la sonrisa de navarra - Foyer Don Bosco de Porto-Novo
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la sonrisa de navarra - Foyer Don Bosco de Porto-Novo
10 La Semana Navarra En Portada DIARIO DE NAVARRA DOMINGO, 5 DE DICIEMBRE DE 2010 Benin LA SONRISA DE NAVARRA AL ATARDECER, UN EJÉRCITO DE NIÑOS SALEN DE SUS GUARIDAS MISERABLES Y SE LANZAN A LA CALLE EN BUSCA DE COMIDA. HAY QUE COMER, CUESTE LO QUE CUESTE. ES ENTONCES CUANDO ENTRA EN ACCIÓN EL PROYECTO PARA NIÑOS DE LA CALLE DE LA CONGREGACIÓN SALESIANA TEXTO IVÁN BENÍTEZ FOTOGRAFÍAS M.V.A D ANIEL nació en Porto Novo, capital de Benin, un país de África occidental que se encuentra sumido en la mayor de las miserias humanas. Un drama silencioso bajo el que duermen los más pequeños del país. Daniel tenía 10 años cuando murieron sus padres y tuvo que marcharse a Cotonou a casa de su abuelo. Como su abuelo no podía asumir los gastos de escolarización, le metió a trabajar de aprendiz en un taller de costura. A los 13 años, falleció su abuelo, y el patrón se convirtió en su padre y en su jefe. Le cobijaba pero no le alimentaba. Al poco tiempo, Daniel se escapó . Se buscó la vida junto a otro amigo. Sobrevivieron en la calle hasta que les encontró el patrón. De vuelta al taller de costura, el patrón le ató las manos y le golpeó las rodillas con una vara de madera, sin piedad. Cuatro días después, Daniel se fugó de nuevo. Por las noches dormía en los puestos donde vendían carbón. Sin comer, sin trabajo, Daniel se fue rodeando de más chicos de la calle. Un grupo que como el hambre fue creciendo. Un día, uno de los integrantes de la pandilla le propuso robar a otro del mismo grupo el dinero que había ganado en unos juegos de azar. Daniel se negó. El compañero, no obstante, le robó mientras dormía. A la mañana siguiente, el amigo le mostró el dinero que había robado. Aunque le planteó huir con el botín, Daniel prefirió quedarse. Reconoce ante el grupo que es cómplice del robo. Unos días después, le buscaron en un parque de Cotonou y le propinaronunapaliza.Algúntipo de venganza. Con la llegada de la policía. El pequeño aprovechó la confusión y huyó. Pudo esconderse bajo un puente. En el intento se hirió. La herida empezó a sangrar mucho. Así que se tuvo que refugiar en una iglesia. Le curaron. Le cambiaron de ropa y le envían junto a otros niños a un centro de acogida. Allí, contó todo lo que le había pasado. Le preguntaron qué oficio quería hacer. “Costura”,dijo.Pudoquedarseunaño.Al cumplir los 16, tuvo que regresar a sus casas. Le dieron 1000 francos. Y volvió a Porto Novo junto a otros compañeros de centro. Por el camino, se preguntaban una y otra vez qué iban a hacer con sus vidas. Uno de ellos habló que conocía una casa de acogida conocida como Foyer Don Bosco. Y les animó a ir. Al presentarse en la casa, les vuelven a preguntar en qué oficio quieren trabajar. Daniel lo tiene claro. Ha comenzado una nueva vida. Es 14 de enero de 2008. El año que viene recibirá su diploma. Su sueño es regentar su propio taller de costura. Un termómetro ‘mágico’ En el patio del colegio Salesianos de Pamplona han colgado en la pared un termómetro de grandes dimensiones que no marca grados sino kilos. Cada una de las rayitas de este medidor solidario revelan los kilos de alimentos, no perecederos, que se están recogiendo durante este mes de diciembre con motivo de la campaña Alimentos para Benin, y con la que se quiere recaudar cuatro mil kilos. “Todo un reto” para el ilusionado director del centro, Iñaki Lete Lizaso. Una vez recaudada esta cantidad, explica el director, los alimentos se introducirán en un contenedor, y se enviarán a Benin. Tardará un mes en arribar a Porto Santo. Gracias a este contenedor, los niños de la calle, como Daniel, podrán variar su dieta y comer algo más que maíz. Gracias a esta recolecta, en definitiva, se beneficiarán unos doscientos menores (algunos de ellos aparecen retratados en este reportaje ). Desde 1995, Benin es más que nunca la sonrisa de Navarra. Dice un proverbio de este país que “si uno tiene paciencia, consigue ver la flor de la piedra”. Y así está sucediendo... Porto Novo, al atardecer Escribe Mikel Razkin en su libro: Benin, los niños de la calle (a la venta), que los niños son rechazados en este país por sus familias debido, fundamentalmente, a la poligamia, a la extrema pobreza o a la creencia de que todos los males de la familia vienen a causa de estos hijos. Y no solo son abandonados, apunta el periodista, ya que otros corren la suerte de ser vendidos como “esclavos” para trabajar en las minas o las plantaciones de éste u otros países. En este contexto, con el fin de