EL DERECHO SOCIALMENTE IMPERANTE Palabras de Belisario

Transcripción

EL DERECHO SOCIALMENTE IMPERANTE Palabras de Belisario
EL DERECHO SOCIALMENTE IMPERANTE
Palabras de Belisario
Betancur al ser recibido
como
Miembro
del
Colegio de Abogados de
Bogotá.
Me es grato manifestar ante Ustedes, que me siento muy honrado por
la distinción de permitirme ingresar como miembro al Colegio de Abogados
de Bogotá. Las palabras augurales del Doctor Jorge Cardozo Isaza, jurista él
sí, de suyo y de linaje de tal, más las dictaron generosidad y amistad, que
currículos inexistentes en mi caso.
Quienes propusieron mi nombre y quienes lo aceptaron, de seguro
tuvieron en cuenta no mis aportes a la ciencia del Derecho, que
deplorablemente son exiguos, sino mi calidad de profesor universitario en los
campos del derecho público; y mi permanente lucha, como ciudadano y como
político, en busca de que se afiance entre nosotros el respeto por las
instituciones, a través de la vigencia de una estructura jurídica dentro de la
cual todos los colombianos cumplan sus deberes porque saben que se les
respetan sus derechos.
Al verme rodeado de colegas con muchas mejores calificaciones que
yo para hablar del tema, y a sabiendas de que en sus mentes lúcidas está la
clave para que nuestro país renueve permanentemente sus instituciones
jurídicas, no puedo menos de sentirme optimista porque sé que con el aporte
de las mentes progresistas de los abogados aquí reunidos, dicho cambio
puede recibir el impulso indispensable.
No olvidemos que, según tesis generalmente aceptada, si bien técnicos
instrumentan y concretan físicamente el desarrollo, el secreto del cambio está
en la creación de las condiciones políticas y jurídicas para que la sociedad
pueda avanzar en la dirección debida. Entonces se produce la plena vigencia
del “Derecho socialmente imperante”, y desaparece el “Derecho formalmente
impuesto”. Una manera de inducir esa transmutación, reside en la amplitud y
solidez, que sea en el contexto del acontecer cotidiano, para afianzar el
ejercicio de sus derechos, para hacer que su integridad se mantenga, para
buscar que la ciencia no sea patrimonio de grupos dominantes sino de la
comunidad.
Y ahí esta el gran compromiso del abogado; hacer de catalizador de
esa muda de alma en una patria, como Colombia, en que cada día se hace
más urgente un cambio en las costumbres, un cambio en las actitudes, un
cambio en las estructuras, a fin de que sea mayor la participación del trabajo
en el ingreso, y a fin de que se profundice en la defensa de nuestra soberanía
política y económica. Sólo así aquella concepción hegeliana del espíritu del
pueblo, alcanza su plenitud.
Desde luego, cuando se habla de cambio hay una invocación al trabajo
conjunto de todos los estamentos sociales; pero el cuadro jurídico que lo
ambiente, nos corresponde a quienes somos profesionales del Derecho. Que
es tanto como decir, a quienes debemos ser los militantes insomnes de la
justicia.
Los distinguidos colegas que hoy ingresan al Colegio, suplan con su
prestancia y su sapiencia, mi ignorancia en las disciplinas jurídicas, a fin de
que este bello acto mantenga su lustre. No seré yo quien sustituya su palabra
diserta.
He querido formular estas rápidas y discretas anotaciones, para
relievar ante Ustedes, respetables colegas y amigos, la importancia que he
dado a la profesión que escogí y que he ejercido con cariño y
responsabilidad.
Y, para expresarles cuán honrado me siento por el hecho,
verdaderamente inolvidable en mi vida, de que los más calificados miembros
de esa profesión digan, al aceptarme como su colega en este Colegio, que he
sido leal al juramento que presté en la Universidad hace ya muchos años.

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