La medicina en Mexicali 1914-2014 - Eventos Anteriores

Transcripción

La medicina en Mexicali 1914-2014 - Eventos Anteriores
Revista de historia regional de Mexicali y su valle
Año VII, núm. 24, abril-junio de 2014
niversidad Aut noma
de aja ali ornia
La medicina en Mexicali 1914-2014
El Castillo
R.C.B.
1949. En la esquina de la calle cuarta y avenida Querétaro en el barrio de Pueblo Nuevo se construyó un castillo de estructura de acero y
recubrimiento de ladrillo rojo. Es probable que su construcción la hayan realizado algunos años antes. En el año de 1950 el gobierno del territorio
norte de Baja California construyó en la manzana que se observa vacía, el tanque elevado para la introducción de agua potable a esta colonia.
2009. Así lucía el castillo, antes de que el sismo ocurrido en Mexicali el 4 de abril de 2010 lo dañara en lo referente a las torres. En la actualidad,
ya sin las torres, en su interior se encuentra un museo de historia de Mexicali.
2
Índice
El Castillo
RCB
4
interior portada
Editorial
Sergio Noriega Verdugo
3
Los pioneros de la medicina en el Valle de Mexicali
Rosalba Dueñas Toledo
4
15
El seguro grande
Antonio J.D. Olvera Flores
15
La Farmacia en servicio más antigua de Mexicali
Gerardo Sánchez Benavides
18
18
20
La medicina en Mexicali
Rubén Castro Bojórquez
20
La anestesiología en Mexicali
Francisco Estrada Montaño
32
La resonancia del cine bajacaliforniano en
Estados Unidos
Gabriel Trujillo Muñoz
35
Barcos de vapor en el Río Colorado 1852-1877
Jimmy Griffin
43
Estación Delta y la familia Espinoza Lamarque
Jimmy Griffin
50
35
Libros, reseñas y comentarios
Sergio Noriega Verdugo
43
55
Sociedad de Historia “Centenario
de Mexicali,A.C.”
RCB
interior contraportada
Foto de portada:
1968. Edificio de hospitalización del Instituto Mexicano del Seguro Social en
Mexicali. El IMSS se creó en 1943 y en Mexicali inició sus operaciones en 1958. Las
principales instalaciones se inauguraron en Mexicali el 21 de mayo de 1961. Esta
unidad actualmente lleva el nombre de “Doctor Humberto Torres Sanginés”.
1
El Río
El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. en coedición con la Universidad
Autónoma de Baja California para la divulgación histórica regional sobre el municipio de Mexicali, Baja California, México.
Tiraje 1 100 ejemplares.
Directorio
Universidad Autónoma
de Baja California
r elipe ua ea Veláz uez
RECTOR
Mtro icardo agnino Moreno
SECRETARIO GENERAL
r Miguel ngel Mart nez o ero
VICERRECTOR CAMPUS MEXICALI
r Al redo li uenrostro e allos
COORDINADOR GENERAL DEL CESU-UABC
Sociedad de Historia
“Centenario de Mexicali” A.C.
Lorenzo Hurtado Valenzuela
PRESIDENTE
Jorge Núñez Verdugo
VICEPRESIDENTE
Miguel Angel Lino Olvera
SECRETARIO
Lizardo López Mendoza
TESORERO
PRESIDENTA HONORARIA VITALICIA
Yolanda Sánchez Ogás
Revista El Río
DIRECTOR Y DISEÑADOR: u n astro o ór uez
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA: arlos Manuel e es Moreno
COMITÉ EDITORIAL: Luz Mercedes López arrera u n astro o ór uez Miguel ngel Lino Olvera
Sergio Noriega Verdugo Lorenzo Hurtado Valenzuela Miguel ste an Valenzuela o les
CAPTURA atalina o as Monzón Liliana Yadira a oada Villa
DIGITALIZACIÓN Y APOYO TIPOGRÁFICO L dia oronel Yáñez
REVISIÓN: Luz Mercedes López arrera
APOYO LOGÍSTICO Mar a oncepción Ortiz Aguilar
la orada en CESU-UABC
INVITACIÓN
La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. invita a todas las personas amantes de la historia, aficionados
o expertos, a asistir a sus reuniones y, de ser el caso, a formar parte de ella como socios activos.
Las sesiones se llevan a cabo todos los miércoles a las 17:30 horas en la Sala Junta de Gobierno del Centro de Estudios Sobre
la Universidad de la UABC, ubicado en la planta baja del edificio de Investigación y Posgrado en bulevar Benito Juárez.
Teléfonos: (686) 566 9592 y (686) 841 2076
Las fotografías utilizadas en la elaboración de esta revista pertenecen a las colecciones de:
Archivo Histórico del Estado de Baja California • Archivo Histórico del Municipio de Mexicali • Instituto de
Investigaciones Culturales UABC Museo • Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC) • Instituto Municipal de
Investigación y Planeación Urbana de Mexicali (IMIP)• Colecciones particulares de Marcos Buruel, Rubén Castro Bojórquez,
Javier Galván, Jimmy Griffin, Beatriz Limón, Carlos Reyes, Yolanda Sánchez Ogás,
Gerardo Sánchez, Austreberto Silva, Martín Tamayo y Esteban Valenzuela.
Esta revista se distribuye gratuitamente. Si desea obtener un ejemplar, puede solicitarlo en las oficinas del CESU-UABC
o con cualquier miembro de la Sociedad.
2
F!e!j!u!p!s!j!b!m
La tierra y el agua
L
as raíces de nuestra cultura están ligadas a la tierra que pisamos. La geografía es parte de nuestra
identidad, la clase de pueblo que somos es producto de nuestra lucha por sobrevivir. El carácter de
nuestra gente venida de diversos lugares se encuentra esculpido por el deseo de vivir aquí.
Nuestra historia es corta, apenas poco más de un siglo; Mexicali nació en los albores del siglo veinte.
Nuestros indígenas primitivos no pudieron más que sobrevivir en esta inhóspita región. El llamado
desierto sonorense no daba suficiente para comer. No obstante, sus suelos eran fértiles, pues las
inundaciones del caudaloso Río Colorado dejaron aluvión de arcilla y limo a lo largo de miles de años.
Pero la tierra, privada de lluvia, produjo una flora natural raquítica, consistente de plantas desérticas
como el mezquite, palo fierro y arbustos, ninguna de mucho valor.
Sin embargo, la canalización del Río Colorado dio a los valles Imperial y Mexicali la oportunidad de
producir riqueza, y ello fue el detonante de nuestro desarrollo. Claro está que la agricultura regional
requirió primero desmontar las tierras y nivelarlas. El agua tenía que ser conducida por canales para
regar las parcelas. Primero hubo que crear infraestructura hidráulica capaz de sostener agricultura
permanente. Después llegaron el ferrocarril y los caminos. Además de la inversión que todo esto
representó, provocó la inmigración de personas de otros estados, como Baja California Sur y Sonora, y
de otros países como de Estados Unidos y China.
Las primeras personas que llegaron a Mexicali, aunque materialmente pobres, no sólo proporcionaron
la mano de obra para transformar el desierto, sino también las habilidades, conocimientos, hábitos y
costumbres. ¿Cómo pensaban, cuáles eran sus preocupaciones y sus esperanzas de alcanzar la felicidad?
No sabemos, pero a pesar todas de sus limitaciones, cualquiera que estas hayan sido, ayudaron a
conformar la cultura que ahora consideramos nuestra.
La tierra nos identifica, somos de aquí, aunque hayamos llegado de otros lados. La tierra con el agua
engendró cultivos que nos proporcionaron un nivel de riqueza no desdeñable. Aquí trabajaron nuestros
padres. Aquí se han formado nuestros hijos y sus descendientes. Aquí es donde pertenecemos.
La vida se hizo posible aquí por el agua. El agua hizo posible una agricultura de riego de gran
escala, importante para todos nosotros y para Baja California. Pero el agua también se ha convertido
en sostén de nuestra ganadería, de nuestra pesca, así como de nuestra industria y, por supuesto, de
nuestros servicios. Tanto el crecimiento poblacional como el económico han aumentado su consumo
de este valioso recurso. Su cantidad demandada es creciente pero su disponibilidad, sujeta al ciclo
hidrológico, es limitada. Estamos conminados a sacrificar unos usos por otros.
Seguimos aquí junto a la tierra y dependientes del agua, aunque el clima desértico sea el mismo.
Estas tierra y agua que llamamos nuestras, constituyen el patrimonio formado a través de la historia,
por ello confronta a esta generación a administrarlas mejor.
Sergio Noriega Verdugo
3
Los pioneros de la medicina
en el valle de Mexicali*
Introducción
ntes de que los médicos arribaran a Mexicali
en la segunda década de fundada (1911-1920),
las enfermedades y partos eran atendidos por
chamanes, curanderos de los pueblos primitivos.
El chamán tuvo presencia importante en todo el estado
de Baja California, su influencia sobre los grupos de
pobladores era tan fuerte que constituyó un obstáculo para
la penetración religiosa; durante las epidemias aprovecharon
la ocasión para esparcir la versión de que todas aquellas
calamidades eran debidas nada menos que a los misioneros
y a la nueva religión.
El primer brote de viruela se presentó de 1709 a 1717; la
mortandad de indios y españoles se inició en proporciones
alarmantes. Posteriormente, de 1742 a 1748, especialmente
en el sur, las epidemias aniquilaron cinco sextas partes de la
población indígena; estas epidemias fueron: el gálico, mal
venéreo importado de Asia por los galeones de Manila, las
viruelas y el sarampión.
Los chamanes tenían conocimientos de hierbas
medicinales y con ellas hacían algunas curaciones pasmosas,
pero lo que usaban generalmente era el zumo del tabaco,
aplicándolo sobre llagas, heridas y contusiones. Igualmente,
en cualquier parte doliente aplicaban unas ligaduras de
cordeles muy apretados para que el humor no pasara a
la parte sana. También aplicaban tizones encendidos a la
parte doliente, motivo por el cual todos estaban señalados
con cicatrices en los brazos, piernas y muslos.
En los libros investigados se presenta un lapso en el
que ningún hecho histórico relacionado con la medicina es
mencionado. Es hasta 1887 cuando se inicia el poblamiento
y se abrieron las calles de Ensenada, de acuerdo con el plano
que trazó el Ing. Richard J. Stephens, se menciona que
A
Rosalba Dueñas T.**
existía atención médica a cargo de un médico extranjero, el
doctor Peterson (noruego) médico del puerto y propietario
de la Droguería Americana; delegado de Sanidad durante el
gobierno de Celso Vega 1903-1911.
Los médicos registrados en Ensenada, hasta 1904, eran el
Dr. B.H. Peterson, el Dr. C.H. Power y el Dr. L. Goldachmledt.
En 1906, se menciona la construcción de un hospital al
mando de médicos extranjeros. En 1915, Ensenada dejó de
ser capital de la entidad, pasando a ser Mexicali.
La fecha oficial de la fundación de Tijuana se considera que
fue el 11 de julio de 1889, por haberse terminado los litigios de
posesión de las tierras por los Argüello; y es hasta 1924 cuando
se reporta la existencia de un hospital militar, un hospital civil
y tres buenos sanatorios particulares, durante el gobierno de la
presidencia de don Abelardo L. Rodríguez, exgobernador de
Baja California; anterior a esto la atención médica de acuerdo
con los relatos de viejos residentes, era solicitada hasta la Alta
California, mediante el recorrido de un día.
En Tecate también se levantó en forma oficial el mapa de
la Colonia Militar en 1892, con una población 150 colonos.
En 1907 se inicia la construcción del Ferrocarril San DiegoArizona, obra terminada hasta 1919; esta obra permitió la
atención médica en ciudades del sur de California.
En Algodones, considerado como poblado pionero del
valle de Mexicali, la atención médica se daba en la ciudad
de Yuma, según nos platicó la Sra. Catalina Martínez viuda
de Ochoa, residente del lugar que dio constancia diciendo:
“nací en Yuma, ya que por estos rumbos no había doctores”.
Mexicali
Una vez comentado generalidades de la atención médica en los
diferentes poblados del estado de Baja California llegamos así
al punto clave y de interés de nuestra investigación: El valle
Este artículo es producto de la investigación que realizó la doctora Rosalba Dueñas Toledo en los años de 1986 a 1993. Su investigación es mucho más amplia:
comprende los datos históricos de Baja California y Mexicali, el ejercicio de la medicina antes de los médicos y el ejercicio profesional de los médicos que
arribaron desde el inicio de Mexicali hasta las décadas de 1940. El Rio retoma exclusivamente esta última parte.
**
Nativa de Mexicali, Baja California, hija del doctor Francisco Dueñas Montes (diputado Constituyente de Baja California y también nativo de Baja California
(1908). Estudió la carrera de medicina en la Universidad de Guadalajara y la ejerció por más de 40 años en Mexicali. Su especialidad es Pediatría
*
4
de Mexicali. No hay acta de nacimiento de nuestra ciudad. Mexicali nació bajo el
influjo de los canales de riego como las plantas silvestres, a la buena de Dios.
En 1904 cruza la frontera y llega el primer ferrocarril a Mexicali, el InterCalifornia. En el censo general de habitantes de 1910, Mexicali contaba apenas
con 462 habitantes en una superficie limitada y con unas cuantas calles.
Los primeros médicos, los primeros hospitales
El primero de enero de 1915, siendo gobernador el coronel Esteban Cantú se
forma el primer Ayuntamiento de Mexicali presidido por Francisco L. Montejano
quien nombró al primer médico municipal: el Dr. Ignacio Roel, con sueldo en
15 pesos diarios.
Nacido en Monterrey y egresado de dicha Universidad, el doctor Roel fue
designado médico municipal en 1915, y electo para el Congreso Constituyente
como diputado federal en 1916. Regidor del Ayuntamiento de Mexicali en 1918
y director del Hospital Municipal en 1920. Posteriormente, se estableció en
Puerto Peñasco en 1940.
El 22 de junio de 1915 pasa el Ayuntamiento a manos de Francisco
Bórquez, y como programa de trabajo estableció: la construcción de la Escuela
Cuauhtémoc, del rastro de la ciudad y la construcción del Hospital Municipal,
que aún sin terminarse del todo comenzó a prestar sus servicios y se legisló el
reglamento interior para su funcionamiento.
Este Hospital Municipal se construyó donde hoy se ubica el Parque de
Constitución. Estaba hecho de dos pabellones entre las calles Zuazua y Mina a la
altura donde desemboca la calle México. Abarcaba un poco más de la manzana;
enseguida de él estaba el Hospital Militar en las calles de Aldama y Zuazua;
posteriormente, fue transformado en Casa y Hospital del Agrarista para los
servicios ejidales, en el gobierno del coronel Sánchez Taboada.
En ese mismo lugar, entre Aldama e Hidalgo, estaba el anfiteatro o descanso
y en la otra esquina el pabellón de los tuberculosos, que contaba con seis camas,
dos departamentos con una ventanilla por donde se alimentaba a los enfermos.
Esta unidad funcionó hasta 1929.
Tenemos conocimiento también del Hospital Chino ubicado por la calle
Altamirano, fundado en 1911. En este hospital se atendía toda clase de
enfermos tanto chinos como de la población en general. Después, estos servicios
fueron exclusivos de los chinos al ser fundado el Hospital Municipal, que prestó
mejores servicios gracias a la designación como médico interno del doctor
Manuel Monter, quien realizó una labor muy meritoria.
Nacido en Hidalgo, egresó de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM); excelente cirujano, hombre de principios, fue presidente de la
Asociación China, y médico de los chinos de dicho hospital, donde fue iniciador.
En 1919 le tocó atender la epidemia de gripa que arrasó con aproximadamente
900 chinos, y otro tanto de la población.
El doctor Manuel Monter fungió también como subdirector del Hospital
Municipal en 1920, siendo director el Dr. Ignacio Roel. En 1925 formó parte del
1918. Dr. Ignacio Roel.
Doctor Federico Cota.
1922. Dr. Enrique D. Flores.
5
Doctor Fausto García Merino.
Doctor Gastón Salazar Cárdenas.
consejo municipal como regidor. Médico legista, narraba
haber practicado la primera autopsia debajo de un mezquite.
El anfiteatro del Hospital Civil de Mexicali llevaba su
nombre. También ejerció como médico de la Compañía
Jabonera del Pacífico por muchos años, desde 1925 que fue
fundada; tenía su consultorio en la Botica Guadalupe de
Francisco Siqueiros, ubicada en Reforma y Bravo. Médico
hipocrático, se le recuerda recorriendo a pie las calles con su
maletín en mano y jamás negó sus servicios, que en muchas
ocasiones los otorgó gratuitamente.
En 1918 el Ayuntamiento de Mexicali bajo nuevas
autoridades dispone: Apertura de nuevas calles, servicios
de agua y luz, mejoras en la cárcel municipal; construcción
de un nuevo pabellón, legalización de inmigrantes chinos,
mejoras importantes al Hospital Municipal, una sala de
operaciones, gabinetes de desinfección indispensables con
motivo de la epidemia que azotaba la región, así como
botiquín y farmacia a cargo del Sr. Enrique C. Olea.
En 1920, durante la gestión de Enrique Mérida como
presidente municipal de Mexicali, entre las obras que realizó
mejoras al Hospital Municipal, y se nombró administrador
a José Castillo.
En 1922, cambio de gobierno del Distrito Norte de la Baja
California, y toma posesión como gobernador el general José
Inocente Lugo. Nombra director del Hospital Municipal al
doctor Enrique D. Flores, nacido en Chiquilistlán, Jalisco,
el 9 de octubre de 1875. El Dr. Flores cursó sus estudios en
6
Doctor Pedro Loyola Lucq.
la Universidad de Guadalajara. Hombre íntegro, altruista.
El presidente de México León de la Barra le otorgó el grado
de teniente coronel del Ejército Mexicano. Primeramente
llegó a Ensenada como médico militar, donde conoció al
coronel Cantú en 1911. Se radicó en Mexicali en 1915.
Fue el médico del Ferrocarril Inter-California; prestó sus
servicios a los cucapá; atendió a los campesinos en la “huelga
de los sentados” en 1937; instaló el primer sanatorio particular,
en terreno enfrente del parque Héroes de Chapultepec en 1936,
en avenida Madero casi esquina con Altamirano.
Años después, el colegio médico, le pone su nombre al
Colegio de Profesionistas en 1945.
El doctor Flores instala también la primera botica,
“Mexicali” frente a la Escuela Cuauhtémoc. Ahí mismo,
en la planta alta de la farmacia, confecciona un pequeño
hospital particular.
El 2 de noviembre de 1923 recibe el gobierno del Distrito
el Gral. Abelardo L. Rodríguez, durante su gestión ocupa la
presidencia municipal don Rafael Rosas, que preocupado por
mejorar la atención médica coloca a concurso la realización de
mejoras al Hospital Municipal.
El camino nacional que construyó el coronel Esteban Cantú
en 1917 y que unió a Mexicali, Tecate y Tijuana (Zaragoza),
pasaba en su recorrido por el Campo Alaska, instalación
construida durante el gobierno del Gral. Abelardo L. Rodríguez
quien utilizó como Casa de Gobierno para escapar de las
altas temperaturas en el verano. En los años subsecuentes,
los edificios de la Casa de Gobierno y
el cuartel militar del mismo Campo
Alaska (hoy Rumorosa), fueron
convertidos en Hospital Público para
enfermos tuberculosos y dementes,
estos enfermos años más tarde,
fueron trasladados, los psiquiátricos
a Guanajuato y los tuberculosos a
Huipulco, Distrito Federal.
En 1924 se organiza una sociedad
de médicos donde participan los
doctores: Enrique D. Flores, J.E.
Graner, J. Manuel Gama, Prisciliano
Estrada (cubano) y Manuel Monter.
Así la atención médica en la
naciente población de Mexicali fue
atendida por médicos egresados de
las principales universidades del
país, a saber:
Doctor Bernardo Bátiz, egresado
de la Universidad de Guadalajara, jefe
de Salubridad del Distrito en 1930.
Inicialmente fungió también como
cónsul en Caléxico. Posteriormente
fue embajador de México en Japón en
1937. Consultaba en avenida Madero
núm. 240.
Doctor Rafael Bátiz, hermano de
Bernardo. Egresó de la Universidad
de Guadalajara. Fungió como director
del Hospital Mexicali en 1936 por seis
meses. Permaneció en Mexicali por
aproximadamente dos años.
El doctor Federico Cota nació
en La Paz, Baja California, Sur. Llegó a Mexicali en 1917.
Después de ser jefe político del Territorio Sur, ejerció como
uno de los primeros médicos en Mexicali, en donde fue director
de la Campaña Antivariolosa. Miembro de la Comisión de
Salubridad Municipal en 1922. Murió en Mexicali en 1935.
El doctor Enrique Osornio nació en Querétaro al fin del
Imperio de Maximiliano (1864-1867). Referido como de
los primeros médicos del Hospital Municipal de Mexicali,
cursó la carrera de Medicina en la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM). Fue amigo y médico de
Doctor Francisco Dueñas Montes.
cabecera de los presidentes: Plutarco Elías Calles, Emilio
Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez, Álvaro Obregón, al que
le amputó el brazo al ser herido en combate en Celaya. Al
Dr. Osornio se le debe la fundación de la Escuela Médico
Militar de la que fue director. Falleció el 1º de abril de 1945,
a su muerte le sobrevivían sus hijos el Dr. Servando Osornio
Camarena (radicó en Tijuana), doctor Felipe Osornio, y el
senador y cónsul Javier Osornio Camarena.
Dr. Hipólito Jáuregui. Mencionado como propietario de
una farmacia en 1920, en Juárez y Altamirano. Médico militar.
7
Doctor Francisco Cañedo Lizárraga. Nació
en Mazatlán, Sinaloa en 1909. Médico por
la UNAM y la especialidad de Pediatría en el
Hospital Infantil de la ciudad de México.
Ejerció su profesión en forma particular.
En 1953 fue candidato a gobernador del
estado de Baja California por el Partido
Acción Nacional.
Doctor Ernesto Zenteno F. Nació en San
José de Gracia, Sinaloa en 1906. Médico
por la UNAM. Ocupó el cargo de Delegado
de Gobierno en Ensenada. Ejerció su
profesión en Mexicali en forma particular.
Se dedicó también al comercio local,
contrajo matrimonio con la Srita. Rosario
Soto. Formando una familia que echó raíces
en Mexicali.
Doctor Vallejo Arizmendi. Médico del Hospital
Municipal. Enfermó severamente, por lo cual fue internado
en la Castañeda de México. Cirujano plástico recordado con
cariño por sus compañeros.
En 1927 se elige como presidente del Consejo Municipal
al médico Carlos Dávila, que preside al Consejo para
construcción del Hospital Civil de Mexicali en 1927, del cual
fue su primer director. Egresado de la UNAM, especialista
en otorrinolaringología, surtió de instrumental al hospital
para atención de los problemas inherentes a su especialidad.
Posteriormente decide trasladarse a radicar a Tijuana.
El vicepresidente del Consejo Municipal fue Antonio E.
Banuet, que entre otros de los puntos que se establecieron fue
la planta de agua en los terrenos que circundaban las calles F y
G y las avenidas Lerdo y Zaragoza, que en 1954 fueron cedidos
al IMSS donde se instaló años después su clínica central.
En el año de 1929 el general Abelardo L. Rodríguez
entrega el gobierno al coronel José Ma. Tapia, quien
desempeñó el cargo en el Distrito Norte de 1930-1931. En
este último año el Distrito Norte pasa a ser Territorio Norte
con una población de 16 000 habitantes.
8
Doctor Rodolfo de las Fuentes Rodríguez.
Nació en Saltillo, Coahuila en 1917, médico
de la UNAM. Arribó a Baja California en
1946, laboró en el poblado de Cuervos (hoy
Ciudad Morelos) donde fue director de la
Clínica número 3 del IMSS.
El 7 de noviembre 1931 toma posesión como primer
gobernador del Territorio Norte, el general Agustín Olachea
Avilés, de 1931 a 1932, para regresar de nuevo en 1935; siendo
presidente de la república el general Lázaro Cárdenas.
Doctor Fausto García Merino. Es nombrado director del
Hospital Civil de Mexicali en el año de 1931. Anteriormente
se desempeñó como director de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Guadalajara en 1927. Director del Hospital
de La Paz, Baja California, Sur, en 1930. Posteriormente se
dirigió a Ensenada y de ahí a Mexicali, en 1931, donde ocupó
el puesto de director del Hospital Civil por seis años, de 1931
a 1937, traído al territorio por el Gral. Agustín Olachea.
El doctor García Merino logró en poco tiempo una
reputación envidiable, no solo por su capacidad profesional,
sino por sus rasgos de altruismo.
Refería:
Hacía un intenso calor y los recorridos los mitigaba, llevando
una buena ración de cerveza helada en el carro. Por aquellos
días las medicinas eran muy pocas, los antitérmicos y los
analgésicos los preparábamos en las boticas. Para prevenir las
infecciones nos sujetábamos a la aplicación de antisépticos. Lo
Doctor Alfonso Sánchez Martínez. Nació
en la ciudad de México, D.F. en el año de
1919. Médico por la UNAM. Radicó en Baja
California desde 1973. Se estableció primero
en Tecate, donde fue médico de la Cervecería
Tecate. Se especializó en cirugía en Estados
Unidos de Norteamérica. Se instaló en
Mexicali en 1952. Director del Hospital Civil.
Laboró en el IMSS y ejerció su profesión en
forma particular.
Doctor Salvador Pérez Álvarez. Nació en
Tehuantepec, Oaxaca, en 1903. Médico por
la UNAM. Llegó a Mexicali en 1948. Ejerció
la profesión en forma particular, en su
especialidad que fue la pediatría.
único que se conocía en 1930, eran las sulfas y seguir al pie de
la letra las reglas de Lister.
El calor era infernal, los más pudientes tenían sótanos en
sus casas, pues bajo el suelo el aire de los abanicos era más
fresco. Las enfermedades más incidentes eran las intestinales
y las insolaciones.
Él tenía su consultorio particular en avenida Madero
núm. 215. Edificio García. También instaló en ese lugar la
Botica la Nacional.
Doctor Mario Flores Hernández. Nació en Guadalajara,
Jalisco. Egresó de la Universidad de Guadalajara. Llegó
a Mexicali en 1927, para salir a París a especializarse.
Subdirector del Hospital Mexicali, siendo director el Dr.
García Merino. Amante de la literatura y de carácter
pintoresco. Operaba conjuntamente con el Dr. Merino. El
doctor Merino fue literato, catedrático de la Escuela Superior
de Pedagogía de 1966 a 1968. Decidió radicar en Guadalajara.
En 1937 asume el gobierno del Territorio Norte, el teniente
coronel Rodolfo Sánchez Taboada, mismo que ejerce hasta
1944. El 20 de marzo de 1937 se coloca el primer clavo del
Ferrocarril Sonora-Baja California, que costara tantas
Doctor Alfredo Martínez Manatou. Nació
en Ciudad Victoria, Tamaulipas en 1916.
Médico por la UNAM. Radicó en Mexicali
desde 1941. Jefe de los Servicios Médicos
de la SCOP. Miembro de la Comisión Local
Electoral en 1952. Ejerció la profesión
libremente. Fungió como agente de la
Lotería Nacional por más de 30 años.
vidas durante su construcción, entre las que mencionamos
los perdidos en el desierto: Ing. Jorge López Collada, José
Sánchez Islas, Jesús Torres Burciaga y Gustavo Sotelo.
Así como también la segunda tragedia producida por el
descarrilamiento de los armones donde se trasladaba a
los trabajadores una vez concluida su faena, que ocasionó
multitud de fracturados y muertos. Estos acontecimientos
movilizaron a los ocho médicos que ejercían en la ciudad
en ese tiempo; los accidentados fueron unos atendidos en el
Sanatorio Central propiedad del doctor Dueñas y otros en
un pequeño hotel frente a la Cervecería Maya, rentado con
ese propósito. (Avenidas Madero y Melgar).
El Dr. Joaquín Galván de la Garza nació en Tamaulipas,
egresado de la UNAM. Estuvo en Mexicali desde 1932 para
trasladarse posteriormente a residir en Tijuana. Consultaba
en Madero, número235, en cuyo segundo piso tenía cuartos
de hospitalización y sala de operaciones, llamado Sanatorio
Central, lugar donde fue practicada la primera cesárea, según
refiere el Doctor Flores. En el año de 1933 cambió de residencia
a Tijuana y vendió dicho sanatorio al doctor Dueñas.
El Dr. Gastón H. Salazar Cárdenas nació en Ciudad
Victoria, Tamaulipas el 20 de octubre de 1909. Egresado de la
9
1929. Foto aérea de los límites de la ciudad en ese año. Vista hacia el este. Sobresale el Hospital Civil, arriba y a la izquierda. Destacan también el
terreno donde años después se construyó la Secundaria 18. Asimismo, se observa: el edificio de la Colorado, Palacio de Gobierno (hoy Rectoría), Jardín
de niños Federico Froebel, Escuela Primaria Benito Juárez, planta de agua y a la extrema derecha, a lo lejos serpentea el dren 134 (el barranco).
UNAM en 1934. Refiere su llegada en ese mismo año, estimulado
Debido al intenso calor, en el hospital se operaba a partir
por el doctor Galván quien le dijo “Tierra que promete”.
Llega con el nombramiento de director del Centro de Higiene
Infantil. Fue director del Hospital Civil de Mexicali en 1938,
durante su administración se consiguieron reformas tales
como refrigeración, instalación de 60 camas y 60 colchones,
batería de cocina y ampliación de pabellones, con donaciones
de la Mueblería Monterrey, los bancos Mexicali Pacífico. La
Jabonera del Pacífico donó el aparato de rayos X. El doctor
Salazar fue jefe de Servicios Ejidales de 1937 a 1970. Jefe de los
Servicios de Médicos de 1941 a 1962. Delegado de Salubridad
Federal del Ferrocarril Sonora-Baja California en construcción.
Refiere que a su llegada
de las 4:00 a.m., tenían un solo abanico, delante del cual se
Mexicali contaba con 18 mil habitantes aproximadamente,
con calles bien trazadas, diferenciación entre comercio y
viviendas; como enfermedades predominaban la tifoidea, la
deshidratación y las insolaciones.
El agua que se cargaba en unos pozos llamados reservorios,
cuyos filtros estaban hechos a base de piedras. En la parte
oriente se encontraban tres tanques de 200 metros de largo, y
de ahí pasaban a canales abiertos hacia la bomba de agua para
que por rebosamiento se distribuyera a la ciudad.
10
colocaba un gran trozo de hielo. Los sueros eran preparados;
no había anestesiólogo, y las suturas se realizaban con el hilo
negro de la cadena #30.
El doctor Salazar fue ampliamente conocido y reconocido
por su gran labor.
El Dr. Pedro Loyola Lucq nació en Querétaro; egresó de
la UNAM en 1937 y en ese año llega a Mexicali a realizar su
servicio social en el Hospital Ejidal, antes Municipal, durante
el gobierno del coronel Rodolfo Sánchez Taboada. Estableció
su consultorio en el barrio chino, “La Chinesca”. Fue médico
de cabecera del coronel Rodolfo Sánchez Taboada, al salir del
gobierno, parte con él a México, para retornar a Ensenada en
1939, como director del Hospital Civil.
El Dr. Fausto A. Ramírez arribó a Mexicali en marzo
de 1937, en compañía del Dr. Bernabé Barreto, y en esta
ciudad establecen su consultorio en el edificio Guajardo,
frente a la Escuela Cuauhtémoc. El doctor Ramírez nació
en Guadalajara, Jalisco, y egresó de la Universidad de
Guadalajara en 1935. Él narra: “El calor era intenso e
insoportable, por lo que teníamos que dormir en la azotea,
no existían aún los coolers”. A su llegada a Mexicali se
celebraba la “Huelga de los sentados”, evento de pequeños
propietarios agrícolas durante el movimiento de 1937. Así
también, fue encomendado para dar asistencia médica a los
centros de salud ubicados en La Rumorosa. Fue delegado
de Salubridad 1939-1940. En 1940 formó parte del Comité
Pro Formación del Estado de Baja California. Trabajó
como meritorio varios años en el Hospital Mexicali. Fue
formador de la Unión de Médicos, presidida por el Dr.
Elihú Gutiérrez, que a la postre originó la fundación del
IMSS durante 1958 y 1959. Jubilado del IMSS a los 65 años
de edad y con trece de servicio.
Miembro participante de la Fundación de la Facultad
de Medicina donde impartió por varios años la cátedra de
propedéutica médica y también fungió como subdirector.
El Dr. Francisco Dueñas Montes participó dentro del
grupo inicial de la medicina en el valle de Mexicali, por lo
que formó parte del grupo pionero de médicos de nuestro
municipio. Nació en Mexicali, el 21 de noviembre de 1908;
cuando la población no rebasaba los 1 500 habitantes,
tomando en cuenta los residentes en las zonas rurales.
Procedente de una familia nativa de El Rosario, Baja
California, pequeña y pintoresca ranchería, ubicada al
sur de San Quintín, fundada por los misioneros dominicos
en 1774. Egresado de la primera generación de la Escuela
Cuauhtémoc. Becado por el entonces gobernador del
Territorio Norte, general Abelardo L. Rodríguez, para
hacer sus estudios en la Escuela Nacional de Maestros.
Una vez terminados sus estudios de maestro normalista,
ingresa a la UNAM, de donde egresa en 1936. Comisionado
por el Dr. Baz, es enviado para realizar su servicio social
al valle de Mexicali, en el Hospital Mexicali en calidad de
subdirector, siendo director el Dr. Rafael Bátiz. Regresa
a instalar su residencia en Mexicali, y una vez más ocupa
el cargo de subdirector, siendo director en esta ocasión el
Dr. Gastón H. Salazar, médico del Tribunal de Menores,
Escolar y de la cárcel pública de Mexicali, así como de
la Compañía de Terrenos y Aguas. Consultaba en Av.
Madero núm. 235, donde se hace propietario del Sanatorio
Central, comprado al doctor Galván cuando este cambió
de residencia. Comisionado para el embalsamiento de los
cadáveres del Ing. López Collada y acompañantes en la
tragedia del Ferrocarril Sonora-Baja California durante
su construcción. Asimismo, años después, atendió a los
Doctores Francisco y Ricardo Díaz Ruiz Esparza. Originarios del
estado de Jalisco donde nacieron en 1918 y 1912 respectivamente.
Médicos de la Universidad de Guadalajara, llegaron a Baja California
en 1941, fundaron la Clínica Ruiz Esparza y posteriormente El
Sanatorio Sagrado Corazón de Jesús. Formaron familias de profundas
raíces en Mexicali.
1960. Doctores: Agustín Hernández Reyes, Santos Silva Cota y Mario
Flores (Foto Colección Dr. Pérez Madrigal).
1970. De izquierda a derecha, Doctores: Víctor Gutiérrez Sánchez,
Enrique Sánchez Zarazua y Santos Silva Cota (Foto Colección Dr.
Pérez Madrigal).
11
1964. Reunión informal de Médicos del IMSS: De izquierda a derecha: Santos Silva Cota, Galdino Santana Gallo, Camarena de la Rosa,
Ceballos Nava, Ramón Paz Ramírez y Gildardo Aceves (foto Colección Dr. Pérez Madrigal).
1963. Reunión de médicos del IMSS en el restaurante chino Victoria de la ciudad de Mexicali. En la foto de izquierda a derecha, primera
fila: Socorro Acosta de García de espalda, químico Roberto García, Ramiro Bermúdez Alegría, Santos Silva Cota, Ramón Contreras; Gabriel
Hurtado, no identificado, Ramón Paz, no identificado y Agustín Reyes Hernández. Segunda fila: Humberto Cota Agramont, Amador Zenteno
Orantes, Joel Cruz A., Germán García Zepeda, no identificado, no identificado, Ramiro López Beltrán, Doctor Argumedo y Julio Prado.
12
heridos del descarrilamiento de los armones del mismo
ferrocarril en 1942 construye el Sanatorio Dueñas en la
antigua Escuela Japonesa, desocupada en la segunda
Guerra Mundial. Fue fundador de la Asociación de GinecoObstetricia y de la Asociación Mexicana para el estudio de
la esterilidad. Profesor emérito de la UABC. Director del
Instituto de Investigaciones Históricas del Estado. Entre
los años 1940 a 1950, el crecimiento demográfico fue de
280% de 44 399 a 226 861 habitantes.
De 1944 a 1947 se suceden en la gubernatura del territorio
general Juan Felipe Rico Islas, Sr. Alberto Aldrete, quien
entrega la gubernatura al Lic. Alfonso García González.
En 1948 se inaugura el Ferrocarril Sonora-Baja
California, por el presidente Miguel Alemán. En ese año
se forma el Comité Pro-Estado, cuyo representante en
Mexicali fue el Dr. Francisco Dueñas Montes.
En 1952, el Territorio Norte de la Baja California se
transforma en estado 29, siendo el primer gobernador el Lic.
Braulio Maldonado Sández.
Hasta aquí hemos relatado la presencia en el municipio de
los médicos que arribaron antes del año de 1940. A partir
de esa década se intensificó la llegada de médicos recién
egresados, comisionados unos a los servicios ejidales, y
otros al Hospital Municipal, así como a prestar servicios
médicos particulares, entre los que se cuentan: Mario
Núñez Bassó, Enrique Sánchez Zarazúa, Galdino Santana
Gallo, Elihú Gutiérrez, Ramiro Bermúdez Alegría, Guridi,
Ricardo y Francisco Díaz Ruiz Esparza, Enrique y Arturo
Díaz Montes, Víctor Manuel y Gamaliel Gutiérrez Sánchez,
Solorio Pastelín, Ernesto Zenteno Orantes, Gustavo Sotelo,
Manuel Vázquez Gómez, Alfredo y Federico Martínez
Manatou, Salvador Pérez Álvarez, Francisco Cañedo
Lizárraga, Alfredo Urías Villarino, Esteban Vargas Barreto,
Raúl Lozano Villarreal. Así como los médicos llegaron y se
fueron instalando en consultorios, también crearon algunas
boticas, farmacias y centros de salud: Botica Guadalupe,
entre Bravo y Reforma número 1915, propietario
Francisco Siqueiros; Botica Mexicana, en calle Morelos y
Madero, propietario Simón Pedro Anguiano; Hospital del
Ferrocarril, en calle G y Madero; Botica Unión, propietario
Francisco L. Rodríguez; Botica Pueblo Nuevo, ubicada
en 5ta y Guanajuato; Clínica Ruiz Esparza y Botica Baja
California, ubicada en Madero núm. 390.
1920. Hospital Municipal en avenida Zuazua,
primera sección de Mexicali.
1920. Hospital Militar, anexo al Hospital Municipal
en la avenida Zuazua.
1945. Consultorio del doctor Dueñas Montes en avenida Madero
entre calles Morelos y México.
13
1928. ista del Hospital Civil de Mexicali. Construido en el periodo
del gobernador Abelardo L. Rodríguez, se ubicó en calle Guillermo
Prieto entre las avenidas Reforma y bregón, donde hoy (2 14), se
encuentra la Escuela de Enfermería de la UABC.
193
.Botica Guadalupe de Francisco Si ueiros ubicada en la es uina
de Avenida Reforma y calle Bravo.
19 1.El Hospital Civil de Mexicali, construido en 192 , con frente a
la calle Guillermo Prieto entre las avenidas Reforma y bregón, atrás
del Palacio de Gobierno (hoy Rectoría).
195 . Consultorio del doctor Zenteno en el callejón Chinesca.
Zona de la Chinesca, de avenida Reforma a avenida Juárez,
entre las calles Azueta y Altamirano.
El Instituto Mexicano del Seguro Social se instituyó
en México en 1954. Inició operaciones en Mexicali en
1958 en las instalaciones del Sanatorio Sagrado Corazón,
comprado a los doctores Ricardo y Francisco Díaz Ruiz
Esparza, ubicado en avenida Pino Suárez y calzada Justo
Sierra, donde hoy se ubica la escuela primaria y en 1961 el
presidente de México Adolfo López Mateos pone en servicio
el Centro Hospitalario del IMSS en esta ciudad, ubicado
entre las avenidas Lerdo y Zaragoza y calles F y G.
Datos aportados por el Instituto de Investigaciones Históricas del Estado “Pablo L. Martínez”. Archivos. Mexicali, B.C. 1986.
Documentos para la Historia de Baja California. Notas y
apuntes de Jorge D. Flores.
Herrera Carrillo, Pablo. (1932) Historia del valle de Mexicali. Edición particular.
L. Martínez, Pablo (1956). Historia de Baja California. Libros Mexicano, México, D.F.
Piñera Ramírez, David. (1983). Panorama Histórico de Baja
California. Colectivo UABC.
Entrevistas personales a: Pedro F. Pérez y Ramírez “Peritus”,
1985. Mariano Sánchez Castro, 1986. Bertha Catalina Flores, 1986. Dr. Francisco Dueñas Montes, 1986. Dr. Gastón
H. Salazar, 1986. Dr. Sergio García Ibarbuen, 1986. Dr.
Fausto A. Ramírez, 1986. Lic. Leonor Maldonado Meza.
Referencias:
Aguirre Bernal, Celso. (1966). Compendio Histórico Biográfico de Mexicali. Edición particular.
Compañía Mexicana de Terrenos del Río colorado, S.A.
(1958). Colonización del valle de Mexicali.
14
El Seguro grande
Antonio J. D. Olvera Flores*
O
ficialmente denominada por el IMSS como Clínica 32, este
inmueble ha sido conocido como “el seguro grande” y desde
su inauguración ha servido a miles de mexicalenses y ha hecho
de esa avenida Lerdo un punto referenciado por casi toda la población.
Mi contacto con Mexicali se inició en 1980 cuando, procedente
de la ciudad de México, fui asignado a esta región para realizar mi
año de internado rotatorio de pregrado. Era estudiante de medicina
y como parte de mis estudios debía de alejarme de aquella maravilla
que es la Ciudad Universitaria de la UNAM, e iniciar un nuevo ciclo
de formación para practicar todo lo aprendido en aulas y demostrar
que mi preparación académica podría servir a una población en auge y
necesitada de servicios de salud pública.
Mi traslado a Mexicali fue en autobús, y al llegar a la Central
Camionera le pedí al taxista que me llevara directamente al Seguro
Social. Tenía que reportarme con el director médico en turno y
disponerme a realizar mi práctica universitaria. Con cierto asombro,
el taxista me preguntó si me llevaría “al seguro grande” o al “seguro
de Pueblo Nuevo”. Yo, sin saber, solo atiné a decirle que me llevara al
seguro que tiene hospital y, dicho esto, el taxista tomó rumbo hacia la
colonia Nueva, parando justo enfrente de la entrada de ambulancias
en lo que se conoce como el área de urgencias. Resulta curioso cómo,
hoy en día, se le sigue nombrando a esta clínica del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS) como “el seguro grande”.
Este término ha sido usado porque los mexicalenses han visto en
este complejo hospitalario enormes edificios, amplios pasillos, plazas
internas y mucha gente sirviendo a otra gente. Como parte relevante,
esta Clínica 32, posee edificios muy altos para una ciudad que no
se distinguía, en los años de 1960 por la abundancia de inmuebles
similares. Quizás por eso el mote popular de “el seguro grande”. Y
1961. El 21 de mayo de 1961 el Presidente de México
licenciado Adolfo López Mateos inauguró las instalaciones
del IMSS. En la foto el presídium y al fondo el edificio
principal de hospitalización.
En el presidium, el presidente saludando. A su derecha
el Ing. Eligio Esquivel Méndez, gobernador del estado.
A su izquierda Benito Coquet, director general del IMSS
y Federico Martínez Manatou, presidente municipal del
Mexicali, B.C.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
15
1961. El presídium. El presidente Adolfo López Mateos, el director
general de IMSS, Benito Coquet, El presidente municipal Dr. Federico
Martínez Manatou. Al fondo del edificio principal del IMSS.
Recorrido por las instalaciones.
cómo no lo iba a ser. Todo el conjunto ocupa un polígono
que limita hacia el norte con la avenida Lerdo, al sur con
la avenida Zaragoza, al este la calle G y al oeste la calle
F; con una superficie de casi una hectárea y con todos los
espacios diseñados para la armonía y para el servicio al
público. Es oportuno señalar que hacia 1930, en este predio
se encontraba la primera planta potabilizadora de agua,
en donde existía un tanque elevado y que durante muchos
años marcó el límite urbano de Mexicali.
16
El crecimiento de la mancha urbana obligó la construcción
de una nueva planta potabilizadora, decidiendo el sitio en la
nueva zona de las colonias Pro-Hogar, lugar donde miles
de familias habían conseguido un terreno con un pie de
casa. Allí se construyó la nueva planta potabilizadora; la
que sería inaugurada en la misma gira del presidente López
Mateos. Con este proyecto en desarrollo, el predio de la
primera planta potabilizadora quedaría disponible para la
construcción de lo que sería el “seguro grande”. Llegado el
año de 1959 fungía como delegado regional del IMSS en Baja
California el señor Alfonso Murillo, bajo cuya administración
se iniciaron los trabajos de construcción de la obra en el
mes de septiembre, siendo su planeación y realización, un
diseño constructivo de ingenieros y arquitectos mexicanos.
En esos años el director general del IMSS era el licenciado
Benito Coquet, quien tenía como jefe del Departamento de
Inmuebles y Construcción al arquitecto Alejandro Prieto;
al frente del ejecutivo estatal estaba el gobernador Eligio
Esquivel Méndez.
En el proyecto se concretó la instalación de un potente
equipo de aire acondicionado, planta de tratamiento de
agua, sistemas hidroneumáticos, incinerador de basura,
lavandería, subestación eléctrica y otros mecanismos que
lo hacían un hospital de primer orden. En ese entonces el
complejo contaba con 106 camas, 21 cunas y seis incubadoras
en el área de maternidad. En clínica el “seguro grande”
atendía con doce consultorios de medicina general equipados
con modernas mesas de exploración, negatoscopio, estuche
de diagnóstico, escritorio y sillas para los pacientes. En el
área de especialidades se equiparon consultorios de pediatría,
ginecología, urología, gastroenterología, cardiología,
otorrinolaringología, oftalmología, neumología, ortopedia
traumatología, obstetricia y cirugía general. También se
incluyó la especialidad de cirugía reparadora, conocida
hoy en día como cirugía plástica y reconstructiva. En
este “seguro grande”, el servicio incluía modernísimos
consultorios dentales, dotados de equipo e instrumental
propios para el diagnóstico, tratamiento y la aplicación de
métodos odontológicos para la prevención y atención de la
salud bucal en la población.
En complemento a los servicios de medicina esta
clínica se equipó con un laboratorio clínico que contaba
con el instrumental más moderno en la región. También
se le dotaron de nuevos métodos y técnicas de análisis,
1961. Recorrido del presidente López Mateos por las instalaciones de
IMSS. En la foto: Dr. Bermúdez Alegría, una enfermera, el presidente,
Benito Coquet, Dr. Humberto Torres Sanginés con bata y de espalda.
1961. El presidente Adolfo López Mateos develando la placa
de inauguración, le acompaña el Ing. Eligio Esquivel Méndez,
gobernador del estado.
favoreciendo un servicio de diagnóstico clínico más certero
y en beneficio de la política de salud pública del régimen.
Asimismo, los quirófanos eran de primera línea y estaban
diseñados con las más modernas líneas del trabajo de
cirugía. Instrumental, mobiliario y elementos de apoyo
para los trabajos de cirugía, estaban siempre disponibles
para el cirujano en turno y para su equipo de trabajo.
La parte de prevención, diagnóstico y tratamiento
clínico estuvieron cuidados en el diseño de este complejo
hospitalario pero, algo muy importante, en el proyecto
arquitectónico se incluyó un amplio teatro, ya que la
labor del IMSS también se circunscribe en las acciones de
bienestar y promoción social, para lo cual este espacio, de
moderno diseño y finos acabados en madera, contaba con
400 butacas, aire acondicionado, escenario, iluminación,
tramoya y camerinos; elementos que favorecieron la difusión
y cultura en un Mexicali necesitado de expresiones artísticas
de primer orden. Además del teatro, se contó con salas de
capacitación y salones de actividades que difundieron cursos
de corte y confección, danza, cocina, cultura física, higiene,
nutrición, guitarra, decoración y alfabetización, entre otras
actividades de formación práctica y de rehabilitación para
la población derechohabiente. En los años subsecuentes,
el crecimiento de la población propició la ampliación en
las instalaciones del “seguro grande”. Esto generó una
expansión del complejo hacia el predio ubicado al este de
la calle G, donde se construyó el área de especialidades
materno infantiles; de donde seguramente gran parte de
los cachanillas recibieron la tradicional y necesaria nalgada
para oxigenarse los pulmones al momento de nacer.
Muchos estudiantes de medicina han practicado en ese
“Seguro grande”, al igual que numerosos médicos han
ocupado sus consultorios y han dejado escuela y buenos
recuerdos por su dedicación al servicio en las artes de
Hipócrates. En este caso se encuentra el Dr. Austreberto
Silva, también egresado de la UNAM, quien durante 28
años laboró como cirujano dentista en los consultorios
del IMSS y quien vivió una elocuente anécdota. Se sabe
que en la primavera de 1961 durante la gira de trabajo
por Mexicali, el presidente López Mateos inaugura este
“seguro grande” y al momento de pasar por los flamantes
nuevos consultorios el joven Dr. Silva fue saludado de
mano por el señor presidente, ese momento fue registrado
por en una fotografía de prensa. Al comentar este hecho
en casa, la mamá del joven Austreberto tuvo a bien
sugerirle el sabio consejo: “esas son las amistades que
debes tener hijo mío”.
Bibliografía:
Revista BC Magazine, julio de 1961.
17
La farmacia en servicio más antigua
en Mexicali
Gerardo Sánchez Benavídez*
E
n el barrio de Pueblo Nuevo en Mexicali se
encuentra la farmacia con más antigüedad al
servicio de los cachanillas, en ella se detuvo el
tiempo y la nostalgia inmediatamente se hace presente; se
encuentra casi igual desde su apertura en la década de 1930.
En el presente artículo les relatamos su origen y desarrollo.
En 1906 el presidente Porfirio Díaz comisiona al profesor
Francisco Rodríguez a Santa Rosalía para hacerse cargo de
una nueva escuela primaria, en ella laboró varios años. En
el año de 1914 el profesor Rodríguez recibe invitación para
integrarse al Distrito Norte de la Baja California. El coronel
Esteban Cantú, preocupado por la educación, seleccionó a
quien consideró más idóneo para estos menesteres; cuando
vio el currículum del profesor Rodríguez inmediatamente
mandó por él, quien de inmediato se trasladó a Mexicali;
esto fue en diciembre de 1914.
Ante los vastos conocimientos de diversas disciplinas,
aparte de la educación, el profesor Rodríguez intervino
en diferentes actividades del gobierno, donde inclusive se
convierte en pagador de la tropa cantuista, a la vez que
participa en diversas acciones sociales de la comunidad.
El profesor Rodríguez había adquirido conocimientos sobre
farmacología en la Universidad de Colima, mismos que le
sirvieron para poner en servicio en 1932 una botica en Pueblo
Nuevo, y así poder ayudar a las personas de escasos recursos.
Como reguero de pólvora la gente sabe de este lugar,
y empiezan a llegar de todos los rincones de Mexicali. El
cobro de la consulta y de los medicamentos eran bajos,
regularmente los pacientes de condición humilde no
pagaban la consulta médica.
*
Todos los servicios eran asesorados por el doctor Jesús
Grijalva, que se le había unido al profesor al poco tiempo de
abrir la farmacia, el doctor Grijalva, a su vez, era profesor de la
Escuela Primaria Cuauhtémoc; ambos personajes fueron muy
estimados por los mexicalenses que les reconocían su labor.
Entre las consultas, así como las curaciones y los
medicamentos elaborados en la botica, Francisco Rodríguez
y Jesús Grijalva realizaban su labor comunitaria.
En 1949 se integra al equipo de la botica el químico
farmacéutico egresado de la Universidad de Guadalajara
Juan Bartold, de origen alemán, con él se reforzó la calidad
y variedad de los medicamentos que ahí se expedían. Diez
años después, Bartold cambia su residencia a la ciudad de
Tijuana, por la avenida Revolución y abre la Farmacia Maya.
En 1965, el doctor Jesús Grijalva se va a radicar al Valle
de las Palmas en Tecate, donde continuó su labor altruista
como lo hacía en Pueblo Nuevo.
Otro colaborador que contrató el profesor Rodríguez fue
el joven Aarón Noyola, quien nació en 1936 en Tampico,
Tamaulipas. De temprana edad, Aarón Noyola se familiariza
con lo farmacéutico por convivencias familiares con el
matrimonio formado por Manuel Sifuentes y Agustina
Hernández, ambos químicos-farmacéuticos, aquí es donde
Noyola adquiere conocimientos que a futuro serían muy
valiosos para su profesión.
Él llegó a Mexicali en 1950, a la edad de 14 años buscando
a su papá, para llevárselo a Tampico de donde este último
salió a Estados Unidos a trabajar para después venir a
vivir aquí. Ante la negativa de su padre de regresar, Aarón
decidió acompañarlo a radicar a Mexicali.
Miembro de la sociedad de historia “Centenario de Mexicali” A. C., y colaborador e investigador del Grupo Cuervos a través de la Historia.
18
1932. Profesor Francisco
Rodríguez.
1968. Nueva Farmacia Unión. Ubicada en calle Quinta y
avenida Guanajuato. Barrio de Pueblo Nuevo.
Cierto día, al darse cuenta de la elevada afluencia de
gente a la farmacia, solicitó trabajo como auxiliar químico
farmacéutico, lo atendió el profesor Rodríguez, quien
sorprendido por la juventud del solicitante e incrédulo de
sus conocimientos en el área de la farmacología, le aplicó un
examen verbal de cómo preparar medicamentos, entre los
cuales estaban la elaboración de pomada para hongos, para
rozaduras, para sarna y para piojos; gotas para los ojos y
oídos y contra la gastritis. Al contestar positivamente todo,
el profesor Rodríguez preguntó: ¡Cuándo puedes empezar?,
y el joven Noyola: ¡Ahora mismo! Y el joven fue a su casa a
recoger una bata; regresó de inmediato, y le entregaron una
serie de recetas para elaborar de inmediato.
Al ver el trabajo efectivo y eficaz de Aarón, el profesor
decide apoyarlo a estudiar electrónica por correspondencia.
Lo inscribe en la Hemphill School de los Angeles California,
a donde iría esporádicamente a recoger material de estudio
y evaluaciones.
Sin descuidar los estudios, Aarón continuó en la botica
y ante el rápido aprendizaje, el profesor envió al joven a un
examen a la Secretaría de Salubridad, con el farmacéutico
Miguel de Alba, este le aplica una evaluación de 50 fórmulas
para preparar, don Miguel de Alba suspende a la vigésima
fórmula el examen, y le da un permiso a nivel estado para
laborar como auxiliar de químico farmacobiólogo.
La botica continuó en servicio normalmente, hasta que en
1967 el profesor Rodríguez fallece en la ciudad de Tijuana.
El pesar de la comunidad mexicalense fue grande, el
pionero, el gran personaje, el gran amigo, el magnífico ser
humano, ya no estaría pendiente de su gente en la calle
Quinta y avenida Guanajuato del barrio de Pueblo Nuevo.
2014. Aarón Noyola, farmacéutico.
Al poco tiempo del fallecimiento del profesor, se presenta
la profesora María Petra Rodríguez, hermana del profesor
Rodríguez y radicada en Tijuana, hace llegar el testamento
universal donde Aarón Noyola es el beneficiario.
Ese mismo año reglamenta, como era debido, la botica y la
hace llamar Farmacia Nueva Unión, el señor Noyola también
habría de heredar el espíritu de servicio al prójimo. Hoy en día
continúan llegando personas de escasos recursos solicitándole
apoyo, negado por otras instituciones; Noyola los atiende, si el
caso es más complicado, cierra la farmacia y en su inseparable
compañero, su viejo pick up, los lleva al Centro de Salud, los
canaliza con Blanquita para que ella vea la forma en que el
doctor Rafael Aragón le apoye con el servicio.
En las tardes, en el viejo Pueblo Nuevo, afuera de la
farmacia es muy común que Aarón Noyola intente enseñar
a tocar guitarra a vecinos del lugar.
La farmacia está prácticamente igual que hace 60 años,
se aprecia el dispensario médico, con instrumental muy
viejo; en el recetario se puede observar, matrices, probetas,
morteros, balanza de granatería, sales químicas, aceites,
esencias, entre otras cosas. En el área de atención las viejas
maderas sostienen los cristales que protegen el medicamento
y otro tipo de mercancía que ofrece la farmacia.
Por difícil de creer, eventualmente se ve al señor Aarón
Noyola que continúa preparando medicamentos.
A pesar de la delincuencia, los impuestos y
requerimientos tributarios, y ante la entrada de negocios
dedicados a este ramo, la farmacia en forma limitada y
con productos básicos de este género, continúa en servicio
en el mismo lugar donde el profesor Francisco Rodríguez
Hernández la fundara en 1932.
19
La medicina en Mexicali
Rubén Castro Bojórquez*
Mexicali de 1900 a 1910
n los inicios del siglo XX llegaron los primeros
pobladores a habitar lo que sería posteriormente
la ciudad de Mexicali, provenientes de lugares
donde el trabajo era escaso o, sencillamente no lo
había, como fueron Real del Castillo, El Álamo, El
Mármol, Ensenada y Algodones, principalmente, y lo
hicieron en busca del empleo que ofrecían las compañías
estadounidenses que construían canales y compuertas en
lo que sería posteriormente el Valle Imperial.
Todos ellos se vinieron a la “buena de Dios”, sin seguridad
de encontrar trabajo, menos dónde vivir y qué comer, pero,
además, expuestos a las diversas enfermedades y sin la
posibilidad de que al presentárseles alguna contingencia
podrían encontrar un médico, hospital o medicinas. Así
sucedió, cuando menos por los primeros diez años de
nuestra ciudad. Podemos afirmar que desde 1900 hasta
1911, posterior al movimiento magonista, no radicaba en
Mexicali ningún médico.
Los pobladores estaban expuestos a solucionar las
enfermedades con remedios caseros o regresarse a Ensenada,
donde desde fines del siglo XIX, uno o dos médicos atendían
a los habitantes de ese municipio.
Los pobladores de El Río1 tuvieron la oportunidad de
atenderse con los primeros médicos que llegaron al Valle
Imperial: En 1902, el Dr. J.W. Oakley llegó a Brawley,
California; en 1904, los doctores Griffin y W.T. Heffernan,
a Calexico Ca., en 1905 el doctor F.W. Peterson a El Centro,
E
Ca., En 1906 el doctor G.A. Swan a Seely; y así durante esa
primera década de 1900 a 1910 se tiene constancia de que
arribaron a radicar al Valle Imperial más de diez médicos a
los diferentes poblados (Tout, 1931).
Hay que tener presente que en los primeros años del
siglo XX no existían los antibióticos (1940) ni la mayoría
de vacunas que hoy en día existen: tuberculosis (1922),
poliomielitis (1954), sarampión (1960), tétanos (1970),
tosferina (1970), difteria (1962), rubeola (1962). Además:
tifus, cólera, fiebre amarilla y hepatitis B.
Asimismo, los métodos para mitigar el dolor y anestesiar a
los pacientes en las cirugías eran muy rudimentarios. Recién
se había iniciado la aplicación de cloroformo y los antisépticos.
Mexicali de 1910 a 1950
En esta edición de la revista El Río, la doctora Rosalba
Dueñas Toledo describe con detalle lo sucedido en los años
de 1910 a 1950 en lo referente al arribo de los considerados
pioneros de la medicina en el municipio de Mexicali.
Es importante destacar que muchos de los médicos
pioneros pronto cambiaron de residencia, pero aquellos que
se asentaron en forma definitiva en Mexicali y formaron una
familia, trascendieron más allá de la década de 1950, hasta
entrados los años de 1980. Además de los que se mencionan
en el artículo de la doctora Dueñas, como son los doctores:
Fausto García Merino, Gastón H. Salazar, Fausto A. Ramírez
y Francisco Dueñas Montes, es importante resaltar la labor
que desarrollaron algunos otros: Mario Núñez Basso instaló
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
1
En los orígenes de Mexicali, uno de los nombres con que se le conoció era El Río otro fue Laguna Cameron.
20
Dr. Gustavo Arévalo Gardoqui (1918-1965).
Nació en México, D.F. Médico militar. Arribó
a Mexicali en 1944. Laboró en la zona militar,
Hospital Civil, Telefónica, Médico de Bancos,
Primer Jefe de Servicios Médicos del IMSS, todo
en Mexicali. Diputado federal.
Doctor Raúl Lozano Villarreal. Nació
en Monterrey, Nuevo León, llegó a Baja
California en 1951. Laboró en el Hospital
Civil y en el IMSS. Presidente del Patronato
de la Cruz Roja. Colaboró en la Fundación
del Instituto Auditivo Oral creado por el
Sr. César Prieto. Participó en muchas otras
ayudas sociales a la población.
el Sanatorio Santa Catalina en los años de 1950, ubicado en
Reforma y calle K, Francisco y Ricardo Díaz Ruiz Esparza
instalaron el consultorio Sagrado Corazón, que por muchos
años se ubicó en avenida Reforma entre México y Bravo;
Alfredo y Federico Martínez Manatou que participaron
en el desarrollo político del municipio de Mexicali donde
Federico fue presidente municipal; Francisco Cañedo
Lizárraga que participó como candidato a gobernador por
el Partido Acción Nacional en el año de 1953.
Mexicali de 1950 a 1980
Los mexicalenses que vivieron los años de las décadas de 1950,
1960, 1970 vieron suceder un sinnúmero de acontecimientos
que transformaron a Mexicali, a saber: crecimiento de la
población, desarrollo urbanístico, incremento productivo
agrícola, inicio de la industria maquiladora, creación del
estado y municipios, formación de instituciones como
la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y
otras; comunicación de todo el estado con el centro del
país, equipamiento urbano: hospitales, escuelas, centros
recreativos y culturales e incremento de los servicios públicos.
En lo referente al proceso histórico de la medicina en
Mexicali, nos parece importante relatar varios sucesos:
Doctor Jorge Rodríguez Ordoñez. Nació
en Venustiano Carranza, Chiapas, en 1918.
Médico por la UNAM. Radicó en Mexicali
desde 1955. Ejerció su especialidad de
internista en forma particular. Fungió como
jefe de Servicios Coordinados de la Secretaría
de Salubridad y Asistencia en Mexicali.
1) Incremento de la inmigración de médicos al municipio,
sustentada en la construcción de las comunicaciones
que integraron a nuestro estado con el centro del país,
sobre todo la terminación del Ferrocarril Sonora-Baja
California en 1948 y la conexión por carretera de Mexicali
a Santa Ana, Sonora, en 1959.
2) El éxodo de jóvenes nativos que emigraron a ciudades
como México, D.F., Guadalajara, Jal., Morelia,
Michoacán, Monterrey, Nuevo Léon, y Hermosillo,
Sonora, principalmente durante los años de 1940 a 1970.
3) Instalación de las clínicas del Instituto Mexicano del
Seguro Social a partir de 1958.
4) Creación de la Escuela de Medicina en la Universidad
Autónoma de Baja California en 1971 y,
5) La afluencia de médicos especialistas en todas las áreas
de la medicina.
Incremento de inmigración de médicos
En la década de los años de 1950 se habían consolidado:
El Hospital Civil de Mexicali, ubicado en calle Guillermo
Prieto entre avenidas Reforma y Obregón, Sanatorio
Sagrado Corazón de los doctores Díaz Ruiz Esparza,
ubicado primeramente en avenida Pino Suárez y calzada
21
Doctor Federico Martínez Manatou.
Justo Sierra, y posteriormente se cambió a avenida Reforma, entre calles
México y Bravo. Sanatorio Dueñas primero y Santa María después, propiedad
del doctor Francisco Dueñas, ubicado en Madero y calle México, Consultorio
Santa Catalina del doctor Mario Núñez Basso ubicado en avenida Reforma y
calle K, así como otros pequeños hospitales en Pueblo Nuevo y otros rumbos
de la ciudad.
A partir de esta década arribaron los doctores: Santos Silva Cota, Alfredo
García Padilla, Los hermanos Héctor y Humberto Torres Sanginés, Jorge
Rodríguez Ordóñez, Manuel Muñiz Duarte, Pablo Humberto Ontiveros,
Buenaventura Aranda Reyes (fungió como director de Asistencia Pública del
Estado), Manuel Contreras León (en Mexicali desde 1952. Poeta y artista de
teatro), Alfredo Martínez Martínez, Leonardo Sepúlveda Escalante, Arcadio
Chacón Mendoza, José Mayagoitia Gómez, Juan Cortez Núñez, Francisco Oliva
Tenorio, Arnulfo Quintero (quien fue médico de la Delegación de la Secretaría
de Recursos Hidráulicos) Jorge Alcántara Ayala, Alfredo Quiñones Lavander,
Gustavo Arévalo Gardoqui (fungió como jefe de Servicios Médicos del (IMSS
en 1960), Rafael Luque Bórquez, Alfonso Sánchez Martínez, Manuel Sánchez
Escárcega, Raúl de la Torre, Héctor Cruz Ramírez, Raúl Espinoza Bojórquez,
Mario Luna Pérez, Manuel Durazo Moreno, Héctor Manuel Quintero, César
Bendímez, Heliodoro Osuna, Germán García Zepeda, Ramiro Blancarte,
Ramón Paz, Martín Orduño, Luis Carrillo Díaz, Santos del Prado, Fernando
Posada, Carlos Walther (fungió como médico de la Compañía Jabonera del
Pacífico), Alejandro Calderón, Roberto Guridi, Librado Reyes, Luis España
Ontiveros, Carlos Acuña Zamora, José Barreiro Curtada, Rafael Beltrán del
Río, Agustín Hernández Reyes, Luis Montaño Ramírez, Benjamín Curiel,
Héctor Cortez Aponte, Gilberto Valenzuela y otros que se escaparon de la
investigación y de nuestra memoria.
1980. Dr. José Mayagoitia Gómez.
Leonardo Sepúlveda Escalante.
22
Dentro de los médicos mencionados, destacamos la trayectoria de algunos de ellos:
El doctor Humberto Torres Sanginés nació en Tijuana, B.C., en 1926. Médico
por la Universidad de Guadalajara, fungió como director general del Instituto
Mexicano del Seguro Social en Baja California en los años de 1960, director de
la Escuela de Medicina de la UABC en Mexicali por más de 25 años, y altruista
cirujano al servicio de los deportistas y ciudadanos de escasos recursos. La
clínica principal del IMSS en Mexicali, lleva su nombre. Falleció en 1976.
El doctor Arcadio Chacón Mendoza nació en el estado de Michoacán. Fungió
como director de la Escuela de Enfermería de la UABC (1967-1973) y como
presidente del Consejo Municipal de Mexicali en 1970. Radicó en Mexicali
desde 1952, fue médico del Hospital SCOP.
El doctor Ramón Paz Ramírez fungió como director fundador de la Escuela de
Medicina de la UABC, 1971-1973, y como Jefe de Enseñanza del IMSS en Mexicali
por muchos años. Los doctores Germán García Zepeda y Heliodoro Ozuna
atendieron a los deportistas de todas las disciplinas por varios años. Los doctores
Gamaliel Gutiérrez Sánchez (1957-1967), Alfredo Santaella Grosso (1973-1980)
y José Mayagoitia Gómez (19801988) fungieron como directores
de la Escuela de Enfermería de la
Universidad Autónoma de Baja
California.
El doctor Raúl Espinoza
Bojórquez, nativo de Mexicali
(1934-2008). Partió en 1951 a
estudiar medicina en la UNAM,
México, D.F., regresó en 1959 a
su ciudad natal, ejerciendo una
medicina social principalmente a los
más desprotegidos por casi 50 años.
Fue de los primeros médicos que se
incorporaron al IMSS, en 1960, como
médico general.
El doctor Santos Silva Cota.
(1921-2011). Nativo de Baja
California, estudio su carrera en la
UNAM, México, D.F., se especializó
en Patología, ya mayor estudió
una maestría en el CICESE. Laboró
en la UABC durante 53 años y fue
su rector de 1959 a 1966. Recibió
múltiples reconocimientos por sus
aportaciones a la sociedad.
En la década de 1950 arribaron a
Mexicali muchos médicos egresados
el Instituto Politécnico Nacional,
que
ideológicamente
habían
abrevado las ideas socialistas del
creador del Politécnico, general
Lázaro Cárdenas, algunos de ellos se
radicaron en Mexicali, pero la gran
mayoría optó por atender a la población en los poblados del
valle de Mexicali.
Sobresalen de este grupo los doctores: Julio Prado,
Rogelio Ferman Martínez, Luis Licea Luna, Rafael López
Cortez, Dr. Mata y la doctora Socorro Acosta de García. Con
el paso de los años el doctor Julio Prado permaneció siendo
de izquierda y lideró en múltiples ocasiones a organizaciones
políticas del barrio de Pueblo Nuevo; el doctor Licea Luna,
después de trabajar algunos años en el valle, se radicó en
Mexicali y se convirtió en el empresario más exitoso del ramo
Santos Silva Cota.
de farmacias con sus boticas Reforma; la doctora Socorro
Acosta de García, médico familiar del IMSS, se dedicó a la
política en el PRI y logró ser diputada local en los años de
1970; el doctor Rogelio Ferman dirigió por muchos años los
centros de salud que instaló la Secretaría de Salubridad y
Asistencia (SSA) en Mexicali y su valle.
Éxodo de estudiantes
El anhelo de los jóvenes mexicalenses por estudiar una carrera
profesional se presentó desde el momento que concluyeron
23
1967. Dr. Rafael Soto Blanco.
1985. Dr. Andrés Camou Calderón.
su escuela primaria, y al no ofrecerles en esta ciudad la
oportunidad de continuar sus estudios, voltearon hacia las
ciudades del centro del país donde ya existían universidades
principalmente México, D.F. y Guadalajara, Jalisco.
El ejemplo más representativo lo tenemos en el
doctor Francisco Dueñas Montes, nacido en Mexicali en
1908, egresado de la primera generación de la Escuela
Cuauhtémoc, obtuvo una beca que le otorgó el general
Abelardo L. Rodríguez para realizar los estudios de profesor
normalista en México, D.F., una vez obtenido el título de
maestro continuó sus estudios de medicina en la UNAM,
concluyéndolas en 1935.
La odisea que tuvo que realizar Francisco Dueñas
Montes para trasladarse de Mexicali a la ciudad de México,
comprendía viajar en tren de esta ciudad a Yuma, Arizona
en el Ferrocarril Inter California, de ahí continuar hasta
Nogales y tomar el Ferrocarril del Pacífico que lo llevaría
a su destino. El viaje se realizaba entre seis y ocho días,
y así lo hicieron los jóvenes que se aventuraron a realizar
sus sueños durante todos esos años hasta 1940 cuando
se terminó el tramo de Mexicali-Peñasco del Ferrocarril
Sonora-Baja California.
Durante todo un periodo que culminó con la fundación de
la Escuela Secundaria Agrícola en 1933, la odisea relatada
se repitió por algunos jóvenes, que al término de su escuela
primaria, se aventuraron a continuar sus estudios en las
ciudades de México, D.F. y Guadalajara, Jalisco.
24
1967. Dr. Armando Armenta
Vivanco.
El año de 1933 establece un hito en la educación en Mexicali,
los niños-jóvenes ya podían estudiar secundaria en Mexicali, y
aspirar a continuar sus estudios profesionales en el centro del
país. Esto sucedió hasta el año de 1954, que se creó la Escuela
de Preparatoria del Estado de Mexicali, lo que acortó el tiempo
de permanencia fuera de su terruño.
Lo anterior propició que paulatinamente se fuese
incrementando el número de jóvenes que emigraban a estudiar
su carrera profesional y muchos de ellos optaron por medicina.
En la generación 1952-1955 de la Escuela Secundaria
Federal núm. 18, hoy 18 de marzo, egresamos 118 jóvenes de
los cuales el 50% nos trasladamos a otra ciudad a estudiar
una carrera profesional y específicamente nueve de ellos
optaron por la carrera de médico cirujano y partero.
Cuando se fueron construyendo otras vías de comunicación
el traslado de Mexicali a México, D.F., se fue haciendo más ágil.
En el año de 1948 se inaugura el último tramo de Peñasco
a Benjamín Hill del Ferrocarril Sonora Baja California, lo
que facilitó la comunicación. En 1959 se terminó de construir
la carretera Mexicali-Santa Ana, Sonora, conectándose por
carretera y ferrocarril al centro del país.
Es oportuno señalar que el incremento de jóvenes que
emigraron a estudiar una carrera profesional fue en aumento
conforme se facilitaba el estudio de niveles superiores y se
mejoraron las vías de comunicación.
Podemos afirmar que si en la década de los años de 1920
fueron pocos los jóvenes que se animaron a esta aventura, la
década de 1930 con la creación de la
Escuela Secundaria Agrícola produjo
un incremento de este proceso.
En los años de 1940, al mejorar
y facilitar las comunicaciones hubo
necesariamente otro aumento.
Asimismo, los años de 1950, con la
creación de la Escuela Preparatoria
y la continuación del mejoramiento
de las comunicaciones, se puede
afirmar que esta década tuvo mayor
porcentaje de jóvenes que viajaron
a las ciudades del centro del país a
estudiar su profesión.
En el año de 1957 se crea la UABC,
y en 1961 el Cetys Universidad. A
pesar de que la oferta de carreras
profesionales fue escasa en ambas
instituciones, su creación aminoró
el éxodo de jóvenes, pero aquellos
que deseaban estudiar la carrera de
medicina, continuaron formándose
como médicos en México y en
Guadalajara, hasta 1971 que se crea
la Escuela de Medicina en la UABC
en Mexicali.
Durante estos años (de 1930 a
1971), de los cientos de mexicalenses
que emigraron a estudiar medicina
a las ciudades del centro del país,
más de la mitad no regresaron a su
tierra natal, fueron absorbidos por
las instituciones de salud del país, el
IMSS y la Secretaría de Salud (SSA). Solo como ejemplo: de
mi generación 1952-1955 de la Escuela Secundaria Federal
núm. 18, de los nueve que se formaron como médicos, solo
tres regresaron a ejercer a Mexicali, Abdon Ayala Chávez,
Elvira Banuet Sanders y Salvador Talamantes Figueroa, los
otros seis los absorbió el Distrito Federal.
El Instituto Mexicano del Seguro Social
En el año de 1954 el presidente Adolfo Ruiz Cortines creó el
Instituto Mexicano del Seguro Social, cuyo objetivo principal
sería el cuidado de la salud de todos los trabajadores del
1980. Dr. Humberto Torres Sanginés.
sector privado. Rápidamente el IMSS inició lo necesario para
dar atención médica en todo el país, en Mexicali compró y
acondicionó en 1958 el Sanatorio Sagrado Corazón, de los
doctores Francisco y Ricardo Díaz Ruiz Esparza que se
encontraba ubicado en la avenida Pino Suárez y Calzada
Justo Sierra (en ese entonces carretera a San Felipe).
De igual forma en ese año obtuvo en donación por parte
del estado un terreno de aproximadamente dos hectáreas
que se ubica entre las calles F y G y las avenidas Lerdo y
Zaragoza; en ese predio funcionó por más de 30 años la planta
de agua de la ciudad: canal de ingreso del agua, lagunas de
25
cuartos,
consultorios
médicos,
etcétera. Además se anexaron oficinas
administrativas, auditorio y edificio
de actividades de promoción de la
salud, cultural y recreativa.
Estas instalaciones las inauguró
el presidente Adolfo López Mateos el
21 de mayo de 1961, con la presencia
del director general del IMSS, Benito
Coquet y el gobernador del estado
Ing Eligio Esquivel Méndez. El
primer director en Mexicali lo fue el
senador y coronel Elihu Gutiérrez,
quien nació en Pachuca, Hidalgo en
1912. Arribó a Mexicali en 1937.
En esos años, el IMSS contaba
con un excelente departamento
de diseño arquitectónico, lo que
dio por resultado un conjunto de
edificios funcional al servicio de la
población mexicalense.
Además de construir la clínica
principal en Mexicali, el IMSS
construyó unidades para Tijuana,
Ensenada, Tecate y, lo más
importante, centros de salud en
los principales poblados del valle
de Mexicali.
La creación de las instalaciones
médicas en Mexicali y su valle trajo
aparejada la urgente necesidad de
médicos generales y de todas las
especialidades, lo que ocasionó una
1976. Jaime Enrique Hurtado de Mendoza, durante su graduación. Fue promotor de la creación
intensa inmigración de médicos.
de la Escuela de Medicina de la UABC. Anestesiólogo, Subdirector y Director de la Escuela de
Medicina y Vicerrector de la UABC. Se pensionó del Seguro Social en el año 2000 (foto Colección
Desde 1958 en adelante, se
Dr. Pérez Madrigal).
radicaron en Mexicali muchos
médicos que estudiaron en:
Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto
sedimentación y almacenaje, cuarto de máquinas y tanque
Politécnico Nacional, Universidad de Guadalajara,
elevado. La Planta de agua se reubicó en la construida en la
Universidad Autónoma de Guadalajara, Universidad
avenida Culiacán y Plan de Ayutla en la colonia Pro-Hogar,
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y otras más.
En 1959 inició la construcción del Centro Hospitalario,
De los médicos que arribaron a trabajar en Mexicali,
misma que realizó la empresa Compañía Mexicana de
en el Seguro Social, en Servicios Coordinados de Salud
Construcciones Reforma, que comprende el edificio del hospital
Pública , a ejercer la medicina particular en los años de
con todos los adelantos tecnológicos médicos, quirófanos,
26
1960 a 1970 podemos mencionar entre otros a los doctores:
Carlos de la Barrera, Rafael Soto Blanco, Andrés Soto
Rivera, Víctor Novoa, Rolando Dipp Varela, Guillermo
Figueroa (hijo del ilustre maestro Lusiglo Figueroa),
Manuel Avendaño Samano, Víctor Torres Nevárez, Luis
Jamieson Esparza, Francisco Arqueta, Óscar Camarena
de la Rosa, Armando Armenta Vivanco, Manuel Chacón,
Baltazar Martínez Vázquez, Ramiro Gaxiola Salcido,
Sergio Roa Albor, Gilberto Valenzuela, Alfredo Gruel
Culebro, Rodolfo Andrade, Ramiro Blancarte, Ramón
Paz, José Ramírez Román, Refugio Macías Ruvalcaba,
Rosalba Dueñas Toledo, Lauro Amezcua Delgado,
José Antonio Ordoñez Calderón, Antonio Méndez, los
hermanos Ramón y Jorge González Guerra, Ricardo
Rocha , Adolfo Torres Lara, Andrés Camou, Alfredo
Santaella, Roberto Pérez López, Sergio García Ibargüén,
Cipriano Aguilar, Julio Francisco Estrada González,
Angélica Yadira Acosta, y considero que algunos otros
más que escaparon a mi memoria.
La Escuela de Medicina de la UABC
En junio de 1971, un grupo de egresados de la Preparatoria
Mexicali de la UABC encabezados por Jaime Hurtado de
Mendoza y Rodolfo Villaseñor demandan al rector Lic.
Rafael Soto Gil la creación de la Escuela de Medicina. Las
autoridades universitarias iniciaron las gestiones necesarias
ante el secretario de Salud del gobierno federal y ante las
Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de
Educación Superior (ANUIES).
Las gestiones fueron exitosas, y el 27 de septiembre de 1971
se acuerda la creación de la escuela. Los jóvenes demandantes
deseaban que las clases se iniciaran de inmediato, pero la
complejidad de crear laboratorios, anfiteatro y aulas retrasó
el inicio hasta el mes de enero de 1972.
El 24 de noviembre de 1971 el Ing. Luis López Moctezuma
tomó posesión como rector por el periodo 1971-1975, y
de inmediato se dio la tarea de encontrar solución a los
problemas presentados en el inicio de clases en la escuela,
nombró director al doctor Ramón Paz Ramírez, que fungía
como jefe de Enseñanza del IMSS. Las primeras clases se
impartieron en aulas del mismo Seguro Social, y la materia
de anatomía y laboratorios, en instalaciones acondicionadas
en espacio cedido por la Escuela de Enfermería ubicada en
Obregón y Julián Carrillo.
1950. Botica Royal en la avenida Juárez de la Zona de la Chinesca.
Mexicali, B.C.
1950. Botica Regis de la familia Padilla, ubicada en la esquina de
Reforma y Morelos, frente a la Catedral de Mexicali.
1991. Visita al Hospital General de Mexicali del presidente de México,
Lic. Carlos Salinas de Gortari, a su derecha el doctor Óscar del Real
Mora y a su izquierda Doctor Cipriano Aguilar
(foto Colección Dr. Pérez Madrigal).
27
1962. En la foto de izquierda a derecha. De pie, doctores: Jorge Villa García, Mercado Aguilera, Galdino Santana Gallo, Alfredo Quiño
Héctor Torres Sanginés, Armando Armenta Vivanco, Gilberto Armenta Gamez, Mario Chacón Cárdenas, Alberto Estrada, Carlos de la Barr
Sentados, doctores: Federico Rivera, Sergio Fernando Aguilera, Raúl de la Torre, Enrique Sánchez Zarazúa, Santos Silva Cota, Mario Flores, Ag
Jorge González Guerra, odontólogo Salvador Farah, no identificado y odont
Es ese espacio se instaló en tiempo récord un laboratorio
múltiple, sala de anatomía y anfiteatro para la conservación
de cadáveres que utilizaron los alumnos en sus prácticas.
La primera generación fue de 72 alumnos y las siguientes
de 110 alumnos.
Con la creación de la carrera de medicina, al siguiente
año 1972-1973 más de 200 alumnos presionaron al rector
para que aceptara a todos, cosa que era imposible porque
no había campos médicos para todos. El conflicto ocasionó
la renuncia del Dr. Ramón Paz Ramírez y en su lugar fue
nombrado el doctor Humberto Torres Sanginés.
En el ciclo escolar 1972-1973, el cupo se amplió a 110
estudiantes, misma cifra que se mantuvo por más de veinte
años. El doctor Torres dirigió la Escuela por el resto de su
vida, poco más de 27 años. Nunca la escuela volvió a tener
problemas y se convirtió por muchos años como una de las
mejores del país. (Con base en los resultados del examen de
especialización, mismo que aprobaban los egresados en un
28
porcentaje muy alto. Por más de cinco ocasiones la Escuela
obtuvo el primer lugar).
En el año de 1972 el gobierno del estado presidido ya
por el Lic. Milton Castellanos Everardo como gobernador
(1971-1977) donó a la UABC terreno de aproximadamente
5000 m2 en el desarrollo del Centro Cívico y Comercial de
Mexicali, que iniciaba su construcción, terreno adjunto
donde se construía el nuevo Hospital General de la ciudad
perteneciente a la Secretaría de Salubridad y Asistencia.
En él se construyó el edificio de dos pisos con laboratorios,
sala de anatomía, bodega de farmacia, aulas, anfiteatro y
administración; inaugurado en septiembre de 1973. Con
los años se construyeron otros edificios hasta completar los
necesarios para un funcionamiento eficiente de la Escuela.
A partir de la Administración del doctor Torres, fungió
como subdirector el doctor Fausto E. Ramírez hasta su
jubilación, siendo sustituido por el doctor Jaime Hurtado
de Mendoza, quien a la muerte del doctor Humberto Torres
ones Lavander, Miguel Tellez, Rafael Soto Blanco, Raúl Espinoza, Germán García Zepeda, Javier Acosta Flores, Alberto Pérez Carlos,
rera, Fernando Posada Urias, Víctor Gutiérrez Sánchez, Luis Jamieson, Ángel Luna Flores, no identificado, Mario Vela Pérez y Joel Cruz A.
gustín Hernández Reyes, Alfonso Álvarez, no identificado, Ricardo Ochoa López Portillo, Salvador Victorica Lamadrid, Francisco Oliva Tenorio,
tólogo Autreberto Silva Olivares (foto Colección Austreberto Silva Olivares).
Sanginés, asumió la dirección de la Escuela. Él fue el primer
egresado que ostentó el cargo de director de la Escuela de
Medicina de la Universidad.
Desde su creación la Escuela de Medicina ha formado médicos
por casi 42 años, los que posterior a sus especializaciones se han
radicado en su gran mayoría en su ciudad natal.
En la actualidad Baja California no solo tiene el gran
privilegio de contar con Escuela de Medicina en Mexicali,
sino que también Tijuana, Ensenada y Valle de las Palmas,
ofertan la carrera en sus respectivas unidades universitarias
de la UABC.
Los médicos especialistas
A partir de los años de 1950 Mexicali se benefició con
aquellos médicos que siendo originalmente médicos
generales, optaron por especializarse en áreas como:
pediatría, ginecoobstetricia, otorrinolaringólogo, cirugía,
anestesiología, traumatología y Patología principalmente.
Con el arribo del IMSS en 1958, la construcción y operación
del Hospital General en 1972, del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)
en 1976, la creación e inicio de operaciones del Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales del Gobierno y Municipio del
Estado de Baja California (Issstecali) y la ampliación del
IMSS con su clínica de especialidades en 1970, el arribo de
médicos con especialidades se incrementó.
Muchos de los médicos que hemos mencionado ya eran
especialistas en las diferentes áreas de la medicina.
En los últimos 35 años cientos de médicos especialistas
egresados de UABC, o de otras universidades, se ha
radicado en nuestra ciudad atendiendo a la población de
todo el municipio de Mexicali y del sur de California (Valle
Imperial). Mencionarlos a todos ellos sería un ejercicio de
memoria imposible, pero deseo traer a la mente a los que
han destacado en los últimos años: cardiólogos: Leonardo
Monge Rangel, Adrián Medina y Armando Padilla;
29
1966. Visita a las instalaciones del IMSS, En primera fila de izquierda a derecha: Doctor Santos Silva Cota, jefe de Servicio Médico del IMSS,
Ingeniero Raúl Sánchez Díaz, gobernador del estado, doctor Ignacio Morones Prieto, director general del IMSS; doctora Socorro Acosta de
García, diputada del Congreso del Estado, doctor Humberto Torres Sanginés, delegado regional del IMSS. José María Chemalo Rodríguez Mérida,
presidente municipal de Mexicali (foto Colección Dr. Pérez Madrigal).
pediatras: Carlos de la Barrera y Roberto Prince Vélez;
gastroenterólogos: Fernando Núñez Verdugo (hijo del
doctor Núñez Basso), René Arroyo de Anda, Jose Antonio
Ordoñez Calderón y José Antonio Olivares; ginecoobstetras:
Jorge Casellas Moreno, Lourdes Ante Téllez, Gabriela
Bermúdez Ahumada, Miguel Padilla Mateus y Ricardo
Llamas García; ortopedistas: Humberto Torres Ortega y
Humberto Torres Valdez; oftalmólogos: Guillermo Trejo
Dosal, Roberto Aguilar, Mariano y Alfonso Curiel, Antonio
Méndez y Jorge y Salvador Aguirre Muñoz; urólogos;
Rogelio Sánchez Limón, Ismael Ávila, Felipe Zárate
Carrillo y Germán García Ceballos; nefrólogos: Manuel
Avendaño García; oncólogos: Celia Soto Collins; cirujanos
oncólogos: Rafael Estrada Cervantes; alergólogos: Juan
Valente Mérida y Raúl Ibrarra Caldera; anestesiólogos:
Jaime Hurtado de Mendoza; anestesiólogos y terapeutas
30
del dolor: Hugo Martínez Espinoza; internistas: Mario
Lomelí, Jorge Olivares Esquer y Jesús López Carrizoza;
cirujano bariátrico: José Alberto Aceves Díaz; neurólogos:
Héctor Chaparro Maldonado y Andres Félix Sacuchi;
neurocirujanos: Ricardo Flores Escamilla, Javier
Alcántar Enríquez, Roberto Hernández Peña y Antonio
Bramasco Avilez; neumólogo: Marcos A. Loustanau A.;
médico del deporte: Armando Barak; cirujanos: Gilberto
Sánchez Limón y Sergio Romo Barraza; geriatra: Héctor
A. Gallego R.; médicos homeópatas: Rigoberto López
Villarreal y Antonio Torres Monroy; nutriólogos: Julio
César Mora y Sergio Dipp Félix; otorrinolaringólogos:
Jesús Avelar Morales, Víctor Novoa, Jesús Martínez
Pichardo; radiólogos: Xavier de la Barrera Figueroa,
Carlos A. Medina Salmón, José Ignacio Muñoz Torres;
psiquiatras: Gloria de la Garza Márquez; proctólogos:
1973. Terrenos del actual Centro Cívico y Comercial de Mexicali, desarrollado durante la
gubernatura de Milton Castellanos Everardo. La Escuela de Medicina de la UABC fue el
primer edificio terminado y ocupado. Destacan también en primer plano El Palacio Federal
en Construcción y al Fondo el Hospital General de Mexicali en construcción.
De la hoy calzada Independencia, apenas se nota su trazo.
Vale la pena señalar las primeras
farmacias y boticas que funcionaron
en Mexicali: Botica Juárez del doctor
Enrique D. Flores, ubicada en Madero
y Altamirano, Botica Guadalupe de
Francisco Siqueiros, ubicada en Bravo
y Reforma; botica Mexicali del doctor
Bernabé Barreto, ubicada en Obregón
y alfabetización (hoy Peritus); botica
Nacional del doctor García Merino, en
Madero 215; botica Mexicana de Simón
Pedro Anguiano, en Morelos 106-B;
botica Unión de Francisco Rodríguez,
en Quinta y Guanajuato; botica Pueblo
Nuevo; botica Hidalgo en Azueta 170;
botica Cruz Roja, en Madero 420, botica
Baja California de los doctores Ruiz
Esparza, en Madero 390.
Referencias
Aguirre Bernal, C. (1966). Compendio
Histórico-Biográfico de Mexicali. 15391966. Edición Particular.
——. (1990). Compendio HistóricoBiográfico de Mexicali. II. Actualizado
hasta 1990.
Castro Bojórquez, R. (2006). Hacia una
nueva universidad 1979-1983, en David
Piñera Ramírez, Los primeros años de
Educación superior en Baja California
1957-2007.
Dueñas Toledo, R. (1993). Los Pioneros
1978. El Hospital General a la derecha y el Hospital del ISSSTE a la izquierda.
de la medicina en el valle de Mexicali.
Los dos funcionando en todos sus aspectos. Ubicados en la esquina
de la calle del Hospital y Calzada Independencia.
Mexicali. Cuadernos de Enlace Educativo y Cultural.
Fuentes Rodríguez, A. (1950). Personalidades del estado de Baja California. Edición del autor.
Ramiro Gaxiola Salcido; artritis y osteoporosis: Fidencio
Hernández Tirado, H. (1966). Baja California y sus HomCons Molina; dermatólogos: Rodolfo Villaseñor Bórquez,
bres. Mexicali. Editorial de Anza.
José Pérez Madrigal y Marco A. Bojórquez.
Soto
Rivera, A. (2012). Memorias de un desmemoriado. (La
Puedo decir que lista más larga que la anterior, solo
vida de un médico). Mexicali: UABC.
el directorio telefónico, pero la relación de médicos
Tout, Otis B. (1931). The First Thirty Year. 1901-1931. An
especialistas nos demuestra el avance que ha tenido
Account of the Principal Events of the History of the Imnuestra ciudad en los aspectos de atención a la salud de
perial Valley, San Diego. Autor.
sus habitantes.
31
La anestesiología en Mexicali*
Francisco Estrada Montaño**
L
a medicina nace con el conocimiento de las
propiedades de las plantas (herbolaria) y del cuerpo
humano, y dentro del campo de la medicina tenemos
a quienes practicaron la cirugía primitiva, destacándose la
trepanación, así como incrustaciones y amputaciones. Cabe
decir, que a estas intervenciones les sucedían dolores intensos
que con el tiempo fueron controlados gracias a la ingestión de
zumo de plantas que causaban adormecimiento, o borrachera
sedante, más o menos prologadas, que permitieron evitar el
dolor en sus diversas manifestaciones.
De la uva de la mandrágora, y del toloache a la cocaína, hay
siglos de investigaciones que han permitido llegar a clínicas del
dolor, pasando por la delicada especialidad de la anestesiología,
que da seguridad en toda intervención quirúrgica, y esto
gracias a los avances y descubrimientos técnico-científicos,
en la inhaloterapia y propiedad de los gases, medicamentos
y máquinas utilizadas por los anestesiólogos en todos los
quirófanos del mundo, que son médicos clínicos experimentados
en operaciones quirúrgicas de audacia inimaginable.
El descubrimiento del éter significó un cambio radical
en la cirugía, después de varios experimentos demostrados
en las sociedades médicas del siglo XIX, y su aplicación
es demostrada por William Thomas Green Morton en el
hospital de Boston, Massachussets, el 16 de octubre de 1846.
Se tuvieron muchas experiencias que dejaron informes
sobre los alcances obtenidos con la inhalación de vapor del
éter, en pacientes intervenidos quirúrgicamente.
En América Latina, en marzo de 1847, el doctor Vicente
Antonio de Castro, pionero en Cuba de la anestesiología,
usa el éter tomando en cuenta la información difundida
por Green Morton en Boston, como lo hiciera también
en Montevideo, Uruguay, el 2 de mayo de 1847, el doctor
Patricio Ramos al amputar el brazo a un artillero herido.
En Mérida Yucatán, México, el 15 de junio de 1847, el
doctor Matilde Sansores amputa el brazo a un hombre;
el 30 de noviembre de 1847, en Guatemala, el doctor José
Luna Arbizu, amputa un dedo de la mano a un obrero, en
el Hospital General de la ciudad de Guatemala, Guatemala.
De esta manera, el éter cumplía con su principal finalidad:
hacer posible la intervención quirúrgica suprimiendo la
angustia del dolor mediante la anestesia. Del éter se pasó
al cloroformo, y posteriormente aparecen los bloqueos
regionales, ya que el descubrimiento de la novocaína ofreció
grandes ventajas para los anestesiólogos.
El pentotal sódico, el fentanil, las benzodiacepinas y
demás relajantes musculares, así como los bloqueos permiten
excelencias anestesiológicas, gracias a los experimentos
que todo anestesiólogo tiende a realizar para darle mayor
seguridad al paciente y evitarle secuelas propias de los
estados clínico-quirúrgicos que deja toda intervención, han
sido superados por los anestesiólogos actuales.
Entre la búsqueda de los colegas anestesiólogos, está
la de lograr una óptima relajación en el estado anestésico,
para que no se complique la intervención del cirujano, para
después alcanzar un despertar placentero, como de un sueño
agradable, mientras las funciones vitales y la conciencia se
restablece y la recuperación llegue sin complicaciones y desde
luego, que está en manos del anestesiólogo especializado,
que permiten hacer realidad los sueños de los hombres en los
albores de la humanidad, la de tener en las manos milagrosas
el prodigio de los dioses para mitigar el dolor humano.
Antes de tener un hospital, Mexicali vio la llegada de
médicos que se instalaron en casas que acondicionaron
como hogar y consultorio a la vez, en donde se consultaba a
los enfermos que temerosos acudían a los facultativos.
* El presente artículo está sustentado en notas tomadas del libro: Breve historia de la Anestesiología en Mexicali, cuya autora es la doctora L. Yusvisaret Palmer M.
**
Miembro de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali, A.C.
32
Ante el crecimiento de la población y para no tener
la necesidad de ser atendidos en hospitales en el lado
estadunidense, adonde acudían gran parte de las mujeres
grávidas, las autoridades municipales de Mexicali
pensaron en la construcción de un hospital. El primer
Ayuntamiento de Mexicali, en 1915, nombra al primer
médico municipal, dicho nombramiento recae en la
persona del doctor Ignacio Roel.
En 1916, durante el Segundo Ayuntamiento, con el señor
Francisco Bórquez al frente, se da inició a la construcción
del primer hospital municipal de Mexicali y se nombra
como primer director al doctor Manuel Monter. Durante la
municipalidad de 1918, al hospital se le construye la sala para
cirugías de acuerdo con las circunstancias de la época; todo lo
anterior bajo la dirección del doctor Manuel Monter.
Para entonces ejercían su profesión de médicos los
doctores: Hipólito Jáuregui, Federico Cota y Rafael Limón
Medina, quienes junto con el director Ignacio Roel y Manuel
Monter atendían a la población mexicalense.
Diversas opiniones y anécdotas valiosas de médicos que
nos antecedieron en el ejercicio de la noble profesión permiten
enriquecer este documento, entre estos cultos facultativos
tenemos al doctor Francisco Dueñas Montes, primer médico
nativo de Mexicali y al doctor Alfredo Martínez Martínez,
primer anestesiólogo quien llega a Mexicali en el año de 1947.
Para hablar de anestesiología, necesitamos referirnos a
cirujanos destacados de los nosocomios que funcionaban
desde las primeras décadas de nuestra ciudad.
En el año de 1947 llega a Mexicali un grupo de médicos,
entre ellos el Dr. Alfredo Martínez Martínez; la ciudad de
Mexicali contaba con 35,000 habitantes; con un hospital
general que se denominaba Hospital Civil, se ubicaba en
la manzana que hoy ocupa la Escuela de Enfermería de
la UABC, en avenida Obregón y calle Guillermo Prieto.
Este hospital construido en el año de 1927 contaba con
tres salas; sala de medicina general para mujeres, sala
general para hombres en donde se atendían toda clase de
pacientes; sala de obstetricia, sala de pediatría, Rayos X,
laboratorio, farmacia, cuartos privados, quirófano, sala
de expulsión obstétrica y un anexo donde se encamaban a
los enfermos provenientes de la cárcel pública; asimismo,
contaba con ambulancia, y muchas de las veces a los
pacientes se les trasladaba en vehículos proporcionados
por las autoridades policiacas.
Existían, además, dos pequeños hospitales, uno era
el Hospital Ejidal y el otro el Hospital SCOP, ambos
desaparecidos. También existían dos clínicas particulares,
una era la de los doctores Díaz Ruiz Esparza, el Sanatorio
Sagrado Corazón, en la avenida Reforma, y el otro el
Sanatorio Dueñas, propiedad del doctor Francisco Dueñas
Montes, en la avenida Madero.
Ejercían la profesión varios médicos que se distinguieron
como cirujanos, entre ellos citaré a los doctores: Rafael
Bátiz, Mario Flores, Raúl Merino, Gastón Salazar, Joaquín
Galván, Francisco Dueñas Montes, Martín Orduño, Luis
Franco, Ramón González Guerra, Víctor Slim, Alfredo
Martínez Manatou, director del Hospital SCOP, Muñoz
Flores, director del Hospital Ejidal, Santos Silva Cota
(rector de la Universidad Autónoma de Baja California
1959-1966), Roberto Muñoz López, Carlos Dacosta Gómez,
Arcadio Chacón Mendoza, Humberto Torres Sanginés
(quien fuera Delegado del IMSS en Baja California).
Se realizaba cirugía general, urgencias, histerectomías
subtotales, cesáreas corporales no segmentarias, neumotórax,
extra pleurales, hernias, toracoplastias, amigdalotomías sin
saturar el nicho amigdalino, esta se hacía con anestesia local,
con la secuela de hemorragias en el paciente.
El método anestésico era bastante primitivo, a base de
éter, y sin intubación traqueal, hecho que por demás está
decirlo, era el que se practicaba en todo el país, inclusive en
muchos lugares de Estados Unidos de América.
Poco tiempo después empezaron a saturar el nicho
amigdalino los doctores Gustavo Arévalo, Carlos Walter Meade,
Carlos Dacosta Gómez, Martín Orduño, Héctor Torres Sanginés
y Arcadio Chacón Mendoza quienes además realizaban cirugía
general, ginecología, traumatología y oftalmología. El doctor
Enrique Sánchez Zarazúa era el cirujano del Hospital SCOP, y
el doctor Manuel Vásquez Gómez, del Hospital General.
La cirugía pulmonar para la tuberculosis se empezó
en 1949, cuando se dominó la técnica de entubar que
practicaban los doctores Eliú Gutiérrez, Manuel Muñiz
Duarte y Alberto Pérez Carlo.
Con la constante experimentación de los anestesiólogos,
los cirujanos operan con toda seguridad y menos riesgo para
los pacientes, sin dejar de reconocer que en los primeros
tiempos las anestesias generales eran administradas por
enfermeras entrenadas para esa finalidad, pero los bloqueos
para amígdalas o subaracnoideos eran los mismos cirujanos
33
los que se encargaban de efectuar el bloqueo con una elevada
cantidad de fracasos y morbilidad.
Los únicos médicos que aplicaban anestesia con éxito,
eran el doctor Slim en el Hospital SCOP, y el doctor Francisco
Díaz Ruiz Esparza en su clínica particular, mientras que el
Dr. Dueñas en su sanatorio tenía un técnico en laboratorio
con conocimientos empíricos sobre anestesia.
El doctor Alfredo Martínez Martínez nos cuenta que él se
había aficionado a la anestesia dos años antes de terminar la
carrera de médico y recibió un curso teórico práctico, dado
que le gustaba practicar de la anestesia. En Guadalajara él
daba las anestesias por las noches en el Hospital Civil y en
la Cruz Verde de la capital jalisciense.
Otro anestésico es la pantocaína hiperbárica; de esta
conoció de su uso el doctor Martínez en el Hospital de la
Merced, “Mercy Hospital” de San Diego California, en donde
los médicos, anestesiólogos, con muy buena disposición,
colaboraban dando información y asesoría para que todo
médico mejorara sus sistemas clínicos.
El Hospital General de Mexicali contaba con una
máquina bastante aceptable, que incluso tenía óxido nitroso
y ciclopropano, lo único malo es que estos compuestos
eran muy caros, sobre todo la succinilcolina, con todos sus
inconvenientes ya conocidos. Los vómitos provocados por el
éter en el transoperatorio, causaban problemas a los cirujanos
y en el postoperatorio inmediato frecuentemente ocasionaba
eventración, broncoaspiraciones y lesiones hepáticas en
pacientes que eran entubados e intervenidos varias veces.
La evolución de la anestesia se debe a mejores maquinas,
excelentes anestesiólogos y mejores monitores, mejor práctica
del equipo humano, y especialmente a investigaciones y
tecnologías en la especialización. Hay que tener presente
que un médico anestesiólogo por más inteligente y hábil
que lo sea, si no se actualiza constantemente a través de los
medios conocidos, se vuelve obsoleto.
La Sociedad Médica de Anestesiología en Mexicali se fundó
en el mes de agosto de 1962, con seis anestesiólogos, y
cuando ya se contaba con 16 miembros, se transformó en
Colegio el 19 de febrero de 1979. En 1990 ya se contaba con
55 anestesiólogos colegiados.
Considero importante enumerar a los médicos
anestesiólogos que de 1947 a 1990 en la ciudad de Mexicali
han ejercido su especialidad. Ellos son los doctores y doctoras:
34
Alfredo Martínez Martínez (1947), José López González
(1949), Ramiro López Beltrán (1954), César Maldonado
Cervantes (1958), Óscar Sierra Álvarez, Fortino Barragán
Cano y Carlos Mena Martínez (1962), Rodolfo Sánchez Calvo
(1966), Alfredo Santaella Grosso (1967), Jesús Guzmán
Sandoval y Manuel Sandoval Virgen (1970), Daniel Chávez
Bravo (1971), Juan Agustín Santos, Cristóbal Capiz Ángeles
y Adela López Corral (1974), Pablo Chee Rodríguez (1975),
Idolina Caballero Tapia y Teodoro Robles López (1976),
Luis del Castillo M. y Roberto López Beltrán (1977), Ignacio
Alcocer Maycotte, Héctor Fernández Méndez, Gorgonio
Federico Hernández Manríquez y Víctor Wisar Lugo
(1978), 1979 Gerardo Aguirre Mora, Luis Guerrero Delgado,
Miguel Ángel Martínez Santillán y Servando Simental
Parra (1979), Eduardo Álvarez Padilla (1980), Irma López
Lamas y Jaime Hurtado de Mendoza (1981), Juvenal
Barbosa Macías, Alfonso Camacho Castellanos, Francisco
López Espinoza, Javier Márquez Córdova, Yolanda Orduño
Torres, Abrahán Ramírez Macíel y Joel Terríquez Rodríguez
(1982), Ernesto Hernández Coria (1983), Enrique Contla del
Río, Javier Fuentes Hernández, Andrés Gutiérrez Calleros,
Alejandro López Lugo, Salvador Ortega y Jesús Manuel
Valdez Tachiquín (1984), 1985 Ignacio Betán González, y
Armando González Álvarez (1985), Patricia Figueroa Prado,
Ramón Gastélum Esquivel, Eloy Hernández Sarroza, Lidia
Navarijo, Graciela Orduño Torres y Ramiro Marrón Valencia
(1986), Juan José Alcántar Félix, Prisciliano Bernal Juárez,
José Hernández Lozano, Jacobo Limón López, Héctor
Pacheco Godínez, Alejandro Quintana Corona, Gabriela
Reyes Gutiérrez y Octavio Rodríguez Julio (1987), Martha
Elena Bañuelos Quintero, Pedro Elías Baltazar, Genoveva
Burgueño Aguilar, José Antonio Benítez Almazán, Caballero
Camú, Mario Chang, Rosa Martha Garrido Limón, Reyna
Isabel Gaxiola Gastélum, Fredy Hernández Villatoro, Juan
Ramón Olivas Félix y María Ana Meneses Imay (1988),
L. Yusvisaret Palmer Morales, Guadalupe Díaz Cázarez,
Rodolfo Pérez Morales, Florencio Briceño Valdivia (1989),
Víctor Fuentes García, Alfredo Olachea Estrada, Aarón
Pacheco Juárez, y Gustavo Yescas Contreras (1990).
Fuente consultada
Palmer Morales, L. Yusvisaret. (1990). Breve Historia de la
Anestesiología en Mexicali. Edición particular.
La resonancia del cine bajacaliforniano
en Estados Unidos: 1926-1930
G
racias a la meticulosa labor de Rogelio
Agrasánchez, quien ha reunido un extenso material
hemerográfico en su obra Viaje redondo: El cine
mudo mexicano en los Estados Unidos 1900-1930 (Archivo
fílmico Agrasánchez, 2013), podemos estudiar el impacto
del cine mudo bajacaliforniano en nuestro vecino del norte,
especialmente en la ciudad de Los Ángeles, un centro
urbano con un público interesado, por la amplia presencia
de la comunidad mexicoamericana residente allí, en ver
películas mexicanas con las que se sentían identificados en
sus personajes, valores, tramas y escenarios, muchas de los
cuales no eran cintas producidas o filmadas en la ciudad
de México (faltaban muchos años para que los estudios
Churubusco monopolizaran la producción del séptimo arte),
sino en la frontera norte del país, específicamente en la
ciudad de Mexicali, en donde la figura del sonorense Rafael
Corella, empresario de salas de cine en la capital del Distrito
Norte de la Baja California, destacaría en esa titánica tarea.
Para entender la situación de nuestra entidad en las
primeras décadas del siglo XX como protagonista del cine de
Hollywood hay que entender que la frontera era vista como
una región depravada, donde todos los pecados se cometían
en plena vía pública. Para los puritanos estadounidenses, la
frontera mexicana y los propios mexicanos eran demonios
que tentaban a los “inocentes” ciudadanos americanos
que caían en sus garras. El cine de Hollywood magnificó
esta percepción distorsionada de la frontera y, en especial,
de las ciudades fronterizas bajacalifornianas al exhibirlas
como lugares de placeres sin fin, de escandalosas conductas
Gabriel Trujillo Muñoz*
individuales y colectivas frente al temple moral del american
way of life. Bajo esta premisa por demás sesgada y parcial,
poco podían hacer los bajacalifornianos mismos, excepto
soportar con estoicismo el vendaval de críticas, algunas
fundadas y otras no, que formaban parte de una campaña
moralista en tiempos de fricciones de todo tipo —políticas,
sociales, culturales— que se daban entre ambos países y,
sobre todo, a partir de la Revolución Mexicana que poco o
nada les gustó a las autoridades del otro lado.
En muchos sentidos, Baja California siempre ha servido,
al menos para Hollywood y su perspectiva cinematográfica,
como una realidad aparte y al mismo tiempo colindante
con Estados Unidos y sus habitantes. Baja California es el
territorio donde el malhechor puede refugiarse y ejercer su
venganza o salir impune. Territorio de la fuga y la escapatoria
como Road movie clásica. O escenario truculento, como en
Mexicali Rose (1929), una de las primeras cintas sonoras bajo
la dirección de Erle C. Kenton y con Barbara Stanwyck como
protagonista, en que el mundo fronterizo se nos presenta como
una muchacha seductora que no se detiene ante nadie ni nada.
O en Bordertown (1935), filme de Archie Mayo y con Paul
Muni y Bette Davies como antagonistas, que es el escaparate
de un Mexicali en plena ley seca y casinos funcionando las
24 horas del día. Mundo de vivales y tiburones al acecho, de
ruletas girando y mujeres fatales rondando por las ganancias.
Para contrarrestar esta serie de producciones, hubo muchos
intentos por parte de la prensa escrita de Baja California,
incluyendo folletos y libros que daban a conocer las maravillas
de nuestra entidad en aquellos tiempos y el espíritu progresista
* Poeta, narrador y ensayista mexicalense.
35
de sus respectivas comunidades, tratando de hacer a un lado
que, en realidad, Baja California era un espacio abierto para
que los estadounidenses vinieran a divertirse cuando en su
propia tierra no podían, por acatamiento de la ley seca, tomar
bebidas alcohólicas. Pero los intentos de la prensa escrita no
fueron suficientes y ante este dilema de mostrar que el Distrito
Norte no era sólo vicio sino trabajo y construcción, esfuerzo
y sacrificio, es que surge Rafael Corella como el pionero de la
cinematografía bajacaliforniana, dando inicio a una nueva
etapa de los medios de comunicación entre nosotros.
Corella había llegado en la segunda década del siglo XX a
Mexicali y había trabajado en esta población fronteriza como
empresario de pompas fúnebres. Con el clima extremoso y
las difíciles condiciones de vida de esta zona desértica, al
parecer a su negocio le fue muy bien y siempre tuvo una
numerosa clientela a su disposición. Pero a Corella lo que de
verdad le interesaba era el cine como espectáculo. Pronto se
dedicó a la exhibición de películas, que sólo se conseguían al
otro lado y, para ser más precisos, en la ciudad de Los Ángeles,
California. Sus visitas a esta ciudad lo pusieron en contacto
directo con la industria cinematográfica y lo convirtieron
en una figura bien relacionada con todos sus participantes.
Corella se percató de las grandes posibilidades que implicaba
el cine para difundir mensajes a la sociedad. El cine no era
sólo entretenimiento y glamour, sino un vehículo de ideas,
un instrumento para enseñar cosas propias, un medio para
divulgar la otra cara de nuestra nación.
Lo más significativo es que don Rafael vio que tenía
todos los recursos a su alcance para cumplir con tales
propósitos y más con la ubicación de Mexicali a una cuantas
horas de viaje de Hollywood. Para 1924, ya con Abelardo
L. Rodríguez, un sonorense como él, en el gobierno de Baja
California, sus sueños comenzaron a tomar forma al ser
apoyados por las autoridades del Distrito Norte. Su primera
aventura como productor-director fue hacer películas
documentales sobre las maravillas naturales y humanas
de este lado de la frontera. Y al mostrarlas en Mexicali,
Corella descubrió que muchos de los espectadores de estas
cintas eran mexicanos que vivían al otro lado. Que había
un mercado local para sus filmes en la frontera, no quedaba
duda. Pero ahora contemplaba un mercado mayor: el de
la población mexicoamericana del otro lado, para quienes
sus mensajes nacionalistas y su interés por mostrar en sus
cintas otra faceta del país eran su principal atractivo.
36
Por años Corella fue conocido en Los Ángeles, California,
por mantener a su Teatro Iris, en Mexicali, bien abastecido
de cintas de Hollywood para el público hispanoparlante de
ambos lados de la línea fronteriza. Pero en 1926, Corella
venía a la meca del cine como productor cinematográfico
para obtener la difusión adecuada de sus propias películas.
Sus contactos en la industria del cine ahora le servían para
conseguir técnicos, cámaras y actores para sus filmes, al
mismo tiempo que le abrían las salas angelinas para estrenar
sus cintas. Era un negocio redondo con una implicación más
allá de lo meramente comercial: la intención de don Rafael
era hacer de sus películas un manifiesto público de lo que
sentían los mexicanos fronterizos, una proclama visual sobre
lo que era ser bajacaliforniano, mexicalense, en una región
próspera e industriosa en todos los sentidos, pero asediada
por la leyenda negra del vicio y el desenfreno, leyenda que se
afanaba la prensa anglosajona californiana en dar vuelo por
sus intereses contrarios al régimen de la revolución mexicana.
Según la investigación de Agrasánchez, la primera vez
que el nombre de Rafael Corella sale a relucir en relación con
el cine y a la ciudad de Los Ángeles es en 1926. Hablamos de
una época en que la prensa angelina se mostraba interesada
en los pasos que daba la comunidad mexicana por hacer
películas que no deformaran la realidad del país, en tiempos
en que las cintas estadounidenses sólo mostraban conflictos
armados y lugares de vicio. Entre estos interesados se
encontraba Guillermo Calles. Y entonces, en un reportaje
para El Heraldo de México (6-III-1926), enviado desde
Mexicali, la ciudad capital del Distrito Norte de la Baja
California, se informaba que el 3 de marzo fue todo
un triunfo la exhibición de La Baja California. Asistió el Sr.
Gral. Rodríguez. Ayer se exhibió en el Teatro Iris (propiedad
de Corella) la revista nacional (noticiero de acontecimientos
contemporáneos y sucesos relevantes) La Baja California,
que en los últimos días produjo gran entusiasmo debido a
que en dicho filme puede verse el verdadero progreso a que ha
llegado el Distrito Norte, y que tanto Tijuana como Mexicali
no viven del vicio. Es una de las películas mejor logradas
hasta el día. Cada parte está presidida de un prólogo según la
región que va a desfilar, y así Ensenada tiene una puesta de
sol tan magníficamente lograda, que el público aplaudía desde
el principio; a Ensenada sigue Tecate, luego Tijuana, la parte
mejor detallada es la que se refiere a Mexicali y a la Colonia
1927. Escena película Raza de bronce filmada en Mexicali. Productor Rafael Corella.
Puente blanco sobre el Río Nuevo.
también una explosión de alegría el
capítulo Cómo sería Mexicali en 1950.
Es una Nueva York en miniatura
que fue muy celebrada”. Al término
de la presentación, Rafael Corella
como productor-director, Robert
Turnball como camarógrafo y Orestes
Franco como autor de los títulos,
recibieron “numerosas felicitaciones
por la oportuna exhibición de La
Baja California en los momentos en
que está fresca aún la tinta de los
periódicos en que se ha calumniado a
Tijuana y Mexicali”.
Esta percepción de defensa de México
volvió a manifestarse cuando el propio
Orestes Franco publicó (El Heraldo de
México, 13-III-1926) en la columna
“Cinematográficas”
un
artículo
titulado “La Baja California. Película
nacionalista”, en donde afirmaba que
Progreso, en donde aparece una escuela destinada a los niños
de la colonia; la despepitadora Progreso, en donde el público
los violentos ataques por el Examiner a Tijuana, Mexicali
observa todas las labores del algodón, desde la pizca hasta las
y al general Rodríguez, dieron a la película de Corella toda
pacas listas para su exportación, así como los molinos de harina
la grandeza de una vigorosa reivindicación. Así, La Baja
y caña de azúcar, dan idea del progreso a que se ha llegado en
California ya no es la simple, aunque hermosa revista nacional,
los dos años de gobierno del general Rodríguez.
sino la tremenda bofetada que en pleno rostro reciben los
calumniadores de los pueblos fronterizos.
Por lo que se aprecia que esta película fue filmada a
fines de 1925.
Como se ve, La Baja California es una cinta de
propaganda del gobierno de Abelardo L. Rodríguez (19231929), que además incluye
Y esta campaña propagandista de esta película pronto pasó
a la prensa angelina en general. Para el 26 de marzo, en el diario
Los Angeles Times (de público anglosajón) se da a conocer una
gacetilla en inglés (probablemente pagada por el gobierno del
Distrito Norte) que anunciaba a La Baja California como una
escenas verificadas con motivo de la celebración de las fiestas
patrias en que el general Rodríguez obsequió a todo el pueblo
cinta mexicana que comenzará a exhibirse en Los Ángeles la
con una gran barbacoa, en que no menos de 3,000 personas
próxima semana, representa a la Baja California como tierra de
se hayan colocadas en larguísimas mesas improvisadas, hay
ciudades progresistas y ranchos en desarrollo, donde hombres
escenas chuscas en las que la concurrencia rio a carcajadas.
respetables de negocios trabajan duro y donde los amables
habitantes tienen escuelas, bibliotecas públicas y centros de
Y entonces viene la sorpresa, pues el relator anónimo
asegura que La Baja California fue, al menos en su parte
final, una cinta de ciencia ficción con efectos especiales,
quizás una de las primeras hechas en México: “Produjo
costura. La película ha sido producida, según se nos comunicó,
para contraponer una imagen de verdad a ciertas versiones mal
intencionadas y perversas que los mexicanos dicen que provienen
de algunos periódicos. La primera función de estreno será en el
37
Teatro Estella, frente a la Plaza, el
próximo domingo y permanecerá
allí toda la semana. La película fue
dirigida por Rafael Corella de Mexicali
y aparece así bajo la guía de la Pacific
Coast Theatres Inc.
Dos días después, ya estrenada,
en El Heraldo de México (28-III1926), Salvador Gonzalo Becerra,
crítico teatral, afirmaba que La
Baja California, “debido al esfuerzo
de Corella, ha logrado un lisonjero
recibimiento de parte de la colonia
mexicana local”. Meses más tarde,
en el mismo periódico y con fecha
del 2 de junio, se decía que
Desde ayer se encuentra en esta
ciudad el conocido hombre de negocios
1927. Escena película “Raza de bronce” filmada en Mexicali. Productor Rafael Corella.
Residencia en avenida Obregón entre calles C y D.
don Rafael Corella, quien viene a
Cinelandia (así era conocida la ciudad
de Los Ángeles) a terminar ciertos asuntos relacionados con sus
Raza de bronce será filmada en Mexicali. Don Rafael Corella,
actividades de productor cinematográfico. Corella trae una nueva
con la cooperación de grupos obreros y fuerzas militares,
película que se titula Anáhuac y que acaba de impresionar en Baja
desarrollará una de las más importantes películas mexicanas.
California. el conocido empresario permanecerá en esta ciudad
Si la cinematografía que apenas se encuentra en pañales en
hasta el próximo viernes por la mañana, pero antes contratará
la ciudad de México ha sido un fracaso desde largo, no puede
con algunas de las empresas locales su película A través de Sonora.
decirse lo mismo de la que comienza a brotar en la Baja
California, donde el productor Rafael Corella ha logrado la
Pero lo importante aquí es que en los días que pasó en
Los Ángeles se estrenó El indio yaqui, la cinta dirigida e
interpretada por Guillermo Calles, actor de películas de
Hollywood, casi siempre en papeles de indio o de villano,
quien también estaba buscando hacer filmes con sus propios
recursos. Probablemente Corella y Calles se conocieron
entonces, dándose cuenta de sus intereses en común: hacer
cine y hacerlo por su cuenta y riesgo como una forma de
reivindicar a México y a los mexicanos frente a la avalancha
de cintas de Hollywood que sólo mostraban la parte
licenciosa y violenta de la raza de bronce.
Así, unos meses después, El Heraldo de México (7-XI1926) daba la primicia de que se consolidaba la producción
cinematográfica en Baja California, pues
38
filmación de dos o tres obras que han sido bien aceptadas en
los mercados con el nombre de Corella Productions. Ahora
tiene en proyecto la filmación de un hermoso argumento
titulado Raza de bronce, original del culto escritor Alfonso
Tovar y con la cooperación artística de algunos elementos de
Cinelandia, ya peritos y duchos en la materia. Entre estos
contamos en primer término al veterano de la cinematografía
Guillermo Calles.
No pasará mucho tiempo para que se vea el resultado
de esta aventura cinematográfica del dúo Corella-Calles.
Para el 27 de febrero de 1927, Los Angeles Times reseña
Raza de bronce, diciendo que esta producción mexicana fue
aclamada y que esta cinta puede ser
artistas de la localidad y actores
profesionales con experiencia en el
cine de Hollywood. Lo mismo que
La Baja California, la ayuda por
parte del gobierno del Distrito Norte
fue fundamental para la realización
de Raza de bronce. Por eso continúa
diciendo El Heraldo de México que
El general Rodríguez, gobernador del
Distrito Norte, dio todo su apoyo a la
producción y en una ocasión permitió
que 200 tropas del Batallón 21 ayudaran
a filmar una de las más sensacionales
escenas en donde los aventureros se
1920. Avenida Reforma entre calles Azueta y Altamirano, donde se ubicaba el Cine Iris. Un
incendio lo destruyó en 1923. Se reconstruyó, otro incendio lo destruyó en 1945. Fue reconstruido.
Funcionó hasta entrados los años sesentas.
considerada una de las mejores que se han hecho en el país.
Recientemente exhibida por la compañía cinematográfica
Francisco M. Corella, la cual tuvo su estreno en el Teatro Iris,
propiedad de los productores. La presentación atrajo a la
más impresionante multitud que se haya visto, según se dice.
Varias personas de Hollywood que trabajan en la industria
de cine fueron invitadas a la premier. Entre ella estaba Bavid
Briederman, representando a la Warner Brothers, quien dijo
que era una de las mejores películas mexicanas”.
enfrentaban a los obreros, indios y
campesinos, los cuales pelearon por
defender la Baja California
y se anuncia a los lectores que “Raza de bronce será
exhibida muy pronto en Los Ángeles y en algunas
poblaciones del sur de California, y se enviará a la ciudad
de México y otras ciudades importantes”. Cosa que ocurrirá
con unas copias para el público hispanoparlante y otras
copias para el público anglosajón bajo el título de The
Bronze Race, pero en ambos formatos la publicidad dirá:
“Absolutamente diferente a todo lo que haya usted visto”.
Para el 2 de abril, El Heraldo de México anuncia que esta
cinta se exhibirá a partir del 4 de abril y la recomienda, pues
En esta reseña se señala que la trama
hay la seguridad de que nuestro público gustará de la obra por
presenta los enfrentamientos que hubo en los comienzos de Baja
encerrar mucho romanticismo, tanto dentro de lo meramente
California, cuando varios grupos de aventureros trataron de
patriótico como en el terreno donde emplea sus armas Cupido.
apoderarse del territorio, deslumbrados por las leyendas sobre
La obra tiene momentos muy interesantes. En las escenas de
las riquezas que contaban los pescadores y mineros de esos
guerra, muy bien logradas por cierto, se puede apreciar la
tiempos (probablemente basadas en la incursión filibustera de
magnífica disciplina de las tropas que forman parte del 21º
William Walker de 1853). Amor, emociones, el egoísmo de un
Batallón de infantería de la guarnición de Mexicali. En la
villano al querer casarse con la heroína, y el constante batallar
película referida se ve desde luego el amplio conocimiento de
del héroe (Guillermo Calles) por conseguir un final feliz, son
Guillermo Calles a lo que se refiere a técnica cinematográfica.
parte de la película.
La mayoría de las escenas de Raza de bronce fueron
tomadas en los alrededores de Mexicali y en edificios
públicos y casas particulares, a la vez que fueron empleados
Sin embargo, por ser una cinta al estilo de El indio yaqui
(1926), la anterior cinta de Calles en papel protagónico, hay
que pensar que Raza de bronce adolece de un maniqueísmo
nacionalista, de una trama de héroes y villanos acartonados.
39
1948. Vista general del Cinema Curto. Ubicado en avenida Reforma entre calles Morelos y México. Zona centro.
Ya un año antes, el crítico Armando Vargas (El Heraldo
de México, 6-VI-1926) advertía que Calles cometió un
grave error al hacer un cine esquemático, estereotipado,
donde sólo aparecen “los personajes del héroe, el traidor
y el bufón, y sin más mujeres que la moral y la inmoral,
según se conduzcan con su sexo”. Lo que decía Vargas es
que Calles sólo había invertido los papeles de las películas
de Hollywood, donde los mexicanos son los malos y los
estadounidenses los héroes salvadores. En el cine de Calles,
ahora eran los estadounidenses los villanos y los héroes
salvadores los mexicanos, quitándoles toda complejidad y
toda profundidad a sus películas.
Meses después, El Heraldo de México (9-IX-1927) anuncia a
Raza de bronce en el Teatro México a partir del 12 de octubre,
cinta a la que ya se le llama “la famosa película mexicana,
película (que) siempre constituye un acontecimiento en
cualquier teatro que se presenta”. Es importante señalar
aquí que Raza de bronce queda como la película que eligen
los distribuidores angelinos para exhibir en las fiestas patrias
de México (16 de septiembre, 20 de noviembre, 5 de mayo
y también el 12 de octubre por el día del descubrimiento de
40
América por Cristóbal Colón), ya que su temática y su trama
patriótica, con fuertes tintes melodramáticos, la hace idónea
para pasar en estos aniversarios y conmemoraciones.
Para 1928, más que Rafael Corella es Guillermo Calles
quien sigue apareciendo en la sección de espectáculos de
los diarios. El 8 de marzo, en El Heraldo de México, Rafael
Ybarra informa que asistió al preestreno de Sol de gloria en
el Teatro México, la nueva película de Calles que había sido
filmada en California y Baja California. Ybarra dice que
quedó sumamente impresionado:
Es una película sencilla, sin muchos personajes y con un
argumento bien definido. Sin tratar de hacer comparaciones con
las películas que producen algunas casas de la ciudad de México
y que hasta la fecha han sido un fracaso en su factura por la
falta de tecnicismo y de sentido común, la película de Calles la
colocamos en un nivel superior, máxime si tomamos en cuenta
la falta de elementos y otras dificultades con que ha luchado”.
Ybarra indica que en el puerto de Ensenada se hicieron “las
escenas que se refieren a los combates entre bandidos y federales.
1932. Boda de Luis Castro López y Amada Bojórquez Apodaca. Sus padrinos fueron don Rafael Corella y su esposa Viula. Luis trabajó con
don Rafael desde los doce años en el cine Iris, hasta que construyó e instaló la primera radiodifusora de todo el noroeste de México en 1932. La
estación XEAO. Rafael Corella Beltrán nació en Guaymas, Sonora, el 6 de marzo de 1883. En septiembre de 1916 llegó a Mexicali. Fue regidor
del Ayuntamiento en 1920 y 1921, productor de películas y empresario del cine iris de esta ciudad.
En el periódico La opinión (23-III-1928) se afirma que
Calles “como director, autor y protagonista de la cinta se
superó a sí mismo”. Y en este mismo periódico, pero el 12 de
abril del mismo año, se da a conocer una “función de honor
y beneficio para los principales intérpretes de Sol de gloria”
en el Teatro México, donde todos ellos recibieron abundantes
aplausos y felicitaciones por una cinta que se anuncia llena
de “intriga, amor, combates, fusilamiento, naufragio,
cocodrilos hambrientos y voraces tiburones, panoramas
del México bello y mil detalles emocionantes contiene esta
portentosa película, incluyendo la explosión de un barco
que se va a pique”, lo que significa que, en comparación
del guion de Alfonso Tovar para Raza de bronce, el guion de
Calles para Sol de gloria hizo de esta producción un filme
truculento, de suspenso y acción.
Para el primero de junio de 1928, La opinión, en
la columna de Gabriel Navarro, avisa que “tan luego
como vuelva de Ensenada, Baja California, a donde fue
a exhibir su última película, Sol de gloria, el director y
actor Guillermo Calles se prepara a filmar una cinta cuyo
argumento será mexicano”, solo que ya no será filmada
en el Distrito Norte, ni en Mexicali o Ensenada, sino en el
estado de Sonora. Rafael Corella, mientras tanto, seguirá
presente en Los Ángeles con Raza de bronce, que volverá a
petición del público a exhibirse en el Teatro México el 14 y
15 de octubre de 1928, mientras que Sol de gloria regresará
a esta misma sala en mayo de 1929. Pero Raza de bronce
cuenta con un público fiel y en el Teatro Estella vuelve a
presentarse el 16 de septiembre de 1930, anunciada como
“una película monumental” que los mexicanos deben ver
41
cuando el gobierno del general
Abelardo L. Rodríguez tuvo
que enfrentar la rebelión
escobarista en Sonora a
principios de 1929 y, sobre
todo, cuando el propio general
dejó el gobierno del Distrito
Norte a fines de ese mismo
año. Sin tal padrino, Corella se
dedicó a ser sólo un empresario
de salas de cine, mientras que
Calles se fue a trabajar a la
ciudad de México.
El sueño de una industria
1948. Entrada principal del Cinema Curto.
cinematográfica
moderna,
fronteriza, sólo duró unos pocos
años, pero dejó una marca
permanente en todos los que trabajaron en ella y en todos los
dentro del marco conmemorativo de la independencia
que acudieron a ver sus películas. Al menos estos agraciados
nacional. Para entonces, tanto El indio yaqui, Raza de
espectadores tuvieron mejor fortuna que nosotros, ya que
bronce y Sol de gloria son considerados cintas clásicas del
pudieron disfrutar películas que hoy se encuentran perdidas
cine mexicano fronterizo, que según nota anónima de La
y de las que únicamente conservamos unas cuantas fotos
prensa de San Antonio, Texas, “harían honor a cualquier
fijas, como las que el acucioso Rogelio Agrasánchez ha
director de fuste”.
rescatado en su Viaje redondo.
Es notorio que las grandes producciones cinematográficas
Son esas imágenes y los comentarios periodísticos de la
de Rafael Corella, que abarcan de 1924 a 1927 (a través de
época, los vestigios sobrevivientes de una quimera fronteriza
Sonora, La Baja California, Anáhuac y Raza de bronce),
que aún hoy nos fascina, que aún hoy sigue siendo un misterio
así como las películas de Guillermo Calles (como El indio
por resolver, una serie de mundos por descubrir.
yaqui y Sol de gloria) se mantuvieron por años en las salas
de cine de aquellas ciudades que contaban con grandes
Bibliografía básica
poblaciones de origen mexicano al otro lado. Sólo con
Agrasánchez, Rogelio, Guillermo Calles. (2010). A Biography
la llegada del cine sonoro estas cintas, como el resto del
of the Actor and Mexican Pioneer. McFarland & Company,
cine mudo, fueron desplazadas del gusto del público. Pero
Inc. Publishers. Jefferson, California del Norte.
el cine bajacaliforniano tuvo su época de oro por estas
(2013). Viaje redondo: El cine mudo mexicano en los Estados
fechas y cumplió a cabalidad su cometido: recordarle a los
Unidos 1900-1930, Archivo fílmico Agrasánchez.
compatriotas que vivían en Estados Unidos que México era
Trujillo Muñoz, Gabriel. (2010). Tan cerca de Hollywood.
más que sus escándalos, matanzas y vicios.
Cine, televisión y video en Baja California. Mexicali Baja
Lamentablemente este breve periodo productivo de la
California, Universidad Autónoma de Baja California.
cinematografía bajacaliforniana, mexicalense, terminó
42
Barcos de vapor en el Río Colorado,
1852-1877
E
n la revista El Río, número 22 publicamos el
artículo “Barcos de vapor en el Río ColoradoAntecedentes y los primeros años”, y en esa
ocasión hablamos de que al terminar la guerra entre México
y Estados Unidos, y la línea divisoria fuera trazada, Estados
Unidos estableció el campamento militar Yuma en el margen
derecho del Río Colorado, en la colina donde los padres
franciscanos Francisco Garcés y Juan Antonio Barreneche
habían fundado la misión La Concepción y donde en julio
de 1781 los dos fueron asesinados por los indígenas yumas.
El mayor Sammuel P. Heintzelman, comandante de ese
campamento, no tardó en descubrir que era imposible
surtir sus tropas desde San Diego con mulas y carretones,
y esa fue la motivación principal para la introducción de
barcos de vapor en el Colorado. Hablamos también de las
dificultades encontradas, debidas principalmente a la casi
completa ignorancia de ese río en la delta mexicana. No
obstante esos problemas, en diciembre de 1852 el primer
vapor, el Tío Sam, llegó al campamento Yuma.
Para 1855, George Johnson y sus socios tenían dos
vapores operando en el Río Colorado: el General Jesup de
32 metros de largo con motor de 50 hp y el Colorado de 36.5
metros de largo con motor de 80 hp. Esas naves hacían el
viaje redondo de Yuma a la desembocadura, donde recibían
carga de barcos de alta mar que habían entrado al golfo y
subieron hasta la entrada a la desembocadura. La mayoría
de esos barcos, fueran veleros o de vapor, salieron de San
Francisco e hicieron un recorrido a puertos mexicanos como
La Paz, Guaymas, Mazatlán y, quizás, a otros.
Jimmy Griffin*
Para la elaboración de este artículo, nuevamente
recurrimos al libro, Steamboats on the Colorado River de
Richard F. Lingenfelter, que es la mejor referencia que
encontramos sobre esa época.
George Johnson fue un buen administrador y entre otras
cosas había localizado “puertos” sobre los bordos del río
donde sus barcos podían atracar de noche, ya que las barras
de arena en el lecho del río y los troncos de árboles, que a veces
venían arrastrados por las corrientes, hacían muy peligroso
navegar de noche. Fue muy difícil saber dónde estaban las
barras de arena ya que el río traía una cantidad enorme
de azolve y las corrientes provocaban que estas crecieran o
disminuyeran, cambiando su posición constantemente. En
esos “puertos” había personas que manejaban depósitos
de leña que compraban a los indígenas cucapá, quienes la
cortaban en los bosques de álamo y sauce que abundaba en
las áreas cercanas al Colorado, y otras regadas por el río. Hay
indicios de que los cucapá estaban aprendiendo rápidamente
oficios ribereños en los barcos y puertos, y es probable que
algunos de ellos estuvieran encargados de la leña.
En esos años la mayoría de los pobladores sabían
poco sobre el Río Colorado arriba de Yuma, sobre todo,
desconocían hasta dónde era navegable. El mismo George
Johnson persuadió a la legislatura de California a promover
una exploración en barco. El Departamento de Guerra de
Estados Unidos tenía interés en explorar el Colorado por
varias razones, incluyendo el saber si podían enviar tropas
a Utah por el Río Colorado, en caso de que se presentare un
conflicto armado con los mormones.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
43
El vapor Gila botado al Río Colorado en 1873, fue el primer barco
construido en el astillero del Puerto Isabel, y fue el barco que más
tiempo estuvo en servicio, más de 25 años en el río.
De manera que, en el verano de 1857 nombraron al
teniente Joseph C. Ives para organizar una expedición
militar y científica con la condición de que debía de estar
en la desembocadura del río a más tardar el primer día de
diciembre de 1857, para que coincidiera en la época en que
el río se encuentra bajo y puede presentar más problemas
de navegación; de esa manera se probaría su viabilidad
durante todo el año.
El teniente había recibido una oferta de George Johnson,
la cual consistía en rentar uno de sus barcos para transportar
la expedición, pero el teniente Ives consideraba que la renta
era muy cara, y optó por tener un barco de fierro fabricado en
Filadelfia. Fue un vapor chico, de 15 metros de largo y hecho
en secciones para poder mandarlo en barco por el Atlántico
hasta Panamá para que cruzara el istmo en ferrocarril
(recién abierto, en 1855) y el Pacífico en otro barco hasta San
Francisco. Salió de Nueva York el 20 de agosto acompañado
por el señor Carrol, mecánico y calderista.
Una vez en San Francisco, el teniente Ives organizó y
equipó la expedición que estaba dividida en tres secciones: la
primera liderada por el doctor Newberry, saldría de San Diego
con recuas de mulas para cruzar el desierto hasta Yuma; la
segunda, dirigida por el señor Taylor, saldría del fuerte Tejón
cerca de Los Ángeles para seguir la ruta del desierto, también
con recuas de mulas; y en la goleta, Monterrey, la tercera
sección que consistía en el teniente Ives, el señor Carrol y
ocho hombres más, acompañarían a la nave desmantelada
hasta la desembocadura del Río Colorado.
44
Ahí, el Monterrey fue metido en un ramal del Colorado
donde quedó varado a propósito para descargar las piezas
del vapor. En esas desoladas tierras, secas solo en tiempo
de baja marea, armaron el barco al que le pusieron el
nombre Explorer. El 17 de septiembre entró una marea lo
suficiente alta para poner a flote el Monterrey y llegaron los
barcos de Johnson para recibir la carga que traía. Ives, por
recomendación de Johnson, contrató al muy experimentado
capitán Robinson para ser piloto del Explorer.
Para el 30 de diciembre de 1857 habían terminado la
nave, probaron la caldera y el motor y empacaron abordo
sus suministros y equipo, justo para cuando entró la marea
que cubrió toda el área; con esto el Explorer llegó a ser el
cuarto vapor en las aguas del Río Colorado.
Mientras tanto, Johnson, resentido porque no le rentaron
uno de sus barcos, había decidido hacer su propia exploración
río arriba sin avisar al teniente Ives. Al darse cuenta de
ese intento, el comandante del Fuerte Yuma, al tanto del
posible problema con los mormones, exigía a Johnson llevar
al teniente James L. White y 15 soldados con él en el General
Jesup, para así tener información de primera mano sobre
el río. Llevaba también aproximadamente quince civiles
armados, incluyendo el viejo trampero Paulino Weaver y el
cacique yuma Lae-as-no-com conocido como Pascual.
Cuando el Explorer llegó al Fuerte Yuma después de
algunos problemas, el General Jesup ya estaba río arriba y
el teniente Ives estaba muy sorprendido con esa noticia que
desilusionó a él y a su gente. El Explorer, que los indígenas
llamaron en broma el barco chiquito, tenía cuatro vigas en el
exterior del casco para reforzar el fondo que había resultado
muy débil para sostener el peso de la caldera. Esas vigías
instaladas a última hora, más el exceso de peso que tenía que
transportar, lo hacía bajar en el agua más que el Jesup, lo que
provocaba problemas con barras de arena y otros obstáculos
con más frecuencia. Para el teniente Ives y su gente fue muy
penoso que el vapor se atascara en plena vista del fuerte, y
tuvieron que pasar la primera noche varados a vista de todos.
Johnson había llevado provisión para 25 días y aunque él
encontró el río muy parecido al delta, su progreso fue lento
porque tenía que cortar leña. Pasaron por largos valles
de álamos, sauces y mezquites y de vez en cuando vieron
siembras de maíz, frijol y melones, y las rancherías de los
indígenas mojave. Ya se estaban acabando los suministros,
cuando encontraron las primeras pequeñas cataratas en
el río, y aunque las podían haber pasado, Johnson decidió
regresar al Fuerte Yuma, debido a la falta de provisiones;
pero primero, él y el teniente White fueron más arriba en
un bote. Llegaron a un lugar donde, según ellos, podían ver
unos 65 kilómetros del río sin obstrucción y concluyeron,
equivocadamente, que estaban a unos 120 km de donde
el Río Virgen desembocaba en el Colorado. Basado en esa
conclusión ellos supusieron que habían mostrado qué barcos
de vapor podían llegar cerca de los pueblos mormones.
Satisfechos con esa conclusión iniciaron su regreso a Yuma.
Al día siguiente, cuando se detuvieron para juntar leña
fueron sorprendidos al encontrar al teniente Edward F. Beale
con sus tropas y los camellos con que estaba experimentando
el ejército. Beale, sorprendido, pero contento de ver un
vapor, les pidió que le cruzaran los camellos ya que estos no
querían nadar. Johnson les hizo el favor.
En el Explorer, el Teniente Ives venía muy despacio,
atascándose frecuentemente. El barco tenía demasiada gente
a bordo y venían muy cansados, pero se reanimaron cuando se
encontraron con el Jesup el día 30 de enero. Sorprendentemente,
la gente de las dos embarcaciones celebró el encuentro,
cambiaron información y se despidieron amigablemente.
El regreso de Johnson no se encontraba sin problemas
ya que el Gral. Jesup chocó con un peñón antes de llegar
al fuerte y se hundió en aguas de menos de un metro de
profundidad. En unos dos días lograron reparar y reflotarlo
para continuar río abajo sin otro incidente.
Con todo y las dificultades que tuvo el teniente Ives,
el Explorer logró subir unos 65 km más río arriba que
Johnson y a 805 km. de la desembocadura. Paró al chocar
violentamente con un peñasco sumergido, tirando algunas
personas al agua y haciendo daños al Explorer. A ese
farallón, Ives puso el nombre de Explorer Rock, y declaró
ese lugar el límite de navegación para los vapores. Ese
nombre del peñasco aparece en algunos mapas de la época.
Mientras Carrol reparaba el barco, Ives mandó una
partida para explorar una ruta al Camino Mormón, él y
Robinson fueron más arriba en un bote llegando al lugar
después nombrado Las Vegas Wash (un arroyo) que por
error pensaban que era el Río Virgen.
Ives había regresado a una persona con Johnson para dar
instrucciones al Dr. Newberry y el Sr. Taylor de traer más
provisiones con las recuas de mulas y mientras esperaba su
llegada hizo un campamento en Cruce Beale donde Johnson
El pueblo de Yuma (antes Arizona City), circa de 1865. Al otro lado
del río se aprecia el Fuerte Yuma.
se había encontrado con ese teniente y los camellos.
Estando Ives ahí, llegaron Thales Haskell y Jacob Hamblin
disfrazados de inmigrantes, pero fueron reconocidos como
espías de los mormones. Estaban tratando de saber si venían
tropas federales en camino para atacar sus asentamientos.
Tanto el gobierno federal como los mormones temían un
conflicto, pero afortunadamente los políticos en Washington
y los líderes mormones llegaron a una solución pacífica y los
temores de las dos partes se disiparon.
Cuando llegaron las recuas, Ives fue con ellos para
continuar exploraciones por tierra más al norte y el capitán
Robinson regresó el Explorer al fuerte Yuma. Más adelante
lo compró Johnson en $1,000.00, no para usarlo, sino para
proteger su monopolio en el Río Colorado. Curiosamente,
la imagen de ese barco, el peor diseño de todos, ha sido
el más publicado. Su viaje por dos mares y por un tren
transcontinental fue único. Años más tarde, en 1930, el
casco de acero del Explorer fue descubierto en la delta y una
fotografía de estos restos fue presentada en el libro, The
Colorado River Delta, de Godfrey Sykes, publicado en 1937.
Ives no regresó al Fuerte Yuma, y el reporte que hizo
el teniente White más una carta larga escrita por Johnson
y publicada en el Herald de San Francisco le quitaron
mucha de la fama que él anticipaba recibir por su reporte
de la expedición.
El 20 de abril de 1859, el teniente coronel William
Hoffman estableció el fuerte Mojave cerca de donde el
teniente Beale había cruzado su camellos. La seguridad
45
Mapa del Río Colorado en el delta mexicano en los años 1860-1877.
Los puertos indicados son donde los barcos de vapor anclaban de noche
para evitar problemas de navegación. Ahí cargaban leñas para sus
calderas y a veces subían o bajaban pssajeros y flete. Este mapa tiene
algunos errores. 1. Indica que el Río Nuevo salió del Colorado rumbo a
la laguna de los volcanes. Los ramales del Colorado que descargaban en
esa laguna fueron el río Paredones y el río de Las Abejas. El Río Nuevo
nació en esa laguna y fluyó hacia el norte rumbo a la depresión Saltón.
2. El lugar marcado Pooles Landin gestaba sobre el río Colorado con los
otros puertos y después cambiaron su nombre a Puerto Lerdo.
que ofrecía ese nuevo fuerte atraía a un mayor número de
nuevos residentes y los barcos de Johnson recibían notable
aumento de fletes y pasajeros.
Con sus vapores, el Gral. Jesup y el Colorado, y su buena
organización, Johnson por un buen tiempo dio buen servicio.
Él y sus socios se enriquecían, pero con las noticias de las
exploraciones río arriba llegaría mucha gente a Yuma,1
entre ellos gambusinos, comerciantes, agricultores y otros,
que empezaron a poblar la región. No tardaron en descubrir
depósitos de plata, cobre y oro en numerosos sitios. Las
noticias de estos depósitos atrajeron a la gente y los pueblos
fueron creciendo alrededor de esos lugares. Yuma también
crecía a pasos agigantados y con ese aumento de población
la demanda para transporte de mercancías, equipo minero
y comestible incrementaba rápidamente.
Aunque Johnson reemplazó su barco, el viejo Colorado,
que entonces tenía seis años en el río, con el Colorado IIque fue
1
un poco más grande pero tenía el mismo motor, no anticipó
que tanto el volumen de flete aumentaría y la mercancía se
acumularía en la desembocadura, en Yuma y en los nuevos
asentamientos. Su falta de servicio fue severamente criticado
y desde Yuma mandaron un joven político, Samuel Adams, a
San Francisco para promover un competidor. Adams recibió
mucho apoyo y hasta contribuciones de los comerciantes y las
agencias de los barcos que hacían viajes a la desembocadura.
Ese interés y apoyo incentivó a Thomas E. Trueworthy
a organizar la empresa Unión Line, y en febrero de 1864,
Trueworthy mandó el capitán Charles C. Overman en
el vapor Esmeralda jalando la barcaza Victoria, al Río
Colorado. El vapor era más chico que los de Johnson pero
tenía un motor de mayor potencia y podía jalar fácilmente
una barcaza de 100 toneladas.
Instalaron la barcaza Victoria como una bodega flotante
en el desemboque, pero el “burro” o pleamar lo destruyó
en poco tiempo. Mientras tanto, construyeron otra barcaza,
la Black Crook para usar en el Colorado. A principios de
mayo de 1864, Trueworthy llevó el Esmeralda, jalando la
Black Crook, río arriba por primera vez. Aun jalando la
barcaza cargada, estableció un récord de recorrer los 242
kilómetros del estuario hasta Yuma en tres días y ocho
horas. Más adelante, hicieron otra barcaza con el curioso
nombre Pumpkin seed (Semilla de calabaza), pero en 1867
este se inundó con una carga de fierro.
Otro competidor, la Philadelphia Silver and Copper Mining
Company, decidió entrar en el negocio para transportar los
productos de sus minas río arriba de Yuma, y a la vez ofrecer
servicio al público.
En San Francisco construyeron el barco, Nina Tilden,
97 pies de largo con capacidad de 120 toneladas, fue rápido
y de poco calado. El capitán George B. Gorman lo condujo
hasta la desembocadura y lo puso en servicio en septiembre
de 1864. No solo transportaba mineral de sus propias
minas, en cada puerto ofrecía comprar mineral en lotes de
10 toneladas de otras minas.
Mientras tanto, para competir, Johnson había encargado
otro vapor, El Mohave que entró en servicio en julio con el
capitán Polhamas. En 1865, Johnson consiguió dos barcazas
que nombró, con mucha imaginación, números 2 y 3.
El nombre Yuma fue asumido en 1873 por el pueblo en la margen izquierda del Colorado que hasta entonces fue conocido como Arizona City. Para entonces de ahí
salieron casi diariamente carretones y diligencias cargados con mercancías traídas en barcos rumbo a Phoenix y Tucson y otros pueblos. Fue nombrado capital
de condado en 1870 y la prisión territorial fue establecida ahí en 1876.
46
Al aumentar de dos a cinco barcos, la falta de vapores
en el río pasó a convertirse en exceso, contando vapores y
barcazas, se había acrecentado casi cinco veces. Una guerra
feroz se desarrolló en la desembocadura. Johnson, para
proteger la carga que tenía acumulada la llevó unas millas
arriba al puerto Gridiron2 donde los competidores no podían
tocarla. Él había comprado la mayoría de los depósitos de
leña y sus rivales tuvieron que organizar sus propias fuentes.
(Gridiron y algunos otros estaban en territorio mexicano,
entonces, ¿a quién los compró?)
Como no había suficiente carga para tener todo su equipo
trabajando, Johnson y sus competidores buscaban el negocio
de los mormones de Utah, quienes estaban fleteando con
mulas y bueyes jalando grandes carretones o “trenes” de
estos entre Los Ángeles y Salt Lake City, a un costo de $3,
000, 000 al año. Johnson les ofreció servicio hasta el Cañón
Dorado (unos kilómetros río abajo de la actual presa Hoover)
cuando el río traía suficiente agua y hasta Hardyville, unos
cuantos kilómetros más abajo, cuando el río traía menos.
Trueworthy les ofreció entregar su carga en Las Vegas
Wash (arroyo), aproximadamente 65 kilómetros río arriba
de Cañón Dorado. Los mormones aceptaron las dos ofertas
y su líder, Brigham Young, quien había soñado por años con
una salida al mar, dio instrucciones de construir el puerto
de Callville cerca de la desembocadura del Río Virgen, río
arriba de la actual ciudad de Las Vegas.
En 1865 no lograron llegar a ese nuevo puerto porque el
agua del río estaba muy baja. Siguieron tratando en 1866
cuando el río traía más agua y el Esmeralda con una barcaza
tuvo éxito, pero tomó demasiado tiempo. Para entonces, la
empresa de Trueworthy no tenía capital para seguir adelante.
Los barcos fueron embargados y permanecieron anclados
en Yuma por más de un año. El otro competidor salió del
negocio y con el tiempo Johnson compró todos los barcos.
La época de competencia en el Río Colorado había acabado.
En diciembre de 1869, Johnson y sus dos socios
organizaron una nueva empresa, la Colorado Steam
El Mohave II botado en 1876 fue el segundo y último barco fabricado
en Puerto Isabel. Fue el barco más grande del río y el único con dos
chimeneas. Fue muy popular para excursiones como esta fiesta del
primero de mayo de la escuela en Yuma.
Navigation Company. Para entonces tenían cuatro vapores,
Colorado II, Mojave, Nina Tilden, y el nuevo Cocapah II,
hecho en marzo de 1867. Tenían media docena de barcazas,
Black Crook, White Fawn, Yuma, números 1, 2, 3.
En la primavera de 1865, William H. Pierson, en su
goleta Isabel descubrió una ciénaga o entrada del mar en
la costa sonorense frente a la isla Montague. Cuatro o cinco
kilómetros adentro de esta ciénaga, el burro era mucho
menos severo que en el río, de manera que los barcos de alta
mar podían anclar y transferir su carga con más seguridad.3
Otros cuatro kilómetros adentro, la ciénaga era más ancha
y la empresa de Johnson hizo los diques y compuertas
necesarios para convertir un área en un astillero rústico
donde podían aislar del agua los barcos y barcazas para
poder repararlos y mantenerlos. El capitán Robinson estaba
encargado de todo, pero la vida en ese puerto solitario no era
apropiada para su esposa y su bebé, de manera que en 1873,
después de 20 años en el Río Colorado, se fue a trabajar a un
gran lago al norte de San Francisco.
Utilizaron el nombre de la goleta de Pierson para nombrar
el Puerto Isabel4 y al astillero le pusieron el equivalente en
inglés, Shipyard. Nos dice Lingenfelter;
Se me hacía curioso ese nombre porque me parecía que tenía nada que ver con un río o atracadero. La traducción común es parrilla o plancha, aunque su uso
más común actualmente en Estados Unidos es para nombre del campo de futbol americano. En el Pequeño Larousse, español-Inglés, English-Spanish, una de las
definiciones es carenero o varadero (lugar donde varan o carenan las embarcaciones para repararlas); en el diccionario Durvan de la lengua Española (1964), la
definición es carenar… mar. Reparar completamente el barco. De ahí suponemos: carenero. Según el mismo diccionario Durvan, el equivalente en inglés es careen,
palabra que se usa para nombrar la acción de acostar una nave en la playa, por la razón que sea. Quizás ese término era común entre los marineros de aquel entonces.
3
Existe la duda si todos los barcos de alta mar fueron descargados dentro las aguas del puerto porque en un lugar Lingenfelter dice que fueron descargados en
frente del puerto, es decir en el canal entre el puerto y la isla Montague. Especulamos que algunos necesitaban agua más profunda que la del puerto.
4
En un mapa oficial de la ciudad de Caléxico, del año 1920, aparece ese puerto con el nombre Alexandria.
2
47
El barco de alta mar, Montana
parecido a los otros dos de Johnson
y socios, el Newberneldaho. Este
último lo compraron cuando el
Montana se incendió y varó cerca
de Guaymas, siendo completamente
destruido. La ruta de estos barcos
fue de San Francisco a puertos
mexicanos como La Paz, Mazatlán,
Guaymas y Puerto Isabel.
Una villa de regular tamaño creció en tierras mexicanas. En una
sola línea había: carpintería, herrería, las oficinas de la empresa,
cocina, comedor, carnicería, bodega, un par de casitas y el viejo
vapor Cocopah, ya en tierra firme, servía de dormitorio para
los trabajadores. Atrás de estas construcciones había corrales y
cubiertas para puercos y gallinas. Cuando un barco estaba siendo
reparado había mucha actividad, los carpinteros, calafateadores,
torneros, caldereros, pintores y hojalateros cubrían la nave.
Con el astillero fue más fácil mantener los barcos de
manera que solo dos nuevos fueron construidos ahí. El
primero fue el Gila, terminado por el capitán Robinson en
1873. Con capacidad de 236 toneladas, medía 45 metros de
largo y 9.45 metros de ancho, solo requería 42 centímetros
de agua para flotar. Fue el barco más durable en el
Colorado operando por 25 años antes de ser reconstruido
y renombrado, Cochan, y con ese nombre operó otros 10
años. Fue retirado al fin en 1909, cuando el Río Colorado
fue cerrado a navegación con la construcción de la presa
Laguna unos pocos kilómetros río arriba de Yuma.
El otro vapor construido en el astillero de Puerto Isabel
fue el Mohave II, terminado en febrero de 1876, era el único
en el río con dos chimeneas. Tenía casi las mismas medidas
que el Gila pero solo necesitaba 30 centímetros de agua para
flotarlo que le facilitaba poder ir más río arriba y entrar
en algunas ciénagas donde las demás embarcaciones no
podían. Con el capitán Jack Mellon al timón, el Gila hizo 20
recorridos hasta la boca de Río Virgen, casi 1,000 kilómetros
48
de la embocadura del Río Colorado y así estableció el límite
verdadero de navegación.
En 1871, la Colorado Steam Navigation Company
tuvo su momento de crecimiento más importante cuando
compraron el Newbern, un vapor de alta mar y abrieron
una ruta directa de San Francisco al Puerto Isabel donde
sus propios vapores del río recibían los pasajeros y la carga.
Ese barco, hecho en Brooklyn, Nueva York en 1852, tenía
capacidad de 943 toneladas, un motor de 375 HP, y medía
60 metros de largo. Inició viajes mensuales al río el 2 de
julio de 1871, recorriendo los 3381 kilómetros en doce días,
aproximadamente la mitad del tiempo promedio anterior.
Gracias a la economía de tiempo que ofrecía tuvo mucho
éxito, y dos años después la empresa compró el Montana
de 1 004 toneladas. Ese barco tuvo mala suerte, primero se
varó en el golfo de California y fue jalado a San Francisco
para su reparación. Estuvo en servicio de nuevo, por solo
tres meses, cuando se incendió cerca de Guaymas y se varó
nuevamente, con pérdida total.
La compañía no se desanimó y compró el Idaho, casi el
mismo tamaño. En los años de 1870 transportaban más de
100 pasajeros al mes; el costo era de 90 dólares con cabina y
40 dólares en cubierta de San Francisco a Yuma, o viceversa.
Tuvieron algunos años de operación relativamente tranquilo
y con muchas ganancias, pero en el horizonte estaba el
ferrocarril Southern Pacific que empezó a extender su vía
desde Los Ángeles a Yuma, con la intención de seguir hasta
El Paso, Texas y más allá.
Con la experiencia adquirida, Johnson y sus socios
anticiparon los efectos que podía tener, vendieron sus
barcos a una compañía asociada con el Southern Pacific con
excepción del vapor de alta mar, el Newbern. Los socios,
Alfredo Wilcox y John Bermingham los compraron y ellos
organizaron la empresa, California & Mexican Steamship
Line para dar servicio con el Newbern entre San Francisco
y los puertos de La Paz, Mazatlán y Guaymas con buenos
resultados. Johnson se retiró a su rancho en California
donde criaba caballos de carrera.
La primera locomotora cruzó el puente de Yuma el
30 de septiembre de 1877 y los efectos se notaron casi de
inmediato. Con el tren, el flete podía llegar de Los Ángeles
en tres días y los pasajeros en menos tiempo y con tarifas
más bajas. El movimiento entre Puerto Isabel y Yuma casi
dejó de existir y el tráfico de barcos río arriba, mermó. No
tardaron en cerrar Puerto Isabel. Todo fue desmantelado,
y los materiales que estaban en buenas condiciones fueron
traídos para usarse en Yuma.
Todos los negocios de Yuma fueron afectados, y como
consecuencia de ello, la población, que había llegado a unas
1500 personas (alrededor de la mitad eran sonorenses y
yaquis), bajó a unas quinientas.
No encontramos evidencia de que el Gobierno mexicano
haya dado permiso para establecer el Puerto Isabel o que
cobraran derechos aduanales por la mercancía manejada
allí. Aunque antes de establecer ese puerto, dicen que
Johnson descargó los barcos a medio río sin tocar suelo para
evitar pagar los impuestos mexicanos.
No hay duda de que en la ciudad de México sabían del
movimiento de vapores en el río, y en 1874 mandaron al
ingeniero Jacobo Blanco para hacer una inspección del río
y la delta. Su reporte fue completo e importante aunque
no sabemos cómo lo recibió el gobierno federal y qué
acción tomó.
Como nota histórica, agregamos que la colonia Lerdo
fue establecida en 1874 por el general Guillermo Andrade y
socios, a unos 129 kilómetros río arriba del Puerto Isabel.
Las mareas altas llegaban casi hasta la mesa donde estaba
situado ese pueblo. Lingenfelter describe la colonia así: “…
aparte de unas rancherías Cocopah no había señales de vida
en el río hasta llegar a puerto Lerdo… ahí arriba de una
mesa estaba un pueblito agradable con eucaliptos por las
calles y unos 70 habitantes…”.
Aviso sobre la ruta y servicio de los barcos Newbern y Montana.
El pueblo Lerdo fue prácticamente abandonado en
1876 o 1877, por causa de una inundación que destruyó
parte del pueblo y se llevó los productos cosechados,
aunque Andrade y su socio capitalista, Thomas H. Blythe,
siguieron con grandes planes para el desarrollo agrícola en
la delta mexicana. La llegada del ferrocarril a Yuma, y la
consecuente falta de barcos en el río afectaron sus planes de
traer mercancía de Yuma en carretones.
El uso de barcos en el Río Colorado había casi terminado
por un tiempo, pero no para siempre.
Referencias
Álvarez de Williams, Anita. (1975). Primeros Pobladores de la
Baja California, Mexicali, Baja California, Talleres Gráficos
del Gobierno del Estado Mexicali, Baja California.
Ives, Joseph C. (1861). Report on the Colorado River of the
West explored in 1857 and 1858. Washington: Government Printing Office.
Lingenfelter, Richard E. (1978). Steamboats on the Colorado
River, 1852-1916. The University Press, Tucson, Arizona.
Sánchez Ramírez, Oscar (1994). Los Vestigios de Puerto
Isabel, Calafia, volumen VII, número 5, marzo de 1994,
Mexicali, Baja California, Universidad Autónoma de
Baja Calirofnia.
Sykes, Godfrey (1937). The Colorado Delta, American Geographical Society. Washington, D.C. Canegie Institution
of Washington.
49
Estación Delta
y la familia Espinoza Lamarque
L
a familia de doña Hilda Espinosa Lamarque llegó al
valle de Mexicali entre 1921 y 1922, procedente de
Estación Dimas, Sinaloa. Su padre, José Espinosa
Duarte, había trabajado en las vías del ferrocarril en Sinaloa,
y al oír que estaban por construir un ferrocarril en el valle
de Mexicali decidió buscar empleo en esa obra. Su esposa,
Soledad Lamarque y sus hijos, Ester, Leoncio, Antonia,
Roberto, Celia, y Arnulfo lo acompañaron. Posiblemente se
vinieron en uno de los pequeños buques de vapor como La Paz
(La Pacita, decía la gente), Río Colorado, Zaragoza, o quizás
otro similar. En aquellos años esos buques transportaban
a muchos pioneros del valle de Mexicali desde la costa
del Pacífico y del golfo de California hasta La Bomba un
“puerto”, o más bien, un fondeadero, localizado al sur de la
sierra El Mayor, o a otro desembarcadero que había en el río
Hardy, cerca del pueblo El Faro. Cuando el Hardy traía poca
agua podían llegar en lanchas desde La Bomba hasta este
puerto que estaba más cerca a Mexicali.
Cuando la familia llegó al valle, la construcción del
ferrocarril no había empezado, por lo que tuvo que dedicarse
a tareas agrícolas, incluyendo la pisca del algodón, pues no
había otra manera de sobrevivir.
En 1926 la madre de Soledad se enfermó y ella, ya
embarazada con Hilda, tuvo que regresar a Estación Dimas
para visitar y cuidar a su mamá. Allá en Sinaloa, el 15 de
julio, nació Hilda. Casi un mes más tarde falleció la abuela
y Soledad regresó al valle de Mexicali con su recién nacida
hija, Hilda. Después nacieron otros tres hermanos, José,
Alfredo (Feyingo) y el último, Héctor. En 2007, de los diez
hermanos, solo vivían Hilda y Héctor.
La nueva vía donde José Espinosa, padre de Hilda,
estaba esperando trabajar había sido un sueño desde la
administración del gobernador coronel Esteban Cantú en
1915 a 1920. En 1922 el presidente Álvaro Obregón empezó
a aplicar mucha presión a Harry Chandler presidente de
* Miembro de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali, A.C.
50
Jimmy Griffin*
la Colorado River Land Company para que esa empresa
construyera una vía de ferrocarril a La Bomba u otro puerto,
como San Felipe, dando acceso al golfo de California. No solo
eso, esa vía daría entrada a muchos de los terrenos de La
Colorado, lo que le permitiría abrir más tierras para colonos
mexicanos, que era otra de las demandas del gobierno federal.
El presidente Obregón amenazó revocar todos los títulos
de los terrenos de La Colorado, y dio instrucciones al
gobernador José Inocente Lugo de iniciar la construcción
de la vía del ferrocarril por cuenta del gobierno federal y
del Distrito Norte de la Baja California. Después de varias
negociaciones el presidente Obregón y Harry Chandler
llegaron a un acuerdo, y el 24 de noviembre 1924 firmaron
el Compromiso de la Laguna de los Volcanes, en que La
Colorado cedió a la mayoría de las demandas del gobierno.
Tomaron cargo de la construcción del ferrocarril y los
trabajos que habían sido suspendidos se iniciaron de nuevo. No
tardarían en cambiar el destino original de La Bomba y San
Felipe a un puerto nuevo en el lado sonorense del desemboque
del Río Colorado, así la vía pasaría por casi el centro de la parte
sur del delta. El nombre original fue Ferrocarril Mexicali y
Golfo, pero en 1929 fue cambiado a Inter-California Sur y la
empresa Southern Pacific, que era dueña del Inter-California
tomó control de la construcción y de su operación.
Cuando empezó la construcción en 1925, la familia de
Hilda Espinoza se estableció en Pascualitos, el punto de
partida de la nueva vía. El ferrocarril Inter-California,
entre Mexicali y Los Algodones ya operaba desde 1909, y
Pascualitos era una de las estaciones de esta vía. A medida
que avanzaba la nueva ruta se establecieron campamentos
donde se localizaban las oficinas y los almacenes temporales,
lugar en el que las personas ocupadas en la construcción,
ingenieros, supervisores, gente especializada y los de más
trabajadores, comían y dormían. En ese tiempo, el papá
de Hilda trabajaba como mayordomo en la vía, su esposa
Soledad tuvo una concesión de dar de comer, “el borde” le
decían, a un buen número de estas personas. Suponemos que
fue entonces cuando todos empezaron a llamarle doña Chole.
El hogar de la familia Espinoza Lamarque consistía
de una carpa donde vivía la familia y otra que servía de
comedor y cocina. Tenía una gran estufa de leña y todo el
equipo necesario para su trabajo. Cuando la construcción
de la vía había avanzado cierta distancia, el campamento
fue levantado y se trasladó, y así sucedía conforme iba
avanzando la construcción, la familia movía la carpa al nuevo
sitio para estar cerca del trabajo, doña Chole desmantelaba
y empacaba todo su equipo, incluyendo la pesada estufa,
y mandaba todo al nuevo campamento donde tendría que
instalarse nuevamente. Para llegar ahí tuvieron que pasar
por brechas ya que siempre estaba mucho más allá de la
terracería en construcción. Hilda cuenta que algunos de los
trabajadores cargaban al hombro a los hermanos más chicos
por que los senderos eran muy accidentados y resbalosos de
lodo o anegados de agua.
Al terminar la vía hasta Fuentes Brotantes, en la orilla
del desierto de Sonora, se suspendieron los trabajos de
construcción a causa de la crisis económica y la caída del
precio del algodón. Estación Delta, que estaba más o menos a
la mitad de la extensión de esa vía, fue un punto importante
y ahí la compañía ferrocarrilera estableció un campamento
permanente para los trabajadores de mantenimiento y
operación. Entre estos figuraba el papá de Hilda, y así su
familia fue echando raíces en ese naciente poblado.
El papá siguió trabajando en el ferrocarril y la mamá
abrió una tienda y un billar. Una vecina, doña Chabela
Montes, tenía otra tienda donde, que, entre otras mercancías,
vendía tequila y otras bebidas embriagantes. Algunos de
los clientes de doña Chabela, ya con copas arriba, llegaban
al billar y provocaban disturbios. Los pocos vecinos que
había en el lugar, se quejaban de estos escándalos; doña
Chole decidió cerrar el billar, se lo vendió a José Mendoza, la
misma persona que se lo había vendido a ella.
Estación Delta era normalmente un lugar tranquilo, pero
un día, tal vez por el billar y el tequila, el Güero Cárdenas, un
hombre muy argüendero, en medio de una discusión sufrió
una terrible herida en la barriga, una cortada que dejó fuera
buena parte de sus intestinos. Hablaron a Mexicali por el
teléfono del ferrocarril instalado en la tienda de doña Chole,
y de ahí mandaron un doctor en el carro del ferrocarril que
Mapa del delta mexicano del río Colorado con los ferrocarriles, InterCalifornia e Inter-California Sur.
servía de ambulancia. Para entonces el Güero Cárdenas
había tentado, sin mucho éxito, coser su propia panza con
un alambre delgado. Así lo llevaron a Mexicali donde en el
hospital hicieron un trabajo más profesional y efectivo y
Cárdenas se recuperó, sin dejar de ser chismoso.
Hilda recuerda que para entretener a sus hijos, su
madre les contaba de las cosas que sucedieron en el valle
en sus primeros años. Les contó que un día en 1925, llegó al
campamento el ingeniero Clark, el encargado del ferrocarril,
acompañado de un joven vestido de blanco, James W. Stone,
un ingeniero civil, procedente de Phoenix, Arizona, quien
tomaría cargo de los trabajos. Para enseñarle el progreso de
las obras lo llevaron por las brechas y el terraplén que estaba
en construcción. En la noche, el joven ingeniero regresó al
campamento temblando de frío y cubierto de lodo de pies a
cabeza. Doña Chole le prestó ropa limpia de su hijo Leoncio
quien era de la misma estatura y notablemente parecido
al recién llegado. Después, ella lavó y planchó la ropa de
Stone, y la familia inició una amistad con el joven ingeniero.
Existen fotografías de la boda de Esther, hermana mayor de
Hilda, en las que Stone aparece. El novio, José Romero, era
uno de los mayordomos que trabajaba en la vía. En una de
las fotos de la boda aparece Hilda de niña.
James W. Stone pasó todo el resto de su vida en Mexicali,
se hizo ciudadano mexicano, y llegó ser uno de los personajes
51
Soledad Lamarque de Espinoza llegó al Valle de Mexicali con su
esposo e hijos en 1922 procedente de San Dimas, Sinaloa. Con el
tiempo fue conocida mejor como doña Chole y llegó ser todo un
personaje en el área de Estación Delta.
Boda en Estación Delta en 1928. De pie, James W. Stone quien fungió
como padrino y Leoncio Espinoza hermano de la novia acompañados
por dos hermanas de la novia. Sentados, los novios, Esther Espinoza
Lamarque y José Romero.
más importantes de Mexicali en los años venideros. Murió
en enero 1979, y fue sepultado en un cementerio de Mexicali.
En esa ciudad hay una calle que lleva su nombre.
Hilda recuerda que en los años en que vivía su familia
en Estación Delta, sólo había seis familias más: la de Pedro
Arenas, la de Marcial Pelayo, la de Gregorio Lugo, la de José
Sariñana, y la familia Montes.
Gregorio Lugo siguió trabajando en el ferrocarril algunos
años. Todos vivían a un lado de la vía. La mayoría de las
casas eran de adobe parado o de ramas emplastadas de lodo
sostenidas con postes de álamo, mezquite o sauce, todos estos
eran árboles nativos del delta del Río Colorado. Los techos
estaban hechos de cachanilla, o de tule y los pisos de tierra
compactada. Algunos vivían en unos furgones viejos a un lado
de la vía donde estos habían sido instalados para este propósito.
El agua para todos los usos domésticos la sacaban con
baldes del canal Delta. En épocas en que no estaban regando
las tierras cultivadas, La Colorado, empresa dueña de casi
todos los terrenos del valle, cortaba el agua al canal para
evitar desperdicio, y entonces tenían que traer agua desde
una cisterna que tenía el ferrocarril en la estación. Las
locomotoras de entonces eran de vapor y utilizaban bastante
agua, de manera que era necesario tener el valioso líquido
almacenado en algunas de las estaciones. Estas máquinas
quemaban petróleo combustible para calentar sus calderas.
Algunas de las paradas o estaciones en esta vía fueron
Pascualitos, Lobo, Alamitos, Laguna, Cerro Prieto, Delta,
Bordo Rodríguez, kilómetro 39 Pescaderos, Kilómetro 43
Victoria, Kilómetro 49, Puente Río Colorado, Kilómetro 53,
Mezquital, Kilómetro 57, Coahuila B. C. y Luis B. Sánchez,
Sonora, Riito, y al final, Fuentes Brotantes, más tarde llamado,
Los Médanos, también era conocido por los ferrocarrileros y
vecinos como Punto de Fierro, pues ahí terminaban los rieles
en un obstáculo de acero para evitar descarrilamientos.
Por muchos años, en los pueblos donde no llegaba todavía
la electricidad, utilizaban velas o lámparas de keroseno para
tener luz de noche, pero Hilda dice que al oscurecer en Delta
echaban un polvo a un sistema de gas que utilizaban para
52
Esta locomotora, número 1387, vista desde arriba de un furgón, está
cruzando el puente 35-A, rumbo a Mexicali en mayo 1929. En septiembre
de ese mismo año se descarriló y cayó a las aguas del Río Colorado
desaparecido para siempre en el lodo (foto de Sherman Library).
Oficina y dormitorio del Sr. Schott, aparentemente el encargado de un
martinete. En kilómetro 55.5; 10 de julio, 1929 (foto de Sherman Library).
En la parte sur del Delta jamás sabían lo que haría el río. Aquí en km.
52, este campamento quedó inundado (foto de Sherman Library).
Aún en 1939 hubo crecidas del río Colorado que dañaron la vía y los
puentes. Aquí los trabajadores están tratando de desalojar materiales
que trae el río, tales como ramas, troncos y hasta árboles enteros,
que están presionando el puente y la vía. ¡En este caso perdieron la
batalla! (foto de Sherman Library).
iluminar. Tal vez eran gránulos de carbonato de calcio que
se echaba a un recipiente generador que contenía agua y
con eso se producía gas acetileno. De la “generadora” el gas
pasaba por la tubería a las lámparas donde necesitaban luz.
La vía del tren pasaba por muchos de los terrenos aún
sin desmontar que La Colorado rentaba a agricultores;
estadunidenses, chinos, japoneses, hindúes y mexicanos. Esa
fue una de las razones que motivó a La Colorado de invertir
en una línea ferroviaria; el ferrocarril llevaba los suministros
y equipo necesario para los cultivos y los pueblos nacientes.
En la época de cosecha transportaban en furgones el algodón
en hueso a las plantas despepitadoras de La Jabonera y a las
otras despepitadoras que había en Mexicali. Además, como
no había caminos aparte de angostas brechas, fue el principal
modo de transporte para los agricultores y sus familias y
otras personas que trabajaban y vivían en el valle. Mexicali
era el único centro comercial y de allí surtían las pequeñas
tiendas como la que tenía en Delta la familia de Hilda.
Hilda relata que en los años de los que ella tiene memoria,
su mamá recibía provisiones en sacos y cajas grandes.
Hilda y los otros miembros de la familia empacaban, fríjol,
azúcar, sal, harina, manteca y dulces en bolsas de papel de
varios tamaños. La gente del campo llegaba cada semana
a la tienda para proveerse de los suministros básicos, que
incluían también un paquete de cigarros para cada quien.
Les fiaban estas mercancías.
Unos comerciantes chinos, dueños de tiendas en
Mexicali, extendieron ese crédito y la madre llevaba un
récord de raciones proporcionadas a los clientes. Al entregar
los agricultores su cosecha a La Jabonera, esta empresa
descontaba de los cheques que recibían por su algodón, el
precio de los alimentos fiados. La Jabonera le pagaba a
doña Chole lo adeudado, y ella, a su vez, se lo reembolsaba
a los tenderos chinos. Por los años de 1930, unos chinos,
que sembraban hortalizas cerca de Mexicali para surtir a
la ciudad tenían unos grandes camiones con tracción en
cuatro ruedas, en los que llevaban sus verduras a Estación
Delta y otros poblados del valle.
La mamá de Hilda era una mujer, no solo inteligente
y atractiva sino de mucho carácter. Enérgica, valiente y
muy trabajadora supo enfrentar con éxito las condiciones
sumamente difíciles que existían cuando llegó al valle de
Mexicali. Una vez establecida la familia en Delta, doña Chole
empezó a preocuparse por la educación de sus hijos y la de
53
los hijos de sus vecinos. Como no había escuela en el poblado
la solicitó al gobierno. Las autoridades le pidieron que ella
mandara los nombres de cuando menos 20 alumnos, y ellos
le mandarían un profesor. No había tantos niños, pero doña
Chole se acordó de que había varios adultos analfabetos que
también debían aprender a leer y a escribir. En la lista que
mandó a Mexicali, además de los nombres de los menores,
puso los de algunos de estos adultos y logró que el gobierno
le mandara un maestro. Stone les donó dos viejos furgones
de ferrocarril y al mismo tiempo le regaló a doña Chole un
viejo cabuz, un carro pequeño que servía de oficina, comedor
y dormitorio para el personal que conducían los trenes y que
siempre era el último carro del tren.
Unos trabajadores de mantenimiento se ofrecieron para
construir un desvió temporal de la vía hasta los sitios donde
estaban la escuela y la tienda. Ahí bajaron los carros, les
quitaron las ruedas y los colocaron. Los dos furgones
fueron acondicionados como aulas de la escuela, y el cabuz
fue convertido en tienda. El primer profesor de la escuela
fue Gilebaldo Zavala, Salvador Venegas fue el siguiente, y
después el profesor Ramos.
En una ocasión, un militar, oficial del gobierno de
Agustín Olachea mató, sin razón, a un perro de la
comunidad, el oficial era altanero, pero doña Chole lo
regañó en presencia de los vecinos y él se fue con “la cola
entre las patas” como suelen decir.
La vía pasaba el bordo Rodríguez tres kilómetros al
sureste de Estación Delta; el bordo terminaba, en su
extremo suroeste poco distancia después de cruzar la
terracería de la vía. Este bordo era parte de un sistema de
diques (Ockerson, Sáiz, Vulcano, Abejas, y Pescadero, y
otros) que se empezaron a construir a partir de 1907 para
proteger los ranchos de los valles Mexicali e Imperial de los
crecimientos e inundaciones del Río Colorado.
Después del bordo Rodríguez toda la vía estaba sentada
en pilotos (troncos de madera parecidos a los postes de
electricidad y telégrafos), que habían sido clavados con una
máquina, martineta o martillo que era accionada con vapor.
Hilda recuerda que uno de los operadores de la martineta era
Enrique Cockran. Fue necesario instalar esos pilotes, porque
cuando el río crecía cubría todo los terrenos desde el bordo
Rodríguez hasta el otro lado del lecho principal en el kilómetro
49. Sin estos pilotes las aguas se llevarían la terracería y
también la vía. Incluso así, partes de la terracería y algunos
54
Tienda de la familia Espinoza Lamarque, en San Luis, Río Colorado.
doña Hilda Lamarque, don Alfredo Dipp y Jimmy Griffin, abril 3, 2006.
de los puentes fueron destruidos en varias ocasiones. Estas
enormes inundaciones no aminoraron sino hasta 1936 cuando
la presa Hoover, cerca de la actual ciudad de Las Vegas,
Nevada, fue terminada. Todavía después, por algunos años
hubo inundaciones muy fuertes pero de menores consecuencias,
aunque a principios de los años ochenta un crecimiento se llevó
el puente del ferrocarril en el kilómetro 49.
Hilda recuerda que cuando el río estaba muy crecido traía
troncos y árboles enteros y casas de madera arruinadas,
además de chivos, borregos y ganado bovino, vivos y
muertos. Comenta que el señor Brígido Ramírez llegó ser un
próspero ganadero cuando se dedicó a rescatar los animales
vivos que acarreaba el río.
Referencias
Kerig, Dorothy P. (2001). El valle de Mexicali y la Colorado
River Land Company 1902-1946, Mexicali, B. C., Colección Baja California: Nuestra Historia, Mexicali, Baja
California. Universidad Autónoma de Baja California.
Kirchner, John A. (1988). Baja California Railways, Universidad de Texas, San Marino, California, Golden West Books.
Este artículo está basado principalmente en unas pláticas
con doña Hilda Espinoza Lamarque y don Alfredo Dipp,
en 2006.
Libros, reseñas, comentarios...
Sergio Noriega Verdugo*
California: a history por Kevin Starr
C
alifornia: A History es un libro
de historia en inglés sobre la
entidad del mismo nombre,
desde que fue descrita como una isla
paradisíaca, por Garci Ordóñez de
Montalvo en 1510 hasta el ascenso
de Arnold Schwarzenegger como su
gobernador en noviembre de 2003.
El libro publicado por The Modern
Library en 2007 en pasta rústica,
es de 370 páginas de largo. Cuenta
con un mapa del estado, donde se
muestra la ubicación territorial de
los 58 condados que lo conforman.
Su superficie, dicho sea de paso, es
de 163 695 millas cuadradas, casi seis
veces el tamaño de Baja California. En
seis de sus páginas, el libro contiene
una cronología sobre la entidad, así
como y fotografías en blanco y negro
al inicio del prefacio y en cada uno de
los trece capítulos que le siguen.
Su autor, Kevin Starr, nació en San
Francisco en 1940, donde también
cursó la licenciatura de literatura
de habla inglesa. Posteriormente,
obtuvo la maestría y el doctorado de la
Universidad de Harvard en literatura
norteamericana. En 1974 obtuvo otra
maestría en la Universidad de California,
en Berkeley, en biblioteconomía. Ha
sido profesor de desarrollo urbano y
planeación regional en la Universidad
del Sur de California en Los Ángeles.
Después de servir como bibliotecario
del estado de California de 1994 hasta
el 2004, Starr fue destacado como
Bibliotecario emérito por el entonces
gobernador Arnold Schwarzenegger.
La popular obra del siglo XVI del
español Garci Ordóñez de Montalvo,
Las Sergas de Esplandián, debió haber
animado la exploración española
de California pues además de bellas
amazonas bajo el mando de la reina
Calafia, aludió a la existencia de oro
y piedras preciosas. Cuando Hernán
Cortés creó el asentamiento de la Santa
Cruz en 1535, en lo que ahora es La Paz,
debió haber creído que Baja California
Sur era parte de una isla.
Kevin Starr nos presenta su visión
de California como un estado nación
de gran diversidad étnica. Una entidad
de enorme riqueza natural, material y
aun espiritual. Aunque el estado es solo
uno de cincuenta entidades de la unión
americana, ya en 2005 representaba una
economía de más de uno y medio billones
de dólares, equiparable a la quinta
economía más grande del mundo. Con
más de 36 millones de habitantes en 2004,
de los cuales no menos de 20 millones
viven dentro de los cinco condados
que integran el área metropolitana de
Los Ángeles. Su mancha urbana, nos
aclara, constituye la segunda urbe con
más mexicanos del planeta, además de
grandes concentraciones de coreanos,
iraníes, armenios y etíopes.
Pero, a pesar de su actual aspecto
multicultural, California es producto de
una dinámica americana que fomenta la
ambición, competencia e inventiva de un
pueblo ante un entorno natural, diverso
y difícil. Confrontado por la escasez de
agua, donde dos terceras partes de la
precipitación caen sobre una tercera
parte al norte de su territorio, California
es el resultado de canales, acueductos,
presas y represas que conducen él
líquido vital de los altos de su superficie
montañosa a sus ciudades más pobladas
y a la transformación del desierto en
áreas de cultivo.
El recorrido histórico descrito por
Starr nos lleva, en orden cronológico,
al descubrimiento de California por
exploradores españoles, seguido por un
capítulo sobre la era colonial. Menciona
que Hernando de Alarcón o Melchor
Díaz fue el primer europeo en pisar
tierra de lo que se dio en llamar la Alta
California en 1540, en un lugar junto al
Río Colorado en la proximidad de Los
Algodones. Posteriormente, fue Juan
Rodríguez Cabrillo quien anclara sus
embarcaciones en la bahía de San Diego
en 1542. Después señala a Sebastián
Rodríguez Cermeño, aventurero de
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”.
55
origen portugués, quien nombró la
Bahía de San Francisco en nombre
del rey de España en 1595. El último
explorador español, mencionado en la
crónica de Starr, es Sebastián Vizcaíno,
quien nombró una bahía cercana a
San Francisco en honor al virrey de
la Nueva España, Gaspar de Zúñiga
Conde de Monterrey, en 1602.
Sin embargo, transcurrieron 167 años
antes de que llegaran los misioneros y
colonizaran primero la Baja y después
la Alta California. A falta de una
explicación definitiva, Starr argumenta
que la Nueva España no debe haber
contado con suficientes recursos,
económicos y humanos, para continuar
desarrollando California.
Según Starr, el Consejo de las Indias
promulgó leyes en 1680 respecto a
la interacción e integración de las
sociedades eclesiásticas y seculares,
donde la Iglesia y el Estado español
cooperarían en el establecimiento y
desarrollo de nuevos asentamientos en
América. Estas leyes contemplaban
que la Iglesia misionera se ocupara
de la evangelización y les enseñara
a los nativos artes manuales hasta
su transición a una sociedad secular,
donde pasarían a ser “gente de razón”
y una vez bautizados formaran parte
de una estructura parroquial bajo el
control de algún obispo local.
Sin
embargo,
las
misiones
asignadas bajo el cuidado de jesuitas
se orientaron a la adaptación del
catolicismo a la cultura de los que se
pretendía evangelizar, permitiendo a
su vez asentamientos semiautónomos.
Dos jesuitas prominentes, nacidos
en Italia pero asignados a la Nueva
España hicieron mucho por esta clase
de misiones. Eusebio Francisco Kino
era graduado universitario y de 1683
a 1685 sirvió de capellán y cartógrafo
en Baja California y después fundó
56
varias misiones al norte de Sonora y
hacia la confluencia del Río Gila con el
Colorado. Juan María de Salvatierra,
también altamente preparado, fundó
la primera misión con el nombre de
Nuestra Señora de Loreto y luchó por
que las comunidades jesuitas fueran
administradas por los nativos, con la
menor presencia de soldados y colonos.
Con el ascenso de Carlos III de
Borbón en España en 1759 cambió
el curso de las misiones en las
Californias. El inspector general de la
Nueva España, José de Gálvez, bajo
órdenes del rey, se ocupó en 1765 de
suprimir la obra de los jesuitas. Los
asentamientos de la Alta California
pasarían a ser administrados por
la corona pues, según Starr, se
encontraban amenazados por otros
países, entre ellos posiblemente por
Rusia. Gálvez en 1768 se ocupó de
reemplazar a los jesuitas con los
franciscanos del Colegio de San
Fernando en la ciudad de México,
encabezados por Junípero Serra.
Gálvez también nombró como
gobernador de las Californias a
Gaspar de Portolá, un catalán de
origen noble y destacado militar.
Pese a las protestas de la población
indígena, Portolá logró la expulsión
de los jesuitas del suelo español.
Juntos, Gálvez, Serra y el Capitán
Portolá elaboraron un plan sobre los
asentamientos en la parte norte de
California, con ese propósito se organizó
“la sagrada expedición”. Después de 236
años del primer desembarco por Hernán
Cortés, España finalmente llevó a cabo
la expedición de cuatro grupos, dos por
mar y dos por tierra, compuesta de tres
pequeñas embarcaciones y un total de
300 personas a California.
A pesar de la pérdida de uno de los
barcos, la enfermedad y muerte de
muchos tripulantes, los sobrevivientes se
reunieron en San Diego. Allí, Junípero
Serra fundó la misión de San Diego de
Alcalá en 1769, la primera de nueve que
él habría de iniciar en California.
A pesar de los constantes conflictos
con los gobernadores militares
por el maltrato de los indígenas,
particularmente por el abuso sexual
de sus mujeres, Serra encontró
comprensión y apoyo en el virrey
Antonio María Bucareli. El gobernante
de la Nueva España comprendió la
necesidad de una mayor presencia de
civiles y militares en la Alta California.
Por lo tanto, ordenó al capitán Juan
Bautista de Anza, emprender dos
expediciones: situar la primera ruta
terrestre del norte de la Nueva España
a la Alta California, una distancia de
aproximadamente 2 400 kilómetros,
y establecer un asentamiento en la
bahía de San Francisco en junio de
1776, habiendo llevado cuatro familias
enteras a través del desierto y junto a la
costa con todo y ganado para su cría y
supervivencia.
Los siguientes once capítulos de
California: A History, son igualmente
interesantes. El capítulo 3 versa
sobre la Alta California a partir de
la independencia de México, bajo el
rubro “Un territorio problemático:
la California mexicana”. Por lo
tanto, se trata de una experiencia
histórica compartida entre mexicanos
y estadunidenses, que nos ayuda a
comprender lo ocurrido en California, y
también las consecuencias que a tuvo su
desarrollo para la Baja California.
Kevin Starr ha escrito un magnifico
libro, ampliamente informativo. Su
narrativa es convincente y entretenida.
Su habilidad literaria le ha permitido
ligar los acontecimientos históricos
de la lucha por el desarrollo de un
pueblo y el drama humano que lo
acompaña..
Sociedad de Historia
“Centenario de Mexicali” A.C.
R.C.B.
2014. Toma de protesta de la mesa directiva de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C, que fungirá para el periodo 2014-2015. En
la foto de izquierda a derecha: Leocricia Gómez Hernández, pro secretaria; Jorge Núñez Verdugo, vicepresidente;
Miguel Ángel Lino Olvera, secretario; Lorenzo Hurtado Valenzuela, presidente; Yolanda Sánchez Ogas,
presidenta honoraria vitalicia y Rubén Castro Bojórquez, quien les toma la protesta.
S
ociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C.
En el año de 2003, la Cámara de Comercio
de Mexicali (Canaco) en forma conjunta con la
Universidad Autónoma de Baja California (UABC) realizó
el Diplomado sobre Historia Regional, coordinado e
impartido por la profesora Yolanda Sánchez Ogás. Dicho
diplomado se celebró de septiembre a diciembre de ese año.
Al término de los cursos, la profesora Sánchez Ogás invitó
a los alumnos del diplomado a formar una sociedad de
historia. Las reuniones de preparación para la formación
de la sociedad se llevaron a cabo durante el mes de enero
de 2004, concluyendo en la creación de una sociedad de
historia que lleva por nombre Centenario de Mexicali, y se
conformó con la casi totalidad de las personas que cursaron
el diplomado. Después de 10 años de vida de la sociedad,
de esos primeros fundadores continúan siendo miembros
activos: Yolanda Sánchez Ogás, Rubén Castro Bojórquez,
Sergio Noriega Verdugo y Eduardo Andrade Cisneros.
En estos diez años han dirigido a la sociedad como
presidentes: En 2004, Héctor Robles Fernández; Beatriz
Limón Gutiérrez en 2005; Yolanda Sánchez Ogás en 2006;
Benjamín Rentería Camino en 2007; 2008, Rubén Castro
Bojórquez en 2008; 2009 y 2010, Sergio Noriega Verdugo
en 2009 y 2010; Marco Antonio Buruel en 2011 y 2012, y
Esteban Valenzuela Robles en 2013.
Para el año de 2014 se eligió una nueva mesa directiva
(en la foto superior) conformada por: presidente, Lorenzo
Hurtado Valenzuela, vicepresidente Jorge Núñez Verdugo,
secretario Miguel Ángel Lino Olvera, tesorero Lizardo López
Mendoza, y pro-secretaria Leocricia Gómez Hernández.
La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C.,
en forma conjunta con la UABC, edita la revista El Río,
que por poco de más de seis años ha circulado entre los
mexicalenses amantes de la historia de Mexicali y su valle.
Adicionalmente, la sociedad celebra actividades tendientes
a la difusión y comprensión de nuestra historia regional.
3
El Instituto Mexicano del Seguro Social
Clínica del IMSS en Mexicali, B.C. 1968. Ubicada en avenida Lerdo y calle G, en la actualidad
lleva el nombre de Doctor Humberto Torres Sanginés.
4

Documentos relacionados