roles a cumplir por el estado, empresas e instituciones en la

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roles a cumplir por el estado, empresas e instituciones en la
ROLES A CUMPLIR POR EL ESTADO, EMPRESAS E INSTITUCIONES EN
LA PRODUCCION DE CONTENIDOS INFANTILES.
Quiero compartir con ustedes algunas reflexiones y sugerencias tendientes a modificar
el actual paradigma que predomina en la emisión de contenidos infantiles. O sea aquel
que prevalece por la presencia de los contenidos en su casi totalidad provenientes de las
usinas de producción y distribución de EEUU y que nuestras infancias reciben a través de
las pantallas y pantallitas de todos los medios audiovisuales. Y para comenzar les pido
disculpas por hacerlo con un relato autorreferencial dado que lamentablemente somos
muy pocos los que nos dedicamos a la docencia y a la producción relacionadas con los
contenidos infantiles y adolescentes
Cuando en el año 2001 la Carrera de Diseño, Imagen y Sonido de la Facultad de
Arquitectura de la Universidad de Buenas Aires acepta mi solicitud de incluir una
materia dedicada a la enseñanza de producciones de cine y televisión para las
audiencias infantiles y adolescentes, coincidiendo en la necesidad de que éste género
forme parte de la preparación de los estudiantes, comenzaba también a ser posible
que en un futuro no muy lejano las niñas, los niños y los jóvenes descubrieran que no
solo el cine y la televisión norteamericana se ocupaba de ellos. Y en la tarea de
confeccionar el programa de la cátedra, y como consecuencia de una búsqueda de
antecedentes en programas que de la misma materia se estuvieran dictando en otras
escuelas de cine tanto de nuestro país como del extranjero, me sorprendí al constatar
que ésta disciplina no se impartía en ninguna escuela de cine ni de televisión del país
ni del mundo y que por lo tanto estaba ante la preocupante situación de crearla sin
más ayuda que mis experiencias docentes dedicadas a otras disciplinas y en las
producciones para el cine y la televisión que había realizado en ése género. Pero a su
vez verificaba la absoluta ausencia de interés del cine y la televisión para la infancia
por parte de la totalidad de aquellos que tenían la responsabilidad de preparar a los
futuros profesionales en los medios audiovisuales. O sea de los responsables de
delinear los objetivos y los contenidos que debían ser impartidos a los estudiantes en
las escuelas de cine y de televisión. Esta realidad también suministraba una respuesta
más que elocuente a una de las causas que explicaban la escasa producción de
películas argentinas dirigidas al público infantil desde el año 1945 al 2008 pues de un
total de 2.217 películas solo 77 producciones, (el 3,40%) habían incursionado en éste
género y la escasa cantidad y calidad de las producciones dirigidas al público infantil
en la televisión nacional pública y privada.
Recuerdo que las autoridades de la Carrera eran muy escépticos en cuanto al interés
que podría despertar ésta materia entre los estudiantes, una de las razones que la
misma ingresara en calidad de optativa, y como con el correr de los años se fue
instituyendo como la materia más concurrida entre las que tenían ésa valoración. En
ésta misma línea destaco la inclusión en el año 2008 de la misma asignatura en la
ENERC, la escuela de cine del INCAA, pero en éste caso incluida como materia
cuatrimestral de cursada y aprobación obligatoria.
También recuerdo que hasta el año 2009 comenzaba mis clases aclarándoles a los
estudiantes que en verdad los conocimientos a impartirles no iban a contar con
posibilidad de aplicarlos en el campo profesional dada la falta de interés en esas
producciones por parte de la industria y los medios audiovisuales.
Pero a partir del 2009 ya no comenzaba mis clases del mismo modo porque esperaba
que a partir de la promulgación de la Ley de Servicios audiovisuales iba a generarse la
necesidad de producciones infantiles por cuanto en ella se expresa claramente el
interés en la infancia en su art.17 que crea el Consejo Asesor de la Comunicación
Audiovisual y la Infancia y en el que formula, la elaboración de propuestas dirigidas a
incrementar la calidad de la programación dirigida a los niños, niñas y adolescentes;
propicia la realización de investigaciones y estudios sobre audiovisual e infancia y de
programas de capacitación en la especialidad y entre otros importantes conceptos, la
obligatoriedad por parte de todos los canales de emitir programación para las
audiencias infantiles.
Si bien la situación siguió cambiando pues el INCAA comenzó a incluir concursos para
el cine y la televisión dirigidos a incrementar la producción de contenidos infantiles
como así también el estreno anual de una película infantil de largometraje y en cuanto
a la emisión de una programación en la televisión dedicada a las infancias con un
emprendimiento muy valioso, me refiero a la señal de cable PAKAPAKA en éste caso
específicamente dedicada a la televisión educativa infantil, nos encontramos con una
contradicción: por un lado el Estado intenta promover las producciones infantiles y por
el otro lado la existencia de un magro crecimiento en la calidad y en la cantidad de las
producciones diseñadas ya no en el enriquecimiento de la televisión educativa infantil
como reitero, muy bien las desarrolla PAKAPAKA, sino en producciones que
participen del mundo lúdico de los niños o sea de los importantísimos momentos de
los niños frente a las pantallas con el único objetivo de entretenerse. ¿Cómo es
posible que teniendo un marco legal apropiado y un Estado Nacional consiente y
ocupado por los medios audiovisuales dirigidos a las infancias nos encontremos con
una industria audiovisual que no solo genera pocas obras sino que muchas de ellas no
responden a los estándares de calidad ni al interés de las audiencias infantiles y
juveniles? ¿Por qué directivos de programación de muchos canales de todo el país no
ayudan a sus infancias promoviendo programaciones de calidad que no solo persigan
el cumplimiento de la ley y/o ingresos económicos sino que los entretengan, diviertan y
en ése camino del goce, los espectadores puedan encontrarse para su mejor
desarrollo, consigo mismos, con sus pares y con los adultos? ¿Acaso la producción y
emisión de éstos contenidos no es una obligación cívica que deben asumir al ser
responsables de los medios de comunicación audiovisual?
Voy a responder a estos interrogantes exponiendo una cadena de situaciones que
confluyen en una ecuación cuyo resultado podría cambiar el presente estado de
situación de la producción de contenidos infantiles y es la siguiente: con más y
mejores hacedores de contenidos audiovisuales infantiles habrá mayor oferta de
buenas propuestas y entonces seguramente éstas encontrarán más y mejores
accesos a las pantallas y pantallitas o sea que: ¡con más educación tendremos más y
mejor producción! Para ello se hace imprescindible la inclusión de una materia que
difunda esos conocimientos en todas las escuelas de cine, de televisión y de artes
audiovisuales existentes en el país. Aclaro que en algunas de ellas confunden la
enseñanza de las técnicas de dibujos animados con la enseñanza del género específico
que engloba a todos los conocimientos imprescindibles para abordar una producción
audiovisual para el público referido.
Los aproximadamente 17.000 estudiantes que cursan carreras universitarias y
terciarias de cine, televisión y artes audiovisuales en todo el país deben tener la
posibilidad de acceder a esos conocimientos de la misma forma que acceden a todas
las materias necesarias para aprobar sus carreras e ingresar preparados a ejercer sus
profesiones. Concretar ésta iniciativa es también de absoluta responsabilidad cívica de
los directivos de todos los establecimientos educativos públicos y privados.
Ahora bien. El nuevo problema que se presenta a resolver es la generación de
docentes formados para el dictado de ésta disciplina. Y no es de muy difícil solución.
Como en todos los aspectos importantes de la vida ciudadana y sobre todo en
aquellas dónde las infancias son protagonistas, el Estado Nacional y los Estados
Provinciales y Municipales deben intervenir y por ejemplo en el tema que me ocupa es
aprobando aquellos planes de estudio de las escuelas de artes audiovisuales que
incluyan ésta materia como así también de espacios de formación docente y de
investigación crítica. Y en el mientras tanto el Ministerio de Cultura, las Secretarías de
Cultura de las provincias y municipios y las empresas licenciatarias de los canales de
televisión deberían aportar al estudio de éste género organizando Talleres y
Seminarios para todos aquellos que deseen interiorizarse en la realización y la
producción de contenidos infantiles y en la formación docente. Se asombrarían del
excelente resultado presencial que tendrían sus convocatorias y de los cambios
perceptivos hacia la infancia que estas iniciativas generan.
Estas propuestas deben ser pensadas y llevadas a la práctica con carácter de
urgencia porque son el camino para que las niñas y los niños profundicen en la
diversidad cultural de nuestro país y de Latinoamérica y no sigan en la creencia de que
las producciones norteamericanas son las únicas que okupan esos espacios y porque
nadie puede dudar de la importancia definitoria que asumen las representaciones que
se construyen sobre las nuevas subjetividades infantiles y sus relaciones con los
medios audiovisuales de comunicación y que no puede haber calidad y cantidad de
producciones dirigidas al público infantil sin la específica capacitación que exigen éstas
“cajas” y “cajitas” presentes en casi todas las actividades cotidianas de la infancia y la
adolescencia.
Y si bien ya es un poco tarde para comenzar a ocuparse de la educación de nuestros
futuros profesionales como hacedores de contenidos para el universo de las pantallas…”
más vale tarde que nunca”.
En cuanto al incremento de películas infantiles creo necesario intensificar las ya
iniciadas conversaciones promovidas por el AFSCA y el INCAA para que entre todos
los actores de la industria audiovisual encontremos los caminos para adecuar con
premura los términos de la Ley de Servicios Audiovisuales. En ésta línea y en él
mientras tanto hago un llamado tanto a los directivos de los canales de aire, de cable,
nacionales y provinciales para que reciban las propuestas de los productores y
estudien formas de participación económicas y financieras en las mismas para
incrementar la producción y enriquecer sus pantallas con nuevas expresiones del cine
infantil nacional.
Los medios de comunicación audiovisuales, se constituyen como uno de los terrenos
más fértiles para avanzar en la comprensión de las nuevas subjetividades de niñas,
niños y adolescentes, pues en ellos se entremezclan los formatos, las narraciones y se
generan diversas relaciones entre espectadores y cultura.

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