después de “colorin, colorado, este cuento se ha acabado”

Transcripción

después de “colorin, colorado, este cuento se ha acabado”
DESPUÉS DE “COLORIN, COLORADO, ESTE CUENTO SE HA ACABADO”
El relato que voy a escribiros está basado en un cuento tradicional que todos
conocemos pero lo que nadie sabe es lo que ocurre tras “el colorín colorado, este cuento se ha
acabado”.
Érase una preciosa niña llamada caperucita roja, que como todos sabemos fue a llevar
la merienda a su abuelita que vivía en el bosque y estaba malita. También es bien sabido que
se encontró con un lobo con piel de cordero y que en las siguientes páginas se transformó en
un terrible animal que estaba tan hambriento que se comió de un solo bocado a la abuelita y a
caperucita. También sabemos que por casualidad apareció un afamado cazador que resolvió el
problema y se convirtió en el gran héroe. Tras esa heroicidad viene aquello tan peculiar como
el colorín colorado. Pero la historia continua……
Después del gran festín que se organizó por el éxito de la operación del cazador, todo
volvió a la normalidad. La mama de caperucita continuaba con sus quehaceres diarios.
Caperucita siguió con sus estudios. Del terrible lobo, no se volvió a tener noticias. El cazador
fue testigo de cómo la niña se convirtió en una hermosa joven. “Será la esposa perfecta para
mi hijo”-pensaba mientras la observaba día a día. Darío, el hijo en cuestión, era una bella
persona, al igual que su padre. Poco a poco fue ganándose la confianza de Caperucita, hasta
que finalmente la conquisto.
En la mayoría de los cuentos que conocemos, tras el sabido “se casaron y comieron
perdices” se termina el cuento. Pero este no es el final de mi historia. Si es verdad que se
casaron y que su historia de amor fue preciosa, pero lo que solo saben los habitantes de la
pequeña aldea donde vivían y que el resto del mundo desconoce, es que después de unos
años de envidiable felicidad, apareció un monstruo mucho más feroz terrible que el lobo.
Todo comenzó una fría tarde de invierno, Caperucita y Darío se instalaron en el
bosque, en la casa de la abuelita. Cuando helaba, los caminos se volvían intransitables. Bueno
pues un día, Caperucita salió más tarde de la oficina. El bosque fue invadido por la oscuridad,
el hielo cubría por completo todo el camino que Darío y su padre cimentaron. Caperucita vio
que una pequeña ardilla se cruzó en su camino, dio un volantazo para tratar de esquivarla y
con tan mala suerte que el coche cayó por un terraplén. Es entonces cuando apareció el más
horroroso y temible monstruo. Discapacidad le llaman algunos.
Darío se hizo con el antídoto más poderoso que hay para combatir las terribles
secuelas que le produjo el terrible accidente como tristeza, abatimiento, desánimo y
melancolía. Esa arma tan poderosa es El AMOR.
Así fue como Caperucita fue saliendo poco a poco del pozo donde se había hundido.
De la mano de Darío comenzó a caminar con las que a partir de ese momento serían sus dos
inseparables compañeras, las muletas. La sonrisa comenzó a dibujarse tímidamente en su cara
y la tristeza poco a poco fue desplazada por la alegría. Todo culminó cuando Caperucita se
convirtió en madre de una preciosa niña, a quien también su abuelita le tejió una hermosa
capa roja.
Este si es el final de mi historia
Mª Nuria González Sanz

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