ROMPIENDO CADENAS ESPIRITUALES

Transcripción

ROMPIENDO CADENAS ESPIRITUALES
Ministerios Puerta Del cielo
2014 “Año De Consagración”
ROMPIENDO LAS ATADURAS ESPIRITUALES
Dios nos creó para que disfrutáramos una vida plena. Una existencia llena de dolor,
angustia, desesperanza, sensación permanente de culpa no estaba en su mente
cuando nos concibió a usted y a mí.
Si quisiéramos resumirlo, podríamos decir que Dios nos creó para ser felices.
No obstante lo anterior, nuestro adversario espiritual Satanás está empecinado desde el
comienzo, en destruirnos. No concibe que nosotros podamos vivenciar la armonía en
nuestro mundo interior. Si se lo permitimos, nos ata y lleva a prisiones de las que
difícilmente podremos salir a menos que le abramos las puertas al Señor Jesús.
Él vino a libertarnos, romper las cadenas, hacernos libres y darnos una vida de
excelencia en todos los órdenes. Si se lo permitimos, el Señor Jesús sana nuestras
heridas emocionales para que disfrutemos esa existencia renovada. La decisión está en
nuestras manos.
Es necesario que le abramos las puertas del corazón al obrar de Jesucristo. Nuestro
enemigo espiritual está empeñado en robarnos las bendiciones e impedirnos una vida
plena. Si podemos identificar a nuestro enemigo espiritual y de qué manera opera,
podemos enfrentarlo.
Dios nos concibió para que disfrutáramos la vida a plenitud (Génesis 1:26-28)
a. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (vv. 26 a, 27)
b. Fuimos creados para dominar sobre la tierra (vv. 26 b, 28)
c. Dios nos concibió para ser un pueblo grande y bendecido. El pecado, sin
embargo, trajo maldición y ruina. (Génesis 3:1-7; 13-24)
Por mucho tiempo se ha dicho que la vida cristiana normal es derrota; que está
saturada de dificultades, de opresión… Indiscutiblemente yo estaba equivocado; fallé al
no reconocer en un comienzo, que existe otro reino y, que no todo lo que sucede viene
de Dios; si uno se sujeta a toda circunstancia, muchas veces se estará sujetando a
derrota, y dominio del reino de las tinieblas.
No podemos resignarnos a una condición de derrota, opresión, dominio y control sobre
todas las áreas de nuestra vida. No sabemos qué es la victoria hasta tanto enfrentemos
la situación de dolor, frustración y desesperanza que nos ha traído el enemigo espiritual
(Juan 10:10)
Hasta tanto estemos en pecado, enfrentaremos un caos en nuestro mundo interior: El
pecado se convierte en una atadura física y espiritual
Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el
pecado es esclavo del pecado. (Juan 8:34)
El pecado nos impide avanzar:
Sus propias maldades apresarán al impío, y será atrapado en las cuerdas de su
propio pecado. Él morirá por falta de disciplina. y a causa de su gran insensatez
se echará a perder. (Proverbios 5:22-23)
Cristo por su sacrificio en la cruz nos hizo libres de la esclavitud del pecado
Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. (1
Corintios 7:23)
Es necesario permanecer en Cristo para no estar de nuevo bajo esclavitud del pecado.
¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?
¡De ningún modo! ¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos
para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado
para muerte, o de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque
erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de
enseñanza a la que fuisteis entregados; y habiendo sido libertados del pecado, os
habéis hecho siervos de la justicia. (Rom 6:15-18)
La decisión de no ser de nuevo esclavizados por el pecado, es nuestra
Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os
sometáis otra vez al yugo de esclavitud. (Gal 5:1)
Dios nos ofrece lo mejor de la vida. Él no nos creó para vivir en la infelicidad y la
derrota, sino en victoria, sin embargo es necesario que nos decidamos por la libertad
que nos da Cristo.
Dios espera que nos levantemos en victoria, la que ganó Cristo para nosotros. Dios
quiere que seamos libres del yugo del diablo, nos levantemos triunfantes y poseamos lo
mejor de la tierra; que nos movamos en dirección a una vida plena.
Satanás tiene preparada una estrategia contra toda persona para dominar, controlar y
destruir su vida en las dimensiones física y espiritual (Juan 10:1; 10:10 a)
El pecado abre las puertas a la opresión y la influencia demoníaca. Hay áreas de
nuestra vida en las que Satanás establece ataduras para traer dominio, control y
destrucción.
Como lo hizo con el pueblo de Israel, Dios nos ofrece lo mejor de la tierra que es el
disfrute de la vida plena. Nos corresponde entrar a poseer la bendición.
"Mira, Israel, el SEÑOR tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma
posesión de ella, como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni
te acobardes." (Deu 1:21)

Documentos relacionados