Lopeziano - Departamento de Física

Transcripción

Lopeziano - Departamento de Física
Lopeziano
-Dr. Martínez, no consigo terminar los cálculos que me dio la semana
pasada –dijo preocupado el estudiante mientras entraba en la oficina de su
director.
-Bueno, preparate unos mates, Fernando, así charlamos y vemos que pasa,
¿eh?La oficina era más pequeña de lo que se esperaba para la situación del
momento y más aún para un científico de la posición de Martínez,
seguramente un resabio de épocas pasadas.
Fernando trajo agua de la cocinita contigua. Puso yerba en el mate y la
pava sobre el mechero Bunsen. Miró a Martínez con inquietud.
-Bueno, bueeeno... ¿cual es el problema, Fernando? preguntó Martínez
mirando distraídamente por la ventana. El día estaba soleado y la primavera
se estaba manifestando como nunca, a juzgar por el aspecto de las jóvenes
estudiantes de bioquímica que circulaban por el exterior del Departamento
de Física.
La cara del estudiante seguía mostrando un rictus de desconcierto, como si
estuviera por afirmar que dos más dos no suman cuatro.
-Uh..., bueno, el Lopeziano de la masa fuckiónica no me da cero. No puede
ser, ¿nocierto?
-No, claro que no puede ser. Te habrás equivocado en las cuentas...Hizo un gesto con la mano, señalando el mechero. -Guarda que me parece
que se te va a pasar el agua...Martínez aparecía en varias fotos que estaban distribuidas simétricamente
en el recinto, acompañado por personalidades contemporáneas. Una de
ellas mostraba un trío sonriente compuesto por el mismo, López y Guzmán.
-Pero los otros cálculos me dan bien, ¿le muestro?-Primero el mate, después los cálculos, en la vida hay que tener un orden
lógico, Fernando-Si, claro- El estudiante probaba el primer mate con la misma cara de
preocupación. –pero ya revisé cada paso como veinte veces!- insistió –y no
me da cero!Desde paredes opuestas, antiguos retratos de Bose y Einstein parecían
mirarlo inquisitivamente.
-Mirá Fernando, desde que López se sacó el Nobel, la física argentina se
fue para arriba. Después vino el doblete de Torres y García, la teoría BRR
de Bonadeo-Rodríguez-Ramallo, la propuesta de la existencia de los
fuckiones de Guzmán, el modelo de la interacción fuckión-maradonión de
Grondona, la introducción de la propiedad de idiosincrasia de los fuckiones
y de sus valores permitidos: bostero, gallina, cuervo, académico, canalla, y
leproso... Ja! los yanquis no pueden ni pronunciarlos!-
Martínez prosiguió –Los quarks pasaron a segundo plano, el modelo
Standard y las supercuerdas se fueron al tacho, Fernando! La física se llenó
de partículas y propiedades elementales designadas con términos
argentinos y lunfardos: el espín corrupto del menemión, la gambeta del
maradonión, el velín pincha de Mendoza, la tripericidad de la materia
virtual, el gotán radial de Zafaroni con sus estados permitido y prohibido:
nostalgia y euforia...–
Martínez sorbió el mate y la boca se le torció - ¿Viste? se te pasó el agua
nomás.El muchacho parecía confundido pero se veía claramente que el discurso de
su profesor no lo había convencido del todo. Martínez notó la expresión y
remató enseguida:
–Pero volviendo a lo nuestro, tampoco vamos a estar rehaciendo la física
todos los días, mirá vos Fernando, que el Lopeziano no te dé cero!!-
En eso entró Azucena, la nueva secretaria del Dr. Martínez. Su cara
reflejaba una mezcla de diligente preocupación y orgullosa satisfacción,
traía una carpeta con papeles.
-Doctor, tengo la información que me pidió- anunció. Como vio que
Martínez la animaba a seguir, desplegó algunos papeles sobre el escritorio
y continuó:
-Las grandes cadenas mundiales no cejan en la puja por ofrecer sus hoteles
más caros para la Reunión Internacional de la AFA1, y están dispuestas a
pagar mucho más que el arancel sugerido! ¿No es grandioso?Martínez fanfarroneó un poco -Es lo de siempre, Marcela, quieren ganar
prestigio con nosotros-También le mandó una carta el Presidente de la APS2.- Sacó otro papel de
la carpeta. -Solicita ayuda económica de la AFA para asistir a la reunión.
Ah! y quiere saber si le podríamos hacer un descuento a sus socios para la
suscripción a los Anales de la Asociación. ¿Qué le respondo?-No sé, no damos abasto con los Anales, todo el mundo quiere publicar ahí
y todos los centros de documentación científica quieren tenerlos. Estos
vivos de la APS encima piden rebaja! Los quieren comprar de oferta y
después ponerlos clandestinamente en las bibliotecas de las universidades
norteamericanas... Pasale el asunto a Marucho, el Director de Asuntos
Internacionales, y decile que lo charlamos a las 7 en el sauna del
Departamento.-
Mientras Marcela salía, Fernando continuaba sentado, con el dedo índice
sobre la hoja donde tenía escritos sus resultados, exactamente donde estaba
la expresión del Lopeziano. Se animó a decir
1
2
AFA = Asociación Física Argentina
APS = American Physical Society
–¿Y profesor? ¿No quiere que le muestre los resultados?Martínez permaneció en silencio unos cuantos segundos, como si repasara
mentalmente los pasos del problema y recién entonces, como quien llega al
meollo de la cuestión, habló:
-Esperá, decime, ¿no te habrás equivocado en la transformada de Pérez? Es
fácil cometer un error ahí si uno no verifica cuidadosamente que se cumpla
el criterio de GarcíaA Fernando se le iluminó la cara y se apuró a decir –Ya lo sé, Dr. Martínez,
por eso mismo lo verifiqué usando un método muy elegante. Uno nuevo
publicado la semana pasada en una revista extranjera, el European Journal
of Physics, ¿la conoce? los autores son alemanes.Martínez frunció el ceño al tiempo que hacía con la cabeza un movimiento
de desaprobación.
-¿Alemanes? Eso es física subdesarrollada, Fernando! Me gustaría saber
que les hubiera pasado a esos alemanes si hubieran enviado el artículo a los
Anales. Ahí no se los hubieran publicado tan fácilmente! A propósito, ¿esa
revista europea figura en el Indice Argentino de Citas?
-No, pero aparece en el Science Citation Index.-No me vengas con eso, si no está en el IAC no tiene ningún valor.-
Martínez dio por concluida la entrevista, despidió a Fernando convencido
de haber detectado la fuente del error cometido por el muchacho y
aconsejándole fuertemente efectuar de nuevo todos los cálculos, pero esta
vez empleando métodos más rigurosos. Su experiencia e intuición le
decían, más bien le gritaban, que Fernando se había equivocado.
Para despejar la mente, luego de un día de trabajo intenso, se fue a tomar
un café de la máquina que estaba en el décimo piso. El nuevo edificio era
cómodo, estaba bien diseñado. Por todos lados se notaba actividad, ver a
los físicos en movimiento lo ponía feliz. La matrícula de la carrera había
crecido mucho, tanto que se había tomado la decisión de aplicar una
rigurosísima selección para la admisión de nuevos estudiantes.
Como buen teórico que era, le gustaba pasar por los modernos laboratorios
de los experimentales y escuchar el rumor cosmopolita de las animadas
discusiones entre los visitantes hindúes, chinos, europeos, japoneses,
norteamericanos, de países vecinos. Al fin y al cabo, siendo el Jefe del
Departamento (además de Presidente de la AFA) tenía el derecho de pasar
por donde se le antojara.
Quiso ir primero al cuarto piso, donde estaba el Laboratorio de Aceleración
y Fusión Fuckiónica. Las paredes del sector estaban blindadas con una
gruesa capa de concreto especial. A la entrada había grandes carteles de
advertencia con leyendas de "NO PASAR" y "ACCESO RESTRINGIDO"
bien iluminados e impresos en llamativos caracteres rojos. Martínez
introdujo una tarjeta magnética en una ranura y se descorrió una gruesa
lámina de acrílico transparente que dejó al descubierto un pequeño lector
óptico. Apoyó la yema del pulgar derecho y la puerta del laboratorio se
abrió con un zumbido agradable.
Entró en el laboratorio, una verdadera maravilla, orgullo de la ciencia
argentina, un logro conseguido gracias a su esfuerzo personal. Él había
convencido a los experimentales para llevar a cabo el proyecto de
quinientos millones de dólares, él había convencido al Presidente de la
Nación para que apoyara la idea, él había despejado las dudas de los
legisladores para que no vetaran la ley que asignaba los fondos. Era SU
proyecto! Todo se basaba en que el Lopeziano de la masa fuckiónica era un
invariante de valor estrictamente nulo. Y pensar que en el primer caso
particular que le había dado a Fernando, para ir entrenándolo, el chico se
había equivocado!
Decidió entrar en el cilindro del acelerador de fuckiones, que nadie había
podido visitar desde su inauguración, aprovechando que había sido
desactivado por primera vez a causa de la detección de una falla menor, en
la que se trabajaría al día siguiente.
Mientras se introducía en el brillante cilindro, tapizado de baldositas de
acero de 5x5 cm2, iba contento con la vida. Estaba feliz con el papel que le
había tocado de entrenar intelectual y rigurosamente a jóvenes algo
soberbios, pero capaces. -Que el Lopeziano no dé cero!- se repetía para sí
mismo con una sonrisa. –Si así fuera– siguió razonando en voz alta como
jugando con una conjetura imposible –entonces cuando se detuviera el flujo
de fuckiones, como ahora que el acelerador está parado, en el tubo se
produciría una perturbación cuasi permanente del espacio-tiempo, una
perturbación que afectaría la norma tridimensional del espacio dentro del
cilindro... a ver... ¿Cómo sería?... Hmmm...¿Tendería... a modificar el
tamaño de los objetos?... ¿¿A reducirlos??– Miró para el costado y vió que
las baldositas de 5x5 cm2 parecían ahora como de 20x20 cm2... pero ya
estaba muy lejos de la entrada.
F H.S
27/08/2000

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