EDH 18 LUNES AGOSTO 2008 : EL DIARIO DE HOY : 14 : 14 ES
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EDH 18 LUNES AGOSTO 2008 : EL DIARIO DE HOY : 14 : 14 ES
14 NACIONAL SALVADOREÑOS POR EL MUNDO EL DIARIO DE HOY Lunes 18 de agosto de 2008 [email protected] En la morgue del Tucson, Arizona, existen más de 300 cuerpos sin identificar. Pertenecen a inmigrantes de distintos orígenes que murieron en el intento de atravesar el desierto méxicoestadounidense para lograr el sueño americano Tucson,undesierto queconsumeilusiones Desde LOS ÁNGELES ESTADOS UNIDOS Corresponsal | Paula Díaz DESAPARECIDOS EN FRONTERA SEGUNDA ENTREGA U n montón de huesos, una camiseta negra con rayas blancas, un pantalón vaquero y un pedazo de cinturón en una bolsa blanca es lo que recibió la oficina del Forense de Tucson. Era el cuerpo de un inmigrante encontrado en el desierto por agentes de la Patrulla Fronteriza. No había ningún documento de identificación. Estos restos óseos son parte de unos 300 cuerpos sin identificar que se encuentran almacenados en la morgue de esta ciudad de Arizona. Uno de los celosos guardianes de esos restos, el doctor Bruce Anderson, director de la oficina forense, toma el pulso de este fenómeno de manera diferente a como lo hacen las autoridades migratorias, que han comenzado a hablar de una disminución de muertes en el desierto en los últimos años. “La gente se ha estado muriendo desde hace décadas, pero se notó un notable incremento en 2001, cuando la tasa de mortalidad pasó de 19 ó 20 personas por año a 75”, dijo el profesional. “En los últimos cuatro años tuvimos alrededor de 200 muertos. Este año llevamos 100”, resalta. Las cifras oficiales revelan que hasta el 30 de junio de este año, 109 personas fueron encontradas muertas en el desierto de Tucson, y otras 294 reportadas como desaparecidas. Anderson dijo que de los 1,350 cadáveres que han recibido en los últimos ocho años, han logrado identificar a alrededor de 950 cuerpos, los cuales han sido entregados a los familiares o han sido enterrados por las autoridades del Condado porque nadie les ha reclamado. De los 300 cuerpos que siguen sin identificar, al menos 30 ó 40 han sido recibidos este año”, dice Anderson, que calcula que podrá completará el proceso de al menos el 75 por ciento de ellos. Según éste, la mitad ya han sido enterrados, mientras que los otros aguardan el momento de ser inhumados o cremados por disposición de las autoridades, una vez se haya completado la identificación. “Se trata de personas de las que tenemos un nombre o un número telefónico, que probablemente nos conduciría a encontrar la familia”, agrega el perito. Anderson afirmó que los problemas que enfrentan en la identificación de los cuerpos son ÁNGELES DE LA FRONTERA realizan una procesión en el cementerio de los desconocidos, Terrace Park, Holtville, condado Imperial. VOLUNTARIOS colocan cruces en los mojones que delimitan las tumbas de los inmigrantes caídos en el desierto. múltiples. “Algunas personas utilizan nombres falsos, o la familia no está interesada o se niega aceptar que puede ser su pariente”, explica. El director de la morgue estima que el 92% de estas víctimas del desierto era de origen mexicano. Sin embargo, desconocen la nacionalidad de las 300 personas que no están identificados aún. “No creemos que sean de americanos. Tenemos diferentes maneras para definir el perfil de éstos sobre la base de la biología, por lo que llevan o por la ubicación”, dice al referir que la información de personas extraviadas es otra guía para identificarlas. Añade que de los cuerpos no identificados el más joven pertenece a un niño de entre 12 ó 13 años. ADN, EL ÚLTIMO RECURSO Las familias centroamericanas enfrentan un reto más grande que las mexicanas para encontrar a parientes desaparecidos. 500 nichos mortuorios hay en la parte trasera del cementerio del condado Imperial, que corresponden a inmigrantes que fueron víctimas del desierto californiano. A diferencia de México, que tiene el programa Sistema de Identificación, Reconocimiento y Localización de Individuos (SIRLI), los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador carecen de una entidad o procedimiento apropiado para buscar o identificar a sus connacionales que se pierden en su travesía por llegar a los Estados Unidos. “México tiene el programa SIRLI, que está diseñado para identificar y localizar a las personas desaparecidas”, indicó Anderson, que trabaja junto con el consulado de México en la realización de pruebas de ADN para identificar a los cuerpos de víctimas que se presume son de nacionalidad mexicana. Según Anderson, la doctora Lori Baker, de la Universidad de Baylor, ha recibido fondos del gobierno mexicano con este objetivo y ha procesado entre 200 y 250 de las muestras de ADN que ha enviado la Oficina Forense en Tucson. Hay dos formas de trabajo. Una, dice, es la “presunción de identidad”, que es cuando hay indicios sobre la identidad de la persona encontrada. Esto aplica, por ejemplo, cuando entre los restos de un cuerpo parcialmente mutilado o descompuesto, se encuentra algún documento de identidad. En esos casos, explica el forense, los datos que aparecen en el carné se cotejan: sexo, edad de la persona y estatura, con el tiempo en que sabemos que esta persona estuvo en el desierto”, comenta Anderson. “Ella (la doctora Baker) hizo la mayoría de los