universidad autónoma de sinaloa

Transcripción

universidad autónoma de sinaloa
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA
FACULTAD DE HISTORIA
MAESTRÍA EN HISTORIA
El PERIODISMO Y LA SOCIABILIDAD POLÍTICA EN EL
NORTE DE SINALOA: El DEBATE Y SUS VÍNCULOS CON
EL PODER POLÍTICO LOCAL DURANTE LOS AÑOS
CUARENTA
TESIS QUE PRESENTA
ERNESTO ALONSO MONTOYA SANDOVAL
PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRO EN HISTORIA
DIRECTORA DE TESIS
DRA. AZALIA LÓPEZ GONZÁLEZ
CULIACÁN, SINALOA, FEBRERO DE 2013
1
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………..….8
CAPÍTULO I. Balance historiográfico
I.I Los primeros escritos: crónicas, recopilaciones, listados e historias épicas……..….….18
I.2 Las historias locales y regionales: una interpretación sociocultural…………………....22
I.3 Las nuevas preocupaciones historiográficas y tendencias………………………..……..30
CAPÍTULO II. Los espacios de sociabilidad en el norte de Sinaloa
II.I La transformación del espacio público……………………………………………………...36
II. 2 La reorganización de lo urbano…………………………………………………………….47
II. 3 La vecindad, los amigos y el ocio: marco de la vida social de Los Mochis…………...51
II. 4 El comercio, inventor de lugares de sociabilidad………………………………….……..53
II. 5 Los espacios y las prácticas de sociabilidad extranjera…………………………….…..75
CAPÍTULO III. El periodismo y la sociabilidad: un lazo imprescindible en el norte de
Sinaloa
III. I. La práctica periodística en el norte de Sinaloa………………………………………….85
III. 2 Los lazos y los vínculos entre periodistas………………………………………..….…..88
III. 3 La prensa como un instrumento de pedagogía política…………………….……...…..95
CAPÍTULO IV. Las prácticas y los espacios de sociabilidad de los fundadores de El
Debate
IV. I Conrado Espinosa: prácticas, ideas y lazos………………………………………….…100
IV. 2 La correspondencia, lugar de intercambio intelectual………………………………...110
IV. 3 El Debate, lugar de encuentro y espacio de relaciones afectivas……………..…....115
IV. 4 Su tendencia política……………………………………………………………………...121
2
IV. 5 Lugar de sociabilidad política………..…………………………………………………..130
IV. 6 Un actor político…………………………………………………………………………...140
Conclusiones………………………………………………………………………………….…146
Bibliografía…………………………………………………………………………………….…151
Hemerografía………………………………………………………………………….…………157
3
AGRADECIMIENTOS
Es un verdadero placer para mí utilizar este espacio con el que quiero ser
justo y consecuente con el gran apoyo que recibí de las diferentes instituciones, de
mi familia, amigos, maestros y compañeros. En primer lugar extiendo mi
agradecimiento a la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) en particular a la
Coordinación de la Maestría en Historia y a la Facultad de Historia por confiar en
mí y darme la oportunidad de desarrollarme no solamente en lo académico sino
también como persona. Asimismo, por brindarme un espacio en donde pude
acercarme desde las diferentes perspectivas a los hombres y mujeres del pasado,
pero también porque en este devenir de discusiones, desvelos y sobre todo de
placeres que me ha dejado la Historia, pude hacer grandes amigos que en las
buenas y en las malas nos hemos apoyado. Gracias Sarahí Araiza, Héctor
Pimienta, Miguel Higuera, Omar Hernández, Juan Antonio Fernández (Canito),
Miguel Estrada, Lorena Pérez, Andrés Chihuailaf, Bertha Ahumada a quien estimo
y quiero mucho. Quiero agradecer de la misma manera a Carlos Samuel Beltrán
quien me ha abierto las puertas de su casa y de su archivo personal, del tiempo y
de la disponibilidad y por ver en mí a un amigo.
Agradezco especialmente a mi familia: a mis padres, hermanos, a mis
abuelos que siempre han estado al pendiente desde que incursione en este
proyecto. A mi madre que sus palabras de aliento y sus silencios han sido motivos
para seguir adelante en esta importante travesía de mi vida.
Quiero extender mi más sincero agradecimiento a la Dra. Azalia López
González por guiarme en este importante trabajo de tesis de maestría, que sin sus
consejos, paciencia y disponibilidad hubiera sido difícil sacar avante este proyecto.
Quiero destacar su gran apoyo incondicional en todas y cada una de las
actividades académicas que realice durante el periodo del posgrado, algunas en
compañía de ella y otras de manera individual, las cuales ha significado el
surgimiento de una bonita amistad.
4
Debo de agradecer también a los atinados consejos y sugerencias del Dr.
Sergio Arturo Sánchez Parra y del Dr. Félix Brito Rodríguez, quienes me han
acompañado firmemente desde un principio en este proyecto como mi cuerpo
tutorial. No quiero dejar este espacio sin brindar un merecido reconocimiento al Dr.
Samuel Octavio Ojeda que dentro y fuera de las aulas tuvo la paciencia, la
disponibilidad y la generosidad de apoyarme para que esta investigación llegara a
buen puerto. De la misma manera agradezco por toda la ayuda que me brindó el
Dr. Jordi Canal de la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) en
mi estancia en París, Francia, y sobre todo, por los consejos que me dio luego de
la revisión pertinente de mi trabajo. Gracias maestros por el apoyo y por brindarme
su amistad.
Mención especial merecen la Hemeroteca Nacional de la UNAM y El Centro
Cultural Manuel Gómez Morín, A. C. (CCMGM) y la Hemeroteca de El Debate, por
coadyuvar en este trabajo a través de sus atesorados materiales archivísticos. En
el mismo sentido, agradezco infinitamente al Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt) por brindarme el apoyo económico, el cual fue esencial para
la labor de mi investigación.
A todos nuevamente gracias.
5
“No se consigue la unión con ideas, mientras éstas
no sean más que razonamientos; es necesario que
se una a ella una fuerza sentimental.
En la raíz de todo se encuentra una
cuestión de sensibilidad”
Maurice Barrés
6
A mis padres, que son mi
pasado, mi presente y mi futuro
7
Introducción
La presente investigación está centrada en estudiar el entramado de
vínculos y lazos que tejieron los fundadores del periódico El Debate, el cual surge
el 10 de marzo de 1941, en Los Mochis, Sinaloa. Este periódico sale a luz pública
en un contexto en donde la prensa se convierte en un factor decisivo de la vida
social. Reflejando, así tanto los intereses sobrevivientes del viejo régimen como
los de las fuerzas ascendentes, las que por su parte buscaban esclarecer el
carácter del nuevo Estado.1En un contexto en el que el periodista no sólo jugaría
un papel importante en el campo de la derecha o de la izquierda, sino, sobre todo,
en los espacios de sociabilidad que crearon, ya que serán éstos los lugares en
donde se van formar, cuajar y fermentar las ideas, pero además en donde se van
a entretejer relaciones afectivas y por donde va a circular la política. Estos lazos
de sociabilidad se van a reforzar con la creación de comités, asociaciones civiles y
políticas, partidos políticos, círculos, tertulias, salones y con la formación de
periódicos y revistas, siendo éstos últimos un lugar frecuente de encuentros y de
discusiones.
Para lograr tener un acercamiento y entender este entramado de lazos que
se tejen fue necesario aproximarnos a la historia específicamente de Los Mochis y
de sus protagonistas, es decir, cómo fue que surgieron uno de los actores políticos
más importante en el norte de Sinaloa: las organizaciones obreras y campesinas
cuyo ascenso al poder político fue de manera acelerada debido al apoyo que
había del cardenismo, a la infraestructura que se creó en donde aglutinaron y
controlaron a las masas y en donde el marxismo-socialismo encontró un terreno
fértil en la región. Esta situación sin lugar a dudas tuvo sus repercusiones en otros
intereses que se fueron creando al calor de las luchas obreras y campesinas
durante la primera mitad del siglo XX en Los Mochis, pero también como
consecuencia de un régimen que si bien fue incluyente de los intereses de algunos
sectores (obrero, campesino, militar, popular) también dejo otros fuera. Bajo esta
lógica, sectores principalmente de la clase media que no compartían el quehacer
1
Silvia González Marín, Prensa y Poder Político. La elección presidencial de 1940 en la prensa
mexicana, México, UNAM/Siglo XXI Editores, 2006, p.15.
8
de la política principalmente del General Lázaro Cárdenas, como fue el caso de la
educación, tema que desde mandato de Calle fue un terreno de lucha entre el
Estado y la Iglesia, dos instituciones que buscaban tener el control de las masas.
La reacción al cambio radical en las estructuras sociales ocasionó a nivel nacional
el surgimiento de un conjunto de asociaciones de oposición como fueron la Unión
Nacional Sinarquista, la Confederación de la Clase Media, el Comité Pro-Raza, la
Unión Nacional de Veteranos de la Revolución y la Acción Mexicana
Revolucionaria. Asimismo, se formaron otras organizaciones políticas como el
Partido Antirreeleccionista Acción, la Vanguardia Nacional Mexicana, las
Juventudes Nacionalistas, la Sociedad de Precursores y Revolucionarios 19101913,
el
Frente
Constitucionalista
Democrático,
el
Centro
Unificador
Revolucionario, el Comité Nacionalista Depurador de Razas Extranjeras, Acción
Cívica Nacional, el Frente Anticomunista, el Partido Nacional Femenino y el
Partido Acción Nacional (PAN). Sin embargo, el cambio de tono del gobierno de
Cárdenas y las promesas y declaraciones de Ávila Camacho debitaron mucho a
los grupos conservadores, los cuales se desdibujaron en el mapa político,
quedando solamente el movimiento sinarquista y el Partido Acción Nacional
(PAN). Dos asociaciones políticas que tenían mucho en común, las cuales fueron
blanco de persecución por el gobierno avilacamachista al declarar éste la “unidad
nacional” debido a que México habían entrado a la Segunda Guerra Mundial.
En ese terreno, en Sinaloa y específicamente en Los Mochis surgen un
conjunto de hombres principalmente de la clase media que compartían las ideas
de estos dos movimientos políticos y que debido a la prohibición de las garantían
individuales como fue el derecho a la libertad de asociación y de expresión, se
movieron en una red de espacios de sociabilidad que ellos ya habían creado
principalmente en donde la su función concreta era la conversación, la comida, la
bebida, la diversión, el ocio, el entretenimiento, pero que dada la realidad política
del país y de la región, estas formas de sociabilidad mundanas van a modelar
espacios de sociabilidad política en donde se va a discutir sobre la cosa pública.
Ya que fueron precisamente los gobiernos estatales y municipales de extracción
obrero-campesino y popular quienes van a vigilar que no se lleven a cabo estos
9
encuentros. Bajo este escenario, los periodistas que surgen en Los Mochis
especialmente quienes fundan el periódico El Debate van a jugar un papel
fundamental. En ese sentido, será este impreso que no solamente se convertirá en
una estructura elemental de la sociabilidad sino que será un medio de formación
cívica-política y un instrumento de la lucha de la política partidista.
Así pues, en este trabajo pretendemos demostrar que las relaciones y
vínculos que tejieron los periodistas que fundaron el periódico El Debate durante
los años cuarenta formaron los primeros espacios de sociabilidad de oposición al
poder político local, constituido éste en nombre de la “familia revolucionaria”.
Periodistas, que tenían como objetivo no sólo la formación pedagógica de las
masas, sino también la lucha por el espacio político. En ese sentido, se convertirá
en la palestra en donde se discutirá la formación del Estado mexicano.
Las preguntas que forman la columna vertebral de este trabajo de
investigación y que en el desarrollo del mismo pretendo dar una respuesta a cada
una de ellas son las siguientes: cuáles fueron los lazos de sociabilidad que tejieron
los hombres de la pluma en Los Mochis durante los años cuarenta, qué objetivos
motivaron a los periodistas para la formación de espacios de sociabilidad política,
qué papel jugó El Debate en este entramado de relaciones y qué vínculos tuvieron
éstos espacios de sociabilidad política con el poder político local.
El trabajo que se presenta es el resultado de una investigación que busca
contribuir al conocimiento no solamente en el terreno de la historia de la prensa y
del periodismo de Sinaloa, el cual cabe señalar es muy reducido por falta de
estudios, sobre todo en el norte del estado, sino además, en el campo de la
historia política de Sinaloa. Abordado nuestro objeto de estudio desde una
perspectiva dinámica que ha dejado atrás la historia larga de los grandes
acontecimientos que sólo podían arraigarse en el zócalo de las condiciones
10
estructurales de la geohistoria.2Pero que también, por otro lado, no se cierra el
espacio a otras perspectivas, al contrario.
Llegar primeramente a nuestro tema de estudio no fue resultado de la
casualidad. Mi formación profesionista como científico de la política y la relación
laboral que mantuve con el periódico El Debate como reportero durante casi
cuatro años y como columnista del mismo periódico durante un año me llevaron a
interesarme por sus orígenes, por querer comprender cómo es que se ha
convertido en el periódico más importante de la entidad por más de 70 años. Estas
preguntas tan sencillas fueron la base para entrar a la reconstrucción de la historia
de un periódico, pero que en la medida en que avanzaba nuestra investigación ya
sea a través del estudio de las diferentes perspectivas de la historia y de otras
disciplinas, como en la información que me arrojaban las fuentes a través de su
cuestionamiento, el fenómeno de estudio empezó a tener matices más complejos.
El interés ahora ya no se centraba en querer conocer y comprender sus orígenes
en términos descriptivos, sino más bien, el análisis del periódico como un espacio
en donde se van a crear y se van discutir ideas pero también como un lugar en
donde se van a entretejer lazos de amistad y de afectividad entre los hombres de
la pluma que fundaron este impreso. En ese sentido, estudiar los lazos de
sociabilidad de periodistas creados al calor ya sea las coyunturas políticas o como
un lugar en donde se cultivan relaciones de amistad y de afectividad en el norte
del estado en el corazón del siglo XX, todavía no se ha dicho prácticamente nada.
Para llevar a buen puerto este trabajo revise y analice un conjunto de
vestigios, es decir, prensa, correspondencia, fotografías, imágenes, notas
hemerográficas, diarios y archivos personales. Así como también un conjunto de
material bibliográfico en español y en francés. En esta travesía consulte varios
acerbos bibliográficos y hemerográficos del estado, del país y del extranjero.
Como fue la Hemeroteca particular de El Debate (Los Mochis), la Biblioteca
pública Morelos (Los Mochis), el Archivo Histórico de Sinaloa (Culiacán), la
2
François Dosse, La Marcha de las Ideas. Historia de los intelectuales, historia intelectual,
Valencia, Universitat de Valencia, 2007, p 243.
11
Biblioteca de Humanidades “Bicentenario” de la Universidad Autónoma de Sinaloa
((UAS), la Biblioteca de la Maestría de Historia y la Biblioteca Central de esta
máxima casa de estudios. Asimismo, revise los materiales hemerográficos de la
Hemeroteca Nacional de México la cual se encuentra en la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), en el mismo Distrito Federal consulte el Archivo de
Manuel Gómez Morín, que dependen del Centro Cultural Manuel Gómez Morín en
el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). En el extranjero, en Francia,
consulte principalmente los materiales de la Bibliothèque Pierre-Monbeig del
Institut Des Hautes Etudes de L´Amerique Latine-CREDAL de la Université
Sorbonne Nouvelle Paris 3.
Referentes teórico-conceptuales
El regreso y el retorno por el interés del estudio de la política y lo político
luego de que la historia política fuera acusada de todos los males, presentada
como la expresión privilegiada de la futilidad, de la ausencia del rigor científico y
encargada de escribir la “vieja historia”, se debe, en gran medida, a replantear
algunos viejos—y nuevos—problemas con nuevas miradas. Esta renovación, y
reencuentro dinámico de la historia política es sobre todo a favor de un
acercamiento a la reflexión filosófica y a los trabajos lingüísticos.3
Voltear hacía lo político pone de relieve los estudios de las prácticas cotidianas,
las representaciones colectivas, lo simbólico, lo ritual, lo emblemático, las
alegorías y los mitos, así como también las formas de sociabilidad. El objeto
sociabilidad permite dar cuenta de cómo las nuevas reglas de juego de la política
son producto de la interacción social y pueden dar lugar a formas relacionales
específicas que brindan, como en el caso de los clubes electorales, un conjunto de
recursos organizativos, relacionales e identitarios.4
Con la influencia de Ernest Labrousse, Joseph Hours y del propio Duby en
la formación intelectual, y como sus antecesores Marc Bloch o Lucien Febvre,
3
Ibíd.
Pilar González Bernaldo de Quirós, “La “sociabilidad” y la historia política,” en Erika Pani y Alicia
Salmerón (Coord.), Conceptualizar lo que se ve. François Xavier Guerra, historiador, homenaje,
México, Instituto Mora, 2004, p. 448.
4
12
Maurice Agulhon supo desarrollar un interés particular por el registro de las
mentalidades que había alimentado tanto las lecturas de la producción de esos
autores como una inclinación y un don particular para la observación.5Ello lo lleva
a no descartar ningún indicio material, sea éste una imagen, un utensilio, una
toponimia, patronímica u otra traza material dejada por el hombre. 6Es
precisamente bajo ésta perspectiva—de la observación—en una dialéctica con
una mirada etnográfica, lo que le permite a Agulhon percibir y distinguir lo
espontáneo de lo institucional, lo que resulta de uso cotidiano de lo que tiene una
existencia oficial.
Su forma original y ecléctica de representar la historia política también es
parte de la indisociable relación que hace en el terreno de los ocios cultural y de la
historia antropológica. En este diálogo con otras ciencias, Agulhon expone y deja
entrever que a partir de un análisis univoca no es suficiente para explicar y
comprender un proceso histórico.
Insatisfecho por la historia política tradicional, Maurice Agulhon escruta
hasta lo más profundo los fundamentos del civismo y del republicanismo en el
curso del siglo XIX. Detrás de las leyes y de la escenografía de la casta política,
hace resaltar una circulación más subterránea, la que mantiene una relación de
adhesión a toda una demostración de la fe republicana alrededor de una
específica serie de estatuas, de inscripciones y de fuentes, que permiten la
concentración y la expresión de un fervor colectivo.7
En La République au village, Agulhon explica un proceso de politización que
no pasa por las elecciones, por lo institucional— el sufragio universal— sino a
través de la sociabilidad pueblerina. Será a través de las fiestas, los cabarets, las
quermeses y otras formas y lugares de sociabilidad informal por donde va circular
la política. En otras palabras, son las relaciones públicas (sociabilidad) lo que les
5
Pilar González Bernaldo de Quirós, “Un historiador de las mentalidades políticas” (Presentación),
en Maurice Agulhon, El círculo burgués. La sociabilidad en Francia, 1810-1848, Argentina, Siglo
XXI editores, 2009, p. 17.
6
Ibíd.
7
François Dosse, op. cit, p.57.
13
brindara a los hombres la ocasión de encontrarse, de discutir y opinar sobre el
quehacer de la política.8
Uno de los conceptos básicos que vertebrará este trabajo es precisamente
el de sociabilidad, entendida ésta como una aptitud para vivir en grupos y para
consolidarlos grupos mediante la constitución de asociaciones voluntarias.9La
noción de sociabilidad ha facilitado, más allá de datos y conocimientos precisos,
algunas claves para repensar temas y problemas, aportando elementos para
intentar una reconstrucción histórica más compleja y, asimismo, más global.10
La dimensión que será clave para entender las relaciones y los vínculos
entre los individuos será la afectiva y la emotiva, es decir, los lazos familiares, de
amistad, etc., vistos éstos como una red por donde va a transitar el quehacer de la
política y que va a estructurar la práctica social entre el núcleo familiar y las
instituciones.
Pero también partiendo del terreno en donde se conjugan no sólo las ideas
vertidas sobre cualquier índole, la red de espacios de sociabilidad en donde se
dan cita por las tardes los contertulios, en tanto que expresión de valores
comunes, sino además como lo señala Maurice Barrés en Scénes et Doctrines du
nationalisme. “No se consigue la unión con ideas, mientras éstas no sean más que
razonamientos; es necesario que se una a ella una fuerza sentimental. En la raíz
de todo se encuentra una cuestión de sensibilidad.”11
Partiendo de la premisa, la sociabilidad resulta inseparable de la política,
Agulhon se cuestiona. ¿Por qué la política penetraba así en la vida de las
asociaciones, cuyos estatutos, cuando existían, en su artículo principal insistían en
la amistad y la distracción y proscribían la política? Evidentemente, porque ésta no
podía expresarse en otra parte, señala. Paradoja de los regímenes del siglo XIX
8
Ibíd, p. 23
Maurice Agulhon, Historias vagabundas, México, Instituto Mora, 1994, p. 55
10
Jordi Canal, “Historiografía y sociabilidad en España contemporánea: reflexiones con término,”
Vasconia, 33, 2003, p. 14.
11
Véase a Michel Winock, El siglo de los intelectuales, España, Edhasa, 2010.
9
14
que concedían la libertad de opinión, pero no la libertad de traducirla en acción
colectiva. 12
En el anterior cuestionamiento hay un aspecto importante que vale la pena
detallar: por una parte, se puede ubicar a la política utilizar estructuras tomadas de
la sociabilidad, y a la sociabilidad, a la inversa, siempre proclives a colorearse de
política.13 Un ejemplo al que acude Agulhon para exponer lo anterior es:
[…] la juventud política de izquierda de los años veinte […] se reunió en
cafés y cenas políticas más o menos periódicas, lo cual debería
sorprendernos, ya que una vez más la estructura de sociabilidad—a saber,
en París, antes de 1830, el sistema salón-café—modela la estructura
política14.
En los últimos años son varios los autores de las diferentes partes del mundo que
han acudido a la noción de sociabilidad como una categoría clave que les ha
permitido comprender y explicar procesos históricos complejos en el terreno de la
historia política. Desde Pilar González en Argentina, Maurizzio Ridolfi en Italia y
Jordi Canal en España, por mencionar algunos, han contribuido desde sus
diferentes trincheras a la reflexión en el campo de las investigaciones históricas.
El propio Canal hace hincapié sobre este inmenso campo de estudio y de la
génesis de trabajos que se han escrito en los últimos años con el denominador de
la noción de sociabilidad, la cual ya había sido utilizado por Weber desde una
perspectiva sociológica, al igual que otros autores como Simmel y Gurvitch, pero
fue de la mano de Agulhon que ingresó al terreno de la historia durante la década
de los setenta y ochenta.15
Ciertamente, la sociabilidad informal complementa de la vida asociativa. Los
cafés y las tabernas, la vida familiar y las plazas, las asociaciones obreras y
militares, el termalismo y la vida de salón, las agrupaciones políticas y las logias
12
Maurice Agulhon, El círculo burgués…op. cit, p. 123
Ibíd., p. 123
14
Ibíd, p. 126
15
Jordi Canal, “Historiografía y sociabilidad…”op. cit, p. 59
13
15
masónicas, los orfeones y el deporte son algunos de los rubros tratados bajo esta
categoría.16
Pensar lo político no estriba en limitarnos a la compresión separada de los
grandes componentes estructurales de la vida política (elecciones) —“la materia
de esta historia de lo político, a la que califico de conceptual,” expresión de Pierre
Rosanvallon — va más allá, su historia es por esto, en principio, atención al
trabajo de sus antinomias, análisis de sus límites y sus puntos de equilibrio,
examen de las decepciones y los desarraigos que suscita 17. Es seguir el hilo de
las experiencias y de los tanteos, de los conflictos y las controversias.18
Referirse a lo político y no a la política es hablar del poder y de la ley, del
Estado y de la nación, de la igualdad y de la justicia, de la identidad y la diferencia,
de la ciudadanía y de la civilización19. Es precisamente lo que queremos
desarrollar en este proyecto a través de ésta otra mirada—desde lo político—. Una
historia que se nutre de la historia social, de la sociología, de la teoría política y de
la historia de las ideas.
En ese sentido, los aportes a la compresión de la sociedad en el caso de la
primera perspectiva, desde la historia social, no está únicamente atravesada por
un conflicto entre lo alto y lo bajo de la sociedad; sino que está igualmente
estructurada por una tensión subyacente en la noción misma de sufragio político:
tensión entre el sufragio como símbolo de la inclusión social, expresión de la
igualdad entre los ciudadanos (y que, por lo tanto, exige imperativamente su
universalidad) y el sufragio como expresión del poder social, forma de gobierno de
la sociedad.20
El apoyo que retoma la historia de lo político de la sociología se centra en
dos dimensiones: estructura e historia. Mientras que el aporte que le hace la teoría
16
Jordi Canal, “El concepto de sociabilidad en la historiografía contemporánea (Francia, Italia y
España)”, Siglo XIX Revista de Historia, 13, 1993, p. 6.
17
Pierre Rosanvallon, Por una historia conceptual de lo político, Argentina, FCE, 2003, pp. 47-49
18
Ibíd, p. 26
19
Ibíd, p. 22
20
Ibíd, pp. 34-35
16
política plantea que lo interesante no es distinguir distintas maneras de gobierno
representativo o de buscar cómo hacer encajar en algunos casos bien definidos
las posiciones de los actores o las características de las instituciones. Por el
contrario, hay que tomar como objeto el carácter siempre abierto y “bajo tensión”
de la experiencia democrática. […] De lo que se trata es de partir de las
antinomias constitutivas de lo político21.
Por último, aunque la historia de lo político se sitúa retirada de las historia
de las ideas y de las doctrinas, ambas historias se interesan por las mismas obras
fundamentales. Estas obras no pueden seguir siendo comprendidas en sí mismas
como simples “teorías” autónomas, imponentes carcasas de navíos naufragados
en las costas del pasado. En cambio, deben ser analizadas como elementos de un
imaginario social más global22.
21
Ibíd, p. 43
Ibíd, p. 45
22
17
CAPÍTULO I. Balance historiográfico
I.I Los primeros escritos: crónicas, recopilaciones, listados e
historias épicas
La prensa y el periodismo como problemas a estudiar han sido abordados
desde diferentes perspectivas y sujeta a un sinnúmero de análisis e
interpretaciones. En el caso de Sinaloa, estos han ido desde crónicas,
recopilaciones, listados e historias cargadas de subjetividad, hasta los análisis
más concretos como los estudios de la prensa periódica, abordada principalmente
por investigadores universitarios23.
A decir de Celia del Palacio Montiel, existen las investigaciones sobre la
prensa de los estados, realizadas por los memoriosos locales, los eruditos
bibliográficos desde principios del siglo XX hasta los años sesenta. Estas
recopilaciones son básicamente listados de periódicos, algunos de ellos
aderezados con las historias de los personajes relacionados con el periodismo y
las vicisitudes de los órganos de la prensa, sin mayores pretensiones teóricas o de
clasificación, excepto las temáticas. Por su puestos, estos estudios tienen un
enorme valor, por haber sido los pioneros y por el enorme trabajo de recopilación
de fuentes24.
Los primeros escritos que han señalado algunos estudiosos de la historia
de la prensa y el periodismo en Sinaloa se remontan durante el primer tercio del
siglo pasado. En este corpus historiográfico encontramos textos como el de José
G. Heredia, quien aporta el primer informe hemerográfico incluido en su obra
23
Jorge Briones Franco, La prensa en Sinaloa durante el cañedismo 1877-1911, Culiacán, UASDIFOCUR, 1999; Jesús Graciela Zazueta Jiménez, “El surgimiento de la prensa moderna en
Sinaloa (1934-1944)”, Tesis de Maestría en Historia Regional, Culiacán, Facultad de Historia-UAS,
1999; Mabel Sánchez Valencia, “Una mirada sociocultural a la prensa de Sinaloa”, Culiacán, Tesis
de Maestría en Historia, Facultad de Historia-UAS, 2007.
24
Celia del Palacio Montiel (coord.), Siete regiones de la prensa en México 1792-1950, México,
Miguel Ángel Porrúa- Conacyt-Universidad de Guadalajara, 2006pp. 8-10.
18
Bibliografía de Sinaloa, histórica y geográfica, también están las obras de
Francisco Javier Gaxiola y de Francisco Gómez Flores25.
Ya en la década de los cuarenta los trabajos que salieron a la luz pública
son considerados escritos pioneros en ser obras netamente históricas sobre el
tema periodístico en Sinaloa, entre ellos está el de Manuel Estrada Rousseau, con
El Cuarto poder en Sinaloa y el propio Héctor R. Olea con La primera imprenta en
las provincias de Sonora y Sinaloa, ambas publicadas en 1943.
En el mismo prólogo que Jorge Briones Franco escribe en la obra de Héctor
R. Olea precisa que contra la voluntad de los autores estos trabajos reprodujeron
muchas de las inexactitudes heredadas de los primeros textos26.
Estas obras que surgen a principios de los cuarenta no sólo mostrarían el
interés por tener datos verdaderos y precisos de la historia de la prensa y el
periodismo en Sinaloa, sino además dichas historias pasarían de ser un elemento
complementario de obras bibliografía al convertirse en el punto de partida para
abordar el fenómeno. Sin embargo, estas obras no dejan de ser meramente
descriptivas-narrativas.
Durante el lapso de la década de los cuarenta y principios de los ochenta no
se publicarían trabajos con aportaciones importantes sobre la temática. La obra
que se publicó ya entrada la década de los setenta es la de Antonio Nakayama
Arce donde contribuye con nuevas aportaciones al tema. El autor, de
descendencia
asiática en un ensayo titulado “De periódicos y periodistas”,
publicado en su obra Sinaloa, el drama y sus actores (1975), divide a la prensa en
oficial y en informativa27.
En este misma década Héctor R. Olea escribe La imprenta y el periodismo
en Sinaloa, 1826-1950 (1976); sin embargo, no sería hasta 1995 cuando esta obra
25
Jorge Briones Franco en prólogo de Héctor R. Olea, La imprenta y el periodismo en Sinaloa,
1826-1950, México, UAS-Difocur, 1995, pp. 9-10
26
Ibíd.
27
Véase a Antonio Nakayama, “De periódicos y periodistas” en Herrera y Cairo Sergio, Tarántulas
y alacranes, México, DEBArte, 2003.
19
saliera a la luz pública. En este trabajo Olea hace una clasificación y descripción
de los órganos informativos que existieron a partir de la primera imprenta que tuvo
la entidad, en ese entonces, Estado Interno de Occidente, hasta la mitad del siglo
XX.
El catálogo que elabora Olea de los órganos impresos que existieron en
Sinaloa desde la primera imprenta asumimos que era información que ya se
maneja es sus diferentes versiones documentales en la entidad. Por ejemplo
Antonio Nakayama28 se basa en la obra de Rousseau para hacer la nómina de los
órganos informativos y oficiales que se editaron en Sinaloa. Por lo que podemos
aludir que el estudio de Olea da cause a toda la información que circulaba en
cierta manera desparramada a un formato más ordeno y preciso sobre la
información básica de cada impreso que existió en la entidad.
En palabras de Laura Martínez Domínguez este tipo de obras representan
la forma más antigua de abordar a los periódicos, y también la de más largo
alcance. […] Estos estudios comprenden largos periodos en sintonía a la
cronología de la historia política29.
A juicio de Jesús Graciela Zazueta, la clasificación que hace Olea parece
responder a lo que los propios periódicos decían sobre ellos mismo en sus títulos,
subtítulos o lemas, donde retoma estos datos sin intentar hacer un análisis o dar
una explicación sobre tal tipología30.
También existes otros textos que más que tener como objetivo algún tipo de
orden o catalogación, buscan recoger las experiencias y las crónicas del
periodismo sinaloense, pero sin el apego que se requiere para llegar a ser un
trabajo de investigación científica31, como por ejemplo. Alejados de las fuentes de
investigación esenciales, nos va a dispensar la enumeración cronológica. Y, atenidos tan
28
Ibíd, p. 293.
Laura Martínez Domínguez, “No es un paseo por las nubes. Consideraciones para una propuesta
teórica-metodológica del estudio de la prensa”. Encuentro de Historiadores de la prensa en
Iberoamérica. Bicentenarios y resacas del festejo, 2011, VII, Boca del Río, Veracruz.
30
Jesús Graciela Zazueta, op. cit, pp. 13-30.
31
Véase a Sergio Herrera y Cairo, Tarántulas y alacranes, México, DEBArte, 2003, pp. 1-4
29
20
sólo a nuestra facultad retentiva, sin parar mientes en cuantos a puntos de vista
sectaristas o políticos, procuremos hacer con la mayor fidelidad posible la recordación.32
Como observamos en las líneas anteriores, no sólo es Olea quien no
expone una explicación sobre la clasificación que hace sino también son otros
autores, como lo es el mismo Estrada Rousseau, quien toma otros criterios para
darle una coherencia a la historia de la prensa y del periodismo en Sinaloa
observada desde su postura.
Una de las últimas obras que se publicaría con características similares a
este corpus de trabajos es la de Heriberto Sinagawa (Sinaloa, Historia y Destino),
la cual salió a la luz pública durante la década de los ochenta. En ella, su autor
compila, reseña y amplía la historia de la temática.33
Aunque la mayoría de los textos tienen como objetivo sumarse al acervo
bibliográfico de la historia de la prensa y del periodismo en Sinaloa y de
constituirse como una fuente de consulta histórica, estos trabajos no buscan
traspasar la línea descriptiva. Sólo se enfocaron en hacer recuentos de periódicos
y de periodistas, así como también trabajos conmemorativos e historias épicas,
tipo homenajes a la labor de los periódicos y periodistas de cierta época.
Otro de los aspectos que hay que subrayar es que los textos hasta aquí
consultados no hacen una diferenciación entre prensa y periodismo, incluso, los
abordan como sinónimos. Para el estudio en cuestión, la prensa y particularmente
el periódico no sólo se constituye como un foro donde se discute la cosa pública,
sino además es un actor, un protagonista del espacio político, es decir, su principal
objetivo es influir en la toma de decisión en torno al poder. El periódico pone en
acción su capacidad para afectar el comportamiento de ciertos actores en un
sentido favorable a sus propios intereses: influye sobre el gobierno, pero también
sobre los partidos políticos, los grupos de interés, los movimientos sociales34, etc.
32
Manuel Estrada Rousseau, El cuarto poder, en Ibíd, p. 246.
Véase a Heriberto Sinagawa Montoya, Sinaloa, historia y destino, México, Difocur, 2004.
34
Héctor Borrat, “El periódico, un actor del sistema político”, [en línea], Articles, 12, 1989, p. 67.
[consultado 15 de noviembre de 2011].
33
21
Para el caso del periodismo, este no se abordara como una actividad profesional
desempeñada en algún tipo de impreso,35 pero si como aquella ejercida por los
hombres que escriben, que informan, que intercambiar ideas, que construyen, que
apelan, que manipulan, que callan, que instruyen, que luchan, que discuten en los
cenáculos del poder pero también en el seno de la opinión.
I.2 Las historias locales y regionales: una interpretación
sociocultural
La periodización y la clasificación de la historia de la prensa y del
periodismo en Sinaloa siguieron en las preocupaciones socorridas de los
investigadores locales, principalmente por Jorge Briones Franco y Jesús Graciela
Zazueta. Tanto uno como el otro en sus respectivos trabajos de tesis han
planteado criterios no sólo históricos, sino además políticos, económicos y
técnicos para reflexionar y explicar en torno a las etapas y vida de los impresos.
Según Briones Franco, la historia de la prensa y el periodismo se divide en
cuatro momentos históricos36. El primer tramo corresponde (1825-1931), ligado a
la introducción de la primera imprenta (1825); el segundo periodo (1832-1876),
arranca en 1832 asociándolo al reinicio de las actividades impresoras en Culiacán;
el tercer momento de esta periodización (1877-1911), se abre en 1877, en los
albores del cañedismo y el cuarto y último periodo aquí propuesto es el que corre
de 1912 a 1950, cuando se reanuda en el norte del estado la actividad de prensa y
posteriormente la aparición del primer periódico (1914)37.
La periodización que propone Jorge Briones está enfocada tanto en la
temporalidad política como en la periodística. Como lo dice el mismo Briones, no
35
José Baldivia Urdininea, “Los Periodistas en México”, en José Baldivia Urdininea (Coord.), La
formación de los periodistas en América Latina. México, Chile, Costa Rica, México, Centro de
Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo-Editorial nueva imagen, 1981, p. 115.
36
La clasificación que hace Briones Franco corresponde a un nuevo trabajo de investigación
auspiciado por Conacyt, junto con cuatros investigados más y coordinados por la investigadora
Celia del Palacio Montiel. En este ensayo Jorge Briones construye y propone dos periodos más a
los que aparecen en el texto que publica en los noventa (La imprenta de Sinaloa durante el
cañedismo 1877-1911), donde uno de ellos es el tramo titulado, periodo formativo que corresponde
de 1825-1831 y el otro, desarrollo gradual que se ancla de 1832-1976.
37
Jorge Briones Franco, “La prensa y el periodismo en Sinaloa”, op. cit, pp. 254.
22
se puede pensar en la dinámica periodística, sin la existencia de una imprenta, por
lo que son a partir de 1825 hasta 1831, los primeros siete años la punta de lanza
de la actividad en el entonces Estado Interino de Occidente. El autor precisa que
este proceso se da en el marco de la conformación del nuevo poder político de
dicho territorio.38
Jorge Briones coincide con el mismo R. Olea al señalar que los primeros
impresos que vieron la luz en Sinaloa fueron a partir de la llegada de la imprenta
en 1825 en el Estado Interno de Occidente, la cual estaba destinada a las
publicaciones oficiales, en donde fueron las Villas de El Fuerte y Cosalá los
primeros escenarios de dichas publicaciones.39
Por mencionar otro ejemplo, según Briones en “La prensa y el periodismo
en Sinaloa” durante el cañedismo el estado se atisbo de la prensa moderna,
donde se puede considerar que hubo importantes transformaciones tanto en el
ámbito político y periodístico.
Durante este largo periodo de la historia de Sinaloa, el periodismo experimento
diversas transformaciones conociendo un auge y una expansión inusitada que
abarcó a las principales ciudades del estado. Uno de los rasgos más acusados de
esta situación fue el incremento en el número de periódicos que se fundaron y
circularon40.
En Sinaloa no fue particular el auge de la prensa y del periodismo— donde
sin lugar a duda, se vio estimulada por la presencia de un núcleo importante de
intelectuales— también en otras entidades del país presentaron este fenómeno.
En opinión de Fausta Gantús, en esos años, en lo político se transitó de una
enconada lucha partidista a la consolidación de un régimen unipersonalista y de la
defensa de la no reelección a la instauración de la reelección, en lo periodístico se
38
Jorge Briones Franco, op. cit, p. 36
Jorge Briones Franco, “La prensa y el periodismo en Sinaloa”, op. cit. 293
40
Ibíd, p. 273
39
23
observa un proceso evolutivo que condujo a la proliferación a la práctica
desaparición de las publicaciones […]41.
El trabajo de tesis de Maestría de Briones el cual transitó a formato de libro
a finales de los noventa deja atrás la historia descriptiva-narrativa para abordar a
la prensa desde una perspectiva de corte braudeliana.
Briones, quien concibe el periodismo como un proceso vivo, con su propia
dinámica, que surge y se desarrolla por múltiples factores: técnicos, culturales,
económicos, educativos, entre otros. Sigue la pista del periódico El Corre de la
Tarde, rotativo que estableció en la época una notable tradición periodística tanto
técnica como ideológica, destacando los aspectos técnicos de este rotativo 42.
No se puede dejar de señalar que las inquietudes y preguntas de Briones
Franco van enfocadas a las mismas interrogantes que se hacía Héctor Olea en La
imprenta y el periodismo en Sinaloa, 1826-1950 (1976), como por ejemplo,
cuántos periódicos se fundan en Sinaloa y qué tipo de características tuvieron 43.
Asimismo, y a pesar de que le atribuye al periodismo una dinámica propia, lo
aborda como dependiente de la estructura, de la política, es decir, una actividad
sin luz propia.
Sobre la clasificación, Graciela Zazueta expone que para su estudio en
particular, no existe un trabajo adecuado que coadyuve en dicha clasificación, por
lo que destaca que después de revisar los principales trabajos sobre el tema,
elaborar la propia44. En ese sentido, tipifica a la prensa en dos vertientes:
“la tradicional y la moderna45. Respecto a la primera, se entiende por prensa
tradicional aquella que existió durante todo el siglo XIX y principios del XX y
41
Fausta Gantús, Caricatura y poder político, crítica, censura y represión en la ciudad de México,
1876-1888, México, El Colegio de México-Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora”,
2009, p. 19
42
Jorge Briones Franco, op. cit, p. 28
43
Ibíd.
44
Graciela Zazueta, op. cit, p. 16
45
Aunque Zazueta no lo dice explícitamente sobre que entiende por prensa moderna o por
modernidad, ella se refiere a una modernidad tecnológica que impacto en los órganos de la prensa.
A decir de Celia del Palacio, el punto culminante de la producción tecnológica “moderna” es el
linotipo que permite a las empresas periodísticas dar un salto cualitativo en la producción. Ya
24
que se distinguió por demostrar abiertamente su postura partidista bajo la
cual da a conocer la información, sin importar siquiera ser imparcial y sin
hacer ninguna diferenciación clara en el manejo de los géneros
informativos. Se denomina prensa moderna a aquella que empieza a
bosquejarse en las primeras décadas del siglo XX (en Sinaloa en la década
de 1930) hasta llegar a convertirse en la prensa que hoy conocemos; ésta
es la que informa tratando de asumir una postura neutral, buscando no
traslucir posiciones de ninguna especie en sus notas informativas y dejando
los comentarios a críticos y articulistas de opinión o para las editoriales”46.
A lo que Zazueta llama prensa tradicional, en palabras de McGowan, fue el
vehículo idóneo para que los actores de aquellos desencuentros y aun choques,
dieran a conocer sus ideas e influyeran en la definición de distintos proyectos. Así,
se convirtió en el canal por medio del cual se desarrolló el debate ideológico,
haciendo gala de agilidad y gran destreza política, ya que fue “el intermediario más
versátil y más involucrado en todas las relaciones de poder.47”
Con el objetivo de analizar y demostrar que los rotativos que surgen durante
las primeras décadas del siglo XX ya cuentan con características de tipo moderna,
Zazueta se basa en una perspectiva histórica, utilizando los métodos cualitativo y
cuantitativo.
El primero consistió en el análisis cuantitativo de las notas principales de
portada y editoriales, para tal efecto se armó una clasificación de las mismas en:
políticas,
económicas,
de
carácter social,
bélicas,
policíacas,
culturales,
espectáculos y de eventos sociales.
entrado el siglo XX existió la aplicación de otras tecnologías en la elaboración de los periódicos: el
grabado, la litografía, el fotograbado, la máquina de escribir, la fotografía y el telégrafo. Para
nuestro caso, pudieran haber periodizado la prensa y al periodismo como partidista—característica
de los impresos del siglo XIX—y prensa comercial propia del siglo XX; sin embargo, la misma
Zazueta apela a esta periodización cuando hace la diferencia entre prensa tradicional y prensa
moderna. La revisión que se hizo de las fuentes nos muestra que son dos aspectos que se siguen
conjugando, una prensa que surge al calor del proceso electoral apoyada económicamente por un
grupo político, pero que también en sus páginas amarillentas se observa el aspecto comercial.
46
Ibíd, p. 56
47
Guadalupe Gómez-Aguado y Adriana Gutiérrez, El pensamiento conservador en los periódicos
La Cruz y El Pájaro Verde: definición y transformación en tiempo de crisis, cita a Gerald McGowan,
Prensa y poder, 1854-1857. La revolución de Ayutla. El Congreso Constituyente, México, El
Colegio de México-Centro de Estudios Históricos, (Nueva Serie, 24), 1978, p. 70, en Erika Pani
(coordinadora), Conservadurismo y derechas en la historia de México, México, FCE-Conaculta, t. I,
2009.
25
El segundo, se centró en estudiar cómo los periódicos-- El Demócrata
Sinaloense, La Opinión, El Día y El Debate— abordaron hechos importantes y con
una fuerte influencia en la opinión pública tanto en el estado como en el lugar
donde se editó cada impreso.
La autora sostiene que a principios de la década de los treinta los rotativos
de Sinaloa ya se caracterizan por contar con una información organizada, una
prensa comercial, pero sobre todo, con la presencia de la tecnología en
comparación con la prensa del siglo XIX, la cual se imprimió con métodos
tradicionales.
Si bien la prensa moderna se caracterizó por las innovaciones tipográficas
que adoptaron algunos impresos, como la tinta a color—como el rojo para titular
las notas de alto impacto (policiacas, Segunda Guerra mundial) —la cuestión
política siguió presente no sólo en las notas sino además en las líneas editoriales
de los impresos, así como también quienes escribían seguían siendo hombre de la
esfera política.
Para el caso de los hombres del escrito que practicaron el ejercicio público
de la palabra en el norte de Sinaloa principalmente en Los Mochis, fue una
actividad que no se profesionalizaba, es decir, como una actividad económica.
Fueron los profesores, los doctores, cronistas e historiadores quienes dieron vida
a las hojas amarillentas de los impresos.
En suma, no dudo que la prensa moderna a la que se refiere Zazueta se
gestó durante la década de los treinta en Sinaloa; sin embargo, esta afirmación
debe de relativizarse ya que sí bien se manifestaron características meramente de
la prensa moderna, este proceso no fue homogéneo no sólo en los diferentes
municipios en donde se practicó la actividad periodística sino también en los
mismo impresos.
La obra de Mabel Valencia Sánchez, “Una mirada sociocultural a la prensa
de Sinaloa (1885-1910)”, es un trabajo de tesis de Maestría reciente, del 2007. En
ella, la autora ofrece una forma diferente de aborda al estudio de la prensa y el
26
periodismo en Sinaloa, ya que su preocupación central ya no será periodizar o de
saber cuántos impresos existieron y qué características tenían durante una época
determina, sino se interesa por el estudio de su contenido, es decir de una prensa
que ve a su sociedad a través de su élite política, económica, social y cultural, que
se constituye como emisores en el proceso de comunicación a través del
periodista, reportero, editor, escritor o el novelista. En otras palabras, de un
estudio más cualitativo.
Para captar estas representaciones la autora trabaja con el periódico El
Correo de la Tarde, donde será además del editorial, la nota periodística y el
artículo de opinión, el reportaje que apenas se perfilaba en ese periodo histórico,
las secciones como las cartas de lectores, los anuncios publicitarios, los informes
de cabildo y los eventos sociales, espacio importantes para enviar un mensaje a la
sociedad de la época. En el estudio de Valencia Sánchez analiza a la prensa bajo
la óptica de un enfoque sociocultural.
Al igual que este estudio, los de Celia Del Palacio Montiel, La disputa por
las conciencias. Los inicios de la prensa en Guadalajara;48Adriana Pineda Soto,
“La historia de la prensa política en Michoacán en el siglo XIX,” 49 entre otros, son
parte de los trabajos que comenzaron a interesarse en abordar a los periódicos
desde otras perspectivas diferentes a las que se habían estado desarrollando. A
decir de Celia del Palacio Montiel existe un gran interés por estos estudios tanto
de los académicos como de los estudiantes en las regiones de México. 50
En esa misma ola de estudios están los trabajos sobre la prensa regional
los cuales tiene un creciente interés por el análisis de la prensa de los estados.
Estos estudios buscan alejarse de los enfoques que pretender homogeneizar todo
el territorio del país e igualarlo a lo sucedido en la ciudad de México.
48
Celia del Palacio Montiel, La disputa por las conciencias. Los inicios de la prensa en
Guadalajara, México, Universidad de Guadalajara, 2001.
49
Adriana Pineda Soto, “La historia de la prensa política en Michoacán en el siglo XIX”, tesis de
doctorado, FFyL/UNAM, México, 2003.
50
Celia Del Palacio Montiel (coord.), op. cit, p. 9.
27
Los trabajos que son muy socorridos en esta materia son de Celia Del Palacio
Montiel. Una de sus obras trascedentes es La disputa por las conciencias. Los
inicios de la prensa en Guadalajara 1809-1835. En este estudio, la autora tiene
como objetivo nodal el análisis del papel que jugaron tanto la prensa como otros
impresos en la formación de la opinión pública en Guadalajara en los primeros
años de vida independiente.51
Uno de los conceptos básicos que dan luz a la obra Del Palacio Montiel es
el de opinión pública visto desde la propuesta habermasiana.52 En ese sentido,
comparte la postura del sociólogo alemán cuando señala que << la esfera pública
burguesa puede ser concebida, sobre todo, como la esfera del individuos privados
que se convierten en un público…a fin de confrontar a las autoridades. Su medio
de confrontación no tenía precedentes: el uso público de la razón>>.53
Para llegar al nivel de profundidad, Del Palacio traspasa la línea de listados
de las publicaciones viendo más de cerca tanto los órganos de prensa como los
folletos que se publicaron durante dicha época. En especial se enfoca en analizar
distintos tipo de contenidos: formas de gobierno, relaciones Iglesia-Estado y la
cuestión de los españoles. Se verá de qué modo sirvió la prensa de foro, de
espacio público para reflejar los puntos de vista de las diferentes facciones54.
En el caso de esta naciente opinión, los órganos reflejaban mayormente
uno de los puntos, con el cual se identificaban. Era una prensa partidista55.
La misma revisión hemerográfica que hace de los impresos en especial su
análisis cualitativo le permite documentar el debate, probar en efecto, que en la
51
Celia Del Palacio Montiel, op. cit, p. 18
Véase a Jürgen Habermas, Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural
de la vida pública, Barcelona, GG, 1981
53
Celia Del Palacio Montiel, op. cit, p. 19, cit a Jürgen Habermas, The StructuralTransformation of
the Public Shpere. An Inquiry into a Category of Bourgeois Society. Cambridge, MIT Press, 1991, p.
27
54
Ibíd, p. 40
55
Ibíd, p. 36
52
28
prensa existe una discusión abierta de los temas que antes habían permanecido
en la esfera privada.56
El recorrido que hace por los impresos tapatíos desde los albores del siglo
XIX hasta los años treinta de la misma centuria no deja de lado los factores
materiales que configuraron e influyeron a la prensa: los talleres, el papel, los
costos, los precios, el tiraje, la circulación, las fuentes, los autores57.
Otro estudio es Siete regiones de la prensa en México, 1792-1950, un
esfuerzo colectivo en donde no sólo se
ve al fenómeno de la prensa y el
periodismo desde diferentes regiones del país y desde las distintas disciplinas,
sino que se basan en el enfoque comparativo, enfoque que da una mejor claridad
en la interpretación y en los elementos que permiten encontrar las especificidades,
lo único en un fenómeno, en una región, y dónde puede encontrarse regularidades
y patrones. Así como también evitar caer en localismos y provincialismos.
Uno de los trabajos que conforman este esfuerzo colectivo y coordinado por
Del Palacio Montiel es el de Jorge Briones Franco— “La prensa y el periodismo en
Sinaloa”—. En el ensayo, Briones adopta la convención de considerar al estado
como una región, atendiendo a los cambios que sufre a través del tiempo y dentro
de la misma prefigura algunas microrregiones que le permiten comprender y
explicar mejor el proceso periodístico que se va configurando58.
A diferencia de la periodización que hace Briones en La prensa en Sinaloa
durante el cañedismo (1877-1911), la cual llega hasta un año después de la
Revolución mexicana, en el ensayo “La prensa y el periodismo en Sinaloa”
periodiza hasta la mitad del siglo XX, la cual se enfoca principalmente a la zona
norte del estado, misma que es catalogada como una microrregión.
Jorge Briones continúa la misma lógica de las otras etapas para periodizar
este último, es decir, se basa en función del mismo proceso periodístico que se
presentó en cada municipio de Sinaloa; sin embargo, sólo describe y cuantifica los
56
Ibíd, p. 40
Ibíd.
58
Jorge Briones Franco, “La prensa y el periodismo en Sinaloa”, op. cit. p. 252.
57
29
órganos informativos que surgen principalmente en el norte del estado e incluso
cae en imprecisiones sobre fechas59. Además que no distingue a la prensa del
periodismo.
En el recorrido de ensayos de este último texto, no sólo se expone la
actividad periodística y la labor de la imprenta en las diferentes regiones del país
sino además un abanico de intereses académicos; sin embargo, el abordaje del
tema desde la historia político y particularmente desde lo político brillan por su
ausencia. Se centran en ver a este fenómeno desde otros tipos de análisis
resultado de las distintas disciplinas teóricas: historia, comunicación, literatura,
sociología60, etc.
I.3 Las nuevas preocupaciones historiográficas y tendencias
Desde principios de la década de los noventa la nueva historia política
empezó a producir estudios verdaderamente renovadores no sólo sobre la
Independencia mexicana, sino además de otros fenómenos como prensa política,
partidos políticos, modernidad, sociabilidades, espacio público, etc. Temas que
fueron teniendo un gran interés dentro de los círculos académicos.
Dicha corriente tiene varios enfoques, para entender el abordaje de la
historia política no únicamente como narración cronológica de los grandes
acontecimientos, de héroes, o gobernantes sino que a través de algunos métodos
adoptados gracias a la interdisciplinariedad con algunas ciencias sociales, se
59
En el trabajo de Briones Franco nos menciona a grosso modo el procesos por lo que pasó El
Debate para llegar a convertir en diario, ya que éste surge como semanario. Según en él, El
Debate pasó al diarismo en 1943; sin embargo, en la portada del 27 de mayo de 1944 de este
rotativo se anuncia: “El Debate convertido en Diario”, por lo que podemos sostener que la fecha
que publica Briones es inexacta.
60
Otros enfoques de referencia para historiar a la prensa y al periodismo van desde la teoría
general de sistemas, de la historia estructural, de la teoría de las mediaciones, de la agenda, de la
comunicación social, de los sistemas, etc. Algunos de sus exponentes son: Jacqueline Covo, “La
prensa en la historiografía mexicana: problemas y perspectivas”, Historia Mexicana, Vol. XLII, núm.
3, enero-marzo de 1993, pp. 689-710; Rosalba Cruz Soto, “El periódico, un documentos
historiográfico”, en Celia del Palacio (comp.), Historia de la prensa en Iberoamérica, Guadalajara,
Altexco, 1999, pp. 421-454; Enrique Sánchez Ruiz, Medios de difusión y sociedad. Notas críticas y
metodológicas, Guadalajara, Jalisco, Universidad de Guadalajara, 1992.
30
puede considerar el estudio de las sociabilidades, de los imaginarios, y la historia
de los conceptos.61
El interés por el estudio de la historiografía de la prensa en América Latina
ha marcado la pauta en el desarrollo de importantes contribuciones tanto de
carácter individual como colectivo, a la vez que se ha convertido en un tema que
ha marcado un hito en la historia política; al igual que las percepciones, los valores
y la cultura política.
En las últimas décadas han surgido estudios sobe la prensa que más que
centrarse en ver a los impresos como fuente, se ha construido un mosaico de
formas de abordar las diferentes historias, como objeto de estudio, vehículo de
proyectos, instrumento de debate, propulsor de valores, formador de conciencias e
identidades, instrumento de formación de opinión pública y de consolidación de
facciones, para hacer política, actor político y social, dinamizador del espacio
público, etc.62 Formas que parten de aspectos claves: nuevas miradas y nuevas
preguntas a problemas viejos, es decir, nuevos replanteamientos.
Para Paula Alonso, la prensa irrumpió con fuerza en América Latina con los
conflictos políticos e ideologías que rodearon la Independencia y continúo siendo a
lo largo del siglo, y aun entrando en el siguiente, uno de los principales ámbitos
de discusión pública y una de las principales formas de hacer política 63. Así como
61
Véase a María del Rosario Heras Torres, “El dilema de la ciudadanía y la lucha por la nación en
Sinaloa: sus pugnas y sus actores, (1857-1877),” Culiacán, Tesis de Maestría en Historia, Facultad
de Historia-UAS, 2008.
62
Entre los trabajos que están a nivel Latinoamérica podemos encontrar a Ema Cibotti, “Sufragio,
prensa y opinión pública. Las elecciones municipales de 1863 en Buenos Aires”, en Antonio
Annino, Historia de las elecciones de Iberoamérica, Buenos Aires, FCE, 1995; Diego A. Mauro,
Fernando Cesaretti, Hernán A. Uliana, “Del resplandor a la opacidad. Opinión pública, empresas
periodísticas y ciudadanía,” en Bonaudo Marta S., Imaginarios y prácticas de un orden burgués.
Rosario, 1850-1930, Rosario, Protohistoria, 2005; Jorge Myers, “Identidades porteñas. El discurso
ilustrado en torno a la nación y el rol de la prensa: El Argos de Buenos Aires, 1821-1825”, en
Paula Alonso, Construcciones impresas, panfletos, diarios y revistas en la formación de los estados
nacionales en América Latina, Argentina, FCE, 2003.
63
Paula Alonso, op. cit. p. 8
31
también se ha ponderado el papel que jugaron los hombres de la prensa y del
escrito en la modernidad política64.
En ese sentido, uno de los estudios de historia política que podemos
destacar es el de Ema Cibotti, “Sufragio, prensa y opinión pública: las elecciones
municipales de 1883 en Buenos Aires”, publicado en 1995, donde aborda a los
periódicos, tanto italianos como argentinos como actores protagónicos en la lucha
electoral.
La autora sostiene que estos diarios no sólo actuaron como meros
portavoces de los grupos enfrentados, fundamentalmente racionalizaron la lucha
de facciones intentando imprimirle una coherencia programática y se consideraron
como verdaderas fuerzas de avanzada, vanguardias políticas ilustradas65.
La dimensión que le da Ema Cibotti a los diarios va en dos sentidos: en el
primero revisa el registro que hizo la prensa sobre el proceso electoral municipal
de 1883—elección donde a decir de la autora fue paradigmática en un sentido y
excepcional en otro—. En ella da un seguimiento puntual de cada paso: apertura
de la campaña, la formación de las candidaturas y facciones en pugna, el registro
de electores, la composición de mesas de escrutadores, el momento del voto, los
resultados y las acusaciones de fraude66.
En un segundo sentido, indaga precisamente el papel que jugaron los
diarios como actores políticos en Buenos Aires y cómo estos tomaron una posición
política. Para llegar a ese nivel de análisis la autora hace una revisión
hemerográfica donde recurre a los diarios, identificados los menos con el oficialista
y los más con la oposición liberal.67
Silvia González Marín, en su obra Prensa y poder político. La elección
presidencial de 1940 en la prensa mexicana, también hace este vínculo entre
64
Véase a Roberto Castelán Rueda, La fuerza de la palabra. Carlos María de Bustamante y el
discurso de la modernidad, México, FCE-Universidad de Guadalajara, 1997.
65
Ema Cibotti, op. cit. p. 145.
66
Ibíd, p. 146
67
Ibíd, p. 144
32
prensa y elecciones, pero a diferencia de Cibotti, el escenario que reconstruye
González Marín es más global y se ubica en el siglo XX y en México. En este
espacio entran en juego no sólo los candidatos a la presidencia y sus respectivos
partidos políticos, sino además el poder Legislativos y Ejecutivo, los sectores
sociales y sus organizaciones68.
Para ubicar la postura política y el papel que jugaron los impresos en el
proceso electoral de 1940—la autora—acude al estudio de los editoriales y de los
cartones políticos de los periódicos de la época. Dos secciones que son cruciales
para entender la postura de cada uno de los impresos de frente a una
problemática. En el caso de la caricatura política—Peter Burke señala— ésta ha
realizado una aportación fundamental al debate político, desterrando la
mistificación del poder fomentando la participación de la gente sencilla en los
asunto de estado69.
González Marín hace hincapié sobre una metodología rigurosa aplicada a
las publicaciones de la época. El seguimiento puntual del proceso de la sucesión
presidencial fue a raíz de la lectura día a día de la prensa. Esto permitió—señala
la autora—ver el hecho en movimiento, descubre sus facetas, resalta sus aristas e
incita a la superación de perjuicios y de verdades a medias.70
Tanto la base de la investigación de Ema Cibotti como de González Marín
se sustenta principalmente en la consulta y análisis de la hemerografía de la
época en especial en la revisión de la prensa. En el caso de la segunda es a partir
del binomio derecha e izquierda, corrientes ideológicas predominantes en ese
periodo.
Una de las obras recientes, que se circunscribe en la nueva historia política
y que pone en el centro de la palestra la importancia de un órgano impreso
durante los primeros años de vida independiente de México, es Libertad de
68
Silvia González Marín, op. cit, p. 10.
Peter Burke, Visto y no visto. El uso de las imágenes como documentos históricos, Barcelona,
Crítica, 2001, p. 100
70
Silvia González Marín, op. cit, p. 11
69
33
Imprenta, política y educación: su planteamiento y discusión en el Diario de
México, 1810-181771(2006). Un estudio que su importancia radica en conocer la
difusión que dio este diario de algunos tópicos durante los albores del siglo XIX
causando gran inquietud.
Su autora, Susana María Delgado Carranco, estudia en lo particular la
segunda etapa del Diario de México72, que abarca desde finales de 1812 hasta
principios de 1917. Previo a definir sus objetivos Delgado Carranco hace una
exploración de lo que se ha escrito sobre el periódico es decir cómo ha sido
abordado el impreso.
La autora concluye que el impreso ha sido abordado desde las diferentes
perspectivas pero ninguna investigación se ha detenido en analizar el contenido
de sus hojas. En la esa misma línea, hace un rastreo sobre quienes han escritos
sobre los temas—educación, política y libertad de imprenta—que le interesa
analizar.
A diferencia de Celia del Palacio Montiel quien adopta la propuesta de
Habermas, Delgado Carranco la rechaza, argumentando que ni en la región ni en
ese periodo se puede hablar de una sociedad, ni siquiera de un público con rasgos
burgueses.73
En cambio, parte de que dicha investigación parte del hecho de que no
existe una sola opinión pública o una ejercicio exclusivo de la misma, ni siquiera
una definición única del término, sino diferentes formas de ejercerla y concebirla
en los primeros años del siglo XIX novohispano.74La autora parte de las ideas de
François Xavier Guerra para entender y analizar los actores, los valores y
conceptos políticos dentro del Diario de México75. Para llevar a cabo el análisis del
contenido ideológico de algunos artículos del Diario de México sobre todo aquéllos
71
Susana María Delgado Carranco, op, cit, pp.10-11
Este fue un periódico que se emitía diariamente en la capital novohispana, el cual tenía
suscriptores en la ciudad de México y en otras partes del virreinato, y estuvo dividido e tomos
semestrales.
73
Susana María Delgado Carranco, op. cit, p. 19
74
Ibíd.
75
Ibíd, p. 13
72
34
relacionados con los principios políticos y los vínculos con la educación, la autora
investiga cómo surge el impreso, cuáles fueron las características que tuvo a lo
largo de su emisión, si ellas se conservaron durante toda su existencia o si se
transformaron de algún modo, y cuáles fueron las razones de estas pertenencias y
cambios. No menos importante fue investigar para Delgado quienes eran los que
intervenían en la elaboración del Diario de México.76
76
Ibíd, p. 23
35
CAPÍTULO II. Los espacios de sociabilidad en el norte de Sinaloa
El presente apartado se deriva de la información encontrada en diferentes
acervos bibliográficos, hemerográficos así como también de un conjunto de
fotografías encontradas principalmente en la Casa del Centenario de la ciudad de
Los Mochis y en archivos personales como el de Carlos Samuel Beltrán Aguiar,
obrero jubilado del ingenio azucarero. Fotografías en donde aparecen las familias
miembros de las primeras generaciones de hombres y mujeres que fundaron la
actual ciudad del norte del estado de Sinaloa. Cabe resaltar que el conjunto del
material consultado es básicamente local.
Dicha información nos ayudó a hacer una reconstrucción del espacio
público de Los Mochis desde su fundación hasta los albores de la mitad del siglo
XX, pero también comprender cómo se fueron tejiendo algunas relaciones y
vínculos en un contexto en donde Los Mochis se estaba convirtiendo en un polo
de crecimiento económico en el norte del estado y en donde a nivel nacional el
Estado toma la batuta como elemento fundamental en la modernización del país
en todos los aspectos, desde lo económico, político y socio-cultural.
II.I La transformación del espacio público y sus nuevos actores
Para antes de la década de los cuarenta, Los Mochis fue el escenario de
importantes acontecimientos que permitieron un cambio en el terreno de las
relaciones intersociales. Por una parte, el viraje que tuvo la economía del Valle
con la primera empresa capitalista, El Águila Sugar & Refining Co., hasta
convertirse en el ingenio azucarero de Los Mochis en los albores del siglo XX.
Mientras que por la otra, el transcurso de esos años produjeron un hecho
equiparable en importancia a la aparición del capitalismo: el surgimiento de una
nueva clase social, el proletariado.77
Mientras que en la mayor parte de los países europeos se veía al socialismo como
una alternativa para sustituir al capitalismo—una alternativa que ya existía en 1914
77
Mario Gill, La conquista del valle del fuerte, México, Siglo XXI editores, 2003, p. 148.
36
y que los partidos socialistas se apoyaban en la clase trabajadora 78—, en Los
Mochis, se empezaba una etapa en donde nuevos actores entraron a la escena
política: las organizaciones obreras y campesinas. Empero, mientras que estos
actores se apropiaban del espacio político, otros iban perdiendo el poder político
tras la caída del régimen de Porfirio Díaz.
No obstante, las organizaciones obreras y campesinas que se formaron en
Los Mochis, las cuales se convertirían en fuertes actores políticos en la región,
tienen su origen en la clandestinidad cuya necesidad era agruparse y ejercer lo
que hoy se conoce como Derecho de Asociación.79 A decir de Carlos Samuel
Beltrán Aguiar, obrero jubilado del ingenio azucarero, se usaban algunas casas
para las reuniones secretas, las cuales estaban generalmente en los alrededores
de la mancha urbana, ya que se temía ser descubiertos por la gente de Benjamín
F. Johnston y por ende ser despedidos de la fábrica.80 El obrero, en efecto, por su
condición específica, se acerca tanto en el taller como en su barrio, a sus
congéneres, cuya suerte comparten…por otra lado, su condición lo empuja a
protestar, a él, pobre y débil, contra quien es más fuerte.81Aunque esta forma de
sociabilidad obrera no llego a constituirse en lo inmediato en una organización
sindical, si tuvo una dimensión políticamente importante. Visto desde esta
perspectiva, por menos nutrida que sea una manifestación hay un cierto nivel de
organización, hay una iniciativa, una convocatoria, un medio de difusión, un pliego
de peticiones, pero además, existe sino una red de lugares de sociabilidad en
donde se den cita los obreros, si, un espacio de reunión en especial, como puede
ser la fábrica o el barrio; por mencionar dos ejemplos. Como señala Agulhon, no
existe asociación, ya sea informal (simples reuniones de parroquianos) o formal
(con estatutos, reglas escritas), sin que exista un lugar de reunión estable.82 Como
muestra del nivel de organización de los obreros nos las da Ora Scally Jordan en
el escrito del 29 de enero de 1914 de su diario, cuando señala que los cabecillas
78
Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Argentina, Crítica, 1999, p. 63.
Entrevista a Carlos Samuel Beltrán Aguiar, Los Mochis, Sinaloa, 22 de diciembre de 2012.
80
Ibíd.
81
Maurice Agulhon, Historia vagabunda, op. cit, p. 55.
82
Ibíd, p. 56.
79
37
del movimiento eran los trucheros y los cargadores. “Alguien los incitó a la huelga.
Llevaban una pancarta mientras marchaban y amenazaban con enviar a la cárcel
a quien fuese a trabajar.”83 Si tomamos en cuenta esta pequeña descripción
observamos que hay una representación de un movimiento organizado con
prácticas políticas específicas como es la movilización en la calle, manifestaciones
que iniciaron con la apropiación del espacio público.
Las principales calles de Los Mochis fueron uno de los escenarios en donde los distintos grupos de
se manifestaron. Fuente: fondo de imágenes de la Casa de Centenario, Los Mochis, Sinaloa, 15 de
febrero de 2012.
Aunque que estas formas de sociabilidad obrera no consiguieren que se
cumplieran sus derechos laborales, que era la disminución de la jornada laboral a
ocho horas, si sembraron las bases para posteriores formas de organizaciones.
“Después de un balance que hacen los trabajadores fabriles del abortado
movimiento, dándose cuenta de sus carencias en materia de organización, se
convencieron que sólo la fuerza y unidad de los obreros los llevaría a constituir un
organismo de defensa…84”
83
Ora Scally Jordan, Un sueño del paraíso: Los Mochis, México, Fondo Histórico RegionalUniversidad de Occidente, 1997, p. 20.
84
Entrevista a Carlos Samuel Beltrán Aguiar…
38
El club rojo y el verde fueron algunas de las primeras agrupaciones políticas que usaron la calle
para manifestarse. Fuente: fondo de imágenes de la Casa Centenario, Los Mochis, Sinaloa, 15 de
febrero de 2012.
Es
difícil
no
pensar
que
la
organización
de
huelgas,
paros
y
manifestaciones se planearan separado de la base natural de sus lugares de
habitación colectiva como fueron los barrios fabriles. El barrio “La Sinaloa,”85el
primer que se creó, surgió en el primer tercio del siglo XX en Los Mochis—.”86 En
dicho barrio había una cuartería de material ocupada por obreros del ingenio
azucarero local y a poca distancia hacía el oriente, cuatro hileras de chinames que
corrían paralelas con dicha cuartería, también ocupados por trabajadores de la
misma factoría.87Este barrio representó sin lugar a dudas un lugar natural de
reunión y de conversación. En ellos, recuerda Francisco Ibarra Díaz, obrero que
nació en “La Sinaloa” el 28 de agosto de 1914, se acostumbraba a tomar el
guachicole, una bebida popular hecha a base de canela y alcohol y que estuvo
muy presente en la vida cotidiana de los obreros y en sus formas de sociabilidad
como lo fueron los bailes populares y los festejos que se llevaban a cabo en los
85
Las casas de la compañía eran chinames de lata de pitahaya, horcones y murillos con terrado,
que se goteaban cuando llovía.
86
El barrio “La Sinaloa” estuvo limitado al norte por la vía del Ferrocarril Kansas City México &
Orient, hoy avenida Rosendo G. Castro; al sur, por la actual avenida Inés; al oriente por la calle
Santos Degollado, antes canal 7; y al poniente, por el cerco del ingenio azucarero, por la calle
Gabriel Leyva Solano de por medio.
87
Teófilo Leyson Pérez, Breve historia de Los Mochis, México, Coordinación Estatal de la Comisión
para las Conmemoraciones del 2010-Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, 2010, p.
108.
39
mismo barrios. Lugares en donde se pondrán a pruebas más numerosas y
diversas relaciones interpersonales entre obreros y sus familias.
Después de la primera manifestación que se presenta en 1914, en donde sus
orquestadores fueron blancos de una lucha persecutoria emprendida por
Johnston,88 la vida del obrero ya no sería la misma, el deseo de intentar cambiar
las cosas ya se encontraba en la mente de nuevos dirigentes y trabajadores que
continuaron luchando bajo la clandestinidad a pesar de la presencia de un grupo
de guardias blancas que tenían como cometido localizar los brotes de descontento
y poner remedio inmediato.
Paralelo a las manifestaciones de los obreros, también las calles se
“pintaban de colores” cuando los clubes políticos: “el rojo” y “el verde” salían a
manifestarse en las pocas calles y avenidas que trazaban el espacio urbano. El
uso de estos colores patrios, señala López González, fue exclusivo de los
candidatos gobiernistas, ya que ellos eran los que habían concretado las
demandas de la Revolución; mientras que los grupos opositores, en cambio, se
identificaron más con el rojo, por ser un color que provocaba los sentidos y evoca
la fuerza.89Así, las calles que ofrecían la imagen de un pequeño pueblo se
identificaban de manera sencilla. La calle de los Borboa (hoy Ángel Flores), por los
comercios que tenía Ernesto y Heliodoro Borboa; la calle de Celedonio, antes calle
Tercera, hoy Vicente Guerrero, por el comercio de ropa y abarrotes que tenía
Celedonio Aragón, por esa misma calle, esquina con Avenida Sonora (hoy
Obregón) estuvo la calle de Antioco Talamante, propietario de una zapatería. 90De
esta manera se convertían en el punto de concentraciones públicas en donde los
candidatos de cada club político las recorrían junto con sus simpatizantes, algunos
a píe, los más; los otros a caballo y en carros. Este panorama no era para menos,
ya que el municipio adquiría una dimensión política dentro del espíritu de libertad
democrática: la nueva situación política del país llevaba a considerar la soberanía
88
Entrevista a Carlos Samuel Beltrán Aguiar…
Azalia López González, Historia de los partidos políticos en Sinaloa, 1909-1946, México, Siglo
XXI-Universidad Autónoma de Sinaloa, 2010, pp. 98-99.
90
Teófilo Leyson Pérez, op. cit, p. 83.
89
40
municipal
núcleo
principal.
Ante
ello,
Sinaloa
no
fue
ajeno
a
estas
transformaciones que emanaban de las ideas del constitucionalismo del
municipio.91De esta manera el municipio se convertía en el escenario natural de la
lucha política. Bajo este contexto, las cantinas como núcleo principal de la
socialización de las clases populares no estuvieron a parte de la efervescencia
política, “solo se hablaba de polaca; de las virtudes del candidato en turno y de las
“flaquezas” del contrincante.92Estas formas de sociabilidad informal se convirtieron
en improvisadas “arenas” de enfrentamientos por donde corría la sangre en
muchas ocasiones.93A falta de otros lugares de distracción como a los años serían
los centros sociales, el teatro, el cine, cafés, además de espacios como plazuelas
y parques; las cantinas, las cuales estaban relacionadas como la vida cotidiana de
los obreros y campesinos, van a ser los núcleos de sociabilidad en donde se va a
empezar a hablar sobre política.
Cuando surge la cantina en Los Mochis no solamente como comercio sino
como un punto de reunión y de encuentro entre los hombres de los barrios
fabriles, “fue el hogar de la población indígena mayo,” que atraídos por el pago de
$ 0.75 centavos diarios y en efectivo que ofrecía el ingenio, decidieron dejar las
haciendas de la región para así engrosar la mano de obra de la fábrica.94Con un
patrimonio que se circunscribía a la ropa que vestían, una segunda “muda,” la
inseparable compañía del machete, el morral y el “buli” de agua, además de la
cobija colorada que les daba abrigo en los días de invierno, se sumarían a la
fuerza de trabajo que jornada tras jornada la fábrica iba succionado de sus
músculos. Después de estas largas jornadas en los campos agrícolas y del trato
hostil de los mayordomos, aquella fuerza de trabajo, puntual y constantes,
integrando verdaderas legiones cotidianas: los indios mayos, que poblaban la
región, que antes eran siervos de la hacienda y ahora proletariados, que antes
91
Azalia López González, op. cit, p. 88
Evaristo Fregoso Ureña, “Las primeras manifestaciones,” Historia gráfica de Los Mochis, México,
3ra. Edición, s/año, p. 42.
93
Ibíd.
94
Mario Gill, op. cit, p. 78.
92
41
eran peones agrícolas y ahora obreros industriales,95se refugiaban en los
albergues que les daban los tejabanes y las bancas de las cantinas donde solían
dormir o en las casas en donde se asistían,96que cuando no había con que comer,
unos cuantos tragos de mezcal simulaban el pedazo de queso y los tacos de frijol
o de chicharrones que acostumbraban comer en las fondas. De esta manera, las
cantinas fueron tomando un perfil con elementos indígenas más aun cuando el
folclor indígena de la región que se representaba con bailes y cantos mayos se fue
apropiando de este espacio público.
“Los sábados, ya bien entrada la noche, eran horas de fiesta de autóctono
perfil: los cachimbones que iluminaban los portales de las cantinas con sus
rojas llamaradas y su penetrante olor a petróleo quemado, hacían el
ambiente para que el arpeo adormilado y el violinista autómata, soltaran al
aire el sonsonete de sus primitivas melodías, mientras que cualquier mayo
ya entrado en copas, dejaba sus huaraches por un lado y seguía con el
rítmico golpear de sus talones sobre el sonoro tablero, los compases
marcados por los músicos.97”
Ernesto Mitsuo Akachi, comerciante japonés, evoca que los fines de
semana se bailaba pascola al interior de las cantinas para juntar a la gente. 98Es
decir, el propietario de la cantina le veía un sentido comercial. Así, bajo la “negra
llovizna” provocada por la ceniza del bagazo el cual era utilizado como
combustible para las calderas, las cantinas, uno de los pocos lugares de
distracción de los obreros, trucheros y cortadores, ya no sería un lugar solamente
para beber mezcal o para dormir fuera de ella, sino un espacio en donde se va
conversar sobre política, sobre la cosa pública. Es decir, la conjugación que se da
entre los primeros brotes de inconformidad de los obreros, en donde las reuniones
clandestinas jugaron un papel importante y la dimensión política que toma la figura
del municipio como un ente libre como base de la división territorial y de la
organización política, el cual será administrado por los ayuntamientos de elección
directa, formaron el caldo de cultivo para que el tema de lo político estuviera en la
mente de los habitante de Los Mochis. Situación en donde los hombres, aquellos
95
Ibíd, p. 85.
Cipriano Obezo Camargo, op. cit, p. 26.
97
Ibíd, p. 33.
98
Entrevista oral a Ernesto Mitsuo Akachi, en Reba Humphries, Los Mochis. Historia oral de una
ciudad, México, Editorial Universidad de Occidente, Los Mochis, 1986, p. 154.
96
42
que conforman el “público,” en palabras de Habermas el público de lectores,99 van
a conformar un conjunto de formas asociativas de carácter político.
Aunque para antes de la mitad del siglo XX, las cantinas serían asociadas
en los discursos oficiales o moralizadores a otros espacios de distracción como las
casas de prostitución, esto no significó que estos espacios fueran cerrados, al
contrario, permanecieron, e incluso se crearon más. Durante la década de los
cuarenta, el semanario Unificación abordaba el tema de manera sarcástica: “Una
cantina aquí, otra allá, un centro de prostitución aquí otro allá y no vemos otra
cosa, casi en cada calle, o en cada casa, tienen ustedes una cantina un expendio
de bebidas embriagantes (aplausos).”100
En este ambiente y bajo la clandestinidad los trabajadores se seguían
reuniendo. Un grupo de trabajadores reunidos en la casa de José Gándara, obrero
también, emprendería una campaña de convencimiento entre sus compañeros
cuya finalidad era crear un sólido organismo de defensa. Los cabecillas de la
insurrección obrera eran: Martiniano Quintanilla, Jesús Esparragoza, José Meraz,
José Cervantes, Juan Díaz, José Elguezabal y Carlos Yépiz. Su lucha: reducción
de la jornada laboral de 12 horas, descanso dominical y mejorar los salarios de 50
centavos diarios por jornada de trabajo, pagados con fichas metálicas para ser
canjeadas en las tiendas de raya, la Comisaria del ingenio, ubicada en lo que
después sería el Centro Social Mochis.
En 1924 la United Sugar seguía violando la Constitución General de la
República, y robando a sus obreros cuatro horas diarias de trabajo. Insatisfecha
aún, decidió suprimir la gratificación anual, que tratándose de cuatro mil
trabajadores, representa ya una erogación importante. El descontento estalló pero,
aprovechando la experiencia anterior, antes de iniciar el movimiento se constituyó
el Sindicato de Trabajadores de Oficios Varios (SIOV), el cual estaba afiliado a la
Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM).101 De esta manera, y aunque
99
J. Habermas, Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida
pública, México, GG, 1994, p. 61.
100
Unificación, 23 de junio de 1944, p. 6.
101
Mario Gill, op. cit, p. 151.
43
no se tuvo el registro oficial de dicho sindicato, las relaciones de sociabilidad que
iba experimentando este grupo de obreros ya no iban a hacer tan horizontales
como en su etapa de mera clandestinidad. La afiliación a la CROM, dirigido a nivel
nacional por Luis. N. Morones, y el envío de un delegado, Mario Martínez, para
auxiliar a los trabajadores locales en la huelga, en la cual por primera vez obreros
y campesinos pararon las labores en la United Sugar Cies S. A., modificarían el
entramado de las relaciones, ya que por lo menos en este paro (1924), en donde
se negoció con la empresa—que sobra decir que el delegado fue comprado por
Johnston— fue de acuerdo a una política vertical que venía desde la propia CROM
a nivel nacional. Sin embargo, la experiencia adquirida reveló mayor conciencia de
clase en las próximas manifestaciones.
En 1927, diez años después de la Constitución de 1917 y del Art. 123 que
protegía los derechos de los trabajadores, se llevó la reorganización del SIOV,102
obteniendo el registro legal bajo la dirección de Jesús Esparragoza y Natalio
Flores Portillo, siendo asesorados por los dirigentes de la Federación Nacional
Azucarera (1928) consolidando los logros de la lucha iniciada en 1914. Durante
tres años—de 1929 a 1931—la United Sugar, apoyándose en su sindicato de
empresa y aplicando la política del soborno logró que se frustraran las acciones
revolucionarias del proletariado mochitense. La empresa había organizado una
organización sindical denominada Sindicato Fraternal de Obreros y Campesinos
(sindicato blanco) cuyo objetivo era contrarrestar las acciones del SIOV, a quienes
también se les denominó como “viques”, contracción de bolcheviques. En palabras
de Carlos Ramón García Ceceña, obrero del departamento eléctrico del ingenio, y
que a los años dirigiría una organización campesina (SICAE) producto de la lucha
obrera, explica cómo fue qué ingresaron al sindicato de la empresa.
102
Ante la reorganización de esta forma de organización, los obreros tenían claro sus objetivos: no
seguir siendo esclavos de los extranjeros, quienes representaban el capitalismo a través del
ingenio azucarero. En su manifiesto señalaban: “Estamos convencidos de que la United Sugar
Company, la rica y ensombrecedora compañía azucarera, sólo cumple la ley y reconoce los
derechos de los compañeros por la fuerza de la organización obrera…ya basta de tanta injusta
explotación; nosotros somos trabajadores que vivimos en nuestro país, y es vergonzoso que aun
viviendo en nuestra propia tierra otros extraños nos tengas esclavizados…Es necesario que no
sigamos siendo más que esclavos; nuestras familias, nuestros compañeros y nuestros hijos nos
trataran de cobardes si no reclamamos nuestros derechos…Es mil veces preferible morir luchando
que vivir una muerta lenta, como la que ahora sufrimos con tanta humillación.”
44
“Tuve que ingresar al sindicato para seguir trabajando, porque a todos se
nos puso esa condición, de lo contrario perderíamos el trabajo. La mayoría
de los trabajadores que nos enrolamos al sindicato blanco no estábamos de
acuerdo con él, es decir, que aceptamos ingresar sin darle razón a
ellos…así comenzamos a tener reuniones, llegamos a hacer asesorados
por los compañeros ferrocarrileros, hasta que optamos por constituir la
sucursal 53 de la Unión Mexicana de Mecánicos y Similares de la República
Mexicana, organización a que la pertenecían los ferrocarrileros, además de
una serie de mutualistas.”103Unión que surge como resultado de
reagrupamientos de las fuerzas, de propaganda y agitación subterránea.104
Carta de registro de la Unión Mexicana de Mecánicos y Similares de la República Mexicana,
instituida como sucursal en Los Mochis, Sinaloa, Sección 53. Fuente: Archivo personal de Carlos
Samuel Beltrán Aguiar, obrero jubilado del Ingenio Azucarero.
Con la constante participación activa de los obreros y campesinos,
protagonista de la formación de la opinión pública estatal y nacional, no sólo
comenzaba una apropiación del espacio pública sino además la experimentación
de nuevos espacios asociativos, derivados de la evolución progresiva de las
experiencias de sociabilidad de los obreros de Los Mochis, pero también derivado
de la cambiante realidad política en la que estaba el estado y el país.
103
Entrevista a Carlos Ramón García Ceceña, en Lorena Schobert, historia de una gesta obrera
campesina: la SICAE, México, Difocur, 1998, p. 72.
104
Mario Gill, op, cit, p. 154.
45
Los entierros de los adherentes de las organizaciones obreras fueron un ritual en donde se
demostró la solidaridad de los trabajadores, cargando por ejemplo el ataúd hasta cierta de
distancia de la mancha urbana, después se subía a la carroza. Fuente: Archivo personal de Carlos
Samuel Beltrán Aguiar…
Pocos meses después, la labor de agitación de los “viques,” dentro del
sindicato fraternal daba sus frutos: la fusión, el 15 de septiembre de 1932, del
Sindicato Fraternal de Obreros y Campesinos, con la Unión Mexicana de
Mecánicos y Similares de la República Mexicana, para dar vida a una nueva
organización, la Unión de Obreros y Campesinos del Norte de Sinaloa. La nueva
organización inició la lucha demandado la firma de un contrato colectivo de
trabajo; sin embargo, la soberbia de la compañía condujo a la huelga.105El
sindicato blanco había desaparecido y sólo un corto número de rompehuelgas
permaneció detrás de las alambradas. Durante el periodo de huelga la compañía
estuvo ayudando a los esquiroles con maíz, harina y fríjol, plagados de gorgojos.
Empeñada la empresa en demostrar su incapacidad para satisfacer las
demandas económicas de sus obreros, cometió el error de echar a la calle a los
esquiroles para hacer creer que su situación era verdaderamente crítica, al grado
de no poder sostener a los rompehuelgas; alegando, además, superproducción,
malos negocios, incosteabilidad, etc., por lo que cerró la fábrica.106Los esquiroles
105
106
Mario Gill, op. cit, p. 154.
Ibíd.
46
expulsados por la compañía fueron admitidos en la Unión de Obreros y
Campesinos del Norte de Sinaloa que, sólidamente unificada, constituyó una
fuerza que, a partir de entonces y a través de sus avatares influiría en forma
preponderante en el destino de la región. La United Sugar cedió. Firmó el contrato
colectivo en el que se reconocía la jornada de 8 horas en tres turnos, el aumento
del salario a $ 1.50.107Sobre esta forma asociativa Carlos Samuel Beltrán Aguiar,
comenta.
“…esta última organización dio paso a la formación del Sindicato de
Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República
Mexicana (STIASRM), el cual constituyó el 8 de enero de 1937, siendo
presidente de México Lázaro Cárdenas. El 12 de diciembre de 1936 expide
el primer contrato obligatorio para la industria azucarera y sus trabajadores,
reconociendo al STIASRM como el titular del interés profesional de sus
trabajadores anulando todos los contratos individuales locales suscritos
entre los ingenios y los sindicatos locales que se mantenían vigentes.”108
II. 2 La reorganización de lo urbano
Las diferentes formas de organizaciones que experimentó el movimiento
obrero en el norte se dieron en el marco de importantes transformación, el auge
que había dejado la comercialización agrícola, la demanda de mano de obra del
ingenio y el desarrollo del comercio local, permitieron una mayor concentración de
la población. Asimismo, el nacimiento de otros intereses como fue el de los
comerciantes y el de los hombres de negocios. Para esas fechas, ya los impresos
de la época pregonaban sobre la necesidad de que Los Mochis tuviera la
categoría de ciudad.109
Las ideas de progreso con la que se representaba a Los Mochis y el
fenómeno de migración que empieza a darse en el mundo desde finales del siglo
XIX, y que el valle del Fuerte sería testigo, primero con la llegada de colonos
principalmente norteamericanos y después con el éxodo de familias enteras de los
municipios aledaños principalmente a Los Mochis, se convertirían en un factor
importante que daría un mayor dinamismo al recién centro urbano. No se pueden
107
Ibíd, p. 156.
Entrevista a Carlos Samuel Beltrán Aguiar…
109
Vida Moderna, 8 de octubre de 1929, p. 1
108
47
negar las ideas de progreso y de modernidad que había en Los Mochis, sobre
todo, las propias que traían algunos de los norteamericanos que llegaron con
Owen, pero tampoco se puede negar las ideas tradicionales que había en las que
estaba cimentada la sociedad norteña. La apertura de canales de riego, la
utilización de locomotoras para transportar la caña de los campos a la fábrica,110 la
apertura de mercados que se da con la comercialización de hortalizas, son
algunos de los elementos que se fueron presentando de principios de siglo en Los
Mochis. Es decir, entendemos las ideas de modernidad en el marco de la apertura
de mercados gracias a la diversificación de rutas terrestres y marítimas; el
incremento en el nivel de vida y movilidad social, signos claros de modernidad. En
el aspecto cultural, el cual se ve sacudido por el proceso de secularización, el cual
contribuye a la transformación de las sociedades tradicionales en plurales y
abiertas; en lo político, a partir del reconocimiento de la ciudadanía, el impacto de
la ley y el fortalecimiento del Estado, característica que alimentan la cotidianeidad
democrática.111
110
El acarreo de la gramínea también se hacía a través de tracción animal pero en un poco
porcentaje, alrededor de un 20 por ciento.
111
Xóchitl Campos López, La visión modernizadora de Manuel Gómez Morín 1926-1940, Tesis de
Doctorado en Historia y Estudios Regionales, Xalapa, Veracruz, Instituto de Investigaciones
Histórico Sociales, marzo 2011, p. 34.
48
Uno de los primeros planos trazados de Los Mochis de 1903. Fuente: Archivo personal de Carlos
Samuel Beltrán Aguiar, obrero jubilado del Ingenio Azucarero.
Eloísa Aguilar Briones recuerda que del municipio de El Fuerte salieron las
familias numerosas hacía Los Mochis. A decir de ella, fueron éstas las que
formaron algunos círculos sociales.112Más adelante ahondaremos a detalle sobre
este tipo de espacio que se forman en Los Mochis.
Esta situación se tradujo en la necesidad de viviendas y, por lo mismo, de la
ampliación de la zona urbana, por lo que fue indispensable destinar algunas tierras
confines urbanísticos.113En esta idea de que las ciudades, los burgos, y también a
veces los pueblos, aun de regular población, tienden a extenderse, a ampliarse, a
ir a acomodándose hacía el exterior.114 Así, la irrupción de construcciones de
hoteles, escuelas, Academias comerciales, colegios, mercados, cafés, salones,
centros sociales y religiosos, además de espacios para prácticas lúdicas y de ocio,
se convirtieron en una necesidad y en una realidad para el periodo de
entreguerras. Pero además, se iban formando una elite preocupada no sólo por el
orden visual sino también por una cuestión de salubridad. El denominador común
de las quejas que aparecen en un espacio que tenían los lectores del periódico El
112
Entrevista a Eloísa Aguilar Briones, en Reba Humphries, op cit, p. 142.
Mario Gill, op. cit, pp. 90-91.
114
Maurice Agulhon, op. cit, p. 91
113
49
Debate, el cual está titulado como: “La queja del pueblo,” era la mala imagen de
Los Mochis que era provocada entre otras cosas, por la falta de riego en las calles,
en donde cada vez era mayor la cantidad de tierra que levantaban los automóviles
asfixiando con las tolvaneras, pero también había quejas sobre el problema de
saneamientos de la ciudad.115Y que la autoridad debería de solucionar los
problemas que se presentaban en el centro urbano. Asimismo, el desarrollo del
espacio urbano iba creciendo en Los Mochis, no sólo fue necesario destinar tierras
agrícolas con fines urbanísticos sino además este proceso ocasionó el cierre de
canales de riego principalmente aquellos ubicados al oriente de la ciudad.
En vista de que Los Mochis se había convertido en el centro urbano más
importante no sólo del municipio de Ahome sino del norte de Sinaloa, los
mochitenses reclamaron para su ciudad el asiento oficial de los poderes
municipales.116 Fue el 10 de mayo de 1935 cuando la legislatura del estado
reformó la división política de la municipalidad de Ahome fijando la cabecera en la
ciudad de Los Mochis.117Un acto que nos habla que la concentración del poder
político y económico que estaba en Los Mochis era más fuerte que el de la Villa de
Ahome, suficiente para cabildear el cambio de los poderes municipales. De esta
manera, para principios de los cuarenta Ahome ya se había convertido en el tercer
municipio más poblado de Sinaloa, después de Culiacán, la capital de estado, y
del puerto de Mazatlán.118Para 1940 el municipio de Ahome ya contaba con una
población total de 39, 208 habitantes.119
No obstante, a pesar de los cambios, Los Mochis seguía careciendo de
otras necesidades básicas como lo fue el drenaje y la pavimentación de las calles
y avenidas, obras que vendrían a partir de los cincuenta. En cuanto a los servicios
de luz y agua, el primero fue proporcionado a un sector reducido de la población
por la Compañía Eléctrica de Los Mochis, la cual era subsidiada por la United
115
El Debate, 19 de mayo de 1941, p. 3
Mario Gill, op. cit, p. 96
117
Ibíd.
118
Sexto censo general de población de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaria de la Economía
Nacional, 1942.
119
Ibíd.
116
50
Sugar Companies, S. A., mientras que el segundo fue proporcionado por el
municipio de Ahome en 1924; sin embargo, el servicio del vital líquido pasó a las
manos de la compañía eléctrica, que también pertenecía a la compañía. 120Sobre
esto aludimos que los servicios básicos que proporcionaba y que monopolizaba la
compañía azucarera fue una forma de tener “controlados” aquellos sectores que
dependían de estos servicios como fue el comercio que por su naturaleza se
necesitaba energía eléctrica y agua. Será así, pues, que la relación que se
estrecha con los Johnston es de tipo vertical y de “conveniencia.” Es decir, por qué
un reducido grupo de hombres y mujeres—que eran beneficiados por estos
servicios— van a pregonaban sobre el desarrollo que había traído Benjamín F.
Johnston a Los Mochis, porque de lo contrario posiblemente estos se le retirarían.
II. 3 La vecindad, los amigos y el ocio: marco de la vida social de
Los Mochis
Para esos años se encontraba un Mochis en constantes cambios: grupos
de hombres que buscan un espacio más cómodo para reunirse ya sea para beber
el trajo, intercambiar impresiones sobre el juego pasado de beisbol celebrado en el
estadio “Iturbide,” para comer la botana o para el juego de dominó o el
“paco”(juego de azar); un Mochis que interrumpía su monotonía con la
germinación de las actividades propias del comercio, la agricultura y la industria
así como también con actividades artísticas, culturales y de ocio, cuyo ritmo de la
vida que transcurría se regía por los estridentes silbidos (pitazos) que producía el
ingenio para señalar y diferenciar las horas, graves, y cuartos de hora, agudos en
los movimientos de entradas y salidas de los obreros,121 los cuales se oían en toda
la comarca—denominación corriente que salía de la boca de los habitantes del
reciente núcleo urbano—. Asimismo, se encuentra un Mochis, escenario y espacio
de formación de nuevos actores políticos como lo fue para principios de la década
de los treinta, la formación de la Unión de Obreros y Campesinos del Norte de
120
Teófilo Leyson Pérez, Breve historia de Los Mochis, México, Coordinación Estatal de la
Comisión para las Conmemoraciones del 2010-Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa,
2010, p. 119.
121
Arturo Villaseñor Atwood, Orígenes históricos de Los Mochis, México, Universidad de
Occidente, 2001, p. 209.
51
Sinaloa que agrupó a 7 mil campesinos y a 1 200 obreros122y que luego se
transformaría en el Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y
Similares de la Sección 12. No obstante, también fluía la vida de personas como
corriente de río manso, las tardes pardeadas y el tedio de los días calurosos de
verano, se convirtieron en el marco de tertulias en casas de vecinos; se sacaban
sillas de la casa anfitriona que aumentaban con las traídas de las casas cercanas
por cada uno de ellos, quienes llegaban con un trapo “lullido,” al que le nombraban
“el hilacho” para espantarse los moscos, e incluso secar los hilos de sudor que
caían de la cara de los contertulios.123Estas prácticas no fueron propias de un
sector o de un lugar en específico, Teresa López García, integrante de una de las
familias con un cierto poder económico del municipio de El Fuerte, señala.
“Las reuniones eran toda la actividad social que desempeñaban. “No había
deporte, no había otra actividad y entonces la vida social se concretaba a
eso a hacer reuniones entre amigos—y todos se conocían muy bien porque
eran de familia...Poca gente era advenizada, casi todas las familias estaban
ligadas una con otras por lazos políticos o por sangre, por matrimonio… 124”
Empero, las largas faenas ya sea en el campo o en la “fabrica,” de hacer la
cena y de ayudar en las tareas escolares, y para quitarse la sofocación provocada
por las hornillas, la estufa de leña o la de gas, también eran motivos para que
hombres y mujeres salieran fuera de sus casas a celebrar encuentros entre
vecinos. Una práctica social que se fue convirtiendo común entre los habitante de
Los Mochis. Los comentarios sobre el calor, la lluvia, o el frío, dependiendo la
estación del año, el trabajo, la familia, el juego de beisbol, las visicistudes y
vaivenes de la organización de los obreros y campesinos, fueron algunos de los
temas que daban vida a las relaciones de buena vecindad, que aunque eran
“exclusivas” para hombres algunas formas de sociabilidad, no faltó los que
también asistían a las reuniones de mujeres, quienes algunas solían platicar sobre
las insuficiencias de ingresos de los maridos, los chismes que brotaban en la zona
de tolerancia, la cual se encontraba “en el canal 8” al oriente de la ciudad, sobre
las luchas sindicales, la educación de los hijos. Algunas lo hacían mientras cosían
122
Mario Gill, op cit, p. 154.
Arturo Villaseñor Atwood, op. cit, p. 202.
124
Entrevista oral a Teresa López García, en Reba Humphries, pp. 140-141.
123
52
en sus máquinas Singer, comprada en el Hogar Moderno, comercio que estaba
ubicado por Leyva y Chihuahua, y otras mientras jugaban a la lotería. Sobre este
juego, nada más caía la noche, bordeando las mesas y el mostrador de una
refresquería, se daban cita un grupo de mujeres del vecindario, algunos ancianos
del rumbo y uno que otro niño, para jugar a la lotería, consistente en los dibujos
tradicionales, que se iban identificando con sus similares en tablas que se
apuntaban con granos de maíz, al ir sacando de un sucio y maloliente morral una
a una de las oxidadas corcholatas, en cuyo fondo estaban pegadas las coloreadas
figuras sujetas al juego de azar. En cambio, otros encuentros que configuraban la
vida social de ocio, de distracción que se ubicaba a una escala mayor que la
familia, la de la amistad o el vecindario, y que formaba parte de las costumbres,
fueron las reuniones de personas mayores que para enhebrar el interminable hilo
de la plática, gustaban acompañar el café negro de talega, recién tostado con
garbanzo y azúcar,125 con crujientes arepas y con semitas con panocha, la cual
era producida de manera casera en los algunos trapiches de la región y que
también fue producida por el ingenio.
II. 4 El comercio, inventor de lugares de sociabilidad
Corrían los años de la segunda mitad de la década de los treinta. Las
oleadas de lucha ocasionadas por los hombres próximos al sindicalismo
revolucionario rendían fruto en sus organizaciones dentro del mar de violaciones
de sus derechos laborales como trabajadores del Ingenio Azucarero. La constante
reinvención de sus distintas formas de organización, desde los primeros brotes de
inconformidad organizados en pequeños espacios de sociabilidad que dada la
condición en la que vivían los trabajadores, pobres y débiles, los empujaba a
protestar contra Benjamín F. Johnston, propietario capitalista de la “fábrica”, bajo
la sombra de la clandestinidad; hasta la conformación e institucionalización de
organizaciones de obreros y campesinos fuertes en la arena política regional como
fueron el Sindicato de Trabajadores de Oficios Varios, el Sindicato Fraternal de
Obreros y Campesinos, la Unión de Mecánicos y Similares de la República
125
Arturo Villaseñor Atwood, op. cit, p. 208.
53
Mexicana Sección 53, la Unión de Obreros y Campesinos del Norte de Sinaloa, el
Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República
Mexicana Sección 12, la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola Ejidal
“Emancipación Proletaria” (SICAE). Esto ocasionó debido a la agresividad y
arbitrariedad de la compañía, señala Mario Gill, un proletariado combativo y alerta.
Los aires del marxismo llegaban desde otras latitudes a un campo fértil para la
sembrar la semilla de las células comunistas.126Así el Partido Comunista se
desarrolló en toda la cuenca en forma extraordinaria. Por los años 1935 y 1936 el
PC llegó a tener varios miles de afiliados en la región; su composición social—
obreros, campesinos y maestros—hacía del comité regional del PC un organismo
poderoso. Al partido ingresaron los jóvenes maestros, los dirigentes obreros y
campesinos.127
A partir de la segunda mitad de 1936, las reformas, las expropiaciones, los
repartos, los decretos a favor de los sectores menos avanzados económicamente,
se volvieron el pan de cada día,128 de las que saldría favorecido el sector
campesino de municipio de Ahome con la expropiación de las tierras de la United
Sugar el 9 de diciembre de 1938, constituyéndose meses después la Sociedad de
Interés Colectivo Agrícola Ejidal “emancipación Proletaria” (SICAE), dirigida por
Carlos Ramón García Ceceña, quien había sido secretario general de la Unión de
Obreros y Campesinos del Norte de Sinaloa, la cual fue respaldada a nivel
nacional por la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM),
dirigida por Vicente Lombardo Toledano, quien había sido maestro de Carlos
Ramón García en la Universidad Obrera, creada por el mismo Lombardo. Con la
conformación de la SICAE, en donde los campamentos o campos de la United
Sugar Co., USCO, pasaron a ser ejidos (Sociedades Locales Colectivas de
Crédito Ejidal), el sector obrero y campesino local tendió a dividirse luego de que a
raíz de la expropiación de tierras aquellos trabajadores de la “fábrica” que querían
la dotación de tierras se separaron de la factoría para dedicarse ahora a sembrar
126
Mario Gill, op. cit, p. 157.
Ibíd, pp. 157-158.
128
Ricardo Pérez Montfort, “Por la patria y por la raza.” La derecha secular en el sexenio de Lázaro
Cárdenas, México, UNAM, 1993, p. 25.
127
54
caña para proveer a la industria cañera de Los Mochis por medio de contratos.
Estos ejidatarios se aglutinaron en la SICAE mientras que los obreros se
organizaron en el Sindicato de Trabajadores de la Industria y Similares de la
República Mexicana, Sección 12, el cual fue dirigido en esos años por Aureliano
Villaseñor. Sin embargo, la división era sólo en forma de organización, ya que a
pesar de tener intereses diferentes en algunos puntos, propios de la relación que
tenían con la compañía azucarera,129 a la hora de las coyunturas políticas
electorales se unían en un frente común, lo que les permitió obtener diferentes
puestos de elección popular como fue el caso de la alcaldía municipal. En 1937
asumió la presidencia municipal de Ahome Daniel Sepúlveda Meza, el primer
alcalde surgido de la organización obrera.130
Esto provocó que otros sectores como comerciantes, agricultores,
profesionistas y empleados de la United Sugar Co., que no compartían la política
cardenista se aglutinaran como un grupo opositor local. Sobre cómo participaron y
cómo se fueron organizando estos sectores, más delante abordaremos a detalle
este punto importante. Mientras, en estas líneas vamos analizar la llegada a Los
Mochis de algunos hombres de negocios, quienes si bien trajeron nuevas
mercancías y servicios, también fueron el conducto de una cultura. En ese sentido,
entiendo por cultura: un sistema de significados, actitudes y valores compartidos y
de forma simbólica, a través de los cuales se van expresan los individuos a través
de los grupos políticos o de diversas tendencias.131En donde será el comercio, es
decir, la cantina misma, las peluquerías, las refresquerías, las fondas, el café, el
restaurante, lugares de reunión de hombres y mujeres.
129
La SICAE se constituyó por todos y cada uno de los ejidos que fueron favorecidos con la
dotación de tierra cañeras, las cuales pertenecían en su mayoría a los municipios de Ahome y El
Fuerte. Sus objetivos fueron explorar colectivamente las tierras de cultivo de caña y otros en
rotación para entregar esta gramínea al ingenio de Los Mochis. Además, La SICAE, como una
gran empresa ejidal central llevaría, como así fue, la programación y planeación de la siembra de
caña para entregar el tonelaje que al inicio de cada zafra requería el ingenio. Asimismo, tenía
como objetivo coordinar las actividades de los organismos asociados, en cuanto se refiere al
objetivo de la Sociedad, a efecto de alcanzar las mayores ventajas colectivas, en el orden
económico y social…En suma buscaba el mejoramiento de los campesinos y su bienestar a través
de la unificación. Véase estatuto de la SICAE, segunda reforma, 8 de marzo de 1944, impreso
talleres SICAE.
130
Mario Gill, op. cit, p. 172.
131
Peter Burke, La cultura en la Europa moderna, Madrid, Alianza Universidad, 1991, p. 29.
55
Los comerciantes que empezaron a llegar a Los Mochis fueron propietarios
de casas comerciales que satisfacían las necesidades básicas de la población
principalmente de aquella que iba a trabajar a la “fábrica,” toda vez que la ropa, el
calzado (generalmente huaraches), los sombreros y las cobijas, requeridos por
sus necesidades personales, obligaban al consumo inevitable.132Asimismo, las
cantinas fueron otros de los negocios de comerciantes, un espacio de la práctica
masculina habitual, en donde a pesar de las campañas y manifestaciones
antialcohólicas que se organizaban el día 20 de noviembre de cada año, obreros,
trucheros, acarreadores de pitahaya—cactácea que se utilizaba como combustible
en las calderas del ingenio—, después de recibir la “raya,133” asistían a uno de los
pocos centros de distracción que había.134
En la medida en que la población de Los Mochis crecía—que para 1930 no
era más que una pequeña ciudad con 10 mil habitantes, — en donde a nivel
estatal la población rural era tres veces mayor que la urbana (304 967 contra 90
651 habitantes),135en el reciente centro urbano que era el tercero más populoso en
Sinaloa, y a la sombra de otras actividades comerciales como fue la agricultura y
la proliferación de negocios como abarrotes y talleres, se empezó a desarrollar el
“comercio de la prostitución.” Cipriano Obezo Camargo en sus crónicas relata que
a través de “los comadreos de fondas y tendejones era de todos sabido, cuando
una dama “mosquita muerta” había dado su brazo a torcer” y a qué “bebederos”
bajaba de contrabando Don Fulano de Tal frecuentando mujeres sin marido, o
prodigando su amistad a conocidas “señoritas” que habían cobrado habilidad para
“tapar el sol con un dedo.136””No corrió mucho tiempo sin que tales mujeres
mercaderes de su carne, cobraran renombrada mala fama y cargaran con la
despectiva denominación de “cuscas clandestinas.”137Sin tardanza alguna, las
132
Cipriano Obezo Camargo, Los viejos barrios de Los Mochis, México, Universidad de Occidente,
1983, p. 28.
133
La paga por día de trabajo bien pagado era entre diez y doce reales, equivalente a un peso
veinticinco o uno cincuenta.
134
Cipriano Obezo Camargo, op. cit, p. 26.
135
Gustavo Aguilar Aguilar, Banca y Desarrollo Regional en Sinaloa, México, Plaza y Valdez
Editores/UAS, 2001, p. 147.
136
Cipriano Obezo Camargo, op. cit, p. 56.
137
Ibíd.
56
acusaciones de la prensa no se hicieron esperar, señalando la inmoral tolerancia
de las autoridades ya que a pesar de que la ley no autorizaba tal comercio, y de
que se conocían los domicilios en donde se concertaban y practicaban tales
“transacciones,” el síndico municipal y el comandante de la policía dejaban pasar
por alto las violaciones.138No obstante, tiempo después, se demarcó el perímetro
en que sería autorizado el funcionamiento de “casas nonsanctas139”a las cuales
habría que concentrar a todas las féminas que se dedican a dicho oficio. 140”Así,
pues, sería en la cuadra comprendida entre las avenidas 8 y 10, por la calle
Chihuahua, zona que recibiría en nombre de “El Tecolote,” en merito a que la
primera casa de prostitución legalmente establecida. A decir de Obezo Camargo,
inmediatamente en torno a dicha zona, empezaron a surgir tendejones, cantinas,
peluquerías, billares…algunos construidos todavía con madera de pitahaya, dando
lugar a un rápido crecimiento del área urbana, hacía el oriente, el cual fue
reestructurando el espacio urbano y cambiando el ritmo de la vida cotidiana de las
personas.
138
Ibíd.
Se aplica a «mujer, casa» o «vida» para designar a las «mujeres de vida alegre» o a las
prostitutas, a su vida, sus casas, etc. Definición extraída de la siguiente página:
http://enciclopedia_universal.esacademic.com/190261/non_sancta
140
Cipriano Obezo Camargo, op. cit, p. 56.
139
57
Estructura urbana de Los Mochis de 1930. Fuente: Cipriano Obezo Camargo, op. cit, p. 115
58
Establecimientos y residencias
Descripción numeral:
1.- Iglesia.
2.-Estadio “Iturbide.”
3.-Plazuela Municipal.
4.-Escuela No. 3 del profesor Marcial Ordoñez.
5.-Periódico Las Noticias.
6.-Compañía Eléctrica de Los Mochis, S.A.
7.- Cine “Royal.”
8.- Banco Internacional.
9.-Agencia R.C.A Víctor de Paco Pérez.
10.- Sastrería de Juan Hudson, sastre chino.
11.-Panadería Hermanos Luna.
12.-Molino de Nixtamal de Chodomiro y Estaban Liera.
13.- Agencia de automóviles y refacciones “SonoraSinaloa.”
14.- Zona de peluquería (1).
15.- Cantina de Chalo González.
16.- Tienda de abarrotes y lencería “Las Olas Altas.”
17.- Tienda de abarrotes y lencería “La Estrella.”
18.- Tienda de abarrotes y lencería “La Reforma.”
19.- Zona de peluquería (2).
20.- Hotel Mazatlán.
21.- Mercado Municipal
22.- Cine “Lux.”
23.- Hotel nacional de Nacho León.
24.- Empaque de hortalizas United Fruit Company
25.- Peluquería de Chémali Gómez.
26.- Cantina de Luis Iñiguez.
27.- Cantina “La Gloria,” de Carlos Ramírez.
28.- Cine “Elizondo.”
29.- Botica del Pueblo, de Lupita Barreda.
30.- Tienda de abarrotes, lencería “La Simpatía.”
31.- Botica de San José S. Asato, japonés
32.- Cine y arena de box “Internacional.”
33.- Agencia Ford, del Coronel Octavio A. Serrano
34.- Escuela No. 5 para niños
35.- Finca de Mr. Charles Hays.
36.- Casa habitación de Emeterio Carlón (agricultor).
37.- Agencia de bicicletas de Pedro Rojas Peñuelas.
38.- Casa habitación de Camilo Carlón (político y
agricultor).
39.- Estación de ferrocarril Kansas City México y
Oriente.
40.- Empaque de legumbres Matco Boy y Compañía.
41.- Cárcel Municipal.
42.- Sindicatura Municipal.
43.- Taller de carpintería de Chalo González
44.- Logia Masónica China, Che-Kun- Tong.
45.- Depósito de vinos “La Viña,” del señor Ríos.
46.- Taller de carpintería de Tomás y Sebastián de la
Rocca.
47.- Hojalatería de “Carlitos” López.
48.- Panadería “La Nayarit”
49.-Bis Residencia de la familia Leyson Pérez.
50.- Escuela Don Candelario Ochoa.
51.-Empaque de legumbres Stern Marketing Company.
52.- Bis Hotel Bienestar
53.- Botica “Guadalupana”, de José Pérez
54.- Zona de tolerancia de Las Chineras (sólo para
asiáticos).
55.- Peluquería de Toño Obezo.141
56.- Cantina “La Paloma.”
57.- Zona roja, salón “La Gloria.”
58.- Zona roja, salón “El Tecolote.”
59.- Zona roja, salón “El Diablo rojo.”
60.-Destilería rústica de vino mezcal, “El Puertón.142”
Fuente: Cipriano Obezo Camargo, op. cit, p. 112-115.
La llegada del comercio fue uno de factores importantes en donde sin bien
inventó espacios públicos también transformó otros. Ya no eran las cantinas el
único lugar de convivencia y de reuniones masculinas. El arribo de comerciantes
de diferentes partes de estado y del país diversificó la actividad pero también los
lugares de encuentro entre las personas. Asimismo, no sólo trajeron nuevos
negocios para Los Mochis como fueron los billares, salas de cines y centros
sociales, por mencionar algunos, sino además, eran hombres portadores de otras
culturas y de costumbres.
141
142
Padre de Cipriano Obezo Camargo.
Cipriano Obezo Camargo, op, cit, pp. 112-114.
59
Uno de los espacios que diversificó los encuentros y que representó
además un lugar de entretenimiento exclusivamente masculino, fue el billar. Sobre
este tipo de juego, al igual que otros como el de las cartas y el ajedrez, Jordi
Canal, plantea que están estrechamente vinculados a la vida de café, que estimula
la conversación, la discusión y la fraternidad, —y a veces, lógicamente, la
enemistad—y en definitiva, la cohesión entre grupos de hombres.143
“La Rata Muerta,” fue uno de los billares más populares antes de los
albores de mitad de siglo, en donde se formaron grupos ya sea por el gusto de
competir, por el placer de jugarlo o por el simple hecho se sumarse a tertulia.
Roberto Gastélum apunta que en esa época “La Rata Muerta” se convirtió en la
capital del billar formando a los mejores carambolistas.144
Durante la construcción del billar este fue alternado para otra práctica social
como lo fue el baile el cual estaba en el inicio de su esplendor por la época de los
carnavales. “Bien recuerdo que a ese improvisado salón de baile se le denominó
“La Rata Muerta”, y así lo anunciaba una gran manta desplegada con una rata
patas arriba pintada en azul. De ahí nació el nombre del billar.”
Al poniente de Los Mochis, en donde se asentaba este billar también había
otros locales de encuentro y de reunión para hombres, las peluquerías, en donde
era común encontrar las lecturas de Vea y Vodevil, exclusivamente para hombres
y prohibidas para los menores.145Por esa misma área se encontraba la
refresquería “La Costeña” de Ernesto Mitsuo Akachy Aoky, un comerciante
japonés que llegaría a Los Mochis a finales de la década de los veinte y que
pronto incursionaría en otro tipo de comercio.
El nombre peculiar con el que fue bautizado este espacio lúdico (La Rama
Muerta) no fue el único entre los otros lugares de esparcimientos masculinos,
algunas cantinas que se asentaron por las principales calles por donde se fue
143
Jordi Canal, Espacio propio, espacio público. La sociabilidad carlista en la España mediterránea
en la etapa de entre siglos, en Jean Louis Guereña [et al.], Sociabilidad fin de siglo. Espacios
asociativos en torno a 1898, España, Colección Humanidades, 1999, p. 138.
144
Roberto Gastélum Orejel, Recuerdos de Los Mochis, México, DebArte, s/a, p. 13.
145
Arturo Villaseñor, op. cit, p. 218.
60
conformando el comercio de Los Mochis, también nombraron sus negocios de
manera particular, a la mejor para llamar la atención de la clientela.
Frente a “La Rata Muerta”— propiedad de Carlos O. Ramírez146— en la
acera sur, por la Sonora, por la esquina poniente, se encontraba “La Gallina
Echada”, su edificación fue una chiname, construida a base de latas y lodo y con
la tierra como piso. Unos años más tarde, a finales de la década de los treinta
surgiría otra cantina de nombre “El Ratón.” Pronto para los ojos de las autoridades
municipales este tipo de edificaciones de tipo artesanal representarían el retraso y
por ende, una mala imagen para Los Mochis, ciudad que ya estaba encarrilada en
las vías del progreso.
“El decreto promulgado por el H. Ayuntamiento de Ahome tendiente a
obtener el embellecimiento del primer cuadro de la ciudad, mediante una
rectificación integral de las estructuras existentes en ese primer perímetro y
la edificación inmediata en los baldíos, ahí mismo enclavados. El decreto va
especialmente contra las viviendas denominadas “chinames”, cuya pésima
edificación y la baja calidad de sus materiales presentan una disparidad que
choca con la estética más elemental y constituye una vergüenza para Los
Mochis.”147
La cercanía y concurrencia de estos lugares de sociabilidad por parte de los
hombres aludimos que no sólo hacía más complejo el entramado de relaciones
sino además había una apropiación del espacio urbano, el cual fue propicio para
hacer negocios entre hombres.
Con la influencia internacional que había del billar, en donde para 1930 en
España este juego fue considerado una práctica deportiva, además, de la creación
de federaciones internacionales, aunado a las transformaciones que estaba
teniendo Los Mochis en materia de relaciones sociales, no descartamos que “La
Rata Muerta” se haya convirtió como parte de una red de lugares de sociabilidad
de jugadores de billar en el norte del estado, pero no en el sentido de un grupo de
hombres organizados o constituidos, sino más bien como una práctica masculina
habitual. Tal fue el caso de Techo Urias, un guitarrero quien jubilado por la
146
Al igual que “La Rata Muerta,” Carlos O. Ramírez fue también propietario de la primera
embotelladora de refrescos (Oso Polar) que hubo en Los Mochis.
147
Unificación, 20 de julio de 1945, p. 3
61
Sección 35 del Sindicato de Canciones tenía el tiempo suficiente y sobre todo el
gusto para practicarlo.
Los alrededores de Los Mochis no fueron ajenos a estas formas de
sociabilidad entre grupos de hombres, también San Blas se caracterizó por ser
cuna de estos puntos de encuentro y de juegos en el norte. Por ejemplo, había
jugadores que se reunían en los billares de Héctor Nakashima en San Blas, pero
también pululaban en los billares de Los Mochis.
La comunicación que había entre San Blas y Los Mochis tanto por un
sistema tradicional como lo fueron las diligencias y las carretas y lo que
representaría el ferrocarril para el desarrollo económico, facilitaría las relaciones y
vínculos no solamente comerciales sino además de intercambio cultural, con el
norte y con el resto del país, ya que San Blas fue punto de coincidencia de dos
líneas ferroviarias: la Kansas City México y Oriente y la del ferrocarril del Sud
Pacífico.
Así, las primeras 60 millas (96.54 km) de ferrocarril (Kansas City México y
Oriente) desde el puerto de Topolobampo hasta El Fuerte fueron concluidas para
el 1 de abril de 1903, y se abrieron para dar servicio a 34 millas (54.70 km) desde
Chihuahua hacía el noroeste de las Francas, el 1 de mayo de 1903. 148Este
sistema de comunicación acercaría a más familias.
La visita que hace a Los Mochis la figura internacional en torneos
internacionales de billar José Enciso Ulloa “Joe Chamaco,” con el objetivo de
fomentar este juego, deja entre ver, por una parte, lo que representaban estos
espacios lúdicos en términos de relaciones interpersonales, mientras que por otra,
la preparación del terreno para la aparición de asociaciones voluntarias. Como lo
subraya el historiador francés Maurice Agulhon cuando más numerosas y diversas
son las relaciones interpersonales, más grupos se ponen en juego: la familia, la
parroquia, el trabajo, o el grupo de edad son una suerte de mínimo encuadre, al
148
John Leeds Kerr, Destino Topolobampo. El ferrocarril de Kansas City, México
México, Siglo XXI, 2003, p. 71.
y Oriente,
62
que vendrán a agregarse, o no, el partido político, el club deportivo, la sociedad de
beneficencia.149
También el cine fue un lugar de esparcimiento. Desde las postrimerías de la
Primera Guerra mundial, en Los Mochis desfilaron diversos cines-teatros:150el
cine-teatro lirico, el cine metro, el cine teatro Madero, entre otros, los cuales se
convirtieron no sólo en un espacio de entretenimiento de la población sino además
en un lugar de sociabilidad en el cual se formaron grupos de aficionados, pero
además sería el cine, un factor fundamental que modificaría la forma en cómo las
personas percibían la realidad. A decir de Eric Hobsbawm, el cine se convirtió en
una medio internacional de masas, más que la prensa cuyo interés radicaba más
en una pequeña élite.151
El crecimiento que estaba teniendo la ciudad desde sus primeras décadas fue redefiniendo el
espacio urbano. Fuente: Alfredo Borboa Vega, Al compás de los recuerdos, No. 10, op, cit, p. 28.
Así, los hombres de negocios y profesionistas que dirigieron el comercio
local y que ofrecían sus servicios como abogados, contadores e ingenieros,
también crearon sus propias formas de sociabilidad en donde confluyeron diversas
149
Maurice Agulhon, El círculo burgués…, op. cit, p. 39.
Teófilo Leyson Pérez, op. cit, p. 137.
151
Eric Hobsbawm, op. cit, p.98.
150
63
dinámicas asociativas como la charla, el juego, la bebida y la comida. Aunque
estos encuentros tenían un sentido de agrupación social también derivaron en
grupos en donde se practicó el servicio a la sociedad, la filantropía y en casos
específicos prácticas con fines políticos. Entre las formas asociativas que se
crearon está la Cámara Nacional de Comercio, creada en 1926, el Club Rotario de
Los Mochis formado en 1936 en donde al igual que la primera fue por iniciativa del
Coronel Octavio A. Serrano, las cuales ya contaban con un presidente, secretario,
tesorero y vocales. El Club Rotario, el cual contaba con una treintena de
miembros, quienes frecuentaban un día de la semana un restaurante de la
localidad, se basaba en cuatro puntos fundamentales: la amistad como vocación
de servicio, la buena fe como norma en los negocios y en las profesiones, el
aprecio de toda ocupación útil y la dignificación de la ocupación propia en servicio
de la sociedad, la inteligencia, la buena voluntad y la paz entre las naciones por el
compañerismo, unidos en el ideal de servicio y la aplicación del ideal de servicio
por todos los rotarios a su vida privada profesional y pública.152
Estos grupos de hombres constituidos en estas formas de sociabilidad
también se movieron en otros espacios como fue la conformación del Comité ProSaneamiento de Los Mochis, los cuales contribuyeron en la transformación del
espacio público. Será a través de estas asociaciones en donde la nueva elite
empezó a llevar a cabo proyectos cuyo objetivo fue el mejoramiento urbano y
visual de la ciudad, como fue la construcción del primer mercado que junto con la
administración municipal encabezada por Félix Serrano Medina, pusieron
simbólicamente la primera piedra de dicha obra pública en los albores de los
cuarenta. Obra que a los pocos años (1943) sería inaugurada por el Gobernado
Constitucional de Sinaloa Coronel Rodolfo T. Loaiza en una gira por la ciudad. El
mercado está ubicado por calle Sonora (hoy Obregón) esquina con la calle
Segunda (hoy I. Zaragoza) en el primer cuadro de la ciudad, en donde se
encontraban también unas fincas de material de Francisco Beltrán, suegro del
presidente municipal Serrano, quien no sólo mantuvo relaciones políticas con los
hombre de negocios sino además sanguíneas uniéndose en matrimonio con
152
El Debate, 15 de mayo de 1943, p. 7.
64
Guadalupe Beltrán Flores, hija de Francisco Beltrán uno de los hombres de
negocios que llegaron en la tercera década de la fundación de Los Mochis, que
tenía propiedades en la ciudad como lo fue un agencia de automóviles, Mochis
Motors, la cual estaba por las mismas fincas ubicadas por la avenida Chihuahua
(hoy Hidalgo).
Los hombres de negocios de Los Mochis juntos con el presidente municipal Félix Serrano poniendo
la primera piedra para la construcción del primer mercado municipal. Junto al alcalde está el
Coronel Octavio A. Serrano. Fuente: El Debate, 15 de mayo de 1943, p. 7.
Estos individuos también pululaban en El Club de Caza, en El Centro
Social, en La Mutualista, en los encuentros culturales, cívicos y en los carnavales
que empezó a hacer el profesor Conrado Espinosa en el Centro Escolar del
Noroeste y en otros lugares de la ciudad como fue en la Plazuela 27 de
Septiembre153 en donde acudían los alumnos, maestros y padres de familias. Este
entramado de vínculos consolidaría los lazos afectivos, sanguíneos y políticos. De
esta manera, no sería hasta en los albores de los cuarenta cuando la voz y la
presencia de este grupo jugarían un papel importante en la conformación del
espacio político siendo el periódico El Debate un instrumento fundamental no sólo
153
El Debate, 15 de mayo de 1943, p. 7.
65
como portador de noticias sino además como guía de la opinión pública y como
medio de lucha de la política partidista de estos grupos de hombres.
Los primeros ataques al legado que había dejado el régimen cardenista con
la creación de organizaciones obrero-campesinas como la SICAE dirigidas por
simpatizantes del socialismo-marxismo, y en general por su quehacer en la cosa
pública, como la modificación al artículo 3º. Constitucional, se manifestaron a
través de calificativos difundidos en El Debate. Ante el crecimiento que estaba
teniendo Los Mochis, El Debate defensor de los derechos individuales y de la
iniciativa privada, señala que es ésta “primordialmente la de Benjamín F.
Johnston, la que hizo el trazo de la ciudad, la que puso los servicios públicos de
luz y fuerza, la que trajo hasta la ciudad los canales que le dan vida, la que levanto
edificios.” En cambio, señala, “ha sido la actuación oficial de innumerables
administraciones municipales la que ha dejado a la ciudad sin drenaje, sin
pavimentación, sin agua potable y sin miles de las más ingentes necesidades de
un pueblo.”154Es decir, las labores que se hicieron en beneficio del desarrollo
urbano y del embellecimiento de la ciudad desde la iniciativa privada fueron el
pretexto para que se derivaran un conjunto de calificativos y críticas a los
gobiernos municipales apoyados principalmente por el sector obrero-campesino.
Pero también una forma de legitimar de manera “convenenciera” o “leal” la figura
de Johnston.
Por otro lado, el tema de servir a la sociedad no fue la única práctica social
que unió a los hombres de negocios. Desde la fundación de Los Mochis la
religiosidad fue una práctica que uniría en convivencia tanto a hombres y a
mujeres de todas las clases y de todos los entornos sociales. En la medida en que
Los Mochis crecía demográficamente, la vida de la reciente ciudad cañera era
regida por algunos santos. Imágenes como la del Sagrado Corazón de Jesús y la
Virgen María o Guadalupe, que en momentos difíciles, como cuando el amor de
una madre buscaba protección divina, se les ofrecían mantas o se les prendían
veladoras con singular devoción en el adornado altar familiar. Empero, también
154
El Debate, 15 de mayo de 1943, p. 4.
66
serían motivo de fiesta y de festejar con devoción. Las ceremonias religiosas de
estos santos junto con aquellas fiestas en donde la población celebraba el fin de la
zafra, la conmemoración de una lucha sindical importante de los obreros y los
campesinos, además de aquellas fiestas nacionales que se llevaban a cabo en
todo el país fruto de las administraciones liberales, fueron configurando un
calendario local de festejos. En esas ceremonias—nacionales, locales, gremiales y
familiar—el mexicano se abría al exterior. Todas ellas, dice Octavio Paz, le dan
ocasión de revelarse y dialogar con la divinidad, la patria, los amigos o los
parientes.155Durante esos días el silencioso mexicano silba, grita, canta, arroja
petardos…156
No obstante, la necesidad de un lugar de encuentro y de reunión oficial y
ante la necesidad de la educación moral se creó todo un espacio de sociabilidad
religiosa formal. Mario Gill señala que el triunfo final de la revolución de 1917 fue
el principio de una etapa en la vida de Los Mochis. Escenario que estuvo marcado
por la tranquilidad en la región; los indios sublevados habían sido sometidos; el
optimismo y afán de trabajo resurgió en el valle; se reanudó el cultivo del tomate
de exportación y se formó una comisión que promoviera el embellecimiento de la
ciudad, fue así como un grupo de mujeres se entregó a la tarea de reunir fondos
para construir el primer recinto católico,157al cual nombraron iglesia del Sagrado
Corazón de Jesús. Templo que sería construido con el apoyo de Agnes Sherwood
Johnston, esposa de Benjamín F. Johnston en 1922 siendo éstos pontífices del
protestantismo. Durante su inicio la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús contaba
con una sola nave en donde se congregaban los feligreses de la ciudad, quienes
previo a la construcción de la edificación religiosa local éstos acudían
principalmente los domingos a la iglesia del municipio de Guasave, mientras que
otros que no tenían los medios para trasladarse a éste municipio o al El Fuerte en
donde la Iglesia tenía una constante labor y relación con sus feligreses, rezaban
ante el altar familiar.158La construcción del primer templo religioso en Los Mochis
155
Octavio Paz, El laberinto de la soledad, México, FCE, 2004, p. 53.
Ibíd.
157
Mario Gill, op. cit, pp. 102-103.
158
Arturo Villaseñor Atwood, op. cit, p. 207.
156
67
se da precisamente pocos años (1926-1929) previos a los enconados
enfrentamientos violentos de grupos civiles (laicos) que se presentan en diversos
estados de la República, impulsados principalmente por la implantación de los
códigos, leyes y reformas constitucionales emanadas de la Carta Magna de 1917,
especialmente en los puntos referidos a educación, libertad de culto, propiedades
eclesiásticas y sobre la personalidad jurídica de la iglesia.159Conflictos que a pesar
de ser apaciguados gracias a los “acuerdos” que la Iglesia y el Estado Mexicano
lograron a través de la intervención mediadora de la embajada norteamericana y
la diplomacia francesa, no trajeron como resultado el fin de las disputas entre la
Iglesia y el Estado.
Como ya lo mencionamos en párrafos anteriores, la necesidad de la
educación religiosa fue un tema del que se encargaron las mujeres gestionando
para la construcción de la Iglesia católica y por ende de la educación de sus hijos,
llevándolos a clases de catecismo que eran impartidas por las beatas del padre
Francisco J. Reyna, quien sentó las bases del catolicismo en la región, y que para
los años cincuenta orquestaría la formación de un colegio para varones (El
Colegio Mochis), el cual comenzó su labor escolar en los patios de la parroquia del
Sagrado Corazón de Jesús con personal del Seminario de Culiacán. 160 Sobre esto
aludimos que las enseñanzas del catecismo permitieron la convivencia
principalmente de personas de la clase media, lo que no significó que no hubiera
convivio entre otro tipo de personas. Las misas de comunión, los sermones sobre
catequesis, los encuentros y celebraciones que se hacían para los niños y adultos
fortalecieron estos lazos de sociabilidad.
Por otra parte, en la mayoría de los estados de la República la enseñanza
del catecismo se convirtió en un recurso en contra de la educación que impartía el
Estado. Ante ello, la tradición y la infraestructura escolar que tenía la Iglesia en la
impartición de enseñanza a través de elementos humanos y con métodos
159
Gilberto López Alfaro, Estado, Iglesia y Sociedad en Sinaloa 1926-1929, Tesis de Maestría en
Historia, Culiacán, Facultad de Historia-UAS, 2009, p. 94.
160
Entrevista a Mario Zamora Cortés, El Debate, 05 de octubre de 2011 (versión en línea).
68
pedagógicos avanzados, significaron varias ventajas sobre el propio Estado161 en
este contexto en donde las dos instituciones se disputaban el control de las
masas.162 En el caso de Los Mochis se formarían tres instituciones de educación
de carácter privado y de extracción religiosa como fueron el Centro Escolar del
Noroeste (1934), El Colegio Sor Juana Inés de la Cruz (1943) y El Colegio Mochis
(1954). Así como la mujer se involucró principalmente en la educación moral, los
hombres de negocios intervinieron en la construcción de estos centros educativos
como fue el caso de Rosario Grijalva, quien formaría parte como tesorero de la
Fomentadora de Instrucción y Educación que crearía la primera escuela particular
de las tres mencionadas, quien además formaría parte casi diez años después de
la Sociedad de Padres de Familia de Los Mochis, junto con Joaquín R. Olea,
Emeterio Carlón, B. Avalos, cuyo objetivo fue juntar donativos para construir el
Colegio Sor Juana Inés de la Cruz el cual era para niñas. Ante el anhelo de dicha
edificación, el periódico El Debate menciona que en Los Mochis “no había ninguna
institución que llenase la imperiosa necesidad de impartir en todas sus fases las
normas instructivas y morales que debe constituir la educación de nuestras
niñas.”163En estos lugares de sociabilidad será precisamente en donde se va a
discutir el tema de la educación, un terreno de disputa entre la Iglesia y el Estado.
Un tema que no será ajeno a las discusiones de los problemas nacionales y en
donde se van a plantear los temas políticos y sociales de la actualidad, los cuales
serán abordados básicamente por la población urbana.164Aunque estos individuos
fueron defensores de la institución eclesial al igual que otros como Conrado
Espinosa, Alejandro Avilés y Manuel Moreno Rivas que eran influenciados por el
hispanismo y de la doctrina social de la Iglesia no representaron motivos para que
no se involucraran en la cosa pública, por lo que estos lugares van a modelar
estructuras de sociabilidad política en los momentos importante de la toma de
decisiones. Y serán estos hombres quienes van a poner en la palestra los
diferentes temas a discutir como fue el tema de la educación socialista.
161
Roberto Blancarte, op. cit, p. 33
Ibíd, pp. 32-33.
163
El Debate, 27 de febrero de 1943, p. 8.
164
Roberto Blancarte, op. cit, p. 65.
162
69
La Iglesia Sagrado Corazón de Jesús en sus primeros años.
A pesar de la estructura que se crea en donde las ideas del pensamiento
católico permearon estos espacios, la tradición del catolicismo no estuvo
generalmente arraigada en Los Mochis. Por un lado, la participación política de
católicos que se declaraban antiimperialistas, la cual no tenía mucho en común
con aquella que utilizaba la izquierda mexicana en esa misma época; mientras que
por el otro lado, el hecho de ver al norteamericano—aquel que práctica su religión
protestante en algunas casas particulares y apartados, más como una
amenaza,165 se le veía como parte de los círculos de amistad que se formaron
entre norteamericanos y familias de mexicanos principalmente de aquellas que
tenían un poder económicamente importante en la región. Un ejemplo con el que
podemos ilustrar el papel que jugaron estos vínculos se reflejó tras la muerte de
165
La Jerarquía pretendía advertir al pueblo y a la clase política mexicana acerca de dos
cuestiones: 1) La amenaza protestante busca romper la identidad nacional, y 2) la amenaza
protestante esconde la amenaza social, económica y política que representan los Estados Unidos
de América. Por lo tanto, además de advertencia, lo anterior representaba un programa mínimo
“antiimperialista”, en el sentido que daban a dicho término los pensadores católicos.
70
Benjamín F. Johnston a causa de un paro cardiaco en Hong Kong en 1937 y del
accidente de avión en Mazatlán en 1939 que le provocaría la muerte a su hijos,
Sherwood Johnston, en donde se formó un comité en 1940 cuyo objetivo fue
homenajear a los Johnston a través de una ceremonia en donde se le cambió el
nombre a una de las avenidas de Los Mochis y el descubrimiento de la placa del
Monumento conmemorativo de ésta familia. El cambio de nombre fue a la avenida
Coahuila, una de las avenidas principales del primer cuatro de la ciudad, que pasó
a llamarse Johnston, en donde participaron y asistieron personajes como José S.
Pamplona, comerciante local, Octavio A. Serrano, comerciante automotriz, Rosario
Grijalva, empleados de confianza de Johnston, Filiberto Leandro Quintero,
propietario de La Barata Europea, profesionista y maestro del Centro Escolar del
Noroeste (CEN), además estuvieron presentes estudiante de este mismo colegio,
entre otros. Asimismo, después de la ceremonia del cambio de nombre en donde
se puso la nueva placa en una de las esquinas del negocio de autos de Octavio A.
Serrano, los asistentes se trasladan al Cerro de la Memoria en sus carros para el
descubrimiento de placa del Monumento. Eventos que fueron acompañados de
música, comida y bebida. Así, este escenario deja entrever la búsqueda de la
creación de imaginarios colectivos a través de la trasformación de una nueva
memoria. Es decir, la apropiación del espacio público a través de las
denominaciones de estos lugares, que pronto se sumaría la construcción de un
obelisco en las afuera del ingenio azucarero en memoria de Sherwood Johnston,
tuvieron implicaciones pedagógicas en la población de Los Mochis, en donde se
atribuiría a Johnston la fundación y los orígenes de la ciudad más importante del
norte del estado de Sinaloa, en donde hasta la fecha existen grupos de hombres y
mujeres que simpatizan con estas ideas.
71
Los eventos culturales fueron un los espacio en donde afianzaron relaciones afectivas. Fuente:
Adrián García Cortés, op. cit, p. 245.
72
Los eventos academicos y culturales fueron espacios en donde se tejieron un entramado de lazos
en donde participaron no solamente estudiantes, maestros y padres de familias de una sola
escuela, sino de otras como lo muestra este programa, colaborando el conjunto coral femenil de la
Academia Webster, de Óscar Moreno Rivas, hermano del director fundador de El Debate.
73
El cine fue un espacio natural de intercambio cultural, pero también un espacio vertical
jerarquizado.
74
II. 5 Los espacios y las prácticas de sociabilidad extranjera
Para 1914 cuando los obreros ya tejían un entramado de relaciones y
vínculos basado en sus experiencias, hábitos y prácticas, en Los Mochis, en
donde se seguía dependiente de la directoría política de Ahome, coexistieron otras
formas de sociabilidad, como lo fueron las creadas por los norteamericanos que
habitaron las tierras del norte del estado desde finales del siglo XIX. Pero ahora
veamos de qué espacios de sociabilidad estamos hablando. Como telón de fondo
retomamos a un grupo de norteamericanos que repartían sus días en el norte de
Sinaloa en una diversidad de formas de sociabilidad. Para empezar describiremos
la Sociedad Empeñosa el Laurel. El grupo estaba conformado principalmente por
mujeres: Olive Burr, Gertrude Burr, Lilla Newton, Maybell Burr, Clemmie Jordan,
Mamie Jordan, Margaret Jordan y Ora Jordan, más otros miembros de familias
norteamericanas con las que estrecharon relaciones como lo fue con Agnes
Sherwood, esposa de Benjamín Francis Johnston, propietario del ingenio
azucarero. La mayoría de los apellidos mencionados en el párrafo anterior
pertenecían a tres familias distintas pero que compartían algo en común: eran
descendientes del doctor Joshua Waever Scally.
Para conocer cómo fue que llegaron estas familias al norte de Sinaloa,
retomaremos algunos apuntes del diario de Ora Scally Jordan, quien fue
descendiente del doctor Joshua Waever Scally, su abuelo materno. Waever Scally
fue uno de los primeros colonos que llegaron a Topolobampo, involucrándose de
manera importante en los asuntos del lugar, quien además radicó en varias
ocasiones en los minerales de la sierra prestando sus servicios profesionales.166El
doctor Scally, persuadido por Owen, compró acciones de la compañía Credit
Foncier a nombre de su hija Annie y de su yerno James W. Jordan, para unirlos a
su aventura; sin embargo, el padre de Ora no tenía mucho interés en formar parte
166
En el diario de Ora Scally que compone fragmentos de su adolescencia, Reba Humphries
escribe una pequeña introducción sobre las vicisitudes de la llegada de sus familiares Los Mochis;
primero de su abuelo Joshua Waever Scally en busca de la idea de Owen de realizar sus anhelos
de libertad y de vida perfecta, y después de sus padres Annie Scally y James W. Jordan en la
búsqueda de otros horizontes.
75
de dicha colonia.167Cuando la agricultura de temporal no daba resultados,
trabajaba de maestro rural, o de carnicero, aunque su gran sueño fue la agricultura
de temporal. Finalmente perdió el sueño ya que cada año se hacía más
desalentador cuando veía secas sus siembras por falta de lluvia o, luego de tener
un campo precioso de algodón, mirar impotente cómo el granizo lo martillaba
contra el suelo.168
Así fue como empezaron a empacar las carretas para ir a San Antonio a
tomar el tren que los llevaría a Guaymas, Sonora. Ora dice que le parecía extraño
no recordar la subida a la carreta para ir a San Antonio; pero se acordó muy bien
de la llegada a Topolobampo, en el año de 1897,169 cuando se suponía que los
esperaban los parientes con caballos y carretas para traerlos a Los Mochis.170Para
cuando llegan los descendientes del doctor Scally los colonos owenista ya se
había dividido en dos grupos: los leales a los principios de Owen, quienes se
asentaron en El Público, cuyos restos actualmente están en el límite poniente de
la traza urbana, localizado frente al ejido México, y los contrarios, quienes se
asentaron en El Plat, sobre el canal 5 y el camino a Ahome, era irrigado por los
canales 2, 3 y 4. En la hoy Independencia (en ambos lados del camino a
Ahome.171“Estaban los Mulkey, los Drake, Ross Page, Luis Robertson en el
Campo Luisito, los Ward. Y el resto sobre el canal 5, al oriente y poniente de la
antigua calle Rosales. (Los Jones, Hays, Jordan, Scally, Newton, Burr).” 172
Ahora bien, entremos en materia. Como decíamos la Sociedad Empeñosa
el Laurel se conformó principalmente por un grupo de amigas y familiares. Por
tradición se reunían los martes de cada semana y bajo la sombra de un árbol de
laurel que se encontraba en los patios de la casa de la tía Mattie Scally—de ahí el
nombre de la sociedad—y en un ambiente laborioso cuya actividad principal fue la
167
Reba Humphries, (Introducción), en Ora Scally Jordan, op. cit, p. XX.
Ibíd.
169
Ora Scally Jordan tenía alrededor de 5 años cuando llegó a Los Mochis.
170
Ibíd.
171
Arturo Villaseñor Atwood, op. cit, pp. 34-35.
172
Ibíd, p. 35.
168
76
costura.173Esta sociedad nos recuerda las “veladas en los establos” que aborda
Agulhon en Historia Vagabunda (en donde hilaban y devanaban capullos de seda
un grupo de mujeres), como espacios femeninos;174sin embargos, también
encontramos prácticas de otras formas de sociabilidad.
El nombre que le imprime el grupo de amigas a su sociedad nos da tres
elementos para saber a qué espacio de sociabilidad pertenece. Estos son: su
estructura, su principal función y el lugar de reunión. Sobre este último punto
queremos concentrarnos por lo menos en estos párrafos, el cual se refiere al árbol
de laurel cuyo interés radica en dos puntos, el primero, es el hecho de incorporarlo
discursivamente, y el segundo, en que el árbol se convirtió en un lugar simbólico,
más que un lugar exclusivo en donde se llevaban a cabo los encuentros de sus
miembros.
Partiendo de que la naturaleza es el gran depositario de los símbolos, 175la
representación que se le ha dado al árbol ha variado en el devenir de la historia,
entre los celtas por ejemplo, la encina era el árbol sagrado; el fresno, para los
escandinavos; el tilo en Germania; la higuera, en la India. Asimismo, asociaciones
entre árboles y dioses son muy frecuentes en las mitologías; attis y el abeto;
Osiris y el cedro; Júpiter y la encina; Apolo y el laurel, significando una suerte de
“correspondencia electiva.”176Ahora veamos otros aspectos. La función que tenía
el grupo no fueron limitadas ni absolutas, la conversación, la lectura en voz alta
por una de las integrantes mientras que el resto cosía fueron otras de las prácticas
que solían desempeñar. Había otra práctica social que reunía tanto a integrantes
del grupo como a invitados, el deporte. “Mientras pasaban las tardes iniciábamos
los partidos de tenis. Y aquéllos que no jugaban se ponían a coser o a jugar
croquet.” Pero además, señala Ora Scally Jordan, de vez en cuando los
encuentros se convertían en sesiones de negocios.177
173
Ora Scally Jordan, op. cit, p.289.
Maurice Agulhon, op. cit, p. 42.
175
Jacques Le Goff, La civilización en el occidente medieval, Barcelona, Paidós, 1999, p. 298.
176
Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, España, Siruela, 2010, p. 89.
177
Ora Scally Jordan, op. cit, 289.
174
77
Sería arriesgado ver a este espacio de sociabilidad meramente femenino
por varias razones: la primera es que ambos deportes fue practicado tanto por
mujeres como por hombre; la segunda, la participación de la mujer en los primeros
juegos olímpicos, en aquellos Juegos Olímpicos modernos Paris 1900, en donde
precisamente la mujer debutaría con las disciplinas de tenis, golf y croquet,
representaría un factor importante que atenuaría la diferencia entre mujeres y
hombres y tercera, la más importante, es que estos grupos comparten principios
del puritanismo en los que no hay distinción entre sexos. El croquet, por ejemplo,
fue unos de los deportes más populares en Inglaterra a mediados del siglo XIX,
dicha popularidad era más entre las mujeres ya que este deporte de orígenes
europeo fue el primero que se practicó al aire libre y que podían jugarlo ambos
sexos sobre la base equitativa. Así, el espíritu de la época no sólo influyó en que
estos deportes llegaran y fueran practicados por una determinada clase social,
sino además, fue una aportación para atenuar la segregación entre la mujer y el
hombre. Este proceso se debió como propone Agulhon, al entorno, a la influencia
intersocial.178
Aunque había un lugar simbólico en donde llevaban a cabo las reuniones
como lo fue el árbol de laurel, los encuentros también se llevaban a cabo en otros
lugares, a veces se adherían familiares o amistades, dependiendo la ocasión. Las
lecturas que se hacían en voz alta variaban según el interés del grupo; asimismo,
había una rotación de quién leí. En un apunte del día 30 de marzo de 1915, Ora
Scally Jordan narra lo siguiente:
“Nuestro club de costura se reunió esta tarde pero Mamie no leyó su
capítulo de Historia—probablemente fue porque había muchos visitantes
presentes. Eloísa, la señora Greene, Code, Genoveva, Julia y tía Mattie
estuvieron presentes. Lilla y Mamie sirvieron pastel y limonadas. Después
algunos de nosotros jugamos tenis. Esta tarde llegaron algunos
periódicos.”179
178
179
Maurice Agulhon, op. cit, p. 45.
Ora Scally Jordan, op. cit, p. 79.
78
Partiendo de que el fin primordial de la sociedad era la costura y que se
prestaba como un lugar de ocio para algunos y de oportunidades para hacer
negocio para otros, aludimos que esta forma de sociabilidad no era del todo
tradicional y comunitaria, se dejaban entrever algunas ideas de la modernidad. La
mayoría de quienes conformaron esta forma de sociabilidad no solamente
compartían el espíritu de los tiempos en que vivían, sino que estrecharon contacto
con el mundo a través de la prensa principalmente extranjera, además de la
correspondencia que mantuvieron con familiares en los Estados Unidos, sin
olvidar los viajes que tuvieron al vecino país del norte, por lo que construyeron un
conjunto de valores e ideas que compartieron.
Llama la atención como este grupo pero ahora en el plano de Sociedad
Literaria del Laurel, en donde había una preocupación por la literatura y en donde
se discutía sobre música, deciden tomar cartas en el asunto sobre los problemas
que afectaron sus intereses como comunidad norteamericana. Ante ello, piden al
gobierno de los Estados Unidos que intervenga, ya que aseguran que nadie hace
nada, en apaciguar la situación en la que los indios están destruyendo y
saqueando a los lugares que llegan. “En muy poco tiempo tomaran las bombas
(los indios) y nuestro suministro de agua se verá interrumpido.”180Para esos años,
al inicio de 1914, Los Mochis volvió a ser escenario de otro combate, esta vez
entre fuerzas huertistas compuestas por un batallón de infantería que llegó a
Topolobampo.181Estados Unidos ya se había convertido en uno de los países
occidentales con medios de comunicación de masas a escala moderna. Su
crecimiento en la era de los cataclismos fue espectacular. En los Estados Unidos,
la venta de periódicos aumentó mucho más rápidamente que la población,
duplicándose entre 1920 y 1950.182
Resulta interesante ver que en oposición a esta forma de sociabilidad, una
sociabilidad con ideas modernas, se constituyeron otras, apegada a la intimidad, a
la familia, la cual se desarrolló en un atmosfera de cantos e himnos religiosos y de
180
Ibíd, p. 79
Teófilo Leyson Pérez, op. cit, p. 46.
182
Eric Hobsbawm, op. cit, p. 198.
181
79
juegos de mesa y mentales. “Después de cenar cantamos canciones y después
himnos. Estábamos cantando “Cristo es el Rey.” 183A las reuniones acudían
personas allegadas a las familias e invitados principalmente cuando celebraban
algún tipo de festejo como el día de acción de gracias. A decir, de Manuel Moreno
Rivas, el socialismo de Joshua W. Scally y del conglomerado inicial que llegó de
California, junto con el doctor Edwin J. Schellhous, proclamaban el cooperativismo
como medio de subsistencia y mantiene rígidos principios morales que rayan en el
puritanismo.184
Si bien ya ubicamos algunas formas de sociabilidad apegada por decirlo de
alguna manera a los descendientes de los colonos socialistas, en contrapartida,
surgió otra. Para esos mismos años, en donde la Primera Guerra mundial había
beneficiado a Benjamín Johnston por los elevados precios que alcanzaron el
azúcar y el alcohol en los mercados internacionales, la vida social fue tomando un
ritmo dinámico. El encuentro sería dentro de las propiedades de Johnston, a lo
que llamarían la Colonia Americana. Con la construcción de la “Casa Grande” y
del salón “Las Palmas”, la apertura fue mayor, las recepciones fueron grandes,
sólo tenían acceso las familias norteamericana, y no todas. “La asistencia de
gente de Los Mochis fue nula; pero si invitaron a los miembros de distinguidas
familias de lugares cercanos, con quienes los señores Johnston tenían amistad o
relación de negocios desde su arribo a El Águila.”185Tal fue el caso de algunas
familias de El Fuerte, quienes fueron invitados a la inauguración del Hotel
Bienestar que se llevó a cabo en la década de los veinte. Este lugar “se convirtió
por un corto tiempo en el ombligo social de la incipiente aristocracia local, quienes
tenían la oportunidad de entrar en contacto con personas de otra nacionalidad en
ambiente cultural y de elegancia distinta a las costumbres.”186
“Bailábamos toda la noche y otro día, todo el día en la plazuela y en la
octava del carnaval nos invitaron de aquí precisamente Virginia Jordan y la
183
Ora Scally Jordan, op. cit, p. 50.
Manuel Moreno Rivas, Socialismo en Topolobampo. Apuntes para la historia, México, Editorial
Agata, 1992, p. 240.
185
Evaristo Fregoso Ureña, Municipio de Ahome. Geografía, Historia y Desarrollo, México,
Debarte, 1997, p. 44.
186
Arturo Villaseñor Atwood, op. cit, p. 113
184
80
esposa de Sherwood Johnston porque se inauguraba el Hotel Bienestar de
la compañía azucarera, en Los Mochis.”187
Así, la familia Johnston especialmente Benjamín F. Johnston se constituiría
como el anfitrión y la referencia de una vida en sociedad por sus tipos de
recepciones. Estos nos muestra, citando a Agulhon, la combinación, sin duda
específica de la apertura al público (dentro de los límites de cierto nivel social, por
su supuesto) y del carácter privado, no obstante, y casi familiar del centro.” 188Los
encuentros de las familias del vecino municipio de El Fuerte no distaron mucho a
las formas de sociabilidad de los norteamericanos: la informalidad fue lo que las
caracterizó, la vida de salón, reuniones de amigos y familiares, bailes y fiestas al
interior de las casas. Al respecto Eloísa Aguilar Briones, quien había sido reina de
carnal en 1927 de El Fuerte no da una representación de lo que era la vida social
del ese municipio.
“Era un tanto cerrado el círculo a pesar de que El Fuerte era una comunidad
pequeña; las clases sociales eran muy marcadas...Entonces el grupo de
amistad era muy pequeño y cerrado. Se conocían muy bien todos, y todos
ellos se veían casi como familiares. La gente se dedicaba a su trabajo, y los
fines de semana se hacían las fiestas pero en círculos muy cerrados. Las
fiestas se hacían en las casas de los amigos porque no había un centro
social donde reunirse.”189
Las relaciones que tejieron estas familias fueron bajo el lazo de la sangre, el
matrimonio y la política. Cuando las familias de hacendado como la de Francisco
Orrantia, de La Constancia, El Fuerte, empiezan a emigrar a Los Mochis los
encuentros también se hacen bajo este modelo de sociabilidad tradicional; sin
embargo, los encuentros y reuniones son menos reducidos, menos aun con las
grandes recepciones llevaban a cabo en las casas tanto la casa de los Borboa
como en la casa y salón de los Johnston se hacen presentes.
Bajo este escenario surgió el primer periódico en Los Mochis, The Mochis
Boster, el cual sale a luz pública el primero de enero de 1914, cuyo objetivo fue
dar fe de la vida social que llevan los norteamericanos. Este impreso que se
187
Entrevista a Eloísa Aguilar Briones, en Reba Humphries, op. cit, p. 139.
Maurice Agulhon, El círculo burgués…op. cit, p. 60.
189
Entrevista a Eloísa Aguilar Briones, en Reba Humphries, op. cit, p. 140.
188
81
publicó en inglés era distribuido en el medio en que se movían los americanos.
Formas de sociabilidad que en su mayoría se regían por ciertas normas no
escritas para ingresar, como fue la nacionalidad—que en algunos casos no fue tan
importante, —las relaciones de negocios y de amistad. Relaciones que también en
marcaron la formación de la Colonia Americana. Pertenecer a la misma clase
económica y al entorno social, jugaron un papel importante en la conformación de
este espacio. En esta colonia estaban las casas de los empleados que por su
antigüedad ya vivían en Los Mochis, algunos ya con familia, en cambio en la
misma área se encontraba La Varsovia, un hotel que fue hospedado por
empleados jóvenes solteros que generalmente trabajaban en los tiempos de
producción, es decir de zafra. La Varsovia fue un edificio de material de dos
plantas: en la planta baja estaba un restaurante que fue el punto de reunión a la
hora de la comida, pero además un espacio natural en donde se va a conversar,
mientras que en la planta alta había un salón, lugar en donde se van a desarrollar
las fiestas y celebraciones del fin de la zafra, al que acudían las y los jóvenes que
eran hijos de las familias que tenían una posición económica elevada de la región.
Será, pues, estos lugares en donde se desarrollaría la vida social de estos
hombres y mujeres. La Colonia Americana fue un área que estaba cercada con
alambradas a lo largo y ancho que corrían bordeando el inicio de la calle hoy
Guerrero y pegadas a la Jaula de entrada a los ejidos cañeros para dejar atrás las
últimas instalaciones del ingenio. En este lugar poco podían entrar y convivir con
los norteamericanos, generalmente la amista y los negocios fueron el “boleto” de
entrada a la colonia de familias mexicanas que empezaron a tejer estos lazos.
Para Mario Gill, “de aquel lado de la cerca de alambre, florecía una zona
residencial esplendida. La ciudad yanqui—allí no rigen de hecho las leyes
mexicanas—mientras
que
este
lado,
siguen
habiendo
una
pobre
apariencia.”190Estas diferencia que se fueron marcando no sólo en la cuestión
geográfica sino además en las formas de pensar entre el sector obrero-campesino
y el que emanaba principalmente de Johnston y de sus seguidores, se ensalzaría
a raíz de un arraigado antinorteamericanismo popular el cual fue compartido por
190
Mario Gill, op. cit, p. 104.
82
diferentes sectores de la sociedad mexicana como por el de la izquierda en donde
sus dirigentes como Vicente Lombardo Toledano—quien sería maestro a
principios de los cuarenta de Carlos Ramón García Ceceña,191— partían de la
tradición liberal que había desembocado en la Revolución Mexicana y a la cual se
ligaba a la Revolución de Octubre,192 también conocida como Revolución
bolchevique. El antiimperialismo de la izquierda local que emanaba principalmente
de los sectores obreros-campesinos pasó a otro terreno, veamos cómo. Aludimos
que las fiestas que se hacían en La Varsovia en donde convivían los empleados
jóvenes de la compañía con las hijas de los hombres de negocios como fueron
Lidia y Esthela Carlón, Mariana Granados, Fina Grijalva, Dorita Cevallos,
Guadalupe Elena Beltrán, entre otras, fueron el espacio en donde hubo una
importante dinámica de interacción entre hombres y mujeres, y en donde
posiblemente se concretaron lazos de pareja, sino específicamente ahí si en otros
lugares en donde también convivían, ya que la unión matrimonial con un empleado
ejecutivo de la fábrica y de nacionalidad extranjera representaba para las familias
mexicanas un estatus. Esto trajo algunos comentarios de la prensa campesinaobrera, como el que aparece en la página de literatura titulado. “Las que tienen
novios gringos.” En él, inicia diciendo que: “El peligro yanquee, una vez que ha
invadido nuestro campo minero mercantil e industrial, amenaza algo que debía ser
exclusivamente nuestro, algo íntimo y que nos pertenece a los del país, los
corazones vírgenes de nuestras pollas; el amor inefable de nuestras muchachas
mexicanas…”193 En el Mochis que representa quien escribe las líneas del espacio
literario llamado “Kaskabel,” en donde aparece el párrafo arriba mencionado,
dibuja tres lugares precisamente en donde se pudo dar alguno tipo “flechazo” con
alguna muchacha, éstos son: el baile, la misa de las doce o en algún paseo,
lugares de sociabilidad en donde se puede practicar la conversación, el ocio, la
lectura y la escritura, el juego, la diversión. En suma, podemos ver como la idea
191
Carlos Ramón García Ceceña fue alumno de Vicente Lombardo Toledano de derecho social e
institucionalización sindical en la institución que él junto con otros líderes políticos y profesores
crearon la Universidad de los Trabajadores cuyo objetivo fue ayudar a los estudiantes de pocos
recursos y a los trabajadores a obtener una educación.
192
Roberto Blancarte, op. cit, p. 78.
193
Unificación, 01 de enero de 1943, p. 4.
83
del antinorteamericanismo trastocó diferentes espacios de la vida cotidiana de los
habitantes de Los Mochis.
84
CAPÍTULO III. El periodismo y la sociabilidad: un lazo
imprescindible en el norte de Sinaloa
III. I. La práctica periodística en el norte de Sinaloa
Las primeras prácticas periodísticas que se tienen en el norte de Sinaloa se
remontan a partir de la llegada de la primera imprenta en 1825; habrá otro repunte
a finales del siglo XIX y principios del XX, siendo su foco principal la ciudad y
región de El Fuerte. Buena parte de esta actividad de prensa estuvo generada por
un sector extranjero vinculado al ambiente que generó la utopía de Albert Kimsey
Owen194 y a la llegada de Johnston a la región. De 1888 a 1914 se publicaron tres
impresos—The Credit Foncier of Sinaloa, Our Hatchet y The Mochis Booster— los
cuales cada uno vivió una etapa diferente por la que atravesaron los
norteamericanos en las tierras del valle. El primero fue el organizador y animador
del ensayo social y económico de la colonia utópica, luego de suspenderse, sus
últimos editores, los esposos John Dawkins e Ida Hoagland de Dawkins,
publicaron en Topolobampo El Gazetero, el cual fue una continuación del anterior
aunque sin tener el carácter de órgano oficial. El segundo, Our Hatchet, “fue el
órgano de combate que denunció las tretas diabólicas de Johnston realizadas a
través de sociedades anónimas deshumanizadas”. Asimismo, se proponía
promover el interés de los estadunidenses en el Valle del Fuerte. Y el tercero, The
Mochis Booster (1914-1929), fue el último periódico publicado por los
norteamericanos, el cual fungió como el organizador de la vida de sociedad de la
Colonia Americana.195Sobre este impreso, Jorge Briones Franco, señala que es
éste rotativo el que inaugura la actividad periodística en Los Mochis. “El hecho de
haber sido escrito en inglés y redactado y editado por Miller Jordan, nos hace
suponer que este haya sido de autoconsumo para la población extranjera.” 196 En
su prédica estaba dar fe de los eventos sociales que se llevaban a cabo en los
cerrados círculos de los norteamericanos. Aunque en Los Mochis no se puede
194
Jorge Briones Franco, “La prensa y el periodismo en Sinaloa,” op. cit, p. 296.
Mario Gill, op. cit, pp. 201-203.
196
Jorge Briones Franco, “La prensa y el periodismo en Sinaloa”, op. cit, p. 296.
195
85
hablar de una larga tradición periodística en donde haya un arraigo sobre una
forma en lo particular de hacer periodismo, en los impresos posteriores
particularmente en El Debate se van a dejar ver los orígenes del periodismo
heredado por los norteamericano.
Uno de los periódicos que encontramos ya publicado en español es Vida
Moderna, el cual creemos se empezó a publicar a finales de la década de los
veinte, este rotativo, en el cual sus redactores pregonan sobre la necesidad de
que Los Mochis tuviera la categoría de ciudad, nos da elementos para suponer
que ya había grupos políticos y económicos muy definidos, en donde la prensa
jugaría un papel importante dentro de la conformación de éstas elites. Por
ejemplo, el traslado de los poderes municipales de la Villa de Ahome a Los Mochis
el 10 de mayo de 1935, confirman la creación de formas asociativas de élites y,
sobre todo, el poder de influencia y de cabildeo que ejercieron ante las
autoridades estatales como fueron los grupos de comerciantes. No es extraño que
quienes dirigen la actividad comercial—una de las tres más importante aparte del
sector agrícola y de la industria azucarera para esos años—tengan dicho poder de
cabildeo luego de que serán ellos quienes ante la necesidad de los servicios tanto
administrativos como de demanda de los servicios públicos se incorporen en una
Cámara de Comercio.
No obstante, fue precisamente durante la década de los treinta en donde
Sinaloa se convierte no sólo en el escenario exclusivo de la conformación de estos
grupos económico-políticos, sino además de otros actores como lo fueron los
movimientos obreros, campesinos, estudiantiles y del magisterio. Las ideas de
nacionalismo, de justicia social, de patriotismo, de antiimperialismo y de socialismo
no dialéctico, que movían a estos actores como lo fue la penetración que tuvieron
en la cúpula de los estudiantes rosalinos197, los dotó de argumentos y pretextos
para plantear reformas en los programas de estudios de la universidad, creando
así, espacios de sociabilidad en donde se discutió el rumbo que debía de tener la
educación. Asimismo, en el norte se empezaron a formar las células comunistas
197
Jesús Lazcano Ochoa, La Universidad socialista del Noroeste. Documentos, relatos y opiniones.
México, Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), 2001, p. 105.
86
las cuales estaban principalmente conformadas por obreros, campesinos y
maestros. Bajo este escenario, y en un ambiente de constantes cambios políticos
generados por la revolución en México, en Los Mochis empiezan a aparecer de
maneras más dinámicas diferentes impresos, algunos de corta vida debido a las
coyunturas por las que estaba pasando el país y el estado. También existieron
otros de largo aliento. Uno de esos impresos que existieron a partir de mediados
de los treinta son: Acción revolucionaria (1935), El Grillo del Pueblo (1936), El
Rayo de Sinaloa (1937), Unificación (1938), entre otros.198Esto para la segunda
mitad de los treinta; sin embargo, para la próxima década el surgimiento y el
registro de impresos ya no fue de uno por año, sino que fue mayor, se llegaron a
forjar hasta tres periódicos por año (1943/1946). La aparición de mencionados
impresos no sólo nos muestra una sociedad en transformación—con apenas
cuatro décadas de su fundación—sino también la creación de nuevos imaginarios.
De esta manera la actividad periodística empieza a tomar cuerpo de una
forma diversa.199Los impresos empiezan a multiplicarse pero no estrictamente bajo
objetivos comerciales—por lo menos no fue el interés inicial—sino más bien bajo
un mosaico de intereses representados por determinadas agrupaciones que se
iban conformando en la localidad. Por esta época y con el objetivo de fundar un
impresos con un perfil diferentes a los que se publicaban en ese momentos en la
capital del estado, uno de los descendientes de la familia de los Espinoza de los
Monteros, señala que los orígenes de los impresos por lo menos en Culiacán se
debía principalmente por cuestiones electorales, financiados por grupos políticos y
de efímera vida pública. Al respecto se refiere de esta manera del periódico La voz
de Sinaloa:
La prensa y los talleres pertenecieron al extinto Coronel Rodolfo T. Loaiza
quien lo fundó para tener su propio órgano publicitario en vísperas de la
campaña Henriquista de la que decía iba a ser uno de los jefes. Su director
198
Para conocer los otros impresos que surgen antes y después de la mitad de los años treinta
mirar cuadro uno.
199
Para Jorge Briones Franco la actividad de la prensa en Los Mochis fue inaugural con la
publicación del primer periódico mochiteco The Mochis Booster (1914-1926), véase a Jorge
Briones Franco, “La prensa y el periodismo en Sinaloa,” en Celia del Palacio Montiel (Coord.), Siete
regiones de la prensa en México, México, Miguel Ángel de Porrúa, 2006, P. 296.
87
es Gustavo D. Cañedo, cuyo estilo, un tanto amarillento, le ha conquistado
numerosas antipatías aunque por no ser gobiernistas cuenta con nutridas
simpatías…200
Cuadro. I
1960
1950
1940
1930
1920
1910
1900
1890
1880
1870
1860
1850
Acción…
Boletín Comercial
Boletín Cultural…
Claridad
El Debate
Flash
El Heraldo de Mochis
Guía de la ciudad…
El grillo del pueblo
El Heraldo de Mochis
El imparcial del…
Mochis deportivo
Mochis rotario
Las Noticias
Noticiero mensual
La prensa
El pulgón
El rayo de Sinaloa
El regional
Savía nueva
The credit funcier…
The Mochis booster
Unificación
Unificación
La verdad
La verdad
La voz de la escuela
La voz del norte
Our Hatchet
Año de registro de impresos en Ahome
Año de registro
Fuente: elaboración propia con información de Héctor R. Olea, La imprenta y el periodismo en
Sinaloa, 1826-1950…
III. 2 Los lazos y los vínculos entre periodistas
Pero quiénes dirigían estos impresos, acaso eran periodistas profesionales,
es decir, aquellos que ejercían la actividad como una profesión.201En su justo
término, no, fueron más bien individuos que tenían y ejercían otra profesión como
el de abogado, ingeniero, médico, que se dedicaban al comercio, pero que
desempeñaron el periodismo como una actividad paralela, pero sobre todo, que
tenían empatía con el mundo de las letras. Esta situación los llevo a codearse con
personas que si bien tenían la misma posición económica y social, relación que les
permitió intercambiar información sobre asuntos diversos como los comerciales y
200
Memorándum confidencial que manda un miembro de la familia Espinoza de los Monteros a
Gómez Morín en 1946, en el cual describe un panorama de los impresos de la época cuyo objetivo
fue estudiar las posibilidades de fundar una tribuna desde la cual se pueda ir forjando un espíritu
ciudadano.
201
José Baldivia Urdininea, La prensa en México, en José Baldivia Uridininea [et. al], La formación
de los periodistas en América Latina, México, Editorial Nueva Imagen, 1981, p. 112.
88
políticos, también les permitió estrechar vínculos de amistad en otros espacios de
sociabilidad como lo fueron los eventos cívicos-culturales: carnavales, fiestas
tradicionales, ferias, eventos deportivos.
Roberto Tapia y Gudiño, originario de Nayarit, quien se desempeñaba como
encargado de uno de los departamentos, —202el de Dragas, Grúas y Romanas203
de la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola Ejidal “Emancipación Proletaria
(SICAE) — emprende el proyecto de tomar la batuta del semanario obrerocampesino Unificación a los pocos años de haberse fundado. Tapia y Gudiño
quien también gustaba por la poesía, es uno de los que impulsa en dicho rotativo
la iniciativa de crear un espacio de literatura y poesía; la sección generalmente
estaba en la página cuatro, en ella, tanto los temas y como las plumas que
escribieron fueron diversas. En relación a los temas, aunque estos eran variados
la mayoría tenía algo en común: buscaban educar y formar políticamente a los
obreros y a campesinos pero además reivindicar a estos dos sectores
desfavorecidos por las desigualdades económicas. Estas publicaciones se
enmarcaron en un ambiente intelectual, en donde las corrientes literarias como el
realismo, el naturalismo, el humanismo, el modernismo204tuvieron una influencia
en un grupo de periodistas del norte del estado. En ellos—en los temas— se
representaba la vida cotidiana de los obreros y de los campesinos, los conflictos
que mantenían día a día con el patrón, ya sea por el problema de la jornada
laboral o por el salario, la lucha contra el capitalismo, exponer la amenaza
norteamericana. Los temas absorbentes en la predica de esta página no eran
ajenos a la de los escritores de otras latitudes del país y del extranjero. Rubén W.
López, de quien aludimos que era un escritor de la región señala en la edición del
09 de junio de 1944:
202
La SICAE se dividía en 23 Departamentos técnicos que a su vez eran dirigidos por tres
sectores.
203
Unificación, 29 de enero de 1943, p. 1.
204
Entre los trabajos podemos encontrar los de Eduardo L. Fuentes, Javier Malacara, Rubén W.
López, Margarita C. Paz Paredes. También existen otros escritores que aparecen en la sección de
literatura del semanario, ligados a los temas de la Revolución, al grupo del Ateneo de la Juventud.
Así como también a la corriente del modernismo como fue el caso de Amado Nervo.
89
“Vamos forjando la vida en yunque del nuevo ideario que lleva el alma
encendida la amistad del proletariado. Nuestro grito de protesta alzaremos
muchas veces hasta que bajen la testa orgullosa los burgueses. Será tenaz
martinete que caiga un día y otro hasta romper el grillete de la inicua
plusvalía. Vamos forjando la vida del yunque de nuevo ideario que lleva el
alma encendida la ansiedad del proletariado.”
En el espacio de este heraldo campesino no se cerraba a otras plumas más
bien permitían la participación de personas en donde la figura central seguían
siendo estos sectores populares (las masas). En ese sentido, los miembros que
colaboraban continuamente en el impreso—que por demás estos temas fueron de
suma importancia por su labor—pertenecieron al círculo de intelectuales que se
dedicaban a la instrucción educativa en las escuelas públicas del municipio de
Ahome. Carlos C. Montoya, habitante del ejido Compuertas publica un escrito el
12 de enero de 1945, en donde ensalza al campesinado de la región y lo que
representa la zafra más allá de una temporada de trabajo, es decir, se buscaba
crear una identidad con las raíces regionales.
El semanario Unificación, el cual tenía un costo de diez centavos (por
ejemplar) el equivalente a una pieza de pan para principios de los años cuarenta,
fue el órgano de información de la SICAE y el espacio el cual reagrupó a otros
periodistas que no necesariamente fueron empleados de ésta organización
campesina, no obstante,
tenían otra fuente de ingresos como fue el caso de
Francisco E. Ramos, quien se dedicaba como agente de ventas de libros de la
editorial W. M. Jackson. Inc., en la reciente ciudad de Los Mochis y además
conformaba el cuerpo de redactores del mencionado impreso en compañía de J. E
Pasión, Franciscos Sarach, Florencio Audeves Jr., José Vidales. Negocio que
posiblemente distaba de ser un espacio comercial de libros, de citas intelectuales,
es decir, una librería como tal, en donde los lectores acuden personalmente al
establecimiento a mirar, hojear y a comprar no solamente libros, sino revistas y
periódicos. Este periodista que era agente autorizado para la venta de libros de
esta editorial la cual contaba con filiales en otros lugares del mundo, como
Argentina, Londres, Madrid, Argentina, comercializaba con “libros de “mérito.”
Aunque no encontramos a ciencia cierta a que se refería con el calificativo “merito”
90
para esa época, intuimos que fue una palabra para diferenciar este tipo de libro
con el común o del que es leído por la clase popular.205 Pero qué tipo de libros
estaban en el catálogo que ofrecía este hombre del escrito. En una publicidad que
está generalmente en la página de literatura del periódico en el que escribe,
encontré títulos como: El Tesoro de la Juventud, Diccionario Enciclopedia Hispano
Americano, Historia de América, Enciclopedia, así como también el libro de Miguel
de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, entre otro más. En primera instancia no
son libros de fácil acceso y para cualquier persona. Veamos un ejemplo, El Tesoro
de la Juventud, editado por primera vez en español en 1915 por Walter M.
Jackson, es un libro que está dirigido a niños y a jóvenes no de una clase social
baja, ya que si nos remitimos solamente al anuncio publicitario en donde precisa el
pago en abonos de cualquier título, nos revela el costo elevado que pueden tener
estos libros los cuales solamente las familias con un nivel económico alto pueden
acceder a ellos. Leonor Riesco indica que el vocabulario utilizado en este libro es
formal y refinado, lo cual significa un obstáculo para el niño no acostumbrado a
él.206 Contrario a la forma en cómo vendía los libros este periodista, se encontraba
la Librería Valenzuela, con sede en la dirección de Obregón No. 42, Oriente en
Los Mochis, propiedad de José Valenzuela, quien al igual que el primer vendedor
de libros, éste también se anunciaba en Unificación pero además en El Debate,
periódico que alcanzaría un desarrollo empresarial importante en la región y en el
estado. Su lista de material de lectura era más heterogénea y de más fácil acceso
ya que contaba con libros, folletos, revistas y periódicos. Entre los folletos estaban
de agricultura, horticultura, floricultura, ganadería y otras industrias relacionadas
con la cría de animales domésticos, además de Ley de Impuestos sobre la Ley del
Timbre, Nuevo Código Civil, Diccionarios de la Lengua Castellana, anuncio
publicitario que está entre las páginas de Unificación, dado el perfil del semanario,
205
Roger Chartier siguiendo la expresión de Daniel Roche, historiador francés, considera que son
lectores “populares,” todos aquellos que no pertenecen a ninguna de las tres togas: la toga negra,
es decir, los curas; la toga corta, es decir, los nobles; la toga larga, es decir, el mundo numeroso y
diverso de los oficiales, grandes o pequeños, de los abogados y procuradores, de la gentes de
pluma, a las que hay que añadir esos otros doctos, también portadores de toga, que son los
hombres de medicina.
206
Leonor Riesco, El maravilloso mundo de El Tesoro de la juventud: apuntes históricos de una
enciclopedia para niños. Universum [online]. 2008, vol.23, n.1, pp. 198-225.
91
el cual estaba enfocado al sector agrícola e industrial. Espacio que no
desaprovecha para exhortar que hagan también pedidos. En cambio, la publicidad
de El Debate aparece con una imagen de niños y niñas que sostiene un libro cada
uno en sus manos de frente a un stand con cientos de títulos. En la parte superior
de la imagen se encuentra un escrito que dice: “Haga que sus hijos se eduquen.”
En otro formato de publicidad que aparece en este mismo periódico aparece otro
escrito que menciona: “instruya deléitese, compre sus libros, periódicos y revistas
en esta modernísima fuente del conocimiento.” Es decir, una concepción en donde
se ve a la librería como la depositaría de la razón. Después de describir a los dos
vendedores de libros cada uno con sus propios métodos, nos interesa rescatar
dos puntos interesantes: el primero, es como un sector de periodistas paralelo a
esta actividad estaba concentrado en otras ligadas al mundo de las letras como
fue el magisterio, las imprentas, la abogacía, la medicina. El otro punto es como
esta descripción deja entrever algunos matices del ambiente que se fue creando
entre los lectores y las lecturas, lo que nos revela que había un material muy
especializado como fueron las leyes y códigos que eran requeridos por los
hombres de negocios, de la agricultura y del comercio regional, actividades
propias de la región, y otros en donde no cualquiera podía acceder a ellos.
Aunque la lectura no solamente fue de libros también de otros impresos como
revistas y periódicos. Sobre este último, se podría pensar que los campesinos que
se aglutinan en la SICAE, 5 mil alrededor, son lectores potenciales del semanario;
sin embargo, dada la composición social de esta forma asociativa constituida en
su mayoría por campesinos, no es del todo cierto, ya que para esos años todavía
había porcentajes altos de analfabetismo. Tan sólo en el municipio de Ahome en
donde para 1940 había una población 39 mil 208 habitante, menos de la mitad (16
mil 959) sabía leer y escribir,207 lo que no significó que la cultura del impreso que
se estaba formando en Los Mochis no haya marcado al que no sabía leer y
escribir. Como lo señala Roger Chartier, la lectura no es una invariante histórica—
ni siquiera en sus modalidades más físicas—, sino un gesto, individual o colectivo,
207
Sexto censo general de población de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaria de la Economía
Nacional, 1942.
92
que depende de las formas de sociabilidad, de la representación del saber o del
ocio, de las concepciones de la individualidad.208 Es decir, la misma red de lugares
de sociabilidad tanto formales como informales que crearon los obreros y
campesinos, como fue desde las asambleas del sindicato, el taller, la fábrica hasta
las fiestas con motivo del día del ejido fueron espacios en donde la lectura de la
noticias circuló. Por otra parte, la imagen, es especial, la caricatura política que
hace presencia durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, sería un
espacio que involucraría al debate político a los que no sabían leer y escribir. En
suma, la escritura y lectura cada vez fue más necesaria, porque sólo ella, señala
Chartier, permite la teneduría de un cuaderno de cuentas que puede preguntarse
al cliente o de un libro de hechuras comparable con el del comerciante.209
Publicidad aparecida recurrentemente en las páginas de El Debate. Fuente: El Debate, julio 1943.
La educación del obrero, del campesino y del ciudadano fue precisamente
un tema que marcó a los periodistas, a los hombres de la pluma de Los Mochis,
hombres depositarios de las ideas de la Revolución Francesa y de la modernidad.
Así, la importancia de la lectura y del papel que debió de jugar el libro en la
sociedad, especialmente en Los Mochis fue uno de los temas importantes que
208
Roger Chartier, Libros, lecturas y lectores en la Edad moderna, España, Alianza Universitaria,
1994, p. 127.
209
Ibíd, p. 133.
93
fueron abordados en las tertulias de los periodistas y en donde la prensa fungió
como la palestra en la que se discutió sobre la necesidad que tienen los
mochitenses de una biblioteca pública. “Creemos que quienes necesitan de esa
biblioteca son la clase obrera; con tanto mayor razón los obreros, en su mayor
parte, carecen de la instrucción necesaria, pues por lo general no han alcanzado a
recibir ni siquiera la que corresponde a la escuela elemental,” señala el periódico
El Debate en una editorial del 29 de octubre de 1945.
La preocupación por la educación del ciudadano no sólo sería un tema que
reagruparía a los periodistas en las salas de redacción de sus periódicos sino que
también el gusto y el placer por otras actividades culturales y artísticas como el
teatro, el cine y la poesía, las cuales sería motivo para que estos hombres de
letras se dieran cita. Asimismo, otros encuentros culturales y artísticos como las
ferias primaverales fueron espacio en donde los hombres de letras, comerciantes,
empresarios y familias enteras pululaban. En el concurso literario que se llevó a
cabo en el marco de la feria primaveral de 1938 en Los Mochis, sería el propio
Roberto Tapia Gudiño e Ignacio L. Figueroa, quienes obtuvieron mención
honorifica con las composiciones poéticas: “Novia de Primavera” y “Envío
Primaveral.” Este tipo de encuentros fue el marco de diferentes formas de
sociabilidad en donde el entramado de relaciones y vínculos que se tejen son de
diferente índole. Por ejemplo, el comité
organizador estaba constituido
formalmente por individuos de composición social de clase media y clase alta.
Para la década de los cuarenta el periodismo que se ejerció en Los Mochis
fue una actividad intelectual ligada a la literatura y a las salas de redacción de los
periódicos, es decir, no salían especialmente a la calle por la noticia; sin embargo,
empieza poco a poco a aparecer la nota local y de carácter nacional. Quienes
desempeñaron esta actividad no buscaban una retribución económica por escribir,
más bien esta práctica tuvo como objetivo no solamente hacer pública una postura
política e ideológica sino también la apropiación del espacio político. En ellos
había un compromiso como interlocutores. Es decir, todavía no surge el periodista
94
asalariado,210 aquel en donde muy pocas veces tiene que ver con el gran juego
político. Como es característico en todos los países sujetos al régimen de la
prensa mercantil, los redactores y reporteros en general deben limitarse a la
transcripción “objetiva” de los hechos o del material ofrecido por las oficinas de
prensa de las diferentes dependencias oficiales. Sin embargo, a nivel nacional, la
expansión empresarial—industrial y comercial—de la prensa ya propiciaba el
desarrollo de nuevos oficios como linotipista, prensista, reportero gráfico, y obliga
una nueva división del trabajo; editores, directores, jefes de redacción,
editorialistas, columnistas, reporteros, dibujantes, caricaturistas y fotógrafos.211Es
precisamente durante estos años en donde surge el periódico El Debate y
Unificación, en un contexto en el que la prensa alcanza un desarrollo empresarial
importante por su base industrial, sus redes informativas, sus anuncios
comerciales y su difusión. En esas condiciones, la circulación y la venta de
espacio publicitario son las principales fuentes de ingresos, base de su
sostenimiento. La venta de espacio para publicidad condiciona y acota su
proclamada “independencia,” según el grado de influencia que tienen los
anunciantes, tanto gubernamentales como del ámbito empresarial privado y
extranjero, en orientación de cada partido.212
III. 3 La prensa como un instrumento de pedagogía política
Pero bajo qué idea de periodismo escriben, acaso cuando los periodistas de
El Debate Conrado Espinosa y Manuel Moreno Rivas plasman sus artículos y
editoriales están pensando en realidad en la experiencia que tuvieron en los
Estados Unidos como hombres del escrito, acaso podemos meter al cajón del
“amarillismo criollo”213al El Debate con el que es catalogado reiteradamente por el
semanario Unificación.
En primera, los formadores de un periódico o de cualquier órgano impreso
ya sea humorístico o con tintes electorales no son simples aventureros en el
210
José Baldivia Urdininea, op. cit, p. 124.
Silvia González Marín, op. cit, p. 12.
212
Ibíd.
213
Unificación, 20 de julio de 1945, p. 1
211
95
mundo de las letras, son personas que tiene un propósito en común, que tienen
afinidades ideológicas, políticas y académica, principalmente. En segunda, sería
ingenuo pensar que cualquier impreso por más sencillo y rustico que sea como
puede ser un pasquín o un folleto, son fieles representantes de la imparcialidad.
Remontémonos cuando una vez publicada la Constitución Española de 1812 y el
bando del virrey que proclamaba la libertad de imprenta, con nitidez y poco a
poco, sin utilizar abiertamente conceptos políticos, los “diaristas” de la época se
expresaban sobre asuntos sociales aludiendo los problemas políticos.214A falta de
conceptos políticos para sustentar su debate, recurrían a la sátira, a la crítica
burlesca, chocante, que ridiculizaba lo que las autoridades presentaban como
políticamente serio. Como lo señala Roberto Castelán Rueda, evitaban manifestar
una posición política diferente de la del gobierno o sus panegíricos, pero sin duda
expresaban una opinión crítica, desacorde con la expresada por la Gaceta.215
Por lo tanto, aun cuando había un ideal de periodismo cubierto por el manto
de la modernidad, es decir, el de la imparcialidad y como lo representa en sus
primeras líneas en un artículo El Debate, cuando inicia diciendo: “soy la flor de la
democracia,”216lo cotidiano no era reflejo fiel de esos principios, ya que se
crisaban en el periódico un conjunto de visiones, ideas e intereses. Es decir, no
había una visión univoca, ni mucho menos la asimilación de prácticas políticas del
Estado mexicano.217Asimismo, el órgano de la SICAE no escapa a las tendencias
de su época, al respecto sostiene:
Unificación no pretende ni admite a priori constituirse en un poder dentro de
otro; no. Pero es la voz autorizada de cinco mil ejidatarios, que son cinco
mil ciudadanos en sus plenos derechos; y cuando se expresa adquiere el
significado de un grito regional verdaderamente fónico y cívicamente
varonil. Es un periódico del pueblo y para el pueblo, sin compromisos ni
componendas con nadie pero absolutamente con nadie; su ideología, sus
214
Roberto Castelán Rueda, op. cit, pp. 54-55.
Ibíd, p. 55.
216
El Debate, 17 de abril de 1943, p. 8.
217
Véase a Arno Burkholder, “Construyendo una nueva relación con el Estado: crecimiento y
consolidación del diario Excélsior (1932-1968)”, Según revista de historia y ciencias sociales,
enero-abril, 2009, N. 73, pp. 90-91.
215
96
propósitos son claros, nítidamente definidos; todo mundo sabe qué
queremos y por qué seguimos el propósito esencial que nos guía.218
Una de las sociabilidades masculinas desarrolladas en Los Mochis compuesta socialmente por
miembros del sector obrero-campesino. La conversación, la bebida, el canto, y el entretenimiento
fueron unas de sus funciones. No obstante, este tipo de encuentros durante las coyunturas
políticas modelaron formas de sociabilidad de carácter político. Fuente: archivo personal.
Los objetivos de los dirigentes sicaistas no estaban al margen de las
acciones encaminadas a lograr las metas revolucionarias. Sus tendencias
principales eran inequívocas: un nacionalismo marcado, “un populismo” visible y la
elevación no sólo económica y social, sino concretamente política, de los sectores
de la población menos favorecidos, es decir, los campesinos y los obreros.219
La relación “Ejido y política” fue el telón de fondo de lo que se escribió en
las páginas del semanario. Es decir, esbozamos, que en su afán de politizar a los
ejidatarios y de construcción ese puente entre ejido y política el objetivo era tener
un lugar en la vida política. Ya en la práctica, la participación de los ejidatarios en
las elecciones era la clave para hacerse de esos espacios, para legitimarlos.
218
Unificación, 3 de agosto de 1945, p. 3.
Daniel Cosío Villegas, El sistema político mexicano, México, Cuadernos de Joaquín Mortiz,
1972, p. 49.
219
97
En contraste con las ideas vertidas en El Debate, las dominantes en el
impreso campesino son explícitamente políticas, así desde sus secciones
aparecen enunciados como evidencia del marxista que regía sus artículos, e
incluso, el propio nombre del heraldo nos da una idea de su propósito fundamental
que era la unificación de las Sociedades Locales Colectivas de Crédito Ejidal de
manera homogénea las cuales estatutariamente integraban la Sociedad de Interés
Colectivo Agrícola Ejidal “Emancipación Proletaria.”220 Bajo esta idea, el periódico
jugó un papel como propagandista colectivo, como agitador colectivo pero además
como un organizador colectivo.221En ese sentido, la representación de la Hoz
como símbolo de la lucha obrera-campesina no sólo se convierte en una prioridad
pedagógica enfocada a la clase trabajadora que busca trasmitir el semanario, sino
una manera de ir imponiendo poco a poco un conjunto de ideas como era la
unificación.
La Hoz
Ayer,
Te empuñaba la mano del esclavo que recogía en la paz de
los trigales la semilla del amo.
Ayer,
Estuviste pérdida en las haciendas al servicio de todos los
magnates, oculta en los graneros y en los surcos esperando al
final de las cosechas.
Hoy,
En alto como un símbolo rebelde te llevan apretadas muchedumbres
que levantan canciones justicieras; y te imprimen en todos los
programas y apareces en todas las banderas.
Mañana,
220
Estatuto de la SICAE y Sociedades Locales Colectivas de Crédito Ejidal de R.I, Los Mochis,
1944-1945.
221
V. I. Lenin, ¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento, Moscú, Editorial
Progreso, 1977, p. 180.
98
Saldrás de las ferreterías para asaltar mansiones y palacios en cuyos
muros el ladrón acecha y en las manos de todos los hambrientos en
las testas de todos los burgueses realizaran tu última cosecha.222
Aunque la Hoz no era uno de los instrumentos fundamentales de los
trabajadores del campo debido a las condiciones locales,223 si lo era la trucha, así
como el martillo lo era de los obreros. Dos instrumentos que representan a la clase
trabajadora local pero también una manera de adoptar y de representar el
marxismo.
La coyuntura internacional de los fascismos, la adopción del marxismo
como la ideología del cambio revolucionario,224 las relaciones y lazos que se
estrecharon con los líderes obreros y políticos como lo fue con Vicente Lombardo
Toledano y con Cárdenas, pero sobre todo, la concentración importante de
trabajadores crearon las condiciones para la construcción de simpatizantes y
adherentes alrededor del marxismo y del Partido Comunista en el norte de
Sinaloa.225
Estas ideas vendrían a conformarse como un elemento fundamental para la
expropiación de tierras, las cuales por iniciativa de Carlos Ramón García y de
Lombardo Toledano se buscaba la expropiación total de los bienes de la
compañía, incluido el ingenio; sin embargo, Cárdenas, sólo expropió las tierras el
9 de diciembre de 1938.226Ante ello, y a propuesta de Lombardo Toledano las
tierras se explotarían colectivamente, lo que daría forma a la SICAE,
convirtiéndose así en un actor político importante. Las ideas marxista no sólo
tuvieron eco en los sectores sociales como el de los obreros y campesinos, sino
además, encontraron terreno fértil en los maestros y en los hombres de la pluma.
222
Unificación, 21 de abril de 1944, p. 4.
La Hoz como instrumento de trabajo no era idónea para el corte de caña de azúcar, ésta era
especialmente para los trigales. En cambio, la trucha era especial para el corte del cultivo regional.
224
Eric Hobsbawn, op. cit, p. 82.
225
Azalia López González, op. cit, p. 237.
226
Mario Gill, op. cit, p. 168.
223
99
CAPÍTULO IV. Las prácticas y los espacios de sociabilidad de los
fundadores de El Debate
IV. I Conrado Espinosa: prácticas, ideas y lazos
La llegada de profesionistas a Los Mochis que pronto se fueron ligando al
campo de la enseñanza se enmarca en el ambiente de la reconstrucción de las
conciencias como parte de un proyecto nacional, reconstrucción que en un
momento dado tomaría una orientación hacía una lucha ideológica en el terreno
de la educación. Por esa época es cuando el normalista Conrado Espinosa227
desde San Antonio Texas, estrecha una relación a través de correspondencia con
Rosario Grijalva, quien era el tesorero de la Fomentadora de Instrucción y
Educación, S.C. L., sociedad cooperativa creada el 3 de abril de 1930 por
empleados ejecutivos del ingenio azucarero, agricultores locales y comerciantes,
empleados gubernamentales,228cuyo objetivo fue crear un politécnico en Los
Mochis pero que posteriormente se convertía en el Centro Escolar del Noroeste
(CEN), escuela para varones con un sistema de internado, dirigida por el propio
Espinosa.
No obstante, la relación de amistad que estrechó el normalista egresado de
la Escuela Normal de Profesores de Guadalajara, Jalisco, no fue la primera ni la
única con gente de Sinaloa, ya que desde su juventud conoció y cultivó una larga
amistad con Ramón F. Iturbe, general de Brigada, nombramiento que le había
dado Francisco I. Madero por sus méritos en campaña.229
El primer encuentro entre estos dos personajes fue en un Centro Espírita en
Guadalajara, en donde Iturbe se encontraba en ese momento como Jefe de las
armas revolucionarias en Jalisco, Colima, Zacatecas y Aguascalientes. Conrado
había llegado al Centro Espírita en donde se practicaba el hinduismo, cristianismo,
espiritualismo, ascetismo y prácticas de magia a través del hipnotismo, por medio
227
El profesor Conrado Espinosa nació el 28 de enero de 1897 en Zapotlán el Grande, Jalisco.
Adrián García Cortes, Memorias del Cerro. Espinosa, el hombre, el maestro, México, Editorial El
Debate S. A, 1983, pp. 182-183.
229
Ibíd., p. 52.
228
100
de familiares y de amistades que había hecho en Atoyac, al sur de Jalisco. Así, la
formación de clubes como lo fue el Club Amor Universal—presidido por Conrado
Espinosa— la celebración de fiestas y tertulias en donde Iturbe proporcionaba la
orquesta o la banda del Estado Mayor,230 reforzarían los lazos de sociabilidad
entre estos dos individuos, que a la postre sería clave para el arribo del normalista
a las tierras sinaloenses por invitación del mismo Iturbe en 1919 pero ahora bajo la
figura de gobernador constitucional de Sinaloa, quien se había consolidado como
un fiel representante del carrancismo en la entidad.231
La llegada de Conrado Espinosa232 junto con su madre Soledad Rodríguez
a Sinaloa fue por el puerto de Mazatlán a la edad de 22 de años, con el objetivo de
incorporarse a las filas del aparato educativo del estado de Sinaloa por
recomendación del propio gobernador Ramón F. Iturbe, quien le había escrito una
carta para presentarla ante las autoridades educativas de la capital. Con la llegada
primero a Mazatlán—con dos meses previos a iniciar los cursos—en donde fue
recibido por la familia del presidente municipal Heleodoro Gil, familia conocida
desde Guadalajara, y posteriormente por Mariano Romero, quien era amigo del
alcalde porteño y quien se movía en el entorno político local de Culiacán, Espinosa
empezó a socializar con sus pares los maestros de la capital del estado. Su
primera experiencia en este centro urbano fue como maestro de sexto grado en la
escuela Benito Juárez, en donde aplicó los dos años de conocimientos adquiridos
en Guadalajara en donde impartió por primera vez clases en la Escuela de
Experimentación Pedagógica.
Para esos años se vivía un clima de efervescencia política a nivel nacional
con la rebelión iniciada en Sonora la cual había rendido sus frutos ocasionando
que Carranza dejará de ser el presidente y jefe del ejército constitucionalista,233
mientras que a nivel estatal, las luchas entre el gobernador Ramón F. Iturbe y
Ángel Flores, lugarteniente de Plutarco Elías Calles, ocasionaron constantes
230
Ibíd.
Azalia López González, op. cit, pp. 124-125.
232
Conrado Espinosa fue la tercera generación descendiente de español.
233
Azalia López González, op. cit, p. 63.
231
101
cambios en materia de política. Así, una vez dejado el poder por Iturbe, Alejandro
R. Vega ocuparía el puesto de gobernador provisional de Sinaloa. El escenario
que se vivía y en especial la situación por la que pasaba Iturbe con el cambio de
poderes a Mazatlán y con la lucha contra Flores, no trastocó la vida social que iba
empezando a hacer el normalista en la capital del estado pero si menguó los
encuentros entre Iturbe, ya que ante la propuesta del entonces gobernador de
acompañarlo al puerto éste decide quedarse, así pues, los momentos agradables
y de placer propios de reuniones de amigos y de espacios de sociabilidades
mundanas que practicaba la familia del gobernador junto con el normalista, como
lo fueron las tardes de tertulias y los encuentros para ir a cazar liebres a Tierra
Blanca, Culiacán, se fueron desdibujando en los itinerarios del General y del
normalista. Sin embargo, la correspondencia fue un medio que los mantenía
unidos y en contacto, Conrado seguía en Culiacán ahora como inspector escolar e
Iturbe como refugiado político en la ciudad de México. Entorno a la situación que
guardaba la política local y nacional, y sobre el hospicio que había creado Iturbe y
que fue blanco de muchas críticas y que desde la llegada a Culiacán lo cuidaba
Espinosa, fueron algunos de los temas que vertebraron las epístolas que se
enviaron.
Una vez que Conrado Espinosa asumió su nuevo puesto como inspector de
escuelas particulares empieza a enarbolar sus conocimientos en materia
educativa situación que también le permitió estrechar relaciones de amistad con
maestros y personal de las escuelas. Justo en los albores del proyecto del
nacionalismo cultural vasconcelista, Espinosa junto con sus pares empiezan a
celebrar encuentros dominicales en el Colegio de Señoritas “Teresa Villegas,”
cuyo objetivo fue llevar a cabo actividades para reformar el tipo de educación que
se impartía en la entidad.234 En dichos encuentros estableció una sólida amistad
con la entonces fundadora del colegio María de Jesús Neda Bonilla, quien era
hermana de madre de Manuel Bonilla, ex ministro para esos años de Madero.
234
Adrián García Cortes, op. cit, p. 65.
102
Poco después del arribo del profesor Espinosa como inspector escolar, éste
ingresó a la Universidad de Occidente, la cual acababa de ser transformada de
Colegio Rosales a institución universitaria en el gobierno del general Ramón F.
Iturbe, en donde por influencia directa del doctor Bernardo J. Gastélum, en mayo
de 1918 se expide la Ley que crea la Universidad de Occidente y le concede su
autonomía. En su corta estancia, y en compañía de un grupo de amigos crean la
normal libre en la cual ocupó cargos de prefecto, maestro y bibliotecario. Moverse
en estos círculos académicos e intelectuales lo llevaron a estrechar lazos afectivos
entre alumnos y maestros de la institución universitaria, la cual, al poco tiempo, en
octubre de 1922, retorna a la estructura de colegio, creándose así el Colegio Civil
Rosales, debido a la situación política y social en que se encontraba la entidad y el
país. Esta red de vínculo que teje el normalista con Francisco Elenes Almada,
Mariano Romero, Luis A. Cervantes, Clemente Vizcarra, Ricardo Rojo Ruiz, da
como resultado la fundación de un órgano estudiantil cultural, llamado Vesper,
cuyo primer número fue editado el primero de abril de 1922. Este impreso cultural,
considerado como una estructura elemental de sociabilidad, estuvo anclado a
buscar la mejoría social y ser un espacio intelectual de esta generación de
jóvenes. Entre sus páginas, las cuales constaban de 24 y salía a la luz pública
cada 15 días, el profesor Espinosa tuvo una columna que intituló “El demonio
familiar”, espacio que siguió manteniendo aun cuando se encontraba radicando en
el extranjero.
Así, pues, en un contexto en donde la capital mexicana estaba en
efervescencia cultural, un momento central del desarrollo de los jóvenes
intelectuales de la clase media como fue el caso de Manuel Gómez Morín 235,
quien para 1921 contaba con la misma edad (24 años) que Conrado Espinosa 236 y
que posteriormente conformarían un entramado de lazos de amistad con el que
sería el fundador del Partido Acción Nacional (PAN) en México, pero que en ese
momento histórico los ideales de Vasconcelos hicieron eco en la mente del
profesor normalista. En este proyecto nacional de Vasconcelos —quien había
235
236
La fecha de nacimiento de Manuel Gómez Morín es el 27 de febrero de 1897.
La fecha de nacimiento de Conrado Espinosa es el 28 de enero de 1897.
103
combatido la dictadura porfirista— y que emprendió una batalla contundente
contra el analfabetismo, creando para ello escuelas rurales, misiones y centros
culturales, el normalista se sumaría como maestro misionero237 del proyecto.
Sobre el plan de Vasconcelos Espinosa apuntaba: “lo que más me llamó la
atención, sin embargo, era la idea central del programa educativo que consistía en
imponer la igualdad de la enseñanza partiendo de la igualdad de los hombres ante
el espíritu, al estilo de la vieja tesis católica española.”238
Atraído por las ideas vasconcelistas y a raíz de algunas diferencias con el
coronel José Aguilar, quien ocupó el cargo de gobernador interino en ausencia del
gobernado Ángel Flores, pero sobre todo, por la cruzada de Vasconcelos, el
profesor jalisciense decide trasladarse a la ciudad de México, en donde empezó a
socializar de nuevo con Iturbe, que para esos años ya se encontraba organizando
una compañía explotadora de petróleo y seguía siendo pontífice del hipnotismo.
Una vez en la capital del país no demoró en entrevistarse con Vasconcelos; su
llegada con meses de anticipación le permitió llevar a cabo actividades lanzando
convocatorias para que más jóvenes se incorporaran como misiones en las
comunidades indígenas. Así, llegado el momento, se lanza a fundar en un pueblo
de la sierra hidalguense las dos primeras escuelas primarias del régimen federal,
una diurna y otra nocturna y a sentar las bases para la primera misión cultural del
programa de Vasconcelos. De la escuela nocturna recibió el nombramiento de
director por el propio Vasconcelos en enero de 1923, no obstante, al poco tiempo
recibiría el cargo de director general de Educación en Tabasco, en donde marcado
por el panorama político difícil por el que atravesaba el país; primero, con el
conflicto entre obregonistas y delahuertistas, segundo, las tensas relaciones que
se estaban creando entre el centro y la periferia, es decir, entre una clase política
237
Las misiones culturales fueron creadas en 1923 por Roberto Medellín, Oficial Mayor de la SEP,
como instrumento de actualización para profesores rurales y “brigadas de fermentación ideológica
y de renovación de los conocimientos y métodos de los maestros”. Eran, como se sabe pequeños
grupos de maestros (“misioneros”) con una cierta especialización en áreas tales como pedagogía,
geografía, historia, matemáticas, artes y oficios, que realizaban visitas periódicas y de corta
duración (“misiones”) a poblaciones aisladas…píe de página tomada de Guillermo Palacios, La
pluma y el arado. Los intelectuales pedagogos y la construcción sociocultural del “problema
campesino” en México, 1932-1934, México, El Colegio de México, p. 18.
238
Adrián García Cortes, op. cit, p. 73.
104
local que se fue formando entorno a los gobernadores y el centro representado por
el callismo, Espinosa se vio envuelto en problemas con Garrido Canabal,
gobernador de Tabasco, quien junto con Emilio Porte Gil en Tamaulipas, Adalberto
Tejeda en Veracruz, Felipe Carillo en Yucatán y Saturnino en San Luis Potosí
conformaron el bloque de gobernadores del golfo, quienes le prestaron a Calles un
apoyo condicionado y contribuyeron a formar parte de su fuerza como factor
político nacional.239Bajo este escenario, Conrado Espinosa sería blanco de
Garrido acusándolo de ser delahuertistas240y por no compartir y no estar
convencido de “desfanatizar” al pueblo mediante la destrucción del catolicismo y la
construcción del nuevo ciudadano” a través de la escuela racionalista,241 la cual se
enfocaba más a las estructuras ideológicas y políticas como vía para la
transformación de la sociedad. Este panorama ocasionó que el normalista dejara
el país y se exiliara en San Antonio Texas, Estados Unidos, en donde tuvo
contacto con el consulado mexicano, a través del cual se conectó con el medio
periodístico de habla hispana,242 escribiendo en el impreso El Nacional. Una vez
en San Antonio, Texas., en el mismo ambiente periodístico norteamericano, el
normalista conoce y teje un vínculo afectivo con Ignacio Lazano, un inmigrante
mexicano que creó toda una empresa periodística y editorial con presencia en la
comunidad de habla hispana del sur de Estados Unidos, formando La Prensa (San
Antonio) y La Opinión (Los Ángeles).243Así, recibiendo ingresos por su desempeño
como hombre de letras,244 el normalista se contactó con el doctor Bernardo
Gastélum245—con quien había formado una amistad durante su estancia en
Sinaloa— para que éste le facilitara un pase de ferrocarril hasta Laredo para su
239
Azalia López González, op. cit, p. 129.
Adrián García Cortes, op. cit, p. 88.
241
Entre 1929 y 1935, es decir durante el “Maximato,” la actitud del Estado mexicano frente al
problema educativo era una sola; el respeto absoluto del artículo 3º, que implicaba el
establecimiento de una educación laica, entendida ésta como libre de prejuicios religiosos, véase a
Roberto Blancarte, Historia de la Iglesia católica en México, México, FCE/Colegio Mexiquense,
1992, p. 43.
242
Adrián García Cortes, op. cit, p. 95.
243
Susana Quintanilla, “La película que usted no pudo ver,” Proceso, No. 19, octubre, 2010, p.23.
244
La expresión de” hombre de letras” fue establecida por Roger Chartier al analizar cómo algunos
intelectuales durante el siglo XVIII definieron a los letrados como individuos volcados al estudio, la
lectura y la vida de gabinete.
245
Para esos años Gastélum ya se encontraba como subsecretario de Educación pública.
240
105
madre, la señora Soledad Rodríguez, a quien le había guardado fidelidad tras
separarse de su padre, Rafael Espinosa. Como vigilante y celosa de sus
amistades, Soledad Rodríguez, de un carácter especial, guardaba un lazo
importante en la vida del normalista. Al igual que Conrado Espinosa; la madre,
protectora, casi divina, también jugaría un papel importante en la vida del también
normalista oaxaqueño José Vasconcelos, de la que se refería de esta manera. “La
voz entrañable de mi madre orientaba mis pensamientos, determinaba mis
impulsos. Se diría que un cordón umbilical invisible y de carácter volitivo me ataba
a ella…246”
Ya instalado en uno de los suburbios y con una reciente licencia por tiempo
indefinido otorgada por el propio Vasconcelos con quien se había entrevistado en
una visita que tuvo el político y el filósofo mexicano a San Antonio, Conrado
Espinosa reanuda sus colaboraciones en la revista Vesper. El perfil que tenía y
que iba forjando el normalista no era ajeno al que caracterizó al trabajador
intelectual del cañedismo en Sinaloa. Por ejemplo el periodismo fue una práctica
social importante de los literatos en donde la prensa constituyó la palestra de
éstos intelectuales quienes no sólo escribían sus poemas, cuentos y crónicas, sino
que ejercieron en la parcela del poder un papel fundamental en la vida pública ya
que se ungieron representantes de la opinión pública—guías intelectuales y
morales—.247La prensa en la etapa independiente de México fue, mediada por el
liberalismo, un espacio exclusivo para la manifestación de las ideas principalmente
políticas, pero también sociales, filosóficas y literarias; fue en este espacio donde
la mayoría de los intelectuales ejercieron la incipiente opinión pública, y desde la
cual buscaron adoctrinar, educar o moralizar con editoriales o artículos, pero
también por medio de poemas y relatos.248La función de la prensa, como espacio
para la manifestación de las ideas, no cambió en la etapa posrevolucionaria. El
Maestro Rural, un impreso creado por intelectuales y que cumpliría el papel de
vaso comunicante entre la cúpula de la Secretaria de Educación Pública (SEP) y
246
José Vasconcelos, Ulises criollo, México, CFE, 1983, p. 7.
Javier Velázquez, Los autores del régimen. El mundo literario en el cañedismo. México, Instituto
Municipal de Cultura Culiacán, 2012, p. 12.
248
Ibíd, p. 29.
247
106
los maestros rurales, fue una de las arenas donde se disputaba la prerrogativa de
determinar la representación del campesino sobre la cual se establecerían las
políticas
sociales,
económicas
y
sobre
todo
culturales,
del
régimen
posrevolucionario.249 Fue una etapa que aunque ya no había un control de la
opinión y del espacio público por el régimen porfirista, se recurrió a la represión o
al chantaje para contener los exabruptos de una prensa que, en general no
comulgo con la Revolución.250Una prensa, que por otro lado, tuvo fundamentales
cambios en su fisionomía, debido al desarrollo empresarial, por su base industrial,
sus redes informativas, sus anuncios comerciales y su difusión.
Bajo estas vicisitudes de la prensa, el profesor Conrado Espinosa inicia una
etapa como hombre de letras publicando en periódicos de los Estados Unidos, en
los cuales tomaría postura sobre lo que pasaba en México como fue la rebelión
cristera; sin embargo, el normalista interrumpe parcialmente dicha etapa
sumándose al movimiento escobarista, en el cual ingresa de la mano del propio
Iturbe contra el callismo. Con el grado de Mayor Pegador de la Extrema
Vanguardia del Ejército Renovador regresa a Culiacán, Sinaloa, instalándose
posteriormente en La Cruz, en San Blas—en compañía del general Cruz—y luego
en Los Mochis. Una vez que el movimiento escobarista fue derrotado obligó a
Espinosa a regresar a los Estados Unidos junto con Iturbe en donde ahora con la
esperanza del triunfo de Vasconcelos en las elecciones de 1929 vuelve a escribir
pero ahora en un impreso (La Chispa) que funda en Chicago con un grupo de
amigos, cuyos principales escritos se enfocaron a hacer campaña a favor del
político oaxaqueño. Otros intelectuales empáticos con el movimiento de
Vasconcelos que también se sumarían a la campaña pero desde otras trincheras
fue el caso de Manuel Gómez Morín, quien visto como crítico y con ideas
revolucionaria para esa época,251 renuncia a su puesto de gobierno para apoyar al
candidato de oposición, coyuntura que unía a estos dos intelectuales en un solo
249
Guillermo Palacios, La pluma y el arado. Los intelectuales pedagogos y la construcción
sociocultural del “problema campesino” en México, 1932-1934, México, El Colegio de México/CIDE,
1999, p. 63.
250
Silvia González Marín, op, cit, p. 66.
251
Roderic Ai Camp, La formación de un gobernante. La socialización de los líderes políticos en
México post-revolucionarios, México, FCE, 1986, p. 185.
107
proyecto; sin embargo, no sería hasta años después cuando empezarían a tejer
una amistad bajo la finalidad de construir otro proyecto político.
La idea de crear un partido político de oposición ya yacía en la mente del
batopilense desde años previos a la elección del 29; no obstante, a raíz de la
declaración que hace el presidente Calles en su último informe de gobierno—1º.
de septiembre de 1928, en donde invita a la ciudadanía a participar libremente en
próxima contienda electoral, Gómez Morín pensó en consolidar su idea: una
institución que preparara a la ciudadanía para su permanente actividad política. 252
Sin embargo, a pesar del talento y figura de Vasconcelos no consiguió que su
movimiento se consolidara debido a que desde un principio actuó desorganizado,
preparado sólo para un triunfo electoral sin considerar su permanencia después de
las elecciones. Mientras que él ostentaba la candidatura que era fugaz, Manuel
Gómez Morín Poseía la idea del partido político: la organización de la
permanencia.253
Después de mucho avatares marcados por la situación política por la que
atravesaba el país— como fue el fracaso electoral del candidato en 1929— de los
cuales escribió en los periódicos de los Estados Unidos, forjando una larga
trayectoria como hombre de letras, portador de otras culturas, Conrado Espinosa
decide volver a Sinaloa a raíz de una propuesta de trabajo como director de una
escuela politécnica la cual se quería instalar en Los Mochis, pero sobre todo, por
un problema de salud que aquejaba a su madre. Tan pronto tomó la decisión y a
sugerencia de Agustín Airola, con quien había sido compañero en el movimiento
escobarista, Conrado Espinosa se comunica con la sociedad que habían creado el
proyecto de la escuela politécnica. De esta manera empieza a intercambiar puntos
de vista sobre el tema de educación y su estancia en Los Mochis, tanto con
Rosario Grijalva, quien era un alto ejecutivo del Ingenio Azucarero y un hombre de
gran de confianza de Benjamín F. Johnston—quien era además, como lo
mencionamos al principio del estudio, el tesorero de la Fomentadora de
252
253
Xóchitl Patria Campos López, op. cit, pp. 220-221.
Ibíd, p. 223.
108
Instrucción y Educación, S.C. L—; asimismo, con Alfonso L. Gaxiola y Eduardo
Rousset, presidente y secretario de la Fomentadora.
Mientras que desde la capital mexicana, algunos de los círculos de
intelectuales vinculados a los programas de educación rural discutían sobre la
integración nacional, en donde sobresalía como era de esperarse el papel del
campesino en la vida nacional254y en donde el Estado mexicano mantenía una
sola actitud respecto al problema educativo: el respeto absoluto del artículo 3º,
que implicaba el establecimiento de una educación laica, entendida ésta como
libre de prejuicios religiosos;255 en la correspondencia, la cual duró desde febrero a
mayo de 1934, el normalista le hace llegar a Grijalva un bosquejo que tituló Bases
para una Organización Educativa, en el cual toma una postura sobre seis ejes:
enseñanza, educación, laicismo, civismo, familia y humanismo. En él, claro está
diferente a la mirada oficial que se venía formando y divulgando a través de los
diferentes espacios, por ejemplo, abordaba a la familia como el núcleo
indispensable para existencia social.256Una concepción que se ancla en la idea de
que la familia es la auténtica y la más antigua de todas las sociedades humanas,
porque la familia es “anterior” a la sociedad civil y su raíz.
257
A través de la
integración de las familias entre sí se constituyen unidades de coexistencia
mayores, que no son sino “conglomerados de familia,” “eslabones de una cadena.”
De la familia “nace el linaje, el municipio, el pueblo y la nación. 258” Estas ideas
profesadas por Conrado Espinosa, las cuales se enmarcan en una de las
corrientes del pensamiento católico mexicano (derecha radical), 259 tuvieron buena
254
Guillermo Palacios, op. cit, p. 30.
Roberto Blancarte, op. cit, p. 43.
256
Adrián García Cortes, op. cit, p. 167.
257
Nora Pérez-Rayón E., Mario Alejandro Carrillo, “De la derecha radical a la ultraderecha en el
pensamiento social católico,” en Roberto Blancarte (Compilador), El pensamiento social de los
católicos mexicanos, México, FCE, 1996, p.115
258
Ibíd, pp. 115-116.
259
En general, el pensamiento católico rechaza cualquier tipo de injerencia del Estado. En el caso
de la educación—en donde la libertad religiosa se considera como un derecho familiar—el Estado
no podía intervenir en ella ni en la integración de la familia. Hablando de manera particular, la
derecha radical es en gran medida “reformista”; constituida como organizaciones intermedias,
busca incidir dentro del orden establecido para modificarlo. Los canales a través de los cuales
ejerce su acción son principalmente institucionales, ya sea dentro de la esfera gubernamental o del
255
109
recepción en la mente de la reciente elite política de Los Mochis conformada por
ejecutivos del Ingenio Azucarero, agricultores, comerciantes, profesionistas y
empleados de gobierno. El entramado de relaciones que tejieron estos individuos,
con determinadas prácticas de sociabilidad se fueron formando y posteriormente
consolidando bajo una proyección política más clara, de la que sería parte
Espinosa. La creación de una escuela particular (politécnica, en su inicio) no fue
ideada como una necesidad colectiva, sino más bien como una necesidad de ésta
élite política que no estaba de acuerdo con el quehacer de Estado mexicano
posrevolucionario. Una escuela que sería no sólo el espacio de aprendizaje de sus
descendientes sino un espacio de socialización estudiantil y sobre todo un espacio
de formación ideológica. Más adelante entraremos en materia sobre este último
punto.
IV. 2 La correspondencia, lugar de intercambio intelectual
La doctrina de la hispanidad—una de las dos irradiadas por España hacia
los países de América Latina desde los últimos años del siglo XIX y hasta
mediados del XX—no fue ajena al pensamiento de Conrado Espinosa. Con la
elaboración de una nueva versión del nacionalismo (la doctrina hispanista)
orquestada por la dictadura de Primo de Rivera, que reformuló la protesta
noventaiochista con la introducción de un nuevo enfoque teológico-político, los
planteamientos hispanoamericanistas habían perdieron fuerza. Así, el franquismo
adoptó la doctrina de la hispanidad para sustentar una ideología que amalgamaba
al catolicismo militar, la acción civilizadora y la unión espiritual de España con sus
antiguas colonias. Ideas que no tardarían en llegar a México y expandirse en el
territorio nacional.
En la idea de ir construyendo no sólo materialmente al colegio sino también
política e ideológicamente, aunque de esta parte no hay nada explicito, empieza a
cartearse con Alejandro Avilés, quien se va a convertir en uno de sus
colaboradores como maestro y como integrante de un grupo de amistad. En una
ámbito de la sociedad civil. Organizaciones como Pro-Vida, Unión Nacional de Padres de Familia,
Asociación Nacional Cívica y Femenina.
110
carta que le envía Espinosa desde Los Mochis a La Brecha, Guasave, en donde
Avilés vivía con sus padres, con fecha 30 de junio de 1936, le confiesa. “Quiero,
principalmente, una purga radial de mentiras consagradas; la formación de un
criterio humano, claro que hasta donde sea posible, para situar la propia
personalidad en el fenómeno histórico-geográfico. Por mandato legal, y quiero ser
sincero respetuoso de la ley, debemos ser socialistas. Bien, somos socialistas,
pero, pero seamos socialistas, con un amplísimo sentido humano.” En la misma
carta, seguía diciendo, “para ser mexicanos, someter a riguroso examen nuestro
indianofilismo, quedarnos con lo vivo y útil de él y tomar las responsabilidades y la
conciencia de nuestro españolismo, que es del Cid Campeador, de Isabel la
Católica y de Hernán Cortés…”260
Alejandro Avilés, hijo de Manuel Avilés Inzunza y de María del Refugio
Inzunza Angulo, una familia con cierto nivel económico que se sostenía con una
empacadora de legumbres, ya contaba con experiencia de maestro desde los 14 y
hasta los 17 años, tiempo que dedicó a impartir clases en la escuela oficial número
cuatro de la localidad, pero para esos años colaboraba con su padre en la
empacadora, la cual estaba en La Reforma. Avilés no tenía el gusto de conocer
personalmente al maestro jalisciense luego de que éste cuando fue a buscarlo
personalmente—por recomendación de Anita Peiro, maestra de Inglés y música
en Los Mochis—para entrevistarse y proponerle un espacio en la reciente escuela
particular fundada en la ciudad, Avilés no se encontraba en el municipio norteño
ya que andaba en unas diligencias en la capital del estado de Sinaloa. A pesar de
ello, y aunque distantes físicamente pudieran intercambiar ideas y afectos por
medio de cartas. A través de ellas, discutieron los planes de estudios que se
deberían impartir en el colegio bajo la luz del perfil que buscaron construir en el
alumnado. Desde La Brecha, Avilés responde la grata del 30 de junio de 1936, en
la que le dice. “Encuentro magnifica su idea de hacer, en la historia, “una purga de
mentiras consagradas,” porque eso, desgraciadamente, son la mayoría de
nuestros textos históricos: mentiras consagradas. Los niños deben de recibir una
suma exacta—aunque sea reducida—de conocimientos históricos…Los alumnos
260
Adrián García Cortés, op. cit, p. 222.
111
deben de saber que, si son mejicanos (sic), tienen más de español que de ninguna
otra raza y que además su cultura es hispanista, aunque haya recibido otras
influencia.”261De esta manera, la educación socialista impulsada por la política
cardenista se convertiría en uno de los terrenos en donde se manifestó la
oposición anticardenista. Los ataques en su contra lograron vincular algunos
intereses de los sectores medios afectados con los de grupos católicos y de cierta
burguesía nacional.262
La intención de resignificar el papel de España dentro de un nuevo proyecto
de nación y de sociedad cobraba cada vez más fuerza en la clase media. Este
contexto, aunado a la oposición de la educación socialista, daría pábulo a la
práctica epistolar, espacio privilegiado de estos dos intelectuales,263 en donde
discutieron e intercambiaron puntos de vistas, en las que Avilés deja explicito la
fuerza que cobran estas ideas en su mente. Esta doctrina de la cual eran adeptos
los profesores, resonarían en uno de los periódicos locales que ellos, junto con
otros periodistas fundarían en los albores de los años cuarenta. Se trata del El
Debate. En su primera etapa del impreso como semanario que corresponde del 10
de marzo de 1941 al 19 de enero de 1942, Conrado Espinosa, titula una editorial
del 31 de marzo de 1941, “La Hispanidad,” en la que asegura que “el movimiento
de hispanidad debe un movimiento de pueblos, debe trascender todas las capas
sociales y conciencias, sentar cátedra en las academias y entre los surcos, en los
bancos y en los talleres.”264
Cautivamos por el pensamiento hispanófilo Conrado Espinosa y Alejandro
Avilés, quien era 18 años menor que el normalista jalisciense, y que en sus
tiempos libres gustaba por la poesía, además de ser autodidacta, emprenden el
vuelvo de salir adelante con el CEN reforzando el sistema de la enseñanza
secundaria a pesar de las peripecias principalmente económicas y por la falta de
261
Ibíd, pp. 226-227.
Ricardo Pérez Montfort, op. cit p. 18.
263
A decir de Chartier la identidad de “intelectual” no te la da solamente la condición de lector y
escritor, sino que también ésta viene marcada por su participación en las pequeñas sociedades
donde los eruditos se encontraban, discutían y mantenían intercambios culturales.
264
El Debate, 31 de octubre de 1941, p. 3.
262
112
maestros. El colegio, exclusivo para varones, se encontraba en la misma
sindicatura de Los Mochis al píe del Cerro de la Memoria, en donde se encontraba
además en otro costado del cerro el camposanto de la ciudad. Con el trabajo de
maestros y alumnos se instalaron dormitorios, cocina, comedor, biblioteca,
dirección y sala de banderas, aulas para actividades que requerían mayor
concentración.265 En el exterior, se acondicionó un jardín, se instaló la erección del
astabandera, precisamente al píe de las gradas que daban acceso al pabellón
central; allí se izó la bandera el día de la inauguración y fue el escenario en donde
se llevaban a cabo el acto de formación cuando ya estaba organizado militarmente
el Cuerpo de Campeadores. Tiempo después, fue rodeado el mástil con una base
de biznagas. Luego se hizo una glorieta alrededor de un guacaporo,266 el más
grande que había en el lugar, al píe del cual se acondicionaron bancas
semicírculos convertida en una vistosa y campirana aula. Más tarde se hicieron
varios cobertizos que se destinaron a la escuela primaria y a talleres, incluyendo
además uno para las bicicletas de los alumnos externos. Estos cobertizos eran
con techos de teja y horcones que se recubrieron con piedras pegadas con mezcla
y formando columnas con una apariencia robusta.267Se tuvieron mulas para el
arado, caballos para el transporte, vacas para la leche, gansos y gallinas para
alimento. Además, un campo de hortalizas, parcela de flores y una huerta.
Una vez creadas las condiciones físicas y materiales del colegio al píe del
Cerro de la Memoria, el ambiente escolar que resultó de la interacción de
profesores y alumnos, de actividades estudiantiles, culturales y cívicas, y de
acontecimientos políticos, estuvo marcado por el ambiente social e intelectual de
la época. Un ambiente que sin lugar a dudas tuvo influencia de la doctrina
hispánica que profesaron los maestros del colegio con el objetivo de reivindicar el
legado cultural español. La selección de la inauguración del colegio (12 de octubre
265
Adrián García Cortés, op. cit, p. 231.
El guacaporo es un árbol con una altura de alrededor de cuatro metros de altura y que se
localiza en el norte de Sinaloa. Sus principales características son: sus espinas se encuentran en
el palo, las ramas son puras hebras con hojas chicas. Florece en racimos amarillos y la fruta es un
ejote. Crece en todo tipo de terreno, a la orilla de canales, ríos, arroyos, todo el tiempo está verde y
florea por cuaresma.
267
Adrián García Cortés, op. cit, p. 233.
266
113
de 1934, Día de la Raza), en nombre del Cuerpo de Campeadores en referencia al
Cid Campeador, son algunos de los ejemplos que podemos mencionar que
alimentaron la identidad del nacionalismo que abrazaron estos hombres de letras.
Representada la figura del maestro268 como propagador de valores y
habilidades políticas, que imparten normas y que están tienes implicaciones
políticas y económicas, Conrado Espinosa, en su época de hispanista, organiza a
principios de 1935 un cuerpo de Campeadores integrados por los estudiantes del
plantel, cuyo nombramiento significó un símbolo de la devoción que tenía el
normalista a España. El primer himno de este cuerpo de Campeadores fue escrito
por Alejandro Avilés, el cual decía:
Compañeros alegres cantemos
la canción de este Centro Escolar
y luchemos con fe inquebrantable
por llevar adelante su ideal.
Lancémonos a la lucha
con alegría y valor
y vámonos a la conquista
del saber y del vigor
Compañeros alegres cantemos…269
El Cuerpo de Campeadores, el cual estaba integrado por estudiantes de
secundaria, no sólo fue un grupo de alumnos exploradores de la región y de otros
lugares, sino que fue un grupo de amigos, que los unía la aventura, la disciplina,
pero además el espíritu de solidaridad y un ideal. Inspirado en ello, Avilés, les
escribe un mensaje de esperanza desde la capital del país el cual apuntaba:
“Sobre el estrépito del mundo que gime en cráteres y lavas, llega mi voz amiga
hasta vosotros con un claro mensaje de esperanza. Porque en el cielo torbellino
en que la Patria se estremece vosotros sois alas tendidas que, en ímpetu de fe,
salvarse quieren. Porque anheláis la paz de Cristo y hacéis la guerra a los
268
En el proyecto cultural posrevolucionario la figura del maestro rural fue representada como el
“héroe espiritual del campo,” su conducta tenía que ser impecable, pues por si misma constituía
una enseñanza viva del buen vivir. El maestro era un modelo, una vitrina de virtudes, y esa
segunda naturaleza tenía que estar constantemente presente en su conciencia para que actuara
en consecuencia y fuera ejemplo.
269
Adrián García Cortés, op. cit, p. 238.
114
traidores que juegan con la túnica bendita y venden a la patria hecha
jirones…270”En suma, aludimos que las primeras generaciones de estudiantes
fueron permeadas por un conjunto de principios y de valores muy definidos
política, cultural e ideológicamente.
IV. 3 El Debate, lugar de encuentro y espacio de relaciones
afectivas
¿Pero cómo surge este periódico en Los Mochis y qué papel jugó en el
espacio político? El nacimiento del periódico El Debate no surge bajo el control de
un hombre, como fue la creación de una de las revistas literarias más celebres de
Francia, La Nouvelle Revue Fraçaise (La NRF), la cual, aunque pertenecía a un
pequeño grupo de intelectuales, ciertamente fue dominaba por André Gide, uno de
los escritores numerosos hasta la segunda guerra mundial, protestante, dotado de
una fortuna suficiente para consagrar todo el tiempo que disponía a su obra. 271En
cambio, A decir de Lorenzo Valdez López, ex director general de El Debate, el
periódico fue forjado en el Centro Escolar del Noroeste por Manuel Moreno Rivas,
Conrado Espinosa y Alejandro Avilés, ya que en la ciudad solamente existía un
semanario (Las Noticias) y había la necesidad de un periódico más
cotidiano.”272Pero cómo se fue formando este reducido grupo de hombre de letras,
evocadores de afinidades electivas. El primero de los fundadores, Manuel Moreno
Rivas, fue el último que llega a Los Mochis a principios de 1940, en compañía de
su esposa Bertha Colunga y de su hija Elvina, por conducto de su hermano Óscar,
que ya se encontraba en la naciente ciudad cañera ocupando un puesto de
mecanógrafo en el recién inaugurado Banco Nacional de Crédito Ejidal fundado en
1939, puesto al que había llegado por recomendación del propio Manuel. Al tercer
día de estar Moreno Rivas en Los Mochis, llegado de Tepic, Nayarit, en donde se
vio involucrado en sucesos políticos siendo blanco de represalias por claridoso de
la persona del Gral. Juventino Espinosa, Gobernado Constitucional del vecino
estado de Nayarit, su hermano Óscar, que al poco tiempo fundaría la Academia
270
Ibíd, p. 211.
Michel Winock, El siglo de los intelectuales, España, Edhasa, 2010, p. 160.
272
Entrevista a Lorenzo Valdez López, Los Mochis, Sinaloa, 24 de diciembre de 2011.
271
115
Comercial Webster, lo lleva al Centro Escolar del Noroeste (CEN) para
entrevistarse con Conrado Espinosa. En ese momento en que el CEN se
encontraba en su apogeo, con un importante itinerario de actividades culturales en
donde se llevaban a cabo festivales, veladas y carnavales en los diferentes
espacios—Teatros, Plazuela 27 de Septiembre y en el propio CEN—. “Cuando
Manuel Moreno Rivas conoció a Espinosa nació una entrañable amistad e
intercambio de ideas y pensamientos que luego se manifestó en un aprecio y a
solicitud de Espinosa la familia Moreno Rivas se fue a vivir bajo el techo que le
ofreció el noble Maestro, viviendo allá cerca de un año.273”Así, Moreno Rivas
empezaría a dar clases de inglés y de química en el CEN, por los conocimientos
que había adquirido en los Estados Unidos cuando estudió en la Universidad de
California en 1931, en la cual obtuvo el título de Ingeniero en Química. Su
recorrido por San Francisco y por Berkeley lo emprende en 1924, pero antes había
estado viviendo en Guadalajara, Jalisco, ciudad a la que migró junto con su
familia, quienes obligados por el movimiento revolucionario que sacudía la capital
del país tuvieron que salir de la ciudad de México. Siendo el mayor de sus
hermanos y al faltar sus progenitores, luego de que su padre fuera asesinado en
1921 y tras el fallecimiento de su madre, éste tomaría la responsabilidad de sacar
adelante a sus hermanos por lo que decide llevárselos al país vecino del norte. Su
estadía en los Estados Unidos y las relaciones que entabló en Nueva York le
permitió crear contactos con el medio periodístico escribiendo en la revista Nueva
Democracia, órgano que circuló entre la población de habla hispana del país
vecino, ingresó además, al Club Hispano Americano. Ya cuando termina su
carrera, éste decide regresar a México, su país natal, para trabajar como químico
en los ingenios de la República, residiendo así en Nayarit en donde trabajó en el
ingenio de Puga, ubicado en la capital de esa entidad.274
Ya en Los Mochis, como se podría esperar, contrario a un individuo
antípoda, Moreno Rivas empieza a socializar con los hombres de letras y de
273
Alfredo Borboa Vega, “Manuel Moreno Rivas, un personaje con mucha historia, 1940,” Al
Compás de los Recuerdos, No. 9, diciembre de 1992, p. 14.
274
Sergio Herrera y Cairo, Tarántulas y alacranes. Crónicas del periodismo sinaloense, México,
Debarte, 2003, pp. 202-203.
116
negocios del reciente centro urbano del norte. Poseedor de un gran conocimiento
de la coyuntura internacional por la que atravesaban las naciones dada la segunda
guerra mundial, apoyado por sus habilidades y en su experiencia como periodista
en los Estados Unidos, empieza a colaborar en la primera estación de radio
comercial, la X.E.O. X, de Felipe García de León, con quien había entablado una
relación de amistad y laboral. En plena guerra, Moreno Rivas transmitió las
noticias que generaban los países involucrados a través del espacio radiofónico.
El hecho de contar con un pequeño radio, en el cual sintonizaba las estaciones de
la ciudad de San Francisco, California, en donde escuchaba las noticias en inglés,
le permitió transmitir directamente las notas de guerra. Su papel desempeñado de
frente a los micrófonos, lo llevo a colaborar en el semanario de Las Noticias de
Alfonso Cano, dejando el puesto en la X. E. O. X, el cual lamentó, ya que no sólo
transmitía información de carácter bélica sino además incursionó en otros
programas dando vida al programa radial “Baile Imaginario,” en donde los
radioescuchas podía participar a través de sus llamadas.275
Con algunos valores y experiencias diferentes, con visiones comunes sobre
ciertos tópicos y marcados por el espíritu de la época, este grupo de hombre de
letras poco a poco se fue compactándose, en donde la formación del periódico
jugaría un papel importante no sólo como un lugar común entre ellos, sino además
como una estructura elemental de sociabilidad y un espacio de relaciones
afectivas. El periódico también visto como de un proyecto cultural, político y
educativo en el marco de las ideas de la modernidad, se enmarca en un ambiente
de los fascismos de la Segunda Guerra Mundial—en los que sin lugar a duda
influyó en la vida política del país,— en el expansionismo de los Estados Unidos a
través del Panamericanismo, en la formación de una oposición hacía el
cardenismo que habían iniciado desde 1937 como reacción al cambio radical en
las estructuras sociales, en donde se crearon diferentes formas de organización
como la Unión Nacional Sinarquista, la Confederación de la Clase Media, el
Comité Pro-Raza, la Unión Nacional de Veteranos de la Revolución y la Acción
275
Alfredo Borboa Vega, op. cit, p. 14.
117
Mexicana Revolucionaria.276Asimismo, se formaron otras organizaciones políticas
como el Partido Antirreeleccionista Acción, la Vanguardia Nacional Mexicana, las
Juventudes Nacionalistas, la Sociedad de Precursores y Revolucionarios 19101913,
el
Frente
Constitucionalista
Democrático,
el
Centro
Unificador
Revolucionario, el Comité Nacionalista Depurador de Razas Extranjeras, Acción
Cívica Nacional, el Frente Anticomunista, el Partido Nacional Femenino y el
Partido Acción Nacional (PAN)277, entre otros. Esta oposición contaba con grandes
nombres y representantes de sectores que trascendían la clase media, como el
Partido Acción Nacional que, encabezado por Manuel Gómez Morín, buscaba la
“reorientación de la Revolución Mexicana” con el apoyo de ciertos grupos
empresariales.278
Grupo de hombres que ciertamente crearon los espacios de sociabilidad política en Los Mochis,
quienes fueron los simpatizantes y representantes del panismo y del sinarquismo en menor
medida. Entre ellos está, primera fila: Padreo Gallardo, (no identificado), Aurelio Ibarra, Baldomero
Balderrama, Roberto Pérez y Rafael Martínez. Segunda fila: Miguel Granados, Antonio Palazuelos,
Antonio Bonifant, Manuel Beltrán, Carlos Sánchez, (no identificado), Hilario Pinto, Joaquín Olea,
Samuel Gámez, señor Sánchez, Sentados: J. Jesús Martínez, Ignacio Ruiz, Rosario Grijalva,
Conrado Espinosa, Manuel Moreno Rivas, (no identificado) y Héctor Dávalos .
Previo a la fundación del periódico, durante las postrimerías de la década
de los treinta, el partido oficial, fundado en 1929, se transformaría en el Partido de
la Revolución Mexicana, en 1938, como consecuencia de la política cardenista. A
través de los sectores obrero, campesino, militar y popular, el gobierno del
General Cárdenas incorpora al partido oficial a las organizaciones sindicales,
276
Ricardo Pérez Montfort, op. cit, p. 34.
Ibíd.
278
Ibíd.
277
118
agrarias, políticas y militares que se habían beneficiado durante lo que iba de su
sexenio. De cara a las próximas elecciones, como ya era tradicional, varios
personajes importantes del régimen cardenista figuraron como presidenciables y
los ánimos se enardecieron ante la búsqueda de alianzas en los distintos sectores
del partido renovado: tres fueron los posibles sucesores más nombrados:
Francisco J. Mújica. Hombre cercano al presidente y representante de ala radical
del régimen, Juan Andrew Almazán, militar íntimamente relacionado con los
grupos empresariales y norteños, y Manuel Ávila Camacho, moderador, fiel a
Cárdenas y buen administrador del ejército.279 Los tres buscaron la candidatura
oficial, uno la obtuvo, otro se resignó y el último decidió entrar en franca
oposición.280
La lucha se concentró entonces en dos facciones: la de Ávila Camacho y la
de Almazán, La campaña presidencial de los dos candidatos estuvo llena de
agresiones, reportajes amarillistas, amenazas enfrentamientos, y que demostraron
la profunda división imperante en la sociedad. El Partido Revolucionario de
Unificación Nacional, que postulaba a Almazán a la presidencia, reclutaba a todo
tipo de opositores, desde comunistas desilusionados, hasta empresarios
combativos.281
El norte de Sinaloa también sería escenario de la polarización política que
vivía el país y el estado. Cuando Manuel Ávila Camacho llega a la ciudad de Los
Mochis en su gira electoral, la lucha entre lieristas y loaicista traspasaba los
ámbitos locales, y la pugna al interior del PRM se manifestó ante la presencia del
candidato.282Tanto Guillermo Liera y Rodolfo T. Loaiza eran los dos candidatos a
gobernador de Sinaloa por el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), mientras
que Ramón F. Iturbe, el tercer interesado por la gubernatura, por el Frente
Constitucional Democrático, el cual representaba la oposición en Sinaloa. Los tres
279
Ibíd, p. 36.
Ibíd, p. 36.
281
Ibíd, p. 37.
282
Azalia López González, op. cit, p. 250.
280
119
interesados por ocupar el cargo de gobernado protagonizaron uno de los
episodios más enfrentados desde el punto de vista legal.283
La oposición al PRM surgió en 1938, cuando un grupo de civiles y militares
formaron el Frente Constitucional Democrático Mexicano (FCDM), a iniciativa de
los diputados Miguel Flores Villar y Ramón F. Iturbe, con el propósito de oponerse
a la corriente de izquierda. Dicha oposición en Sinaloa se traduciría en grupos
locales que apoyarían la candidatura de Almazán por la presidencia a través del
Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN).284
Por la calle Sonora (hoy Obrero) y principal (hoy Leyva) se estableció una de las casillas de
elección federal en donde se elegiría al próximo sustituto de Cárdenas. Los candidatos Manuel
Ávila Camacho por el PRM y Juan Andrew Almazán por el Partido Revolucionario de Unificación
Nacional. Fuente: Alfredo Borboa, Al compás de los recuerdos, No. 9, op. cit, p. 36.
283
284
Ibíd, p. 238.
Ibíd, p. 249.
120
En el patío trasero de la escuela tres se ubicaron otra de las casillas de la elección federal. Fuente:
archivo personal. Fuente: archivo personal.
IV. 4 Su tendencia política
Cuando sale a luz pública El Debate, un 10 de marzo de 1941,285 surge
como semanario, el cual se imprimía en la imprenta de Las Noticias, de Alfonso
Cano. Tan sólo contaba con 6 páginas en las cuales su información estaba
dividida en: portada, en donde se abordaba información principalmente de la
Segunda Guerra Mundial, sobre la nota roja, la cual al tiempo su tipografía será de
color roja principalmente, posición (en portada) que no va a cambiar —hasta la
fecha—como una estrategia de venta y como una forma de ganar lectores. En su
segunda página, generalmente estaba asignada para literatura. Sus siguientes
páginas abordaban el tema de la política relacionada esencialmente con el tema
de las organizaciones obrero-campesinas. El editorial, no será un espacio de una
sola firma, al contrario, en él escribirán diferentes periodistas y entorno a
diferentes temas, pero siempre y cuando estos compartan ciertos principios
285
El primer ejemplar que ve la luz pública lleva en su portada esta Salutación: Un ideal: ayudar
con nuestro grano de arena al engrandecimiento y progreso de nuestra patria…Un anhelo: poder
ser útiles a nuestro semejantes. Un deseo: llenar una función social requerida es nuestro
medio…Un espíritu: combatir hasta el fin a los pillos y traidores que con sus falsas teorías
envenenan las entrañas del pensamiento social…Un idea, un deseo, un anhelo y un espíritu nos
empujan hoy a la aventura de lanzar a la publicidad ente nuevos periódico a través de cuyas líneas
trataremos de servir, a la medida de nuestras fuerzas, al conglomerado regional, especialmente al
proletariado irredento tan llevado y tan traído por los embaucadores que lo han utilizado como
peldaño para subir a los jugosos puestos del liderismo y de la explotación.
121
políticos e ideológicos. Es decir, no había una verticalidad en las relaciones que se
estrecharon entre los hombres del escrito. La última página generalmente estaba
asignado como un espacio para dar información y orientación a los diferentes
sectores, desde el comerciante, agricultor, industrial, hasta para las mujeres,
consejos básicamente de salud. Su costo por ejemplar fue de 10 centavos el
equivalente del valor de una pieza de pan de la época. Los espacios de publicidad,
los cuales eran alrededor de 20 por ejemplar, eran en su mayoría de comerciantes
y profesionistas ofreciendo sus servicios. Entre los anunciantes estaba Casa
Toledo, Ferretería Casa Hays, Filiberto Leandro Quintero, ofreciendo sus servicios
profesionales de contador y de asuntos fiscales. Anunciantes que generalmente
no cambiaban de lugar. En su página 3, en la parte inferior del editorial está un
espacio para los lectores, el cual se titula: “La queja del pueblo,” espacio que nos
habla de un Mochis urbano en el camino del mundo socializado. En suma, vemos
un periódico con un orden muy marcado en su información, pero sobre todo, con
una postura muy clara por querer cambiar las mentalidades de sus lectores.286
Más adelante entraremos al análisis.
Durante el tiempo en que se imprimió El Debate con Alfonso Cano, hasta el
19 de enero de 1942, luego de que salieran en conflicto los dos directores de los
semanarios, por celos profesionales de Cano, el periódico fue un espacio en
donde aquellas ideas y discusiones sobre los diferentes temas polémicos que se
abordaron en la correspondencia, lugar de intercambio afectivo e intelectual,
pasaron a jugar un papel importante en la formación del perfil que adoptó el
impreso durante sus primeros meses de vida pública, el cual fue impregnado por
la doctrina hispanista. Sus editoriales enarbolaron la bandera de la solidaridad
latina
ante
el
expansionismo
de
los
Estados
Unidos
a
través
del
Panamericanismo. En su editorial del 19 de mayo de 1941, escrita por su director
fundador Manuel Moreno Rivas, señala.
“Todos sabemos que la verdad en el fondo del Panamericanismo es
economía. Sabemos que la multi-mencionada democracia es en este caso,
como lo fue en la guerra pasada tan sólo el falácico ideal tras del cual se
286
CF, El Debate, primera etapa (10 de marzo de 1941-19 de enero de 1942).
122
esconden motivos de orden económico; en este caso, como en el pasado,
el miedo de los Estados Unidos de ser separados industrialmente por
Alemania, de perder sus mercados, de no poder sostener, en una era de
competencia libre, la primacía económica de que han gozado durante más
de un siglo.287”
Si bien la doctrina del hispanismo profesada por el periódico no fue radical,
su postura cívica que se reflejó en el exhortó a los ciudadanos en general
(hombres y mujeres) a participar en política como un medio para la transformación
del país dentro del marco constitucional existente, no fue motivo para que otras
corriente dentro de este conservadurismo hispanista mexicano no fueran
aceptadas en la reciente palestra. Jesús Guiza y Acevedo, ubicado dentro de la
ortodoxia católica antiliberal y antimoderna, al igual que Salvador Abascal y
Salvador Borrego, fue una de las plumas que escribió en los editoriales de El
Debate, con pocos artículos. En una editorial que titula “Inglaterra y E. U contra
España y México,” platea bajo esta idea antiestadounidense y anticomunista.
“Por lo que respecta a España y a los países hispanoamericanos Inglaterra
y Estados Unidos no quiere entender lo que somos. Para los Estados
Unidos México es lo indígena, lo antiespañol, lo anticatólico, por eso
siempre han protegido a todos los revolucionarios…pero ni Inglaterra, ni los
Estaos Unidos, ni los rojos, de aquí, ni los de ninguna parte podrían nunca
separarnos de España. Somos, queriendo o no, cosa de España.288”
El periódico con pocos meses de haber salido a la luz pública empieza a
tejer un entramado de relaciones no sólo con individuos que conformaban la elite
política y cultural local sino también con personajes como Guiza y Acevedo,
opuesto al individualismo liberal democrático. Su red de relaciones, creada por
estos hombre de la prensa, intelectuales, sería además, con individuos que
estaban fuera de esta tendencia tradicional, como fue el caso de Manuel Gómez
Morín, intelectual y profesionistas, defensor de la propiedad privada y de la libertad
de expresión, que no plasmó sus ideas directamente en el impreso, es decir con
puño y pluma, pero si indirectamente a través de otros espacios e individuos como
fue la entrega especial de artículos de la revista La Nación al El Debate. Este
entramado de vínculos se da precisamente en la apertura de nuevos espacios
287
288
El Debate, 19 de mayo de 1941, p. 3.
El Debate, 27 de octubre de 1941, p. 3.
123
promovidos por una España dictatorial (medios impresos, ciclos de conferencias,
exposiciones) para dirigir una crítica al Estado posrevolucionario.289
Así pues, el ideario gomezmoriano, el cual giraba en torno a una
modernización liberal, más de acuerdo a los escritos de los fundadores de El
Debate, llega a través de uno de sus correligionarios de la pasada cruzada
vasconcelista, el profesor Conrado Espinosa, con quien estrecha una relación a
través de la práctica epistolar. Esta práctica la había iniciado el propio Gómez
Morín con círculos muy seleccionados de los estados de la República con la
finalidad de fundar los Comités Directivos Municipales del PAN en el país, luego
de que ya se había fundado la organización política en septiembre de 1939. En
ella, en la cual inician a cartearse con Espinosa desde principios de los años
cuarenta, da cuenta de las vicisitudes de la formación del primer comité municipal
del PAN en Sinaloa, en donde además se entremezclan diversos temas e
intereses particulares de los interlocutores. Precisamente en esta idea de ir
estableciendo las bases para la formación de los comités del PAN, Manuel Gómez
Morín le escribe a Espinosa.
“Ahora será menester luchar contra la decepción y la inquietud natural
después de lo ocurrido. Y estamos ardientemente empeñados en ello
procurando la formación de comités en el mayor número posible de
poblaciones de la República, y de grupos congruentes y disciplinados,
aunque no sean muy numerosos. Se trata de dotar al país de un sistema
nervioso del que ha carecido, y para ello no es esencial ahora la
multitud.290”
Conrado Espinosa, quien tenía más de 6 años al frente del Centro Escolar
del Noroeste formando las conciencias de los descendientes de las élites políticas
y económicas de Los Mochis, en las epístolas que le manda a Manuel Gómez
Morín le informa sobre la creación del semanario El Debate, y señala, “que ha
289
Beatriz Urías Horcasitas, op. cit, p. 608.
Correspondencia de Manuel Gómez Morín a Conrado Espinosa, 7 de noviembre de 1940,
Archivo Manuel Gómez Morín (AMGM), sección PAN, subsección organización, serie organización,
subserie Sinaloa, ciudad de México.
290
124
empezado a reproducir los boletines de Acción Nacional.”291 La noticia fue bien
recibida por el presidente nacional del PAN. “Con mucho gusto haré que le
manden a usted nota de las direcciones de los comités de Acción Nacional para el
envío de El Debate. Al mismo tiempo, incluiremos el nombre del periódico en la
cadena a la cual remitiremos constantemente artículos originales.”292De esta
manera, el periódico fue afianzando una red y sus fundadores reforzando sus
lazos de sociabilidad.
Dentro del marco ideológico que envolvía al periódico, la formación del
Partido Acción Nacional (PAN) en Los Mochis también fue un tema al que los
hombres de letras le dedicaron su tiempo. Como una crítica a la reestructuración
del partido oficial, el cual buscaba ser aglutinador de las fuerzas populares y
representativas de los sectores mayoritarios—sin mencionar que se renovaba
también para tener un mayor control en las transferencias del poder—el impreso
norteño subrayaba la diferencia que había entre “una partida y un partido.”
“El Partido”—refiriéndose al PRM (las cursivas son mías) — este no es
partido, sino mera partida al presupuesto…jugoso de los burócratas y tajada
sangrienta a los sueldos de todo empleado oficial; no es de la Revolución
porque ni siquiera están ahí los motores genuinos del llamado movimientos
libertario, sino los forzados y los “vivos” y los necesitados de un aparato
fabricador de populachería y cortinas de humo.”
Continuaba diciendo. “Y un nombre: Acción Nacional. Un partido con partidarios,
de formación consciente, integral, robustecido con voluntades libres en unificación
de civilidad para, sobre las bases mismas de la patria, con una meta necesaria
para todos.293”Tomar distancia sobre tal o cual punto no sería una preocupación,
sus objetivos eran claros y precisos: marcar la diferencia en términos políticos e
ideológicos entre el Partido Revolucionario Mexicano y el Partido Acción Nacional,
291
Correspondencia de Conrado Espinosa a Manuel Gómez Morín, 18 de marzo de 1941, Archivo
Manuel Gómez Morín (AMGM), sección PAN, subsección organización, serie organización,
subserie Sinaloa, ciudad de México.
292
Correspondencia de Manuel Gómez Morín a Conrado Espinosa, 07 de abril de 1941, Archivo
Manuel Gómez Morín (AMGM), sección PAN, subsección organización, serie organización,
subserie Sinaloa, ciudad de México.
293
El Debate, 07 de abril de 1941, p. 3.
125
pero sobre todo, formar una opinión pública actuante, vigorosa y orientada. 294Aun
cuando los ataques y calificativos (“sindicato obrero de paja,” “chiquilladas,”
“nuevos ricos y aristocracia de pacota,” etc.) que usaba el periódico sobre los
dirigentes obreros y campesinos representan una forma de expresar una oposición
política e ideológica, el periódico también buscaba formar y educar a un ciudadano
que se preocupe por la cosa pública que se involucre en la política.
El nuevo periódico que se proclamaba patriótico no dejaba de escribir tal
como lo había venido haciendo desde sus primeras páginas, desde su editorial
principalmente daba cuenta de los vaivenes de la política. Las críticas hacía
quienes ostentaban el poder era eminente y la SICAE la fiel representante de ello.
Conrado Espinosa escribió a este respecto, “Hay politiquería por los apolíticos, por
ellos las pestes que en pandemia cabalgan por el haz nacional se estacionan y
desintegran los sagrados valores de la nacionalidad; por ello la ecuación del bien
común se torna utópica, por ello México se desplaza, casi en vértigo, hacia el
abismo.”295
Pero acabar con este ciclo en el que las personas no se interesaban por la
política, tanto el PAN como el propio periódico estaban de acuerdo en un punto: se
tenía que forjar un espíritu ciudadano para que las personas se involucraran en el
quehacer de la política. En ese sentido, la opinión pública era la encargada de
llevar a buen puerto dicha misión pedagógica. El Debate no escatimaría esfuerzos
en la publicación de artículos en donde el tema principal era el papel del
ciudadano.
“Como ciudadano, el hombre tiene una misión específica a la que tampoco
puede renunciar. Como miembro consistente de su ciudad o de su nación,
es heredero de un tesoro que está obligado a conservar. La misión del
ciudadano es, pues, irrenunciable. Por ella, y sólo por ella, la vida pública
294
Para Manuel Gómez Morín, la formación de la opinión pública era el camino escogido. Una
opinión pública actuante, vigorosa, orientada, es el único en el que México puede cifrar su
esperanza…si de verdad queremos cumplir con nuestro deber, entenderlo así desde ahora y no
fiarnos a la aventura de una improvisación, sino poner en esta grande empresa, por lo menos el
mismo caudal de esfuerzo que ponemos en todas nuestras empresas personales tanto más
reducidas y fáciles. Fragmento de una carta que le envía Manuel Gómez Morín a Conrado
Espinosa, 19 de enero de 1945.
295
El Debate, 26 de mayo de 1941, p. 3.
126
tendrá limpieza y orden; la vida privada tendrá un campo exclusivo,
inviolable, donde jamás los gobiernos osaran penetrar; la conciencia será
dueña y responsable de sí mismo, no instrumento del Estado.”296
Dentro de todo, había un aire de respiro ya que un sector importante de la
población mostraba interés por la cosa pública. Estos eran los intelectuales. La
actividad de los de los ciudadanos preparados adecentará la política, la dignificara,
la saturara de pensamiento, la despojará de la técnica verbalista vacua y pobre, la
convertirá en pugna de ideas más que en vil escamoteo de ambiciones y, sobre
todo, facilitará el acceso al poder de los elementos mejores por su capacidad y su
formación, cual corresponde a una auténtica democracia.297
Tener el contacto con Acción Nacional a través de la correspondencia que
sostuvo Conrado Espinosa desde 1940 con su fundador Manuel Gómez Morín,
permitió que llegaran otras plumas al periódico, como fue el caso de Efraín
González Luna, Salvador Rosas Magallón y Antonio Díaz Soto y Gama.
El primero fue uno de los fundadores del partido, nació el 18 de octubre de
1898 en Autlán de la Grana, Jalisco, abogado de la Escuela Libre de
Jurisprudencia de la Universidad de Guadalajara y autor de varios escritos entre
ellos están: El Hombre y el Estado (1940); Ruina y Esperanza del Municipio
Mexicano (1943); Humanismo Político (1950).298Quien además se encargaría de
las aportaciones católicas a los documentos básicos del PAN. Salvador Rosas
Magallón, nació el 9 de agosto de 1916 en Tepic, Nayarit, abogado por la
Universidad de Guadalajara (UdeG, denominada entonces Universidad Socialista
de Occidente), fue agente del Ministerio Público Federal en Los Mochis, Sinaloa
1942-1943 y fue miembro activo del PAN desde 1946.299
Antonio Díaz Soto y Gama, el mayor de los dos anteriores, nació en San
Luis Potosí el 23 de enero de 1880, en el seno de una familia de clase media
ilustrada, de tendencia liberal opuesta al régimen. Recién comenzados sus
296
El Debate, 10 de julio de 1943, p. 7
El Debate, 08 de mayo de 1943, p. 7.
298
Aminadab Pérez Franco, Quiénes son el PAN, México, FRPH, Porrúa, 2007, p. 127.
299
Ibíd, p. 240.
297
127
estudios de derecho en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, Díaz
Soto y Gama fundó el club político Chichimeca, al que pertenecieron familiares y
amigos. Una vez que Porfirio Díaz sale del poder, y tras haber permanecido
alrededor de 8 años al margen de toda labor pública derivado de un compromiso
que hiciera con el régimen de Díaz, regresó a la lucha política como crítico cada
vez más severo de Madero. Le crítico sus compromisos en los tratados de Ciudad
Juárez que consistieron en dejar intocados el ejército federal, la Suprema Corte de
Justicia, el Congreso, las gubernaturas de origen porfiriano, y desde luego su
respaldo al presidente provisional León de la Barra.300Por ese entonces, defendía
la causa de los obreros y campesinos desde una posición radical. Una vez que
Soto y Gama abraza el anarcosindicalismo, estos ideales tiene su clímax con la
fundación de la Biblioteca y Casa del Obrero Mundial. Esta organización
aleccionaba a los trabajadores para unirse en una lucha común contra el capital.
La casa condeno el asesinato de Madero y realizó una labor intensa contra el
huertismo.301
La obsecuente actitud opositora de la Casa condujo a su disolución forzosa
a fines de abril de 1914. Para tal acción, Huerta esgrimió el pretexto de la invasión
norteamericana a Veracruz, en un intento de formar una alianza nacional en torno
a su régimen. La maniobra debió ser denunciada, y lo fue a través de un mitin en
el que Soto y Gama señaló que primero era necesario acabar con régimen
huertista y luego resistir a los invasores. El usurpador ordenó la aprehensión de
los líderes; unos se unieron a Carranza y otros a Zapata, como Soto y Gama. Le
conocía desde 1911 y lo admiraba por su actitud resuelta contra la dictadura,
sentimiento que profesó al general Obregón.302
Su filiación obregonista, que lo llevo a apoyar decididamente su reelección
presidencial, no terminó con la muerte del caudillo. Fue de los convencidos de que
Calles y los suyos tuvieron que ver de alguna manera en el magnicidio. No
300
Pedro Castro (rescate, prólogo y estudio biográfico), Antonio Díaz soto y Gama. Historia del
agrarismo en México, México, Era/Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, 2002, pp. 1920.
301
Ibíd, p. 20.
302
Ibíd, p. 21.
128
tardaría en convertirse en crítico del Jefe Máximo, que le correspondió
promoviendo su expulsión del Partido Nacional Agrarista y su desafuero como
diputado en 1930.303
Con las puertas cerradas en su ámbito político natural, se concentró en sus
cátedras de Derecho Agrario e Historia de México en la Escuela Nacional
Preparatoria y la Facultad de Leyes. Aquí coincidió con otros maestros
excepcionales como Antonio Caso, Lombardo Toledano y Salvador Azuela. En
estos lugares brilló de nuevo la prosa afilada de Soto y Gama, ganándose con ello
la simpatía de los jóvenes, que lo veían como un icono del heroísmo
revolucionario.304Un selecto grupo de maestros universitarios fue marcado por su
personalidad: Manuel Gómez Morín, Antonio Martínez Báez, Andrés Pedrero,
entre otros.305
La relación de amistad que hizo Gómez Morín con Soto y Gama, al igual
que otras
que tejería en los espacios académicos universitarios fueron
precisamente junto con la red de vínculo que estrechó en el ámbito empresarial
sería lo que lo impulsarían a la creación del proyecto político. El fundador del PAN
había sido profesor y rector de la Universidad Nacional, funcionario público y
prestigiado asesor de instituciones privadas.306
Convencido más con el derecho a vivir, a desarrollarse y a actuar
libremente. Más aún, hasta el elemental derecho de expresar las convicciones, de
externar y propagar las ideas, que de compartir los principios ideológicos de
Acción Nacional, Antonio Díaz Soto y Gama hace hincapié que “no otra
significación tiene esa torpe y sectaria hostilización esgrimida en forma de
sistemática, contra la existencia y libre funcionamiento de los grupos
conservadores el sinarquismo y Acción Nacional, que desde hace algún tiempo
303
Ibíd.
Ibíd.
305
Ibíd.
306
Véase a Rupturas en el vértice, 2007, pp. 68-69.
304
129
vienen ejerciendo derecho de libre expresión del pensamiento y de libre
asociación y reunión.”307
IV. 5 Lugar de sociabilidad política
Es sorprendente como en un tiempo tan corto el periódico El Debate se
convierte en un “vivero intelectual,” con ideas y un perfil muy claro sobre la
realidad política que se vivía en el Estado y en el país. La participación de
diferentes hombres de letras no sólo locales sino de otras latitudes hacen que el
periódico pronto gane lectores pero sobre todo que un grupo de hombres de
negocios y de profesionistas se identifiquen con el impreso. Situación que hace
romper la relación con el semanario Las Noticias, donde se imprimió El Debate.
“Crece así el tiraje (de El Debate), aumentan los anuncios y el periódico adquiere
más importancia que Las Noticias en el mercado periodístico, cuyo director
prohibió a Moreno Rivas la inserción de artículos o notas de carácter conflictivo o
crítico en su bisemanario.308 Esto ocasionó que el periódico dejara de imprimirse;
sin embargo, la red de lugares de sociabilidad en las que se movía el clan de los
fundadores del periódico en donde estrecharon relaciones con los hombres de
negocios como fue el caso de Ernesto Hays,309 quien anunciaba su negocio de
ferretería (Casa Hays) en el periódico, asimismo con el doctor Crisóforo
Covarrubias, doctor cardiólogo, quienes los ayudaron económicamente para que
Moreno Rivas, el director, adquiriera una nueva imprenta para que continuara con
vida el semanario y fuera factible la segunda aparición. 310Así iniciaría de nuevo en
la luz pública:
“Tengo la certeza de que El Debate, como ayer, volverá a ponerse sin
resabios al lado del bien común; como ayer, seguirá desarrollando una
labor de claridad meridiana, sin fines aviesos, sin ambiciones bastardas y
que, como ayer, impulsará todo aquello que espacialmente servirá a la
comarca…Y un periódico cómo este, voz de provincia y por tanto voz más
genuina, más viva voz del pueblo, tiene la imprescindible obligación de
307
El Debate, 23 de marzo de 1943, p. 7.
Sergio Herrera, Tarántulas y alacranes. Crónicas del periodismo sinaloense, México, DEB Arte,
2003, p 205.
309
El Debate, 15 de mayo de 1943, p. 7.
310
El Debate se transformó en diario en mayo de 1944.
308
130
mantenerse fiel interprete del sentir de las masas, de ese superinstinto que
llega hasta llamarse “voz de Dios” y, al mismo tiempo debe ser orientador
de multitudes recogiendo, celosa, honradamente espigados, los altos
pensamiento que van marcando la dirección a los hombres.”311
Con la constitución del impreso no sólo reforzaría los lazos de sociabilidad
en su dimensión afectiva entre estos individuos, quienes compartían las aulas,
comían juntos— algunas veces acompaños de sus alumnos en el comedor del
CEN, — fueron organizadores y participe de actividades culturales (veladas,
tertulias, desfiles), sino que también fue un impreso que sedujo y reagrupó a otros
individuos y formas de pensar que se identifican con este círculo de hombres del
escrito, entre ellos podemos mencionar a Ernesto Gámez, profesor e historiador y
a Francisco Agraz, médico local, entre otros. Bajo la luz de este marco de
relaciones afectiva podemos ver el comportamiento que tuvieron dichos hombres
de negocios para ayudar a Moreno Rivas en la compra de una imprenta, es
complicado hacer una aseveración a raja tabla por lo complejo que llegan a hacer
las relaciones, sin embargo, los vestigios con los que contamos nos da material
para acercarnos a una afirmación, en donde sin lugar a duda influyó este tipo de
vínculos, pero además, el hecho de que en Los Mochis solamente hubiese un
periódico con una cierta presencia y continuidad, contrario a otros impresos que
surgieron y que en su mayoría fueron efímeros, es decir, no había una voz en
donde los hombres de negocios se pudieran expresar y hacer presente una
postura sobre la cosa pública, por lo que sería El Debate el que cubría este esta
necesidad.
De esta manera el periódico inicia una segunda etapa ya con recursos
materiales propios, el cual se empezó a editar en el barrio Fundidores, hoy
Obregón y Ángel Flores. El espectro de temas aunque eran variados seguía una
línea muy clara. El tema del hispanismo ya no fue tan recurrente, pero si otros
como el la política, sobre la Segunda Guerra Mundial, y en menor medida el de la
educación. El tema de la educación socialista aunque era abordado desde
diferentes puntos de vista se coincidía en que el artículo tercero era
311
El Debate, 19 de mayo de 1943, p. 7
131
anticonstitucional. Alejandro Avilés, escribe. “El artículo tres, con admirable
ceguera quiere dar a la niñez “un concepto racional y exacto del universo y de la
vida.” El mismo Avilés abogaba por la libertad de culto.
“Es necesario que se reconozca a los padres el derecho de establecer
escuelas religiosas tal como se hace en todas las naciones civilizadas. Pero
en México no sólo se le prohíbe el ejercicio del más sagrado de sus
derechos, sino que la obra del hogar se combate en la escuela, sin que los
padres puedan impedirlo. Por eso decimos el Art. 3º es opresor.”312”Si no se
acaba con esa barbarie legislativa, jamás terminara la tiranía en materia de
educación.313”
Sobre este tema Conrado Espinosa, en su papel más que de periodista,
hombre de la prensa, abordó el tema como profesor, como normalista que
era.314Al respecto sostuvo:
“Y, pues los maestros vivimos en un círculo vicioso cuya solución depende
exclusivamente de nosotros mismos y se presenta este momento, como
ninguno, propicio para la obra, todos debemos levantarnos, todos debemos
de hacer reacción de honradez absoluta con nosotros y con la sociedad la
cual servimos y demostrar que, cuando menos, somos capaces de hacer
esfuerzos para cumplir con ese deber que nos corresponde: guardar el
decoro de la profesión.”315
Por otra parte, el pensamiento sinarquista que para esos años ya rondaba
las mentes de estos intelectuales, especialmente en Avilés y Espinosa, se basaba
en la premisa que el hombre vive e interactúa en tres sociedades: la familia, el
Estado y la Iglesia.316 Todos intervenían, aunque en distinta manera, en la
educación. Pero incumbía fundamentalmente a la familia y a la Iglesia por derecho
natural y divino; el Estado tenía un papel suplementario, como promotor del bien
común. Los padres tenían un derecho especial en la educación de sus hijos. 317 La
naturaleza les había encargado no sólo de procrear descendientes sino también
312
El Debate, 24 de marzo de 1941, p. 3.
El Debate, 29 de septiembre de 1941, p. 3
314
Sobre la reforma del Artículo 3ro. Constitucional, Manuel Gómez Morín pide que se organicen
asociaciones de padres de familia, protestas y actos públicos y se mantenga contacto con la Unión
Nacional de Padres de Familia.
315
El Debate, 17 de noviembre de 1941, p. 3
316
Héctor Hernández García de León, Historia política del sinarquismo 1934-1944, México,
Universidad Iberoamericana, 2004, p. 353.
317
Ibíd.
313
132
su desarrollo y progreso. Tenían la misión, y por lo tanto, el derecho de educar a
sus hijos; derecho inalienable porque estaba inseparablemente ligado al deber;
era anterior al Estado, y, por consiguiente inviolable por cualquier autoridad del
mundo.318Si bien es cierto que estas críticas derivaban de un profundo sentimiento
antirrevolucionario, también lo era porque encontraron un eco favorable en
grandes sectores de la población, tanto por su base ideológica como por los
excesos de la educación. Entre los grupos y organizaciones que manifestaron su
indignación estaba el Partido Acción Nacional (PAN). En una carta que le
responde Gómez Morín a Conrado Espinosa cuando éste le pregunta sobre el
movimiento sinarquista, el dirigente nacional del PAN le dice: “El sinarquismo es
un movimiento que tiene una muy grande fuerza popular especialmente en los
estados del centro. Desgraciadamente no es muy clara su situación programática
ni su línea política ni sus propósitos, aunque en términos generales puede decirse
que sus principios son los mismos principios por lo que Acción Nacional ha venido
luchando.”319
Esto nos da píe para pensar que estos hombres de la pluma no sólo
estaban
interesados por ciertos movimientos políticos como
lo fue
el
sinarquismo— a la mejor por una motivación personal—o por la situación política
del país de frente a los sucesos de la Segunda Guerra Mundial sino también
aludimos el interés que tuvieron por construir espacios para el debate de las ideas.
En un ambiente en donde el sinarquismo empezó a brotar en Sinaloa dando
como resultado la aparición de grupos sociales desafectos de la política
implementada por el gobierno, el Partido de la Revolución Mexicana (PRM)
empezaría a actuar con rapidez para minimizar la influencia sinarquista entre los
diferentes grupos sociales.320El PRM utilizó diversas tácticas para contrarrestar el
movimiento Sinarquista. La propaganda en contra era difundida por órganos
partidistas y distribuida por el comité central ejecutivo a través de los comités
318
Ibíd.
Correspondencia de Manuel Gómez Morín a Conrado Espinosa, 7 de abril de 1941, op, cit.
320
Azalia López González, op. cit, p. 265.
319
133
regionales del partido en los estados.321En el norte de Sinaloa las medidas iban en
el mismo orden. La política de Ávila Camacho en contra de aquellos que
fomentaran acciones en contra de la “unidad nacional,” con el ingreso de México a
la Segunda Guerra Mundial le otorgaba todos los derechos para actuar
enérgicamente en contra de sus opositores.322Este mensaje se desplegó a través
de Unificación y los dirigentes de las organizaciones que integraron la Federación
de Trabajadores de la Región del Norte de Sinaloa (F.T.R.N.S) implementarían la
creación de un Comité de Lucha en Contra de la Reacción del Norte de Sinaloa, el
cual se encargaría de debilitar las acciones de Acción Nacional y del Sinarquismo,
donde a decir del dirigente obrero Rosendo G. Castro, estaban encaminadas a
entorpecer la marcha Revolucionaria.323
Como si esto no fuera suficiente, se alertaba a los habitantes de Los Mochis
para que denuncien ante las autoridades correspondientes los lugares en donde
se llevaban a cabo las reuniones.324Según un comunicado de Miguel Alemán,
ministro de Gobierno y jefe del Gabinete Presidencial, este grupo carece de
personalidad jurídica, política y moral y no se encuentra registrado por ninguna
autoridad competente ni llena los requisitos legales para actuar como partido
político, ni tiene las características de organización cultural debida. Sin embargo,
señala, todas sus energías las ha dedicado a una infecunda agitación de franco
espíritu subversivo.325Bajo esta declaración y aunado a la suspensión de las
garantías individuales del Art. 9, que se refiere a la libertad de reuniones, los
encuentros informales empezarían a despertar desconfianza entre las autoridades
municipales. Según la nueva ley
exigía que éstas no sean subversivas
antipatriotas y que se dé aviso de ellas, con 24 horas de anticipación, a la
autoridad judicial.
Esto permitió que las autoridades tuvieran el “control” sobre las reuniones y
una vigilancia sobre aquellas que se llevarán a cabo en lugares privados. J. Miguel
321
Ibíd.
Ricardo Pérez Montfort, op. cit, p. 38.
323
Unificación, 4 de febrero de 1944, p. 1.
324
Unificación, 30 de junio de 1944, p. 1.
325
Ibíd.
322
134
Ceceña quien era la primera autoridad en el municipio de Ahome hasta septiembre
de 1944 y que pronto se convirtió en el presidente del CER del PRM en Sinaloa,
informó a sus superiores sobre la campaña antisinarquista emprendida en el
estado.326
La publicación de una serie de editoriales en las que se critica fuertemente
al marxismo, al comunismo y sobre todo a los líderes de las organizaciones obrero
campesinas, como la que le hace a los dirigentes del movimiento obrero
sinaloense que por cuestiones de carácter político y personalista ha causado
varias divisiones y por ende debilitamiento. Marcados por la Revolución pero de
diferente manera Conrado Espinosa y Moreno Rivas empiezan a escribir sobre los
dirigentes de la “familia revolucionaria”, “los líderes voraces se aprovechan de la
ignorancia campesina más aún que los antiguos patrones. El campesino apenas
come, apenas vive, y el líder sustituto de patrón corre en el automóvil de última
extracción fabril, come ricos mangares y sostiene lujosos nabab. Finalmente, hay
que trabajar para impartir al obrero los conocimientos que necesita para que el
mismo dirija sabiamente su organización. Solamente por este medio se lograra la
desaparición del falso liderismo.”327
Desde los primeros números los fundadores del periódico buscaron tomar
distancia con el comunismo. “La triste realidad es que la ideología de nuestro
pueblo ha sido minada, que el espíritu patriótico ha sido carcomido por las
exóticas teorías del comunismo implantadas en la administración pasada. La
realidad es que nuestra juventud ahora no puede pensar patrióticamente porque
sus mentes fueron emponzoñadas durante seis años en las aulas, en los talleres,
en las eras por teorías comunistas que denigraban al pabellón nacional.”328
Con esta serie de críticas no tardaría mucho en que la sede del El Debate
se le acusara como centro operación y encubamiento de turbias maquinaciones.
“La labor de nuestro periódico ha estado enderezada, única y exclusivamente en
326
Azalia López González, op. cit, p. 266.
El Debate, febrero de 1943, p. 7.
328
El Debate, 18 de agosto de 1942, p. 7.
327
135
contra de los líderes y dirigentes de la sociedad…Nunca hemos pugnado por la
desaparición de la SICAE, ni contra los privilegios a que tienen justísimo derecho
los verdaderos ejidatarios.329”Asimismo, también se le acusaba como centro de
reuniones de facciosos del movimiento sinarquista.330El Centro Escolar del
Noroeste no sería ajeno de este tipo de acusaciones e incluso desde antes que
fuera fundado el periódico los dirigentes de la SICAE y miembros del comunismo
buscaron cerrar el centro educativo por estar relacionado según ellos a la
burguesía local.331De esta manera los hombres de la pluma de Los Mochis
empezaron a experimentar las presiones del régimen como lo que habían pasado
a un año de la fundación del PAN, en donde varios panistas entre ellos un grupo
de periodistas que habían sido apresados en Querétaro en marzo de 1940, por
órdenes del gobernador Noradino Rubio. Entre los presos se encontraban Manuel
Herrera y Lasso y los periodistas Armando Chávez Camacho y Carlos Septién.332
Pero esto no fue motivo para que el periódico dejara de escribir y los periodistas
dejaran de reunirse. Dada la situación que imperaba en Los Mochis con la
represión hacía reuniones con tintes políticos, aludimos que la sala de redacción
del periódico, lugar permanente de encuentro y de discusión, jugaría un papel
importante como un espacio de sociabilidad política. A lo largo del siglo XIX,
señala Agulhon, las salas de los periódicos fue lo que más se parecería a las
oficinas, comités o estados mayores de los “partidos.333”” Lo que se acercaba más
a un partido moderno era la prensa, no sólo en el nivel de sus redactores, como ya
dijimos, sino también en el de sus empleados subalternos.”334No obstante, la
realidad de Los Mochis fue otra, a raíz de la represión del Gobierno Federal y el
hecho de no existir oficinas propias del panismo, la sala del periódico sería uno de
los lugares en donde se va a platicar sobre política partidista.
329
Este planteamiento se enmarca en la propia postura que tuvo la jerarquía católica a mediados
de los treinta en donde no condenaba el sindicalismo pero se prevenía en contra de los falsos
libertadores del pueblo.
330
Unificación, 30 de junio de 1944, p. 1.
331
Adrián García Cortés, op. cit, p. 199.
332
Luis Ernesto Flores Fontes, op. cit, p. 11.
333
Maurice Agulhon, 1848 o el aprendizaje de la República, Argentina, Universidad de Buenos
Aires /Facultad de Filosofía y Letras, 2008, p. 16.
334
Ibíd.
136
Los encuentros seguían realizándose sin previo aviso de la autoridad. La
red de lugares de encuentros de estos periodistas que consistían en el CEN, en el
periódico, en los hogares de éstos, pero además en algunos salones privados de
restaurantes y en centros sociales, en donde la política se traducirá en acción
colectiva. Previamente la consigna sobre la organización ya estaba planteada por
el propio presidente del PAN a nivel nacional. Las consideraciones de las
consecuencias de la guerra, el examen de la situación actual en la que están
disputadándose los grupos frente-populistas, hicieron visible las formas de
sociabilidad de este grupo de hombres.335
Aunque había lugares públicos (restaurante, café, cantina, prostíbulo, etc.,)
que estaba abierto para otros sectores sociales, lo cierto es que en estos espacios
se llevaban reuniones a puerta cerrada, en donde la selección política de forma
natural atraía a unos y expulsaba a otros. Muestra de ello, fueron las reuniones
que se llevaban a cabo en el salón del Restaurante Pacífico cuyo domicilio era
Leyva y Johnston. Su propietario José Ugson, quien se anunciaba sus servicios en
el periódico El Debate, no les cobrara por ocupar el espacio pero sí el consumo
que hacían los asistentes. Al lugar acudieron hombres que pertenecían a la clase
social posicionada de Los Mochis, entre los asistentes estaban miembros activos
de la Cámara de Comercio. Esto causó fuerte acusaciones por la opinión pública
luego de que los hombres de negocios incurrieran en un doble delito: celebrar
reuniones con fines políticos sin permiso y la injerencia de la Cámara de Comercio
a actividades prohibidas por la propia asociación.336
Estas reuniones no solamente estuvieron bajo la mirada de las autoridades
municipales sino también en la mira de los dirigentes de otras organizaciones
como del Sindicato azucarero de la Sección 12, de la SICAE, entre otras. En la
denuncia que hace la tribuna obrera-campesina de la reunión señala lo siguiente:
335
Correspondencia entre Manuel Gómez Morín y Conrado Espinosa, 30 de agosto de 1943,
Archivo Manuel Gómez Morín (AMGM), sección PAN, subsección organización, serie organización,
subserie Sinaloa, ciudad de México.
336
Unificación, 14 de julio de 1944, p. 3.
137
Como recordaran los lectores de Unificación y como es del dominio público,
estas dos personas (presidente de la Cámara de Comercio, Francisco V.
Beltrán, y por su secretario Filiberto Leandro Quintero) estuvieron presentes
en la “Junta de Notables del Restaurante Pacífico,” habiendo sido el señor
Francisco V. Beltrán, uno de los que figuraron entre los “pre candidatos”,
obteniendo 12 votos en la votación que dio mayoría a los licenciados J.
López e Ignacio Ruiz.”337
Las reuniones, la vida social que se desarrollaba en los centros sociales y
dadas las condiciones de vigilancia que había por las autoridades municipales,
aludimos por una parte, que esta estructura de sociabilidad fue proclive a
colorearse de política, pero también por otra parte, que esta red de espacio de
sociabilidad involucró a las mujeres en el tema de la política. Catalina Alcalde
recuerda que en su casa frente al actual Bancomer de la calle Gabriel Leyva, se
celebró la primera junta para tratar de organizar el comité municipal…y que el
grueso de las personas que acudían a esas celebraciones eran mujeres. 338No es
algo ajeno que las mujeres para primera mitad de los años cuarenta estén
participando en la cosa pública. Como lo señala Azalia López González, la
participación política de la mujer sinaloense pasó de ser pasiva a activa a partir de
1937, ya que desde esta fecha hay indicios de inclusión real en las estructuras
partidistas.339Aunque había una visión tradicional del rol de las mujeres en la
sociedad
derivada
del
pensamiento
católico,
la
cual
estaba
ligada
fundamentalmente a la educación y al hogar, esto no significó que fuera
determinante en Los Mochis, ya que la diferencia sexual en relaciones a los roles
principalmente sobre la cosa pública (la política) no fue marcado, por lo menos no
por el discurso de la prensa local, sino todo lo contrario, lo que nos da vestigios
para suponer que las féminas si jugaron un papel en las formas de sociabilidad
política que se iban construyendo. En un editorial que publica el periódico El
Debate en junio de 1942, como una entrega especial de J. Meza Castellanos,
quien era secretario del Club Rotario y que dirigía el órgano de información Mochis
Rotario del mismo club, hace un llamado tomando como referencia una
manifestación femenil que se había llevado a cabo por las principales calles de la
337
Unificación, 14 de julio de 1944, p. 3
Evaristo Fregoso Ureña, op. cit, p. 102.
339
Azalia López González, op. cit, p. 234.
338
138
ciudad, exhortando a la mujer sinaloense—en plena Segunda Guerra Mundial— a
hacer propaganda con las amigas, con las hijas y hermanas; “rompe tu orgullo,
estruja tus escrúpulos, vence los obstáculos y toma conscientemente el papel que
te corresponden en el momento actual.”340En ese sentido, la orientación del
periódico fue predominantemente política, el asunto moral no fue un tema de
primera mano. Se buscan dos cosas: formar una conciencia ciudadanía por lo que
su labor también fue de pedagogía política, y criticar el quehacer de los dirigentes
de las organizaciones obrero campesinas.
Juan Leyva, secretario de la Federación de Trabajadores de la Región
Norte de Sinaloa (F.T.R.N.S), en un informe que hace menciona sobre los trabajos
que ha desarrollado la Reacción en el Norte de Sinaloa, diciendo entre otras cosas
que Acción Nacional y el Sinarquismo han encontrado el modo de seguir
sacándole el dinero a los trabajadores por medio de reliquias que son vendidas
con miles de engaños por mujeres que se prestan a ello, para llevar a cabo su
labor contrarrevolucionaria y en contra del gobierno de la República. 341Si la acción
del sinarquista en general estaba marcada por la participación en asambleas en
distintos niveles; marchar en movilizaciones regionales y nacionales; se
encontraba con sus compañeros por lo menos una vez a la semana. Además se
preocupaba por la venta del periódico, la propaganda, la colecta de fondo para los
caídos y las colonias,342la participación de la mujer en cambio tenía que ver con
persuadir y estimular al padre, al hermano y al hijo a que se adhirieran a la Unión
Nacional Sinarquista (UNS).343Aunque la función de la mujer tanto en el
sinarquismo como en otras esferas creadas a raíz de la Segunda Guerra Mundial
se asemeja, como fueron las manifestaciones y mítines no significa que hayan
sido sinarquistas, más bien, las fronteras entres lo privado y lo público no estaba
marcado por un tradicionalismo.
340
El Debate, 2 de junio de 1942, p. 7.
Unificación, 4 de febrero de 1944, p. 1.
342
Héctor Hernández García de León, op. cit, p. 363.
343
Ibíd, p. 371.
341
139
IV. 6 Un actor político
Aquellos que querían saber qué acontecía de nuevo en el enfrentamiento
que se había suscitado entre Manuel Moreno Rivas, director de El Debate con los
dirigentes principalmente con Rosendo G. Castro y Alejandro Peña, quienes
habían llegado a obtener puestos de elección popular (diputado federal y senador)
por el apoyo incondicional que recibieron del sector obrero y campesino, pero
además, los que estaban interesados por la situación que guardaban los países
que estaban involucrados en la Segunda Guerra Mundial, buscaban a los
voceadores de El Debate—uno de los dos impresos que había en Los Mochis—
que con sus gritos interrumpían las mañanas esplendorosas en donde como ritual
la gente salía a comprar la leche utilizando sino el morral, si la canasta de fibra
vegetal entretejida que era utilizada para llevar los litros de vidrio vacío. Como de
costumbre, una práctica de la vida cotidiana de las personas, también salían al
mercado a comprar el nixtamal para la elaboración principalmente de la tortilla,
uno de los alimentos básicos que se preparaban en los hogares.
La lectura de la prensa, la cual se llevaba a cabo ya sea en la calle, en la
vida familiar o en otras formas de sociabilidad, también se practicó como era de
esperarse en el sindicato de trabajadores del ingenio, el cual era un edificio
amplio, en su fachada externa de ladrillos avejentados y sin pintar que con el sol
ya se había descolorido; con ancho zaguán y ventanas altas y grandes al frente,
con suficiente marco interior para permitir que todos los días estuvieran
dormitando en el ese lugar o leyendo El Debate o las revistas Pepín y
Chamaco.344En el interior del edificio había dos que tres murales alusivos al
movimiento obrero, en los que destacaban el color azul, el negro y el rojo, en
vestimentas de los personajes, en fábrica y maquinaría y en banderolas que
tremolaban en su esfuerzo de trabajadores. También se veían fechas del
movimiento de Cananea y Río Banco, siendo notorias las chimeneas y el detalle
344
Pepín y Chamaco son dos revistas legendarias en la historia de las publicaciones periódicas
mexicanas. Ambas aparecieron a finales de los años treinta del siglo pasado, tuvieron su esplendor
en los cuarenta "años también muy fructíferos para el cine y la música popular mexicana"; las dos
languidecieron en los primeros cincuenta y fueron finiquitadas por sus editores en esa misma
década. Información extraída de: http://www.pepines.unam.mx/index.php?vl_salto=1
140
tanto de los letreros de las mantas llevadas por las multitudes dibujadas, como de
las mezclillas de los trajes y las gorras de los trabajadores, quienes plasmados en
dicho murales con sus caras angulosas, daban un marcado matiz de sufrimiento
de los personajes ahí representados.345
En plenas elecciones municipales de 1944 en donde José A. Burgueño,
trabajador de la SICAE había sido electo por unanimidad por obreros, campesinos
y el sector popular y el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), los edificios en
donde se celebraban las asambleas de los obreros y campesinos se convirtieron
en espacios en donde el tema de la política local será recurrente y en donde las
relaciones verticales que se van a llevar serán obvias en la selección de sus
candidatos a obtener los puestos de elección popular.
A partir de entonces, el periódico desplegaría una serie de escritos y
páginas editoriales en contra de las prácticas políticas del candidato y de las
organizaciones que lo respaldaban, entre ellas estaba la SICAE y el Sindicato
Azucarero, entre otras. En palabras de Guerra, el escrito se convertiría en la
esencia misma del poder.346 El periódico no sólo jugaría un papel importante como
“vivero de ideas,” sino además como un actor político, pero no con el objetivo de
conquistar el poder institucional o su permanencia en él, sino más bien influir. El
periódico, señala Héctor Borrat, pone en acción su capacidad para afectar el
comportamiento de ciertos actores en un sentido favorable a sus propios
intereses: influye sobre el gobierno, pero también sobre los partidos políticos, los
grupos de interés, los movimientos sociales.347Así, un día antes de la elección el
periódico desplegaba en su portada en la que ponía al descubierto que:
…varios campesinos pertenecientes a diversos ejidos dependientes de la
SICAE nos han venido a manifestar que los directivos de dicha sociedad
ordenaron la concentración de todos los elementos campesinos para el día
de mañana, ofreciendo que se repartirán en la misma fecha parte de los
“dividendos” pero con el exclusivo objeto de hacer que por grado o por
345
Saúl Seyer Heras, Media Vida, México, Editorial Pitijuy, 1982, p. 132.
François Xavier Guerra, Modernidad e Independencias. Ensayos sobre las revoluciones
hispánicas, México, FCE, 2010, p. 302.
347
Héctor Borrat. El periódico, actor del sistema político, Anàlisi, 12, 1989, 67-80: disponible en
www.raco.cat/index.php/Analisi/article/download/41078/89080
346
141
fuerza estén todos en esta ciudad para llevarlos a votar por el candidato
preferido de dicho dirigentes, el señor José A. Burgueño.348
Los candidatos fueron tres: José A. Burgueño, General José María Ochoa y
Félix Serrano. Estos dos últimos de oposición y ligados a los comerciantes y
profesionistas y el primero al sector obrero-campesino y al Partido de la
Revolución Mexicana (PRM).
Mientras los candidatos llevaban a cabo sus campañas políticas por el
municipio norteño, días previos a las elecciones, las organizaciones obreras como
en sindicato azucarero de la Sección 12, también sería blanco de las críticas del
periódico principalmente referente a coartar la libertad de sus miembros.
“Un grupo bastante crecido de obreros perteneciente a la Sección 12 del
Sindicato Azucarero, estuvo anoche con nosotros para relatarnos la forma
por demás abusiva en que se les quiere coartar su derecho y libertad para
votar…Nos relataron los mencionados obreros que en la sesión verificada el
miércoles próximo pasado en el local que ocupa la referida Sección 12, el
Diputado Federal Rosendo G. Castro había propuesto, y el Comité
Ejecutivo sancionado que los todos los obreros se reunieran en el local el
día de las elecciones, donde se pasaría lista y de donde en formación y
vigilados de cerca por los miembros del Comité Ejecutivo, pasarían a las
casillas correspondientes a depositar su voto por el candidato José A.
burgueño.”349
Por otro lado, el periódico Unificación desmentía las acusaciones de El
Debate argumentando que dicho impreso no contaba con las pruebas suficientes
para comprobar lo que en sus páginas decía entorno a coartar la libertad de votar
y de sus prácticas clientelistas. El heraldo campesino, al contrario, escribía sobre
la adherencia de nuevos grupos políticos a la campaña de José Burgueño, quien
ya había sido dirigente de la Unión de Obreros y Campesinos del Norte de Sinaloa
durante el periodo de 1934 y que se encontraba como encargado de uno de los
talleres de la SICAE. Entre los adherentes estaba el Partido Político del Sector
Popular del Municipio de Ahome, el cual aglutinó a comerciantes, agricultores,
profesionistas y burócratas, uno de los miembros de la mesa directiva fue José
348
349
El Debate, 04 de noviembre de 1944, p. 1.
El Debate, 3 de noviembre de 1944, p. 1.
142
Luis Tolero.350No era para menos que otros sectores se sumaran a los candidatos
que proponía la SICAE o el sector obrero, ya que las experiencias que tenía en
otras elecciones en las que ganaría como fueron los comicios para diputado de
Rosendo G. Castro y los Alejandro Peña, primero para alcalde de Ahome y
posteriormente para senador. El número de miembros que tenía eran clave para
que la SICAE, dirigida por Carlos Ramón García, ganara las elecciones locales y
federales. Como señala Francois Xavier Guerra, las relaciones familiares—o de
clientela—son siempre la palanca más eficaz de acción social y el éxito o el
fracaso individual.351
Aunque había grupos y organizaciones que se sumaron a los sectores
obrero campesino también existieron otras que estaban en contra como fue la
Unión de Organizaciones Populares del Norte de Sinaloa, que tenía como
candidato para la elección municipal de 1944, a Félix Serrano, quien ya había sido
alcalde de Ahome de enero de 1941 a diciembre de 1942, y que representaba a la
elite política y económica que estaba en contra de los intereses de los líderes que
decían representan al “pueblo.”
Sobre ésta situación y teniendo como antecedente las anteriores elecciones
en donde el clientelismo se hacía presente, El Debate, buscaría otros espacios,
como la caricatura, para influir de manera general en el ambiente político y social
de la región, y de manera particular en la elección municipal que estaba en puerta.
La caricatura fue otro espacio de expresión crítica, la cual aunque de manera muy
rudimentaria se inscribe como un lenguaje visual. Al respecto Fausta Gantús,
señala que cada lenguaje está constituido por un universo de referencias
simbólicas, en el que cada símbolo es polisémico. La imagen es un código que
alude a referentes comunes, que responde a determinadas coyunturas políticas o
350
Unificación, 21 de julio de 1943, p. 1.
Francois Xavier Guerra, De la política antigua a la política moderna: invenciones, permanencias,
hibridaciones, 19th. International Congress of Historical Sciences, University of Oslo, 6-13 August,
2000: disponible en http://es.scribd.com/doc/51645667/De-la-politica-antigua-a-la-politica-modernaFrancois-Xavier-Guerra
351
143
problemas sociales y que contribuye a forjar ciertos imaginarios colectivos.352Para
Peter Burke la caricatura es una aportación fundamental al debate político,
desterrando la mistificación del poder y fomentando la participación de la gente
sencilla en los asuntos del estado.353Es decir, el debate político que se suscita con
las elecciones municipales del 1944, participando los diferentes grupos,
organizaciones y la prensa, también llegaría a la población que no sabía leer y
escribir de la región por medio de las imágenes, por medio de la propaganda
política.
Caricatura aparecida en El Debate luego de las elecciones municipales de Ahome. Fuente: El
Debate, 9 de noviembre de 1944, p. 1.
352
Fausta Gantús, Caricatura y poder político. Crítica, censura y represión en la ciudad de México,
1876-1888, México, El Colegio de México/ Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora,
2009, p. 26.
353
Peter Burke, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Barcelona, Crítica,
2001, p. 100.
144
Aunque la imagen aparece días después del triunfo de José A. Burgueño, el
imaginario que construye es de “fraude,” de redes clientelares entre el sindicato
obrero y la SICAE. En otras palabras, lo buscaba esta forma de expresión, que era
muy escasa respecto a los problemas políticos locales, pero si abundantes en el
tema de la Segunda Guerra Mundial, tenía como desempeñó un papel destacado
en la lucha por la conformación y el control de los imaginarios colectivos, función
que tenía la caricatura por ejemplo en la etapa tuxtepecana.354 Por otro lado, El
Debate al igual que el semanario Unificación desplegarían propaganda política a
favor de sus candidatos.
Félix Serrano, quien ya había presidente municipal de Ahome en 1941 volvió a participar como
candidato y por su puesto respaldado por un grupo de hombres con un fuerte poder económico.
354
Fausta Gantús, op. cit, p. 13.
145
Conclusiones
Durante el desarrollo de este trabajo, el cual es fruto del análisis de una
serie de vestigios, es decir, de notas hemerográficas, correspondencia,
fotografías, libros, además de un conjunto de material bibliográfico especializado,
traté de sustentar la hipótesis con la que iniciamos esta travesía: las relaciones y
vínculos que tejieron los periodistas que fundaron el periódico El Debate durante
los años cuarenta formaron los primeros espacios de sociabilidad de oposición al
poder político local, constituido éste en nombre de la “familia revolucionaria”.
Periodistas, que tenían como objetivo no sólo la formación pedagógica de las
masas, sino también la lucha por el espacio político. En ese sentido, se convertirá
en la palestra en donde se discutirá la formación del Estado mexicano.
Para entender y explicar por qué razón el periódico nace con un perfil y
orientación totalmente política, y sobre todo, con dos objetivos muy claros: criticar
a los “líderes” que estuvieron al frente de los sectores populares y formar
políticamente al ciudadano, nos acercarnos al entramado de vínculos y lazos que
tejieron estos hombres de la pluma, no sólo previo a la fundación del periódico
sino que también cuando éste surgió. Llegar a tener una mirada más aguda sobre
este estudio fue necesario recurrir a la categoría de sociabilidad planteada desde
la perspectiva de Maurice Agulhon.
Con el surgimiento de El Debate el cual se da en un ambiente ligado a las
ideas de la modernidad, no sólo reagrupó a un conjunto de hombres de letras sino
que también a una élite, la cual estaba conformada principalmente por
comerciantes, ejecutivos del ingenio azucarero, profesionistas y agricultores
locales. Esta reciente élite, la cual ya tenía una red de espacios de sociabilidades
tanto informales como formales. Si bien no escribirían en el rotativo, excepto
algunos como fueron el doctor Francisco Agraz, J. Meza Castellanos, Ernesto
Gámez,355 si se conformaron como simpatizantes de las ideas y de las posturas
355
Sobre Ernesto Gámez no encontramos información que haya pertenecido a una agrupación
formalmente constituida; sin embargo, si tenemos datos que fue uno de los pioneros de la historia
146
que se vertían sobre el quehacer de la política. Por lo que aludimos que fue esta
elite el principal lector de El Debate.
En los momentos en que la educación socialista estaba generando una
oposición a nivel nacional que iba más allá de los clérigos y católicos fanáticos, al
enfatizar la pedagogía “técnica y racionalista” excluyendo toda enseñanza
religiosa, en un contexto en donde la adopción del hispanismo el cual tenía la
intención de resignificar el papel de España dentro de un nuevo proyecto nacional
y de sociedad, cobrando cada vez más fuerza en un sector de la clase media,
como consecuencia del avance del comunismo y la influencia estadounidense,
entre otros puntos; así como también en un escenario en donde el gobierno de
Ávila Camacho desplegaría acciones en contra del Sinarquismo y del Partido
Acción Nacional (PAN), los periodistas, los hombres del escrito, que se
reagruparon en el periódico El Debate ocuparían un lugar central en las formas de
sociabilidad que se crearon entorno a la idea de formar una nueva fuerza política
en el estado de Sinaloa, principalmente. Aquellos espacios en donde su función
era básicamente la conversación, la bebida, el entretenimiento, el ocio, pronto
serian penetrados por la política. La tarea de conformar un reducido grupos de
hombres o como dice Gómez Morín de “pequeños núcleos distribuidos por todo el
cuerpo de la Nación,”356la empezaría el profesor Conrado Espinosa quien se
encontraba al frente del Centro Escolar del Noroeste (CEN). No es sorprendente,
pues, que Espinosa haya entablado una relación epistolar con Gómez Morín, ya
que los lazos afectivos que habían creado en la campaña de Vasconcelos,
aludimos, los volvía a unir en sólo proyecto, el PAN, que a través de las cartas
cultivaron una amistad de respecto y de sinceridad,357 además dicha
correspondencia fue un espacio de intercambio cultural e intelectual, en donde se
regional local junto con Filiberto Leandro Quintero, quien pertenecía a la mesa directiva de la
Cámara de Comercio.
356
Correspondencia de Manuel Gómez Morín a Conrado Espinosa, 7 de noviembre de 1940…
357
Cada carta que le envió Conrado Espinosa a Gómez Morín iniciaba generalmente con un saludo
de esta índole: “Muy distinguido señor y amigo,” “Muy bondadoso y fino amigo,” Mi querido y buen
amigo” Mi excelente señor y buen amigo.” En la medida en que las cartas fluían del norte hacía el
centro del país, la relación que empezó a tejer el profesor Conrado cada vez fue más apreciada por
el normalista.
147
discutieron temas de la realidad política del país pero también existieron
obsequios como libros. Así desde 1940 empezaron a cartearse.
El hecho de pertenecer al mismo Centro Escolar del Noroeste (CEN) en
donde se llevaban a cabo actividades culturales y artísticas, Conrado Espinosa,
Manuel Moreno Rivas, Alejandro y Alberto Avilés, quien fue por un poco tiempo el
administrador del colegio, reforzarían los vínculos de amistad para iniciar otros
proyectos como fue apoyar en la formación del primer comité del PAN en Sinaloa.
Los espacios naturales en donde se movían los periodistas como fue el CEN, el
periódico, el Club Rotario, la Cámara de Comercio, la Asociación de Padres de
Familia de Los Mochis, modelaron formas de sociabilidad política, las cuales
fueron señaladas de estar violando la política avilacamachista que iban
encaminadas a no trastocar la “unidad nacional.” Esto los llevaría a escribir fuertes
editoriales en contra de los dirigentes obreros y campesinos atacándolos
principalmente con calificativos. Dichas páginas no solamente fueron escritas por
periodistas locales sino además por otras plumas como fueron Efraín González
Luna, Salvador Rosas Magallón, que estaban ligadas a un proyecto general que
fue dotar al país de los “pequeños núcleos,” y que veían a la “formación de opinión
pública como el único camino en el que México pueda cifrar su esperanza.” En ese
sentido, el periódico jugaría un papel importante en donde buscaba a través de
sus páginas editoriales, artículos de opinión, notas literarias, poesía, formar cívica
y políticamente una ciudadanía que participe en la política, que sólo a través de
ella, la educación, se podrían cambiar el rumbo del país.
El hecho de que los fundadores de El Debate no se hayan declarado
abiertamente católicos en mismo periódico, no significó que no hubieran tenido
una militancia activa o que no hayan simpatizado con el pensamiento social de la
Iglesia católica. Las ideas del movimiento hispanista profesadas abiertamente por
el periódico y por sus fundadores, el hecho de estar de acuerdo con la educación
religiosa y estar en contra del Art. 3º. Constitucional, profesar un antiimperialismo
visto desde el hispanismo y no como resultado de un temor al protestantismo, son
elementos esenciales que influyeron en la construcción del perfil que fue
148
adoptando el impreso durante sus primeros años en la luz pública. Un matiz
ciertamente conservador pero que poco a poco fue cambiando. Sin embargo, la
historia del periódico que se fue tejiendo no podemos verla homogénea ni mucho
estática, en él (El Debate) van influir una serie de intereses que van a estar
marcado por el mismo entramado de lazos que se van a cruzar, influyendo de
manera importante las rupturas y los conflictos.
Aunque se creó toda una estructura en donde las ideas permearon estos
espacios, no representaron en ese momento una solidez. La participación política
de católicos que se declaraban antiimperialistas y el hecho de ver al
norteamericano como miembros de algunos círculos sociales que compartían junto
con algunas familias mexicanas, y no como un enemigo representante del
protestantismo, nos habla de intereses que van más allá de una cuestión moral: la
política y seguramente una relación forjada a partir de la “conveniencia” entre
norteamericanos y grupos de hombres y mujeres que estrecharon relaciones
principalmente con Johnston.
Por otro lado, el perfil que encontramos del periodismo durante los años
cuarenta en Los Mochis tiene que ver con una actividad intelectual ligada a la
literatura y a las salas de redacción de los periódicos, es decir, no salían
especialmente a la calle por la noticia. Quienes desempeñaron esta actividad no
buscaban una retribución económica por escribir, más bien esta práctica tuvo
como objetivo no solamente hacer pública una postura política e ideológica sino
también la apropiación del espacio político. La educación fue un tema que
preocupó a los periodistas tanto aquellos que están en un periódico de izquierda
como aquellos que escribían en un periódico conservador: a los primeros les
preocupaba educar políticamente a los ejidatarios para que se interesaran por el
quehacer público, mientras a los otros formar conciencias ciudadanas que también
se interesaran en la política. La pedagogía política estuvo muy presente en estos
dos periódicos. En Unificación y en El Debate. El primero utilizó la literatura, la
poesía y los relatos para formar a los ejidatarios y crear una identidad a través de
la zafra, la tierra, el trabajo, el esfuerzo, etc. Mientras que el segundo apoyaba la
149
creación de escuelas particulares en donde se impartiera educación religiosa. En
suma, el papel del periódico lo podemos ver desde tres aristas: “vivero de
intelectuales,” formador de ciudadanos e instrumento político. Sobre este último
punto, el periódico no sólo jugaría un papel importante como “vivero de ideas,”
sino además como un actor político. Su objetivo era muy claro influir en los
ciudadanos para que no votaran por el candidato de los sectores obrerocampesino y del PRM. En cambio, buscó afectar el comportamiento de ciertos
actores a través de notas políticas, notas de denuncia, la caricatura política y de
propaganda política en general, cuya finalidad fue buscar un sentido favorable a
los intereses del periódico.
En esta lógica de educar al ciudadano, el periódico buscó jugar un papel
importante en la formación del imaginario colectivo, primero asociando las
prácticas clientelistas a los dirigentes del sector obrero-campesino y que sería a
través de la educación la clave para que el obrero y el campesino ya no
necesitaran de ellos. Asimismo, después de las instalaciones de las placas de la
calle Johnston y del monumento en conmemoración de estos norteamericanos, El
Debate publicaría una serie de artículos a ocho columnas atribuyendo los orígenes
de Los Mochis a Benjamín F. Johnston. De esta manera, el periódico jugaría un
papel importante en enarbolar la figura de Benjamín F. Johnston en la ciudad.
Aunque a los pocos años tanto al monumento como el nombre de la calle fueron
retirados la idea de que Los Mochis fue creado solamente por Johnston todavía
permanece en la mentalidad de un grupo de hombre y mujeres de Los Mochis
principalmente de aquellos que en su juventud o en su niñez tuvieron cierta
relación sino con la familia Johnston sino con la realidad política, social y cultural
que vivió Los Mochis en casi a la mitad del siglo XX. Esta idea también ha cuajado
en las mentes de los descendientes de las familias que tuvieron un vínculo directo
con Johnston.
150
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