Un día con el asesino

Transcripción

Un día con el asesino
Trabajo de escritura:
Relato policial
Un día con el Asesino
Era en un día lluvioso. Oscar pensaba en aquellos recuerdos de su mujer, Luzmila,
abrazándola debajo de la lluvia.
- Han pasado ya siete meses desde que ella desapareció –dijo tristemente Oscar- No
veo el momento de que vuelva a casa.
Mauricio, el detective, lo escuchaba atentamente.
- Ya la encontraremos, seguro debe haber alguna explicación lógica para esto – dijo
Mauricio prestando atención a la foto de Luzmila, Oscar y un hombre que le llamó
mucho la atención -.
- ¿Quién es este Hombre? - preguntó dubitativamente.
- Él es Roberto, mi hermano - le contestó Oscar.
- El día en que desapareció mi mujer, él estaba en la casa de al lado junto con mi madre,
Emilia – contestó de nuevo como si el detective se lo hubiera preguntado- Ni bien se
enteró de la desaparición de mi mujer, él fue el primero en tratar de consolarme.
Mauricio miró con sospecha esa foto y no descartó a Roberto de la lista de
sospechosos que había armado. Mauricio era astuto, inteligente, y había resuelto
muchos misterios y asesinatos que no habían sido descifrados por la policía. Pero no lo
había contratado Oscar sino la madre de él, Emilia, que tenía una sospecha.
La anciana tenía muchos años y era sabia, cuando era joven había ganado muchas
medallas del colegio y siempre fue alguien que se destacaba por su inteligencia y no
por su físico.
Estaba anocheciendo, cuando llegaron Emilia y Roberto a su casa. Esa noche,
Mauricio se quedó a cenar y luego se quedó hablando con Roberto.
- ¿Usted cree que la mujer de su hermano haya desaparecido? –preguntó el detective.
- La verdad es que no hay algo que indique otra cosa y sí es probable que haya
desaparecido –respondió, atónito, Roberto - pero creo que puede haber sido un
asesinato.
- Era una mujer muy linda y estaba por heredar una gran fortuna – le dijo al detective
describiéndola- No hace mucho había fallecido su padre, desde entonces la familia de
ella ha desaparecido y no hemos vuelto a tener contacto.
- Sí, es sospechoso que se haya perdido el rastro de su familia- afirmó Mauricio-.
En ese momento el detective decidió pasar la noche en aquella casa para poder seguir
con su trabajo.
Al día siguiente, Mauricio estuvo observando a través de la ventana de la casa de
Oscar y se puso a pensar. Rápidamente elaboró una hipótesis: la familia de Luzmila
tendría algo que podría ser clave para saber qué le había pasado en verdad a ella. Sin
embargo, no descartó la idea de que Roberto estuviera involucrado en este caso.
Emilia se levantó y vio a Mauricio mirando la ventana, reflexionando.
- ¿Acaso quieres que te prepare un café?- le preguntó la anciana-.
-No, gracias -respondió.
- ¿Por qué me ha llamado? –preguntó Mauricio-.
- Sinceramente, vi algo muy extraño aquel día en que desapareció mi nuera –dijo
Emilia- Un día después de la desaparición vi a un hombre cargando una bolsa que a
simple vista uno no se daba cuenta de qué era realmente. Supuse que era algún maniquí
que ella usaba para costura. Luzmila era costurera y muy buena.
- ¿Está segura?- preguntó con interés el detective-.
- Sí, estoy segura porque lo vi con mis ojos, no sospeché en lo mas mínimo de que
podría ser una pista hasta que vi otra vez algo sospechoso, el mismo camión que se
había llevado esa bolsa hace un mes volvía para cargar unas cajas (pesadas). Y eso no es
todo, hace unos pocos días apareció nuevamente el camión, estacionó en el mismo
lugar, y bajó las cajas vacías –relató la anciana asegurando que lo que había visto era
real-.
- ¿Y eso qué tiene que ver con la desaparición de su nuera? – Le preguntó como si la
anciana le hablara sin sentido-.
- En ese tiempo no se tuvo contacto con la familia de Luzmila y tampoco tuve contacto
con Roberto, según él había ido de viaje a hacer unos negocios -le respondió-.
- No le he contado esto a Oscar porque no le quería llenar la cabeza con pistas o
sospechas que lo pudieran entristecer y por ahí estos datos pueden ser falsas pistas o
sospechas y para eso lo llamé: para saber realmente si lo que vi es verdad, si lo que vi
fue al asesino de mi nuera – le dijo con tono de firmeza-.
- Está bien, lo haré –respondió el detective-.
Mientras hablaban Emilia y Mauricio, llegó Oscar.
- Detective –dijo Oscar- ¿almuerza con nosotros?
- No, creo que fue suficiente con quedarme en su casa anoche –contestó amablemente-.
- Bueno voy a salir a caminar un rato –dijo Emilia, como si la excluyeran -.
Ambos hombres se pusieron a trabajar, Mauricio se quedó reflexionando en su
escritorio y Oscar se fue a atender la ferretería, donde trabajaba, decidiendo reunirse por
la tarde.
Eran las 17:30 hs, estaban charlando y llegó Roberto alterado.
- ¿Qué pasó? –preguntó el hermano con tono exaltado-.
- La han matado –respondió-.
- La han matado, a ella –volvió a decir llorando -.
- ¿A quién? ¿A Luzmila? –preguntó Oscar -.
- ¿A Luzmila? No sé, pero han matado a nuestra madre –Se puso a llorar Roberto- El
que la haya matado lo lamentará.
- ¿Alguien vio al asesino? -Preguntó el detective-.
- No, según la policía encontraron otro cadáver pero por las características no era el
mismo que describió el testigo.– contestó Roberto entristecido-.
- Este crimen que se ha cometido, está relacionado con la desaparición de Luzmila,
estoy seguro – dijo firmemente Mauricio.
En ese momento, el detective llamó al Oficial Méndez por teléfono, para que fuera a
la casa de Oscar. Ni bien llegó el oficial, el detective lo invitó a que se sentara.
- Entonces, ¿ya sabés quién es el asesino de Emilia? –preguntó el oficial-.
- Antes de que me conteste, encontramos el cuerpo de Luzmila –Prosiguió-.
- ¿Lo encontraron? –Preguntó sorprendido el detective-.
- Sí, el cuerpo que se encontró a 150 metros del cuerpo de Emilia, era el de su nuera –
contestó el oficial-.
- Entonces, este dato confirma mis sospechas: el asesino por lo visto es alguien muy
cercano a ambas mujeres – dijo el detective con firmeza-.
- El asesino es Oscar –dijo Mauricio- Oficial, atrápelo.
- ¿Por qué él? –preguntó Roberto.
- Oscar es muy celoso y sospechaba que su mujer lo engañaba. Ayer, viendo aquella
foto en que estaban Oscar, Roberto y Luzmila había alguien más. Hablando con Emilia
le pregunté quién era esa cuarta persona y me contestó que era un amigo de Oscar.
Hasta entonces había tenido una leve sospecha, me sorprendía que Roberto pudiera ser
el culpable. Sus características eran similares a la descripción que hizo de Emilia del
hombre que manejaba el camión, pero aquella hipótesis no me convencía. –dijo el
detective.
- Además hay signos en el cuerpo de Luzmila, de haber sido violada –agregó el oficialEn el cuerpo de las dos mujeres hay signos que muestran que han sido matadas
mediante golpes efectuados con la mano izquierda.
- ¿Y qué? –replicó Oscar-. Me descubrieron pero no me podrán detener -Oscar golpeó al
oficial, le intentó sacar el arma y en ese forcejeo se disparó una bala hiriendo
gravemente a Oscar.
- ¿Por qué mató a nuestra madre? –preguntó Roberto-.
- Él pudo escuchar una parte de la conversación que tuve yo con ella donde decía que
podía ser que su mismo hijo hubiera matado a su nuera por celos. En ese momento él
disimuló –respondió Mauricio-.
- Entonces, por eso la mató –concluyó el oficial-.
Se estaba ocultando el sol cuando Méndez y Mauricio se despidieron de Roberto.
Dejan, así otro caso resuelto.
Damián Marengo

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