la condicion miserable` di, `l privilegios
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la condicion miserable` di, `l privilegios
e.^2 Q ex 26 E;NRIQUETA VILA VILAR LA CONDICION MISERABLE' DI, 'L PRIVILEGIOS clal en los pueblos del interior, hasta el punto de que muchas personas se quedaban sin ir a misa por no tener con qué vestirse,-511 las clases acomodadas, el gobernador y alto clero (obispos y prebendados) vivian con demasiada holgura, roduados de criados y esclavos, haciéndose servir en vajillas de plata y guardando batines abarrotados de ropa de todo tipo, máximo lujo que en la isla podía existir en aquel momento. 5' Era, pues, tala sociedad abigarrada y difícil, liufiitadet iair los condicionamientos econl micos, de escaso crecimiento y en pleno período de formación sin un orden lógico y sin unos estamentos en que basarse. Sociedad en la que a decir del famoso soneto anónimo del siglo XVII «es lo mejor de todo un poco de arre». ENRIQUETA VILA VILAR I.-CONCEP'T'O DEL "MISl ILAt3t _t: C;L ^,t Y PRIVILEGIOS Concepto jurídico Fue a partir de la famosa ley uraica, C . yuandei lId/ir : ^l tor ínter pupillos et viduas, debida al emperador CutlAtal,tino , cuando comenzó a formarse el concepto jui ¡(lit 1) dei miserable y el elenco de privilegios que, cOil]U a tal I url1*.. pondían . El tema dio lugar a una amplisinia litera[ iu iJ . apenas podremos encontrar autor clasil i^ era inri lt i,l iii : dica que, con mayor o menor extensión, no lia,, a 11 ,d at11 r la cuestión . Más aún , algunos autores compusieron ti especiales sobre los privilegios pertenecientes a One,a categoría de miserables., Precisemos el concepto . Los antiguos suiiat1 di e lll.;ls,i entre miserabilis , m iser y misereadus . Alvarez de autoridad de prestigio en la materia, ' recoge las diiei t_i,( que apuntaba Ovidio eu el libro 1 die la ;llr°t lar,tlrr r:n «Miser , qui nec infelicitatis consolatorem aut ccx7^Ul tlltr :=: habeat; miserabilis , habeat; miseratidus, qui est di;uir;seratione ». Ahora bien , jurídicamente las tres ^rults :r r^ maban como sinónimas, siendo el término miserabl r i isa' tomó carta de naturaleza en el campo del derecho, lat x111 58 López de Haro al rey Puerto Kicu, 12 de tele rrru de li;l5 A. ,. L. Santo Uumingo, 172, I12. E9 Eulre loa bienes yue s,. erraba rga ron a do.. Joan Ue Ilaiu ale ^s de celebrarse 1 son clásicos los ele Rebullo: fl.. privrl,'Ul.s Y.Aulu,Ii,orurr. í De p,1tvilegls raeaticorum , lib. 111, Parisils, 1621. 2 De privileplis puaperum et mQo,ulrfAurn e''rUna .um- i,laJ..a ..., Ju,cio de resideno.ia se enuon(r., ron gran e.anridad de Joyas, cirleurs de Dlura, ropa Rento Choplnus: y esclavos. Ademas de cierta canlidud de moneda Gua durno de la Itesl^leorla Je lloro üepl la nilire, 1631 . \ (;.1, EscrWania de CAuu.r:., ¡22. d. núm. 5. 244 Tomo XXVIII kq^ i 2 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL iNDIo que los autores buscasen la etimología del término. Para ello acuden a San Isidoro. «Miserabilis, dicet signiticat quasi la frase famosa de Séneca, califica de rnisetia aui, la felicidad: «Miserum te indico, quod nona 1uisti iuiz,... > . lrabilem miseriae». Y a muchos autores les pareció bien esta Tal cúmulo de dificultades hizo que los uta^c,, tt.: i buscar el concepto jurídico del miserable, pic, ilal1 r.,I, dar una definición genérica y precisa, al mismo tieii,pu, t¿ut alcanzase a todas las clases, para estudiar los diStititúi l !l pos de personas a las que pudiere convenir el ternurluY aquí ya encontramos una cierta unanimidad conceptual. Se trata de personas que: a) inspiran cornpasion, l,tt,i,tt'1' iniuriam fortunae »; b) precisan una especial prutet ctt;u, y e) cuya determinación, en concreto, fuera de los c!al'allieutt precisados por la ley, se deja al dictatuerl del jucr definición. Sirva d ejemplo el 1'anroso Pedro lRebuffo.'' Pero el concepto es muy amplio. Tan amplio que alcanzarla a toda la humanidad. Así lo entiende Velasco: «Todos los hombres serían miserables, conforme a la sentencia de Job: horno natus de muliere -..repletur rnultis miseriis». 4 Y Villarroel: es de tanta latitud, que (le las personas miserables de que aquí se trata, «no puede ajustarse bien, y tiene tan grandes ensanches que incluye a todos los hombres».'° El famoso Palacios Rubios, de tanta raigambre arnericanista, recoge también esta definición: «miserabilis dicitur quod fit miseriae habilis», pero a modo explicativo, añade a contiiniación: «et propiae apellatur miser, eo quod omnem felicitatem amisserit». é Efectivamente, la generalidad de los autores recogen la segunda de las etimologías formuladas por San Isidoro: «miserabilis, quod amisserit felicitatem...».7 Pero también este concepto de miserable es confuso y puede aplicarse a todos los hombres. Velasco prueba con multitud de textos de los clásicos griegos y latirnos, y aun de la misma Escritura, que es miserable el pecador, es decir, cualquier criatura humana; el pobre y el rico, el que tiene amigos y el que carece de ellos... De tal manera que, haciéndose eco de 3 Tractatus de s,dlnatWnes núm. 7 . reptan benientits Está publicarlo 4 De prtvilegUs ,..,, 1578 , Han Isidoro iu quo olio no , oIonlae, 1613, Art. deNaratur 111, glosan última, t 11, ti, ta - 11, uuoo. 1 y Pacilt*'o p uuton de los dos cuchrllos 1'outlJielo u Regio, t. 11, port 11, Vuarst . X.IV, a ,t_ 111, núm,, 2 6 Cornmentarta et mantrrae , c'nugru,attrs, con otros tratados de Fcdro «urdo, 5 Govlerno eeleski.vtic'o Madrid, 1738, prrteutetlr iaábat,v se^n prnv!istollullhus hule m...t lt, tao De repetitio ,iuslattonc ttul, tirar rolar vir et et co ,oitull, per' ux r , 1, notab . ✓ estras, de dono tionil,us, Sal- 2, Odios 5 y 7, págs. 388-89. dice exactameid e: ,%l Sor propilo, yu0,1 un^ncm ir lcrinteut eundllin ai,tell otee runc'lo,, 1,01,' 1, Ill(,ri nll ^, propter yuu,l Iam ;ot^usentut vn:un amisse rlt; se- ylll In 'l'na,'. 111.1,,,o ,,, I .,, ,,,J ,Ou t,lU9 t'OCllt, ,Yl i:,,.,,,I o1,-,. •„i,nl su nu^^, inc h.,L1I,n. tliluu+otug mru sr lib. X, en Migae , pig- t, 82, vol. 3031 7 Véase por ejemplo Nuvarlo, J, M. ; V-111 auols.vlmu E, ,ICFitu.v de elocttonr rialtOnE 246 Jori, Venetii.l, 161,1, págs , lid os ct r,u- algunos autores : El cardenal Tuschus: ull'lísétabílis.. qutbl :, natura movetur ad miserandum». 9 Novarius, ugtiurutu tiat ura propter fortunae iniuriani nos movet ad miáerandun, «Omnes quos naturaliter miseramur proter iniurialn,, dirai Silvestre Prieris .lq O «quia natura movetur ad rniseran lttl ) eis», que dijo Palacios Rubios. 12 Otros harán hincapié en la necesidad que tienen de protección y amparo. Rebuffo, después de citar a los exprr3a mente señalados por la ley, añade: c<Item, aliae l.)ersutnnt' ln quibus maior ratio providandi iussit, vel aequalis, ititlt: furia erit». 13 Más claro aún, don Martin de Azpilcueta: - nli^e bilis personae omnes curatore vel tutore egentes», 11 idt-a que aparecerá muchas veces a lo largo de este trabajo.. 8 De prtvliegtts ,.., 9 Practtcararn t. 11, quasi, II, núm. 2. ronelulionum turis, Franco(lrt!, 1623, vol, V, .., 10 P,'axta novtsatma ..-, lbldem, y T golotius de La11NOnla el Colonlae, 1739. Praeluditm,, VII, núma 13. 11 Summa summarum quae syleestrina dtettur, 12 Coenmentarta et repetido et capitule, per ccs(n s, dr 1578 , De donatlone Ínter vir et Xor, 1, notab . 2, n,° 5, 13 Tractatue de aententlts ..-. pág. 734. 14 Conntttorum , seo responanruei, en. Otrora llw niu. .,. neluS. 1•;, I elortct, ve¡ inonacht , Conaliturn , 1, pág. 266. Velasco agrega. al r,u:,o:: "omnlbue silla, que alterlus arbitrio regunlor. ilota 1u(, non t;aent ,..,,..,.,,^.., q. XIX , n.o 4), También Solórzano , "ex Poe esse Ínter nassrra l,i 1.-a t.•:: >.,, . (l)' rndun quod ocipsoa refiere nequeant , et allurum tutela egeaat ti b. 1, t. 11, cap. XXVII, u,e 71). T.M. XXVIII 4'r -1 PAULLNO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEI. INDIO Pero, cuino apunta Villarroel, neo es posible hacer una lista completa de Inise^rables. Aunque en el derecho se catee¡ Son muchos , en efecto , los terininus usadu. ert l,t 15a!,ll.t para expresar la cundicion dei pobre. algunos, eno por eso se escluyen otros, en quienes se halle semejante soledad, desamparo y desdicha». ' Por eso, será idea común en los juristas dejar al arbitrio del juez si tal persona es miserable y puede, por tanto, gozar de los privilegios: «Sed quae altae dicantur rniserabiles arbitrio iudicis relinquitur», dice Rebuffo. Y Novario: «in arbitrio iudicis repositum esse, quaenarn miserabiles personae nuncupari debeant». 17 «Relinquitur arbitrio iudicis», repetirá Marta. 1,1 Y claro dirá Lanibien el gran Covarrubias: «Relinquendum est arbitrio iudicis, quae dicantur rniserabiles personae praeter expresini in iure norninatur».'1 Con razón pudo escribir Mascardu: «quá ni re (quin dicatur eL probari possit rniserabilis) plerisque placuit, rniserabiliurn quem esse prubari ex qualitate personae, id tatuen relinqui arbitrio iudicis». =° Lo mismo escribirá Nfenochio: hay per,,onas miserables «a lege sic definitas..., alias quae iudicis arbitrio ciusmodi extimantur». los más significativos y cercanos a nuestro teiua. Por rltliiplo: Dal, significa el ser débil, miserable , insigu1rit^antt _ l) , ? ,' x a- Concepto bíblico En la elaboración del concepto jurídico de miserable los autores recurren frecuentemente a la Biblia. Concretamente al Antiguo Testamentca. Es una cita, más que frecuente, constante. Hasta hablan de un concepto bíblico de miserable. Pienso que son los «pobres de \'ave» de los txeget ts, 15 Oovicrnu er.tesin sttco..., t, LI. Qu,,r:Jt XI V art 16 7'rae'tatus 17 Du plal, l lrglis . 18 'I'ractatus 19 da sume nliis.. De I'raehníl uta, VIII, i.e 9 22 A. Gelln: tr tices uona,n. Vulentl.le, ]77ú, -1, VI, ¡,al, 109. arbttrarOs tudaunt t tus um 1o6i qu cy ra tion.bus , 1 , guau- rn ulur ruc. .v a. ucu^rvn, 1090, pág. 213. 248 ---Contra la esclavitud : «Y reuni una gran asamblea -. y dije: Nosotros .., hemos rescatado a nuestros herl:autltl_. los judíos, vendidos a las gentes : ¿y ahora venderíais vosotros mismos a vuestros hermanos'!» (Nehemias, 5, 7-8a. --Contra el comercio fraudulento: .^iYlercu{ier de ht _.l1 falso y amigo del fraude , Efraín dice: Pero Inc he earlciítt• cido, he llegado a la opulencia . Mas todas tus galiau( i,,:; ,»bastarán para pagar las culpas que has eoinetidob 12, 7-8). M, r, , dr- turladua ion Avenluue. 1601, }are. 11, ca N. 21 Pract A:aruv+ -Contra los funcionarios sin entrañas dicen: .-del que edifica su casa con la injusticia , sus salones ron la liiiquidad , haciendo trabajar a su prójimo sin pa: arl sin darle el salario de su trabajo ...» (Jer., 22, 13). a rt 111 , glos.,a t, Itfni:t, l.úg 'i_l5 20 De proba liun 1bus, 1,t auc„tur tt, 1545, 21 es el pobre en un estado de miseria. Se usan talnbicu ius términos ani y anau, ambos de la raiz anah . Y atauh si nafica estar encorvado , hundido, agobiado . El une es el hurll:,rt que inclina la cabeza bajo el golpe de la fatalidad, de la miseria y de la aflicción. 23 Es el hombre que se encuentra en un estado disminuido de valor, capacidad y vigor.. , bajo el peso de la miseria .21 Es un ser, pues , infeliz , necesitada de amparo y ayuda. Los profetas del Antiguo Testamento se rttJ:; t;, t ;.t a.. liíl como apologetas de estos miserables . Es la miseria cii: 1 arllr: y hueso la que les arranca frases duras y tiernas a la transidas de emoción . Protestan por la injusticia. Se 01 11111, contra todas las formas de opresion : d. 1,... pág. 18 no. 23 Cfr . Le Los pobres de Yape, Dieu des pauvres, del Barceluua . 1965. Tr•1,1 de J..ce Cuaderno Troncal (111 h.ru n911, .. , citado por Paúl de 9urgY : Las grandes etapas del »liste, to de 1985 , Trad . de José María Zaingul , pág 135. 24 Gelln , Ob. cit ., pág. 18. Toma 17.---Anuario. XXf t.e •.r... n„«u. 15;.:; -!,.:. II/ i`) 6 PAULINO CASTAÑEDA --Contra la arbitrariedad de la justicia: «Tornan el juicio en ajenjo y echan por tiérrra la justicia » ( Amós, 5, 7). Y no es un clamor personal de los profetas cOmo irsdi-viduos. Es la gran masa de los desheredados y oprimidos la que clama por boca de ellos: «Oid esto, vacas de Basan... que oprimís a los débiles, maltratáis a los pobres (Ata. 4, 1). Ay (le los que dan leyes inicuas, Y de los que escriben leyes tiránicas para apartar del tribunal a los pobres de mi pueblo y conculcar el derecho de los desvalidos» (Is. 10, 1-2). .Haced justicia :ti huérfano, al pobre; Tratad justamente al desvalido y al menesteroso, librad al pobre y al indigente y salvadles de las garras del impío» (Sal, 82, 3-4). El clamor de estos anauicf formará un cuadro de siniestra belleza en el libro de Job , ' modelo literario y teológico del pobre ». '^, Los lamentos se convierten en maldiciones. «Una especie de terror sagrada envuelve al paisaje en el que Ben Sira , resumiendo la tradición bíblica, levanta su voz por los pobres. Copio la sangre de Abel , la voz del pobre clama al Señor». 2b Así pues , se nos presenta esta forma existencial de la pobreza corno un mal social radicalmente condenable. Y junto con los profetas, y en el misio0 plano, la Ley. El Deuteronomio , particularnien te, da una serie de normas sociales para atenuar el dolor d4' los deslicredados y librar a los pobres de stt indigencia . El ario de reniisi,,n de créditos .-u tiurgy: 2,3 Celen: _í l,tt.v y de esclavos, la condenacion de la usura y de la rl,Il,n^,tr. del salario del obrero , la obligacion trienal del favor de los pobres , constituyen una espléndida leei,slai i^",i, social. Y los Salmos, también rezuman la misma idea. I.u traductores griegos del Salterio para traducir uuly u(,) lizaron ptokos (indigente ), o penes (n7enesteruso , Sino praus que nos trae la idea de un hombre manso, aun en la prueba. Es algo más que la simple pobreza loaterial. 28 En las mismas Sagradas Letras aparece que DIOS: al c,'.tt al miserable bajo su especial proteccion, la cual también pertenece al príncipe. Así lo vieron los autores. Eles alise preciso es el párrafo siguiente de Novario : «Passiua 91, sa+ ris literis reperitur sancitum, ut miserabil um personarte rli iuctus veniat tuendus, illarumque genus Inaxitit<,pere, r_ t c ,;,;tn, severe conmendatum reperitur, et Deus Optiuius Maxin:us ipse videtur sub sua potestate recipere, et spe'ciail. et ller_^;iliarf favore prosequi , ac praesto esse, et suis viceterel,tu)us earum curam nominatini demandare». No es difícil espigar en la Biblia unos cuanto; textos en los que Dios manifiesta su especial protecciou y tiíi ur i,o l con los miserables. • Es el Dios que escucha los lamentos de los oprirrli dos: «He escuchado los gemidos de los hijos de I^r^tci, líele tienen los egipcios en servidumbre , y Irse he acordado de ,r, alianza» (Ex. 6, 5). • Es el Dios misericordioso sobre todo coi, lo:, ul),, i midos: «El padre de los huerfanos , el detensur de la, es Dios en su santo Tabernáculo (Sal. 68, 6). «Hace justicia al huérfano y a la viuda (Drut. IU, 1&t a7,u,.s eta p,ol., 1'u b. 143 Las pobren i", LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO DELGADO 28 do la—, Pag- 21. L, ,lit pa—,,, ,le I'N:t;liae ', n.- 9, 1958, f,nna. 37. ]IU-711_ C'ontl,.rra la 1,,,atora t'ii, „^.a tos, la o,vlbn Social arisfutel,cu Mu,^ ,•ottaxg,P frie Cfr . León -Dofour : Vocabulario Con toda razón , dice, l,odetnns "humildes " ( Sal. 10, 21, N,,varlun: D, 2 i)ll 1,....,,,, i, 1 „'d,,,, d,,,,,, u,.,. T-- XXVIII de Teologl„ B,bG, a, nosotros tt+mb,en co,, frccurt,,1,s,;-.r 17; 1.8-28; 37-11; rfr. ¡rolar 2i, u 1-,... ,. 8 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO • Y una de las misiones del Mesías será defender los derechos de los pobres y miserables: «Juzgará en justicia al pobre, y en equidad a los humildes de la tierra» (Is. 11, 4). «Para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus oprimidos con juicio» (Sal. 72, 2). • Y si Israel quería ser fiel a la Alianza, también tendría que amparar a los débiles, sobre todo al huérfano, viudas y extranjeros: «No maltratarás al cxtrangero ni le oprimirás, pues extrangeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto» (Ex. 22, 20). Los pecados contra el débil eran de los que clamaban al cielo. Eran pecados de malicia especial, porque envolvían un desorden social, una especial injusticia que provoca la ira de Dios, también de manera particular y exigían un castigo ejemplar. Así se consideraba la opresión de los pobres, viudas y huérfanos: «No dañaras a la viuda ni al huérfano. Si eso haces, ellos clamarán a mí y yo oiré sus clamores; se encenderá mi cólera y os destruiré por la espada, y vuestras mujeres serán viudas, y vuestros hijos huérfanos» (Ex. 22, 21-23). De la misma manera era considerada la defraudación del salario del trabajador, precisamente por su impotencia para defenderse cola eficacia: Dale cada día su salario, Sin dejar pasar sobre esta deuda la puesta del sol, porque es pobre y lo necesita. De otro modo clamaría a Yavé contra ti y tú cargarías con un pecado>; «Deut. 24, 15). '111 En las mismas Sagradas Escrituras, Dios amenaza con duros castigos a los que no cuidan de los pobres y miserables, cosa gl.te de igual forma la entendian los clásicos: «Tali modo ut eisdem sacris literis eompertunl est ut, imminere 30 Loe textos se podr lall n—1111,11,ar iudr t m1,l., .-A, Por ejemp lo: 1e , 66. Divinum suplicium, jIoc tan conmendatuln praeeelltit r..at picientibus imputareque Deum Maximum acerbe, et graviten elus violationem non servantibus, Amici Job hac de cau.;,c íncurrisse divinam iram et pruiit.ionem> .." Veamos algunos ejemplos. Los amigos de Job per,:,<.tl;.t^, que el olvido de los miserables era la causa de su duro ca tigo: «Exigiste injustamente prenda a tus hei nat:,l de,pojaste de sus ropas al harapiento, no diste de beber al diento... Despediste a la viuda con las manos vacías ^^^rr, piste los brazos del huérfano...» (Job, 22, 5-9). Por el contrario, Job se encuentra limpio de tales <'nlpas y por tanto libre de pena y digno de retribución: Porque libraba al pobre que clamaba y al huérfano que no tenia valedor. Caía sobre mí la'bendición del que est:iiba para caer y el corazón de la viuda se colmaba de gozo. Yo era o¡,,:•, para el ciego, era para el cojo pies, era el padre de los pobres y estudiaba la causa aun del desconocido» (.Fab 12-16). De donde concluye Novario, erationabiliter ad pril7ri pem officlum spectare similiorn personarum protectitult ,r: elicitur». Nada extraño si recordamos que antes ha dicho de ellos que son «suis vire gerentih 1sn. Ai i w a Clases de miserables Pero ¿quiénes eran estos -nn erables^='? t Qu< 1,t rsl IIIas caían bajo esta concepción? Importa a nuestro estudio l.t respuesta . Pues así, cuando más tarde di gamos que 1,1 iutlu) era de condición miserable , la afirmación será más t lt,l ur^l te y rica en contenido. Naturalmente, los primeros que fueron considerados 1 2 , Deui., 27, 19 24, 1 7 , Jor., 22, 3 ; éaL, 67, u , Zac„ 7 . 1 0; I'rov. - 5 , 2 , > ; B:cco., 33, 17: Y el salmo 67, v ti. "el ta lre de loa Imenuuus, e. JeleloW dl. l,,s vm,lus ese Dios en 31 Novarius : De yrlullc0lie..., Praeludium VI11 n.• 4 32 Véase también Ez. 22, 7; Jer. 5. 28; as 1, 2,t y 111 1, Sal, an santo laber ru te ufo .el nuuteta Jet sa lujo ,orreayonde al de ua Vulgata). 33 Novarlus, Ibídem, 'Jalijas deadea In suplica del buértun,,, nI iu ,le la viuda , st note 252 .1t ét ^lo, rr, <na sus que.lan" at o Je t'.'^ui le,, _brs,i. w..,, 't Torn,. 'XVIII n.5 4 y ,.a 1.3 LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 11 10 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO como tales, fueron los contenidos en la famosa ley constailtiniana, en la que encontramos esta sanción: «Si contra pupillos, vel viduas vel diuturno morbo fatigatos, et debiles inipetratum fuerit lenitatis nostrae iuditiurn, memorati a pullo nostrorum iuditiurn conipellantur comitatui nostro sui copiara facere. Quininio intra provintiarn in qua litigantur et testes vel instrumenta sunt, experiantur iurgandi formara, atque ornnis cautela servetur, ne terminos provintiarum suarum cogantur excedere. Quod si pupilli, vel viduae, allique Fortunae iniuria miserabiles, iuditium nostrae serenitatis oraverint, praesertim cura alicuius potentiam perhorrescirnt: cogantur eorurn adversarii axanúni postro su¡ copiam facere».84 Así pues, la famosa ley solo habla «de pupillis, viduis vel diuturno morbo fatigatos et debiles... Aliique Fortunae iniuria miserabiles». Pero el carácter genérico de la cláusula dio lugar a que el concepto se fuese ampliando. El tantas veces ya citado Alvarez de Velasco enumera también aperegrinis, rusticis, pauperibus, minoribus, captivis, Ecclesia, Ecclesiasticis, personis, lis servientibus, civitate, meretrice, scholaribus, publice poenitentibus, expositis, senibus, coecis, carceratis, noviter ad fideni conversis, cruce signatis, virgine, celibe, nupta inutilem marituin habente, milite, prodigo...». Y lo nrisnto dicen otros autores. IS Efectivamente, los términos generales de la ley y la vaguedad de la frase «aliique Fortunae iniuria miserabiles-..», hicieron surgir entre los juristas multitud de cu est.iones, ya de los comprendidos en 111 ley, ya sobre las limita 'iones de los privilegies concedidos, en medio de nna c.asuística abigarrada y difusa. Sirva de ejemplo la debatida cuEs- tión sobre si, los aquí relacionados, debiarl ser considt ratzt como miserables también cuando no carecían de nütltta:> ti. fortuna. Cuestión que resolvía Velasco afirmativamente con estas palabras: «Quam quidem miserarn conditionem ratwnemque miserendi, tollere divitiae nequeunt. Animi enlul imbecillitatem infirrnitatem iuditii nientisque trepid.tticl nem, qua natura easdem affecit, niariti, parerltisvt: +,rtJlta tem, nom pecuniat exterminat, nom divitiae relegant$. Miserable, pues, era el pupilo. Pero advierte que este (it=1 que habla la ley, se identificaba con el huerfano. Velas) lr refiere cómo Ambrosio Calepino, en su famoso 17it_ci>1ac r ,, distinguía bien al huérfano del pupilo. Llan-raba lluejtttt,l, a aquel que «caret patre proesidioque paterno» ; el lije l)il(, también carece de padre, pero tiene tutor que le tirite ¡t'. Y en este sentido era más miserable el primero qur el gundo. Sin embargo, Las Partidas, que recogen el l,rivilr^t(, de la ley de Constantino, hablan del huérfano en 1;1=.it (3r i pupilo. 87 Miserables eran también los «menores de edad». Su viju-becillitas aetati.s y su fragilitas iuditii» les coloca en iliia condición realmente mísera. Por eso, legalmente, no tieneii dominio ni de su arbitrio ni de sus cosas. `t' Porque si la lt considera como miserables a los enfermos de duermo. 1•lii 38 Cfr Velasco , Ob. clt . t. II, gases[. 111. e 2I1 l-.^.a, :17 Cfr 1. 41, tít . l.O. liág. a j,unar cartas contra los buérfu nos, e lis t1,d-io o,.- . g— 1,d- enfermedades , o dv u _ gran pol,lei.l anuo los Adelan t ados, u ante otros jueves ,•, estos sobredletuos vlnltr,i gules I,,'.i i'.,'.,1, 1,; ¡.^.. _, ,,in por derecha; mandumua bredichos , l , l:, ,..,1 ta 1 u 1., r. o contra persona semejante por razón de la mezquindaz a responder por ella , Ji, ¡Ja ti: t. 11, pruernilnn, n. 1. 1'.asi todua las actores que hemos re- n.atado Imsta aq,d a,l miles c1ll ., entan..laa lúo ,I,' Vclas.o. Veas,. . u. .it toaeicaoín 1.- 254 plu Tusa,ro, 111, U. cal, 1, 2l:s, 1',ua i, ., Ipág. 77, !`I. Ur Nt, rf,u[i,,,r l', u .v. _.. ,,u.. Itliil , l`uvu rluLlus. up V1, eta cuytadas 'adra oui l'''s Rey, o ante otro j uez que le otrogasse 1 II, t.,isa,;t 111. i,ag 7u Yrcct(earu i.l ,.. ir, {2:-i n. r, a ninguna parte , sino ante agaei juez de nt lugar otras que cualquier deltas personas "S1 (:t r. 11,al r0 dt Vi Is,1 o,. Bellos, d- q,!1.1 o miseria en lije vivo yn.- que lo oye~. e le lb 1 oss, a -s.?. 1 damos que vala", Velasco, e l cual se gloria y se a , quv 38 As¡ los considera berlo defendido, la liaYa defendido idotorzano °Srir ntl.salmos r . u:xt,un n, trlbunallbus expedltue , in ,eriptie ciegan-9 , In r,rnolous mngivter ten: ..,..., mlhl nom ) nlbus colendus " (Ob cit, t. 11, q V. u. 2¡ 12 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DELGADO Irás razón a los enfermos de mente, «curo mentis infirmitas corporis infirrnitati praeponderet.•. Quae quideni animi infirmitate minores laborare constat». 99 Una cuestión muy discutida fue si la mujer virgen u célibe tenía también la condición de miserable. Covarrubia.s defendió la sentencia negativa con asombrosa erudición.-',' Pero autores anteriores a él, habían defendido la sentencia afirmativa, fundados, principalmente, en la autoridad de Labeón, que interpretaba en este sentido la ley de Constantino. 41 Y la mujer casada que tiene un marido inútil, aunque no entre en la letra de la ley, muy bien puede identificarse con la mujer viuda para aplicarle el calificativo jurídico de miserable. De esta forma piensan la inmensa mayoría de los autores, -12 todos los cuales ponen corno ejemplo de marido inútil, al que se encuentra «longe absente, ad triremes dannato, ab hostibus capto, longa gravique irifirrnitate laborante, ve] fatuo...», advirtiendo que no se trata de una enumeración taxativa, sino solamente ejemplificativa, pudiendo haber otros muchos casos de marido inútil. No menor discusión se produjo sobre la inclusión de la Iglesia en la condición y privilegios de los miserables; esto lo afirmaban muchos autores que la equiparaban, en este sentido, con el menor o el pupilo. Cito así, por tanto, a Menochio. 4' Otros tratadistas negaron tal equiparación Covarrubias, por ejemplo -,44 lo cual no impide que le concedan otros muchos privilegios, aunque por otras razones. DEL INDIn 1.. Interesa destacar , la inclusión entre las personas miserables a los «nuevos en la fe ». Import a, divo. prlrgitr tl lórzano , 45 al hablar del indio , dirá que, aunque otras ra/l-f nes no hubiese, bastaría la circunstancia de su rer•iente conversión para que puedan ser considerados i urnu im.irrO bles. Velasco sólo los considera así «quando vi, potentía vel iniurla opprimantur » y añade, «así parece indicarlo fulgen~ tissímum luminare iuris D . J. de Solórzano». t", Pero la ín cluslón de los nuevos en la fe, sin paliativos , fue una. c onstante en los autores de la ciencia del derecho . Tuschus, por ejemplo, incluye también a los «noviter conversi> , l' Esto se observa además en Rebuffo al que «de novo conversos e-,t ad fidem nostram »; 19 en Novarius , que dice <,niil)ér lid fineni conversus »; 19 en Marcardo , al que « nene recelas ad t'hristianam fidern se recepere»,50 y por ultimo en Menochio, que integra al « noviter baptizatus». 11 Es de destacar que los autores enumeraban a las iiiii,t-1sidades o colectividades entre los miserables , los qute. tarde, se llamarán personas morales en provinti <is, tiuti<i des, villas, colegios, etc . Esto es curioso , sobre todo, por la razón que daban para ello. En tales trolect ,ividades, dt_•cluti, se encuentran viudas, pupilos , enfermos y otras pF rscln.is sin duda miserables, si bien es mucho más fuerte la raz.an alegada por otros autores : « quia alieno arbitrio iuditrt,talll refatur» . Numerosas leyes del Derecho Romano las egia paran al pupilo.- Que el encarcelado es de condit-ion noiserable no lo pusieron nunca en duda los autores , at•tiili rt' ferat speciem servitutis ». al También lo eran los t' i'ülastO ufo 3;f bUuleto, u.o 6. 45 Cfr De mdmru u, ruge, Lib. 111. ,:ap _, n ., ..., ..,, !... 1... , ,ItIA i„I!,ll,'i,Sti 1111..•., nl,b', ,,,Ii,ii, 1„11 111,1 i:,l,, ii..il'l, 1,,11., ftl. , .,l n,:,r I., .. .1 nn 46 Dc prtu ilf flte,.., y- 9, n. •- 31 1,!1.1!1 Inturtunlo laboret virgo"... 47 09. cit., ettunlus 1611, 273. 48 Ob, cit., pág. 735. 41 "Viduarn non solunl can,. yuae aliyuandu rupia lufaset. sed euro yunque mulleren, gnae Vtrum non hai,uisac-t, al,lnua rl Cfr. Veiaacu, 11, op VI, ne, 1 49 De prlvilep44s..., Praeludium . VIII, n.4 4 50 De proballonibus ..., conc . 1064, n.u N. 42 Cfr. por ejemplo álcouctliu, De arbitral:.., hb 11, c. 66, n.oo 9; Cavan libias, Practtea rnnt. __, cap. 7, n.. 1301::1.1lila. P^,,it i<^a Ilp 1, I.ap 11 r, 1 etc 43 De nrbit nmta..., fil, il, cap 611 n.^ pág 215 51 v,r 111- Int,Jti,t alp;lltlü -411,.1 de. ,'.e, t111111e 1,, 101111 :11 pa o per, .o1 io11rn1u... :Ello0!' 11 256 1'ractlcanun _., c. 1, n v J. De arb4trarily, lib. II, e. 1, n.t! 34, pág. 216. para este punto Menochiu, De mrhltror_., 52 Cfr . lib 11 r,a r; 53 Velasco , Ob. cit ., t. II, q . 11, tu. ,, 1. Miser„hitetn Carce ratum ese, 1. -.le: dubium revocandum. Cum servitutis specietn referat. 1.1 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO la es decir los que se dedicaban a aprender y cultivar la ciencia. Velasco toma de Apuleyo este texto: «continuatio litterarii laboris omnem gratiani a corpore detergit, habitudiuani tenuat, succum exorbet, colorem obliterat, vigorem debilitat».'s1 Sin embargo, muchos palian la condición miserable del estudioso. Un moderado estudio, decían, «non intirmitates modo, sed animi oblectamenta offerat». u Muchos consideraban también a los labradores, ya por la rudeza del trabajo, ya por la exposición a que siempre estaban sometidas sus cosechas, lo cual «non miseria levis, ilon mediocres tornientum est». Otros, en cambio, lo negaron y cantaron las excelencias de la vida del campo. Y si gozaron de privilegios, no fue por su condición de miserables, sino por los grandes beneficios que prestaban a la sociedad. $1, Existía una constante equiparación del peregrino con los pupilos y las viudas, siendo coinun la razón de cumnii:,eración y piedad. Y nadie negó esta condición al siervo y al cautivo. Finalmente, también fueron estimados mierabJc's los soldados y los ancianos, considerada, la. «senectus» como una enfermedad incurable, aunque mucho se discutió sobre la edad en que debía considerarse ya iniciada la vejez. s6 l;-/. ul. „b,,,, inri 11—:', I,I 1-111 .l uu alta ndunu de rl,iu e,:us 1 'ara Ilare rx,• l,nl,r,'... 55 No obstante los esr.olares gozaron Je I,u,:hos yn vneq wa- Pur I_,nt'slda,l eltamus algunos: el dueño de una casa nn p —tia dr.,., „);lr a sus In,IUilil,,,^ +I t. r,u ,-sl u,liaut e.,;, h ❑ u,pie n?reailasr Il, II,, I'I tia, hu L• II d lamo ,lile nn pagaba. pero IIU su, libl'o, 1'ehlli ❑ ,111 IICf,•chu id^l',.n Ole 1.1 ru .u r,.,,,lar uu„ cuna. etc. ;,n ('fr. I3obc„lilla, Pnlrl rlo Privilegios Es difícil hacer una relación de los de los privilegios concedidos a los miserables . Prácticamente impo.íl,le Y, 1)t/r supuesto, desbordaría el marco de nuestro trabajo. Por lo pronto los autores solían distinguir diversas i l,i ses de miserables: «Quidam enim, actu simul et b.abitu habitu quidam tantum . Stricte et vere allí; quidem intt•rpretative , large, et impropíe. Allí natura , ab accidenti aiü; Forunae injuria , propriave culpa. Quidam absolute el, sinlpliciter ; allí quoad quid et aliquo respectu miserabiles exsistunt» . A cada una de estas especies correspundiaii esi)e,.1lt les prerrogativas. 54 En la citada ley imperial se habla en concreto de dus privilegios : Que no puedan ser llevados como reos a tribunales fuera de su provincia y que éstos mismos put:-dart evocar a otros a la Curia o tribunal del príncipe. Todo r li„ constituyó una promulgación sencilla que, al nat t r er. r,o debía ofrecer complicaciones. Pero no fue -s,, E.1 +IIr1-() ella surgió una inmensa literatura, casuistica y i-outus c. cuya sistematización acobarda al más ambicioso y r)arier;tr, investigador . Baste decir que Juan Maria Novari(,. ,n Sil obra tantas veces repetida,n0 relata ti r'u'ge sll, c;.1,, !,, ción al derecho procesal y en materia de cont ral e 1! r, l,1 a vilegios. Esto, naturalmente, rebasa las metas lit nt,,-:,1 r'.) trabajo. Nosotros sólo vamos a reseñar alguau. de privilegios, que en mayor o menor grado , veremos rel,rudlc cidos y aplicados a. los indios. Los miserables tenían autorización para elegir causas , aun en primera instancia , podían ser tratadas (-,l el Ila,1. II, i .. I- rl n 7. -,. I)c los 1':1,111\o, ,1,' ,.1 \II„Ilsu tl .:,I^,e 1II1, 1: i.,, I,,.I:I'. ,fue los ornes inlede, .I,rr ,,n este nlnn,1,, II. i, tit '21), purl, In fin,., O!,-,,u,lllo 59 Cfr . Velasco , Ob. cit., t, 1I, Proen,iurn, n,-' S. 'Temblen :... dlstlnclonea : Quidam sunt rnlsera b,len ario et Irlhlul 1 LI., ,1 1,',e ', dijo que los r anI, V,IS O<'ul,:l ll „I 1,11 &i:' Ill,;:,r illlt^7 loa l,l,s,-I ;, I,Ic:' ¡t ., 11!.. I1, (•. I, Quldan] sunt nllserablles t.a sil:; 66. 11.1 17). Quidam non sant mteerabiles neo seta riel, 1labilu ,,, I„,s ,l,le sufren :.nn 71„n,:,u^: ,nn ,I, ro,l,„s ,., I,I ls „_;. por,{tlq .ni.. i, la ua,, ur undaI,ua 55 Clfr Vela—o (,b. ,-it II. q. IS. Ta wblén Ale norbiu In,.lu)-e u Io8 ,, ocia. nos; "sed .,trate decrepit tl,v", 258 1)e' n,'l,r (r rl,'Ity-. Ill, 11. ce,u. I, II 20. pag. 2111. Anuario de e,rudus d,n-,i, un,,.: habltu tan!,,,„ ned aun xstll - tg 1, 1C1:,,r.,.., gala non tlar,ur1 ,1,,.,:, •1„ goarn naturam noveatur ad miserandilrll eln .. et R,r ,,lrrtb 6)) ,u n, ,r, rllu+n N.I ^r„r„', De Prf,rll,'7/Ilx ,n ivern btlin n, perno vn drn, Ctbl„n ut e. 17.0, rmn , AA V/H 113 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO Senado, 61 gozando de absoluta preferencia. Tenía facultad el juez de interrogar a los testigos, aun después de cerrada la causa. Los clérigos podían ser obligados a aceptar la tutela de los miserables «licet, alias esse nora debeant tutores», privilegio, en verdad discutido, pues otros autores no admitían esta compulsión. Por ejemplo, el Dr. Navarro: «No está obligado (dice) el obispo o el sacerdote secular, a tomar sobre si la tutela de los menores, aunque sean miserables; pueden hacerlo sin embargo, «modo non accipiant illos turpis lucri gratia». fi-, El juez, aun no solicitado, debe actuar en las causas de los miserables; debe darles abogados defensores, «sive petant sive non», concederles varios juicios y pueden pedir la restitución «in integrum» contra la sentencia «in qua sunt laeti, quia restitutio in integrum est misserationis suffragium, quod his personis congruit».6i En undécimo lugar, Rebuffo afirmó, coleo privilegio, que las causas de los miserables pertenecían también al 1 üero de la Iglesia y podian, por tanto, ser tratados ante el juez eclesiástico. t^' Desde luego esta sentencia fue común entre los autores. Citemos, por ejemplo, a Tusi^ho: «niiserabilis persona quando est, actor, licet sit laicos, trahit etiam laicum ad foruni ecelesiasticuni ; quia, episi lipus propriac est iudex miserabiliuni, licet si conveniatur non possit declinare foruni saeculare». t° Lo mismo allanan otros autores: Palacios Rubios: «Iustum est ergo, ut causae iniserabilium personarum spectet ad Ecclesiarn... quia pauperes habent omriia privilegia ecclesiarum»; Afflictus: «Habent privi61 Cfr. Itebuffo, TYaetatus de acntr nirle. .., art. ül, n _, 2. '1'rab, 1.t ad LÚCULO prinel¡i, et non trablintur mlaerabiles, tic« 7'u 011Ú. Prue tira nO m.. t.. 7:3 LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 1 J, legium eligendi forum... si iurant adver.arioruu7 in)tcüua;:: perhorrescere» ; - Marta : «sirnpliciter esse foil rin.... Didacus Pérez: «Rex debet onrnibus opi^resis ::ulr,< i:tit, Sicut etlam episcopus tenetur ídem facere....u; 13uÍxi,ilii„ «Podrá el juez eclesiástico ( dice ) proceder contra ]cc i,,, :1 i:. parando y administrando justicia a la viuda y al iltii,ill, pobres y a las otras miserables personas, para que no sean oprimidos y vexados ... Porque la Iglesia con tituto y cuydado tienen debaxo de su amparo a las L t s..iu ;s miserables . Pero la decisión de este caso se ha de eutendt r, según la más común opinión , cuando el juez ordinario zt: glar fuere remiso y negligente ... Y aun en este caso, dile. esta común sentencia de los canonistas tiene gran resistencia y casi imposibilidad de observarse por ser difícil dt probar». 71 Silvestre Prierias distingue oi^orturiameiite. hay miserables « actu et habitu», los cuales pueden acudir al foro eclesiástico , aunque no se dé la negligencia pur ,,al te del juez secular ; y hay miserables «habitu tanituni st:d üufi actu », los cuales , si son oprimidos , pueden traer a sus oi,rt, sores al juez eclesiástico ; si no son subyugados ieberr 1„ i mero recurrir al juez laico ; y los que no Boli uiiseiMiel actu nec habitu » no pueden recurrir al fuero de la i± lt :,i:l a no ser que sean de este fuero «aut ratione causae aiu personae ... ut cuin non est iudex saecularis vel iie i ,it ia- Por ulticere iustitiani tan inferior quam superior iudex « Privilegium lioc decliilun^ii forum... competit miserabilibus personis. . etiani i curuili ordinario iudice caeptum iuditium foret, quia illo omc-.7o iu_i principis forum convolare poterunt ... Et in causis criniiuhz- mo, Camilo Borrello afirma: 62 Rebuffo, Ob. cit., o.- 6. ti:1 (o-na0toruin, Seo. rrsponso rum__, en 64 Cfr. TuOC7lntl, Upr r i onulia, t, 11, i,ag 266 ti 5 Rebuffo. Ob, cit.. n.c 11 ('atoae mlar^ra bllluLO i,ri aÚLa nO[n ellatn soeeto nt ad FOcalcalam el corum Indice ec lealasOCO Ini a.tun puasUnl. 66 Pracpea non ar nctusirutum_., 67 c'ontnlcutor,o et repcGtlo..., 260 88 Dec#iones sacri repr eonsilio neapolitanl , Venellis. 1635 dec 257. i-ua; h O 69 lblde tu. cono. 273. pág 3101. Tractatua de turiadictione , 70 Política de Corregidores ..., pare. 11, cap. 21. pág. 706. 71 Commentarta in quatuor priores libros ordlnotIonum 1809 , vol. 1 , lib. 111 , tit. 1, fol. 480. 72 Summa summarum .., dnacria de á:tadioa Ato———, Tomo XXVIII verbo : rntserabilte. rrvni tlaxtclln,. 18 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO libus... Sufficit recusare iudicern et forum competents eligere...», 73 Son pesadas, sin duda, las citas. Pero interesaba destacar este privilegio, que valeos a encontrar aplicado a los indios y defendido por todos los autores indianos. Por eso, la insistencia. Sigamos ya con otros privilegios. Pueden los miserables, <omisso medio», apelar al Papa, al rey o a la Curia Suprema y los clérigos, aun los religiosos, pueden postular por ellos. Todas estas mercedes no se consideran revocadas por las cláusulas «non obstantibus» a nu ser que se haga expresa mención de ellas. Por último, los legados a los miserables, se consideran legados a causas pias. Unas mínimas condiciones solían exigirse: que el privilegio no fuese contra la justicia. Rebuffo añade otra condición: «si sint pauperes, alias non». Pero es cuestión discutida y más común, pienso, la sentencia contraria. Así podernos citar a Novarius que dice: «etiamse fuerint divites... ver am opinioneni illamque corroborabirnus» ; 71 Tuschus: «Dicuntur miserabiles, sive divit.es sive non»,` y Palacios Rubios: «Quanvis divites sint». `° Borrello expone ambas sentencias y expresa : e1, in hoc non credo possem (fiticultatem allegan, quia textus in dicta L. unica niillan) facit mentionem de pupillis et vidliis divitibus, sed tarntuni sufficit quod sint pupilli et viduae». 71 Y, finalmente, Antonio Marta opina que los miserables son miserables y gozan de los privilegios «etiam si divites sint». e 73 Decisionunt unlversorurn lt zoilo., ehrl,tianl uróls remen uvialvm itedicataru rn 1J IL-EL INDIO ERA DE CONDICION "MISERABLE" 1) En la legislación De los aficionados a la historia no hay quien lg1i«i1tque el principio de la legislación indiana y la clave para entenderla, es considerar a los indígenas congo n,esurf-^. incapaces de administrarse por sí, y más de dr_ tencie,t jurídicamente de los atropellos a que su debilidad 10.E exponía. Así dice el P. Bayle en un esplendido eurticuiu sui)re t_l Protector de los indios. 78 Y algo parecido viene a indicar la señorita M. Norma Olivares en un articulo mas recíelíte sobre la Construcción jurídica del régimen tutelar del itldzv. En todas las disposiciones legales que se dieron paro rica ... se ordena amparar, proteger y defender a los indiu:s. }' Efectivamente, son legión las disposiciones de todo tipo orientadas a defender a loa indios (le abusos y ittrc)l)e11,;: No es una legislación de paridad con el español; cou^titu}e una posición de favor y privilegio , puesto que I.l11os l,rti r ^)t , legales de igualdad serian para ellos desiguaiuad lila u li -. 1. En este sentido van naciendo leyes y más lepe de las cuales pasarán a la Recopiliuriún que l-un:arl el libro VI a los naturales y encargó a gobernantes « el cuidado de mirar por e11i:s y ual ,a,, convenientes para que sean llevados y sobrellevadu:7 gando a los prelados que «procuren congo verdadero;, l,atlrt espirituales de esta nueva cristiandad (el bt,E n 11 i,t,.) todos los conserven en sus privilegios y prerro aticaa t«.ri gan en su protección ». Con razón se pudo eselii;,r d,' jai Recopilación: «por lo que toca al respeto, al favor, al alitparo , a la predilección hacia los indios , es una de las paginas suvnva , Venetlls, 1(1,23, t 1. tlt. 96, pág. 248. 74 De prlvileglin_. • Praeludiutn VII¡, ntiur. .r. 75 Yruetú; arurrt ..., vol. V. cono. 273 7,3 Cometen tnrfa..., pág. 389 77 Dee Isloneoi..., t 1, ttt. .56, uum a. 78 262 TraciuZco de su rlsaiftie,,, G,r^. ti, a:np. 11. 79 C. Bayle , S. J.: Si profertee de Indios, tomo 11 . 1945 , 80 En "Revista del instituto 11967 ). 81 en Anua—) de bel ra pág. 1. de Historia del lacre,-ho tus.. rol,, 1. págs. 105-126. Recopilació n, Toma YYYIII Ley 1 , tez. 1, IIl. 11. 2 Ii5 20 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO DELGADO más avanzadas, igualitarias, tutelares y nobles que se han escrito».w za de Felipe II de 1563. Los indios son considerados t:ti5r ra bles por el estado de gentilidad en que se eneuciitran Poi' Otra cosa será el cumplimiento. Ciertaniente los espa- eso, precisamente , había que conquistar Aniei il a: liara l t varles la luz de la fe y sacarles de su lastimoso estado tse postración. 85 Y volverán a pasar casi otros dos dt r•criius hasta que el término vuelva a aparecer en la legislación. Que nosotros sepamos, fue en 1580. El rey se dirige ahrir;t al gobernador de la provincia de Chucuito. Se lía irliorniulr ,1 que los indios pagan tributos excesivos, por ser dele,(; dilo que pagan de sus tributos y quintos y ser gererrralrnt utrr muy pobres y miserables ». r Al año siguiente st, rltriE^„t u noles de Indias no se excedian en la observancia. La distancia les amparaba, eludiendo fácilmente la sanción. Era un hecho. De ahi el desaliento del obispo Verdugo (diócesis de Guamanga) el cual, ya bien entrado el siglo XVII, escribía: «Está este negocio tan distraído, que ha menester de eficaz remedio, y quiera Dios que poniéndolo, se pueda ejecutar»; a lo que el fiscal acotaba: «...no halla que al Consejo le quede que hacer más de lo que tiene resuelto en beneficio de los indios por diferentes cédulas, las cuales si se ejecutaren, se hallarian menos gravados de lo que están, en cuanto es capaz la miserable condición de aquella triste gentes. 15.1 Pero se puede afirmar que ya, de hecho, desde las primeras instrucciones dadas por los Reyes Católicos a Colón, se les aplicaba el trato de privilegio que en ley se daba, a los miserables. A este respecto resulta muy clara la disposición legal en su favor, contenida en la real cédula de Carlos V de 12-VI-1530, y dirigida a los gobernadores y corregidores de Indias: «Otrosí vos maridamos que entre los indios naturales por agora no se tenga por delito, para que se haga proceso ni castigo, palabras injuriosas, ni puñadas ni golpes que se den con las marros, no interviniendo arrea ni otro instrumento alguno, salvo que sean reprehendidos por vos, teniendo cargo siempre de los pacificar y excusar entre ellos diferencias y cuestiones». d1 No obstante, el termino .,miserable» todavia no ,iliaret'e la audiencia del Nuevo Reino de Granada. Habia i c, itiiüu información de los malos tratos y abusos que se cusir!: 1i con los indios , y «pues son tan miserables que _,iii rt c,i.;,11 a las violencias que les hacen, ni pedir justicia, ,Sr o^rteell humildes al trabajo de que se sigue su muerte:, y lllituda se ponga urgente remedio «desarchivando5 las :'t l) tit141 ; cédulas sobre el buen tratamiento. Le dolían al rey, sinceramente, estos abusos; y .sutirte todo que quedaran impunes. Han sido muchos, dice, y '-,i ti embargo «apenas se sabe que se haya hecho justit-ia deiut español por muerte u otro agravio de indio». Las crinse,^uril cias, de todo orden , son funestas . Y porque esto es itltoit' rabie, y no debe haber distinción en castigar los deütus de españoles y de indios , « antes éstos sean rnás autilaararu, como gente más miserable y de menos defensa, os luarllilt que de aquí adelante castiguéis con mayor rigor a t :i: s ñoles que injuriasen, ofendiesen o maltrataren a lci, en ella. Y aún pasarán muchos años. Será en una ordenan85 Cfr. M. Norma , art. cit ., pág. 118. 82 AlcalA Zamora : Nuevita iefleaione's sobre las leyes de lndta.s Buenos Aires, 1944 pág. 59. 83 Liosos Chaves , E. : La lytesiu la nta/orlu de lu iglesia 1956 , tmau V, eu el Perú, E.puñu h ue ac en el Pee-,t Uale,-: dn doeummttos cn^'uenttun en -cunas para 1563. líele . 264 mente pudieran pagar, BadaJoz , 23 de septiembre de 1590. En A Gi fol. 22v. Publicado por R Koneztke : Coleerlón de documento, pu,i las hr,e,,,c, ,,.marión social de Htapanoamértra , 1.4 1493 -leiO, turuo 1, pág. 528. u,,hn,oa. Sevilla, 1943- 87 Real Cédula a la Audiencia del Nuevo Reino de Grauuda solare : tuen u„t:.r,uient„ pág. 121. 84 Puga, Vasco de: Pro elsione,, Laguna . iMéxlcu , de 88 Real Cédula para que no se imponga a íos indios mas irileuio de 1'uvs l,uil, ,,'dulas, Mudtid, ¿nst,u: cknte., pa:u el gobierna de la Nueva I945, pág. 56. luan . de 1,, ,a.,,. ,4iuen..... . de los Indios. San Lorenzo del Escorial , 1 de noviembre de 15,3 En .^ .. .. ....... .. .. Santa Fe , 528, lib . I, fol 99 F. E. Kuueztke: t'olrccton_. , 1. pa,; ,.bl Tomo XXVIII 18. --Anearlo. 22 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO S3 que si los mismos delitos se cometieren contri españoles».11" Era diciembre de 1593. Al llegar aquí, el comentario brota espontáneo. No son cédulas de simple gobierno; ni tienden silo a cortar injus ocias, ni tampoco, como ya indicarnos, a poner en pie de igualdad a indios y españoles... Esto sí; pero no es todo. Hay una preferencia: ir, concesión de privilegios judiciales y tributarios. Son «menores», «miserables», necesitados por tanto, de tutoría y amparo especial. Ello sé ve en las cédulas referidas hasta aquí. En todas. Sobre todo en ésta de 1593. Se impone un mayor rigor en el castigo a los españoles que a los indios, porque éstos son .:liobres y miserables». Y hay Irás obligación de defender al desvalido que al fuerte. el cual puede hacerlo por sus propios medios. 114 En la instrucción al virrey del Perú don Luis de Velasco, se repite la idea del remedio urgente a los agravios. Así lo indica en el numero 47. Los e.spafioles, dice, abusan de los indios en cualquier trabajo para provecho propio. Las justicias, «que debían ampararlos» lo consienten o, incomprensiblenlente, no se enteran. Los indios, por su parte, se someten sin que «haya resistencia, ni defensa sujetándose a todo lo que se les ordena, copio gente tan miserable».91 .Era 1595. Alguien pudiera observar que, para establecer la condición jurídica del indio en general, venimos utilizando reales cédulas y capítulos de instrucción que van dirigidos a per--_08 11ea1 f.'édula 4ue el, el I., sti,o f0u 1l st l nc ión Ile 1>rr,lu n:la de e.sl,u nule+ a lo. ,líos. flan r l 29 de d i e i , ' u , 1 re le 15!1:1_ , t t ; 1 . , i l , , I l t e r , • r l l,a 1 2 7 , I l u 2 , , , l u l 1'l iv 1-:u Ko1w 11,e , n_., Uului 1 1 , ' 1 1 , pa : 1 2 i_w 1 I u 1: n,,,l„ I.I.1 21 I1t- IO, lu, 6 69 N. h a>', en ver-,lad, una Oil 'a u,a u al 1.lorju a, .1 la -1- ',' Ia. Los nla horra d Nuelu Zelanda u loa IleF:l'na d,1 I „tll:.,,• ul u,e,, luvicron l'retereucfas unte los t[11, unal,s Ingleses o i,rlgas, l en >,,.,b11 l,u,lu il,ir uu r.' l,ree,.l, tanl e ile Nul,u l,1ú u en Vene zuel:r: Un pueblo cV n,t 111 Sla,1,, IIIIiI:'a o.,, :, I., 'g ,1' p11 J,:I„nl'.a ,, olas nnl pl!Oa in iranlie n tna ]unirlos que loa 6o].lf tl Uti por I^ I:,La tvn,'tol ola.. l•_ai,a ñ,l 1,uhinae I,r,su du i,ur magnánlrna a loa GJos ,Iel ul,Iv>'lau ,on d.,r u I,,.v ll.,nu'. I:: 1 ,,ollas leyes I,ues ruruu Ira aprobar su afán de modifica rla5 co ❑ la n111:I dr que —la—— sus que sus vasallos na h,rt, irs il 'ir. Caracas, Lelu,us. nuevos sdudrtos olas fovureeldos Y entrarnos ya en el siglo XVII, en el que, fundauicut it mente, queremos centrar nuestro trabajo . En 1,609 se regularon los servicios personales y los repartiniúei tu». Se habló de j ornales competentes y proporcionados, del descuido proverbial «con notoria lesión de la justicl<1= ,> pusieron remedios drásticos y eficientes. Tanto, qut, tludlu preverse la posibilidad de que fuesen ecollulul''acltc rnr l' , lu nosos para algunas minas y haciendas. Pero ta lo liaréis en esta parte a los pobres y miserables indios la eriuivalencia y paga que dentro de los dichos limites tuviere di s por practicable ». Así decía el rey al virrey Velas! ll nuevo, en general . Repetición de cédulas y pragmáticas ctuc . ru,j, u la Por tu urtcnt,l / d,, 'fierra Firme, 1930, cal). 4l. 911 A.G.I., nudo llora ,Ic f.i—a 5711, 1.1u 1:, i„I 19,14 s•l . en K,c,,1 ke, t'l,terl' id n, 11-1, pág. 26. 266 sonas particulares, siquiera sea un virrey, y dadas para re solver un caso concreto y determinado. Efectivamente, ucita característica del derecho indiano fue la casuistica. No hay en él un sistema, una construcción jurídica. Se illit'11r,ci';I solucionar el caso concreto y particular, pero tenia olla ]l ,li-i 1 extensión a casos parecidos. «Si en rigor, dice acertadamente García Gallo, las leyes reales sólo obligaban a quienes se dirigían , en la práctica esto no se observaba... El Consejo de Indias , por uñ lado, encontraba en las cédulas deApachadas para la autoridad de cualquier provincia, un criterio establecido que extendía a otras regiones, cuando las condiciones de ésta no lo impedían. Las autoridades del Nut:vu Mundo, por otra parte, en defecto de normas que se lr,:, hubiesen ordenado expresamente, hallaban en las diri«,üla., a las de otros lugares un criterio seguro para conocer la voluntad del monarca». »' Por eso, pensarnos que ur 1 ,1 1,1 I';li terística del derecho indiano es la adapt^rbitülact cédula nacía de los informes que tenían del LL ur''• ;, ,1 1 ,;,i „ropo d^ t ,c„dl„s 40,,' ' 91 A. Garufa dallo: L. ley como fuerte dcl derecho, 1-e 1-1 , 11 11 1-i ,1;, 5, en "Anuario de historia del Derecho Español", nñrrla. 21-22 ,10911 pág, 0:5 ,,15 momo XXVIII 24 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO si fueron aceptadas, no se cumplieron bien. Por eso repite ahora. Y manda. Y amenaza con severos castigos a los transgresores, «pues si los caciques, mineros... vieren que se procede con negligencia... ni las leyes que para remedio de sus abusos y delitos se fueron reforzando y estableciendo de nuevo serán de efecto, ni los pobres y miserables indios tendrán la defensa y seguridad que deseo». ^' Una real cédula de 1591 mandó, entre otras cosas, que de todos los indios... se cobrara la quinta parte de lo que montasen los tributos en que estuvieran tasados. Pero al realizar la cobranza de ese requinto en Nueva España y Perú, encontraron no pequeñas dificultades. Por lo cual, otra real cédula de 1609 les dispensó de dicho tributo. También se hizo tal merced a la ciudad de Mérida, del Nuevo Reino de Granada, «y por parte de las demás ciudades del Nuevo Reino .. se. tia suplicado la misma merced, por ser aquel reino más pobre y los indios más necesitados, en razón de lo cual han enviado muchos papeles e información por don de consta de la incapacidad y ni¡seria de aquellos indios y la imposibilidad que tienen de pagar el dicho quinto». Aparte de eso, reciben huchas vejaciones y se vuelven a sus idolatrias..., «particularmente... los indios de los pueblos de tierra caliente por ser más miserables». Esto decia el Consejo a Su Majestad y aconsejaba que, habiéndose visto todas estas informaciones, «ha parecido que en los pueblos de tierra caliente... pudra Vuestra Majestad mandar que sean relevados de la paga de dicho requinto por ser pobres y miserables». q3 La consulta es de 6 de febrero de 1614. Terminante y clara fue la real cedula de Felipe III de 24 de abril de 1618. Dice: <,De manera que estos vasallos, que copio queda dicho, son personas tan miserables y necesitadas de auxilio y favor de la justicia y caridad conve- LA CONDICIÓN MISERABLE DEL tituidos a la libertad , buen tratamiento y gobierno que tengo rriandado ...». A ella no se opone otra de 1617, ten lit tl parece distinguir entre indios y personas miserables, 1-„i, no es j usto , dice, que en causas de indios y peraaIls; :rli rabies, que prosigan el castigo y justicia de sus injurias, etc Efectivamente , parece distinguir como si no todos lo., iridio fueran miserables . La dificultad la vio Avendaño, y conienta en, los legisperitos «coniunetio et aut diversa nescit. aut est repetitiva similium». Esto segundo, dice, es el ca,,,<) de la cédula real: «Cum enim Regum nostxorum meas aleo sit in praesenti articulo manifesta , non est credendum in íis, quae ob favorem Indorum disponebar , quidquam miniis favorabile interferi voluisse».91 Un año más tarde el rey insistía. Habla rer ibiliu rtllf cias de que los indios eran maltratados. Recuerda ,,ui' r1.1 dado numerosas disposiciones legales para su cun_ i•r , a 1 u «y porque son personas miserables y que están dtal^tll. d, mi protección », no deben recibir agravio. « Pero un lit II:: trópoli seguían preocupados. Saben que no se t'luiilili- copiosa legislación sobre el trabajo personal. Ha. i,. intereses creados; se tapan unos a otros y resulta r1 ic 11,; indios como miserables quedan sin defensa, carga. y se r icit, que violentamente se les impone, y porque seggiln buena teología uno de los pecados que más llaman ante Dios c's la opresión a los pobres, indefensos y humildes por las poderosos> . Y se ha tratado en el Consejo qué remedio seria eficaz. Por eso se dirige al arzobispo Arias de Ugar! 1 d'-1 94 Cfr . dddltiones ad Theeaurum Indicum , Corolariuut, tomo 1 nt 1.,, , ie. .i Allí también las cédulas y el comentarlo . Indios y personas miserables , lib. 17, fol. 1. Publicada, Por 1Sonezlke: 5, fol. 134 y Audiencia le Urna, 571 i'uln=siat ._, 11-1, págs 1511 167. 93 Couvulla , Iel lacee de las ludiaa .r„I,,,' ,'1 qIlu. P.,I;.,n b,e ,n,liue del 51e- 268 lleltu d,' tiran-da . — tit,uezt ke: c'„7c, ,.ton..., 11-1, palas . l',0-Ih'l 1 :,1:,11.,. •.<, L,i0, l o, ,4,,:r,,.a,,,,, Y 25 niente , con que deben ser amparados, y tan su:cetl,: :; vi, x.; ciones , y en su estado los más útiles a mi Corona, f tci } insiste don veces en esta aparente 92 En A .(.. 1„ Audiencia de IDlfuleo. 11165, lib . INDIO Realmente la Cédula del Rey -o'c're'! dlversificaeión: "Pues ao e9 iuat•, qie que prosiguen el castigo y Jumicla de sus Itaal .^= .t= suyos....., y más abajo : " que en las causan de los Indios, o personas de guardar la costumbre referida " (Ibídem) mtserah:,:a, ne ba 95 Real Cédula que se cumplan las leyes para la u,uart ,,r en t.uneatks: í ntcecfon ._, 1-1, págs 215-24n- de diciembre de 1619 , T,,,a,. XXVII! .tia LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 26 PAULINO CASTANEI)A DELGADO Nuevo Reino de Granada, «para saber de vos el estado que esto tiene». Sería interminable seguir las células año por año. Son tantas, que sólo su enumeración se haría farragosa y pesada. Demos un salto de 40 años. En 1662 el rey se dirige a la audiencia de Buenos Aires. Don Alonso Sarmiento de Figueroa, gobernador de Paraguay, había sometido a unos indios sublevados del pueblo de Arecayo. El castigo fue durísimo. Más de 170 familias de indios fueron condenadas a servidumbre perpetua. Sin embargo los tiempos de la esclavitud ya quedaban lelos, El señor Sarmiento de Figueroa, dice el rey. ha procedido «contra el derecho natural, de las tientes y positivo, arrogándose potestad no concedida ni a mis virreyes.. Y habiéndose considerado los agravios pile han padecido aquellos miserables indios» manda enérgicamente sean restituidos a, su libertad 97 Dos años d^smaés volvía a enrarecer el buen trato en carta al virrey del Perii, conde de Chinchón: no debe permitir que los indios sean tratados como esclavos. va que son libres corno Inc, demás vasallos. Más aún «por la miseria de sus mismos naturales deben ser tratados con más r)iedad». " A esta Médula hará referencia otra de la reina--gobernadora dirigida al ronde de Termos. en 1868, Nn se ha eiitnnlidn, dice la reina, porque los indios de esas nartes se hallan en miserable estado- . hahiendo leeudo a, tanto une sos clamores se oían en todas 9d Tteal CEduln al arzulds p „ del I^u¢vu I.eiurv d, : r;r., nn,l :, s:,r loar,, elue ! .,,r «rimar.; , ISr ,:-lan l.,aar,ler. ('o 1r „'i.fn.. que ::cl a qu,• ,arden riel v,,,,, .,., I„ rtun.,l dr , e podré pedían tantas molestias y agravios como cada dia lla cíel^1111! en los obragesn. 100 Y manda al virrey que se cumpla lo nuan dado, que adopte las medidas necesarias e imponga c:.isti ejemplares para que «los dueños de los obrajes traten a it,ti indios con la piedad y conmiseración que pide su 111151 I:1 Mal andaban las cosas por la gobe rnacía n de Vela', El provincial de los franciscano, de dicha ptovstlt't . jaba amargamente al rey en carta fechada ci 14 di de 1672 . Recuerda la real cédula de 1I_'-09 en Ilw ,;c r_:ual, ,a tasar los tributos que los iiidie's dtbtiin ti:, intención real era clara : dejar li})res a los tributarios , pues libertad y servicio personal al>c:n 1 lusi compadecerse ya que «siendo forzada \' la qu :i.t línea de esclavitud ». Sigue recordando el proviill 1:a 'a cédula de 1620 que mandó hacer una out: ^::^ t-tisS1 i ii fuera en servicio personal »; y hace hincapié en une tnn se cumplió por presiones de los inte resado ver inus L: -• por tanto , los duros servicios p^ rs.^u^l.ies cun lag : iti:, consecuencias de todo orden , aun espirituales , opus o !os tlt dios infieles que están en los llanos rec-iLicit r.,al 1t ción por no caer en la miseria . en que se vean los tidos». El informe del franciscano motivó una r, 1' t i,t111i:, de mayo de 1673, dirigida al gobernador de Venezue la. clr(i nándole quitar el servicio personal. lol Coetánea a la carta del provincial hay otr_i dr (a al lus 11.,1i•,, sv .; ua nat a, rorneni1 EEs ligar., al,' 1,,lía u'p,i, 1,-,, 1':, nado,' de I:, Audlenrla aun ^n lu lasa,. rl, ar ,1 1e, eu 1l, t,e,lneñea dlo, d e Quitu- 97 Real Ckdnla ., la, Audle nrl.l dr Buenos .^irr:; : ;,,nrr I„ iii' e ría ^I dr 1o..' indion que el al. P.,r.rpuay Puso cn -,, . rvlrl un,í,m pc, pelUU , Aladud 2.i r'1I]-166.2. A GT., Audiencia de Buen- Al-,,, lib 'T tul 152 r en Koneztke , Culeccid n ..., tullas 11 11, Gobcnmdsr pág, 497. 98 Reai Cédul a, ,1 Virrey del t'.ní, ,41;,.i,a,] a, - Vlll-lfiu-t , eu eunO Ji- 1 rr i,iu._, 99 Real Cédula al Virrey del Pero orden p i a n : i ' a S t ,,..l.,1 , . el buen tratanetento rte loa indios , Madrid, 20 de rcnret o is Iba. , K .. 11-11 , pág. 1540 . A.O.I., Audiencia de Lima, 574. 1,1 26, 6;1 391 100 Real Cédula al Virrey del Peen que cuide mucus d.a Lurn a,,,r..",. Coleceidn,.., I1-II , pág. 556. 101 Real Cédula al gobernador de Venezuela onlani ndo'.e vlire rl loa indios de aquella provincia , Madrid. 31 de mayo de 167.. en dfoe, en Koneztke : 11-I1, pág. 593. 11 It, pág 5,21 270 1, II 1. faSi a. !:',1 a,a ifray o-I„ .1ri:,'a dr l^i .,a. tu,' lana. dr loe p ramteu prelads .. de N t,, .,_ dr 1.1,uu d..d.,s :arana, 1 partes ». " Y a otra de 1655 se referirá la de 27 de dicie.utxc de 1669 , lamentando que a pesar de tantas c édula:; mala dando lo mismo , « era tal la infelicidad de los miserables indios que no llegaban a conseguir el alivio y remedio qit': ala„s,iu de s,rndir„ tm,,., XXVIII 28 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISE RABLE DEL 1NDi(1 DELGADO Tomás de Aguirre y Quesada, capitán general de Venezuela. Habla de una encomienda que tiene un convento de monjas de la ciudad y que, transcurridos ocho años, «entrará él a, poseerla según lo determinado por ejecutoria litigada en justicia». Pero que dos mayordomos que administran la encomienda conventual, están abusando de los indios en provecho propio, de manera que se hallan «en miserable estado por lo mucho que les hacen trabajar y malos tratamientos que reciben». Y teme, fundadamente, el celoso capitán general, «que a este paso no quedarían ninguno antes de que se cumplan los ocho años». La carta originó otra real cédula encareciendo el buen trato de los indios encomendados.l1r' Es ahora el Consejo de Indias el que eleva consulta al rey sobre los repartimientos que hacen los gobernadores de la provincia de Yucatán. Repetidamente, le dicen al monarca, ha prohibido Vuestra Majestad los repartimientos. Pero «siendo el gobernador el que falta a su observancia, i o hallan los desvalidos indios quién Jos defienda, ni se atreven amanifestar su queja por librarse de mayor castigo, siendo tal su miseria que de ayunos años a esta parte se han retirado a ido!atiar a las montañas mas de quince mil alnIas». Piden urgente y oportuno remedio. 1 1 Bajo este aspecto jurídico de miserables pasan los indios a la Recopilación de 1680. La ley XIII, del tít. VII, libro I, manda a los prelados que procuren el buen tratamiento de los indios, pues «son personas miserables y de lan débil natural, que fácilmente se hallan molestados oprimidos y nuestra voluntad es que no padezcan vejacio102 leal ('.edula al gobernador de Venezuela .,,i.sándule las noticias le los oa!os tralee lentos ie los nilios le¡ valle 7'1,,'nero, Madrid, 6 de julio rle 11174 . 11,1,Irln, 11-II, pop. 599. en AG.I. AOdlrncix de Santo 1lomln»o, 874, lit, 20. fol. 90 v. 105 (7onsulta del (;onseio de las lodu:s sobre los Irl a,llmielaos que 1,8 gobernadores ,le la pro, ln,,a nes».l"; Y precisando la misión del fiscal (l ti C(Ili ,v, u( Indias, dice la ley 1 , tít. V, libro II : ademas de las ciones propias de su cargo, cuide de inquirir ctul.iu lo ordenado para la buena gobernación de los u tia ',1 cuya protección y amparo, corno de personas polo 17, ii i serables, se tenga por muy encargado, y con grande , lancia y cuidado pida y solicite siempre lo c_ne de ellos convenga». 111, 2) En las Instituciones Los indios , pues, pertenecian a usa l'iai, t!1 11 1 , 3ilt que el derecho llama miserables . Necesitaban i 2,lsr;; público y que el rey y sus gobernantes los dcicllIitr;,, amparasen porque ellos, precisament e por sis condi( Mil ❑ ii serable, eran incapaces de rebatir los desafueras. i.(- iritieleran menores , niños expuestos a frecne!itt' aQ'i,t':i'll españoles . Pero defensores les dio Dios en íos- paña, que dictaron leyes protectoras : las más t;Cller(1^as lllt: nunca vieron los códigos humanos en pro de los d(svali<l(I Sin embargo , no bastan las leyes. Hay que c;ttni 1lr: as. Buena es la ley si encauza la vida por r!(pues si no ¿ para qué vale ? No obstante es dificil cun:?,lil y más en América , en que la lejania enturbiaba ('l terni^r Así el marqués de la Mancera expresa: «Materia es esla fácil en los despachos , órdenes y resol ucionlii i', t i. o execución muy dificultosa . Tienen por enemigos estos t7ot)rc:, indios la codicia de sus corregidores , de sus curas y dt SIJ,, caciques , todos atentos a enriquecerse a costa de su sudor: era menester el celo y la autoridad de un virrey para cada uno; en fe de la distancia se trampea la obediencia y no 104 "Que loa prelados procuren las visitas, l en todas l.,4 o„e111,0,1 !., (ensefanza y buen tratamiento de los indios ". lFeilpe ti en LIobo;n, a 17 1,. 2 1011110. il-Il. Dog 7,13 1'urd,o ,:,s, otrae doa )?,.les (7édulas le 161,1 y 1685 que y Felipe IV en Madrid, a 1 de marzo de 1629). 105 "Que al fiscal toca la defensa de la Jurisdicelól, riel 1-x 7.nmonio ; t!.: 3,t..: )luden I:Ota loo esclavos "el buen ira ta,n i,•nto que en lo natural y eribtiuno y saber como se cumple lo proveído Y la protección de los esta 17obre y ,le Yurelen Iix,en ,, los 1,11105, ttad rld, 14 ele ,payo de 16S'). ,nlceruble «cinc,. 272 (.'al, riibn -., be debe a I1-II, pag 762 4,,.,,,r„ l,:,,,. ordenanza, 51 del Consejo y Felipe 11, en la 94 de 1 de :,g-t„ .e D, i,, 1 1,—- XXVIII 3 30 PAULINO Gi15'1'.1ÑJ D, DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 31 hay fuerza ni perseverancia para proponer segunda vez la quexa».l- Los reyes eran conscientes de esta verdad. No podian dejar de serlo, ya que los informes llegaban puntuales. Y de esta forma van naciendo instituciones orientadas a hacer cumplir las leyes y defender a los indios. No hablemos de la encomienda. Podría sonar a sarcastilo después de tanto corno se ha dicho y escrito en torno a ella. La encomienda, ¿institución tutelar o protectora? Esto parecería donaire de mal gusto. Pero para el que seriamente estudió la famosa institución en sus raíces, verá que, e).1 la mente de su creador, la encomienda era lutoria, protección S amparo. que tendia a una elevación total del indio, y que, aparte de los abusos de los hombres, y los dcsvlos, los agravios..., la institución, corno tal, nació asi. Sin embargo, dejemos este asunto. Aparece la figura del .protector» del indio. TT• s Arre rrn cargo. era una funden social. Todos se sentían rc;,nl^n ^ahlc^; de la defensa del indio. A veces, si, oscurecida por la eraeldad o la codicia; pero esto corno individuos. No era así citando actuaban como personas sociales y pí)blieas. I._a idea es del P. Bayle. «No hay capitán o gobernador (dice) que no ponga en sus ordenanzas el buen trato a los indígenas. No hay cabildo y los cabildantes eran los conquistadores de ayer-- que no regule, dentro de su inimicipio, las relaciones de sus vecinos con los naturales y en favor de éstos: las horas de trabajo, el respeto a seis haciendas, la moderación en cargarlos, enseñanza relitiosa>^."'7 Todo quedaba meticulosamente concretado. Función social. Función I)rot.edtora. De ella se sentian responsables, en primer lugar, los reyes. Pero responsables en conciencia. Felipe 111, al ordenarlo a virreyes y audiencias, lo encomendaba como la cosa irás importante del gobierno y como «descargo de mi conciencia de todos los mi1GG T Afeaina: 107 M-n,nrbi dr os r°4''' J's . 1,d 1',,' i Limo, 1810, pág. 7. El Pro f,etor d ,] t i, X13-151, pág. 10 274 nistros míos» . 011 Y Felipe IV atoen azaba con dm-,; , la negligencia en castigar los agravios «por ser contra 1 e 0 y contra mí, y en total ruina y destrucción de esos I e.1108. cuyos naturales estimo y quiero sean tratados canto lo nu-recen vasallos que tanto sirven a la Monarquía tanto 1,l han engrandecido>.1O9 Esta responsabilidad real la transmitieron a los virrt. yes. Mendoza se lo previno a su sucesor Velasco: Lo llrin cipal que Su Majestad siempre me ha mandado ba ,ldo encargarme la cristiandad y buen tratamiento destr^s naturales». 110 Y lo hacen nota esencial de sir fu 111:1 01 i il,iil así don Martin Enríquez expresa a sil sucesor _ 1'.1 i rus r:^ Vuestra Majestad entendido que de dos republíl a.1 t;ut: luí.; que gobernar en esta tierra, que para lo que prir,i.rpalrnenie nos envía Su Majestad acá, es para lo tocante a 1o, medios y su amparo ; y es así que a esto se debe acudir con reas cuidado , como a parte más flaca: porque son lo s iridit^s una gente tan miserable, que obliga a cualquier pecho r,i;tialo) a condolerse mucho de ellos; y esto ha de hacer el virrey con más cuidado, haciendo con ellos oficio de padrea 1., De esta misión protectora participaba la audiencia. Se informen siempre de los excesos y malos tr .ttanlrt nM^ iP les son o fueren hechos por los gobernadores o ttit_rs'luas particulares , y cómo han guardado las leyes, ordenanzas o instrucciones que les han sido dadas y para el boro trate miento dellos están fechas»."" De dos maneras l iert : l la audiencia esta misión de amparo: sustilnciand l l:. - ' ^t,n:+ de los indios y con las visitas de los oidores paria ciar de visrc los desafueros cometidos. Y parece olre las sir: s no carecían de eficacia . De otra forma, el obispo de Panamá 108 Dispoalelones eomplemrxfarios de tos bors dr lmtia pág. 127. 109 Recopl3ación , ley 23 . tít. 10 , lib. 1. 110 Colección de doearnentos tntditos paro hi h, _.a dr 111 Ibídem , tomo XXVII, pág. 378. 112 Recopilación , ley 86, tít. XV, lib. 11. .1. loo,,,m, ["o.' XXVI!! 100dnd 7`3• 32 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 33 DELGADO pedía al rey la repetición frecuente de las visitas de oidores, ,pues por no averse hecho así, ni ayer oydor que quisiera venir a ellos, esta la tierra así y se han perdido tantas ánimas de Yndios miserables». 11,1 Pero no sólo alcanzaba esta función social protectora a reyes , virreyes y audiencias , sino también a todos los gobernantes . Bastaría repasar las reales cédulas de páginas anteriores y releer el prólogo al libro IV de la Recopilación para convencerse de ello. Sin embargo, existía el cargo de protector . En la real cédula, fechada , en Burgos, 15 de febrero de 1528, aparece la causa por la cual se creaba tal cargo . Los indios no son tratados por los cristianos cono vasallos nuestros y personas libres: antes reciben muchos agravios Por eso decidía el rey : « proveer de tina persona celosa del servicio de Nuestro Señor y nuestro , para que sea defensor y protector de los indios , y mire por su buen tratamiento , y conservación, y conversión de ellos a nuestra santa fe católica ». 114 Sus atribuciones se fijaron en otra disposición , firmada en la villa de Ocaña el 4 de abril de 1531. 115 Pero una vez más debieron fallar los hombres , pues Felipe II firmó una real cédula en Lisboa ( 27-V-1582 ), dirigida a los virreyes y audiencias de México y Perú mandándoles « que luego, sin otra réplica ni contradicción , quitéis todos los protectores que hubiese en el distrito de esa audienr'ia , tornando vosotros el cargo de ampararlos , como os está mandado , y el nuestro fiscal de defenderlos ». Los motivos no se concretan, pues debieron ser graves , y dice: el protector es «notable daño y perjuicio de los dichos indios , por muchas causas y ra113 F,'pistolcrio de la X1 V pág. 311. y seguían muchos daños a los dichos indiuss. Se pi (_) ,t;u .i: nuevo el cargo .1i7 A pesar de todo, con los alit» .ui;rr;a la norma de que era el fiscal quien debla proteger al indio por oficio. Así en la real cédula de 14 de abril de li8,1 fin.. creaba la segunda audiencia del Rio de la Pinta. yutr^tab, «extinguido ... el empleo de protector de indios al cargo del fiscal. Espo,a . M9 i,s,, 1940, tunco Vi] , lo,1a de pag- 79; 9 Vuls. y tomo tlogota, 115 ufr L;c,uu Ob- e1t, fuel,, 1, .ag. 29. Dispostci00(0 auu, plrvtnVU,¿so de ¿as lepes <le Indias, tomo 1. papa. 142-113. T;unbien, c. Itayle , Ob cn , pág. 81 os- dnucr,,, de 6,ro,1n,., , Im,-,oan,,. st lu;i:i 119 Nació, pues , el cargo de protector de indius por raen de su condición de miserables. Y en este sentido se liü, lah las peticiones al rey. Citamos, por vía de ejeu plu, a iras Pedro de Suárez , que decía: «Mande vuestra megestad que aya siempre en ésa un protector que sea amparo dt ayos. t ls pobres : los cuales, como son tan miserables, ilu saben quexarse, aunque los roben, ni hablar o volver por si, autilitie los desuellen y acaben». -1 O el agustino fray Juan de Viveru. que escribía también al rey haciéndole ver la riece^>id`ad r.ei protector general de todos los indios ,para defensa c::e dos mismos indios , que todos somos a pelarlos y prdirlts cosa., 118 Encinas , D.: Cedulario indiano, 4 vols , lta,tnd. 154, 1 '-n tomo IV, p.ge. 333 y sigs. Con ant erlur6fad se trabhr ti.. su número . Cfr. R. Levlllier 1 Gobernantes dei Per u ( 10 L'8 1, p„p, 11 Madrid , 1921-1924 , tomo IV , p~ge . 45.48. 1,1? Encinas , D.: Cedulario Indiano, tomo 1V, págs. 331-335. 1... lira 1945-1946 , t .1 Recopilación del 1680 j unto con otras concediendo faeulta[te 3 5' pn cür^i:,') .< :, Asl por ejemplo , se mandaba a los cirreyea , pres ,,ICn N- y goben,adur <:, ,.. — .,. audiencia a ida protectores y defensores de los Indios y 1l b .-:-, de sus negocloa Y causas , y pidieren el cumpilatiento de las leyes y favor , los oigan con mucha atención y de tul forma que madiante : __ loa recibieren Y oyeren , Nnera 114 J. Prle,te: I)ec,t r„enf,,:, < uedttos pura io t, 1955- 1980, tomo 1, pógs. 240-202. 276 zones de consideración ». 11o No obstante, la supresil :r no lit' acertada . Y años más tarde se hacia la apolugla d, !zi titución como tal y se firmaba la contracedula el 11j ut, rltr_ru de 1589 «por haberse entendido y vil,to por < :lit rit u r: de haberse quitado los dichos protectores, se lhabjatí; c, U i.) se animen mita a eu defe055 1' a,n var ,' r,, :., , del libro II de la Recopilación. ton,.:, 1 45i 2 118 Cedulario de la Real Audiencia de Buenos Aires , La Plata, 19 e. La Audiencia quedaba constituirla así: "de un Virrey como prceider,t, ^„ cuatro oldoress y un fiscal. en cuyo empleo ha de quedar unido el dr r ,_,.. ....., Ibídem. 1l9 colección Torres de Mendoto, romo XXVllf tomo Xl, 1^4K^ 198. 34 PAULINO CASTAÑEDA 1 DELGADO '- °hA CONDICION MISERABLE DEL 10010 S7 y no hay nadie que mire por ellos. Es muy necesario esto por muchos efectos, y pues ellos son dados por menores y Vuestra Majestad es su tutor y amparador...».'-" pedirla no se atreven , porque los que los agravian los caciquess . 124 Un año más tarde el arzobispo de Lini_t, tray Jerónimo de Loaysa, escribía a la corte diciendo 0uc° los corregidores enderezaban «todo a su yrcterose t;rwc^ l 1 a que los teman .».'25 Y en 1595, fru.; en un interesante memorial hari;t constar tic 111,1 , nociva que yo hallo en el Perú y perjucücial para 11, 11,i(u rales son los corregidores de indios, que Ira jur ;>e iti (l:nr: llamar destruidores ».'" Y por u ltiulo, para t113 u,11if ipiil <tl los textos , citamos el testimonio de fray Juan dt _Lrlit,tlrc^. provincial de los franciscanos , en el cual en 1632 escribía: «son (los corregidores ) lobos hambrientos que hasta teb;trse de su sangre (de los indios ) no paran>. "2. 1)e igual uioclu surgira la tiiira dc1 corregidor, at-ertadisima institución tutelar, al menos en teoría. 1=1 F11 las reales provisiones de 1,530 se citan ya para la Nueva España.-' En 1565 el gobernador de Pero, don l,upe Uarcia de Castro creo unos 56 corregimientos. Su función priurordial era defender y amparar a los indios. Tarnbiéci la extensión de la fe y la corrección de los pecados públicos. El emperador Carlos en 1555 escribía al marqués de Cañete que: «en todos los pueblos españoles que hubiere en las dichas provincias... se pusieran corregidores, hombres aprobados en cristiandad, en bondad y cuerdos». 121 Pero una vez mas fallaban los hombres. Tal vez por no haber hecho caso a la real cédula del rey Carlos. Y pronto coniienzali las quejas. 1 , 1 propio gobernador de Perú, Garcia de Castro, el 12 de enero de 1566 avisaba al soberano sobre abusos de corregidores y decide arrostrar el problema y resolverlo de aria vez para siempre. No se podía dejar al indio indefenso, pues ni el rey ni los gobernantes cumplirian con su conciencia. Por otra parte e escrito a vuestra magestad el gran cargo de conciencia que ha avido y ay de que entre los pobres indios no aya asta aora avido justicia porque los corregidores y alcaldes ordinarios de las ciudades, demás de tener harto que entender en los negocios dellos, es tan largo su distrito... que esta miserable gente no puede bercir a pedir su justicia ante ellos, ni ellos pueden yr a hacérsela; y aunque puedan veriir a Los corregidores manejaban las cajas de comunidad -caudales de los pueblos en común , nacidos de obrajes propios , legados o restitución etc. sagradas e ititatir»it)ü .; lxur ser hacienda de los pobres , al decir de Felipe 111. 1'ue_, bien, esta hacienda « era medio y ynstrumento para qut, con su misma hacienda anduvieran afligidos y at:ustldt,5 t,i11 vechándose los corregidores della. Porque la priciicer,l, que hace el corregidor , en tomando quenta7 a sii pi, t- u(-, es sacar la plata y barras que ay en las caxas y enil.lir.arto llevándose el provecho y los miserables indios tod,1 1-i tt,ibajo y molestia». '29 El rey dio una real cédula terrible t11,( recoge Solórzano y condensará Escalona y Aguero t•tlrrt- 1,,:, privilegios concedidos a los indius. Dice así. -l'ut i1., „iai ordeno y mando que de aquí adelante, cualqulen, dé— 113s dichos corregidores ... que fuese alcanzado en tlieuna cal tidad ... sea condenado a perpetua privación de su u11ci0 t. 124 Bayle : 120 Cfr. C. Bayle: <j l,. cit., pág. 91. 121 —Angel de la guarda le l., naturu lee. eseudu de au 2 1,10202, juez de paz torno II, pág. 364 128 Llamón Chavea : Ob. cit., tomo II , 128 Cfr. 122 Encinas: ('e^dulu,io..., torno 111, pág 1 pág 604. C. Bayle : Ob. cit .. pág. 150. 129 Carta del Lic. Ruano , fiscal de Charcos, ,.,aro de 15.ys i'ti 12:3 Ibldem , tomo 111, pág. S, Anua,, de pág. 137- 127 A. O.I., Audiencia de Charcas, 120. en sus desavenencias ". Bayle: Ob. lt., pág. 137. 278 Ob. cit ., 125 Llamón Chavea : Ob. cit., pág. 150. F:n dio, du,eri, u 111 — XXYl11 36 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 37 DELGADO desterrado por seis años a la guerra de Chile, lo cual se execute sin remedio ni dispensación». 'l° se lo alaba y ordena le vaya dando razón de los eiectus. El presidente torna a escribir (2-1-1595): «Las benefictus 5(111 Pero a pesar de todos los fallos, patentes e innegables, eran necesarios. Veamos algunos testimonios. Acosta, por muchos, no podrán yr todos expresados, por excusar prulixidad»; librar a los indios de deudas, excusarles de piuitrts. «Como los indios son gente miserable y sus ple tos: di, ejemplo. Ataca los abusos de los corregidores, pero aun así los considera necesarios: ^<at per quairl necesarium», porque sin ellos, ni la integridad de las costumbres, ni la guarda de las leyes, ni la ejemplaridad del castigo, ni la extirpación de las supersticiones, ni el amparo de los débiles contra las violencias de los más poderosos, españoles o mestizos o caciques, ni el freno a las codicias de los encomenderos está seguro. O sea, que con todas sus quiebras, la institución ha de mantenerse, por ser más sus provechos que sus darioss . 1,11 Lo mismo dice fray Rodrigo de Loaysa en un Memorial de 1580. «Estos miserables, decia al rey, son como las sardinillas que andan por el mar, que todos los demás pescados andan tras ellos, por comerlas y acabarlas y asi andan todos éstos tras destos miserables indios, y si no tienen algún favor se acabarán presto». Ataca también duramente los fallos del corregidor. Pero aun así, los juzga necesarios: «'Pero no obstante fue necesario que los hubiese, para la seguridad de la tierra, para amparo de los indios, para que haya cuenta y razón de todo. De manera que si es malo haberlos, es por no ser ellos buenos; que siéndolo, y guardando las ordenanzas e instrucciones que el virrey don Francisco de Toledo les dio , muy bien fue que los hubiere, y muy acertado ponerlos, si hubiere siguridad en castigallos, cuando no hacen el deber».1-11 Un último testimonio: el presidente de la audiencia de Santa Fe de Bogotá, Dr. Antonio González, comunicó al rey haber establecido corregidores. El soberano 130 Solbrzunu Pereira: Politice uu(rü sn, libro V, rut, ., —un 20. F,,ral—— y Agilero lo anota entre los privilegios euucedidu.v por loo, reyes a los In,l los. Cfr. upétldice. prtv ., 131 to precio del trabajo , y haciéndolo en tiempo cornudo y :,ir¡ impedimento para su salud y sustento». «Itera, los defienden de insultos de sus convecinos más osados, espafüoles, niewtizos, mulatos ...; con asistencia de los corregidores cesa esto y nadie les hace daño» . Asimismo les impide a los irttdius practicar en el monte la idolatría ...». Cesando el dicho corregidor , bienen a tener los indios tres jueces, que pi,r l.t mayor parte siempre les son molestos y costosos, que s ,n el encomendero que les trata mal, el doctrinero y el aicalde. ordinario .. y porque el corregidor de su oticio siempi<e procura relevarles del trabajo , es aborrecido su oficio tic- todos los encomenderos ... Si algún inconveniente podría tener e.5 no ser el corregidor bueno; pero para remedio destu. c'sta aquí la audiencias. 13-3 Las instituciones , pues, fueron buenas. Sus tluitcl,rits innegables también . Pero fueron los hombres los que hallaron; los que quebrantaron las leyes. No obstanty, este" Itt cumplimiento no puede salpicar a España ni a sus reyes . núm. 41. Dn prncurünrla ]raderutn su(u(e , ub. 111, cap. Y3. pág. :111. EJ. P. Mateos. Madrid, 1952132 "Memorial laedt ( oa para la 280 una yegua, un potro, un poco de maíz o una manta, ciiiietido a pedir su justicia a los pueblos de españoles, que t uuiull mente están muchas leguas distantes de los suyüs, asean más en costas que vale todo el principal... ; y esta \ t iit, il±ll se rredime con tener el corregidor en sus lugares L, s amparan contra los encomenderos que antes que, Ixli,iesl corregidores se servían de sus indios en arar, cavar , .edil brar ..., sin los pagar cosa alguna —.; y aora iiazen t, i ugwi , deltas cosas sin concertar y pagar ante el t orit^gicil,r 1 Jus- de Fray Rodrigo de 1.ouysu", 15NO. Fu HIB(or (u de h'npurle, tonto XCIV, pág. sino (olocero tl rl, DucitvRert drs 133 Cfr. C. Bayle: Ob. e1L, pág. 156 , No olvidemos que rl prr tideo3c „sed i,, su obra; fue él quien puso los corregidores. Esto, cierto, meren:, el valor Pl t„,:u:.,— si bien no lo quita del todo. ,1r„........., reno XXVII! JI, A mea rl,, :i$ PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 39 DELGADO Tiene razón Solórzano cuando afirma: «Todos vienen a convenir que cuando ni los mandaron, ni los mandaron, ni supieron, ni llegados a saber lo disimularon, y dexaron pasar sin castigo, ni tuvieron descuido supino en mirar de quién se servian, y confiaban, no se les puede poner ni imputar cosa alguna». 111 Ni es acertado decir que las leyes fueron nulas sólo porque había fallos en su cumplimiento, pues entonces habría que anular todos los códigos, incluyendo el Decálogo. Juzgar una ley o institución por el número de transgresiones, es erróneo. Seria como estudiar el pensamiento de una época sólo por los archivos de la Inquisición. Hay que ver el conjunto; y luego el saldo. Y posteriormente ver si es favorable o perjudicial. 3) Lii los Concilios Provinciales de l_ilna y México Ya lo hemos visto. La rápida ojeada a una parte rniminia de la abundante legislación que España dedicó a Indias, ha dado congo resultado que el indio, aunque libre y vasallo de la Corona, estaba inipreparado para el trabajo disciplinado y colectivo, y por tanto necesitado de amparo, defensa y enseñanza. Moral e intelectualmente eran equiparados a, los menores. Así fueron surgiendo sistemas de gobierno, educativos y econoniicos, que no se compadecían con su condición de hombres libres y (ue, sin embargo, fueron por todos admitidos. 1.1' La idea fue general eii América. Y no sol¡) entre encomenderos y conquistadores, sino también entre los misioneros. Valga un ejemplo por todos: la opinión de los jesuitas reunidos en Linia y Cuzco en 1576: rEs uri niño grande, o un hombre niño con su prufiutdo colupit+ju de vencido, 134 Política 135 Bayle, lndla ,ia, lib 1 , cale. 12 , C.: La eomuru in ontre lox oín. 28. endioa nmericunüa, cti ' Mlsh>nalla Hispánica", 1, 1944 , pág. 2111. E. ,I^i,•:s Ir^t,^lcituul 1 noiI:,l ile gua nuln,y e4 :,xium5 inr.„n+.niso desde las Leyes de ludias hasta tus hrdenanzo.4 de la más ruin doelriuu " Véase también V. D. Carro: La teu / uyiu lt los teólogos . jo: laln.: eapañolua unto lu 1 unaniata de América, Salai'nuuca , 1951, pág 311. 282 Ana., a de Lnu,diue Ac,en,an,,, a quien precisa urgir el deber con una paterna y itinul u:^a compulsión . Sensible por vía unís hiel; sensori,tl y;t^ il,r, lectiva, con declarada inclinación a la música al rt:;ti.ru. Signos todos que colocan al india en la categu^ t^t ttt i_; menores, dotados de cualidades iguales a ius ad u l (,; l lt t l aún no desarrolladas». 1,ai A la misma conclusiori lit itubt-rt, Ricard para la América del Norte: los misioneros i4iuaijztii a los indios , dice, pero como se ama a los niríos ;• uo :,t: resignaban a verlos crecer. 1i7 Pero interesa más la opinión de los padres reulliúos en Concilio. Dos grandes focos conciliares c:ncolit.raiuu,a cii América: Lima y México . En ellos aparecen iob como amparadores de los débiles; y no sólo coniu también reunidos en el aula conciliar . íisi, se Clic t•i, t:i III Concilio Mexicano : «Los obispos y gobernarite. c:c_ h::,tas provincias y reinos han de pensar que ningun ¿w,,,>, i está más apretadamente encomendado por Dios qnt- i}t t,t ger con lo íntimo de su corazón y entrañas pata l t ^li <t los Indios venidos a la fe, y mirar por su bienestar de altea y cuerpo». 'm Los obispos, pues, se sentían obligados a dtsfenc_+t r a 1:i naturales ; se creían sus protectores natos, es decirr, ex natura reí». De los Concilios Limenses, el más irnhurtantc •^;:, clan<,. fue el 111 , ( 1583 ), convocado por Santo Toribio. la i u :'':i prácticamente todas las constituciones del [1 lli,t serían ley general en toda América, si excel,tiuirllu :'•le Cli u y Santo Domingo . 139 Más tarde el IV Cona iliu Prt,i ull ia: 136 A. de Egutia : La viaión Aumant.e tica del InJ,o „,,. ,,.ur„ ., en Studi aulia C/,L.sa —ti- peruanos (1568 -1576/, 137 La "conqu8te aptrltueile" da Mc:rique. 0(5,5 it .151 b, -0,,M01,11e8 Mendl.entes en Nout , elle-Sepagne de 1525-21 n 157$. F'a rf,, 13:33 138 Cfr . 111 Concibo Merlconü, IIb . V, tít. S. _.. .,. 139 •'Lo que .. , en el Concilio Provincial qua se tuvo ,•n el u+ sesenta y siete , en esta misma ciudad, se ordenó y es uili.. ,:ó ¡--.i Concilio provincial legítimamente conVOCado y celebrado. vor.vicne — . la veneración que se debe a los Estatutos Cxnónlr„a". Cfr 1•argxn Ll,aenses ( 155117721, Lino,, 1951 , 1. c. 1, pág. 322. 1•n®o 7X{711 :1.133 40 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL (1591) renovará las constituciones del 111. 1-111 Y luego (1601) lo liará el V, obra también del arzobispo Mogrovejo. 141 Por eso, el insigne prelado don Hernando Arias Ugarte, cuando fue arzobispo de Lima, pensó convocar un nuevo Concilio y pidió licencia para ello al rey Felipe IV (25-V-1631) pero añadía-- «aunque en este arzobispado se pudiera excusar con los Concilios de 1537 y 1583, mandados guardar por vuestra majestad, en que están resueltas casi todas las materias que en este reino se practican». 1A La palabra «miserable» aparece por primera vez en el II Concilio Limense, Canon 120. 111 Habla de los pleitos de los indios y manda que se concluyan «sumariamente y con amor fraternal», especialmente los de los pobres y miserables: «maxime pauperum et miserabilium personarum». Las palabras, por tanto, no parecen incluir a todos los indios bajo esta concepción de miserables. Todas las causas de los indigenas, en efecto, se habrán de despachar sumariamente, pero de un modo especial si son pobres y miserables. No identifica, pues, al miserable con el indio. Sin embargo, ya en este Concilio aparece tui notable elenco de privilegios que, con el tiempo, se aplicarán a los indios, precisamente, por ésta su condición miserable. El concepto aparece niás claro en el III Concilio Limense. Se duelen los padres conciliares de que, no solamente en tiempos pasados, sirio en la actualidad, se agravie con exceso a estos pobres indios; y aprietan duramente a doc- INDIO 41 trineros codiciosos y abusones, sobre los cuales lltll:ii..n nttl) bien caer con todo su peso las penas canónicas die t;,rr:t 1, te, sin necesidad de recurrir a justicias seglui^-a. 1.: tiene un gran sabor paternal y evangélico. Es irás tCltlcutrlte el texto original latino, pues el castellano habla aúlamente de pobres, y en latín se habla de rniseros Cret:lrlus que vale la pena reproducirlo: «Et certe harurir cerltiiui mansuetudo perpetuus serviendi labor, et naturalis cd edientia atque subjectio, quosvis hominis quantunlvis feroces movere jure posit, ut cos defendendos potius arbitr'arcernt.ur, quam Improborum praedam esse paterentur: qua pronter volens immense Sancta Sinodus, hos miseros, atclut' in;lit>cilles ob tantum fraudis, ac violentiae non solum olirn pi ater, modum lnvectum, sed hodie quoque a pluribus designar,. ]« Aparecen, en consecuencia, los indios cornil :eres miserables e indefensos, necesitados de tutela y amparo En este punto concreto es mucho más rica la tt'? ü itlalt doctrinal de los Concilios Mexicanos. Corno an teced('llte demos dar una rápida ojeada a las justas eclesiásticas precursoras de los Concilios. En la primera (1524), se presentó al indio como un ser humano. con sus cualidades y defel' tos como cualquier otro hombre. Es una posición tranquila y equilibrada..., digna de gran aprecio, si se tiene eri cii•-rltit la violencia y popularidad de las tendencias que dt niin t bran la naturaleza y carácter de los indígena o. 1,' Ft! 'a 140 "Todos los perlados pornan eu exe,lmtón el Concilio 1'n,ciurial celob,ado en esta ciudad de los tteyes el año Uróximu pasad„ de b3, apprubudu por su Suntidad, tes dü y como en él se contlele y pura que a lodos conste ae liarán pubilear en sus ra ted [;rica". Ibídem, trono 1, pág 385. 141 "Hordena y menda se guarden, onservra y ,looplan mudos los Lecretua del 144 III Concilio Ll,nenae , Actlo 111, Cap . 111. en Carl',s C,; Ce. O:, pág. 285 . Amonestan los Padres Conciliares a l;obe rnm otra c t,,. , piadosos con los Indios Y " enfrenen la ynsolenci, de m,s o,lm d i.:, q,, y que traten a estos Indl:,a no como eacla^c.+, Im,, r_„r:--, I,,tt.': ,0, 1 — yolai llo Provincial le 1— .iti,,, quilur ninguua la Majestad real". Cfr . cu.,a de lo que en ellos rsih ,bapucni,^ y pn,vuldo, ,,,uu, .w ,-Iras m ,+ndfeur y bu Nuntldad hordena y manda y Su Att,Jestad lo encarga por Cédulas teu]-s. que se cumpla tnnuvado como renueva este Santo Uourilt mucus los lt,, rotos 1,1 limo Concilio de 03 y los monda guardar y cutnpnr y II,', a l ., d••nlda cae, u,,én ctu ettertu'• Ibldem, torno I, pág. 346. l42 lbidem, Iuu,o Ill, págs 750-171_ 143 lbidem, tomo L págs. 239 y 132-153. 284 Anaoria de Estudios A nteri-,,,,> Solórzano Pereira Ibtdern , pág 344 . De odie ap,tul.. ..,i "q fatal aumptum vl,lrtor ea psa uno lla, fato 11,— II miserabilium euram gerere dicitur, cosque 1777, Libar I , cap. XXVII, tomo 11, ndw. Jfi, t•AK. 200 145 José A. Llaguno , S. J.: La peraonalldad Jurldlra d11 lacia provincial Mexicano (1585), Doma, 19U, pág. 77. la teoría que considera a los indios corno pauta eo, hall .e' ('ir. 1. it,, por la Justicia en la conquista de AniPl-ira, Buenos .Vtes, 11135 lea, „ Toma ddYlfl 285 LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO) -1 >' 42 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO de 1539 se estima necesaria, su reducción a pueblos, para facilitar la función evangelizadora y civilizadora; se les admite a. la eucaristía si a juicio del párroco le parecieren bien preparadus, constituyendo así »-,la primera declaración oficial de la jer.arquia sobre capacidad y derechos de los indígenas a recibirla». 1w En la de 1544, convocada por el visitador Tello de Sandoval, en parecer unánime, se consideró al indio hombre de poca fe y holgazán, dispuesto a volver a sus idolatrías e indolencias tan pronto como se le deje solo. Son hombres que necesitan de la protección de los españoles, para ser tratados humanamente y para ser doctrinados en la fe católica. De aquí que consideren necesario el sistema de las encomiendas. El indio, pues, es sujeto de derechos, pero que necesita la, protección y tutela de los españoles, así eclesiásticos como seculares, para defenderlos y para que hagan recto uso de sus derechos. 147 El Primer Concilio Provincial (1555) señaló las obligaciones especiales de los curas de Indias. Capítulo importante sera la defensa de los utisinos, evitándoles cargas y obligaciones excesivas; manda que los visiten en las cárceles por caridad cristiana y para defenderlos. pues «muchos indios con pequeñas causas son encarcelados... y por falta de no haber quién buelba por la justicia de los n iiserables, padecen los tales grandes trabajos y crueldades».14A En el capitulo XVIII se señalan los días de precepto y de ayuno, a tenor (le lo ordenado por Paulo 111, el cual «considerando la miseria y pobreza de los indios naturales de esta tierra dispensó en algunas fiestas.., y los días que son así mesmo obligados a ayunar». Señala también que las excomuniones y penas pecuniarias establecidas no son para los indios, a menos que se hable expresamente de ellos, ya que son pobres y miserables, nuevos en la fe y flacos, que han de ser corre116 I,laú loo: 0i, , t., 1)1 15-.1111. 147 lb,deu,, pago. 2S. 1,18 ibldeo,, i,ags. 172-17(1. 286 :Inw,o 1 ta,ulio, I,n: ,, gídos con benignidad ; «porque mirado su miseria tt 1;!Ct1(i+, consideración que son nuevos en la fee y como tia rna. ^^ flacos con benignidad han de ser tolerados y 1 t_,11•.^ queremos no obligarles a otras penas más dt a tu( =<<l.. (ili, el derecho canónico por ser christiat)os 1(:.-i vez más la tradicional imagen del indio: tnsl on..ia.t,tt' tr^ll inclinado, de poca capacidad intelectual y débil. Y sujeto de derechos de cristiano , mas bajo tutela prote+ci(in. Pero la Iglesia , al proteger al indio , no rehala su capacidad jurídica; sólo se acomodaba a una realidad, a circunstancias que ella no podía cambiar. Las cosa> +ir, ^^_^t11 bis son y no como quisiéramos que fueran, Y la Itrlesir , no como deberia eclesiásticos tomaban al indio como era haber sido. Su realidad objetiva de pueblo vencido suiu^' gado era lo que contaba. «El indio, después de la conquista cuando se habían derrumbado no sólo sus templos e ídol+).^. sino con ellos la fe en sus antiguos dioses; cuando t am paban entre ellos el desconcierto debido al nuevo tipo dt, gobierno , a nuevo sistema penal , diverso por, cotnpll r..^ ^'1 suyo ; a una nueva religión , predicada. sí. por y celosos misioneros , pero tantas veces contradicha ;'o!) la vida cotidiana por los malos ejemplos cica los españoit'..: ;t (i1 dido psicológica y moralmente ; es un ser humilla(!(, e z,,,, tico. Da la Impresión de ser un hombre inferior no ;( Ir; ca inteligencia, sino en su capacidad para la vida cié: ili.^ati:+. ya que é sta se identificaba entonces con las eKi;CC cal laa la civilización europea» . l Así lo vio la Iglesia. Y le brindo su tutela y protección , no para provecho propio, sino iatr^t defenderlo y cristianizarlo. De capital Importancia fue el III Concilio 14lcxil'auti. Varios y duros memoriales, referentes a los indios, le fueran 149 Ibídem , pag. 175. 150 Cfr. Antonio de. Egana, 8. .1.: La ufelbn 1iu „luntrncn .L.( ,,..1^, loa primeros jesuitas peruano. ( 1568 -15761, en 8tu4t . ,clta Ch,exo. euu ira >.,<tf L.,^, me, 'Analecta Gregoriana ", vol. LXX, Yuntiiie i:. otro trabajo Interesante del mismo autor es El ruadr-o drl d<?c,rl,o r;:.pd=^:, («siglo ZVI), en "Estudlos de Deusto", vol. V, núm. ti. Bilbao, 11,57 Tonro XXVIII I ,,.1 44 PAULINO CAS'r,1ÑEDA DELGADO presentados. Hablan de agravios e injusticias, que reclaman urgente remedio. Por ejemplo, el Memorial del padre Plaza, jesuita visitador del Perú (1573) y de Nueva España (1580). Para él, el indio era un hombre como los demás, un cristiano recién convertido que requería cuidados especiales; un ser débil y oprimido en sus derechos incapaz de defenderse. Aparece sin embargo esta tutela paternal con que los españoles, eclesiásticos y civiles, educaban al indígena. De esta forma, en los pueblos de indios siempre debía haber un sacerdote y un corregidor. Fray Pedro de Feria, 151 dominico obispo de Chiapas, allá por los años de 1585 reseñaba el estado poco satisfactorio de la nueva cristiandad. Y entre otras cosas, señalaba un remedio que no deja de ser interesante : no olvidar la diferencia que hay entre cristianos nuevos y viejos, a lo que hay que agregar que los indios son muy cortos de inteligencia: «De la differencia que ay entre estas dos naciones de ser tinos cristianos viejos y otros cristianos nuebos, y los cristianos viejos levantados y aventajados en lo natural y los nichos recortos y bajos naturales, nasce y se sigue que el gobierno de los unos y de los otros ha de ser también differente... Los nuebos han de ser criados como niños con leche y con manjar ligero... conforme a su poca capacidad e infancia, en la religión cristiana». 1,1` La postura de la Tglesia y de los gobernantes españoles ante los indígenas, por consig:uiente, es ésta: defensa del indio y de sus derechos por medio de un gobierno espiritual y temporal lleno de paternalismo. El III Concilio Mexicano, en realidad, nunca habla explicitamente de la personalidad juridica del indio; alude irás éste como cristiano wtevo. Por lo demás, esto es corn- LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIt, pletamente natural . Una idea aparece clara. El Indio t,s de poca capacidad intelectual y moral, Son gente tosca: o^,lul titud de gente ruda y destituida de remedios . A la liocluc dad intelectual hay que añadir otra psicológica son de su natural tímidos y pusilánimes ». Necesitan, pues. de uta protección especial. Y exhortan a cuantos estén t•onstit.uidos en autoridad a que se muestren benignos con estos trliserables y no toleren los agravios : 'ninguna cosa deberiutt pensar los prelados y gobernadores de estas parte., que defender y amparar estos pobres yndios como tan recién pluittados en la fee ... mirando con afecto y entrañas de padres por sus necesidades corporales y espirituales... Este santo Concilio exorta encarecidamente a todos los gobernadores y justicias de Su Majestad que se muestren pios benignos con estos m1serablesy.164 El Concilio disminuye notablemente sus obligaciones cristianas : reducción del número de fiestas de precepto. reducción de los días de ayuno conforme a la Bula de Paillo 111, 1 56 exención del pago de los diezmos . Y esto a pesar de la estricta obligación que impuso el Concilio 1'rirtetitluu y que hace suya el mexicano, pero con la cláusula si rttiente «Exceto los yndios» . Y todo, «atendiendo a la llotlreza l; des abrigo desta miserable gente». 157 Para captar el clima que rodio ,., del III Mexicano es documento excepcional la r arta qut^ e ; tos dirigieron al rey. Nos interesa la terer:l llar 1!' t.:<,. habla sobre el patronato y su obligación de prl,tt cl.: .ont153 Libro 1 , titulo I, Decreto 1 Fin I,de F.u!,o 154 Libro 111, ti tufo II, De Of!Uío lic, lo, .-. el damno dato . En Llaguno: Ob. , it., pát _ 7"-+ In Arción 3 . e, cap . 3.e del 111 Concilio 1.irneu=e. 155 Tenían loa espa5oles , además de los dwntn5^s, ^,:..tent:, y loo a los Indios les queda domingos y doce fiestas de guardar 156 Ley general: todos los días de Cuuresn,a. ea,:Cín„ 1— 115"= días y los doce días de las témporas. A loa Indios los tIer L,S de 4 u<,,,..,,,... más las fiestas de los patronos de las catedrales 151 1,iserlpclón: A7eu,ori,1 d,1 .,binen d, 1 dure F'nry 1, 1,u de Feo,, pura el A'In,>do 1'rov{n,- tal yun ae. e,lnt,fle ,, áfd..n:u ,.rte 2, rea,:nt^ año dei 1585. Está en Bancroft Litera rj: Concilio, álri,,aoo , non 20. foI 1.5,-1:.2, L'ubltrudu por P. Llaguno: OI,- págs. 181-158. 152 Liaguno: Ob. pág. 181. 288 duuo, io .lo G,ludws .9mc,uano de Navidad y Pentecostés. 157 Libro 1 , título VI, eu l,lagunu: Ob. Tomo XXVII! p0g 46 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE UaL. IINLu' parar a gente tan necesitada, .(assi por su rudeza y corto entendimiento corno por ser nuebos en la fee,>. Le recuerdan cómo sus antepasados encarecieron repetidamente «el buen tratamiento destos miss: rables y se oviesen como liijos^. 1 , 1 Narran agravios y atropellos, exigen su reparo y defienden los derechos del indio. Por ejemplo, las minas, .<ruina destos miserables». Atacan con dureza la avaricia de los «que cegados en la sangre destos miserables sólo les lleva su avaricia y affecto de ser ricos». Se pide urgentemente libertad para los indios encerrados en obrajes de seda, ]aria, etc. «y otros oficios que usan los españoles; tienen mucha cantidad de indios encerrados y aerrojados a titulo que les deben dineros y porque no se les vayan los tienen con mas crudo trato que christianos en herbecía».159 Auténtica esclavitud que duraba a veces varios años. No había quien los pudiera ayudar, pues los dueños, «se hallan luego jueces al [)aladar, y el miserable indio no sabe hablar ni pedir y assi peresce y es afflixido». Por eso, aunque se ha intentado poner remedio, ha sido mucho peor, porque «el dueño destos obrajes irritado a doblado las costas sobre los miserables opresos». Los prelados piden al rey ampare él mismo a esta pobre gente, «que en su patrocinio no ve ni halla a, nadie; y todos, con su jactura, captiverio, injuria y opressión se adelantan y enriquecen». '1„1 Defienden tarribién los obispos el derecho de los indios al salario justo por su trabajo. 1,.:1 Concilio puede admitir el sistema de repartimientos nonio tal, pero a condición ele que se pague a los indios salario suuciente. Cuneo piensan que ellos, los obispos, no pudran nunca conseguirlo, acuden al rey. Además, teniendo en cuenta que los indios son plantas nuevas en la fe y en el Diodo civilizado de vivir, piden se cumpla lo mandado sobre <casos y causas de los natu15» L. carta está put,i, ,:la por (1, págs 159 Ibídem , págs. 317-522. 160 Ibídem , pág. 323. 290 rales que pertenecieren a juicio eclesiástico» ; es decir, c.tut no sea necesario pedir el real auxilio y que se h,i^^uu ^ti1^ figura judicii»; «porque como el fin que los perl üirl:; ! t t mos en ellos es corregirlos copio a hijos y I lt 3 t i 1, ^.. posponiendo los ápices del derecho y estilo forenaca, .Sula facti inspecta, sine strepitu et figura judicii», cuuar:an de lo contrario destrucción y no hedificarlos. Y es ju:tu.1 aiitiendan sólo pretendemos ganar sus almas y no otro respecto humano. Lo cual es lo que tanto Vuestra l%lacle,.aad nos tiene mandado y ordenado guarden sus jueces rnirti tros, y cessarán costas y gastos que por su conocida, i abrezil. y fragilidad abrá, con que del todo se acabar tan perjurios y ofensas que tenemos evidencia ay no cerroo doles las puertas a los pleitos». ',1 4) Teólogos. juristas y misioneros Los teólogos del XVI no trataron la cuestión. `^orw:al. puesto que el concepto de miserable, aplicado a los indios, vimos que apareció tímidamente en la legislacioin . a inca' entrada la segunda mitad del siglo. Ni sil-iuil r:. p.t s:el.a mos, lo trataron Molina y Suárez. Tal vez Vitoria signifique un antecedente con su famoso título VIII. Pero uo es lo mismo. Con el título, el maestro intentaba iustitix,ar la ' oc.quista ; con la concepción miserable del indio. se intentaba un trato de favor. No obstante, Vitoria hablo de t uti-ta ; v amparos , que el indio necesitaba corno si fuero un titeula Por eso lo traemos aquí. Entre los títulos legítimos tratados pum' 1'it(_1ri_+ '-i: i, Relección-primera de los indios, figura el 81, unte t ,-a,c^--stro propone así: «esos bárbaros, aunque, corno se ha dtch,,. no sean del todo faltos de juicio, distan sin embargo, muy poco de los amentes, por lo que parece que no son apto» para formar o administrar una repüblica legitima drutnl 3(11 324 161 Cfr. P. I,taguno: 65. cit., pág. 307. Anuario de Estudios Imcttcuno, fono XIYJiI 48 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 49 DELGADO de los términos humanos y civiles». le: No se habla, por supuesto, de la servidumbre. Ni de la irracionalidad. Se reconoce la libertad personal de los indios. Sus propiedades y relaciones de dominio público. Se trata de una distinción sutil y, admitido todo esto, se pide un dominio de protección colonial y no se hace referencia a sojuzgarlos, ni esclavizarlos, ni explotarlos; es una tarea tutelar, una tarea civilizadora. Vitoria sabe de la postura dura de algunos teólogos cercanos a Aristóteles. 16S Los condena con dureza. Reconoce, no obstante, su ineptitud y piensa que, tal vez, de ella pueda nacer un título justificativo de la conquista. Debo advertir que Vitoria expone este título como dudosamente legítimo o de valor jurídico discutible, «de quo ego nihil afirmare, sed nec omnino comdennare audio».104 Advierto también que el maestro no fundó este titulo ni en la infidelidad ni en la imbecilidad de los indios, afirmaciones que ya había descartado en la cuestión introductoria de la Relección. Lo fundó en su condición salvaje, en la ausencia casi completa de educación, de desarrollo de sus facultades humanas. Es 162 Obras de Oru-nclnce ,te Vit„1111. 1 erh rrimu.s t^u7ugu;ua, r,llalóu —MMM- Dar el patee T. Urdanoz, B.A.C., hiadrlrl. 11,60, n,irn. I4, págs. 723-4. 163 Fueron muy pocos los te<il.gos, y uu precisamente le primera defendieron tendrlarnos que citar lib. 111 , Illa, los que la exlatene:ia. 110 I1on1Ores esc Llvos por na 1111aleen ,11,1 i.;., il. a los in,llos, al i.lcenclado lJreguri. Cfr Las Casas: lit0torta dd fa,, Indias, cap. XII , tomo LXIV). l Ite ¿1111105, di—. 0011 libes, no jiCrVol, pero dada sil querencia a la oclaslrla I el rey lis ),1111 I ;oler y In ten, p,1 t , co 1 luto e" Y al padre Iletnaellin , de m —c, 0 1 , , t i dr e l I e , I r 11110111111 r. , n ul ci lu i Je loa Indina, ae desvia al 6n y casi va a lar al por 1:1 pl andl,11/1 111, que de Pdlvetln: la exlsleueia ❑ .t: Linda defenderá de luucLlos ti> -lote:; ul li„uuus „ u1,dr„_r a los n,:is aptos (lbldem) . Ambos Informes. Pedidos por cl 1 - ,1,-sou/a .le lu :Cuila Jr laurg15 non su;;tanclalmente iguales _ Quizá de ti-da Gregorio ' . 'n nlaz , ., i,n I., Ir„v 0111 Lid de la vida en servidumbre y, sl no 11,ga a ^I,'fender la e5. lo vllod "u oil tu lit ', 1.1 raleza ( Johanls Con más vigor lo defenderá conquista de Aindrloa , 164 Cfr. Obra,, q. III. La Teoerar ar pontlikclal y la Vitoria, 1968). de P'rwae[aco du la actitud vacilante del 1nae atto. y su capacidad YarIo , 101ll1, Wst. XLIV, Ori olveda. I lllr- uucetra obra ¡ti, V+luua, ,- It, 18, pág . 723. Ye expllcu del'entl i^l„ ya. imbecilidad ni la Intldelldad ; 292 perfeetameule ^Igut':,tl•,wcnla la ubtrlad le para la propiedad privada y Jon,lnlu p 1111100. lu huérfanos, o de cuidar idiotas y locos que no saben 1fO JCP narse, porque la idiotez y rudeza que atribuyen a 1 i.s aquí apud eos fuerunt», es, dicen, xmulto maior qua:^l al/u(1 alias nationes in pueris et amentibus». 11-' Vitoria señala el carácter propio del re Inbt:u (tus P.,paña puede instaurar en Indias. If:.t de Ser 1111 il,,l,:l 1111, (í' régimen tutelar, con la finalidad esliecJlicu i[i uu .,1[,;11 los indios, tut fieret propter bona et utilitate:n t(Iktlul ,.-, non tantum ad quaestuni hispalluruul. Indios de que art usar la dnel1)110, aria)utel,.a de la e;s0labltod por naku- Mayorty la Sceuudun , ar.ufunfeu a, n, Se trata , pues, del título específico de eivüizat ir a cl 11;11 titulo de colonización; título poi, excelencia invocado el, la actualidad para justificar, en el derecho interna( iunai moderno , los imperios coloniales fundados por las naciont's más fuertes y civilizadas sobre los pueblos salvajes, incultos o degradados , y que Vitoria es el primero en formular. No es que se trate de amentes o desprovistos de razón: pero el ejercicio tan rudimentario e imperfecto de su vida racional, les equipara casi a los que están en ese estado E por consiguiente , no sólo un derecho sino hasta un deber de la nación descubridora el asumir el gobierno y tuturiii de quienes tnihil , aut paulo plus, valent ad gubern.zkl%111))1 se ipsos quam amentes». En el caso de los bárbaros, ct<!dfI la rudeza y abyección de su estado, los reyes esl,ahuL.'s es taban obligados a asumir «curam illorum ed gobernare ii!os quamdui essem in tali statu», como los parientes o convecinos tienen obligación de recoger y tutelar a los menores c ❑ t11Otarti por los "eool ra naturam ". Más duro fue 01 ,.1110éa J10,1 Mayor, que 01,1111:6 a los salvajes a los que habla sobre esta condición rústica y miserable de los indios sobra la que fundó un nuevo derecho colonial de ocupación y protectorado español para fines de colonización. l[,, los mulos que oo Irnplde 111 su loa mili ., I+au de ser ig 1111)55, 111 111110,.)w, a 1.5 crlailauus. •lnua ,,. de Satud¿as .lmrricanm 165 "tioc, lnquam posset suaderl, quia al .mees gula hoc Meet non eolum Ileltum , ser coavenlentlsalmum . In, teaerenuu ad n,,.. Prlu c, p<e etcut el nomino eeeent Infantes . Sed videtur quardum ad hoc amealtbue , quia nihil , aut paulo plus , valen! ad guberna ndrun .vd ns,,,: y.sn: .+,,.,^, tes Imo quam ¡pise ferae e! bestlae , nec rnitlori el[- q, 510 frr.,e mx Ior., u,. ,. ,... ..+. Ergo eodem modo poeeent tradl ad gubernationem saplentLrlun" rndm 17. Lae 34, 166 Tal vez Vitoria exageró la nota pesimista s.hre la enk-au,lad d. 109 explicable , pues, que él Juzgaba por las na rraciu11es que .001001 ie l1-h- Torso XZY111 50 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL I ti Dru 5 1 Esta idea del maestro sobre poblacit.,n y administración indiana, es bien opuesta a la mentalidad colonialista quia hace de los paises dominados una explotación de los países protegidos en provecho de la metrópoli. Vitoria, el pritne_n. detinio la función colonizadora como un gobierno tutelar ejercido sobre una población, aun inculta, para encaminara por las vías del progreso y de la civilización. I>', Veamos ahora los autores indianos, iodos ellos del siglo XVII, que dedicaron densos capítulos a nuestro terna. Hemos seleccionado a cinco. Todos importantes, pero distintos: juristas y teólogos, misioneros y hombres de gabinete. Pero todos con un denominador común: protagonistas directos de la realidad indiana. Primero vamos a conocerlos. Don Juan de Solcir,°x iw jJ Pereira. Nació en Madrid en 1575. En 1609 fue oidor de la audiencia de Lima y más tarde gobernador de Huancavelica. En 1627 volvió a Madrid y fue miembro de los Consejos de Castilla y de Indias. En 1629 publicó el priuier torno del De India.ruin iure, y en 1639 el segundo torno. En 1647 publicó la edición castellana, reducida y retocada, con el titulo de Política indiana.— Desde 1630 nadie ha podido escribir dignamente sobre m i. T endeles yue 1,1sar cuatro :ttg:.,0' pura yue esta doce 1 1 , 1 de hlciode realidad, al turnos sobre el cuestiones histórico -jurídicas de Indias, sin l úntar , un S:, lórzano. Impresiona su erudición . Admira su modo de expresión ; respeta al rey y al Papa. Es el mejor, :,in (llilL . , ❑ su género. El Padre. Diego de Avendaiio. Nacio en Segovia t ln su Filosofía en Sevilla . Allí conoció a Solórzano, el cual su futuro mentor, y con él pasó a América. Fue novicio n'suita en Lima en 1612. Explicó Artes en Cuzco y ltirgu n Arequipa. En 1637 regentó la cátedra de prima teolagia eil la Real Universidad de San Francisco Javier de Chuquis<rca, de donde pasó a Lima para ser Rector del Colegio _,liaxunu de San Pablo . Fue provincial en 1663 y inurio el¡ ago^2tl de 1688 .169 Avendaño es uno de tantos autores, tan valiusi^s como olvidados. Su tratado fundamental, Thesaurus tlldit u:,, consta de seis volúmenes . Es libro aniplisirno que recoge todas y cada una de las cuestiones con las chic t:erliarl riut' enfrentarse juristas y moralistas del Nuevo Ltlunciu, i t t u creto en el Perú virreinal del XVII. La obra es poi i, t,11,110 cida; por eso nos permitirnos poner en nota lu, initio.- ¡l-,los tomos , ya que son harto elocuentes. "° Fray Gaspar de Villarroel , agustino. Nació en Quito, u sil comarca , en 1587, o tal vez en 1592. Criollo, pues, cien asuelt' dencia guatemalteca y venezolana. Su padre fue el licenciado don Gaspar , de Guatemala , y su madre era de 8art1u simeto. Entró en la Orden en 1607; y dice, ent,renitfraile papel La inslrturio,, ,le h„ r. .n,l.:t: , lutda ', pu, ,, er ti, ulu _2 del Pacto de la Sociedad de Nac,uues, pie Ira pasado a la Curta de la u.U.U. cou,o adminisU,nilnl tutelar de I te, ,It ur,,,,, L:, lo lideiun t,1, rut ➢ aulus 7,1 112,, u.,,.lu uue,o ha traído subte hr con, el,, lón p',niol ,ir un genial El P. Uc,vo dr a„nd,,nu '¡Di' 16 _i„. , .. . ..,..,,,, 169 Antonio de Eguos: "Papa Dominas Orbis ", en "Arch ,viun Ilistoricum Soeh'.tat:a ]eso' , l5, I911, 11,.a ¿use ad c—Ir- prnc.a,it 0. mor,,:! 170 1) "Ea eontlnens a II) "Cirea spiritualla toros : Sacran,euta u,yu,uu l,¡.oc,-pta tes descubrinrlento Más aún, ti irle:, de Vi torio itesrilla n,uyur .1eslw moa y generosidad, per ¡palo Indle , Indulgentias el Saerorum hominuni status". III) ... actuarlum Indlcum, seu Tomus Tertu>s ad Indiet tlmsaur ,, _,u... ....w piementum, multa nc varia compiectens extra reo, mdtca Sacan uu, Yt^fr.„rlbu3 p.u que no se encuentra en el sistema ,¡ti reparto de zonas de de mandatos-Únela, yue uo non sino 1atifcaelón de Inllucmcia preestablecido. Cfr, C. (lu cela 'ti elles; Francisco de Vitoria , fundador dei Dore, ho [ nternucdo tal e,udaaw, Valladollu, 1020, págs, 126-8; uu comentario a la l'arG, de la O.N.U, e,, A. Ver,lross: Derer bo Intel nacional Público, 3.1 ed., Madrid , 1 957 , cap. ' págs 423 y sigs ., 132 y sien Puede verse también con fruto al 1'. T. Urdan-: Uh cit pág. 638. 168 J . Torres líe vello: Buenos 294 Enaayu hlOg,6P.r,a sv,bre U. Juan de Yotorxano Pereis a, Aseo, 1922. Juturam". " ...actuar¡¡ Indlei Tomus Secundus , seo theauri Io,Jiel 'l'omos ti -..+rtl IV) v) ... actuaril Indiel Tomus Tertiue, seo thesauri lydlcl contines pecualiarla et generatim utilia". VI) ...cursos consummatus slve actuar¡¡ Indlcl Tornos Qunrits ..1 the,>arl 1r.,i!c, Tomos Sextue , multa reclines pecullrirla et genrrs tia utilia" l:,uwu, .li A„oJwe d",uu uno, Tamo XXVIII >y5 52 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 53 muy niño». Fue obispo de Santiago de Chile, luego de Arequipa y más tarde arzobispo de la Plata o Chuquisaca. Es un buen representante este gran padre Villarroel. El primer obispo teorizante, Casi universal. Parece representar a toda Hispanoamérica. En 1646 compuso su obra Govierno eclesiástico-pacífico y unui (le los dos cuchillos, pontificio y regio. Son dos volúmenes de recia doctrina. Como su nombre indica, intenta conciliar ambas jurisdicciones, eclesiástica y civil. Es un «realista:, consumado. Tanto corno el peninsular más español. Venera al rey y a Solórzano Pereira. Su fuerte regalismo no fue captado por la censura; o al menos, lo pasó por alto. Quizá por su tono suave; quizá porque las relaciones Madrid-Roma pasaban por un buen momento de inteligencia, después del Concordato de 1637. 171 Don Feliciano de la Vega, tercer obispo de la Paz. Fue hijo de la culta Liara del XVI y figura egregia de la historia eclesiástica indiana. Catedrático de cánones en la Universidad y rector de la Real Escuela de San Marcos. Se ordenó sacerdote ya bien entrado el siglo XVII. Muy pronto fue doctoral y chantre de la catedral de Lima. Su indiscutible personalidad de jurista y canonista, quedó patente en sus obras: Refecciones canonicas, publicada en 1633; De censuris y comentarios a la ley Quandiu, de adquirenda haereditate. Fue consultor de. obispos, de audiencias y del Santo Oficio, Fue provisor, vicario capitular y general. Cuentan que durante estos años salieron de su pluma más de 4.000 sentencias, y que ninguna de ellas fue revocada. Casi legendario. En 1628 fue obispo de Popayán; en 1634, de la Paz y en 1639 fue trasladado a México. 17' 171 La obra de yillarroel fue Publicada en IIadriu, 17:10. l.oa datan sobre su vida y obras Pueden verse en A. de 15ga ñu: ¡Itslm'{a de la Iglesia ea la América Española, Don Alonso de la Peña y Montenegro, décimo obispo de Quito . Era gallego . De Padrón . Canónigo de Mondunedo y de Santiago. Fue nombrado obispo en 1653; ya era mayor. Pero su pontificado fue largo; duró 33 años. Pronta tUl1 rr contacto con la realidad indiana . Sus giras apostólicas te dieron un excelente conocimiento práctico de las cosas, que se refleja en su Itinerario para párrocos de Indios. Es urea obra excelente y variada: pastoral , canónica y liti'aria. Fuente primaria para conocer muchísimos problemas indianos, trascendentes y vitales, de orden pastoral. Murió el 12 de mayo de 1687.175 • • r Todos estos grandes autores trataron ampliamente la cuestión que nos ocupa . Y podemos adelantar que entendían por «miserable» lo mismo que los más rigurosos autores clásicos. Solórzano considera ' personas míserables2 a todas aquellas «de quienes naturalmente nos cornpadecelnu_> loor su estado , calidad y trabajos ... Si bien, el censurar e;to que da al arbitrio del juez , como son tantas y tan caries w;us circunstancias ».174 Avendaño no dedicó esl;aciú <<i rür;,, .1 fórmulas etimológicas . Sólo indica algo de pasada: =in,se rabiles personae dicuntur illi, de quibus natura rnucetllr dli miserandum ». Lo que sí es claro es que la frase de Avendarío tiene un sentido amplio . Y así, en las cuestioucilias disclrtidas en torno al problema , nunca apoya la postura restrictiva : para é l los miserables , son miserables o<et.iam si divitc. sint»; y los pobres son miserables aunque ellos sean t di-pables de su pobreza . l-3 Recoge Villarroel las etirrrutogla.s expuestas por San Isidoro , que pueden , dice, llamarse definiciones : «Miserabilis, miserfae habilis». Definición que fray B. AS;., Madrid, 1966, págs. 148, 240-243, 324, 372, etc listos también en el tomo dedicado a México de Lopetegut y Zatbillaga, pág. 150 172 Ibídem, págs. 378-377. 296 .4——. ,/e A--—— 173 Ibídem , 174 PollUca Indiana , tomo I, llb, 11 , cap, 28, núm. 1 175 Theaaurt,a ind{caa , I, Add{ llonea , pág. 33 , núm. 143. To,wu XXVIII 2o —Anuario. págs. 449-455. 29x7 54 PAULINO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 55 CASTAÑEDA DELGADO Gaspar juzga muy lata, «de tanta latitud que a las personas miserables de que aquí se trata, no puede ajustarse bien... Tiene tan grandes ensanches que incluye a todos los hombres». La otra etimología equivaldría a «felicitatem amittens», es decir, el que perdió la felicidad; el que de un estado dichoso se hizo infeliz y desdichado...»."< No es posible, continúa Villarroel, dar una lista completa de miserables, pues aunque en el derecho se citan algunos, «no por ello se excluyen otros, en quien se halle semejante soledad, desamparo y desdicha». Como los anteriores, también Villarroel opina que «pende del arbitrio del juez señalar si es o no persona miserable la que comparece en su juicio, y si goza del privilegio». 177 Don Feliciano d ela Vega trata la cuestión en sus famosas Relecciones.1,11 Acepta la definición tradicional: «cuius natura movet nos ad misserandum propter tortunae iniuriam». Cita a varios autores, a los que ya conocemos sobradamente; recuerda la definición isidoriana y comenta: «miserabilis, quasi miseriae habilis..., qui enim ¡ti tal¡ miseria est, satis dicitur felicitatein amissise, et multis periculis ac malis esse subiectus».''°' Con más amplitud, sin duda, aborda el tema don Alonso de la Peña y Montenegro. Dedica varias secciones del Lib. II de su famoso Itinerario. Acepta la definición de San Isidoro: «felicitatem amitens»; miserable es aquél que pierde la felicidad; aquél que cayó de lo alto de un estado dichoso y bajó a un estado infeliz y desdichado._. Y como la caída de alguno despierta piedad y compasión, «cualquiera persona que es digna de que se la tenga... es persona miserable». 11111 tovierno eeclesiastieo..., torno II, part. 11, lilet. XVI, art. 111, núms. Ibídem, núms. 5-6. 178 Iielecl to11UO4 ca nonicunun la secu,ndurn D,,, etultu,n ilbrum, Liman, 1633. lectio cap. ex Plrrtc, XV. De foro co,,,petcnti, pá g. 584 y si ga. 176 1-4. 177 mima. 12 - 18, pág 587 y sigs. Ittonen río pura parrocos de Indios. Madrid, Re- 179 Ibidern , 1811 298 .luna, 1771 , tomo la 1, Prologo, núm. 3. de G'.+rodio, Ae,eo,ano. + 4 Es, por tanto , claro y justo para estos autores el c•()ti cepto de miserable . Y preguntamos: para ellos, ¿era el itl(.1tu jurídicamente miserable ? Ciertamente si. Y en esto hay en ellos la unanimidad más absoluta . Veámoslo. Habla Solórzano de las circunstancias que cieberau rodear al miserable y comenta : « Cualquiera que se atiendan y requieran , hallamos que concurren en nuestros indios por su humilde , servil y rendida condición». Y aunque estas causas no existieran , « les bastará ser recién convet tidus a la fe, a los cuales se concede este título y todos los privilegios y favores que andan con él». 101 Cita el fauio o J urlata a muchos autores entre los que destaca Feliciano de la vega, que expresamente lo afirman . El indio , pues, es tniserablt , «así por esta razón , como por las demás que dexo apuntadas de su Imbecilidad , rusticidad , pobreza y pusilanimidad, continuos trabajos y servicios ». Y conociendo esta miseria y «lo que por razón de ella necesitan de ser amparados,>, han surgido de la pluma de reyes y gobernantes infinitas cedulas y provisiones , « dándoles todos los nombres de desventura que he referido», y ordenando apretadamente el buen tratll y la defensa de los naturales. 11,2 La afirmación es rotunda en Avendaño. Los indios 5uli miserables « undequaque personas , et propterea prona turibus valde intentis circa eorum curara indigere». Las ras+.lnt son tantas, que llegan a constituir auténtica evideilir<1 «abiectisima scilicet eorum conditio, novitas cOnversiotii^,, paupertas . rusticatio , discursus inopia, puerorutll adi71 tar... . Por consiguiente , «Indi quicumque, quatido de eoruiit favore agitur, miserabiles personae habendi sunt». No iiii181 Poiftíca Indiana, cap . XXVIII, lib. II, noma, 1-6. En su De iruíruru o; lo lib. I, cap. XXVII, núms. 1 -2, dice : " merlto Indos miserabiles apellarnus , cura aiat adeo humlll , equallda , servlil et abiecta condicione ". Cita el cap. 28s dei Eeies,AAL:eo y dice: "spirltu magno vldlt ultima . et consolatus cal lugentes 8ion usque la 5empiternum, Prophetlca cognltlone horum Indorum praevidisse et expresl_ue miseramque aniectiorreddlta est, ob id, quod omnlum Intacto conculcantur, dllacerantur , 182 Ibídem. Tomo XXVIII eapllantur et opprimuntur". patent, et ,b nmr.:bus 56 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO porta que hayan mejorado de situación con la llegada de los españoles, ni que vivan ya agrupados en pueblos o ciudades, o que hayan cultivado más o menos su ingenio... «Irsdi quicumque, Irsdi sullt, et natura miseri, et parum eacapes». 1113 Comentando fray Gaspar de Villarroel la ley imperial de Constantino, coloca a los indios junto a las viudas, pupilos y huérfanos. Taxativamente, los indios son personas miserables. Recurre también a la autoridad de Feliciano de la Vega y recuerda su texto ya famoso. Y comenta: la preocupación de nuestros reyes en señalar «protectores a estos indios miserab;°s, es hoy más conocida en sus efectos que cuando vivia el señor don Feliciano: porque para que los protectores tengan niás manos en el amparo y defensa de los indios, ha hecho de ellos una cierta forma de magistrados, creando uno en cada audiencia de estos reinos, concediéndoles el uso de las garnachas, dándoles buenas rentas, Lugar después de los fiscales en sus chancillerías y orden para que entren en sus ausencias». 1&1 Feliciano de la Vega tiene un planteamiento del problema completamente clásico en su helección «de foro competenti». Parte, corno vimos, de la etimologia y concepto de «miserable» y hace relación no exhaustiva de las personas a quienes alcanzan los privilegios: «1VIulier vidua quantuncumque praeexcellens et spectabilis sit». Da razones. Acude a la autoridad de los autores. Los de siempre. Y continúa: «et procedit in pupillis, illi enim personae rniserabiles dicuntur». Así la «lex unica. Et ob sirnilem rationern... puella nobilis, infantes expositi»..., etc. En el numero 19 incluye entre los miserables a los indios. habla del Perú y se refiere a los indios «in eo natos». Esta condición miserable la afirma sin lugar a dudas: «secure afirmar¡ potest». Las razones que aduce son varias: imbecilidad y rusticidad, pobreza 183 Thesaurus lndicue , tomo 1 , Additionea, pág. 32 , núm. 141. 1 i Uoniernu micas,,, iic.^ torno 11, parte 11, Ulst X11', ;u1 111, e 2, nums. 27-28. 300 LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 57 y pusilanimidad ; trabajos continuos y servicios personales «qulbus oneratos videmus». Razones que, aunque pe_rteru z ca al juez dictaminar en su valía, piensa que son satis suficientes> . Es doctrina común entre los autores que aquéllos que «sus negotia per se defendere vel agere non possunt, satis miserabiles sunt» ; y lo mismo todos aquéllos que necesitan de tutor o de alguien que mire por ellos. Y así son estos indios , «qualiter videmus in üsdem Indis, qui absque suis protectoribus seu procuratoribus a regia potestate creatis nequaquam aliquid agere, seu expedire posunt, sive in luditio sive extra , ut notum est».1IrCon más amplitud que el concepto, trató este punto don Alonso de la Peña . En el libro II de su famosa obra estudia la naturaleza de los indios. Dice de ellos que, «aunque hayan recibido el Evangelio, aún reina en ellos una «bronca barbarie». Son inclinados a la embriaguez, ,en gtw u nt-n su mayor felicidad»; son holgazanes, tímidos y i'obar^le.. de donde proviene «ser sumamente mentirosos». Y o:son trerite miserable, a quienes competen todos los privile vio,; de los tales y por eso las leyes no les han de obligar con el rnisrlul rigor>. 106 En el tratado primero de este segundo ¡Inri) Ire' -t de los privilegios concedidos a los indios y afirtita i f-ii el mundo hay alguna gente que pueda ilarnars:e cini tieLi verdad miserable, son los indios de esta América, poruuctantas y tan sensibles sus miserias, que vistas a los corazones más de bronce moverán a piedad». Así co«rte» e t l 185 Releettonurn cnnonlcnrum ..., de foro compefenti, norn 15 , e , 1:.., n. rociad[ en destacar la magnitud de la figura de este prelado. En la pr„l., 1 1 ,.. de su obra leemos : "Arquleplscopus limeneto atgne in etus ci,, II;,te fíe t, ^, pi,:^ , i - ,.., ,. Primicerio, et Archlepiecopatu tan dio gubematore , et generali vis are, .,,,,. ;"e inquialtione pro eodem arquleplacopatu ordinario iudlce . PontuflN inri, ,o t'rg, t A-ademla primario profeeeore emerito , et »une popayaneosi episcopo, eleotn pa—r.,i i, conalllarlo". 186 Itinerario para pdr,-ocoe de Indios . Madrid, 1771; lib. It ir. 1, PrOI I,ao 138. Una de las razones que hemos visto repetida es la de ser nuevos en la fe 1:!-,.. arr.e!a^ 1 f,Ioo,,era razón común, También la admitía Gregorio López: "Ut aunt Terror i'irma, Ine Marta Occeni , ubl aunt lndi conversis ad íldem qui dicuntud miserate;es Cfr. In Lib. 48, tlt. 6, pare . 1, glosa . finalis, circa finco. lunario de Fl +udios An.eri.mm' 1 Todo XXVI11 301 58 PAULINO CASTAÑEDA prólogo de este tratado. Hace luego una relación de miserias. Miserias de cuerpo y alma, «con que se verifican en ellos exactamente lo que dijo el pacientísimo Job en el cap. XIV: «homo natus ex muliere... repletur multis miseriis». Recuerda la famosa ley imperial, según la cual gozan de los privilegios los pupilos, las viudas y los enfermos porque son personas miserables. Y añade: «con más razón se deben tener los indios por personas miserables, y gozar de los privilegios de los tales, pues en ellos se hallan juntas y recopiladas todas las miserias de los referidos: hállase la falta de capacidad de los pupilos, la fragilidad de las viudas y su desamparo; hállase la imposibilidad de los enfermos, pues siendo ellos tan inclinados a la soledad, se tiene por imposible moralmente, que puedan ocurrir a los tribunales a defenderse y demandar». Consecuentemente, «los indios gozan los privilegios que el derecho concede a los miserables, pobres, menores y rústicos». Cuales sean estos privilegios. lo veremos en la tercera parte de esta comunicación. TTL-PRI\%iLEGIOS CONCEDIDOS A LOS INDIOS POR SU CONDICION "MISERABLE" De los mismos principios se Saca y colige que, supuesto que no se puede poner en duda, que los indios, por las razones referidas, son miserables personas, tampoco la tiene que hayan de gozar, y gocen de todos los favores, y privilegios, que a los menores, pobres, rústicos y otros tales se conceden, aun en lo judicial, como en lo extrajudicial. Así dice Solórzano en su Política Indiana.lel Hace a continuación una relación sucinta de algunos de estos privilegios: «les compete ( dice ) este beneficio de la restitución "in integrum"; no se presupone en ellos dolo ni engaño; están libres de tutelas y otros cargos de este género; sus pleytos se han I . M4,1,— 302 1, II, u,P XXVIII . LA CONDICIÓN MISERABLE DEL DELGADO —n.. 24 INDIO 59 de terminar breve y sumariamente y sin atender a las escrupulosas fórmulas del derecho . Pueden venir. decir v a1: gar contra los instrumentos que hubiesen presentad, t contra las confesiones que sus ahogados hubiesen he1'1.o c,,, los libellos o peticiones , y revocarlos, no sólo gin cont.inent 1 sino cada y quando que los convenga, y pedir nueva prueh y presentar nuevos testigos después de hecha publb arü í; y en segunda instancia aunque sea sobre los mismos articolos, o derechamente contrarios ; no se practica en ellos la contumacia judicial : tienen caso de corte como las viudas, y pupilos , que están libres de las penas que incurren otros quando no hacen inventario>. 101 Naturalmente , esta enumeración nos recuerda mucho el punto cuarto de la primera parte de este nuestro trabaiu, donde recogimos los privilegios de los miserables sc•^v'n l,ls clásicos . Pero aunque este recuerdo fallara. bastaría mirar las fuentes en que bebió Solórzano para darnos cuenta (bS u exacta coincidencia : Velasco, Rebuffo, Meno!'1 io Ns' varro ...; son autores que aduce una y otra vi-z, en ai)w, su enumeración. 115 En el cap . XIX trata de los privilegios y aracia_s que los indios , por «miserables » y recién convertidos les est.' ! concedidos en las causas y materias espirituales: ayunos. jubileos, gracias en torno a los sacramentos Pero n ,i i pecifica mucho Solórzano porque , dice, aya tratan los doctores en muchos lugares , y así no insis+o en ello rn.5> un particularx . 11» Dos privilegios , no obstante, il° llama;. 1_, atención y en ellos profundiza : los pleitos de los indios ,,, el matrimonio . Ambos, en efecto, son importantes; ambos Ion vuelven alguna dificultad y, sobre todo, los dos sí rnifil an una generosidad bondadosa de reyes y pontífices. Y en el!o nos detendremos más tarde nosotros. Todos los autores que hemos estudiado, hacen relaci^n 188 Ibídem, ndm. 35. 189 Ibídem, nota 1.-, pág. 423. 1190 Ibídem , cap. XXVIII , núm. 29. To,,., XXVIII :303 x74?,. .^. LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 61 60 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO de privilegios; si bien, subrayando más unos u otros según la índole jurídica o teológica del autor. Avendaño se pregunta «Si Indorum iniuriae an severius quam aliis illatae puniendae».191 Y estudia la responsabilidad de los indios en sus contratos, 192 en sus testamentos '<A' y «alía circa Indos ex miserabilium personarum titulo privilegia percurruntur». 19; También Villarroel. 145 Y Feliciano de la Vega"9e y Peña y Montenegro, que dedica varias secciones a la cuestión. Oigamos siquiera los títulos de algunas. Sección I: los indios gozan de los privilegios que el derecho concede a los miserables, pobres, menores y rústicos; en la Sección II, hace un elenco de estos privilegios; en la III se pregunta si será pecado mortal tratar a los indios con crueldad; en la VI, si hacer agravios a los indios es pecado más grave que hacerlos a los españoles."" Pero sin duda, ningún autor expuso la relación de privilegios indianos tan exhaustivamente como don Gaspar de Escalona y Agüero, a quien dedicamos, más tarde, un apartado especial. De momento vamos a exponer los dos privilegios, uno de orden material y otro espiritual, que abordan dos grandes problemas indianos: los pleitos y el matrimonio de los indios. 1) Los pleitos de los indios Era idea común la cortedad del indio para reclamar sus derechos y litigar . Sin duda influyó en ello la petición que San Pío V hiciera a Felipe II, rogándole justicia igualitaria para indios y españoles en América. 199 Pero la realidad, no 191 Addttiunee ad Theeauru,n ind!, oa, 193 Ibídem, pág, 37, pág. 39. 195 Govierno eopii ltual. fumo 11, Surte II. q. XIV a. 3. 196 Redectlonunt canonica ru m..., tormo 11, pág 586 y 01,s. 197 Itinerario ¡>ara párrovos, lib 11, Iápn. 138446. 198 Accioectle qusem que volt,, «1 nl,:ru,rl iusse ru da - pa rli^:ola ri slgrlori o altre persone pnvate uppressl, o rice vessero alcunr torta Pesan, cuundeutemente 304 la bolsa y aun muchas veces, la vida. 'De grartdt_' inca,u`^t. niente, dirá el virrey Velasco , es los muc^ho.s solicitadores que hay en esta real audiencia , mestizos y gente que eiitit ude a los indios; los cuales por su facilidad inducen a tia, r pleitos, de que son amigos ; porque , como los traen los principales, echan derramas entre los miserables indio.,.. ''^> Y antes lo había indicado el virrey Toledo del Per u, haciendo responsables , en gran parte , a los protectores , puesto que no protegían , ya que «la mejor protección es conservalios en sus lugares y casas y quitalles de pleitos». "f° Ambos virreyes buscaron soluciones diversas al problema: penas a los indios que acudieran a los tribunales con tonterías; nombramientos de un protector general a.l que «precisamente acudirían con sus causas»; ="' prohibicil ii expresa de acercarse a los abogados y que éstos intervencarl en asuntos de indios, bajo penas de gran sevc^ridt. d.. IJilitil mente los protectores legales podían informar ante lí)>> ¡sir ces, con fuertes ventajas económicas para los indios. °Pero, claro, a pesar de todo, pleitos tendrian que d'at oca. Y justicia había que hacer. Importaba entonces sirnolitic•ar los trámites . En consecuenc ia, se nombró a don Baltasar de la Cruz y Azpeitia con amplias facultades de defensa, no sólo en materia de pleitos, sino para todo lo que significare atropello de derechos o agravios de indios. Todo quedaba alta gluetitia, et recrearssi redendu ehrlstlani vechi ". Cfr. 1.. Serrano, O , S 13.: Ilb_ I. páq. 3;I. 192 Ibídem, pág. 35. 194 Ibídem , fue ésa . Y si alguna vez lo fue, pronto dejó de serlo. Su atan de pleitear llegó a constituir una verdadera lacra y un problema grave que había que afrontar , pues en ello les iba rleorrere "n,.,p^n,d o i:t l-,,l •n •^a?:.:: h u-, par{ t::9 y la Santa Sede durante el pontVrado de S. S . Pto V, Roma. 7914 tulio, 1 „ ..f bulo 199 "Carta del virrey de Nueva Eepalla , don Luis de Velasco al ice;. de 1590", en apletolarlo do Nueva Esparta , Madrid, 19to, tomo XII ¡las 17., 200 Colección de Documentos Inéditos para la Historia de E,paho, tomo :A tát i l3. 201 Carta del virrey Velasco , 5 de Junio de 1590, en dpr,v: ulu r:,; d.. ❑ ü,. ts Madrll, 1940 , tomo XII, pág. 175. Véase otra carta del 10 Se entra de 15,11, e tolarlo de Nueva) Esparta , México , 1939 , tomo X. pág 42 17.... 202 E . de Gandia : Francisco de Alfaro y la cnndi,-[bv so. tul d, ., v,d:. Aires, 1939 , cap. 8 , pág. 139. duuano uc E,ind,oe Auncui,uuu, Tomo XXVIII 305 62 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO perfectamente especificado en las 22 ordenanzas que siguen al nombramiento. Todo se puntualiza. Hasta los días de la semana que tendría que despachar con el virrey, «que son martes y miércoles». De todos los agravios ha de cuidar, «aunque los tales indios, corlo menores, no lo pidan». -"3 El asunto, pues, era serio. Tanto que se planteó en la legislación y en los Concilios provinciales. Y aun los autores nlás notables tomaron cartas en el asunto. El Concilio II Limense pide que las causas de los indios, especialmente pobres y miserables, «se concluyan sumariamente y con amor paternal y no se admita contestación de pleito en forma contra indios si no fuere en crimen de heregias o apostasía o en causa de matrimonio, y los tales pleitos se fenescan sin gastos ni costa, sino de gracia». -11 Y el III Limense mandó que los indios que pertenezcan al fuero de la Iglesia, fueren castigados; lo sean más con pena corporal que espiritual, especificando a continuación el modo concreto que se ha de tener en el castigo. 111-1 El Tercero Mexicano mandó que les asignen un abogado y un procurador que defiendan sus causas, con un salario que recibirán de la cámara. Advierte, que deberán estudiar las causas «accurate» y las despacharán con brevedad y caridad. °' La legislación abundó en cédulas y ordenanzas sobre el particular. Muchas de ellas pasaron a la Recopilacion. As¡, por ejemplo, las leyes 1, 12 y 13 del titulo 10 del libro V. ,Los pleytos de los indios se han de seguir y substanciar sumariamente (ley 83, tít. XV, lib. II)... y guárdese en quan203 R. l.evillle r: Ordenanzas d< D, frrunrt.sco dv Teicdu, vbrcy del Pvri, Madrid, 1929, págs. 281-298. 204 11 Concilio Limense, cap. 120, palie 1. "Ne noviler ad ndem convelan graventur..', en Vargas Ugarte'. Concilios üunrasrs, tomo 1, pág. 152. CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 63 to a los derechos... lo que estuviere ordenado, y excusando dilaciones, vexaciones y prisiones largas, de formi a que a+ .ai despachadas con suma brevedad . Así la ley 10. La duodécima, la amplía la citada ley 83; manda que en los negot'ios de los indios, sólo con los decretos de virreyyes ú presicii:n tes... se puedan volver , y lo proveido en ellos sea cumplirlo, como si fuera por provisiones . Y la ley 13 cornel^ta que la facultad dada a los virreyes para conocer en primera instancia en causas de indios se entienda con los denla;: c» bernadores de las Indias». 207 Como los Concilios , la legislación se preocu1«1 t.tilllsit ii de que tuviesen defensores en sus causas: «Que siendo el pleyto de indio con el fisco, se provea persona que defienda al indio» . 2w Que los fiscales sean protectores de los iluiios, y los defiendan y aleguen por ellos. - Y los delitos contra ellos serian castigados con mayor rigor que si tuerc-n ,'cl:itr i espafioles.21° Y aun las propias audiencias cuidarían del buen trato de los indios «y brevedad de sus pleytos " Esto para los asuntos de mayor cuantia. Para los a iui tillos de solución local, acomodábanse a las normas dadas por las ordenanzas de Toledo, cerrando el paso a le ult-yo» malintencionados que nunca faltaban dispuestos >_ enturbiar. . . . Y si en el fuero civil los indios no encontraban la justicia que buscaban , podían , como miserables que eran, acudir al fuero de la Iglesia . Ya hemos tenido oeasicin de r'er lltlbue 205 111 Concilio Limen—, out. 1. calla. 7 y 9. Vargas Ugarte: Ub. ,at, tonto 1, páginas 364-365. 208 111 Concilio Mexicano, lib. ti, 11t. 1, De ordine tudiólaruln, 111, pág. 09, ed. Lorenzana, México, 1770. ' Advocatus et procurator deputentur, qui nliserabillum personartnn causas defendant..., gratis defen,tere teneantut . sub peana reddendi duplum, ruina dimidia pars miseral,ilibus pelsonis appliceban". Y en el patógtalu XIX se estatuye una vez más que "miserabilium persoriarum causae gratis expedlantur" Ibídem, pág 100. 306 LA Amarra de Estadios dme,i canes 207 RecopQación, leyes 10 , 12 y 13 , til. 10. lib V 208 Recopilación , ley 25 , tít. 18 , lib. 11. 209 Ibídem , ley 36 , tít. 18 , lib. II. 210 Ibídem , ley 21. tít. 10, lib. VI. 211 Ibídem, ley 33, tít . 15, lib. II . El emperador 11 . L'&tlo;, rs ., en VailadWid a I1 dr i.1542 . La reina de Bobemia, gobernadora Don Felipe II, en la ordenanza 70 de audiencias de 1573. Y en Sta.:r:u a , . de 1571. Y en las ordenanzas de audiencias , en Toledo a 25 de malo de lby8 Tomo XVIII 307 64 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 65 DELGADO que fue uno de los privilegios que tenían los de condición miserable. Luego, también los indios «por miserables». Así lo han expresado los autores que más arriba hemos comentado. Así Avendaño, quien dirá: «Indum se propria per vim spoliatum, posee causara sualn coram ecclesiastico iudice prosequi, dummodo in laico negligencia adsit». Sabe que hay otros que consideran válido el privilegio, aunque la negligencia del juez secular. Y considera esta sentencia como la más común entre los canonistas. Sin embargo, continúa, en España, de hecho, no se puede admitir, «sed risui habendum eum qua eam vellet ad praxim revocare». Más aún, hay quienes niegan la práctica de este privilegio en España aun cuando se dé la negligencia en los jueces regionales. Así don Feliciano de la Vega. 212 Pero, sigue, «non ideo reliciendam probat, curn sit canonica dispositio et conmunis doctorum sensu roborata», como dice Solórzano. '13 Hace suyas las palabras de Bobadilla : -11 Quod ille in ludís specialiter haber¡ queat», y comenta: «nec de illis ille loquitur sed generalit;er, ed quo fit; pro lllis doctrinara dictam urgentius militare». 21;, Solórzano es más claro. Las causas de los miserables, dice, «maxime in his partibus Indiarum», pertenecen a la autoridad de los obispos, «saltern secundario», es decir, en ausencia de jueces seculares, o cuando son negligentes, o cuando se da notoria injusticia. Como ya es norma en este autor, cita un notable conjunto de autoridades, entre las que destacamos, por muchas razones, a Palacios Rubios, el cual aduce la razón siguiente: ,quod pauperes et miserabiles personnae habent omnia privilegia Ecclesiarum, et eges212 el cap . Esta práctica le parece justísirna a Solórzano y dtbrria guardarse en absoluto -«et omníno observara deberes en las provincias lejanas «ut sunt nostrae Terrae F'irrnae, t. t insulae maris occeanisa... Sin embargo, advierte el riesgo: es posible que los prelados, con el pretexto de la caridau y la justicia, tiendan a ampliar su jurisdiccion con peligro de equivocarse, a costa de la armonía y distiiiciuil de l^udc:te.5. Por eso <non facile relinquendum est arbitrio pr^,,el itorrut, et iudicum ecclesiasticarunl, ut has causis se innlisceat,t.» De ahí que deban siempre de ser prudente: «Valde Cauta, et produentes debent esse episcopi índiaruni, eurantes tic, Regi, Regno vel Regiae iurisdictioni aliquod d tiunttrii, vt'i praeiuditium generetur, cura ab eo electi t'uerittt ad divertí tatem et iurisdictionem, quam exercc nt.». Se pregunta Villarroel si los miserables. sean reos tl actores, pueden elegir fuero y acudir al eclesiast¡co. Exlloue las distintas sentencias y luego expone la suya: -Pueden los obispos, y los jueces eclesiásticos, oir de justicia a las personas miserables, sacando las causas de los tribunales a instancia de las dichas personas miserables, o en aliselicla o negligencia de los jueces seculares». Y contenta: esta sentencia no hay en el mundo doctor que la contradiga. Pttedett, pues, los obispos y jueces eclesiásticos valerse de c t it : tr +,. para que los jueces del rey no sean remisos en las causas de personas miserables, si los vieren negligentes y pudran excomulgarles si no obedecieren. =1L Y es muy prut:tal^l^ que, requeridos los obispos por miserables personas, puedan conocer de sus causas, aunque en los jueces no haya retal sión, ni negligencia... Sin embargo, aunque esta opinión sea ThFJaurav utdi,u.s, dmu, 1. Addll;o,t,,.v, pa rágrafo V, adin. 175, pág. 39. Cita dlcet ex suse.epto , núms. 22 y 23 de Feilciano tic la Vega. 213 lbldem , núm. 175 . Cita a Solórza ❑ u: Política Indiana. tomo 11, lib. III , cap. V. núm. 62. 214 Cita a Bobadilla: Pallfle•a de Corregidores..., lib. 11, cap dum unius danluo duuel,lt, 210 De Mdiarum cure, Lugduni, 1672, lib. 111 , cap. 7, núm. 55 1.n usa Rubios está toma de su la repet. cap. per veatras , notal, 2, núm. B dr. l'a,erfw 217 Ibídem , núm. 55. 17, núm. 110. 215 Lo tema de Crrgorlo l opez: °Vtud,im a itrm pra eluinrum paute ntia 308 tate sordentibus est mors solatium et vita suppliciunio. -1', ❑ e, coral, occlürl, multa et lítaviuso sequamur". Anumto 1, Litados Americanos 218 Osvierno ectdaidstico ..., tomo 11, parte 11 , o. XIV art, 111, ea ❑ uu.. .u ae a.; n.,..• de que D. Fellciano de la Vega diga que esto no Tono XXYuul 309 (36 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO probable, «no es prudente que los obispos, siendo posible el retirarse, se ingieran en esas causas». -11 Ya vimos cómo Feliciano de la Vega admitía, sin más, al indios entre los miserables. Pues bien, rotundamente afirma en la Releccjon, cap. ex parte XV. De foro competenti que: «Quod eriim miserabilis persona agere possit coram iudice Ecclesiastico contra quemcumque laicum, satis iuri consonum est». ==O Y en la Relectio c. licet ex suscepto se pregunta si «ludex Ecclesiasticus an in Hispania possit adiri contra laicos propter negligentiam iudicum saecularium». Expone la sentencia negativa y sus defensores, pero comenta: «Quidquid tamen dicant... durum quidem est». Y su conclusión es la siguiente: «Laicus laico super re civil¡ coram iudice ecclesiastico convenire non potest, nisi in defectu iustitiae saecularis, vel guando consuetudo id exposcit». 217 No es arbitrario sino obligación, dice don Alonso de la Peña y Montenegro, la que tienen los jueces de usar de piedad en los castigos a los indios, debido a su rusticidad y simplicidad, «porque como obran el mal con imperfecto conocimiento, tienen menos de voluntario y libre; con que la malicia es menor, y así la pena ha de ser menor». 21 Y en favor de ellos, continúa, muchos doctores teólogos y juristas dicen que el despojo y la opresión que se hace a las personas miserables, como son los pobres, las viudas, los huérfanos, los rústicos, los simples, su¡¡ delitos «mixti fori». Tienen los jueces obligación de defender a estos pobres oprimidos, «obligación tan estrecha que la omisión es pecado mortal, con cargo de restituir los daños que les vienen por la tolerancia del juez»... El mismo deber impone a los obispos, so pena de restitucion. 2—" «Por razón de la dignidad que 219 ibidem, ,,lis. 70-73. 220 Relaeiu aura ennonk'nruu, ..., págs . 586-587. 221 Remedio e. 222 Itinerario Releclio cap. ex parte. XV. De jure competenti, Acct e¢ suec•epte. X. lis loro e,, yotentl, torea. 22, pág. 503. para párrocos..., lib. Ir, trat. ,I, see 1i, pág 1;19. 223 Para » robar esta obligación de los prelados acude al j urista tiolórzano (De endiarum Cure, tomo 11, lib. 111, cap 7, núm 55), que dice: "1'e rl net quoque ad 310 tienen, están obligados a ser tutores y defensores de indios y otros pobres, quando manifiestamente los ¡i1, ul l=ti1 y agravian». Cita el caso del obispo fray Pedro de Garran.ia, del Río de la Plata, que sacó de la cárcel a un indio a quien querían agarrotar, gestando indefenso, sin oirle, y sin darle tiempo para recibir los sacramentos; y en el Consejo de Indias se aprobó la acción del obispo». -1 Esto, contiluta, puede verificarse en las Indias, y partes muy reuiuta:; ('it;t casos concretos en los que el obispo puede intervenir: cuando la tasa de los tributos es desproporcionada, en los st rcicios personales, en los obrajes de paños, «que es la i;alterd de los indios . Hace extensiva esta obligación de defensa a todos los curas y aun a «todos los que vieren oprintidt,^, con vejaciones y molestias a estos miserables,. Todos e»tali obligados en conciencia a defenderlos y ampararlos t-.: i;Llt na ley de caridad, de tal manera que, el que pudiendo 11) impide la injuria que les hagan, peca niortalniente. 2) Privilegios en tomo al matrimonio Acerca del matrimonio de los indios hubo dificultada': y pronta preocupación . Ya en la Primera Junta Apostol,.,•ut de México se planteó el problema, «sobre si eran zilld entre los indios los contraídos en la Gentilidad, y quál de ellos lo era, porque tenían muchas mujeres, y no se rt:^ulviee VS authoritatem , si dignltatem arquiepiscoporum et epiirol'°nnu et atan:—, i. , vlduarum el aliarum miserabtuuuo peree,::u r,. rn ,use Indlarum, quod causas Indorum inluste ab sitia vexantur . et alllguntur , ad eoritrn tutela", el , data acacia num n,d ieum uLaun,a ^,. , tundario , apectare videtur , hoc est aut notoria iniustitia". ,t no ae ira. ::,. e= ea.e 224 Expone la opinión de aquellos que dicen que en Eopa5 que en las indias Ic a lr,VV'-o i—, recurso de los miserables a. los obispos ; "Otros hay ". AId BoLad,ila, loc clt SlnV':, c,,. eta ser partes tan remotas y estar el remedio tan lelos . 1, gloses 8. E[ecu o. ctr,r. e, algo. que siguen a óregorto López : In lib. 48 , tít. 6, part y en parte.e muy r.ur,taa de "pero en un caso podría verificarse y es en las Indias remedio, no ed lu ,dria e,c..rrtr sl donde sin gran dificultad , y sin esperanza de oportuno tiranizados y apetm id%:a. Asi i-:re,sa rey o al superior para desagraviar a tos miserables también Diego Pérez : Ob. cit ., lib. III . tít. 1 , col 781 225 Ibídem , 8ee. 8, ndms. 5-7. 4aua,io mr «smdios Ameriranus Toma XXVIII 311 68 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 69 DELGADO cosa cierta esperando la definición de la Silla Apostólica», Mé En el Primer Concilio Limense se nota un notable progreso en lo que a esta materia se refiere. La duda sobre si eran válidos o no los matrimonios de los indios , casi quedó disipada: «Ytein, porque la ley de gracia no deroga la ley natural antes la perficiona, y entre estos infieles, según se ha entendido por la diligencias que se han hecho, hay contrato matrimonial... ». Da normas a continuación para cuando un, infiel se quisiera bautizar: «El sacerdote se informe si es casado según su rito y costumbres; y si ambos quisieren baptizar, después de baptizados los compela a retificar el matrimonio en haz de la Iglesia». Pero si «el uno no se quiere baptizar...», entonces aplica el privilegio paulino. 211 La Constitución 16 del mismo Concilio concede «que los indios se casen con la primera mujer», 2.3 Era costumbre entre los indígenas, sobre todo principales, tomar muchas mujeres. En tal caso, cuando el indio se convertía, al bautizarse, podía casarse con la primera mujer que tomó o con cualquiera otra si no recordaba cuál fue la primera. Tal privilegio fue concedido por Paulo III y recogido por los 228 Concilios provinciales , Véase F . 227 tomo 1 . de Armas Medina : Primer Concilio, Pág. 15 . primero y segundo, ed . Lorenzana , México, 1769 , pág. 5. Cristia ) tixucidn del Perú, Sevilla , 1953, pág. 309 y alga. L. C,nstltuelón, quiere baptizar ..."; clusu consumado, pues el sigs. 1!El Código privilegio sólo de Derecho Canónico dedica al privi- puede aplicarse al contra Ido por dos infieles , Es, pues, inaplicable al ma ti itnonlo previa dispensa del impedimento puede usar del privilegio paulino, también convertirse melia del Creador de disparidad de cultos . o, al menos, Es entonces y un Infiel, Luego si un cónyuge se bautiza efectivamente, interpelar a la parte Infiel si quiere si está dispuesta a convivir pacllicamente sin contu,,alólleu la prácltua y la educación católica de la prole, ala inducirle al pecado . nupcias con católico . legitimo, ln- ua uuntizado puestas las cuudieiunes exigidas y que , y sin Impedir al cónyuge interpelaciones ha sido negativa , matrluonlo cuando tino de ellos se convierte a la contraldo entre concreta la citada constitución conciliar limense : 312 Evidentemente , Pío V y Gregorio XIII disuelven i--¡ vinculo contraído en el paganismo y van roas alfa de lu que concede el privilegio paulino. 232 La Constitución 17 de este mismo Concilio C1 ta )i i C normas de obrar para con los indios casados en grado prt,liibido, antes de ser bautizados . La cuestión crea proi^lt:,na. especiales y vamos a dar cierta amplitud a su couientariu. Como norma general , éstos deben ser separados si sil anterior matrimonio estaba prohibido por el mismo derecho natural; pero debían ser confirmados eu su matrimonio, si éste estaba prohibido sólo por impedimentos de derer-ho eclesiástico , pero no por las leyes o costumbres prulilits. «porque según la sentencia del apóstol y los sa i'adu; ta- num_ 15. En Vargas Uparte: Concilios lhnenses, legio los cánones 1 . 120-1 . 127. La constitución conciliar especifica bien: "si el uno no se 223 largas a sus mujeres. Subido es cómo el privilegio paulino está contenido ea la Epistola de Sau Pablo a los Corintios , 7, 12 y religión . Concilios Limenses Primero , Segundo y Tercero. =4 Naturalmente , «si no estava cassado con ninguna deilas, pocha libremente cassarse con qualquiera que le parecieren. Pío V fue aún más lejos; les concedió que al cürl^erti, se, pudieran contraer matrimonio con la mujer que se uo1i irtiera con él, aunque no fuese la primera que tomó. Y Gre gorio XIII, por la Constitución Populis (25 de enero de 158:1) concedió al neófito separado de su cónyuge --por t.ra^facill a otros países o regiones -- que pudiera casarse con orla mujer cristiana , y dispensa de las interpelaciones a los rle-gros transportados a América que no pudieran intcrroi;ar libre de su religión Cuando la respuesta de las la parte bautizada tiene derecho a pasar a nuevas cuando se disuelve 1!gatlc: Vb 'II Cuna•Lluclbu. el vinculo lel u,at rimonlo legitimo. 16, pág 16. Aaau,,,• Jr 1,,iudior Ameriea„os t 229 La Bula de Paulo III fue le, Altitudo Divina curisiliu , del 19 ue I'.:,L1o 'e 1531 Hernáez: Colección torno 1 , pág. 245 , pág. 85 , de Bulas y Breves También el II y III Concilio Límense , 230 Segundo Concilio relativos a la Ara¿tt r luttnu 1>.;9 Constitución , 19. Vargas: tomo II. l:ag 16 núm. 37 . Vargas: ob. cit.. nano 1 pAg i:: Límense , 231 Se trata de la Bula 8omani Pontificas, del 2 de agosto de 1271 L., ..,tu iue Pro V va más allá que Paulo III, pues concede al neófito casarse que vivía maritalmente en el momento de la conversión , Pero esta Bula no pudo servir do base a es de fecha posterior. B!u-.la- Cuncillo Límese, c,5a. 37 6 arda -. u ,, t aunque con — moler :a no tocar la prir.:e.a los Padres cun,-ilia: s 'o: 1 :.,.r...r 1 _ V.3 Sin embargo, el Concilio fue más lelos que el I:' l:: a pues dicen : " Y si no se pudiera averiguar (cuál fue la primera) podran casar cu-, la que quisiere de aquéllas , o con otra , tornándose primero cristiana" 232 Cfr . Código de Derecho Canortkro, can. L 125 Loa t,., ,:... -:.: . . pueden verse también en dicho Código , Tomo XXVIII 21, -Anearlo, duce . VI, VII y VIII al anal 3 1; í 70 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 71 nones, a los que están fuera de la Iglesia, las leyes que a los fieles tienen puestas no los obligan». '43 Entre los que deben ser separados antes de bautizarse, por considerar que tales ayuntamientos son contra toda ley natural, cita la constitución a los «que tuviesen por mujeres hijas, o madres suyas, o agítelas o nietas, o mujeres de sus padres o de sus hijos». Por lo que respecta al matrimonio de padres con hijas o de madres con hijos, por tratarse de un impedimento de primer grado de consanguinidad en línea recta, que contiene una «perpetuam turpitudiniern», es claro que no podía ser bautizado, si se negaba a separarse. Nu nos dice la constitución si se daban estos casos entre los indios, ya que sólo habla de una posibilidad: «podría acontecer». El padre Focher piensa que no. Dice: En todos los pueblos, al hacer esta pregunta al jefe o a otros del pueblo de los bautizados, si, en efecto, acostumbran a contraer matrimonio entre padre e hija, o madre e hijo, supongo que responderán negativamente. Y aun cuando esto sea común en todos los pueblos, porque en realidad no hay sitio donde tengan lugar dichos matrimonios, no obstante, no debe omitirse la pregunta anterior, para que por ella comprendan lo que pretendernos averiguar en los otros impedimentos». Por lo que respecta a los matrimonios entre abuelos y nietos segundo grado de consanguinidad en línea recta--considerados nulos por la constitución, por el mismo derecho natural, hemos de advertir que no hubo tan completa unanimidad entre los canonistas. Sánchez, por ejemplo, en su clásico tratado De matrimonio, dice: «Infieles matrimonio conjurictos cum quocunique ascendente, demptis patre et matre, dummodo contra leges suas aut consuetiidinr's Inatrimomnius irritantes illud non inierit., non esse conversos ad fidem separandos».235 Sin embargo, en lavor de la Constitución hemos de indicar que la práctica de la Igli-sia fue no conceder nunca dispensa sobre el impedimento de consanguinidad en cualquier grado de línea recta, l,raxi:, que difícilmente podría explicarse si no es por t•unsíc(el.ir siempre tal impedimento como de derecho natural; y, qut confirma la Constitución que comentamos y que otros concilios. 236 Mayor dificultad ofrece el matrimonio con mujeres ele sus padres o mujeres de sus hijos ---impedimento de afinidad en primer grado de línea recta- y que la Constit.utcion rolisidera también prohibidos por el mismo derecho natural Es cierto que muchos y graves autores consideraban as! tal prohibición, 2g7 pero son muchos más los que defiendt: Ii lo contrario. Así, Benedicto XIV reprende a la Constitución que comentamos por haber considerado, como cosa cieita, que la afinidad, que nace del matrimonio, derive del nü^n,u derecho natural en el primer grado de linea recta. E.l mis mo padre Foches no obligaba a separarse al bautizado ca_^aa do con su madrastra, o a la bautizada, casada coi, su p_t drastro, cuando estaba permitido tal matrimonio por pus leyes y costumbres. 20 «He oído (dice) que en esta provincia de Michoacán no hay prohibido grado alguno de atirridad. No obstante hay quien asegura que el suegro rro suba culi.. 235 Sánchez : De Matrimonit Sacramento , Viterbu, 1.134, Lb VII dise 51 236 Cfr . Tercer Concilio Mexicano , Ilb, iV, ti( 11, 11 _ 1+1 , ...._.... loe grados prohibidos "¡otra quos contrahere non licet. 1,ncrtw ad quartum gradum Inclusive . Secundus , affinttas ex mal nmunio co,: raer, quartum gradum Inclusive . Tertlus, affinitas ex fornlcatione contracta , usque ad seeunedum gradum inclusive , 233 Constitución, 17. Del mudo que se ha de tener con íos que están casados en grado prohibido. Vargas Ugarte: Ob_ cit., tunco 1, pág. 16. 234 Itinerario del misionero en América, cap. VII, pág. 164 . Sin embargo, Perro le: De pág. 137. Y hablan Zhisbrnnn: 4.', Oelui,tallsohen de loo nefandas nupch,s de lu, así rlus, e hilos, etnnrlt l:+ 314 Dos 96,re,9t ed P. Egulluz, Madrid , 19641 , Sacrumw+tn Mah hn,,,+li, Hi,eh, cd percas y egipcios parte 11, ed. 1861, tomo 11, 18.14, +-elebrkdas pág. 224, nos entre padres ❑ .,l maleza y de todos los 1, I,1adie,' .4,,, prout est a Tridentino Concilio disposituro Vuaetua, tmpe- dlmetam público honestatis , ubl sponsalla quacumque racione non fuerunt val ida tollitur, ubl tantum valida fuerunt, prlmum gradum non excedo 237 Cfr. Belarmino , Wernz-Vidal : entre otros . De matrimonio , Roma., 1924, que ello ., .s .,,. -,i-n, , Cfr. cap. XV, núm. 364 , nota 39. De rnatrimonio, lib. VII , dise. 66. nóm. 4 239 De Svnodo diocesano , Iib. IX, cap. XIII , núm. 4, 240 Itinerario .., parte 11, cap. Vil. 238 Sánchez : Tom„ XXPIl1 pn.rsua 72 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO i 3 DELGADO traer con la nuera, ir¡ el yerno con la suegra, aunque unos y otros se unieran en unión fornicaria. Afirman también otros, que no se daban uniones matrimoniales entre hijastro y madrastra. Convendría, pues, indagar con más diligencia para que todos opinaran lo mismo y no vinieran unos diciendo una cosa y otros otra, que se disuelvan unos matrimonios y otros no, y derive de ellos una gran confusión en esta Iglesia». 2 7' "i° En cuanto al matrimonio entre hermanos, sea de sólo padre o madre, o de ambos, Benedicto XIV, en la epístola aAestas anni», dice: «Non convenit ínter theologos, an matrimonium inter fratrem et sororme iure naturali, divino vel humano prohibeatur; corte S. Thoinas?, Gonzalez, Pontius, Parosius et Aversa solam iuris positivi prohibitionem agnoscunt».2-41 Wernz-Vidal expresa que en un Compendio editado «Ad usura parochoruin» de los Decretos del Concilio de Lima de 1583, se ordenaba a éstos: «Ut qui in infidelitate contraxerunt matrimonium cum sua noverca vel cum sorore, vel cum aliqua in linea recta sibi coniuncta, ante baptismum separetur, cum naturali lege eiusinodi coniugia reprobentur...» 2i: Lo cual estaría en conformidad con lo que establece el Concilio Mexicano de 1585: «Nefanda inter fratres et sorores primo gradu coniuncta matrimonia omni iure prohibentur. Quare, praecipitur, ut infideles huius provintiae, qui tempore suae iiifidclitatis in hoc gradu coniuncti erant matrimonio, cum primum baptismum suceperint separentur, matrirnoriium huiusmodi irritum et nullum de- cernatur».243 240 bis Ibídem. Sin embargo , la Constitución que comer>_tanios..perinitt, que se ratifique el matrimonio en la haz de la Iglesia, hasta tanto que el Sumo Pontífice sea consultado lo que en este caso se debe hacer». El padre Focher considera valido este matrimonio, cuando era costumbre o práctica frecuente entre ellos, de modo que no debian separarse al recibir el bautismo. Pero no está en lo cierto cuando añade: «aurultie otra cosa diga el abulense, pues es única su senteitent,..,1 Finalmente , por lo que toca a los demás casos que auui da la Constitución , es decir , a los matrimonios con hennairas de sus padres, o hijas de sus hermanos o ruñ idi,^ r; mujeres de sus hermanos , la norma de la cuu:^titu<:itiu no ofrece especial dificultad , por tratarse sólo de linpe(iitnriitos constituidos por solo el derecho eclesiásti(,-o; tales ma trimonios de indios antes de bautizarse han de ser considerados válidos , si estaban permitidos por sus ritos y costumbres. 41 e Creo que ya hemos indicado que el TI Coro iliu I,i:I:rn t renovó disposiciones del Primero . También, en lo que toca al matrimonio de los adultos, que en su infidelidad tenían muchas mujeres. 245 Mas hay diferencias. La principal, en ti) que se refiere al matrimonio entre hermanos. Lo así iuiidos deberían ser separados antes de recibir el hauti»ttiu Sil unión repugnaba a la ley natural y en modo alguno podían ser matrimonios válidos. 216 No consideran los padres (lut• el famoso privilegio de Paulo III alcanzase al matrimonio entre hermanos . Y añade luego el Concilio: «Los habitantes (a(, 241 Wernz-Vidal; De matriatonto, pág. 414, nota 80. 242 Ibídem, pág. 415. 243 Cfr. Ilb IV, tít, 11, parg . V, pág. 280. El matrimonio entre hermanos se dio en América. Concretamente en el Perú de los meas. 8ut mnbargo, bastante toas limitado de los que muchos prensan. Pero se daba Era costumbre reservada que se Introdujo a los Incas y parece en el reinado de Paeliacrrtec, que casó con una hermana para evitar impurezas de sangre. Sin entba rgu, el paitatoa.o solio srt tau sólu por linea pues el inca escogía su coya entre tau hijas de su padre, que pudian distintas. Pero el Concilio adi lle el hecho. 316 .4 paterna, ser de madres 244 Ittnerarto. ., parte 11 , cap. VII. Hemos visto que Benedicto XIV cita a cuas autores, entre ellos a Santo Tomás . Y el mistan Focher añade rtAa alela: :te. Té W;ase esto como cierto contra lo que diga el abutense , el panurmhuno o la u+m,„ n: t:.,,. deamus , de DivortUa , pues ésta es la verdad". Y verdad es también qee (u., a „t-s. del abulense. ( Parte II , cap. VII, págs . 165-16'l.) 245 Constitución , 37, en Vargas Ugarte , Ob. cit.. tomo II, pag 47 rr.tn a 246 Constitución , 38, :bidem. noei, er £.rudi^o 4m,, j, ,, 1 roma XXVIII 74 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO i 7 otras provincias, sobre todo, los curacas, aunque no se casaran con sus hermanas, lo hacían con sus consanguíneas en segundo u otro grado, lo cual entendido por el Sumo Pontífice Paulo III, por la relación que le hicieron algunos religiosos y comprendiendo que era demasiado duro abrogar la antigua costumbre de estas gentes al abrazar la nueva religión, sino que era conveniente instruirlos paulatinamente en los usos de la iglesia, entre otros indultos que les otorgó, uno de ellos fue el que pudiesen contraer matrimonio dentro del tercero u otro grado ulterior, el cual privilegio no creemos haya sido anulado». 217 También el Tercer Concilio Límense determinó que no se aceptaran matrimonios entre hermanos: «Matrimonio entre hermanos ni se haga jamás, ni aunque se halle hecho entre ynfieles, se apruebe cuando se baptizasen, antes cualesquiera personas, que se hallaren casados en este grado, sean apartados».24e Comparándolo con el Segundo, parece éste más explícito en su postura, pues además de admitir el hecho de estas uniones, entre los nobles sobre todo. las condenaba por contrarias al derecho natural. Es evidente que los padres de este sínodo no ignoraban el hecho, pero ya habían pasado varios años de evangelización y, si los casos de estos matrimonios siempre fueron raros, ahora serían rarísimos, por lo cual no crearía mayores dificultades su prohibición. En cambio, como advierte el padre Vargas, nada nos dice sobre los privilegios concedidos a los indios en esta parte, cosa que no omitió el siuodo anterior, pues Paulo III habia autorizado entre ellos el matrimonio hasta el tercero y cuarto grado de consanguinidad. Al decir que no se permitiesen en manera alguna en un grado más cerrano, el Concilio seguía la opinión roas eumun, pero, sin duda , no intentó decidir la cuestión aún defrauda sola e esas uniones eran o no contrarias al derecho natural. En 1772 se celebraba el Sexto Concilio Limtettste, r¡t t; normas de vida pastoral. El título final trata de los lira legios de los indios, espirituales y temporales, <,y, se maulla que unos y otros se les guarden». :2.0 Recuerda la amplitud con que pueden ser absueltos , de censuras y reservado,, por sus párrocos ; la facilidad para lucrar illdulc,eneias y lt.tt)1leos; para cumplir la obligación dominical y el prect: l ! u pascual... Por lo que respecta al matrimonio, recuerda el l,rirlie gio de poder contraer matrimonio dentro del 3.n y 4'' grado de consanguinidad y también de afinidad, sin que para el uso de esta gracia deban recurrir al obispo diocesano. Si se convierten dos cónyuges casados en la infidelidad se—uti ros ritos y costumbres , ratificarán su matrimonio ante- la l^li.-sia; pero si sólo se convierte uno de ellos, podrán usar del privilegio paulino en el sentido comentado en los concilios anteriores . Así por ejemplo , podrá omitirse el requirlniiento -interpelaciones- cuando está lejos la otra parte, o hubiese peligro o cuando fuere hecho notorio. Y en el momento en que el indio convertido , tuviese muchas mujeres y se t•ottvírtiese, la primera deberá ratificar el matrimonio con ella, pero si no se convirtiese la primera podrá elegir lo que quisiere. mi 3) Don Gaspar Escalona y Agüero y su proyecto de "C&ligo Peruano" Nació en la ciudad de La Plata. Era criollo. Licent ia.do en leyes por la Universidad de Lima. Buen humanista y mejor jurista . Fue corregidor en Jauja, gobernador de Cas:- 247 Con.,l i tueión. 69, Ibtdem. 245 Act. 11, cap. b0, en Vargas, pág. 326. Acertacnente (jounenta Avendafo que este Concilio se atuvo a una opinión que era solo probable. ; /'dp.vuuraa lit Xll, cup. XIV, nulo. 370.) 318 Indices, bino II, clt., tomo II , núm. 5 , p9.g. 91. 250 Sexto Conc4No L4ntenee , ed_ Vargas ligarte, pág 130, com., 11 . 251 Ibídem, tomo II, pág. 131 y sigs. 249 Ob . I nm„ XXVIII S 19 76 PAULINO CASTAÑEDA trovirreina, visitador de la hacienda real... Escribió un Ina-Irgistral tratado de hacienda: Gazophilaciu?n regiuin Perubicunn? Pero ahora nos interesa su Proyecto de «Código Peruano». 252 La razón de su obra nos la dice él ntisrno. En 1634 el virrey de Perú, conde de Chinchón, y el real acuerdo de la audiencia de los Reyes, le comisionaron para reconocer reales cédulas y provisiones de los archivos de cámara y gobierno del virreinato. Conoció la vejación en que estaban los indios y quiso defenderlos recogiendo en un código todas las disposiciones favorables a ellos y hacerlas publicar, pues pensaba que los abusos se debían al desconocimiento de las leyes. El 1 de junio de 1635 envió su proyecto a don Lorenzo Ramírez del Prado, miembro del Consejo de Indias, destacando su necesidad por la condición miserable de los indios y buscando su valimiento: «Necesitan de grandes protectores los indios en su espiritual dirección y personal defen-sa... Terrible el abatimiento a que a llegado sn suerte miserable... Estos pobres y miserables son sus más queridos y menesterosos vasallos, los pies y manos de nuestra república y sin ellos la caveza inútil». 253 Se divide el proyecto en cuatro libros. En el primero, partiendo de su condición de pobres, rústicos y miserables --por lo que en derecho se les reconoce por menores - se recogen los privilegios que, por tal motivo, les han concedido los papas, y reyes, agrupándolos en dos títulos: «el primero consta de todos los privilegios que he alcanzado a ver concedido Su Santidad a esta gente o el rey nuestro señor y sus virreyes, a titulo de miseria, pobreza, rusticidad y me- Efectivamente, tres fuentes iba a utilizar: bulas y breves pontificios; cédulas y provisiones reales, y provi25'2 Lo ha publicado, con una excelente iutioduccion. do1i ,iiontio García Gallo: El proyecto de "código Peruano" de Gaspar de Kaalonu y Apilero, en "Anuario de lllelori;r del Derecho I•:al ar!,,l", XVII 119461, pág.,. 8739-9211. 253 Bol. nim. 11 251 F'ol. 15 r. 320 LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 77 DELGADO siones y ordenanzas de los virreyes y gobernadores. Esto e•. , sin duda, una originalidad. !u Interesa , en efecto , conocer la legislaciun criolla diana por nacimiento y destino piomniilt ^tcjct t;ur l<i. ridades indianas, para las provincias y 1ut;ares cit_ .-u l ti 1 dicción. Mientras en las regiones norteanter1: 1111 l.;, c11, t Alfonso García Gallo, los colonos ingleses se establecieron en territorios reducidos, rehuyendo el contacto con los iiidigenas y formando grupos homogéneos, atentos sólo a asegurar su propia existencia y resolver sus prob!entas (AC organización , 2- España convivió con los índigenas. dando lugar a situaciones nuevas, hasta entonces des(coiioc;-ldzt:s , 11 la península , pues había que organizar los territorios pensando en los españoles y en los indios. Las dificultarle:, tite ron grandes . Eran dos comunidades diferentes en tantos sentidos , y en las que la española, superior por mayor cintura, pretendió descansar sobre la indígena, coti abu.,', inevitables. Nacieron así leyes y preceptos Ii' 'ates parar rl u!1titer estos abusos, pero no lo consiguieron. Con gran sinilpleza, pensaron que la causa era el incumplimiento de las disposiciones , «sin acertar a ver que la verdadera cansa era ini complejo de circunstancias que no podía ser modificado por una serie de disposiciones que sólo corregían urda s-rit, ctt' manifestaciones externas ». 2u También lo pensó Escalona: la causa de la opresión de los indios era el inriunpíirnbiii' de las leyes de favor. «A esta transgresión legal, a esta causa común, donde, como en el mar los arroyos. entran los excessos particulares, se ha de referir daño tan universal3 Y estimaron que el incumplimiento se debía a la ignorancia de las mismas : « se ubiera remediado mucho con que se ublessen executado los medios , importantíssimos para con-vencer la ignorancia y la malicia ... ; el uno fue maridar que 255 Alfonso Garcla Gallo: Ob. cit., 256 Ibldem , pág. 891. pág. 892. 257 Fol. 7. fono XXYttf 3 -1 11 78 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 7111 DELGADO se sacase un sumario de todas las provisiones y ordenanzas despachadas en favor de los indios y otra que conviniese que fuesen públicos». 256 Pero quedó en proyecto. Escalona no llegó a redactar el código que habla concebido. Sólo un proemio y el índice de los cuatro libros con sus títulos. Sin embargo llegó a precisar el contenido de los dos títulos que habían de formar el libro primero. Todo ello ha sido publicado por García Gallo. privilegios responden casi con exactitud a los uidices antedichos. Es, pues, evidente , que se trata de boi radores suche su pretendido código peruano . No publicamos por tanto la «Representación »; pero sí los privilegios que, como he (W411), desarrollan el índice publicado por Garcia Gallo. «PRIVILEGIOS QUE SON CONCEDIDOS - A LOS 1141 ol'JS DEL PERU POR LOS REIES Di CASTILLA `r` I)' I.E(t's E S P I R I T U A L E S Por un artículo del profesor Muro Orejón, supimos de lusos borradores de Escalona y Agüero sobre privilegios concedidos a los indios por los papas, reyes y concilios. 269 Están en la Biblioteca Provincia] y Universitaria de Sevilla m y, que sepamos, hasta ahora, Inéditos. Constan de una Representación y dos series de privilegios. He aquí los títulos: «Representación formada por D. Gaspar de Escalona y Agüero ofreciendo una reunión de provisiones y cédulas tocantes a los Indios donde constan sus privilegios, fundado en las reales cédulas de 26 de julio de 1561 y 13 de noviembre de 15641; «Privilegios concedidos a los indios por los Reyes de Castilla y León a los indios del Perú (Espirituales, convencionales, judiciales, testamentarias...)», y «Privilegios concedidos a los Indios y obispos del Perú por S.S. reconocidos por el Concilio Provincial Limense de 1583, que están en el confesonario de curas de indios (fiestas, ayunos, matrimonios, velaciones..., heregía, entredicho, cisma irregularidad..., etc.)». La «Representación», coincide sustancialmente con el proemio del «Proyecto». Las largas listas de 258 Fol. S. 259 A . Muro Orejón : EL Docto r Ju ,n, 1,1,10 Lb pc muryuca U. t Maca y cus ( ortos a la ILecupllar o» de Indias, en "Anuario de ¡listola del Larechn Español", XVII, 1946 , págs 785-864. 260 Indice de >Privilegio 1 . Que los Indios no paguen dit_^nu^ sitio como hasta aora ubieren acostumbrado y que donde se entendiere que gustan de pagarle , los prelados procedan culi cuidado y las audiencias hagan que con este pretextu !lo se les haga agravio. »Privilegio 2. La Bula de la Sancta Cru •1 los Indios enfermos y pobres y viejos graciosamente, n que la limosna se saque de las caxas de coniunida:i >Privilegio 3 . No deben pagar derechos a los (-,i¡at^ lil: sus pueblos porque les administran los sacramentos y l-os entierran. PRIVILEGIOS »Privilegio 5. Indios que guardan ganado no cst^^rl obligados a pagar al ganadero las cavezas que se perdieitil en su tiempo, si por este riesgo que tornan sobre si uU si, les diese algún precio equivalente al valor del (peligro >Privilegio 6. Indios no incurren en pena ^'ivil ni pie den ser demandados por hurtos y pérdidas que sucedieren por su descuido de los bagages y haciendas que ices dale a guardar los españoles. >Privilegio 7 . los tmm- do "Mari uecrlt os " del n,ur qu Ps d,! Alsro cnnar' rvado.s en la Biblioteca 1'rovlnetal y tl nie, COIto rlo de' 8£14 1 1.', turno XVII, stx une 3JU, núm. 134. 322 le CONVENCIONALES 261 Ma . concedido. 1 T.M. XXVIII No pueden ser vendidos ni enat^ertxlft;s 80 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO por ningún titulo, ni se hacen esclavos, aunque ellos mismos voluntariamente, permitan venderse, por participar del precio. »Privilegio 7. Pueden hacer mejor su condición sin auctoridad de sus Protectores y no peor, sin ella o con ella, mediante el beneficio de la restitución que les compete en sus contratos. »Privilegio 9. Los Indios que habiten en su casa alquilada, acavado el tiempo del arrendamiento, si por su comodidad quieren no dejarla, la podrán retener, por el tanto que otro arrendatario diese. »Privilegio 10. Cualquiera puede estipular o acetar promessa en favor del indio aunque esté ausente. »Privilegio 11. La donación hecha a Hospitales de Indios con pacto de que se den alimentos a los donantes, no se revocan si dejan de darse. »Privilegio 12. La fianza hecha por la mujer en favor de el Indio es efficaz y obligatoria, no obstante el beneficio de el Senado Consulto Belleiano. LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 81 »Privilegio 16. Las causas de Indios se deben de:, ntl h:ir primero que otras. »Privilegio 17. Las causas de Indios se an de despat'hür breve y sumariamente y con sólo decretos, los negocios que parecieren ligeros. »Privilegio 18 . Pueden desaforar los que con ellos litigan aunque sean actores , por no estar obligados a seguir el fuero del reo. »Privilegio 19. Capítulos de Indios se admiten sin tiaii zas ni depósito contra Curas y Corregidores. »Privilegio 20. La Real Audiencia deshace y i urlu( 1: (1e agravios y violencias hechas a Indios por visitado: ts t.. ltsiásticos y sus notarios. »Privilegio 21 . No pueden ser los Indi()s condenadus en penas pecuniarias. »Privilegio 22 . Indios no se pueden depositar durante sus pleitos. »Privilegio 23 . Indios pressos por delito no se condenan en servicio. »Privilegio 24. No están obligados a pagar orinas ni PRIVILEGIOS JUDICIALES »Privilegio 13. Indios hechiceros y dogmatizadores están exemptos del C. Tribunal de la Sancta Inquisición. »Privilegio 14. Los fiscales de su magestad que están prohibidos de abogar en otras causas que en las de el Real Patrimonio, están obligados a defender a los indios. »Privilegio 15. La audiencia puede de officio proceder a Inquisición contra los encomenderos y otras personas de quien se puede entender ayer maltratado indios. 262 282 En nota marginal dice: "Ex i,istintano, novella 28 de praetorlb,, Thratiae. Al sl vetares IZunla01 catsula ribus tantulu pE teto,is vtns iruvine: nnun adminlstratores demandarunt , neque nos atlenunl a bosta boribus Pactemos, sl talibus eos tradarnus qul cX actoruin bloc provlntias tendentlum el praeter rationen, cclutoróa nostros damnis invatuere tentantium vinientias repriIllentes huttlsmodi neeesitate que:int reaoivere. Damus etenim el tt curioslus ista Iudafandi et pruhibeudl". (i':l texto puede vera. en el Codez luris Civilts, Novelta 26, De Praetorr: 7YU-atiac, cap. IV). 324 Anuario de Estudios Americsnos derechos a juezes y escribanos. 'cl (si »Privilegio 25. En caso dudoso se a de si ntent l i favor de Indios. »Privilegio 26. Causas de Indios no s - dan hor dt- +it i tas si por su pobreza no se pudo introducir la apelaciou »Privilegio 27. En negocios y pleitos de Indios se prefiere y antepone la equidad no escrita al rigur e,, ci itu. 263 En nota marginal dice : "Ex lustiniano, novella tS!+. cut \'. trt _1. @a1 e'.m quam laesum clrca subiatiunem buvis, aut egut. aut aut pecudum , aut (ut exiguum dicamus) domestIcae galllnae 1.inc <ugi ...,.. o qua autertur provintia litigare sed alibi currere , et ihi Protatlunea horaru '1re- i:=rtua: exrgt erlt dunlus , el aut Plures expensas Pati, quam rei aestialatirne est" :6,¡ texto C. I. C., nov. 69, cap . I, núm. 1). 264 En nota marginal , dice: "Ex Iustinlano , novclla 26. De Praetor d:ns Tnr use Quae Igltur Indicta a nobia lego de provintistibus officlls scrlpta sao, quae 100! le Praetore Pitldiae et Lieaoniae deeervimue , ut si ipsi gratis lije desigurutur, et grat'e s. vlelula subditorum nostrorum conmodis exponant , omn,bus manltesta S.:E, verse el texto en C. I . C., novelia 20. collatlo IV). Tosco XXVIII 325 82 PAULINO CASTAÑEDA »Privilegio 28. Nunca perece la instancia en favor de Indios actores y otros personales miserables. »Privilegio 29. Indios que producen en juicio testigos falsos y se valen delios no se castigan con la pena de falso. »Privilegio 30. Indios pueden apelar omisso medio al superior et «per saltum». »Privilegio 31. Las diferencias y pleitos de indios especialmente de unos con otros, se expiden y componen en dias feriados. »Privilegio 32. El beneficio de restitución «in integrum» compete a los tales Indios, no obstante que sean rnalores de edad. »Privilegio 33. La injuria y maleficio hecho a Indios se debe castigar aún con maior rigor que si fuesse hecho a españoles. »Privilegio 34. A indios y otras personas miserables están obligados a hacer edición de instrumentos los nos reconvenidos por ellos. »Privilegio 35. Después de conclussa la causaa para sentencia se admiten testigos en favor de los indios. »Privilegio 36. La confessión extrajudicial es probanza sufficiente en favor de los Indios. »Privilegio 37. Indios y otras personas miserables pueden oponer excepciones dilatorias, después de contestada la demanda. »Privilegio 38. Clérigos y religiosos pueden abogar en favor de Indios como sea gratuitamente y aun ser obligados a ello. »Privilegio 39. Siendo regular y ordinaria la apelación en qualquiera causa, no se admite en condenaciones de jornales que se deben pagar a Indios. »Privilegio 40. No se apela del gobierno a la Real Audiencia en causas de redur(iones de Indios y de moderar el demasiado servicio que les obligan a dar. »Privilegio 41. Corregidores alcanzados en alguna can326 LA CONDICIÓN MISERABLE DEL DELGADO di--- d, L,^dd;o, :fmrnaunor INDIO 83 tidad de Indios o de sus comunidades por aveno retenido en su poder se castigará y condenan en perpetua l riviciun de officio y en seis años a Chile y se procede en la cobranza contra fiadores , officiales reales y Capitulares a que prorata paguen el alcance. »Privilegio 42. Execución contra el correo Maior por los Indios chasquis de lo que importaren sus jornales se liase levato velato y sin estrépito y figura de juicio, dándose luego mandamiento de pago y apremio contra el dicho correo sin obligar a la parte que pidiese execucion por los tudlu.7 a que se dé la fianza de la le¡ de Toledo. PRIVILEGIOS TESTAMENTARIOS »Privilegio 43. El testamento de el Indio hecho en presencia del cura doctrinero y de dos testigos, es válido »Privilegio 44. El testamento en que son HIStitniUOS indios contra personas miserables con solas conjeturas y presunciones , queda firma y aun basta el assentir coi, la caveza el testador. «Privilegio 45. El legado de cosa ajena hecho en favo-, de persona miserables , qual es el indio vale de derecho, Indistintamente sépalo o no el testador. Privilegio 46. Están exemptos los indios d n al cabala como lo están los religiosos y clérigos. »Privilegio 47. Porque se libren de la carga y mule'tia del hospedaje que les suele causar la venida del Virrey por tierra , debe venir por mar y tomar el puerto de el Callao. »Privilegio 48. En los pueblos de indios no se pida limosna sin licencia de el gobierno. »Privilegio 49. Los malos tratamientos de los indios se tienen por delictos públicos. »Privilegio 50 . Entre los Indios no se tiene por deli^t^ para hacer proceso palabras de injuria ni riñas en que no interviene arma. Tomo XXYIII 327 84 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 85 »Privilegio 51. Salarios de Corregidores se paguen de tributos que los Indios dieren, y no de sus caxas de comunidad. »Privilegio 52. El encomendero no resida entre sus Indios. »Privilegio 53. No se consientan extrangeros o peregrinos en las Indias. »Privilegio 66. Que sea condenado en 21 dui^advs el qut; tubíere indios de encomienda y los vendiere, aptiuada.y la dos partes al denunciador y la otra a los indios:. »Privilegio 54. En los riegos de agua se prefieran los Indios. «PRIVILEGIOS CONCEDIDOS A LOS INDIOS Y OBISPOS DE ESTE REINO POR SU SANTIDAD , RECONOCIDOS POR EL CONCILIO PROVINCIAL LIMENSE DE EL AÑO DE 83, »Privilegio 55. Colegios de Indios Caciques se funden en el Piró. QUE ESTAN EN EL CONFESSONARIO DE CURAS DE INDIOS Y OTRAS PARTES »Privilegio 56. Para la sustentación del Seminario no se saque nada de la renta de los Obispos de Indios. »Privilegio 57. Sentencias contra Indios en casos atrozes no se executen y otórgeseles la apelación. ,Privilegio 58. Aunque no se lo pidan los Indios, sean desagraviados si se hallaren gravados en pagar inmoderado tributo. »Privilegio 59. Que no paguen tributo en los diez años primeros los indios que se conquistasen de nuevo. »Privilegio 60. Que si el indio que se alquiló se arrepintiese, devuelta la plata que recibió, lo pueda hacer. »Privilegio 61. No cobren de los Indius los derechos de prucuraeión los visitadores eclesiásticos. »Privilegio 62. Oidor no debe faltar del Senado ni ocuparse en otro cargo haciendo ausencia, sino en las visitas de la tierra por el desagravio de los Indios. Privilegio 63. No paguen los indios inicios mecánicos los derechos de media anata, papel sellado, ni el derecho de la visión de las armas. »Privilegio 64. Alcaldes ordinarios no den auxilio al eclesiástico contra indios ni otras personas, y los demás juezes no le den sin ver si están justificadas las probanzas. »Privilegio 65. Que quando se ubiere de impartir el auxilio, siendo cosa que toque a los indios, no se lleven derechos. 328 »FIESTAS .-Paulo 3 , les concedió que no tubiesseit obli gación de guardar más fiestas que los domingos del ano, primero día de Pascua de Navidad , el Primero de Resurrección , el Primero de Pentecostés, el dia de la C'irrurt i lun, el de la Epifanía, el de la assención y Corpus Christi y de las fiestas de María Sma . su natividad, Purificación, anunciación y asumpción y de los Apóstoles el de S. P. y S. Pablo, y no otros sino por devoción , ex Conc . Limens. act.. 2, sess. 3, e. 69.20 »AiuNo .-Paulo III, los reservó de ayunar los d(a:, de t•1 precepto fuera de los siguientes : Los Viernes de la quarema, el sábado santo , la vigilia de navidad , Con(,-. Liuiens 2.. sess . 3, cap. 91. »ALUNO .--Paulo 3 , les concedió que en dia de ayuno puedan comer los manjares que son concedidos comer a 1u que tienen la crugada . Conc. Limens. 2, sess. 3, cap. 91. »MATRIMONIO . Paulo 3, les concedió que se puedan cas_Ir dentro de 3.0 y 4.'> grado de consanguinidad, Conc. Limens, 2, 265 En nota marginal dice : V. Ferd. Zurita In libro Teologie quaent de Lidie q, tu ubi extminat an Iiceat Indicio parocbie indulta et privilegia irga apud bui..iun rrtue,., (8e refiere al rñeologicarutn de Indo quatetionutn atnenirtdton pri,,,a ml A,,,.,-1,,.. r~ xxru, 22.-Anuario. 3213 86 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 87 DELGADO cap. 69, et ex manuali mexicano fol. 34. Y esto mismo se entiende para tercero y quarto grado de affinidad. Y para usar de esta gracia no es necessario acudir a los ordinarios, sino que libremente se pueda usar de ella. Tt" 5MATRIMONIO. Gregorio XIII, que en el fuero interior y exterior se pueda dispensar con los indios para que se casen en qualquiera grado que no sea prohibido por derecho divino y si estubieren ya casados aunque lo ayan hecho a sabiendas, teniendo noticia de el impedimento, para que puedan de nuevo contraer el tal matrimonio, la dispensación dicha en el fuero exterior, se ha de hacer con autoridad de el Ordinario y de uno de la Compañía de Jesús, y vale este privilegio hasta el año 97. Y por nueva confirmación y extensión del Papa Gregorio XIII vale este privilegio hasta 21 de septiembre de 611, y en el fuero interior basta la autoridad de alguno de la Compañía y es perpetuo privilegio ex Literis Apostolicis aneo 1571 julii 17 etiam episcopis erit perpetuum ex Trident. sess. 24, e. Liceat episcopís. »MATRIMONIO,- Pio V, que aviendo tenido muchas mujeres los indios en la infidelidad y pidiendo bautismo, se puedan casar con la que se convierte con él a la fe, aunque no fuesse la primera con quien contrajo en la infidelidad y que se tenga por legítimo matrimonio. Ex litteris apostolicis ann. 1571, Agost. 2; está en el Archivo de la Iglesia de Lima. 267 >VELACIoNEs.-Pío 4 a instancia del Rey cathuilico, que en qualquier tiempo de el año puedan velarse y recebir las bendiciones de la Iglesia, con que no hagan aparato ¡¡esta pública, el tiempo que se cierran las arnuuestaciunes, urhu las velaciones. Vale por 25 años hasta 12 de agosto (le 1 nd'7 ; ex manuali mexicano folio 7. »CASOS DE LA CENA.-Paulo III concede a los curas de indios la absolución de todos los casos reservados, aunque sean in Bulla Cenae , poniéndoles penitencias saludables, ex manuali mexic. fol. 134. Entiéndese teniendo los curas comunicada esta facultad por los Obispos y no de otra suerte, como está declarado en la Bulla de Cruzada. _>CASOS DE HEREGÍA .-Gregorio XIII, a instancia de Rei cathólico, concede a todos los Arzobispos y Obispos de las Indias y a las personas que en esta parte ellos cometieren sus veces, que puedan absolver de el crimen de heregia, ydolatria y otros cualesquier casos reservados assi en el fuero de la conciencia como en el exterior, a qualesquier indios y assimismo a los que fueren nacidos de Indios y Mauras o Mauros y Indias imponiéndoles penitencia saludable, conforme a su culpa. Y declara Su Santidad, que quanto a esto no estorba el ayer declarado que por la Hola de la Cruzada no se concede absolver de caso (le heregia, por quanto a los indios y personas dichas no se deroga cal dicho privilegio y facultad de poderlos absolver de tiei°e la 266 En nota marginal, dice. Joanu Valadea, lo Itinerario tabuco a,¡ iodos eonvert, 1 p, e. 10. Brevtter, cunversus Indos potest contrahere in tercio ve,l quarto grudu consangulnitatis vel affinitatis per bullam 1)ondnl Pape Paull 111 lEvldentemente, alude a la Bula ditiludo Dacini 6'onsi111, liorna, 1 de juulo, de 1537,. El itineralis a que se refiere, Cathollcuna dei P. Juan Focner, O.F.M. que hableudo quedado ala cones el Ittnerar*um cluir, fue publicado por primera vez en Sevilla en 1b74 , gracias a las diligencias de Fr. 11k-go Valadés, O.F.M.; la portada dice así: Itinc Muna Cutholl6u2a proflciscentium ad infldules convertendos, ditlgentia auctum fratrc expurpatum, ✓ ohanne Foeher, minorila, colore . limaluei ata: praelo niandatum, Nuper suntma cura et por frulrem Didacum Va- huiesium..., Hispali, 1674. 267 En nota marginal, dice: "Piura sirca matri nonlum urgrorum se lndorum per nuvcm vulL tes. Lidae. Valasius in Ittiurruiio eaihollco, 2 p. cap . 11 Idem autor Ind. libro, 330 Anumo, de 1"t adi„r Anjrriuan,n e. de co qui venit ad baptlsmum llabens plures uxores, la si autero lar., _p;t el neacit quae eat prima , per bulla Pan¡¡ III, potest aceite,e quau, m.,.uer:1 d,. u,.,.1, uterque baptizatus fuerit. Sed hoc Intell i gere vellut , yuod non sal s,.ror ,.u u:ouc, tratr.-s enim conlugatl ve¡ alba primo grado conjuneil la infidelltate , niel i^_-1 u- luce-. r ,,.a matrimonio , nec exiatlt, Acoeta , libro 4 , cap. 18 , Historia moral de kan Iad,aa. Eracu,amente , dice el P. Acoeta , que "La misma pena (de muerte), tenia tncestu a-ou meare, o abuela, o hija, o nieta; con otros parientes no era prohibido casaran..., el pnmcr grado lo era. Hermano con la hermana tampoco se consentla casamiento ; Hiatorta moral de las Ind/aa, Madrid, 1894 , pág. 1951, 268 En nota marginal , dice: Fern . zurita , l.ib. de queeat , Tbeolo. U„lorum, q 2 (Véase nota 245). Tomo XXF7il 331 88 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 89 DELGADO y de los demás casos reservados; es literis authenticis Greg. XIII, dat. 1, januarii, ann. 1583; fue embiado este breve por el Comissario Gl. de la Sancta Crucada, D. F. Gómez de Salazar y añadióse a los privilegios vistos por el Concilio Provincial, ex mandato archiepiscopi. »CASOS DE EL OBISPO.--El Concilio Provincial Limense 3, act. 2, cap. 17 da facultad a todos los curas de Indios, que los puedan absolver de todos los casos reservados a los Obispos, y de las censuras anejas a ellos, Mero podrá el Obispo quando le pareciere convenir, quitar o restringir esta facultad al cura o curas que le pareciere. Ex Concilio Limense 3, ate. 2, cap. 17. »ENTREDICHO._PIO 4, a instancia del Rey cathólico, concedió que los Indios no tubiessen obligación de guardar ningunos entredichos como no ayan sido ellos la causa, o sean especialmente entredichos. Y vale por 30 años, hasta 12 de agosto de 1593. Ex Concilio Limense 2, sess. 3, e. 93; ex manual. mexic. fol. 138. '61 »JUBILEOS.- -Paulo 4, por el Rey cathólico, concedió que ganen los jubileos e indulgencias que demandan confessión, cOlmuiióu y aiunos, con que guarden el aiuno. Y en cuanto a la confessión, si no tubieren por entonces copia de confesores, tengan contrición y firme propósito de confessarse en pudiendo o a lo menos dentro de un mes. Ex Concilio Limense 2, sess. 3, c. 94. Manual. mexic. folio 182. »CRISMA.--Pío V concede que los Obispos de estas partes puedan usar para el sancto chrisma de el licor que acá llaman bálsamo , aunque no sea el verdadero bálsamo. Ex authéntico ipsius dato Episcopo Tucumanensi , 1 del Archivo de la Iglesia de Lima. 2f0 »CRISMA .--Pío IV, a instancia del Rey cathólico coiiiuia: lo mismo que Pío V en el breve antecedente y añade (pie se pueda consagrar crisma con el número de ministros que se hallaren, aunque no sean tantos como pide el derecho Ex literis apostolicis, in fine summa de sacramentis de Bartolomé de Ledesma. »IRREGULARIDAD .-Pío V a los Obispos de las Indias que puedan dispensar con qualesquíer personas que estén en la India en irregularidad contraída por qualquier delito como no sea de homicidio voluntario cometido fuera de guerra, ni simonía con tal que los que assí fuesen absueltos de los tales delitos y dispensados en la irregularidad sean obligados a cumplir la penitencia que les fuese impuesta por el confessor aprobado por el Ordinario y no la cumpliendo la tal absolución y dispensación en el fuero de la conciencia es nula y de ningún effecto. Ex literis Apostolicis. ann. 1581, Auq. 4 del Archivo de la Iglesia de Lima. »CRISMA .--Clemente Octavo a instancia de los P¿ die" cíe la Compañía de Jesús del Perú concedió a 30 de agosto del año de 96 , que está en el Archivo del Colegio de Lima de la misma Compañía , entre otras cosas, a todos los presbiterc)s seculares y regulares de qualquier Orden que estubieren distantes espacio de sesenta millas que son veinte leguas. de lugar donde se consagra la crisma y olio, o el olio de enfermos antiguo lícitamente , aunque sea bonito de dos 270 En nota marginal , 269 En nota marginal , dice: Acoata, de procuranda tndonrrrt salute , lib. 4, e. 19. Brevite r: eam ob cauaam aanetlsslme R. Pontifices cursi hispanos Interdlcti aut excommuni. cationis causa teneret obatrlctos , peeullari privilegio neophitos boa miuime comprehendit voluerunt. (El P. Acosta, en el libro 4, cap . 19 de la obra citada trata: "De la disciplina matis provero baleamo aucum quendam allum adhibere , maxlmum iris - icorr.ne v,a balsaml odorem et euavltatem ~¡me fert, (Trata el P. Acoata en el cap, criado, "Del Sacramento de la Confirmación y su materia"). y correpclón"). 332 dice: Eximius Acoata , De procuraeda indUru,n. no o e. 6, breviter: eztat enim lndultum a Plo V PonDtles Max. Episeopo Tucumanensl datura daod nos tpfI la autographo vldimus ut In hac occidental) India ilceat tn conticlenti ct,rla. 1——i,, Jr d.rodio, Am eriro,,o., ree.a XXVIII 333 90 PAULINO CASTAÑEDA LA CONDICIÓN MISERABLE DEL INDIO 91 DELGADO o tres o quatro años y esto en el ínterin que no pueden cómodamente alcanzar a tener el nuevo. Pero exorta Su Santidad que pongan toda diligencia y cuidado en averíe y esta concessión y gracia es perpetua. »CONFESIÓN.--Pío V a instancia del Rei don Phelipe 3, expidió breve para que los Indios puedan ganar los jubileos e indulgencias con sólo el sacramento de la concessión. Remitióse al Marqués de Montesclaros para que lo repartiesse a los prelados del distrito. Cédula firmada en Madrid a 22 de hebrero de 1613. =71 »INSTITUCIÓN DE INDIOS .-Pío V habilitó los religiosos para que no obstante el Instituto regular que se opone al exercicio de parochias, puedan obtenerlas en los pueblos de Indios y ellos mejor informados en la doctrina christiana y mediante su predicación salgan de sus errores, sectas e idolatrías; despachóse este breve en Roma a 23 de marzo de 567 a instancia del Re¡ Don Phelippe 2, contirmólo Gregorio XIII, el 16 de setiembre de 591. 271 1^ ❑ »CONSAGRACIÓN DE OBISPOS .-Paulo V concedió en 7 de diciembre de 1610, a petición del Rey D. Phelipe 3, que los Arzobispos y Obispos que fueren proveídos para las Indias, puedan consagrarse con un Obispo y dos dignidades por per dificultoso en ellas el concurso que pide el derecho de tres Obispos para este acto de consagración». =n s • w Y esta es la exhaustiva relación de privilegios que al Consejo presentaba, al menos en borrador , don Gaspar Escalona y Agüero . Tiene razón el ilustre criollo y exe lerl±t jurista cuando dice en su Representación : eCori ello juzu ayer acudido a la obligación de la Patria y de mis indios y hecho un mui agradable servicio a Dios, a Su Map;t'stul.i y a V. E . que tan vivamente se muestra executor del celo real». 273 PAULINO CASTAÑEDA DELGADO nat>, ida 1'1,11 na 1. dice: I"uit Icor ct.nceaaum ne fl:ruda rellrr I,i.+ geatiis ac hrdulgentiis gens iudormni quae Lit Ceceas el iutantilis, in fide 11111 t rolelota comrnunicarl r-urh:u ¡.uae sacrameutu -,el,t. al qu,s el Ien;ípieudo aal„ iduueua vln-n tur. Cono. Limenec trullo. 5M, Arriata, de 1--randa indor—n nalutc, 116. it, Cap 9 i'frula la Cuustitución Conciliar aludida, quod eucbarlatlae sacra callan indis admimsl reí ire Y el Y. Areola, en el lugar citado, ' que es conveniente dar la colnunlón :r loa indios (Teles, corrigiendo la 801 Ir101 costumbre'', llodie in extante rt- ss 58, ac sententra patria Joaeohr de Ar tata culos vestigia cueterl payes socielalts aectanlnt hac Indlci Antisttes mnnibus indis minlatrau debel tilo coelestls nato ,lumnrudu illum p,131 ut u,. ,:c01111 a ruipur;ih ,iuu ilixcc^ucte prupl er qua nfpntrima Dona quae Iridio ex hm, comminl une. acenterr- quutidle cumpcrluWs u1 lumia 1eecuentirt rucha rlstlae in indis non pronibetur, d. lib. 6, r. 2 et lu Icr Antonia itenplaal Ilb. 9, e. 18 ubi lradit literas potO(tau aa In lus Buliae de la Historia dr la 1'roi,lncia de Guatemala, 1932, está r lffectivanietde, en el libro y capitulo indicados Gua te >nafa, de ftemesal rutá la citarla Bula- E. la edición en el torno 2.e pág. 3271. Agit de regularibus Yarochls Indorum Fr. Manuel Hodriguez quaeat regul . q. 35 art. 2 tllii etam de interdicta benetieis proviaiotle In tegularem alfaque pro regis presentatione; hace India ad literam refertur a Torquemada LIb. 17, regia » aoltedulam datos rno rnlrchia indiana, ubi eta» adduelt Galapagaris anno 1568 quae iuaait publloarl Inane Bultam. (En Meminlt 8alzedo la Curia eclesiastlca, inst rcrrcnw da 273 Bepr'ee.n*aeidw..., Biblioteca provine" it unouersitar6a de Sevilla, tuuw XVII , Est. 330, núm. 134. la edición México, 153-1, esta en el tamo lii, pág. 2136) 334 272 En nota marginal, dice : testimonio de consagración de Obispos a la margen lugar e le h,'etr<dme amrri<uu us Tomo ISY111 331