20 años de Metropolis 1985-2005. Les Cahiers de l`Europe
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20 años de Metropolis 1985-2005. Les Cahiers de l`Europe
� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� Esta publicación ha sido editada paraMetropolis con el patrocinio de Les Cahiers de l’Europe couv+4e.Espagnol.indd 1 Les Cahiers de l’Europe / European Review Asociación Mundial de las Grandes Metrópolis METROPOLIS METROPOLIS Asociación Mundial de las Grandes Metrópolis 1985-2005 19/04/05 16:04:45 Éditorial Metropolis Metropolis : Participar en las decisiones mundiales En 1985, catorce grandes ciudades se reunieron en Montreal para constituir Metropolis, la Asociación Mundial de las Grandes Metrópolis. Lo hicieron impulsadas por la importancia creciente que estaban cobrando las grandes aglomeraciones urbanas, y por la necesidad de establecer puentes de colaboración entre las metrópolis de todo el mundo. El objetivo principal de Metropolis no ha cambiado desde entonces, y sigue siendo el de defender los intereses de las regiones urbanas mundiales, promoviendo el intercambio y la colaboración entre las instituciones que las gobiernan, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de todas las personas que habitan en las grandes metrópolis. Veinte años después, Metropolis cuenta con cerca de 90 miembros, y el número de metrópolis no ha parado de crecer. En la actualidad, más de 400 ciudades superan el millón de habitantes y su población total es de 1.200 millones. Las previsiones para el futuro confirman esta tendencia imparable. Según la ONU, en 2015 habrá en el mundo unas 550 metrópolis, y su población superará los 1.500 millones de habitantes. La visión que los fundadores de Metropolis tuvieron en 1985 sigue reforzándose con el paso del tiempo. El auge de las metrópolis constituye un elemento central de la urbanización del mundo, que es especialmente notable en los países en vías de desarrollo. En la actualidad, en los países más desarrollados las áreas urbanas concentran a un 75% de la población, mientras que en los países menos desarrollados la proporción es del 43%. Las proyecciones señalan que, en 2015, un 54% de la población de los países en vías de desarrollo habitará en zonas urbanas. Asia, África y América Latina lideran hoy el crecimiento urbano, y lo seguirán haciendo en el futuro que se avecina. La evolución demográfica es, sin embargo, sólo un indicador de cambios todavía más significativos en otros aspectos tales como la extensión territorial, las formas de gobierno, el desarrollo económico, la evolución social, el impacto ambiental o la multiculturalidad metropolitana. Enfrentarse a estos retos delimita la agenda de trabajo de Metropolis y de sus miembros, aunque los diagnósticos y las políticas puedan a veces diferir. A pesar de ser los más cercanos a la ciudadanía, los gobiernos locales y metropolitanos carecen a menudo de los recursos humanos y financieros necesarios para responder a sus necesidades. Normalmente, los gobiernos regionales, estatales y los organismos internacionales disponen de una mayor capacidad para desarrollar sus respectivas Joan Clos políticas. Los gobiernos locales y metropolitanos Président de Metropolis están impulsando una mayor representatividad Maire de Barcelone nacional e internacional para poder participar en decisiones de alcance mundial, que suelen afectar desproporcionadamente a las ciudades y a sus habitantes. En este sentido, quiero manifestar mi optimismo. Las autoridades locales están teniendo un reconocimiento cada vez mayor por parte de los principales organismos internacionales. En mayo de 2004, las ciudades y los gobiernos locales iniciaron un proceso de agrupación en torno a la organización de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), con el objetivo de reforzar la defensa de los intereses de las ciudades y sus ciudadanos en los foros internacionales. Debemos de seguir impulsando en el ámbito internacional el reconocimiento de un marco jurídico que garantice la democracia local y la autonomía financiera y de gestión de los gobiernos locales. Metropolis, que engloba a las grandes urbes mundiales en la Sección Metropolitana de CGLU, comparte con ésta no sólo los objetivos sino también una misma sede en Barcelona que permite visualizar este nuevo foco de poder local y metropolitano. Como Alcalde de Barcelona, Presidente de Metropolis y Vicepresidente de CGLU, quiero invitar a todos los gobernantes de las ciudades y regiones metropolitanas del mundo a unirse a este movimiento, y a asegurar que dentro de veinte años podamos celebrar nuevamente la conmemoración de las actividades realizadas por nuestra asociación, en el marco de un mundo que haya aumentado significativamente la descentralización y el papel de los gobiernos locales y metropolitanos. � � � ��� � � � � � � � � ������� � � �������� � � � � ��� � � �� 1 Éditorial Joan Clos, président de Metropolis................................................... p. 1 1 Metropolis : La red de grandes metropólis La organización de Metropolis........................................................... p. 6 Metropolis en acción......................................................................... p. 10 2 Un mundo de metrópoles La emergencia de las metrópolis a través de la historia............ p. 18 Tendencias actuales y perspectivas de las metrópolis................ p. 26 3 Problemas y retos de las metrópolis La gobernanza metropolitana: necesidad, complejidad y diversidad............................................... p. 40 El impacto de los grandes acontecimientos en el desarrollo de las metrópolis.................................................. p. 45 La gestión de la movilidad urbana................................................... p. 51 El medio ambiente en las metrópolis – La ciudad como lÍder.......................................................................... p. 55 Pobreza urbana y vivienda................................................................ p. 62 La evolución del empleo en las ciudades....................................... p. 68 4 Annexo Los miembros de Metropolis Miembros activos................................................................................ p. 80 Las regiones de Metropolis.............................................................. p. 86 Un mundo de metrópolis, un mundo de Metropolis................. p. 89 Éditorial p. 1 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles p. 5 2 Un mundo de metrópoles p. 17 3 Problemas y retos de las metrópolis p. 39 4 Annexo Los miembros de Metropolis p. 79 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles La organización de Metropolis Metropolis en acción 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Métropolis La organización de Metropolis Metropolis, una asociación mundial de grandes ciudades, es una organización internacional sin ánimo de lucro, independiente de todo partido político o religión. Pueden ser miembros activos de la asociación todos los poderes públicos o autoridades con competencias territoriales, las instituciones o entidades que velan por la representación de las «metrópolis», independientemente del sistema de administración local. Esta Asociación tiene por objeto principal favorecer la cooperación internacional y los intercambios entre las autoridades políticas, las administraciones, los organismos públicos o privados de las grandes metrópolis con el fin de: • promover y difundir los conocimientos adquiridos en las áreas que contribuyen a la gestión, ordenación y desarrollo de las grandes metrópolis, • difundir las experiencias y las políticas aplicadas por los responsables de las grandes metrópolis para satisfacer las necesidades esenciales y aspiraciones de sus habitantes, • alentar o favorecer todos aquellos estudios o investigaciones que contribuyan a una mejor organización del espacio urbano, a la mejora del medio ambiente y de las condiciones de vida de las poblaciones de las grandes metrópolis así como también a su salud económica, • reforzar los lazos de solidaridad establecidos entre las grandes metrópolis en ocasión del Congreso «Metropolis 84», extenderlos a otras metrópolis con el objeto de favorecer la comprensión entre los pueblos y el diálogo entre metrópolis de distintos países. Para realizar estos objetivos, la Asociación ofrecerá los medios de contacto, facilitará o alentará al intercambio de informaciones o de ideas entre las organizaciones o personas interesadas directa o indirectamente por los problemas de las metrópolis y de su evolución. (Extracto de los estatutos de Metrópolis, 1985) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 6 Historia de Metropolis Metropolis fue impulsada en 1984 por Michel Giraud, entonces Presidente del Consejo Regional de Ile-de-France, quién convocó el primer Congreso Metropolis’84 en París. La reunión constitutiva de la Asociación tuvo lugar en Montreal en Abril de 1985 y en ella participaron 14 miembros fundadores: Abidjan, Addis-Ababa, Barcelona, Buenos Aires, El Cairo, Colombo, Ile de France, Londres, Los Angeles, México, Montreal, Nueva York, Tokio y Turín. Michel Giraud, presidente honorario de Metropolis, fundador y presidente 1985-1988: «Viernes 12 [de octubre de 1984 en París]... Se me ha asignado la tarea de sacar las conclusiones del coloquio [Congreso Mundial de Metropolis 84]. Apreciando el interés demostrado por los congresistas y haciéndome partícipe del pesar que manifiestan por tener que separarse, he improvisado una propuesta: la de crear, lo más pronto posible, una asociación que permita institucionalizar las relaciones de concertación entre los dirigentes de las grandes metrópolis del mundo. El recibimiento fue espontáneo; la aprobación, unánime y sonora. Metropolis estaba a punto de nacer. Misión cumplida el mes de abril de 1985 en el reencuentro celebrado en Montreal por los responsables políticos de catorce metrópolis de más de dos millones de habitantes de los cinco continentes, quienes firman de forma conjunta los estatutos de la asociación mundial de la que se convierten en cofundadores. METROPOLIS. (Texto de Éclats de Vie, France-Empire, 2001). Michel Giraud fue Presidente de Metropolis desde 1985 hasta 1998 y la región Ile de France acogió la sede de la Secretaria General hasta 1999. En 1998, Michel Giraud anuncia su deseo de retirarse de la política activa y Joan Clos, Alcalde de Barcelona, en el Consejo de Administración de Seúl es elegido nuevo presidente, siendo reelegido en Barcelona’99 y Seúl’03. 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Constitution de Metropolis à Montréal (1985) Durante esta etapa, Metropolis se ha consolidado como la primera asociación mundial de las grandes ciudades, ampliando la base de sus miembros en todos los continentes e impulsando las actividades políticas y técnicas de la asociación. Metropolis tiene en la actualidad más de 80 miembros repartidos por todos los continentes. En la ya larga historia de Metropolis citaremos solo algunos de los hitos más importantes: • En 1984: Creación del comité provisional de la Asociación Metropolis y celebración del Congreso en París, “¿Cuál es el desarrollo para las grandes metrópolis a las puertas del 3r milenio?” • En 1985: Constitución oficial de la Asociación mundial de las grandes metrópolis, Metropolis, en Montreal. • En 1987: II Congreso en Ciudad de México.“Por una mejor vida para todos en las metrópolis.” • En 1990: III Congreso en Melbourne “El progreso de las metrópolis”.. Desde 1990, Metropolis articula sus comisiones técnicas o de trabajo (más de 31 temas a lo largo de estos años) que presentan sus resultados en cada Congreso trienal. • En 1992: participación en la conferencia de las Naciones Unidas sobre medio ambiente, “Cumbre de la Tierra” en Río. • En 1993: IV Congreso en Montreal, “El ciudadano y el desarrollo sostenible.” Metropolis pone en marcha su esquema de asistencia técnica • En 1996: V Congreso en Tokio, “La metrópolis para el hombre, en busca de una solidaridad entre los ciudadanos del mundo.” Metropolis participa activamente en Habitat II y fue también inspiradora del movimiento internacionalista de gobiernos locales con la constitución en Estambul en 1996 de la CAMVAL (Coordinación de las Asociaciones Mundiales de Ciudades y Autoridades Locales), en la primera Asamblea Mundial de Ciudades y Autoridades Locales. • En 1997:: se constituye el Instituto de Formación de Montreal • En 1998: Joan Clos, alcalde de Barcelona, sucede a Michel Giraud como Presidente de Metropolis • En 1999: VI Congreso en Barcelona, “Una red de ciudades para un mundo de ciudadanos.” Metropolis elabora en 1999 su primer plan estratégico y de acción que, a partir de entonces, es revisado y aprobado en cada asamblea general. • En 2000: El Consejo de Administración y la Asamblea General Especial en Guangzhou, aprueban una modificación de estatutos y reglamento, de manera unánime, que sanciona la creación de vicepresidencias y Secretarías Regionales. La Secretaria General se traslada a Barcelona. Joan Clos es elegido Presidente de Comité Asesor de Naciones Unidas para las Autoridades Locales ( United Nations Advisory Council of Local Authorities). Metropolis entra a formar parte del Consultative Group de Cities Alliance, iniciativa del Banco Mundial y Habitat, • En 2001: Río de Janeiro se convierte en el símbolo del poder local al acoger al mismo tiempo el Consejo de Administración de Metropolis y la II Asamblea Mundial de Ciudades y Autoridades Locales. Convenio de Colaboración entre la CAMCAL y el Banco Mundial Création de la CAMVAL à Istanbul (1996) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 7 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Joan Clos et Kofi Annan (New York, Juin 2001) • El Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, recibió en Nueva York a los representantes de las principales asociaciones internacionales de gobiernos locales y el 6 de Junio, Joan Clos, Presidente de Metropolis, en representación de todas las autoridades locales, habló ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Se presenta la declaración de la Segunda Asamblea Mundial de Ciudades y Autoridades locales ante las Naciones Unidas. Metropolis organizó en Nueva York un evento paralelo “Los retos de las metrópolis en el nuevo milenio”. • Melbourne pone en marcha el nuevo sitio de internet www.metropolis.org, como principal vehículo de comunicación de nuestra asociación. • En 2002: VII Congreso en Seúl “La gobernancia metropolitana en el nuevo milenio” Se entrega los primeros Premios Metropolis a las ciudades de Istanbul, La Habana, Montreal, Addis Ababa, Rio de Janeiro y Seul. • Participación en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible (Río+10), en Johannesburg y en el Foro Urbano Mundial de UN- Habitat, Nairobi Mayo 2002 • El presidente de Metropolis, Joan Clos, recibió el Premio de Honor Habitat 2002 por su notable compromiso y contribución a la cooperación global entre autoridades locales y las Naciones Unidas, Bruselas. • En 2003: participación en el Tercer Foro Mundial del Agua, en Kyoto. Encuentro de alto nivel entre las Asociaciones Mundiales de gobiernos locales y las Agencias y Programas de las Naciones Unidas. Participación en la US Conference pof Mayors en Denver. Acuerdo de colaboración con Mosaïcultures International 2003, Montreal. • En 2004: Metropolis participa activamente en el Congreso Fundacional de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, en París en Mayo 2004. Metropolis asume la Sección metropolitana de la nueva organización y pasa a estar representada en sus órganos directivos. United Cities y Metropolis inauguran su nueva sede en Barcelona, dando así visibilidad al esfuerzo unitario de los gobiernos locales. Participación en el Forum Urbano Mundial de Un Habitat y Forum de las Culturas 2004, en Barcelona. • En 2005, VIII Congreso en Berlín “Tradición y transformación. El futuro de la ciudad”. Entrega de los segundos premios Metropolis. Los órganos de Metropolis Los órganos de la Asociación son: la Asamblea, el Consejo de Administración y su Comité Ejecutivo. La Asamblea General está compuesta por los miembros activos, la convoca el Presidente del Consejo de Administración en cada Congreso trienal de Metropolis, y elige un nuevo Consejo de Administración y un nuevo Comité Ejecutivo. El Consejo de Administración está formado por 22 miembros, que se reúnen una vez al año. Este Consejo vota el presupuesto y decide las actividades de la Asociación. El Comité ejecutivo esta formado por representantes de las cinco regiones aprobadas en 2000 (Africa, América del Norte, América Latina y el Caribe, Europa y Asia-Pacífico) y cada una está representada actualmente por un Vicepresidente ejecutivo y un Vicepresidente regional. La Secretaria General Permanente está Barcelona y existen cinco Secretarias Regionales cuyas sedes se han establecido actualmente en Abidjan (Región Africa), Montreal (Región América del Norte), Río de Janeiro (Región América Latina y el Caribe), París (Región Europa) y Melbourne (Región Asia-Pacífico) Joan Clos succède à Michel Giraud à la présidence de Metropolis (1998) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 8 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Consejo de Administración Comité Ejecutivo Presidente Barcelone : Joan Clos – Alcalde de Barcelona, Presidente del Àrea Metropolitana de Barcelona Primer viceprésidente y viceprésidente de Europa París - Ile-de-France : Jean-Paul Huchon – Présidente de la Asociación Regional de Ile-de-France Viceprésidente Asia/Pacífico Melbourne : Rob Hulls – ministra de Planificación del Estado de Victoria Viceprésidente de Amérique del Nortr y tesorero Montréal : Gérald Tremblay – alcalde de Montréal Viceprésidente de Áfrique Abidján : Djédji Amondji Pierre – Gobernador del distrito de Abidján Viceprésidente de Amérique latina y el Caribe Río de Janeiro : Cesar Maia – alcalde de Río de Janeiro Viceprésidente Regional Europa Berlín : Ingeborg Junge-Reyer – senadora de Urbano Viceprésidente Regional Asia/Pacífico Séúl : Lee Myung-bak – alcade Seúl Viceprésidente Regional Amérique del Norte México : Arturo Montiel Rojas – Gobernador del Estado de México Viceprésidente Regional Áfrique Addis-Abeba : Arkebe Oqbay – presidente del Consejo de la Ciudad deAddis-Abeba Viceprésidente Regional de América latina y el Caribe La Havane : Juan Contino Aslán – Alcalde de Ciudad de La Habana Otros miembros del Consejo de Administración Europa Istanbul Moscú Bruxelles Kadir Topbas Youri M. Loujkov Guy Vanhengel Alcalde de Metropolitan Istanbul Alcalde de Moscou Ministro del Gobierno de la régión de Bruselas-Capital Asia/Pacífico Guangzhou Zhang Guangning Alcalde de Guangzhou Dubaï Qassim Sultan Director General deDubai Amérique del Norte Toronto Monterrey David Miller Ricardo Canavati Tafich Alcalde de Toronto Presidente Municipal de Monterrey África Libreville Rabat André-Dieudonné Berre Omar El Bahraoui Alcalde de Libreville Présidente del Consejo municipal de Rabat Hassan Amérique latina y Caribe Belo Horizonte Fernando Damata Pimentel Alcalde de Belo Horizonte � � � � �� � � � � � � � � � �� �� �� � � ������ �� � � � � � �� � � � � 9 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Métropolis en acción Metropolis es la organización representativa de las regiones y áreas metropolitanas a escala mundial y portavoz de los intereses de las metrópolis en los foros internacionales. Este objetivo le obliga a estar presente en las instancias de concertación y decisión regionales y mundiales más importantes. Su misión es representar a sus miembros y sus intereses, transmitir sus mensajes y dar a conocer sus ideas y puntos de vista. Metropolis tiene también vocación de favorecer las relaciones de sus miembros con las empresas, el mundo universitario y la sociedad civil. En 2004, Metropolis ha unido sus fuerzas a Ciudades y Gobiernos Locales Unidos para consolidar una representación única de los gobiernos locales a nivel internacional. Metropolis gestionará la sección metropolitana de UCLG y estará representada en sus órganos de gobierno. Metropolis se esforzará en incorporar a la nueva organización, el conocimiento y la experiencia acumulada durante más de veinte años de trabajo en red con las áreas metropolitanas. Metropolis colabora con UN-Habitat, cuyo Comité Asesor de Autoridades Locales (UNACLA) es presidido por Joan Clos, Alcalde de Barcelona y Presidente de Metropolis. Metropolis también participa activamente en el Forum Urbano Mundial, que Habitat organiza cada dos años. Joan Clos avec Anna K.Tibaijuka, Directrice exécutive d’ONU-Habitat. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 10 También colabora con el Banco Mundial y el programa Cities Alliance, UNESCO (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) , PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), PGU (Programa de Gestión Urbana), ICLEI (International Council for Local Environmental Initiatives), UITP (International Union of Public Transport). UNITAR (United Nations Institute for Training and Research), GlocalForum, EMI(Earthquake and Megacities Initiative), y Mosaicultures, entre otras. Metropolis, a través de sus Secretarías Regionales, impulsa el contacto con agrupaciones económicas y políticas regionales. Trabajo de las comisiones y actividades técnicas llevadas a cabo por las metrópolis en conjunto De acuerdo con las prioridades de los planes de acción trienales adoptados con motivo de cada Asamblea General de Metropolis, los socios de la red han reflexionado y organizado intercambios de informaciones y experiencias prácticas en el seno de las distintas comisiones de trabajo temáticas. Estas comisiones, marcos de cooperación privilegiados, han tenido por objeto identificar las principales problemáticas urbanas, investigar y a continuación difundir las soluciones más pertinentes puestas en práctica para responder a los desafíos de las grandes metrópolis. De esta forma, de 1985 a 2005 se han constituido 31 comisiones (tabla 1). Cada una ha reunido, bajo la presidencia de una autoridad, de veinte a treinta socios, y ha podido enriquecer sus trabajos con aportaciones exteriores gracias a la participación de expertos, universidades, organizaciones no gubernamentales, empresas u organizaciones internacionales. 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Tabla 1: Comisiones de Trabajo 1990-2005 Melbourne ’90 • Contribución de las actividades del sector servicios para salir de la crisis económica • Optimización del transporte en las zonas urbanas • La gestión de los ecosistemas urbanos: el origen y el tratamiento de residuos • Comisión de riesgos mayores • Políticas para el alojamiento de nuevas poblaciones en las metrópolis Montréal ’93 • Políticas para posibilitar que personas con rentas bajas se beneficien del desarrollo urbano • La contaminación atmosférica y la salud en las grandes metrópolis • Transporte urbano • Planificación estratégica para las metrópolis • Estrategias económicas y desafíos de las grandes metrópolis • Estrategias de información y educación para la gestión de residuos urbanos sólidos Tokyo ’96 • Proyectos de mejora de grandes estructuras y desarrollos de las metrópolis • Observatorios medioambientales, solicitud para la gestión del agua de la ciudad • Industrias manufactureras en las metrópolis: aspectos económicos y urbanos • Integración de la juventud desfavorecida • El automóvil en la ciudad Barcelone ’99 • Los alrededores de los aeropuertos como catalizadores del desarrollo metropolitano • Políticas para la lucha contra la contaminación atmosférica • Apoyo al desarrollo laboral en las grandes metrópolis mediante la atracción y la creación de negocios • Desarrollo social y cultural Séoul ’02 • El impacto de acontecimientos deportivos y culturales únicos en las grandes ciudades • Estrategias para la reducción de la pobreza urbana • Mejora y mantenimiento de la calidad del agua para las metrópolis • La sociedad de la información y la ciudad • Indicadores urbanos Berlin ’05 • • • • • Gobernanza metropolitana Pobreza urbana y medio ambiente Gestión de residuos urbanos Movilidad urbana Indicadores metropolitanos de resultados • El agua y la sostenibilidad de las metrópolis Estos foros, llegado el caso estructurados en subcomisiones y realizando sus intercambios sobre la base de un programa de trabajo propuesto por cada presidencia de comisión, han celebrado de una a dos reuniones por ciclo trienal gracias al apoyo técnico y financiero de la Secretaría General de Metropolis. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 11 Metropolis Las comisiones han podido completar los intercambios entre sus miembros mediante el desarrollo de acciones formativas, la realización de programas de asistencia técnica, la organización de seminarios y la puesta en marcha de estudios de casos. Han presentado además un informe intermedio de actividad, coincidiendo con cada Consejo de Administración, y han formalizado el resultado de sus trabajos en un informe final presentado ante los socios de la red con motivo de los distintos congresos de Metropolis. Entre los temas tratados figuran en particular: el medio ambiente y los ecosistemas urbanos, los transportes, la ordenación y el desarrollo urbano, los riesgos mayores, la lucha contra la pobreza y la exclusión social, el desarrollo económico, la sociedad de la información, los indicadores urbanos, la cultura, el impacto de los grandes acontecimientos en el desarrollo de las metrópolis, la organización administrativa de las metrópolis, las nuevas formas de gobierno. Con el fin de reforzar la interacción entre los socios y permitir el seguimiento y una gran difusión de los trabajos realizados en el seno de la red, cada comisión dispone a día de hoy de un portal en Internet (abierto con la ayuda de la fundación Development Gateway del Banco Mundial) donde agrupar las experiencias y análisis de los miembros de la comisión, presentar el calendario de trabajo y los informes adoptados, y vincular las estadísticas, los estudios y las contribuciones con el tema tratado. Barcelone 1999 Barcelone 1999 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 12 La actualización y la gestión del contenido de estos portales están garantizadas gracias a los coordinadores de cada comisión, en colaboración con la Secretaría General de Metropolis. Por otro lado, el boletín informativo y el mismo sitio Internet informan con regularidad sobre el avance de las reflexiones desarrolladas por cada comisión y, de esta forma, garantizan la diseminación de dichas informaciones. Los socios de Metropolis quisieron reforzar la comunicación de la asociación por medio de la creación, en 2002, de un Premio Metropolis como recompensa por la realización de un proyecto que contribuya a mejorar la calidad de vida en una metrópoli socia de la red. Estambul ha sido la primera ciudad distinguida con este premio. Asimismo, además de las actividades desarrolladas por las comisiones de trabajo, los socios de Metropolis constituyeron en 2002 un grupo de trabajo sobre el tema de la financiación del desarrollo, cuya misión será favorecer la confrontación de los análisis y elaborar, en este ámbito, nuevas propuestas de acción. El instituto internacional de formación de metropolis El conjunto de las problemáticas urbanas se ha expuesto y reafirmado en varias ocasiones, en particular con motivo de las grandes conferencias mundiales organizadas por Naciones Unidas, tales como la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992 y la Conferencia sobre los 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Asentamientos Humanos (Habitat II) celebrada en Estambul en 1996. Estas conferencias internacionales concluyeron que a los políticos locales y regionales no se les escapa el hecho de que el conjunto de sus responsabilidades se incrementa al ritmo de la adopción de nuevas responsabilidades, así como de la proliferación de las leyes y los reglamentos aplicables. Además, el crecimiento y la globalización obligan a las ciudades a mejorar los servicios ofrecidos a los ciudadanos y a ser cada vez más competitivas. Así pues, el refuerzo de las capacidades se convierte en un imperativo para hacer frente a los desafíos urbanos (vivienda, infraestructuras, transporte, medio ambiente, finanzas, gestión, desarrollo social y económico). Es en este marco donde las metrópolis y las autoridades locales, regionales y nacionales emprenden cada vez más a menudo la búsqueda de soluciones concretas a las problemáticas con las que se enfrentan. En otras palabras, buscan planteamientos prácticos. A partir de 1996, Metropolis convierte la formación en una prioridad, teniendo en cuenta su aportación al desarrollo y a la buena gobernanza. En este contexto, Metropolis crea un instituto internacional de formación para responder a las necesidades de sus socios con sede en Montreal, a causa de su experiencia y proyección internacional. El Instituto imparte una formación aplicada en gestión urbana. Esta formación práctica está principalmente destinada a políticos y técnicos de ciudades y entidades metropolitanas. Además, el Instituto ofrece oportunidades para el establecimiento de redes de contactos entre los políticos y los dirigentes que trabajan en los diferentes sectores de la gestión urbana. De esta forma, pone en contacto a políticos y técnicos que comparten las mismas preocupaciones. Los principales objetivos del Instituto son: • ofrecer seminarios de formación y perfeccionamiento centrados en las necesidades de los participantes y las autoridades locales y regionales, • favorecer la adquisición de competencias prácticas centradas en la resolución de problemas, • actualizar los conocimientos de los participantes y sus métodos de gestión, • dar a los participantes la oportunidad de desarrollar relaciones profesionales con el fin de facilitar la realización de proyectos. El Instituto promueve un planteamiento práctico, apelando a la experiencia de los participantes. Este planteamiento interactivo se basa en el estudio de situaciones cotidianas que facilitan la transferencia de conocimientos y su adaptación al contexto de las organizaciones participantes. De esta forma, a lo largo de las sesiones de formación, los expertos guían a los participantes en la resolución de sus problemas usando por un lado sus proyectos y, por otro, recurriendo a las mejores técnicas y herramientas disponibles para un aprendizaje adaptado. Para completar la formación práctica preconizada, el Instituto organiza visitas a emplazamientos, proyectos e iniciativas de entidades públicas y privadas relacionadas con el programa de formación. Estas visitas técnicas pretenden reforzar la dimensión práctica de la formación, maximizar los intercambios sobre el terreno con los dirigentes respecto a las condiciones de éxito de los proyectos, establecer relaciones profesionales y desarrollar una colaboración muy provechosa. Desde su creación, el Instituto Internacional de Metropolis ha organizado numerosos programas de formación de distintas duraciones para varias ciudades de diferentes países. Las actividades del Instituto le han permitido acumular un amplio conocimiento de los desafíos locales y metropolitanos, y una sólida experiencia en el fortalecimiento de las capacidades y de la gobernanza. A través de estas actividades, Metropolis contribuye en gran medida al refuerzo de las habilidades institucionales de sus socios. Cooperación internacional y asistencia técnica La cooperación internacional y la solidaridad entre las metrópolis socias son uno de los ejes importantes del radio de acción de Metropolis. Hay que recordar que todas las metrópolis se enfrentan a los mismos desafíos de aprovisionamiento � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 13 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis de servicios y de infraestructuras para ciudadanos y empresas, con el fin de garantizar su desarrollo socioeconómico y mejorar su competitividad. También hay que recordar que las metrópolis de los países en desarrollo se enfrentan a problemas mayores, con unos recursos financieros y fiscales muy limitados. Fue en este marco, al terminar el congreso de Montreal en 1993, cuando la Asamblea General de Metropolis decidió dotar a la asociación de un programa de asistencia técnica. Es importante señalar que Metropolis ya había adquirido previamente dos fructuosas experiencias con proyectos de cooperación internacional en Sarajevo y La Habana. El programa de asistencia técnica, puesto en marcha en 1995, por una parte tiende a favorecer los intercambios entre las metrópolis socias y, por otra parte, permite que éstas pongan en marcha sus proyectos de desarrollo y gestión urbana. Así pues, todo miembro activo de la asociación puede realizar una demanda de asistencia técnica presentando una petición oficial al Comité Ejecutivo y al Consejo de Administración para que le den su conformidad. Una vez aprobadas, las demandas se difunden a las otras metrópolis para reunir sus ofertas y satisfacer las necesidades expresadas. De esta forma, Metropolis se asegura por un lado de la adecuación entre la oferta y las � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 14 necesidades y, por otro lado, apoya a las partes en la elaboración y la supervisión de los proyectos. La asistencia de Metropolis solamente entra en juego en el marco de proyectos que hayan sido aprobados por las autoridades políticas de la metrópolis demandante. El planteamiento asistencial es muy pragmático, ya que se dirige a proyectos concretos, bien definidos. La asistencia se traduce en la aportación de servicios técnicos en el transcurso de las fases de realización de proyectos. Se efectúa bajo la responsabilidad de Metropolis, que además aporta valiosas ayudas financieras para cubrir los desplazamientos internacionales de los expertos. Metropolis también facilita su disponibilidad y la cobertura de sus honorarios realizando un intercambio con las autoridades de la metrópolis oferente. Por lo que respecta a la metrópolis beneficiaria, contribuye de forma mínima a sufragar los gastos de alojamiento y manutención de los expertos internacionales. Una vez solucionadas estas cuestiones técnicas, los proyectos se elaboran de forma conjunta y se acompañan hasta la etapa de la financiación. Si la metrópolis que ha recibido ayuda técnica no dispone de recursos financieros suficientes para realizar el proyecto, Metropolis la ayuda a establecer contactos con las organizaciones internacionales o con proveedores de fondos. 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Séoul 2002 Guangzhou 1998 Esta manera de proceder se revela eficaz sobre todo para las metrópolis de los países en desarrollo que no disponen de expertos especializados ni de grandes recursos financieros. De esta forma, Metropolis ha conseguido ayudar a varios de sus socios, en particular a los más necesitados, para llevar adelante proyectos importantes en los distintos ámbitos de la gestión urbana y ha demostrado claramente que las metrópolis son actores importantes en el campo de la cooperación internacional. la asociación: las ciudades miembros activos, los asociados y los miembros de honor. El Comité ejecutivo se reúne para preparar las reuniones del Consejo de administración y realizar el seguimiento de la ejecución de sus decisiones. Finalmente el Consejo de administración, que es elegido por la asamblea general, vota el presupuesto anualmente y decide sobre las actividades de la Asociación. Congresos y reuniones estatutarias de Metropolis Metropolis organiza cada tres años su congreso en el que congrega a todos sus miembros y colaboradores para promover acciones de intercambio y cooperación, impulsar la reflexión sobre temas y políticas metropolitanas y decidir sobre las actividades a realizar en el futuro. En 2005, la asociación celebra su octavo congreso y su 20 aniversario. Hasta la actualidad han tenido lugar los siguientes congresos: Paris-1984, Ciudad de México-1987, Melbourne-1990, Montreal1993, Tokio-1996, Barcelona-1999, Seúl-2002 y Berlín-2005. Durante el congreso, se convocan las reuniones estatutarias de la asociación. La asamblea general mantiene su reunión con todos los miembros de Les congrès de Metropolis (1984-2005) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 15 1 Metropolis : La red de grandes metrópoles Metropolis Congresos y reuniones estatutarias � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 16 Congresos y reuniones ordinarias Ciudad Fechas Congreso ’84 Asamblea fundacional Consejo de Administrción Consejo de Administrción Consejo de Administrción Congreso ’87 y Asamblea General Consejo de Administrción Consejo de Administrción Consejo de Administrción Congrès ’90 y Asamblea General Consejo de Administrción Consejo de Administrción Consejo de Administrción Congrès ’93 y Asamblea General Consejo de Administrción Consejo de Administrción Consejo de Administrción Congrès ’96 y Asamblea General Consejo de Administrción Consejo de Administrción Congrès ’99 y Asamblea General Consejo de Administrción Consejo de Administrción y Asamblea General Extraordinaria Consejo de Administrción Consejo de Administrción Consejo de Administrción Consejo de Administrción Congrès ’05 y Asamblea General París Montréal El Cairo Buenos Aires Nueva York México Madrid Casablanca Los Ángeles Melbourne Dakar Barcelone El Cairo Montreal Tokio Lisboa París Tokio Santiago du Chile Seúl Barcelone París 10-12 de octubre de 1984 18-19 de abril de 1985 22-23 de enero de 1986 Guangzhou Río de Janeiro Seúl Istanbul México Berlín 24-25 de septiembre de 1986 20-22 de enero de 1987 19-21 de mayo de 1987 27-29 de enero de 1988 2-4 de febrero de 1989 31 de enero-2 de febrero de 1990 19 de octubre de 1990 14-16 de marzo de 1991 9-10 de abril de 1992 11 de febrero de 1993 24 septembre 1993 17 de febrero de 1994 15-17 de marzo de 1995 12 de enero de 1996 26 de abril de 1996 16 de abril de 1997 25 de abril de 1998 19 de marzo de 1999 18 de noviembre de 1999 2 de octubre de 2000 7 de mayo de 2001 30 de mayo de 2002 29 septembre 2003 30 de marzo-2 de abril de 2004 11-15 de mayo de 2005 2 Un mundo de metrópoles La emergencia de las metrópolis a trvés de la historia Tendencias actuales y perspectivas de las metrópolis 2 Un mundo de metrópoles Metropolis La emergencia de las metrópolis a través de la historia La metropolización que marca nuestra época es el fruto de un proceso muy largo cuyos inicios se remontan a la propia aparición de la «civilización», es decir, en sentido etimológico, de la «cultura de las ciudades». Esta evolución de más de cinco mil años comprende distintas etapas: la aparición de las primeras ciudades urbanas, la formación de los primeros sistemas urbanos durante la primera revolución urbana, la segunda revolución urbana asociada a la revolución industrial y, sobre todo, a la llegada del transporte motorizado, y por último, aparecida hace medio siglo, la disociación cada vez más marcada de la polarización de la población y de la producción. Las metrópolis de hoy son producto de múltiples evoluciones espaciales, económicas, sociales, políticas, culturales y tecnológicas marcadas por los condicionantes geográficos, los límites de la ciencia y de la condición humana. Abordando los retos casi cotidianos de la gestión de nuestras grandes metrópolis, a menudo resulta útil impregnarse de la historia que éstas llevan consigo y de las perspectivas que se abren con ella. Éstos son los dos apartados del presente capítulo que pondrá de relieve el patente contraste entre el triunfo reciente e incluso brutal de las tendencias hacia la urbanización y el debilitamiento aún más reciente de la integración intraurbana, fenómeno relacionado con la expansión urbana. El mundo moderno es hasta tal punto urbano que la mayoría de las veces nuestros contemporáneos tienden a considerar el fenómeno urbano como algo adquirido y a creer que, desde siempre, han existido ciudades y que, para decirlo así, el ser humano ha nacido urbano. Sin embargo, nada está más lejos de la realidad. El fenómeno urbano es totalmente reciente dentro de la historia plurimilenaria del «homo sapiens sapiens». Si este último apareció hace unos 150.000 años, el primer «sistema urbano» no surge hasta 4300-3100 a.c en la región de Sumeria, es decir hace 6.300 ó 5.100 años. Así pues, durante al menos el 95% de su existencia, el homo sapiens sapiens que somos 18 La primera revolución urbana: desde la época de Sumeria hasta 1825 Las primeras ciudades, si pensamos en Çatal Höyük, Jericó o Jarmo, no formaban parte de un sistema urbano y, por consiguiente, no eran verdaderamente «urbanas»: estaban demasiado aisladas y no contaban con vías de comunicación que las uniesen a otras ciudades. El primer verdadero sistema urbano constituido por ciudades «urbanas» unidas entre sí por redes e intercambios apareció en Mesopotamia, en la región de Sumeria, hacia 3500 a.c, durante la primera revolución urbana, con la emergencia de las ciudades de Eridú, Ur, Uruk y sus vecinas. La aparición de este primer núcleo urbano fue seguida, poco después, por la del hogar egipcio (con Memfis y Tebas), más tarde, al cabo de mil años, por la red urbana del valle del Indo (con Harappa, Mohenjo-Daro y Kalibangan) y, por último, otro milenio más tarde, por la cuna urbana de China (con Changan-Xi’an, Luoyang, Zhengzhou y Kaifeng). La primera revolución urbana2 fue precedida, al menos un milenio antes, por la aparición de la agricultura, aunque probablemente no fue tan provocada por la propia agricultura como por innovaciones relacionadas con el transporte y las comunicaciones que aparecieron más o menos en el mismo momento que las primeras ciudades «urbanas»: inventos como los de la escritura, la rueda, el carro y las primeras embarcaciones más perfeccionadas que la simple balsa o la piragua. Desde el origen, las ciudades, los sistemas urbanos y las redes de comunicación han estado en La síntesis que sigue está inspirada en Tellier (2005). Sobre el tema de la historia de la urbanización, véase la obra clásica de Bairoch (1985). La síntesis de dicha historia presentada aquí, difiere, sin embargo, parcialmente de la visión desarrollada por dicho autor. La misma se deriva de Tellier (2002). 1 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� nosotros no ha tenido nada de urbano. Además, hace apenas 200 años, hacia 1800, el índice de urbanización mundial se situaba sólo alrededor del 5%, lo que representa una cifra muy baja (alcanzó el 29,4% en 1950 y el 48,2% en 2000). No es hasta principios del tercer milenio que la mayoría de la población mundial será urbana y dejará de ser rural, por primera vez en la historia de la humanidad. Ahora bien, las Naciones Unidas prevén que muy pronto, en 2030, ya no será el 50% sino el 60% de la población mundial la que vivirá en las ciudades (UN-Habitat, 2004).1 2 2 Un mundo de metrópoles Metropolis competencia. En la región del Creciente Fértil, tres ejes fluviales se disputaron la supremacía: el eje del Éufrates, entre el Golfo Pérsico y el Mediterráneo, el del Tigris, entre el Golfo Pérsico y el Mar Negro, y el del Nilo, entre la África de los Grandes Lagos, aún inaccesible, y el Mediterráneo. El imperio egipcio contó con el Nilo, el imperio asirio con el Tigris, y los imperios babilonios con el Éufrates. Con el triunfo de Babilonia, la primera verdadera metrópolis de la Historia, el eje del Éufrates se impuso gracias a la conexión que el Corredor Sirio permitió establecer entre el Éufrates y el Mediterráneo, mientras que el enlace del Tigris con el Mar Negro permanecía difícil y el del Nilo con la África de los Grandes Lagos planteaba graves dificultades. El eje del Éufrates es una de las secciones más importantes del Gran Corredor3 y el movimiento de Sumeria hacia el Mediterráneo es una de las causas del gran movimiento hacia el oeste que marcó el nacimiento de Occidente (véase el círculo central del Gran Corredor en el mapa 2.1). Esta trayectoria fue de Sumeria hacia Babilonia, Fenicia, Anatolia y Grecia, y más tarde, hacia Italia, Galia e Inglaterra. Fue acompañada por un movimiento de urbanización (que más de mil años antes había precedido otro de difusión de la agricultura que seguía la misma trayectoria), y por un movimiento de desarrollo económico, social y cultural. Mapa 2.1:Trazado de los tres corredores topodinámicos mundiales Kilómetros Corredor Mongolo-americano 3 Gran Corredor Corredor Asiático El Gran Corredor corresponde al límite sur de la «cordillera de cordilleras» que domina el continente euroasiático. De este a oeste, esta cordillera incluye la meseta de Yunnan (China), el Himalaya, los montes Karakorum (Cachemira), los montes Suleimán (Pakistán), la meseta de Irán, los montes Zagros (Irán), los montes Taurus (Turquía), los Balcanes y los Alpes. Numerosos ríos nacen en estas montañas: el Yangzijiang, el Tongkiang (río de las Perlas), el Ganges, el Indo, el Tigris, el Éufrates, el Po, el Ródano y el Rin. Todos estos ríos con vocación económica constituyen, con el Mediterráneo, el Golfo Pérsico y el Mar de Omán, una red de transporte que sirve de columna vertebral al Gran Corredor. Juntos, canalizan las grandes corrientes comerciales que riegan el Gran Corredor en cuyo interior, desde hace 5.000 años, se han sucedido la mayoría de los principales polos económicos del mundo: Babilonia, Alejandría, Atenas, Roma, Constantinopla, Antioquía, Bagdad, Venecia, Génova, Amberes, Amsterdam, Londres, París, además de Delhi, Cantón-Guangzhou, Zayton-Chuanchow–Quanzhou, Shanghai y Tokio. Hasta la fundación de Constantinopla, en el año 330 d.c, la tendencia hacia el oeste prevaleció claramente en el Gran Corredor al oeste del Golfo Pérsico, mientras que la tendencia hacia el este predominaba al este del Golfo, donde, grosso modo, el desarrollo urbano del sur de Persia precedió al de India, el de India al de China, el de China al de Corea, y el de Corea al de Japón. Un segundo corredor también ha desempeñado un papel importante en la historia del desarrollo económico y de la urbanización. Se trata del Corredor Asiático que corresponde a las rutas continental y marítima de la seda (ver mapa 2.1). Este corredor surgió con la urbanización del Valle del Indo. Antes de la Revolución Industrial, las tendencias predominantes dentro de este corredor fueron de oeste a este. En la parte septentrional del corredor correspondiente a la ruta continental de la seda, la urbanización del Valle del Indo, surgida aproximadamente mil años después de la de Sumeria, fue seguida, mil años más tarde, por la emergencia de la urbanización en China de la La interpretación de la historia del desarrollo económico en términos de «corredores topodinámicos» ha sido propuesta por Tellier (1997, 2001 y 2002). � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 19 2 Un mundo de metrópoles Metropolis región de Changan-Xi’an, y, en el siglo VIII d.c, por el traslado de la potencia económica de la región del río Amarillo, donde se encuentra ChanganXi’an, región que cultivaba el trigo y el mijo, a la región de Yangzijiang, con cultivo del arroz. Un tercer corredor, el Corredor Mongol, ha desempeñado un papel fundamental en la evolución tanto del Gran Corredor como del Corredor Asiático. Este corredor corresponde al «Corredor de las Estepas» y conecta tres cunas importantes: la de los indoeuropeos (helenos, itálicos, celtas, germanos, eslavos y otros) al norte del Cáucaso, la de los urálicos (húngaros, fineses y estonios) en la región del Ural, y la de los altaicos (hunos, mongoles y turcos) en los montes Altay. Une el valle del Ruhr y Corea, siguiendo un recorrido ideal para las cabalgadas guerreras, mientras que el Gran Corredor y el Corredor Asiático corresponden a trayectos propicios para el transporte de mercancías. A lo largo de los siglos II, III, IV y V de nuestra era, las invasiones bárbaras alimentadas por el Corredor Mongol provocaron la caída del Imperio Romano de Occidente en el Gran Corredor y la fragmentación temporal del Imperio Chino en el Corredor Asiático. Las invasiones bárbaras procedentes del Corredor Mongol, el ascenso de Constantinopla y la caída de Roma en el año 476 d.c marcaron la inversión relativamente brutal de la tendencia hacia el oeste que hasta entonces había predominado dentro de la parte del Gran Corredor situada al oeste del Golfo Pérsico. El movimiento hacia el este resultante se ha asociado al traslado de la potencia económica y política de Roma hacia nuevas metrópolis: Constantinopla, y más tarde, Damasco, El Cairo y Bagdad. El impacto de dicho movimiento sobre la urbanización europea fue radical. El índice de urbanización de la Europa Occidental cayó del 6% en el siglo IV de nuestra era al 1% en el siglo IX. Un escenario parecido se produjo mil años más tarde. Dio nacimiento al Imperio Mongol, que fue el mayor imperio continental de la historia del mundo. Causó la conquista del Imperio Chino por los mongoles y provocó la caída del Imperio Bizantino en manos de los turcos originarios del Braudel ha estudiado muy especialmente este período (1966 y 1979). Referente a la Europa urbana de esta época véase también De Vries (1976 y 1984) y Hohenberg y Lees (1985). 4 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 20 Altay. Los descubrimientos de América por Cristóbal Colón, en 1492, y de la ruta de la India dando la vuelta a África por el sur, por Vasco de Gama, en 1497, tuvieron tantas consecuencias como la caída de Roma. Reactivaron, dentro del Gran Corredor, el movimiento hacia el oeste que la caída del imperio romano de Occidente había interrumpido. El poder económico pasó entonces de Constantinopla a nuevas metrópolis: Venecia y Génova, y en el siglo XVII, Amberes (Brabante), Amsterdam (Holanda) y, finalmente, Londres4. La urbanización de la Europa Occidental que se había retomado a las puertas del segundo milenio halló en este nuevo movimiento un fuerte impulso. Durante el largo período de la primera revolución urbana, la urbanización fue el resultado de modos de transporte tributarios, por tierra, de la tracción animal y, por mar, de la vela o del remo. Dentro de las ciudades, sólo existía el transporte animal y predominaban los desplazamientos a pie, lo que explica porqué, en todas partes, las ciudades eran muy compactas, y en la mayoría de los casos estaban amuralladas. Sin embargo, se produjeron ciertas evoluciones durante estos 5.000 y 5.500 años. Las ciudades que aparecieron antes de la formación de los primeros sistemas urbanos fueron ciudades situadas río arriba, como Çatal Höyük y Jarmo, o en zonas desérticas, como Jericó. En cambio, los primeros sistemas urbanos estuvieron constituidos por ciudades fluviales tanto en Mesopotamia, en el valle del Indo, como en la región del río Amarillo. Entre estas ciudades fluviales se encuentran varias ciudades cruzadas por canales. Por el contrario, en las civilizaciones precolombinas, las ciudades fluviales fueron muy escasas, dado que los sistemas urbanos estaban formados por ciudades de montaña y de alta altitud, como Teotihuacán, Cuzco y Machu Picchu, o ciudades de la selva, como Uxmal, y de la llanura, como Palenque. Las ciudades anteriores a la formación de los sistemas urbanos servían la mayoría de las veces de cobijo, de refugio, o de centros de abastecimiento de agua, como en el caso de las ciudades-oasis. Con la emergencia de los sistemas urbanos y de 2 Un mundo de metrópoles Metropolis las ciudades fluviales, las funciones comerciales fueron predominando poco a poco; cuanto más desarrollados fueron los modos de transporte fluviales y las técnicas de riego, más se multiplicaron las ciudades fluviales, tanto río arriba como río abajo. Esta evolución prosiguió hasta la aparición de las ciudades verdaderamente marítimas. Estas últimas tomaron un poder cada vez más considerable tanto en el Medio Oriente, donde las ciudades fenicias, griegas e italianas del Mediterráneo tomaron el relevo a las ciudades fluviales de Mesopotamia, como en China, donde las ciudades de la alta cuenca del río Amarillo afrontaron progresivamente la competencia de ciudades con vocación marítima (Cantón-Guangzhou, ZaytonQuanzhou y Hangzhou). Al oeste del Golfo Pérsico, esta evolución tuvo como resultado final la sucesión de los imperios continentales (babilonio, asirio, egipcio, hitita, persa y de Alejandro Magno), perjudicados o amenazados por la competencia de las redes marítimas fenicias y griegas, por el primer verdadero imperio marítimo, el Imperio Romano, cuyo triunfo había sido preparado por las redes urbanas fenicia, griega y cartaginesa. Con el desarrollo de la marina, a largo plazo, las ciudades oceánicas llegaron a rivalizar con las ciudades marítimas situadas en mares interiores (mar Mediterráneo, mar Negro). Zayton-Quanzhou y Hangzhou fueron de las primeras ciudades oceánicas que se impusieron. Sin embargo, fueron los descubrimientos de América y de la ruta de las Indias lo que permitió a las metrópolis oceánicas, como Londres, Nueva York y Tokio, dominar el mundo. Esta evolución fue acompañada por una marginalización progresiva de los imperios marítimos locales, como los de Venecia y Génova, y por la aparición de los imperios marítimos mundiales: portugués, español, holandés, francés e inglés. La segunda revolución urbana Al inicio del siglo XIX se produjo la Segunda Revolución Urbana con la aparición del transporte motorizado. La motorización afectó en primer lugar a la navegación (Robert Fulton botó el primer barco de vapor que hizo el trayecto de Nuevo York a Albany, en agosto de 1807). No obstante, fue la inauguración, el 27 de septiembre de 1825, del primer ferrocarril entre Stockton y Darlington en Inglaterra, en el centro del imperio británico triunfante, lo que marcó el verdadero inicio de la Segunda Revolución Urbana que hizo pasar el índice de urbanización mundial de aproximadamente el 5% en 1825 hasta el 48,2 % en el año 2000. Para entender bien el impacto de la llegada del transporte motorizado, conviene decir que la Revolución Industrial asociada a este último fue precedida en Inglaterra por lo que se denominó «protoindustrialización», durante la cual se implantaron numerosas innovaciones técnicas. Ahora bien, la protoindustrialización tuvo lugar ante todo en el campo y parece haberse traducido en un ligero descenso de la urbanización, mientras que la industrialización marcada por el transporte motorizado tuvo totalmente el efecto contrario. Provocó una verdadera explosión urbana que, en Gran Bretaña, se tradujo en la emergencia de nuevas ciudades dominantes (Leeds, Liverpool, Manchester, Glasgow), mientras que en Francia, las antiguas ciudades económicas dominantes (Lille, Lyon, Saint-Étienne) lograron adaptarse a la industrialización sin venirse a menos. El epicentro de la Segunda Revolución Urbana fue Londres, metrópolis a partir de la cual se propagó la onda de choque de la industrialización, en primer lugar, dentro del Gran Corredor, empezando por Bélgica y Francia, y alcanzando después, dentro del Corredor Mongolo-americano, heredero del Corredor Mongol, por el oeste, los Estados Unidos y Canadá, y por el este, Alemania, Silesia e incluso Rusia. La transformación del Corredor Mongol (limitado a Eurasia) en el Corredor Mongolo-americano es mero resultado de las nuevas infraestructuras de transporte asociadas a la industrialización. Los artesanos de la revolución industrial encontraron en el Corredor de las Estepas, tan favorable para el caballo, un terreno ideal para la construcción de ferrocarriles y canales. Asimismo, en Europa, el desarrollo de la red ferroviaria se llevó a cabo más rápidamente dentro del Corredor Mongolo-americano que en el Gran Corredor. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 21 2 Un mundo de metrópoles Metropolis En Eurasia, el Corredor Mongolo-americano está estructurado por el Mittellandkanal, que une el valle del Ruhr con Berlín, y por el eje ferroviario que va de Berlín a Varsovia, Moscú, Novosibirsk y Vladivostok, correspondiendo el tramo MoscúVladivostok al Transiberiano. En América del Norte, el Corredor Mongolo-americano tomó forma a partir del Canal Erie, inaugurado en 1825 (este canal permitió a Nueva York establecer sólidamente su hegemonía sobre el resto del continente) y se estructuró gracias al eje ferroviario transcontinental que enlazaba Nueva York, Pittsburgh, Cincinnati, Saint-Louis, Kansas City y Los Angeles. El centro de gravedad de la población de los Estados Unidos sigue precisamente esta trayectoria desde 1790 hasta nuestros días. La subida en potencia del Corredor Mongoloamericano tuvo un gran impacto tanto en América como en Eurasia. Provocó una urbanización fulgurante del conjunto canadiense-americano que llevaba un retraso considerable respecto a Latinoamerica, que estaba mucho más urbanizada y que ya había conocido la urbanización bajo los mayas, los aztecas y los incas, entre otros. Ya en 1825, Latinoamerica era una de las regiones más urbanizadas del mundo, mientras que Canadá y los Estados Unidos seguían siendo muy rurales. En Eurasia, la subida del Corredor Mongolo-americano se tradujo, en el mundo germánico, en el triunfo de Prusia sobre Austria (más asociada al Gran Corredor), y más tarde, en los límites de Europa, en el del imperio ruso sobre el imperio otomano. En el Extremo Oriente, la subida de Japón y la expansión de su imperio se inscriben en el movimiento hacia el oeste dentro del Corredor Mongolo-americano. El ascenso de Berlín, San Petersburgo, Moscú, al oeste, y de Tokio, Osaka y Seúl, al este, fue también la manifestación urbana de dicha evolución. Desde 1825 hasta la crisis de 1929, el mundo sufrió muchos cambios. Las ciudades industriales se desarrollaron considerablemente, la mayoría de las veces en medio de la contaminación, la promiscuidad, la enfermedad y las tensiones sociales. Las ciudades empezaron a extenderse en todas las direcciones. Aparecieron numerosas ciudades � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 22 nuevas, algunas de una nueva clase: las ciudades ferroviarias. Numerosas ciudades fluviales y marítimas se convirtieron en intersecciones ferroviarias; además, otras ciudades que tenían pocas razones de existir antes de la aparición del ferrocarril se desarrollaron gracias al mismo. El Corredor Mongoloamericano contiene numerosos ejemplos de este tipo: pensemos sino en ciudades como Atlanta, Dallas, Kansas City o Harbin y Moukden-Shenyang. Las ciudades ferroviarias y las ciudades con vocación oceánica (como Londres, Nueva York y Tokio) poco a poco se impusieron a las ciudades fluviales que no lograban integrarse en la red ferroviaria. Los imperios mundiales se desarrollaron considerablemente: particularmente, el mayor de ellos, el imperio británico, cuyas ramificaciones se extendían por todas partes, en África, Asia, América del Norte y del Sur y Oceanía. A pesar de que el ferrocarril y las carreteras diseñadas para el transporte motorizado hayan reforzado la mayoría de las veces las ciudades existentes, han tenido un impacto importante, dando una nueva fuerza a las ciudades situadas río arriba en oposición a las ciudades situadas cerca del mar o de la desembocadura de los ríos. La tendencia que favorecía las ciudades situadas cada vez más río abajo desde el inicio de la urbanización no se invirtió totalmente con la aparición del transporte motorizado; sin embargo, las ciudades situadas río arriba, más continentales, perdieron gran parte de su desventaja, de tal modo que ciudades como Chicago, Berlín, Moscú o Pekín pudieron competir con metrópolis como Londres, Nueva York o Tokio. Algunas de las grandes metrópolis actuales de los países en vías de desarrollo son ciudades situadas río arriba; basta citar a México, São Paulo, Johannesburgo, Nairobi, Addis-Abeba, Bagdad, Teherán, Delhi o Chongqing. El triunfo del automóvil y la apoteosis de la urbanización En 1900, Londres era todavía la ciudad más po- 2 Un mundo de metrópoles Metropolis derosa del mundo. Cincuenta años más tarde, este título se lo adjudicaba incuestionablemente Nueva York. Además, entre 1900 y 1950, el Corredor Mongolo-americano suplantó claramente al Gran Corredor. En el año 2000, todas las grandes metrópolis que dominaban el mundo política y financieramente formaban parte del Corredor Mongolo-americano: Nueva York, Chicago, Los Angeles, Tokio, Seúl, Pekín, Moscú, Berlín, París y Londres. La primera mitad del siglo XX marca el triunfo del automóvil, que hace penetrar el transporte motorizado por los rincones más recónditos del mundo desarrollado e incluso del mundo en vías de desarrollo. Con la omnipresencia del automóvil, la urbanización alcanza su apoteosis. En los países desarrollados, índices de urbanización del 75% y superiores se han convertido en la norma (el índice de urbanización llega a alcanzar el 95% en Bélgica) y en los países en vías de desarrollo encontramos índices tan elevados como el 83% (Venezuela) o el 73% (Irak). Durante el siglo XX, mientras que la población mundial se multiplicaba por 3,6 (pasando de 1,65 mil millones de habitantes en 1900 a 6 mil millones de habitantes en el año 2000), la de las ciudades lo hacía por 15 (pasando de 193 millones a 2,9 mil millones). En todas partes, el mundo rural retrocede. Las ciudades con vocación rural conocen una relativa decadencia. El sector secundario (sector de la transformación) que dominaba en las ciudades de la revolución industrial, se ve relegado a un segundo plano en las ciudades de los países desarrollados. Las grandes ciudades se terciarizan a gran velocidad. La metamorfosis de las ciudades Las ciudades se han transformado a través de la historia tanto desde el punto de vista de su extensión, densidad y red de circulación como de la altura y características de sus edificios. Intentar sistematizar su evolución no resulta fácil, pues es muy grande la diversidad de sus formas. Sin embargo, de manera algo esquemática, podríamos distinguir seis fases en la evolución de la forma urbana a través de la historia. La primera etapa fue la de las ciudades-refugio. Su principal utilidad era la de proteger de los extranjeros, de los enemigos y de los invasores, forjando la solidaridad. Generalmente, aunque no siempre, estas ciudades estaban rodeadas de murallas, fortificaciones o empalizadas y podían estar situadas en lugares aislados o difícilmente accesibles. Eran muy compactas y recogidas sobre sí mismas. Pronto, la primera etapa se vio marcada por la creación de redes de comunicaciones interurbanas. En las regiones de riego, ello dio nacimiento a ciudades fluviales o situadas sobre vados, mientras que en las zonas desérticas se desarrollaron ciudades-oasis que se convirtieron en etapas de las pistas de caravanas. Estas primeras ciudades comerciales también eran compactas y a menudo estaban fortificadas. Tenían un aspecto improvisado, y sus callejones formaban laberintos como en los souks de las ciudades árabes. La primera fase fue asociada también a la aparición de centros ceremoniales de carácter religioso o político. La idea de planificación urbana progresó considerablemente gracias a la creación de dichas ciudades. Las líneas rectas, � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 23 2 Un mundo de metrópoles Metropolis los ejes, los juegos de sombras y luces, las esculturas, los monumentos, los santuarios, los palacios y las vías procesionales se convirtieron en unos medios de inspirar el respeto, la piedad, la adoración, la sumisión y la admiración. La segunda etapa constituyó una ruptura con la primera dando nacimiento a verdaderos sistemas urbanos. En muchos casos, fue resultado de la adopción del transporte sobre ruedas con tracción animal. Este tipo de transporte requiere la construcción de carreteras, puentes y avenidas. Apareció una red viaria que dio nacimiento a ciudades de encrucijada, ciudades de parada, ciudades puente y ciudades portuarias que tomaron forma alrededor de los puntos críticos de las redes y de los puntos de ruptura de carga. Dentro de las ciudades, se tuvieron que acondicionar calles para permitir los desplazamientos de los vehículos sobre ruedas; se les tuvieron que reservar espacios públicos para el estacionamiento, y la gestión conjunta de los flujos de peatones y de vehículos exigió la adopción de un mínimo de reglas. Estas ciudades seguían siendo compactas y generalmente estaban fortificadas, pero el espacio público reservado a las vías de circulación se sistematizó y ocupó un lugar mucho más importante que durante la etapa anterior. En determinadas ciudades, la segunda etapa dio nacimiento a ciudades anfibio, donde la red de calles se superpuso a la de los canales. Las ciudades anfibio aparecieron muy pronto en Sumeria, donde ciudades como Ur aprendieron muy pronto a conciliar canales, calles y carreteras. Más tarde, algunas ciudades anfibio se hicieron célebres, como Hangzhou y Tianjin, en China, o Venecia, Amsterdam y Estocolmo, en Europa. Por otro lado, algunas ciudades puente se desarrollaron en ambas orillas de un río. Podemos pensar en Roma, Florencia, París o Londres. Estas ciudades eran más difíciles de defender y fortificar. Su fuerza era comercial, pero su debilidad, militar. Su abertura, la superposición de sus redes de circulación, su unión a los flujos de circulación y la distribución más radial y menos concéntrica de su población anunciaban las ciudades modernas. La segunda etapa de la evolución de la forma de las ciuda� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 24 des ha sido estudiada en profundidad por Morris (1972, 1994) y Vance (1990). La aparición del transporte motorizado en 1825 generó una nueva dinastía de ciudades, estudiadas, entre otros autores, por Hall (2001) y Vance (1990). Durante la tercera fase que esta desencadenó, se planteó la cuestión de la coordinación de las redes viaria y ferroviaria en todas las ciudades, industriales o no, por donde pasaba el ferrocarril. La superposición de las redes planteó numerosos problemas tanto verticales como horizontales. Se tuvieron que habilitar pasos a nivel y viaductos para coordinar o separar el tráfico verticalmente, mientras que, horizontalmente, las zonas industriales directamente conectadas a las vías férreas se separaron cada vez más de los barrios residenciales. El ómnibus arrastrado por caballos y, a continuación, el tranvía eléctrico aparecieron en ese momento a fin de aumentar la movilidad intraurbana. Los trenes y, más tarde, los tranvías de cercanías transformaron a su vez la periferia de las ciudades. De ello resultó una primera fase de expansión urbana, anunciadora de la que generó más tarde el automóvil. Esta fase se inició a partir de 1830 en París y en Londres. Las inversiones públicas necesarias para la creación de las nuevas infraestructuras urbanas fueron considerables y exigieron la adopción de múltiples medidas: expropiaciones, distribuciones por zonas, reglamentaciones, etc. Las redes de alcantarillado y de acueductos, así como la red de comunicaciones se tuvieron que adaptar a las nuevas necesidades generadas por la expansión. En la mayoría de los casos, las viejas fortificaciones fueron derribadas. Se crearon paseos y avenidas. El París de Haussmann se mantiene como ejemplo más clásico de la ciudad de esta época. Hohenberg y Lees (1985, p. 391-394) sitúan hacia 1850 el año clave a partir del cual la densidad y la congestión de las ciudades europeas empezaron a disminuir. Determinadas ciudades conocieron una cuarta fase: la de la introducción del metro, que separó totalmente dos redes de circulación motorizada superpuestas, con dos niveles reservados diferentes, y un paso de una a otra red que se realizaba a pie. El metro tuvo dos efectos contrarios. Favo- 2 Un mundo de metrópoles Metropolis reció, por un lado, la expansión permitiendo un acceso más rápido al centro desde la periferia y, por el otro, una densificación del centro o, por lo menos, una reducción del espacio reservado al estacionamiento y al transporte por automóvil en el centro de la ciudad. En una quinta fase, al tranvía y al metro se les añadió el automóvil. Esta innovación provocó una verdadera revolución en el diseño de las ciudades. Aparecieron las autopistas tanto en el centro de las poblaciones como en su periferia. La primera se construyó entre Filadelfia y Pittsburgh, y fue inaugurada en 1940. La periferia se desarrolló y la expansión urbana se convirtió en norma. Los usuarios de los transportes públicos abandonaron estos modos de transporte y adoptaron el automóvil individual. Los centros de las ciudades se tuvieron que adaptar a unos flujos de automóviles cada vez más importantes, que exigían cada vez más plazas de estacionamiento. La contaminación, la congestión y los costes de estacionamiento aumentaron. En las ciudades construidas tras la llegada del tranvía, entre otras, en América del Norte, dado que las clases sociales más bajas no tenían acceso al automóvil se encontraron prisioneras del centro con una elevada densidad y se formaron guetos. No obstante, poco a poco, todas las clases sociales acabaron teniendo acceso a la periferia. Los ricos norteamericanos habían dado el primer paso en esa dirección a partir de 1830; las clases medias les habían seguido a partir de 1880 y los menos favorecidos se fueron implantando desde 1900. En las ciudades más antiguas, cuyos centros habían sido construidos antes del transporte motorizado, en Europa continental y en Latinoamérica, los pobres, al no disponer de medios para permanecer en el centro, se encontraron en la periferia, que se convirtió en una zona problemática. La expansión urbana acabó haciendo disminuir la densidad de la población residente en el centro de la ciudad. En determinados países, sobre todo en América del Norte, se observaron fenómenos de abandono y demolición del centro. Barrios elegantes del centro se empobrecieron. Al extenderse la periferia casi sin límites, aparecieron subcentros que llegaron a competir con el centro. En ciertos casos, como en Los Angeles, esta evolución prosiguió sin obstáculos y, en otras, como San Francisco, tuvo lugar un retorno hacia el centro y se intentó frenar la expansión. En una sexta fase, la expansión acabó haciendo aparecer una nueva forma de conurbación, la ciudad lineal. Los tejidos urbanos de poblaciones en hilera anteriormente separadas se juntan y se agrupan siguiendo ciertas líneas estructurantes. Por ejemplo, en la costa de California, desde San Diego hasta Santa Bárbara, pasando por Los Angeles, la urbanización se extiende por centenares de kilómetros, dando lugar a una cinta urbana que recorre la costa casi sin interrupción. El mismo fenómeno se observa, en Francia, a lo largo de la Costa Azul. De la misma manera, en el noreste de los Estados Unidos, la Fall Line da nacimiento progresivamente a una inmensa conurbación lineal que va desde Washington D.C. hasta Nueva York, pasando por Baltimore y Filadelfia. En Europa, parece producirse el mismo fenómeno dentro del Corredor Americano a lo largo del Rin y del Ruhr, con una conurbación lineal que va tomando forma desde Rotterdam hacia Hannover, pasando por Essen y Dortmund. Estas seis fases no se han sucedido de manera uniforme y con calma. Tres rupturas bastante radicales fueron causadas por la aparición del transporte sobre ruedas, a continuación, por la del transporte motorizado, y por último, por el triunfo del automóvil. Algunas antiguas metrópolis, como París, Pekín, México, Constantinopla-Estambul, Moscú o Londres, han conocido la mayoría de las seis fases, pero ninguna de ellas las ha experimentado todas, ya que ninguna ciudad anterior a la emergencia de los sistemas urbanos ha dado nacimiento a una gran ciudad moderna. En realidad, la mayoría de ciudades modernas sólo han conocido las fases más recientes. Generalmente, se ha respetado el orden de las fases aunque existen casos de vuelta atrás. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 25 2 Un mundo de metrópoles Metropolis Tendencias actuales y perspectivas de las metrópolis El mundo urbano de hoy en día está en plena efervescencia. Los cambios que se observan se sitúan tanto al frente de la jerarquía urbana mundial como en el mismo corazón de cada una de las conurbaciones que la constituyen. Abordaremos sucesivamente la dimensión mundial de la dinámica metropolitana actual, sus dimensiones continental y local, a escala de cada una de las regiones metropolitanas. La dimensión mundial de la dinámica metropolitana actual La primera ciudad de 300.000 habitantes de la historia fue Babilonia, madre de todas las metrópolis. La primera ciudad de un millón de habitantes fue Roma. Las primeras metrópolis modernas de tres millones de habitantes o más fueron Londres, París, Nueva York y Berlín. Actualmente, la jerarquía urbana mundial se presenta esquemáticamente de la siguiente manera: • 19 regiones metropolitanas cuentan más de 10 millones de habitantes; • 22 regiones metropolitanas tienen entre 5 y 10 millones de habitantes; • 370 conurbaciones cuentan entre 1 y 5 millones de habitantes; • 433 conurbaciones tienen entre 0,5 y 1 millón de habitantes (UN-Habitat, 2001). Estos datos son elocuentes. Sin embargo, sólo ilustran de manera imperfecta los cambios que se están produciendo, transformaciones que modifican profundamente la lista de las grandes metrópolis mundiales. Plurimetropolización y modificación de la lista de las grandes metrópolis En 1900, un único polo dominaba verdaderamente el mundo, el de Londres y las ciudades británicas (en 1900, 5 de las 20 mayores conurbaciones se encontraban en Gran Bretaña, es decir, siguiendo este orden, Londres, Manchester, Birmingham, Glasgow y Liverpool). En el año 2000, tres «ciudades globales» (utilizando el concepto desarrollado por Sassen, 2000) se repartían la hegemonía económica mundial: Nueva York, Londres (hermanada a París) y Tokio. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 26 Entre 1980 y 2000, Lagos, Dacca, El Cairo, Tianjin, Hyderabad y Lahore accedieron al rango de las 30 mayores ciudades del mundo, mientras que se prevé que en 2010, Milán, Essen y Londres habrán sido eliminadas de esta lista y que Nueva York, Osaka y París, a pesar de permanecer en ella, habrán sido superadas por ciudades de los países emergentes (UN-Habitat, 2001). Dentro de cincuenta años, todo indica que Shanghai, CantónHong Kong y Bombay-Mumbai deberían haber alcanzado a Nueva York, Tokio y París-Londres al frente del sistema urbano mundial, y que Los Angeles, São Paulo, México, Seúl, Bangkok, Estambul e incluso Johannesburgo y Sydney podrían también aspirar a unirse al selecto club de los grandes polos mundiales (veáse Tellier, 2002). Así pues, la mundialización y la globalización no parecen estar asociadas a una reducción del número de polos dominantes. En cambio, lo contrario parece más verosímil. Asistimos a una plurimetropolización marcada por una redificación de las múltiples metrópolis mundiales que, contrariamente a las antiguas capitales de los imperios coloniales, contarán más con la cooperación entre metrópolis que en la división del mundo en zonas estancas. La disociación de la polarización de la población respecto a la de la producción El mundo está actualmente dominado por tres 2 Un mundo de metrópoles Metropolis polos económicos importantes: el polo norteamericano, centrado en Nueva York (y también, accesoriamente, en Los Angeles), la Europa Occidental, centrada en Londres y París, y el Extremo Oriente, centrado en Tokio (además de Shanghai y Hong Kong). Ahora bien, estos tres polos económicos corresponden cada vez menos a las mayores concentraciones y a los mayores crecimientos de población, lo que representa un nuevo fenómeno en la historia universal. En la actualidad, contrariamente al pasado, ya no son los centros de la economía mundial (Londres, París, Nueva York, Tokio, Chicago o Los Angeles) los que conocen una explosión demográfica, sino más bien las metrópolis del Tercer Mundo (México, Lagos, El Cairo, São Paulo, Calcuta, Bombay-Mumbai). En cambio, la polarización de la producción mundial sigue progresando a partir de los polos que conocen el mayor crecimiento demográfico. Asistimos a una disociación de la polarización de la población respecto a la de la producción. Esta disociación parece haber surgido en el momento de la desaparición de los últimos imperios coloniales hacia 1960. La urbanización ha dejado de ser sinónimo de desarrollo, lo que no significa que se haya convertido en un obstáculo para este último. En el momento en que la urbanización se convierte en un fenómeno mundial que afecta a todos los países del mundo y, mientras que un índice de urbanización del 50% pronto será lo normal en todo el mundo y la polarización de la población llega al máximo en los países desarrol- lados, el desarrollo económico, por su lado, sigue polarizándose y creando, a pesar del ascenso de algunos países pobres, diferencias crecientes entre los más ricos y los más pobres. Desde hace mil años, a medida que la humanidad se ha alejado del nivel de subsistencia, la diferencia entre regiones ricas y regiones pobres se ha incrementado. De hecho, desde el año 1000 hasta la actualidad, la relación entre el producto per capita de la región más rica y el de la región más pobre no ha dejado de crecer. En el año 1000, mientras que, según Maddison (2001), la región más rica era Asia, sin contar Japón, y la región más pobre, la Europa Occidental, dicha relación era de 1,13. En 1820, la relación entre el producto per capita de la región más rica del mundo (la Europa Occidental) y la región más pobre (África) era de 3 a 1. Ésta pasó a 15 a 1 en 1950; bajó a 13 a 1 en 1973 y volvió a subir a 19 a 1 en 1998, mientras que la región más rica corresponde a los nuevos países occidentales (Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) y la región más pobre es África (Maddison, 2001, p. 126). Esta relación puede llegar a casi 26 en 2060, mientras que la región más rica y la región más pobre, sobre una base per capita, seguirán siendo probablemente las mismas que hoy (Tellier, 2002). A muy largo plazo, resulta impensable que el proceso de polarización de la población prosiga indefinidamente, ya que el índice de urbanización no puede superar el 100% y los procesos de transición demográfica (por los cuales el aumento de los índices de urbanización y el descenso de los � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 27 2 Un mundo de metrópoles Metropolis de mortalidad van seguidos por una bajada de los índices de natalidad) tampoco pueden seguir sin parar. En cuanto a la polarización de la producción, podría evolucionar entre dos situaciones aparentemente contradictorias: por un lado, resulta probable que la diferencia entre la renta per cápita de la región más rica del mundo y la de la región más pobre seguirá creciendo, pero, por otro lado, todo indica que las diferencias de renta per cápita entre las regiones desarrolladas y las regiones emergentes tenderán a disminuir. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 28 El fenómeno más destacado de nuestra época es sin duda el de la recuperación a toda velocidad de ricos (América del Norte, Europa Occidental y Japón) en el momento en que estos últimos tienden a decaer en términos relativos. El producto per capita de Asia, sin contar Japón ni ex URSS, desde ahora hasta 2060, podría recuperar prácticamente el producto per capita mundial, mientras que, durante el mismo período, la diferencia entre el producto per capita mundial y el de Europa Occidental, Japón y de los nuevos países anglooccidentales disminuiría (Tellier 2002). La principal fuente de disparidad entre ricos y pobres a escala mundial está relacionada con el hecho de que África y otras determinadas zonas han «perdido el contacto», para decirlo así, algunas regiones emergentes. Dentro de 50 años, el mundo podría volverse relativamente igualitario si ignoramos determinadas regiones «abandonadas» situadas en África, América del Sur o Asia Central (cabe observar que África es la única gran región del mundo donde todavía no ha arraigado una nueva economía industrial). Gran parte de la humanidad, situada sobre todo en el este, sur y sureste de Asia, se encuentra actualmente en fase de recuperación con relación a los países más un poco como si hubieran sido «abandonadas» por el resto del mundo. Si no hay una inversión de la evolución, es probable que el retraso actual de estas zonas en relación con la renta per capita expresada en porcentaje del producto per capita mundial no podrá recuperarse durante los próximos 50 años. En definitiva, si ignoramos los casos de las zonas abandonadas de África y de otras partes, resulta totalmente falso decir que nos dirigimos hacia un mundo cada vez más desigualitario, mientras que si tenemos en cuenta estas mismas zonas, el mismo enunciado resulta totalmente verdadero. A pesar de todo, todas las regiones «abandonadas» no podrían seguir siéndolo indefinidamente. Determinadas regiones abandonadas podrán 2 Un mundo de metrópoles Metropolis emerger a su vez, al igual que otras que ya han conocido cierto nivel de desarrollo podrán verse abandonadas. El mundo económico del futuro, aún más que el de ayer, será un mundo en constante movimiento. La sobreurbanización en la periferia La disociación de la polarización de la población respecto a la de la producción está asociada a un fenómeno sin precedentes en la historia, como es el del desarrollo de una «sobreurbanización en la periferia». El fenómeno de sobreurbanización caracterizado por una polarización de la población que supera lo deseable teniendo en cuenta la polarización de la producción no es algo reciente: la antigua Roma del siglo IV y una ciudad como Nápoles en los siglos XVIII y XIX son dos ejemplos clásicos. Este fenómeno iba entonces asociado a ciudades dominantes que habían atraído a demasiada población y conocían repentinamente una marcada decadencia. La sobreurbanización que se observa actualmen- te en las regiones del mundo económicamente periféricas no es de este tipo. Está relacionada con el hecho de que algunas ciudades del Tercer Mundo sirven cada vez más, no de trampolín, sino de refugio, de salvavidas en medio de la tormenta causada por la polarización de la producción a escala mundial. No obstante, cabe añadir inmediatamente que la sobreurbanización no afecta a todas las regiones que formaban parte de la periferia en 1960-1970, por ejemplo. El mundo se mueve y la periferia mundial también. Completas zonas de la antigua periferia son actualmente emergentes. No cabe pensar sino en Corea del Sur, la parte oriental de China, Singapur, Malasia, o incluso la isla Mauricio o el norte de México. En todas estas regiones en ascenso, la urbanización es sana en la mayoría de los casos y no se podría calificar de sobreurbanización. Cuando el norte no es forzosamente rico ni el sur, forzosamente pobre La oposición tradicional entre el norte rico y el sur pobre se sostiene cada vez menos: Singapur, que triunfa, se encuentra en el ecuador, y Moscú, que ha perdido importancia, se halla al norte de Londres, Nueva York y Tokio. Un gran número de las metrópolis asiáticas en ascenso se sitúan al sur del trópico de Cáncer, como por ejemplo Hong Kong-Guangzhou, Bangkok, Bangalore, Hyderabad o Bombay-Mumbai. Cabe notar que aunque el polo norteamericano no da ninguna señal, a corto plazo, de poder ceder su lugar al frente de la economía mundial y a pesar de que, en el plano económico, Europa Occidental conquista terreno hacia el este, es en Asia (del sur y del norte) donde se ha observado el crecimiento más elevado del mundo desde 1950. Esto aún merece ser más destacado por el hecho de que durante un período de 450 años, de 1500 a 1950, Asia estuvo estancada mientras que todas las demás regiones del mundo progresaban. En 1500, Asia representaba el 65% del PNB mundial. En 1950, sólo representaba el 18,5% del mismo. Actualmente, esta proporción se ha duplicado y ha alcanzado el 37,2% (Maddison, 2001, p. 142). En 2060, esta proporción podría llegar al 60% aproximadamente, lo que nos llevaría casi a la situación que prevalecía en 1500 (Tellier, 2002). El esquema braudeliano cuestionado El historiador Fernand Braudel (Braudel, 1966, 1973, 1977 y 1979) destacó que la urbanización mundial estaba marcada por la formación de «economías-mundo» formadas por un núcleo � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 29 2 Un mundo de metrópoles Metropolis central especializado en la gestión, el comercio y la fabricación, una semiperiferia, especializada en el aprovechamiento de los recursos (agricultura y ganadería) y una segunda periferia, tentacular y a menudo constituida por colonias, caracterizada por la pura y simple explotación de los recursos (caza, explotación forestal y extracción de metales). Este esquema se repite a lo largo de toda la historia urbana. Aún en 1914 caracterizaba el sistema urbano mundial en su conjunto mientras que tres núcleos centrales dominados respectivamente por Nueva York, Londres y Tokio concentraban poder económico y político. Cabe preguntarse por el futuro de dicho esquema. Con la plurimetropolización, las grandes ciudades de los países desarrollados, demográficamente, se ven cada vez más superadas por las grandes ciudades del mundo en vías de desarrollo, los centros se multiplican y las semiperiferias y las periferias sufren profundas transformaciones. A los cambios de los centros corresponden otros igual de profundos de las periferias. De esta manera, desaparecen las fronteras que separan la periferia de unos de la periferia de los otros. Las fronteras imperiales y los telones de acero o de bambú son ahora cosas del pasado. La distinción tradicional hecha por Braudel entre la semiperiferia que aprovecha los recursos naturales y la periferia basada en la pura y simple explotación parece que tenga que ser sustituida por la distinción entre la «periferia emergente» y la «periferia abandonada», siendo la semiperiferia braudeliana absorbida por el centro, o bien relegada al estatuto de una de las dos nuevas periferias. Las actividades de fabricación tradicionalmente concentradas en el centro, o bien en la semiperiferia, parecen tener que abandonar progresivamente estas zonas por la «periferia emergente», ya que la «periferia abandonada» sólo recibe las actividades de explotación o de aprovechamiento de los recursos relacionados con el sector primario. El paso del tríptico «centro-semiperiferia-periferia» al esquema «centro-periferia emergente-periferia abandonada» está marcado por la disociación cada vez más clara de la polarización de la � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 30 población y de la polarización de la producción. La polarización de la población es especialmente rápida en las dos periferias, mientras que la polarización de la producción afecta sobre todo a los centros y a la «periferia emergente». Con el tiempo, esta última debería integrarse al «centro» y, de esta manera, desaparecer. Ciertas partes de la «periferia abandonada» podrían entonces tomar el relevo de ciertas zonas de la «periferia emergente» y emerger a su vez. El paso de las economías-mundo a las redes de metrópolis La desaparición de las fronteras de las economíasmundo no significa sin embargo que las evoluciones actuales no tengan una coherencia geográfica. Al contrario, las regiones del mundo en ascenso se benefician de tendencias «topodinámicas» (es decir, relacionadas con las fuerzas de localización) claramente identificables. El concepto de corredores o ejes de desarrollo resulta aún pertinente. Toma un nuevo sentido en el contexto de la redificación de las metrópolis actuales. El Corredor Mongolo-americano que domina el mundo actualmente debe afrontar una competencia cada vez más fuerte de los dos otros corredores y quizás también de otros ejes de desarrollo. En América, su posición dominante no se ve en ningún caso amenazada por el momento. Por el contrario, en el contexto de ALENA, las ciudades canadienses y del norte de México aumentan considerablemente sus relaciones e intercambios con las regiones del eje Nueva York-Los Angeles, en detrimento de sus relaciones históricas con las ciudades de su propio país. La preservación de la posición dominante del Corredor Mongolo-americano en Eurasia dependerá del mantenimiento de la posición favorable de Londres, París y la conurbación Essen-RheinRhurgebiet, así como del regreso con fuerza de las regiones urbanas de Berlín, Varsovia, Kiev y Moscú, y de la continuación del ascenso de las regiones de Pekín-Beijing, Tianjin y Seúl. Todavía en Eurasia, el Gran Corredor podría recuperar fuerza con el ascenso de la región urbana de Estambul (destinada a volver a ser la ciudad más 2 Un mundo de metrópoles Metropolis poblada de Europa, que ya fue durante siglos en el pasado bajo el nombre de Constantinopla) y de las de Delhi, Cantón-Hong Kong y Shanghai. En cuanto al Corredor Asiático, podría volver a ser estratégico gracias a la afirmación de las regiones de Bombay-Mumbai, Bangalore, Hyderabad, Singapur, y Shanghai (formando parte esta última a la vez del Gran Corredor y del Corredor Asiático). Probablemente, el mundo de mañana estará dominado tanto por ejes de desarrollo como por polos. Durante las próximas décadas, el polo Nueva-York-Los Angeles del Corredor Mongoloamericano y los polos de Londres y Tokio podrían muy bien verse reemplazados por dos ejes dominantes: el eje de Londres-París-EstambulDelhi-Shanghai-Tokio del Gran Corredor y el eje Londres-Berlín-Moscú-Pekín-Seúl-Tokio del Corredor Mongolo-americano. Efectivamente, resulta muy evidente que las regiones urbanas de Los Angeles, Estambul, Delhi, Shanghai, Berlín, Pekín y Seúl están en pleno ascenso y pronto podrían mantener relaciones más igualitarias que desigualitarias con las regiones urbanas tradicionalmente dominantes de Nueva York, Londres y Tokio. A estos tres ejes dominantes se les añadiría un cuarto más circular, formado por Hong Kong-SingapurBangalore-Bombay del Corredor Asiático. En América, el eje Nueva York-Los Angeles se impone claramente y, dentro del mismo, el movimiento va aún de Nueva York hacia Los Angeles, aunque se haya visto ralentizado durante los últimos diez años por la crisis asiática. En Europa, permanece el eje Londres-Berlín y nos podemos preguntar si predominará la tendencia del mismo de ir hacia el este, a pesar de las dificultades actuales de algunos países de Europa del Este, sobre las tendencias hacia el sur (ya que el puente con el norte de África va demasiado lento) o incluso hacia el sureste (pues la ex Alemania del Este, la República Checa y Polonia suben más rápidamente que Croacia o Serbia). En Asia, existen tres movimientos, todos ellos alimentados por Tokio. En el Corredor Mongoloamericano, una trayectoria va de Tokio hacia Seúl y Beijing. En el Gran Corredor, el movimiento va de Tokio hacia Shanghai. Por último, en el Corredor Asiático, la dinámica implica a Cantón, Hong Kong, Taiwán, Bangkok, Singapur, Bangalore y BombayMumbai. En los tres casos, el movimiento parte del noroeste. Fuera de los tres corredores, se desarrollan dos polos secundarios: el primero, en Latinoamérica, dominado por São Paulo, y el segundo, en África, dominado por Johannesburgo. Fuera de los corredores tradicionales, ¿es posible la «salvación « de África y Latinoamérica, entre otros lugares? Tal vez. La parte de Latinoamérica que limita con los Estados Unidos, es decir el norte de México, debería conocer un crecimiento superior al de Canadá, cuyo peso dentro de ALENA es poco susceptible de aumentar y podría incluso disminuir en beneficio de México. Respecto a América del Sur, América Central y África, su destino podría depender de la posibilidad de hacer emerger un nuevo corredor de desarrollo que todavía no existe. Hablamos aquí de hipótesis y no de tendencias documentadas. Este corredor «transtropical» hipotético reuniría a las siguientes regiones urbanas: Los Angeles, México, Bogotá, São Paulo, Johannesburgo, isla Mauricio, Bangkok, Cantón, Shanghai y Tokio. Las relaciones entre estas cuatro últimas ciudades ya son muy fuertes, al igual que las existentes entre Tokio, Los Angeles y México. Las relaciones entre São Paulo, Johannesburgo y la isla Mauricio, desde hace poco, son objeto de desarrollos espectaculares. Quedaría consolidar las relaciones entre México, Bogotá y São Paulo, así como entre Sudáfrica y el sureste de Asia, lo que no es de ningún modo irrealista. Si semejante corredor tomara forma y emergiese, una parte importante de la humanidad saldría del subdesarrollo y todas las esperanzas serían posibles. El ascenso de las ciudades medianas A menudo, tendemos a insistir demasiado en las ciudades muy grandes. En la mayoría de países del mundo, el ascenso de las ciudades medianas a menudo es más importante que el de las grandes ciudades. Si, desde hace medio siglo, las grandes conurbaciones de 5 o más millones de habitantes se han multiplicado, el número de conurbaciones de 500.000 a 5 millones de habitantes ha crecido � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 31 2 Un mundo de metrópoles Metropolis a un ritmo todavía mayor. En resumen, el triunfo de la urbanización se percibe más o menos en todas partes. Si bien es cierto que a menudo vacía regiones rurales y algunas pequeñas ciudades, permite en cambio el crecimiento de ciudades medianas dinámicas que resisten con fuerza al dominio de las grandes metrópolis y desarrollan con ellas unas relaciones más de complementariedad que de sujeción. Sin duda alguna, uno de los retos de las metrópolis del futuro consiste en establecer relaciones fructíferas con las numerosas ciudades medianas que las rodean. Estas últimas pueden favorecer un crecimiento equilibrado y sano de las metrópolis, descongestionándolas y ofreciéndoles un apoyo económico indispensable. Un sistema urbano dinámico y equilibrado se basa en gran parte en una red de ciudades medianas eficientes. La dimensión continental: la emergencia de la conurbanización ¿Cuáles serán las metrópolis ganadoras del futuro y cuáles son las que podrían perder terreno? Con el ascenso de Corea del Sur, Taiwán, China, India y el sureste asiático, casi la mitad de la humanidad sale actualmente del subdesarrollo y compite cada vez más con América del Norte, Europa Occidental y Japón. Sin embargo, la Asia renaciente no emerge en bloque. Entre otros lugares, en China y en India, extensas regiones siguen siendo marginales mientras que algunos polos se afirman a escala mundial. De esta manera, el desarrollo excepcional del este de China contrasta en gran medida con el retraso duradero de sus regiones occidentales. El análisis tradicional del mundo en términos de países resulta cada vez menos pertinente. Conviene reflexionar ahora en términos de «regiones urbanas globales», tal como propone Scott (2002), o en términos de «territorios recompuestos» y «regiones funcionales», como lo hace el OCDE (2002). Dentro de las distintas regiones urbanas globales, la emergencia de los nuevos polos mundiales implica a menudo la marginalización e incluso la satelización de polos regionales competidores. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 32 Así, el ascenso de Los Angeles puede plantear problemas para San Francisco, el de Toronto, para Montreal, el de Sydney, para Melbourne, el de São Paulo, para Río de Janeiro y Buenos Aires, el de Bombay-Mumbai, para Delhi y Calcuta, el de Zurich, para Ginebra y Basilea, el de Johannesburgo, para Ciudad del Cabo, etc. Otro fenómeno importante puede marcar la próxima evolución de los sistemas urbanos mundiales: el de la «conurbanización». Inmensas conurbaciones se desarrollan actualmente gracias a la mera fusión de grandes poblaciones existentes. Así, las periferias de Nueva York, Filadelfia, Baltimore y Washington se unen y dan nacimiento a un inmenso tejido urbano continuo y lineal que sigue la Fall Line, la gran falla que parte de Nueva York y se extiende hasta Alabama. De igual modo, las conurbaciones del Ruhr y del Randstad holandés se podrían fusionar con la región de Lieja para formar una única conurbación. Se observa el mismo fenómeno alrededor de Hong Kong y de Cantón, en la desembocadura del río de las Perlas, o todavía entre Riverside y Los Angeles, en California. La emergencia de semejantes gigantescas conurbaciones puede marcar con fuerza la metropolización que se está produciendo en nuestro mundo. La dimensión local: evolución de los tejidos urbanos La multiplicación y la nueva clasificación de las metrópolis a escala mundial sólo son uno de los aspectos de la metropolización. En realidad, esta última transforma por dentro las regiones metropolitanas mundiales. Ello nos lleva a examinar la evolución de los tejidos urbanos a través del mundo y los retos que plantea. Lo haremos distinguiendo, en la medida de lo posible, la situación de las regiones metropolitanas ricas o ascendientes de la de las regiones metropolitanas pobres. El caso de las regiones metropolitanas ricas La expansión urbana, resultado ante todo de un uso abusivo del automóvil, es especialmente pronunciada en las ciudades ricas. Ello se traduce en una disminución relativa de la densidad de pobla- 2 Un mundo de metrópoles Metropolis ción en el centro (lo que puede dar lugar al fenómeno de «efecto rosquilla» observado a veces en América del Norte), en la formación en la periferia de las conurbaciones de «edge cities» (ciudades periféricas), caracterizadas por la emergencia de polos de empleo dentro de lo que eran barrios dormitorio y, ocasionalmente, en la fusión de los tejidos urbanos de dos conurbaciones vecinas. En resumen, en el momento en que las conurbaciones metropolitanas crecen cada vez más, pueden volverse también cada vez más informes, ya que su centro se puede marginalizar debido a la competencia que recibe de los subcentros de la periferia y a la fusión de los tejidos urbanos anteriormente distintos. El concepto de centralidad se debe revisar completamente en este nuevo contexto metropolitano. En el plano económico, a la competencia cada vez más acusada entre el centro y la periferia se le añade la competencia a na, así como la gestión de los movimientos pendulares en automóvil, del transporte público, del medio ambiente y de los servicios públicos con una dimensión metropolitana plantean a menudo problemas y requieren soluciones originales. Dos radios desempeñan un papel importante para la comprensión de la nueva dinámica metropolitana. Un primer radio situado a algunos kilómetros del centro de la conurbación delimita la zona central dentro de la cual se pueden observar disminuciones de densidad e incluso fenómenos de «efecto rosquilla». Este radio corresponde a la distancia del centro donde las fuerzas de atracción del centro se ven neutralizadas por las fuerzas de repulsión relacionadas, entre otras cosas, con la contaminación, la congestión o la criminalidad del centro. El segundo radio coincide con el «margen de extensión» de la conurbación. Este radio presenta tal forma que las zonas situa- menudo igual de fuerte que se da entre los distintos municipios de la periferia. En el plano político, ello conduce a replanteamientos de la noción de ciudadanía y del lugar de los municipios existentes dentro de la dinámica metropolitana. Las cuestiones de redistribución administrativa y de gobernanza tienen una gran importancia en este contexto (OCDE, 2001). Hablaremos aquí de fusiones municipales, agencias y gobiernos metropolitanos, acuerdos intermunicipales sectoriales, descentralización y planificación metropolitana. Las disparidades fiscales, la creación de paraísos fiscales municipales, la planificación metropolita- das cerca del perímetro delimitado por el mismo, pero en su interior, se aprovechan del fenómeno de la expansión urbana, mientras que las mismas zonas en su exterior, no sólo no se aprovechan de la expansión, sino que se ven debilitadas por la creciente competencia que reciben de la conurbación metropolitana en expansión. Algunos llegan a hablar de un divorcio y de una «desconexión» entre las ciudades «globales» (con vocación mundial) y sus regiones circundantes, ya que estas últimas están casi cortadas del centro con vocación mundial, de forma tanto funcional, económica, social, como política (Brotchie et al � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 33 2 Un mundo de metrópoles Metropolis 1995, Sassen, 2001). En cambio, cuando los radios del margen de extensión de dos conurbaciones vecinas se unen, existen muchas posibilidades de iniciarse un proceso de fusión entre ambas. Podemos asistir entonces a un fenómeno de «conurbanización». Desde el punto de vista sociopolítico, en América del Norte, la zona central delimitada por el primer radio se ve confrontada a retos importantes (pobreza, deterioro o abandono de la vivienda, itinerancia, criminalidad, deterioro de las infraestructuras, contaminación, ruido, congestión, atascos, amenazas terroristas, etc.), en el mismo momento en que los ingresos fiscales alcanzan su máximo (sobre todo en el caso de un éxodo de las clases medias y de las empresas hacia la periferia). Cabe notar que estos retos se pueden superar con éxito siempre que los sectores públicos y privados aúnen esfuerzos para apoyar o dar nueva vida al centro atrayendo a nuevos residentes y actividades que puedan generar un entorno de vida dinámico. La segunda zona situada entre los dos radios goza de una situación envidiable. Atrae las inversiones industriales, comerciales e inmobiliarias, así como a una nueva población generalmente acomodada. Es la zona predilecta de jóvenes familias y del desarrollo inmobiliario. Por último, fuera del margen de extensión, se observa una situación intermedia, marcada por un declive suficientemente lento para no ser dramático. Este declive se ve moderado por el hecho de que los habitantes de estas zonas guardan la esperanza de verse un día alcanzados por el margen de extensión. En cambio, también es posible un fenómeno de «desconexión» del centro, con todas las consecuencias negativas que ello puede conllevar (deterioro de las infraestructuras y del patrimonio, éxodo de población, degradación del entorno de vida, etc.). Este esquema clásico en América del Norte es algo distinto en la Europa Occidental continental donde, tradicionalmente, las clases medias o superiores han tendido mucho menos a abandonar el centro, y la periferia ha sido deliberadamente habilitada para acoger a las clases más pobres. Sin � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 34 embargo, incluso en esta zona, algunas densidades tienden a disminuir en el centro y los efectos de la expansión urbana son comparables a los que se observan en América del Norte a ambos lados del margen de extensión. Todo ello plantea el problema de la gobernanza metropolitana. ¿Cómo hacer prevalecer el interés común metropolitano en un contexto donde los intereses objetivos de unos y otros difieren de forma sistemática?, ¿Cómo conciliar las demandas urgentes del centro, enfrentado a crecientes problemas en un contexto de recursos cada vez más escasos con el sentimiento de sosiego de los habitantes de la periferia, satisfechos de su prosperidad, su tranquilidad de vida y sus tasas moderadas? Para los habitantes del centro, la vida en la ciudad sólo tiene pleno sentido en el centro, mientras que, para los habitantes de la periferia, el centro de la ciudad impide la vida de la familia, de la pareja o incluso del individuo. Ahora bien, ¿puede el centro vivir como centro sin su periferia, y la periferia gozar de sus ventajas sin que el centro desempeñe plenamente su papel? He aquí la cuestión. Conviene destacar que en ningún momento de la larga historia de la urbanización, esta cuestión ha sido tan actual. Es de una agudeza tan grande que el mercado inmobiliario ofrece, aquí y allí, respuestas puntuales basadas en la segregación de los grupos sociales: creación de barrios para ancianos, barrios de alta seguridad, guetos para ricos, paraísos fiscales municipales y espacios socioculturales. Los gobiernos se ven a menudo obligados a tomar nota y a concentrar las viviendas sociales en determinados lugares y no en otros, y a adaptar el nivel de los servicios municipales al de las contribuciones fiscales de los distintos sectores de la ciudad. Los problemas sufridos por las metrópolis de los países ricos son a menudo complicados por la creciente importancia de las migraciones internacionales. Actualmente se calcula en 175 millones el número de emigrantes internacionales oficialmente registrados (UN-Habitat, 2004). Entre estos, 77 millones se encuentran en los países desarrollados, mientras que el resto reside en 2 Un mundo de metrópoles Metropolis Europa del Este o en la ex URSS (33 millones), en Asia y el Pacífico (23 millones) o en el Medio Oriente y África (21 millones). En los países ricos, estos emigrantes se concentran ante todo en las grandes ciudades y, muy a menudo, en el centro de las mismas. Su presencia plantea retos importantes en términos de multiculturalismo, posible segregación, integración y servicios sociales. El mundo de los países ricos cada vez puede vivir menos aislado y cada vez les corresponde más a las grandes metrópolis de dichos países servir de puente entre el mundo de los ricos y el de los pobres. • El caso de las regiones metropolitanas pobres Hablar de los problemas de las metrópolis ricas contemporáneas resulta casi incómodo si pensamos en los de las grandes metrópolis de los países en vías de desarrollo. Se calcula que actualmente en todo el mundo hay mil millones de ciudadanos que no disponen de una vivienda adecuada (UN-Habitat 2001). Se calcula que en el año 2020, no serán mil sino dos mil millones de personas las que vivirán en los barrios de chabolas de los países en vías de desarrollo, sin contar la masa de gente sin hogar, entre la que figura un número considerable de niños (UN-Habitat, 2004). Ciertamente, numerosos puestos de trabajo, tanto del sector de la fabricación como del sector terciario, se trasladan de los países ricos hacia los países en vías de desarrollo. Sin embargo, este fenómeno no parece capaz de encauzar el flujo de recién llegados que pueblan las ciudades de estos países tras abandonar el campo. En demasiados países, la modernización de determinados sectores de la economía urbana no hace más que fomentar la migración hacia las ciudades, que se traduce en un crecimiento de los barrios de chabolas, del sector informal, de la superpoblación, de la inseguridad y de la violencia urbana. No obstante, existen ciertas similitudes entre la evolución de las ciudades pobres y de las ciudades ricas del mundo.Tanto en las metrópolis ricas como en las pobres, asistimos a una expansión urbana generalizada y a un aumento del transporte motorizado, de la contaminación y de la congestión, así como a una mayor dificultad para hallar las fórmulas ideales de gobernanza local y metropolitana. Sin embargo, el conjunto de dichos problemas conoce tal gravedad en las metrópolis pobres que, la mayoría de las veces, las posibles soluciones en los países ricos están fuera del alcance en los países pobres. Ello se debe a la falta de recursos, pero también al peso de los problemas adicionales planteados por el carácter informal de gran parte de las economías pobres, por la dificultad de aplicar un sistema eficaz de recaudación de impuestos locales, por los problemas éticos generados por la baja remuneración de los responsables locales que disponen del poder real y que se pueden vender, y por el hecho de que la pobreza favorece la criminalidad en gran medida. Se encuentran ejemplos de este tipo de situación en distintas ciudades latinoamericanas donde la pobreza de una parte importante de la población, especialmente de las mujeres, ha tenido tendencia a aumentar durante los últimos años. Se calcula que el 40% de la población de la ciudad de México y el 33% de la de São Paulo viven en la actualidad por debajo del umbral de pobreza. Estas estadísti- � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 35 2 Un mundo de metrópoles Metropolis cas alarmantes no son una característica exclusiva de Latinoamérica: en Bombay-Mumbai y Nueva Delhi, el 50 % de la población vive en barrios de chabolas y, en Lagos y Nairobi, más del 60 % de las familias no están conectadas al suministro de agua (UN-Habitat, 2001). Además, las ciudades pobres conocen una morbilidad física mucho más elevada que las ciudades ricas. En ellas, algunas enfermedades proliferan cada vez más y, debido a la gestión deficiente de las aguas residuales, las condiciones sanitarias son propicias al desarrollo de enfermedades de todo tipo. El medioambiente se ve sometido a presiones considerablemente más fuertes que las que se pueden encontrar en las ciudades ricas. La deforestación y la erosión causan una devastación dramática. Frente a unos retos tan desmesurados, a menudo las autoridades locales se ven incitadas a abandonar sus responsabilidades. El servicio de recogida de basura renuncia poco a poco a su cometido. El transporte público se deja en manos de la iniciativa privada (a veces con buenos resultados). El urbanismo cede terreno a la improvisación. Los servicios de policía se ven corrompidos y las autoridades políticas acaban gestionando más sus propios intereses que los de sus conciudadanos. Todos estos fenómenos se multiplican en situaciones de sobreurbanización. Actualmente, es en los países más pobres, especialmente en África, donde el crecimiento de la urbanización es más rápido. El índice de urbanización de África era del 14,8% en 1950; alcanzó el 42,2 % en 2000. Esta explosión urbana se produce cuando África, que cuenta con el 12,9% de la población mundial, sólo representa el 3,1% del PNB mundial y tiene un índice de crecimiento económico inferior al de la media mundial (un 2,74%, comparado con el 3,01 % del conjunto mundial, durante el período 1973-1998). El índice de urbanización del África subsahariana, actualmente del 34 %, debería alcanzar el 46 % en 2020 (UN-Habitat, 2001). Ahora bien, aunque producen el 60% del PNB de su región (sobre todo dentro del sector informal), en 2001, las ciudades subsaharianas sólo recaudaban de promedio 14 $US por habitante, lo que resultaba ridículo teniendo en cuenta la importancia � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 36 de las necesidades relacionadas, entre otras cosas, con el hecho de que las ciudades de los países en vías de desarrollo sirven muy a menudo de refugio a una población desesperada atraída por el dinamismo económico de las ciudades. A modo de comparación, cabe decir que, en el mismo año, las ciudades de los países más industrializados recaudaban de promedio 2.906 $US por habitante, mientras que las necesidades a las que se enfrentaban eran infinitamente menos importantes (UN-Habitat, 2001). En los países pobres, al igual que en los ricos, la metropolización hace surgir nuevas necesidades en servicios de toda clase (seguridad, protección contra incendios, gestión de la marginalidad y de la itinerancia, salubridad, higiene, tratamiento de los residuos), en infraestructuras (metro, tranvía, vías reservadas, autopistas, trenes de cercanías, alcantarillado, acueductos, redes de cables, redes eléctricas, gas) y en modos locales de financiación (peaje urbano, tarificación, impuestos de propiedad, de consumo, sobre la renta). A la complejidad y diversidad de las necesidades se asocian importantes retos políticos relacionados con la búsqueda de una democracia eficaz, viva y real, con la gestión de los costes, de los presupuestos, de los servicios e infraestructuras, con la determinación de las prioridades de inversión, con la interacción necesaria entre actores privados y públicos, entre intereses privados y públicos, y con la armonización de las acciones locales, municipales, metropolitanas, regionales, provinciales, nacionales e internacionales. La metropolización rompe los esquemas políticos tradicionales. Se ríe de las fronteras de cualquier tipo al mismo tiempo que permanece tributaria de las mismas. Obliga tanto a los ciudadanos como a las instancias gubernamentales a redefinirse y revisar sus maneras de comportarse. Por último, cabe destacar que una de las mayores diferencias entre las ciudades ricas y pobres del mundo se debe la media de edad de sus habitantes. Las ciudades ricas envejecen a un ritmo acelerado, mientras que la media de edad de los habitantes de las ciudades de los países en vías de desarrollo es especialmente baja. Desde este 2 Un mundo de metrópoles Metropolis punto de vista, el futuro podría pertenecer a las ciudades de los países pobres de hoy; y todo ello, a pesar de todos los inquietantes indicios económicos del momento. Conclusión La urbanización no es ni un problema, ni el fruto de una política, sino un hecho relacionado con las condiciones de la movilidad. Se trata de un fenómeno inevitable que se impone a todos. Intentar frenar la urbanización de forma autoritaria ha dado lugar a atrocidades (en Camboya, Etiopía y quizás incluso en China en una determinada época) sin grandes resultados a largo plazo. La urbanización es una tendencia pesada de la que hay que sacar el mayor provecho. A pesar de que a menudo la ciudad plantea problemas y, según algunos, está asociada a la violencia, también representa una gran fuente de vida, progreso, jovialidad y sociabilidad. La «civitas» permanece como el lugar destacado de la «civilización» y la «urbe», como el de la «urbanidad». La urbanización ofrece magníficas oportunidades a quienes quieren aprovecharlas. La ciudad es fuente de oportunidades económicas, culturales y sociales, lo que explica que sea posible la sobreurbanización. Favorece la movilidad social. Multiplica las oportunidades de encontrar un empleo y aumentar sus ingresos. Facilita la educación, el aprendizaje, la modernización, la sana competencia y la conexión con el resto del mundo. Pone en contacto con la complejidad del mundo moderno. Se integra en las grandes redes de transporte y comunicación. Es portadora del futuro de la humanidad y nada indica que el desarrollo de las nuevas tecnologías de telecomunicación pueda cuestionar su lugar en la evolución mundial, sino todo lo contrario. De este panorama se desprende más esperanza que desolación. Resulta frecuente tratar el tema de la globalización con resignación o evocando el Apocalipsis. Un examen de las estadísticas y el estudio de las tendencias sistémicas ayudan a poner las cosas en perspectiva. Al lado de los rincones oscuros, existen realmente grandes zonas de luz. Si gran parte de la humanidad se dirige a las ciuda- des con tanto vigor es porque las ciudades atraen y porque, bien gestionadas, pueden ofrecer innumerables oportunidades de realización de sueños tanto personales como colectivos. Políticamente, las metrópolis se afirman cada vez más, hasta el punto que actualmente se les atribuye una vocación mundial que sobrepasa las fronteras nacionales. Hay quien llega a ver las metrópolis de hoy y del futuro como actores que pueden tomar el relevo de los estados-naciones de ayer. En la actualidad se tejen redes de ciudades y metrópolis que podrían ser llamadas a desempeñar un papel determinante en la definición del futuro de todos nosotros. La competencia entre las metrópolis del mundo está hecha a base de emulación, intercambios, imitación y civilidad, y no de guerra, confrontación ni amenazas. Metropolis y las otras redes de ciudades mundiales se imponen poco a poco debido justamente a la «civilidad» de las relaciones que establecen y a su carácter concreto y práctico. Cuando se trata de hablar de gestión de las infraestructuras urbanas, planificación urbana, vivienda, red de comunicaciones, alcantarillado, acueductos, transporte público, gestión del tráfico, financiación municipal, impuestos locales, coexistencia de grupos culturales y estructuras metropolitanas, todo el mundo se pone de acuerdo para dejar a un lado las ideologías y las rivalidades nacionales a fin de encontrar la eficacia, la armonía y el bien común. BIBLIOGRAFÍA Bairoch, Paul, (1985). De Jéricho à Mexico: villes et économie dans l’histoire, París, Gallimard, Arcades, 708 páginas. Braudel, Fernand, (1966). La Méditerranée et le monde méditerranéen à l’époque de Philippe II, París, Armand Colin, 2 volúmenes, 588 y 628 páginas. Brotchie, J., Barry, M., Blakely, E., Hall, P., y Newton, P. (bajo la dirección de) (1995). Cities in Competition: Productive and Sustainable Cities for the 21st Century, Melbourne: Longman Australia. Braudel, Fernand, (1973). 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Director Departamento de Estudios Urbanos y Turísticos Universidad de Québec, Montreal 3 Problemas y rtos de las metrópolitains La gobernanza metropolitana: necesidad, complejidad y diversidad El impacto de los grandes acontecimientos en el desarrollo de las metrópolis La gestión de la movilidad urbana El medio ambiente en las metrópolis – La ciudad como lÍder Pobreza urbana y vivienda La evolución del empleo en las ciudades 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis La gobernanza metropolitana: Necesidad, complejidad y diversidad “La gobernanza metropolitana es la acción colectiva de numerosos actores políticos y socioeconómicos que persiguen, en un contexto complejo, garantizar el desarrollo sostenible de un área metropolitana.” Gérald Tremblay Alcalde de Montreal Visión general del contexto de las metrópolis El crecimiento económico, la industrialización, el avance del sector terciario, la urbanización, la expansión urbana, el desarrollo de las nuevas tecnologías, la crisis del Estado del bienestar, las dificultades financieras de los gobiernos locales y la globalización de la economía plantean de manera nueva la gobernanza metropolitana. Además, las cambiantes condiciones económicas han conducido a la internacionalización progresiva de las metrópolis y al crecimiento de su influencia en todo el mundo, lo que implica una fuerte competencia. Estos cambios y tendencias significativos dictan la necesidad de adoptar soluciones concretas en lo que se refiere a la investigación y el establecimiento de formas adecuadas de instituciones metropolitanas que impulsen la gestión y el desarrollo de las áreas metropolitanas. Obligan asimismo a introducir y movilizar nuevos actores (autoridades locales, sector asociativo, sector privado, medio sindical, etc.) para poner en marcha esas instituciones. Estas transformaciones implican sistemas y métodos de organización complejos que difieren de una metrópolis a otra. ¿Por qué necesitan las metrópolis estructuras y mecanismos de coordinación? Las últimas décadas, caracterizadas por el crecimiento demográfico y urbano, han implicado la consolidación de grandes aglomeraciones y puesto de manifiesto la existencia de importantes problemas sociales, económicos, medioambientales, institucionales y financieros. Crear o no una entidad metropolitana es ante todo una decisión política. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 40 El argumento principal que a menudo se aduce para constituir una estructura semejante suele basarse en la necesidad de hacer coincidir el sistema institucional con el desarrollo urbano, económico y social de los territorios. Una estructura metropolitana puede justificarse también como solución a la fragmentación político-institucional o instrumento de solidaridad y equidad social. También se mencionan a menudo los argumentos de una mejor planificación a gran escala y una gestión racional de las zonas urbanas. La creación de una estructura metropolitana suele justificarse por la generación de economías de escala en los costes de prestación de servicios y una financiación equitativa de los servicios e infraestructuras por parte de la población y las empresas del territorio metropolitano. Las principales formas de organización y coordinación metropolitana Durante las últimas décadas, hemos asistido a la aparición de varios modelos de gobernanza metropolitana en distintos países. Estos modelos van desde el establecimiento de procedimientos oficiales de equilibrio intrametropolitano a la implantación de mecanismos de coordinación global o sectorial o incluso a la fusión de municipios dentro de un área metropolitana. Así, existen distintas formas de entidades y mecanismos metropolitanos en el mundo. Aunque variados, pueden englobarse en tres tipos principales: las estructuras institucionales, la coordinación administrativa oficial y la cooperación intermunicipal voluntaria. Algunas metrópolis tienen sus particularidades y formas de gobernanza híbridas. Las estructuras institucionales Las estructuras institucionales se crean por ley para asumir competencias específicas, facilitar la cohesión del conjunto de los actores y responder a las necesidades de un área metropolitana al tiempo que favorecen su desarrollo armonioso. En general, asumen funciones globales de planificación, coordinación y gestión. Aunque sus com- 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis petencias varíen, comprenden por lo común dominios fundamentales, incluso estratégicos, como los transportes, el medio ambiente la ordenación del territorio, la gestión de los residuos, las infraestructuras y las instalaciones a gran escala. La entrega de mercancías y los servicios los efectúan corporaciones autónomas, agencias especializadas o sociedades mixtas. Este tipo de estructuras está implantado en diferentes metrópolis y en distintos países. Se encuentran en Miniápolis–Saint Paul, Montreal y Toronto, París, Stuttgart, Manila y Londres. La coordinación administrativa oficial En este caso, las funciones metropolitanas se asumen o comparten con una instancia de gobierno existente (departamento, región, condado o provincia) que, en general, interviene sobre un territorio mucho más vasto que el del área metropolitana. Esta situación conduce a menudo a la superposición de varios niveles administrativos que tienen competencias sobre un mismo territorio. En esta categoría se encuentran las metrópolis de los países en vías de desarrollo, donde el poder emana directamente del gobierno central. Es el caso de Bamako, Libreville y Dakar. Hay asimismo metrópolis europeas que tienen una estructura intermedia bastante potente, en la que los gobiernos regionales asumen algunas funciones de coordinación de las aglomeraciones. Es el caso de Madrid, Glasgow y Varsovia. El caso de Bruselas es especial, pues la metrópolis está bajo el control de un comité ministerial. Algunas aglomeraciones disponen de mecanismos de coordinación funcionales que no emanan de ninguna estructura de gobierno concreta. Esta coordinación se produce en el ámbito del Estado, la región o el condado. Se limita a funciones específicas sobre territorios bien definidos para tal fin. Este planteamiento se aplica en las ciudades australianas (Sidney y Melbourne), donde la coordinación metropolitana se produce en el ámbito del Estado.También se aplica si las aglomeraciones superan los límites administrativos de un Estado o un condado, como es el caso de Nueva York o Chicago. La cooperación intermunicipal voluntaria En esta categoría se encuentran las aglomeraciones urbanas que no disponen de una verdadera estructura metropolitana oficial. Es el caso de Barcelona, Seúl y México. Se apela, pues, a una cooperación intermunicipal que se define a partir de objetivos globales o funciones concretas. En la aglomeración de Múnich se encuentran varias clases de asociaciones de municipios que se dedican principalmente a la planificación regional. La ciudad de Amsterdam ha establecido varios acuerdos con distintos municipios de la zona para sacar adelante cuestiones tan diversas como la promoción de la zona aeroportuaria y los servicios de bomberos. Ejemplos concretos: complejidad diversidad y Londres La Greater London Authority (GLA) se creó en 1999 y empezó a funcionar en 2000 rigiendo el área del gran Londres con sus distintos boroughs (municipios) y la ciudad de Londres. La GLA y la ciudad de Londres son en parte un gobierno local y en parte un gobierno regional que comprende un área metropolitana de 7 millones de habitantes. La GLA ejerce un control total o parcial sobre las agencias proveedoras de servicios, que son, de hecho, empresas estatales. La GLA tiene las competencias sobre transportes, incendios, policía, desarrollo y elaboración de estrategias. Los “boroughs” son responsables de la vivienda, la gestión de residuos, los servicios sociales y obras urbanas de carácter secundario. Las decisiones que conciernen a la planificación urbana a gran escala, incluida la regulación de nuevas construcciones importantes son competencia de la GLA. El gobierno central puede intervenir también en la toma de estas decisiones. En lo que a financiación se refiere, la principal fuente de ingresos de la GLA son las subvenciones concedidas por el gobierno central. La GLA percibe asimismo el impuesto municipal (Council Tax sobre la propiedad, recaudado por los “boroughs”, que financia � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 41 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis São Paulo Montréal Bruxelles � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 42 los servicios públicos de la zona donde se reside). Entre los impuestos que recaen sobre los residentes-usuarios está el peaje urbano (Congestion Charge), que tiene que pagarse por circular por el centro de la ciudad y es otra fuente de ingresos de la entidad. Montreal Es en 2001 cuando se estableció en Montreal una estructura metropolitana oficial: la Comunidad Metropolitana de Montreal (CMM). Esta entidad, creada por ley, abarca 64 municipios (incluida la ciudad de Montreal) y una población de 4,3 millones de habitantes. La CMM se encarga de funciones de planificación y coordinación. Tiene competencias en las materias siguientes: ordenación del territorio, transportes, desarrollo económico, medio ambiente, gestión de los residuos, vivienda social e infraestructuras urbanas. Los miembros del Consejo no se eligen directamente por sufragio universal, sino que los designan los municipios socios entre sus representantes. Según la ley, el alcalde de la ciudad central de Montreal actúa asimismo como presidente de la CMM. La Comunidad se financia esencialmente por cuotas que pagan los municipios socios, deducidas de los impuestos sobre la propiedad. Stuttgart La aglomeración urbana de Stuttgart, capital de Baden-Wurtenberg, se ha implicado de manera considerable en políticas de reformas durante los últimos años. La región de Stuttgart (Verband Region Stuttgart) es un modelo de gobernanza que actúa en un área metropolitana y se centra en las condiciones de vida de los ciudadanos. La región de Stuttgart se fundó, pues, en 1994 por ley provincial (Land) como organización regional independiente. Su objetivo es reforzar la posición de Stuttgart frente a competidores europeos e internacionales. La representación de los ciudadanos y la legitimidad democrática las asegura una asamblea regional elegida por sufragio directo. Las responsabilidades que se le han confiado a la región son la promoción económica y turística, la planificación del tráfico regional, incluida la res- ponsabilidad de la red de trenes de cercanías (SBahn), el desarrollo de la vivienda y las infraestructuras según los principios de planificación regional. São Paulo La región metropolitana de São Paulo todavía no se ha establecido aunque esté prevista por ley desde 1973. En 1988, la Constitución Federal transfirió el problema al Estado de São Paulo, que lo trató de manera más genérica y marginal en la Constitución del Estado de 1989. El objetivo de la ciudad de São Paulo no es crear una nueva estructura administrativa regional, sino tener un sistema de gestión compartido y común a todos los municipios que sea capaz de establecer una nueva relación con las demás instancias gubernamentales (Estados y Federal). La ciudad de São Paulo desea que los municipios importantes puedan deliberar sobre los recursos y las soluciones propuestas a los problemas regionales, frente a la situación actual caracterizada por el centralismo de los gobiernos estatales en la toma de decisiones, contrario a los intereses de los municipios. Bruselas La aglomeración urbana de Bruselas se sitúa a medio camino entre los casos de autoridades libres y limitadas. Está bajo el control de un comité interministerial del gobierno central. Bruselas se constituyó en aglomeración de municipios por ley en 1971, fundamentalmente con la finalidad de estimular la coordinación de las actividades municipales y prestar servicios en el ámbito local. La aglomeración asume de esta manera competencias atribuidas en el pasado a los municipios: la recogida y tratamiento de basuras, el transporte público, la protección del medio ambiente, algunas funciones relativas a los planes parciales, la regulación de la vivienda y el suelo, la promoción económica, la protección civil y algunos servicios sanitarios. Estas competencias están en realidad claramente limitadas por la intervención de otras autoridades como la comisión interministerial para la planificación territorial o la empresa de transportes que gestiona todo el transporte público de la zona. 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Seúl La región capital comprende la ciudad de Seúl (gobierno metropolitano de Seúl), la ciudad de Inchon y la provincia de Kyonggi, que la circunda. Su población en 2000 era de 21,3 millones de habitantes. La propia ciudad de Seúl (GMS) es un cuerpo autónomo de nivel superior y se compone de 25 distritos autónomos divididos en 522 subunidades administrativas. Se ha establecido una organización consultiva intergubernamental, la Asociación Metropolitana de Gobiernos de Seúl (SMAG), para tratar los problemas que afectan a las ciudades que la componen y las provincias vecinas. Al carecer de autoridad legal para aplicar políticas y planes, la SMAG ha sido relativamente poco eficaz, habida cuenta del dominio de Seúl sobre la región. Sin embargo, gobernadores recién elegidos de la provincia de Kyonggi y otras, el alcalde de una gran ciudad vecina como Inchon y otros políticos de ciudades adyacentes a la capital exigen ahora que se les tenga en cuenta en los debates políticos que afectan a sus comunidades. Las discusiones tratan de la planificación y el desarrollo general del área metropolitana, los servicios y la gestión pública, el desarrollo industrial y residencial y la prevención de la contaminación medioambiental, la participación conjunta en los costes, el desarrollo y el mantenimiento de las infraestructuras, la reestructuración del sistema de transportes, incluidos los itinerarios de los autobuses y del transporte subterráneo, y el desarrollo regional y la administración. La SMAG se ha convertido en una autoridad cuyo cometido es hacer recomendaciones al gobierno nacional, pero sin tener autoridad legal alguna para poder ponerlas en práctica. Los ingresos de la ciudad de Seúl provienen principalmente de los impuestos municipales. La SMAG no obtiene ingreso alguno por transferencia del gobierno central o de cualquier otro. No obstante, recibe del gobierno central ayuda financiera cuando se trata de proyectos de alcance nacional. Bamako El Distrito de Bamako, que alberga una población de 1,2 millones de habitantes, está bajo la tutela del ministro responsable de las Administraciones Territoriales. Dividido en 6 municipios, Bamako tiene su propio estatuto, definido por ley en 1996. El Ayuntamiento del Distrito se compone de miembros que los ayuntamientos municipales eligen para 5 años por votación uninominal y secreta. Regula, entre otras, las materias siguientes: los presupuestos y las cuentas del Distrito, los proyectos de ordenación y planificación urbana, los programas y proyectos de desarrollo, la protección del medio ambiente, la realización y el mantenimiento de algunas infraestructuras (vías públicas, rehabilitación, educación), los hospitales y museos y los préstamos. Los recursos del Distrito y los municipios que lo componen comprenden: subvenciones estatales y fondos de compensación, recursos fiscales, ingresos de explotación (impuestos municipales, ingresos por prestación de servicios, impuestos locales), préstamos. Sus ingresos provienen esencialmente de las patentes y licencias (30%), el tránsito y los transportes urbanos (19%), los cuatro mercados (10%) y los impuestos sobre ciclomotores y bicicletas (9%). Barcelona El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) comporta actualmente tres entidades: La Entidad Metropolitana de Medio Ambiente – EMMA–, la Entidad Metropolitana del Transporte – EMT– y la Mancomunidad de Municipios del Área Metropolitana de Barcelona – MMAMB. La EMMA, que representa a 33 municipios, y la EMT, que representa a 18, se crearon por ley de 1987 del Parlamento de Cataluña. Sin embargo, la MMAMB, constituida por 30 ayuntamientos metropolitanos, es una asociación de carácter voluntario. El territorio que abarcan las tres entidades comprende 36 municipios. Los ayuntamientos metropolitanos crearon voluntariamente la MMAMB que, desde sus inicios, funciona según los principios de solidaridad, cooperación, pluralidad y voluntariado a fin de estructurar y Bamako Séoul Barcelone � � � ��� � � � � � � � � ������� � � �������� � � � � ��� � � �� 43 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis armonizar el territorio creando infraestructuras e invirtiendo en ellas. Cada una de las tres instituciones se financia de manera distinta. La EMMA tiene dos fuentes principales de ingresos: una proviene de la tasa ambiental metropolitana de gestión de residuos municipales (TAMGREM) (42%) y la otra de la Agencia Catalana del Agua (38%). La fuente principal de la EMT es el recargo metropolitano del transporte aplicado al impuesto de bienes inmuebles (IBI). La MMAMB se financia en un 72% por las contribuciones de los municipios socios. Mexico � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 44 México La coordinación del Distrito federal y el Estado de México la asegura una Comisión Ejecutiva de Coordinación Metropolitana (CECM) creada en 1998, dos organismos adjuntos (la Coordinación General de Programas Metropolitanos del Distrito Federal y la Secretaría de Desarrollo Metropolitano del Gobierno del Estado de México) y varias comisiones que se ocupan de diversos sectores: Comisión Ambiental Metropolitana (CAM-1996), Comisión de Agua y Drenaje del Área Metropolitana (CADAM-1994), Comisión Metropolitana de Transporte y Vialidad (COMETRAVI-1994), Comisión Metropolitana de Seguridad Pública y Procuración de Justicia (CMSPyPJ-1998), Comisión Metropolitana de Asentamientos humanos (COMETAH-1995), Comisión Metropolitana de Desechos Sólidos (COMDES-1998), Comisión Metropolitana de Protección Civil (COMEPROC2000) y la Comisión de Salud Pública (COSP2001). La Comisión Ejecutiva de Coordinación Metropolitana tiene las competencias siguientes: definir las materias de la agenda metropolitana, evaluar los programas metropolitanos, adoptar acuerdos de carácter general, coordinar las relaciones de colaboración entre los municipios del Estado y las delimitaciones del Distrito Federal y definir mecanismos de financiación conjunta. Por lo que se refiere a la financiación, la zona metropolitana no tiene, pues, base legal para recaudar impuestos. Los ingresos del Distrito Federal provienen de las fuentes siguientes: impuestos, contribuciones de mejoras, derechos, contribuciones no comprendidas en los apartados anteriores, accesorios, productos, aprovechamientos, actos de coordinación derivados del convenio de colaboración administrativa, productos financieros, participaciones en ingresos federales, transferencias federales, entidades y empresas, deudas de ejercicios fiscales anteriores y endeudamiento neto. Conclusión Esta síntesis y los ejemplos descritos ilustran claramente la complejidad de la gobernanza metropolitana y la diversidad de modelos y mecanismos establecidos. El nivel de desarrollo de un país, el grado de urbanización de una región metropolitana, su índice de crecimiento, las necesidades de los ciudadanos y las empresas en materia de servicios e infraestructuras y el número de actores implicados influyen sobremanera en el tipo y la forma de organización metropolitana. Además, las soluciones propuestas o aplicadas en las metrópolis están condicionadas por la cultura del país, su historia, sus corrientes políticas, las instituciones que posee, el liderazgo de los actores, la urgencia de los problemas existentes y los recursos disponibles. Amara Ouerghi Secretario regional Metrópolis – América del Norte 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis El impacto de los grandes acontecimientos en el desarrollo de las metrópolis Los Juegos Olímpicos de Atenas acaban de mostrarlo una vez más: los grandes acontecimientos mundiales, sean deportivos o culturales, transforman las ciudades y los países anfitriones. Medir el impacto que producen en el desarrollo de las metrópolis a corto y largo plazo, como ha hecho la Comisión 1 de Metrópolis entre mayo de 2000 y mayo de 20021, es una tarea compleja. De hecho, el éxito de un acontecimiento no puede analizarse basándose únicamente en criterios técnicos o financieros. Todo acontecimiento ocurre en un contexto político, cultural, económico y urbano muy específico y la pertinencia de los indicadores varía, pues, según el caso. Los objetivos perseguidos por las metrópolis, además, no siempre se expresan claramente desde el principio. A menudo, el éxito del acontecimiento en sí no es más que un pretexto para superar los retos de la competición económica y mediática a la que se entregan las metrópolis. Jean-Paul Huchon Président du Conseil régional d’Île-de-France Imagen y prestigio internacional: metrópolis bajo los focos Los grandes acontecimientos permiten a las metrópolis existir en la escena internacional al mostrar una imagen que las favorece a un público que ha llegado a ser mundial debido a la democratización de la televisión. A modo de ejemplo, los Juegos Olímpicos que organizó Sidney en 2000 los vieron, acumulando audiencias, 30 mil millones de telespectadores de 220 países. Las metrópolis disponen de otras estrategias menos arriesgadas, menos costosas y, a veces, tan eficaces como ésta para señalar su posición en el mapa del mundo: manifestaciones regulares como el Carnaval de Río de Janeiro o el Festival Internacional de Cine de Toronto, instalaciones de bandera como el Museo Guggenheim de Bilbao, foros políticos como la Cumbre de la Tierra de 1992 celebrada en Río de Janeiro. Sin embargo, las ciudades y los países que presentan sus candidaturas para organizar grandes acontecimientos son cada vez más numerosos. ¿Por qué? Porque se trata de un medio único para obtener rango de gran metrópolis mundial mostrando que se tiene la capacidad de llevar a buen término un proyecto complejo. Al organizar con éxito los Juegos Olímpicos de 1988, y después la Copa del Mundo de Fútbol de 2002, Seúl ha ocupado una posición destacada en Asia y en el mundo (Cuadro 50). Los JJ. OO. de 2008, que tendrán lugar en Pequín, y la Exposición Universal de 2010, que organizará Shangai, confirmarán la entrada de China como potencia económica planetaria abierta al mundo. Confirmar o transformar la imagen de una metrópolis responde a otras estrategias. La Copa del Mundo de 1998 de Île-de-France (Cuadro 49) y la Exposición Universal de Sevilla de 1992 permitieron remozar y dinamizar la imagen de estas metrópolis, asociada hasta entonces más a su cultura que a su patrimonio. Con su reciente Fórum Universal de las Culturas – Barcelona 2004, Barcelona ha querido romper con la tradición de celebrar tales acontecimientos como competición frente a los demás países, prefiriendo inventar un nuevo tipo de acontecimiento cultural internacional basado en otros valores (Cuadro 48). El acontecimiento puede tener un impacto muy importante sobre la imagen que los propios habitantes se forman de su propia metrópolis o país. Es incuestionable que el Carnaval de Río contribuye a definir la identidad de los cariocas. El entusiasmo y apoyo de la población fue patente también en Sidney en 2000 y en Seúl en 2002, contrastando a menudo con las controversias suscitadas en la fase preparatoria del acontecimiento. El ejemplo más reciente: la Exposición Universal de 2000 de Hannover. El moderado éxito por lo que a visitantes se refiere no debe enmascarar el objetivo real de la ciudad: reforzar su posición en el mercado internacional de ferias comerciales y exposiciones. Palancas para transformar las ciudades Las metrópolis conciben los grandes acontecimientos como verdaderos catalizadores de trans- 1 Compuesta por las ciudades de Abidján, Barcelona, Berlín, Melbourne, Río de Janeiro, Sevilla, Shenyang, Seúl,Toronto y la región Île-de-France, la Comisión 1 ha analizado 11 acontecimientos o proyectos de acontecimientos: los Juegos Olímpicos de 1992 y el Fórum Barcelona 2004 de Barcelona, la candidatura de Berlín para los Juegos Olímpicos de 2000 y el proyecto de la Copa del Mundo de Fútbol de 2006, el proyecto de los Juegos de la Commonwealth presentado por Melbourne para 2006, la Copa del Mundo de Fútbol de 1998 de París Île-de-France, el Carnaval de Río, la Exposición Universal de 1992 y los Campeonatos del Mundo de Atletismo de 1999 que tuvieron lugar en Sevilla, el Mes Internacional de la Amistad de 1999 de Shenyang y las Jornadas Mundiales de la Juventud de 2002 organizadas por Toronto. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 45 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis formaciones urbanas de gran calado: la realización de nuevas infraestructuras y la ordenación urbana en general son un aspecto importante de estas estrategias de desarrollo. Lisboa, con la Expo 98, y, sobre todo, Barcelona muestran que los grandes acontecimientos son eficaces para lanzar proyectos urbanos ambiciosos. Permiten movilizar medios de financiación excepcionales que provienen de varias fuentes y concentrarlos en el tiempo y el espacio. La rehabilitación medioambiental y la renovación urbana de territorios degradados forman hoy día el núcleo de esas estrategias, como mostraron Sidney en 2000, Seúl en 2002 o Barcelona en 2004. Efectos multiplicadores sobre el desarrollo económico y el turismo Los grandes acontecimientos gozan de la reputación de tener efectos positivos sobre la economía a corto, medio y largo plazo. Puede examinarse en primer lugar el efecto multiplicador de las inversiones públicas y privadas: entre 1987 y 1992, se calcula que cada peseta que gastó la ciudad de Barcelona en los Juegos Olímpicos reportó 14. Puede tomarse en segundo lugar la dinamización del mercado inmobiliario: el número de m2 edificados aumentó más del 153% en Shenyang entre 1999 y 2000, es decir, 20 puntos más que en un año corriente. Puede verse por último la implantación de empresas, la creación de empleos directos o indirectos, temporales o indefinidos, las repercusiones turísticas, etc. El desarrollo de la oferta hotelera y la atención que le dispensan los medios de comunicación al acontecimiento permiten promocionar el destino a corto plazo y acceder a nuevos mercados. Sacar adelante un gran acontecimiento: factores favorables Algunos factores pueden alentar el éxito del acontecimiento. Una organización sólida y clara permite movilizar el conjunto de actores privados y públicos en torno a un líder reconocido. La búsqueda activa del apoyo de la ciudadanía recabando su opinión, la gestión del tiempo como un bien escaso (cada minuto cuenta desde el primer � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 46 día) y la capacidad de prever todos los problemas susceptibles de plantearse antes, durante y después del acontecimiento figuran asimismo entre los factores favorables. La valorización del acontecimiento una vez concluido es un elemento clave. Significa en primer lugar construir instalaciones realmente adaptadas al desarrollo de la metrópolis, a las necesidades de sus habitantes o sus empresas. Significa también prolongar el dinamismo creado por el acontecimiento por medio de un proyecto metropolitano que pueda apoyarse en las nuevas relaciones establecidas entre los actores. Para capitalizar desde dentro la experiencia adquirida, las metrópolis deben evaluar de manera objetiva los acontecimientos que organizan sobre la base de criterios definidos con anterioridad. Una estructura permanente permite desarrollar una verdadera ingeniería local de organización, como ha mostrado Sevilla con su Oficina de Promoción Deportiva. Riesgos asociados a la organización de grandes acontecimientos Organizar grandes acontecimientos no carece de riesgos: financieros (déficit del comité de organización, costes de gestión de las instalaciones demasiado gravosos, endeudamiento excesivo de la ciudad...), de perturbación de los mercados (inflación, burbuja inmobiliaria, depresión económica en el periodo posterior al acontecimiento...), riesgos vinculados a las ambiciones del proyecto (exceso de instalaciones, previsiones demasiado optimistas...), riesgos medioambientales, sociales o políticos, etc. Para poder preverlos, es necesario antes compartir conocimientos especializados. Organizar un gran acontecimiento: ¿Un lujo para ciudades ricas? La organización de acontecimientos se ha convertido en un potente motor de desarrollo de una civilización que cede cada vez más espacio al ocio, pero la carrera por los grandes acontecimientos es desigual: es más propio de las ciudades de los países desarrollados o emergentes. Las últimas décadas han presenciado un declive relativo 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis de América del Sur en beneficio de candidaturas procedentes de nuevos países (Corea, China, Sudáfrica, Turquía, Rusia...) muchas de las cuales no han salido adelante. Los países en vías de desarrollo de Asia, África, Oriente Próximo y Medio y los países que se hallan en transición económica (Europa Oriental) no están bien representados hasta ahora en este mercado. Organizar un gran acontecimiento, ¿es un lujo que solamente pueden permitirse las ciudades ricas? En el ámbito nacional, la competición resulta asimismo a menudo desigual entre las capitales que concentran la mayoría de los elementos necesarios para acoger un acontecimiento y las capitales secundarias, peor equipadas. Aunque el fenómeno es difícil de observar, los grandes acontecimientos también pueden agravar a veces las desigualdades sociales y espaciales existentes en el interior de las metrópolis. De hecho, conducen a crear infraestructuras y servicios de nivel internacional destinados a atraer a inversores y visitantes muy exigentes, lo que excluye a las poblaciones o territorios menos favorecidos. La importancia de las inversiones movilizadas provoca decisiones al asignar los fondos que pueden ir en detrimento de otras urgencias. Existe también un riesgo de acaparamiento por parte de la ciudad-centro de los beneficios del acontecimiento en perjuicio de otras ciudades de la aglomeración. Por otra parte, se juzga a las metrópolis por su capacidad de organizar estos grandes acontecimientos. Antes de lanzarse a la aventura deben hacer la prueba a priori de que poseen esa capacidad, en particular cuando su candidatura se somete al dictamen de una institución internacional como el Comité Olímpico Internacional (COI), la Bureau International des Expositions (BIE) [Oficina Internacional de Exposiciones] o la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) [Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol]. Las condiciones que tienen que cumplirse abarcan un dominio cada vez mayor: seguridad jurídica, garantías financieras, estabilidad política y económica, fiabilidad del sistema sanitario, seguridad de personas y bienes, infraestructuras, etc. Para las ciudades que están en vías desarrollo, algunas de estas exigencias son discriminadoras. Reforzar la cooperación internacional Visto lo anterior, parece imprescindible reforzar la cooperación y la solidaridad internacionales, en particular para asegurar la transmisión de experiencias. Las organizaciones internacionales deben implicarse más en la labor de compartir y difundir los conocimientos necesarios para organizar acontecimientos y en la gestión de los riesgos asociados a ellos. La organización compartida de acontecimientos entre varios países o varias ciudades es un camino que viene explorándose en años recientes y permite mancomunar medios. Hay que reconocer, sin embargo, que esta solución puede conducir a complicar la organización de manera considerable debido a las normas y prácticas distintas de los países y a repetir procedimientos. Por último, las redes de cooperación internacional como Metrópolis podrían desempeñar un papel orientador con respecto a las ciudades socias que tienen intención de presentar su candidatura para organizar un acontecimiento. Podrían, en particular, ayudar a esas ciudades a negociar con las instituciones internacionales para encontrar financiación y beneficiarse de las experiencias de otros socios. De hecho, si bien los grandes acontecimientos permiten a las metrópolis afirmar su renombre, dinamismo, creatividad y, cada vez más, su competitividad, también deberían ser una ocasión para intercambiar experiencias en la materia a fin de controlar mejor el impacto, reducir al mínimo los posibles riesgos y garantizar mejor y de manera equitativa los efectos positivos a largo plazo. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 47 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Barcelona: de los Juegos Olímpicos 1992 al Fórum Barcelona 2004 A partir de los Juegos Olímpicos de 1992, Barcelona se convirtió en una referencia mundial por la forma en que aprovechó un gran acontecimiento deportivo como plataforma para la transformación de la ciudad. Valiéndose de este éxito, se ha marcado otro desafío igual de ambicioso: la concepción de una nueva clase de acontecimiento no centrado ya en una competición, sino en un diálogo mundial acerca de los valores de la diversidad cultural, la paz y el desarrollo sostenible. El Fórum Universal de las Culturas, apoyado por la UNESCO, el Gobierno español y la Generalitat de Cataluña, participa en la reconversión de un sector desheredado de la periferia en una centralidad metropolitana. ¿Prueba superada? Todavía es demasiado pronto para afirmarlo. Los Juegos Olímpicos transformaron Barcelona: la ciudad se abrió al mar, reordenó los espacios públicos, se dotó de una autopista de circunvalación y de una infraestructura hotelera de carácter internacional. Los Juegos la ayudaron a convertirse en una gran metrópoli europea y en un destino turístico. El impacto económico directo e indirecto de los Juegos se ha estimado en cerca de 25.000 millones de euros por un gasto total de 9.300 millones de euros (el 82% se destinó a infraestructuras y el 14% a la organización), dos tercios de los cuales fueron aportados por el sector público, en concreto el Estado. El objetivo del emplazamiento elegido por el Fórum Barcelona 2004, situado en la prolongación de la antigua Villa Olímpica, es la reconquista del frente marítimo a lo largo de 200 hectáreas (Fotografía cf. Imagen formato jpeg Forum2004-1)La multitud de visitantes sobre la pasarela durante el Fórum Barcelona 2004. © DR Fuente: Barcelona Regional (Brunet 1995), Ciudad de Barcelona � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 48 contaminadas y repletas de instalaciones perjudiciales para la salud. Alrededor del Edificio Fórum se está erigiendo un barrio con una arquitectura audaz, orientado hacia los negocios (un centro de congresos y hoteles de 4 estrellas), el comercio y el ocio, y que aspira a ser un laboratorio del desarrollo sostenible (la inversión total ronda los 3.000 millones de euros). (Perspectiva pág. 51 del informe Metropolis 2002, versión completa en francés) El proyecto urbano Fórum Barcelona 2004 en un sector desfavorecido de Barcelona. Al fondo la antigua Villa Olímpica. © Barcelona Regional – DR El Fórum Barcelona 2004, que se celebró en el emplazamiento mencionado del 9 de mayo al 26 de septiembre (141 días), experimentó un éxito atenuado, objeto de mucha polémica y con una cobertura internacional decepcionante. Algunas cifras ayudan a valorar el acontecimiento: 341 millones de euros de presupuesto, 49 “diálogos” internacionales, 400 organizaciones presentes, centenares de conciertos, espectáculos y acciones solidarias, 3,3 millones de entradas al recinto Fórum, traducidas en 2,4 millones de visitantes, de los cuales el 21% fue de origen extranjero. El Fórum Barcelona 2004 habrá logrado introducir en la agenda mundial un nuevo tema de debate: la preservación de la diversidad cultural como una necesidad frente a la globalización, un tema que suscita un creciente interés, en particular en los países meridionales. Sin embargo, aunque no se tenga la certeza de que el emplazamiento vaya a convertirse en una referencia para el urbanismo del siglo XXI, lo que sí está garantizado es que Monterrey (México) acogerá el próximo Fórum en el año 2007. 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis El impacto de la Copa del Mundo 1998 en Ile-de-France (París y Saint-Denis) La Copa del Mundo de Fútbol organizada en Francia en 1998 fue reconocida unánimemente como un éxito, a pesar de los retrasos en el inicio del proyecto. El acontecimiento agrupó a todos los franceses, todos los orígenes se confundieron, modernizó la imagen de la región-capital del país (“un país dinámico y acogedor, un país que gana”), en particular a los ojos de la juventud y de un turismo potencial procedente de determinados países (Japón, Sudáfrica, los países latinoamericanos, etc.) Sin embargo, todavía no se ha realizado ningún balance global. A través de su Proyecto Urbano, la ciudad de SaintDenis aprovechó esta oportunidad para acelerar la mutación económica y urbana de una antigua zona industrial muy degradada de 750 hectáreas, la Plaine Saint-Denis. Este emplazamiento fue designado en 1992 por el Estado y la región Ile-de-France como un sector prioritario del redesarrollo urbano. Plan de situación pág. 130 del informe Metropolis 2002, versión completa en francés Los emplazamientos de la Copa del Mundo de 1998 en Ile-deFrance en París y Saint-Denis. © IAURIF Fotografía de cubierta o pág. 137 del informe Metropolis 2002, versión completa en francés El Stade de France durante la Copa del Mundo ’98. Al fondo, el Stade de France. © DREIF – GAUTHIER De los diez estadios de acogida de la Copa, dos estaban situados en Ile-de-France: el Parc des Princes (49.000 localidades) en París y, en particular, el Stade de France (80.000 localidades), construido especialmente para la ocasión en el municipio de Saint-Denis, a las puertas de París. Más allá del triunfo del equipo de Francia, uno de los ingredientes de este éxito fue la decisión de concebir el Stade de France como un equipamiento metropolitano polivalente, capaz de albergar todo tipo de acontecimientos: conciertos, deporte/espectáculos, atletismo (acogida de los Campeonatos del Mundo de Atletismo 2003), turismo comercial, visitas, animación local, etc. El estadio está gestionado por un consorcio privado y funciona durante más de 300 días al año, lo que garantiza su rentabilidad financiera. Gracias al Grand Stade, a la mejor accesibilidad al emplazamiento y a la recalificación de los espacios públicos (en total una inversión de cerca de 760 millones de euros procedentes del Estado, de la región y de socios privados), la Copa del Mundo tuvo un efecto inmediato sobre el desarrollo de la PlaineSaint-Denis. A partir de 1998, los promotores públicos y privados invierten en este sector estratégico hasta entonces “fuera de mercado”: se han completado o están programados de aquí a 2010 casi un millón de m2 de actividades, de oficinas o comercios y 3.000 viviendas. De momento, los efectos beneficiosos de la Copa del Mundo no se han propagado a los territorios desfavorecidos situados alrededor de la Plaine-Saint-Denis: el futuro dirá si se trata del inicio de un reequilibrio económico y social a la misma escala que el experimentado en la conurbación. Fuente: IAURIF � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 49 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis De los Juegos Olímpicos 1988 a la Copa del Mundo 2002: la experiencia de Seúl Catorce años después de haber organizado los Juegos Olímpicos, Seúl acogió la Copa del Mundo de Fútbol 2002, junto a otras 19 ciudades coreanas y japonesas. Concebidos en contextos y con estrategias distintas, estos dos acontecimientos deportivos de éxito han transformado en profundidad la estructura de la ciudad. Gracias al apoyo de un marketing eficaz, han contribuido a posicionar a Seúl primero como una gran capital asiática y, a continuación, como una metrópoli mundial. El precio del éxito sería, según algunos autores, el aumento de las disparidades entre Seúl y el resto del país, e incluso en el interior de la metrópoli. Los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 consagraron el despegue económico de Corea del Sur y el advenimiento de la democracia. Sin embargo, aunque el impacto económico de los Juegos para el país y su capital haya sido considerable, Seúl ha heredado un complejo deportivo costoso para las finanzas de la ciudad: el estadio principal del Jamsil Sport Complex sólo funciona durante 75 días al año. La construcción y la elección del emplazamiento del estadio de la Copa del Mundo suscitaron controversias a causa de la grave crisis económica de la época y de los conflictos entre el Estado y el Gobierno metropolitano. La estrategia finalmente aplicada fue la de concebir el nuevo estadio de Sangay como una instalación polivalente rentable capaz de poner en marcha la mutación de un sector muy desfavorecido de la ciudad. El desafío era crear un barrio orientado hacia las nuevas tecnologías y la ecología urbana: el Sangam New Millenium Town. Situado sobre un nuevo eje de desarrollo en dirección al nuevo aeropuerto de Incheon, este terreno de 500 hectáreas fue recalificado de forma extraordinaria al precio de un gran esfuerzo financiero (la inversión rondó los 2.100 millones de dólares estadounidenses) para la ordenación de la red de carreteras, el metro, cinco grandes parques urbanos (sobre un antiguo desaguadero), una Ecovillage (30.000 viviendas a corto plazo) y, sobre todo, una Digital Media City que comienza a materializarse. Además de la movilización de los coreanos por su sorprendente equipo de fútbol, uno de los ingredientes del éxito de la Copa fue la puesta en práctica de una estrategia ofensiva de marketing urbano dirigida a los 400.000 visitantes llegados a Corea del Sur (una cifra menor a la esperada) y en particular a los 28.800 millones de telespectadores en audiencia acumulada. Los estudios previos al acontecimiento habían estimado que la Copa aportaría un excedente de valor añadido a la economía coreana de unos 4.700 millones de dólares, así como 350.000 empleos; sin embargo, todavía es un poco pronto para hacer balance. (Plan de situación) pág. 80 del informe Metropolis 2002, versión completa en francés. Localización de los emplazamientos de los JO 1988 y de la Copa del Mundo 2002 en Seúl. © Seoul Development Institute (Fotografía) pág. 82 del informe Metropolis 2002, versión completa en francés El nuevo estadio de Shangai (Seúl), visto desde la salida del metro durante la Copa del Mundo 2002. © IAURIF-Lecroart � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 50 Fuente: Seoul Development Institute; Hong-Bin Kang (University of Seoul) 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis La gestión de la movilidad urbana En los albores del tercer milenio, por vez primera en la historia de la humanidad, la mayor parte de los seis mil millones de habitantes del planeta vive en las ciudades. Si bien las ciudades siempre han sido los motores del crecimiento económico y crisoles de civilización, los retos a los que se enfrentan hoy en día no tienen precedentes. La pobreza urbana, el deterioro de las condiciones sociales y de salud, la falta de viviendas apropiadas y el paro son solamente algunos de los numerosos riesgos provocados por la rapidez del crecimiento urbano. Sin embargo, en todo el mundo nadie duda de que las ciudades –y en consecuencia sus habitantes de nuestros días y del futuro– tendrán el poder, la capacidad y la voluntad de construir el milenio urbano de manera que las esperanzas depositadas en la vida urbana no se vean decepcionadas. Ahora bien, como vivimos en un mundo en el que reina una gran diversidad, no hay respuesta simple o solución única a los problemas y retos a los que deben enfrentarse nuestras ciudades. Ingeborg Junge-Reyer Sénateur pour le développement urbain de berlin. La movilidad y el tránsito son cuestiones esenciales para toda ciudad. No puede haber buena calidad de vida, comercio y cultura en las ciudades sin un sistema de tránsito funcional. Unas buenas condiciones de movilidad son la base de toda infraestructura. Entre las necesidades urgentes, la más acuciante es sin duda alguna la de desarrollar sistemas de transporte integrados y ecológicos. No es sorprendente, pues, que desde la fundación de Metrópolis en 1984, este asunto se haya tratado varias veces en nuestras reuniones. • En el congreso mundial de Melbourne de 1990, uno de los temas de discusión, dirigido por Montreal, fue el de optimizar los transportes en los centros urbanos. • En el congreso de Montreal de 1993, uno de los temas abordados fue el transporte urbano. • Recordemos asimismo el plan de ayuda técnica entre París y Bucarest: en cuanto a la reorganización y planificación de la estación ferroviaria Bucarest-Norte. • En nuestro congreso mundial de Tokio, celebrado en 1996, el grupo transversal trató el tema del coche en la ciudad. Aquel año fue también el del plan de ayuda técnica establecido entre París, Melbourne y Guangzhou, que permitió la redacción de un estudio sobre la mejora del sistema de transportes de Guangzhou. • De 1996 a 1999, la Comisión 1 trabajó sobre el tema de aeropuertos y sus alrededores como catalizadores del desarrollo metropolitano. Su informe final se publicó con ocasión del congreso mundial que tuvo lugar en Barcelona en 1999. Actividades 2002–2005 Dado el enorme aumento del número de coches particulares y el crecimiento del transporte de mercancías por carretera, las grandes ciudades se enfrentarán particularmente a los problemas siguientes: • la contaminación sonora causada por el tránsito; • la contaminación del aire; • el inmenso espacio ocupado por los automóviles; • los atascos causados por los vehículos de transporte de mercancías y de recogida de basuras. Las consecuencias inminentes de estos problemas serán: • un deterioro del medio ambiente urbano que, a su vez, perjudicará las condiciones de vida de la población local; • el descontento de las empresas con la situación urbana, puesto que los atascos de tráfico impedirán que sus mercancías se entreguen a tiempo. Estas circunstancias conducirán a las situaciones siguientes: • los residentes acomodados se mudarán a barrios de la periferia o se instalarán en las afueras; • las empresas abandonarán la ciudad para establecerse en otro sitio; • la segregación social aumentará en el núcleo urbano de la región. Durante el congreso de Metrópolis celebrado en Seúl en 2002, se decidió, pues, constituir una comisión que tratara el tema “La gestión de la movi� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 51 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis lidad urbana”, a fin de debatir problemas urgentes de tránsito y transporte que afectan a nuestras ciudades y buscar soluciones. Garantizar la movilidad y un tránsito sostenible y suficiente en la ciudad es un objetivo común a las políticas urbanas de tráfico de todas las metrópolis. Un examen más atento pone de manifiesto las grandes diferencias existentes entre los problemas que tienen las ciudades y los que tienen las regiones y la definición de sus objetivos políticos concretos. Con la finalidad de obtener una visión de conjunto de la movilidad en las ciudades socias, en el transcurso del verano de 2003 preparamos un primer cuestionario sobre el estado de la cuestión acerca de la movilidad urbana. Como resultado, publicamos un folleto que contenía datos de 15 ciudades: Abidján, Barcelona, Belo Horizonte, Berlín, Brazzaville, Bruselas, Gwangju, Estambul, Londres, Mashhad, México, Omsk, París, Río de Janeiro y Teherán. Más tarde, también contestaron Montreal, Santiago de Chile y Sofía. El folleto, publicado en septiembre de 2004 y enviado también por Internet, proporcionó información y referencias útiles para nuestra primera reunión que tuvo lugar en Estambul en septiembre de 2004, en la que se trataron principalmente las cuestiones siguientes: • la situación general y los problemas del tránsito en las metrópolis; • las estrategias de gestión del transporte de mercancías. Las exposiciones las realizaron París–Île-deFrance, Río de Janeiro, Berlín, Barcelona, Gwangju, México, Santiago de Chile, Bogotá y Estambul. Asimismo tuvo lugar una reunión de alcaldes de ciudades estadounidenses. Debatieron políticas y estrategias de tráfico. Al final de estos intensos debates, la comisión especificó cuatro cuestiones sobre las que trabajar más: • ¿Cómo controlar la movilidad urbana? • ¿Cómo financiar los sistemas de transporte público en las ciudades? � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 52 • ¿Qué planteamientos (apoyados por la población) hay para restringir el uso de vehículos particulares en las ciudades? ¿Cómo se convierte esta nueva estrategia en política? • ¿Cuáles son los problemas típicos y las evoluciones negativas de nuestra ciudad? Para obtener informaciones concretas y representativas sobre estas cuestiones, a las que no se contestó en Estambul, empezamos un segundo cuestionario a finales de 2003. Los temas principales fueron: • los problemas típicos y las evoluciones negativas; • los sistemas de financiación sostenible para los transportes públicos. Diez ciudades socias contestaron el cuestionario: Barcelona, Belo Horizonte, Berlín, Bruselas, Lisboa, Londres, Mashhad, México, Moscú y París. El análisis de las respuestas muestra que todos los problemas de transporte que se plantean a las ciudades, sean más o menos importantes, deben solucionarse. Se consideró que los problemas de México eran claramente los más graves. Las dificultades de transporte experimentadas por Londres se consideran de gravedad mediana; el nuevo peaje urbano ha reducido el número de atascos en el centro de la ciudad. En general, el aumento del transporte de mercancías por carretera es el problema más importante de casi todas las metrópolis. 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis giones del planeta. Sin embargo, estas estructuras son objeto de peticiones de modificación, pues en parte parecen inadecuadas para satisfacer las necesidades y exigencias “modernas”. Además, su nueva posición en la red mundial, el surgimiento de nuevas tecnologías y las cambiantes expectativas y exigencias basadas en nuevas formas de interacción social, así como la aparición de estilos de vida posmodernos cuestionan la validez y la viabilidad de las estructuras tradicionales. La motorización en el mundo (en millones de vehículos), fuente: Bundesministerium für wirtschaftliche Entwicklung und Zusammenarbeit. Transport und Verkehr. Materialien Nr. 124. 2003. [Ministerio Federal (de Alemania) para la Cooperación y el Desarrollo Económico.Transporte y tráfico. Materiales n.o 124. 2003] Asimismo se consideran importantes los problemas medioambientales en Europa Central y América. Aproximadamente la mitad de la población mundial vive hoy día en las ciudades, y la tendencia es al alza. En los países industrializados, principalmente Europa y América del Norte, el índice de urbanización actual, del 75% y superior, es el resultado de un largo proceso de industrialización y urbanización que han hecho posible e impulsado los procesos de transición económica y política, así como las innovaciones en los transportes y las comunicaciones. Las ciudades se han convertido en estructuras complejas y, en cierto sentido, equilibradas, que se han “exportado” a otras re- En todas las ciudades socias de Metrópolis, la cohesión social y el vínculo entre la movilidad, el desarrollo socioeconómico y la accesibilidad son preocupaciones fundamentales. Esta segunda encuesta sirvió de referencia a los participantes de la segunda reunión, que tuvo lugar en París en mayo de 2004, organizada por Metrópolis con la colaboración de la UNESCO y la UATI (Unión Internacional de Asociaciones y Organizaciones Técnicas), que trató los tres puntos siguientes: • la movilidad y la cohesión social; • la financiación del transporte público; • ejemplos de buen hacer y de evoluciones negativas. Las conferencias y los debates mostraron que la movilidad creciente es un reto para la organización de sistemas de transporte y el equilibrio económico y social de las conurbaciones. En re- � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 53 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis sumen, los temas principales que se abordaron fueron los siguientes: • la gobernanza y la relación entre los responsables políticos, los operadores y los consumidores; • los sistemas de evaluación de criterios de movilidad en correlación con los indicadores tecnológicos, financieros y sociales; • la transparencia financiera (“un sistema de movilidad tiene costes, y debemos tener la valentía de asumirlos”); • cómo dar a los ciudadanos la posibilidad de expresarse a fin de que la sociedad civil esté segura de que se le hace caso; • la constatación de que se realizan progresos, no solamente avances tecnológicos, sino también innovaciones financieras y sociales, que deben beneficiar a todos, y la conciencia simultánea de que las innovaciones dependen de los contextos locales. Después de la reunión de París, preguntamos a las ciudades socias cuáles eran los temas más importantes que debatir en el congreso de Berlín de mayo de 2005. Así, serán los siguientes: • La movilidad y la estructura urbana La influencia recíproca que se da entre la estructura urbana y la evolución del tránsito, el uso de distintos sistemas de transporte por parte de los ciudadanos (modal split) y los peligros de la desurbanización y la expansión urbana descontrolada. • El impacto sobre el medio ambiente Los efectos de los sistemas de tráfico sobre el medio ambiente y la salud; la contaminación, el ruido y los gases tóxicos en el centro de la ciudad; el deterioro del espacio; la seguridad vial. • La planificación de la movilidad y la participación de la ciudadanía El diálogo entre los poderes públicos, los operadores y los usuarios sobre nuevas maneras de concebir el tránsito. Además, estamos preparando un seminario especial sobre la planificación del transporte ferroviario para aportar ayuda técnica a las ciudades africanas, asiáticas y americanas en las que los trenes intraurbanos todavía no existen. Contestaremos preguntas como ¿cuáles son las ventajas de los ferrocarriles en relación con las redes de autobuses? ¿En qué condiciones son económicos? Las � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 54 características de los trenes ligeros. ¿Cómo financiar nuevos proyectos y los costes que conllevan? En este momento estamos preparando el informe de la Comisión 4 para el periodo 2002-2005. Se prevé presentarlo antes del congreso de Berlín. Se publicará en inglés, francés y español. Otras cuestiones deben tratarse para debatirse con más detalle durante el periodo 2005-2008: • La movilidad y la cohesión social (La relación existente entre los criterios sociales de los habitantes y el sistema de tráfico y transporte urbano). • La financiación de la movilidad Se necesita un sistema de financiación sostenible para tener una movilidad urbana de calidad. Eso afecta a los vehículos particulares, los transportes públicos y el transporte de mercancías. • La gestión del transporte urbano de mercancías Se necesitan sistemas de distribución que contaminen menos. Es evidente que en un futuro próximo deberán debatirse numerosos problemas relativos a la movilidad. Buscaremos planteamientos eficaces y soluciones integradas, de modo que nuestras ciudades nos ofrezcan condiciones de vida más satisfactorias. La evolución conocida indica que la movilidad y los transportes adquieren nueva importancia. A fin de enlazar las ciudades y sus funciones en distintos ámbitos –desde las redes mundiales, nacionales y regionales hasta las estructuras intraurbanas y los diversos barrios del interior de la propia aglomeración urbana–, se necesitan sistemas de transporte integrados, que incorporen todo el abanico de sistemas de transporte. Además, los transportes cobran más importancia en la medida en que no son solamente un medio de superar la distancia física, sino también de mejorar el acceso a los recursos económicos y sostener la cohesión de la estructura social. 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis El medio ambiente en las metrópolis – La ciudad como líder La descripción que dio Dickens de la ciudad del siglo XIX –un lugar de contaminación generalizada y miseria social– sigue incidiendo en nuestras actitudes corrientes. Muchos continúan viendo las ciudades como lugares de degradación medioambiental, fuentes de costes y problemas ecológicos y hacen caso omiso de su enorme contribución al desarrollo humano. Incluso considerando las ciudades un perjuicio para el medio ambiente, es necesario, no obstante, comprender el papel que representan en el crecimiento económico y el progreso social. Aunque este capítulo describe los colosales problemas provocados por una urbanización que se halla en rápido crecimiento (calidad del aire y del agua, residuos, energía, transportes, consecuencias de catástrofes naturales), señala también numerosos casos en los que las medidas adoptadas para hacerles frente han permitido superarlos. Me propongo exponer los retos, dar ejemplos de acción positiva y defender la idea de que la ciudad y sus autoridades deben asumir el liderazgo en la adopción de soluciones y no contentarse con seguirlas. Esto es particularmente cierto en el contexto de la lucha contra los gases de efecto invernadero y el cambio climático, en la que las ciudades van a enfrentarse a amenazas considerables y no pueden esperar a que otros tomen la iniciativa. Desde sus inicios, Metrópolis ha desempeñado un papel motor; ha participado en las cumbres de Río y Johannesburgo y creado comisiones para encarar los retos principales. En 1993, por ejemplo, se presentaron varias exposiciones sobre la contaminación atmosférica y sus consecuencias sobre la salud, el transporte urbano y la gestión de residuos urbanos con ocasión de la conferencia de Montreal. En la actualidad, cuatro de las seis comisiones incluyen el aspecto medioambiental –pobreza urbana y medio ambiente, gestión de los residuos urbanos, movilidad urbana y gestión del agua. “Los problemas abordados en Acción 21 procedentes de actividades locales son tan numerosos que la participación y la cooperación de las administraciones públicas en este ámbito serán un factor determinante para alcanzar los objetivos del programa. De hecho, son las administraciones locales las que construyen, explotan y mantienen las infraestructuras económicas, sociales y medioambientales, las que vigilan los procesos de planificación, las que fijan las orientaciones y regulaciones locales en materia de medio ambiente y las que cooperan para aplicar las políticas medioambientales adoptadas en el ámbito nacional o regional. Desempeñan, en la administración más cercana a la población, un papel esencial en la educación, la movilización y la valoración de las opiniones de la ciudadanía en favor de un desarrollo sostenible.” [Programa Acción 21 de Río, capítulo 28-1] Un ejemplo excelente de liderazgo organizativo nos lo da el International Council for Local Environmental Initiatives (ICLEI) [Consejo Internacional para Iniciativas Ambientales Locales], que desde 1990 ha constituido un movimiento mundial de gobiernos locales para obtener mejoras tangibles en la sostenibilidad global. Numerosos socios de Metrópolis participan activamente en su Programa sobre el cambio climático. Las ciudades pueden constituir un banco de pruebas de nuevas políticas.Las que resulten convincentes en una ciudad podrán difundirse allende sus fronteras. Calidad del aire Pese a la creciente toma de conciencia ecológica, la contaminación atmosférica alcanza todavía niveles inadmisibles en muchas ciudades y sus alrededores, planteando numerosas amenazas a la salud humana, en particular en los países en vías de desarrollo, donde los índices de contaminación son mucho más elevados. En todo el mundo, más de mil millones de personas están expuestos a niveles excesivos de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, humo y otras materias. 500.000 defunciones anuales podrían deberse a materias particulares presentes en el aire. La contaminación en el interior de los edificios es también una causa importante de muerte. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 55 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis CNUEH/Hábitat. El estado de las ciudades del mundo 2001 Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1997), la contaminación por partículas finas, que procede en su mayor parte de combustibles fósiles, es responsable del 20% de todas las afecciones respiratorias infantiles en las ciudades más contaminadas de Asia, África y Latinoamérica. Doce ciudades de más de nueve millones de habitantes tenían índices de contaminación mucho más elevados que los señalados por la OMS como aceptables. Estos índices favorecen los fallecimientos prematuros, el asma, las bronquitis crónicas, las enfermedades respiratorias y otras patologías. Para México y São Paulo, se ha calculado que una reducción del 10% del ozono y las partículas salvaría 37.000 y13.000 vidas respectivamente de aquí a 2020 (The Economist, marzo de 2002). México, una de las ciudades más contaminadas –en 1991 superaba las normas internacionales 300 días al año–, se ha beneficiado de una acción global: control de la calidad del aire y difusión pública de los resultados en tiempo real, descontaminación de la industria pesada, normas sobre emisiones más rigurosas para los vehículos de motor, uso de combustibles alternativos más limpios, restricciones al uso del coche e inversiones más importantes en los transportes públicos. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 56 Pequín ha regulado las fuentes de contaminación atmosférica estáticas y móviles, ha adaptado autobuses y taxis para que funcionen con combustibles limpios y ha mejorado los servicios de tráfico con vistas a reducir desde ahora hasta 2007 las emisiones de SO2 un 40%, de NOx un 33% y de partículas un 34%. El aire olímpico será mucho más limpio. Según las conclusiones de un estudio recién publicado en el American Medical Association Journal, pese a todas las iniciativas de purificación del aire llevadas a cabo en Estados Unidos, una reducción de los índices diarios de ozono salvaría aún 4.000 vidas más por año, aunque los niveles ya estén bastante por debajo de las concentraciones máximas fijadas por la Environmental Protection Agency (EPA) [Agencia de Protección del Medio Ambiente] del citado país y sean muy inferiores a los de las ciudades en vías de desarrollo. Abastecimiento de agua y saneamiento Mil millones de personas no tienen acceso al agua potable y dos mil cuatrocientos millones no tienen una red de canalización básica. A causa de ello, las enfermedades relacionadas con el agua afectan a millones de personas todos los años y matan entre 14.000 y 30.000 personas al día –principalmente niños y ancianos. Los Objetivos del Milenio para el Desarrollo se han impuesto la ambiciosa meta de reducir a la mitad desde ahora hasta 2015 la cantidad de personas que no tiene acceso al agua potable, es decir, abastecer de agua a 300.000 personas por día. Los dos tercios de los contaminantes de las vías fluviales provienen de vertidos de aguas residuales. De acuerdo con el estudio realizado en 2002 por Metrópolis, en Manila solamente el 10% de los hogares tenía sistema de desagüe; en México, solamente se depuraba el 17% de las aguas residuales, pese a un índice de conexión al alcantarillado del 94% mientras que en Douala, este porcentaje se quedaba en un exiguo 1%. 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis La calidad y los residuos no son más que dos de los retos. La Comisión 6 de Metrópolis ha establecido la necesidad de utilizar de manera más eficaz lo que tenemos, proteger las cuencas hídricas, limitar las pérdidas y estudiar las posibilidades de reciclaje. La Declaración del Agua de Kioto y la de Estambul equilibran las responsabilidades nacionales y regionales y el papel que deben desempeñar las autoridades locales. Según un estudio del Banco Asiático de Desarrollo, el abastecimiento de 800.000 personas en el Pakistán rural ha dado por resultado una reducción del 90% de las enfermedades por transmisión hídrica, un crecimiento del 24% de los ingresos de las familias y un mayor aumento de la escolarización, en particular de las mujeres. Residuos Los residuos químicos, industriales y humanos no solamente afectan a la salud, sino también provocan gastos considerables. En los países de la OCDE, desde 1980 los residuos de los municipios han aumentado un 20%, pasando a 500 kg por persona: una verdadera montaña de porquería. Un tercio de los residuos sólidos municipales generados en los países de rentas bajas o medias no se recoge. Un ejemplo perfecto es Bamako, en Mali. Aunque dedica un tercio del presupuesto a la recogida de basuras, la ciudad no recoge más que la mitad de sus desechos. La Cooperativa de Mujeres por la Educación, la Salud Familiar y el Saneamiento trabaja ahora de común acuerdo con el ayuntamiento del distrito y gestiona un servicio de recogida de basuras basado en la participación colectiva, la generación de ingresos, la información sobre salud familiar y actividades de sensibilización. La experiencia de Bamako demuestra que es posible reducir la pobreza, mejorar el medio ambiente y financiar empleos. Energía Si bien la falta de acceso a la energía afecta particularmente a las comunidades rurales, los costes, la contaminación y la desconfianza en ella dañan la vida urbana y aumentan el riesgo del calenta- miento del planeta. También en esto dan ejemplo las ciudades. Tras percatarse en los años ochenta de que sería imposible hacer desaparecer sus barrios insalubres, São Paulo decidió mejorar las condiciones de vida proporcionando servicios públicos como la electricidad. Los pobres dedican, de hecho, una gran parte de sus ingresos a la energía, deben afrontar costes más elevados y sufren los impactos más negativos en la salud. En sus primeros diez años, esta política ha beneficiado a 750.000 personas; el número de aparatos eléctricos ha aumentado, se ha mejorado la seguridad pública, ha habido que lamentar menos accidentes e incluso se ha afirmado que había disminuido el consumo excesivo de alcohol. Un desarrollo más inteligente: el desarrollo “verde” Una buena planificación urbana puede reducir el impacto de un desarrollo a menudo caótico. Las aglomeraciones bien planificadas y más densamente pobladas pueden reducir la pobreza, disminuir las necesidades de cesión del suelo, prestar servicios de manera más eficaz y barata, promover la reducción de residuos y el reciclaje, reducir las emisiones de los transportes y los atascos y ahorrar energía. Es inaceptable proteger a los ricos obligando a los pobres a permanecer en sus chabolas. En Río de Janeiro, el 40% de las viviendas son construcciones “improvisadas”, edificadas en barrios sin infraestructuras ni servicios urbanos. En la ciudad se ha llevado a cabo el proyecto POUSO (Puesto de Orientación Urbanístico y Social) para intentar integrar estos barrios de chabolas: se han elaborado y aplicado normas concretas sobre construcción y medio ambiente; se han legalizado los barrios improvisados dando nombres a las calles y se han desarrollado actividades ligadas a problemas cotidianos como la preservación de zonas verdes. Bogotá, en Colombia, ha dado ejemplo dedicándose a regular, como decía el Dr. Peñalosa, exalcalde de la ciudad, “numerosos detallitos a me� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 57 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis nudo pasados por alto”. Este modelo distinto de ciudad se basa en una débil motorización, pocas carreteras, prioridad de los transportes públicos, preservación del suelo para uso público y de los parques, un desarrollo denso, pero no excesivo, viviendas de calidad a precios asequibles y zonas para viandantes. Entre los detalles figuran centenares de kilómetros de vías reservadas para caminantes y ciclistas incluido el centro de la ciudad, calles para viandantes, canales ya existentes acondicionados como vías “verdes”, el alejamiento de los automóviles de las calles –prohibiendo el tránsito por completo o parcialmente, según zonas horarias concretas–, el aumento del precio de los carburantes y un sistema de tráfico que se apoya en una excelente red de autobuses: “El transporte es distinto de otros aspectos del desarrollo como la salud o la educación en el sentido de que la situación no mejora con el desarrollo económico. Por el contrario, los problemas de tráfico y transporte tienden a agravarse con el aumento de los ingresos per capita [...] El éxito del transporte público depende de la densidad.” (Universidad de las Naciones Unidas, febrero de 2004) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 58 Ciudades y cambio climático Los numerosos problemas medioambientales de las metrópolis se resumen en el desafío que representa el cambio climático provocado por el efecto invernadero, que exacerba la vulnerabilidad y los riesgos existentes. Los efectos del calentamiento del planeta son: • un aumento de la temperatura entre 1,4 y 5,8° C desde ahora hasta 2100; • una elevación del nivel del mar entre 15 cm y 1m; • repercusiones sobre la salud (temperaturas extremas, enfermedades), y • un crecimiento de la frecuencia y la intensidad de los fenómenos climáticos extremos – ciclones, mareas de tempestad, sequías e inundaciones. La elevación del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos amenazan a miles de aglomeraciones. Trece de las veinte mayores ciudades del mundo están situadas en la costa y se enfrentan cada vez más a riesgos de inundación y mareas de tempestad. Pese a los objetivos fijados por el Protocolo de Kioto, las concentraciones de gases de efecto invernadero no paran de crecer, aumentando los peligros futuros. Las ciudades deben combinar dos planteamientos: reducir sus propias emisiones y tomar medidas para adaptarse, siempre que sea posible, a los 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis cambios previstos. Debido a todas las presiones económicas, sociales y políticas que se ejercen sobre las autoridades municipales, no es fácil pasar a la acción. La mayoría no ha modificado aún sus procesos de planificación teniendo en cuenta el cambio climático. Descartada la alternativa de no hacer nada, puede examinarse una combinación de tres respuestas genéricas: • preparar el repliegue de las poblaciones y trasladarlas a medida que el problema se agrava; • contemporizar mediante la elaboración de planes de ocupación del suelo, impidiendo toda urbanización de las zonas expuestas y adaptando la estructura de los edificios, y • protegerse construyendo estructuras protectoras sólidas (diques, rompeolas, barreras contra las mareas) o recurriendo a soluciones menos drásticas como la regeneración de las playas. La mayoría de las ciudades tiene mucho tiempo para estudiar las distintas posibilidades, consultar a las poblaciones y poner a punto una estrategia global de gestión de los costes. En cambio, es más urgente que se preparen para hacer frente a posibles inundaciones extremadamente destructivas. Esta nueva amenaza a las megalópolis salió a la luz en el foro de la universidad de las Naciones Unidas que tuvo lugar en Tokio el pasado marzo. Aunque las probabilidades de que se produzca una inundación urbana de consecuencias catastróficas sean pocas, fenómenos climáticos de gran magnitud como los que han podido constatarse recientemente en Japón y Europa, asociados a progresos rápidos de la urbanización aumentan la vulnerabilidad de las ciudades expuestas y el número de zonas urbanas que corre peligro. Las ciudades pueden hacer mucho más que limitarse a reaccionar. En cuanto motores esenciales del crecimiento económico, son importantes emisores de gases de efecto invernadero –cerca del 10% del total de las emisiones mundiales se deben a las 50 ciudades más grandes de Estados Unidos. Al verse frente a los problemas diarios de la ciudad, los poderes públicos perciben el calentamiento del planeta como un reto a mucho más largo plazo; sin embargo, hay razones prácticas e inmediatas que obligan a actuar. Numerosas medidas que tienen por objeto reducir el consumo de energía y las emisiones de los transportes implican reducir otros contaminantes, con los efectos beneficiosos que se derivan de ello para la salud y el medio ambiente de la ciudad. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 59 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Las ciudades pueden tomar la iniciativa en tres aspectos: cooperando con otras administraciones, sensibilizando a las poblaciones sobre las cuestiones vinculadas a los gases de efecto invernadero y dando ejemplo con sus propias medidas. Una nueva cultura que integre las políticas económica y medioambiental puede dar un nuevo impulso al desarrollo sostenible y a una gestión más potente del medio ambiente. Un excelente punto de partida sería que los alcaldes y demás autoridades municipales se comprometieran a reducir las emisiones de su ciudad y sus ciudadanos uniéndose a los 650 municipios que ya se han adherido a la campaña de Ciudades por la Protección del Clima lanzada por el ICLEI. Las líneas principales de acción son las siguientes: • elaborar, sobre la base de los datos científicos, un inventario de emisiones, previsiones para el futuro, objetivos de reducción y un plan de acción. En 1994, Copenhague adoptó y puso en práctica un plan global para lograr una reducción del 30% desde ahora hasta 2005; • aprovechar todas las ocasiones que se presenten para sustituir los combustibles fósiles por la energía “verde”. Sidney concibió su ciudad olímpica como el mayor barrio residencial del mundo provisto de energía solar; Seúl mantuvo en funcionamiento el estadio que acogió la Copa del � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 60 Mundo de Fútbol con energía producida de los desechos; • estudiar el uso que la ciudad hace de la energía y adoptar proyectos de eficiencia energética. El kilovatio menos caro y más limpio es el que no se consume. Saarbrücken (Alemania) ha reducido a la mitad sus emisiones de CO2 mediante 14 programas; • animar a las empresas y a los particulares a no derrochar energía. En Estados Unidos, los programas de eficacia energética en el lugar de venta (Green Lights Program) han permitido un ahorro del 25%. Oslo ha creado un fondo para la eficacia energética dotado con 100 millones de dólares a fin de favorecer las inversiones públicas y privadas; • adoptar políticas de compra “verdes” y modificar las disposiciones locales sobre abastecimiento; • reducir las emisiones de los transportes modificando los trayectos, los vehículos y los combustibles. Curatiba (Brasil) ha invertido en los transportes públicos, sustituido la gasolina por combustibles limpios y modificado la utilización del suelo; • mejorar las labores relacionadas con el tratamiento de residuos organizando la recogida, el reciclaje y la utilización de la basura para producir energía; 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis • promover un desarrollo más inteligente, lo que incluye luchar contra el “efecto de isla térmica” [calentamiento de las ciudades] preservando los espacios verdes y plantando árboles, y por último, • llevar a cabo programas de sensibilización y educación de la opinión pública. Toronto ha lanzado el proyecto Cool School, realizado una campaña de información en los medios de comunicación, organizado manifestaciones anuales sobre el tema de los desplazamientos limpios, y proporcionado asesoría técnica y ayuda financiera para ayudar a las empresas y a las familias a utilizar las nuevas tecnologías. Sin la sensibilización y el apoyo de la opinión pública, la capacidad de los poderes públicos de las ciudades para actuar será limitada, y más teniendo en cuenta que algunas acciones exigirán cambios económicos y sociales, sacrificios incluso. La ciudadanía debe percibir las ventajas inmediatas y a largo plazo de una mejora de la calidad del aire. Las políticas deben ser globales. La campaña ¡Alto al calentamiento del planeta! El reto de Tokio promueve un intenso debate sobre el problema del calentamiento planetario y ejerce presión sobre el gobierno japonés para que tome medidas eficaces. En cooperación con el sector privado y las ONG,Tokio quiere convertirse en una “ciudad avanzada en el ahorro de energía” con una industria más sensible al medio ambiente. Entre las proposiciones figuran obligar a los empresarios a reducir las emisiones y establecer un mercado de carbón, medidas que pretenden imponer la adopción de energías renovables y el desarrollo de normas de eficacia energética. contaminación atmosférica provocada por el uso masivo del carbón, la falta de agua y la grave contaminación del agua, y la recogida y eliminación de residuos sólidos. Se han conseguido mejoras inmediatas y a largo plazo. En cuanto actores de la lucha contra el cambio climático y la promoción del desarrollo sostenible, las ciudades deben invertir en reforzar su liderazgo, mejorar sus capacidades de gestión medioambiental, promover las inversiones públicas y privadas en el dominio del medio ambiente y la información y la educación sobre esta materia y reforzar la cooperación internacional. Solamente la mitad de las ciudades ha puesto en práctica planes sobre el medio ambiente globales. Las ciudades pueden acudir en ayuda de sus zonas vecinas, dado que son a menudo la fuente de contaminación presente y futura de ellas. Mucho puede hacerse, siguiendo el propio ejemplo de Metrópolis, para promover el intercambio de información, conocimientos y personal de ciudad a ciudad sobre una base de Norte-Sur y SurSur. El buen hacer es fácilmente transferible y las enseñanzas obtenidas fuera pueden adaptarse y adoptarse con rapidez. Las ciudades más importantes de la Tierra deben abrir el camino velando para que sus propias emisiones lleguen primero al límite y luego se reduzcan. Acto seguido, deberán dedicarse a convencer a los gobiernos nacionales de que sigan su ejemplo. Tom Roper Las ciudades pueden obtener apoyo en varias organizaciones de ayuda internacional, cuyo número crece de continuo. Citemos el Programa de Ciudades Sostenibles (Hábitat/PNUE), la iniciativa Aire limpio del Banco Mundial, el Fondo Global del Medio Ambiente/PNUD y el nuevo Mecanismo para un Desarrollo Limpio, de Kyoto. En Shengyang (China), el Programa de Ciudades Sostenibles ha abordado distintos problemas como la � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 61 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Pobreza Urbana y Viviena En sus veinte años desde su fundación, los miembros de Metrópolis han discutido profundamente los asuntos de pobreza urbana, sus implicaciones y formas de reducirla. En ese debate han dominado dos temas: El primero es definir pobreza más allá del ingreso familiar, el segundo, tiene que ver con la intervención gubernamental, hacia la generación de enfoques integrales, basados en una mayor participación de todos los actores de la sociedad urbana. Definir e identificar claramente aquellos tópicos que caracterizan al pobre urbano es una prioridad. La población urbana necesitada, se incrementa a un ritmo mayor que sus equivalentes rurales. Las condiciones de vida de al menos mil millones de habitantes de ciudades, están gravemente limitadas por sus bajos ingresos. Lo que es más dramático, es su estado de desesperanza, causada por su segregación y dificultades de generar riqueza por sí mismos. Esta sección abordará los temas centrales analizados por nuestros miembros, vistos como un proceso dinámico y brindará elementos para mayor discusión, así como las tendencias en mejores prácticas. Dinámica de la pobreza urbana y vivienda El primer indicador general es el de ingreso. A nivel mundial, existen 2,800 millones de personas con ingresos por debajo de la línea de pobreza de 2 dólares por día. Es decir casi la mitad del mundo es pobre. De esta cantidad, aproximadamente 1,200 millones de personas sobreviven con un ingreso inferior a un dólar diario1. De acuerdo al Foro Internacional de Pobreza Urbana celebrado en Marruecos en Octubre del 2001, aproximadamente un veinticinco por ciento de la población pobre vive en ciudades. El proceso de urbanización acelerada, agrava esta situación, dado que la predominancia urbana sobre la rural, continuará aumentando en el futuro inmediato. Las autoridades locales, enfrentan el reto de expandir la capacidad municipal a la escala adecuada, creando infraestructura, brindando servicios y esperando contar con el flujo de caja adecuado para solventar estas y otras demandas críticas. 2 62 La pobreza en la periferia es también una prioridad y tiene que ser considerada para planear la expansión urbana. Alianza2 para las Ciudades cita que para el año 2020, se agregarán cerca de 1,400 millones de habitantes en las urbes. Cerca de la mitad (630 millones) se asentarán en áreas periféricas de las ciudades menos desarrolladas. Las zonas periféricas demandan mayores recursos y planeación, de lo contrario perpetuarán su estatus predominante de pobreza. Los centros de ciudad no evolucionan a la velocidad de cambio actual y se deterioran dejando en situación desventajosa a sus pobres. El caso de Berlin3, muestra como contrarrestar esto a través de un programa integral denominado “ciudad social – administración de vecinal”. Bajo este esquema, múltiples actores participan con una fuerte estructura de soporte por parte de la autoridad local. Indicadores Discusión sobre estrategias de reducción de pobreza permitió a la Asociación, tomar el tema de indicadores urbanos y llevarlo a nivel global. Las agencias multilaterales como el Banco Mundial y las Naciones Unidas, así como Alianza para las Ciudades, brindaron información profunda en este tema. La identificación de pobreza es esencial para definir mejores políticas y para enfocar eficientemente en la población objetivo y sus variadas necesidades. En los últimos años, los indicadores simplistas y lineales existentes han evolucionado en análisis multifactoriales. El ingreso World Development 2000/2001 - Attacking Poverty,World Bank, citado en “Urban poverty reduction strategies” Commission 2 Report,World Association of Major Metropolises, 2002. 2004 World Report, Cities Alliance, p-11, citing Webster, Douglas, Summary of Peri-Urbanisation:The New Global Frontier (Enschede, Netherlands: International Institute for Geo-Information Science and Earth Observation, 2004). 1 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� Cuando la asociación fue creada en 1985, las aglomeraciones urbanas más grandes del mundo eran de países desarrollados. En los siguientes 20 años, ocurrirá lo contrario: la mayor parte estará localizada en países en vías de desarrollo. Arrabales y barrios en extrema pobreza, también tienden a crecer a una velocidad mayor que el resto de la ciudad. Este es el caso de las “Favelas” de Rio de Janeiro en Brasil, en donde la población de estos barrios ha crecido en un 34% en los noventas, contra un 8% de las áreas “formales” en el mismo período. 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis por si mismo no refleja las diversas necesidades. De este pensamiento lineal inicial, ahora se tiene una visión más holística. En las siguientes décadas se experimentará la culminación de sistemas integrados de indicadores. El desarrollo humano es su fin y los parámetros de medición se están ampliando, considerando familias de indicadores como: salud, vivienda; seguridad; acceso a satisfactores como servicios e infraestructura urbana básica; y empleo. La vivienda brinda una muestra de la necesidad de ahondar en los indicadores. El acceso a una vivienda “adecuada” es clave para la calidad de vida. El término adecuado en parte de pende de factores culturales, pero también incorpora parámetros mínimos relacionados con la protección de la salud, seguridad y economía. La economía del Hogar ha sido usualmente simplificada al término de asequibilidad. Asequibilidad ha sido tradicionalmente medida, bajo el principio de que la gente no debe gastar más del 25% de su ingreso en vivienda. Esto todavía es ampliamente usado por múltiples instituciones de financiamiento, las cuales estiman que el ingreso familiar debe ser de cuatro a cinco veces el monto de sus mensualidades para el pago de vivienda. Asequibilidad, es habilidad y disponibilidad para pagar. Dicha habilidad es amenazada por el costo de la vida, el cual en varios rubros, tiende a ser más alto, en la medida que la ciudad se hace más grande –como el caso de transporte en la periferia, en donde se concentra mayor pobreza-. Vivienda, seguridad patrimonial y el potencial de generar riqueza tienen un vínculo directo. El ciclo de empobrecimiento se hace o se rompe con medidas a nivel comunidad, teniendo o no, políticas a nivel ciudad y país que brinden un marco de apoyo. Intervención Integral contra la pobreza: una visión compartida con Agencias Multilaterales Un hábitat dentro de un entorno sustentable y autosuficiente es clave para el combate a la pobreza. Alianza para las ciudades ha trabajado en este tema en dos vertientes: La primera es estrategias de desarrollo de la ciudad (EDC) las cuales buscan generar planes de acción, que con mayor efectividad combinen la planeación física con la infraestructura, así como el marco económico y social que demandan las ciudades para su desarrollo sustentable. La segunda vertiente complementa al EDC, al enfocarse a las áreas urbanas segregadas5. Se le denomina “city-wide and nation-wide slum upgrading”, o, mejoramiento barrial pan-urbano y pan-nacional. Ambas vertientes han generado múltiples esquemas de colaboración entre ciudades. Con este propósito general, Metrópolis organizó un Seminario6 y promovió el intercambio de conocimientos, por medio del Instituto Internacional de Metrópolis en Montreal. Las experiencias con el Banco Mundial y Alianza de las Ciudades, en adición al trabajo en Comisiones, apunta a la necesidad de respuestas integradas y coordinadas. Integradas en el sentido de vinculación vertical entre comunidad, autoridad local y sucesivamente al estado o provincia y al gobierno central. Coordinado, en el sentido de vincular el uso óptimo del potencial sectorial trabajando en unísono, con el fin de alcanzar una interacción “Urban poverty reduction Strategies” Comisión 2,Working paper, METROPOLIS, mayo de 2002. Mejoramiento barrial enfocado a comunidades intra-urbanas pobres, como arrabales zonas de extrema pobreza. Barrio en su contexto genérico no tiene implicación de pobreza.. 6 Seminario Internacional de Rehabilitación Integral de Barrios,Toluca, septiembre 2000.. 3-4 5 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 63 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis planeada de sectores como desarrollo urbano, transporte, ecología, desarrollo económico, etc. El Programa social destinado a los indigentes de Barcelona7, es un claro ejemplo de coordinación horizontal entre las áreas que atienden al desabrigado, actuando como un solo ente. Un segundo ejemplo es el plan de acción para los indigentes el cual otorga vivienda económica, integrando verticalmente los esfuerzos del gobierno de Canadá, la provincia de Ontario, la ciudad de Toronto y la comunidad, incluyendo su sector privado. Escala y replicabilidad En adición a una visión holística, existe la necesidad de rebasar el enfoque de proyectos y estimular acciones con una magnitud equiparable a la escala de la pobreza. Aún cuando algunos proyectos alcanzaron a su población objetivo, no cubrieron razonablemente la demanda. Los proyectos en el pasado no eran diseñados para ser emulados o multiplicados en la proporción necesaria para generar un efecto realmente comparable a la necesidad. A través de la revisión de las iniciativas de Metrópolis en 20 años de trabajo e comisiones, se ha encontrado que los programas integrales diseñados como procesos holísticos, tienden a generar una respuesta en toda la ciudad (respuesta pan-urbana). “Favela Bairro” en Río de Janeiro, recrea elementos valiosos visto como una interven� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 64 ción integral, basada en la seguridad patrimonial, abriendo los asentamientos a la ciudad en todos sus aspectos y brindando un sentido claro de ciudadanía a personas antes segregadas. Las políticas de vivienda reflejan el tema de escala y replicabilidad claramente. El enfoque de proyecto dominante en la década de los setenta y anteriores, llevó a mega proyectos con intervención directa de gobierno. Estos se caracterizaron por su alto costo y estándares relativamente altos, especialmente si se comparan ambos a la capacidad de pago de la población de bajos ingresos. Eventualmente, en un esfuerzo para alcanzar mayor escala, las autoridades bajaron estándares y ejecutaron (intervención directa) proyectos de lotes con servicios. Esta respuesta, efectivamente alcanzó mayor cobertura, pero no a la escala de la demanda y por otro lado, tuvo dificultades para ser replicado por otros actores urbanos. Las autoridades ahora reconocen la necesidad de primero crear mejores condiciones para que el mercado funcione, promover el involucramiento de más actores, particularmente organizaciones no gubernamentales (ONG’s) y organizaciones basadas en la comunidad (OBC’s). Por ejemplo, el Programa de “Asociados para el Desarrollo” en la Ciudad de Naga, Filipinas, tuvo éxito al trabajar con ONG’s y OBC’s, empezando por 9 organi- “Urban poverty reduction Strategies” Comisión 2,Working paper, METROPOLIS, mayo 2002. pag. 48 y pag. 58. 7 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis tancias, propiciando mayores concentraciones de población relegada. La dicotomía local-global y la habilidad de adaptación, motiva a nuestros miembros a aplicar medidas efectivas, con una mezcla de políticas y acciones desde reformas fiscales, incentivos económicos, creación de empleos, capacitación para el trabajo, hasta otras medidas tipo “red de seguridad” en donde se actúa más en los efectos de pobreza más que en sus causas. zaciones en 1989 y para 1995 ya contaban con 70. Este crecimiento permitió a las autoridades alcanzar más personas. Intervención Gubernamental La intervención gubernamental ha tenido una amplia variedad de respuestas, desde el más identificado a un estado benefactor hasta acciones sutiles a través de la sociedad, particularmente ONG’s y OBC’s. Autoridades centrales y locales enfrentan la pobreza con estrategias complementarias. Mientras las primeras usualmente se concentran en propiciar un entorno macro favorable, las segundas tienen que ejecutar acciones vinculadas directamente con sus ciudadanos pobres así como con la creación y mantenimiento de un marco local que induzca desarrollo sustentable. Las ciudades más grandes del mundo, se acercan al concepto ciudad-estado, tienen que trabajar políticas macro y micro. El término “Piensa Globalmente, actúa localmente” refleja este concepto, y lleva a un segundo concepto “adaptación y respuesta rápida”. Si las ciudades no evolucionan al ritmo del ambiente cambiante, no serán capaces de competir, generar empleos y reducir pobreza. En los últimos 20 años, la Asociación ha experimentado directamente el fenómeno de globalización, ha visto como sus vecindarios cambian a una velocidad jamás vista en la historia. Desafortunadamente, muchas áreas no han sido capaces de enfrentar las nuevas circuns- La política de vivienda ha evolucionado en este sentido de intervención directa del mercado (típico previo a la década de los setenta y principio de los ochenta) a medidas que mejoran las condiciones generales y competitividad de mercado combinado con el fortalecimiento de la demanda. De proyectos aislados, se pasa a programas y procesos basados en paradigmas participativos. Con más actores urbanos, participación comunitaria e involucramiento de empresas locales; se espera propiciar productos de vivienda que se ajusten mejor a las necesidades variadas de la población marginada. Generalizando, el punto central de la intervención gubernamental es el establecimiento de procesos y programas integrales. En ese sentido se mantienen temas como ¿ Hasta qué punto la intervención directa del estado es efectiva y adecuada? ¿ Qué actores urbanos aportan a estos procesos? ¿ Cómo movilizar y manejar efectivamente los recursos ? ¿ Qué programas y estrategias brindan una mejor respuesta? Para estos retos e interrogantes, las ciudades han tenido que basarse en su capacidad institucional, llevada a sus límites. Las últimas dos décadas de globalización, se observan tendencias de privatización, desregulación y contracción del aparato gubernamental. Esto compele a las autoridades, a generar formas más innovativas de combatir la pobreza, especialmente aquellas que dependen menos del gobierno y su limitado presupuesto. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 65 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Participación comunitaria y pobreza Las metrópolis encontraron que la pobreza tiene que ser enfrentada como un proceso que demanda un enfoque participativo, especialmente de las propias comunidades marginadas. Los esquemas que han sido menos efectivos, son aquellos que fueron exclusivamente planeados y ejecutados desde arriba, dejando a los beneficiarios como receptores pasivos. Las mejores prácticas encontradas en las bases de datos de metrópolis muestran actualmente una predominancia de iniciativas originadas y manejadas por la comunidad. Esto subraya la necesidad de contar con mejores estructuras de apoyo orientadas a esquemas participativos. Esfuerzos en Montreal han derivado en políticas pan-urbanas contra la pobreza a través de un plan de acción local, con participación total de comunidades y un soporte institucional fuerte a través del “Centro Local de Desarrollo”. Estos esfuerzos reforzaron la economía de los vecindarios marginados, promoviendo el empleo y la inclusión. Las organizaciones sociales también han incrementado su papel de alivio a la pobreza, en vivienda y en general desarrollo local. En el medio urbano se ha dado una proliferación de ONG’s y OBC’s, propiciando formas de asociación vecinal, brindando una respuesta variada a los más desamparados. En el pasado se pensaba que estas intervenciones eran monopolio de estado. Actualmente las ciudades reconocen la importancia de la participación comunitaria. La integración de los mismos pobres en el proceso, no como receptor sino como el principal decisor de su propio futuro ha marcado una gran diferencia. Con este enfoque, las autoridades pueden ser más efectivas al crear estructuras de apoyo a las comunidades, aún teniendo la presencia de limitaciones en su presupuesto o en el tamaño de su staff. Aún en las ciudades más pobres, los recursos están presentes, pero no se movilizan ni se distribuyen en forma planeada conforme a las necesidades. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 66 Papel de la Información y la Capacitación El acceso a información en lo general, así como entrenamiento y guía vocacional son estrategias clave en el combate a la pobreza. Cuando las personas encuentran alternativas a lo que antes sólo implicaba un futuro obstaculizado, inician nuevas rutas de progreso. Como ejemplo, el Programa de Desarrollo de contratistas de Soweto, fue muy exitoso al generar habilidades locales y dar oportunidades de empleo en ámbitos antes tomados por contratistas de gran tamaño. Este esquema se convirtió en un verdadero programa “desde abajo”. Por otro lado, el programa de auto-desarrollo de Seúl, Corea, además de brindar guía vocacional y entrenamiento, dio orientación psicológica a los desempleados, generando un ambiente de inclusión social y desahogo emocional. La pobreza puede generar estados mentales en donde la segregación real se exacerba por situaciones psicológicas. Financiamiento Las grandes urbes conceptualizan al financiamiento en su significado más amplio, relativo a la eficiente asignación y movilización de recursos de y para, todos los actores. En este sentido, las propuestas exitosas de los miembros, apuntan a mejores métodos de capitalizar la riqueza de las familias. En un extremo por ejemplo, los esquemas de micro-financiamiento ofrecen micro-créditos a las familias que desean emprender un negocio o mejorar sus viviendas. En el otro extremo, las alternativas de macro-financiamiento son necesarias para construir aquellos grandes proyectos de infraestructura que requieren las ciudades. Estos dos extremos definen los límites del espectro de financiamiento de las urbes, que requiere ser fortalecido. Las Instituciones de Micro-financiamiento (IMF’s) sobresalen dentro de las mejores prácticas de Metrópolis. Si las ciudades pueden fomentar más IMF’s, en particular aquellas concentradas a la creación de pequeñas empresas, entonces el empleo se incrementaría y otras oportunidades de generar riqueza y liberar vastos recursos de las 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis propias comunidades. La vivienda, es el principal motivo de ahorro de las familias de bajos ingresos, aún así no se aprovecha su potencial y difícilmente se moviliza este recurso. La promoción de IMF’s capaces de captar estos recursos, podría mejorar la calidad de vida de los pobres, al ofrecer crédito que antes no estaba disponible. Un ejemplo interesante es el de la “asociación de negocios” de Alejandría, Egipto, en donde con fondos de USAID (para garantías y para gastos de inicio) fue posible otorgar 50,000 créditos a micro empresas. Por otro lado, en México, los micro-créditos para vivienda, están surgiendo gracias a intervenciones de las autoridades Federales, estatales y municipales. Gradualmente las acciones se incrementarán con co-financiamientos de ONG’s, siendo el objetivo final, fortalecer el mercado, generar alternativas y estimular la creación de IMF’s privadas. En el otro extremo del espectro, el financiamiento a gran escala, dirigido a mega-proyectos de infraestructura, genera múltiples peticiones de ayuda y cooperación internacional entre ciudades. El financiamiento público como una prioridad para el desarrollo, ha sido el centro de debate de comisiones en Metrópolis. El caso del programa de protección y limpieza ambiental en Cotonou, Benin, muestra como a través de un incremento en sus ingresos fiscales, se mejoraron las condiciones sanitarias del pobre y se promovió el empleo.Todo lo relativo a infraestructura de agua sanidad pública por ejemplo, involucra una inversión enorme, y un adecuado flujo de recursos a largo plazo (30 a 50 años mínimo). Para hacerse de fondos, las urbes requieren acceso a los mercados locales de capitales. Las ciudades tienen que volverse “sujetas de crédito”, mejorar su capacidad para colectar recursos y asignarlos con transparencia y eficiencia. los satisfactores humanos básicos. La evidencia muestra que las Ciudades se basarán más en estrategias facilitadoras. Las comunidades pobres se auto-mejorarán con un apoyo integral de autoridades, ONG’s y otros actores urbanos, cada vez más activos en la creación de alternativas variadas. La política de vivienda evoluciona a estrategias de formación progresiva de un hábitat sustentable. Las ciudades se enfocarán más en crear la estructura urbana necesaria para que las comunidades prosperen. La pobreza y sus inequidades son un asunto clave de gobernabilidad. Los proyectos aislados dejarán su lugar a programas holísticos, conceptualizados como procesos. Los mejoramientos barriales, serán crecientemente diseñados como esfuerzos urbanos integrales. En este mismo sentido, la Asociación evoluciona al compartir experiencias exitosas que incluyen visiones amplias, políticas, procesos y metodologías integrales. Andrés Romo Perspectivas El proceso de urbanización acelerada y los cambios globales, incrementará las presiones para que las ciudades atiendan la población segregada de � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 67 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis La evolución del empleo en las ciudades La globalización, la competencia y el cambio de las ciudades La ciudad, fuente de problemas Han pasado más de diez años desde la celebración en Melbourne de la importante conferencia de la OCDE sobre la función económica de las ciudades y la globalización (OCDE, 1993). Esta conferencia fue la respuesta a casi dos décadas marcadas por los procesos gemelos de desindustrialización (desplazamiento del empleo de la industria manufacturera hacia el sector servicios) y descentralización del empleo de las ciudades hacia el extrarradio. Este fenómeno reflejaba los problemas del declive de los centros de las ciudades, incluidos los de los sistemas metropolitanos en crecimiento. En aquella época, el debate de orientación nacional sobre el papel de las ciudades en el desarrollo económico, y en particular la consideración más amplia del papel del espacio y del emplazamiento en el cambio de la economía, se reducía a menudo a su expresión más simple y negativa. Las ciudades, y en particular sus centros, eran considerados en general como territorios críticos, en la medida en que acogían y, a su vez, generaban desventajas sociales que, concentradas de esta forma en su seno, gravaban en exceso las finanzas públicas. Rob Hulls Ministre de la planification / Etat de Victoria Las políticas centradas en el emplazamiento, ya fuera a escala regional, de la ciudad o del barrio, se percibían a menudo como medidas paliativas o de redistribución, que no tenían vocación de reforzar la dinámica de las prácticas ni de las relaciones espaciales. La política espacial solía considerarse como una simple política social y de desplazamiento. Los dirigentes retomaron alegremente la afirmación falaz de Paul Krugman según la cual sólo las empresas y los hogares están en competencia, y no las ciudades. Se habló además extensamente de la “muerte de las distancias” y del mundo intangible en emergencia, que debilitaría todavía más las economías de las conurbaciones � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 68 y de la producción concentrada en la ciudad con motivo de la evolución de las economías hacia estructuras espaciales cada vez más dispersas. La ciudad, fuente de ventajas La conferencia de Melbourne, y de hecho la experiencia en aquella época de Melbourne y de otras ciudades americanas y europeas, hizo aparecer opiniones más positivas relativas al papel potencial de las ciudades, y más en particular de sus centros, en los planos económico y social. El escenario pesimista establecido para las ciudades podía refutarse a tres niveles. En primer lugar, nuevas ideas comenzaron a llamar la atención sobre los factores competitivos-cooperativos del desarrollo económico sensibles al factor emplazamiento. Por ejemplo, se hizo cada vez más evidente que la proximidad de los responsables estratégicos era importante en determinados centros de innovación, y que el contacto cara a cara era útil para reducir los costes de las transacciones. De la misma forma, desde el punto de vista de la oferta económica, se comenzó a comprender que las concentraciones de desempleo en determinados sectores, por ejemplo, podían tener repercusiones negativas sobre la capacidad de aprendizaje a largo plazo y sobre el capital humano de las personas que vivían en esas zonas. Así pues, el emplazamiento y el espacio tenían una total importancia en materia de rendimiento económico. En segundo lugar, mientras que la competencia mundial se había convertido en el nuevo paradigma del pensamiento económico, todo cambio de la competencia externa tenía invariablemente por corolario ajustes económicos a escala local. Dicho de otra forma, lo importante es la capacidad de creación de cada polo; sin embargo, en términos más generales, lo es también su capacidad de adaptación y de dar pruebas de flexibilidad frente a los cambios externos. En la medida en que las ciudades estén más o menos alineadas en este sentido, podemos decir que son competitivas a escala mundial. La dificultad, para los secto- 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis res donde el factor emplazamiento es determinante, al igual que la vivienda, el urbanismo o los equipamientos, es que, en un mundo que privilegia la adaptabilidad, éstos se encuentran limitados por importantes restricciones. Las afectadas son empresas tradicionales cuya actividad depende esencialmente de aplicaciones físicas concretas. Mientras que los gobiernos reconocen la naturaleza cambiante del capital y del capital humano, no se preocupan demasiado de la forma en que los sistemas sensibles al factor “emplazamiento” podrían ser más flexibles y capaces de adaptarse a los cambios determinados por los factores externos. Para finalizar, el tercer planteamiento se basa simplemente en destacar los nuevos datos que demuestran el cambio de la ciudad. A mediados de los años setenta, los académicos solían hablar del declive del centro de las ciudades. Sin embargo, esta descripción del cambio económico y social en las ciudades era demasiado global y generalizada. Además, se había afirmado muy en serio que los numerosos “barrios pobres” eran problemáticos, a pesar de que manifiestamente no lo eran (si el análisis se había efectuado a una escala adecuada, es decir, a escala del barrio). Ya era también evidente que las ciudades de la OCDE no podían describirse en simples términos compuestos o “representativos”. Las ciudades desarrolladas de acuerdo con un plan circular simple no son la norma: la historia, la política y las elecciones del pasado han dado como resultado un mosaico complejo de barrios y de polos urbanos de actividad económica. En el seno de esta matriz, varios elementos ya permitían apreciar una diversificación de los modos de desarrollo económico (siendo el aeropuerto, el polo científico o la carretera de enlace a la autopista factores de atracción). De la misma forma, en el sector residencial, el aumento de los ingresos reales y las nuevas demografías dio lugar a modos de vida, barrios y vecindarios ligeramente distintos. Así pues, el desafío, tanto para los académicos como para los responsables, era el de reconocer estas nuevas trayectorias y su diversidad, y apro- vechar las oportunidades que se presentaban a la vez que gestionar los problemas creados. Ahora empezamos a comprender que las actividades económicas neurálgicas que incluyen decisiones estratégicas clave, dimensiones de creatividad y procesos de innovación, sin duda preferirán emplazamientos apropiados en la ciudad. Además, el aumento de los ingresos reales sirvió de base para las actividades económicas relativas a la ciudad, en particular todas aquellas relacionadas con la cultura y el ocio. En consecuencia, las ciudades ya no son casos inevitablemente desesperados (de hecho, desempeñan tal vez una función fundamental en el establecimiento de vínculos con la economía mundial), ni esencialmente lugares de declive económico. No obstante, ya no existen tampoco garantías de que la urbanidad sea sinónimo de éxito, y todos los sectores de una ciudad floreciente no tienen por qué resultar necesariamente prósperos. El crecimiento espacial no es inevitable, y a menudo es desequilibrado. Las respuestas aportadas a las grandes cuestiones formuladas hace una década en Melbourne ponen de manifiesto importantes aspectos locales y mundiales. En algunos países, y en numerosas ciudades y regiones, también se ha llevado a cabo una evaluación de políticas más coherentes para las ciudades. En el transcurso de los cinco últimos años, varios países europeos, entre ellos los Países Bajos, Francia y el Reino Unido han emprendido un vasto examen de los trabajos de investigación y de elaboración de la política de la ciudad. La experiencia australiana, por contra, a pesar del carácter ampliamente urbanizado del país y de la importancia económica evidente de sus áreas metropolitanas bien definidas, recientemente ha perdido fuelle. El Gobierno federal, contrariamente a su predecesor de hace una década, ignora totalmente la dimensión espacial en su concepción del desarrollo económico y no manifiesta coherencia alguna en su planteamiento hacia las consideraciones espaciales ni de los trabajos de ordenación de la ciudad. Los Gobiernos de los estados, sin embargo, han prometido estrategias más racionales en sus ciudades (el área metropo� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 69 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis litana dominante de cada estado engloba por lo general a más de la mitad de su población). Evolución de la estructura del empleo Determinadas tendencias demográficas y económicas han sido más favorables que desfavorables para los polos urbanos en el transcurso de la última década, y las políticas a favor de la ciudad también han evolucionado. Simultáneamente, todos estos procesos han puesto en evidencia y determinado las nuevas geografías metropolitanas del empleo, el tema del resto de este artículo. Los niveles de empleo, las tasas de crecimiento y las tasas de salarios y de desempleo que se derivan de ello reflejan la interacción de la oferta y la demanda del trabajo en el seno del área metropolitana. En las economías abiertas del mundo, el cambio inducido por los factores externos puede modificar la demanda local de mano de obra con motivo de las innovaciones introducidas en otros lugares, de la variación de los tipos de cambio u otras variaciones. En una economía local, el desafío siempre es mundial, pero la respuesta a dicho desafío también es local. Las ciudades, y las empresas y los particulares que son los actores de sus economías, pueden tener influencia en los efectos de los elementos motores del cambio, e incidir en la competitividad. El mercado de trabajo es un instrumento privilegiado de flexibilidad y agilidad para superar las restricciones locales y hacer frente al cambio. Un planteamiento no reduccionista del empleo urbano y de los mercados relacionados con la vivienda es una condición indispensable para la elaboración y la puesta en práctica de políticas eficaces a escala de la conurbación y del barrio. El mercado laboral urbano no constituye, por regla general, un mercado único, sino que consta de segmentos definidos por el emplazamiento y los tipos de empleos. Es decir, se trata de un sistema local bastante complejo, donde las diversas demandas de mano de obra se corresponden con las preferencias de los hogares en materia de su� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 70 ministro. El funcionamiento y los resultados del mercado laboral están estrechamente vinculados al sistema educativo (que determina el capital humano), al sistema de transportes (que asegura el vínculo domicilio-trabajo o con otros polos de actividad) y al sistema de la vivienda. Ahora también se admite que los resultados actuales en este ámbito, como el nivel global de desempleo o la concentración geográfica de los desempleados en algunas ciudades, no son indiferentes para el desarrollo posterior, sino que tienen influencias “endógenas” sobre el crecimiento futuro. Precisamente, sobre la base de este punto de vista global y recursivo del desarrollo económico, es donde el presente artículo pretende ilustrar las nuevas tendencias, sus elementos motores y los resultados de las políticas puestas en marcha. La segunda parte proporciona una breve descripción del empleo, así como de los cambios importantes relacionados con el área metropolitana de Melbourne. El periodo considerado cubre las dos últimas décadas, haciendo hincapié en los últimos diez años. A continuación, en una tercera parte, encontramos un examen de los principales factores de cambio que llaman igualmente la atención sobre las cuestiones todavía no solucionadas y sobre los nuevos desafíos que surgen en ciudades como Melbourne. Evolución de la estructura del empleo y de las tendencias relacionadas El contexto de Melbourne En la mayor parte de Australia, los municipios son relativamente pequeños y están fragmentados. La entidad política “Ciudad de Melbourne” se compone esencialmente del barrio de los negocios (CBD) y de los sectores que dependen de él. En cambio, en los debates sobre las cuestiones urbanas, la base del análisis y de las estrategias es en general la conurbación como conjunto. El Gobierno del estado de Victoria dispone de las competencias clave en materia de equipamientos, servicios, vivienda, apoyo al desarrollo económico y planificación estratégica. El área metropolitana 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis de Melbourne es la segunda mayor conurbación de Australia. Cuenta con una población de 3,3 millones de habitantes y cubre una extensión geográfica, del CBD a la periferia, de cerca de 80 km hacia el sur y el este, y de más de 30 km hacia el norte y el oeste. Melbourne experimentó tasas de crecimiento elevadas durante toda la segunda mitad del siglo XIX. Después de haber fundado su prosperidad sobre el oro descubierto en las proximidades, durante mucho tiempo su puerto desempeñó una importante función para la producción primaria de las regiones interiores, y más tarde creció hasta convertirse en el principal centro australiano de la industria manufacturera. La inmigración y el crecimiento de la población continuaron durante más de un siglo.A partir de los años sesenta, sin embargo, la población de la ciudad y su base económica más antigua comenzaron a estancarse. Como en tantas otras ciudades bien asentadas, la descentralización de los hogares y de los empleos, después de los años cincuenta, y más tarde la desindustrialización, pasados los años setenta, tuvieron incidencias negativas sobre el crecimiento del centro. En el transcurso de los diez últimos años, la erosión persistente de las ventajas comparativas dentro del antiguo sector manufacturero se tradujo en la pérdida reciente de empleos suburbanos, mientras que las industrias creadas en los años de la posguerra cerraron sus puertas en los arrabales más pobres y más alejados. No obstante, el choque del declive y el desempleo en los años ochenta resultaron mitigados en la medida en que Melbourne conservó una función importante como puerto, así como una producción industrial relacionada (capacidad de producción de materias primas, etc.) De todas formas, el desempleo aumentó considerablemente durante los años ochenta, hasta llegar al 12% en el momento de la recesión cíclica de principios de los años noventa.Ya entonces se había establecido un nítido desequilibrio geográfico entre la ubicación de las viviendas de los más desfavorecidos y sus posibilidades de empleo: era perfectamente visi- ble que los desempleados se concentraban en los barrios más antiguos del centro de las ciudades y en la periferia. En general, la llegada de nuevos australianos hasta los años setenta compensó la partida de los hogares que, unos detrás de otros, se instalaron en las viviendas más amplias de las afueras, lejos del centro. Las políticas de vivienda dieron como resultado una situación de dispersión, determinada por el mercado. El sector público no superó jamás el 6% del total, y se puede decir que el parque de viviendas de protección social es muy insuficiente en algunos sectores de la ciudad donde hay una gran oferta de empleos. El sector del alquiler privado todavía proporciona cerca de una cuarta parte de las viviendas. Tradicionalmente, las personas que entraban en el mercado de trabajo australiano encontraban rápidamente un lugar donde vivir, y llegaban también con rapidez a ser dueños de una vivienda. Sin embargo, pasados los años noventa, los datos muestran una disminución de la oferta de los alquileres para rentas bajas, mientras que en el mismo periodo la población de arrendatarios con ingresos bajos aumentó. El acceso a la propiedad estaba relativamente poco subvencionado. Tras cinco años de un fuerte crecimiento de los precios de las viviendas y de los alquileres, los hogares más pobres suelen verse desplazados hacia viviendas situadas en las afueras, menos accesibles y de menor calidad. Estas alternativas en materia de arrendamiento, precio y calidad, y las modificaciones de su disponibilidad, tienen consecuencias cruciales para la estructura y el buen funcionamiento del mercado laboral metropolitano. En el contexto de Melbourne, ha habido cambios marcados en los resultados de estas interacciones en el transcurso de la última década. Los cambios económicos y demográficos son muy manifiestos en el perfil residencial y en la estructura del empleo. En los años setenta, a causa de los procesos de cambio económico estructural y el deterioro pasado de las viviendas, el cinturón � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 71 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis de los barrios periféricos más antiguos alrededor de CBD se había degradado considerablemente desde todos los puntos de vista, tanto por lo que respecta a la calidad como al estatus social. Es fundamentalmente en estas localidades donde encontramos verdaderas bolsas de pobreza con una concentración de desempleo y poblaciones desfavorecidas. El hecho de que la oferta de viviendas de protección oficial fuera menor suposo que la eliminación de las chabolas resultase menos significativa que en la mayoría de ciudades europeas. Por eso todavía existe una gran parte del parque de viviendas más antiguo de los alrededores del barrio de negocios de Melbourne. La evolución de 1981 a 2001 Desde principios de los años noventa, el crecimiento sostenido de una base económica postindustrial englobando el turismo, la cultura y la enseñanza superior (junto con tasas elevadas de creación de nuevas empresas y una importante actividad de I + D) se tradujo en un aumento del número de puestos de trabajo y en una reducción significativa del desempleo, que descendió al 6% Tableau 1 : Melbourne. Puestos de trabajo por sector de actividad 1981-2001 Núm. de puestos de trabajo por sector de Evolución actividad Nomenclatura ANZIC* Agricultura, silvicultura y pesca Industria minera Industria manufacturera Producción y distribución de electricidad, gas y agua Construcción Comercio al por mayor Comercio minorista Hoteles, cafés y restaurantes Transportes y almacenaje Servicios de comunicación Finanzas y seguros Servicios immobiliarios y empresariales Administración pública y defensa Éducación Sanidad y acción social Actividades recreativas y culturales Servicios personales y otros servicios Unidades económicas no clasificables No indicado Total � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 72 * Australia-New Zealand Statistical Industry Code (Código industrial de estadística de Australia y Nueva Zelanda) 1981 9 682 1 870 285 085 20 555 2001 11 038 2 320 240 594 6 753 (1981-2001) 14 % 24 % - 16 % - 67 % 48 892 60 603 133 090 25 386 46 185 25 073 36 365 65 860 54 513 64 539 84 734 13 689 22 747 68 402 90 128 216 611 60 425 56 236 33 507 71 078 193 327 43 487 105 058 139 129 40 062 47 948 6 707 40 % 49 % 63 % 138 % 22 % 34 % 95 % 194 % - 20 % 63 % 64 % 193 % 111 % 17 592 5 230 1 016 459 1 438 040 41 % 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Tableau 2 : Melbourne – Puestos de trabajo por sector de actividad 1991-2001 Centro de Melbourne Sector de actividad 1991 Núm. m. Agricultura, silvicultura y pesca Industria minera Industria manufacturera Producción y distribución de electricidad, gas y agua Construcción Comercio al por mayor Comercio minorista Hoteles, cafés y restaurantes Transportes y almacenaje Servicios de comunicación Finanzas y seguros Servicios inmobiliarios y empresariales Administración pública y defensa Éducación Sanidad y acción social Actividades recreativas y culturales Servicios personales y otros servicios Total Área metopolitan de Melbourne* 2001 % Núm. 1991 2001 % Núm. m. % 411 0,38 755 0,51 8 259 2,03 Núm. m. 9 323 332 13 166 662 0,31 12,29 0,62 466 12 823 581 0,32 8,71 0,39 1 036 94 193 6 268 0,26 23,20 1,54 651 116 529 2 925 0,12 21,66 0,54 2 609 6 419 11 665 7 760 4 683 2 074 6 540 14 881 2,44 5,99 10,89 7,24 4,37 1,94 6,11 13,89 4 102 7 766 15 440 10 888 4 766 3 738 10 334 33 706 2,79 5,28 10,49 7,40 3,24 2,54 7,02 22,90 33 920 36 795 71 179 12 103 22 061 10 405 25 058 31 341 8,35 9,06 17,53 2,98 5,43 2,56 6,17 7,72 53 635 40 746 101 207 20 817 26 872 12 670 21 797 58 925 9,97 7,57 18,81 3,87 5,00 2,36 4,05 10,95 6 576 6,14 4 543 3,09 24 504 6,04 16 288 3,03 8 583 12 404 4 476 8,01 11,58 4,18 10 740 14 289 7 813 7,30 9,71 5,31 28 620 35 247 7 289 7,05 8,68 1,80 36 367 52 994 13 033 6,76 9,85 2,42 3 877 3,62 4 413 3,00 15 859 3,91 21 691 4,03 107 118 100,00 147 162 100,00 464 138 114,32 % 1,73 606 472 112,75 * Incluye Wyndham, Melton, Hume,Whittlesea, Maroondah, Knox,Yarra Ranges parte A, Casey, Cardinia, Frankston, Mornington Peninsula Fuente: ABS Census 1991, 2001, DSE Time Series Database (en 2003). En el transcurso de la última década, la tasa de crecimiento del PIB y del PIB por habitante era mayor en Melbourne que en el resto del estado de Victoria. De hecho, era superior a la media australiana. Los importantes cambios en la estructura laboral de Melbourne, por sectores de actividad, están indicados en la tabla 1 anterior para el periodo 1981-2001, y en la tabla 2, a continuación, para el periodo 1991-2001 (que presenta de forma separada los datos relativos al centro del área metropolitana y de la periferia). Estas tablas confirman las evoluciones sectoriales y espaciales observadas en otras economías avanzadas. Por lo que respecta al cambio sectorial, las cifras reafirman el retroceso absoluto y persistente de la actividad manufacturera en las ciudades. En Melbourne, sin embargo, los puestos de trabajo en este sector han aumentado en el área metropolitana, puesto que todavía existen polos de crecimiento en las afueras. Este sector está ahora dejando atrás a una zona central de menores dimensiones, víctima de un lento declive. La administración pública, la defensa, la electricidad, el agua y el gas han sido los principales sectores � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 73 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis en regresión. El crecimiento neto del empleo en el área metropolitana, situado en un 41% (es decir, 400.000 puestos de trabajo) en el periodo 19812001, ha tenido lugar principalmente gracias a las actividades recreativas y culturales, a los servicios inmobiliarios y a los comercios, los hoteles, cafés y restaurantes, así como a los servicios personales y a otros servicios. Estas evoluciones no son sorprendentes si se tienen en cuenta los datos internacionales. La evolución espacial observada y las amplias curvas del cambio espacial en la economía metropolitana de Melbourne presentan similitudes con las modificaciones constatadas en ciudades británicas y americanas. En este sentido, véanse (respectivamente) Begg (2001) y Katz (2002). En términos generales, las observaciones clave son que el número absoluto de puestos de trabajo en el centro de la ciudad y en los barrios adyacentes ha aumentado. Esta expansión ha supuesto un crecimiento significativo en los nuevos sectores, que ha compensado un declive absoluto en otros. De todas formas, esta situación puede dar lugar a desequilibrios estructurales entre la oferta en el mercado de trabajo y las características de la demanda. Es importante subrayar que el crecimiento del empleo asociado a la expansión de los servicios empresariales y de los servicios de alojamiento y restauración (hoteles, cafés, etc.) no se ha limitado a los emplazamientos en el centro de la ciudad, sino que ha sido importante en gran parte del área metropolitana. Los mapas 1 y 2 ilustran el reparto entre los distintos sectores (residenciales) de poblaciones que experimentan el declive de un sector tradicional (sector manufacturero) o el crecimiento de un nuevo sector en expansión (la construcción). Aunque de forma generalizada, la pérdida de empleos ha sido evidentemente más importante en los suburbios más cercanos al centro. Por el contrario, es en los suburbios más alejados donde observamos un mayor crecimiento de la población empleada en el sector de la construcción. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 74 O’Connor y Healey (2002) han examinado los vínculos entre las zonas de viviendas y las zonas de empleo de Melbourne. Ponen claramente de manifiesto la complejidad sectorial y espacial del mercado de trabajo en Melbourne (aunque no se haya analizado su eficacia). Los autores evaluaron en qué medida los residentes vivían y trabajaban en zonas definidas del área metropolitana en los años noventa. Ello permite determinar el grado de autosuficiencia o de apertura de los mercados de trabajo en las zonas determinadas. Por ejemplo, en el núcleo central de la ciudad, el 76% de aquellos que viven y trabajan lo hacen en ese mismo sector. Sin embargo, al mismo tiempo, solamente un tercio de todas las personas empleadas en el centro viven en él. Dicho de otra forma, los habitantes de las afueras compiten con las personas que viven en el centro de la ciudad por los puestos de trabajo del centro. La mayor parte del resto de sectores del área metropolitana presenta una proporción más débil de residentes que trabajan en la misma zona (sólo tres zonas de un total de dieciséis presentan un resultado superior al 50%); no obstante, de forma paralela, los residentes de una zona que trabajan en la misma constituyen la principal fuente de mano de obra de dicha zona. Existe menor solapamiento y competencia en el interior mismo de los suburbios que de los suburbios hacia el exterior. Se trata de constantes firmes y estables a lo largo del tiempo. Los motores del cambio Estas breves observaciones ponen en evidencia cómo, en el periodo de dos décadas, ha surgido en Melbourne una nueva geografía del empleo. Esta evolución ha dado lugar a nuevos problemas, pero también ha abierto nuevas perspectivas, tal y como a continuación veremos. Lo importante es comprender mejor cuáles son los motores de esta geografía. El factor del capital humano, que es la base de estas evoluciones, y las consecuencias a largo plazo se estudian más adelante. 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Numerosos análisis universitarios se han centrado en la formación de una “nueva” economía y en los mecanismos de aglomeración de las actividades y las economías resultantes. Robert Reich ha investigado con éxito la idea de que es mejor analizar los puestos de trabajo (y los productos) en relación con los conocimientos exigidos por los puestos disponibles y sus características, así como que aparentemente las ciudades suelen atraer antes a los analistas simbólicos que a los trabajadores rutinarios. Más recientemente, Richard Florida profundizó en este argumento y afirmó que las clases creativas desempeñan una función determinante en el cambio de la ciudad. Las tesis de Reich y de Florida subrayan la importancia de la calidad del emplazamiento para el capital humano, ya que este factor atrae a especialistas con una movilidad y unas cualificaciones elevadas. Por lo que respecta a las economías de aglomeración, los datos son variados. Según Ian Gordon, en estos momentos se han generalizado a escala de las áreas metropolitanas, y no se presentan únicamente en los barrios de negocios o en el centro de las ciudades. Por el contrario, otros estudios subrayan que la creatividad, los trabajadores simbólicos y los efectos de aglomeración son importantes en algunos sectores, pero no así en otros. El examen territorial de la OCDE (2002) ha puesto en evidencia que las opciones de emplazamiento en Melbourne se encuentran en la actualidad condicionadas por estas influencias diversas. Cada vez se está más de acuerdo en que la tendencia a externalizar que manifiestan tanto las grandes empresas como el sector público, la continuación de las mutaciones a un ritmo acelerado y los nuevos sistemas de gestión de la producción justo a tiempo son fenómenos que generan en conjunto una demanda de proximidad para garantizar el acceso y la familiaridad (en el sentido de confianza) destinado a conseguir un funcionamiento fluido de la economía y una reducción de los costes de las transacciones. No obstante, otros cambios han presentado niveles similares de importancia para las ciudades. El aumento continuo de los ingresos de los hogares y el peso demográfico creciente de los hogares unipersonales han incrementado de forma considerable la demanda de actividades de ocio o recreativas y de otros servicios personales. Y precisamente los centros de las ciudades están perfectamente situados para responder a dichas demandas. Más que en ningún otro momento del siglo pasado, el centro de las ciudades representa hoy en día un ruedo potencial, tanto para los habitantes de las afueras, como para los turistas y los residentes. La inflexión de la demanda ha sido favorable para la ciudad. El aumento de los trabajos a jornada parcial (que fomentan la adquisición de mano de obra cercana al hogar), el desarrollo de actividades independientes (y del trabajo a domicilio) y otros aspectos de la flexibilidad del mercado de trabajo han respaldado los cambios observados en el transcurso de la última década. Muchos de estos cambios han aumentado la demanda de mano de obra en el centro de la ciudad y en las afueras. Por regla general, los optimistas de hace una década tenían razón respecto a la capacidad de las ciudades para revitalizar sus centros. Las cifras relativas a los barrios centrales de Melbourne presentadas en la tabla 3 (véase a continuación) indican que el número de actores de la nueva economía, en particular directivos, profesiones liberales, financieros y jefes de empresa se concentran de manera desproporcionada en las cuatro zonas centrales. Está claro que estos cambios estructurales del empleo han favorecido una demanda creciente de personas deseosas de vivir en el centro de la ciudad. Los horarios flexibles y la presencialidad son aspectos importantes que incitan a la reducción de los desplazamientos. No obstante, estas evoluciones espaciales y las modificaciones del mercado del empleo son impulsadas por cambios demográficos y del sistema de viviendas, y también por la economía y el mercado laboral. El conjunto de la región metropolitana ha experimentado un crecimiento conti� � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 75 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis nuado de su población durante todo el periodo de posguerra. Sin embargo, de 1951 a 1991, los cuatro distritos centrales registraron un descenso constante, pasando de poco menos de 350.000 habitantes a poco más de 200.000. Esta tendencia de larga duración se invirtió después de 1991. En 2001, la ciudad contaba con un poco más de 250.000 personas, una cifra cercana a los niveles de mediados de los años setenta. Incluso en este sector central, en realidad es el centro de la ciudad, la municipalidad de Melbourne City, quien ha experimentado dicho crecimiento de forma más destacada en los años noventa. Su población ha pasado de 40.000 a 70.000 personas. variaciones espaciales considerables en la producción y el precio de la vivienda. En el periodo de cinco años, hasta 2002, los precios aumentaron en un 93% en el área metropolitana. La subida fue incluso más marcada en la zona central, y menos fuerte en los suburbios medianamente alejados, tal y como indica el reciente reparto de permisos para la construcción (véase la tabla 4). En 20022003, los cuatro distritos centrales recibieron el 20% de las demandas de permisos para la construcción en el sector residencial, casi el doble de su parte de población. De la siguiente tabla se desprende que los cuatro distritos centrales presentan un resurgimiento sostenido y registran Tableau 3 : Principales características de los residentes de los municipios centrales (Población total: 1.175 millones de habitantes) El número de hogares está en aumento en todos los barrios de Melbourne, en especial en el centro. La tabla 3 ilustra cómo estos hogares (en Melbourne City, Port Phillip, Yarra y Stonnington) son relativamente jóvenes, sin hijos y asociados a empleos administrativos y de gestión.Viven en viviendas de alquiler y utilizan el transporte público para ir al trabajo. Como era de esperar, dada la expansión económica y demográfica de la última década, ha habido � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 76 Tableau 4 : Permisos para la construcción (residencial) y número de hogares existentes, como porcentaje del total metropolitano, 2002/2003 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis las mayores tasas de crecimiento de inmuebles y de precios. De forma paralela, en los suburbios más alejados se concentra la mayor parte del crecimiento global. Así pues, la conurbación de Melbourne ha experimentado un desarrollo importante tanto en su centro como en la periferia, mientras que la segunda corona se mantiene relativamente estática. Estos procesos económicos, sociales y espaciales han remodelado la fisonomía de Melbourne y han contribuido a darle una nueva imagen. Pocas ciudades han cambiado tanto su situación global en el transcurso de los últimos veinte años. Melbourne, y esto tiene importantes consecuencias económicas en un mundo donde la competencia para atraer capital humano móvil está en aumento, está reconocida hoy en día por amplios sectores como una de las ciudades que gozan de la mejor calidad de vida en el mundo (se ha situado en tercera posición en la última encuesta de The Economist sobre la calidad de vida en todo el mundo). En conjunto, los problemas del centro de la ciudad ya no tienden al declive, sino a las presiones impuestas por el crecimiento y a la cuestión de la accesibilidad económica. Sin embargo, las presiones sobre el mercado inmobiliario, junto con la ausencia de un parque importante de viviendas de protección social, hacen que los más desfavorecidos queden cada vez más excluidos del centro. En estos momentos, los propietarios y los inquilinos más pobres se encuentran concentrados en la corona exterior. La forma en que hoy en día se reparten los hogares entre el centro y las afueras en función del capital humano (véanse los mapas 3 y 4), con una separación sustancial –y no sólo en términos económicos– de la mano de obra cualificada y la mano de obra no cualificada, podría terminar constituyendo un grave problema de desarrollo urbano y equidad. Las implicaciones de toda contracción de la demanda de la mano de obra no cualificada en términos de fractura social y exclusión de las personas pobres podrían tener incidencias dramáticas para los suburbios más alejados. El aumento de los ingresos y de las nuevas perspectivas profesionales de los hogares ha constituido la base para el renacimiento de los barrios centrales, por lo menos de aquellos cuyo entorno se percibe como agradable, de calidad y seguro. Una cuestión importante que deberá abordarse en el futuro será la de su adaptación a las necesidades de una población que tiende al envejecimiento. Sin embargo, si las personas mayores (siempre más numerosas) deben trasladarse para instalarse en apartamentos más pequeños y accesibles, dado que viven durante más tiempo de su capital para la vivienda, las implicaciones para los centros de las ciudades no son totalmente negativas. De aquí a veinte años, puede que la demanda vinculada a la reinversión de los barrios centrales por parte de las personas de la tercera edad entre en competencia con la demanda de los colectivos más jóvenes deseosos de vivir en el centro de la ciudad. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 77 3 Problemas y retos de las metrópolis Metropolis Desde 1990, el nuevo centro de Melbourne ha sido objeto de una gran remodelación gracias a las inversiones impulsadas por el urbanismo, las infraestructuras y el mercado. Hoy en día, el impresionante marco espacial de la declaración de Melbourne 2030 debe traducirse en decisiones en materia de equipamientos. Es importante asegurar las conexiones entre suburbios y con el centro, así como garantizar las comunicaciones entre estos polos y los centros de segundo orden. Tendrán que encontrarse nuevas soluciones de vivienda asequible, también a través del rodeo que suponen los mecanismos del mercado, y privilegiar las densidades moderadas con el fin de alcanzar los objetivos en materia de medio ambiente. Se trata de algo fundamental si queremos que las estrategias puestas en práctica y los nuevos marcos de políticas establezcan un vínculo entre la prosperidad, el emplazamiento y las políticas a favor de las poblaciones de los suburbios desfavorecidos. � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 78 Nuevos contextos, nuevas dificultades En algunos países, y también en numerosas ciudades, los poderes públicos empezaron a mostrar un nuevo interés por las ciudades a principios de los años noventa. En otros, sin embargo, la cuestión de los nuevos desafíos urbanos, con todas las posibilidades e interrogantes que ello comporta, 4 Anexo: Los miembros de Metropolis Miembros activos Las regiones de Metropolis Un mundo de metrópolis, un mundo de Metropolis Anexo: Los miembros de Metropolis Metropolis Miembros activos � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 80 Metrópolis Institución miembro Abidjan Accra Addis Ababa Alexandria Alger Amman Antananarivo Athènes Bamako Bangui Barcelona Belo Horizonte Berlin Beyrouth Brasília Brazzaville Bruxelles Bucarest Buenos Aires Busan Cairo Casablanca Chong Qing Colombo Córdoba Cotonou Daejeon Dakar Douala Dubai Esfahan Guadalajara Guangzhou Gyeonggi Gwangju Hangzhou Hanoi Harare Istanbul Jakarta Johannesburg Kolkata Ville d’Abidjan Accra Metropolitan Assembly Region 14 Administration Governorate of Alexandria Ville d’Alger Municipality of Greater Amman Commune Urbaine d’Antananarivo Municipalité d’Athènes Gouvernorat du District de Bamako Ville de Bangui Mancomunitat de Municipis de l’Àrea Metropolitana de Barcelona Prefeitura de Belo Horizonte Sénat de Berlin Direction Générale de l’Urbanisme au Liban Governo do Distrito Federal de Brasília Ville de Brazzaville Région de Bruxelles Capitale – Brussels Hoofdstedelijk Gewest Mairie de la Ville de Bucarest Provincia de Buenos Aires – Ministerio de Gobierno y Justicia Busan Metropolitan City Cairo Governorate & Ministry of Housing, Utilities and Urban Communities Communauté Urbaine de Casablanca Chong Qing Municipal People’s Government Colombo Municipal Council Municipalidad de Córdoba Ville de Cotonou Daejeon Metropolitan City Communauté Urbaine de Dakar Communauté Urbaine de Douala Municipality of Dubai Esfahan Municipality Ayuntamiento de Guadalajara Guangzhou Municipal People’s Government Province of Gyeonggi Gwangju Metropolitan City Hangzhou Municipal People’s Government Comité Populaire de la Ville de Hanoi City of Harare Municipality of Metropolitan Istanbul Jakarta Capital City Administration Eastern Metropolitan-Greater Johannesburg Kolkata Municipal Corporation Anexo: Los miembros de Metropolis Metropolis Kathmandu Kinshasa La Habana La Paz Libreville Lisboa London Manila Maracaibo Marrakech Mashhad Melbourne México Monterrey Montréal Moscou Niamey Omsk Paris Port Moresby Quito Rabat Rio de Janeiro Santiago Sao Paulo Sarajevo Seoul Shenyang Sofia Stockholm Sydney Tabriz Teheran Tel Aviv Tianjin Toronto Tunis Turin Varsovie Wuhan Yaoundé Zagreb Kathmandu Metropolitan City Gouvernorat de Kinshasa Asamblea Provincial del Poder Popular en Ciudad de La Habana Gobierno Municipal de La Paz Mairie de Libreville Câmara Municipal de Lisboa Greater London Authority Metropolitan Manila Development Agency Alcaldía de Maracaibo Communauté Urbaine de Marrakech Municipality of Mashhad Department of Sustainability and Environment – State of Victoria Gobierno del Estado de México Gobierno Municipal de Monterrey Ville de Montréal Gouvernment de Moscou – Comité d’Architecture et d’Urbanisme Communauté Urbaine de Niamey Government of Omsk Conseil régional d’Île-de-France National Capital District Commission Distrito Metropolitano de Quito Commune de Rabat Hassane Prefeitura da Cidade do Rio de Janeiro Gobierno Regional Metropolitano, Consejo Regional Prefeitura do Municipio de Sao Paulo Canton Sarajevo Seoul Metropolitan Government Ville de Shen Yang Mairie de Sofia City of Stockholm Department of Urban Affairs and Planning Municipality of Tabriz Municipality of Teheran Municipality of Tel Aviv Tianjin Municipal People’s Government City of Toronto Municipalité de Tunis Turin City Council Ville de Varsovie City of Wuhan Communauté Urbaine de Yaoundé City of Zagreb � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 81 Anexo: Los miembros de Metropolis Metropolis Miembros de Metropolis (alfabético) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 82 Población Metrópolis País Región Abidjan Accra Addis Ababa Alexandria Alger Amman Antananarivo Athens Bamako Bangui Barcelona Belo Horizonte Berlin Beyrouth Brasília Brazzaville Bruxelles Bucarest Buenos Aires Busan Cairo Casablanca Chong Qing Colombo Córdoba Cotonou Daejeon Dakar Douala Dubai Esfahan Guadalajara Guangzhou Gwangju Gyeonggi (Suwon) Hangzhou Hanoi Harare Istanbul Jakarta Johannesburg Kathmandu Costa de Marfil Ghana Ethiopía Egipto Argelia Jordania Madagascar Grecia Mali Africa 3.300.000 Africa 1.800.000 Africa 2.700.000 Africa 3.700.000 Africa 3.100.000 Asia-Pacífico 1.200.000 Africa 1.700.000 Europa 3.200.000 Africa 1.300.000 Africa 700.000 Europa 4.400.000 América del Sur 5.000.000 Europa 3.300.000 Asia-Pacífico 1.800.000 América del Sur 3.100.000 Africa 1.100.000 Europa 1.000.000 Europa 1.900.000 América del Sur 13.000.000 Asia-Pacífico 3.600.000 Africa 10.800.000 Africa 3.600.000 Asia-Pacífico 4.800.000 Asia-Pacífico 700.000 América del Sur 1.500.000 Africa 800.000 Asia-Pacífico 1.400.000 Africa 2.200.000 Africa 1.900.000 Asia-Pacífico 900.000 Asia-Pacífico 1.500.000 América del Norte 3.800.000 Asia-Pacífico 3.900.000 Asia-Pacífico 1.400.000 Asia-Pacífico 1.100.000 Asia-Pacífico 1.900.000 Asia-Pacífico 4.000.000 Africa 1.500.000 Europa 9.400.000 Asia-Pacífico 12.300.000 Africa 3.100.000 Asia-Pacífico 800.000 Rep CentroaAfricana España Brasil Alemania Líbano Brasil Congo Bélgica Rumanía Argentina República de Corea Egipto Marruecos China Sri Lanka Argentina Benin República de Corea Senegal Camerún Emirates Árabes U. Irán México China República de Corea República de Corea China VietNam Zimbabwe Turquía Indonésia Sudáfrica Nepal Fuente: División de la Pblación, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) Miembro desde 1985 1997 1985 1988 1997 1997 2004 2002 1987 1998 1985 1999 1991 1986 1987 2003 1993 1991 1985 1996 1985 1986 1999 1985 1992 1998 1996 1986 1996 2002 1996 1987 1993 2001 2003 1998 1995 1990 1986 2005 1999 1997 Anexo: Los miembros de Metropolis Metropolis 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 Kinshasa Kolkata (Calcutta) La Habana La Paz Libreville Lisboa London Manila Maracaibo Marrakech Mashhad Melbourne (Victoria) México (Toluca) Monterrey Montreal Moscou Niamey Omsk Paris Île-de-France Port Moresby Quito Rabat Rio de Janeiro Santiago São Paulo Sarajevo Seúl Shenyang Sofia Stockholm Sydney Tabriz Teheran Tel Aviv Tianjin Toronto Tunis Turin Varsovie Wuhan Yaoundé Zagreb Rep. Dem. Congo India Cuba Bolívia Gabón Portugal Reino Unido Filipinas Venezuela Marruecos Irán Australia México México Canadá Rusia Níger Rusia Francia Papúa Nueva Guinea Ecuador Marruecos Brasil Chile Brasil Bosnia y Herzegovina República de Corea China Bulgaria Suecia Australia Irán Irán Israel China Canadá Túnez Italia Polonia China Camerún Croacia Africa Asia-Pacífico América del Sur América del Sur Africa Europa Europa Asia-Pacífico América del Sur Africa Asia-Pacífico Asia-Pacífico América del Norte América del Norte América del Norte Europa Africa Europa Europa Asia-Pacífico América del Sur Africa América del Sur América del Sur América del Sur Europa Asia-Pacífico Asia-Pacífico Europa Europa Asia-Pacífico Asia-Pacífico Asia-Pacífico Asia-Pacífico Asia-Pacífico América del Norte Africa Europa Europa Asia-Pacífico Africa Europa 5.300.000 13.800.000 2.200.000 1.500.000 600.000 2.000.000 7.600.000 10.400.000 2.100.000 800.000 2.100.000 3.600.000 1.800.000 3.400.000 3.500.000 10.500.000 800.000 1.100.000 9.800.000 300.000 1.500.000 1.800.000 11.200.000 5.500.000 17.900.000 600.000 9.700.000 4.900.000 1.100.000 1.700.000 4.300.000 1.300.000 7.200.000 2.900.000 9.300.000 4.900.000 2.000.000 1.200.000 2.200.000 5.700.000 1.600.000 700.000 1986 2003 1993 2000 2001 1986 1985 1993 1996 2002 1992 1988 1985 2002 1985 1990 1996 1996 1985 2000 1993 1988 1987 1995 2004 1995 1987 1998 1999 2003 1993 1996 1992 2000 2004 1987 1997 2002 1991 1998 1996 2002 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 83 Anexos: Los miembros de Metropolis Metropolis Miembros de Metropolis (rango de población) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 Metrópolis País Región Población Sao Paulo Kolkata (Calcutta) Buenos Aires Jakarta Rio de Janeiro Cairo Moscou Manila Paris Île-de-France Seúl Estambul Tianjin London Teheran Wuhan Santiago Kinshasa Belo Horizonte Shenyang Toronto Chong Qing Barcelona Sydney Hanoi Guangzhou Guadalajara Alexandrie Busan Casablanca Melbourne Montreal Monterrey Abidjan Berlin Athens Brasília Johannesburg Alger Tel Aviv Addis Ababa Varsovie La Habana Brasil India Argentina Indonésia Brasil Egipto Rusia Filipinas Francia República de Corea Turquía China Reino Unido Irán China Chile Rep. Dem. Congo Brasil China Canadá China España Australia VietNam China México Egipto República de Corea Marruecos Australia Canadá México Costa de Marfil Alemania Grecia Brasil Sudáfrica Algelia Israel Ethiopía Polonia Cuba América del Sur Asia-Pacífico América del Sur Asia-Pacífico América del Sur Africa Europa Asia-Pacífico Europa Asia-Pacífico Europa Asia-Pacífico Europa Asia-Pacífico Asia-Pacífico América del Sur Africa América del Sur Asia-Pacífico 17.900.000 13.800.000 13.000.000 12.300.000 11.200.000 10.800.000 10.500.000 10.400.000 9.800.000 9.700.000 9.400.000 9.300.000 7.600.000 7.200.000 5.700.000 5.500.000 5.300.000 5.000.000 4.900.000 4.900.000 4.800.000 4,400.000 4.300.000 4.000.000 3.900.000 3.800.000 3.700.000 3.600.000 3.600.000 3.600.000 3.500.000 3.400.000 3.300.000 3.300.000 3.200.000 3.100.000 3.100.000 3.100.000 2.900.000 2.700.000 2.200.000 2.200.000 América del Norte Asia-Pacífico Europa Asia-Pacífico Asia-Pacífico Asia-Pacífico América del Norte Africa Asia-Pacífico Africa Asia-Pacífico América del Norte América del Norte Africa Europa Europa América del Sur Africa Africa Asia-Pacífico Africa Europa América del Sur Fuente: División de la Pblación, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 84 Miembro desde 2004 2003 1985 2005 1987 1985 1990 1993 1985 1987 1986 2004 1985 1992 1998 1995 1986 1999 1998 1987 1999 1985 1993 1995 1993 1987 1988 1996 1986 1988 1985 2002 1985 1991 2002 1987 1999 1997 2000 1985 1991 1993 Anexos: Los miembres de Metropolis Metropolis 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 Dakar Mashhad Maracaibo Tunis Lisboa Hangzhou Douala Bucarest Accra Beyrouth México (Toluca) Rabat Stockholm Antananarivo Yaoundé Córdoba Esfahan La Paz Harare Quito Daejeon Gwangju Tabriz Bamako Amman Turin Omsk Brazzaville Sofia Gyeonggi (Suwon) Bruselas Dubai Cotonou Marrakech Niamey Kathmandu Bangui Zagreb Colombo Libreville Sarajevo Port Moresby Senegal Irán Venezuela Túnez Portugal China Camerún Rumanía Ghana Líbano México Marruecos Suecia Madagascar Camerún Argentina Irán Bolívia Zimbabwe Ecuador República de Corea República de Corea Irán Mali Jordania Italia Rusia Rep. Dem. Congo Bulgara República de Corea Bélgica Emirates Árabes U. Benín Marruecos Níger Nepal Rep. Centroafricana Croacia Sri Lanka Gabón Bosnia y Herzegovina Papúa Nueva Guinea Asia-Pacífico Asia-Pacífico América del Sur Africa Europa Asia-Pacífico Africa Europa Africa Asia-Pacífico 2.100.000 13.800.000 2.100.000 2.000.000 2.000.000 1.900.000 1.900.000 1.900.000 1.800.000 1.800.000 América del Norte 1.800.000 Africa 1.800.000 Europe 1.700.000 Africa 1.700.000 Africa 1.600.000 América del Sur 1.500.000 1.500.000 Asia-Pacífico América del Sur 1.500.000 Africa 1.500.000 América del Sur 1.500.000 Asia-Pacífico 1.400.000 Asia-Pacífico 1.400.000 Asia-Pacífico 1.300.000 Africa 1.300.000 Asia-Pacífico 1.200.000 Europa 1.200.000 Europa 1.100.000 1.100.000 Africa 1.100.000 Europa 1.100.000 Asia-Pacífico 1.000.000 Europa 900.000 Asia-Pacífico 800.000 Africa 800.000 Africa 800.000 Africa 800.000 Asia-Pacífico 700.000 Africa 700.000 Europa 700.000 Asia-Pacífico 600.000 Africa 600.000 Europa 300.000 Asia-Pacífico 1986 1992 1996 1997 1986 1998 1996 1991 1997 1986 1985 1988 2003 2004 1996 1992 1996 2000 1990 1993 1996 2001 1996 1987 1997 2002 1996 2003 2003 2003 1993 2002 1998 2002 1996 1997 1998 2002 1985 2001 1995 2000 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 85 Anexos: Los miembros de Metropolis Metropolis Las regiones de Metropolis Metropolis es una red descentralizada alrededor de un plan de acción común. La ubicación del Secretariado General en Barcelona y de los Secretariados Regionales en Abidjan (Africa), Montreal (América del Norte), Río de Janeiro (América del Sur y Caribe), Melbourne (Asia-Pacífico) y París (Europa) ponen de relieve dicha descentralización. Las metrópolis del mundo Región Números de % del total Metrópolis Población (millones) % del total Africa Asia-Pacífico Europa América Sur América Norte 38 207 66 45 53 9,3 % 50,6 % 16,1 % 11,0 % 13,0 % 101,1 590,0 149,9 142,0 171,4 8,8 % 51,1 % 13,0 % 12,3 % 14,8 % Total Mundo 409 100,0 % 1 154,4 100,0 % Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) Miembros de Metropolis Región Número de miembros % del total activos Población (millones) % del total Africa Asia-Pacífico Europe América Sur América Norte 23 28 17 11 5 27,4 % 33,3 % 20,2 % 13,1 % 6,0 % 56,2 116,6 61,7 64,5 17,4 17,8 % 36,8 % 19,5 % 20,4 % 5,5 % Total Mundo 84 100,0 % 316,4 100,0 % Metropolis es la red mundial líder de las grandes metrópolis • El 21% de las 409 metrópolis mundiales (más de 1 millón de habitantes) son miembros activos de Metropolis. Su población representa el 27% del total de las metrópolis mundiales. • Un 61% de las metrópolis de Africa son miembros activos de Metropolis (56% de la población total de las metrópolis africanas). • Un 14% de las metrópolis de Asia-Pacífico son miembros activos de Metropolis (20% de la población total de las metrópolis de Asia-Pacífico). • Un 28% de las metrópolis de Europa son miembros activos de Metropolis (41% de la población total de las metrópolis europeas). • Un 24% de las metrópolis de América del Sur y Caribe son miembros activos de Metropolis (45% de la población total de las metrópolis suramericanas). • Un 9% de las metrópolis de Norte América son miembros activos de Metropolis (10% de la población total de las metrópolis norteamericanas). � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 86 Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) Anexos: Los miembros de Metropolis Metropolis AFRICA Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones ASIA-PACÍFICO Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 87 Anexos: Los miembros de Metropolis Metropolis AMÉRICA DEL NORTE 1 2 3 4 5 Metrópolis País Población Miembro desde Guadalajara México (Toluca) Monterrey Móntreal Toronto México México México Canadá Canadá 3.800.000 1.800.000 3.400.000 3.500.000 4.900.000 1987 1985 2002 1985 1987 Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) AMÉRICA DEL SUR Y CARIBE 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Metrópolis País Población Miembro desde Belo Horizonte Brasília Buenos Aires Córdoba La Habana La Paz Maracaibo Quito Rio de Janeiro Santiago Sao Paulo Brasil Brasil Argentina Argentina Cuba Bolívia Venezuela Ecuador Brasil Chile Brasil 5.000.000 3.100.000 13.000.000 1.500.000 2.200.000 1.500.000 2.100.000 1.500.000 11.200.000 5.500.000 17.900.000 1999 1987 1985 1992 1993 2000 1996 1993 1987 1995 2004 Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) EUROPA 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 88 Metrópolis País Población Miembro desde Athens Barcelona Berlin Bruselas Bucarest Estambul Lisboa London Moscou Omsk Paris Île-de-France Sarajevo Sofia Stockholm Turin Varsovie Zagreb Grecia España Alemania Bélgica Rumanía Turquía Portugal Reino Unido Rusia Rusia Francia Bosnia y Herzegovina Bulgaria Suecia Italia Polonia Croacia 3.200.000 4.400.000 3.300.000 1.000.000 1.900.000 9.400.000 2.000.000 7.600.000 10.500.000 1.100.000 9.800.000 600.000 1.100.000 1.700.000 1.200.000 2.200.000 700.000 2002 1985 1991 1993 1991 1986 1986 1985 1990 1996 1985 1995 1999 2003 2002 1991 2002 Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) Anexos: Los miembros de Metropolis Metropolis Un mundo de metrópolis, un mundo de Metropolis Evolución de las metrópolis mundiales: 1985-2015 (millones de habitantes) Número de metrópolis, población y porcentaje de población urbana (por tamaño y nivel de desarrollo). Nivel de desarrollo y tamaño Mundo 10 millones o más 5 a 10 millones 1 a 5 millones Total metrópolis Regiones más desarrolladas 10 millones o más 5 a 10 millones 1 a 5 millones Total metrópolis Regiones menos desarrolladas 10 millones o más 5 a 10 millones 1 a 5 millones Total metrópolis Número de metrópolis 1985 2005 2015 Población (millones hab.) 1985 2005 2015 % de población urbana totale 1985 2005 2015 9 20 242 271 20 29 381 430 22 39 480 541 127,4 292,1 146,8 194,8 450,2 726,3 724,4 1.213,2 358,4 268,5 913,7 1.540,6 6,4 7,4 22,7 36,5 9,2 6,1 22,9 38,2 9,3 7,0 23,7 40,0 4 5 93 102 5 9 107 121 6 10 109 125 66,6 38,8 184,3 289,7 87,9 58,9 211,6 358,4 101,1 62,0 217,9 381,0 8,5 4,9 23,4 36,8 9,7 6,5 23,4 39,6 10,6 6,5 22,9 40,0 5 15 149 169 15 20 274 309 16 29 371 416 60,7 107,9 265,9 434,5 204,1 135,8 514,6 854,5 257,3 206,5 695,7 1.159,5 5,1 9,0 22,2 36,3 9,0 6,0 22,7 37,7 8,9 7,1 24,0 40,0 Más metrópolis, con niveles de crecimiento extraordinarios en las regiones menos desarrolladas: • En 1985, había en el mundo 271 metrópolis con una población total de 724 millones de habitantes. • Dos décadas después, existen en el mundo más de 400 metrópolis, y su población total supera los 1.200 millones de habitantes. Se prevee alcanzar los 1.540 millones en 2015. • En las regiones más desarrolladas del mundo, la población de las metrópolis ha pasado de 289 a 358 millones de habitantes entre 1985 y 2005, lo que representa un aumento del 24%. Se espera un crecimiento del 6% hasta 2015. • En las regiones menos desarrolladas del mundo, la población de las metrópolis ha pasado de 434 a 854 millones de habitantes entre 1985 y 2005, lo que representa un incremento del 97%. Las cifras crecerán otro 36% hasta 2015. • Cuando se fundó Metropolis en 1985, el 62% de las metrópolis mundiales estaban localizadas en las regiones menos desarrolladas. • En 2005, el 72% de las metrópolis mundiales se ubican en las regiones menos desarrolladas. • En 2015, se espera que el 77% de las metrópolis mundiales se encuentren en las regiones menos desarrolladas. • En 2015, un 40% de la población urbana mundial habitará en las metrópolis. Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 89 Anexos: Los miembros de Métropolis Metropolis Evolución de las 10 mayores metrópolis mundiales: 1950-2015 (millones de habitantes) Las megalópolis son metrópolis con una población superior a los 10 millones de habitantes. En 2005, hay en el mundo 20 megalópolis. 40% de ellas son miembros activos de Metropolis. 1950 1. New York 2. Tokyo 3. London 4. Paris 5. Moscou 6. Shanghai 7. Rhein-Rhur 8. Buenos Aires 9. Chicago 10. Calcutta Top 10 12,3 11,2 8,3 5,4 5,3 5,3 5,2 5,0 4,9 4,4 67,3 Poblac. megalópolis 23,5 MUNDO 1975 1. Tokyo 2. New York 3. Shanghai 4. Mexico City 5. Osaka-Kobe 6. Sao Paulo 7. Buenos Aires 8. Los Angeles 9. Paris 10. Beijing Top 10 26,6 15,8 11,4 10,6 9,8 9,6 9,1 8,9 8,6 8,5 118,9 Poblac. megalópolis 64,4 2.555,3 MUNDO 2000 1. Tokyo 2. Mexico City 3. New York 4. Sao Paulo 5. Bombay 6. Calcutta 7. Shanghai 8. Buenos Aires 9. Delhi 10. Los Angeles Top 10 34,4 18,0 17,8 17,0 16,0 13,0 12,8 12,5 12,4 11,8 165,7 Poblac. megalópolis 250,1 4.086,1 MUNDO 2015 1. Tokyo 2. Bombay 3. Delhi 4. Mexico City 5. Sao Paulo 6. New York 7. Dhaka 8. Jakarta 9. Lagos 10. Calcutta Top 10 36,2 22,6 20,9 20,6 19,9 19,7 17,9 17,4 17,0 16,7 208,9 Poblac. megalópolis 358,0 6.079,6 MUNDO 7.187,0 Más y mayores metrópolis, con crecimientos extraordinarios en Asia, América Latina y Africa: • En 1950, la población media de las 10 mayores metrópolis mundiales era de 6,7 millones de habitantes. • En 2015, la población media de las 10 mayores metrópolis mundiales será de 20,8 millones de habitantes. • En 1950, un 1% de la población mundial vivía en megalópolis (metrópolis de más de 10 millones de habitante). • En 2015, un 5% de la población mundial vivirá en megalópolis (metrópolis de más de 10 millones de habitante). • En 1950, un 40% de las mayores metrópolis mundiales estaban localizadas en Europa, un 30% en Asia, un 20% en América del Norte y un 10% en América Latina. • En 2015, un 56% de las mayores metrópolis mundiales estarán ubicadas en Asia, un 15% en América del Norte, un 13% en América Latina, un 11% en Europa y un 5% en Africa. Fuente: División de la Población, Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas (2004) � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� 90 METROPOLIS � � � ��� � � � � � � � � ������� �� �������� � � � � ��� � � �� Secretariado Secrétariado General de METROPOLIS Avinyó, 15 08002 Barcelona, (España) Tél.: Tél. :(34) (34) 93 93 342 342 94 94 60 60 Fax : (34) 93 342 94 66 Email: [email protected] Página web: www.metropolis.org Les Cahiers de l’Europe Sede central Centre de Presse International Rue de la Loi, 155 B – 1040 BRUXELLES Belgique Tél. : 00 (32) 2 230 58 51 Oficina en Francia 11/13 rue Lacaze F − 75014 PARIS France Tél. : 00 (33) 1 56 79 06 60 Fax : 00 (33) 1 47 63 72 69 E.mail : [email protected] Presidente Présidente Director General Guy Joseph NATAF Coordinación editorial Eduard CONTI Metropolis Sub-editor Christine MITOUARD Traductor Discobole – Barcelona Créditos de fotos METROPOLIS Composición Sébastien DUVAL Impresión Panoply France