Poemas - IES La Albuera

Transcripción

Poemas - IES La Albuera
Charles Pierre Baudelaire
(9 de abril de 1821 - 31 de agosto de 1867).
Poeta, crítico de arte y traductor francés. Paul Verlaine lo incluyó entre los poetas malditos, debido
a su vida de bohemia y la falta de interés comercial que impregna su obra. Hijastro de un importante militar
ultraconservador, a quien detestaba, no dudó en exhibir sus simpatías por la revolución y parecía buscar el
escándalo: se paseaba por París con el pelo teñido de verde y nunca disimuló su afición a los bares, las
prostitutas y el opio..
Fue el poeta de mayor impacto en el simbolismo francés. Su obra principal está recogida en el
poemario Las flores del mal, obra de concepción clásica en su estilo, y oscuramente romántica por su
contenido. En ella, Baudelaire expone la teoría de las correspondencias y, sobre todo, la concepción del
poeta moderno como un ser maldito, rechazado por la sociedad burguesa, a cuyos valores se opone. El poeta
se entrega al vicio (singularmente la prostitución y la droga), pero sólo consigue el tedio (spleen). Al mismo
tiempo que anhela la belleza y nuevos espacios ("el viaje"). La creación literaria contiene en sí misma la
conciencia del mal, de la rebeldía contra todo el orden político y moral, hasta el punto de que se mezcla la
apología de la revolución con un simbólico satanismo en su célebre “Letanías de Satán”.
A veces delicadamente intimista, otras veces cínico provocador, entre metáforas elevadas y
sarcasmos se mueve en todos los registros, desde lo más exquisito hasta lo repulsivo, con influencias que
van desde Lord Byron hasta el Parnasianismo, del que él mismo procede. Puesto a plasmar lo inexplicable,
nos llena sus versos de símbolos que sugieren más de lo que literalmente dicen –a menudo no habrá una
“traducción” exacta de lo que pretende decir- y sinestesias.
La publicación de Las flores del mal, en 1857, le valió una condena por inmoralidad. La sentencia lo
obligó a excluir poemas de la obra, a lo que el autor argumentó que el libro debía ser "juzgado en su
conjunto", tal como él lo había concebido: un poema total, que no seguía un orden cronológico sino un orden
de finalidades. Con Las flores del mal, Baudelaire dio fin al ciclo del Romanticismo para abrir paso a la
Modernidad, no sólo por la temática de su obra, sino por el replanteamiento estético que en ella se hace y
que consiste en el descubrimiento de la belleza en lo "no bello".
Precedido por un prólogo inexcusable, donde llama a la complicidad del lector, El libro quedó dividido
en seis partes: Esplín e ideal, (más de la mitad del poemario) Cuadros parisinos, El vino, Flores del
mal, Rebelión, La muerte.
AL LECTOR
La necedad, el error, el pecado, la tacañería,
Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,
Y alimentamos nuestros amables remordimientos,
Como los mendigos nutren su miseria.
Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes;
Nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones,
Y entramos alegremente en el camino cenagoso,
Creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.
Sobre la almohada del mal está Satán Trismegisto
Que mece largamente nuestro espíritu encantado,
Y el rico metal de nuestra voluntad
Está todo vaporizado por este sabio químico.
¡Es el Diablo quien empuña los hilos que nos mueven!
A los objetos repugnantes les encontramos atractivos;
Cada día hacia el Infierno descendemos un paso,
Sin horror, a través de las tinieblas que hieden.
Cual un libertino pobre que besa y muerde
el seno martirizado de una vieja ramera,
Robamos, al pasar, un placer clandestino
Que exprimimos bien fuerte cual vieja naranja.
Oprimido, hormigueante, como un millón de helmintos,
En nuestros cerebros bulle un pueblo de Demonios,
Y, cuando respiramos, la Muerte a los pulmones
Desciende, río invisible, con sordas quejas.
Si la violación, el veneno, el puñal, el incendio,
Todavía no han bordado con sus placenteros diseños
El lienzo banal de nuestros tristes destinos,
Es porque nuestra alma, ¡ah! no es bastante osada.
Pero, entre los chacales, las panteras, los podencos,
Los simios, los escorpiones, los gavilanes, las sierpes,
Los monstruos chillones, aullantes, gruñones, rampantes
En la jaula infame de nuestros vicios,
¡Hay uno más feo, más malo, más inmundo!
Si bien no produce grandes gestos, ni grandes gritos,
Haría complacido de la tierra un despojo
Y en un bostezo tragaríase el mundo:
¡Es el Tedio! — los ojos preñados de involuntario llanto,
Sueña con patíbulos mientras fuma su pipa,
Tú conoces, lector, este monstruo delicado,
—Hipócrita lector, —mi semejante, — ¡mi hermano!
CORRESPONDANCE
CORRESPONDENCIAS
La nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles;
L'homme y passe à travers des forêts de symboles
Qui l'observent avec des regards familiers.
La naturaleza es un templo donde vivos pilares
dejan salir a menudo palabras confusas:
El hombre llega allí entre selvas de símbolos,
que lo contemplan con miradas familiares.
Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse et profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.
Como ecos prolongados, mezclados a lo lejos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad,
los perfumes, colores y sonidos se responden.
Il est des parfums frais comme des chairs d'enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
- Et d'autres, corrompus, riches et triomphants,
Hay perfumes fríos como carnes de niños,
dulces como oboes, verdes como praderas,
-y otros, corruptos, ricos y triunfantes,
poseedores de la expansión de cosas infinitas
como el ambar, el almizcle, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos.
Ayant l'expansion des choses infinies,
Comme l'ambre, le musc, le benjoin et l'encens,
Qui chantent les transports de l'esprit et des sens.
Los Faros
Rubens, río de olvido, jardín de la pereza
Almohada de carne fresca donde no se puede amar,
Pero donde la vida afluye y se agita sin cesar,
Como el aire en el cielo y la mar en la mar.
Leonardo de Vinci, espejo profundo y sombrío,
Donde ángeles encantadores, con una suave sonrisa
Cargada de misterio, surgen a la sombra
De los glaciares y de los pinos que encierran sus tierras.
Rembradt, triste hospital colmado de murmullos,
Y un gran crucifijo decora solamente,
Donde la oración en llanto se despide de la basura,
Y donde un rayo de invierno la atraviesa bruscamente;
Miguel Angel, vago lugar donde se ven Hércules
Mezclarse a los Cristos, y se levantan todos rígidos
Fantasmas poderosos que en los crepúsculos
Desgarran su sudario estirando los dedos;
Cóleras de boxeador, impudor de fauno,
Tú que supiste recoger la belleza de los granujas,
Gran corazón lleno de orgullo, hombre débil y amarillo,
Puget, melancólico emperador de los forzados;
Watteau, ese carnaval donde tantos corazones ilustres,
Como mariposas, vagan centelleando,
Decorados frescos y ligeros iluminados por arañas
Que vuelcan la locura en este baile giratorio;
Goya, pesadilla repleta de cosas desconocidas,
De fetos que se hacen cocer en medio de los sabbats,
De viejas frente a espejos y niñas desnudas,
Para tentar a los demonios ajustando bien sus
medias;
Delacroix, lago de sangre que frecuentan ángeles
malvados,
Sombreado por un bosque de abetos siempre verde,
Donde bajo un cielo de pena, extrañas fanfarrias
Pasan, como un leve suspiro de Weber;
Esas maldiciones, esas blasfemias, esos lamentos,
Esos éxtasis, esos gritos, esos llantos, esos Te Deum,
Son un eco repetido por mil laberintos;
Son para los corazones mortales, un opio divino!
Es un grito repetido por mil centinelas,
Una orden transmitida por mil portavoces;
Es un faro iluminado sobre mil ciudadelas,
Un llamado de cazadores perdidos en los grandes
bosques!
Porque en verdad, Señor, el mejor testimonio
Que nosotros podríamos dar de nuestra dignidad
Es el ardiente sollozo que rueda las edades
Y viene a morir al borde de tu eternidad!
FRANCISCA MEAE LAUDES
ALABANZAS A MI FRANCISCA
Versos compuestos para una modista erudita y devota.
Novis te cantabo chordis,
O novelletum quod ludís
In solitudine cordis.
Esto sertis implicata,
O femina delicata,
Per quam solvuntur peccata!
Sicut beneficum Lethe,
Hauriam oscula de te,
Quae imbuta es magnete.
Quum vitiorum tempestas
Turbabat omnes semitas,
Apparuisti, deitas,
Velut stella salutaris
In naufragiis amaris...
Suspendam cor tuis aris!
Piscina plena virtutis,
Fons aeternae juventutis,
Labris vocem redde mutis!
Quod erat spurcum, cremasti;
Quod rudius, exaequasti;
Quod debile, confirmasti!
In fame mea taberna,
In nocte mea lucerna,
Recte me semper guberna.
Adde nunc vires viribus,
Dulce balneum suavibus
Unguentatum odoribus!
Meos circa lumbos mica,
O castitatis lorica,
Aqua tincta seraphica;
Patera gemmis corusca,
Pañis salsus, mollis esca,
Divinum vinum, Francisca!
(Traducción de Jesús Pastor)
Yo te cantaré con cuerdas nuevas,
¡Oh, cervatillo que juegas
En la soledad de mi corazón!
Envuélvete en guirnaldas,
¡Oh, mujer delicada
por quien nos absuelven los pecados!
Como del Leteo generoso,
Yo extraeré besos de ti,
Que estás empapada de amor.
Cuando la tempestad de los vicios
Turbaba todos los caminos,
Tú apareciste, diosa,
Como una estrella salvadora
En los naufragios amargos...
¡Ofreceré mi corazón en tus altares!
Estanque lleno de virtud,
Fuente eterna de Juventud,
¡Devuelve la voz a los labios mudos!
Quemaste lo que era inmundo;
Allanaste lo que era rudo,
Afirmaste lo que era débil.
En mi hambre, mi taberna,
En la noche, mi linterna,
Guíame siempre rectamente.
Añade ahora fuerzas a mis fuerzas.
¡Dulce baño perfumado
con suaves aromas!
Resplandece alrededor de mis lomos
¡Oh, coraza de castidad,
Templada en agua seráfica!;
Brilla, cáliz enjoyado,
Pan salado, manjar sabroso,
Vino divino, ¡Francisca!
SPLEEN
Yo tengo más recuerdos que si tuviera mil años.
Un gran mueble de cajones atiborrado de facturas,
De versos, de dulces esquelas, de procesos, de romances,
Con abundantes cabellos enredados en recibos,
Oculta menos secretos que mi triste cerebro.
Es una pirámide, una inmensa cueva,
Que contiene más muertos que la fosa común.
—Yo soy un cementerio aborrecido de la luna,
Donde, como remordimientos, se arrastran largos gusanos
Que se encarnizan siempre sobre mis muertos más queridos.
Yo soy un viejo gabinete lleno de rosas marchitas,
Donde yace toda una maraña de modas anticuadas,
Donde los pasteles plañideros y los pálidos Boucher,
Solos, exhalan el olor de un frasco destapado.
Nada iguala en longitud a las cojas jornadas,
Cuando bajo los pesados flecos de las nevadas épocas
El hastío, fruto de la melancólica incuria,
Adquiere las proporciones de la inmortalidad.
—Desde ya tú no eres más, ¡oh, materia viviente!
Que una peña rodeada de un vago espanto,
Adormecida en el fondo de un Sahara brumoso;
Una vieja esfinge ignorada del mundo indiferente,
Olvidada sobre el mapa, y cuyo humor huraño
No canta más que a los rayos del sol poniente.
SPLEEN
Quand le ciel bas et lourd pèse comme un couvercle
Sur l'esprit gémissant en proie aux longs ennuis,
Et que de l'horizon embrassant tout le cercle
II nous verse un jour noir plus triste que les nuits;
Quand la terre est changée en un cachot humide,
Où l'Espérance, comme une chauve-souris,
S'en va battant les murs de son aile timide
Et se cognant la tête à des plafonds pourris;
Quand la pluie étalant ses immenses traînées
D'une vaste prison imite les barreaux,
Et qu'un peuple muet d'infâmes araignées
Vient tendre ses filets au fond de nos cerveaux,
Des cloches tout à coup sautent avec furie
Et lancent vers le ciel un affreux hurlement,
Ainsi que des esprits errants et sans patrie
Qui se mettent à geindre opiniâtrement.
— Et de longs corbillards, sans tambours ni musique,
Défilent lentement dans mon âme; l'Espoir,
Vaincu, pleure, et l'Angoisse atroce, despotique,
Sur mon crâne incliné plante son drapeau noir.
Cuando el cielo bajo y espeso pesa como una losa
Sobre el espíritu que gime presa de largos tedios,
Y el horizonte abarcando todo el círculo
Nos depara un día negro más triste que las noches;
Cuando la tierra se ha convertido en un húmedo calabozo,
Donde la Esperanza, como un murciélago,
Se va golpeando las paredes con sus tímidas alas
Y chocando la cabeza con los techos podridos;
Cuando la lluvia esparciendo sus inmensos regueros
Imita los barrotes de una vasta prisión
Y un pueblo mudo de infames arañas
Viene a tejer sus trampas en el fondo de nuestros cerebros,
Unas campanas arrancan a tocar furiosamente
Y lanzan al cielo un aullido espantoso,
Como espíritus errantes y sin patria
Que empiezan a gemir obstinadamente.
—Y largos cortejos fúnebres, sin tambores ni música,
Desfilan lentamente en mi alma; la Esperanza
Vencida, llora, y la Angustia atroz, despótica,
Sobre mi cráneo prosternado planta su bandera negra.
El alma del vino
L'Ame du Vin
Un soir, l'âme du vin chantait dans les bouteilles:
«Homme, vers toi je pousse, ô cher déshérité,
Sous ma prison de verre et mes cires vermeilles,
Un chant plein de lumière et de fraternité!
Je sais combien il faut, sur la colline en flamme,
De peine, de sueur et de soleil cuisant
Pour engendrer ma vie et pour me donner l'âme;
Mais je ne serai point ingrat ni malfaisant,
Car j'éprouve une joie immense quand je tombe
Dans le gosier d'un homme usé par ses travaux,
Et sa chaude poitrine est une douce tombe
Où je me plais bien mieux que dans mes froids
caveaux.
Entends-tu retentir les refrains des dimanches
Et l'espoir qui gazouille en mon sein palpitant?
Les coudes sur la table et retroussant tes manches,
Tu me glorifieras et tu seras content;
Cantó una noche el alma del vino en las botellas:
«¡Hombre, elevo hacia ti, querido desesperado,
Desde mi cárcel de cristal y mis lacres bermejos,
Un cántico lleno de luz y fraternidad!»
Sé cómo es necesario, en la ardiente colina,
sufrir, sudar bajo un sol abrasador,
Para engendrar mi vida y para darme el alma;
Pero no seré ahora ingrato o criminal.
Disfruto de un placer inmenso cuando caigo
En la boca del hombre agotado por el trabajo,
y su cálido pecho es dulce sepultura
Que me complace más que mis frescas bodegas.
¿Escuchas resonar los cantos del domingo
y la esperanza que trina en mi seno palpitante?
Con los codos sobre la mesa y los brazos remangados
Me alabarás y serás feliz;
J'allumerai les yeux de ta femme ravie;
À ton fils je rendrai sa force et ses couleurs
Et serai pour ce frêle athlète de la vie
L'huile qui raffermit les muscles des lutteurs.
Encenderé los ojos de tu mujer dichosa;
Devolveré a tu hijo su fuerza y sus colores,
Y seré para ese frágil atleta de la vida,
El aceite que tonifica los músculos del luchador.
En toi je tomberai, végétale ambroisie,
Grain précieux jeté par l'éternel Semeur,
Pour que de notre amour naisse la poésie
Qui jaillira vers Dieu comme une rare fleur!»
Caeré en ti, vegetal ambrosía,
Grano preciso arrojado por el Sembrador eterno,
Para que de nuestro amor nazca la poesía
Que hacia Dios se alzará como una rara flor!»
*****
LETANÍAS DE SATÁN
Oh tú, el Ángel más bello y asimismo el más sabio
Dios privado de suerte y ayuno de alabanzas,
Tú, cuya larga mano disimula el abismo
Al sonámbulo errante sobre los edificios,
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Príncipe del exilio, a quien perjudicaron,
Y que, vencido, aún te alzas con más fuerza,
Tú que, mágicamente, ablandas la osamenta
Del borracho caído al pie de los caballos,
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, que todolos sabes, oh gran rey subterráneo,
Familiar curandero de la angustía del hombre,
Tú, que por consolar al débil ser que sufre
A mezclar nos enseñas azufre con salitre,
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, que incluso al leproso y a los parias más bajos
Sólo por amor muestras el gusto del Edén,
Tú que imprimes tu marca, ¡oh cómplice sutil!
En la frente del Creso vil e inmisericorde
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Oh tú, que de la Muerte, tu vieja y firme amante,
Engendras la Esperanza - ¡esa adorable loca!
Tú, que en el corazón de las putas enciendes
El culto por las llagas y el amor a los trapos
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que das al proscrito esa altiva mirada
Que en torno del cadalso condena a un pueblo entero
Báculo de exiliados, lámpara de inventores,
Confidente de ahorcados y de conspiradores,
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú sabes las guaridas donde en tierras lejanas
El celoso Dios guarda toda su pedrería,
Padre adoptivo de aquellos que, en su cólera,
Del paraíso terrestre arrojó Dios un día,
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, cuyos claros ojos saben en qué arsenales
Amortajado el pueblo duerme de los metales,
¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Oración
Gloria y loor a ti, Satán, en las alturas
Del cielo donde reinas y en las profundidades
Del infierno en que sueñas, vencido y silencioso.
Haz que mi alma, bajo el Árbol de la Ciencia,
Cerca de ti repose, cuando, sobre tu frente,
Como una iglesia nueva sus ramajes se expandan.
LA MUERTE DE LOS AMANTES
Tendremos lechos llenos de aromas,
Divanes profundos como tumbas,
Y extrañas flores sobre consolas,
Abiertas para nosotros bajo cielos más cálidos.
Aprovechando hasta el límite los últimos ardores,
Nuestros dos corazones serán dos antorchas,
Que reflejarán mezclados sus dobles destellos
En nuestras dos almas, gemelas alguna vez.
Una tarde rosa y azul místico,
Cambiaremos un destello único,
Como un largo sollozo preñado de adioses;
Y más tarde un Ángel, entreabriendo las puertas,
Vendrá a reanimar, fiel y jubiloso,
Los turbios espejos y las antorchas muertas.
Le Mort joyeux
Dans une terre grasse et pleine d'escargots
Je veux creuser moi-même une fosse profonde,
Où je puisse à loisir étaler mes vieux os
Et dormir dans l'oubli comme un requin dans l'onde.
Je hais les testaments et je hais les tombeaux;
Plutôt que d'implorer une larme du monde,
Vivant, j'aimerais mieux inviter les corbeaux
À saigner tous les bouts de ma carcasse immonde.
Ô vers! noirs compagnons sans oreille et sans yeux,
Voyez venir à vous un mort libre et joyeux;
Philosophes viveurs, fils de la pourriture,
À travers ma ruine allez donc sans remords,
Et dites-moi s'il est encor quelque torture
Pour ce vieux corps sans âme et mort parmi les morts!
El Muerto feliz
En una tierra espesa y llena de caracoles,
quiero cavar yo mismo una fosa profunda
donde pueda instalar mis viejos huesos
y dormir en el olvido como un tiburón en las olas.
Odio los testamentos y odio las tumbas;
y, antes que implorar al mundo una lágrima,
aun vivo, preferiría invitar a los cuervos
a devorar cada trozo de mi inmundo esqueleto.
¡Oh gusanos!, negros amigos sin orejas ni ojos;
mirad cómo llega a vosotros un muerto libre y feliz,
filósofos vividores, hijos de la podredumbre!
Moveos sin remordimientos entre mis despojos
y decidme si hay aún otra tortura
a este viejo cuerpo sin alma y muerto entre los muertos.

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