden a mantener unido a un líquido se denominan fuerzas cohesivas. Las fuerzas de atracción entre un líquido y otra superficie se denominan adhesivas. El agua moja un tubo de vidrio aumentando su superficie y ascendiendo por los lados del tubo debido a las grandes fuerzas adhesivas entre el agua y el vidrio, cuya estructura es similar (figura 9.5). La superficie del agua, el menisco, adquiere una fuerza cóncava. Por el contrario el Hg no moja el vidrio, porque sus fuerzas cohesivas son mucho mayores que su atracción por el vidrio. Por lo tanto, su menisco es convexo. La capilaridad ocurre cuando el extremo de un tubo capilar, o sea un tubo de vidrio de pequeño calibre, se sumerge en un líquido. Si las fuerzas adhesivas son mayores que las cohesivas, el líquido ascenderá por el tubo hasta que se neutralicen entre si las fuerzas adhesivas y el peso del líquido. Las raíces de las plantan toman agua y sustancias nutritivas del suelo y las transmiten hacia el tallo por capilaridad. Las raíces, como el agua, tienen grandes fuerzas adhesivas respecto del agua. Evaporación y presión de vapor. Una propiedad importante de un líquido es su tendencia a evaporase. En un líquido, al igual que en un sólido o un gas, las moléculas prsentan una distribución de velocidades y por lo tanto, de energías cinéticas. En cualquier instante algunas moléculas se están moviendo muy rápido mientras que otras están prácticamente inmóviles. La figura 10.32 muestra la distribución de las energías cinéticas moleculares en un líquido. Cuando un líquido se evapora, las moléculas en la superficie del líquido abandonan y se aprtan de la superficie si se están moviendo lo suficientemente rápido para vences las fuerzas que las atraen a otras moléculas cercanas. En cualquier instante, una cierta fracción de las moléculas en la superficie tienen suficiente energía cinética para escapar de sus vecinas. Estas moléculas de movimiento rápido o “calientes” son las responsables de la evaporación. El agua caliente contenida en un vaso se evapora más rápidamente que el agua fría en otro vaso. ¿Por qué?. La línea vertical cortada en la figura 10.32 indica la energía cinética mínima Emín que debe poseer una molécula con objeto de escapar a la fase gaseosa. Obsérvese que la fracción del número total de moléculas que tienen esta energía mínima (o mayor) es mayor a temperatura más alta. El fenómeno de enfriamiento por evaporación es algo familiar a nosotros. Son las moléculas de movimiento rápido las que se alejan durante el proceso de evaporación. Las moléculas de movimiento lento son dejadas atrás y, en la medida que la evaporación ocurre, la energía cinética promedio de las moléculas remanentes disminuye gradualmente. Sentimos, o medimos, esta disminución en la energía cinética promedio que compaña la pérdida de las moléculas de mayor energía cinética por un descenso de la temperatura. Equilibrio y presión de vapor En un experimento colocamos una vasija con agua bajo una campana equipada con un manómetro (figura 10.33). El agua comienza enseguida a evaporase y la presencia de las moléculas de agua en la fase gaseosa hace que el manómetro indique una presión (figura 10.33a). A medida que pasa el tiempo, aumenta la presión y se acerca un valor límite (figura 10.34). Una vez que hay algunas moléculas en la fase gaseosa algunas regresan al líquido y permanecen atrapadas por las fuerzas intermoleculares. La velocidad de esta condensación aumenta a medida que aumenta la presión en la fase gaseosa. Finalmente la velocidad a la cual las moléculas retornan al líquido se hace igual a la velocidad con la cual lo dejan; es decir, la velocidad de condensación se iguala a la de evaporación (figura 10.33b). Como no hay un aumento neto en el número de moléculas en la fase gaseosa después de este tiempo, la presión no aumenta más. La figura 10.33b muestra un estado de equilibrio dinámico. Esta es una condición en la que dos procesos que se oponen se producen a la misma velocidad. Se podría pensar que en este punto nada está ocurriendo dentro de la campana, pero no es cierto. Tanto la evaporación como la condensación se producen muy rápidamente. Es sólo porque se produce a la misma velocidad, compensándose mutuamente, de modo que no se origina un cambio neto, y nada puede observarse. Se puede escribir una ecuación que represente el equilibrio líquido-gaseoso del agua: H2O(l) H2O(g) La presión ejercida por un gas que está en equilibrio con su líquido se denomina presión de vapor equilibrio, a menudo se llama, más sencillamente, la presión de vapor del líquido, pero hay que recordar que el equilibrio está siempre implicado en este término. La presión de vapor depende de la tendencia que tienen las moléculas de escapar de la fase líquida. Cuando las fuerzas atractivas intermoleculares son bajas, las moléculas tienden a escapar rápidamente, y la presión de vapor de equilibrio es alta. Por ello la medición de la presión de vapor es un indicativo de la dimensión de tales fuerzas. La presión de vapor aumenta con el aumento de la temperatura. Al aumentar la temperatura, aumenta la fracción de las moléculas que pueden escapar del líquido, de modo que en el equilibrio la presión de la fase gaseosa es más alta. Ebullición. Se ha visto que la tendencia de las moléculas a escapar de la fase líquida a la gaseosa se mide por la presión de vapor. Cuando se aumenta la temperatura de un líquido, la tendencia a escapar de sus moléculas puede aumentar hasta el punto de que se produzca ebullición. La ebullición es la formación de burbujas de vapor (gas) en el seno del líquido. Estas burbujas se pueden formar cuando la presión de vapor se hace igua a la presión sobre el líquido, generalmente la presión atmosférica. Por ello el punto de ebullición de un líquido es la temperatura a la cual su presión de vapor es igual a la presión atmosférica. La figura 10.35 puede usarse para encontrar el punto de ebullición de cada uno de los tres líquidos a cualquier presión. El punto de ebullición normal es la temperatura a la cual la presión de vapor del líquido iguala una atmósfera (presión estándar). Destilación. Los líquidos tendrán diferentes presiones de vapor y hervirán a diferentes temperaturas, porque tienen distintas fuerzas cohesivas. Por ello, los componentes de una mezcla de líquidos con puntos de ebullición bastantes distintos suelen separarse mediante destilación. En este procedimiento, la mezcla se calienta lentamente hasta que la temperatura alcanza el punto de ebullición del componente más volátil. Si este componente es líquido en condiciones ordinarias, podrá recondensarse en una columna refrigerante (figura 9.9) y recogerse como destilado. Cuando hay transcurrido el tiempo suficiente para que el aporte de calor vaporice la mayor parte del componente más volátil, la temperatura sigue aumentando poco a poco hasta alcanzar el punto de ebullición de la siguiente sustancia y el proceso continúa. Las sustancias no volátiles disueltas en el líquido no hervirán, sino que se quedaran en el matraz de destilación. El agua impura puede purificarse y separase de las sales disueltas por destilación. Los componentes cuyos puntos de ebullición son similares, en especial aquellos que interactúan fuertemente entre sí, no pueden separase con facilidad mediante una destilación simple, sino que requieren una modificación denominada destilación fraccionada. Ecuación de Clausius-Clapeyron. La figura 10.36a es una gráfica de la presión de vapor del agua elaborada con datos tomados a sus diferentes temperaturas. La presión de vapor se grafica en el eje vertical y la temperatura en el horizontal. En la figura 10.36b se grafica el logaritmo de la presión de vapor en el eje vertical y el recíproco ( o inverso) de la temperatura absoluta (Kelvin) en el horizontal. Así se grafica log P frente a 1/T. Se obtiene una línea recta dada por la ecuación: log P = m (1/T) + b Se puede demostrar que la pendiente de la línea es una función del calor molar de vaporización del líquido m= -(DHvap) / 2.303R donde DHvap representa la cantidad de calor necesaria para vaporizar un mol del líquido para formar un gas ideal a una atmósfera de presión, y R es la constante de los gases ideales (8.31 J/K ó 1.9872 cal/Kmol). DH es un número positivo y representa el cambio de entalpía del proceso: H2O(l) H2O(g) DHvap = Hgas - Hliq Ahora observamos de nuevo la relación anterior entre las pendientes de la línea recta de la figura 10.36b y DHvap. Si la reordenamos un poco, se obtiene DHvap = -2.303Rm La medición de la pendiente y su multiplicación por -2.303R debe darnos DHvap para el agua. La pendiente se encuentra seleccionando dos puntos en línea, generalmente no experimentales, sustrayendo sus coordenadas log P y dividiendo esta diferencia por la diferencia entre sus coordenadas 1/T. Empleando los puntos marcados por cuadrados sobre el gráfico se tiene: M= pendiente= [(log P1) – (log P2)] /[(1/T1) – (1/T2)]= [(3.25 – 0) / (2.50x10-3 K-1 – 3.95x10-3 K-1])= -2.24x103 K Ahora se multiplica esta pendiente por -2.303R a fin de calcular DHvap, pero se debe tener el cuidado de emplear R en las unidades apropiadas. Si se desea el resultado de DHvap en joules por mol, por ejemplo, R debe estar en las unidades correspondientes, es decir, R= 8.31 JK-1. Por ello, DHvap = -2.303Rm= -2.303(8.31 JK-1mol-1)(-2.24x103 K)= 4.29x104 Jmol-1= 4.29 kJmol-1 La relación: log P = (-DHvap)/2.302R](1/T) + b es una forma de la ecuación de Clausius-Clapeyron y es útil para calcular el calor de vaporización de un líquido a partir de datos de presión de vapor. Otra forma de esta ecuación puede derivarse si escribimos la ecuación dos veces: log P1 = (-DHvap)/2.302R](1/T1) + b log P2 = (-DHvap)/2.302R](1/T2) + b Aquí P1 es la presión de vapor a la temperatura T1 y P2 es la presión de vapor a la temperatura T2. Ahora se resta la segunda ecuación de la primera: log P1 – log P2= (-DHvap)/2.302R][(1/T1) - (1/T2)]= log (P1/P2) Esta es una forma manual de la ecuación de Clausius Clapeyron. Se puede usar para: -) Encontrar DHvap cuando se conoce la presión de vapor a dos temperaturas diferentes. -) Encontrar la presión de vapor a una temperatura dada si se conoce DHvap y si la presión de vapor se conoce a alguna otra temperatura -) Encontrar la temperatura a la cual un líquido tiene una presión de vapor dada si se conocen DHvap y la presión de vapor a una temperatura. Congelación. Cuando se le quita la energía aun líquido, la temperatura disminuye a medida que la energía cinética promedio de las moléculas desciende. Finalmente, a menos que se produzca un sobrecalentamiento, la temperatura deja de descender aunque la energía continúe quitándose del líquido. Simultáneamente, se forman las primeras pocas partículas del sólido cristalino; el líquido comenzó a congelarse. El punto de congelación de un líquido es la temperatura a la cual las fases sólida y líquida de una sustancia pueden coexistir entre sí: Líquido Sólido Bajo verdaderas condiciones de equilibrio la velocidad de congelación es igual a la de fusión, y todo el sistema no absorbe ni libera energía. Como las reacciones en uno y otro sentido se producen a la misma temperatura, los puntos de congelación y de fusión de una sustancia pura son idénticos. Así como el punto de ebullición varía con la presión, lo mismo acontece con el de congelación. Sin embargo, el cambio es mucho menos pronunciado. El punto de congelación (o de fusión) de una sustancia a 1 atm de presión se conoce con el nombre de punto de congelación (fusión) normal de la sustancia. La cantidad de calor necesario para fundir 1 mol de sólido se conoce con el nombre de calor molar (o entalpía) de fusión DHfus. Es diferencia entre la entalpía del líquido y el sólido. Como se necesitan 6.02 kJ de calor para fundir 1 mol de hielo se escribe: H2O(s) H2O(l) DHfus = 6.02 kJ/mol Para el proceso inverso, debe extraerse calor. Por lo tanto, H2O(l) H2O(s) DHcrist = -6.02 kJ/mol Donde DHcrist es el calor molar de cristalización (o solidificación). El signo menos indica que el calor es extraído y que la entalpía del sólido (hielo) es menor que la del líquido. Líquidos reales No es usual hablar de un líquido hipotético ideal. Puesto que hay tan grandes variaciones entre las propiedades de los líquidos reales, se tendrá que decir que la mayoría de los líquidos se desvían fuertemente de la idealidad en la mayoría de las condiciones. Sobrecalentamiento. Un líquido hierve cuando su temperatura se aumenta lo suficiente de modo que su presión de vapor se iguala a la externa o atmosférica. Con el fin de que la ebullición pueda iniciarse realmente, deben formarse dentro del líquido pequeñas burbujas consistentes sólo de unas pocas docenas de moléculas. No obstante, en muchos líquidos la probabilidad de formación de un núcleo de burbujas es tan pequeño que incluso en el punto de ebullición de debe esperar varios segundos, o a veces, minutos para que se inicie la ebullición. El proceso de ebullición sirve para mantener la temperatura de un líquido constante aunque se añada calor. Los líquidos puros tienen puntos de ebullición fijos constantes, pero cuando no se forma el núcleo de burbujas, la temperatura del líquido calentado aumenta por encima del punto de ebullición. Esto se conoce con el nombre de sobrecalentamiento. El sobrecalentamiento puede convertirse en un problema real en el laboratorio. Un líquido no permanece sobrecalentado indefinidamente. Con el tiempo se forma un núcleo de burbujas, y la burbuja resultante puede crecer con violencia explosiva. Después que la temperatura vuelve al punto de ebullición, la ebullición puede realizarse suavemente, o se puede producir de nuevo sobrecalentamiento, repitiéndose otra vez el ciclo. Entonces no sólo fluctúa la temperatura (figura 11.4), lo que imposibilita usar el líquido hirviendo para obtener una temperatura constante de referencia, sino que la formación repentina de grandes burbujas en el líquido, fenómeno conocido como vaporización súbita. El sobrecalentamiento y en consecuencia la vaporización súbita, pueden reducirse o eliminarse adicionando una o dos astillas de ebullición, también conocidos como piedras de ebullición, al líquido. Estas son generalmente pequeños guijarros de un material de cerámica que no tiene superficie lisa o satinada, por lo cual es bastante porosa. El aire atrapado en los pequeños poros de estos objetos puede servir como núcleo de burbujas, reduciéndose la tendencia al sobrecalentamiento. Sobreenfriamiento. Los líquidos también muestran comportamiento “no ideal” al congelarse. Cuando se extrae energía de un líquido, al enfriarlo y la temperatura desciende al punto de congelación, el líquido debiera congelarse idealmente. En realidad la temperatura puede descender por debajo del punto de congelación antes de que se inicie la solidificación. Esto se conoce como sobreenfriamiento o subenfriamiento. Para que se inicie el congelamiento, unas pocas partículas del líquido deben acoplarse al azar para formar un pequeño núcleo de crecimiento, el comienzo de un cristal más grande. Cuando un líquido se subenfría, su temperatura cae por debajo del punto de congelación hasta que un núcleo de crecimiento se forma en algún lugar del núcleo. Vidrios. El sobrenfriamiento extremo de un líquido a temperaturas muy por debajo del punto de fusión puede alcanzarse a veces mediante enfriamiento muy rápido. A temperaturas mucho más bajas que el punto de congelación, la velocidad promedio de las moléculas puede ser tan baja que la probabilidad de su acomodamiento en un retículo cristalino en un período de tiempo razonable es excesivamente bajo. A medida que disminuye la temperatura del líquido, aumenta su viscosidad como resultado del creciente movimiento pesado de las moléculas. Finalmente la viscosidad se hace tan alta, que en la práctica no se puede medir el flujo y las características externas de las sustancias vienen a ser las de un sólido: dureza, inflexibilidad, forma constante, etc. Los líquidos altamente sobrenfriados se denomina a menudo vidrios (el vidrio ordinario es un ejemplo) o sólidos amorfos con el fin de distinguirlos de los sólidos verdaderos o cristalinos. En los vidrios se puede producir transformación a un sólido verdadero, aunque el proceso es extremadamente lento debido a las muy bajas energías cinéticas de las moléculas. Cristales líquidos. Una forma interesante de la materia es el estado cristalino líquido o mesomórfico. En el estado cristalino líquido hay menos orden molecular que en un sólido, pero más que en un líquido común. Los compuestos que pueden formar cristales líquidos tienden a tener moléculas largas y más bien rígidas. Un ejemplo es la molécula de paraazoxianisol. Se han observado dos clases generales de cristales líquidos: termotrópicos y liotrópicos. Los cristales líquidos termotrópicos son formados ya sea por calentamiento de un sólido o por enfriamiento de un líquido. Los cristales líquidos liotrópicos no son sustancias puras, sino que son soluciones de una sustancia en un líquido altamente polar tal como el agua. Dichas soluciones muestran las propiedades de los cristales líquidos solo bajo una cierta concentración. Hay tres tipos principales de cristales líquidos: esméctico, nemático y colestérico, de acuerdo al ordenamiento de las capas. En el cristal líquido esméctico las moléculas, similares a barras, se empacan juntas en capas las cuales se apilan arriba unas de las otras tal como se muestra en la figura 11.5a. Los cristales líquidos nemáticos también consisten de moléculas, todas las cuales apuntan en la misma dirección, tal como se muestra en la figura 11.5b pero el ordenamiento es estrictamente unidimensional y no se presentan capas. Los cristales líquidos colestéricos derivan su nombre del compuesto colesterol debido a que muchos de ellos son derivados químicos de este compuesto. Estos constan de una serie de capas superpuestas dentro de las cuales las moléculas están empacadas con sus ejes largos en el plano de la capa, figura 11.5c. No obstante, los ejes molecualares en Se han encontrado muchas aplicaciones las capas adyacentes no son paralelos. prácticas de los cristales líquidos. En las pantallas de lectura de instrumentos electrónicos, tales como las calculadoras de bolsillo y relojes de pulsera, se utilizan colocando una capa delgada de cristales líquidos nemáticos entre dos placas de vidrio cubiertas con el fin de hacerlas conductores eléctricos. Variando el voltaje a través de las capas, o la frecuencia cuando se emplea una corriente alterna, se puede hacer que el cristal líquido cambie de apariencia opaca a invisible, cuando se observa contra un fondo negro.