tresnuevasestelas funerarias cántabras de matabuena y villaescusa

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tresnuevasestelas funerarias cántabras de matabuena y villaescusa
SoBREMAZAS MARTÍNEZ, J.M. (1999) "Tres nuevas estelas funerarias cántabras de Matabuena y Villaescusa de las Torres
(Palencia)", Nível Cero, 6-7, Santader: 101-108
TRESNUEVASESTELAS
FUNERARIAS CÁNTABRAS DE
MATABUENA Y VILLAESCUSA DE
LAS TORRES (PALENCIA)
Juan Manuel SOBREMAZAS MARTÍNEZ
Departamento de Ciencias Históricas
Universidad de Cantabria
INTRODUCCIÓN
Ambas localidades se encuentran en el norte de la provincia de Palencia, a escasa
distancia de la localidad de Aguilar de Campoo, y de la antigua ciudad cántabro-romana
de Monte Cildá (Olleros del Pisuerga), es decir, en el sur de la antigua Cantabria.
Estas tres estelas pueden clasificarse en dos categorías según la presencia o no de
texto: un grupo epígrafo donde están la estela de Villaescusa de las Torres y una de las
dos de Matabuena. En la segunda categoría está la segunda estela de Matabuena, sin
texto, que es en realidad el fragmento superior de una estela funeraria.
Pasamos a continuación a describir las estelas epígrafas.
ESTELA DE VILLAESCUSA DE LAS TORRES (Pomar de Valdivia)
Morfología
Se trata de una inscripción doble en un bloque rectangular que contó en origen
con un remate semicircular destrozado cuando la lápida fue reutilizada como sillar (Fig.
1).
Ofi·ece a la vista la cara decorada y el campo epigráfico, que lamentablemente se
encuentra en muy mal estado de conservación y sólo permite la lectura de letras sueltas
en su lado izquierdo, mientras que el derecho, separado por una ancha banda sin
decoración, está totalmente borrado. El campo epigráfico está separado del remate
semicircular por otra banda ancha y sin decorar.
Tipometría
Es una pieza alargada, de superficie plana, monolítica y seguramente destinada a
J.M. Sobremazas Martínez
ser clavada en tierra. Se halla incompleta, faltando el remate de la estela, probablemente
semicircular o circular inscribiendo una roseta (la forma predominante en territorio
cántabro, celtíbero y vacceo), y el vástago de hincar en tierra.
Las medidas de la parte de la inscripción conservada son de unos 58 centímetros
de largo por 36 de ancho, siendo imposible calcular su grosor porque se halla empotrada
en el lado interno de las ruinas de la ermita de dicha población palentina.
Muy próxima a ella hay otro bloque de arenisca del mismo color y parecidas
proporciones que quizás sea también una inscripción funeraria reutilizada como sillar,
pero para comprobarlo sería preciso desmantelar los restos del muro.
Tipología
El material sobre el que se labró la estela es el más abundante en la región, la
arenisca, en este caso de tonalidad blanco-amarillenta, roca blanda y fácil de trabajar,
pero también menos resistente a la erosión.
La decoración que se conserva es de dos tipos:
1) astral, a base de rosetas sexapétalas, está inscrita y grabada a bisel a dos vertientes.
Este tipo de talla produce un efecto de claroscuro que resalta el motivo decorativo.
2) figurativa, consiste en un guerrero armado de lanza realizado con la técnica del
bajorrelieve plano. El motivo decorativo queda resaltado eliminando el material lítico que
le rodea. Aunque el estado de conservación no es bueno, la figura parece totalmente
frontal, lo cual no es muy frecuente, frente a las más corrientes figuras con la cabeza y
extremidades de perfil y el torso de frente. La cabeza, como es habitual, carece de rasgos
distintivos, lo que hace suponer que quizás estos iban pintados .
... 0 ..... .
... ... e .. .
V ..... .
RIA ..... .
e ... I
... I ..... .
Decoración
La decoración conservada consiste en la parte inferior del remate circular y dos
rosetas sexapétalas, completa la de la derecha de la estela y partida casi a medias la de la
izquierda. La decoración con motivos astrales, sean discos, estrellas, rosetas, esvásticas o
crecientes lunares, casi siempre se presenta coronando la estela.
Debajo de la cabecera hay un espacio semicircular dentro del cual se puede ver
una tosca figura humana armada con una lanza. La tosquedad de las figuras naturalistas
no tiene porque suponer una incapacidad o falta de habilidad de los grabadores para las
representaciones figurativas, puesto que las representaciones astrales, a base de motivos
geométricos, alcanzan una gran calidad. Debemos pensar más bien que responden a una
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Tres nuevas estelas funerarias cántabras de l\,fatabuena y Villaescusa de las Torres (Palencia)
tradición indígena de carácter simbolista más que realista.
Esta decoración a base de representaciones astrales y figuras antropomorfas o
animalísticas, por separado o combinadas, constituyen el tipo decorativo más frecuente
entre los cántabros.
La presencia de un guerrero nos remite a la creencia céltica, semejante a la
germánica, en una vida posterior a la muerte en una especie de paraíso en el que los
guerreros se codeaban con dioses y diosas y la vida transcurría para la eternidad entre
banquetes, cortejos, galanteos, competiciones, juegos y combates entre sí y con las
divinidades. Este paraíso se encontraba hacia Poniente, en un territorio indeterminado
que en algunos casos se sitúa bajo el mar, como Tír Jo Thuinn (Tierra bajo las Olas), o
bien en islas conocidas como Tír nan Og (Tierra de los Jóvenes), o Mágh Mell (Llanura
Placentera) en la mitología irlandesa o Inis Gwenva (Isla de los Bienaventurados) en la
bretona. Estas creencias de los celtas insulares, aunque más tardías y un tanto cambiadas,
siguen teniendo en común la identificación del Oeste con el mundo de los muertos,
puesto que es el lugar por donde desaparece el Sol, Jo que nos lleva al otro elemento
decorativo presente en esta estela: las rosetas, representaciones del Sol, servirían para
guiar el alma del muerto hacía el más allá, evitando que equivoque su camino.
Aunque el texto es ilegible, la presencia de esta figura humana portadora de una
lanza seguramente indica que al menos una de las dos personas a las que se dedicó la
estela era un varón y por tanto un guerrero, que pudiera ser auténtico o solamente
potencial. La representación de armas probablemente intente asegurar -además de
mostrar el rango social del muerto- que el alma se presentase convenientemente equipada
para la continuación de su vida en el Paraíso.
ESTELA DE SEGAIDA, MATABUENA (Barruelo de Santullán)
En este caso el campo epigráfico se halla en un buen estado de conservación,
faltándole tan sólo una letra en el nombre de la mujer a la que se dedica la estela, aunque
desgraciadamente, su emplazamiento como remate del muro que cierra la propiedad del
señor don Gregario Costana, en cuya cocina apareció durante unas obras de
remodelación, según la información que tuvo a bien comunicarnos al respecto, ha
provocado que la última o dos últimas líneas sean ilegibles (fig. 2).
Morfología
Se trata de una inscripción simple sobre un soporte rectangular de arenisca rojiza,
que originariamente terminaría en un remate semicircular, destrozado al ser la estela
escuadrada para su reutilización como sillar.
Bajo la roseta, rodeada por un doble circulo liso, está el campo epigráfico,
emnarcada en un campo rectangular. La inscripción presenta la tradicional fórmula
funeraria latina dedicada a los dioses Manes. A continuación sigue el texto en el que
aparecen el nombre del dedicante, el de la persona a la que se dedica y el verbo posuit,
casi cubierto por el cemento. No se aprecia interpunción. No se puede saber, tal y como
se encuentra la lápida en la actualidad, si da algún otro tipo de información, como la
edad de la difunta, su filiación, fecha de la muerte -mediante los cónsules o la era
hispánica- y las tradicionales fórmulas pius, pia, pientissimus, pientissima, que suelen
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utilizarse en este tipo de inscripciones.
Tipometría
Se trata de una pieza alargada, monolítica, de superficie plana, destinada a ser
clavada en tierra. Está incompleta por ambos extremos: faltan tanto la mitad del remate
astral como el vástago de hincar en tierra, eliminados al reconvertir la estela en un sillar.
La parte conservada mide unos 61 centímetros de largo por 30 de ancho.
Tipología
El material utilizado para grabar esta estela es el más corriente en la región, la
arenisca, en este caso rojiza. Al ser una roca blanda es fácil de trabajar, pero también
resulta muy vulnerable a la erosión. En este caso nos encontramos ante una pieza que
debió permanecer en el interior de algún edificio durante largo tiempo, a juzgar por el
magnifico estado de conservación que presenta.
La decoración de esta pieza se reduce a una gran roseta sexapétala, grabada a
bisel y en altorrelieve, enmarcada por dos círculos concéntricos sin ningún tipo de
ornamentación. Las rosetas, con un número de brazos variable, son el motivo astral más
utilizado en la decoración de las estelas del área cántílbra.
D
M
AEM.REI3UR
RINUS SE.
AIDEUXOR
.... POS
D (ii)s M(anibus)/ AEM(ilius) REBURI RINUS SE[g]l AID(a)E UXOR(i)l ...
... POS(imit)l ......
A los dioses Manes. Emilio Reburrino lo puso a su esposa Segaida ..... .
El texto de esta inscripción se aleja de la fórmula onomástica habitual entre los
cántabros, que consiste en: nombre personal + filiación + gentilidad 1 . Sin. embargo
1
Podemos tomar como ejemplo una inscripción ·doble·proccdente de la ·ciudad cántabro-romana de
Monte Cildá:
'
D~is) M(anibus)/ AIAE QUE/ 1VIIAE BOl DDI F~liae) C/ ELTIGUI N
AN(norum) XI XXI AJA! ORIGEN! A UIRONI 1 F(ilia).
D(iis) M(anibus)l AJAE C/ ARAUANCI AE BOl DDTF(iliae)l CELTIG/ UN
AN(norum)l XXA'Y.
monimel ntu(m) faciendu(m)l curaui/ pi en/ tissimisfilia! bus.
A los dioses Manes. Aya Origena, hija de Virono a Aya Quemia, hija de Boddo de los céltigos,
de 31 años.
A los dioses Manes. A Aya Caravanca, hija de Boddo de los céltigos, de 35 at1os.
Se cuidó de hacer el monumento a sus piadosísimas hijas.
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Tres nuevas estelas funerarias cántabras de Matabuena y Villaescusa de las Torres (Palencia)
tampoco se ajusta a la tradición latina de tria nomina+ filiación + tribu2 .
El nombre del esposo, como es frecuente entre los cántabros, combina la
onomástica indígena con la romana, aunque los textos se escriban siempre en latín, salyo
w1a excepción aparecida en el yacimiento cántabro-romano de Retortillo, identificado
tradicionalmente con Iuliobriga, que parece estar escrita en lengua céltica, en opinión de
Unterma1m3 . El nombre de la esposa, sin embargo, .es totalmente indígena.
Reburrino es un nombre conocido no solamente entre los cántabros, entre los que
aparece en 6 ocasiones, bien con esta misma fonna; bien·en·femenino·o·bajo la fon;na
original Reburro, sino también entre otros pueblos de la Hispania Céltica: entre los
autrigones tenemos a un individuo llamado Anicio Reburro, hijo de Reburrino
(Ibarguren, Alava). Es frecuente así mismo entre lusitanos y vettones. Su raíz es el céltico
rebur-: rebelde, rizoso, del que derivan el gaélico rabhairt: marea viva, furioso, y el galés
rhyferthi: tempestad.
El nombre de la esposa, aunque está incompleto puede restituirse con total
seguridad como Segaída, dado que existe como topónimo entre los celtíberos: la ciudad
de Segeda-Sekaisa (en alfabeto latino e ibérico), que emitió moneda antes y después de la
conquista romana y además fue el desencadenante de la guerra de Numancia.
Por el momento, este nombre es único entre los cántabros.
Los nombres basados en la raíz céltica segh-: victoria, fuerza, son bastante
abundantes en la toponimia y antroponimia célticas de Hispania: entre los vacceos
tenemos Segovete, Segoveso (Hontoria de la Cantera, Burgos), Cosegio, Seguleto y
Secio/Segio (Lara de los Infantes, Burgos), y Segetio (Quintanilla de las Viñas, Burgos);
entre los autrigones aparece Segontio (Contrasta y Salvatierra, Alava), y Segoto
(Luzcando, Alava); hay nombres con esta raíz en territorio vascón: Segontio (Gastiain,
Navarra), lo que, junto con otros topónimos y antropónimos célticos de esa región
prueba que la población de ese territorio no era uniforme ni tema un úmco origen étnico.
Entre los berones aparece Secio/Segio (Herramelluri, La Rioja). El topónimo Segisamo
aparece entre los turmogos (Sasamón) y galáicos (Sisamo), entre los cántabros Segontia
(hoy existen dos localidades llamadas Cigüenza: en Alfoz de LLoredo y en la Merindad
de Castilla la Vieja) y los antropónimos Segisamo y Segetio. Segobriga (Segorbe),
Segovia, Segontia (Sigüenza), y Segoloco, entre los celtíberos.
FRAGMENTO ANEPÍGRAFO DE. ESTELA. DE MA TABUENA (Barruelo
Santullán)
?e
Apareció cuando se araba un campo cercano a la ermita de San Zornil en la
localidad de Mataflorida. En la actualidad se encuentra en el corral de la casa del señor
Manuel Vielba en Matabuena.
2
Uno de los pocos ejemplos en la epigrafia cántabra; y además incompleto; procede también de Monte
Cildá, en las cercanías de Matabuena:
D(iis) M(anibus)l TAL(ania) PATERNA/ L{ucio) TALANIOREI BURRJNO
F(ilio) PIENTJ!,:)J(mo)l ... F(aciendum) C(urauit).
A los dioses Manes. Talania Paterna a su piadosísimo hijo Lucio Talanio Reburrino. Se cuidó
de hacerlo.
3
UNTERMANN, 1980:
... UC(um) UJAMII G(ini) MONJlvf/ AM.
... de los licos, del hijo de Viamo.
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Morfología
Se trata del remate astral de una inscripción funeraria (Fig. 3). El resto de la pieza
permanace en paradero desconocido o se ha perdido.
Tipometría
Es un fragmento semicircular, monolítico, de superficie decorada. Está
incompleto, falta por completo el campo epigráfico y la mitad de la roseta.
La parte conservada mide unos 41 centímetros de largo por 20 de ancho.
Tipología
El material utilizado para labrar la estela es la arenisca, el material más abundante
en la región. En este caso es de color blanco-rosado.
La decoración consiste en una roseta q1..1e parece haber contado con unos 1O
brazos. Está grabada a doble bisel.
Decoración
Está decorado con una rosácea, enmarcada en un círculo inscrito bordeado por
una línea de dientes de lobo labrados a doble bisel. Las rosetas son una más de las
variadas simbologías astrales -otras son las esvásticas de múltiples brazos, crecientes
lunares y discos- utilizadas en la representación gráfica de las creencias religiosas del
mundo indígena tanto cántabro como céltico en general.
Estas creencias religiosas indígenas consisten en la heroización de los guerreros,
lo cual se expresa a menudo mediante jinetes que esgrimen sus armas, arrollan bajo su
caballo a los enemigos o exhiben trofeos de caetrae arrebatadas a sus contrincantes;
también incluyen la creencia en una vida posterior a la muerte que continuaría en la
bóveda celeste o en la Luna, lugares a los cuales se accedería tras un viaje hacia Poniente
siguiendo el curso del Sol, que funcionaria como psicopompo, papel a menudo
representado también por aves carroñeras como los buitres -escena representada en las
estelas de Zurita, Cantabria; en la picta de Aberlemno, Escocia; en las cerámicas
celtibéricas y sobre la que también nos informan las fuentes grecorromanas respecto a
celtíberos y vacceos-, o por los caballos, esta última creencia común a griegos y
romanos, pueblos que en definitiva comparten el mismo sustrato indoeuropeo que celtas
y germanos.
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Tres nuevas estelas funerarias cántabras de Matabuena y Villaescusa de las Torres (Palencia)
Fig.2. Estela funeraria dedicada a Segaida procedente de Matabuena
(Batmelode Sauhulán, Palencia)
Fig. 3. Fragmento de cabecera de una estela funeraria procedente
de Matabuena (Batmelo de Santnllán, Palencia)
Fig. 2. Estela fimerat-ia procedente de
Villaescusa de las Torres (Pomar
de Valdivia, Palencia).
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