los haikus de maite - Editorial Diosa Blanca

Transcripción

los haikus de maite - Editorial Diosa Blanca
El umbral de los geranios
Maite Ayala
Haikus
Editorial Diosa Blanca
Prólogo
El umbral de los geranios
La rama florida del ciruelo
da su fragancia
a quien la rompe
Chiyo-Ni
Cuando la monja budista Chiyo-Ni era una estudiante Zen,
buscaba degustar con los ojos cerrados y el rostro sonreído el
fruto de la meditación. Más apenas presentido, no podía
encontrarlo, palparlo, llevárselo a la boca del alma. Una
noche de luna llena, Chiyo-Ni traía agua del pozo en un viejo
cubo atado con hojas de bambú. En el umbral de la casa, las
cuerdas se rompieron y la base del cubo se soltó, derramando
toda el agua a sus pies. Dicen que Chiyo-Ni despertó en ese
instante y dijo: Día tras día he tratado de salvar el viejo
cubo, pues las tiras de bambú estaban debilitándose, hasta
que al fin la base cedió…!ya no hay luna en el agua!...ya no
hay agua en el cubo…
Esta muchacha-flor, junto con Den Sute-jo, Sonome y
Shushiki forman el cuarteto más importante de mujeres
Haijin, o poetisas hacedoras de haikus en aquel Japón donde
la poesía a través de tres versos y la relación armónica 5-7-5,
había alcanzado su más pura y decantada esencia. La
presencia femenina en el haiku, le da a su textura una
cualidad muy especial. El espíritu que unifica los tres versos
deviene en este caso desde el ánima más inocente y al mismo
tiempo más apasionada. Como si fuera una pequeña vela
encendida capaz de alumbrar a la noche absoluta, hasta
diluirse en la plena luz de la mañana. Es imposible no
atravesar el umbral cuando Chiyo-Ni se dice a sí misma:
Mariposa
Tú también te vuelves loca
Algunos días
Años después, en una tarde enrojecida del décimo mes lunar,
sobre una colina de la antigua ciudad de Kyoto cuando
miraba a lo lejos el perfil de los ciruelos aún sin flores, la
bellísima Shushiki escribió:
Yo me voy
Y tú te quedas
Son dos otoños
Tres versos, tres soplos de belleza, de luz, de brevedad
intensa. Con seguridad, fue en el corazón de estas muchachas
donde se condensó la pequeña gota del perfume exquisito de
ese instante que perduró y sigue perdurando.
Rompo mi ayuno
Con la flor de la mañana
Bashoo – La senda de Oku
Ya los Haijin hombres, como Bashoo, Issa Kobayashi y
Masaoka Shiki (1867-1902) quien le dio el nombre definitivo
de haiku a esta forma poética, estructuraron definida y
formalmente como se construía un haiku, su disciplina y su
arte. Mediante una especie de procedimiento de destilación,
la primera estrofa de los Haikai-no-Renga (o cadena de
poemas) fue separada del corpus general para obtener la
esencia y el perfume del momento poético, del instante. Pero
ese instante se decantaba en el más breve y humilde de los
espacios con una connotación que lo religaba con el acaecer
del tiempo, con el ciclo de las estaciones, con la rosa de los
doce vientos, en fin con todo el ritmo intenso de la tierra y el
sol: La eclosión primaveral de los ciruelos, cerezos, sauces, el
canto de las aves, las siete flores de la primavera. El Estío
convertido en el canto de las cigarras, las lluvias, las
tormentas, la siembra. El ocre otoño con sus gruyas, sus
garzas, sus cosechas, sus largas noches y el Invierno, la
nieve, las tristezas blancas, el viento y los campos desnudos.
El propio Bashoo trató de definir lo indefinible cuando dice
que el haiku es “simplemente ésto que llega en un lugar y en
un momento”
Sin embargo, es imposible definir lo indefinible. El haiku no
tiene un fin determinado. No se trata solamente de la belleza,
el Zen, de la ascesis, del misterio del universo o la suprema
importancia del suceso más pequeño. Si nos olvidamos de sus
definiciones, y nos vamos a la pura vivencia que nos da el
recorrer la Senda de Oku de Bashoo, entendemos que el
Haiku nos es simplemente poesía escrita, sino poesía vivida,
experiencia poética de gran intensidad, finalmente acrisolada
en el instante luminoso y breve en el que esta experiencia se
convierte en pura esencia, como una gota de rocío que es
capaz de contener en su centro montaña y cielo, paisaje y luz.
En el haiku no hay nada que entender. Tal vez lo más
parecido a este acontecimiento está en la siguiente anécdota
de Buddha: …él estaba sentado en el Pico del Buitre, con
una muchedumbre congregada a su alrededor en espera de
sus enseñanzas. La gente, viendo que el Maestro no decía
nada, comenzó a impacientarse, ante lo cual éste tomó una
flor y la mostró a los allí presentes. Mientras todos le
miraban, en espera de algún sermón, Mahakashyapa sonrió;
Buddha le hizo una señal para que se acercara, le entregó la
flor y dijo: "Tengo el ojo de la Verdadera enseñanza. Todo lo
que se pueda dar con palabras ya se los he dado. Pero con
esta flor, le doy a Mahakashyapa la llave de la enseñanza".
Mahakashyapa entendió que no hay nada que entender, no
hay nada que decir, no hay nada que explicar. Toda la
situación es simple y transparente, no hay nada escondido, no
hay nada que buscar, porque todo lo que es, está aquí y ahora
dentro de ti.
amo la tierra
umbral de los geranios
y cuánto crecen!
Maite Ayala
La pequeña gota del perfume exquisito de ese instante que
perduró y sigue perdurando. Cuando leemos el cuaderno de
haikus de Maite Ayala, al igual que con Chiyo-Ni y Shushiki,
no podemos tampoco dejar de atravesar el umbral; ese lugar
de trascendencias y de transiciones donde la tierra es el
anuncio de los geranios en flor y estos a su vez los
anunciadores perennes de la luz: La tierra convirtiéndose en
luz a través de los geranios que se desbordan al viento en los
balcones. Sin embargo si vemos aún más atrás en el poema,
en el primer umbral sugerido, es el amor a esa tierra lo que se
convertirá irremediablemente en luz… ¡y cuánto crece! Esta
mujer Haijin, esta artesana hacedora de Haikus, ejerce con
entrega y rigor la labor de destilación de las esencias de las
cosas. Ella nos presta su propio corazón como vaso de las
transformaciones y a través de su vocación de entrega, nos
ofrenda esa última gota continente que esparce los aromas de
manera intensa y libre.
pequeña gota
el poema cayendo
en todas partes.
perfume de mar
roza la noche quieta
blancos misterios
He aquí pues en el aroma cósmico del mar que roza la noche
(que en este caso es una sola con el mar) la essentia, la usia,
transfigurándose en pura materia espiritual, y digo materia
espiritual porque en el instante de contención poética ya es
imposible distinguir materia de espíritu. Es el misterio del
Atman hinduista o Espíritu, el Sanctus Spiritus, el pneuma
griego, el ruh arábigo, el ruah hebreo, el Amon egipcio, el
ch'i chino; es
la
esencia espiritual,
indivisa:
buscando el ser
en las profundidades
habla el hombre
Pues desde allí surge la voz que nos habla, desde el centro de
esa gota continente de rocío o de perfume, evocando la perfecta
armonía implícita que encierra la dinámica del cosmos a través
de la belleza como sostén y unión de todos los eventos.
es la belleza
que sostiene al mundo
en equilibrio
En un ensayo sobre el carácter vinculante del sonido y la
palabra, comentaba que: la armonía es tal vez la más abstracta,
pero también la más grandiosa de todas las metáforas. La
armonía es equilibrio, unidad de elementos diversos y
contrarios, una resolución de tensiones opuestas y un
ordenamiento mutuamente proporcionado de los múltiples
componentes, como la combinación de los elementos naturales
(tierra, agua, aire, fuego), las cuatro propiedades de la
naturaleza (cálido, frío, mojado, seco), los cuatro humores y
los cuatro temperamentos, la música de las esferas, la gran
cadena del ser, el macrocosmos y el microcosmos, la
correspondencia entre ellos y los tiempos y las estaciones, lo
contingente y lo infinito -y finalmente, todo ello encerrado en
una sola gota, que en el caso de nuestra poeta es ella misma, es
el hombre mismo-, pues el hombre es el centro del equilibrio.
¿y quién me habla?
palabras de certeza
iluminando
El ejercicio espiritual que supone escuchar la voz que nos
habla a través de estos haikus, nos revela que el equilibrio del
que hablamos va más allá del concepto estático del equilibrio
comúnmente entendido. Se trata como dijimos de un proceso
de transformaciones en el que la Haijin y el lector quedan
inmersos y fundidos en la vivencia poética constituyendo una
unidad absoluta, una certeza que se nos manifiesta con la
fuerza del alba. Una especie de Satori (iluminación) que
consiste en la penetración en el ser de las cosas y del mundo
para ver por primera vez la verdadera esencia de la realidad,
para quedarnos callados en el umbral…en ese umbral que
promete la belleza eterna de las cosas…el mismo umbral en
donde la muchacha-flor Chiyo-ni, presintió el fruto
verdadero, para poder al igual que ella, seguir soñando a
pesar de que ya no hay agua en el cubo…de que ya no hay
luna en el agua…
tibio bálsamo
primero las palabras
después, silencio
Tibio bálsamo el que sucede al esplendor de las imágenes
dejando tras de sí su aroma embriagante y permanente. Las
palabras en esta ceremonia sosegada no son palabras; son
susurros delicados y de belleza extrema condensada en
nuestro oído como una salmodia, como un pequeño canto que
se basta a sí mismo. Y después de las palabras, el silencio:
plenitud elocuente de la tierra, del mundo entero convertido
en luz que no necesita ya y nunca más ser explicado, pues
como dice la Haijin: la
verdad resuena
en el libre albedrío
de atardeceres.
Edgar Vidaurre
El umbral de los geranios
Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen
perdido entre los volúmenes que pueblan el indiferente
universo; hasta que da con su lector, con el hombre
destinado a sus símbolos…
Jorge Luis Borges
El hombre nunca ha encontrado una definición para la
palabra libertad…
Abraham Lincoln
claro de luna
generosa entrega
Elizabeth Schön
lo único es
vivir, los ojos a la luz
de girasoles
el mar tiene sed
entre ola y ola
no hay descanso
te nombro toda
se acercan los valles
de poesía
quietud de casa
inmensa es la noche
fulgor, estrellas
primera casa
el cuerpo de la madre
nutre la vida
viajo arriba
de una rama a otra
del sicomoro
es la belleza
que sostiene al mundo
en equilibrio
espejo azul
techo de la ballena
un mil tesoros
perfume de mar
roza la noche quieta
blancos misterios
bandera blanca
por encima del mundo
las rendiciones
un dolor sordo
junto a las hortencias
insuficiencias
¿y quién me habla?
palabras de certeza
iluminando
al ras del suelo
conjuramos los males
los enterramos
después de Pushkin
se abría camino
la nueva prosa
la poesía
soñando con una voz
para caminar
trigo se dobla
por voluntad del viento
¡qué bien resiste!
las esperanzas
anidan en las noches
que son eternas
triste recuerdo
imposibilidades
que van callando
por el planeta
afirmando su paso
va la belleza
en la penumbra
ante noche celeste
fue herida
volando alto
rojos los papagayos
de mis palabras
tibio bálsamo
primero las palabras
después, silencio
ritmo del gorrión
desliza el devenir
de los jardines
eres tú, eres
irremediablemente
eso que tú has visto
de la pobreza
venimos hace tiempo
a conjurarla
el saltamonte
mutismo de verdores
a medianoche
así tan azul
uvas desprevenidas
para el vino
tú y yo siendo
respiramos el aire
de alrededor
¡estamos vivos!
acontecer del mundo
interminable
lámpara china
jardín de mi infancia
va continuando
delante de mí
bajan nubes de plata
esos tus ojos
moviéndote tú
cada grano de arena
siendo presencia
más que el árbol
y más que una montaña
vida campestre
ciertos caminos
por nadie más que por ti
serán pisados
buscando el ser
en las profundidades
habla el hombre
el astro mayor
mañanas de concilio
abriendo albas
vibrante vida
se sobrepone toda,
resurrecciones
¡amo la tierra
umbral de los geranios
y cuánto crecen!
¿son realidades
eso que ven los ojos
detrás del sueño?
un cuerpo cae
de las incomprensiones
morimos todos
rumor de mares
los sonidos cóncavos
de caracoles
jaula abierta
de los viñedos en flor
nueva cosecha
lirios de mayo
las praderas inglesas
ante el cristal
verdad resuena
en libre albedrío
de atardeceres
sobreviviendo:
por senderos de lucha
se cuelan grietas
se antepone
claudicando la muerte
misericordia
ojos sobremar
los mil aeroplanos
de los recuerdos
si te hirieron
rojas constelaciones
¿no se derraman?
¡puñado de luz!
obstinada llovizna
que no tuvo sed
sin albedrío
van despareciendo
los territorios
palabras blancas
traspasando los miedos
que oscilaban
luna del río
nos acoge la senda
de resplandores
alma y cuerpo
vasos comunicantes
del universo
semilla cae
de nuevo se entierra
y después crece
tan rápido va
el carrousel de jade
mundo moderno
las hojas caen
haciendo un círculo
a los árboles
un grano de sal
regresa en vaivenes
el agua del mar
fuera la pena
corona de alhelí
en la cabeza
oh! dulces manos
acariciando la piel
a media noche
son líneas rectas
bóvedas de justicia
se van llenando
hablan palabras
soles de medianoche
de pronto prenden
luces y luces
océano durmiente
por los oleajes
naturaleza
leves gaviotas, osos
son mis palabras
haz de tus sueños
un cierto satélite
ve y síguelo
un nacimiento
eterna inocencia
que Dios escoge
quema y tala
los terribles gemidos
del tercer mundo
en el principio
se encontraba en Dios
todo el verbo
no estoy solo
si yo estoy conmigo
Cicerón, Roma
entre sus manos
sé moldea el barro
del alfarero
grano de trigo
las hectáreas de lluvias
a todos el pan
fuerza del alba
la verdad del poeta
huracán pasa
vigilia de ti
no obstante se mueven
los crepúsculos
sin intenciones
a las flores visitan
las mariposas
no necesita
(es dueño de sí mismo)
andar gritando
entre los labios
acontecer del tiempo
y todo pasa
el solitario
de todos el más fuerte
dijo el griego
flores subiendo
todas las manos llenas
venciendo la paz
este silencio
encima de otro día
leves los vientos
un corderito
cuando un niño canta
nace un jardín
no sabrás nada
la tristeza del mundo
interceptada
uno y otro
el hombre de mi era
cae y muere
ante el cristo
los ángeles del tiempo
escuchan todo
¡pie a la tierra!
gritan las voces roncas
de los fusiles
una palabra
me da la esperanza
para no morir
yo te escucho
nacida de la tarde
esta es mi voz
luna magenta
ante los astros, cielo
así de noche…
como un eco
espaciando la noche
volado y volando
en algún tiempo
el cayado en tierra
abrió las aguas
todo es ritmo
la gracia derramada
purificación
pequeña gota
el poema cayendo
en todas partes

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