EL ORIENTE ANTIGUO Leyendas y mitos. Venas, Adonis D E LA
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EL ORIENTE ANTIGUO Leyendas y mitos. Venas, Adonis D E LA
CAPÍTULO I I EL ORIENTE ANTIGUO Leyendas y mitos. Venas, Adonis D E LA época anterior a la puramente histórica nos quedaron leyendas y mitos que, no obstante, aclaran suficientemente la v i d a llevada por los pueblos salidos del estado p r i m i t i v o y que vivieron alrededor de la cuenca mediterránea. E l amor físico, m á s o menos " r o m á n t i c o " , pero emergente del mismo instinto de reproducción, tuvo una diosa especial: Venus, h i j a de J ú p i t e r , nacida de la espuma m a r i n a , en la orilla de la isla de Chipre. VenuS tenía muchas denominaciones y significados, de acuerdo con los pueblos que la adoraban en distintas figuras. Como dios, el amor físico lo tuvo a Adonis ( A d o n a i de los antiguos israelitas), uno de los innúmeros amantes atribuidos a Venus. E n Fenicia, Venus y Adonis eran adorados bajo el nombre de Astarté, d i v i n i d a d hermafrodita, cuya estatua era bisexual. E l culto a Venus fue, para los viejos pueblos, u n medio para m u l t i p l i c a r la población y las riquezas. E n los templos erigidos a la diosa, oficiaban hermosas sacerdotisas. É s t a s se entregaban a los extranjeros que visitaban los bosques sagrados, a de los presentes para el culto a l a diosa. sagrada, Era una cambio prostitución que los navegantes, los comerciantes y los simples liber- tinos preferían a la prostitución a n ó n i m a . Pasifae Pasifae, esposa de Minos, rey legendario, aprovechó esta costumbre instituyendo en Creta muchos altares en honor de la diosa Venus. Ella misma, siendo una m u j e r extremadamente apasio- nada, se " s a c r i f i c a b a " a este culto. L l e g ó a u n refinamiento tan excesivo, que los hombres m á s vigorosos no l a podían satisfacer. Cuenta la leyenda que los dioses escucharon sus pedidos, enviándole u n espléndido toro blanco. Pasifae ordenó que se f o r j a r a 64 EUGEN RELGIS una vaca de metal, pero cubierta con el cuero de una verdadera vaca. La insaciable reina se colocó c ó m o d a m e n t e en el interior de esa vaca a r t i f i c i a l . E l toro, una vez l i b r e , se a b a l a n z ó sobre ella. D e s p u é s de algunos momentos, las confidentes sacaron afuera a Pasifae; su f i g u r a estaba r a d i a n t e . . . La reina q u e d ó g r á v i d a . Pasaron los meses. D e s p u é s de nueve meses s u f r i ó valien- temente los dolores del parto. O y ó s e un débil m u g i d o : un mons- truo a p a r e c i ó , m i t a d toro, m i t a d hombre. A l ser interrogada por el rey, Pasifae le contestó que éste era su h i j o . rey convocó truo debía Enfurecido, el el consejo para convencer a la reina que el monsdesaparecer. Pasifae a m e n a z ó p a í s por " i n f a n t i c i d i o r e a l " . con revolucionar De este modo, el monstruo el quedó con vida, llevando el nombre de M i n o t a u r o , en vez de Minos I I . E l p r i m e r M i n o s , quien prometió no matar n i encarcelar al monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro, construyó para éste un laberinto tan complicado que no pudo salir del mismo mientras vivió. Minos, después de su muerte, fue nombra- do, por su astucia, presidente del i n f i e r n o . Y Pasifae, por su bestialidad, al m o r i r , fue sumergida en la laguna Estigia. La leyenda del M i n o t a u r o tiene seguramente como base las costumbres sexuales de los tiempos inmediatamente anteriores a los históricos. L a bestialidad, la sodomía constituían las festaciones de una promiscuidad mani- m á s " r e g l a m e n t a d a " pero tenaz. L a prostitución p r i m i t i v a llegó a ser, en la época de las religiones paganas, " p r o s t i t u c i ó n sagrada" en honor de las deidades sexuales. E l libertinaje a d q u i r i ó entonces formas tan refinadas, que fue puesto b a j o la protección de ios dioses. Lot Después de l a leyenda griega es característica — p a r a las costumbres antiguas— la leyenda bíblica relativa a las dos hijas de Lot (el j u s t o ) , nieto del patriarca A b r a h a m . L a f a m i l i a de Lot vivía en Sodoma, una región m u y rica del Asia Menor. blación era poco numerosa, pero viviendo en L a po- medio de una vegetación exuberante, era presa de un desenfrenado sensualismo. De tal manera h a b í a n s e desnaturalizado los sentidos, que las 65 HISTORIA SEXUAL D E L A HUMANIDAD relaciones entre los sexos opuestos no p r o d u c í a n ninguna impresión. N o siendo las mujeres a t r a í d a s por los placeres naturales, se entregaban a los placeres que m á s tarde se denominaron "les- bianos", mientras que los hombres fueron v í c t i m a s de las inversiones. M e r m a r o n los nacimientos, decayendo la población luego se debilitó y d e g e n e r ó . que Pero el instinto de conservación y la acción de las fuerzas naturales h a b í a n permanecido todavía bastante fuertes. A l negarse u n reducido n ú m e r o de habitantes del p a í s a someterse a las nuevas costumbres, tuvo que p a r t i r , conjuntamente con sus descendientes sanos, hacia otras comarcas. Entre estos fugitivos e n c o n t r á b a s e t a m b i é n L o t con su m u j e r y sus hijos. U n d í a llegaron a él tres viajeros, quienes le trajer(»i noticias de su tío A b r a h a m , que p o s e í a extensas tierras en l a prov i n c i a U r . L a corrupción de las ciudades no h a b í a penetrado en las chozas de los pastores. Hospedando de buena volimtad a los tres peregrinos, L o t conformó t a m b i é n con la prostitución extranjeros su lecho y su m u j e r . hospitalaria: se ofreció a lee E n la ciudad se difundió noticia de que L o t h a b í a recibido a tres forasteros. la Magnífica ocasión para los insaciables viciosos, dispuestos a "conocerlos". Lot los defendió de l a abyecta curiosidad de los vecinos; p r e f i r i ó entregarles sus propias hijas. L a ley de l a hospitalidad era grada. L o t a t r a n c ó la puerta de l a casa, ayudado por sus pedes, preparados para la lucha. sa- hués- Pero los sodomitas, débiles y cobardes, p r e f i r i e r o n p a r t i r . Los tres peregrinos instaron a que L o t y su f a m i l i a abandon a r a n esa ciudad pecadora, a l a que iban a prender fuego para vengarse por el insulto i n f e r i d o . suyos. Lot h u y ó de Sodoma con los D e t r á s de ellos, l a ciudad c o m e n z ó a arder. La mujer, m á s curiosa, m i r ó hacia a t r á s ; c a y ó muerta por el espanto (se t r a n s f o r m ó en columna de sal, s e g ú n la B i b l i a , Génesis, XIX, 2 6 ) . L o t y sus h i j a s se radicaron en su nuevo refugio, en una caverna. Nacidas en una ciudad corrompida como Sodoma, las dos muchachas se sintieron r á p i d a m e n t e encendidas por los deseos lúbricos. padre. N o habiendo otros hombres, fueron a t r a í d a s hacia su A i p r i n c i p i o , L o t se resistió. por el vino fermentado, Pero u n d í a , embriagado e x t r a í d o de los gigantescos racimos d é 66 E U G E M R E L G I S uva que crecían por allí, tuvo que ceder. Las hijas, una tras otra, "se acostaron con su p a d r e " {Génesis, XIX, 3 4 ) . S e g ú n esta leyenda, aparece el incesto como una costumbre impuesta por las circunstancias. De su c o n s a g r a c i ó n resultaron hábitos m á s crueles que los de los sodomitas. De las relaciones de Lot con sus hijas aparecieron ramas de unos pueblos m u y corrompidos: amonitas y moabitas {moaf» significa " na ci do de p a d r e " ) los que, en aquel entonces, vivían en Asia Menor, extremadamente fértil. Los moabitas adoraban los í d o l o s : Baal, que tenía u n enorme " p h a l u s " , con ornamentos hermafroditas; y Moloch, en cuyo monstruoso vientre, lleno de fuego, arrojaban sus adoradores hijos vivos o, al carecer de ellos, su propio germen. Esto se p r o d u c í a e n el apogeo de la orgía ululante, d i r i g i d a por sacerdotes embriagados y degenerados. El levítico de Efraím. El rigorismo Juda y Tamar, Onán mosaico U n a réplica del cuento de Sodoma, con las hijas de L o t, se encuentra en la B i b l i a . D e s p u é s de la conquista de C a n a á n por los israelitas, u n levita, servidor del templo, del p a í s de E f r a í m , vivía con una concubina de Belén, de la t r i b u de Juda. Ella l o a b a n d o n ó ; el levita la convenció para que volviera, y durante la noche permanecieron en la casa de un anciano de Guibea, de la tribu de B e n j a m í n . Los habitantes de la localidad quisieron "conocer" al huésped, pero el anciano, de acuerdo con las leyes de la hospitalidad, lo defendió, ofreciendo su propia h i j a y la concubina del levita. A l d í a siguiente, esta última fue encon- trada extendida en el u m b r a l de la puerta en estado moribundo, por haber abusado los vecinos de ella. Desesperado, el levita cortó el cuerpo de su concubina en doce trozos, los cuales envió a todas las tribus de IsraeL S i g u i ó luego una guerra de exter- m i n i o entre los benjamitas, acusados por las costumbres de loa habitantes de Guibea, y los d e m á s israelitas; apenas 600 benjamitas pudieron escapar de la matanza. HISTORIA SEXUAL DE LA HUMANIDAD 67 O t r o cuento que, de acuerdo con algunos comentaristas, es un símbolo de la transición de la prostitución hospitalaria a la " p r o s t i t u c i ó n l e g a l " , es el de Juda, el cuarto h i j o del patriarca Jacobo y de Lea. Juda t u v o tres h i j o s : E r , O n á n y Shela. Para su primogénito, Juda le eligió como esposa a una v e c i n a : T a m a r . Siendo sodomita, E r m u r i ó sin dejar descendientes. Conforme con la ley j u d a i c a , el hermano siguiente debía dejar progenituras a la v i u d a , sin parar mientes si era o no casado. Pero sabiendo O n á n que los hijos tenidos con T a m a r no serían considerados como propios, p r o c u r ó de mantenerla estéril cada vez que tenía relaciones con ella. (De O n á n q u e d ó el término de " o n a n i s m o " . ) A l m o r i r Onán, Tamar e s p e r ó en vano que Shela, el tercer h i j o , llegara a ser su esposo. m u j e r de Juda. A l mismo tiempo falleció t a m b i é n la N o pudiendo soportar T a m a r la viudez, atrajo hacia sí a Juda, cubriéndose el rostro como una prostitutia. A l quedar g r á v i d a , d e s a p a r e c i ó , volviendo a tomar el velo de v i u d a . Juda quiso casarse, pero en vano b u s c ó a l a prostituta que encontró dispuesta en el " c a m i n o b i f u r c a d o " . A l saber que su nuera se prostituyó, quiso quemarla v i v a para salvar el honor de l a f a m i l i a . Pero T a m a r enseñó los presentes recibidos de Juda y fue perdonada; dio a luz mellizos; la parlera, para poderlos disting u i r , a t ó al p r i m e r o que n a c i ó un hilo colorado. Los varones que d i r i g i e r o n al pueblo de Israel, que m á s tarde tenia que ejercer una g r a n influencia en la evolución m o r a l y en el pensamiento europeos, quisieron hacer de él una comunidad de costumbres distintas a las de los pueblos vecinos. El áspero y asceta J e h o v á no tiene ninguna s i m i l i t u d con las divinidades paganas. Israel, pues, no veía con buenos ojos la prostitución, aunque tanto la prostitución hospitalaria como la poligamia y el concubinato existían desde l a época de los patriarcas. (Lamec, padre de N o é , Sara, Raquel, Lea y otros casos relatados en la Biblia.) Las h i j a s de Israel no p o d í a n prostituirse n i casarse con extranjeros. L a ley judaica establece detalladamente el de- recho del padre de vender a su h i j a para el casamiento. violación de las v í r g e n e s d e b í a tener como consecuencia r e p a r a c i ó n en dinero y el casamiento. La una E l levita castigaba con la muerte el adulterio, el incesto, igual que l a p e d e r a s t í a o l a so- EUCEN 68 domía. HELCIS N o se permitía siquiera el " d e s n u d o " entre todos los miembros de una f a m i l i a o de tener relaciones con una durante la m e n s t r u a c i ó n . E l v a r ó n israelita p o d í a tener mujer relacio- nes con prostitutas e x t r a ñ a s . Pero los " P r o v e r b i o s " nos muestran con c u á n t a severidad era castigado moralmente. "El Cantar de los Cantares". Rahab, Dalila, Jadü M á s tarde, cuando el reino de Israel l l e g ó a su apogeo, las costumbres perdieron algo de su severidad. E l rey S a l o m ó n tuvo setecientas esposas y trescientas concubinas, tal como lo ha dicho él mismo. Cuando los hebreos regresaron de la esclavitud ba- bilónica, pudieron dar lecciones de p r o s t i t u c i ó n ; el templo S a l o m ó n h a b í a s e convertido en centro de los desenfrenos. de Los profetas J e r e m í a s y Ezequiel tronaban contra la d e p r a v a c i ó n de las costumbres. Pero el poema dialogado; El Cantar tares, de los Can- venció los siglos. Este poema nada p e r d i ó de su ternura, gracia y sinceridad. Sulamita y su amante, en el que algunos ven al rey S a l o m ó n , mientras que otros a u n simple pastor, insp i r ó innumerables obras poéticas, pero los viejos Cantares per- manecen insuperables. A pesar de sus invectivas contra las extranjeras con "palabras melifluas", los hebreos recurrieron a menudo a ellas. J o s u é , el sucesor de M o i s é s , se valió de Rahab de J e r i c ó , quien facilitó la misión de los e s p í a s enviados por él en el p a í s de C a n a á n . Cuando los israelitas conquistaron a J e r í c ó , mataron a todos los hombres de allí, incluso ios animales, s a l v á n d o s e solamente los parientes de Rahab, la que se c a s ó con un príncipe israelita. Más tarde, la célebre cortesana D a l i l a , para tomar una especie de desquite, y actuando en favor de los principes filisteos, enemigos de los israelitas, e m b r u j ó a S a n s ó n , el Hércules hebreo. yenda es conocida. L a le- L a prodigiosa fuerza de S a n s ó n r e s i d í a en el hecho de que " l a navaja j a m á s h a b í a pasado por sus cabellos". Éste era su secreto, que D a l i l a logró arrancarle, llevándole a la perdición. Esta n a r r a c i ó n demuestra que el hombre m á s pode- roso puede llegar a ser juguete de la m u j e r que lo mantiene bajo el encanto de sus sentidos. Los hebreos se sirvieron en diversas HISTORIA SEXUAL DE L A HUMANIDAD ocasiones de mujeres contra los enemigos. 69 Judit, una viuda a la que D o m Calvet !e atribuye 65 a ñ o s , sedujo al general asirio Holoíernes, que h a b í a asediado B e t u l i a ; aprovechando su sueño de borracho, Judit l o decapitó y , de este modo, su ejército se dispersó. En estos tres casos, ¿ p o d r í a m o s ver el p r i n c i p i o de l a "prostitución política"? • * • Estos son los hechos que se pueden desprender de las características leyendas mitológicas y bíblicas. más El excesivo culto al amor físico condujo a monstruosidades como las s e ñ a l a d a s m á s arriba. Para las costumbres de aquellos tiempos, característicos son también los jardines suspendidos de Babilonia, donde reinaba el culto a M i l i t a (otro nombre de V e n u s ) . De acuerdo con l a ley de Nemrod, el rey cazador que fundó la ciudad, todas las mujeres estaban obligadas a prostituirse diosa, por lo menos una vez en su vida. Babilonia... en los altares de la De esta manera creció En A r m e n i a h a b í a el culto a la diosa A n a i t i s ; jóve- nes sacerdotisas y sacerdotes seductores se prostituían en los montes sagrados con los viajeros extranjeros, en holocausto a l a diosa. E n Fenicia predominaba el culto a A s t a r t é hermafrodita. Así como los varones h a b í a n instituido el culto a Venus, las mujeres fundaron el culto a Adonis, transformado m á s tarde en culto a P r í a p o , es decir, al ó r g a n o sexual masculino. E n Fenicia, ambos ritos se unieron en u n inmenso frenesí de los sentidos, el que a d q u i r í a todas las formas posibles. En los bosques y en las casas privadas, el culto se m a n t e n í a durante el d í a y toda la noche, recibiendo el precio de los " s a c r i f i c i o s " los maridos y los parientes. E n Chipre, isla donde n a c i ó Venus, las mujeres consagradas al culto se reunían como las sirenas en las costas, atrayendo con sus canciones y l u j u r i a s a los marineros, quienes no sólo dejaban en la rica isla su oro, sino frecuentemente sus huesos. Muchas tradiciones y leyendas de la misma c a t e g o r í a se pod r í a n relatar acerca de países m u y viejos como L i d i a , Persia, I n d i a , Egipto. Las tradiciones, que pasaron de g e n e r a c i ó n en g e n e r a c i ó n , alteraron la verdad p r i m i t i v a ; los seres y los hechos 70 E Ü G E N R E L G I S fueron idealizados y transformados en mitos; algunos mitos han sido después personificados. Los " h é r o e s " legendarios aparecie- ron como seres reales. De la inmensa confusión de los mitos y leyendas, los que hemos expuesto caracterizan suficientemente las costumbres sexuales p r e h i s t ó r i c a s . Penetraremos ahora en el dominio histórico, con personajes verídicos, cuya existencia, cuyos hechos y gestos no podemos poner en tela de j u i c i o . Egipto: Osiris e Isis. Rodopis. Cartago. Las Amazonas Entre los pueblos antiguos, cuyos documentos históricos presentan u n valor especial, Egipto ocupa un lugar importante. monumentos, a ú n hoy, constituyen testimonios de una Sus elevada civilización. E l clima ardiente y la proverbial f e r t i l i d a d del N i l o han contribuido a que los habitantes de Egipto fueran m u y sensuales. L a l u b r i c i d a d los impulsaba a no respetar n i siquiera a los c a d á v e r e s , si eran todavía atrayentes. Los barqueros que transportaban los muertos a l a o r i l l a opuesta del N i l o , en el desierto de L i b i a , acostumbraban a poner en práctica esa p r o f a n a c i ó n . Para que fueran respetados, se p o n í a n monedas en l a boca de los muertos. L a idolatría de los antiguos egipcios consistía en r e n d i r culto sensual a Osiris e I s i s : el Sol y la T i e r r a . Isis era l a m u j e r de Osiris, quien fue muerto y descuartizado por su hermano T i f ó n (Invierno). Moisés, que conoció Egipto, t r a s p a s ó esta leyenda a C a í n y A b e l . Isis logró reunir los restos del c a d á v e r de Osiris, con excepción de las partes genitales. Esta leyenda constituía el fondo de los célebres " m i s t e r i o s " , pictóricos de s í m b o l o s como: " p h a l u s " , t r i á n g u l o s místicos, horquillas m í s t i c a s , panecillos con la forma de los ó r g a n o s sexuales. Todos ellos eran llevados en las procesiones de Isis. A l lado de la prostitución sagrada y l a hospitalaria, a p a r e c i ó en Egipto t a m b i é n la de carácter legal, reglamentada. La hija de R a m s é s I se prostituyó en los lupanares públicos, para descub r i r al l a d r ó n que h a b í a robado los bienes de su p a d r e ; para 71 HISTORIA SEXUAL DE LA HUMANIDAD poder terminar la m á s grande de las p i r á m i d e s , fue vendida la h i j a de Cheops: sus amantes tenían que entregar cada uno un bloque de piedra o su valor respectivo. D e esta süerte, la h i j a de dicho f a r a ó n p r o c u r ó las piedras necesarias desde la m i t a d hasta la c ú s p i d e de la p i r á m i d e . U n a de las m á s conocidas cortesanas de todo el continente africano es Rodopis, una esclava dotada de gran belleza, nacida en T r a c i a . Su c o m p a ñ e r o de esclavitud era e! fabulista Esopo, feo y cojo, quien se h a b í a enamorado de ella; pero el amo la llevó a Egipto para explotarla. Sus numerosos amantes lo enriquecieron; fue, sin embargo, obligado a venderla a hermano m u y rico de la poetisa Safo. después; manera vendía a riquezas buen precio sus Cheraxos, Rodopis l o g r ó liberarse gracias; reunió de esta tan fabulosas, que la leyenda le a t r i b u y e la construcción de la p i r á m i d e de Micerinos. Neucratis llegó, merced a Rodopis, a ser u n centro de célebres cortesanas. Grecia y Fenicia U f a b a n deseaban conocerla. caravanas de Desde ricos libertinos que Se cuenta que por aquel entonces otra cor- tesana, A r c h i d i c e , sin ser tan hermosa, e x i g í a precios excesivos a los favoritos. U n j o v e n , que se h a b í a enamorado de ella, no pudo procurarse el i m p o r t e requerido. Rodopis, a c o m p a ñ a d a de esclavas, p a s ó por a l l í : Teniendo conocimiento de la triste sit u a c i ó n del j o v e n , le d i j o : —Sigúeme. N o te p e d i r é nada. E n el tiempo de la dinastía de los Tolomeos, v i v í a n otras cortesanas famosas. E n Cartago, en el lugar denominado Sicca V e n a r í a , se elevaba u n suntuoso templo destinado a la diosa V e n u s ; j ó v e n e s cartaginesas se entregaban a los extranjeros de una manera " r e l i g i o s a " para r e u n i r su dote y casarse honradamente. T a m b i é n allí h a b í a el culto de Adonis, el apasionado amante devorado por " u n furioso puerco e s p í n " . Es alusión al agotamiento que sigue d e s p u é s del acto. Las sacerdo- esta una tisas se flagelaban unas a las otras, para vengar a A d o n i s extenuado. Las mujeres de L i d i a {Asia M e n o r ) se prostituían desver- 72 EUGEN RELGIS gonzadamente para poder traer obsequios a su respectivo esposo. Las Amazonas de las c e r c a n í a s de Persia, se consagraban a la diosa A r t e m i s de una manera desinteresada, por p u r o misticismo. Nos aproximamos a s í a la antigua Grecia, cuyos filósofos y cortesanas, héroes y libertinos quedaron como ejemplos inmortales para todos los que se sucedieron en el curso de la historia.