Andrés Bello se lo llevó la Revolución

Transcripción

Andrés Bello se lo llevó la Revolución
Casa Nacional de las Letras Andrés Bello
Andrés Bello
se lo llevó la Revolución
CARMEN BRITO AROCHA
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Carmen Brito Arocha
w w w.c a s a be l l o.gob.v e
Mercedes a Luneta Parroquia Altagracia
Apdo. 134. Caracas. 1010. Venezuela
Telfs: 0212-562.73.00 / 564.58.30
William Osuna
Daniel Molina
Fundación Casa Nacional
de las Letras Andrés Bello
Presidente
Director Ejecutivo
Jennifer Ceballos
Coord. de Prod. Editorial
©Carmen Brito Arocha
Caracas, Venezuela 2015
Andrés Bello se lo llevó
la revolución
Jennifer Ceballos
Eliseo Morales
Jorge Alexander Arocha V.
Ana María Olivo
Ánghela Mendoza
Diagramación / Diseño de portada
Ilustración de portada
Edición de texto
Corrección y transcripción de
textos
Diseño de colección
Dep. Legal: ifi60520158003531
ISBN: 978-980-214-374-0
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Nociones elementales
Obra dirigida a esa persona amiga
que alguna vez se ha preguntado:
¿Quién fue Andrés Bello?
¿Por qué se fue de Venezuela?
¿Por qué no regresó...nunca?
Agradecimiento
Al equipo por gestiones diligentes en pro de la presente obra:
Alfieri y Alejandro Arocha Brito; María Cova de Arocha e Indira Pérez de Arocha.
Dedicatorias
A doña Ana Antonia López de Bello. En homenaje a su espera dolorosa
ante la ausencia eterna de su hijo Andrés.
A mi madre, doña Ángela de Brito, por haberme dado a conocer a temprana edad
el nombre de Andrés Bello a través de la ORACIÓN POR TODOS.
A todas las madres que día a día bendicen la presencia o bien
el recuerdo de sus hijos.
La autora
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Me atrevo a decir que de la niñez, la adolescencia y de la juventud de Andrés Bello,
la mayoría, aquí, en Caracas, y en todas partes no sabe nada.
La afirmación la hizo don Joaquín Edwards Bello, bisnieto del sabio
caraqueño, el 7 de agosto de 1947 en la publicación chilena La Nación.
Pareció como si el poeta Andrés Eloy Blanco asumiera el eco de
aquellas palabras capaces de provocar casi el bochorno de guante arrojado al rostro. El 21 de octubre de 1947, en su condición de Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Andrés Eloy propuso aprobar la edición completa de sus obras;
a título de rendírsele merecido homenaje a don Andrés Bello, y acotó: “uno de los
mejores tesoros espirituales del país”. Paralelamente se hizo sentir la recomendación del Patronato Pro Estudios Andrés Bello, en aras de una “nueva etapa de la
evolución del Bellismo en Venezuela”. A la aprobación por parte de la Asamblea
se sumaría el Decreto Presidencial firmado por don Rómulo Gallegos y refrendado
por el Ministro de Educación Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa.
Entre el veinticinco de noviembre y el primero de diciembre de 1951
se celebraría la Semana de Bello en Caracas dentro de un riguroso marco de reconocimientos al humanista venezolano. Se habían desempolvado archivos, salieron
a relucir páginas, aparecieron libros, se habló de retratos; desde lo alto y hondo de
incontables armarios surgía Andrés Bello. Con tal vigor, con tanta fuerza llenó
espacios que, en justicia a don Edwards Bello, habría de concedérsele toda la razón
en cuanto a aquellas vehementes afirmaciones.
13
Carmen Brito Arocha
Se han publicado numerosas obras de Andrés Bello y acerca de Andrés Bello. Se han celebrado congresos alrededor de esta figura estelar de América.
Ha habido trascendentes acuerdos internacionales abanderados bajo el nombre de
Andrés Bello, tal como el Convenio Andrés Bello. (La Organización del Convenio
Andrés Bello de integración Educativa, Científica, Tecnológica y Cultural, es un
organismo internacional, intergubernamental). En voz de Manuel Felipe Rugeles:
“es Andrés Bello una bandera de la patria”, por extensión Patriarca de las Letras
Americanas, nacido en Caracas el 29 de noviembre de 1781.
Entendemos que a Bello se lo haya mostrado inmerso en un mar de
cátedras, porque después de todo, él fue un señor catedrático con luz propia. Entendemos que el estudio de su obra sea tarea de eruditos, filólogos, filósofos, internacionalistas, jurisconsultos, docentes, periodistas y cuantos se hagan presentes
sobre materias que fueran del dominio de este sabio caraqueño.
Sin embargo, nuestra observación desearía hacerse presente, asimismo, humildemente, sobre el particular en una variante: mientras Bello se nos
escurre entre las heredades de su genio, cientos de conciudadanos se preguntan
sencillamente: “¿Quién fue Andrés Bello?, ¿Por qué se fue de Venezuela y no regresó…nunca?”.
Ello nos hace pensar un poco en nuestro “caletrazo” en los bancos
escolares, aludiendo a la misión diplomática que en 1810 cumpliría en Londres don
Andrés Bello, de donde no regresó jamás.
Chen Yongyl, catedrático en la Universidad de Beijing, nos dice: “Ninguno de los que en China aprendemos y estudiamos la lengua castellana desconoce
14
el nombre de Andrés Bello. (...) la gramática de Bello es un libro de lectura y consulta
obligatoria para todos nosotros” –agrega.
Hemos querido invocar las palabras del ilustre catedrático para indicar lo bueno que sería si en la tierra de Andrés Bello se pudiese decir lo mismo –y
no solo con relación a la Gramática. Necesario es que se haga familiar, principalmente entre las nuevas generaciones, la esencia de su ejemplaridad, de su ser personal tan poco dado a repetirse. Presentar al hombre en la grandeza de su modestia
no desmerece en nada al “salvador del castellano en América”.
En tres lugares, cada uno distante del otro, discurrió la vida del humanista caraqueño. Veintiocho años y medio vivió Bello en Caracas; diecinueve
años en la ciudad de Londres y treinta y seis en Santiago de Chile.
De la estancia de Bello en su ciudad natal, hoy están a nuestro alcance conocimientos de sumo interés, en buena parte gracias a los hermanos chilenos
Miguel Luis y Gregorio Víctor Amunátegui Aldunate. Don Pedro Grases, reconocido estudioso de la obra de Andrés Bello, ha puesto de relieve, ¡enhorabuena!, la
singular dedicación de estos hermanos, queridos discípulos de don Andrés en Chile. Memorias recogidas por ellos mediante habilidad de reporteros, y muy pícara
habilidad, luego de largas conversaciones con el maestro “como quien no quiere
la cosa, salían corriendo para la casa” a escribir cuanto les hubo contado o, mejor,
cuánto ellos habían “sacado” y de esta guisa poner rápidamente todo en su santo
lugar, de modo que como él lo dijo (Andrés Bello), quedara escrito, hasta conseguir
mediante esa fuente de primera mano “el tubazo”, lo que sería la primera biografía
del sabio venezolano.
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Carmen Brito Arocha
Al paso del tiempo, Juan Vicente González y Arístides Rojas principalmente, vendrían a ser aquí en Venezuela especie de “apóstol” de Andrés Bello. Tal
cual fuera reseñado por la historia Daniel Florencio O’Leary, “evangelista” del Libertador. Tarea dura la de recabar información o testimonios para mañana o pasado…
Entre unas y otras versiones acerca del Andrés Bello en la Caracas
de entonces nos fijamos la presencia esbelta, pulcra del mozo saliendo de su casita
de detrás del convento de La Merced, día tras día, rápido el paso, rumbo al trabajo,
en afable intercambio de saludos por todo el trayecto. ¡Quién no conoce por estos
predios a Andrés Bello!; siempre formal, de vuelta a casa, ya al encuentro de los
amigos, ya hacia el Samán de La Trinidad; cuando no hacia el Anauco… Hasta
que, de pronto, nunca más volvieron a sentirse sus pasos calle arriba, calle abajo.
Aquella presencia ligera desapareció por completo de la ciudad. Sólo seguiría vigente, eternamente, como paradigma de las bellas personas de la época.
¿Por qué se fue de Venezuela Andrés Bello?
El libro que ahora tienes en tus manos esperamos contribuya a responder esta pregunta. Por aquellos días la información apareció en la Gazeta de
Caracas el 8 de junio: Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello viajarían
a Londres en misión diplomática.
Respecto de Bello, la ausencia de este muchacho, porque en esencia
eso era todavía Andrés Bello, se la ha etiquetado de sentimiento poético familiar
(su drama en sí), cuando no de trauma severo. Sin que pueda negarse en este sentido
que el desarraigo repentino y definitivo de su lugar de origen, donde habitó desde su
niñez, debió dejarle huella imperecedera.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
Yo me transporto con mi imaginación a Caracas, os hablo os abrazo; vuelvo
luego en mí; me encuentro a millares de leguas del Catuche, del Guaire y del
Anauco, de Sabana Grande y de Chacao, etc. etc. Todas esas imágenes fantásticas se disipan como el humo, y mis ojos se llenan de lágrimas.
Cartas, cartas, cartas.
Pasemos la página. Gracias.
La autora
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
Cuadro genealógico
1
Nació en Caracas, 1781
Murió en Santiago de Chile, 1865
1: Casó en segundas nupcias con Luis Pérez, de Valencia del Rey. Tuvieron descendencia,
que no figura en este cuadro.
2: Tuvo dos hermanos: Bernardo e Isabel.
3: Tuvo once hermanos: Rosalía del Carmen, Juana Antonia, María Lucía, José Francisco,
José Antonio, Lucas, Juana Antonia, José Julián, Antonio Eugenio, Dominga Josefa y
Pedro Pablo.
4: y once hermanos: María Rosalía, José Ambrosio, Isabel Antonia, Francisco Javier,
Manuel Antonio, Juana Gregoria, Ángel Francisco, Bárbara Vicencia, Agus Cuadro genealógico reproducido de: Boulton Alfredo, El solar caraqueño de Andrés Bello. (1978)
Caracas. Ediciones Fundación La Casa de Bello. tín María, Ramona y Antonia Natividad.
En los diversos documentos los nombres varían algo: así, a la primera se la llama a veces
Rosalía, simplemente, y otras María del Rosario; a José Ambrosio se le menciona con
frecuencia como Ambrosio José, etc. En cuanto a Ana Petrona (nombre que aparece en su
partida de bautismo) unas veces se la llama Ana, otras Ana Petronila, y otras Ana Antonia, aunque es indudable que se trata de una sola persona.
5: Hemos logrado identificar las partidas de bautismo de los siguientes hermanos suyos: Ana
Josefa, José de los Santos. José Eusebio de Jesús, María de los Santos y María del Rosario.
Se sabe que tuvo por lo menos otros dos llamados Florencio y Carlos.
1
Cuadro genealógico reproducido de: Boulton Alfredo, El solar caraqueño de Andrés Bello. (1978)
Caracas. Ediciones Fundación La Casa de Bello.
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Carmen Brito Arocha
Andrés Bello se lo llevó la revolución
CAPÍTULO 1
VIVENCIAS EN CARACAS
Carmen Brito Arocha
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Andrés de Jesús María y José Bello López
Nace en Caracas el 29 de noviembre de 1781. Su nombre evoca la presencia de la
Sagrada Familia y en verdad es hijo de un hogar de hondo fervor religioso. Son sus
padres don Bartolomé Bello y Bello y Doña Ana Antonia López Delgado.
Don Bartolomé Bello es abogado y músico; compositor de música sacra de amplios méritos dentro del mundo musical de la época. Por espacio de varios
años se ha desempeñado como catedrático del seminario de Caracas. En la Real
Audiencia llega a ejercer la profesión de abogado.2 Doña Ana Antonia López vive
entregada a los quehaceres hogareños; es hija del notable pintor, escultor y dorador
2
Se ignora la fecha exacta del nacimiento de don Bartolomé de la Luz Bello y Bello, padre de don
Andrés Bello. Se sabe que don Bartolomé nació en Caracas cerca de 1750. Fue designado Músico de
la Tribuna de la Santa Iglesia Catedral el 28 de junio de 1774, por estar dicho Bello bien instruido así en
el canto como en los instrumentos. Y por hallarse vacante una de las plazas de música de dicha iglesia.
También era compositor don Bartolomé, se formó musicalmente bajo la dirección del maestro Ambrosio
Carreño (ascendiente de Cayetano Carreño y Teresa Carreño). Se hallaba “cursando canto de órganos”
con el maestro Carreño cuando fue nombrado para la plaza vacante ya mencionada. Se devengaba poco
sueldo en estos cargos. Don Bartolomé cantaba en todas las actividades religiosas que tenían lugar en
la iglesia. Aparte de ello debía tocar algún instrumento si la ocasión lo requería. En 1787 don Bartolomé
se vio precisado a presentar su renuncia. No había nacido su primer hijo (Andrés), cuando don Bartolomé
recibió en la Real y Pontificia Universidad de Caracas el título de bachiller en Leyes el 11 de noviembre
de 1780. El Cabildo Metropolitano iba a extenderle posteriormente permiso a objeto de que se trasladase
a Santo Domingo donde permanecería hasta recibirse de abogado. En 1785, ya de regreso en Caracas,
ejercerá como profesional del Derecho en la Real Audiencia.
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Carmen Brito Arocha
don Juan Pedro López y de doña Ana de La Cruz Delgado.3 La casa de los abuelos
está situada detrás del Convento de La Merced, en esquina que debe su nombre al
pintor Juan Pedro López. Aquí en esta casa de los abuelos nació Andrés Bello. Hay
un patio de frondosos árboles; hay granados y limoneros. Entre las pinturas del
famoso abuelo figura la Inmaculada Concepción. Contemplando la Virgen rodeada
de querubines entre nubes, alguno podría hacerse la pregunta:
3
De ascendencia canaria.
La casa de los abuelos de
don Andrés Bello. Dibujo de
Eliseo Morales
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¿Cuántas veces no habrá estado el abuelo tentado –y
acaso no lo habrá hecho– de pintar a su pequeño nieto Andrés en algunas de esas figuras que hoy tanto
admiramos? 4
Una familia canario - venezolana. Ana de La
Cruz Delgado, abuela materna de Andrés Bello, nació en Tenerife. Los demás ascendientes eran, asimismo, oriundos de
las Islas Canarias. Sobre el particular dice David Fernández
W: (...) “el hecho de que los ocho bisabuelos de Andrés Bello
sean canarios por los cuatro costados, es una noticia que enorgullece a los canarios”.5
La Inmaculada Concepción.
Pintura de Juan Pedro López.
Se encuentra en la Santa Iglesia Catedral de Caracas
4
Boulton, Alfredo, (1978). El solar caraqueño de Andrés Bello. Caracas.
Ediciones Fundación La Casa de Bello (en la actualidad: Casa Nacional de
Las Letras “Andrés Bello”) p.41
5
Fernández W., David, Los antepasados de Bello
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Carmen Brito Arocha
Arte desde el zaguán hasta el corral
Un corral inmenso, lleno de árboles frondosos, habitado por pájaros cantores y una
temperatura deliciosa configuran el ambiente ideal para el revoloteo de la inspiración. Nada de particular tendría entonces que en la modesta casona de los Bello
- López se reuniese a menudo gente vinculada al mundo de la música, colegas de
don Bartolomé Bello, músico de la Iglesia Catedral. Las temporadas pascuales, los
días de la Semana Mayor y demás festividades religiosas son ocasiones propicias
para la realización de rigurosos ensayos.
A su vez don Juan Pedro, el pintor, de más tiempo atrás se instalaría
con su arte al aire libre de reclamarlo su musa, en medio del aroma de enramadas,
de naranjos y granados en flor ¡en fin, una primavera en casa! Música, cantos, partituras, pinceles, colores, arcilla… Bueno, el arte desparramado por toda esta casa.
Entretanto Andrés: Posiblemente serviría de público de cuando en
cuando, escuchando el piano, la flauta, observando a los señores en las distintas interpretaciones. En resumen, acurrucado en el hábitat que iba empapando su sensibilidad.
¡El abuelo pinta los santos del cielo! ¿Lo gritará alguna vez frente a
figuras sacras surgidas de las manos del abuelo artista? …
26
(…)“el patio y corral y todos los pormenores de la casa en que tú y yo
nacimos y jugamos y nos dimos de puñetes algunas veces” 6
Andrés será el mayor de ocho hermanos: Andrés, Carlos, Eusebio,
Florencio, Josefa, Dolores, Rosario y María de Los Santos.
A la edad de seis años, poco más o menos, se considera que Andrés
Bello inició sus actividades escolares, asistiendo a la llamada Academia de don
Ramón Vanlosten.
La afición del niño por la lectura se haría notar bien pronto. Delicado,
pulcro, ordenado. Absorto en las páginas.
¿Pensará Andrés en la magia de
las letras?, ¿habrá notado, acaso, que las letras
son amigas íntimas del propio entendimiento
de él? Al parecer su entendimiento y las letras
se comunican. Las letras cuentan cosas.
Para que su imaginación y las
letras conversen, Andrés abre constantemente
los libros.
Escuela. Dibujo de Eliseo Morales
6
Don Andrés Bello en carta a su hermano Carlos, fechada en Santiago de Chile 30 de diciembre
de 1856.
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La vida es sueño mamá.
Dibujo de Eliseo Morales
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡La vida es sueño, mamá!
Cierto día Andrés ve en una tienda de Caracas unos cuadernos o especie de folletos, los cuales atraen su atención La vida es sueño, se lee en uno de los títulos, en
otro No hay burlas con el amor. 7
Luego de adquirirlos, Andrés se presenta singularmente alegre, entusiasmado ante la madre, mostrándole los cuadernillos:
¡La vida es sueño, mamá! Le dice gozoso, mientras le enseña los escritos.
La joven madre queda admirada. Emocionada y sonriente lo besa en
la frente. Y a los pocos días lo oye recitando los versos de Calderón. Ana Antonia
ahora sí que no sale de su asombro. 8
En familia se habla acerca de la inteligencia de Andresito. Fray Ambrosio López, uno de los tíos, se ocupará muy seriamente de que a su sobrino comience a impartirle clases de gramática castellana y de latín el reconocido latinista
Fray Cristóbal de Quesada. 9
Para fortuna de Andrés a todo lo anterior se une el lugar tan propicio
que le asignan las circunstancias: la Biblioteca del Convento de Nuestra Señora de
La Merced. Le basta cruzar la calle, franquear algún par de puertas para sentirse
a sus anchas en ese recinto de paredes forradas de vitrinas llenas de libros, cuyos
lomos lucen letras color de oro. Lugar donde el silencio mismo es toda una oración
7
Obras del sacerdote y escritor español Calderón de la Barca
8
Versión nuestra basada en la referencia hecha por Arístides Rojas en Infancia y juventud de
Bello. Primer Centenario del nacimiento de Bello
9
Lucas Guillermo Castillo Lara cita a Amunátegui en Nuevos Elementos Documentales sobre Fray
Cristóbal de Quesada, maestro de Bello. Primer Congreso del Bicentenario. p. 161
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Carmen Brito Arocha
de paz; donde las horas son blandas, suaves, calladas, cual hechas sólo para el susurro, olorosas a incienso.
Hay más, Fray Cristóbal de Quesada es el bibliotecario del Convento
de La Merced y permite que su pequeño vecino y lector permanezca por largos
ratos encariñándose con los libros.
¿Una biblioteca para él sólito? ... Ratoncito... ¿quieres queso?...
El maestro y el discípulo se entendieron a las mil maravillas (refiere el biógrafo Amunátegui). Fray Cristóbal notó pronto que no tomaba su trabajo en vano, su
alumno, dotado de una inteligencia sobresaliente, y de una aplicación incansable,
escuchaba sus explicaciones con atención y las entendía con rapidez.
La enseñanza fue muy atractiva (continúa el biógrafo) cuando vino el caso de traducir. El Padre Quesada se iba deteniendo en cada pasaje notable para hacer que
Bello se fijase en las calidades del estilo o en la naturaleza de los pensamientos. No
limitándose a las simples reglas de la gramática, le enseñaba prácticamente, y sobre
el modelo mismo puede decirse, las de la composición, los vicios en que suelen
incurrir los escritores, el modo como los han evitado los hombres de talento. No
descuidaba nada, ni el lenguaje que analizaba con facilidad, ni las ideas que juzgaba
con discernimiento. Hacía sus lecciones simultáneamente extensivas a la gramática
y a la literatura, a la letra y al espíritu. 10
10
Amunátegui: “El padre Quesada había adquirido la fama de ser uno de los más consumados
latinistas que se conocieran, y de seguro, el primero que hubiera a la fecha en Venezuela. Era, no un gramático
adocenado de esos, como había, que sabían las reglas de Nebrija y traducían chapuceramente a Cicerón
y a Virgilio, sino todo un letrado de gusto cultivado y exquisito, que comprendía las bellezas de los clásicos
y los saboreaba. Grande admirador de esos autores selectos, se deleitaba leyéndolos y experimentaba un
entusiasmo fervoroso por producciones de cuyos primores era apreciador muy competente.”
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
Don Quijote de La Mancha.
De Eliseo Morales
Pasado un tiempo muere Fray
Cristóbal de Quesada. Para entonces Andrés ha
avanzado de tal modo en los estudios que por sí solo
traduce el latín. Seguirá cultivando las letras. Y nada
de lecturas especiales para niños. A los doce años lee El ingenioso hidalgo don
Quijote de la Mancha, del español Miguel de Cervantes Saavedra. 11
En opinión de eminentes bellistas la lectura del Quijote probablemente despertara en el niño Andrés Bello singular atención por el estudio del idioma castellano y del aprendizaje en general de cualesquiera otras lenguas.
11
Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares 1547-Madrid 1616) Autor de la obra cumbre
de la literatura española: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, entre su numerosa producción
literaria que contempla todos los géneros: novelista, poeta, dramaturgo, etc. La primera parte del Qujote
se publicó en 1605 y la segunda y parte final, en 1615.
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Carmen Brito Arocha
Latinidad Superior
A los quince años de edad Andrés Bello comienza estudios de latinidad superior
en el Seminario Santa Rosa de Lima. Su educación quedará ahora bajo la dirección
del notable Presbítero José Antonio Montenegro. El primer día de clase deja en el
nuevo alumno una anécdota que lo hará recordar para toda la vida a sus compañeros de cuarto año de latín. Resulta que en el aula los compañeros de Andrés se
dirigen al profesor encargado de dictar la clase. A la chita callando, los muchachos
piden al profesor que someta a prueba las aptitudes del recién llegado, poniéndolo a
traducir del latín al castellano determinada lectura. La dicha lectura al parecer los
puso a ellos, en su momento, a rogarles a todos los santos a que los ayudasen en la
traducción. Así se hizo.
El grupo está en conocimiento de las excelencias del nuevo, es decir
Andrés, vale decir de su fama de estudioso. “Mas, ríen por lo bajo, pensando en la
cara que pondrá cuando se dé por vencido. Bien lejos de eso, el nuevo empieza a
traducir tal cual si estuviera leyendo en el idioma de su mamá, es decir el castellano… 12 Al final… viejos y nuevo... ¡encantados!”
Andrés le ha tomado gusto al hecho de poder expresarse en dos lenguas. ¿Podría, asimismo, aprender el francés? Le atrae la posibilidad. Don Luis
Ustáriz, hermano de José Ignacio, condiscípulo de Andrés, le regala una gramática
animándolo en la nueva disposición. 13 De igual manera Andrés se va a interesar en
12
Versión nuestra sobre anécdota recogida por Amunátegui de labios de su maestro Bello.
13
Sambrano Urdaneta, Oscar. (1995). Cronología de Andrés Bello 1781 – 1865, p 9: Amunátegui:
Entre los discípulos con quienes Bello trabó amistad en el Colegio de Santa Rosa, había uno llamado
José Ignacio Ustáriz, que pertenecía a una de las familias de Caracas más conspicuas por el linaje y por
el caudal. Don Luis y don Javier Ustáriz, hermanos mayores de don José Ignacio, en especial el primero,
tenían el cetro literario del país, ambos eran poetas, grandes favorecedores de los devotos de las musas.
32
Andrés Bello se lo llevó la revolución
el dominio del inglés. Su dedicación por dominar a fondo las diversas asignaturas
lo convierte en un alumno aventajado y de disciplina poco usual.
En el Seminario Santa Rosa de Lima se hace acreedor a un premio
por una composición y por una traducción del latín al castellano. El público presente le tributa gran ovación.
A un año de haber iniciado estudios superiores de latín sorprende
hallar a Andrés impartiendo clases particulares a jóvenes de su edad; entre estos
adolescentes se encuentra Simón Bolívar Palacios, quien desea mejorar sus conocimientos en geografía y en bellas artes.
Aquí, en el aula de la Academia de Matemáticas 14, en la propia casa
de este niño rico, Simón Bolívar, ocupa cada cual su puesto 15. Pese a ser tan jóvenes no llega a establecerse entre ambos ese grado de confianza traducido en confidencias pueriles, muchachadas. Al alumno Simón, a los quince años, le infunde
demasiado respeto el maestro Andrés, (de diecisiete) 16.
14
Academia de Matemáticas establecida en 1798 por Fray Francisco Andújar en la casa de los
Bolívar Palacios
15
El maestro Andrés y el alumno Simón, cada cual en su puesto. Jamás podrían imaginar el puesto
que a cada uno le reservaba la historia: “El mayor hombre de armas y el mayor hombre de letras de
la América española, Simón Bolívar y Andrés Bello” (reflexión del notable polígrafo español Marcelino
Menéndez y Pelayo)
16
Refiere Amunátegui: “Bolívar, dotado de talento extraordinario pero de muy escasa educación,
aprendió bajo la dirección de Bello muy pocos conocimientos geográficos”. Agrega: Uno de los muy raros
que dio a Bello por honorario algo más que buenas palabras fue Bolívar, quien le obsequió un traje
completo, esto es un pantalón y una casaca de paño” Pérez Vila, Bolívar y Bello, sus relaciones hasta el
fin de la Misión en Londres. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del
Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del bicentenario.
Caracas Ediciones de la Fundación La Casa de Bello. p. 448.
33
Carmen Brito Arocha
Pronto tomarán rumbos diferentes. Simón, una
vez egresado de la Academia de Milicias de los Blancos de
Aragua, viajará a Madrid, a continuar estudios. Andrés seguirá estudios en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, en
donde se imparte a los estudiantes de bachillerato filosofía,
geometría, álgebra, física experimental, teología y otras importantes materias.
¡Juventud! Edad encantadora17
¡Juventud! De Eliseo Morales
Esa edad encantadora como la evoca Andrés Bello la vivirá en su
ciudad natal, Caracas. Inolvidable ciudad “dó la primera luz abrió
los ojos”, y que bien merece su nota aniversario en este 1800.
El 25 de julio, día del Apóstol Santiago, Patrono
de España, en el año 1567, el español don Diego de Losada de
Quiroga fundó la ciudad de Caracas, a mil metros sobre el nivel del mar. Ya había librado muchos enfrentamientos con los
nativos del lugar, los indios Teques, que tenían como cacique
de su tribu al valeroso indio Guaicaipuro. Luego de un año de
confrontaciones, Guaicaipuro organizaba unir a distintas tribus
para enfrentar al enemigo una vez más, cuando le tendieron una
emboscada, rindiendo así su vida, en defensa de su territorio.
Los nativos llamaban al valle Taramaina, en donde abundaba por todos los caminos y parajes la yerba “pira” o
“caracas”. Los indígenas acabaron dando a su comunidad el
17
34
Bello, Andrés. en el poema “El proscrito”, escrito en Chile.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
nombre Caracas18. Y con esta denominación pasaría a ser conocida la ciudad que en principio se denominara Santiago de
León. Al norte alzábase el imponente cerro Wuaraira Repano,
de unos 2.664 metros de altura, que haría además de formidable lindero, separando a Caracas de lo que más tarde sería la
ciudad litoral La Guaira, fundada por Diego de Osorio en 1587.
Por costumbre el cerro pasaría a ser llamado Cerro de Ávila,
en alusión a Gabriel de Ávila, Alférez Mayor de Campo, quien
hiciera extensos sembradíos en la serranía. Acompañó a don
Diego de Losada en su expedición a América. La ciudad de
Caracas seria surcada por cuatro ríos, no caudalosos: Caroata,
Catuche, Guaire y Anauco.
Al crearse la Capitanía General de las Provincias Unidas de Venezuela, en 1777, Caracas se convertiría ese
mismo año en Capital de la Capitanía General, por Real Cédula del Rey Carlos III.
Año 1800
El joven Andrés Bello ama la naturaleza. De ahí que no dude en
sumarse a la excursión al Ávila o Silla de Caracas para la cual
invitan nada menos que los exploradores Alejandro de Humboldt y Aimé Bonpland; geógrafo y naturalista alemán el primero, médico y naturalista francés el segundo. Ambos de visita en
Caracas, una de las tantas escalas de sus viajes por el mundo,
18
2 de enero de 1800: El cerro el
Ávila y sus célebres excursionistas “El aura respirad de la montaña” De Eliseo Morales
Caracas sería la capital de Venezuela a partir de 1830.
35
Carmen Brito Arocha
tomando apuntes sobre la flora, la fauna, los ríos y cuanto estimen de rigor a sus
intereses científicos que arrojarán obra extraordinaria: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente.
A los dieciocho años es natural que Andrés Bello experimente sus
vivencias como cosas novedosas y vibre de inquietudes, además, frente a cuanto
gire en torno de un universo de conocimientos. En el explorador alemán de treinta
y un años no sería extraño que admirase una especie de enciclopedia humana, interesándole muy especialmente su compañía. De su parte Humboldt llegaría a tomar muy en cuenta
la preparación del joven caraqueño.
Lamentablemente en esta mañana de excursión
del dos de enero no logra el joven Bello coronar la cima del
monumental cerro de Caracas. A mitad de camino se sintió
fatigado y hubo de volver sobre sus pasos. A pesar de ello
debió disfrutar cuando menos de ráfagas heladas y del fresco
olor de la montaña. “El aura respirad de la montaña” 19, escribiría más tarde.
Cerro Ávila..Croquis de Alexander Von Humboldt. 20
Nadie antes había ascendido al Ávila. Por eso, hoy la ascensión constituyó todo un acontecimiento en Caracas. Una fiesta animada por los
cohetes lanzados desde la cumbre por el propio Humboldt...
19
Bello, Andrés. (1826).Silva: “La agricultura de la zona tórrida”. Biblioteca Americana. Londres.
20
Croquis del cerro Ávila de Alejandro de Humboldt. De la colección privada de Guillermo Zuloaga.
Tomado de Retrato hablado de Venezuela. Cuadernos Lagoven Tomo I.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
El joven explorador alemán aspiraba medir la altura del cerro.21
Y lo hizo. Estudió, además, tanto la vegetación como el terreno. El
Ávila, sin embargo, no calificó entre las cimas más altas del mundo.
Los exploradores descenderían el cerro gratamente impresionados
por la bondad del paisaje y del clima.
...¡Temperamento tan del cielo, que sin competencia es el mejor de cuantos tiene América, pues además de ser muy saludable, parece que lo escogió la primavera para su
habitación continua, pues que en igual templanza todo el año, ni el frío molesta , ni el
calor enfada , ni los bochornos del estío fatigan, ni los rigores del invierno afligen! ...
Décadas atrás de ese modo escribió sobre el clima de Caracas José
de Oviedo y Baños22 .
(Algunas citas sobre el tema)
Galanteada gente de Caracas por notables visitantes
Ornato de Caracas son sus mujeres, encantadoras, suaves, sencillas, seductoras.
—Francisco Depons.
21
Uslar Pietri, A. (1964) Valores humanos. Biografías y evocaciones. Caracas – Madrid. Edime. p. 156
22
Oviedo y Baños, José. Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela.
37
Carmen Brito Arocha
Notables por la belleza de sus rasgos, por la riqueza de sus trajes, por la elegancia
de sus modales por sus talentos para la danza y la música.
Conde de Segur.
No ofrece la sociedad placeres muy vivos y variados, pero se experimenta en el seno de
las familias ese sentimiento de bienestar que inspira una jovialidad franca y la cordialidad unida a la cortesía de los modales (...) una decidida predilección por la música.
Humboldt.
El año 1800 ha traído especiales alegrías al joven Andrés Bello. Aparte de haberse visto en la grata compañía de los exploradores Humboldt y Bonpland,
se prepara para recibir a mitad de año su título de bachiller en Artes. En la Real y
Pontificia Universidad de Caracas, fundada en el año 1721 por el Rey de España Felipe V, el señor Rector, doctor Joseph Vicente Machillanda le hace entrega del preciado título el día 14 de junio. El nuevo bachiller en Artes es aplaudido doblemente
por haber resultado ganador del primer premio de la clase experimental de Física .
Aún no ha cumplido los diecinueve años de edad.23
23
El documento sobre los premios consigna lo siguiente: A los premios que ofreció y entregó el señor
Rector Juan Vicente Echeverría, Examinador Sinodal y Cura Rector de la Catedral para los estudiantes
de la misma clase de Elocuencia que mejor tradujesen un autor latino de propiedad y elegancia algún
fragmento castellano, se presentaron don José María Lanz, don Andrés Bello, don José Félix Blanco y
don Valentín Silvestre Guereta, don José Cebados y don Francisco Rodríguez, y examinados por el señor
doctor don Gabriel José Lindo, maestro José María Terreros, maestro Juan de Dios Echarri y el bachiller
don Mariano Talavera, fueron aprobados y se asignó el primer premio de diez fuertes a don Andrés Bello y
el segundo de seis, por suerte a don José María Lanz, don José Félix Blanco, don Francisco Rodríguez y
don José Zeballos y don Valentín Garmendia.
Tomado de: Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1979). Bello y
Caracas: Primer congreso del bicentenario. Caracas Ediciones de la Fundación La Casa de Bello p. 170.
38
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Grado de bachiller en Artes 24
Caracas y Junio 11 de 1800
Mediante que no hay impedimento y que este pretendiente se haya examinado y aprobado, comparezca a recibir el grado y tomar posesión de él. Proveyólo el señor Rector y lo firmó,
De que certifico.
Dr. Machillanda D. Agustín Arnal
Secretario
En el mismo día, mes y año lo dice a la parte y también a los Bedeles,
D. Arnal
Secretario
En la ciudad de Caracas a catorce de Junio de mil y ochocientos el señor Rector
Doctor D. Joseph Machillanda graduó de Bachiller en Artes a d. Andrés Bello colocándolo en el primer lugar de los del concurso. Y habiéndolo puesto en posesión
no hubo quien se la contradixese de lo que fueron testigos los mismos examinadores
entre otras gentes y de ello certifico.
D. Agustín Arnal Secretario.
24
Fundación Casa de Bello. (1978). El grado de bachiller en Artes de Andrés Bello. Caracas.
39
Carmen Brito Arocha
Autodidaxia noble campo abierto a las carreras
Andrés Bello intenta seguir estudios de Derecho. Más tarde se decide por la carrera
de Medicina. No obstante acabará pasando el tiempo fuera del ámbito universitario
debido a carencias económicas, se ha comentado sin mayor precisión. Arístides Rojas, por su parte, ha especificado razones 25. Sin embargo, lo importante es que el joven Andrés no abandona la lectura. No aparta sus libros. No desestima ningún material de consulta a su alcance. ¡No hace a un lado la excelsa compañía de la poesía! Su
fama de joven culto, físico agraciado, y correcto proceder crece sola y por su cuenta,
como crece la hierbita en las junturas de las calles empedradas de esta Caracas de los
techos rojos26 … casas de altas ventanas, de zaguanes amplios, abiertos al buen trato.
¡Adelante!
Los Bolívar, los Ustáriz, los Tovar, y las demás familias amantes de amenas reuniones en sus casas, invitan.
Celebran, tocan el piano, recitan.
A veces. sssiii chtiii sssst… se habla de política.
El joven Bello en calidad de invitado hace gala de su presencia… ¡de poeta! 27
25
Al respecto de por qué no continuó Bello en la universidad dice Rojas: “Incorporado a los estudios
de derecho y de medicina que se abrían en la misma universidad había comenzado con entusiasmo,
cuando cartas de su padre, que para aquella época era Fiscal de Real Hacienda de Cumaná, le hicieron
desistir del estudio profesional. Fue el caso que su padre le suplicaba que aceptara cualquier carrera
antes que abogado, lo que despertó en Bello el deseo de buscar su vida con su trabajo, y bastarse en el
desempeño de sus deberes”
26
Caracas, la ciudad de los techos rojos, imagen heredada de la fijación poética del bardo caraqueño
Juan Antonio Pérez Bonalde (1846 - 1892), unida eternamente a la memoria de la Caracas colonial.
27
Pedro Grases: “El lugar generalmente propicio para que su nombre y sus escritos fuesen
conocidos en la sociedad caraqueña, habrá sido la famosa tertulia de los Ustáriz, adonde concurría Bello,
introducido seguramente por su condiscípulo José Ignacio.
40
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Catuche y saman
Usualmente el joven Andrés Bello sale de casa por las tardes echando a andar sin
ninguna prisa por calles aledañas. Paseandito, paseandito se va acercando a la ribera del río.
(…)
Del puro Catuche al margen,
propicios los cielos quieran
que, más felices, no escuches
tristes lamentos de guerra;
antes, de alegres zagales
las canciones placenteras,
y cuanto más sus suspiros
y sus celosas querellas. 28
De ahí a un paso está el samán de La Trinidad. Frondoso tapasol
amigo que hace también de bienhechor paraguas en días lluviosos.
Tan igual que al río Catuche el joven Bello sabe halagar mediante su
poesía al frondoso amigo.
28
Publicada en Rojas Hermanos. 1881.
De ahí derivan las demás ediciones. En O. C. III, p. 28-29. La fecha de composición es insegura. Miguel
Antonio Caro, siguiendo a Arístides Rojas, la sitúa en los primeros años del siglo. Se da también la fecha
entre 1806 y 1808.
41
Carmen Brito Arocha
(…)
Dicen que el dulce Dalmiro,
Dalmiro aquel que las selvas
y de estos campos los hijos
no sin lágrimas recuerdan
compró de un agreste joven
tu amenazada existencia;
en este alcor, estos valles,
viva su memoria eterna.29
¡Estudiantes! ¡Amigos! ¡Amigos!
“Época dichosa de nuestra juventud” 30.
“La edad más feliz de la vida” 31.
“La época más feliz de mi vida” 32.
29
Al comentar esta poesía dice Arístides Rojas (Rojas Hermanos, 1881, p. 75): El samán a que
se refiere este romance es el mismo que existe en el barranco del río Catuche, al este del puente de la
Trinidad, en Caracas, lugar predilecto de los paseos vespertinos de Bello en los primeros años del siglo.
El padre de este árbol, de que habla el poeta, es el coloso vegetal llamado Samán de Güere, que aún se
conserva en los valles de Aragua, cerca de la laguna de Valencia, y del cual habla Bello en sus fragmentos
del poema América.
30
Andrés Bello en carta a su hermano Carlos, fechada en Chile: 30 de Diciembre de 1856.
31
Carta a Pedro Gual, 14 de Agosto de 1824.
32
Carta a Antonio Leocadio Guzmán, Septiembre de 1864.
42
Andrés Bello se lo llevó la revolución
“Edad encantadora” 33.
“La época más feliz de nuestra vida” 34
Acá, a la sombra del samán se reúnen
Andrés y sus amigos Agustin Loinaz, Ignacio Ustariz, José Luis Ramos y otros muchos jóvenes estudiosos, románticos, artistas.
Comparten sus sueños, sus esperanzas
en medio de este paraje fresco. Horas, momentos, inolvidables días. Brillante juventud, prometedora juventud ¡colmada de sueños!
“Extiende, samán, tus ramas sin temor al
hado fiero”
El samán, a su sombra, ¡acaso se inspirarían cuántas fantasías! Por la textura de la puerilidad, por el
pícaro y pudorosísimo humor el presente dialogo de
Andrés Bello, luce envuelto en juvenil pañuelo celosamente guardado.
¡Amigos!. De Eliseo Morales
Tirsi: Quisiera amarte, pero...
Clori: ¿Pero qué?
33
Del poema “El proscrito” escrito en Chile.
34
Carta a Agustín Loynaz. 13 de Octubre de 1826.
43
Carmen Brito Arocha
Tirsi: Clori: Tirsi:
Clori:
Tirsi: Clori:
Tirsi:
¿Quieres que te lo diga?
¿Por qué no?
¿Y si te enojas?
No me enojaré
Pues bien, te lo diré
Acaba, dímelo
Quisiera amarte, Clori,
pero sé...
Clori: ¿Qué sabes, Tirsi?
Tirsi: Que a otro enamorado,
el domingo pasado
juraste eterna fe.
Clori: No importa, a ti también la juraré.35
Mis deseos
¿Sabes, rubia, qué gracia solicito
cuando de ofrendas cubro los altares?
No ricos muebles, no soberbios lares,
ni una mesa que adule el apetito.
35
Ugarte Chamorro, Guillermo: “Los personajes del Diálogo ya habían aparecido en uno de los
más apreciables poemas que, en sus años juveniles, Bello compuso en Caracas. La Égloga que, mirando
a Virgilio cantó los amules pastoriles de, justamente, Tirsis y Clori y cuyos primeros versos decían: ‘Tirsis
habitador de/ Tajo umbrío/ con el más vivo fuego amaba/ a Clori, que, con rústico desvío/ las tiernas
ansias del pastor pagaba’. Tomado de: Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don
Andrés Bello. (1981). Bello y Chile: Tercer congreso del bicentenario Caracas Ediciones de la Fundación
La Casa de Bello. pp. 455-456. (Diálogo, considerado diálogo teatral, lo presentó Miguel Luis Amunátegui,
por primera vez en la Revista del Pacífico. ( 1860). Chile)
44
Andrés Bello se lo llevó la revolución
De Aragua a las orillas un distrito
que me tribute fáciles manjares,
do vecino a mis rústicos hogares
entre peñascos corra un arroyito.
Para acogerme en el calor estivo,
que tenga una arboleda también quiero,
do crezca junto al sauce el coco altivo.
¡Felice yo si en este albergue muero;
y al exhalar mi aliento fugitivo, sello en tus labios
el adiós postrero! 36
…A veces el joven poeta prefiere estar a solas consigo mismo.
¿Qué estará escribiendo ahora?
¿Escribirá sobre sus amores de estudiante?
¿Estará escribiendo ahorita sus deseos...?
36
Bello, Andrés. (1981). Obras completas, poesías, vol. I, Caracas, La Casa de Bello, p. 7. En su
juventud caraqueña, Bello escribió un soneto titulado “Mis deseos”, donde le habla a una amada. El poema
data posiblemente de los últimos años del siglo xviii o los primeros años del siglo xix, y fue publicado en
España, entre 1820 y 1823, con el pseudónimo de Th. J. Farmer.
45
Carmen Brito Arocha
Aquélla, la primera mujer que la memoria siempre retiene
A.B.
Amor de primavera.
Cupido tenaz en unir las almas, acercó la del joven caraqueño a la de la bella cumanesa. Era ésta esbelta, de faz y cuerpo helénicos y por ello la galantería social le puso
el nombre de La Griega. En la pila bautismal su nombre fue María Josefa Sucre. Y
en los entroncamientos ilustres de la familia fue hermana de Antonio José de Sucre.
Antonio Álamo.37
El amor prendió en su pecho de adolescente. La llama eterna del primer afecto. Y en
su vida luminosa y prolongada el recuerdo de la gentil poetisa María Josefa Sucre,
perduró como algo muy dulce y delicado.
Alberto Sanabria.38
37
Álamo, Antonio. (1952). María, Ana, Isabel y Andrés. Primer libro de la Semana de Bello en
Caracas. Caracas. Ediciones del Ministerio de Educación. pp. 283, 264.
38
Sanabria, Alberto. Recuerdo de don Andrés Bello. p. 281. (…) “La bella joven hermana del
inmaculado Mariscal, cuando regresaba a la patria en unión de su hermana Aguasanta y varios sobrinos
pereció en un naufragio.
46
Andrés Bello se lo llevó la revolución
La niña era un dechado de gracia y perfecciones, entre las cuales a la hermosura se añadía el talento. Estuvo profundamente
enamorado de la hermana del Mariscal Sucre.
Amunátegui.39
Una “miniatura que representa a María Josefa Sucre”. De acuerdo a la referencia sobre el retrato o miniatura que
se conservaba en casa de Agustín Loynaz, idealizamos nuestra
versión de aquella niña de grandes ojos negros, que sería interpretada a la vez por la propia inspiración del dibujante venezolano Eliseo Morales.
39
Planchart, Enrique. (1884 - 1953) Bello, Arístides Rojas y la familia
Loynaz. En: Grases, Pedro. Antología del Bellismo en Venezuela. p. 281:
Miguel Luis Amunátegui recordó que una noche de baile en casa de don
Andrés Bello, éste le refirió emocionado la novela de su primer amor. Fue en
Cumaná, una niña de grandes ojos negros, de espíritu vivaz e inquieto, hábil
en toda clase de labores y aficionada a componer versos, quien despertó
aquel sentimiento; se llamaba María Josefa y era hermana del que luego
fue Gran Mariscal de Ayacucho. –Estuve profundamente enamorado–
decía el maestro”. (…)” Allá. en la pequeña casa de Curamichate, debajo
del retrato del coronel Loynaz, el primer amigo de Bello, está la miniatura
que representa a María Josefa Sucre, su primer amor.
Ana Josefa Sucre.
De Eliseo Morales
47
En el año 1789 don Bartolomé Bello recibió el
nombramiento de Fiscal de la Real Hacienda del Tabaco. A
partir de entonces se trasladó a la ciudad de Cumaná, donde
ejercería sus funciones. La ocasión se prestó para que la familia Bello López estrechase relaciones con numerosas familias de la población oriental.
Andrés Bello comienza a trabajar
A los veintiún años de edad, noviembre de 1802.
Ha pasado a ser Andrés un oficinista. No obstante,
en su nueva condición de hombre de trabajo estará siempre
presente su disciplina de estudiante impenitente. Acucioso.
Constante.
Cualquier actividad le servirá de ejercicio; cualquier tarea le parecerá buena como lección; cualquier error le
servirá de plana para enmendar.
Respetuoso de sí mismo; respetuoso de sus deberes; respetuoso de sus obligaciones públicas empieza a darse
de lleno con la vida.
Andrés Bello hacia el trabajo.
De Eliseo Morales
48
Andrés Bello se lo llevó la revolución
A trabajar
Don Pedro González Ortega, Oficial Mayor de la Capitanía General de Venezuela, dirigió el día 5 de noviembre (1802) al Capitán General, don Manuel de Guevara Vasconcelos, una carta acerca del joven Andrés Bello, aspirante al recién
creado cargo de Oficial Segundo en las oficinas de la Capitanía, carta en donde
hacía resaltar el talento y la preparación del caraqueño.
Para la plaza de Oficial Segundo propongo, en primer lugar, a Don Andrés Bello,
que ha seguido la carrera de estudios en la Universidad y se ha dedicado por su
particular aplicación al de la bella literatura con tan ventajoso éxito que la opinión
pública y la de los inteligentes le recomiendan como sujeto que tiene las cualidades
necesarias para ser útil al Real servicio en esta carrera, aun en cualquiera otra que
se le destinara.
Don Andrés Bello ha hecho progresos tan ventajosos en las materias a que se ha
aplicado que me permitirá V.S. me lisonjee del acierto de su elección si se sirviere
aceptar mi propuesta. He visto varias obras de su aplicación ya traducidas de autores clásicos, y ya originalmente suyas, aunque de menos consideración, en que se
reconoce un talento nada común, unas ideas que reúnen a su extensión la circunstancia de un discernimiento ventajoso.40
El nombramiento se hizo efectivo. Así es cómo se inicia en su carrera
de funcionario público don Andrés Bello, Oficial Segundo de la Capitanía General
40
Morón, Guillermo. La generación de Bello. Esquema para una investigación Bello y Caracas.
Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1979). Bello y Caracas:
Primer congreso del bicentenario. Caracas Ediciones de la Fundación La Casa de Bello. p. 103.
49
Carmen Brito Arocha
de Venezuela. La evaluación del joven Bello hecha por don Pedro González Ortega
llama la atención, habida cuenta de la responsabilidad asumida, en su condición de
Oficial Mayor, ante el Capitán General al hacer tan cabal presentación de un futuro
empleado que, supuestamente, habría de gozar de mucha confianza.
Se desempeña Andrés Bello en las funciones de la Capitanía General
cuando llega a Venezuela la expedición de Francisco Javier Balmis, portadora de la
vacuna contra la viruela. Es 20 de marzo de 1804. Descubrió la vacuna el médico británico Edwards Jenner en 1796. El Rey de España Carlos IV, a través de la expedición
Balmis, envía a las posesiones del reino en América el llamado “fluido benefactor”.41
Dias, noches y madrugadas de fiesta por la llegada de la vacuna
El contagio de la viruela es amenaza de muerte, por tanto, la vacuna
salvadora desencadena un verdadero Día de Gracia con su noche y su madrugada,
¡días, noches y madrugadas! Se arrojan al viento mil multiplicadas gracias de parte
de los habitantes de las distintas regiones. De sol a sol se celebra la llegada de la
vacuna salvadora.
Conforme al acontecimiento en beneficio de la salud pública, el poeta
Andrés Bello participa en diversas actividades o programaciones emanadas de la
Capitanía General. Escribe Oda a la vacuna, con dedicatoria a Manuel Guevara y
Vasconcelos, Gobernador y Capitán General de la provincia de Venezuela.
41
50
El 20 de marzo de 1804 llegó a Venezuela la vacuna contra la viruela.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Bello escribe acerca de la viruela:
(Segmentos)
De horrores y miserias,
este contagio impío
que tus hijos devora,
esas viruelas cuyo agudo filo
por todas partes lleva
el luto, el exterminio
y en soledades vastas
deja tus territorios convertidos.42 43
Viéronse de repente señalados
de hedionda lepra los humanos cuerpos,
y las ciudades todas y los campos
de deformes cadáveres cubiertos.
No; la muerte a sus víctimas infaustas
jamás grabó tan horroroso sello;
jamás tan degradados de su noble
belleza primitiva, descendieron al oscuro recinto del sepulcro.
42
Bello, Andrés. Venezuela consolada.
43
Poema original encontrado en 1880 entre los papeles de Juan Vicente González que poseía
Antonio Leocadio Guzmán. Se publicó por primera vez en las Poesías de Andrés Bello, preparadas por
Miguel Antonio Caro, Madrid, 1882. El motivo central del drama, la vacuna contra las viruelas, induce a
pensar que es poco posterior a 1804.
51
Humanidad, tus venerables restos,
la tierra las entrañas parecía
con repugnancia abrir para esconderlos.44
Aquí espira el anciano
sin el pequeño alivio
de que cierre siquiera
sus fallecientes párpados el hijo.
Allí noto que arrojan
al hoyo confundidos
en espantosa mezcla
con cadáveres yertos cuerpos vivos.45
Se nombra la Junta Central de Vacuna en Caracas. Su misión será la
de desarrollar un plan de vacunación que abarque todo el territorio, de donde pueda resultar favorecida completamente la población. El Capitán General Manuel de
Guevara Vasconcelos pone empeño en que se cumpla a satisfacción el programa.46
A mediados de ese mismo año, 1804, muere en la ciudad de Cumaná
don Bartolomé Bello el 25 de julio. Permaneció largos años en la población oriental
44
Bello, Andrés. “A la vacuna”. Poema en acción de gracias al rey de las Españas por la propagación
de la vacuna en sus dominios, dedicado al señor Don Manuel de Guevara Vasconcelos, presidente
gobernador y capitán general de las provincias de Venezuela.
45
Bello, Andrés. Venezuela consolada.
46
La Casa de Bello, (1979). Dos textos de Andrés Bello en la Junta Central de Vacuna. Caracas
1807 - 1808. (Por decreto del 13 de noviembre de 1807, el Capitán General don Juan de Casas designó
a Andrés Bello Secretario Interino de la Junta. A partir de entonces aparecen actas de reuniones de la
organización hasta el 9 de abril de 1808 firmadas por el Secretario Andrés Bello) pp. 7,8 y 9
52
Andrés Bello se lo llevó la revolución
ejerciendo el cargo de Fiscal de la Real Hacienda del Tabaco. Se cuenta que en su
condición de músico nunca descuidó el ejercicio en este sentido. Reconocido compositor de música sacra, la Misa del Fiscal llegó a ser famosa entre la feligresía cumanesa, que de este modo se fijó en la memoria de los fieles una de las obras de don
Bartolomé Bello.
La viuda doña Ana Antonia López posteriormente se vería en la necesidad de solicitar una ayuda de las autoridades españolas dada la situación de
pobreza en que quedaron ella y su numerosa familia.
Expediente en que doña Ana López madre de don Andrés Bello, solicita
una pensión por vía de limosna por la muerte de su esposo. Año 1804. 47
Dirijo a V.E. informada la adjunta instancia en que Da. López expone a S.M. los buenos servicios su difunto marido el Fiscal de Real Hacienda de esta ciudad don Bartolomé Bello el corto sueldo que obtuvo mientras vivió. La deplorable situación en que ha
quedado por su muerte y el crecido número de sus hijos pidiendo A S.M. se digne concederla una pensión por vía de limosna, para que V.E humillándola a los pies del Trono,
se sirva inclinar la piedad del Rey a la gracia que sufre esta pobre viuda muy acreedora
por sus virtudes e indigencias a la Soberana consideración y protección de V E.
Dios Guarde a V.E. muchos años.
Cumaná septiembre 17 de 1804
Exmo. Sr. Juan Manuel de Cajigal , rubricado ,
Exmo. Sr Dr. José Antonio Caballero
47
Archivo general de Indias, Sevilla, Audiencia de Caracas. Legajo 95. Este documento fue
localizado por el Dr. Ildelfonso Leal. Tomado de Bello y Caracas. Primer congreso del Bicentenario, p. 42)
53
Carmen Brito Arocha
Transcurridos dos años de la desaparición de don Bartolomé Bello, la
familia hace planes para dedicarse a la agricultura.
Unos más, unos menos trabajarían la tierra. Mediando este propósito
presentan una solicitud ante las dependencias debidas a objeto de que se les conceda una parcela para sembrarla de café.
En representación de su señora madre, de sus hermanos y en su propio nombre Andrés Bello dirige la solicitud de tierra en agosto de 1806.
Se concede a la familia quince fanegadas de tierra para una pequeña
siembra.
En el sitio del Helechal a los dieciséis días del mes de diciembre de
mil ochocientos seis, en presencia de mí el Comisionado del Cabildo de estos Naturales, de los infrascritos testigos y de otras varias personas, el agrimensor don
Manuel Tirado expuso que las quince fanegadas de tierra pedidas por don Andrés
Bello se comenzaron a medir en el lindero del poniente de la posesión de don
Joseph Francisco Paúl, al lado derecho del camino Real que va para Santa Lucía,
donde se fijó el primer punto.
Más adelante se expresa:
…habiendo introducido por la mano yo el Comisionado al dicho don Andrés Bello
en la enunciada posesión de tierras, en la que arrancó hierbas, cortó ramos, esparció tierra en señal de haber aprehendido jurídicamente la tenencia y posesión del
terreno sin contradicciones de don Joseph Paúl y de los Naturales que para este
efecto fueron citados previamente; lo que pongo por diligencia firmó conmigo y mis
acompañados. 48
48
54
Pinto C. Manuel_______________________________________________
Andrés Bello arrancó hierbas, cortó ramos, esparció tierra. De Eliseo Morales
Andrés Bello comisario de
guerra: De Eliseo Morales
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¿¡Un criollo, comisario de guerra!?
El nombramiento causó conmoción en Caracas (1807)
Los funcionarios públicos en la provincia se desenvolvían bajo cierto orden jerárquico ante las autoridades españolas. Ser comisario de guerra en lo civil equivalía
al grado de teniente coronel en las milicias, pero únicamente en calidad de mención honorífica. Es el caso de Andrés Bello.
La distinción sorprendió por no ser costumbre concedérsele a un natural de la Provincia o de los llamados “criollos”.
El hecho era algo nunca visto en la administración pública en 1807.49
Bolívar, allá y aquí junto a sus antiguos maestros
1807.- Regresa Simón Bolívar de su viaje por Europa, adonde marchó sumido en la
desesperación tras la inesperada muerte de su esposa doña María Teresa Rodríguez del
Toro y Alaiza, acaecida en Caracas a tan sólo ocho meses de haberse celebrado la boda.
Hombreado, desenvuelto se muestra el caraqueño en la plenitud de
sus veinticinco años a cumplirlos pronto. Le vendrán muy bien mil y una noches
de tertulias, de reuniones en medio de salones, de corredores ¡y hasta de patios familiares, a la luz de la luna! Cuanto ha pensado durante su larga ausencia no dejará
de convertirlo en tema de interés, ¡y de cuánto ha visto, ni se diga!
Que vio a Napoleón Bonaparte aclamado por multitudes no dejará de
contarlo. Y por supuesto, bajo la influencia de tales evocaciones tampoco dejará de
49
Grases, P. Andrés Bello, humanista caraqueño. Cuadernos Lagoven. Segunda edición.
57
Carmen Brito Arocha
recordar y de mencionar el encuentro en Europa con su maestro de la infancia don
Simón Rodríguez, junto a quién contempló la ciudad de Roma desde unas ruinas
en las colinas de Monte Sacro, jurando ante la venerable presencia del maestro dedicarse en cuerpo y alma a luchar por una patria libre.
El otro antiguo maestro, el de la adolescencia, don Andrés Bello,
como quiera que suele ser contertulio en estas amenas reuniones de los Bolívar,
tendrá oportunidad de leer para beneplácito de la concurrencia sus traducciones de
la Eneida de Virgilio, y Zulima, de Voltaire.
En medio de relevantes cosas anecdóticas, además de futuros inquietantes, ocurre que, por esos alrededores, entre gallos y medianoche parece que
anda suelta el ánima en pena de la revolución.
Ha dicho Manuel Pérez Vila: “En el estudio de la historia a veces es
útil considerar también lo que no sucedió, al lado de lo que ocurrió realmente.” 50
Una cara bien fea
Napoleón. Quita y pone reyes
Si el nombramiento de Andrés Bello como comisario de guerra causó conmoción
en Caracas, ¡qué no causaría los colosales acontecimientos que han tenido lugar en
la metrópoli!
Manuel Godoy, valido del monarca Carlos IV y quien dirigía la política de España permitió a Napoleón Bonaparte penetrar con sus tropas en Portugal.
50
Pérez Vila, Manuel. Andrés Bello y los comienzos de la imprenta en Caracas. En: Bello y Caracas.
Primer Congreso del Bicentenario.
58
Andrés Bello se lo llevó la revolución
En Aranjuez se produce un motín, el 19 de marzo de 1808, y por
presión del pueblo español el rey Carlos IV se vio forzado a abdicar a favor de su hijo Fernando, Príncipe de Asturias. Napoleón, quien se fingía amigo de España, al frente de su ejército se
apodera de la península. La familia real es trasladada a Bayona.
Aquí en Francia, Fernando VII es forzado a abdicar, a fin de
que a Napoleón le sean traspasados los derechos sobre España y
las Indias. Bonaparte hace prisionero en Bayona a Fernando. Y
nombra rey de España a su hermano José Bonaparte.
José Bonaparte Rey de España. España se alza en armas
Las noticias llegan a Caracas:
El Capitán General Juan de Casas recibe al enviado de las nuevas autoridades asentadas en la metrópoli, el capitán francés Pablo de Lamanon. En la entrevista estará presente
Andrés Bello, como intérprete, dado su conocimiento del idioma
francés. Asimismo leerá las graves informaciones en el Times
de Londres, periódico enviado desde la isla de Trinidad a la Capitanía General.
Tales circunstancias permiten a Bello ser el primer
criollo en enterarse ampliamente de los sucesos acaecidos en España.
Si bien en ocasiones se han producido en las Provincias Unidas de Venezuela intentonas en contra de la dominación
española, incluyendo las expediciones mirandinas, la posibilidad
hoy de que la otra cara de la moneda sea la dominación napoleónica, la gente ve en ésta una cara bien fea.
Napoleón Bonaparte
59
Carmen Brito Arocha
1808- Recurso informativo
Ante la gravedad de la situación surgen posiciones respecto de medidas urgentes a
tomar en la Capitanía General. Don Juan de Casas acordó editar un vocero destinado a informar en torno a los sucesos en España, y que a la vez sumase opiniones
favorables sobre los derechos de Fernando VII en la recuperación del trono. Tras
reuniones urgentes con el intendente Juan Vicente Arce, procede Juan de Casas a
encargar a la isla de Trinidad la máquina impresora.
El 23 de septiembre arriba al Puerto de La Guaira la fragata norteamericana “Fénix”, portando su preciada carga. A bordo los dueños: Mateo Gallaher y Jaime Lamb, más tres esclavos tipógrafos, que operarían la máquina. En
Caracas el invento de Juan Gutemberg.51
El 24 de octubre apareció la Gazeta de Caracas.
Andrés Bello, egresado de la Real y Pontificia Universidad de Caracas con el grado de bachiller en Artes; que redacta informes de diversa índole en la
Capitanía General; que domina varios idiomas parecería entonces muy natural el
hecho de asumir como redactor de la Gazeta de Caracas.
Circunstancialmente se dan juntos, el primer periodista y el primer
periódico caraqueños. Primicia que correspondería a la historia recoger.52
51
Pérez Vila. Ob. cit.
52
Héctor García Chuecos halló en los Archivos de la Capitanía General un documento del 8 de
enero de 1809, carta dirigida por Josef Montenegro al Capitán General Juan de Casas. Federico Álvarez
en El periodista Andrés Bello. p. 21., recoge la siguiente información: a pesar de los más vivos esfuerzos
–le informaba entonces– no he podido inclinar a varios sujetos de instrucción y literatura que hay en
esta ciudad capital a que, aceptando el cargo de redactor de la Gazeta por el tiempo que pueda durar la
indisposición de don Andrés Bello llenase los deseos de V.S. en esta parte.
El 28 de diciembre de 1938 García Chuecos publicó en el diario El Universal de Caracas, el artículo Recuerdos
de Andrés Bello revelando lo relativo a Andrés Bello como primer redactor de la Gazeta de Caracas.
60
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Entre el 24 de octubre de 1808 y el 15 de abril de 1810 se publicarán
cincuenta y nueve números ordinarios y quince extraordinarios, informa Federico
Álvarez, en El periodista Andrés Bello.
En mayúsculas apareció en la página 2 de la Gazeta de Caracas:
“¡PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN!”
Más que una advertencia parecía un grito de guerra. Hombre amante de cuanto
signifique conocimientos Andrés Bello se le para enfrente a esa máquina que traga
papel y arroja letras de molde. En cierta manera se ponía a tono con la era de la
revolución maquinista.
Sabe que todo lo bueno que se aprende es útil y que, todo lo útil que
se aprende es bueno. Sus escarceos en la Gazeta no serían en justicia dentro del
periodismo cosechadores de alabanzas (ni siquiera él mismo los sacaría a relucir),
simplemente asoman el simbolismo de los “pinitos”, que, pese a tropezones enseñan a correr.
De compleja diversidad el material ofrecido en la Gazeta, proveniente de la metrópoli tanto como de otros lugares y por supuesto información nacional.
Muchos de los textos debían traducirse. Anuncios de guerra, cuando
no de paz. El tema anti bonapartista, era de rigurosa aparición. De esta suerte la
Gazeta de Caracas abordaba lo internacional, sin menoscabo de dedicar espacios
a recetas de buena mesa, de fricciones contra la gota, notas sociales, ventas de propiedades, solicitud de esclavos que se daban a la huida, etc. etc.
Constreñido dentro de esta línea de trabajo es de considerar la inquietud de Bello por “picar más alto”, tomando en cuenta sus indubitables inclinaciones
61
Carmen Brito Arocha
hacia las bellas letras, por ejemplo, y en general hacia todo cuanto significase papel
preponderante en derredor de otras vías de su personal interés. Pero no dejaba de
“resultarle un ejercicio importante dentro de los acontecimientos”.
Ahora, lo cierto es que sería asunto de imaginarse al novel periodista
frente a una imprenta a su disposición. Pronto estuvo dedicado a preparar Calendario Manual y Guía Universal de Forasteros para el año 1810 (Calendario de la
Capitanía General). Proyecto que no alcanzó el desarrollo deseado. El Calendario
llevaría incluido “Resumen de Historia de Venezuela” del mismo Bello. Además
de dedicarle tiempo a otra obra suya en preparación: Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana.53
A mediados de 1809 comienza Andrés Bello a darle forma a un nuevo proyecto editorial, junto con el políglota de origen italiano Francisco Isnardy.
Se trata de El Lucero. La revista aparecería bajo el patrocinio del Real Consulado
de Comercio de la Capitanía General. El prospecto anuncia una amplia gama de temas. Por supuesto completamente diferente a La Gazeta de Caracas. Con fecha 28
de noviembre de 1809. El Real Consulado felicitaba a los promotores del proyecto,
que: “(...) debía contribuir a la ilustración y utilidad de los habitantes de Venezuela.
¿Alumbrará El Lucero?”.
53
Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana, obra de Andrés Bello publicada
en Chile en 1841. Bello expresó en la ocasión: “Me he determinado a sacar esta obrita de la oscuridad en
que hace más de treinta años la he tenido sepultada”. Tiempo después – en 1893 – el polígrafo español
Pelayo, estudioso de la obra de Bello, manifestó: “Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación
castellana, que, con ser trabajo de sus primeros años, anterior a su viaje a Inglaterra (si bien no publicado
y sin duda con grandes enmiendas, hasta 1841) no deja de ser el más y original profundo de sus estudios
lingüísticos”. El análisis de Pelayo acentúa la idea acerca de la preparación de Andrés Bello ya a los
veintiocho años.
62
Andrés Bello se lo llevó la revolución
A finales de 1809 Andrés Bello pasa a ocupar el cargo de Secretario y Oficial Mayor de la Capitanía General, sucediendo en el puesto a don Pedro
González Ortega.
Primer libro escrito en Venezuela
En Resumen De La Historia De Venezuela resalta la frescura con que Bello describe porciones de la campiña venezolana. Destaca, además, en la importante relación
el señalamiento sobre una agricultura próspera.
De Resumen de la Historia de Venezuela
Andrés Bello
Apenas se conoció bien el cultivo y la elaboración del añil, se vieron llegar los deliciosos Valles de Aragua a un grado de riqueza y población de que apenas habrá
ejemplo entre los pueblos más activos e industriosos. Desde La Victoria hasta Valencia no se descubriría otra perspectiva que la de la felicidad y la abundancia, y el
viajero, fatigado de la aspereza de las montañas que separan a este risueño país de la
capital, se veía encantado con los placeres de la vida campestre, y acogido en todas
partes con la más generosa hospitalidad. Nada hallaba en los Valles de Piragua que
no le inclinase a hacer más lenta su marcha por ellos: por todas partes veía alternar
la elaboración del añil, con la del azúcar; y a cada paso encontraba un propietario
americano o un arrendatario vizcaíno, que se disputaban el honor de ofrecerle todas
las comodidades que proporciona la economía rural. A impulsos de tan favorables
circunstancias se vieron salir de la nada todas las poblaciones que adornan hoy esta
63
Carmen Brito Arocha
privilegiada mansión de la agricultura de Venezuela. La Victoria pasó rápidamente
de un mezquino pueblo formado por los indios, los misioneros, y los españoles que
se dispersaron en las minas de Los Teques, a la amena consistencia que tiene actualmente: Maracay, que apenas podía aspirar ahora 40 años a la clasificación de aldea,
goza hoy todas las apariencias y todas las ventajas de un pueblo agricultor, y sus
inmediaciones anuncian muy lejos al viajero el genio activo de sus habitantes. Turmero ha debido también al cultivo del añil y a las plantaciones de Tabaco del Rey los
aumentos que le hacen figurar entre las principales poblaciones de la gobernación
de Caracas, Guacara, San Mateo, Cagua, Güigüe y otros muchos pueblos aún en la
infancia deben su existencia al influjo del genio agrícola protector de los Valles de
Aragua; y las orillas del majestuoso Lago de Valencia que señorea esta porción del
país de Venezuela, se ven animadas por una agricultura que renovándose todos los
años provee en gran parte a la subsistencia de la capital de esta privilegiada nación
de la agricultura de Venezuela.54
Revolución sin tiros, 19 de abril de 1810
El rechazo a una dominación napoleónica se ha expandido con fuerza en las provincias americanas. Aparte de venir sintiéndose bastante pesada ya desde hace rato la
propia dominación española...
El 19 de abril de 1810 tiene lugar en Caracas un movimiento revolucionario que destituye al Capitán General don Vicente Emparan (asumió el cargo
a comienzos de 1809).
54
Bello, Andrés. (1978). Resumen de la historia de Venezuela. Caracas. Ediciones Fundación Casa
de Bello.
64
Andrés Bello se lo llevó la revolución
EXTRAORDINARIO.
ESTABLECIMIENTO DE NUEVO GOBIERNO EN ESTA CAPITAL.
En la ciudad de Caracas á dies y nueve de Abril de mil ochocientos diez se juntaron
en ésta Sala Capitular los Señores que abajo firmarán y son de los que componen éste
Muy Ilustre Ayuntamiento con el motivo de la función Eclesiástica del día de hoy Jueves Santo, y principalmente con el de atender a la Salud pública de este Pueblo que
se halla en total horfandad, (sic) no sólo por el cautiverio del Señor Don Femando
Séptimo, sino también por haberse disuelto la Junta que suplía su ausencia en todo
lo tocante a la seguridad y defensa de sus dominios invadidos por el Emperador de
los Franceses y demás urgencias de primera necesidad , a consecuencia de la ocupación casi total de los Reynos (sic) y Provincias de España, de donde há resultado
la dispercion (sic) de todos o casi todos los que componían la expresada Junta, y por
consiguiente el cese de sus funciones. Y aunque según las últimas ó penúltimas noticias deribadas (sic) de Cádiz parece haberse sustituido otra forma de Gobierno con
el título de Regencia , sea lo que fuese de la certeza ó incertidumbre de este hecho,
y de la nulidad de su formación, puede exerser (sic) ningún mando ni jurisdicción
sobre éstos Países por que ni ha sido constituido por el voto de éstos fieles habitantes,
quando (sic) han sido ya declarados no colonos sino partes integrantes de la Corona
de España, y como tales han sido llamados al ejercicio de la Soberanía interina, y
a la forma de la constitución Nacional, ni que pudiese prescindirse de esto, nunca
podría hacerse de la impotencia en que ese mismo Gobierno se halla de atender a la
seguridad y prosperidad de estos territorios , y de administrarles cumplida justicia en
los asuntos y causas propios de Suprema Autoridad.55 55
Acta del 19 de abril. Documentos de la Suprema Junta de Caracas. Ediciones del Concejo
Municipal de la ciudad de Caracas, con motivo del 150 aniversario del 19 de abril. Se ha respetado en
todas sus formas la redacción del documento.
65
Carmen Brito Arocha
66
19 de abril de 1810. De Juan Lovera.
19 de abril de 1810 – El Capitán General, don Vicente
de Emparan, se dirige a la Catedral a cumplir con los
oficios religiosos, es Jueves Santo. Francisco Salias lo
conmina volver a Cabildo
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Se organiza la Junta Suprema de Caracas Conservadora de los derechos de Fernando VII.
A sangre y fuego defender los derechos del Rey.
Lo destacó la Gazeta de Caracas:
“PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN”.
El primer amigo que después de consumada la revolución visita la casa de Bello es Sata y Bussy, quien vestido de militar
se apresuró a ir a la casa de su compañero para informarle de todo lo sucedido. Después llegaron Roscio, los Ayala,
Ramos, Ustáriz y demás amigos inequívocos del simpático
poeta, porque la casa de éste estuvo siempre frecuentada
por los hombres más notables de la colonia.56
Arístides Rojas 1826-1894
56
Grases, Pedro. (1981) Antología del Bellismo en Venezuela. p 69 Cita
a Arístides Rojas: “Andrés Bello y los supuestos delatores de la revolución.”
67
Carmen Brito Arocha
Simpático poeta, (Andrés Bello)
Andrés Bello, imagen inspirada
en un retrato realizado en Londres por Lucio Ribas
68
A juicio de Arístides Rojas; reservado, esquivo, tímido; a juicio de otros…
La personalidad de Andrés Bello luce enmarcada
por una mesurada jovialidad a la que animan modales dignos y
el atractivo de una bien cimentada cultura, induciendo ello sin
artificios a un singular don de gente. La ordinariez vería en Bello un objeto inasible a sus caprichos. No hay nada que revele
en Andrés Bello el amigote de labia envolvente, ni el talentoso
presumido, menos todavía al petimetre de facturas caras ni baratas. La manera tan peculiar suya de no abrirse en demasía a
la confianza ni excederse en tomar aquella que se le brinda le
asignan un aire de superior serenidad, que hasta él mismo ignora y que a los ojos de los demás lo hace aparecer distante. Por
mostrarse prudente tanto en las propias convicciones como celoso de la consideración que guarda al comportamiento ajeno
infunde respeto y simpatía. Dista de asumir posiciones de rebeldía, de arrebatos. Lejos de ser “señorito mantuano” hijo de
algún gran cacao (como suele decirse de los ricos hacendados
de la provincia), es sabido que hubo de dejar los estudios para
ayudar a su familia y ayudarse a sí propio económicamente.
A los dieciocho años mereció de don Luis Ustáriz concepto enaltecedor: “Por lo que respecta a la conducta
es la mejor que puede darse, siendo todo público y notorio, pública y voz fama” (2 de mayo de 1800). Han transcurrido los
Andrés Bello se lo llevó la revolución
años conservándose inviolable la alta estima nacida entre el caballero Ustáriz y el
joven don Andrés Bello, siendo coherente con las palabras de Ustáriz la notable
presentación que del mismo mozo hiciera don Pedro González Ortega al Capitán
General de Guevara Vasconcelos (1802); como vimos en páginas anteriores.
“A partir de 1802 no se producirá en Caracas ningún acontecimiento
cultural y público en la Capitanía General hasta 1810 en donde no esté visible la
mano y la presencia de Bello” (apunta Pedro Grases).57
Andrés Bello pareciera haber dejado las horas cabalgar en surco limpio, en hábitat abonado desde los años primarios. Y demasiado temprano se ha hecho insensible a lo vano. Espiritualmente pareciera hallarse estructurado en modo
superior a gente de su misma generación. Mas, no por la visión despejada, equilibrada con que le sea muy suyo palpar lo cotidiano y en igual medida lo trascendente subestima ni sobrestima lo uno ni lo otro. Fría actitud, si se quiere, que responde
a muy hondos niveles de apreciación. Veintiocho años y cuatro meses cuenta en
edad para los actuales días de 1810. En líneas generales las evidencias hablan de un
individuo adaptado al medio en que le ha correspondido desenvolverse de acuerdo
a sus necesidades o género de vida; de formación ceñida a los principios y sanas
costumbres que pudieran tener asiento durante la época en la ciudad de Caracas.
No da muestras de ser un resentido social, mucho menos de persona
dispuesta a defender a voz en cuello intereses personales; no posee bienes de fortuna; no es dueño de esclavos; a lo sumo identificado con el entorno cultural de una
sociedad dada a los buenos aires de civilización se integra espontáneo a su llamado;
no es político y los políticos buscan su compañía; pese a ser reservado; nadie osa
llamarlo burócrata engreído, por decir menos; casi ocho años lleva en la administración pública, personaje respetable ya en la gentil ciudad de Caracas; trabajando y
57
Grases, Pedro. (1981). Antología del Bellismo en Venezuela. Caracas. Monte Ávila Editores.
69
Carmen Brito Arocha
aprendiendo, porque eso sí es lo suyo, aprender; abriendo y cerrando gavetas, pero,
¡ojo!, concienzudamente; allí dentro se tejen y entretejen unos cuantos hilos nada
más y nada menos que del imperio español y su coloniaje en América. Europa y
América. De una u otra forma el Oficial Mayor acopia información de este y de estotro lados del Atlántico; sobre la estructura político-social de las provincias, sobre
las relaciones comerciales nacionales e internacionales; sobre educación, salud y en
general cuanto abarque la organización de la Capitanía General el Oficial Mayor
estará en cuenta.
¡Fuera de España las manos del emperador de los franceses! Bello
vota por la causa. Pero no vocifera. Porque es persona de muchas lecturas los grandes acontecimientos políticos de los últimos tiempos le permiten avizorar cambios,
factibles de producirse en relación al imperio español y sus dominios.
La liberación de los esclavos en Haití, por Toussaint Louverture, la
guerra de independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa , y sin ir más
allá en distancia ni en tiempo vemos cómo en la Provincia de Venezuela se hicieron
sentir los movimientos de José Leonardo Chirinos y de Manuel Gual y José María
España , aunque de menor resonancia el primero, y a propósito de José María España , cuando ocurrió el cruento desenlace del proceso en su contra, siendo Bello
ya adolescente es posible que presenciara el ajusticiamiento de José María España.
En la Plaza Mayor de Caracas; gran agitación también causaron las
invasiones de Francisco de Miranda en 1806; de otra parte, sabe Bello que la influencia de los llamados “hombres de la ilustración” no se detendrá. Seguirá horadando lo mismo que gota de agua sobre roca en cada pueblo donde el hombre haya
oído hablar de los derechos del hombre.
Él, por su parte, identificado desde niño con los clásicos: hace tiempo
habrá aprendido de Horacio: “¡Qué falta hace gritar, además de afirmar!” Esta posición suya le gana adeptos, contrario a lo que pudiera pensarse.
70
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Con su soneto A la Batalla de Bailen celebró el triunfo de España contra el enemigo, en 1808.
Rompe el león soberbio la cadena,
con que atarle pensó la felonía,
sacude con noble bizarría
sobre el robusto cuello la melena.
La espuma del furor sus labios llena
a los rugidos que indignado envía
el tigre también en la caverna umbría
y todo el bosque atónito resuena
El león despertó, ¡temblad, traidores!
Lo que vejez creísteis fue descanso;
Las juveniles fuerzas guarda enteras.
Perseguid alevosos cazadores,
a la tímida liebre, al ciervo manso.
¡No insultéis al monarca de las fieras!
Ruge, altivo, el cachorro.
No se ha destetado de la Madre Patria.
71
Caraqueños, otra época empieza 58
Así las cosas... los activistas del movimiento del 19 de abril, llámense patriotas,
llámense revolucionarios nombran a don Andrés Bello Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Se trata de un nuevo Gobierno representado por una
Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII. De frente contra el invasor
francés.
El coronel Simón Bolívar y don Luis López Méndez son comisionados
para viajar urgentemente a Inglaterra en misión diplomática, a fin de solicitar ante
esa Corte el apoyo necesario conforme a las acciones políticas tomadas recientemente en Caracas. Los comisionados se dirigen al Secretario de Relaciones Exteriores,
jurista Juan Germán Roscio, pidiéndole incorpore a la misión al oficial Primero de la
Secretaría, don Andrés Bello. El doctor Roscio contesta a los señores Comisionados:
Señores:
Don Simón Bolívar Y don Luis López Méndez:
La Suprema Junta, teniendo en consideración los motivos que V.S.S. alegan en su oficio de ayer para pretender que los acompañe en la Comisión a Londres el Comisario
de Guerra don Andrés Bello, Oficial Primero de la Secretaria de Relaciones Exteriores, Ha condescendido con su Estancia y lo comunica a V. S. S. para su inteligencia.
Dios guarde a V. S. S. Muchos años.59
58
González, Juan Vicente. “Don Andrés Bello fue el autor de la primera canción patriótica: Caraqueños, otra época empieza”.
59
Ediciones de la Presidencia de la República. (1971) Juan Germán Roscio. Escritos representativos. Homenaje a 150 años de su muerte. Caracas p. 9.
72
Juan German Roscio. Dibujo de
Carmelo Fernandez
Andrés Bello, Simón Bolívar,
Luis López Méndez. Dibujo de
Eliseo Morales
Concedida por el doctor Juan Germán
Roscio la solicitud de los Comisionados, Andrés Bello
viajará como Auxiliar o Secretario de la primera Misión
(así denominada) de Venezuela con destino a Inglaterra
presidida por el coronel Simón Bolívar.
Se ausentará de Caracas Andrés Bello en
la confianza de que habrá de regresar muy pronto. De
este modo se abre un paréntesis en su hoja de servicios
en la ciudad que lo vio nacer hace veintiocho años y medio, (¿cerrará el paréntesis?). Procurará dejar en orden
lo relativo al recurso económico que cubriría durante
tiempo prudencial las más perentorias necesidades de su
querida madre.
6 de junio: Con esta fecha dejo prevenido a los Ministros de Real Hacienda de esta ciudad, abonen por
las cajas a su cargo a Doña Ana López, madre del
Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Don Andrés Bello, la mitad del sueldo de 800
pesos que disfruta como tal.
(Firma Francisco de Berríos)60
60
74
El documento se encuentra en el Archivo General de la Nación.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Última mirada
Desde el carruaje que los conduce fuera de la ciudad, mientras se lo está llevando
la Revolución, Andrés Bello dirige una última mirada a Caracas desde el camino
de La Guaira.
Es el genuino sentimiento del poeta cuyos ojos acarician el paisaje.
Íntimamente estaría despidiéndose de su amada ribera del Anauco.
Tú, verde y apacible
rivera del Anauco
para mí más alegre
que los bosques idalios
y las vegas, hermosas
de la plácida Páfos,
resonarás continuo,
con mis humildes cantos;
y cuando ya mi sombra
sobre el funesto barco
visite del Erebo
los valles solitarios,
en tus umbrías selvas
y retirados antros
erraré cual un día.
Tal vez abandonando
la silenciosa margen
de los estigios lagos.61
61
Bello, Andrés. El Anauco.
75
Carmen Brito Arocha
Esas verdades inscritas en versos, verdades que de algún modo tocaron vivencias del caraqueño Andrés Bello, a partir del momento en que la embarcación rompa las olas y se abra como flor la espuma se le volverán... ¡y siempre
más allá, en alta mar, o en Londres!, o más allá de ¡no sé dónde!... ¡quién sabe!...
se le volverán pura nostalgia...
“¿Y qué es nostalgia? Nostalgia es querer extender brazos y manos para
alcanzar algo y asir solamente recuerdos.” 63
62
Última mirada a caracas desde el camino de La Guaira
A partir de hoy comenzara a latir en el corazón de Andrés Bello.
Naturaleza da una madre sola y da una sola patria…64
62
Andrés Bello: “Todas las verdades se tocan”. Del discurso inaugural de la Universidad de Chile
el 17 de diciembre de 1843.
63
Herrera Campíns, Luis. Tomado del discurso pronunciado durante la inauguración del Cenotafio
a la memoria de don Andrés Bello en el Panteón Nacional de Caracas el 29 de noviembre de 1961.
64
76
Bello, Andrés. El proscrito. Canto III. Poesía escrita en Chile.
Última Mirada a
Caracas. Dibujo de
Eliseo Morales
Carmen Brito Arocha
Andrés Bello se lo llevó la revolución
CAPÍTULO 2
CARTAS, PÁRRAFOS, ETC
Carmen Brito Arocha
Las cartas, esas palomas mensajeras de papel
¡Con que Andrés Bello está en Londres! ¡¿Así que Andrés Bello
continua en Londres?! Viene a ser la manera más usual o repetitiva de iniciar sus comentarios aquellos amigos de Bello, bien al
conocer de su ausencia y del destino que lo condujo a la capital
inglesa, bien al extrañarles el hecho de no saberlo de regreso.
Así las cosas, ni esperanzas de topárselo a la vuelta de alguna
de las familiares esquinas caraqueñas por estos días de 1810.
Solo mediante travesías de largas semanas en buenas embarcaciones se arriba al puerto de la Guaira procedente de Inglaterra
o viceversa. ¡A esperar las cartas!
Las cartas
¡Cartas de Andrés Bello! ¡Al fin sabremos de Andrés! Carta
para don Andrés Bello.
Fragmentos de lo imposible de compartir con él
mediando la distancia.
¡Ah! Las cartas de Andrés Bello.
Las Cartas. Dibujo de
Eliseo Morales
81
Carmen Brito Arocha
Vendrán a ser auténticos documentos sobre sus venturas y desventuras
lejos del lar nativo. El espacio en ausencia de su presencia física, lo llenaran las cartas.
Fidedignos trozos autobiográficos de sus horas allá en la lejanía. Extensas misivas, quizá; o breves, o sólo cortos párrafos…
Esos inequívocos fragmentos escritos de don Andrés Bello merecen
ser leídos en la confianza de que tal cual brotaron de su espíritu, de su estado de
ánimo en determinado momento; de sus vivencias, en su puño y letra.
Las cartas dirigidas a don Andrés Bello acreedoras son, igualmente,
del mayor celo y del más diáfano respeto.
¡Llego el correo!
En la misma carta de Roscio a Bello, unas líneas sobre encargos y recomendaciones:
Traiga aunque sea un compendio de la actual legislación inglesa, y alguna gramática y diccionario anglo hispano, Ítem otros libritos de importancia. Memorias a los
compañeros. Consérvese usted.
Luego una recomendación en particular:
Ilústrese más para que ilustre a su Patria
Roscio. 1
1
82
Ediciones de la Presidencia de la República. (1971). Op. cit. Roscio a Bello.
Primera carta enviada a Londres
por Juan Germán Roscio a don
Andrés Bello.
Carmen Brito Arocha
Respecto de esto último, tal cual si Roscio le encomendara un mandado de vida o muerte, Bello sería capaz de cumplirlo al pie de la letra, ilustrándose tanto, que, a los muchos títulos de Excelencia que pudiera recibir en la vida
bien podría añadírsele uno más, hablando familiarmente: Símbolo del que acata
buen consejo.
¡LLEGÓ EL CORREO!
¡Y de vuelta para Londres!
Caracas, 24 de septiembre de 1810 (párrafo)
Mi estimado Bello y compañero:
Anoche recibimos los oficios de 3 y 4 de agosto, números 2 y 3, con la mayor efusión
y alegría. Por La Martinica supimos que ustedes habían llegado el 10 de julio, pero
hasta anoche habíamos carecido de sus letras.
Roscio
Los Comisionados de la Junta Suprema de Caracas
Son recibidos a mediados de julio en la ciudad de Londres por Lord Richard Wellesley, Ministro de Relaciones Exteriores ante la Corte de Su Majestad Británica.
Los Comisionados presentarán una solicitud de apoyo al movimiento político suscitado en Caracas el 19 de abril del presente 1810.
Sería la primera entrevista de cinco a efectuarse en base a dicho objetivo. El día 9 de septiembre se celebraría la última de las reuniones pautadas. Cumplidos
84
Andrés Bello se lo llevó la revolución
los compromisos en general en torno de la materia: a juicio de Bolívar el encuentro con
la representación del gobierno británico no resultó exitoso, aun cuando tampoco significó el fracaso total de la misión venezolana. En virtud de la alianza de Inglaterra con
España, Gran Bretaña no ofrecería ayuda a las provincias americanas bajo el propósito
de una separación de la Madre Patria. Mas, tampoco figuraría dentro de las elementales
normas de la diplomacia del reino de S. M. B. hacer a un lado por completo a diputados
que en representación de las dichas provincias, pisando ya el terreno internacional,
expusieran tan severas y absolutas resoluciones.
De manera que el Ministro Wellesley no incomoda las relaciones
anglo-hispanas recibiendo con carácter oficial a los diputados venezolanos (los ha
recibido en Aspley House, residencia particular) y deja abiertos los canales para
futuras conversaciones.2
El Ministro Wellesley, en síntesis, encontró una salida bastante salomónica al espinoso asunto.
Entre tanto el curso de la historia y el destino de los hombres van
tejiendo sus hilos.
Los Comisionados visitan en Londres la casa número 27 de Grafton
3
Street. Vive allí el general venezolano Sebastián Francisco de Miranda.
Los compatriotas agotarán el buen decir en efusivo tropel, es de suponer, ante el momento histórico que los congrega en este año 1810.
2
Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don
Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La
Casa de Bello.
3
En la actualidad el inmueble figura bajo el señalamiento Grafton Way, número 58. En el año 1978
la nación venezolana lo adquirió en virtud de la significación histórica que representa.
85
Carmen Brito Arocha
“Mi casa aquí es y será siempre el punto fijo para la independencia y libertades del
Continente Colombiano”. – Gral. Francisco de Miranda. 4
Los pormenores del movimiento del 19 de abril en Caracas son cartas sobre la mesa del general Miranda.
¡Llegó la hora! Su humanismo formado a través de pueblos, de gentes
tanto del nuevo mundo como del viejo mundo; de vivencias plenas de romanticismo preclaro de ilustración, de la experiencia de haber tomado parte en los grandiosos movimientos independentistas de los Estados Unidos y de Francia, más la
de todos sus pasos encaminados durante años a lograr la independencia hispanoamericana, todo ello junto con los sesenta años que lleva sobre sus espaldas, aspira
ponerlo a los pies de Venezuela.
¡Un cuadro de Próceres!
¡Regalo de Caracas a la Libertad!
En 1781, don Juan Vicente Bolívar escribió al famoso paisano general Miranda
pidiéndole propiciar un movimiento revolucionario en la provincia de Venezuela...
“a la menor señal nos encontrará pronto para seguirlo como nuestro caudillo hasta
el fin y derramar la última gota de nuestra sangre en cosas honrosas y grandes”.
Prometía don Juan Vicente.
4
86
Archivo del General Miranda. T. XXIII, p. 368.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
En el presente es su hijo, el coronel Simón Bolívar, quien se encuentra cara
a cara con Miranda haciéndole de viva voz la
proposición de viajar a Caracas para ponerse al
frente del movimiento político que arrancó el
19 de abril en Venezuela.
En cuanto a Andrés Bello no dejará de sentirse un tanto sobrecogido en presencia
del general, entre otras cosas porque, siendo ya
funcionario de la Capitanía General, el Gobierno de Venezuela puso precio a la cabeza de Miranda, 30.000 pesos, debido a las expediciones
independentistas del Precursor por costas de
Venezuela, Ocumare y Coro, en 1806…“Cosas
veredes, Sancho”. ¡Con que este era... el peligroso Miranda!, (cualquiera lo pensaría). Ahora se
encuentra Andrés Bello en presencia de un personaje extraordinario. ¡Sorpresas te da la vida!
Han transcurrido apenas cuatro
años de aquellas incursiones del Precursor. Posiblemente todavía sigue igual de cómo lo recuerda el joven norteamericano John Edsall en:
Memorias de un recluta de la expedición de Miranda. Cuenta lo siguiente:
Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Andes Bello, y Luis López Méndez. Dibujo Eliseo Morales
87
Carmen Brito Arocha
El primer ser extraño que vi ya en la travesía, fue un hombre de seis pies de estatura
(1,80 mts), metido en una roja bata de mañana y en zapatillas. Hubiera podido ser
calificado de robusto, a no ser por su palidez; su cabello tenía la blancura de la plata.
Ha sido la persona más inquieta que yo haya conocido: al hablar movía constantemente las manos y los pies. 5 Nacimiento entre pañales de olas…
Continente Colombiano. De una carta leída y adquirida en Jamaica nació en Francisco de Miranda una especie de justiciera admiración por Cristóbal Colón. La
carta la dirigió el Almirante genovés en sus horas de desgracia al Rey de España,
Fernando el Católico:
Si esta generación es demasiado envidiosa o endurecida para llorar por mí, sin duda
aquellos que van a nacer lo harán, cuando se les diga que Cristóbal Colón, con su
propia fortuna, el peligro de su vida y la de sus hermanos, con poco o ningún gasto
de la corona de España, en veinte años y cuatro viajes, rindió mayores servicios que
jamás hombre alguno haya rendido a Príncipe o Reino... 6
5
Masur, Gerhard. Simón Bolívar. (1987). Caracas. Ediciones de la Presidencia de la República.
Academia Nacional de la Historia. Capítulo Juventud. p.26. (En nota a pie de página Masur cita a Robertson,
W.S. Life of Miranda. Vol. I. p. 28.
6
Salcedo Bastardo, José Luis. Bello y los simposiums de Grafton Street. En: Fundación La Casa
de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello
y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello. p. 431.
88
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Impactó a Miranda la suerte del Descubridor del
Nuevo mundo
De ahí que hiciera Miranda un culto de la memoria de Colón.
De ahí que, en postrer honor al marino genovés, a modo propio,
bautizara el Continente Colombiano. De ahí que sus escritos
los recogiera en Colombeia. De ahí que fundara en Londres el
periódico El Colombiano. De ahí que soñara con una unión de
pueblos bajo el nombre de Colón. Y de ahí nació Colombia.
En su obra Resumen de la Historia de Venezuela, Andrés Bello enfatiza que, no lleva la América el nombre
de Colón “por una de esas vergonzosas condescendencias con
que la indolente posteridad ha dejado confundir el mérito de la
mayor parte de los hombres que la han engrandecido”.7
Simón Bolívar glorificará la odisea del marino
italiano llamándolo Padre del Nuevo Mundo. 8
7
Bello, Andrés. (1978). Resumen de la Historia de Venezuela. Caracas.
Ediciones Fundación La Casa de Bello. p. 17
8
Romero Martínez, Vinicio. Agenda histórica de Venezuela. 13 de
julio. Proclama del Libertador dirigida al pueblo de Guayaquil, 1822, al unirse
Guayaquil a Colombia:
Terminada la guerra de Colombia ha sido mi primer deseo completar la
obra del Congreso, poniendo las provincias del sur bajo el escudo de la libertad,
de la igualdad y de las leyes de Colombia… vosotros sois colombianos de
corazón porque todos vuestros votos han sido por Colombia y porque de tiempo
inmemorial habéis pertenecido al territorio que hoy tiene la dicha de llevar el
nombre del padre del Nuevo Mundo.
Por Marga Millán Fernández
89
Carmen Brito Arocha
Largos años dedicó el genovés al proyecto de navegación que marcaría un hito en la historia, antes y después de Colón. Anduvo de un país a otro
presentando sus planes ante reyes; ante hombres de poder económico; frente a
hombres de mucho saber; presentó planos de navegación; aguardó promesas. No
desmayó en el empeño, hasta lograr tras marcadas insistencias el apoyo de los reyes de España, Fernando e Isabel. ¡Y nació entre pañales de olas un nuevo mundo,
un día llamado 12 de octubre de 1492!
Y pensar que diez años antes, en 1482, Colón le ofreció el proyecto
al rey don Juan II de Portugal.
La segunda parte de la odisea ¡todavía anda en pañales!
En la carta dirigida al Rey de España, leída por Miranda, se quejaba el Almirante de sus endurecidos contemporáneos y auguraba que generaciones
futuras si llorarían la suerte corrida por él. En cierta medida le falló entonces la
capacidad previsiva al viejo lobo de mar.
Ayer, hoy y mañana la humanidad fue, es y seguirá siendo la misma.
¿Qué podemos decirte, amigo Colón? El Descubrimiento no quedó
en el baúl de los recuerdos, sino en la gaveta del presente. ¡Y, vaya que te has metido en un embrollo!
Don Simón Rodríguez, hombre sabio nacido en tu nuevo mundo ha
escrito sobre ti: “Colón, el bueno, el virtuoso italiano no vino a matar gente, pero
le abrió las puertas a unos asesinos creyéndolos cristianos”. 9
Indescriptible la emoción que embargaría al recio navegante en momentos de hacerse a la mar con sus tres carabelas y una tripulación ansiosa. No se
trata de sagaz aventura hasta contemplar el beso horizontino entre la mar y el cielo.
9
Guevara, Arturo. (1977). Espejo de justicia. Caracas. Ediciones del Consejo Rector de la
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. p. 489.
90
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Remontando olas, desafiando vientos, partiendo tinieblas, contando estrellas, abrazando soles... ¿Será redonda la tierra?
Eternamente seguirá siendo hermoso capítulo en la novela de los mundos.
En Historia Iberoamericana, edición 1983, p. 84, del catedrático Manuel Rodríguez Lapuente, hallaríamos ajustada síntesis del portentoso proyecto de
navegación de Cristóbal Colón: “Supo consagrar su vida a esa idea y en aras de ella
sacrificarlo todo y arrostrar no sólo el peligro sino la humillación y la miseria. Por
ello, más que un genio, Colón es un héroe.”
De los Comisionados será Simón Bolívar el primero en regresar a
Caracas. Lo hace en compañía del joven francés Pedro Antonio Leleux, librero
amigo de Miranda, frecuentado por el general en busca de libros para su biblioteca.
Ha viajado el señor Leleux en carácter de Secretario de Bolívar. Cuando al final
de año, en diciembre, Miranda arribe a La Guaira, Bolívar y Leleux acudirán a
recibirlo. Permanecerán en la residencia de Grafton Street don Andrés Bello y don
Luis López Méndez, por gentil invitación del señor de la casa. Doña Sara Andrews,
madre de Leandro y Francisco, hijos de Miranda, tendrá generosas atenciones para
con los distinguidos huéspedes. En el tercer piso de la hermosa residencia se encuentra la biblioteca del general.
Eventualmente el recinto podría servir de sitio de trabajo a Bello.
De nuevo una biblioteca para él solito, como quien dice. Desde luego no quedaría
exento de asombro en cuanto empezara a palpar cada uno de esos lomos y sus
respectivos títulos. En esta biblioteca extraordinaria de Miranda obtendría Andrés
Bello recursos aún para aprender el idioma griego, si así lo decidiese. De momento
le preocupan las palabras de su mamá, en carta del mes de mayo de 1811…
Yo, hijo mío, pasando muchos trabajos..., me acuerdo que así lo anunciaste...
91
Carmen Brito Arocha
¡Trescientos años de calma!
Por el fechado de la carta de doña Ana Antonia quiere decir que ha transcurrido un
año desde la partida de los emisarios a Londres, lapso en que las ideas políticas han
experimentado cambios profundos en diversos sectores de la población venezolana. Si nada se quiere saber de los Bonaparte por usurpadores, tampoco interesan
Carlos IV ni Fernando VII, reyes que son y no son. El día 3 de julio Simón Bolívar
presenta la situación de esta manera en la Sociedad Patriótica: “¿Qué nos importa
que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve si estamos resueltos
a ser libres? ¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! ¡Trescientos
años de calma! ¿No bastan?” 10
El 5 de julio de 1811, el Presidente del Congreso Nacional Juan Antonio Rodríguez Domínguez, declara solemnemente la Independencia absoluta de
Venezuela. Juan Germán Roscio y Francisco Isnardy redactarán el Acta. 11
No presencia Andrés Bello el nacimiento de la patria en calidad de
república soberana. Amigos suyos lamentarán la ausencia del compatriota en la
ocasión de producirse tan estelar hecho histórico.
A un año de ausencia Bello está ansioso por regresar a Caracas. Escribirá emotivas cartas a su querida madre.
10
Bolívar, Simón. Discurso pronunciado en la Sociedad Patriótica el 3 de julio de 1811.
11
El libro número veinte de las Actas del Congreso fue hallado por el historiador Francisco González
Guiñán el 23 de octubre de 1907 en casa de doña María de Navas Spínola, en la ciudad de Valencia.
Reunido el Congreso Nacional el 2 de marzo de 1812 en dicho recinto, se presume que a la llegada de
las tropas realistas a Carabobo, fueron expuestos al descuido los preciosos documentos en medio de la
precipitación, huyendo de la ferocidad del enemigo.
92
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Querida madre: Es indecible el ansia que tengo de regresar
al seno de mi familia, y entre otros motivos, por la consideración de la estrechez, en que las circunstancias de esa
provincia habrán puesto a usted, y por la imposibilidad en
que me encuentro de atender a ello desde aquí, pues no tengo medios de que disponer. Considero que mi regreso será
pronto y seguramente no estaré más de seis meses sin ver a
usted. Entretanto un poco de paciencia, que tras estos días no
puede menos de venir un tiempo mejor, más tranquilo y feliz.
Tengo presentes todos los encargos que se me han hecho y no
me iré sin ellos como pueda.
Deseo que Carlos me escriba individualmente el estado de
las cosas en ésa, pues probablemente tendré tiempo de recibir una o dos cartas suyas, después de la llegada de ésta a
Caracas.
Yo no he tenido enfermedad alguna desde que deje a Caracas, antes por el contrario, me siento más fuerte y con mejor
salud que nunca.
Los catarros que solía padecer se me han retirado enteramente, y solo me repite de cuando en cuando el dolor de cabeza, pero de ningún modo con la frecuencia que en Caracas, y no dudo que si estuviera en Inglaterra un año más,
conseguiría librarme para siempre de esta pensión… En fin,
por la experiencia de 16 meses, creo poder asegurar que este
clima me conviene mucho mejor que el de Caracas, y que la
navegación es una de las cosas que me hacen más provecho.
Por tanto, espero que mi residencia en Inglaterra me habrá
Imagen figurada de la madre
leyendo carta del hijo ausente.
De Eliseo Morales.
93
Carmen Brito Arocha
producido a lo menos el beneficio de mejorar mi constitución.12
Memorias a Florencio, Eusebio, Carlos, Josefina, y demás de ésa, a mis tías, y a todos
mis amigos.
Queda de usted su afectísimo hijo
Andrés.
Se anuncia el pronto regreso de los comisionados
(Segmento del mensaje)
Caracas, 10 de marzo de 1812
Mi amado Bello:
Por las casas de relaciones mercantiles de Watson hemos dirigido cuanto ustedes necesitan para lo que deben, para sostenerse en esa corte hasta su retirada, que se aproxima.
Roscio.13
Frente a tan buenas nuevas, Andrés Bello se dispondría a hacer maletas. De primero los encargos, tal vez… “no me iré sin ellos, como pueda”, prometía
en carta a la madre. Pero... dieciséis días después del anuncio oficial, el 26 de marzo a las 4 y 7 minutos de la tarde se abre la tierra...en Venezuela.
¡Terremoto!
12
Esta carta de Bello a su progenitora, doña Ana Antonia López, no llegó a sus manos. Interceptada
junto con otras misivas se envió el paquete de correspondencia a España, siendo rescatada la encomienda
ciento cincuenta años después. La carta fue fechada en Londres el 30 de octubre de 1811.
13
94
Ediciones de la Presidencia de la República. Juan Germán Roscio… Op. cit. p.99.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Jueves Santo! Los fieles desbordaban los templos. Caracas, Barquisimeto, Yaracuy, El Tocuyo, Mérida y otras poblaciones son sacudidas por el fuerte
sismo. Se calcula diez mil muertos sólo en Caracas. Todo el que podía andar andaba como loco. A las ruinas del templo de San Jacinto trepó Bolívar.
“¡Si la naturaleza se opone a nuestros designios lucharemos contra
ella y haremos que nos obedezca!” –Gritó.
José Domingo Díaz, médico venezolano y furibundo enemigo de los
revolucionarios, escribiría después, que, él también se encontraba en medio de las
ruinas del templo, cuando Simón Bolívar lo enfrentó con aquellas impías y extravagantes palabras, queriendo significar que nada ni nadie los detendría en la revolución. Lo escrito, escrito está, y así fue cómo lo recogió la historia.
A dos meses del terremoto
Desde su Cuartel General en La Victoria: el generalísimo Francisco de Miranda,
quien se encuentra al frente de las tropas republicanas, nombra a Juan Tyler y Tomás Molini comisionados encargados de sustituir en Londres a López Méndez y
a Andrés Bello. Don Antonio Muñoz Tébar, Secretario de Estado y de Relaciones
del Gobierno de la Unión Venezolana, asumirá la comunicación oficial. Oficio del
3 de junio de 1812...
De nuevo grave imprevisto
Reunido Miranda con algunos compañeros, entre ellos don Pedro Gual, se le anuncia que un posta lo solicita con urgencia, y el general sale a ver qué pasa. En vista
95
Carmen Brito Arocha
de que tarda en volver, Gual va en su busca y llega a la Secretaría. Fermín Toro narra lo que sigue sobre aquellos momentos:
Al entrar en ella pudo darse cuenta (Pedro Gual) de que algo
anormal ocurría.
El Generalísimo Miranda se paseaba inquieto de un extremo
a otro de la pieza. Juan Germán Roscio se daba fuertes golpes con los dedos de una mano en la otra. Espejo, cabizbajo
y absorto, estaba sumido en profundas cavilaciones. Sata y
Bussy, a su vez, permanecía de pie, inmóvil, junto a la mesa
de su despacho.
Gual refiere (después):
Lleno yo del presentimiento de una calamidad inesperada me
dirijo al general:
Y bien – le dije – ¿qué hay de nuevo?
Nada me contestaba a la segunda pregunta… 14
Fermín Toro
La insistencia de Pedro Gual instó al general Miranda sacarse de uno de los bolsillos un papel diciéndole por
única respuesta: “Venezuela está herida en el corazón”.
El parte se refería a la pérdida de Puerto Cabello.
La defensa de tal plaza estaba a cargo del coronel Simón Bolívar por órdenes del Generalísimo.
El día 25 de julio en la población de San Mateo
los republicanos firman un Acta de Capitulación ante el jefe
español Domingo Monteverde.
14
96
Don Pedro Gual. Homenaje en el Bicentenario de su nacimiento. p.9.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Se pierde la República!
El Archivo de Miranda. Aun en medio de los terribles sucesos de la Capitulación,
el Generalísimo piensa en sus papeles. Apuntes, impresos, manuscritos que, entre
tantas valiosas razones para querer preservarlos envuelve el hecho de ser fiel diario
de su vida. Papeles de los cuales no se separa jamás. Imparte instrucciones a su
edecán y amigo Pedro Antonio Leleux (quien ha permanecido junto a su superior
y amigo en todo momento) a fin de que marche en el acto a Caracas y le ponga a
salvo su archivo. Todavía el 28 de julio insiste en los recados confiando en oficiales
como Carlos Soublette, quien a su vez se dirige a Leleux en donde se encuentre:
Mi querido Leleux...(transmite Soublette) el general me manda te escriba recomendándote de nuevo que sus papeles y mapas que están en los cofres los empapeles
bien y los hagas transportar inmediatamente a La Guaira y remitirlos en el bergantín
Watson que está próximo a hacerse a la vela para Curazao, que éstos los dirijas y los
recomiendes a la casa Robertson y Belt con particular encargo para que los conserven en su poder: y será necesario que pasases tú mismo a La Guaira para que todo
esto se ejecute con el mayor arreglo y seguridad como asunto que tanto le importa.
Procederán igualmente encajonando los libros que quedaron en Caracas, para transmitirlos en otra ocasión, si fuere necesario.
Valencia, 28 de julio de 1812. 15
Los violentos acontecimientos y sus secuelas sobre la marcha habrían
condenado los documentos Mirandinos a la desaparición absoluta. Lo más probable.
15
Verna, Paul. (1982): Pedro Antonio Leleux. El francés edecán, secretario y amigo de confianza de
Miranda y de Bolívar. Cali, Colombia. Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar. p.115.
97
Carmen Brito Arocha
Tal como lo pensó el Generalísimo, Leleux sería el hombre indicado
para ponerle a buen recaudo esas pertenencias. Las haría llegar a Curazao, de donde pasarían a Inglaterra. La diligencia en ese entonces del edecán francés Pedro
Antonio Leleux salvó para la historia los documentos Mirandinos.16
En la madrugada del 31 de julio el general Francisco de Miranda es
hecho prisionero en La Guaira. En su carta a Nicholas Vansittart, amigo de Miranda, Leleux afirma que en la acción participó el Gobernador Militar de La Guaira
Coronel Manuel María de Casas. No menciona Leleux la participación de Bolívar
ni de otros oficiales en el hecho.
“¡Bochinche! ¡Bochinche! ¡Ustedes no saben si no es hacer bochinche!”
Fue el comentario despectivo del Generalísimo, a modo de increpar
a aquéllos que lo conminaban a dar la cara y rendir cuentas por la Capitulación.
Bolívar y Montilla están presentes. Más tarde Bolívar terminaría en una embarcación averiada rumbo a Curazao gracias a un salvoconducto conseguido por el
amigo Francisco Iturbe. En la isla busca a Leleux y le pide ayuda. Permanecerán
juntos. ¿Y los otros ?...En calidad de un saco de monstruos remitiría Monteverde a
España a los patriotas que hizo prisioneros en su primer día en Caracas, el primero
de agosto: “Presento a V.M. esos ocho monstruos, origen y raíz primitiva de todos
16
Pedro Antonio Leleux nació en Calais, Francia; el 10 de noviembre de 1781 (diecinueve días
mayor que Andrés Bello). Murió en su país de origen el 14 de enero de 1849. Obedeciendo la última orden del glorioso jefe al que tuvo el honor de servir púsole a salvo su Archivo en Curazao, adonde arribó
Leleux con los papeles Mirandinos, se le incautaron los mismos aunque gracias a que fueron enviados
a Inglaterra por las autoridades de la isla quedaron a salvo de eventual destrucción o de una pérdida
definitiva. Permanecieron por espacio decien años en la isla británica. Correspondió el hallazgo al historiador y diplomático venezolano Caracciolo Parra Pérez a cuyas gestiones para el rescate de éste tesoro
histórico se debe el que hoy reposen en la Academia Nacional de la Historia los 63 tomos empastados de
Colombeia. En homenaje a Cristóbal Colón creó Miranda el nombre de Colombia y su admiración por el
idioma griego lo llevó a componer la terminación “eia”, Colombeia.
98
Andrés Bello se lo llevó la revolución
los males de América. Que se confundan delante del trono
de V.M. Que reciban el castigo que merecen sus crímenes.”17
...Y rumbo a Cádiz partieron en la goleta “Fernando VII”, Juan Germán Roscio, Juan Pablo Ayala, Francisco Isnardy, Antonio Zea, Juan Paz del Castillo, Manuel Ruiz,
Juan Barona y el canónigo José Cortés Madariaga.
Pocas Colecciones de documentos pueden compararse en
valor histórico sobre el continente Americano, o aun sobre
Europa con los archivos de Miranda.
Salvador de Madariaga
Las noticias navegan a todo vapor!
¡Miranda prisionero!¡¡Se perdió la república!!
Dada la caída de la Primera República, don Luis López Méndez y don Andrés Bello, que formaron parte de la primera misión diplomática hispanoamericana llegada a Londres,
quedan en la capital inglesa en calidad de “refugiados” o,
peor, varados en el bote de las circunstancias.
¡Guerra! La idea estremece. ¿Cuánto durará la
guerra?
Pedro Antonio Leleux
17
Gabaldón Márquez, Joaquín. Francisco Isnardy. (1973). Caracas.
Publicaciones del Ministerio de Educación. p. 65.
99
Carmen Brito Arocha
En cuanto a Bolívar y Leleux, logran arrancar de Curazao en el mes
de octubre, rumbo a Cartagena, hartos pero de miseria. No bien pisar tierra neogranadina Bolívar expide a Pedro Antonio Leleux una constancia de su participación
al lado de los patriotas en la lucha independentista, en condición de primer edecán
del Cuerpo Nacional de Ingenieros. 18
Bolívar agarra las riendas
A casi seis meses del acabose de Puerto Cabello, llevando a cuestas la rabia por
la burla que hiciera Monteverde de la capitulación, Bolívar se siente más corajudo
que nunca. Dará muestras de aquello que advertiría Pablo Morillo: “Bolívar es más
temible en la derrota que en la victoria”. El 15 de diciembre lanza el Manifiesto
de Cartagena, en donde explica las causas por las cuales se perdió en Venezuela
la Primera República. Logra que se le nombre comandante del frente militar de
Barrancas. Al mando de un puñado de hombres prestos para la lucha abraza la
tamaña empresa de limpiar de realistas el Magdalena, río arriba, río abajo. En
Cúcuta derrotó las fuerzas comandadas por el español Correa. Y tiene en la mira
18
Verna, Paúl. (1982) p.45. Del certificado expedido a Pedro Antonio Leleux por Simón Bolívar en
Cartagena el 5 de noviembre de 1812:
Los infrascritos certifican del modo más conforme y auténtico que el ciudadano Pedro Antonio
Leleux sirvió en el ejército de Venezuela con el empleo de Primer Capitán del cuerpo nacional
de ingenieros con el talento y valor militar que lo distingue y recomienda entre los oficiales de su
cuerpo, y para su satisfacción y resguardo le damos el presente certificado en Cartagena el 5 de
noviembre de 1812, Segundo de la Independencia. El certificado presenta las firmas de Simón
Bolívar, Coronel Ayudante General del ejército de Venezuela; del Teniente Coronel de comandante
de cazadores L.B. Chatillón y de Miguel Carabaño, Comandante de infantería.
100
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Miranda en la Carraca. De Arturo
Michelena
101
Carmen Brito Arocha
a Venezuela ¡para invadir! José Félix Ribas, Antonio Ricaurte, Atanasio Girardot,
Rafael Urdaneta, Luciano D’Eluyar son algunos de los valientes llamados más
tarde a merecer la Orden de los Libertadores.
Por su parte Pedro Antonio Leleux no se duerme en espinas ni en
laureles. Ha demostrado ser individuo hábil. Por algo Miranda y Bolívar se trajeron
de Londres al librero francés. Ha llegado Leleux con tan buen pie a Nueva Granada
que se lo ha encargado de la Secretaría de Guerra del Departamento de Cartagena,
haciéndose acreedor de la mayor confianza del Presidente del Departamento, don
Manuel Rodríguez Torices. 19 Para los meses abril - mayo (entrado 1813) está Leleux
recibiendo correos de su amigo el coronel Simón Bolívar quien desde Cúcuta le encarece ayuda, (urgentemente).
Yo espero que usted –(escribe Bolívar en carta del 7 de abril) – hará todos los esfuerzos que estén en su poder para que me vengan los refuerzos que he pedido para
marchar a Venezuela y sobre todo se me den órdenes positivas por parte del Gobierno para que pueda yo libertar a aquella benemérita República en caso que no lo esté.
¡Necesita armas, hombres, pertrechos!
19
102
Verna, Paúl. (1981) Op. cit.:
Manuel Rodríguez Torices, natural de Cartagena era uno de los más ilustres patriotas de la Nueva
Granada y fue uno de los primeros en dar a Cartagena el grito de la independencia. Nacido el
24 de mayo de 1788. Fue diputado de la Convención Legislativa del Estado de Cartagena. En
marzo de 1812 resultó electo Presidente y Gobernador hasta el año 1814. Posteriormente ocupó la
Presidencia de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Rodríguez Torices cayó prisionero junto
con Camilo Torres. No contaba aún los veintinueve años cuando fue mandado a fusilar por Pablo
Morillo en la Plaza Mayor de Bogotá el 5 de octubre de 1816. Prestó ingentes servicios a Simón
Bolívar en los tiempos que iniciaba su campaña libertadora el héroe venezolano. También Francisco
José de Caldas, llamado “el sabio Caldas”, fue fusilado el 29 de octubre del mismo año.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
(...) ¡haga usted cuanto esté de su parte, mi querido Leleux por conseguir esta orden
formal!
Haga usted mi Querido Leleux, repito, lo posible por la consecución de esta orden –
(El día 5 de mayo envía nuevo correo).
Leleux no deja en la estacada a los amigos. Bolívar va a pertrechar su
ejército, y con Dios y Orden por delante saldrá en campaña.
San José de Cúcuta, 5 de mayo de 1813.
Mi querido Leleux:
Recibí la apreciable de V. fecha 1º del pasado al regreso de Santo Domingo; 20 cuyo
viaje yo ignoraba , y no dudo haya sido causado por un gran motivo cuando el Presidente se desprendió de V. para enviarlo a una expedición tan aventurada donde
habría poco que conseguir y muchos peligros: en fin, yo celebro infinito que V. esté
ya de regreso para que coopere en cuanto esté a su alcance, a efecto de que se me
den órdenes por ese Gobierno para marchar a Venezuela, si no con todas las tropas
de Cartagena, al menos con todas sus armas y municiones que me obligo yo a pagar
en especie o en valor luego que hayamos logrado echar a los tiranos. Haga V. cuanto
esté de su parte, mi querido Leleux, por conseguir esta orden formal, pues aquí a más
del tiempo que perdemos , nos consumimos ya, sin tener que gastar ni que perder; y lo
que es peor pervirtiendo el espíritu de las tropas con subversiones infames , no tanto
contra mí como contra la expedición que suponen desesperada; siendo en extremo
fácil en las presentes circunstancias, y de ningún modo imposible: pero como las pasiones deciden más veces que la razón, en esta oportunidad la ambición, la cobardía
y la envidia lo han hecho todo, pues mi 2º, el Coronel Castillo ha tomado el empeño
20
Se trata de Haití, antigua Saint Domingue, parte francesa de la isla de Santo Domingo.
103
Carmen Brito Arocha
de aumentar los obstáculos que tenemos para redimir a mi patria, porque ve que esta
expedición no se le debe confiar y él desea mandar en jefe.
Haga V. mi querido Leleux, repito, lo posible por la consecución de esta orden, que
acaso ya llegará tarde, mediante la lentitud con que siempre vienen los bienes, al
paso que los males aumentan con rapidez.
Muestre V. ésta a mis amados amigos los caraqueños, y adiós hasta que nos veamos.
Salud y libertad.
Simón Bolívar. 21
Desde Cúcuta, el 14 de mayo de 1813 parten Bolívar y su ejército en
Campaña Admirable.
Los pobladores de los estados andinos Táchira, Mérida, Trujillo aclaman el ejército que galopa mientras ofrece ¡libertad, libertad!...
En Trujillo, en la madrugada del 15 de junio, de 1813... Simón Bolívar, a solas, toma papel y pluma. Y amanece declarada la ¡Guerra a Muerte! Un
hito en la Guerra de Independencia. Finaliza en los siguientes términos la terrible
proclama: “¡Españoles y canarios!, contad con la muerte aun siendo indiferentes, si
no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. ¡Americanos!, contad
con la vida aun cuando seáis culpables.”22
21
Verna, Paúl. (1981) Op. cit. pp. 111 - 113
22
“Este decreto fijó para siempre a los defensores de la república bajo sus banderas y contribuyó a
crear las virtudes militares en los ejércitos de Bolívar” –Vicente Lecuna.
104
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Germán Roscio a Andrés Bello (junio 29,1810):
(… ) Ilústrese más para que ilustre a su patria.
¡Quién lo diría! En el día a día reciente Roscio se encuentra preso, o quizá desterrado ¡en fin!, o tal vez huyendo.
Creía en aquel entonces el eminente personaje de la Junta Suprema
que el joven poeta Andrés Bello, auxiliar de la Misión que viajó a Londres, estaría
de regreso muy pronto. En el presente Andrés Bello vive rumiando pobrezas.
Al tiempo que los más agudos pensamientos acuden a su mente y
pese a ligeros entusiasmos que logran fortalecer su espíritu; a Bello lo desploma
entre un intervalo y otro la idea aciaga de haber sido incluido, por parte de las autoridades de Caracas, entre aquellos que no podrán regresar a Venezuela.
Su desamparo en Londres... ¡Terrible!
¿Qué estará pasando en Venezuela?, ¿qué en Caracas? ¡La familia!
Íngrimo, desconcertado, se plantará en una esquina cualquiera. Mirará
calle arriba y calle abajo, gentes rubias abrazadas a sus abrigos sin importarles un
bledo algún viandante solitario. ¡Ah! ...las amigables calles de Caracas, con su neblina sutil. Las esquinas de Caracas, tan acogedoras para el saludo breve, amistoso.
¡El Ávila! ¡Cerro Ávila! Los ríos, la Plaza Mayor, las iglesias. Las campanadas de la
Catedral. La Universidad. El Samán. Los amigos. ¿Qué es de todo esto? ¡Ni rastros!
¡Ah, el terremoto! Lo que no se tragó lo destruyó. Pero cuesta borrarlo. Imágenes,
ruidos, sonidos, olores colores. Siguen pintados ahí en la retina. Siguen clavados ahí
en los oídos. Permanentes en el olfato. El diario trajín de la casa detrás del Convento
a las oficinas de la Capitanía General. ¡Ah, las sonrisas de las gentes de Caracas!,
¡Ahora…!
105
Carmen Brito Arocha
Allá va Andrés Bello, envuelto en la espesa niebla!
Lejos muy lejos de ti mismo, lejos de todo lo que amas y has amado, rogando que tu
patria no se acabe nunca, pidiendo a tus amigos que te protejan del olvido, que te
digan que volverás un día y que ese día está a la vuelta de la esquina.
Pedro Shimoshe
(Poeta ecuatoriano, en el tema del inmigrante)
Se encuentra perdido en la ciudad vasta y extraña en un medio que desconoce con
pocas relaciones y sin recurso.
Carlos Pi Sunyer 23
¡Allá va Andrés Bello, envuelto en la espesa niebla! “¡Abrígate bien,
hijo mío! ¡Que Dios te bendiga!” Le gritaría Ana Antonia desde la puerta de calle
si lo viese. (Pensara él, a lo mejor) Mientras que, Horacio, aquel amigo de la antigüedad, le mandará saludos.
Recuerda en las calamidades conserva ecuánime el alma, en lo prospero, contra insolente alegría atempérala.
23
Pi Sunyer, Carlos. Andrés Bello en Londres. (1951). Primer Libro de la semana de Bello en
Caracas. Ediciones de Ministerio de Educación. p. 183.
106
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Andrés Bello ¿refugiado?
Hoy por hoy el poeta Andrés Bello es testigo y parte de la
revolución pro independencia de Venezuela, llamada a fusionarse en el ideal Mirandino. Independencia y libertad de todo
el continente hispano-americano. Lo que ni aun siquiera se le
hubiese ocurrido a Bello pensar es que su misión a cumplir
lo encallaría en la cuna de la Revolución Industrial del siglo
XVIII o Siglo de las Luces, la llamada revolución maquinista.
Si bien, con relación a la posición de emigrantes
o de refugiados que habrían de asumir en la capital inglesa, debió de ser una gran suerte tanto para Bello como para su compañero López Méndez el poder servir de guías, en cierto modo,
de tanta gente que por ese tiempo derivó hacia Londres por razones políticas o por cualesquiera causas inherentes a cambios
que se adelantaran en sus respectivas regiones de origen.
Y de acuerdo al informe de Arístides Rojas: “Bello fue el alma del círculo americano que para esa fecha se
hallaba en Londres.” 24
24
Rojas, Arístides. Antología del Bellismo en Venezuela. p. 70:
En el London Coffee House se reunían con frecuencia Michelena y
Zabala, mexicanos: García del Río, Francisco Rivas Galindo, López
Méndez, Rocafuerte y otros: Irisarrí y Egaña por Chile. Agrega Arístides
Rojas, que Andrés Bello se constituiría con el tiempo en el presidente
de la Junta, debido especialmente a su carácter ponderado además de
serle reconocido por sus compañeros sus conocimientos en materia de
negocios públicos, siendo capaz de inclinar en favor de Colombia las
opiniones de la prensa inglesa, logrando hacerse de una reputación que
le sirvió más tarde de escalón en la carrera diplomática.
Bello en la niebla. Dibujo. C.A
107
Carmen Brito Arocha
En buena hora nacieron y se consolidaron amistades en la casa del
café en Londres. Oportuna para los compatriotas venezolanos esa oleada de emigrantes traducida en un puñado de amigos, y para todos en general, porque entre
unos y otros ayudaríanse a superar álgidos momentos, doblemente difíciles en un
país extranjero. En el London Coffee House, un café y algunas palmaditas de amigo
en la espalda sabrían a gloria. ¡Luego, cada cual a lo suyo, a entrarle de lleno a las
actividades en la capital inglesa!
Londres se encontraba en un período de transformación urbanística como resultado
de la revolución industrial que se había iniciado en Inglaterra en el último tercio del
siglo XVIII. Para esa época la población de Londres era aproximadamente de un millón de habitantes. Bello fue testigo de la transformación de un país de artesanos en
un país de industriales.25
En el mismo orden de ideas de maquinismo, de transformación de una
ciudad en vorágine de adelantos, continuarán los testigos de excepción venidos de
ultramar compartiendo el día a día. Se encontraran en Londres cuando aparezca el
primer ferrocarril del mundo.26
En todo momento la perspicacia de Bello, integrada a las diarias vivencias sigue atenta el comportamiento del ciudadano inglés, del hombre como ser
25
Rojas Armando. El círculo diplomático latinoamericano en el tiempo de Bello en Londres. (1981)
En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés
Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de
Bello. Tomo I. p. 487.
26
Círculo de Lectores. Biblioteca familiar Enciclopedia de los inventos. p. 96. “Desde el 26 al 27 de
septiembre de 1825 se inauguró el primer tramo ferroviario en Inglaterra entre Stockton y Darlington. El
ferrocarril se convirtió en el ícono de la revolución industrial.”
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
indivisible, común y corriente, que anda y lleva y trae su paquete de inquietudes debajo del brazo, lo mismo que los demás mortales.
En Inglaterra el tiempo es una renta – (dirá más tarde) –, un tesoro, un objeto inapreciable. Los ingleses no economizan su dinero; pero son avaros del tiempo. Parece
que hasta la pronunciación de la lengua inglesa se ha calculado para el ahorro del
tiempo. Voltaire tenía razón de decir que los ingleses ganaban dos horas al día más
que nosotros, comiéndose las sílabas... Los ingleses hablan poco; y su modo de hablar
es como de prisa, su lenguaje se compone en gran parte de monosílabos, dos de los
cuales se funden muchas veces en uno: es un idioma de abreviaturas; una taquigrafía
de palabras.
Sastre salva a Andrés Bello de la “cárcel de deudores”
Un mensaje de José María Bianco White a Andrés Bello, enviado a la dirección
6th Poland Street, permite conocer con precisión el domicilio del destinatario para
aquel momento. Por cierto que habita también en el sector Mr. George Newport,
sastre de profesión, quien, conforme a evidencias, su solidaridad para con Bello rebasa los simples gestos de amistad. Tanto que: “Fue ese señor que salvó a Bello de la
cárcel de deudores (...) Estas cárceles figuraban en la vida del Londres de la época, y
la amenaza de las consecuencias de cualquier deuda ha de haber sido una pesadilla
para el pobre Bello”. Por siempre, gracias, al sastre bondadoso.
A dichas cárceles se refiere Miriam Blanco Fombona como costumbre “tan inglesa y tan salvaje”. Al extremo de que en cualesquiera otras épocas
posteriores resultarían inconcebibles tales prácticas, o semejantes “hoyos infrahumanos”. Por una deuda minúscula cualquier persona podía permanecer encarcelada
109
Carmen Brito Arocha
de por vida. Los reclusos, por deudas, eran echados en aquellos calabozos junto con
criminales de toda laya. Si los “deudores” contaban con la ayuda de familiares que
aportaran unos dos chelines al día lograban un cuarto solo; algunos presos podían
considerarse afortunados de poder dormir en “repisas o bancos”, el resto, revolcado
en el puro suelo; cocinaban en los mismos cuartos; las riñas eran constantes, al
igual que las enfermedades. La mugre y los hedores quedan a la imaginación.
A juicio de Miriam Blanco Fombona: “Andrés Bello fue casi víctima
de esta costumbre tan inglesa y tan salvaje.”
Bello cederá a la opción desesperada de dirigirse al Consejo de Regencia
de España
Acogiéndose al beneficio de la amnistía proclamada en Caracas y sancionada plenamente por el supremo Gobierno de España. Expondrá cuál era su posición en la
Capitanía General de Venezuela en tiempos que precedieron a los sucesos del 19 de
abril de 1810. Ruega se le conceda permiso para regresar “a cualquier parte de los
dominios de su Majestad.” Es el rasero exacto de la angustia en que pudiera hallarse.
Capaz de arrojarse al suelo implorando se le hiciese regresar a tierra venezolana.
Argumenta sobre sus ocupaciones en la Secretaría de Gobierno de la
Capitanía General:
(...) donde había desempeñado los deberes anexos a su empleo a satisfacción de los
capitanes generales don Manuel de Guevara y Vasconcelos, don Juan de Casas y
don Vicente Emparan; que verificada la revolución de Caracas, continuó en la expresada Secretaría, que se incorporó entonces con la de la Junta revolucionaria; y
110
Andrés Bello se lo llevó la revolución
que habiendo ésta determinado enviar una comisión a Londres, cerca del Gobierno
de S.M.B., fue elegido el suplicante para servir de secretario a las órdenes de los
diputados don Simón de Bolívar y de don Luis López Méndez.
Se refiere seguidamente a las circunstancias en que se estableció la
segunda Junta (1810): (...) “eran tales que pidieron fácilmente la opinión aun dé los
más fieles.”
¡Qué bueno! ...¡Bello no miente! Sí hizo sentir entonces su posición
frente a la invasión napoleónica a España. De absoluto rechazo, por supuesto. Igualmente vigoroso fue su poema A la Batalla de Bailen, triunfo, de España contra
Francia en 1808. Y probablemente bajo orgullo de mayúsculas debió de publicar en
la Gazeta:
¡PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN!
La naturaleza de las cosas, como habría dicho el propio Bello, terminó
moviendo a todos o a casi todos el tablero... Los activistas de la revolución de abril
pactaron abiertamente apoyo irrestricto a Fernando VII y apenas meses más tarde,
los muy afectos a Fernando cerrarían filas en la declaración independentista.
El eco de la lealtad fernandista se esparcía desde el rocío hasta el sereno. Vale decir de día y de noche.
Juramos, gritaba sin saber que lo desconocería pronto, que aunque las abrasadas arenas del África lleguen a cubrir las fértiles campiñas de Aragua y el Tuy, o las sangrientas manadas de los tigres de Francia devoren los cadáveres de sus habitantes, el
nombre de Venezuela y de Fernando habrá de durar mientras haya sobre el Ávila una
flor capaz de sostener una abeja. (Gaceta de Caracas, 11 de mayo, núm. 97.)
111
Carmen Brito Arocha
A propósito, es bueno señalar las expresas indicaciones de la Junta
Suprema en 1810 a los Comisionados acerca del inviolable apoyo a la monarquía,
por si acaso se llegaran a producir encuentros con el general Francisco de Miranda:27
(...) Miranda, el General que fue de la Francia (dicta la Junta Suprema) maquinó
contra los derechos de la Monarquía que hemos tratado de conservar, y el Gobierno
de Caracas, por las tentativas que practicó contra esta provincia en el año de 1806
por la Costa de Ocumare y por Coro ofreció 30.000 por su cabeza. Nosotros consecuentes en nuestra conducta debemos mirarle como rebelado de Fernando VII y bajo
esta inteligencia si estuviese en Londres, o en otra parte de las escalas o recaladas de
los Comisionados de este nuevo Gobierno, y se acercase a ellos, sabrán tratarle como
corresponde a estos principios, y a la inmunidad del territorio donde se hallase; y si
su actual situación pudiese contribuir de algún modo, que sea decente a la Comisión,
no será menospreciado. 28
Absolutamente claro y definitorio. Se preveía la “emancipación de su país de todo
Gobierno en España, salvo el de Fernando VIl”.
Los caballeros de la Comisión no “menospreciaron”, en absoluto, al
rebelado contra Fernando VII. La sola presencia del viejo general los cautivó. La
afabilidad de que hizo gala al compartir con sus jóvenes paisanos, presentándolos
27
Salcedo Bastardo, J. L. Los simposiums de Grafton Street. En: Fundación La Casa de Bello;
Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y
Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello “Miranda reorientó a
la misión y la radicalizó hacia una franca dialéctica a favor de la revolución independiente”.
28
Mendoza, Cristóbal. (1962). Las primeras misiones diplomáticas de Venezuela. Caracas.
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Sesquicentenario de la Independencia. Tomo I, p. 130.
(Cit. por Salcedo Bastardo)
112
Andrés Bello se lo llevó la revolución
a buenos amigos; llevándolos a visitar sitios e instituciones de interés dentro del
conglomerado londinense, enmarcaba la bonhomía de un gran señor. Tanto así que,
en unánime acuerdo los Comisionados determinaron dirigirse a la Junta Suprema
de Caracas mediando para la repatriación del ilustre compatriota, precursor de los
grandes ideales de emancipación de la patria. El 3 de octubre (1810) redactó Andrés
Bello la carta que sería firmada por López Méndez. Bolívar ya había emprendido
viaje de retorno.
Líneas de la carta:
…Única persona a quien podíamos consultar con franqueza. (…)hemos
observado su conducta doméstica, su sobriedad, sus procederes francos
y honestos, su aplicación al estudio, y todas las virtudes que caracterizan
al hombre de bien y al ciudadano.(...)¡Con que oficiosidad le hemos visto
dispuesto a servirnos con sus luces, con sus libros, con sus facultades, con
sus conexiones! 29
En cuanto llegó a Caracas el Precursor propició ciertos cambios en la
Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía, creada por la Secretaría de Estado de
la Suprema Junta el 14 de agosto de 1810. Asociación destinada fundamentalmente a
asuntos relacionados con el comercio y en especial al desarrollo de la agricultura. El
Dr. Francisco Espejo, miembro influyente de la agrupación, secundando las ideas de
29
Pérez Vila. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del
Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario.
Caracas Fundación La Casa de Bello. p. 455 :
De éste importante documento sólo se conoce el borrador, escrito de puño y letra de Bello como
todos los demás de la misión y con correcciones de su propia mano. El borrador fue microfilmado
en el Archivo Nacional de Colombia por la Fundación John Boulton de Caracas.
113
Carmen Brito Arocha
Miranda,30 dirigió el curso de las cosas hacia el interés de hacer llegar al pueblo el
mensaje independentista. Y flamante surgió la Sociedad Patriótica. En sus ámbitos,
el 3 de junio de 1811, Simón Bolívar pronunció un discurso. En modo vibrante lanzó
la reflexión: “¿trescientos años de calma, no bastan?”
Volvamos a Bello y su carta a la Regencia de España… No obtuvo
contestación.
Corren los días, los meses, los minutos, sin parar un segundo. ¡Ley
universal! La ansiedad propiamente dicha se desespera bajo el látigo de la tiranía
del tiempo. A Bello debe de consumirlo la desesperanza de volverse a ver en Caracas. ¿Cómo explicar el desconcierto de ver todo extraño alrededor de día y de
noche? El sentimiento de orfandad es lacerante.
Para 1814 ya no habita en la casa de Miranda,31 ¡ningún calor de hogar en torno suyo! Ha venido hospedándose en habitaciones modestas, por cuanto
carece de recursos para colocarse en sitios confortables. Si bien, el mal tiempo no
puede ser penuria inacabable. En algún momento surgirá ese algo que incita a la
reconciliación con la vida. Y los alrededores de nuevo se iluminan.
Está Andrés Bello en la flor de la vida, ¡treinta y tres años! En medio
de tantas tribulaciones, ¡quién dice que la dicha es un disparate! El caraqueño se
30
H. N. M. (1962). Historia de Venezuela. Para la Enseñanza Primaria. Ilustrada con 22 mapas y 72
grabados. Colección La Salle. Caracas. Librería Escolar. p 112
31
Blanco Fombona de Hood, Miriam. El Londres de Andrés Bello. En: Fundación La Casa de
Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y
Londres:… Op. cit. p.82:
De la casa de Miranda, Bello pasó a la región de Somers Town, que fue además el distrito favorecido
por tantos otros hispanoamericanos y otros refugiados extranjeros, como la colonia francesa. La
historia de Somers Town Tan ligada a la nuestra, es por consecuencia, parte de nuestra historia, ya
que el más grande intelectual de nuestros hijos vivió, se casó, enviudó y fue padre de familia allí.
114
Andrés Bello se lo llevó la revolución
ha prendado de una chica en Londres. Ella, la elegida, es una señorita de apellido
irlandés y su nombre completo se oye bonito como de muchacha de algún cuento,
Mary Ann Boyland. Mary Ann es de origen humilde, y no ha cumplido los veinte
años cuando, en mayo de 1814 se convierte en esposa de aquel joven , apuesto e
inteligente y que vino de tan lejos a compartir con ella el amor.
La otra pasión
No por el arrobo sentimental que ahora lo embelesa abandonará Andrés Bello su
pasión por las letras. Si “es puerta de luz un libro abierto” 32 la Biblioteca del Museo
Británico abrirá al humanista caraqueño cientos de ellas, que habrán de constituirse
en soporte firme de su disciplina de autodidacta. Sabrá franquear cada puerta seguro
de no extraviarse. Es un veterano de la lectura. Y cuánto más habrá de satisfacer sus
apetencias siendo que domina cuatro lenguas: latín, castellano, francés, inglés y llegará a perfeccionarse de tal modo en el estudio del griego que impartirá en Londres
clases en este idioma.
A partir de 1814 aparecerá registrado el nombre de Andrés Bello, unido al Reader’s ticket, entre los asiduos lectores de la Biblioteca del Museo Británico.
Llevará a cabo minuciosa investigación en muchos de esos libros que pasarán por
sus manos, como sus profundas investigaciones sobre el legendario Rodrigo Díaz
de Vivar o cuanto conduzca al Poema del Cid Campeador.
32
Frase que hizo carrera… “Es puerta de luz un libro abierto”. Generaciones tras generaciones
la han repetido, no sólo frente a las páginas de un libro en determinado momento, sino por igual en
afortunados escritos de sabia orientación. Del poeta Elías Calixto Pompa (1834 – 1887) natural de Guatire,
región mirandina de Venezuela.
115
Carmen Brito Arocha
Sus visitas al Museo Británico forman parte de su diario vivir sin dejar de lado otros deberes. Ha logrado reunir un grupo de alumnos interesados en recibir clases de castellano y de latín. Traduce originales de libros por encargo, entre
tantas de las ocupaciones que su preparación le permite. Ello sumado a las nuevas
obligaciones hogareñas.
Museo Británico, Great Russel
Street. Londres
116
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Amanecerá y veremos...
A fuerza de paciencia, a punta de ingeniárselas cada día hasta llenar la página en
blanco para sobrevivir.
A costa de grandes virtudes, en fin, Bello viene afrontando el exilio. Confiado en que de un momento a otro tendrá su vuelta a la patria. Lucha por esta ilusión.
Aun cuando son tiempos en que ilusiones o esperanzas afloran, se
mantienen... o se desvanecen, de acuerdo al plomo y los lanzazos en los campos de
Venezuela ahora ensangrentados.
Amanecerá y veremos...
Y amanece lloviendo en Caracas el 7 de julio de 1814. ¡De estampidas otra vez! Bolívar emprende la emigración a Oriente, tratando de salvar a la
población del feroz José Tomás Boves.
Gente del ejército, hombres, mujeres y niños, ancianos huyen despavoridos. A pie, en bestias, como sea.
¡Se pierde la República!
Varados seguirán los queridos amigos en Londres. Para rato.
La pintura que me hace Galguera de Caracas es sumamente horrorosa y la idea que
ha dejado en mi espíritu me hace estremecer incesantemente. Aquel país desapareció
ya. Y sólo lo habitan hombres convertidos en fieras.33
33
Sambrano Urdaneta, Oscar. (1995) Op. cit.
117
Carmen Brito Arocha
Aterrado se percibe Luis López Méndez al pasarle por escrito el comentario al compañero Andrés Bello. El informante de la noticia, José Vicente Galguera, se encuentra en Londres, en calidad de emigrado de Venezuela. Ha llegado
contando las atrocidades cometidas por Boves en territorio venezolano. Así las cosas, se diría que Galguera huyendo de Boves no le bastó la emigración a Oriente, y
vino a parar la carrera en la isla británica. De antología esta anécdota galgueriana.
Sin embargo bastaría montar en páginas las noticias que corren en
este año 1814 para convenir en que la guerra es a muerte, y que... se pelea, se corre
o se encarama.
Vicente Salias, considerado desde los albores de la revolución autor
de la letra del Gloria al bravo pueblo, en virtud de la inminente arremetida de
Boves contra Caracas, optó por dirigirse a Las Antillas. Apresado por una embarcación española en las inmediaciones de La Guaira, poco después sería fusilado en
Puerto Cabello el 17 de septiembre de ese terrible año 1814.
En el apéndice de esta obra ofrecemos información de data reciente
sobre la canción patriótica Gloria al bravo pueblo, Himno Nacional de Venezuela,
tema por demás TRASCENDENTE.
¡Viene Boves! Emigración a Oriente. Infelizmente no era la inocentada de meterles miedo a los niños con “el coco”. Daniel Florencio O’Leary, edecán
del Libertador, llegó a recabar informaciones para sus Memorias sobre José Tomás
Boves. Verdaderamente de terror cada anécdota. Veamos:
Un día le presentaron en su marcha un anciano enfermo y descarnado, único habitante del pueblo de donde habían huido los demás al saber su llegada. Después de
algunas preguntas, a las que el anciano respondió con dulzura y veracidad, le mandó
decapitar. Al instante salió de entre sus filas un joven que frisaba en los quince años,
y postrándose de rodillas ante el bárbaro:
118
Andrés Bello se lo llevó la revolución
–Os ruego, señor, por la Santísima Virgen, que perdonéis a este hombre, que es mi
padre, salvadle y seré vuestro esclavo.
–Bien, dijo el monstruo sonriendo, al oír las súplicas fervientes del joven
Para salvar su vida dejarás que te corten la nariz y orejas sin un quejido.
–Sí, sí, respondió el infeliz. Os doy mi vida pero salvad la de mi padre.
El muchacho sufrió con admirable serenidad la horrible prueba. Visto lo cual Boves
mandó que lo matasen junto con el padre por ser demasiado valiente y por temor que
se convirtiera también en insurgente.
Cada cabeza es un mundo. Quién sabe si Andrés Bello hubiese preferido refugiarse en cualquier mogote de algún campo lejano, desde donde pudiera
arrancar a correr calzado o “pata en el suelo”, en lugar de verse como hoy en una
porción de tierra rodeada de agua por todas partes, viviendo en carne viva la lección del libro primario.
Si bien, no pudiendo abandonar la isla valiéndose de sus pies, se valdrá de sus manos escribiendo y escribiendo para contar cuanto haya de contar sobre
su necesidad de librarse de la sensación de vivir a medias, como quien no sabe
nunca si se va o si se queda. ¡Puras quimeras!
Andrés bello suplica se lo ayude regresar a América
Carta dirigida al Secretario del Gobierno Federal de Cundinamarca (Párrafos)
Londres, 8 de febrero de 1815
La Junta establecida en Caracas a consecuencia de la revolución de 1810, se sirvió
agregarme a la diputación enviada al Gobierno Británico en junio del mismo año.
119
Carmen Brito Arocha
Desde el mes de julio siguiente que llegué a Londres con los diputados del Gobierno
de Venezuela D. Simón Bolívar y D. Luis López Méndez, subsistí ocupado en varios
trabajos y encargos, primero a las órdenes de ambos, y luego a las de D, Luis López
Méndez, hasta que ocupada Venezuela por las tropas del Rey bajo el General Monteverde, expiraron nuestras funciones con el Gobierno de que dimanaban. Fácilmente se hará usted cargo de las dificultades en que debió envolverme tan inesperado
trastorno. Encontréme en un país extranjero donde los artículos de subsistencia son
carísimos, y sin ninguna esperanza de recibir auxilios pecuniarios de mi país nativo,
asolado por los terremotos y la guerra civil, y sujeto a un gobierno que acaso había
puesto mi nombre en la lista de proscripciones. Mi trabajo personal era el único
arbitrio de subsistir que me había dejado la fortuna y a él recurrí sin repugnancia,
esperando que si continuaba la esclavitud en Venezuela alguno de los Gobiernos
Americanos, atendidas las causas que me habían traído a Inglaterra, se dignaría
acoger mis servicios y suministrarme lo necesario para trasladarme a su territorio.
Los negocios de Venezuela tomaron poco después un aspecto que parecía dar motivo
a más lisonjeras esperanzas; pero éstas han sido desmentidas del modo más doloroso por la reocupación y la completa desolación de Caracas bajo las fuerzas del
sanguinario Boves.
En tales circunstancias creo que me es permitido volver los ojos a Cundinamarca, como un país estrechamente ligado al mío por relaciones naturales y políticas;
como el único de donde me será posible saber la suerte de mi desgraciada familia
y por ventura aliviarla, y en una palabra, como mi patria adoptiva. No le molestaré
a usted con la pintura de mi situación. Las dificultades que me rodean cesarán con
mi traslación a Nueva Granada; pero ésta no puede efectuarse sin los socorros que
ese Gobierno se digne conceder a un servidor de la causa de América, a quien una
larga residencia en países extranjeros, un mediano conocimiento de las lenguas, y
120
Andrés Bello se lo llevó la revolución
diez años empleados en destinos y comisiones públicas pueden proporcionar algunos
medios de hacerse útil.
Este es el objeto que me hace molestar la atención de usted suplicándole tenga la bondad de elevar mi solicitud al Supremo Gobierno Federal, con mis fervorosos deseos
de emplearme en su servicio, y mis votos por su prosperidad y gloria.34
El día 30 de mayo del mismo año 1815 nace el primer hijo del matrimonio Bello Boyland.
Andrés Bello, quien recuerda de manera constante a sus hermanos,
tan distantes para el momento, desea que su primogénito ostente el nombre de los
tres, es decir de sus tíos. Por eso el recién nacido es llevado a la pila bautismal bajo
el nombre de Carlos Eusebio Florencio.
En el barrio de Somers Town, sector habitado por gente humilde, el
joven esposo de Mary Ann añorará una de aquellas casonas solariegas de Caracas,
en donde gustaría de recrear algún día su amor, levantando una familia adorable.
La correspondencia dirigida al Secretario de Gobierno de Cundinamarca no cumplió su objetivo, ya que el correo fue interceptado por autoridades españolas. La desazón de Bello debió de ser inmensa al comprobar al paso de los días
que no le llegaba contestación ninguna. ¿Qué hacer? De nuevo la misma pregunta:
–¿no habrá más alternativa que la de continuar en el brumoso Londres?
Una señera ocasión para devanarse los sesos.
34
Tenreiro, Salvador. (1979). Caracas en el epistolario de Bello. Caracas. p. 13.
121
Carmen Brito Arocha
St Aloysius Chapel 1850. Boceto
por Joseph Swain. En esta iglesia
fueron bautizados varios de los hijos de don Andrés Bello
122
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Gracias. Argentina
El Gobierno de Argentina conoció de la difícil situación en que se
encontraban en la capital inglesa los venezolanos Andrés Bello y
Luis López Méndez. Acordó una medida de socorro que les permitiera cubrir al menos por un año sus más urgentes necesidades.
Don Manuel Sarratea, Encargado de Negocios de
Argentina en Londres, asumió la responsabilidad de llevar a
cabo la solidaria acción. ¡Gracias, Argentina!
Bello seguía valiéndose de sus manos, escribiendo y escribiendo, se había dirigido por escrito a las autoridades
del Río de La Plata exponiéndoles las calamidades que venía
confrontando en el país europeo y pidiendo, en cuanto a él, ayuda a fin de viajar a Argentina con miras a establecerse en el
país. De seguidas palparemos un dramático trozo autobiográfico, porque no es otra cosa esta nueva carta de Andrés Bello
en donde vuelve a referir el porqué de su presencia en Londres,
desde cuándo y ejerciendo qué funciones:
Trasladado a Inglaterra permanecí ocupado en este encargo
hasta la ocupación de Caracas por las tropas del Gobierno
Español en 1812 y la consecuente subyugación de casi todo
el territorio de Venezuela. Separado entonces de mi patria y
familia por la distancia inmensa, sin esperanzas de recibir el
menor socorro de aquel desgraciado país y en la necesidad
de aguardar a que otro orden de cosas me proporcionase los
Don Manuel Sarratea
123
Carmen Brito Arocha
medios de regresar a él, recurrí al único arbitrio que me quedaba para subsistir que
era emplear mi industria personal. Cerca de tres años ha que he vivido de esta manera, lisonjeándome de que una mutación que no parecía distante, me hiciese posible
el volver a América, o el recibir a lo menos los medios de prolongar mi residencia.
Pero aunque en efecto se logró recobrar por los patriotas la posesión de Caracas y
de una parte considerable de Venezuela, la atención del Gobierno rodeado de gravísimas e incesantes urgencias, la naturaleza misma del Gobierno, su vaga e incierta
residencia, y la absoluta destrucción de la agricultura y comercio en Venezuela, de
que ha dimanado la ruina de innumerables familias, ha frustrado hasta el día mis esperanzas de recibir auxilios del Gobierno o de mi casa y condenándome a vivir entre
incomodidades y privaciones, que sólo la perspectiva de poder algún día terminarlas,
me hubieran hecho en alguna manera soportables. 35
A entera satisfacción fue atendida la solicitud del venezolano don
Andrés Bello por parte de las altas autoridades de Río de la Plata, invitándole al
suelo amigo. No obstante, Bello no viajó a la Argentina. Sobre el particular priva
la deducción de que habiendo contraído de repente algún compromiso, difícil de
abandonar luego, hubo de desistir del proyectado viaje.
Se ha recabado información alrededor de un contrato de trabajo celebrado entre Mr. William Richard Hamilton, Subsecretario de Estado ante la Corte,
y don Andrés Bello, encargándose Bello de la tutoría de los hermanos Hamilton,
que se preparaban para el ingreso a la Universidad.
35
Sambrano Urdaneta, Oscar. (1986). El epistolario de Andrés Bello. Caracas. Fundación La Casa
de Bello. p. 30.
124
Andrés Bello se lo llevó la revolución
“Toda la tierra es la tumba de los hombres ilustres”
Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia Hispanoamericana,
muere en la cárcel de Cádiz. El 14 De julio de 1816.
Tras varios años de cautiverio, el Generalísimo Francisco de Miranda finalmente
dejaría de existir en la cárcel de La Carraca, a la edad de sesenta y seis años.
El nombre de Francisco de Miranda inscrito en el Arco del Triunfo en París, validó
su condición de Héroe de la Revolución Francesa, y testimonio es a la vez del osado
trueque establecido con gente de alta clase: Por amor a su continente Colombiano
condicionó la participación suya en aquella gesta de Francia que iba a cambiar
buena parte de la historia de la humanidad. En sus papeles dejó escrito el precursor
de la independencia:
Persuadido de la justicia y de la magnanimidad con que la nación francesa defiende
su soberanía , y de la gloria que en consecuencia alcanzaran los que tendrán el honor de unirse con ella para defender la libertad, única fuente de la felicidad humana, consiento a servirla fielmente y a unirme íntimamente a ella, bajo las siguientes
condiciones(…)(Expone una; dos y la tercera) (…)como la libertad de los pueblos es
un objetivo que interesa igualmente a la nación francesa y principalmente la de los
pueblos que habitan América del Sur (o colonias hispano americanas),que por su
comercio con Francia hacen un gran consumo de sus mercancías, y que desean también sacudir el yugo de la opresión para unirse a ella; es necesario que su causa sea
protegida eficazmente por Francia, puesto que es la de la libertad, y que me conceda
el permiso (en el momento que se presente la ocasión) para ocuparme principalmente
de la felicidad de ellas, estableciendo la libertad y la independencia de sus países. Yo
125
Carmen Brito Arocha
me he encargado voluntariamente de ello, y para tal propósito los Estados Unidos e
Inglaterra han prometido su apoyo en la primera coyuntura favorable.
Es bajo estas expresas condiciones, y ese espíritu, que me he alistado al servicio de la
Francia libre, cuya garantía por parte del gobierno Representativo, me ha sido asegurada por los Ministros de la Guerra, Sevan, Roland Lebrun y Clavière, y también
por el patriota alcalde de París, Petión; y todos ellos me han prometido testimoniarlo
siempre al mundo entero si fuere necesario.36
***
Hoy, 14 de julio de 1816.
Mis venerados señores. En esta fecha, a la una y cinco minutos de la mañana, entregó
su espíritu al Creador mi amado señor don Francisco de Miranda.
No se me ha permitido por los curas y frailes le haga exequias ningunas, de manera
que en los términos que expiró, con colchón, sábanas y demás ropas de cama, lo
agarraron y se lo llevaron para enterrarlo. De seguida vinieron y se llevaron toda su
ropa y cuanto era suyo para quemarlo.
Es cuanto puedo noticiar a ustedes, y ruego me digan qué he de hacer con unos papeles que él guardaba mucho, y que, igualmente, avisen al señor don Pedro Turnbull
de todo lo acaecido.
Dios guarde a ustedes muchos años.
Verdad.
José Moran.
Carta dirigida por Moran a los señores Duncan Shaw, amigos de Miranda. El fiel servidor quiso acompañar a su señor hasta la hora final. El Precursor,
36
Salcedo Bastardo, J. L. En torno a Andrés Bello. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo
congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello.
126
Andrés Bello se lo llevó la revolución
después de haber permanecido durante cuatro años en oscuros calabozos, sobre catres de presos, recordando el pasado, palpando el presente, creyendo aún en futuros,
desapareció de la faz de la tierra, dejando el glorioso legado de su memoria histórica.
En el Legado Testamentario a su Patria, 1º de agosto de 1805, Francisco de Miranda, Ciudadano del Mundo, subrayó una frase de Pericles, célebre
ateniense: “Toda la tierra es la tumba de los hombres ilustres.”
Quatremère de Quincy se refiere al Precursor, cuando dice: “Miranda ya no es el hombre de un solo país, se ha convertido en una especie de propiedad
común inviolable.”37
Al poco tiempo de la desaparición de Francisco de Miranda, vino al
mundo el segundo hijo del matrimonio Bello Boyland, el día 13 de octubre de 1817.
El nuevo vástago llevará por nombre Francisco, en ofrenda al nombre rutilante que
llegó para quedarse en la eterna estimación de Andrés Bello, ello ha sido considerado bajo tan honrosa perspectiva. Don Andrés Bello sentía inefable veneración
por Francisco de Miranda, apuntó el biógrafo Amunátegui.
Acerca de su hijo Francisco, don Andrés Bello llegó a escribir: “el
mejor y más querido de mis hijos.”
Al poco tiempo de la desaparición de Francisco de Miranda, vino al
mundo el segundo hijo del matrimonio Bello Boyland, el día 13 de octubre de 1817.
El nuevo vástago llevará por nombre Francisco, en ofrenda al nombre rutilante que
llegó para quedarse en la eterna estimación de Andrés Bello, ello ha sido considerado bajo tan honrosa perspectiva. Don Andrés Bello sentía inefable veneración
por Francisco de Miranda, apuntó el biógrafo Amunátegui.
Acerca de su hijo Francisco, don Andrés Bello llegó a escribir: “el
mejor y más querido de mis hijos.”
37
Uslar Pietri, Arturo. (1964). Valores humanos. Tomo III. p. 120.
127
Carmen Brito Arocha
¡Se salva la República!
A comienzos de ese año 1817,38 desde su Cuartel General en Barcelona, Bolívar
se dirigió a sus consecuentes compatriotas y colaboradores Pedro Gual y Lino de
Clemente, haciendo uso por tercera vez de su autoridad al frente de la República:
He comisionado en Londres para los mismos fines que a ustedes – les informa – a
los señores Luis López Méndez y Andrés Bello, pueden ustedes comunicarse recíprocamente cuanto estimen conveniente al servicio de la República.
Tras los sucesos de 1812 se ignoró durante algún tiempo la suerte
corrida por López Méndez y Bello en Londres; lo cual revela la falta de comunicación suscitada entre los encallados en la isla británica y los de tierra firme. El nuevo nombramiento a los compañeros en general, por parte de Bolívar, augura buena
ventura, al par de una significativa demostración de confianza del Libertador en
su gente, donde quiera que se encontrase y pese a las interrupciones imperantes
debido al proceso de guerra independentista en que se convirtiera el “19 de abril”.
Prosigue el comunicado:
(...) para que con arreglo a las instrucciones que les cometemos puedan otorgar jurídicamente todo género de obligaciones a nombre de la República, de modo y con las
condiciones que les parezcan, en el concepto seguro de que estaremos literalmente a
lo que convinieren, sin entrar en examen ni observación alguna sobre las contratas
que hicieren; pues todas las aprobamos anticipadamente en fuerza de las facultades
plenas, enteras y sin restricción alguna que les concedemos para estipular y tratar
38
128
Es también 1817 el año del afianzamiento de la Tercera República en la Plaza de Guayana.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
en nombre de la República, hipotecando todas sus propiedades, rentas, arbitrios y
recursos, que con preferencia a toda otra atención, serán empleados en satisfacer los
créditos contraídos.
¡Se salva la república!
López Méndez se pondrá al frente de la nueva misión. Bello se mantendrá a la disposición, aun cuando, como se ha dicho, cumplía algunos compromisos por imperativos de sobrevivencia. Desde Somers Town, donde la familia Bello vivió durante
varios años se mudará a un nuevo domicilio, en Bridgewater Street.
Tercera República
En 1818, con el afianzamiento del gobierno en la Plaza de Guayana, en los predios
del majestuoso río Orinoco, Bolívar puso énfasis sobre la marcha en hacer realidad
uno de sus caros sueños: ponerle mano a una imprenta. Es un comunicador nato.
Por tanto la fuerza de la palabra escrita no es prenda que Su Excelencia eche en
saco roto. Desde Guayana escribió a Fernando Peñalver el primero de septiembre
del pasado año 1817: “(...) sobre todo mándeme Ud. de un modo u otro la imprenta
que es tan útil como los pertrechos”– enfatizó.
Y el 27 de junio de 1818, apareció en Angostura el vocero Correo
del Orinoco. El 20 de febrero ¡año - nuevo, 1819! trae en sus páginas la memorable
pieza oratoria pronunciada por Simón Bolívar en su “Discurso de Angostura”.
129
Carmen Brito Arocha
Segmentos:
Moral y luces son los polos de una República. Moral y luces son nuestras primeras
necesidades
***
La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el
término de los gobiernos democráticos. (…) nada es tan peligroso como dejar en un
mismo ciudadano el poder, el pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra
a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía.
***
No ha sido la época de la República que he presidido una tempestad política, ni una
guerra sangrienta, ni una amargura popular, ha sido, sí, el desarrollo de la inundación de un torrente infernal que ha sumergido la tierra de Venezuela. Un hombre ¡y
un hombre como yo! ¿qué diques podía oponer al ímpetu de estas devastaciones? En
medio de este piélago de angustias no he sido más que un vil juguete del huracán
revolucionario que me arrebataba como débil paja.
El hombre que agarró las riendas de la guerra independentista se
queja, se auto lastima. En tanto Su Excelencia sentíase vil juguete del huracán
revolucionario, Andrés Bello sentiríase muñeco de trapo montado en subibaja de
emociones. ¡Se pierde la república, se salva la república! ¡Se pierde la República,
se salva la República!
Montado en subibaja de emociones, “pasando las de San Quintín”,
pareciera estar cumpliendo voto de paciencia en Londres, es verdad. Resignado a la
130
Andrés Bello se lo llevó la revolución
más anodina forma de vida. Sin embargo no todo el tiempo puede pasar inadvertido
aquel que no usa muletas de ostentación. Cierta vez, en ameno ambiente de presentaciones y conversaciones, donde convergía gente del mundo diplomático, se conocen Andrés Bello y Antonio José de Irisarri, distinguido intelectual guatemalteco,
periodista, escritor y avezado en el campo de las relaciones internacionales. No demoró Irisarri en apreciar el bagaje cultural del señor Bello. Y, según, siendo hombre
flexible en su trato y comunicación, ora formal, ora festivo, ora mordaz sin el menor
empacho se atrevió un buen día Irisarri a establecer comparaciones entre el modesto
señor Bello y muchos de los esponjados representantes de la diplomacia que hacían
vida en Londres: “(...) hablan la jerigonza de un idioma que todavía no conocen.”
Suficiente como abreboca.
Irisarri aspira fundar un periódico, El Censor Americano, se supone que
vería en Bello excelente colaborador. Gradualmente se fue estrechando entre ambos
el vínculo amistoso. Son señores de caracteres disímiles, pero buenos por igual en
la amistad. Junto a la natural circunspección que se atribuye a Bello, también se le
tiene por persona muy atenta. Y entre sus amigos es fama que no responderá ceñudo
a favor que se le pida. Encontrándose Irisarri en Chile le escribe, requiriéndole información sobre el método Bell - Lancáster. Bello no lo piensa dos veces; empleando
la mejor de las disposiciones acude a determinada organización en donde se enseña
a leer y a escribir, dispuesto a conocer la materia. Por ser hombre de estudio prefiere
ahondar en el fondo de las cosas, y tratándose de aprender, pues, él es pez en el agua,
con tal de ilustrarse, seguirá curso de alfabetización en Londres.
131
Carmen Brito Arocha
Informe de Andrés Bello a Antonio José de Irisarri sobre el Método
Bell-Lancaster
Londres, 11 de septiembre de 1820
Estimadísimo amigo:
Antes de poder ofrecer a Ud. una idea exacta del método de enseñanza Bell-Lancaster que Ud. se sirvió encomendarme, personalmente he ido a la Sociedad encargada
de promover su difusión, y puedo decir a Ud. que por menudo conocí el procedimiento que se usa allí para enseñar a leer, contar y escribir. Uno de los directores de la
Sociedad, Mr. Hope, tuvo la amabilidad de acompañarme a una escuela para presenciar de cerca y durante tres días el desarrollo de pruebas que este caballero convino
conmigo. Pero antes debo decirle que siendo el sistema de Bell el más socorrido por
las naciones cultas y el que se sigue con más provecho en los pueblos que por la densidad de su población no están en actitud de hacer grandes desembolsos para fundar
numerosas escuelas, está llamado por esta causa a propagarse muy rápidamente en
América y a influir en sus destinos, si se le adopta con aquéllas precauciones que
expondré en seguida:
Por el método indicado, en cada ciudad pueden establecerse dos o tres escuelas con
una capacidad de 150 a 200 alumnos, y en el supuesto que la enseñanza durase un
año, tendremos que dos escuelas pueden dar 300 o 400 niños que sepan leer, escribir
y contar; tres establecimientos de esta naturaleza con una dotación de 150 muchachos darían 450, lo que en cinco años significaría 2.250. Este cálculo tan fuera de
propósito a primera vista, tiene un objeto decisivo, porque conociendo el número de
habitantes de Chile, puede Ud. determinar exactamente las escuelas que necesita y
cómo distribuirlas en sus diferentes provincias, en razón de su población.
132
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Ahora bien, lo que debe tratarse de obtener es que los educandos adquieran aquellos
conocimientos que sólo el sistema Bell puede proporcionar sin esfuerzo y para lo
cual está perfectamente organizado, o sea, la enseñanza elemental. Me parece que
reduciéndolo a estos límites, el sistema no podrá fracasar, porque si lo miramos por
otro de sus aspectos, en su misma organización se encuentran sus defectos, que son
no pocos y de consideración. Para no dar demasiada extensión a esta carta, citaré
el principal y del cual se desprenden todos los demás, los monitores, como se llama
a los estudiantes más preparados encargados de enseñar a sus condiscípulos, no
están ni pueden estar preparados para instruirlos. Lo que saben fuera de saber leer,
escribir y contar, lo entienden mal o lo comprenden muy deficientemente. La enseñanza en este caso queda confiada a la memoria de los mismos monitores que repiten
imperfectamente lo que han oído, con lo cual, lejos de avanzar hacia el desarrollo del
espíritu de crítica de los jóvenes, este sistema, procedimiento o plan lo dificulta por
todo extremo.
Ud. convendrá conmigo que una enseñanza que no procura acrecentar y desarrollar
la observación y otras nobles facultades, no puede ser completa ni producir en el
porvenir el menor provecho. Con esto y lo anterior que queda expuesto, podrá Ud.
apreciar hasta donde me complace el sistema Bell, y hasta donde igualmente lo creo
contrario a su verdadero objeto.
No tengo nada más que agregar a Ud. por ahora sobre este particular, y suplico a Ud.
considerarme corno siempre su atento amigo
Q.B.S.M.
A. Bello39
39
Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura de la Organización de los
Estados Americanos. 1982. Andrés Bello, bicentenario de su nacimiento Caracas. pp. 66 – 67.
133
Carmen Brito Arocha
Amén de efectuar cálculos gerenciales conducentes a una mayor difusión del susodicho método de alfabetización, por lo visto acabó siendo el de Bello
uno de esos casos en donde el alumno supera al maestro. El método Bell - Lancaster
no pasó la prueba ante el alumno Andrés Bello. Frente a las exigencias pedagógicas
suyas sobre el particular surgirían al paso del tiempo opiniones que resultaban casi
todo un compendio a su favor, emanadas directamente de propios monitores:
Lamentablemente la práctica no tuvo tanto éxito como la teoría y se encuentran en
los archivos muchos ejemplos en que los mismos monitores contaban que el ruido era
tan grande durante una clase que era completamente imposible que se aprendiera
cualquier cosa.
Para este mismo tiempo Bello asume trabajar para la casa Gordon
Murphy Co., de por medio los buenos oficios del canónigo sevillano José María
Blanco White, persona sumada a las que gozan del aprecio y gratitud de Bello
en la ciudad de Londres. Con anterioridad Blanco White ha favorecido al amigo
en sus perentorias necesidades económicas. A través de gestiones ante personajes influyentes logró, en determinado momento del gobierno británico, una ayuda
económica para Bello. A propósito de esta circunstancia Rufino Blanco Fombona
consideraría lo siguiente:
El gobierno inglés no socorría al señor Bello ni al señor López Méndez, como a tales
López Méndez y Bello, sino por el cargo que ejercían o habían ejercido, por las circunstancias del caso y como prueba de simpatía indirecta a la rebelión de las colonias.40
40
Blanco Fombona de Hood, Miriam. El Londres de Andrés Bello. En: (Fundación La Casa de Bello;
Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello, 1980 – 1981. p. 189).
134
Andrés Bello se lo llevó la revolución
El canónigo Blanco White arribó a Londres en 1810, proveniente
de España (dentro del famoso grupo de los migrados). Desde el mismo año de su
llegada hasta 1814 Blanco White editó el periódico El Español, 41 vocero mensual.
En una de las ediciones apareció un artículo favorable al movimiento autonomista
de la provincia de Venezuela, lo cual llamó la atención de Andrés Bello, quien, sin
pérdida de tiempo, procuró el encuentro con el editor. Surgiría otra buena amistad
de su época en Londres.
El nuevo empleo de Bello en la Gordon Murphy Co. será un paliativo
en medio de tantas necesidades; más, no cesa de acecharlo la intranquilidad.
De duelo en Londres Andrés Bello
Enferma el menor de los tres hijos, Juan Pablo Antonio, nacido el 15 de enero de
1820. La criatura fallece sin haber cumplido el primer año de vida, destrozándose
la alegría en el hogar (enero 1821). La joven madre yace postrada por la tuberculosis pulmonar. El padre de familia, sumido en el dolor, se entregará a la búsqueda
41
González, Juan Vicente. Biografía de José Félix Rivas, p. 187:
Deseosos nosotros de trazar el cuadro del pensamiento impreso que acompañó el nacimiento y
desarrollo de la Revolución, tenemos que principiar por el periodista que la defendió desde Londres,
que sufrió por combatir contra sus enemigos y que la abandonó después, acordándose que era
español: hablamos del ilustrado don José María Blanco White. Nadie saludó el 19 de abril con más
noble entusiasmo ni con más vivas demostraciones de afecto y simpatía. Nadie lo sostuvo con más
calor, ni alzó el grito con más vehemencia contra los excesos de la Junta Suprema y los discursos
especiosos de las Cortes españolas. “No cesaré, no –gritaba el 19 de abril de 1816– en todas parte
me hallarán acusándolos, y persiguiéndolos con la repetición de esto mismo. El gobierno español el
responsable a Dios y a los hombres de los horrores que están desolando a las Américas”.
135
Carmen Brito Arocha
de recursos, abandonando por momentos el escrúpulo que lo agobia al implorar
favores. Escribe a Irisarri, confiándole entre sus muchas penas:
Sólo las reiteradas muestras de favor que de usted he recibido en tan distintas ocasiones pueden hacerme tomar la pluma para hablar a usted de un asunto que por
tratarse de algo mío, me inspira no poca repugnancia. Sabe usted, como he podido
expresarle, la desesperada situación a que me tiene reducido la falta de una ocupación permanente donde procurarme una entrada que no esté expuesta, como hasta
ahora, a continuos cambios y que me asegure el sustento de mi mujer y mis hijos, por
quienes sufro lo indecible. El empleo que actualmente tengo me produce una miserable entrada, tan escasa, que para atender a los gastos de mi familia, preciso ha sido
deshacerme de algunos objetos de valor que en otro tiempo logré adquirir; y para
satisfacer el compromiso de algunas deudas, echar a la venta las escasas joyas de mi
señora esposa. No tengo esperanzas tampoco que el Gobierno me favorezca, y como
todos los caminos parecen cerrarse, en mi desesperación confío en su amparo. ¿No
hay en esa Legación un lugar para mí? Cualquiera que él fuera, yo estaría dispuesto
a aceptarlo. Es probable que el tono tan directo de mi súplica coloque a usted en un
compromiso que no es mi intención producir; si la suerte coincidiera con la necesidad de usted de procurarse para el servicio de su Misión un empleado, yo le rogaría
se acordara de mí y me favoreciera con su influjo, para un destino serio y honesto.42
Muere la joven esposa. Mary Ann se despide de la vida el 9 de mayo,
en horas del mediodía. Bello se vuelve pesar y angustia protegiendo a sus pequeñitos hijos, Carlos y Francisco, de seis y tres años de edad respectivamente. Mary
Ann contaba veintisiete años. Su viudo señala en un espacio de la Biblia familiar
algunos datos referentes a la compañera tan tempranamente desaparecida: “Mary
42
136
(Sambrano Urdaneta, 1986) pp. 48 - 49.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Ann Bello, nacida en septiembre 12 de 1794 faltando 12 minutos para las 8 de la
mañana. Fallecida el 9 de mayo de 1821 a las 2 de la tarde.”
Mary Ann sería enterrada en el cementerio Old St. Pancras Church
Yard en medio de rituales del catolicismo.
José María Blanco White hace llegar a su amigo don Andrés Bello
sentidas palabras de condolencia. Concluye: “El recurso a Dios en las aflicciones es
el único remedio que puedo aconsejar a Ud. Pero no se meta Ud. en controversia.
¡Dios alivie a Ud. en sus pesares!, como lo desea su afectísimo J.B. White”.
El año 1821 priva igualmente para siempre a Andrés Bello de la palabra fraterna de Juan Germán Roscio. El jurista falleció el 9 de marzo en la Villa
del Rosario de Cúcuta. Bello cubre de gloria la memoria del prócer: “De la naciente
libertad no sólo fue defensor, sino Maestro y Padre”. 43
Perece en este año Ana Josefa Sucre, cuyo amor de primavera fue
reseñado en páginas anteriores.44
43
Juan Germán Roscio nació en San Francisco de Tiznados el 27 de mayo de 1763. Obtuvo el título
en Derecho Canónigo y Civil en 1795 en la Universidad de Caracas. A raíz de la capitulación de Miranda
(1812) fue hecho prisionero y enviado a Cádiz. Inglaterra gestionó la libertad del prócer ante el gobierno de
España. Roscio publicó más tarde en Filadelfia: El triunfo de la libertad sobre el despotismo, a su regreso
a Venezuela en 1819, fue nombrado por el Libertador Vicepresidente de la recién creada república Gran
Colombia. Murió Juan Germán Roscio en la Villa del Rosario de Cúcuta el 10 de marzo de 1821.
44
Planchan, Enrique. Bello, Arístides Rojas y la familia Loynaz. En: (Grases, 1981, pág. 284):
Maria Josefa Sucre se fue a La Habana, al lado de una hermana que allí residía, y cuando un
tiempo después, libre ya la patria del yugo español, salió en dirección a Cumaná para servir de
madrina al primer hijo de su íntima amiga, la esposa de Loynaz, naufragó la embarcación que
la conducía en el tránsito de La Habana a San Thomas, ahogándose María Josefa, junto con su
hermana, el esposo de ésta y sus ocho hijos, ocurriendo esta desgracia en diciembre de 1821.
La anterior información la hicieron por escrito los hijos de Loynaz a don Arístides Rojas, quien
habíales solicitado información precisa sobre el caso, del cual conocían perfectamente los Loynaz,
Rojas deseaba publicar el suceso. Los primeros Sucre que llegaron a América procedentes
de Francia se residenciaron en La Habana. De ahí que se mantuviera a través del tiempo el
acercamiento por parte de la familia Sucre con la región caribeña (N. de A.).
137
Carmen Brito Arocha
Muy marcado este año en la vida de relación de don Andrés Bello.
A ello se suma en; el aspecto epistolario su comentario al amigo Servando Teresa
de Mier, residente en Filadelfia: “La monarquía (en forma limitada, por supuesto)
–escribió Bello– es el gobierno único que mejor nos conviene”.
La carta, interceptada en Filadelfia pasó a Bogotá vía carácter de delación a manos de don Pedro Gual, Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran
Colombia, de manos de Gual pasó a las de José Rafael Revenga, portando las advertencias del Ministro basadas en la carta: “Como por ella se ve claramente que sus
opiniones son contrarias del todo a nuestro actual sistema de gobierno, le participo
a Ud. para que en sus comunicaciones con este individuo guarde la debida reserva.”
Ser o no ser. Es la cuestión.
El impertinente supuesto monopolio de la verdad exige estar dentro
del juego o... ¡fuera! Quién podría creer que punto tan insulso dentro del marco
de la miseria humana sea capaz de desatar conflagraciones mundiales, incluso. La
carta de Bello a Teresa de Mier quedó ahí, en el cajón de los recortes, semejante al
pedazo de tela al cual se le van sacando tiritas... ¡Sabría Dios cuánto daño iban a
hacer a Bello las tiritas de su recorte!
A medida que avanzara la gesta independentista surgiría la anarquía
pueblo arriba, pueblo abajo. Quién más, quién menos, emitiría juicio sobre qué
mano convendría a regir masas enteras lanzadas al frenesí libertario. Hasta en la
misma Carta de Jamaica (1815) el propio Bolívar ya se preguntaba:
Pero ¿seremos nosotros capaces de mantener en su verdadero equilibrio la difícil carga de una república? ¿Se puede concebir que un pueblo recientemente desencadenado
138
Andrés Bello se lo llevó la revolución
se lance a la esfera de la libertad, sin que, como Ícaro, se le deshagan las alas y recaiga en el abismo?
Ni su genio profético podía rebelarle entonces la reflexión, pasado un
tiempo, del filósofo Andrés Bello: “Nadie amó más sinceramente la libertad que
el general Bolívar, pero la naturaleza de las cosas le avasalló como a todos; para
la libertad era necesaria la independencia, y el campeón de la independencia fue y
debió ser dictador.” 45
Mucho menos podía concebir don Pedro Gual a Su Excelencia, el
general Bolívar, “avasallado por la naturaleza de las cosas” en el trance de asumir
la dictadura, o, de mostrarse con todas sus fuerzas a defender la monarquía.46
45
Mier, José M. de. Andrés Bello en la Legación de Colombia en Londres. Carta a Teresa de Mier
En: (Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés
Bello, 1980 - 1981, pág. 520).
46
El 15 de septiembre de 1827 desde México, en correspondencia dirigida al vicepresidente de
Colombia, general Santander. Pedro Gual hace severas críticas al Libertador por el desconocimiento de
la Carta de Cúcuta de 1821:
Crea usted que me parece inexplicable –señala Gual– la política del Libertador en los últimos
tiempos. ¿Ha creído por ventura que una Constitución hecha pedazos tumultuariamente pueda
ser jamás la base permanente y sólida de otro orden de cosas? Yo no entiendo esto mi querido
vicepresidente, ni lo comprenderé, como no lo comprende nadie en Europa y América. El Libertador
para reponer su opinión menoscabada tendrá que explicarlo, y yo espero que lo haga de una manera
plausible. Sin esta explicación me parece irreparable la pérdida de la reputación más bella de este
siglo (Don Pedro Gual. Homenaje en el bicentenario de su nacimiento, 1983, pág. 49)
Palabras de Gual, cargadas de reproches hacia el Libertador seis años después de su desaprobación
a las de Bello en relación a la “monarquía”.
139
Carmen Brito Arocha
La naturaleza de las cosas
Nos habla en este 1821 que; en algún lugar de España blanquean los huesos del
rebelado contra Fernando VII, el mismo generalísimo que allá en el número 27 de
Grafton Street de un muy “decente” golpe de timón hizo zozobrar los derechos del
Rey sobre su coloniaje en América.
Nos habla la naturaleza de las cosas del Juan Germán Roscio que de
su puño y letra autorizó la partida de Andrés Bello a Londres como Auxiliar en
Misión Diplomática, yace Roscio, asimismo, en su última morada en brazos de la
madre tierra
Nos habla la naturaleza de las cosas de un amor de primavera que se
fue, como tantos amores que se han ido. De un Andrés Bello sumido en el dolor
ante la pérdida irreparable de seres amados.
Nos habla la naturaleza de las cosas; de un Simón Bolívar en plenitud, coronado por la gloria de haber cumplido en Campo Carabobo, 24 de junio de
1821, el juramento de hace dieciséis años en Monte Sacro, 15 de agosto de 1805.
Nos habla la naturaleza de las cosas.
Andrés Bello Diplomático
1822- Irisarri augura -trascendencia de la obra de Bello
Al año de encontrarse don Andrés Bello en compañía únicamente de sus dos pequeños hijos, Carlos y Francisco, Antonio José de Irisarri lo designa Secretario de
la Legación de Chile en la ciudad de Londres, 29 de mayo de 1822.
140
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Irisarri 47 escribe a Bernardo O’Higgins, Director Supremo de la República de Chile, haciendo mención preponderante de Andrés Bello. Interesa mucho señalar lo siguiente:
No hay, de los americanos españoles que nos encontramos en esta Corte, ninguno
como este sujeto que conozca con más circunstanciada precisión las cosas de América ni el estado de los intereses de las potencias europeas respecto a nuestro continente. Todo esto lo ha estudiado con detalles que a uno le parecen sorprendentes,
y en cuanto al orden de estas relaciones de Europa con América y de América con
Europa, ha creado un sistema de derecho de gentes que es original, práctico, y que
algún día llegará a prosperar, si este sujeto tiene oportunidad de ser útil a algún país
de América.
Las complejas o harto difíciles situaciones por las que viene atravesando Andrés Bello –desde que se viera en Inglaterra sin el apoyo de sus compatriotas– son necesariamente advertidas por personas inmediatas a su trato, lo cual
rebota en modo negativo en contra del gobierno de la Gran Colombia. Resulta
incomprensible el hecho de que se hubiese abandonado a su suerte de semejante
manera a tan digno señor y compatriota venezolano. En tal sentido críticas bastantes desfavorables se hacen sentir en contra de la figura del Libertador, ganándole
opiniones antipáticas hacia su persona y que avanzarían en el tiempo. Dado el
profundo sentimiento amistoso que profesara Antonio José de Irisarri a Bello, hizo
47
Irisarri se ha identificado de tal manera con las distintas facetas de la persona de Bello que, como
ha afirmado, de ser necesario votaría por el señor Bello como digno embajador de la pobreza, conforme a
lo dicho en correspondencia a don Joaquín Echeverría: “Bello es un verdadero sabio, por su carácter y su
sabiduría y hasta por la resignación con la que soporta su pobreza, muy semejante a la mía, sino mayor”.
141
Carmen Brito Arocha
cuanto estuvo a su alcance para una vez más ayudar al amigo, quien comenzaría a
cumplir labores en la Legación chilena a partir de junio de 1822. Irisarri deja constancia, eso sí, del disgusto que lo embargaba por momentos mientras contestaba la
carta. Veamos el siguiente párrafo:
He hablado de usted al Director Supremo y ya no podrá serle su nombre desconocido. Lo he hecho cual convenía al momento, proponiéndole a usted para ocupar
los más esclarecidos destinos que tiene y le sobra derecho, advirtiéndole su origen,
el infortunio que lo ha perseguido y la extrema indolencia conque ha procedido la
patria de usted. Usted podrá ser todo lo amigo que quiera del general Bolívar, proclamarse su partidario, pero yo sin ser ni lo uno ni lo otro, sin tener de este individuo
otro conocimiento que sus hazañas, no puedo entenderlo tan grande cuando no sabe
aprovecharse de hombres como usted. La situación a que lo ha reducido el patriotismo de usted debiera ser prontamente satisfecha por este general, de otra manera
será preciso calificarlo de inconstante en la amistad y de poco o nada atinado en la
elección de sujetos sabios y virtuosos.
Aun cuando luzcan precipitadas merecen respeto las opiniones del
intelectual guatemalteco, además de buen amigo de Andrés Bello, don Antonio
José de Irisarri. Precipitadas porque, como el mismo Irisarri indica, no tiene del
personaje otro conocimiento que el de sus “hazañas”. Campaña Admirable, Paso
de Los Andes, Batalla de Boyacá, Batalla de Carabobo... ciertamente ya están
asombrando a medio mundo. (El gran poeta inglés Lord Byron, dio a su yate el
nombre de Bolívar. Es más, acarició la idea de ofrecerse para luchar junto al ya
renombrado héroe suramericano).
Que el destino depare larga vida a don Irisarri. Algo más le haría llegar la
historia sobre Bolívar y sus dos guerras de “hazañas” libradas. Una pro-independencia,
142
Andrés Bello se lo llevó la revolución
otra post-independencia. De la primera, contra el imperio español, saldrá ileso; de la segunda, contra la deslealtad y la envidia,
al sepulcro.
Un día confiará: “...estoy cansado de mandar esta
república de ingratos, estoy cansado de que me llamen usurpador, tirano, déspota (y más cansado aún de ellos), funciones
tan contrarías a mi natural…” (a Fernando Peñalver). Dirá Unamuno: “Si fuese yo un Plutarco no me costaría hacer una vida
paralela de Don Quijote y Bolívar.” Acordada por una Sociedad de Americanos, en Londres, en
1823, antes de lograrse en Ayacucho la liberación de las nuevas repúblicas,
esta revista constituyó la primera y más ambiciosa obra de cultura eminentemente americana emprendida hasta entonces desde Europa.
Rafael Caldera
El libertador artístico de América, de un lucero
a una biblioteca
Al periodista Andrés Bello se le quedó en el tintero el brillo de
El Lucero: revista que pensó editar en compañía de Francisco
Isnardy por esos días en que llegó a Caracas la imprenta. No
pudo Bello continuar con el proyecto debido a imprevistos, entre éstos los sucesos que conmovieron Caracas a partir de 1810.
Portada libro
Biblioteca Americana
143
Carmen Brito Arocha
Mas, para sus inquietudes el cara a cara de letras en un lucero o en una biblioteca,
igual despide luz. Junto con Juan García del Río, destacado editor oriundo de Cartagena, de Luis López Méndez y de otros talentosos amigos constituyen el grupo Sociedad de Americanos. Gente amante del periodismo, en cualquier tiempo y lugar,
editará la revista Biblioteca Americana, miscelánea de literatura, artes y ciencias.
El mensaje de la Biblioteca Americana, como su nombre lo indica,
pretende ser profundamente americanista. Aparecerá en abril de 1823.
Del prospecto:
No consideraremos exclusivamente en ella al colombiano, al peruano, al chileno, al
mejicano, escribiendo para todos éstos, la Biblioteca será eminentemente americana, habiéndonos propuesto comparecer ante la posteridad, no habrá cabida en esta
obra a lo que no sea de interés primario en general. 48
En Biblioteca Americana Andrés Bello publica: Alocución a la poesía. Fragmentos de un poema inédito titulado América. El poema consta de 834
versos y brinda a Bello la genial oportunidad de hacer un llamado a los artistas,
una invitación a independizar la propia sensibilidad de la inspiración en lo extranjero. Alocución a la poesía llegará a ganar lauro imperecedero para su autor,
estimándosele Libertador Artístico de América. En su primera parte Alocución a
la poesía desgrana su mensaje:
(Fragmento Alocución A La Poesía publicada por primera vez en la
Biblioteca Nacional)
48
144
Álvarez, Federico. (1981) El periodista Andrés Bello. Caracas. Ediciones de La Casa de Bello.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Divina poesía,
tú, de la soledad habitadora,
a consultar tus cantos enseñada
con el silencio de la selva umbría,
tú a quien la verde gruta fue morada,
y el eco de los montes compañía;
tiempo es que dejes ya la culta Europa,
que tu nativa rustiquez desama,
y dirijas el vuelo adonde te abre
el mundo de Colón su grande escena.
También propicio allí respeta el cielo
la siempre verde rama
con que al valor coronas;
también allí la florecida vega,
el bosque enmarañado, el sesgo río,
colores mil a tus pinceles brindan;
y Céfiro revuela entre las rosas;
y fúlgidas estrellas
tachonan la carroza de la noche;
y el rey del cielo entre cortinas bellas
de nacaradas nubes se levanta;
y la avecilla en no aprendidos tonos
con dulce pico endechas de amor canta…
145
Carmen Brito Arocha
Dibujos de aves y de flores por Andres Bello
El genio se compone de dos por ciento de talento y noventa y
ocho por ciento de perseverante aplicación.
Beethoven
Nandu. Grabado de
W.T. Fray
Hemos sido testigos de cómo Andrés Bello a objeto de satisfacer el interés de un amigo en adquirir conocimientos sobre el método Bell-Lancaster efectuó “curso intensivo de alfabetización”, se diría.
Cuanto vio, cuanto escuchó pasaría directo a su
entendimiento bajo la pátina de lo novedoso. Conforme a su
criterio pedagógico podría rechazar, perfeccionar o no las luces
adquiridas. El asunto resulta ilustrativo respecto de cuán respetuoso se comportaría Bello a la hora de ofrecer algún escrito
a los lectores de Biblioteca Americana. El ñandú o avestruz de
América es tema presentado por Bello en la publicación.
El avestruz de América llamado también el nandú, es uno de los temas tratados por Bello en Biblioteca Americana. El ave es oriunda de Argentina Paraguay y Uruguay.
Para ahondar en sus investigaciones Bello consulta las obras de: Jorge Cuvier (1769-1832), Carlos Sonnini (1751-1812), George Shaw(1751-1813), Buffon(1707-1783),
Hammer(¿?) y de Félix Azara(1746-1821).
La estampa es copia de la de Hammer con una ligera alteración en el pico; la de Azara, la del Nuevo Diccionario, la de
146
Andrés Bello se lo llevó la revolución
la edición de Buffon por Lacepede, son pocos exactas; la de
Cuvier es buena, pero se hizo con un individuo que había perdido casi todas las plumas de las alas; la de Shaw (Naturalist
Miscellany) no puede ser peor.
A.B.
Posterior a la muerte de Bello se encontraron entre sus numerosos papeles “dieciséis perfiles de pájaros” destinados posiblemente a publicaciones como complementos de
artículos de carácter científico.
Ardea aequinoctialis, le Crabier blanc à bec rouge, Buff. Little White Heron, Lath.- Dibujado sobre la lámina
de George Shaw, General Zoology or Systematic Natural History, London, 1819, vol.XI, p.571.
Egretta Thula. Es el nombre que corresponde hoy
día a la “Ardea Aequinoctialis” Es una garza que vive desde
los EE.UU. por América Central hasta Sur América Llegando a
Chile y Argentina. Vive en Venezuela en lagunas y lagos. Nombre común: Garcita blanca (o Chusmita).
“Conocemos la fuente utilizada, o sea el libro del
que tomó la imagen para el perfil de las aves: es la obra de George Shaw Zoology or Systematic Natural History, publicada en 4
volúmenes en Londres 1809-1826”. 49
Identificaron las ilustraciones de pájaros de Dibujos de Aves y Flores por Andrés Bello, Ramón Aveledo y Luis
49
Grases, Pedro. Nota explicativa de: Bello, Andrés. (1981). Dibujo de aves y
flores. Ediciones de la Presidencia de la República. Año bicentenario de Andrés Bello.
Chusmita. Dibujo Andrés Bello
Austrian rose. Dibujo Andrés Bello
147
Carmen Brito Arocha
Madre de Bello Leyendo cartas. Dibujo Eliseo
Morales
Pérez, del Museo Ornitológico William H. Phelps, de Caracas.
Tobías Laser, Director del Jardín Botánico, identificó las flores.
¿Se pierde la esperanza?
Carta de doña Ana Antonia a su hijo Andrés 23 de noviembre
de 1823.
(Párrafo)
...En las dos primeras tuyas me dices que dentro de dos años
vienes, y según van estas cosas me parece que se verificara,
y aquí me tienes contando el tiempo, las semanas , los meses, en fin , que ya ha pasado un año , y que no falta más que
uno. Pero hijo mío, si te vuelves a casar, pierdo enteramente
la esperanza.
Efectivamente su hijo volverá a casarse. En febrero de 1824 don Andrés Bello contrae matrimonio con la joven
inglesa Elizabeth Antonia Dunn, cuyo juramento de amor eterno será consagrado por el tiempo.
Estas cartas de la madre deben de desatar en el
hijo ausente un verdadero vendaval de inquietudes. Ella fecha
su carta el 23 de noviembre de1823. Observamos que él fecha
la suya el 6 de enero de 1824, dirigiéndose a las autoridades de
Colombia en desesperada solicitud de ayuda para hacer efectivo
su regreso a Venezuela.
148
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Las cartas de Andrés Bello a Pedro Gual
El 6 de enero de 1824 don Andrés Bello se dirige al Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran Colombia, don Pedro Gual. Acerca de la larga carta que le envió
hace tres meses le dice que “espera haya tenido la fortuna de despertar en usted la
memoria de un compatriota”; dicha carta quizá fue fechada en octubre de 1823.
Nuevo correo, enero de 1824, y el más reciente, agosto del mismo año. Al menos las
dos últimas cartas son vaciados de esperanzas desesperadas, pero que casi llegan
sin fuerzas, braceadas exhaustas.
¿A quién más recurrir a fin de que se le auxilie sobre todo en sus ansias por volver a la patria?
Leyendo con atención objetiva y subjetiva a la vez ambas misivas se
produce de pronto la ruptura entre lectura y concentración. Cuesta creer que cada
línea sea obra de puño y letra de Andrés Bello. ¿Por qué no enviarle el recurso necesario para que con mujer, hijos y todo regresase, y punto?
S.O.S. Andrés Bello no quiere ir a morir al Polo Antártico
Londres, enero 6, 1824.
Sr. Don Pedro Gual.
Mi estimado. Sr. y amigo:
Escribí tres meses ha una larga carta que espero haya tenido la fortuna de despertar
en usted la memoria de un compatriota, hijo (si no me engaño) de la misma ciudad,
criado a los pies de la misma alma parens, quiero decir, de nuestra vieja Universidad
y Seminario Santa Rosa. ¿Y qué es de nuestra anciana y venerable nodriza? ¿Ha desechado ya enteramente el tontillo de la doctrina aristotélica-tomística, y consentido
149
Carmen Brito Arocha
vestirse a la moderna? No dudo que sí porque el impulso dado por las opiniones a
la revolución no ha podido ser favorable a las antiguallas con que se trataba de dar
pábulo a la imaginación más que al entendimiento de los americanos para divertirse
de otros objetos. Yo tengo ansia de saber qué se ha hecho en Bogotá, qué en Caracas,
qué en Quito, qué en los otros pueblos de Colombia para plantear el nuevo 50 edificio
de educación literaria y científica, en que oigo se ocupa la atención de la legislatura.
Pero no es éste, amigo mío el asunto de esta carta con que empiezo a molestar a usted.
El que hoy me ocupa en preferencia a todos los otros es volver a Colombia. Tengo
una familia; palpo la imposibilidad de educar a mis hijos en Inglaterra, reducido a mis
medios actuales, los que debo a la bondad del Gobierno, por mejor decir, del señor
Irisarri, no me bastan. Por otra parte me es duro renunciar al país de mi nacimiento,
y tener tarde o temprano que ir a morir en el polo antártico entre los “toto divisos
orbe chilenos”, que sin duda me mirarían como un advenedizo y usted no ignora que
el espíritu de rivalidad y de celos que siempre ha habido entre los varios pueblos de
América, obra hoy con doblada fuerza cuando se trata de colombianos. Agregue usted
el costo de trasladarse una familia de Inglaterra a Chile. ¿Esperaré a ahorrar lo necesario para sufragar este gasto cuando antes bien veo que me voy empeñando cada
día más? Pero lo peor de todo es que la remoción del señor Irisarri de este destino ha
50
Mientras cumplía en Londres funciones diplomáticas, José Rafael Revenga se reunió con su
antiguo compañero de estudios de la Universidad de Caracas, Andrés Bello. Requería Revenga cierta
orientación sobre material didáctico adecuado para las universidades de Gran Colombia. Al respecto
solicitó de Bello alguna cooperación. Y acerca de aquellos momentos compartidos por Bello y Revenga en
la capital inglesa Manuel Pérez Vila acopió lo siguiente: “Mientras en la calle la niebla de Londres envuelve
hombres y cosas, Bello apura su taza de café, toma papel y pluma, y lentamente con el pensamiento
puesto en su Universidad redacta un magnífico informe, casi un plan de estudios. Revenga da las gracias y
se despide” (Pérez Vila, Manuel.(1974) Biografía de José Rafael Revenga , 1786-1852. Caracas. Ministerio
de Educación, Dirección General, Departamento de Publicaciones).
150
Andrés Bello se lo llevó la revolución
hecho mi permanencia en él apenas compatible con la delicadeza de un empleado.El
Gobierno de Chile no me ha hecho saber que ha confirmado mi nombramiento, para
con su actual Ministro en Londres, no tengo recomendación del mundo, en haber sido
protegido y estimado de su antecesor. En una palabra, ni puedo continuar en este
empleo sin desaire, ni fundar en él esperanzas de un establecimiento que me asegure
la subsistencia de mi familia ni aun dentro de los moderadísimos límites a que se ha
ceñido mi ambición.
El Libertador cuando nombró nuevamente al señor Méndez para representante de Venezuela, 51 tuvo la bondad de nombrarme a mí en 2do para en caso de no existir aquí el
señor Méndez. He cultivado como usted, desde mi niñez, las humanidades; puedo decir
que poseo las matemáticas puras; y aunque por falta de medio he carecido del uso de
instrumentos, he estudiado todo lo necesario para la descripción de planos y mapas.
Tengo además conocimientos generales en otros ramos científicos.
Disimule usted, amigo mío estos pormenores, en que he rebosado algo la vanidad o
presunción; pero los creo necesarios para que usted califique, no sólo el mérito que
pude haber contraído, sino también la especie de destino que me convendría.
Usted no ignora mis antiguos hábitos de estudio y laboriosidad y los que me han
conocido en Europa saben que los conservo y que se han vuelto en mí, naturaleza.
Concluyo recordando a usted dos circunstancias: la 1- que tengo familia; y la 2- que
empiezo a declinar “into the vale of years”. Haga usted lo posible por un compatriota
cuya desesperada situación es cada día más embarazosa y difícil, y mande a un admirador y amigo, que se repite de usted con el mayor afecto y respeto.
Andrés Bello. (firma) 52
51
Se refiere a la notificación que en 1817 recibieran en Angostura López Méndez y Bello de parte del
Libertador, revistiéndolos de toda autoridad y confianza en el ejercicio de nuevas funciones en beneficio
de la patria.
52
(Tenreiro, 1979, págs. 15 - 16)
151
Carmen Brito Arocha
Las cartas de Andrés Bello a Pedro Gual revelan una verdad desnuda; Bello ya no sabe o ya no encuentra qué más decir.
Los planteamientos fluyen sin calor, bajo el peso de la inseguridad
y aun de la pena de quien sospecha verse tratado semejante a un empleadillo de
segunda. Ruega, pide, conforme con cualquier cosa.
En vista de lo cual, quien quiera que sea se inclinaría por aplicar
compresas de mucha calma a Irisarri, que lo hacen arremeter contra todo el mundo
en medio de su rechazo al maltrato a don Andrés. Por lo demás, las cartas de Bello
a Pedro Gual entrañan un resumen y un dilema estáticos en el tiempo: desde finales
de 1812 (tiempo en que presumiblemente llegaría a Londres la noticia de la pérdida
de la primera República) desde entonces hasta el presente, mediados de 1824, Andrés Bello sigue en la capital británica sin saber qué hacer, en el sentido de asirse
a un futuro, y sin saber a dónde ir.
Londres, Agosto 14, 1824
Señor Don Pedro Gual
Amigo y señor:
Desde que nos vimos y hablamos la última vez en Caracas ¡qué multitud de sucesos
han pasado por uno y otro lado!
Aquella nuestra última conversación se me presenta ahora con la viveza que otras
escenas y ocurrencias de la edad más feliz de la vida; todas las cuales me hacen
echar de menos a cada paso, entre el fastidio de la vida monótona de Londres, aquel
cielo, aquellos campos, aquellos placeres, aquellos amigos; y repetir con el Dante:...
“Nessum Maggiore dolore, che ricordari del tempo felice nella miseria”. Bien es que
bajo otros aspectos no puedo quejarme de mi suerte. Hasta el presente he podido
vivir en Londres, si no con abundancia, en una moderada medianía, y aun he podido
152
Andrés Bello se lo llevó la revolución
levantar una familia, sin saber qué son deudas, empeños ni ahogos. He pasado una
vida laboriosa, pero en medio de mis afanes he tenido buenos amigos aun entre la
clase distinguida de este país.
Hasta el año 1822 me ocupe llevando la correspondencia de una casa de comercio,
y dando lecciones de español, latín y griego. En aquella fecha me propuso el señor
Irisarri que me hiciese cargo de la secretaria de la Legación Chilena, que admití con
condición de que por este servicio no se me considerase obligado a continuar para
siempre en el de Chile, y de que me seria libre en todo caso renunciar este empleo, y
solicitar otro bajo cualquiera de los nuevos gobiernos americanos. Continúo sirviendo dicha secretaría, y he tenido la fortuna de hallar en el señor Irisarri no sólo un jefe
de muchas luces y talento; sino un amigo indulgente y amabilísimo.
Pero mis gastos domésticos crecen. La idea de serme aquí imposible establecer mis
chicos, me aflige y desalienta, y las esperanzas de ascenso bajo un gobierno a quien
soy casi del todo desconocido, no son del todo lisonjeras. La idea de trasladarme
al polo Antártico y de abandonar para siempre mi patria me es insoportable. Por
otra parte los años pasan con la velocidad que acostumbran; y un hombre “cujus
octavum properavit aetas claudere lustrum”, no tiene tiempo que perder. En estas
circunstancias, amigo mío, la necesidad de formar un plan, que corresponda a mis
miras y que en lo posible no haga violencia a mis hábitos y a mis inclinaciones, unida
a la imposibilidad de realizar ninguno por mí mismo, me obliga a solicitar la ayuda
de mis compatriotas y amigos.
Usted, en el alto destino que ocupa puede hacer mucho por mí, y no puede faltarle
la inclinación a hacerlo, cuando al favorecer a un amigo le proporciona contribuir
a un acto de rigurosa justicia. El Gobierno de Colombia no puede abandonar a un
empleado del Gobierno de Venezuela, que como usted sabe vino a Londres con un
encargo oficial, y que por su conducta no ha desmerecido la protección de uno ni
otro. Si en 1810 se me consideraba útil, catorce años de residencia en Londres con
153
Carmen Brito Arocha
la aplicación que usted me conoce, no pueden haber disminuido mi aptitud para el
desempeño de algún cargo diplomático proporcionado a mi edad y al rango en que
empecé a servir.
El señor Hurtado, a quien he hecho presentes estas razones, me dice que las elevará
por esta ocasión a la consideración del Gobierno de Colombia, y que me propone
para secretario suyo, caso de no venir el caballero Pombo, cuya tardanza parece le
ha puesto en cuidado.
Sin embargo hallándose provisto este empleo, la esperanza que me inspira semejante
propuesta es demasiado remota. Usted que se halla en el centro del Gobierno y goza
tan dignamente de toda su confianza, puede hacer mucho más a favor mío. Contando
con esta buena disposición de su parte, y con el favorable concepto de cuantos me
conocen ahí, que no son pocos (y en cuyo número cuento, si no me engaño, al ilustre
Bolívar) me atrevo a dirigirle estos renglones y a esperar que no serán desatendidos.
El sueldo que gozo por el Gobierno de Chile es de Ps. 400. Un aumento de Ps. 100 a lo
menos, y la circunstancia de volver a mi patria con esperanzas de tal o cual ascenso,
me acomodarían infinito. Sí el Gobierno me creyese útil en otro ramo con un destino
y esperanzas proporcionadas, lo aceptaría también reconocido, con tal que fuesen en
un clima de los templados del interior, pues sé por experiencia que el calor de la costa
me destruye... 53
En la correspondencia del 14 de agosto: Bello invocaba como un acto
de “rigurosa justicia” el hecho de que se le ayudase en su retorno a la patria. El
Ministro Manuel José Hurtado lo recomienda para el cargo de Secretario de la
53
154
(Tenreiro, 1979, págs. 17 - 18).
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Legación de la Gran Colombia en Londres 54. Dos meses y medio después se le notifica el nombramiento de que ha sido objeto, es decir, tampoco en esta ocasión se
le facilita volver a Venezuela. El 7 de febrero (1825) asume el cargo en la Legación.
Una luz al final del túnel
Legación de Colombia cerca de S.M.B.
33 Portland Place Londres,
febrero 10, 1825
Al honorable Sr, Pedro Gual Secretario de Estado y de Relaciones Exteriores.
Suplico a Ud. se sirva elevar al Exmo. Sr. Vice - Presidente de la República el testimonio
de mi cordial gratitud por mi nombramiento a la Secretaría de esta legación colombiana.
En el desempeño de las funciones anejas a este importante encargo no perderé nunca
de vista mis deberes para con una patria, de cuyo servicio me apartaron circunstancias
imperiosas, y hasta hora irresistibles; pero que nunca he dejado de mirar como mía. El
deseo de corresponder al buen concepto y favorable recomendación de Ud. no será uno
de mis menores estímulos.
Dios guarde a Ud.
A. Bello.
54
Wadel, D.A.G. Las relaciones británicas con Venezuela, Nueva Granada y la Gran Colombia
1810-1829. En: (Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981).
155
Carmen Brito Arocha
Inglaterra reconoce a la Gran Colombia como república libre y soberana55
A la segunda… ¡la vencida!
El 18 de abril de 1825 se firma por parte de Bogotá el Tratado de
Amistad, Navegación y Comercio que se venía estudiando con Gran Bretaña. Meses después, específicamente el 11 de noviembre, don Manuel José Hurtado es
recibido en el Palacio Carlton por S. M. Jorge IV, en acto de Presentación de Credenciales. Oficialmente Hurtado pasa a ser Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Gran Colombia ante la Corte de Su Majestad Británica. Se hace
efectivo el reconocimiento de Colombia como república libre y soberana.
Al siguiente día, 12 de noviembre (1825) procede importante reunión
entre el Canciller inglés Mr. George Canning, el Ministro Hurtado y Mr. Planta,
ocasión propicia para hacer efectiva la presentación oficial de don Andrés Bello
como Secretario de la Legación de Colombia en Londres.
Para Andrés Bello, secretario de una nueva misión en la capital inglesa – trece años después de los traumáticos resultados de la primera -–es de reconocer que a la segunda fue la vencida
En cuanto a Mr. Wellesley, rememorando aquellos convulsionados
días de 1810, se caía de relamida habilidad diplomática el haber brindado cuando
menos asiento a los venezolanos en Aspley House, por si acaso llegase a triunfar la
revolución, y los hechos hoy conceden razón a la habilidad.
55
El 19 de junio de 1822, Estados Unidos reconoció la soberanía de la Gran Colombia.
Mediante el Tratado de Madrid, firmado el 30 de marzo de 1845, España reconoció a Venezuela como
República independiente.
156
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Si no es Caracas…
De doña Ana Antonia a su hijo Andrés (15 de mayo de 1825)
…En esta te contesto a la última que recibí que es de dieciocho de septiembre del año
pasado en donde me participas tu regreso a América, y en este particular te digo que
si no es Caracas para mi será lo mismo que ahora que no podre verte.
Me alegro mucho de tus segundas nupcias y te deseo mucha felicidad, y creo que lo
habrás hecho cristianamente. 56
... “si no es Caracas”… “te deseo mucha felicidad”. Es una despedida
desde el portal de su instinto de madre.
Repertorio Americano
Los fundadores de Biblioteca Americana, editores, periodistas, poetas, escritores y por encima de todo amigos, no se desalentaron frente a la desaparición de la revista el mismo año de 1823. De manera reflexiva tomaron el asunto,
conscientes del esfuerzo que requería empresa de tal naturaleza bajo condiciones
de poca bonanza. Lo importante es que no renunciaron a un nuevo intento. El nuevo proyecto ha sido estudiado bajo la mira de lo austero. Una publicación menos
costosa; en resumidas cuentas lo primordial para estos profesionales de las letras
es crear un medio que les permita comunicar el mensaje americanista. A ello se
suma el afanoso espíritu que anima el medio londinense, como incitando a crear, a
producir. Andrés Bello ha observado cierta ejemplaridad en la urbe inglesa:
56
(Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986)
157
Carmen Brito Arocha
Londres es no solamente la metrópoli del comercio; – dice – en ninguna parte del
globo son tan activas como en Gran Bretaña las causas que vivifican y fecundan el
espíritu humano; en ninguna parte es más audaz la investigación, más libre el vuelo
del ingenio, más profundas las especulaciones científicas, más animosas las tentativas de las artes.57
(De: Presentación de Repertorio Americano)
No son meros cumplidos. El primero de octubre, 1826, aparece Repertorio Americano. Andrés Bello y Juan García del Río, el mismo editor cartagenero, impenitente impulsor de proyectos, son redactores principales. José Fernández Madrid y José Joaquín de Olmedo integrarán junto con otros amigos la
plantilla de brillantes colaboradores.
En las páginas del Repertorio se da a conocer en su máximo esplendor la “Agricultura de la Zona Tórrida”. Lienzo americano infinito, entretejido,
pintado, vivificado por Andrés Bello:
“¡Salve, fecunda zona que al sol enamorado circunscribes!”. Acampesinadas, soleadas, surgen imágenes destinadas a la celebridad. Bello incluye en
el enjundioso contenido del Repertorio Americano algo que, es posible, le traiga
“aura de montaña”; ya que el material editable lo remonta a sus mocedades, cuando, allá en Caracas, incursionó por el Ávila junto a Humboldt y Bonpland, en la
ocasión en que estos estudiosos hombres andaban por el mundo tomando apuntes
destinados a la realización de lo que iba a convertirse en grandioso Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. De muchacho, Bello llegaría a verlos,
tal vez, anotando cosas, para lo que llegaría a ser el descubrimiento científico del
mundo americano, según apreciación de Arturo Uslar Pietri.
57
Rojas, Armando. El círculo diplomático latinoamericano en el tiempo de Bello en Londres. En:
(Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981)
158
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Ahora, mediante la lectura del Viaje, de Humboldt, lo mismo que a través de la “Agricultura de la Zona Tórrida”
se seguirán dando a conocer las bellezas y las posibilidades de
América. Lo que se llama miel sobre hojuelas.
Apuntes de Humboldt
Las cataratas del Paraná
El Paraná tiene sus fuentes en la sierra aurífera de los Goyaces, perteneciente al Brasil; y engrosado con los caudales de
gran número de ríos, algunos de ellos mayores que los más
grandes de Europa, forma el rio de La Plata, que está reputado como uno de los más grandes del mundo y arrastra quizá
tanta cantidad de aguas como todos los de Europa juntos.
Pero a pesar del gran caudal que arrastra no es navegable en
toda su longitud por las cataratas y arrecifes que interrumpen
su curso.
Una de estas cataratas está algo al norte del río Tiete o Añambi; pero es mucho más notable la que se llama Salto de Comendiyú, del nombre de un cacique que habitaba cerca de ella
al tiempo de la conquista.
Es cascada terrífica, y digna de ser descrita por los poetas.
Trátase del Paraná, de aquel río que más abajo toma el nombre de La Plata; de aquel río que en este lugar mismo lleva más
Alexander Von Humboldt
159
Carmen Brito Arocha
aguas que una multitud de los de Europa juntos, y que en el momento de precipitarse
tiene en su estado medio mucho fondo, y 2.100 toesas de ancho que hacen casi una
legua marina. Esta enorme anchura se reduce súbitamente a un solo canal, al que se
agolpa toda aquella masa de agua, precipitándose con furor espantoso. Parece que
el rio ensoberbecido con el volumen y la velocidad de sus aguas, hace estremecer la
tierra, y produce la mutación de su eje. No se despeñan sus aguas verticalmente sino
en un plano de cincuenta grados de inclinación sobre el horizonte, y cincuenta y dos
pies de altura perpendicular. El rocío que se levanta al estrellarse el agua contra las
paredes interiores de la roca, y contra los peñascos que encuentra en el canal del
precipicio, se alcanza a ver a distancia de muchas leguas en forma de columnas, y de
cerca presentan, heridas por los rayos del sol, multitud de iris de varios colores en
que se percibe un movimiento de trepidación. De estos vapores se alimenta una lluvia
que humedece eternamente los contornos; el estruendo se oye a seis leguas, y parece
que se ven temblar las rocas vecinas, que están erizadas de agudísimas puntas. 58
58
Isaza Calderón, Baltazar. La vocación americanista de Andrés Bello. En: (Bello y la América
Latina. Cuarto congreso del bicentenario. 1982. Tomo I capítulo IV).
160
Andrés Bello se lo llevó la revolución
De puño y letra
De Puño y letra, carta a Loynaz. Tomado de “Primer centenario de Bello” p.53-54)
161
Carmen Brito Arocha
Los sabios también emborronan y borran
Borrador de Andrés Bello mientras escribía sus célebres Silvas.
Tomado de Andrés Bello Bicentenario de
su nacimiento. (1982), Caracas. Edición
del Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura de la Organización de los Estados Americanos
162
Andrés Bello se lo llevó la revolución
De la célebre silva “La agricultura de la Zona Tórrida” de Andrés Bello
¡Salve, fecunda zona,
que al sol enamorado circunscribes
el vago curso, y cuanto ser se anima
en cada vario clima,
acariciada de su luz, concibes!
Tú tejes al verano su guirnalda
de granadas espigas; tú la uva
das a la hirviente cuba;
no de purpúrea fruta, o roja, o gualda,
a tus florestas bellas
falta matiz alguno; y bebe en ellas
aromas mil el viento;
y greyes van sin cuento
paciendo tu verdura, desde el llano
que tiene por lindero el horizonte,
hasta el erguido monte,
de inaccesible nieve siempre cano.
Tú das la caña hermosa,
de do la miel se acendra,
por quien desdeña el mundo los panales;
tú en urnas de coral cuajas la almendra,
que en la espumante jícara rebosa;
bulle carmín viviente en tus nopales,
que afrenta fuera al múrice de Tiro;
Zona Tórrida por Tito Salas
163
Carmen Brito Arocha
y de tu añil la tinta generosa
émula es de la lumbre del zafiro.
El vino es tuyo, que la herida agave
para los hijos vierte
del Anahuac feliz; y la hoja es tuya,
que, cuando de suave
humo en espiras vagorosas huya,
solazará el fastidio al ocio inerte.
Tú vistes de jazmines el arbusto sabeo,
y el perfume le das, que en los festines
la fiebre insana templará a Lieo.
Para tus hijos la procera palma
su vario feudo cría,
y el ananás sazona su ambrosía;
su blanco pan la yuca;
sus rubias pomas la patata educa;
y el algodón despliega el aura leve
las rosas de oro y el vellón de nieve
Tendida para ti la fresca parcha
en enramadas de verdor lozano,
cuelga de sus sarmientos trepadores
nectarios globos y franjadas flores;
y para ti el maíz, jefe altanero,
de la espigada tribu, hincha su grano;
y para tí el banano
desmaya al peso de su dulce carga;
el banano, primero
164
Andrés Bello se lo llevó la revolución
de cuantos concedió bellos presentes.
Providencia a las gentes
del ecuador feliz con mano larga.
No ya de humanas artes obligado
el premio rinde opimo;
no es a la podadera, no al arado
deudor de su racimo;
escasa industria bástale, cual puede
hurtar a sus fatigas mano esclava;
crece veloz, y cuando exhausto acaba,
adulta prole en torno le sucede(…)
(…)¿Amais la libertad? El campo habita,
no allá donde el magnate
entre armados satélites se mueve,
y de la moda, universal señora,
va la razón al triunfal carro atada,
y a la fortuna la insensata plebe,
y el noble al aura popular adora.
¿O la virtud amáis? ¡Ah, que el retiro,
la solitaria calma
en que, juez de sí misma, pasa el alma
a las acciones muestra,
es de la vida la mejor maestra!
¿Buscáis durables goces,
felicidad, cuanta es al hombre dada
y a su terreno asiento, en que vecina
165
Carmen Brito Arocha
está la risa al llanto, y siempre ¡ah! siempre
donde halaga la flor, punza la espina?
Id a gozar la suerte campesina;
la regalada paz, que ni rencores
al labrador, ni envidias acibaran;
la cama que mullida le preparan
el contento, el trabajo, el aire puro;
y el sabor de los fáciles manjares,
que dispendiosa gula no le aceda;
y el asilo seguro
de sus patrios hogares
que a la salud y al regocijo hospeda.
El aura respirad de la montaña,
que vuelve al cuerpo laso
el perdido vigor, que a la enojosa
vejez retarda el paso,
y el rostro a la beldad tiñe de rosa
(…)
Abrigo den los valles
a la sedienta caña;
la manzana y la pera
en la fresca montaña
el cielo olviden de su madre España;
adorne la ladera
el cafetal; ampare
a la tierna teobroma en la ribera
la sombra maternal de su bucare;
166
Andrés Bello se lo llevó la revolución
aquí el vergel, allá la huerta ría…
¿Es ciego error de ilusa fantasía?
(…)
¡Oh jóvenes naciones, que ceñida
alzáis sobre el atónito occidente
de tempranos laureles la cabeza!
honrad el campo, honrad la simple vida
del labrador y su frugal llaneza.
Así tendrán en vos perpetuamente
la libertad morada,
y freno la ambición, y la ley templo.
Las gentes a la senda
de la inmortalidad, ardua y fragosa,
se animarán, citando vuestro ejemplo.
Lo emulará celosa
vuestra posteridad; y nuevos nombres
añadiendo la fama
a los que ahora aclama,
“hijos son éstos, hijos
(pregonará a los hombres)
de los que vencedores superaron
de los Andes la cima;
de los de Boyacá, los que en la arena
de Maipo, y en Junín, y en la campaña
gloriosa de Apurima,
postrar supieron al león de España.
167
Carmen Brito Arocha
Postrar supieron al león de españa
Esta vez han sido hermanos de la patria soberana quienes vencieron al “monarca
de las fieras”. Estamos, pues, en presencia de una respuesta nueva también: en lugar de la advertencia altiva al adversario suscitada tras la Batalla de Bailen, de lo
profundo arranca hoy sin rencor el llamado a rendir honor a quien honor merece.
Los héroes compatriotas son sus hermanos del alma y celébrales la gesta victoriosa, sin menoscabo de que el poeta permanezca unido al cordón umbilical de
la Madre Patria a través de esa devoción que en Bello es casi religión: su amor al
idioma de Castilla. Cuando cantó a la victoria de Bailen y cuando canta a la Zona
Tórrida bendice el idioma de Castilla, no sólo porque le permite enaltecer hazañas
y exultar frutos y exteriorizar la propia brillantez cual polen lanzado sobre surcos,
sino porque, después de todo es su instrumento de trabajo, instrumento al cual ha
venido manejando limpiamente en sus distintas formas, como si se tratara de una
empresa levantada a pulso. Empresa que habrá de tener mucho que ver con la tarea
de unificación de los pueblos independizados. Será precisamente el idioma castellano el enlace expedito para la integración.
En la zona tórrida tanto como en el espíritu creador de Andrés Bello
hay frutos aun para saciar el mundo. Más, nunca falta la cruda realidad. ¡Cuántas
veces habrá ansiado Bello, haciéndosele agua la boca por un racimo de cotoperí;
manosear unos mangos pintones verdi-rojos, cuánto lo habrá ansiado; cuánto habrá
suspirado por un meloso gajo de caña de aquellos de los Valles de Aragua!
Desde 1810, año en que partió a cumplir la famosa Misión de todos
conocida, a 1826, al menos le correspondería ya en buena lid el título de Prócer
Civil de la Independencia, tras haber experimentado Bello en pleno ejercicio de
funciones el más crudo revés... ¡quedando a la deriva! Tras haber experimentado
168
Andrés Bello se lo llevó la revolución
durante años la paradoja de vivir cada día el aumento de la escasez; tras haber
testimoniado, de puño y letra, hasta la humillación ansias y penurias; tras haber
acabado sintiéndose acorralado por la fijación agobiante de verse mudado en el
Antártico; tras optar por jugarse la última carta al dirigirse ¡por fin!...al Libertador:
(Segmento)
En todas mis anteriores me he abstenido de hablar a V.E. de cosas personales. Pero
mi situación es tal, que no puedo diferirlo más tiempo. Mi destino presente no me
proporciona sino lo muy preciso para mi subsistencia y la de mi familia, que es algo
ya crecida. Carezco de los medios necesarios, aun para dar una educación decente a
mis hijos; mi constitución, por otra parte, se debilita; me lleno de arrugas y canas; y
veo delante de mí, no digo la pobreza, que ni a mí, ni a mi familia espantaría, pues ya
estamos hechos a tolerarla, sino la mendicidad.
Dígnese Vuestra Excelencia interponer su poderoso influjo a favor de un honrado y
fiel servidor de la causa de América, para que se me conceda algo de más importancia en mi carrera actual.
(Londres, 21 de diciembre de 1826).59
Andrés bello y su nuevo nombramiento
Don Manuel José Hurtado, Ministro Plenipotenciario de Colombia cerca de su Majestad Británica desde 1825, es llamado a su país. De manera que cesa en el ejercicio de su cargo. Don Andrés Bello, quien viene desempeñándose desde el mismo
59
Briceño Iragorry, Mariano. La ausencia de Bello. Tomado de: (Grases, 1981, pág. 313).
169
Carmen Brito Arocha
año como Secretario de la Legación de Colombia pasa a ser Ministro Encargado
de Negocios en la capital inglesa. Vería Bello en la nueva situación un cambio favorable para él en las relaciones laborales. En los últimos tiempos no gozó de buen
trato, precisamente, por parte de su superior inmediato, el ministro Hurtado.
El 7 de febrero (1827). Mediante comunicación oficial dirigida a
Bogotá, Bello notifica al ciudadano Ministro Secretario de Estado y de Relaciones
Exteriores de Colombia, la aceptación del cargo. De otra parte recibe información
de que el diplomático y poeta cartagenero José Fernández Madrid dejará su cargo
de Agente Confidencial de Colombia en Francia y se trasladará a Londres. En las
más corteses palabras Bello se apresura a darle la bienvenida.
Después de felicitarme por el honor que me prometo de conocer a una persona de
cuyo talento he sido, tiempo ha, admirador, y de servir a sus órdenes (si el gobierno
lo ha dispuesto así), le ruego que si la próxima traslación de usted a Londres exigiere
tomar de antemano algunas disposiciones en esta capital, me emplee para cuanto se
ofrezca y pueda yo ser útil, seguro de la buena voluntad con que me empeñaré en
cumplir sus deseos.
Hay momentos... cuya magia más ruidosa es el silencio
Menos de dos meses lleva ocupando Bello el cargo de Ministro Encargado de
Negocios cuando le llega correspondencia desde París. Le escribe José Fernández
Madrid. Algunos de los amables párrafos a continuación:
He recibido la apreciable carta que usted ha tenido la bondad de escribirme, y por
la que doy a usted las más sinceras gracias, si llegase el caso de que yo tuviese que
establecerme en esa me valdría de los generosos ofrecimientos de usted.
170
Andrés Bello se lo llevó la revolución
En cartas de Bogotá y Cartagena, de 21 de noviembre, y 10 de
diciembre se me comunica la noticia, tan inesperada para mí,
de haber sido nombrado para esa legación, pero hasta ahora
nada sé oficialmente. Acaso nuestro Gobierno lo ha meditado
mejor, y mudado de resolución.
En Londres existe una persona mucho más digna que yo para
desempeñar el Destino de Ministro de Colombia y esa persona
es usted.
1827 - El Libertador en Caracas
En el primer trimestre de 1827 el Libertador llega a Caracas. Salió
en volandas de Lima el 23 de septiembre del pasado año, cumpliendo agotador periplo: Quito, Pasto, Popayán, Bogotá, Venezuela.
En Bogotá cumpliría parte de su urgente misión:
entrevista con el vicepresidente Santander.
Ha surgido grave desavenencia entre el Vicepresidente Francisco de Paula Santander y el Comandante de Venezuela José Antonio Páez. En Venezuela el asunto ha trascendido
con nombre propio inclusive: “La Cosiata”– Lo más peliagudo
de la novedad es el trasfondo de una posible separación de la
Gran Colombia. Perspectiva que golpeará brutalmente el ánimo
del Libertador. Tanto que, desde la ciudad de Coro, en pleno 24
de diciembre, escribió al general Rafael Urdaneta:
Retrato “Con la mayor exactitud y semejanza”, en opinión
de Bolívar. De Gil de Castro
171
Carmen Brito Arocha
Yo sigo esta tarde para Puerto Cabello, por tierra, y a pasar muy malos caminos y
más muerto que vivo de fatiga y de calor; pero si llego y termino la guerra civil mejor
no puedo salir de este mundo.
En Puerto Cabello Bolívar sostuvo una entrevista con el general Páez,
quien fuera destituido por el gobierno central de Bogotá. El Libertador lo restituye
en el cargo. Es más, decretó amnistía general el primero de enero. En consecuencia
“La Cosiata” 60 es sofocada por los momentos.
60
La Cosiata. Después de la Batalla de Carabobo, 1821, Bolívar iba a concentrar sus operaciones
militares en el sur de Colombia y Perú. El Vicepresidente de la Gran Colombia, general Francisco de Paula
Santander asumiría el frente de las actividades en ausencia del Libertador. Para 1825 se esperaba una
invasión de España a las regiones liberadas. El Vicepresidente Santander ordenó al Comandante militar
del Departamento de Venezuela, general José Antonio Páez, llamar a una recluta forzosa para en caso
de una invasión. El general Páez se negó a aceptar la orden del gobierno central, considerando injusta la
medida en contra de unas reservas exhaustas, a consecuencia de tantos años de confrontación durante
la guerra independentista. No obstante acabó llamando a la recluta. En esta ocasión el intendente general
Juan de Escalona protestó, juzgando como una extralimitación de funciones del general Páez y lo acusó
ante el Senado de Bogotá. Páez fue destituido. No faltó quien lo alentara a ver en tal acción un irrespeto a
la figura del héroe independentista que representaba su persona y que por tanto no debería presentarse
en Bogotá, siendo que, por otra parte correría el riesgo de ser detenido. Lo apoyaba el doctor Miguel Peña.
Sustentaba Peña sus afirmaciones en propias experiencias. Siendo Presidente de la Corte Suprema de
Bogotá se le destituyó al negarse firmar la medida de pena de muerte contra el coronel venezolano
Leonardo Infante implicado en un asesinato. (Masur, Gerhard: Simón Bolívar, (1987). Caracas. pág. 501.
cita a Ibáñez, P. M.: El coronel Leonardo Infante B. de H. Bogotá. Vol. III Número 26. y a O’Leary: Memorias,
Vol. III p. 593). Se pronunciaba Peña por la cárcel perpetua, en lugar de la pena capital. En virtud de tales
hechos Peña vióse obligado a huir hacia Venezuela. Residenciado en Valencia, su lugar de origen, no
dudó en apoyar a Páez al conocer la situación en que se encontraba el héroe llanero. El Ayuntamiento de
Valencia, se pronunció, votando a favor de que el general Páez asumiera poderes civiles y militares. En
la Asamblea empezó a tratarse el tema de la separación de Venezuela de la Gran Colombia Así nació La
Cosiata, o cosa tenida por muy pequeña.
172
Andrés Bello se lo llevó la revolución
El 6 de enero Bolívar y Páez llegan a Caracas. Gozan de grandioso
recibimiento, en honor especialmente al “hijo ilustre de la ciudad”.
Sin pérdida de tiempo el Libertador se entregó en días sucesivos a
trabajar de manera exhaustiva, abordando cuestiones de la administración pública.
Proyecto que absorbe su atención con grande entrega es el de la reforma a implementarse en la Universidad.
El 10 de enero manifiesta: “Yo estoy dispuesto a emplear todo el
poder que me está confiado para hacer que este cuerpo (La Universidad Central de
Venezuela) ocupe un lugar distinguido entre las universidades del mundo.” 61
61
Andrés Bello y la Universidad de Caracas: Las aulas estaban reservadas para los estudiantes
de tez blanca y con recursos económicos suficientes para poder sufragar el alto costo de los estudios
académicos. Había, pues, una barrera étnica, y una barrera económica que operaba como un filtro y que
convertía a la Universidad en una institución elitista al servicio de los grupos más influyentes de la sociedad.
Hubo que esperar hasta 1827 para modelar una universidad distinta, abierta a todas las corrientes del
pensamiento, con plena libertad de cátedras, al servicio de todos los sectores sociales, sin tomar en cuenta
el color dé la piel ni las creencias religiosas.
Leal, Ildelfonso. En: Bello y Caracas Primer Congreso Bicentenario. (1979).
173
Carmen Brito Arocha
A ciento seis años de fundada, entonces, dicha casa de estudios, el
doctor José María Vargas 62 al lado de notables profesionales compartirán responsabilidades junto al Libertador en la reforma universitaria.
62
Podría resultar interesante saber que el 3 de octubre de 1839 el doctor José María Vargas
se dirigió al Secretarlo de Estado en el despacho de Hacienda y Relaciones Exteriores, en Caracas,
presentándole el informe que se le hubo solicitado sobre una sustancia mineral de color negro, brillante,
hallado en el sitio de Pedernales, en el Bajo Orinoco, sustancia de la cual se le envió la muestra a objeto
de que fuese analizada. “Esta sustancia mineral – contestaba Vargas –es el asfalto o betún de Judea, de
los antiguos, llamado también pez mineral. Su bello color negro de terciopelo, su brillo, su fragilidad junto
con su consistencia más o menos blanda, según el calor a que está expuesta, su combustión con buena
llama dejando poco residuo, su olor y demás modos muestran su buena calidad sí hemos de juzgar por la
muestra presentada”. (Continuando con la exposición del largo y minucioso informe sugiere que deberían
proseguirse investigaciones sobre tan importante asunto o hallazgo). “Convendría mucho excitar al señor
Gobernador de Guayana, que ha tomado tan ilustrado interés en averiguar las calidades del mineral y
dar sus noticias al Supremo Gobierno, a que continuase sus investigaciones”. Agrega el doctor Vargas:
“Es de advertir que el petróleo, malta o aceite mineral espeso y negruzco, que destilado también de la
nafta o aceite transparente y de color a vino, que a veces parece nativo, en las orillas del mar Caspio y
otros lugares, se halla también en territorio venezolano. Tengo una botella de eso, petróleo sacado en la
Provincia de Trujillo. Tenemos, pues, el verdadero disolvente del asfalto para formar el barniz negro”.
“Es mi convicción que el hallazgo de las minas de carbón mineral, y de asfalto en Venezuela, es, según sus
circunstancias actuales, más precioso y digno de felicitación para los venezolanos y su liberal Gobierno
que el de las de plata u oro”.
(Ref.: Mi Periódico -Edición febrero-marzo 1978 - Fuente: Salas, Guillermo José. Petróleo). Tener en
su poder una botella de petróleo llenaba el ego del sabio. Bien lejos estaba de imaginar a Venezuela
montada sobre millones y trillones de barriles del aterciopelado “pez mineral” o petróleo. Ni él ni nadie en
el mundo podría suponerlo.
Nació el doctor José María Vargas en La Guaira el 10 de marzo de 1786. Se graduó de médico a los
veintidós en la Universidad de Caracas. Fue Rector de dicha casa de estudios nombrado por el Libertador
en 1827 y Presidente de la República de Venezuela en 1835. Murió en la ciudad de New York el 13 de
julio de 1854.
174
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Andrés Bello presenta quejas al Libertador por desaire recibido
de parte del gobierno grancolombiano
General Bolívar;
Agrego estos pocos renglones que no sé si alcanzarán al correo de Barlovento para
anunciar a Vuestra Excelencia que el señor Madrid llegará a Londres (según noticias
que acabo de recibir) dentro de muy pocos días, o tal vez horas.
En la orden del gobierno relativa al nombramiento de este digno individuo, se previene que vuelva yo, en clase de Secretario de Legación, a gozar el sueldo que tenía
antes de confiarme el encargo de negocios.
Yo creo que en el cúmulo de atenciones que rodeaban al Ejecutivo, no se hizo reparo
en la ilegalidad de esta disposición. La ley de la materia previene que el secretario
goce la tercera parte del sueldo del ministro, y aumentado éste a doce mil pesos (que
no es un exceso sino lo necesario para vivir con una moderada decencia en el rango
correspondiente), parecía natural consecuencia concederme el beneficio de seiscientos sesenta y seis pesos más al año.
Me es sensible la disposición citada, no por el perjuicio pecuniario que me irroga
(aunque en mis circunstancias, grave), sino por la especie de desaire que lo acompaña.
Vuestra Excelencia me conoce, y sabe que un sórdido interés no ha sido nunca móvil
de mis operaciones. Si yo hubiera jamás puesto en la balanza mis deberes con esa
especie de consideraciones, estuviera hoy nadando en dinero como lo están muchos
de los que han tenido acceso a la Legación de Colombia. Desde más de seis años a
esta parte, no me hallaría reducido a mi sueldo para alimentar mi familia. Estoy ya
a las puertas de la vejez, y no veo otra perspectiva que la de legar a mis hijos por
herencia la mendicidad.
175
Carmen Brito Arocha
Si Vuestra Excelencia cree que está en el orden de la justicia interponer su alto influjo para que se me conceda la asignación que previene la ley, estoy seguro de que lo
hará; y aun me lisonjeo de que me tendrá presente para nombrarme, o recomendarme a otra Legación con un carácter superior al que ahora tengo, seguro de que en
todas partes, y en todas ocasiones, consagraré mis débiles fuerzas al servicio de la
República y de Vuestra Excelencia, y a lo menos, mi celo suplirá por las cualidades
que me falten. 63
A mediados de año (1827), concretamente el 16 de junio, el Libertador procede a
contestar la correspondencia del Secretario de la Legación de Colombia en Londres,
don Andrés Bello.
A mediados de año (1827), concretamente el 16 de junio, el Libertador procede a contestar la correspondencia del Secretario de la Legación de Colombia en Londres, don Andrés Bello.
En el renglón inmediato se lee:
Mi querido amigo, he tenido el gusto de recibir las cartas de usted del 21 de abril, y
la verdad, siento infinito la situación en que se halla colocado usted con respecto a
su destino y renta. Yo no estoy encargado de las relaciones exteriores, pues que el
general Santander es el que ejerce el poder ejecutivo. Desde luego, yo le recomendaría el reclamo de usted pero mi influjo para con él es muy débil y nada obtendría. Sin
embargo le he dicho a Revenga que escriba al Secretario del Exterior interesándose
en favor de usted. 64
63
(Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, págs. 64 - 65)
64
Verna Pal, Bello y las minas del Libertador. En: (Bello y Londres: segundo congreso del
bicentenario, 1980 - 1981, pág. 477).
176
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Paréntesis
¿Dónde se encontraría Andrés Bello en el momento de leer la contestación de Bolívar? ¿Dónde abandonaría su cuerpo, en algún mueble, o lo echaría contra una
pared? (palabras amigas del juego de ideas).
O, de las verdades increíbles: ¿A qué más alta autoridad, sino al Libertador habría de pedirle ayuda? Compañeros desde niños, compañeros, sobre
todo en aquella misión que lo aventó a él, a Andrés Bello en persona y sin figura
retórica, mar adentro, al parecer en viaje sin retorno… ¿Que Bolívar tampoco pueda ayudarlo?
Es posible que los hechos hubiesen tomado otro giro, que no el de un
grande y justo malestar de Bello, lo cual es lógico suponer si, oportunamente se le
hubiera puesto al tanto de modo más respetuoso del reajuste financiero o forzosas
medidas tomadas conforme determinada crisis que pudiese hacer vulnerable la
República. “Llega un momento en que se trata de economizar por todas partes con
un rigor que lleva a reducir a Bello el escaso sueldo que se le había asignado” 65
A propósito del nombramiento de Fernández Madrid ha expuesto
José M. de Mier:
Sabemos que el Libertador nombró a José Fernández Madrid en la Legación en Londres mediante un decreto que firmó el 23 de noviembre de 1826, que en el segundo
párrafo del artículo de la parte resolutiva dice: “Tampoco influirá aquella asignación
(la de 12.000 pesos de sueldo anual del señor Madrid) en la que, sin el aumento de
sueldo, tendría para gastos de vuelta, ni en lo que haya de tener el secretario de la
65
Polanco Alcántara, Tomás. La actividad diplomática de Andrés Bello en Londres. 1825-1829. En:
(Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981, pág. 508).
177
Carmen Brito Arocha
Legación (Señor Andrés Bello) que continuará lo mismo que hasta aquí (44.5)”. En
esta disposición el General Bolívar violaba el citado decreto del Congreso Nacional
sobre sueldos a servidores en el exterior.66
Algo muy interesante, que no coincide, surge entre el 23 de noviembre de 1826 (decreto de la designación de Fernández Madrid, firmado por el Libertador), y la carta de Bello del 21 de diciembre:
Encontramos que, el 24 de diciembre (tres días después de fechada la
carta de Bello en Londres), Bolívar dirige un mensaje desde la ciudad de Coro al
general Rafael Urdaneta. Luego no pudo haber leído Bolívar la carta de Bello del
21 de diciembre.
La pregunta es; de haber leído Bolívar el patético mensaje de Bello
¿hubiera procedido de la misma manera, indiferente desde todo punto de vista a la
situación que tan seriamente afectaba al amigo y compatriota ausente?
En la contestación que envía a don Andrés Bello desde Caracas, a
mediados de 1827, señala: he tenido el gusto de recibir las cartas de usted del 21
de abril.
De su parte Bello advierte en su correspondencia del mismo mes: (...)
“agrego estos pocos renglones que no sé si alcanzarán al correo de Barlovento.”
No se hace mención de mensajes fechados el año anterior.
66
178
Mier, José M. de. Andrés Bello en la Legación de Colombia en Londres 1825-1829.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Se queja también don Simón Rodríguez
El 5 de julio de 1827: partirá de nuevo el Libertador hacia Bogotá.
Desde el pasado año un importante personaje ha
venido procurando comunicarse con el general Bolívar. Se trata
de don Simón Rodríguez.
Don Simón Rodríguez escribe al Libertador, desde Oruro, Bolivia, 30 de septiembre de 1828.
(Párrafos):
No sé lo que deberé de aquí a la respuesta de usted, ni lo que
me costará el viaje por mar y tierra. Si usted me envía con qué
pagar y viajar me iré, si no, me pondrán preso, me soltarán
para que trabaje y pague, y la suerte hará el resto.
En buenos trapos me veo por meterme a defender al público
sin armas.
A su regreso de Europa el maestro Simón Rodríguez fue designado por el Libertador Director de Educación
y Director General de Minas y Agricultura en Bolivia, consta en Acta de la Asamblea de Diputación Permanente del 19
de diciembre de 1825, de la entonces recién creada República.
Posteriormente se vería el maestro sumido en difícil situación
relativa a sus ocupaciones oficiales, lo cual iría degenerando
en verdadero caos en su día a día. Lamenta ver desplomarse
su muy preciado Proyecto de Educación, la implantación de
Simón Rodríguez. Dibujo
Eliseo Morales
179
Carmen Brito Arocha
las Escuelas Técnicas. El plan de estudios mereció apoyo irrestricto por parte del
Libertador, mas todo se vino abajo en cuanto Bolívar se ausentó de Bolivia. El
Presidente de la República, Antonio José de Sucre, y el Director de Educación don
Simón Rodríguez no lograron limar asperezas, frecuentes en empresas de complejo
desarrollo. Factores de poder, además, fueron contrarios al proyecto ‘Rodriguista’.
Con una gota de humor, bebiendo en su copa de amargura, Don Simón Rodríguez escribió aquel llamado Memorial de Oruro 67 , 30 de septiembre.
Mientras, allende los mares don Andrés Bello se debate entre sinsabores, golpeado por lo que juzga desaires e injusticias en contra de su persona. Ojalá pudiese servirle de consuelo lo que en hora menguada está pasando “por acá”. No
están en un “lecho de rosas” querido don Andrés…
67
Don Simón Rodríguez no volvería a encontrarse nunca más con el Libertador. No existe evidencia
hasta el presente de conversaciones o de fluida correspondencia entre ambos personajes desde que se
separaran en Bolivia en 1826. Ni siquiera O’Leary dejó testimonio sobre algún posible reencuentro. La
falta de comunicación entre “los dos Simones”, como solía mencionárseles, no mermó en el maestro los
afectos hacia su discípulo y amigo. Cuando más recios se pronunciaban los ataques antibolivarianos, don
Simón Rodríguez escribió la defensa de Bolívar: El Libertador del Mediodía de América y sus Compañeros
de Armas Defendidos por un Amigo de la Causa Social. A comienzos de 1854 el maestro llegó enfermo a
Amotape, Perú, con su compañero de viaje, el joven Camilo Gómez, amigo de Cocho, hijo de don Simón.
Habían permanecido días en una barcaza azotados por un temporal. Entonces enfermó el maestro.
Andaba el ilustre anciano todavía ganándose la vida, unas veces de maestro, otras, desempeñando rudos
oficios. Por disposición de la autoridad eclesiástica del lugar don Simón fue condenado al aislamiento,
considerándosele “hereje”: declaraciones formuladas por Camilo Gómez en 1898 al periódico El Grito del
Pueblo de Guayaquil. El cura—dijo Camilo Gómez— al final prestó los auxilios religiosos al moribundo.
Sólo Camilo Gómez permaneció hasta los últimos momentos al lado de don Simón Rodríguez, el Maestro
del Libertador.
Don Simón Rodríguez murió el 28 de febrero de 1854, a la edad de ochenta y cinco años. Había nacido
en Caracas el 28 de octubre de 1769. Conforme a la Partida de Bautismo correspondiente al niño Simón
Narciso: hallada en la Parroquia Candelaria por la Fundación John Boulton.
El 22 de julio de 1953, el historiador venezolano J. A. Cova presentó ante el Senado de la República un
Proyecto de Acuerdo, pidiendo se otorgasen los honores del Panteón Nacional a don Simón Rodríguez,
maestro venezolano, proyecto acordado en 1954.
180
Andrés Bello se lo llevó la revolución
1828
18 de abril. Atentado en Bolivia al Presidente de la República Antonio José
de Sucre
25 de septiembre. Atentado en Bogotá al Libertador Simón Bolívar
…Por lo visto y por los hechos, sí era débil el “influjo” de Bolívar
sobre Santander, tal cual comunicó Bolívar a Bello en su contestación de junio del
año pasado (La idea del magnicidio vendría calentando cabezas hace tiempo)...
¡quién sabe! Habrá fusilamientos. Habrá ahorcamientos. Habrá conmutación de
pena de muerte por el destierro (a Santander). El asunto no es una perita en dulce.
José Fernández Madrid y Andrés Bello firman negociación de las minas
de Aroa del Libertador. Las condiciones de compra-venta le son comunicadas sin pérdida de tiempo
Londres, 3 de julio de 1828
Exmo. Señor.
Tenemos la honra de acompañar a VE. copia del contrato que hemos celebrado de la
propiedad de VE.
Los términos son & 38.000, pagaderos del modo siguiente: los 20.000 a la presentación de los títulos; 15.000 seis meses después y el resto al cabo de otro igual. Se
propuso por los compradores que el pago del arrendamiento de la Asociación de
Bolívar se hiciera a ellos desde el día en que entregasen la primera de las anteriores
partidas: pero después de una larga discusión convinieron en que esto se verificase a
181
Carmen Brito Arocha
los seis meses de dicha entrega; lo que nos parece que mejora considerablemente las
condiciones del contrato con respecto a V. E.
Antes de firmarlo creímos de nuestro deber consultarlo con un abogado de crédito
para satisfacernos de su legalidad y valor en ese país, y después de algunas observaciones ligeras, quedó en la forma en que la transmitimos a V.E
Queda a nuestra elección ajustar un nuevo tratado para la transmisión de la propiedad a los verdaderos compradores que son los mismos Jones y Dickenson por una
parte considerable y otras cinco o seis personas por el resto, entre ellas y la de la más
alta respetabilidad comercial, que es Mr. Grenfell.
Si este nuevo contrato ofrece una verdadera garantía del cumplimiento del primero,
lo celebraremos; pero si hayamos que disminuye o traspase a otros la responsabilidad de los primeros contratantes preferimos probablemente que queden las cosas en
su estado actual, porque nos parece más ventajoso para V.E. tener que entenderse
con estos Señores, que no con una asociación de siete a ocho personas, la mayor
parte de las cuales son de un crédito inferior al de Dickenson.
Tenemos la honra de repetirnos de V. E. humildes y obedientes servidores.
Fernández Madrid y Andrés Bello. 68
Mediaron múltiples gestiones para avanzar en la venta de las minas
La realización de este negocio ha venido convirtiéndose en propósito obsesivo para
el Libertador, insistiendo en que no cuenta con otro bien capaz de asegurarle estabilidad económica a la hora de dejar el mando. No cuenta con “nada...nada...nada más”.
El caso es que la Jones y Dickenson, firma inglesa, cierra la negociación. No obstante de nuevo surge una serie de contratiempos que impide a Bolívar
68
182
Archivo del Libertador. Casa Natal. Vol. 107, Tomo 7, folio 154.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
finiquitar con total celeridad el negocio. Y, aun cuando ya lo que había de hacerse
por parte de Fernández Madrid y de Bello ha quedado cubierto en gran proporción,
persisten dificultades relacionadas con la entrega de documentos, cuales correspondería a Bolívar remitir desde Caracas. Entre una dificultad y otra las minas están
minando de impaciencia al Libertador. Una de las tales dificultades está presente
en la persona de José Felipe Lazo, a quien Bolívar se vio en trance de abofetear. 69
Ahora, sea cual fuere en lo adelante el resultado del asunto: Andrés
Bello cree haber dado su aporte en la medida de sus posibilidades, lo cual le complace ya que ha entrado en conversaciones para trasladarse a Chile y existen posibilidades muy buenas al respecto. Por tanto ha puesto empeño en dejar adelantadas
las diligencias sobre la venta de las minas de cobre de Aroa.
Andrés Bello envía a Caracas colección libros clásicos de Francisco
de Miranda
No partiría Andrés Bello hacia Chile sin llevar a cabo otra misión no menos importante que la efectuada sobre la negociación de las minas de Aroa del Libertador.
Ahora se trata de la colección de libros clásicos del general Francisco de Miranda 70,
donada en testamento – 1ro de agosto de 1805 – a la Universidad de Caracas.
69
Verna, Paúl. Bello y las minas del Libertador. Andrés Bello corredor de minas y bienes raíces en
Londres. Fundación Casa de Bello. pág. 476
70
A la Universidad de Caracas se enviarán a mi nombre los libros Clásicos Griegos de mi biblioteca,
en señal de agradecimiento y respeto por los sabios principios de literatura y de moral cristiana con que
alimentaron mi juventud; con cuyos sólidos fundamentos he podido superar felizmente los graves riesgos
y peligros en que la suerte ha querido colocarme. En: Leal, Ildefonso. (1980) Ha muerto el Libertador.
Homenaje de la Universidad Central de Venezuela en el sesquicentenario de su muerte, pág. 26.
183
Carmen Brito Arocha
El 5 de julio de 1828, dos días después de haber
escrito a Bolívar acerca de la venta de las minas, Andrés Bello
firma el documento cuyo envío partirá de Inglaterra rumbo a
Venezuela junto con la preciada herencia del Precursor de la
Independencia a sus conciudadanos.
“Miranda, Bolívar y Bello. La potencia precursora, la potencia libertadora, la potencia civilizadora” 71. A través de sus nombres están cerrando capítulo de cuando –en una
u otra forma– hicieran vida en Londres.
Un cambio extraordinario
Simón Don Mariano
de Egaña
Podría producirse de un momento a otro en la vida de Andrés
Bello. El medio diplomático en que se ha venido desenvolviendo entre interrupciones y continuaciones le ha permitido
darse a conocer y lo que es más importante, hacerse estimar
por personajes de distintas ejecutorias e influyentes en sus respectivos escenarios.
Es el caso, por ejemplo, de don Mariano de Egaña; representante en los últimos tiempos, del gobierno de Chile en la Corte británica. Mariano de Egaña, luego de alternar
durante algún tiempo con don Andrés, compartiendo gajes del
oficio, unos buenos otros no tanto, acabó por apreciar en el ca71
Orrego Vicuña, escritor chileno, ha señalado a los tres caraqueños:
“Miranda, Bolívar y Bello: La potencia precursora, la potencia libertadora y la
potencia civilizadora”.
184
Andrés Bello se lo llevó la revolución
raqueño un contexto de admirable condición humana y de envidiable cultura. Por
tanto no vaciló en gestionarle un posible traslado a Chile, en cuanto se enteró de
que don Andrés Bello, Secretario de la Legación de Gran Colombia en Londres se
mostraba decidido a establecerse en la nación sureña en caso de darse una plaza
vacante. En comunicación oficial a la Cancillería de su país, en noviembre de 1827
don Mariano de Egaña expresa:
¡Este es el hombre!
“En ninguna circunstancia habría omitido dar a Usía cuenta de la
oportunidad que hoy se ofrece a Chile de hacer una adquisición importante en la
persona de un excelente empleado”.
Es obvio el marcado interés del alto funcionario en su papel de buen
negociador alrededor de un proyecto que redundaría en beneficio de su país. Egaña
agrega comentarios buenos de no perderlos de vista, porque en ellos se está jugando el futuro de Andrés Bello:
Usía me permitirá aquí una observación: tal es la necesidad en que se halla el gobierno de atraer a las oficinas de su inmediato despacho a personas que tengan conocimientos prácticos del modo con que giran los negocios en las grandes naciones
de Europa, precedido, por tantos años, en el manejo de la administración pública.
Esa experiencia, que no es posible adquirir sin haber residido durante algunos años
en Europa en continua observación y estudio, y con regulares conocimientos anticipados, nos sería muy provechosa para expedir con decoro y acierto los negocios, y
aparecer con dignidad a los ojos de las naciones en nuestras transacciones políticas.
185
Carmen Brito Arocha
Al ahondar en su presentación añadiría reflexiones no menos halagüeñas en torno del personaje:
La feliz circunstancia de que existan en Santiago mismo personas que han tratado a
Bello, me releva en gran parte de la necesidad de hacer el elogio de este literato; básteme decir que no se presentaría fácilmente una persona tan a propósito para llenar
aquella plaza. Educación escogida y clásica, profundos conocimientos en literatura,
posesión completa de las lenguas principales, antiguas y modernas, práctica en la
diplomacia, (esto es sin hacer todavía elogios) y un buen carácter, a que da bastante
realce la modestia, le constituyen, no sólo muy capaz de desempeñar satisfactoriamente el cargo de oficial mayor, sino que su mérito justificaría la preferencia que le
diese el gobierno respecto de otros qué solicitasen igual destino. 72
Etc., etc., etc.
necesitamos!
En palabras de calle: ¡Este es el hombre! ¡Este es el hombre que
¿Una lágrima?...
Para el 6 de mayo (1828) don Andrés Bello yacía recibiendo notificación con el resultado positivo de las gestiones del ministro Egaña. Firmaba la correspondencia oficial
don José Miguel de La Barra y se le informa que el Presidente de la República, don
72
Caldera, Rafael. La conjunción de Bello y Chile, lección y ejemplo para Latinoamérica. En: Bello y
Chile. Tercer congreso del bicentenario. La Casa de Bello. 1981. pag 2.
186
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Manuel Antonio Pinto, aprobaba el traslado de don Andrés Bello, – a quien tuvo
oportunidad de conocer en Londres.
Se comprometía el gobierno chileno a cubrir costos de viaje del venezolano; manteniendo la oferta de empleo de acuerdo con las aspiraciones del
señor Bello; la paga estaría en el orden de los mil quinientos pesos, lo estipulado
a los oficiales mayores; es más, en el supuesto de que don Andrés no se sintiera a
conformidad por una u otra razón en Chile, el gobierno quedaba comprometido a
costearle de nuevo el viaje que desease emprender, a cualquier lugar de América en
compañía de sus familiares.
¡No puede ser!....
El mazazo de esta otra verdad increíble ¿en qué parte haría caer una
lágrima... ahora, de Andrés Bello?
Andrés Bello halló su Leleux en el diplomático chileno Mariano
Egaña. ¡Se salva la portentosa obra en cierne del sabio americano!
El 14 de noviembre, se le estaba dirigiendo a Bello comunicación
oficial procedente de Bogotá, notificándosele el nombramiento de que había sido
objeto por parte del Libertador: sólo que el desempeño de funciones se iniciaría “en
cuanto las cosas de Portugal se aclaren un poco más”. Le oficia el Secretario de
Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores. Estanislao Vergara.
Dice el oficio:
Tengo el honor de poner en conocimiento de usted que, teniendo plena confianza en
su celo y aptitud ha dispuesto el Libertador se confiera a usted el destino de Enviado
Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República cerca de la Corte de su
Majestad Fidelísima en la Legación que debe enviarse dentro de poco a aquel país.
Se promete el Libertador que usted no tendría dificultad en admitir este destino, y
187
Carmen Brito Arocha
sólo aguarda las órdenes convenientes sobre extender las instrucciones y los plenos
poderes acreditando a usted de Ministro, cerca del gobierno que se estableciere en
aquel país.
Mientras tanto continuará usted desempeñando la agencia confidencial de la República en París y allanando dificultades que aún puede oponer el ministro francés a la
conclusión de un tratado con nosotros. Luego que usted crea que ha llegado el momento favorable para comenzar las negociaciones lo avisará usted oportunamente al
señor Madrid; y al señor Palacios (Leandro) que debe hallarse en París, lo hará usted
verbalmente, como de cuanto ocurra que tenga conexión con el adelanto de nuestras
relaciones con Francia. 73
Pareciera una intervención tajante del Libertador en su propósito de
dar mejor destino a Bello aunque no estuviesen dadas las condiciones todavía para
el puesto destinado. Es evidente que el Libertador, de sentimientos nobles, en forma reflexiva y lleno de la mejor buena voluntad determinó prestarle atención al
caso Bello.
De cualquier forma, para el momento de lo que consideramos rectificaciones tardías o sobre la marcha, ya Bello había confirmado a don Mariano Egaña que estaría dispuesto a trasladarse a Chile en caso de oportunidad de trabajo.
La designación de don Andrés Bello como Cónsul General de Colombia en Francia quedó por igual en el papel debido a la carencia de recursos
económicos para sufragar gastos de viajes en unión de la familia.
Don Estanislao Vergara cumple con participarle al ministro Fernández Madrid pormenores alrededor del reciente nombramiento de don Andrés Bello.
Sin pérdida de tiempo el ministro procede a dar contestación al asunto el 6 de noviembre de 1828. Dirigiéndose al Libertador.
73
188
(Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 72)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Segmento del mensaje:
El señor Vergara me avisa de oficio que el señor Bello está nombrado Cónsul General en Francia, no sé si aceptará, porque ha tiempo que le oigo hablar de la necesidad en que se encuentra de dejar Europa por estar apurados sus recursos y serle
absolutamente imposible subsistir aquí por más tiempo. Bien sabe usted que tiene
familia y que por espacio de un año, no hemos recibido sueldos. Parece que algunos
amigos del señor Bello le han escrito de Chile, ofreciéndole su protección en aquel
país. En mi concepto la pérdida del señor Bello debe ser muy sensible a Colombia,
porque tenemos muy pocos hombres que reúnan la integridad, talento e instrucción
que distinguen al señor Bello. 74
En el callado refugio de las letras, compañeras incondicionales en los
dolorosos silencios, el poeta ha renunciado a los dichosos días de la juventud
...prender quise la sombra,
atar el viento,
seguir el humo y detener el rio.
(Égloga. Andrés Bello)
Ahora, en medio de una ciudad en brumas, ha renunciado a su feliz ayer.
No para mí, del arrugado invierno,
Rompiendo el duro cetro, vuelve mayo,
la luz al cielo, a su verdor la tierra;
74
(Sambrano Urdaneta, Cronología de Andrés Bello 1781-1865, 1986, pág. 31)
189
Carmen Brito Arocha
No el blando vientecillo sopla amores
o al rojo despuntar de la mañana
se llena de armonía el bosque verde.
Que a quien el patrio nido y los amores
De su niñez dejó, ¡todo es invierno! 75
Al filo de la madrugada
En la madrugada del 13 de febrero de 1829 don Andrés Bello se despide de José
Fernández Madrid mediante una esquela.
Se lee entre líneas un hondo manifiesto de Bello respecto de su permanencia en un lugar sin sentir la querencia del arraigo.
Mi querido amigo:
Escribo ésta a las cuatro y media de la mañana, en que al fin lo tengo todo arreglado,
y aguardo con impaciencia que amanezca para dejar esta ciudad, por tantos títulos
odiosa para mí, y por tantos otros digna de mi amor, particularmente ahora que la
habita el primero de los hijos de Colombia y el mejor de los hombres.
Que no pueda yo expresar a usted la tierna gratitud de que parto penetrado. ¡Vivirá,
amigo mío, vivirá para siempre en mi corazón la memoria de los favores de usted, de
su constante indulgencia a mis fallas, y del cariño y estimación con que me ha honrado! Haber inspirado a usted estos sentimientos, es mi orgullo, mi consuelo entre
tantos motivos de humillación, cultivarlos será la felicidad, de mi vida.
Un beso a Perico, y ¡Adiós! ¡Adiós! 76
75
Fragmento de Todo es invierno, poema escrito por Andrés Bello antes de su partida de Londres.
76
Andrés Bello: bicentenario de su nacimiento, OEA. 1982, pág. 71.
190
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Adiós! ¡Adiós!
La modestia de la sabiduría arropa por entero su grandeza
Se va dolido por tantos motivos de humillación… A la edad de cuarenta y ocho años don Andrés Bello abandona la ciudad de Londres.
Andrés Bello. Dibujo
Eliseo Morales
191
Carmen Brito Arocha
Por poco no se embarca, después de estar a bordo su equipaje, por no poder pagar ciertas deudas urgentes. Fue preciso que yo saliese a solicitar, sobre mi crédito personal, algún
dinero, para sacarlo del apuro, como lo conseguí:
Comunicó Fernández Madrid al Libertador en
carta del 18 de febrero
Carta de José Rafael Revenga a Andrés Bello
Aun cuando sea ya demasiado tarde, olvidándose de que debía
mantener la debida reserva en sus comunicaciones con el individuo, José Rafael Revenga invita a Bello volver a la Patria:
(25 de abril de 1829, párrafo.)
Véngase usted a nuestra Colombia mi querido amigo; véngase a participar de nuestros trabajos y de nuestros escasos
goces, ¿quiere usted que sus niños sean extranjeros al lado
de todos los suyos, y en la misma tierra de su padre?
Pasaporte
Resurrección de náufrago atrapando salvavidas
habría sido para Bello la invitación hace dieciocho, quince,
diez, cinco, ¡vaya!...siquiera dos años atrás. Para estas horas
Bello y familia se hallan justamente en alta mar.
Y para cuando llegue el mensaje de Revenga a
manos del ilustre destinatario el mismo se encontrará en Chile.
192
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Siendo de considerar que, después de haberse embarcado un señor:
(...) para emprender el viaje de novela de navegar el Atlántico y pasar el Estrecho
de Magallanes, cruzar el Mar de las Penas y el Seno de la Última Esperanza,77
después de haberse embarcado, repetimos , para un viaje de cuatro meses y días
de navegación, acompañado de esposa e hijos, más un compromiso por delante
con gente del gobierno de otro país, incluido el Presidente de la República, no le
resultaría fácil a un virtuoso señor dar marcha atrás, es decir, devolverse por donde
vino, previo repartir gracias a todo el mundo por los buenos propósitos y, ¡hasta
“lueguito”, pues! ¡Nunca! En la presente ocasión Andrés Bello quedará atrapado
dentro de sus rígidos moldes de responsabilidad, presumimos.
En un futuro, tarde o temprano, podría pensar en su anhelado viaje
a Caracas... Por ahora, a pesar de haberse marchado mal de su agrado rumbo a las
latitudes del Antártico y de sentirse dolido por tantos motivos de humillación, lo
único seguro es que la hechura de la decencia de este hombre es tal que lo liberará
de llegar despotricando en tertulias o por correo, o por periódicos contra gente de
su propia tierra...
Carta del Libertador a José Fernández Madrid
(Párrafos)
Quito, 27 de abril de 1829
He recibido diferentes cartas de usted con gusto y con dolor; unas me anuncian cosas
y opiniones agradables; otras me hablan de males de usted y de aflicciones paternas.
También me indica usted de cuando en cuando la miserable situación pecuniaria de
77
Serrano Pellé, Alberto. Primer libro de la Semana de Bello en Caracas.
193
Carmen Brito Arocha
esa Legación, que obliga al amigo y digno Bello a salir de ella a fuerza de hambre.
Yo no sé cómo es esto, pues siempre se trata en el Ministerio de Hacienda de envíos
y de libranzas para Londres. Siempre me aseguran que está usted bien pagado, en fin
esto es muy desagradable y aun deshonroso. Últimamente se le han mandado tres mil
pesos a Bello para que pase a Francia; y yo ruego a usted encarecidamente que no
deje perder a este ilustrado amigo en el país de la anarquía. Persuada usted a Bello
que lo menos malo que tiene América es Colombia y que si quiere ser empleado en
este país que lo diga y se le dará un buen destino. Su patria debe ser preferida a todo;
y él digno de ocupar un puesto muy importante en ella. Yo conozco la superioridad de
este caraqueño contemporáneo mío; fue mi maestro cuando teníamos la misma edad;
y yo le amaba con respeto. Su esquivez nos, ha tenido separados en cierto modo y, por
lo mismo deseo reconciliarme: es decir, ganarlo para Colombia. 78
Esta carta de Simón Bolívar señala en su contenido aspectos muy interesantes, hasta sorprendentes. El Libertador no se explica cómo es que de acuerdo
a informes del Ministerio de Hacienda las cuentas marchaban al día, correctamente, respecto del pago de la Legación de Colombia en Londres, siendo un hecho en
contraposición a lo anterior, la miserable situación pecuniaria de esa Legación que obliga al amigo y digno Bello a salir de ella a fuerza de hambre.
En su carta del 21 de diciembre de 1826 dirigida a Bolívar, Bello
manifiesta: “En todas mis anteriores, me he abstenido de hablar a V.E. de cosas
personales”... (A renglón seguido pone al corriente a Bolívar del infortunio que
lo ha venido atropellando en Londres). De acuerdo a las palabras de Bello, por
espacio de catorce años (sería la cuenta a sacar a partir de la pérdida de la Primera
República) guardó silencio acerca de la terrible situación que ha debido afrontar en
la capital inglesa, sin informar de ello a Bolívar.
78
194
Gil Fortoul, José. Andrés Bello. En: (Grases, 1981)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Siendo esto así, Bolívar estaría en su derecho de inferir durante el
mismo lapso que Andrés Bello habría encontrado en Londres cierto acomodo, tanto
que, nunca más se preocupó de regresar a Venezuela. Igualmente podría prestarse
esta poca expansiva comunicación de parte de Bello para el juicio que en la misma
carta se hace Bolívar sobre la “esquivez” de Bello. Quizá amigos del Libertador,
hallados a distancia, le demostrarían a través de sus mensajes amistosa confianza.
Mueve a pensar que Bello, siempre tan estricto, se ajustó al protocolo
al dirigirse a Su Excelencia. Desde 1810 Bolívar y Bello no han vuelto a verse. En
Caracas Bello concurría a reuniones de los Bolívar, siendo altamente estimada la
presencia del joven amigo intelectual don Andrés Bello. Cuando Bolívar prepara
viaje a Londres pide la compañía de Bello; perfectamente se ajustaba a lo que podría considerarse un agregado cultural. Pero sería muy natural el que se procurase
a la vez una grata compañía para tan largo viaje, es decir, Bello no sería una persona esquiva al extremo de resultar incómoda su presencia. (Arístides Rojas habla de
“simpático poeta”, Egaña de “buen carácter”, respecto de Bello).
Pero sigamos con el asunto de la Legación. ¿Quién o quiénes se encargaban en la Legación de los envíos y libranzas? La pregunta es clave, ¿por qué
no llegaba ese dinero?, desagradable y deshonroso es el juicio que el asunto le
merece al Libertador; “siempre me aseguran”, quiere decir que pedía información
sobre el particular.
Otro aspecto resaltante en esta carta es el siguiente: “si quiere (Bello)
ser empleado en este país, que lo diga y se le dará un buen destino. Su patria debe
ser preferida a todo; y él digno de ocupar un puesto en ella.”
Desde 1811 empezó Bello a escribir sobre sus ansias “indecibles” por
el regreso; año tras año envió desgarradores pedidos de auxilio por que se le ayudase a regresar a Caracas, a cualquier parte de América. Unas cartas llegaron a su
destino, otras no, es cierto. En 1824 escribió a Pedro Gual “el que hoy me ocupa en
195
Carmen Brito Arocha
preferencia a todos es volver a Colombia...”... “haga usted lo posible por un compatriota cuya desesperada situación es cada día más embarazosa y difícil”.
En otro S.O.S a Gual:
Agosto 1824.
“El Gobierno de Colombia no puede abandonar a un empleado del Gobierno de Venezuela, que como usted sabe, vino a Londres con un encargo oficial”.
Cualquiera podría imaginarse a Bello, imbuido de su religiosidad,
arrodillado frente a los altares, orando por un retorno a América. En lo escrito por
Bolívar (abril de 1829) se viene a interpretar que jamás se enteró de cuantas veces
pidió y rogó Bello se le ayudase a regresar a Venezuela para ocuparse en alguno de
los oficios que humildemente sugirió pidiendo trabajo.
Detalle de enorme significación también, en esta carta de Bolívar a
Fernández Madrid es el siguiente:
Yo conozco la superioridad de este caraqueño contemporáneo mío. Fue mi maestro
cuando teníamos la misma edad y yo le amaba con respeto.
Cuenta Bolívar cuarenta y seis años de edad y está haciendo memoria
de algo que tuvo lugar por el año 1798: cuando recibiera en su casa clases de arte
y geografía impartidas por Bello,79 “lo amaba con respeto”, recuerda Bolívar refiriéndose a su maestro Bello.
79
En 1798 el padre Fray Francisco Andújar, bajo entera aprobación de don Carlos Palacios, tío y
tutor de Simón Bolívar, estableció en la casa de los Bolívar una Academia de Matemáticas, en donde se
verían las otras materias. Andrés Bello impartiría entonces clases a Simón Bolívar, a la sazón de quince
años. Al egresar el joven Simón de la Escuela de Milicias de los Blancos de Aragua, viajaría a Madrid, a
seguir estudios, bajo el cuidado de su tío y padrino Esteban Palacios.
196
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¿Quién era Andrés Bello para infundirle respeto a un niño rico aun
hallándose éste en su propia casa de familia? Respeto, sentimiento que de manera
indeleble es evidente se viene a la memoria del Libertador. Sólo hay una respuesta:
Andrés Bello a los diecisiete años, para entonces maestro de Bolívar, ya configuraba dentro de su estilo discreto y sereno un guía. El jovencito pobre que era Andrés
Bello, al entrar en la mansión de los Bolívar Palacios no llegó enroscándose en la
pena. Ya poseía el dominio escénico del maestro. El maestro ejerce desde su mesa
de trabajo dominio sobre el grupo. El maestro expone con la frente en alto cuanto
desea transmitir. Manso y humilde Jesús de Galilea fue un gran guía. Le bastaba
sentarse en una piedra en medio de un monte para enseñar cuanto deseaba enseñar.
Hizo de la palabra su herramienta de trabajo: Amor, Fe y Verbo. Por los caminos
iba dejando sus enseñanzas. Los caminos se fueron poniendo viejos y Jesús sigue
siendo lo que verdaderamente fue: un maestro de excepción.
Aquella presencia blandamente severa del joven maestro Bello no
pasó inadvertida a los ojos de otro par suyo elegido para las grandiosidades, su
alumno para aquel momento y más tarde “alfarero de repúblicas”.
Simón Bolívar ha dicho de sí mismo: “Mi sinceridad es tal que me
conceptúo criminal en lo que me reservo. Yo soy un hombre diáfano.”
Dé donde se deduce su modo de abordar con naturalidad lo que haya
de abordar. ¡Al grano!
“Le amaba con respeto” –decía Bolívar, y agrega:
“Su esquivez nos ha tenido separados, en cierto modo y, por lo mismo, deseo reconciliarme”. Sin más vueltas señala la causa del distanciamiento
entre él y Bello, la “esquivez” del amigo.
197
Carmen Brito Arocha
Sin embargo, observamos que asume tácitamente parte de responsabilidad en la actitud que los ha mantenido separados, algo así como si su propia
persona no buscó ceder en tanto tiempo a los fines de un mayor acercamiento. En
el fondo libera Bolívar un mea culpa de desamigo (sic) (discúlpenos el término);
es decir, no fue el suyo un comportamiento de buen amigo, por ahí va el hilo.
Confiesa su deseo de reconciliarse quiere decir que no fue comprensivo frente a la
esquivez de Bello. Ha dicho también de sí mismo Bolívar: “Yo soy el hombre de
las dificultades”. Y, helo aquí tratando de sortear una nueva dificultad: Se trata de
la inminente partida de Andrés Bello.
Ruega a Fernández Madrid que no deje perder al lustrado amigo.
Después de casi veinte años de no ver a Andrés Bello, ¡fue largo el ajetreo de la
guerra!, pareciera impresionarle la idea de que jamás volverá a tenerlo delante de
sus ojos. Las despedidas eternas siempre son más dolorosas y en el caso de Bello
así lo presiente Bolívar. Lo conmueve la certeza de una ausencia sin retorno. Quizá
no se le ocurrió pensar antes en ello. Reconoce la superioridad del amigo y compatriota Andrés Bello, aun cuando no haya tenido la oportunidad de expresarle ese
reconocimiento. Ahora, se agotó el tiempo. De ahí que le salgan del alma palabras
absolutamente en pasado. “Fue mi maestro cuando teníamos la misma edad y yo
le amaba con respeto”.
Debe de haberse estremecido Bolívar al escribir esa añoranza.
En todas partes se cuecen habas, dice la gente, y que muchas manos
en la cazuela ponen el caldo morado, también dicen.
Quienes manejaban en Bogotá el aspecto administrativo referente a
pagos y sueldos asignados a la Legación en Londres, incluida la responsabilidad
de atender en perentorias solicitudes al personal de dicha legación, terminaron a
la postre dejando bien mal paradas las figuras de un Andrés Bello supuestamente
desapegado de su lugar de origen, y de un Simón Bolívar desaprensivo, causante,
198
Andrés Bello se lo llevó la revolución
del infortunio de Bello durante el desempeño de sus funciones
diplomáticas en la capital inglesa y aun de su ausencia definitiva de la Patria.
En todo caso, por las razones que fuesen, desde el
orden financiero hasta la puesta en práctica de la mezquindad
moral, que nunca falta, los hechos hablan de un desaguisado de
muy mal sabor histórico.
Bolívar se siente cansado. Cansado de luchar
Para cuando Bolívar reciba nueva notificación oficial acerca de
Bello, sólo le quedará recordar al joven amigo de 1810, tal cual
lo viera la vez última al despedirse en Londres.
Y Fernández Madrid va a comunicarle:
Ya sabrá usted por mis anteriores que a pesar de todos mis
esfuerzos se nos fue el señor Bello a Chile. Le escribiré inmediatamente y le transcribiré el capítulo de la carta de Ud. que
se refiere a él (...) Mucho me alegra que usted conozca todo el
mérito de este sujeto. Yo lo amo de corazón (...) en lo sustancial
el señor Bello es bueno para todo.
José Fernández Madrid
En la ocasión de recibir el mensaje de Fernández
Madrid el Libertador ni siquiera se encuentra en ánimo de sobresaltarse. Le han abandonado las ganas hasta de preocuparse
de sí mismo.
199
Carmen Brito Arocha
Bolívar se siente cansado. Cansado de luchar.
Y apenas cuenta cuarenta y seis años. Las últimas intervenciones
en asuntos políticos y aun los últimos combates –no ya contra españoles, – sino
contiendas entre mismos pueblos independizados por el Ejército Libertador – han
vulnerado su espíritu; han resentido verdaderamente su organismo, atacado además por enfermedades. El día 13 de septiembre (1829) escribe desde Guayaquil a
su edecán Daniel Florencio O’Leary:
Ya usted estará impuesto de que he salido de una enfermedad de bilis que me ha dejado bastante débil y convencido de que mis fuerzas se han agotado casi todas. No
es creíble el estado en que estoy, según lo que he sido toda mi vida, y bien sea que mi
robustez espiritual ha sufrido mucha decadencia o que mi constitución se ha arruinado en gran manera, lo que no deja dudas es que me siento sin fuerzas para nada y
que ningún estímulo puede reanimarlas. Una calma universal parece, o más bien, una
tibieza absoluta me ha sobrecogido y me domina completamente.
¡Qué no sentiría en el laberinto de horas tan aciagas! Un ser de carne y hueso que entregó su vida en aras de un ideal de libertad. Que volvió sal y
agua una fortuna en aras de una patria, en la que hoy se le condena al ostracismo.
Este laberinto armado monstruosamente por la cosa política lo mantiene en vilo.
Fervorosos seguidores suyos le piden que se mantenga al frente del gobierno o se
desintegra la república, otros le piden que se constituya en monarca de esa inmensa
porción del continente americano que su dedicación y heroísmo han puesto fuera
del imperio español; otros, que no pise suelo venezolano. Cunde la anarquía.
En la carta a O’Leary, aborda cruda y fríamente lo que en otro tiempo
cobró el perfil aguerrido de su ejecutoria política-cívica-militar:
200
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Mientras teníamos que hacer la guerra parecía y casi se puede decir que fue conveniente la creación de la República de Colombia. Habiéndose sucedido la paz doméstica, y con ella nuevas relaciones, nos hemos desengañado de que este laudable
proyecto no promete las esperanzas que nos habíamos figurado. 80
Un día le llegarán de Venezuela las peores noticias. Para negociar la separación de
la Gran Colombia antes se golpearán sobre la mesa condiciones crueles: No podrá
permanecer Bolívar en suelo neogranadino y de pisar suelo venezolano sería fusilado
inmediatamente. 81
¡Quién lo hubiera dicho! En su último viaje a Caracas, (1827), profirió Simón Bolívar palabras que en el fondo arrastraban mucho del fervor jurado
en Monte Sacro, pero con una visión de rivalidades sórdidas, signadas por puñaladas traperas: “Yo estoy resuelto a todo. Por libertar mi patria declaré la guerra a
muerte... Por salvar este mismo país estoy resuelto a hacer la guerra a los rebeldes
aunque caiga en medio de sus puñales” 82
80
Sánchez Barba. Carta a O’Leary. 13 de septiembre, 1829. págs. 335 a 340.
81
Acosta Rodríguez, Luis. Lección Magistral sobre la muerte del Libertador. Oficina de Asuntos
Internacionales, Ministerio de Educación. Con quién sino con el señor Mosquera (habla el Libertador) se
hubiera atrevido Vicente Azuero a publicar en la Gaceta esa infame nota, comunicándome que Venezuela
no entrará en tratados con el gobierno mientras yo estuviese en Colombia… es un hecho atroz, del que
el señor Mosquera no se vindicará nunca. Le aseguro a usted que este es el suceso que me ha afectado
más en toda mi vida. Esto manifestó el Libertador el 11 de noviembre de 1830 al diputado panameño al
Congreso Constituyente, José Valarino. “La infame nota” o copia de la resolución del 28 de mayo de 1830
del Congreso de Valencia fue firmada por Vicente Azuero, Ministro del Interior, uno de los imputados por
el asesinato de Sucre.
82
(Masur, 1987, pág. 516)
201
Carmen Brito Arocha
Está muy claro en sus ideas Bolívar. En su mensaje a O’Leary se
pregunta más adelante:
¿Qué hará, pues, el Congreso para nombrarme un sucesor? Los granadinos desean
tener un presidente de su país, un venezolano los ha mandado durante diez años. Los
venezolanos dirán que ellos están sujetos a la capital de la Nueva Granada y a la
influencia de sus hijos y que la única esperanza que les queda es la de que un venezolano mande en jefe.
Análisis dictado por el más augusto espíritu de justicia. Así como
el Libertador ve y avizora la situación política grancolombiana otros la viven y la
presienten del mismo modo.
En el venidero mes de noviembre escribe a Fernández Madrid. De
nuevo aborda el tema del Congreso a celebrarse en Bogotá. Razonable que el asunto ocupe por entero su atención.
A Fernández Madrid.
Párrafo
Yo me guardaré de ingerirme en nada, ellos son admirables y no han menester mi
auxilio. Además de que me retiro de la política. Serviré en las armas hasta la muerte;
influiré en la mejora y sostenimiento del nuevo gobierno; apoyaré con mis amigos los
militares al magistrado que nos den; me gloriaré de prestarle ciega y dócil obediencia; lo defenderé dentro y fuera de la República; no excusaré mi reputación y vida en
este servicio; yo haré todo, ¡seré hasta vasallo!
Usted sabe que no soy de opinión de la monarquía; más en adelante me honraré en
sostenerla si la imponen para bien de la patria.
202
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Anonadado quedaría Gual leyendo estas palabras no de mano de Bello sino de puño y letra de Bolívar.
¡Que no pueda él, Simón Bolívar, el Libertador pisar de nuevo suelo
patrio!.. Le quedarán entonces sólo los espacios del porvenir previstos por José Domingo Choquehuanca el 2 de agosto de 1825 frente al Peñón de Pucará: “Con los
siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina”.
Hablará continuamente Bolívar sobre sus deseos de marcharse lejos.
Divagará... ¿por qué no? ... ¿con que se fue Andrés Bello? ¿Envidiará a Bello, allá,
en el Antártico, entre los toto divisos orbe chilenos?
Palabras desgarradoras emplea al dirigirse ahora al amigo abogado
José Ángel Álamo, encargado de atenderle la negociación de las minas de Aroa...
¡Ah! ¡Las minas de Aroa!
Siento que usted y otros amigos se maten en agenciarme este negocio y siento más
que haya quien tema hacer justicia conmigo. Esta es una conjuración cruel contra mi
honor; abandone Ud. pues, mi defensa y que se apodere de mi propiedad el enemigo
y el juez. Yo los conozco. Infame godo. 83
Yo moriré como nací: desnudo
En su escrito el padre de la patria dispone por ultimo entregarse a la mismísima
indigencia. Exterioriza íntegramente sus penas a Álamo:
83
Bello y las minas del Libertador. Andrés Bello corredor de minas y bienes raíces en Londres. En:
Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981, pág. 485.
203
Carmen Brito Arocha
No haga usted más en el asunto. Yo moriré como nací: desnudo.
Usted tiene dinero y me dará de comer cuando no tenga. Pronto llegara el momento, pues estoy dispuesto a no mandar más.
Bolívar
204
“Nadie amo más sinceramente la libertad que
el general Bolívar. Pero la naturaleza de las cosas le avasallo
como a todos”. Dirá un día Andrés Bello
Simón Bolívar y Andrés Bello avasallados por
la naturaleza de las cosas. Y de qué manera tan aparentemente
natural se abren y se cierran trascendentes capítulos en la vida
de los hombres. El hombre, esclavo siempre de las circunstancias. Simón Bolívar reniega de su vida y de su obra que es la
patria. Se desdobla solemnemente acogiéndose a la pura materia. Mientras que el hombre de la carta a la regencia de España,
el Andrés Bello de la época, en ansias de ver patria, se arrastraba ante el gigante todopoderoso porque se le permitiera…
“regresar a cualquier parte de sus dominios de V.A.”
Como corolario. El 28 de septiembre de 1830, a
escasos días de entregarse al reposo de la tumba, el Libertador
Simón Bolívar contesta a Estanislao Vergara su carta del día
14. Y todo cuanto pudo haber pensado, reflexionado, recapacitado ¡todo cuanto pudo haberle exprimido al raciocinio de la
amargura quedará escrito!:
“Créame Ud., nunca he visto con buenos ojos las
insurrecciones. Y últimamente he deplorado hasta la que hemos hecho contra los españoles”. (Sánchez Barba. Obra citada.)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Por una de esas punzantes asociaciones de ideas ¿acaso pasaría por la
mente de Bolívar su abrazo en Santa Ana, Trujillo, en aquel 27 de agosto de 1820
con el jefe español Pablo Morillo? Apuntó O’Leary: (...) “al reconocerse los dos
generales echaron en el acto pie a tierra y se dieron un estrecho y cordial abrazo”.
Ayer, quizá, en aquel abrazo el español traducía un sentimiento noble
hacia el joven adversario que heroicamente defendía el derecho a una patria para él
y sus hermanos de suelo americano. Y quien sabe si así como hoy Bolívar “deplora
su propia actuación en contra de los españoles” así también algún día tal vez Morillo experimente rabia sorda hacia aquellos que tan feamente acabaron correspondiendo a los esfuerzos del valeroso Libertador de América Hispana. Aquellos dos
hombres firmaron en Trujillo el Tratado de Regularización de la Guerra en 1820.
Momento histórico al cual puntualizaron arrastrando ambos hasta un sitio elegido
la primera piedra del monumento “Abrazo de Bolívar y Morillo en Santa Ana”,
sugerido por el jefe español.
Testigo presencial del encuentro entre los dos personajes de la Guerra
de Independencia fue Daniel Florencio O’Leary. Muy joven para la época el irlandés y ya andaba en campaña con el Ejército Libertador.
El 10 de diciembre de 1830, en Santa Marta, Colombia, en la Quinta
de San Pedro Alejandrino, el Libertador Simón Bolívar asienta en su Testamento:
“Declaro que no poseo más bienes que la tierra que las minas de Aroa situadas en
la provincia de Carabobo, y unas alhajas que constan en el inventarío que debe
hallarse entre mis papeles, los cuales existen en poder del señor Juan de Francisco
Martín, vecino de Cartagena”.
La venta de las minas de Aroa se efectuó finalmente el 4 de febrero
de 1842.
205
Carmen Brito Arocha
Andrés Bello se lo llevó la revolución
CAPÍTULO 3
Vida y obra. Culminación
Carmen Brito Arocha
El 29 de junio de 1829 arriba al puerto de Valparaíso, Chile, el bergantín “Grecian”, procedente de Inglaterra, luego de cuatro meses y días de navegación.
Don Andrés Bello abandona el buque en compañía de su esposa,
doña Isabel Dunn de Bello, y de sus hijos Carlos y Francisco Bello Boyland, Juan,
Ricardo Andrés, Ana y Miguel Bello Dunn. Al espléndido saludo natural de una
ráfaga de brisa contestarán sonrientes, medianamente enmudecidos mientras ocupan por primera vez espacio chileno.
¿Qué siente Andrés Bello al advertir en torno suyo un ambiente animado enteramente por el habla castellana? ¿Qué siente delante de esas gentes que dicen
cosas graves; o que expresan simples monosílabos; o que sueltan dichos traviesos; o
que pronuncian palabras afables, en general gentes que hablan como en Caracas?...
¡Andrés Bello siente que está en el mundo de Colón!
Tiempo es que dejes ya la culta Europa
Que tu nativa rustiquez desama,
Y dirijas el vuelo a donde te abre
el mundo de Colón su grande escena… 1
Andrés Bello siente, estremecido, estar viviendo su propia poesía.
1
Bello, Andrés. Alocución a la Poesía. (fragmento)
209
Carmen Brito Arocha
¿Se humedecen sus ojos? ¿Se siente incapaz de
pronunciar palabra?
¿Aprieta fuerte la mano de Isabel, su esposa?
¿Busca las manos de sus pequeños hijos?
Tal vez... Tal vez…
Árbol majestuoso de la Zona Tórrida trasplantado a Chile 2
“Fue el árbol germinado y desarrollado en Venezuela. Exuberantemente florecido en Londres, y que por un capricho
de su suerte vino a dar la mayor parte de sus frutos en esta
tierra chilena que lo acogió generosamente” Rafael Paredes Urdaneta
2
210
Palabras de Francisco Bilbao dirigidas a don Andrés Bello en 1854.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Plaza de armas y
Casa de Juan Egaña
¡Bienvenidos a Santiago!
De Valparaíso la familia Bello se traslada al cabo de pocos días a la capital de
Chile, Santiago. Don Juan de Egaña, padre de don Mariano, los aguarda. Los conmueve con su amabilidad. Por lo pronto les brinda hospitalidad en su hogar. 3
En la ciudad de Santiago los Bello se establecen en la calle Santo Domingo, número 30. Residencia próxima a la Plaza de Armas.
3
Castedo, Leopoldo. El Chile de Bello y Bello y Chile. En: Bello y Chile. Tercer Congreso del
Bicentenario, 1981. T. I. pág. 19.
211
Carmen Brito Arocha
Amigo Andrés, en hora buena llegas a esta casa. A esta casa
cuyo huerto seguramente te recordará la de tu infancia, de patio y corral, con granados y limoneros, donde de niños jugaban
tú y tus hermanos. Sólo que ahora verás por el huerto a los
pequeños hijos que habrán de corretear felices. ¿Escucha a alguien estas palabras o se las escucha a sí mismo? Qué importa
quién las pronuncie. Quizá sean ansias amontonadas de verse
en una casa cuya holgura acune entre realidades y fantasías las
ganas de vivir.
Santiago, la ciudad que acogió a don Andrés Bello en 1829
no se soltaba aun de muchos de sus moldes coloniales. En
las mañanas el diario quehacer de lechero, de aguador, y sus
destiladores, del panadero y sus petacas, o del yerbatero, los
más con su trajinar calmoso y hasta cansino y que podía hacer pareja con la tropa de mulas tras la madrina, la del cencerro, o con las carretas de bueyes con granos para algún
molino o paja para algún establo o adobes carbón , rajas de
leña o cargas de sandias o melones. 4
Vista de Santiago
El peso de grandes ruedas carretoneras provocaba el hundimiento de las calles levantando muchas veces el polvo. Las
acequias, a su vez se desbordaban en otros espacios; obligando
al transeúnte, que no tomaba la acera o veredas esquivar las
4
Valencia Avaria, Luis. El Senado de Chile y don Andrés Bello. En: Bello
y Chile. Tercer congreso del bicentenario, 1981.
212
Andrés Bello se lo llevó la revolución
charcas. Las casas fabricadas de gruesos adobones lucían pintadas a la cal destacándose sus techos de teja. Estas casas de apariencia achatada contrastaban con
residencias de dos pisos junto a unos pocos edificios públicos, cuando no las iglesias cuyas torres sobresalían visiblemente. En este orden de cosas Valencia Avaria
muestra aspectos del Chile colonial, haciéndose conjeturas acerca de la impresión
que pudo haber causado en Bello tan desaliñado escenario: “Tal pobre y tosco escenario debió impactar fuertemente al caminante caraqueño que venía de Londres”.
Consecuente en la amistad Andrés Bello, no abandona la comunicación entre su
persona y la del buen compañero que ha dejado Londres. Hoy uno de sus más
probados amigos, José Fernández Madrid. A él dirigió su último mensaje, posiblemente, al partir de Londres, y a él se dirige entre los primeros, quizás a quiénes
escriba desde Chile.
Algo que sí llama atención en esta su primera carta santiaguina al amigo es la
ausencia de mención sobre la capital inglesa, en donde permaneciera por espacio
de casi veinte años. Ninguna evocación de ese medio relacionándolo con el santiaguino al que está conociendo, ¡nada de ínfulas del gentleman que viene de Londres
y le horroriza “brincar pozos”! (podía estar tranquilo Valencia Avaria). Pareciera
más bien un Bello recién llegado de los valles de Aragua…
Fluye espontánea Caracas.
Santiago, 20 de agosto de 1829
Honorable Señor D. José Fernández Madrid.
Mi querido bienhechor y amigo:
Al fin hemos llegado a Santiago, después de una larga navegación en general feliz
y agradable. El país hasta ahora me gusta, aunque lo encuentro algo inferior en
reputación. Sobre todo en cuanto a bellezas naturales. Echo de menos nuestra rica
y pintoresca vegetación , nuestros variados cultivos y aun algo de la civilización
213
Carmen Brito Arocha
intelectual de Caracas en la época dichosa que precedió a la revolución; y quisiera
echar menos nuestros malos caminos y la falta de comodidades domésticas, mucho
más necesarias aquí que en nuestros pueblos; porque el clima en el invierno es verdaderamente riguroso.
En recompensa se disfruta aquí por ahora de verdadera libertad; el país prospera;
el pueblo aunque inmoral, es dócil; la juventud de las primeras clases manifiesta muchos deseos de instruirse; las gentes son agradables; el trato fácil; se ven pocos sacerdotes; los frailes disminuyen rápidamente, y se goza, de hecho, de toda tolerancia
que puede apetecerse.
Por lo que toca a mi situación doméstica es mejor que en Londres. El gobierno me ha
dado una colocación, y además de este recurso, espero dentro de poco proporcionarme
otros mediante el favor que me dispensan algunas de las primeras personas de Santiago.
Para ponerme a cubierto de toda acusación por parte de Colombia, y para calmar
mis aprensiones, deseo con ansia recibir el permiso que pedí por conducto de usted
al Libertador. Nada me sería más grato que la noticia de que mi salida de Londres ha
merecido su aprobación justificada, como usted sabe que lo estuvo, por la imperiosa
necesidad de proveer a la subsistencia de mi familia. Por estos motivos y por otros mil
que no creo necesario indicar, aguardo con impaciencia comunicaciones con usted.
Siento decir a usted que creo haber traído demasiados ejemplares de su colección
de poesías. La bella literatura tiene aquí todavía pocos adoradores. He hecho, sin
embargo, y hago cuanto puedo para facilitar su despacho. He dado noticias de ella
a los periódicos, y saldrá otra más completa en el próximo número de El Mercurio
Chileno, papel excelente que se publica aquí bajo los auspicios del Gobierno y la
dirección de Mora, y que con todas estas recomendaciones no tiene quizá sesenta
lectores en todo el territorio de la República .
¿Y cómo está usted de salud, mi querido amigo? No me escasee usted los pormenores
sobre el estado actual de toda su amabilísima familia, y en especial de la bella y virtuosa
214
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Amira y de Pedrito. A la primera presentará usted nuestros cariñosos respetos, y a Pedrito los afectuosos y tiernos recuerdos de Carlos y Francisco, junto con los míos y de mi
mujer, que me encarga salude a usted con el mayor afecto y reconocimiento.
Una de las cosas que más me afligen es la idea de que probablemente no nos volveremos
a ver. ¡Qué situación la de nuestros países! ¡Y aun no acabamos de desengañarnos de
que la imitación servil de las instituciones de los Estados Unidos no puede acarrearnos
más que estrago, desorden, anarquía falsamente denominada libertad y desmoralización
militar! ¡Temprano o tarde! ¿Por qué son tan raros el verdadero patriotismo y la ambición de la verdadera gloria? ¿Por qué ha vaciado la naturaleza tan pocas almas en el
molde de la de…?
Adiós, mi caro amigo, escríbame usted con toda la frecuencia
que pueda, aprovechando las ocasiones directas: salude de mi
parte y la de mi mujer a los señores García de Toledo y Casas, y
créame todo suyo”.
Andrés Bello 5
¿Cartas cruzadas?
Pareciera que sí. De acuerdo al fechado de la correspondencia de Fernández Madrid. Es evidente que el primero en escribir fue Fernández, del 26 de julio es su
comunicación, del 20 de agosto, la de Bello. Además en su escrito Bello hace hincapié sobre determinado “permiso” que le interesaba obtener de parte del Libertador. Fernández Madrid está haciéndole llegar muy buenas nuevas, aun cuando en
otros aspectos muy halagüeños con relación al Libertador:
5
(Andrés Bello: bicentenario de su nacimiento, 1982, págs. 71-72)
215
Carmen Brito Arocha
Llegó mi mujer –escribe Fernández– Le he hablado mucho de usted y de su señora,
tanto, que aunque no conocía a usted, siente sobremanera no haberlo encontrado
aquí. Yo lo siento aún mucho más. Hubiera oído usted de boca de Pachita que el
General Bolívar hace los más grandes elogios de usted (ella se los oyó), que no hay
colombiano que no quiera a usted y se gloríe de tenerlo por compatriota.
Se alborota la tranquilidad
“Se disfruta aquí por ahora de verdadera libertad”, contaba Bello en su carta (agosto,
1829) a Fernández Madrid, refiriéndose al ambiente en general hallado en Chile. “…
aquí por ahora”, casi premonitorio, puesto que de repente, se alborotó la tranquilidad.
Para el mes de octubre las cosas no andaban nada bien. Se produjo un alzamiento
de parte de los llamados conservadores en contra del gobierno liberal del Presidente Francisco Antonio Pinto, gobernante de Chile desde 1827. El movimiento
desembocó en una guerra civil. Y el 17 de abril de 1830 triunfó la revolución al
darse la batalla de Lircay.
Toma el mando del nuevo régimen el Vicepresidente José Tomás
Ovalle, mientras que pasan a integrar el cuerpo de ministros los señores Mariano
de Egaña, Juan Francisco Meneses, Diego Portales 6, entre otros. Diego Portales
aparece como el ideólogo de la Revolución y se propone impulsar el Estado chileno dentro de un gran marco de transformaciones. En este sentido aseveró hace
algún tiempo:
6
Hernán Díaz Arrieta (Alone), crítico chileno señala: “Un año antes de aparecer Portales
desembarcó en Valparaíso el encargado de prolongar su empresa y coronarla, un maestro de su misma
jerarquía, hombre también sin paralelo que nos llegó por una serie de azares desde el extremo opuesto
de la América del Sur” (Díaz Arrieta alude a don Andrés Bello).
216
Andrés Bello se lo llevó la revolución
La república es el sistema que hay que adoptar, ¿pero sabe cómo yo la entiendo para
estos países? un gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se haya moralizado, venga el gobierno completamente
libre y lleno de ideales en donde tengan parte todos los ciudadanos... Esto es lo que
pienso. (1822) 7
Don Andrés Bello no se ve interrumpido en el ejercicio de su cargo,
del cual se posesionó el día 13 de julio del pasado año, en cuanto llegó al país. Su
suerte está echada. Lo acecharán motines y revueltas pero no echa a correr lanza
en ristre a campo traviesa. Lo bueno es, pues, en medio de lo malo, que no es un
bisoño en lides revolucionarias, aunque le toque ver los toros desde lejos, como por
extraño designio y a su modo hace la faena. La “revolución de Aranjuez”, a distancia lo catapultó frente a extraña máquina y aceptó el reto sin ruido, poniéndole al
asunto mente, papel y tinta; la “revolución sin tiros de Caracas “ de un plumazo de
Roscio lo aventó a Londres, donde enfrentó el infortunio con la frente en alto; llega
a Chile y la “revolución de Lircay”, o la batalla, como la mientan , le suelta un toro
de lidia, vale decir... ¡cuidado si no lo agarra por los cachos y le tocan la música!
Mientras tanto callada ansiedad. En medio otra vez de todo ajeno.
7
Diego Portales en carta a José Manuel Cea, Uma, marzo de 1822. En: Collier, Simón. Evolución
política, institucional, social y cultural de Chile entre 1829 y 1865. (Bello y Chile. Tercer congreso del
bicentenario, 1981, págs. 26-27).
217
Carmen Brito Arocha
En su puesto de trabajo
Sin abandonar sus funciones de Oficial Mayor Auxiliar en el Ministerio de Hacienda don Andrés Bello 8 pasa a ocupar el Rectorado del Colegio de Santiago
(1° de febrero de 1830). Frente a esta nueva designación se le abre a la juventud
santiaguina la oportunidad de una verdadera mina de conocimientos, dadas las
facultades del educador que les cabe en suerte. Además, acostumbrado a un ritmo
extraordinario de trabajo cuando hay cómo poner a correr esa capacidad de acción,
reanudará el ejercicio periodístico colaborando en El Mercurio Chileno. El vocero
es dirigido por el literato español don José Joaquín de Mora. 9
Para el 17 de septiembre de 1830 arranca El Araucano, bajo los auspicios del sector gubernamental. Bello se encargará de las secciones de ciencia y
literatura y de informaciones provenientes de otros países, vertiendo al castellano
trabajos originalmente escritos en inglés o en francés. Escribe artículos sobre diferentes tópicos; lleva a cabo campañas contra la censura de libros; aboga por el
desarrollo del teatro en Chile. En líneas generales un contenido que promete romper con viejos esquemas.
8
Miguel Luis Amunátegui: “Aunque don Andrés Bello tuviera el título de Oficial Mayor Auxiliar
en el Ministerio de Hacienda, el cargo que desempeñó desde su venida a Chile fue, no éste, sino el de
Consultor y Secretario en el Ministerio de Relaciones Exteriores.”
9
Don José Joaquín de Mora, escritor e historiador español, se encontraba en Chile antes de
Bello. Redactó la Constitución del país en 1828. Fundó el Liceo de Chile. De Mora y Bello sostuvieron
cierta polémica a través de la prensa, sin que llegara a interrumpirse la amistad entre ambos. En 1851 el
escritor español figuró entre los votantes favorables a Bello cuando la Real Academia de España designó
al humanista venezolano Miembro Honorario de la Corporación.
218
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Dentro de poco tiempo convertirá en aulas parte de su casa. Los jóvenes acuden presurosos donde el educador venezolano, contándose algunos de sus
hijos entre los discípulos.
Volcado a esta tarea civilizadora, ganado enteramente por la voluntad
de contribuir con lo mejor de sí en la formación de generaciones abiertas a la modernidad, Andrés Bello publica el libro que venía preparando, según ha expresado,
por espacio de largos años: Principios de Derecho de Gentes, año 1832.
Chileno legal
Finalizando 1832, a tres años de haber arribado a la República de Chile, don Andrés Bello halla en esta tierra su Patria adoptiva, sin que hubiese de renunciar a su
nacionalidad venezolana.
(Segmento del documento de fecha 13 de octubre de 1832)
El Congreso Nacional teniendo en consideración los servicios que ha prestado al Estado Don Andrés Bello y las demás circunstancias personales de que se halla revestido, decreta, con arreglo en lo prevenido en la parte V, artículo 6 de la Constitución:
Que el expresado Don Andrés Bello es chileno legal, y debe gozar de todos los derechos que por este título le correspondan. Comuníquese al Presidente de la República
para que tenga a bien darle la correspondiente carta de naturaleza. 10
10
Caldera, Rafael. El Senador don Andrés Bello. En: Bello y la América Latina. Cuarto congreso del
bicentenario, 1982, pág. 307.
219
Carmen Brito Arocha
Los estudiantes argentinos piden los Principios de Derecho de Gentes
Informa Domingo Faustino Sarmiento
Los Principios de Derecho de Gentes, de Bello, han adquirido tal reputación en el
Mundo español que no conocen país ninguno en América en que este tratado no sirva
de testo (sic) en la enseñanza del ramo en los colegios y universidades. 11
El literato argentino habla acerca de la edición realizada en Europa,
“único tratado completo que del derecho de jentes (sic) posee el idioma, especial
para el uso en los colegios”. Los universitarios bonaerenses acogieron con júbilo la
noticia del novedoso texto reclamándolo desde el primer momento para sus aulas.
En Valparaíso saldrá nueva edición del libro en tanto que en Bolivia las prensas
trabajan a toda máquina reimprimiendo la primera, ha comentado Sarmiento.
Viene al caso recordar en esta ocasión las palabras del diplomático
Antonio José de Irisarri en torno de la obra de Andrés Bello, dirigidas desde Londres en 1822 al entonces Director de Chile Bernardo O’Higgins:
(…) en cuanto al orden de estas relaciones de Europa con América y de América con
Europa ha creado un sistema de derecho de gentes que es original, práctico, y que
algún día llegará a prosperar, si este sujeto tiene oportunidad de ser útil a algún país
de América .
11
220
(Grases, 1981, pág. 191. Nota 2)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Eran cosas de la juventud… la verdad es que Bello
sabía más que todos nosotros!
A la edad de veinte años llegó por primera vez a Chile, en 1831,
el argentino Domingo Faustino Sarmiento, en condición de refugiado político. Torna a la patria en 1836. Y por la década de
los cuarenta se encuentra de nuevo en Chile. En 1841 desde
las páginas de El Mercurio de Valparaíso sostendrá encendida
polémica de orden pedagógico con don Andrés Bello. Entre literatos y pedagogos te veas... “dirán los abogados”. Un día va a
confesar Sarmiento: “¡Eran cosas de la juventud… La verdad es
que Bello sabía más que todos nosotros!” 12
Domingo Faustino Sarmiento nació en San Juan,
Argentina, en 1811. Ganó el Segundo Premio en el concurso
“Educación Común “, convocado por la Universidad de Chile
en 1853, complaciéndole el hecho de haber formado parte del
Jurado el señor Rector don Andrés Bello. Civilización y barbarie
destaca entre sus mejores obras. Sarmiento ocupó la Presidencia
de su país en 1866. Durante su gobierno proliferó la escuela primaria en todo el territorio nacional. El escritor chileno Victorino
Lastarria en su obra Recuerdos Literarios hace memoria referente al notable argentino Domingo Faustino Sarmiento:
Faustino Sarmiento
12
Ya desaparecido don Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento
reconoció haber proferido inconveniencias o comentarios insultantes en contra de
Bello pero, confesó gallardamente el argentino: La verdad es que Bello sabía más
que todos nosotros. Rafael Caldera.
221
Carmen Brito Arocha
En los primeros días de enero de 1841, José María Núñez habla de un emigrado argentino mui (sic) raro a su parecer, que debía presentarnos, por cortesía, nos anticipamos a ser presentados a él: El hombre realmente era raro; sus treinta i dos años de
edad parecían sesenta, por su calva frente, sus mejillas carnosas, sueltas, i afeitadas,
su mirada fija pero osada , a pesar del apagado brillo de sus ojos, y por todo el conjunto de su cabeza, que reposaba en un tronco obeso, casi encorvado. Pero eran tales
la viveza i franqueza de la palabra de aquel joven viejo, que su fisonomía se armaba
en los destellos de un gran espíritu, i se hacía simpática e interesante…
¿Vocación periodística al servicio de la docencia o vocación docente al
servicio del periodismo?
“El estilo es el hombre”
Desde temprana edad mostró Andrés Bello su vocación de educador, comunicando gustoso aquellas novedades que de algún modo alimentaran su entendimiento.
Lejos de reservarse los beneficios, del grado que fuesen, de alumno aventajado en
las asignaturas, por el contrario se le vio enseñando a propios compañeros y demás
jóvenes que empezaban a reconocerte vocación de servicio y capacidad para la
enseñanza. Desde lejanos días ¡traería consigo el sello de la buena docencia impuesto por Fray Cristóbal de Quesada! “Un profesor como se habrían encontrado
entonces muy pocos iguales en toda la extensión de la América Española”, –apuntó
Amunátegui, evocando las palabras de don Andrés. En el periodismo hallará el
humanista caraqueño el molde ideal para ir vaciando, perfeccionando “el estilo
del hombre” en ideas, conocimientos, inspiraciones; para ilustrar en la medida de
222
Andrés Bello se lo llevó la revolución
las posibilidades a los congéneres. Desde su niñez ha cultivado las humanidades,
señaló en carta a Pedro Gual (enero, 1824).
Advertencia sobre el uso de la lengua castellana. Dirigida a los padres de familias, profesores de los colegios y maestros de escuelas: Bajo este título
inicia Bello en 1833 una serie de trabajos periodísticos en El Araucano, tendentes
a crear conciencia en la ciudadanía acerca de la importancia de hablar, de leer y
escribir con propiedad el idioma del lugar de origen.
Grandes deficiencias halló en Chile sobre tan elementales medios de
comunicación inherentes al individuo común y corriente, hablar, leer y escribir.
Nada se ganará con poner en manos del niño una gramática, y hacerlo aprender de
memoria frases que no entiende, ni puede entender, y que absolutamente no le sirven
para distinguir lo bueno de lo malo en el lenguaje. ¿Qué provecho le resulta de tener
la cabeza poblada de definiciones, y de saber analizar una frase en la pizarra, diciendo que la es artículo, tierra, sustantivo, es, verbo, extensa, adjetivo; y si al salir de la
escuela sigue diciendo, como antes de entrar en ella, yo tuezo, yo copeo, yo voceo,
tú sais, vos eres, hubieron hombres, etc.? En las escuelas primarias, nos parece que
la enseñanza del idioma debe ser enteramente práctica, reducida a dar a conocer al
niño, para que los evite, los vicios de que está plagada el habla del vulgo, Debe primeramente corregirse su pronunciación, haciéndole proferir cada letra con el sonido
que le es propio. Deben hacérsele notar las malas concordancias... A estos y otros
ejercicios prácticos semejantes, debe reducirse, si no nos equivocamos, la gramática
del idioma patrio en las escuelas primarias.
223
Carmen Brito Arocha
“A la llegada de Bello a Chile no había en Santiago una sola escuela pública. En el
resto del país habían cincuenta y seis”
Amunátegui.
Como podemos ver, del mismo modo como Bello ha convertido en
aulas espacios de su casa; ha hecho aulas escritas de sus páginas en El Araucano,
por no denominarlas tribunas, ni cátedras. Es el periodista comprometido con un
propósito civilizador. Y periodista, desde el día en que salió en volandas a llevar
la noticia: “¡La vida es sueño, mamá!”
Para nuestro insigne maestro no puede haber libertad sin educación.
A su entender debe ser función primordial de un gobierno preparar las masas mediante la instrucción.
Fomentar los establecimientos públicos - escribe - destinados a una corta porción de
su pueblo no es fomentar la educación, porque no basta formar hombres hábiles en
las altas profesiones, es preciso mejorar la sociedad, y esto no se puede conseguir sin
abrir el campo de los adelantamientos a la parte más numerosa de ella. ¿Qué haremos con tener oradores jurisconsultos y estadistas si la masa de ella vive sumergida
en la noche de la ignorancia y ni puede cooperar en la parte que le toca, a la marcha
de los negocios, a la riqueza, ni ganar el bienestar a que es acreedora la gran mayoría de un Estado?
No proveer de la debida instrucción a las clases de menores recursos entraña, a su
juicio, no sólo una injusticia, sino un absurdo.
224
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Si todos los hombres tienen derecho al bienestar general –señala–, esas clases como las más numerosas, y las más indigentes son las que más exigen del gobierno protección para la
ilustración de su juventud. 13
“Instruir al pueblo para salvarlo de toda clase de
sometimientos nacionales o extranjeros”
Andrés Bello
Principios de ortología y métrica
La forma como un orador, atropella el idioma mediante pronunciación incorrecta, sería capaz de amarrarle a Bello en la
garganta el nudo de la pena ajena ante la deslucida oratoria.
A su juicio, quienes estuviesen en capacidad de
advertir las incorrecciones del lenguaje hablado en que suelen
incurrir los niños deberían ofrecer la Inmediata corrección,
13
Álvarez, Federico. (1981) El periodista Andrés Bello. Caracas. Ediciones
de La Casa de Bello:
Cuando se disponía a abandonar sus labores periodísticas, en 1853
el panorama educacional chileno estaba muy lejos de ser el que había
encontrado en 1829. En todo el territorio existían 571 escuelas primarias y
los institutos de enseñanza media albergaban a más de dos mil alumnos.
Habían surgido academias de pintura y de música, además de una escuela
de arquitectura. Pocas veces, por lo menos en la historia americana, el
trabajo de un periodista estuvo más ligado al engrandecimiento de una
nación como fue el caso de Bello y “El Araucano”.
Principios de ortología y métrica
225
Carmen Brito Arocha
cualesquiera sean la frase, la oración, el tema que expresen, respetándoseles la
libertad al expresarse al par de la corrección oportuna en caso necesario, buscando
crear el hábito sencillo e impecable de la pronunciación. Él dice y hace. Ha preparado Principios de Ortología y Métrica. Veamos:
Como no hay pueblo, entre los que hablan un mismo idioma, que no
tenga sus vicios de pronunciación, es indispensable en todas partes el
estudio de la Ortología a los que se proponen hablar con pureza; pues
no basta que sean propias las palabras y correctas las frases, si no se
profieren con los sonidos, cantidades y acentos legítimos.
Deseoso de facilitar su estudio (añade en las mismas páginas) presento
a los jóvenes americanos este breve Tratado, en que me parece hallarán
reunido cuanto le es necesario, para que juntando al conocimiento de las
reglas la observación del uso cual aparece en los buenos diccionarios y
en las obras de verso y prosa que han obtenido el sufragio general, adquieran por grados una pronunciación correcta y pura.
Bueno para todo
Por ventura ¿Comenzará a estructurarse en Chile una réplica del escenario de Caracas de 1802 a 1810, según óptica de Pedro Grases, respecto de Andrés Bello?
Una escueta alteración del texto de Grases y obtendríamos: a partir de 1829 tal vez
no se producirá en Chile ningún acontecimiento cultural y/o público en donde, bajo
los cuadros direccionales de la república no estén visibles la mano y la presencia
de Bello.
226
Andrés Bello se lo llevó la revolución
El infatigable laborar de don Andrés Bello desde
su llegada a Santiago va penetrando en las distintas ramas de la
actividad que nutre la vida del país austral. A la mesa de trabajo del humanista venezolano vienen a parar proyectos, planos,
programas y cuánto signifique acción previa a poner manos a la
obra en cualesquiera asuntos, por diversos, pequeños o grandes
que sean en función de los intereses nacionales. Bien por ser
cuestión ya hablada con Bello pidiéndole cooperación, bien porque antes de empezar tal o cual cosa se ha venido haciendo costumbre consultarle a Bello. En misiones y comisiones tendentes
a revisar leyes, en el análisis de complejas miras estará presente
el pulso equilibrado de Bello. Siempre sereno (suavemente la
brisita mueve la hoja en el árbol).
En junio de 1834 don Andrés Bello es nombrado
Oficial Mayor del Departamento de Relaciones Exteriores. Y a
siete de su permanencia en la patria adoptiva es elegido Senador
de la República, febrero de 1837. Pronto el Congreso aprobará
la ley surgida conforme a la proposición del senador Bello: que
las sentencias sean dictadas por los jueces a la mayor brevedad
y de manera sencilla. Es la nueva ley. Ya lo dijo Fernández Madrid al Libertador: “El señor Bello es bueno para todo”.
“Bueno Para todo”
227
Carmen Brito Arocha
Peñalolén en la vida y en la inspiración de Andrés Bello
Por temporadas don Andrés y familia gustan de retirarse al campo. Bajo los auspicios de amable confianza se hospedan en La Hermita, propiedad de don Mariano
de Egaña.
En La Hermita, don Andrés y don Mariano suelen efectuar largas sesiones de trabajo, en medio de comodidades y tranquilidad, muy a propósito deparadas por la casa y sus contornos. Hoy por hoy, Bello permanece unido en amistad
a los más representativos personajes de la vida social, cultural y política de Chile,
consolidada muchas veces la amistad con el compadrazgo.
Doña Elizabeth gusta de compartir asimismo sus períodos vacacionales junto a amistades que gocen de toda su confianza, disfrutando a cielo abierto
de los parajes sugestivos en Peñalolén. La señora María Elizabeth Gausten de Carvallo, apunta en su diario:
Dentro de pocos días me trasladaré al campo con mi amiga señora Bello a la hacienda del señor Egaña (...) permaneceremos allí unos quince días (...) el calor es terrible,
por lo cual hemos adquirido caballos para salir a refrescamos por la tarde. 14
Por lo que concierne a don Andrés, demás estará decir que es en el
campo en donde da rienda suelta a sus goces espirituales. No logra sustraerse al
embrujo de La Hermita. Su musa se siente agradecida de Peñalolén.
14
Salvat Manguillot, Manuel. Algunos amigos de Bello en Chile. En: Bello y Chile. Tercer congreso
del bicentenario, 1981, pág. 99.
228
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Oda “A Peñalolén”
Boscajes apacibles de La Hermita.
¡Oh, cuánto a vuestra sombra me recreo
y con qué encanto celestial poseo
lo que en vano se busca y solicita
en el bullicio corruptor del mundo:
el sosiego profundo,
la deliciosa calma,
la dulce paz!... Que al alma
de sí propia contenta,
y de cuidados míseros exenta,
le hace el silencio plácida armonía,
y hasta la soledad en compañía. (…)
(Publicada en 1848)
La misma sugestión de siempre ejerce la naturaleza en Andrés Bello.
Complacido recorre a caballo Peñalolén. Ama los silencios de la montaña.
La hojarasca, que arropa de trecho en trecho el camino agreste en
medio de los verdes, finge remiendos del camino. Son montaraces atractivos de
los lugares bucólicos. Unos árboles torcidos aquí y allá, la belleza silvestre de una
flor colorada, de otra amarilla; los olores a monte, ¿mirándonos una rosa de montaña?...¡Se embeben los sentidos!
A don Andrés le encanta Peñalolén. Ama ese paisaje, que, súbitamente, se desdobla frente a sus pupilas aparentándole umbríos parajes de Caracas...
Al paso de la bestia cabalga sobre su nostalgia:
229
Carmen Brito Arocha
Véolos otra vez aquellos días,
aquellos campos,
encantadora estancia,
templo de las alegres fantasías
a que dio culto mi inocente infancia;
selvas que el sol no agosta,
a que las frías escarchas nunca embotan la fragancia;
cielo... ¿más claro acaso?...
No, sombrío, nebuloso tal vez... ¡Mas era el mío!
Naturaleza da una madre sola,
y da una sola patria. En vano, en vano
se adopta nueva tierra; no se enrola
el corazón más que una vez; la mano
ajenos estandartes enarbola;
te llama extraña gente ciudadano...
¿Qué importa? ¡No prescriben los derechos
del patrio nido en los humanos pechos! 15
Bello a caballo Dibujo
Eliseo Morales
15
Bello, Andrés. “El Proscrito” Versos (1081 a 1096). Comenzado en Chile, inconcluso, no llegó a
publicarlo.
230
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Andrés Bello y Diego Portales en Chile
Don Diego Portales Palazuelos, el “ideólogo “ de la revolución de 1830, posteriormente Ministro de Guerra y Marina de
la República de Chile, y don Andrés Bello, Oficial Mayor del
Ministerio de Relaciones Exteriores a veces veían enrarecerse
entre ambos el buen entendimiento. El Oficial Mayor se aferraba a las normas jurídicas cuando a esta materia correspondía el
deslinde de contingencias.
A su vez, el Ministro Portales, varón de carácter
recio, exigía en esta o estotra ocasiones “mano dura”. Posición
más producto de procurar celeridad en lo pautado que en fórmulas para dirimirlo, siendo que en verdad se han distinguido
sus acciones por la especie de panacea esgrimida para la buena
marcha del orden social. El principal resorte de la máquina
no es otro que el cabal cumplimiento de las leyes.
Las pequeñas diferencias entre los dos altos funcionarios, buenos amigos y compadres (Padre Maestro; ha llamado Diego Portales a Andrés Bello) las diferencias no volverán a suscitarse entre ellos...
En Quillota, Valparaíso, tiene lugar una revuelta
en junio de 1837: ¡Diego Portales es asesinado!
Los restos mortales son trasladados a la capital,
Santiago, en donde son recibidos por los señores Andrés Bello,
Diego Antonio Barros y Mariano Egaña. Los honores se rendirán en el Senado.
Diego Portales
231
Carmen Brito Arocha
La conmoción es general frente a la pérdida irreparable del hombre
cuyas acciones lo señalan como el reformador de Chile. 16
“Bello y Portales son como dos columnas en las
que descansa la República de Chile”.
Hugo Montes y Lukás.
“La ley es una declaración de la voluntad soberana que manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe, permite”.
Andrés Bello
Andrés Bello Chile
Iniciada la década de los años cuarenta: Andrés
Bello junto con uno de sus ilustres colegas en condición de
legisladores son nombrados por el Senado a objeto de que presenten el proyecto de codificación de leyes civiles (a partir de
1841); también son designados Bello, José Gabriel Palma y
Miguel de La Barra para trabajar en el proyecto de ley que haría efectiva la creación de la Universidad. La redacción estaría
a cargo de Bello quien, de su parte, no cejará en llevar a feliz
término tan importantes asuntos, sin que por ello deje de lado
sus autoencomiendas.
16
En opinión de Joaquín Edwards Bello: La era Portaliana tuvo su origen en una eminencia gris
de gran altura, de egregio criterio, conocedor y forjador de almas, inspirador de ideas y actos de primer
orden en los destinos de Chile. Esta eminencia gris fue don Andrés Bello. La llamada era Portaliana debió
llamarse la era de Bello.
232
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Publica enjundiosos escritos de filosofía, los cuales darán luego origen a la obra Filosofía del Entendimiento. Publica ensayos, poesías, artículos periodísticos; desarrolla todo un epistolario; edita Análisis Ideológica de los Tiempos de
la Conjugación Castellana, revelando haber mantenido guardados los originales de
dicha obra “durante largos años”, por lo que puede inferirse que comenzó a escribirla en Caracas.
“Me he determinado a sacar esta obrilla de la oscuridad en que hace
más de treinta años la he tenido sepultada”.
…había una vez...
Porque se trata de un asunto de hace mucho tiempo, iniciamos esta página imaginándonos un cuento, pues se refiere en verdad la cuestión a tiempos en que no era
corriente la escritura: entonces la Poesía fungió de comunicadora muy singular,
mezcla de cronista, de reportera, de historiadora, etc. Por lo demás, gracias a la
sencillez del estilo de Bello resulta amena la historia.
Andrés Bello nos cuenta:
Mientras no se conocieron las letras, o no era de uso general la escritura, el depósito
de todos los conocimientos estaba confiado a la poesía. Historia, genealogías, leyes,
tradiciones religiosas, avisos morales, todo se consignaba en cláusulas métricas, que,
encadenando las palabras, fijaban las ideas, y las hacían más fáciles de retener y
comunicar. La primera historia fue en verso. Se cantaron las hazañas heroicas, las
expediciones de guerras, y todos los grandes acontecimientos, no para entretener
la imaginación de los oyentes, desfigurando la verdad de los hechos con ingeniosas
233
Carmen Brito Arocha
ficciones, como más adelante se hizo, sino con el mismo objeto que se propusieron
después los historiadores y cronistas que escribieron en prosa. Tal fue la primera
epopeya o poesía narrativa: una historia en verso, destinada a transmitir de una en
otra generación los sucesos importantes para perpetuar su memoria.
Mas en aquella primera edad de las sociedades, la ignorancia, la credulidad y el amor
a lo maravilloso, debieron por precisión adulterar la verdad histórica y plagarla de patrañas, que, sobreponiéndose sucesivamente unas tras otras, formaron aquél cúmulo
de fábulas cosmogónicas, mitológicas y heroicas en que vemos hundirse la historia de
los pueblos cuando nos remontamos a sus fuentes. Los rapsodos griegos, los escaldos
germánicos, los bardos bretones, los troveras franceses, y los antiguos romanceros
castellanos, pertenecieron desde luego a la clase de poetas historiadores, que al principio se propusieron simplemente versificar la historia; que la llenaron de cuentos maravillosos y de tradiciones populares, adoptados sin examen y generalmente creídos;
y que después, engalanándola con sus propias invenciones, crearon poco a poco y sin
designio un nuevo género, el de la historia ficticia. A la epopeya - historia, sucedió
entonces la epopeya histórica, que toma prestado sus materiales a los sucesos verdaderos y celebra personajes conocidos, pero entreteje con lo real lo ficticio, y no aspira
ya a cautivar la fe de los hombres, sino a embelesar su imaginación.
No queremos decir que después de esta separación, la historia, contaminada más o
menos por tradiciones apócrifas, dejase de dar materia al verso. Tenemos ejemplo de
lo contrario en España, donde la, costumbre de poner en coplas los sucesos verdaderos, o reputados tales, que llamaban más la atención subsistió largo tiempo, y puede
decirse que ha durado hasta nuestros días, bien qué con una notable diferencia en la
materia. Si los romanceros antiguos celebraron en sus cantares las glorias nacionales las victorias de los reyes cristianos de la Península sobre los árabes, las mentidas
proezas de Bernardo del Carpio, las fabulosas aventuras de la casa de Lara , y los
234
Andrés Bello se lo llevó la revolución
hechos, ya verdaderos, ya supuestos, de Fernán González, Ruy Díaz y otros afamados
capitanes; si pusieron algunas veces a contribución hasta la historia antigua, sagrada
y profana; en las edades posteriores el valor, la destreza y el trágico fin de bandoleros
famosos, contrabandistas y toreros, han dado más frecuente ejercicio a la pluma de
los poetas vulgares y a la voz de los ciegos.
En el siglo XIII, fue cuando los castellanos cultivaron con mejor suceso la epopeya - historia. De las composiciones de esta clase que se dieron a luz en los siglos
XIV y XV, son muy pocas aquellas en que se percibe la menor vislumbre de mismos
asuntos que antes: Alejandro de Macedonia, Arturo y la Tabla Redonda, Tristán y la
bella Iseo, Lanzarote del Lago, Carlomagno y sus doce pares, etc. Pero una vez introducida esta nueva forma de epopeya o historias ficticias, no se tardó en aplicarla
a personajes nuevos, por lo común enteramente imaginarios; y entonces fue cuando
aparecieron los Amadises, los Belianises, los Palmerínes, y la turbamulta de caballeros andantes, cuyas portentosas aventuras fueron el pasatiempo de toda Europa en
los siglos XV y XVI. A la lectura y a la composición de esta especie de romances, se
aficionaron sobremanera los españoles hasta que el héroe inmortal de La Mancha la
puso “en ridículo, y la dejó consignada para siempre al olvido”. La forma prosaica de
la epopeya no pudo menos de frecuentarse y cundir tanto más, cuanto fue propagándose en las naciones modernas el cultivo de las letras, y especialmente el de las artes
elementales de leer y escribir. 17
Mientras don Andrés Bello nos ha venido ilustrando acerca del papel
jugado por la poesía en los tiempos de su desdoblamiento, cuando cumplía otras
funciones sin perder su propia esencia, pensábamos en la Silva “La Agricultura
de la Zona Tórrida”: Versos a través de los cuales se presiente la feracidad de una
17
Bello, Andrés. 1841. La Araucana. Santiago de Chile. Tomado de: Bello y la América Latina.
Cuarto congreso del bicentenario, 1982.
235
Carmen Brito Arocha
tierra fertilizada por humus de milenios y sol lujuriante, abierta a desparramar
de manera silvestre, salvaje, aromas y colores y sabores. Verdadera aleluya a la
naturaleza, que, de paso, despierta la gula en un festín de la imaginación, cuya
voracidad elige bocados a diestra y siniestra.
“Ni en nuestro siglo ni en los anteriores hallo poeta castellano que le
supere en retratar las maravillas de la naturaleza y los prodigios de la agricultura”.
Dice de Bello el filólogo Manuel Cañete.
Enmarcado dentro de esos mismos retratos, Bello hace además labor
social, exaltando las bondades del campo si de llevar vida placentera se tratase:
seduce la invitación a “gozar la suerte campesina”; quien quiera que viva el atiborramiento de la ciudad cuando menos suspiraría con amaneceres teñidos de humo
de leña durante la sabrosa colada de café; ¡el ordeño!...¡y demás peculiaridades de
la vida campestre! “¿Amáis la libertad? el campo habita”. Conquista el ánimo para
la faena en el campo. Y pinta tan acogedor y noble el panorama, (como quien lo ha
experimentado a placer) que cualquiera descubre en el señor poeta un agricultor
frustrado...mejor sea dicho, se descubre al individuo que lleva arraigado amor por
la vida campestre, que de hecho caza con las labores propias del medio.
Ya en “Mis deseos”, poesía de la primera juventud, Bello revela en
donde le gustaría vivir y morir… “De Aragua a las orillas, un distrito que me tribute fáciles manjares / do vecino a mis rústicos hogares / entre peñascos corra un
arroyito / ¡Felice yo si en este albergue muero! ...”
Viene al caso recordar, asimismo, la ocasión en que nuestro personaje procuró (aun cuando en el propio nombre y en el de la familia) unas fanegadas
de tierra destinadas a la siembra de café; para entonces, joven intelectual muy apreciado, y quien cumplía con cabal formalidad labores oficinescas...
Ahora, de no haber ocurrido lo que sabemos que ocurrió, Andrés Bello habría sido feliz, probablemente, en “El Helechal”, escardando mogotes, jalando
236
Andrés Bello se lo llevó la revolución
machete, según el habla rústica y bonachona entre la vecindad campesina, gozoso
de escribirle poemas a los cafetos en flor, entre escardillas y rumas de libros. En Resumen de Historia de Venezuela, celebra la próspera agricultura de la Provincia, sometida cada cosa a la minuciosidad de los conocimientos, ¡hay pasión por el asunto!
Mientras Londres festejaba la aparición del ferrocarril (1825), icono de la revolución
industrial, el poeta Andrés Bello yacía entregado (podría decirse) a oponerle a la
locomotora – por contraste – la Zona Tórrida... ¡Salve Fecunda Zona! – (la célebre
Silva, vio la luz en 1826). Llega Bello a Chile y en lugar de irse de paseo, por ejemplo, en busca de nuevos aires , o, por mejor decir, Buenos Aires , se va en busca de
su olor a monte, esos montes llenos de racimos-ambrosías de pájaros y, a cantarle:
“Boscajes apacibles de la Hermita / ¡Oh, cuánto a vuestra sombra me recreo!”
También es verdad que en un después Pablo Neruda18 iba a referirse
a aquellos verdísimos panoramas patrios, así:
“Quien no conoce los bosques chilenos no conoce este planeta”
Bello, pues, justificado. Por último, la famosa Silva nos hizo volver
a los tiempos remotos en que la poesía cumplía entre otros su eficiente papel de
cronista. Concluimos en que tal vez nuestro poeta hubiese empleado tan ingenioso
método en aras de mostrar al mundo entero tantas y tantas riquezas naturales de
América, troquelando al mismo tiempo en modo iridiscente la Epopeya:
“¡Triunfo de Hispanoamérica sobre el León de España!”
18
Neptalí Ricardo Eliécer Reyes Basoalto (Pablo Neruda): “Quien no conoce los bosques chilenos
no conoce el planeta”, afirma en sus memorias: Confieso que he vivido. Nació, el laureado poeta, en
Parral, Chile, el 12 de abril de 1904. Desde los años de estudiante fue cosechando premios por sus
escritos, hasta alcanzar el premio Nobel de Literatura en el año 1971. Murió el 23 de septiembre de 1973
en su patria. “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”... Difícilmente un amante de la poesía
ignore El Poema 20 de Neruda.
237
Carmen Brito Arocha
Por estos tiempos en que se nos muestra tan lleno de quehaceres,
don Andrés Bello recibe carta de su hermano Carlos, quien siempre ha residido
en Caracas. De manera muy particular se le remueve la nostalgia alrededor de esa
parte de su vida a la que se resiste creer haya dejado atrás. Se consuela con arañar
esperanzas de volver. Lo mismo que se desliza el agua entre los dedos se cuela
entre las letras de Bello su diafanidad.
Como un niño con juguete nuevo se entrega Andrés Bello a un regalo
de Caracas
(Párrafo)
Santiago, 30 de abril, 1842.
Mi querido Carlos:
Me has dado uno de los mayores placeres que he tenido durante mi largo destierro,
con la remesa que me has hecho de la Historia de Venezuela, Atlas y mapas; todo lo
cual ha llegado en el mejor estado a mis manos. Sería por demás querer expresarte
los sentimientos con que he leído tan interesante historia, las emociones con que me
han hecho palpitar tantos nombres queridos. Abro el Atlas, y recorro el mapa; qué
de recuerdos, qué de imágenes se agolpan a mi imaginación. De la vista de Caracas,
sobre todo, no pueden saciarse mis ojos y aunque, busco en ellos vanamente lo que
no era posible que me trasladase el grabado, paso a lo menos algunos momentos
de agradable ilusión. Me has hecho el más apreciable, el más exquisito presente. La
vista de Caracas estaré colgada en frente de mi cama, y será quizás el último objeto
que contemplen mis ojos cuando diga adiós a la tierra. Hubiese deseado que me dieses algunas noticias de los autores Baralt y Díaz. ¿Son venezolanos? Lo celebraría
238
Andrés Bello se lo llevó la revolución
mucho, porque su obra hace honor al país, así como el resultado total de los trabajos
del señor Codazzi le da un título a la gratitud de los americanos. 19
La Universidad de Chile
A menos de un año de haberse aprobado el Proyecto de Ley de
la Universidad de Chile, presentado por don Andrés Bello el 4
de julio de 1842, se prepara el acto de instalación de la moderna casa de estudios.
17 de septiembre de 1843
¡Júbilo en la ciudad de Santiago una vez abiertas de nuevo las
puertas de la Universidad!
El 21 de julio fue nombrado el señor Rector. Para
ninguno habría de ser un secreto el elegido para la relevante
designación: el venezolano- chileno don Andrés Bello.
En la plenitud de sus sesenta y dos años, nimbado
por su clásico don de gentes de superior serenidad, don Andrés
Bello responderá al honor de que ha sido objeto pronunciando
un discurso digno de su sapiencia, (segmentos):
Don Andrés Bello, a la edad de sesenta y tres años. Retrato del natural realizado por el afamado retratista francés
Raymond Quinsac Monvoisin. Se estima que el artista interpretó con la mayor exactitud los rasgos fisonómicos
Excmo Sr. Patrono de la Universidad
del maestro, así como la expresividad
Señores:
genuina del rostro. Preside el Salón
El Consejo de la Universidad me ha encargado expresar a Rectoral de la Universidad de Chile
19
Andrés Bello: bicentenario de su nacimiento, 1982.
239
Carmen Brito Arocha
nombre del cuerpo nuestro profundo reconocimiento, por las distinciones y la confianza con que el supremo gobierno se ha dignado honramos. Debo también hacerme el intérprete del reconocimiento de la Universidad por la expresión de benevolencia en que el señor ministro de instrucción se ha servido aludir a sus miembros...
Entre pausas y frases continuará hilvanando una pieza oratoria que
iba a ser estimada como el lineamiento más auténtico de su fibra de humanista y
en general de su ideario pedagógico:
Lo sabéis, señores: todas las verdades se tocan, desde las que formulan el rumbo de
los mundos en el piélago del espacio; desde las que determinan las agencias maravillosas de que dependen el movimiento y la vida en el universo de la materia; desde
las que resumen la estructura del animal, de la planta, de la masa inorgánica que
pisamos; desde las que revelan los fenómenos íntimos del alma en el teatro misterioso de la conciencia, hasta las que expresan las acciones y reacciones de las fuerzas
políticas; hasta las que sientan las bases inconmovibles de la moral; hasta las que
determinan las condiciones precisas para el desenvolvimiento de los gérmenes industriales; hasta las que dirigen y fecundan las artes.
En ductoras y a veces tiernas reflexiones alrededor del universo científico y de la entrega al sugestivo mundo de las letras llenará otros espacios discurriendo calmoso:
Las letras y las ciencias al mismo tiempo que dan un ejercicio delicioso al entendimiento y a la imaginación, elevan el carácter moral.
Tales son las recompensas de las letras; tales son sus consuelos. Yo mismo siguiendo
de tan lejos a sus favorecidos adoradores, yo mismo he podido participar de sus
240
Andrés Bello se lo llevó la revolución
beneficios, y saborearme con sus goces. Adornaron de celajes alegres la mañana de
mi vida, y conservan todavía algunos matices del alma, como la flor que hermosea
las ruinas.
Entre pausas y frases, se entretejen experiencias en modo sutil...
Los buenos maestros, los buenos libros, los buenos métodos, la buena dirección de la
enseñanza son necesariamente la obra de una cultura intelectual muy adelantada.20
Conservan todavía algunos matices del alma
Cuánta reminiscencia en esas palabras, ¡cuánto ayer! en esa “flor que hermosea
las ruinas”. Por lo demás, el señor Rector que es hoy día, junto a las más severas
obligaciones que pudieran regirle aun mayormente su tiempo no hará a un lado a la
amiga incondicional, dulce confidente, que lo ha aguardado toda la vida a la vera
del camino siempre, la Poesía.
Dentro de dos semanas publicará “La oración por todos” 21, versos
inspirados en una creación poética de Víctor Hugo.
Ha corrido por voces de la historia que el escritor francés, universalmente conocido, al tener frente a sus ojos los versos inspirados en un trabajo suyo
exclamó: “¡Me ha ganado el caraqueño!”
20
Mariano Egaña, Manuel Bruines, Manuel Mont, Ignacio Domeyko y Andrés Bello constituyen el
recurso humano que impulsa la creación de la Universidad de Chile. La antigua Universidad de San Felipe
había sido disuelta en el año 1839.
21
“La oración por todos” poema publicado por Andrés Bello en 1843 en El Crepúsculo, Santiago de
Chile. Inspiró a Bello una obra poética de Víctor Hugo (1802 – París 1885). Autor de la famosa novela Los
Miserables.
241
Carmen Brito Arocha
La oración por todos
Imitación de Víctor Hugo.
I
Ve a rezar hija mía. Ya es la hora
de la conciencia y del pensar profundo:
cesó el trabajo afanador, y al mundo
la sombra va a colgar su pabellón.
Sacude el polvo el árbol del camino,
el soplo de la noche; y en el suelto
manto de la sutil neblina envuelto,
se ve temblar el viejo torreón.
¡Mira! su ruedo de cambiante nácar.
el occidente más y más angosta;
y enciende sobre el cerro de la costa
el astro de la tarde su fanal.
Para la pobre cena aderezado,
brilla el albergue rústico, y la tarda
vuelta del labrador la esposa aguarda
con su tierna familia en el umbral.
Brota del seno de azul esfera
uno tras otro fúlgido diamante;
y ya apenas de un carro vacilantese oye a distancia el desigual rumor.
242
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Todo se hunde en la sombra; el monte, el valle
y la iglesia, y la choza, y la alquería
y a los destellos últimos del día
se orienta en el desierto el viajador.
Naturaleza toda gime; el viento
en la arboleda, el pájaro en el nido,
y la oveja en su trémulo balido,
y el arroyuelo en su correr fugaz.
El día es para el mal y los afanes;
¡He aquí la noche plácida y serena!
El hombre tras la cuita y la faena,
quiere descanso y oración y paz
Sonó en la torre la señal, los niños
conversan con espíritus alados;
y los ojos al cielo levantados,
invocan de rodillas al Señor.
Las manos juntas, y los pies desnudos,
fe en el pecho, alegría en el semblante
con una misma voz, a un mismo instante,
al Padre Universal piden amor.
Y luego dormirán, y en leda tropa,
sobre su cuna volarán ensueños,
ensueños de oro, diáfanos, risueños,
243
Carmen Brito Arocha
visiones que imitar no osó el pincel.
Y ya sobre la tersa frente posan,
ya beben el aliento a las bermejas
bocas, como lo chupan las abejas
a la fresca azucena y al clavel.
Como para dormirse, bajo el ala
esconde su cabeza la avecilla,
tal la niñez en su oración sencilla
adormece su mente virginal.
¡Oh dulce devoción, que reza y ríe!
¡de natural piedad primer aviso!
¡fragancia de la flor del paraíso!
¡preludio del concierto celestial!
II
Ve a rezar hija mía. Y ante todo,
ruega a Dios por tu madre, por aquella
que te dio el ser, y la mitad más bella
de tu existencia ha vinculado en él;
que en su seno hospedó tu joven alma,
de una llama celeste desprendida;
y haciendo dos porciones de la vida,
tomó el acíbar y te dio la miel.
244
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Ruega después por mí. Más que tu madre
lo necesito yo… Sencilla, buena,
modesta como tú, sufre la pena,
y devora en silencio su dolor.
A muchos compasión, a nadie envidia,
la vi tener en mi fortuna escasa;
como sobre el cristal la sombra, pasa
sobre su alma el ejemplo corruptor.
No le son conocidos…!ni lo sean
a ti jamás!... los frívolos azares
de la vana fortuna, los pesares
ceñudos que anticipan la vejez;
de oculto oprobio el torcedor, la espina
que punza a la conciencia delincuente,
la honda fiebre del alma, que la frente
tiñe con enfermiza palidez.
Más yo la vida por mí mal conozco,
conozco el mundo, y sé su alevosía;
y tal vez de mi boca oirás un día
lo que valen las dichas que nos da.
Y sabrás lo que guarda a los que rifan
riquezas y poder, la urna aleatoria,
y que tal vez la senda que va a la gloria
guiar parece, a la miseria va.
245
Carmen Brito Arocha
Viviendo, su pureza empaña el alma,
y cada instante alguna culpa nueva
arrastra en la corriente que la lleva
con rápido descanso al ataúd.
La tentación seduce; el juicio engaña;
en los zarzales del camino deja
alguna cosa cada cual: la oveja
su blanca lana, el hombre su virtud.
Ve hija mí, a rezar por mí y al cielo
pocas palabras dirigir te baste:
“Piedad. Señor, al hombre que criaste
eres Grandeza; eres Bondad;¡perdón!”
Y Dios te oirá; que cual del ara santa
sube el humo a la cúpula eminente,
sube del pecho cándido, inocente,
al trono del Eterno la oración.
Todo tiende a su fin: a la luz pura
del sol, la planta; el cervatillo atado,
a la libre montaña; el desterrado,
al caro suelo que le vio nacer;
y la abejilla en el frondoso valle,
de los nuevos tomillos al aroma;
y la oración en alas de paloma
a la morada del Supremo Ser.
246
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Cuando por mí se eleva a Dios tu ruego,
soy como el fatigado peregrino,
que su carga a la orilla del camino
deposita y se sienta a respirar;
porque de tu plegaria el dulce canto
alivia el peso a mi existencia amarga,
y quita de mis hombros esta carga,
que me agobia de culpa y de pesar.
Ruega por mí y alcánzame que vea,
en esta noche de pavor, el vuelo
de un ángel compasivo, que del cielo
traiga a mis ojos la perdida luz.
Y pura finalmente, como el mármol
que se lava en el templo cada día,
arda en sagrado fuego el alma mía,
como arde el incensario ante la Cruz.
III
Ruega hija, por tus hermanos,
los que contigo crecieron,
y un mismo seno exprimieron,
y un mismo techo abrigó.
Ni por los que te amen sólo
el favor del cielo implores:
por justos y pecadores,
Cristo en la Cruz expiró
247
Carmen Brito Arocha
Ruega por el orgulloso
que ufano se pavonea,
y en su dorada librea
funda insensata altivez;
y por el mendigo humilde
que sufre el ceño mezquino
de los que beben el vino
porque le dejen la hez.
Por el que de torpes vicios
sumido en profundo cieno,
hace aullar el canto obsceno
de nocturna bacanal;
y por la velada virgen
que en su solitario lecho
con la mano hiriendo el pecho,
reza el himno sepulcral.
Por el hombre sin entrañas,
en cuyo pecho no vibra
una simpática fibra
al pesar y a la aflicción;
que no da sustento al hambre,
ni a la desnudez vestido,
ni da la mano al caído,
ni da a la injuria perdón.
248
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Por el que en mirar se goza
su puñal de sangre rojo,
buscando el rico despojo,
a la venganza cruel;
y por el que en vil libelo
destroza una fama pura,
y en la aleve mordedura
escupe asquerosa hiel.(...)
¡Dios mío! ¿Y qué es de la vida de doña Elizabeth Dunn
de Bello?
La señora Bello, año tras año se ha venido adaptando a la vida
santiaguina. Ocupada en sus quehaceres hogareños, levantando
una numerosa familia, teniendo un esposo amante del recogimiento familiar, pese a sus tantas obligaciones de trabajo; compartiendo dichas y sinsabores con los suyos; a doña Elizabeth
se la ve hacendosa y agradable siempre. Llamada “la dama inglesa” por los ajenos a su trato.
La señora Bello no falta a los oficios religiosos,
por lo regular acompañada de su esposo. A propósito de su paso
por la calle, motivado a las visitas al templo, la doña aprovecha para compartir un poco con personas amigas a quienes encuentra en trayecto. El paso lento suyo contrasta con el andar
apresurado de don Andrés, que por momentos se desentiende de
Elizabeth Dunn de Bello
249
Carmen Brito Arocha
lentitudes y opta por la prisa. Impaciencia y calma a veces en
discordia y que origina discretos dimes y diretes entre marido
y mujer, según finos observadores. Tal por ejemplo, lo recogido por Guillermo Feliú Cruz:
Hija, todo el mundo tiene algo que hacer cuando sale a la
calle, y usted las detiene haciéndoles perder el tiempo. En
su castellano atravesado doña Isabel tenía una gran excusa
para justificarse ante el marido: decíale que estas conversaciones le informaban de lo que ocurría en la vida santiaguina: Usted, Bello no me da noticia de nada, ni cuenta lo que
pasa.
“Los hijos tuvieron en Bello la imagen perfecta
del hombre correcto, del caballero, de gran señor”.
Amunátegui
Andres Bello hombre correcto
250
Hemos estado aguardando el momento en que
don Andrés haga un alto en sus múltiples ocupaciones y hable un poco acerca de sus hijos, y en ese momento es ¡ya!....
Hablando como solo puede hacerlo un padre complacido de
su prole, tan coloquial resulta cuánto va contando que, quien
quiera que sea, puede imaginarse arrellanado en un sillón
frente al sabio (sentados muy cómodos los dos), oyéndolo de
“tú a tú” contar pormenores de sus muchachos.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Carlos, el primogénito, se halla ausente de nosotros, ha entrado en especulaciones de
minas, y con muy buenos auspicios. Me ha manifestado en su último viaje a Santiago
mucho deseo de hacer un viaje a Caracas, y yo desespero de que lo verifique Francisco, el segundo, es el mejor y más querido de mis hijos .Difícil que pueda fomentar
idea de sus virtudes, de su talento, de su amabilidad, de su juicio. Es uno de los mejores abogados de Santiago y haría sin duda una fortuna rápida si gozase de buena
salud. Desgraciadamente su constitución es muy delicada y tendrá que dejar el ejercicio de una profesión que es aquí bastante lucrativa, cuando se ejerce con crédito.
Juan, el tercero es un joven bastante aprovechado, tiene un empleo en las oficinas de
Relaciones Exteriores, enseña en un colegio , es de un carácter muy vivo y alegre, lleno de proyectos, se pica de literato, hace versos, canta, baila, traduce varios idiomas,
y en medio de sus alegrías y travesuras trabaja ocho o diez horas al día.
De Andrés, el cuarto, no puedo decirte, sino que es un jovencito moreno, de tal cual
figura, desaplicado, de muy buen corazón. Anita toca piano y canta; nada de particular hay en su figura ni en sus cualidades ni en su carácter.
Luisa, principia a tocar el piano, criatura angelical por su carácter, la docilidad, la
mansedumbre más grande, la más amorosa nieta de mi madre, Josefina bastante bonita.
Debí haber nombrado antes a Manuel, que aprende ahora las primeras letras, Eduardo está acabando la cartilla. Sabes que he perdido tres de mis hijos, uno en Inglaterra
y dos en Chile.
La descripción que me haces de mi madre me llena de contento, y sus cartas, que he
recibido con la tuya, me han causado como puedes fácilmente imaginarlo, el mayor
gusto. Cuanto me alegra de que la tengas en el seno de tu familia, rodeada de sus
numerosos nietos, y que placer seria para mí que pudiera abrazar y dar su bendición
a mis hijos… etc. 22
22
Rasco, Félix. Homenaje. En: Primer Centenario del nacimiento de Bello, 1781-1881. (1981). pág. 3.
251
Carmen Brito Arocha
Atentos a su puño y letra de esta carta del 11 de noviembre de 1844,
a su cuñado Miguel Rodríguez en Caracas, solo resta decir que Andrés Bello se
deleita describiendo la ternura que le inspiran sus seres queridos.
Por cierto que para este mismo año (1844) apareció reeditada la obra
Derecho de Gentes bajo el título Derecho Internacional. No se hizo esperar la crítica: “La obra más completa en su clase de cuantas se han publicado hasta ahora”,
comento El Eco del Comercio,23 periódico de Madrid. Saldrán otras ediciones en
alemán y en francés.
La nueva edición del Derecho de Gentes (1844), ahora corregida y
aumentada y bajo un título más ambicioso, Principios de Derecho Internacional va
a ser obra adoptada prontamente por distintos países, entre éstos Colombia y Ecuador. En la oportunidad en que su autor intentaba publicar por primera vez dicha
obra, contaba principalmente con sus alumnos, quiénes de momento al menos podrían constituirse en seguros lectores. Modestamente el autor solicitó en el medio
oficial chileno se le adquiriese una parte de los impresos. Lejos estaría de suponer
que un día se le escaparían de las manos aquellos Principios de Derecho de Gentes,
echándose a andar triunfalmente por el mundo.
“La injerencia (sic) de un gobierno en los negocios particulares de
otro u otros, no es regla, sino una excepción; generalmente hablando es ilegítima,
atentatoria contra los derechos de los estados”
Andrés Bello
23
252
(Grases, 1981, pág. 191)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
“En la república de las naciones hay una aristocracia de grandes potencias que es en la que de hecho reside exclusivamente la autoridad legislativa. El
juicio de los estados débiles ni se consulta ni se respeta.”
Andrés Bello 24
“Puede considerarse al caraqueño don Andrés Bello como el verdadero fundador del Derecho Internacional Iberoamericano.”
José Varíssimo. Internacionalista brasilero.
De Principios de Derecho Internacional:
El objeto más esencial de las misiones diplomáticas es mantener la buena inteligencia
entre los respectivos gobiernos desvaneciendo las preocupaciones desfavorables y
sosteniendo los derechos nacionales con una firmeza templada por la moderación.
Es un deber del Ministro estudiar los intereses mutuos de los dos países, sondear las
miras y disposiciones del gobierno a quien está acreditado y dar cuenta a su soberano de todo lo que pueda importarle. Debe asimismo velar sobre la observancia de los
tratados y defender a sus compatriotas de todo vejamen e injusticia. Circunspección,
24
Morales Paúl, Isidro. 1989. Don Andrés Bello y las Relaciones Internacionales de su tiempo. Caracas.
La Casa de Bello. (...) como expresamos en nuestro trabajo sobre La contribución de don Andrés Bello a la
formulación de los Principios del Derecho Internacional en América presentado al Congreso Nacional sobre
Andrés Bello y el Derecho Internacional celebrado en Roma (10 - 12 de diciembre de 1961). El examen crítico
de las ideas y puntos de vista de don Andrés Bello sobre la política y el Derecho Internacional sólo pueden
y deben ser examinados en el marco histórico político en el que le tocó vivir y actuar, en el marco de las
relaciones internacionales de su época y teniendo en cuenta la posición relativa de Venezuela inicialmente y
luego de Chile, su patria de adopción, en el concierto de las naciones de su época.
253
Carmen Brito Arocha
reserva, decoro en sus comunicaciones verbales y escritas
son cualidades absolutamente necesarias para el buen suceso
de su encargo. Aun en los casos de positiva desavenencia y
declarado rompimiento debe el Ministro ser medido en su lenguaje y mucho más en sus acciones, guardando puntualmente
las reglas de cortesía que exige la independencia de la nación
en cuyo seno reside, y las formalidades de etiqueta que la
costumbre ha introducido.
El comercio ha hecho más por suavizar las relaciones internacionales que todas las otras causas juntas.
El comercio es calculador por esencia, y cuanto mejor calcule
sus intereses materiales más patentemente los verá apoyados
en el cultivo de la amistad y paz
Andrés Bello
Francisco “El mejor y más querido de los hijos… ha muerto”
254
En la carta del 11 de noviembre (1844), dirigida
a su cuñado Miguel Rodríguez y en donde le hablaba de sus
hijos, don Andrés Bello hacía notar la precaria salud de Francisco, el segundo de sus hijos habidos en el primer matrimonio.
En aquella epístola reveló el padre: “El mejor y
más querido de mis hijos”
Muere Francisco Bello Boyland, el 13 de junio
de 1845.
Bajo el peso de su inmenso desconsuelo, don Andrés recoge cuanto pudiera recogerse entre lágrimas y tinta de
unos bien amados despojos.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Era Francisco Bello Boyland un joven que, nacido en Inglaterra se formó principalmente en Chile, que casi niño fue profesor del Instituto Nacional, que contribuyó allí bastante al
restablecimiento de la lengua latina; que en una gramática
introdujo por primera vez las doctrinas de la filología europea
de los últimos años; que dejó acopiados materiales para una
segunda edición de aquella obra, en que desgraciadamente,
hubo de trabajar otra mano; que cultivó la literatura con suceso; que se distinguió en el foro desde que entró en él; que
fue precipitado al sepulcro en la flor de la vida, malogrando
las más bellas esperanzas. El vecindario de Santiago lo lloró y
conocía solamente la mitad de su alma.
La familia Bello contempla las posibilidades de
pasarse una temporada en Valparaíso. A este puerto llegaron
hace dieciséis años. Francisco contaba apenas once.
En los primeros días de enero (1846) don Andrés
se dirige a su amigo Juan María Gutiérrez, que se halla en Valparaíso. Le plantea la necesidad en que se encuentra de viajar
por unos días al puerto y el deseo de obtener información acerca de alguna vivienda que se amolde a los requerimientos de la
familia, tanto en comodidades como en costos.
(...) una fonda respetable... Necesitamos una pieza con dos
camas, otra con tres y otra para dos niños y criados; supliendo nosotros los colchones que falten... Almuerzo, comida y té, todo en mesa separada.
255
Carmen Brito Arocha
Los Bello viajan a Valparaíso. En el mes de abril recibe Bello correspondencia de don Mariano de Egaña: “ ...Deseo mucho ver a usted” –expresa el
mensaje – “Mil memorias a mi comadre y familia.”
Don Andrés Bello, después de la pérdida de su hijo ha quedado muy abatido
y en diversas veces ha manifestado su intención de separarse de la Oficina
Don Andrés tratará por todos los medios de sobreponerse a la pesadez que lo embarga y que no es otra cosa que la pura aflicción. En algún momento llegará a lamentarse de no abrir siquiera uno de sus libros, después de tanto empeño y cuidado
que pone en empacarlos y llevarlos consigo...
Don Manuel Montt, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, ha
escrito a don Salvador Sanfuentes, entre las cosas por decir no olvida la dura situación por la que atraviesa el amigo...
Y así es la verdad. A través de la correspondencia de Bello se adviene el “bajón” de su estado de ánimo.
¡Cuánto dolor! ¡Cuánto sufrimiento en la adultez! Sentirse acorralado por tristes realidades como por castigo impuesto, ¡qué duro es!; aguantar, contenerse, luchar… ¡eso es luchar!; dejar escapar las hondas cuitas ¡alivio aparente!;
¡volverse pequeño, acurrucarse en los miedos, en el dolor!
Anhela la presencia de su hermano Carlos, “estiraba los brazos y las
manos para agarrar algo y asía solamente recuerdos”.
El 17 de febrero revelaba en mensaje a su hermano:
En mi vejez repaso con un placer indecible todas las memorias de mi Patria (recuerdo los ríos, las quebradas y hasta los árboles que solía ver en aquella época feliz de
mi vida). Cuantas veces fijo la vista en el plano de Caracas creo pasearme otra vez
256
Andrés Bello se lo llevó la revolución
por sus calles, buscando en ellas los edificios conocidos y preguntándoles por los
amigos, los compañeros que ya no existen.
¡Daría la mitad de la vida por abrazaros, por ver de nuevo el Catuche, el Guaire,
por arrodillarme sobre las losas que cubren los restos de tantas personas queridas!
Tengo todavía presente la última mirada que di a Caracas desde el camino de La
Guaira. ¿Quién me hubiera dicho que en efecto era la última?
(...) Cuántos preciosos recuerdos me sugiere este templo y sus cercanías. Teatro de
mi infancia, de mis primeros estudios, de mis primeras y más caras afecciones. Allí
la casa en que tú y yo nacimos y jugamos, con su patio y corral, con sus granados y
naranjos.
Y ahora ¿qué es de todo esto? 25
Pura nostalgia. ¿Por qué mejor no hace un viaje a Venezuela? En la
ocasión en que Rafael Revenga escribió a Bello, invitándole irse a Colombia, por
tales y cuales razones, hablamos sobre lo poco elegante, o más bien, lo de tan mal
gusto que podría parecerle al viajero (para entonces ya en alta mar) el hecho de
culminar el viaje sintiéndose muy complacido por la oferta de última hora y sin
más ni más , no bien verse entre amigos y extraños, agradecer la solidaridad brindada en la tierra chilena, la oferta de trabajo etc. etc., y muy sonreído volverse por
donde vino.
Asomábamos en el momento la probabilidad de que, por el contrario,
una vez en Chile el señor Bello quedaría atrapado dentro de sus propios moldes de
decencia y gratitud sin jamás desairar al gobierno y personas que lo recibían en
unión de su respetable familia, y que, pensamos, fuese cuestión de pensar en viajes
25
Picón Lares, Roberto. s.f., Don Andrés Bello. s.e.
257
Carmen Brito Arocha
más adelante... Esto último cabria cómodo dentro de la lógica. Ahora, lo que nunca
hubiese podido suponer el común mortal fue el aluvión de responsabilidades, de
ocupaciones que se le vendría a don Andrés Bello en su condición de hombre de
trabajo, al meterse de lleno en la vida de aquel país amigo, absorbiéndolo hasta el
tope mismo de la entrega absoluta:
Irisarri se mostraba en Londres sorprendido de la capacidad de Bello
y de la importancia que podría llegar a alcanzar su obra en caso de llegar a desarrollarla; Egaña, de su parte, ubicó a Bello de cuerpo entero en el corazón de las
deficiencias en Chile; pero ni aun así, en la vasta visión tanto del uno como del
otro, se llegó a cubrir la expectativa alrededor de lo que sólo a un sabio le es dado
abarcar, como en el caso emblemático de Andrés Bello.
Significa que escapó a la imaginación lo siguiente: Andrés Bello, el
Bachiller en Artes egresado de la Pontificia Universidad de Caracas; el Bello ejercitado en estudio de idiomas; Bello poeta, traductor de Virgilio; el joven intelectual de las tertulias de Caracas; el empleado formal de la Capitanía; el incipiente
historiador y periodista; el Bello de Londres, estudioso , trabajador en medio de su
modestia y los ruegos a sus compatriotas allende en la patria y en síntesis el Bello
de la paciencia o equilibrio con que había sabido dirigir sus pasos hasta entrar en
el mundo diplomático; con todo y ello por delante habría parecido algo muy traído
por los cabellos imaginarse a ese mismo Bello como el verdadero fundador del
Derecho Internacional Iberoamericano; imaginarlo senador electo y reelecto, senador elector del país a donde fuese a vivir; imaginarlo codificador de las leyes de su
“país legal”; verlo creador de máximas instituciones educacionales y de por vida
Rector; imaginarlo maestro de generaciones brillantes; ¿imaginarlo concediendo
permiso para la impresión de sus obras a la Academia de la Lengua ?; ¿imaginarlo
Miembro de Número de la Real Academia de la Lengua?...
258
Andrés Bello se lo llevó la revolución
El viaje se fue quedando para después. El absorbente ejercicio en el
campo laboral atornilló al hombre a su mesa de trabajo, derrotándolo en las viejas
ansias de volver a transitar por aquella cinta de tierra que se convertiría en escenario clásico de la nostalgia de Andrés Bello, el camino de La Guaira....:Meter en
una mochila el cúmulo de responsabilidades hoy por hoy contraídas, mientras va y
viene, ¡eso sí, no cabría dentro de la lógica!.
Y lo último del momento, apartando el tema del pro y el contra de
nostálgicas misivas vayamos al encuentro de una realmente extraordinaria, y que
está llenando de gozo a don Andrés. Ha recibido carta de su hijo Carlos (dos inapreciables Carlos en la vida de Andrés Bello, Carlos el hermano y Carlos el hijo).
Su hijo mayor ha hecho realidad el sueño abrigado desde años atrás... ¡incluyendo
en su itinerario a Caracas!..
¡Albricias!... ¿Estará ya en Caracas?... Bueno, la carta vino de Panamá.
De viaje Carlos Bello Boyland
De Panamá llegó el correo
Panamá, abril 22 de 1846
Mi querido padre:
Ayer por la noche desembarcamos en este lugar después de los fastidios de equipaje,
cama, etc., que en lugar de esta especie son muchos, supimos que no era preciso
partir hoy mismo para tomar el vapor de Chagres. Figúrese V. el alboroto entre el
cual escribo, que todos quieren marchar en el acto y parece que todo falta, menos
empleados de aduanas para detener y registrar los equipajes.
259
Carmen Brito Arocha
En Paita, único puerto en que tocó el vapor y por dos horas, tuve el gusto de conocer
al señor Olmedo, está muy anciano y tiene un aire y unas maneras que demuestran
una excesiva cortedad, que al leer el canto a Bolívar, no era de presumir en su autor.
Me habló con sumo afecto de U. Y me dijo que había pocos días que le escribió. Está
para regresar a Guayaquil.
La entrada de la Bahía de Panamá es una de las vistas más preciosas que puede
imaginarse. Por lo que he oído a V. acerca de Venezuela y sus bosques debe asemejarse mucho.
Mi salud sigue muy bien, espero que V. disfrute ya de igual beneficio como también
de las comodidades de la casa que supongo arreglada a esta fecha.
Muchos recuerdos, recuerde V. a su amante hijo.
C. Bello
¡Cuántas veces no desearía don Andrés permanecer sumido en los
recuerdos hasta quedar exánime!
Mas, de sus añoranzas lo sustrae el peso de sus obligaciones que le
componen y descomponen a su antojo el diario vivir.
¡Miren, si no!... En mayo (1846) es reelecto Senador de la República.
¡Alza arriba cuerpo viejo! A seguir en la lucha.
Es precisamente por estos días cuando su hijo Carlos arriba a Caracas.
260
Andrés Bello se lo llevó la revolución
En Caracas primogénito de don Andrés Bello, don Carlos
Bello Boyland
31 de mayo de 1846
En la ciudad de Caracas don Carlos Bello Boyland es objeto de
numerosos agasajos especialmente por parte de los viejos amigos de su ilustre padre, don Andrés Bello. Asimismo, jóvenes
intelectuales del momento, fervorosos admiradores del sabio
compatriota, se han unido a los festejos en honor de Carlos Bello Boyland. Se rinde culto a la memoria del padre gratificando
la presencia del hijo. ¡Ah, los inolvidables amigos de Andrés
Bello, como lo extrañan! Y eso que no saben en profundidad
cuánto ha sufrido él por ellos en tierna fijación de la época más
feliz de su vida.
Cuando los poetas hablan en poesía
Carlos Bello Boyland
¿Y posible será que destinado
he de vivir en sempiterno duelo,
lejos del suelo hermoso, el caro suelo
do a la primera luz abrí los ojos?
¡Cuántas! ¡ah! cuántas veces
dando aunque breve, a. mi dolor consuelo
oh montes, oh colinas, oh praderas,
amada sombra de la patria mía,
orillas del Anauco placenteras,
261
Carmen Brito Arocha
escenas de la edad encantadora
que ya de mí, mezquino,
huyó con presta, irrevocable huida;
y toda en contemplaros embebida
se goza el alma, a par que pena y llora!
Andrés Bello “Elegía del desterrado”.
¡Oh! ¡Vuelve a tu patria...
con ansia te espera!
Las selvas, los valles aguardan tu voz...
¿Te llega el perfume del aura ligera?
¡Ay!, ¡es que te llaman! ¡Oh!, ¡llega veloz!
Ramón Isidro Montes (En el banquete del 13 de junio)
Viuda la selva que escuchó tus cantos
Al son del viento de las noches llora
Porque otros valles más felices mora
Su favorito, su primer cantor.
Abigail Lozano. Del “Poema a Bello”
¿Qué es de vosotros? ¿Dónde estáis ahora,
Compañeros, amigos, de mi primer desvariar testigos,
de mis antojos vanos y deseos y locas esperanzas?
Andrés Bello “Elegía”.
262
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Salve fecunda zona!
Banquete en la zona tórrida. 13 de junio, 1846
Loado sea el nombre de Andrés Bello
“A quien todos reconocían lumbrera de la juventud caraqueña, porque siempre le encontraban luminoso en sus conceptos, justo en sus apreciaciones,
benévolo y digno”.
Arístides Rojas.
En el banquete del 13 de junio en honor a Carlos Bello Boyland,
resalta en la mesa el detalle glorioso alusivo a la Silva Agricultura de la Zona Tórrida. Olores, colores y sabores, de un sin fin de frutos a cual más apetecibles.
¿A dónde habíamos de ir en solicitud de gaje para el amable y culto huésped?
Los jardines de Caracas serían fuente escasa. Llevémosle de la mano a la opulenta
esplendidez de nuestros campos, o, mejor improvisemos ante sus ojos los mismos
campos, mágicamente atraídos a un panorama encantador por el Príncipe de los
Poetas del Nuevo Mundo. Pongamos el sublime lienzo del padre ante el hijo. 26
De esta forma destacó el periódico El Liberal la estadía en Caracas
del hijo mayor de Andrés Bello, Carlos Bello Boyland. En la reunión del 13 de
junio tomaron la palabra José Luis Ramos, Ramón Isidro Montes, Cecilio Acosta,
Abigail Lozano, Juan Vicente González.
26
Núñez, Enrique Bernardo. La semana de Bello. En: Grases, 1981, pág. 320.
263
Carmen Brito Arocha
En el ínterin... Escribirle a papá
¡Ahora sí! ¡De Caracas, llegó el correo!
Una carta como para leerla hoy, mañana, pasado mañana. Para releerla, en fin, aun
cuando luciese un día amarillenta por los años. Y es que esta carta de Carlos Bello
Boyland a su padre, don Andrés Bello, es verdaderamente, una paloma mensajera
de papel que recogió en su vuelo algo de esas eventualidades ingratas al viajero. Y
recogió crónicas de montañas, de caminos de agua, de hojas, de cosas al pasar. Y
recogió esencia olorosa a coloquios de impensables ternuras. Y recogió la crónica
de cómo se ama un nombre, ¡amor de pueblo a hijo preclaro!
Caracas, junio 6 de 1846
Mi querido padre:
Tuve el gusto de pisar al fin el suelo venezolano, el 31 del pasado; después de haber
recorrido mal de mí agrado, casi todas las Antillas. De Chagres a Cartagena, de
allí a Santa Marta y por falta de comunicación entre este puerto y La Guaira, seguí
en el vapor a Jamaica, a Santiago de Cuba, Puerto Rico, Jacmel, San Tomás y casi
todas las islas de Barlovento hasta Granadas, inclusas las francesa de Guadalupe y
Martinica. Toda esta navegación se hace en vapores hermosos que forman la línea
complicada del Atlántico. Sólo desde Granada a La Guaira conduce la valija una
goleta, que puntual, las más veces, en ésta se retardó más de dos días a causa de una
calma: a la vista de la costa empinada del Continente.
En la carta que dirigí a usted desde Panamá le hablé de la grata impresión que me
causó esa vegetación tan lujosa como variada; entonces no había sino columbrado lo
que luego debía servirme de toldo en el tránsito desde Panamá a Cruces; y bordear
las orillas del río Chagras en su tortuoso curso hasta el océano. El gigante bongo, el
264
Andrés Bello se lo llevó la revolución
mangle, el huavo, el mango, el higuerón de claras hoja y finos mimbres, el almendro
de follaje oscuro y luego la variedad de palmeras desde la que carga racimos color
grana, hasta la que en Chile conocemos, tardía para crecer y poco graciosa en su
figura. Esta vista prolongada de uno a otro mar, y tantas especies nuevas de aves, de
insectos que encierran estos bosques vírgenes hacen deslizar grata y apaciblemente
algunas de las largas horas, que se gastan en el tránsito del Ismo (sic). Aquí, cuanto
existe digno de admiración es obra de la naturaleza, poco han hecho los hombres, y
eso los antiguos amos de la tierra. Desde el desembarque en Panamá, bahía preciosísima, hasta pisar el borde del vapor en Chagres, mil y una incomodidades asaltan
al transeúnte. No dudo, sin embargo, que el tráfico de uno y otro mar los aminore,
¿por qué malas muías y pesados cayucos, no pueden reemplazarse por caballos y
embarcaciones chatas?... El Congreso de Nueva Granada ha señalado $45.000 para
composición del camino, siempre que la Provincia de Panamá contribuya con un
igual; ha sido imposible reunir la cuarta parte.
En el rápido paso del vapor sólo hemos tenido tiempo para ver apresurados algunos
puertos y sus curiosidades, en otros no ha sido posible desembarcar y en algunos
como Jamaica, San Tomás y Granada hemos perdido semanas. De lo que he visto doy
la preferencia a las colonias españolas y francesas a pesar de Kingston y sus 30.000
almas. Puerto Rico. Puerto Rico es el paisaje más hermoso de cuanto puede imaginarse y también la ciudad más aseada su capital, San Juan. Pero vamos a Venezuela,
a Caracas.
Llegué a La Guaira y a las dos horas me puse en camino en un buen carruaje, y por la
carretera abierta el año pasado. Cortada en el faldeo de las montañas, parece a lo lejos, una lista amarilla trazada sobre la verde grama. Pero apenas entra uno por ella,
que la lista se toma camino, y árboles creados que cubren con eterna sombra sus propios troncos, eso que semejaba mullida grama. Desde las alturas se divisan hondos
265
Carmen Brito Arocha
valles, todos verdes, todos regados. Pero quiero olvidar todo esto para llegar de una
vez a lo que V. le interesa. Llegue a Caracas y después de algunos trabajos acerté con
la casa de mi abuela; era día domingo y había salido como tiene de costumbre a casa
de mi tía Rosarito, fui a buscarla y quiso mi suerte que la encontrase en la calle y me
la dio a conocer la persona que me servía de guía. Sin decir quién era yo, la conduje
con el talismán del nombre de V...., que ella se resistía a casa de Rodríguez y allí me
di a conocer. Ya puede figurarse V. cuantos abrazos recibiría, cuantas preguntas tuve
que contestar y cuán grande fue la sorpresa y placer, sobre todo de mi abuela. Lleva
maravillosamente bien sus muchos años, es activa, hacendosa, y hasta más alegre
de lo que pudiera creerse. Los retratos le han causado infinito placer. Pero le cuesta
conformarse con la idea de que V. tenga canas y que le falten dientes.
Al siguiente día vino del campo mi tío Carlos, del Valle de Abajo, a dos leguas de
Caracas, y donde reside habitualmente. Está más aquejado de la edad que V., misántropo y no muy liberal. A V. puedo decirlo esto, posee una fortuna de 50.000 y una
buena casa, que no habita. No obstante ha cortado toda relación con los habitantes
de Caracas y aun llora pobrezas...Estas son confianzas de mi abuela, dichas sin quejarse de su hijo, de quien lo único que exige es que se deje ver de cuando en cuando.
Yo por mi parte le he merecido cariño; pero me duele su poco amor por las viejecitas
y la estrechez innecesaria en que vive mi abuela. Más tarde hablaré a V. de esto. La
familia de Rosarito es numerosa. Y posee un excelente padre; los jóvenes, cuatro ya
de alguna edad, están ocupados y bien sin gravar a su familia. Carlos, el hijo mayor
de Florencio, que nunca ha merecido ni una carta de su padre, es un honrado muchacho que sostiene a su madre con sus pocas entradas. Mi tía Dolores perdió dos
años hace a su hijo varón y vive en casa de Rosarito y a sus expensas; la libranza
de quinientos duros que V. remitió a mi abuela, pasó íntegra a manos de aquella. La
monja es más lozana y feliz, según noticias que tengo, aún no la he visto.
266
Andrés Bello se lo llevó la revolución
No necesitaba otra recomendación en Venezuela que el ser hijo de V. para recibir
agasajos. El señor Rivas (Don Francisco), Don Ignacio Montilla, Rojas, el editor del
Liberal, el General Ayala, que aún vive, Lisboa y su señora e infinidad de otros que
no recuerdo y que he visto de paso, entre ellas el señor Wilson, me piden salude a V.
Rivas y Lisboa han escrito a V., aquel una larga carta. Aún no he podido ver al doctor
Escalona, a pesar de haber estado dos veces en su casa; pero no dejaré de darle V.
noticias en mi próxima de este respetable anciano. Caracas aún se resiente del terremoto, hay ruinas y en cada calle murallas sin techo que las cobije, y de entre las rejas
se ve no las alfombras traídas de lejos, sino una verde de malezas. Al despedirme ya
de V. no puedo menos que decir que tres veces me ha interrumpido mi abuela para
que diga mil cariños de su parte; aquí también se halla Dolores, mi tía, y otro tanto
exige. ¡Qué bien correspondido está el amor que V. les tiene! Las cartas de V pasan
de mano en mano hasta el último de sus sobrinos.
Escribo ésta con mucha desconfianza, ¿llegará a manos de V.? Si así fuera, mil cariños en casa y recuerdos a los amigos, en particular al General Pinto y Palazuelas.
Adiós, consérvese V. bueno y mande a su amante hijo.
C. Bello.
P.S. En un mes saldré para Inglaterra. 27
Quiere volver a Londres, su lugar de nacimiento. Elevará quizá una
oración y una flor por su madre muerta, Mary Ann Boyland, y por Juan, el hermanito de la vida breve.
27
Grases, Los retratos de Bello, 1981, págs. 28 - 30.
267
Carmen Brito Arocha
Ana Antonia. Dibujo
Eliseo Morales. ¿Resignación, Ana Antonia? ¿Esperanzas
aún frente a las cartas
de Andrés? No pasa a
creer que su “muchacho” tenga canas y le
falten dientes. Volverá
a leer la carta...
“unas veces se la llama Ana, otras, Ana
Petronila y otras Ana
Antonia‘’. (Cuadro Genealógico)
268
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Carlos ya se encuentra en Londres. Con fecha 15 de agosto dirige
nueva carta a su padre. Ansioso por terminar de contarle otras cosas sobre su estadía en Caracas.
Hubo una mesa espléndida, adornada con símbolos de la tierra y versos de usted.
Le refiere evidentemente emocionado, recordando momentos del
banquete del 13 de junio. Por cierto que, de manera muy especial, le hace mención
de un sujeto.
Hay en Caracas un hombre muy original, (escribe don Carlos) de treinta y tantos
años de edad, a quien llaman el literato monstruo. Llámase González 28. En medio de
un exterior brusco y poco pulido tiene talento y un entusiasmo inaudito por Ud. y sus
obras poéticas. A pesar de hallarse muy engolfado en la política no pierde oportunidad de recoger hasta aquellos versos que hacía Ud. para los nacimientos, tiene una
colección muy prolija; ha seguido los pasos de Ud. y visita todas las personas con
quienes Ud. tiene alguna relación. Fáltale, no obstante, el soneto al Samán de Güere
y verdaderamente se enfadó conmigo porque no lo sabía yo de memoria.
28
Juan Vicente González nació en Caracas, en pleno tiempo de la Revolución Independentista,
1810. En 1830 egresa de la Universidad de Caracas como Licenciado en Filosofía. Sus contemporáneos le
reconocían una memoria prodigiosa, alimentada por la voracidad de la lectura, lo cual le valió el sobrenombre
“traga libros” Todo ello le redundaba a la postre en grandes recursos a la hora de intervenciones orales o
de sus polémicos escritos. En su condición de periodista hace restallar su pluma, “látigo acerado” y el que
no la deba pues que no la tema. Acusó al general Páez de “haber deshecho con su conducta el pedestal
que él, Juan Vicente González, levantó a la gloria del llanero” (12 Periodistas. 27 de junio de 1974 Caracas,
Asociación Venezolana de Periodistas, p. 36). Fue hecho prisionero y encerrado en las bóvedas de la
Guaira. Aprovechó el encierro para escribir a pura memoria Manual de Historia Universal. Otras de sus
obras son: Gramática de la Lengua Castellana y Lecciones de Elocuencia. Fundó el Colegio “El Salvador
del Mundo”. Admirado y querido por muchos conciudadanos, aborrecido por otros, murió Juan Vicente
González el 2 de octubre de 1866.
269
Carmen Brito Arocha
El Samán de Güere. El mismo Samán que dio
sombra a Bolívar. El Samán que inspiró a Bello al cerrar con
broche de oro su “Alocución a la Poesía”, uniendo la gloria de
Bolívar, firme en el tiempo, igual al árbol de raíces profundas
y copa gigantesca de los Valles de Aragua:
(...) pues como aquel samán que siglos cuenta,
de las vecinas gentes venerado,
que vio en torno a su base corpulenta
el bosque muchas veces renovado,
y vasto espacio cubre con la hojosa
copa, de mil inviernos victoriosa;
así tu gloria al cielo se sublima,
Libertador del pueblo colombiano;
digna de que la lleven dulce rima
y culta historia al tiempo más lejano.
El Samán por cuya culpa...se “enfadó” González.
El mismo Samán de Güere, que hizo llorar a Humboldt.29
Juan Vicente Gonzales. Ilustracion 29
En su ancianidad recibió Humboldt la visita de un fotógrafo recién llegado
realizada por C. Alvarez
entonces de Venezuela; conociendo el marcado interés que el sabio demostró
en sus viajes por esa porción de América, la tierra del famoso Orinoco, púsole
en las manos una fotografía del Samán de Güere. Entre lágrimas Humboldt iba a
describir su propia emoción: “Vea usted como estoy yo convertido en una ruina;
cómo ya no soy sino para esperar la hora en que me lleven a la tumba, y vea
este árbol que yo contemplé en mi juventud, cómo sigue siendo de frondoso,
vigoroso, poderoso y lleno de vida. ¡Qué contraste más extraordinario entre la
brevedad de los días del hombre y la larga permanencia de las maravillas del
mundo natural que le es dado contemplar y estudiar!”.
270
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Conocí aquel Samán de Güere gigante entre árboles colosales, y ceibos y bucares,
mamones y jobos –cuenta Carlos Bello Boyland– visité plantaciones de café y de
cacao sobre los cuales extiende benéfica sombra los brazos abiertos del bucare. Los
paisajes soberbios de Maracay y del Morro de Valencia y las claras aguas de la laguna que engastan cien islas de variada forma; nidos de la tribu de pintada pluma;
me encantaron. Los sitios históricos de San Mateo y de La Cabrera, y los llanos de
Carabobo obtuvieron también una visita bien merecida. Pasé también a Villa de Cura
y en la portada de una de las hermosas estancias que bordean el camino, leí aquellos
versos: “Jóvenes naciones que ceñidas...”; bien que antes había visto en las goteras
de Caracas: “¿Amáis la libertad?, el campo habita”.
Más adelante trata de las visitas realizadas a familias caraqueñas.
Hace mención de Ramos, único a quién no logró ver por cuanto se hallaba fuera
de Caracas. Informa que el doctor Escalona se mantiene en muy buena forma y
siempre chistoso.
Es evidente que don Carlos se encuentra familiarizado con tales y
cuales personas a fuerza de oírselas nombrar a don Andrés, desde luego.
Acerca del general Ayala comenta que es “el mismo de siempre, demócrata exaltado”. En tomo de Loynaz no son buenas las noticias, ha perdido la visión. De un señor Manrique señala que dice estar “desengañado de la cosa pública”,
no obstante Carlos pudo observar con cuánta efusividad se expresa al tocar el punto,
de manera que, a buen entendedor... El dicho señor Manrique recordó gratamente
los paseos que en compañía de don Andrés solía emprender por el Calvario. Le
complace haber recibido delicados presentes de parte de las señoras Montilla. Tuvo
el honor de recibir las visitas del doctor Vargas y de un señor Ustáriz. Los Mendoza,
jóvenes hijos de don Cristóbal Mendoza, se complacieron en comentarle que su señora madre conoció a don Andrés, es de suponer que lo recordaba muy complacida.
271
Carmen Brito Arocha
El señor Rojas, director del periódico El Liberal se mostró especialmente contento
de atender al hijo de Andrés Bello, igual la familia Codecido, valenciana.
Gentes, gentes de Caracas; familias encariñadas con Andrés Bello
desde que era niño; desde que era un agraciado adolescente; desde que fue creciendo; misma gente amable de Caracas que admiraba en el joven Bello al funcionario
designado para cumplir importante misión en el exterior.
Hoy, a través del tiempo y la distancia, cuando lo saben cargado de
nuevos e inmensos méritos, les llena de alegría ingenua y de emoción honda el haber compartido con Andrés Bello espacio, aire, luz en la época más feliz de nuestra
vida, tal cual suele recordárselos él a través de mensajes, de versos, de recados con
viajeros amigos. Mientras que, los mozos de ahora, quisieran dedicar lo mejor de
sí, lo mejor de su musa al compatriota orgullo de América. (Aquí entre nos..., coloquialmente hablando, no se puede negar que el hijo brindó al padre un suculento
banquete de noticias).
¡Ah!, pero la carta del 6 de junio... Imágenes de la carta de su hijo
Carlos se le quedaron a don Andrés colgando de las lágrimas. De tal suerte que
no le será suficiente leerlas y releerlas, si es que pudiesen leerse imágenes como se
leen líneas con sus letras apurruñaditas. Quiso repetirlas, escribiéndolas él mismo:
(...) encontró a su abuela en la calle, la condujo sin dársele a conocer a la casa de la
familia, donde se efectuó el reconocimiento con mil abrazos, besos y lágrimas de la
pobre viejecita y de los numerosos nietos que se hallaron presentes o lo estuvieron
dentro de poco. La relación me hizo llorar.
¡Cuánto diera por una escena semejante en que yo hiciera el papel de Carlos! 30
30
272
(Tenreiro, 1979) Carta a Bernardino Codecido.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Y...Todavía vienen más penas
En el mes de abril, hallándose en Valparaíso en compañía de la
familia, don Andrés recibió correspondencia de don Mariano
de Egaña. En palabras de despedida, o quién sabe si sirvieron
de último adiós, recordamos que expresaba el remitente: “Deseo mucho ver a usted. Mil memorias a mi comadre y familia.”
Dos meses después, en el presente mes de junio,
el día 24, fallece don Mariano de Egaña. El hombre que en la
ciudad de Londres tuvo la notable visión de apreciar en don Andrés Bello un caballero de excepción y quiso ganarlo para Chile. Bello, firme y puro en sus sentimientos, se ve terriblemente
afectado por la pérdida del entrañable amigo y compadre, y valiosa figura, por lo demás, de la república chilena.
Quiso perpetuar el nombre de Egaña designando en la Biblioteca Nacional la Sala que llevaría el nombre del
prócer y en donde instalaría la silla que ocupó el Senador de la
República Mariano de Egaña. El proyecto, aunque aprobado en
el Congreso, no entró en ejecución.
“El entendimiento cultivado oye en el retiro de la
meditación las mil voces del coro de la naturaleza; mil visiones
peregrinas, revuelan en torno de la lámpara solitaria que alumbra sus vigilias.”
– Del Discurso pronunciado por Andrés Bello,
como rector fundador de la Universidad de Chile, el 17 de diciembre de 1843.
Los silencios del sabio. Dibujo
Eliseo Morales
273
Carmen Brito Arocha
Las alegrías y los pesares que van dejando en su alma aquellas misivas de familiares y de amigos, don Andrés los arrebuja, (amorosamente, eso sí)
en el torbellino de su infatigable actividad. Pareciera vivir estirando las horas de
modo y manera que las ocupaciones le rindan más, o al revés. Se levanta en cuanto
la claridad natural despereza el ambiente. Antes de partir al encuentro de responsabilidades de carácter público, se ha corrido la voz de que don Andrés se permite
algunas ternuras al entorno: ¿leve sonrisa delante de un retrato?, ¿recoge algún
juguete, volviéndolo a su santo lugar?, ¿contempla una nueva flor en el jardín?
Una vez en el tránsito llevará cuentas claras de no faltar a ningún compromiso.
Ahora, en casa, es sabido que las horas de don Andrés Bello, mientras permanece
en frente de su escritorio, son sagradas. Quien quiera que sea habrá de respetar: el
silencio de don Andrés; el silencio del poeta; del escritor; del educador; el silencio
del traductor; el silencio del periodista; el silencio del internacionalista; el silencio
del jurista; del investigador; del gramático; del filósofo; del polígrafo. En síntesis,
deberán respetarse los silencios del sabio.
Gramática de la lengua castellana, destinada al uso de los americanos
1847 - En este año don Andrés Bello publica: Gramática de la lengua castellana,
destinada al uso de los americanos.
El autor advierte en el prólogo:
No tengo la pretensión de escribir para los castellanos. Mis lecciones se dirigen a mis
hermanos, los habitantes de Hispanoamérica. Juzgo importante la conservación de
la lengua de nuestros padres en su posible pureza, como un medio providencial de
comunicación y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español
derramadas sobre los dos continentes.
274
Andrés Bello se lo llevó la revolución
La Real Academia de España se pronunció acerca
de la Gramática de Andrés Bello:
Este ilustre cuerpo no ha podido menos de recibir con singular
aprecio tan importante obra que prueba el laborioso celo y profundos conocimientos de su autor así como el laudable fin que
en ella se propuso, contribuyendo por su parte a que se conserve en su pureza y esplendor la hermosa lengua castellana.
Fue fundada la Academia Real de España el 6 de
julio de 1713. (Por ser un tanto curiosos los orígenes de la relevante institución mueve a tratar un poco sobre los mismos).
El español don Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de
Villena, Virrey de Cataluña, Navarra, Aragón, Sicilia y Nápoles invitó a su casa por motivo muy especial a siete selectos
amigos, haciéndose entonces presentes los siguientes personajes: Juan Ferreras, sacerdote, Gabriel Álvarez de Toledo, poeta,
Fray Juan Iteran de Ayala, orador, Andrés González de Barcia,
abogado, Bartolomé Alcázar, de la Compañía de Jesús y el también jesuita José Casani y don Antonio Duongo Barnuovo. Una
vez reunidos los ocho señores abordaron ampliamente el tema
que al parecer venía incomodándolos, especialmente a Fernández Pacheco y era la continua advertencia por parte de la gente
de Nápoles de que el idioma castellano estaba en vías de volverse poco más o menos una mescolanza en su razón de ser como
medio de comunicación, o, mejor, caer en una descomposición
propiamente dicha. Los ocho contertulios tomaron allí mismo
Gramática de la lengua Castellana
275
Carmen Brito Arocha
la firme decisión de dedicarse a hacer todo lo necesario a fin de preservar el idioma
castellano. El rey Felipe V (fundador de la Universidad de Caracas), acogió la iniciativa. Y por Real Cédula del 3 de octubre de 1714 quedó establecida oficialmente
la Real Academia de la Lengua.
Posteriormente la Academia fue adecuando reglamentos y reformas
que reafirmaran prestigio y solidez de la institución. Su lema: “Limpia, fija y da
esplendor”. El primer diccionario constó de seis volúmenes.
Ahora bien, podría pensarse que la Academia Francesa, cuya historia es también muy peculiar, ochenta años después de su fundación pudo haber
servido de inspiración a la Española. Al menos guardan cierta semejanza en sus
comienzos. En Francia, el caballero Valentín Courart acostumbraba reunir en sus
salones grupos de amigos literatos. Lo cual acabó por hacer famoso al salón Courart, tanto que llamó la atención del prelado y estadista Armand Richelieu -París,
1585-id. 1642.-. En enero de 1634 el salón de Courart pasó a ser la Academia Francesa, por elección de Richelieu, quien de una vez impuso a la Academia preparar
el diccionario francés.
Vale traer a colación una de las curiosidades de épocas pasadas con
relación a gentes de relevancia social; gentes de mucho poder, aristócratas, e incluso de la realeza, en general gentes de espíritu artístico o amantes de las artes que
gustaban de proteger a los creadores o (trabajadores artísticos, más bien, para los
señores) con los cuales no alternaban por considerárseles plebeyos. A estos protectores en muchos casos se les distinguía como mecenas.
Con el correr del tiempo los hombres de letras, los artistas plásticos,
los compositores y a lo sumo todos los favorecidos de las musas fueron ganando
sus espacios hasta convertirse en puntos luminosos dentro de las sociedades. Y
ya hemos visto como trabajadores “plebeyos” y protectores se unieron para poner
orden incluso en la lengua de sus pueblos.
276
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Después de 134 años de creada la Real Academia Española, Andrés
Bello, cultivador desde niño del idioma de Castilla, publica Gramática de la Lengua Castellana, obra que sorprendería a la misma Academia de la Lengua y a los
más connotados filólogos.
“La Gramática de la Lengua Castellana de Andrés Bello, escrita hace
más de un siglo sigue hoy mismo siendo la mejor gramática que tenemos de la lengua castellana”.
Amado Alonso. 1895-1952 (Filólogo, catedrático e investigador español.)
“Es tal vez la mejor de cuantas se han compuesto sin exceptuar la
misma de la Real Academia Española”.
Manuel Cañete (Miembro de la Corporación)
“Como el vínculo más fuerte de hermandad lo constituía la lengua
castellana, como lengua común de todos, se dio a la tarea de fundar la revolución
gramatical más genial de nuestra lengua”.
Alfonso López Martín. (Filólogo-Costarricense, nacido en España en 1933)
“El cantor de la Zona Tórrida, en cuanto a secretos de la lengua, no
tuvo en su tiempo pares en España ni en América”.
J. A. Cova. (Individuo de Número de las Academias Venezolanas
de la Historia y de la Lengua. Correspondiente de la Real Academia Española.)
277
Carmen Brito Arocha
De Gramática de la Lengua Castellana
Una lección de Andrés Bello
Aquí parece oportuno advertir una cosa que en rigor pertenece más a la urbanidad
que a la gramática, y es que las personas que merecen alguna consideración y respeto no deben designarse en la conversación de los desnudos representativos él, éste,
ése, aquél, sobre todo cuando se habla con sus deudos o allegados . ‘¿Cómo está él?’
Es una pregunta incivil dirigida a la familia de la persona y de cuya salud queremos
informarnos.
‘¿Quién es éste?’ Indicaría que la persona así designada presentaba
una apariencia poco digna de respeto. ... ‘Ése’ envolvería positivamente desprecio.
“El magisterio del autor de la Gramática de la Lengua Castellana
formó una generación de hombres beneméritos que dio a Chile en el siglo XIX, en
su segunda mitad, en la vida política y literaria, educacional y administrativa las
bases de su organización, y elevó su cultura a un rango superior en América”.
Guillermo Feliú Cruz
El mismo don Luis López Méndez que salió de Caracas en misión
diplomática el 10 de junio de 1810 en compañía del entonces Coronel Simón Bolívar y de don Andrés Bello rumbo a Londres; el López Méndez que en la capital
inglesa compartió con Bello tantas vicisitudes; el prócer civil que en su cuota de
sacrificio por la independencia fue a parar a calabozos ingleses, López Méndez
fue reducido a prisión por incumplimiento en la cancelación de deudas originadas
278
Andrés Bello se lo llevó la revolución
por el impuesto, compromisos relacionados con la logística pro
independentista. Alimentado por su espíritu de justicia Bolívar
iba a consagrar los esfuerzos de López Méndez proclamándolo
“el verdadero Libertador de Colombia”. De esta figura procera
Andrés Bello informa hoy a su hermano Carlos Bello.
Santiago, 16 de marzo de 1847
Señor Carlos Bello
Querido Carlos:
Extraño te parecerá que tarde tanto tiempo el despacho del
asunto que me has recomendado relativo a la familia del difunto Luis López Méndez. Toca ya su conclusión; pero dudo
que pueda dirigirse por este vapor el expediente que sobre el
particular se ha formado. Méndez falleció en una villa distante
de la capital, en la mayor pobreza; hizo testamento, o más bien
confirió poder, para testar a un Bermúdez, colombiano, casado en Chile. No se ha encontrado la partida de su muerte en
los libros parroquiales de Casa Blanca (donde residía), ni en
el archivo de la tal villa existe el testamento o poder; se suple
la falta de ambos por una información judicial.
Yo recuerdo que habiéndome escrito la señora viuda, le remití copia (o tal vez el original) del testamento, que vino a mis
manos por haberlo yo pedido a Bermúdez para satisfacer a dicha persona. Sin duda se ha perdido en el tránsito. Los demás
papeles de Méndez están en mi poder, son algo voluminosos;
están a la disposición de los herederos.
Don Luis López Méndez
279
Carmen Brito Arocha
Hazme el favor de comunicar estos pormenores a tu recomendado lo más pronto que
puedas.
Hace más de un año que, a excepción de la carta en que hablaste de este asunto, no
recibo carta de ninguno de mi familia; silencio que me causa la más viva inquietud.
Ruega en mi nombre a Miguel Rodríguez que siga escribiéndome como lo hacía. Ve
a ver a mi madre. Léele estos renglones que son para ella y para toda mi familia. Dile
que su memoria no se aparta jamás de mí. No puedo ponderarte hasta qué punto me
aflige esta larga separación de lo que más amo sobre la tierra. Escríbeme tú también,
querido hermano mío. Antes lo hacías con frecuencia; y ahora que las comunicaciones son más fáciles y seguras entre los dos países, pasan años y años sin que tenga
el consuelo de ver tu letra.
Se concluye en estos días una gramática castellana que he compuesto y en que verás
muchas cosas nuevas. Estos trabajos literarios, que para mí son más bien recreaciones, es lo único que me hace llevadera esta vida siempre ocupada y laboriosa, que me
ha cabido en suerte. Hic tandem requiesco será mi epitafio. Abraza a todos los míos.
Saluda a los amigos de la juventud que aún vivan; háblame de ellos; y di a los jóvenes que hacen tan honrosas menciones de mí que no moriré sin haberles dejado un
testimonio de mi profundo reconocimiento,
Adiós
Andrés 31
31
280
(Tenreiro, 1979, págs. 41-42)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Qué tiempos aquéllos!
“Nada humano podía serle ajeno. Ni la risa. Recordemos las carcajadas que se oían en su despacho, cuando en ocasional visita,
platicaba con su viejo compañero Simón Rodríguez”. Apuntó
Luis Beltrán Guerrero sobre coloquial charla Bello-Rodríguez.
En efecto don Simón Rodríguez visitó en Chile
a su ilustre paisano don Andrés Bello Cuántas cosas para recordar de aquella Caracas antes de la independencia. Por allá,
en los tiempos de Juan Pedro López (abuelo de Bello, recordaremos), vivía el famoso pintor al lado del presbítero Alejandro
Carreño, quien compartía su techo con Cayetano Carreño, Simón Rodríguez y otras personas allegadas.
Simón Rodríguez y Andrés Bello resultaron ser
vecinos. Simón doce años mayor que Andrés. Y cualquiera puede ser vecino de otro, es verdad. Pero ¡caramba!...., supone un
verdadero antojo de la casualidad haberlos puesto a vivir también ahí mismito, detrás del convento de la Merced.
Y es que el transcurrir de la vida de ambos caballeros esta tan llena de tales y tantas semejanzas entre sí...
¡Hasta en eso de haber sido los maestros por excelencia del gran
Bolívar, el Libertador.
Las páginas más bellas relacionadas con sus años
escolares las escribió Bolívar inspirado en vivencias junto a los
maestros Rodríguez y Bello. Pergaminos de oro para la historia.
Desde Pativilca, Perú, en 1824, escribió Bolívar a
don Simón:
Don Andrés Bello y Don Simón Rodríguez”. Dibujo Eliseo Morales
281
Carmen Brito Arocha
“Usted formo mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo
grande, para lo hermoso, yo he seguido el sendero que usted me señaló”.
Y desde Quito, Ecuador, en 1829, escribió el Libertador acerca de Bello:
“Yo conozco la superioridad de este caraqueño contemporáneo mío.
Fue mi maestro cuando teníamos la misma edad y yo le amaba con respeto”
Renglones luminosos
Entre versos, entre lecciones, en medio de códigos y de cuantas más ilustradas
ocupaciones estará presente siempre la madre del amantísimo hijo:
Hace meses que no recibo noticias de mi familia de Caracas –escribe don Andrés
a su hermano Carlos– y tenía motivos especiales para desearlas, porque como te
tengo escrito, he dirigido a favor de mi querida madre una letra a los señores Hutle
Covernin 500 pesos...
Era un 14 de diciembre de 1853.
“¡Ah, madre mía, que no me sea dado verte un momento siquiera del
último día de mi vida!”
Era el mes de mayo, 1851.
¿Cómo no recordarla –se pregunta José Antonio Calcaño– cuando ella le había besado en la frente, en los días en que de coro le escuchó relatar las comedias de Calderón y las primeras traducciones de Virgilio y de Horacio y sus coloquios infantiles
con la Musa de la poesía.
282
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Estimábamos en un momento dado a través de estas páginas, que:
las cartas vendrían a ocupar en gran medida, el espacio físico o la pura presencia
de Andrés Bello, por cuanto la ausencia del poeta irremediablemente habría de
inducir al recurso de las noticias, en el más apacible sentido de la palabra, para
saber de él. Aquéllos que permaneciesen a su alrededor gozarían naturalmente del
placer de verlo de escucharlo, de compartir con tan excepcional persona afanes de
la vida real, de cualquier género. En cambio, para mucha otra gente, ansiosa de
seguir presintiéndolo en la inmediatez ¿cuál medio podría ser más expedito que el
de las cartas, con sus mudos renglones que pese a carecer del privilegio de la voz
desgranan calladamente letra a letra una vida, una risa, una tristeza, un dolor, un
sueño? ¡Qué nobles son las letras! Siempre listas a prestar su servicio de comunicación. Andrés Bello sufre. Aun cuando pocos sabrán hasta qué punto sufre. Su
estado emocional apuntalado por las penas es semejante a la herida que no cierra
en una piel cada vez más sensitiva.
El 27 de mayo de 1847 se dirige a su sobrina Concha Rodríguez
Bello, con quien ha mantenido afectuosa comunicación. Luminoso, conmovedor
cuanto exterioriza a Concha...
Lee estos renglones a mi adorada madre
Dile a mi madre que no soy capaz de olvidarla, que no hay mañana ni noche que no la recuerde, que su nombre es una de las primeras palabras que pronuncio al despertar y una de las
ultimas que salen de mis labios al acostarme , bendiciéndola tiernamente y rogando al cielo
derrame sobre ella los consuelos de que tanto necesita,... diles a mis hermanas y sobrinas que
me amen siempre, que la seguridad de que así lo hacen es tan necesaria para mí como este
aire que respiro. ¡Oh si pudiera veros a todos alrededor de mi!... Yo me transporto con mi
283
Carmen Brito Arocha
imaginación a Caracas, os hablo, os abrazo; vuelvo en mí, me encuentro a millares de leguas
del Catuche, del Guaire y del Anauco y de Sabana Grande y de Chacao y de Petare, etc., etc.;
todas estas imágenes fantásticas se disipan como el humo y mis ojos se llenan de lágrimas.
Otras veces me parece que estoy almorzando con mi adorada madre, con mis hermanas, etc.
¡Qué triste es estar tan lejos de tantos objetos queridos y tener que consolarse con ilusiones
que duran un instante y dejan clavada una espina en el alma! 32
Esos renglones son a vivas luces un grito cuyo eco se percibe aun
hoy estremecedor.
A un mes de haber escrito a su sobrina, enfermó gravemente, lo cual
comunicó el 13 de noviembre a su hijo Carlos, quien se encuentra todavía de viaje.
El 26 sufrí un grave ataque en mi salud. Estuve ya en las garras de la muerte, el peligro cesó muy pronto, pero me dejó en un estado de debilidad muscular, del que aún
no acabo de salir, por eso no te escribo de mi letra.
Si bien es verdad que pudo haberle infundido preocupación especial la
pérdida de su salud no llegó al extremo de hacerlo tomar decisiones irreversibles
acerca de un retiro honroso, por ejemplo, o al menos bajar el ritmo de trabajo en
ocupaciones de cualquier género, ¡No señor!
De manera, pues que permanecerá fuera de la ciudad por solo una
temporada. Agrada saber después de todo que no se entregó a una convalecencia
perezosa, contraproducente, refocilándose hasta ponerse debilucho. Nada de eso.
32
284
(Tenreiro, 1979)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Cuando torne a sus actividades publicará Cosmografía o descripción del universo,
conforme a los últimos descubrimientos 33 . Y sobre la obra manifiesta:
“En este libro me he propuesto hacer una exposición tan completa
del sistema del universo, según el estado actual de la ciencia astronómica, como lo
permitía la limitada extensión a que me he reducido”.
Relevante es al unísono su nuevo proyecto de ley que ha dado a conocer en las páginas de El Araucano, proyecto que trataría sobre los derechos de
autores y traductores.
Finalizando el año (1848) recibe carta de su hijo Carlos, desde Madrid, quien se muestra preocupado por el estado general de su padre, mortificaciones que le han sido transmitidas por el mismo don Andrés en comunicaciones
anteriores, sin que fuese tal su propósito, es de considerar.
Aquí he tenido el gusto de recibir la carta de usted del 28 de agosto –indica Carlos– que
aguardé inútilmente en Burdeos. Por ella veo que está usted triste, más que de costumbre, pues me habla usted de amargos desengaños. ¡Ay! ¿Quién no los tiene?
El hijo tenía razón en sus apreciaciones a distancia. Es evidente que
don Andrés no acaba de recuperarse por completo en el aspecto anímico. Sobre el
particular Carlos es reiterativo: “Veo con sentimiento padre mío que usted está melancólico en extremo. Es menester que sacuda usted esa enfermedad”. Le insiste,
apenas empezando 1849.
33
Bello, Andrés. 1848. Cosmografía o descripción del universo conforme a los últimos
descubrimientos. Santiago de Chile, Imprenta de La Opinión.
285
Carmen Brito Arocha
Deberá sobreponerse. Por suerte su entorno es
alimentado en todo momento por las efusividades del amor y la
solidaridad. En Chile han cambiado favorablemente su colocación profesional, su posición social, no obstante, la sensación
de pesadumbre no lo abandona completamente, circunstancia
que su hijo Carlos llama “esa enfermedad”, la melancolía.
En el mes de abril es objeto de la gran distinción
de ser designado Elector de Senadores.
Prácticamente recibe el año de 1850 encargándose de la dirección de El Araucano (21 de febrero), periódico del
cual ha sido redactor desde su llegada a Chile. Y a propósito,
quiere decir que está próximo a cumplir veintiún años de su
arribo a Valparaíso, un poco más del tiempo vivido en Londres. Pronto verá la luz otro de sus trabajos: Compendio de la
Historia de la literatura.
Dolor y honor
Juan Bello Dunn
286
Se ensaña el dolor de las pérdidas irreparables. Anita Bello
Dunn, la mayor de las hijas del matrimonio, nacida en Londres. Anita la que tocaba el piano y cantaba, muere el nueve de
mayo del presente 1851. De nuevo los rigores del sufrimiento.
“En ninguna época de mi vida ha sido tan triste
para mí la desaparición de cualquiera de mis hijos”: Confesión
epistolar de don Andrés a su hijo Juan, quien por cierto le está
Andrés Bello se lo llevó la revolución
dando dolores de cabeza por estos días, al punto de encontrarse en Lima exiliado
debido a cuestiones de la política. Desde el exilio Juan contesta a su padre acompañándolo en sus sentimientos, y si bien sus palabras denotan pesadumbre, al mismo
tiempo revelan sordo disgusto al saberlo casi una víctima a la que no se pudiera
rescatar del sin fin impredecible del día a día.
Desgracias domésticas y calamidades públicas le han arrebatado tiempo ha, la paz
del alma, la tranquilidad y el reposo, necesidad vital para personas de su temple
moral, de sus años y de sus hábitos y ocupaciones. ¡Quiera el cielo depararle pronto
mejores días! ¡Este es mi cotidiano y mi más ferviente deseo! 34
Juan Bello Dunn ha resultado diputado combativo y orador de encendido verbo. A causa del discurso pronunciado ante la tumba del coronel Pedro
Urriola fue hecho prisionero, posteriormente condenado al destierro. Don Andrés
y su hijo Carlos en ocasiones han intercambiado opiniones acerca de Juan y sus
incursiones en la política.
En cuanto a Juan –comentario de Carlos a su padre– siento lo que me dice usted
respecto de él. Ya yo, por unos papeles que cayeron en mis manos, vi con pesar la
parte activa que tomaba en la política. Esta es la peor de las carreras, y con el genio
de Juan no trae sino sinsabores y compromisos.
El 23 de noviembre (1851), la real Academia de España designa a don
Andrés Bello Académico Honorario de dicha corporación. Por fortuna los honores
recibidos no alteran su habitual modestia.
34
Valencia Avaria, Luis. El Senado de Chile y don Andrés Bello. En: Bello y Chile. Tercer Congreso
del Bicentenario, (1981). Tomo I, pág 62.
287
Carmen Brito Arocha
Su nombre y su imagen han sido objeto de otra honrosa manifestación en el presente 1851. Don Francisco Michelena y Rojas ha dado cumplimiento
a la misión que se impusiera con extraordinario orgullo de ver un retrato del ilustre
compatriota Andrés Bello en la Universidad de Caracas.
Y esta es la carta de presentación dirigida por Michelena y Rojas una
vez en Venezuela:
Caracas, Marzo 20 de 1851
Señor Rector:
Como un testimonio de alta consideración y respeto hacia la ilustre Universidad de
Caracas, tengo el honor de enviar a U. S. para que lo presente a mi nombre, el retrato
de nuestro distinguido compatriota , el Sr. Andrés Bello, que en mi viaje a Chile hice
sacar APRES NATURE, con el objeto de dar a tan ilustre ciudadano, a nombre de
Venezuela, un testimonio nada equívoco de admiración y respeto por los eminentes
servicios que en su larga y laboriosa carrera literaria y política ha hecho a la patria
generosa que le adoptó, a Venezuela y a la América toda que habla nuestra lengua.
Excusado me es, Sr. Rector, extenderme acerca de los merecimientos del Sr. Bello
para con la humanidad en general: U. S. los conoce mejor que yo, que refluyen muy
especialmente en honor de su patria y de la Universidad en donde se formó, como
también de la alta posición social, que ha mucho tiempo ocupa en Chile: como Senador de la República. Rector de la Universidad, Sub-Secretario de Estado en el
Departamento de Relaciones Exteriores, y ya fundador, ya miembro de todas las
Academias literarias y científicas que existen en Santiago.
Me atrevo a creer, por tanto, que la ilustre Universidad aceptará con benevolencia
el precioso presente que le hago de nuestro compatriota; a fin de que su recuerdo
inmediato sirva de estímulo a la juventud estudiosa, y vaya a aumentar el cuadro que
288
Andrés Bello se lo llevó la revolución
existe ya de los venezolanos que han ilustrado los anales universitarios de su patria.
Dígnese U. S. aceptar las protestas de consideración y respeto con que tengo el honor
de suscribirme de U. S Sr. Rector, su muy humilde servidor.
Francisco Michelena y Rojas
Al señor José Manuel García Rector de la Ilustre Universidad de Caracas, etc. 35
¡Y de nuevo buenas noticias procedentes de Madrid! – 1852
La Real Academia Española solicita el permiso de don Andrés Bello para editar
Principios de la Ortología y Métrica de la Lengua Castellana, obra publicada por
Bello en 1835. Último trimestre del año: queda encargado don Andrés Bello de la
absoluta elaboración del proyecto del Código Civil por decreto presidencial. Dolor
y honor.
Día a día contando la ausencia. Cuarenta y tres años de la última
mirada a Caracas desde el camino de La Guaira
Mientras se encuentra abocado a la elaboración del proyecto de Código Civil, don
Andrés Bello se dirige a don Lucio Pulido, residente en Caracas, exponiéndole
ciertos puntos que le merecen especial interés alrededor del trabajo que viene abordando, (14 de junio.1852) (Fragmento)
35
Grases, Pedro. (1981). Los retratos de Bello. Caracas. pág. 43: Francisco Michelena y Rojas,
conocido como “el viajero universal”, era hermano de don Santos Michelena quien compartió labores con
Bello en la Locación de Colombia en Londres
289
Carmen Brito Arocha
Habiéndome ocupado por algunos años en la redacción de un nuevo Código Civil, las
obras de que usted habla tienen para mí un valor adicional de circunstancia; en ellas
encontraría útiles indicaciones, que servirían acaso para allanar las dificultades de
una empresa tan vasta. Este trabajo está sometido a una comisión revisora, y luego
que haya tomado otra forma que la de un simple embrión, será uno de mis primeros
cuidados hacerlo llegar por los medios posibles a mi querida patria y en particular
a usted. 36
Como es usual en Bello cada vez que dirige correspondencia a algún
personaje en particular en Caracas, acaba tocando los flancos del llamado “lado
débil” de cada quien. Por tanto, no es de extrañar que ruegue a don Lucio Pulido
haga llegar los sentimientos de gratitud y de cariño que les envía a sus compatriotas, hombres de la vida pública, literatos y en general a su amada gente de Caracas:
¡Que no pueda yo verificárselos, de viva voz! Que no pueda yo otra vez pisar las riberas de
Anauco y del Guaira, las faldas del Ávila, que se reproducen tantas veces en mi memoria
con un colorido que no han podido borrar los años, ¡cuarenta y tres años!
36
290
(Tenreiro, 1979, pág. 49)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Andrés Bello puede ser considerado como uno de los
grandes legisladores de la humanidad
Largos años dedicó Andrés Bello al ordenamiento de las leyes
civiles de Chile – entre 1851 y 1855 – Posteriormente formaría
parte de la Comisión encargada de revisar el trabajo en su totalidad, tarea que se prolongaría por espacio de tres años, lapso
durante el cual no cesaba Bello en practicar correcciones introduciendo algunos cambios, consultando otras obras, aun el
Código de Napoleón.
Pese a tan empeñosa laboriosidad daría a conocer
bajo la más sencilla honradez lo siguiente, mediante artículo
publicado en El Araucano:
Contrayéndonos al proceso de codificación, nos atrevemos a
decir que esta obra es de menos magnitud y dificultad para
nosotros que lo fue la del Código de las Siete Partidas en el
siglo décimo tercio, lo primero porque las innovaciones de que
ahora se trata son mucho menos considerables, puesto que no
se piensa en crear sino en corregir y en simplificar; y lo se- Andrés Bello entre los grandes
gundo porque gracias a los adelantamientos de otros pueblos legisladores de la humanidad
tenemos a la mano modelos preciosos y abundantes materiales
de que aprovecharnos.
Manrique Pacanins recogió, en torno del Código Civil de Bello la opinión de eminentes tratadistas en ordenamiento de
leyes civiles, entre quiénes señala a los célebres comentaristas de
291
Carmen Brito Arocha
Derecho Comparado: Pierre Arminjón, Barón Boris Noide y Martín Wolf. No dudaron
en calificar la excelencia de Bello en su trabajo: “Su técnica es perfecta; es claro, lógico
y coherente. Andrés Bello puede ser considerado a justo título como uno de los grandes
legisladores de la humanidad.” 37
Encallecimiento
“Árbol majestuoso de la zona tórrida trasplantado a Chile, caen tus hojas en el
invierno de la vida. El soplo de la muerte destroza tus injertos, dan sombra al sepulcro de tus hijos”. 38
Estos golpes tan repetidos producen en mí un efecto indefinible, no tanto de dolor,
como de encallecimiento, de fría desesperación. 39
De nuevo don Andrés Bello se desahoga a distancia, esta vez con el
amigo don Manuel Ancízar, para el momento radicado en Perú. La confesión mantiene en vilo al amante padre ¡tal es el zarpazo!...
Ha muerto su hijo Carlos (octubre 26,1854). Busca la soledad del
campo. Desde la chacra El Conventillo envía unas palabras al almirante Blanco
Encalada:
37
Manrique Pacanins, Gustavo. (s.f.) El centenario del Código Civil de Chile.
38
Palabras de condolencia enviadas a don Andrés Bello por su antiguo discípulo Francisco Bilbao
39
Sambrano Urdaneta, (1986). Cronología de Andrés Bello 1781-1865, pág. 55
292
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Ah, compadre, qué sucesión de desgracias en esta familia! ¡Qué de vacíos! ¡Qué
procesión de nombres va delante de mí al cementerio contra el curso ordinario de la
naturaleza!...
Escribo ésta en un lugar que está poblado de recuerdos de usted y de su familia, donde vi a usted y a mi comadre por primera vez, en el Conventillo. Aquí he residido por
cerca de dos meses y aún estaré algunas semanas más hasta volver a mi casa, de la
que por no chocar con una preocupación casi universal, he tenido que refaccionar la
mayor parte en que Carlos pasó lo más de su enfermedad y murió.
Carlos Eusebio Florencio Bello Boyland
El primogénito de don Andrés Bello, quien llevó en su propio nombre los nombres
de sus tíos para beneplácito de don Andrés. Carlos, el único de los hijos de Bello
que conoció Caracas, palpando el gozo y el orgullo con que en la patria de su padre
se pronunciaba el nombre enaltecido... ¡Andrés Bello!
Carlos, el de las cartas hermosas.
Carlos, el que tuvo la dicha de estrechar entre sus brazos a su abuela
Ana Antonia, llevándose al partir todas las ternuras de años, todas las preguntas,
todas las bendiciones de aquella madre que nunca más ha visto a su adorado hijo
Andrés. Carlos, en quién cumplióse el anhelo atormentado de Andrés Bello: “¡Qué
placer sería para mí que pudiera (Ana Antonia) dar la bendición a mis hijos!”
Y así la recordó Carlos:“¡Mi pobre abuela, tan buena!”
Carlos Bello Boyland. Autor de la exitosa obra teatral Los Amores del
Poeta, presentada en Santiago de Chile el 28 de agosto de 1842.
293
Carmen Brito Arocha
Carlos el de las cartas hermosas... ¡Se ha ido!...
Carlos Bello Boyland nació en Londres el 30 de mayo de 1815, primogénito de don Andrés Bello y su primera esposa Mary Ann Boyland. A los veintiún años Carlos Bello fue nombrado Auxiliar del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Fue diputado. Llegó a desempeñarse como Encargado de Negocios
de la República de Chile en Ecuador. Escribió varias obras. Ha muerto Carlos Bello
Boyland de tuberculosis pulmonar el 26 de octubre de 1854 en Santiago de Chile.
Encallecido... o fríamente desesperado seguirá adelante Andrés Bello, con pasión atemperada de héroe, con reciedumbre de mártir, con mansedumbre
de santo.
Es electo Senador Propietario de la República el día 15 de mayo de 1855.
Mientras que, desde Lima se le está enviando epístola de mérito. Manuel Ancízar, representante de Nueva Granada en el Perú, partirá hacia Colombia,
no sin antes hacerle llegar al entrañable amigo don Andrés Bello un mensaje de
despedida. Saludos rebosantes de cariño y de honor al mérito.
...Conversaré con usted releyendo sus escritos; hablaré de usted a mis conciudadanos
publicando su biografía; y les daré a conocer a su maestro en derecho internacional
colocando su retrato en nuestra biblioteca bogotana, al lado de los de Caldas y Mutis, Aranzazu y Azuero, fundadores de nuestra instrucción superior. La imagen de
usted tomará allí su lugar como la de un padre ausente en el salón de sus hijos que
le aman y hace tiempo que le están esperando, siéndoles familiar su nombre desde
las escuelas por la Gramática Castellana, por los Principios del Derecho de Gentes.
Adiós, pues, por un momento mi inolvidable amigo. 40
40
294
(Sambrano Urdaneta, 1986. pág. 55)
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¿Qué más le queda a quien se sabe objeto de semejantes amabilidades?, contribuir con el eslabón de la cadena
de las cosas. Contestará conmovido acompañado de quién sabe
cuántos pensamientos. Pensar que en un cierto día de desesperación allá en Londres cifró sus esperanzas del regreso a través
de Cundinamarca:
En tales circunstancias creo que me es permitido volver los
ojos a Cundinamarca, como un país estrechamente ligado
al mío por relaciones naturales y políticas; como el único
de donde me será posible saber la suerte de mi desgraciada familia y por ventura aliviarla.
Día tras día más honores, más distinciones que
conducen a más obligaciones difíciles de dejar de cumplir. A
pesar de que no menguan en Andrés Bello la brillantez ni la vocación de servicio que caracterizan sus acciones, viene dejando
entrever la aparición de achaques que empiezan a incomodarlo.
Lo está abandonando la movilidad de que gozaba a la hora de
emprender viaje; no ha vuelto a montar a caballo como en Peñalolén; siente dificultad al subir o bajar escaleras; le cuesta leer
aun con anteojos, que comenzó a usar desde su llegada a Chile.
De tal serie de inconvenientes hace confidente como de costumbre a su hermano: Carlos en carta del 30 de diciembre de 1856.
En su caso, época de lacerantes reminiscencias para el hombre
que lleva hondo su pueblo y que cada vez más ve cómo se le está
Manuel Ancizar
295
Carmen Brito Arocha
yendo definitivamente el tiempo en medio de migajas de ensueños que lo distraen
con un falso...¡Volver!...
Retazos del tiempo eternamente amado:
No puedes figurarte la melancolía que ahora más que nunca me atormenta por la
distancia de vosotros. Caracas en mis pensamientos de todas horas; Caracas en mis
ensueños. Anoche cabalmente soñaba hallarme en compañía de algunas personas
queridas de aquella época dichosa de nuestra juventud.
Si supieras con que viveza me represento en mis ratos desocupados el Guaire, Catuche, los Teques, el patio y corral y todos los pormenores de la casa en que tú y yo
nacimos y jugamos y nos dimos de puñetes algunas veces. 41
Andrés Bello añora Caracas, le regocija el progreso de Chile
Si bien es verdad que en las emociones nostálgicas de Bello, Caracas manda, domina, impera cual diosa ancestral adherida a la piel del niño, del hombre mozo;
por fortuna también es cierto que para regocijo del hombre en su mayor edad ha
encontrado en Chile más que un lugar de trabajo, ha hallado un remanso vivificante. Chile se le ha adentrado en su ser personal.
Hace veintiocho años, cuando Bello llegó a Santiago procedente de
Londres podían verse por las calles –recordaba Valencia Avária– la tropa de mula
41
296
Primer centenario del nacimiento de Bello. 1781-1881.(1981). Caracas. Cromotip. pág. 136.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
con la madrina, la del cencerro, con las
carretas de bueyes, las enormes ruedas
carretoneras y otras peculiaridades del
vivir colonial. Bien, es hoy el mismo
Bello quien comenta ¡y con cuánta satisfacción! la realidad del Santiago de
los nuevos días. Aun cuando no dejan
de colársele anhelos de ventura igual
para Caracas.
¡Cómo quisiera yo, mi querido
Miguel –en carta a su cuñado
Miguel Rodríguez– que la Providencia hubiera visto a Caracas con los mismos ojos
que a Chile!; después de algunos contratiempos de poca duración se encuentra hoy
Santiago en un estado bastante próspero. El progreso en los últimos cinco años se
puede llamar fabuloso. Surgen por todas partes edificios magníficos, hay un ferrocarril concluido; se trabajó con mucha actividad en otros dos; el número de coches de
alquiler para la comodidad de los habitantes de Santiago pasa de 300; los carruajes
de los particulares son muchísimos y espléndidos.
Vista de Chile
Ver el paseo de la Alameda en ciertos días del año le hace a uno imaginarse en una
de las grandes ciudades europeas (eso suena a orgullo del bueno); tenemos varios
institutos de beneficencia; hermanas de la caridad para los hospitales; monjas de la
Providencia para los expósitos; escuelas de artes y oficios con muy excelentes resultados; escuela normal; quinta normal de agricultura, etc. etc. Pero es preciso confesar que las ciudades del interior no se parecen a Santiago y Valparaíso y en medio de
los síntomas de prosperidad que te he descrito, y que atribuyo a causas accidentales
que no creo subsistan…
Santiago 30 de mayo de 1857
297
Carmen Brito Arocha
Se acentuarán los achaques de la vejez
Bello y Elizabeth Dunn de Bello
298
1857. El mal de sus piernas es casi definitivo en don Andrés Bello. Para caminar requiere de la ayuda de alguien
a su lado.
Allí está doña Isabel, cual ángel guardián. A su espalda, a
su lado, solícita, amorosa.
¿Cómo ve Andrés Bello a través de su poesía
a Isabel, su esposa?: “A muchos compasión, a nadie envidia, la vi tener en mí fortuna escasa. Como sobre el cristal
la sombra, pasa sobre su alma el ejemplo corruptor.”
Al fondo los uñicarne de Andrés Bello. Sus
libros. En ésta, la casa propia en Santiago de Chile, en la
calle Catedral, señalada bajo el N° 100, la biblioteca ocupa
tres salones. ¡Uf!... ¡no más sacar tickets en busca de los
amigos de papel!
La biblioteca de la casa de Miranda, la biblioteca del Museo Británico, la biblioteca de la casa en
Chile: santuarios de las letras a las que tanto ha amado, unidas
por siempre al olor del incienso en recinto de devoción religiosa desde los primeros años de la vida, allá, en la biblioteca del
Convento de La Merced.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Para esta época ha cambiado bastante su cuadro familiar
Se extrañan las bondades de Francisco, la intelectualidad de Carlos, Anita y su arte
cantando y tocando el piano. En su carta del 30 de mayo al cuñado Miguel, don
Andrés hace una relación de la familia con la que comparte en el presente.
... Mi familia se compone actualmente de dos hijas casadas, Luisa y Josefina, aquélla
con cinco hijos y ésta con uno. Don Juan, el primogénito de los hijos que me quedan,
casado; con dos preciosos niñitos, Juan y Rebeca, él, su mujer y sus dos hijos navegando actualmente para Francia. Le ha forzado a emprender este viaje su salud delicada, teniendo que dejar su bufete que le producía bastante dinero. Lleva un empleíto
diplomático de poca consideración; pero que le servirá para costear en mucha parte
las costas de su viaje y residencia en Europa.
De cuatro hijos varones más que estudian para diferentes carreras; el menor de 9 años.
Tengo además una nietecita, Isabel Opaso, hija de mi difunta hija Asunción. Su padre
Bernardino Opaso es un hacendado muy acomodado y pertenece a una familia de las
más distinguidas de Santiago.
Mi mujer goza de buena salud. Mis yernos Ramón Vial y Belisario Prats son sujetos
excelentes y de lo mejor de Santiago como lo es también mi nuera Rosario Reyes.
Olvidaba decirte que mis cuatro hijos varones se llaman Manuel, Eduardo, Emilio
y Francisco.
Tengo también conmigo una niña de diez y seis años bastante bonita; prenda del
malogrado Carlos.
Ya ves, para ser casi ciego no lo hago mal cuando tomo la pluma para escribir a mi familia. 42
42
(Tenreiro, 1979, pág. 60)
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Carmen Brito Arocha
El “célebre Micifuz”
De izquierda a derecha: Miguel Amunátegui, Domingo Santa Maria y Gregorio
Víctor Amunátegui. Archivo
Leopoldo Castedo
“De una pieza a otra, con suma dificultad, apoyado en un bastón” es cómo logra desplazarse don Andrés Bello. Aparte de
mantenerse rodeado de esposa, hijos, nietos y cercanos parientes, siendo lo natural, nunca faltan personas amigas que visiten
a don Andrés.
Discípulos y antiguos discípulos; alrededor de
Bello, compañeros, funcionarios; los eternos colaboradores
del Rector, presentes; hoy día es mucha la gente aficionada a
la presencia de don Andrés Bello. Gente correspondida por el
sentido de la amistad, tan hondamente arraigado en el gran
humanista. Manuel Bulnes, Blanco Encalada, Domingo Santa
María 43, Barros Arana, Vicuña Mackena, Victorino Lastarria,
los Amunátegui y, en general, personas amigas de la familia.
En referencia muy particular a los Amunátegui,
a Barros Arana, Vicuña Mackena: “¿miman”, acaso al célebre
‘Micifuz’?”
Se lo ha preguntado Simón Collier.
Conversando con don Andrés ¿lo acariciaron alguna vez estos historiadores eminentes al querido, al célebre
“Micifuz”?
43
Domingo Santa María, presidente de la República de Chile, tuvo el
grande honor de develar la primera estatua erigida en el mundo al Patriarca de
las Letras Americanas, don Andrés Bello. (1881).
300
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Ruega, hija por el que en vil libelo destroza una fama
pura y en la aleve mordedura escupe asquerosa hiel
A los males físicos que viene padeciendo don Andrés Bello se
suma un maltrato a su reputación. En el libro Revolución de la
República de Colombia, de José Manuel Restrepo, colombiano,
se repite la calumnia impresa por primera vez en Recuerdos de
la Rebelión de Caracas, donde José Domingo Díaz acusaba a
Bello de infidencia con relación a los sucesos de abril de 1810.
Será esta una de esas ocasiones en que se hace
irresistible barruntar mediante el si... Si Andrés Bello hubiera
regresado a Caracas con Bolívar; si Bello hubiera tenido oportunidad de un pronto regreso aun cuando hubiese sido a Nueva
Granada; en fin, si Andrés Bello no hubiera permanecido fuera
de Caracas realmente se le habrían presentado otras alternativas:
Podría haber dado fe de sí mismo. Por ejemplo,
desde Londres, en carta a su amigo José Ángel Álamo 44, le pedía que hiciera memoria sobre el aviso que él, Bello en persona,
le envió (cuando aún se encontraba en Caracas y en plenos sucesos de abril) avisándole en las primeras horas del día 19 que la
José Ángel Álamo
44
Arístides Rojas: “Recordaba Bello a Álamo, el aviso que le envió al amanecer del día 19, y en el
cual le decía, que tratara de esconderse y de salvar a los amigos de la Revolución, pues que por Ledezma
había sabido que la reunión que se había efectuado en su casa (la de Álamo) frente a la Beneficencia
estaba delatada al general Emparan. Este aviso oportuno fue la causa de que el Dr. Álamo se ocultara en
la mañana del 19, hasta que fue sacado de su escondite por el Padre José Félix Blanco, quien le dio el
aviso de la prisión de Emparan”. Rojas, Arístides. Andrés Bello y los supuestos delatores de la Revolución.
En: Grases, Pedro. (1981). Antología del Bellismo en Venezuela, págs 73-74.
301
Carmen Brito Arocha
reunión sostenida en casa del mismo Álamo había sido delatada, información que le
llegó a través “de Ledezma”, y que, por tanto, alertara a los amigos revolucionarios.
Otra alternativa (sin quizá) sería la de que Monteverde lo hubiera
mandado a España en calidad de monstruo mayor junto con los “ocho monstruos”
a rendir cuentas por revolucionarios.
Por lo demás, lo cierto es que Bello fue puesto entre espada y pared.
Por un lado, el Informe firmado por el Gobernador Femando Miyares en la ciudad
de Coro el 15 de octubre de 1812. A saber:
Don Fernando Miyares, Caballero de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos Tercero 45 (etc. etc. etc.) por cuanto debiendo proveerse la plaza de oficial segundo
de la Secretaria de esta Capitanía General que desde luego doy por vacante, por la
parte activa que ha tenido en la revolución de Caracas don Andrés Bello que la obtenía... etc. etc.
Específicamente por esta determinada razón Miyares concluye la Resolución que destituye a Andrés Bello, designando en su lugar a don Joaquín Muguoza.
Ignoraba entonces que Bello había sido ascendido a Oficial Mayor. Al mismo tiempo,
45
García Chuecos, Héctor. Apuntes para una documentada biografía de don Andrés Bello. En:
Grases, (1981). Antología del Bellismo en Venezuela, Apéndice 7-8 p 291. “Don Fernando Miyares, Caballero
de la real y Distinguida Orden Española de Carlos Tercero, Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos,
Gobernador de la Provincia de Caracas, Capitán General de ella y demás de Venezuela, Presidente de
su Real Audiencia, Subinspector General de la Tropa Veterana y Milicias, e Interino del Gran Cuerpo de
Artillería, Intendente de Ejército y Superintendente General, Subdelegado de Real Hacienda y de la Real
Renta de Correos; Postas y estafetas, etc.”. Antepuestos todos los títulos, como para no dejar rastros de
dudas sobre su Poder, sustituyó a Andrés Bello por Joaquín Muguoza, el 15 de octubre de 1812. Y aun le
faltó agregar, como dato muy personal, ser esposo de doña Inés Mancebo, de origen cubano, y primera
nodriza de Simón Bolívar. Fue doña Inés antes de la negra Hipólita, quien amamantó al futuro Libertador.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
por parte de furibundos enemigos de los revolucionarios, entre ellos José Domingo
Díaz 46, se acusaba a Bello de infidente. Lo que se llama caer entre dos fuegos.
Tras la pérdida de la Primera República, en 1812; hecho que enseñoreó al jefe realista Monteverde en la Provincia de Venezuela, ocurre la dispersión
o diáspora de los patriotas. Desaparece Miranda... ¡prisionero!; desaparece Bolívar...¡huyendo!; Juan Germán Roscio, José Cortés Madariaga, Francisco Isnardy,
Juan Pablo Ayala, Sata y Busy y tantos otros comprometidos en el movimiento van
a parar a España, prisioneros, en calidad de “monstruos” por dictamen de Monteverde. ¿Quiénes, cuántos, por cuánto tiempo permanecieron ocultos? ¿Quién daría
la cara por quién? Desde la prisión, arrastrando pesados grillos Francisco de Miranda al cabo de ocho meses dirige una comunicación a la Audiencia de Caracas:
He visto con espanto repetirse en Venezuela las mismas escenas de que mis ojos fueron testigos en la Francia: vi llegar a La Guaira recuas de hombres de los más ilustres y distinguidos, tratados como unos facinerosos; los vi sepultar junto conmigo en
46
De José Domingo Díaz apuntó Juan Vicente González “Se unió a Boves en vida ¡que vivan en la
posteridad!”. Al parecer no siempre anduvo bien acompañado el doctor José Domingo Díaz A juzgar por las
untuosas cartas que le enviaran ciertos personajes de recordación tenebrosa de la época independentista
y que el impenitente escudriñador Juan Vicente González pondría al descubierto. Verbigracia: “Valencia
4 de julio de 1814. Señor don José Domingo Díaz Muy señor mío: he recibido los impresos que usted me
mandó, y doy a usted las más expresivas gracias por su acuerdo hacia mi persona. Los rebeldes enemigos
de la humanidad han sido derrotados completamente en La Puerta al mando de tos titulados generales
Bolívar y Mariño”. Cerraba el Informe mediante la despedida siguiente: “Soy de usted con la más alta
consideración su afectísimo y servidor Q. B. S. M José Tomás Boves”. Y, “P.D. Esto se halla conchado, y
puede usted venirse para Puerto Cabello”. El 7 de julio le comunica: “Mi estimado amigo: es muy numeroso
el ejercito que tengo que menester y vestir, y cada día se va aumentando considerablemente”. Luego le
pide que lo ayude a conseguir ropa, cobijas y municiones. En: González, Juan Vicente. (1975). Biografía
de José Félix Ribas. Caracas. Edición Año Bicentenario de José Félix Ribas. págs. 227-228.
303
Carmen Brito Arocha
aquellas horribles mazmorras; vi la venerable ancianidad, la tierna pubertad, al rico,
al pobre, al menestral, en fin al propio sacerdocio, reducidos a grillos y a cadenas y
condenados a respirar un aire mefítico, que extinguiendo la luz artificial inficionaba
a sangre y preparaba una muerte inevitable; yo vi por último, sacrificados a esta
crueldad ciudadanos distinguidos por su probidad y talento, y perecer casi repentinamente en aquellas mazmorras. 47
En cierto modo, Miranda responde a la pregunta ¿Quién daría la cara
por quién en circunstancias tales? Agrega Juan Vicente González: “Roscio, maestro y padre de la Revolución, expuesto en vil cepo a la burla y escarnio, en una
plaza pública”.
¿Andrés Bello mortificado por maledicencias? ¿No sucumbió a hierro puro Francisco Javier Ustáriz? (Maturín 1814). ¿Y Miguel José Sanz, de quien
dijera Humboldt que valía la pena viajar a Venezuela para conocerlo por su sabiduría? ¿Y la cabeza de José Félix Ribas, frita en aceite? Al poeta Comisario de
Guerra, Oficial mayor y “monstruo” mayor... ¡qué más da, plomo en el ala aunque
a distancia!
“La vida estúpida y mala/que cuando nos golpea/ ¡Nos golpea en el
ala!” Se queja el vate ecuatoriano Remigio Romero
En vista del infundio que lo maltrataba Andrés Bello escribió a su
hermano Carlos en 1826, torturado por la mortificación. Le recomendó entonces
plantearle el caso al amigo abogado José Ángel Álamo. Sin otro medio para comunicarse que no fuera el mensaje escrito y mediando lapsos tan incómodos entre
correspondencia y correspondencia la situación debía de resultar agobiante. Carlos
contesta a su hermano Andrés (párrafo):
47
González, Juan Vicente. (1975). Biografía de José Félix Ribas. Caracas. Edición Año Bicentenario
de José Félix Ribas.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
Álamo me dice que tú estás virgen de asuntos de enredos y chismes porque tuviste tal
suerte de salirte a tiempo de esta chambrana. Estas son sus palabras. Que él sabe de
dónde viene ese tiro. Que la especie sobre Sata es una bribonada que le han atribuido
después de muerto, contando con darle más valor contra ti porque era tu amigo –(4
de marzo de 1827) 48
Más tarde el propio Álamo se dirige a Bello
(Párrafos)
…Estas son tretas de los españoles para dividirnos, desprestigiamos y sembrar los
odios entre nuestras filas. No te preocupes querido Bello. Abandona ese carácter
vidrioso que tienes.
Esa defensa es inoficiosa. Más o menos todos los hombres más notables de la revolución han sido calumniados. La calumnia es el arma favorita de los españoles para
desunirnos y deshonrarnos ante el mundo.
Aflorará el perdón en la trinidad más santa que pudiese albergar el
alma de Andrés Bello. La hija, la oración, la poesía. En “La Oración por todos”
Andrés Bello pide a su hija que ruegue:
(...)por el que en vil libelo
destroza una fama pura
Y en la aleve mordedura
escupe asquerosa hiel (...)
48
Sambrano Urdaneta. (1986). Cronología de Andrés Bello 1781-1865.
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Carmen Brito Arocha
Vive gloriosa ancianidad Andrés Bello. Le apenaría no exculpar a los Urquinaona,
a los Torrente, a los Restrepo a los Díaz.
En cuanto a mi imputación antes dicha —Escribe a Manuel Ancízar— estoy muy lejos
de culpar al historiador, que sin duda la habría visto en varias obras, entre ellas la de
Torrente, pero todas, a lo que creo, derivadas de una relación del Dr. José Domingo
Díaz, médico caraqueño, cuyos servicios a la madre patria fueron premiados con la
Intendencia de Puerto Rico, y haciéndole la debida justicia, creo que ni aun él mismo
pensó calumniarme, porque la especie corrió en Caracas mismo.
Es probable que después de todo pase a la historia, y me resigno a ello sin el menor
sentimiento.
Tretas o calumnias el tiempo las esparció
Circuló en los primeros años de la revolución el rumor de haber sido alertado el
Capitán General Vicente Emparan sobre una conspiración en abril. Como infidentes se mencionaban a Andrés Bello, Juan Vicente Echeverría, Mauricio Ayala,
Pedro Arévalo, Bernardo Muro, Diego Jalón.
En tiempos más recientes, en medio de toda suerte de versiones se ha
hablado en particular referente a Bello que desde 1807, el nombramiento de éste
como Comisario de Guerra sembró inconformidad entre algunos grupos, debido a
que tal distinción estaba en preferencia reservada a los peninsulares. Igualmente
causó molestia entre activistas del movimiento político el hecho de que Bello pasara a integrar la Junta Suprema no habiendo sido de mayor interés su actuación dentro del movimiento; factor de desagrado también habría sido el que se seleccionase
306
Andrés Bello se lo llevó la revolución
a Bello junto con el coronel Simón Bolívar y don Luis López Méndez para viajar a
Londres en misión diplomática.
Un conjunto motivador de ojerizas, que a la larga suman de todo un
poco, menos de lo bueno.
Mientras los susodichos rumores de comienzo de página agarraban
cuerpo; circulaba a alto nivel el Informe Oficial a Fernando VII, enviado por el
Capitán General Emparan sobre los sucesos del 19 de abril de 1810 en Caracas.
Segmento del informe:
Seis o siete días antes de la insurrección pretendí aprehender a don (Tomás) Montilla
para expulsarlo del Distrito de la Capitanía General por haber sido advertido que la
noche anterior se había juntado en el Cuartel de La Misericordia con tres hijos del teniente don Francisco Carabaño, con dos hermanos Ayala, con don Juan del Castillo
y con Diego Jalón, oficiales del Cuerpo Veterano de la Reina de Milicias, y el último
de artillería y tratado de sublevar la ciudad.
Como el aviso me fue dado por un medio oscuro e insuficiente y tenía otras pruebas
no me pareció deber exponerme a una actuación peligrosa en aquellas circunstancias al paso que inútil para la comprobación del delito, y hube de preferir el medio
de dispersarlos, destinándolos a Maracaibo, Cumaná, Guayana y Barinas, pero ni a
(Juan del) Castillo, Oficial de Milicias, ni a (Tomás) Montilla, paisano, pude encontrar por haberse ocultado. 49
49
(Sambrano Urdaneta, 1995)
307
Carmen Brito Arocha
Emparan y el golpe de estado de 1810
En carta a Domingo Monteverde Ramón Aguilar se revela como el infidente ante
Emparan de los sucesos de abril.
El historiador Ángel Grisanti presenta en su libro publicado en Caracas, 1960, la Solicitud de Ramón Aguilar dirigida al Capitán Domingo Monteverde, pidiéndole le conceda la libertad.
Ramón Aguilar, para la ocasión se hallaba prisionero en las “bóvedas
del castillo de La Guaira”, es posible engrosara la “recua de hombres”, vista por el
generalísimo Miranda cuando él también estaba preso en el castillo.
Mensaje:
Don Ramón Aguilar – comienza el mensaje – natural y vecino de esta ciudad, preso
en las bóvedas de La Guaira, ante V.S. con el más profundo respeto y veneración
debida, expongo: Que tengo acreditada la mayor fidelidad a favor de nuestro amado
Soberano el Señor Don Fernando VII desde el año de 1809, habiendo sido yo el que
instruyó al Capitán General don Vicente de Emparan, de la revolución que se iba a
efectuar, por cuya causa no se verificó la noche buena de aquel año.
Seguidamente estuve encargado de observar los movimientos de los revolucionarios
y dando noticias de sus operaciones, teniendo para ello que estar vigilando de noche
y día con la precisión de verme todas las noches a las once con el Capitán General
(Emparan), para que no se sospechase de mi persona , habiendo tenido la dicha de
instruirme de todo, y no solamente el haber sido el descubridor, sino haber dado las
reglas para evitar políticamente los crueles efectos de una revolución y de la ruina
de muchos vecinos.
308
Andrés Bello se lo llevó la revolución
El presente documento se encuentra en el Archivo General de la Nación (Gobernación y Capitanía General Tomo CCXXXI, folio 238) Se desconoce
el destino de la Solicitud del supuesto infidente don Ramón Aguilar.
De tretas o calumnias de ayer y de hoy en torno de don Andrés Bello:
NADA DESHONRA A LOS DIOSES 50
Para siempre duermen las esperanzas
1858 –Una noche don Andrés Bello despierta sobresaltado. En sueños oyó una
palabra, una voz:… ¡Murió!
Inmediatamente toma nota del misterioso mensaje, incluyendo la
hora. Desde el primer instante del anuncio lo invade la mortificación.
El día en que recibió la infausta noticia del fallecimiento de su adorada madre, no bien recuperado de la emoción, pudo comprobar que la fecha del
deceso coincidía con la de aquella revelación en sueños.
Se acabó la espera de doña Ana Antonia Se le fueron a la eternidad
las esperanzas de contemplar a su poeta, a quién se llevó lejos la revolución.
Ana Antonia, heroína de la espera eterna. Madrecita, para ti una flor
y nuestro humilde monumento de letras.
¿Y para él? ¡Por Dios! Un minuto de silencio...ante este frío encallecimiento del Patriarca.
50
“Nada deshonra a los dioses”. Reflexión de Anatole Frances, frente a determinada situación
que afectaba al célebre escritor Víctor Hugo. Posición aplicable a cualesquiera otros casos de entre los
grandes valores humanos.
309
Carmen Brito Arocha
La Universidad no lo renuncia
El Gran Rector ocupa un sitio tan vasto en nuestra cultura literaria, sus raíces llegan
tan adentro que casi nada del resto se entendería si él faltara
Hernan Díaz Arrieta.
Se cumplen diecisiete años de hallarse don Andrés Bello al frente del
Rectorado de la Universidad de Chile. Próximo a los setenta y nueve años de edad
se ve en la obligación moral de renunciar al cargo, dada la diversidad de incomodidades con que lucha diariamente para poder cumplir con sus deberes, a causa de
su quebrantada salud.
Expone en la debida oportunidad:
Mis dolencias se repiten con tanta frecuencia, hasta el punto de hacer ya tres meses
que no salgo de casa, donde en todo este tiempo se han celebrado las sesiones del
Consejo y de las Facultades a que me ha sido posible concurrir (...), he creído hallarme en el caso de presentar mi renuncia del cargo de Rector.
Rechazada la Renuncia.
El Cristo de Caracas
Ocho días después de aquella honrosa contestación al Gran Rector de no aceptársele la renuncia, don Andrés Bello se verá obligado a acordarse de nuevo del Cristo
de Caracas: Porque ha fallecido su hijo Juan.
310
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Por sí solo ha descrito el venerable anciano el efecto que le producen
estos golpes, nada habrá que sustituya sus palabras. Aparte de que probará sus lágrimas mientras susurra, “¡Ya me lo dijo el Cristo de Caracas!”
En momentos de las lamentables pérdidas de algunos de sus hijos
ha referido don Andrés el origen de las enigmáticas palabras, plenas de mística
resignación:
Siendo muy joven se hallaba en su habitación en la casa de Caracas
cuando creyó oír al Cristo desde el altar: Recibiría muchos honores, le anunció la
imagen. Le anunció, asimismo, que no llegaría a disfrutar plenamente de sus hijos.
Perdió el sentido y rodó por el suelo. Así lo encontró la familia. Acerca
del misterioso episodio y en medio de uno de aquellos luctuosos momentos tuvo lugar
un diálogo entre don Andrés Bello y su discípulo Manuel Antonio Tocornal, quien
se iba a referir más tarde a la mística resignación del maestro y su Cristo de Caracas.
Ahora se ha ido Juan. “... de carácter muy vivo y alegre... se pica de
literato. Hace versos, canta, baila, traduce varios idiomas, y en medio de sus alegrías y travesuras trabaja de ocho a diez horas diarias”.
El padre se complacía en ese perfil de la primera juventud del hijo.
El 12 de septiembre de 1860, a la edad de treinta y seis años ha muerto Juan Bello
Dunn en Estados Unidos, en donde se desempeñaba como Encargado de Negocios
del Gobierno de Chile.
Por sus frutos los conoceréis
Al par de tempestades... Porque se ha pasado la vida sembrando, don Andrés Bello
recogerá frutos aun en medio de todas las tormentas.
311
Carmen Brito Arocha
El 24 de noviembre de 1860:
Tiene lugar la promulgación de la ley para la Instrucción Primaria en
Chile. La Facultad de Humanidades que preside el señor Rector don Andrés Bello,
tuvo a su cargo la redacción del trascendente instrumento legal.
A partir del 10 de marzo de 1861 don Andrés Bello pasa a ser Individuo de Número de la Real Academia de España, Clase Correspondiente Extranjero, designado por la Corporación.
El pergamino de Reconocimiento, entre otras meritorias palabras,
reza: “... al perseverante ardor conque cultiva la lengua castellana, acreditada con
obras didácticas que le han dado universal y justa nombradía”.
Los estudios de Bello alrededor de Rodrigo Díaz de Vivar, inspirador
del más antiguo poema épico de España, El Cantar del Mío Cid verán pronto la luz.
Fruto de duros años de investigación por parte del literato venezolano; dobladas su
espalda por espacio de horas-años... sobre las antiquísimas páginas abiertas en la
Biblioteca de Miranda, es probable, y allá en el Museo Británico. La Facultad de
Humanidades de la Universidad de Chile promete editar la obra, lo cual anuncia en
el presente año 1862.
“Andrés Bello dióle a España la primera y mejor interpretación de su
epopeya nacional, el Poema del Cid.”
Humberto Tejera 1892-1971.
1863 – Insiste el señor Rector en presentar su renuncia. De nuevo son fallidos sus
propósitos, por cuanto no se le acepta la renuncia. Quienquiera que sea a quien se
dirija no pasará a creer que Andrés Bello no pueda seguir adelante.
(Junio 5) “El tomar parte en las discusiones del Consejo se me hace
cada día más difícil y penoso por el embarazo de la respiración que usted habrá sin
312
Andrés Bello se lo llevó la revolución
duda percibido en muchas ocasiones y que probablemente será cada día mayor”.
(Cumple con participar)
Al instalarse en la ciudad de Santiago el Colegio que agruparía a los
profesionales del Derecho don Andrés Bello es nombrado Miembro Honorario.
Tanto la presencia como el nombre de Andrés Bello son representativos de honorabilidad y grandeza. Deberá seguir adelante. ¡Qué le va a hacer!
1864 – Diferencias entre los Estados Unidos de Norte América y la República del
Ecuador hacen pensar al general Juan José Flores, gobernante de dicho país, en su
eminente paisano internacionalista don Andrés Bello para integrar la Comisión
destinada a ventilar el asunto suscitado entre los mencionados países. Bello se ve
en la necesidad de declinar la honrosa designación, dirigiéndose para ello al general Flores y al señor Federico Hassaurek,
(Fragmento)
Nada más hermoso ciertamente que el nombramiento que V.V.E.E. han hecho de mí tan
importante y delicado cargo, realzando esta distinción con expresiones benévolas que
quedo profundamente reconocido. Pero esto mismo hace doblemente sensible para mí
la imposibilidad en que me encuentro de aceptarlo por graves consideraciones, siendo
la principal de todas mi avanzada edad y la delicada salud que me inhabilita para casi
toda atención seria y que recientemente me han puesto en el caso de pedir al Exmo.
Sr. Presidente de esta República una licencia temporal para suspender mis funciones
universitarias.51
51
Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 60.
313
Carmen Brito Arocha
A comienzos de año hacía un doloroso recuento de sus males, es
verdad, al amigo Manuel Ancízar, aspecto que es interesante conocer, aun cuando
no se trate de un trozo autobiográfico surgido de su puño y letra, lo cual aclara él
mismo, lo que importa es ir tomándole el pulso paso a paso a su diario acontecer.
Veamos:
(Segmento. Marzo, 1864):
Por lo que a mí toca me parece necesario dar a usted una idea de todas las privaciones a que estoy sujeto, a fin de que use usted tal vez de alguna indulgencia para
conmigo cuando se le antoje, que ando en mis contestaciones más descuidado de lo
que debiera. Carezco del uso de las piernas, y pudiera decir, del de las manos, porque
mi letra es enteramente ininteligible aun para mí mismo después de algunos días de
escrita. Me es indispensable la luz del sol para leer, y aun entonces necesito de un tipo
de letra medianamente claro y no muy pequeño. Así me veo precisado a valerme de
un escribiente como ahora lo hago para todas mis comunicaciones escritas.
Pareciera estar apagándose esta vida extraordinaria.
Ya necesita de la luz del sol para leer. Todavía así irradia su propia
luz. Luz en la cual América confía. Colombia lo requiere como árbitro en la diferencia que mantiene con el Perú. Se lee en una parte del Oficio:
... habiendo sobrevenido entre los Estados Unidos de Colombia y de la República del
Perú la diferencia cuyos pormenores expresaré a usted en seguida, el poder ejecutivo
ha tenido a bien designarlo para decidir como árbitro tal diferencia. Los estudios
sobre el Derecho Público a que usted se ha consagrado por tanto tiempo, y con tan
singular aceptación; su calidad de antiguo colombiano; y sobre todo la confianza que
tiene el gobierno en la rectitud de sus principios, le dan la esperanza de que usted
314
Andrés Bello se lo llevó la revolución
querrá aceptar el cargo, y de que el gobierno del Perú ratificará por su parte el nombramiento. 52(Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 63)
Una vez más don Andrés Bello se limita a expresar las gracias por
el honroso nombramiento. Tampoco podrá contribuir a despejar una situación esta
vez entre pueblos hermanos, situación de tanto interés como lo sería la integración
entre los mismos.
“La primera vez que se escogía un ciudadano como árbitro de pueblos”
Rufino Blanco Fombona
No ha olvidado “El Helechal” De allá le llegó un cafecito
En innumerables horas habrá traído Andrés Bello a su memoria aquel día cuando
“arrancó hierbas, cortó ramos, esparció tierra”...y aspiró en anhelos el aroma del café.
En septiembre del mismo año 1864 da contestación a una carta de su
paisano Antonio Leocadio Guzmán. Expuestos los pormenores de especial interés,
hace el siguiente comentario:
Me es grato añadir ahora que entre aquellas muestras, vino una que me fue particularmente agradable: un saco de café de la hacienda “El Helechal”, que durante algunos años fue propiedad mía y de mis hermanos, y en la guerra de Independencia pasó
52
Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 63.
315
Carmen Brito Arocha
a otros dueños. Siempre que tomaba una taza de aquel exquisito café, me parecía que
se renovaban en mí, las impresiones, y la perfumada atmósfera en que se produce,
enlazadas con las pequeñas aventuras de la época más feliz de mi vida. 53
Hasta de una simple taza de café hace una filigrana de felicidad engarzando un tiempo pasado al cual no ha dudado en añorarlo como el mejor de su
vida. Y cómo serán de naturales sus suspiros desde el sensitivo eco del tiempo que
arrugan a cualquiera el corazón, la añoranza de Andrés Bello por su patria y todo
cuanto en ella le quedó constituye por sí sola una de las más trascendentes facetas
de su vida y acerca de la cual se ha pronunciado en modo excepcional Oscar Sambrano Urdaneta:
En su larga ausencia no disminuye sino que aumenta la añoranza. Lo acompaña en
su madurez. Lo sigue en su ancianidad. Se le filtra en conversaciones, en cartas,
en versos. En unos y otros queda la impronta de sus sentimientos familiares, de su
consecuente afecto por los amigos, de su leal interés por las instituciones y negocios públicos de la nación donde transcurrieron los primeros veintinueve años de su
existencia. La imagen venerada de la madre preside estas evocaciones. Rodéenla los
hermanos y los sobrinos del ausente, y algunos de los más queridos compañeros de
infancia y juventud.
... estos recuerdos forman la expresión de la patria de don Andrés, jamás renuncia a
ellos. No los oculta, son en cierto modo, las llaves que abrieron y que cerrarán sus días.
Oscar Sambrano Urdaneta 53
Caldera, Rafael. El Andrés Bello que viajó a Londres en 1810. En: Bello y Caracas. Primer
congreso del bicentenario. (1979). Caracas. La Casa de Bello. pág. 16.
316
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Las letras...
El tintero extraña el pulso de su dueño
Andrés Bello necesita de la luz del sol para leer.
Ya no puede escribir de su puño y letra.
¡Leer! ¡Leer! ¡Leer a toda hora! ¡Escribir!... ¡Escribir! ¡Escribir siempre! ¡Leer y escribir! ¡Lo que tanto ha amado!
Las letras...
“Adornaron de celajes alegres la mañana de mi
vida, y conservan todavía algunos matices del alma como la
flor que hermosea las ruinas”
Hermosas palabras pronunciadas durante su discurso inaugural de la Universidad de la República de Chile el
17 de septiembre de 1843.
¡Leer y escribir!...Una nueva nostalgia anidará
en el pecho de Andrés Bello ¡Ah! ¡La música!
“El tintero extraña el pulso de su amo”
La música es el lenguaje universal, se ha establecido
Entonces, ¿han sido los pájaros maestros por excelencia del
lenguaje universal? Desde el génesis los pájaros cantan. Los
pájaros silban. Los trinos de esas aves cantoras ¿se identifican,
acaso, con alguna lección musical? Bien, es una acotación a
vuelo de pájaro, justamente, mientras pensábamos en alguna
nueva afición como alternativa para don Andrés Bello.
317
Carmen Brito Arocha
De haberse inclinado Andrés Bello por el arte musical lo tendríamos
hoy por un virtuoso a la altura de las más excelsas celebridades del bien llamado y
bien amado lenguaje universal. Viene a ser instintivamente obligatorio imaginárselo.
Pensamiento temerario, es verdad, sólo que, en base a la genialidad con que ha abrazado Bello tantos conocimientos resulta comprensible la presunción de escucharlo en
una de sus composiciones maestras. ¿Cómo hubiera sido más bella “La Agricultura
de la Zona Tórrida”, como poesía o como pieza musical? ¿Sería un clásico dentro
del mundo de la melodía, igual que lo es hoy en el marco del universo poético? ¿Por
ventura alguno de los geniales maestros que se expresan en Do... en Re... en Mi… en
Fa... podría convertir en himno “La Agricultura de la Zona Tórrida”?
La poesía
La poesía es la historia universal del corazón del hombre
Juan Vicente González
Las poesías de don Andrés Bello son acabadas en la forma, y en la inspiración ofrecen
una mezcla de afectos que pueden llamarse santos.
Marco Fidel Suárez 54
54
Marco Fidel Suárez, natural de Colombia (1855-1927). Procedente de Antioquia, siendo estudiante
aún y cumpliendo a la vez labores docentes, participó en el concurso convocado por la Academia
Colombiana de la Lengua al conmemorarse el Centenario de Andrés Bello, año 1881. Fidel Suárez obtuvo
el Primer Premio por su trabajo Ensayo sobre la Gramática Castellana de don Andrés Bello (En: Arias, Juan
de Dios y Pinzón, Ramiro. Español y Literatura). Fidel Suárez se convirtió en Miembro de la Institución.
318
Andrés Bello se lo llevó la revolución
A Bello lo sedujo el lenguaje de las letras. La lasitud de una vida desgastada le habrá pedido hoy quietud. Más, él
lleva en sus alforjas tibias poesías de reminiscencias preciosas.
Si bien no procuró su compañía la musa de partituras geniales,
¡quién sabe si el poeta guardaba en alguno de los anchurosos
caminos del alma el espejo sutil que le transmutaría tan genuina
expresión de la belleza! Se deleita en escuchar el piano que para
él tocan sus hijas, melodías que lo transportan blandamente a
lejanos lugares en tierna florescencia de vida. ¿Por ventura, ha
vuelto alguna vez de hermoso niño a la casa detrás del Convento de La Merced? ¿Ha vuelto...en lejanos momentos en que, al
fin rendido por el sueño y en dulce obediencia se desgonzaba en
el regazo amoroso de la madre, desmadejados los brazos y las
piernas, entrecerrados los ojos, en tanto se iba apagando aquello
que a veces le servía de canción de cuna, aquellos melodiosos
ensayos de don Bartolomé?
En su ancianidad don Andrés Bello goza de inefables deferencias de parte de cuantos han tenido el gusto y el
honor de conocerlo. Entre quienes por primera vez procuran su
trato se da el caso de gente sorprendida frente a una presencia
sin aires de solemnidad y sí, bellamente apacible.
“El sabio anciano estaba en su bufete, donde pasa regularmente de ocho a diez horas cada día, es el puesto en que
quiere morir.
Don Andrés Bello a los ochenta
y cuatro años de edad. Retrato
del natural. Se tiene por la última
imagen del sabio llevada al lienzo. Se encuentra en el Despacho del Ministro de Relaciones
Exteriores. Caracas
319
Carmen Brito Arocha
No he visto nunca cabeza más bella Ni fisonomía más dulce y benévola” 55
Théodore Mannequín. Escritor Francés
Se percibe remoto aquel 10 de junio de 1810
El 29 de noviembre de 1865 estaría por celebrarse el ochenta y cuatro aniversario
del nacimiento de don Andrés Bello
En Caracas, su ciudad natal, vivió veintiocho años y medio. Aquí
afloró su sensibilidad entre felicidades y ternuras de un hogar bueno; aquí, en moldes de pureza halló asidero su espiritualidad; aquí, su genio prodigioso cogió impulso para elevarse en vuelo de grandeza; aquí, en Caracas, la mejor parte de su
vida. De aquí, a otro continente; en viaje que prometía ser el zigzag de un ida y
vuelta y se extendió en estancia de diecinueve años en la ciudad de Londres.
En la capital inglesa contrajo matrimonio por primera vez; vio nacer
sus primeros hijos; enviudó; volvió a casarse; nuevos hijos vinieron; aquí, le tomó
el pulso a los altibajos de la vida; de aquí, Andrés Bello partiría hacia la República
de Chile, a los cuarenta y ocho años de edad.
En Chile ha visto transcurrir treinta y seis años de su existencia;
rodeado del afecto del grupo familiar; estimado por admirables compañeros de
labores; aquí, respetado, amado por sus discípulos; aquí, sus afanes le han sido reconocidos; aquí, su extraordinaria capacidad de trabajo y vocación de servicio han
coronado el itinerario de una vida portentosa.
55
Picón Lares, Roberto. Don Andrés Bello. En: Grases, Antología del Bellismo en Venezuela, 1981,
pág. 269.
320
Andrés Bello se lo llevó la revolución
El día primero de septiembre de 1865, don Andrés Bello se ve obligado a guardar cama, atacado por una bronquitis que le produce fiebres altas. En
su lecho de enfermo experimenta delirios que le hacen figurarse escritos en los
cortinajes de la habitación algunos versos de Eneida y de La Ilíada. Las repetidas y
fugaces imágenes le inducen de cuando en cuando a revelar su preocupación por no
poder mirar en forma nítida los renglones, sino muy borrosos. ¡Cuántos desteñidos
recuerdos llegarán a su memoria! Entre ratos menciona títulos de sus libros.
Al paso de los días el cuadro febril empeora. Se piensa en la fiebre
tifoidea que viene causando graves daños en la población santiaguina. Pese a una
cuidadosa atención médica en mes y medio la bronquitis ha hecho estragos en un
organismo de por sí debilitado por la edad.
A las siete y cuarenta y cinco minutos de la mañana del 15 de octubre
de 1865 fallece don Andrés Bello en la ciudad de Santiago de Chile a la edad de
ochenta y cuatro años.
Considerada una apoteosis la inhumación de los restos de don Andrés Bello
en Santiago de Chile
Luego de permanecer un día en capilla ardiente en la Iglesia Catedral fueron inhumados los restos mortales. La comitiva en representación del gobierno nacional estuvo integrada por “autoridades universitarias, los ministros del despacho,
comisiones del Senado y de la Cámara de Diputados y por oficiales del Ejército y
guardias cívicos expresamente invitados por el señor Ministro de Justicia, Culto e
Instrucción Pública. Integraban también la comitiva los alumnos de la Delegación
Estudiantil y del Instituto Nacional.”
321
Carmen Brito Arocha
Al cortejo fúnebre se sumó una multitud, cual había permanecido en la casa de la
familia Bello, lo mismo que en los alrededores... Agolpados hombres y mujeres
de todas las edades y las clases sociales. Deseaban dar el último adiós al hombre
sabio, modesto, que llegó un día para compartir generoso sus luces junto a un pueblo que tuvo a bien recibirlo respetuosamente en compañía de su grupo familiar.
Impresionó de grata manera la actitud de numerosos estudiantes: se turnaban para
arrastrar el carro fúnebre, despidiendo los despojos del maestro insigne que por
décadas permaneció junto a ellos. Generación de chilenos ilustres formada a la
sombra del grande humanista de América.
SE TRATABA DE UN HECHO COMPLETAMENTE INUSITADO EN RELACIÓN CON LAS COSTUMBRES CHILENAS, QUE CONTRIBUYÓ A DARLE A LAS EXEQUIAS DEL SEÑOR BELLO EL CARÁCTER DE
UNA ESPECIE DE APOTEOSIS
Así lo recogió la prensa.
¿Conque murió Bello, el que yo juzgaba no habría de morir nunca, como el grande
Elías?”
¿Conque el hijo de Caracas, su gloria imperecedera, el que redimía nuestro nombre,
célebre por ignominiosas revueltas, duerme el último sueño? ¡Y Venezuela no viste
de luto!
¡Y cientos de lúgubres no despiertan en las calles silenciosas el eco del dolor!...
¡Qué hombre y qué destino! Modesto y puro como soñamos a Virgilio, de un embarazo ingenuo y amable y una esquivez sencilla y llena de atractivo, la ternura de su
corazón transpiraba sobre su frente virginal.
Juan Vicente Gonzales. Mesenianas. 29 de noviembre, 1865
322
Andrés Bello se lo llevó la revolución
El Sillón vacio
Los dos hechos históricos de mayor trascendencia en nuestros
países hispanoamericanos, en el siglo pasado, son, sin duda,
las guerras por la Independencia y la ordenación jurídica de
la libertad, de la que es perfecto símbolo el Código Civil chileno, que en justicia y para gloria común de Chile y de Venezuela, lleva el nombre de su autor, el jurisconsulto venezolano
Andrés Bello.
Gustavo Manrique Pacanins. (1887-1962)
Acuerdo de la Universidad Central de Venezuela
para conmemorar el centenario del natalicio
de don Andrés Bello
Documento Nº 4
Sillón que perteneció a don Andrés
Bello. se encuentra en la Biblioteca Nacional de Chile
56
24 de noviembre de 1881.
La Junta de Inspección y Gobierno de la Universidad Central
de Venezuela,
Considerando:
56
Arch. Univ. Libro de Actas de la Junta Gubernativa de la Universidad
Central de Venezuela, 1879-1883. Fol. 92 v-93.441.
323
Carmen Brito Arocha
1° Que Andrés Bello, hijo de Caracas, es una de las grandes glorias literarias de
Sur América.
2° Que el alto puesto que ocupa como jurista en la ciencia del Derecho Internacional, es reconocido y acatado en las naciones más civilizadas de Europa y América.
3° Que con sus obras filológicas ha prestado importantes servicios a la enseñanza y
progreso de los estudios gramaticales de la lengua castellana.
4° Que es un deber de todo Instituto de Ciencias y Letras honrar la memoria de los
sabios que se han distinguido en ellas, especialmente si son hijos de la Patria.
Acuerda:
Celebrar el Centenario de Andrés Bello de una manera digna del eminente venezolano a quien se tributa la honra.
Para los gastos que ocasione la ejecución del acuerdo que precede se resuelve: que
por las Rentas universitarias se erogue la suma de cuatrocientos bolívares, y se encarga de llevar a cabo el programa a que se forme una Comisión compuesta de los
señores doctores Agustín Aveledo, que la presidirá, Santiago Terrero Alianza, Antonio R. Silva y Federico R. Chirinos.
El Rector Ángel K. Rivas Baldwin.
El Secretario Celedonio Rodríguez.
Ahora en estatua
28 de noviembre de 1881
A las cinco y media de la tarde, el señor Presidente de la República de Chile, don
Domingo Santa María develó la primera estatua erigida en el mundo a don Andrés
324
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Bello. Al tirar del cordón cayó la Bandera Nacional que cubría
el monumento al tiempo de dejarse oír los acordes del Himno
Nacional, bajo magistral interpretación del regimiento de cazadores. Los aplausos arroparon por entero el acto llamado a
quedar para la historia como la Apoteosis de Andrés Bello.
La estatua, obra del escultor Nicanor Plaza, se
erigía en la Plaza del Congreso. De cierta manera se honraba
la promesa –podría decirse– de Miguel Luis Amunátegui, discípulo por excelencia del maestro Bello en Chile. Durante las
exequias de don Andrés, en octubre de 1865, cerraba Amunátegui de este modo su discurso:“Sus virtudes habrán recibido
el premio de la mansión de la dicha. La gratitud de Chile se
lo acordará algún día erigiéndole un monumento, digno de su
eterna gloria”.
Ahora, en el centenario apoteósico del maestro se
ha cumplido el grande reconocimiento. En representación del
Consejo Universitario don Ignacio Domeyko dirige invaluables
palabras a la memoria de Andrés Bello.
La vida cristiana de Bello prueba una vez más la concordancia perfecta que existe entre la Fe y la Razón. Alaben otros al
filólogo y al sabio. Yo rindo homenaje en este día, al poeta del
sentimiento y la piedad.
Agustín Aveledo.
“Ahora en estatua.…”
28 de noviembre de 1881
Bello no debería asistir a la Epopeya Sangrienta de América;
desgracias, zozobras y también cosechas de exquisitos frutos le
aguardaban. Su ingenio necesitaba del crisol ardiente para ser
325
Carmen Brito Arocha
probado; su cuerpo, del movimiento, su constancia, del infortunio. Los grandes talentos necesitan del combate para descollar en el mundo de las ideas. Son como el albatros que aguarda la tempestad para cernerse sobre ella y celebrar el triunfo del ala.
Arístides Rojas
Ya le oigo departir humildemente con su Maestro Cristóbal de Quesada y con el latín
que aprendió de él, mejorado por su excelso juicio, vencer en las aulas animadas a
condiscípulos y a dómines.
Ya le miro como quien doma águila enseñar a Bolívar, y como quien oye a profeta
aprender de Humboldt: y le veo del brazo del buen Ustáriz, con él como con todos
bondadoso, y escucho las palmas regocijadas con que celebran sus amigos los sueltos
y galanos versos con que los pasma y enajena.
Y al elegir entre los grandes de América, los fundadores, le elijo a él.
José Martí
... a Andrés Bello podría considerársele héroe... porque héroe puede significar hombre que sobresale por la fuerza de carácter, por la grandeza del alma, y por la elevación de la virtud, cosas que se reunían en la sabiduría y bondad del ilustre Bello.
Marco Fidel Suárez
“Es sin duda el máximo valor intelectual del continente. La suya es la estirpe de Aristóteles, Leonardo y Goethe”.
J.L Salcedo Bastardo
326
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Fue el salvador del castellano en América. La gran figura de este varón memorable
basta por si sola para honrar no solamente a la región de Venezuela que le dio cuna
y a la República de Chile que le dio hospitalidad y le confió la redacción de sus leyes
y la educación de su pueblo, sino a toda la América, de la cual fue el principal educador. 57
Marcelino Menéndez y Pelayo
No es dado enumerar los inmensos méritos y servicios de don Andrés Bello, que si pudiéramos recordarlos todos dudaría la razón que en una vida un solo hombre pudiera
saber tanto, hacer tanto, y amar tanto.
Ignacio Domeiko
¿Cómo era Andrés Bello?
Contextura débil en la apariencia, facciones delicadas y expresivas; un carácter serio, frecuentemente meditabundo, a veces algo melancólico y un entendimiento precoz, vigoroso y perspicaz. Era educado, fino.
Pulcro en el lenguaje. De escasas palabras. Pero buen conversador
cuando el tema le agradaba.
Bello fue el equilibrio, la ponderación, la armonía de los sentimientos
en todas las manifestaciones.
Amunátegui (Biógrafo de Bello)
57
Palabras del eminente polígrafo español don Marcelino Menéndez y Pelayo, escritas en 1892.
Actualmente estampadas en placa de estatua erigida a don Andrés Bello en la Dehesa de la Villa en Madrid.
327
Carmen Brito Arocha
Según la descripción de Amunátegui Solar, Andrés Bello no era alto, y la sensación
de tal la daba cierta esbeltez de su cuerpo (...) Con los años y con el trabajo sedentario en las oficinas, Bello adquirió alguna corpulencia. Caminaba con paso rápido.
La timidez, la reserva y la soledad conjugábanse con la ausencia verbal suya. Sus
esparcimientos no los traducían sus palabras sino los rasgos de alegría o de tristeza
de su rostro. El de Bello tenía una serena melancolía. Era hermoso, sus facciones
delicadas, la nariz perfilada, la tez pálida.
Un conjunto lleno de armonía, pero de cual desprendíase un aire de tristeza, de meditación, de pesadumbre.
Los rasgos hablan de su alma silenciosa.
Le costaba explayarse. Como hemos dicho, hablaba poco, poquísimo y cuando tenía
que hacerlo, usaba una gran discreción y meditada cautela.
No tenía tampoco mucha facilidad en la dicción. La frase se entrecortaba en sus labios.
Guillermo Feliú Cruz
Semana de Bello en Caracas
(Veinticinco de noviembre a primero de diciembre 1951)
Hemos pedido y así se nos concede que el primer acto de esta hermosa semana del homenaje se efectué en el Ateneo de Caracas. Nuestra sede y Casa Natal de Andrés Bello
Rafael Angarita Aveledo
Todo el país, en todas sus clases sociales, podrá hacer de la Semana de Bello una
grande y fructífera jornada de buen uso del lenguaje. Una semana en la que todos,
328
Andrés Bello se lo llevó la revolución
para honrar a Bello, se esforzaran en hablar mejor, en corregir defectos, expresarse
con propiedad, pronunciar con claridad.
Arturo Uslar Pietri
1951
Bello ha vuelto a su pobre casita de la Merced. Viene a recorrer con los pasos del
sabio los sitios amados de niño.
Mario Briceño Iragorry
“Don Andrés Bello vuelve a su
pobre casita de la Merced” 58
58
La Casa de Bello: En la casa que ilustra la página funcionó durante muchos años el Ateneo de
Caracas. En el Solar caraqueño de Andrés Bello de Alfredo Boulton, se señala en un mapa de Caracas el
sitio exacto en donde habría estado realmente ubicada la casa del pintor Juan Pedro López, donde naciera
Andrés Bello.
329
Carmen Brito Arocha
Bello fue el maestro del orden, el filósofo de la parsimonia, el mago de la lógica. Jamás creyó que pudieran los hombres gobernarse a sí mismos ni los pueblos avanzar
a la creación de grandes estructuras internas o de sistemas internacionales, si antes
no habían puesto orden en sus ideas particulares y en sus sistemas nacionales.
Mario Briceño Iragorry
El Convenio Andrés Bello
(Carlos Alarico Gómez. Profesor Titular de Historia). 59
El Convenio Andrés Bello es una instrucción de carácter regional que surgió
como resultado de los acuerdos que se tomaron durante la reunión preparatoria del
Consejo Interamericano de Educación, Ciencia y Cultura (CIECC), que se llevó
a efecto en Colombia en junio de 1969. Una vez aprobada la agenda se convocó
a los representantes de los países del área andina para la reunión de ministros de
educación que habría de llevarse a cabo en Trinidad–Tobago, donde el doctor Octavio Arizmendi Posada, ministro de educación de Colombia, efectuó la propuesta
correspondiente a pares de Perú, Bolivia, Ecuador, y Venezuela. La propuesta fue
bien acogida por los miembros del Consejo Interamericano, quienes aprobaron la
iniciativa en el documento “Declaración de Puerto España” en el que se proponía
la realización de una reunión de ministros de educación de la región andina para
celebrar un convenio que diera fluidez a proyectos comunes en el campo de la educación, ciencia, tecnología y cultura.
59
330
El autor es doctor en historia, periodista y profesor titular universitario.
Andrés Bello se lo llevó la revolución
La reunión de CIECC se efectuó en Bogotá entre el 27 y el 31 de enero de 1970, suscribiéndose al Convenio durante la sesión de clausura, al cual se le
dio el nombre del intelectual venezolano Andrés Bello. La comisión Organizadora
que se designó al respecto comenzó de inmediato sus tareas y el 24 de noviembre
de mismo año todo estuvo listo para que el convenio Andrés Bello empezara sus
actividades. La iniciativa comenzó a dar sus frutos y en breve tiempo animo a
otros gobiernos a suscribirlo, tal como ocurrió con Panamá que ingreso en 1980,
España en 1982, Cuba 1998, Paraguay en 2001, México en 2004, República Dominicana en 2006 y Argentina en 2007.
Además de estos respaldos el Convenio Andrés Bello se vio fortalecido con el sector educativo del Mercosur que desde 1997 inicio un acercamiento
que ha facilitado la solución de problemas referidos al reconocimiento de estudios
y títulos , al punto de dar inicio en 1998 al programa de participación de las universidades con la creación de la “Cátedra Andrés Bello” , cuya primera reunión de
coordinación se llevó a efecto en Bogotá en octubre de 1998 bajo la dirección del
venezolano Víctor Guédez, quien para ese momento era el secretario ejecutivo. En
esa ocasión se contó con la participación de la Universidad de Rio de Janeiro, que
tiene a su cargo la Cátedra Andrés Bello sobre Juventud, Educación y Empleo.
A pesar de todos esos avances, en el año 2010 la organización atravesó una crisis originada por malversación de fondos y para cubrir los gastos fue
necesario cerrar la sede de Bogotá y convocar a una junta de emergencia en Santo
Domingo para definir el futuro del convenio. Felizmente se tomó la sabia decisión
de darle continuidad.
331
Carmen Brito Arocha
Del homenaje a Andrés Bello en la Universidad de Pekín
y en el Instituto de Lenguas Extranjeras de la República
Popular China. 1982
...lo primero que a los chinos nos llama la atención y nos
interesa sobremanera es la inapreciable contribución del
insigne polígrafo caraqueño a la pureza e innovación del
idioma castellano así como su insospechada difusión entre
los pueblos de los otros idiomas. Ninguno de los que en China aprendemos y estudiamos la lengua castellana desconoce
el nombre de Andrés Bello. Si bien su Análisis ideológica
de los tiempos de la conjugación castellana, escrito a los
veintiocho años de edad, aun antes de su viaje a Londres, es
todavía poco conocido para muchos de nosotros, su Gramática de la lengua castellana es, en cambio un libro de lectura
y consulta obligatoria para cada uno de nosotros, un libro
que nos abre de par en par las puertas de ese maravilloso
palacio de un idioma tan bello, tan rico y tan lleno de exquisiteces y encantos que nunca haremos lo suficiente para
aprender y asimilar.
Chen Yongyl
“MI PERIÓDICO”
Mi Periódico
Mi Periódico, edición dedicada a don Andrés Bello con motivo del bicentenario de su nacimiento (1781-1981).
332
Andrés Bello se lo llevó la revolución
La historia es testigo de las edades, luz de la verdad, vida de la
memoria, maestra de la vida y heraldo de la antigüedad.
Cicerón
Mi Periódico: Publicación dedicada a exaltar nuestros valores
patrios en general, fundada por Carmen Brito Arocha el 12 de
octubre de 1972. Al paso del vocero estudiantil las generaciones bolivarianas sembraron semillas multiplicadoras. Vocero
creador del Gran Certamen “Generaciones Bolivarianas” con
apoyo del Ministerio de Educación, evento que originó la primera biografía de Simón Bolívar escrita e ilustrada por niños y
jóvenes venezolanos: Bolívar, no serás olvidado jamás, o Bolívar visto por los niños. Cuatro ediciones al presente.
2da. Celebración del Certamen versión Bolívar
Orador. Concurso celebrado en la Casa de Bello el 26 de julio
de 1977.
En el Panteón Nacional
En la ciudad de Caracas, el 29 de noviembre de 1981 fue erigido en el Panteón Nacional el cenotafio en memoria de don
Andrés Bello.
Obra en mármol de Carrara, realizado por el escultor Manuel de la Fuente.
A ambos lados del monumento yacen grabados
versos reveladores de la nostalgia del célebre humanista venezolano en su larga ausencia:
Cenotafio erigido a la memoria
de don Andrés Bello Libertador
Artístico de América
333
Carmen Brito Arocha
Naturaleza da una sola madre Y da una sola patria.
¿Y posible será que destinado he de vivir en sempiterno duelo lejos del suelo hermoso,
el caro suelo dó la primera luz abrí los ojos?
de 1865.
Al pie del cenotafio, en una placa de bronce se lee:
Caracas, 29 de noviembre de 1781 – Santiago de Chile, 15 de octubre
Andrés Bello
La personalidad cultural más importante de América y una de las más sólidas del
humanismo mundial.
Gran Enciclopedia De Venezuela. Editorial Globe
Himno a la gloria de Andrés Bello
Letra: Manuel Rodríguez Cárdenas.
Música: Ángel Sauce
Un lucero en el mástil prendido
muestra el rumbo al lejano confín.
Tu palabra, Andrés Bello,
ha caído entre el pueblo
que mira hacia ti.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
Sereno maestro de la mano de oro
del silencio largo, todo claridad.
Cazador de astro, pastor del meteoro
que abrías los cerrojos de la inmensidad.
Activo labriego de las soledades,
floridas las sienes por extraño don,
tu mirar poblaba dolor y heredades
y volvía fecunda la desolación.
América entera vibraba en tus dedos
como lira enorme de sedienta voz
sembrador de gloria; gestor de altos credos
hallabas tu rumbo del brazo de Dios. 60
APÉNDICE
Gloria al bravo pueblo
En rueda de prensa ofrecida por el Lic. Alberto Calzavara en Caracas, el 23 de marzo
de 1987 61, se informó a la colectividad que Andrés Bello y Lino Gallardo habrían
sido los autores de la letra y música de la canción patriótica Gloria al bravo pueblo.
60
Tomado de Mi Periódico. Edición: noviembre, 1981.
61
Amplia información de lo expuesto en la mencionada rueda de prensa (23 de marzo de 1987) y
de los sucesivos artículos publicados en torno al caso es recogida en el libro Sambrano Urdaneta, Oscar.
(2005). Verdades y mentiras sobre Andrés Bello, Caracas, República Bolivariana de Venezuela. Ediciones
Casa Nacional de las Letras Andrés Bello.
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Carmen Brito Arocha
Las revelaciones frente a los medios de comunicación produjeron
gran expectativa. Todo un asunto noticioso. Entre el 22 de mayo y el 8 de julio
de 1987 apareció en Caracas interesante material informativo en los diarios El
Nacional, El Universal, El Diario de Caracas y 2001, entre otros. Historiadores, periodistas y en general escritores motivados ante el tema expresaron sus opiniones.
Don Pedro Grases, Julio Berroeta Lara, Kotepa Delgado, Alexis
Márquez Rodríguez, Mario Torrealba Lossi, Natacha Salazar P, Prof. Nelly Melet
Lara, y muchos otros personajes hicieron uso de la palabra escrita por espacio de
varias semanas.
Llegaría el momento en que el señor Director de la Academia de la
Historia Dr. Guillermo Morón, al término de una rueda de prensa concluyó:
Nada está demostrado.
En su condición de musicólogo adscrito al Instituto Latinoamericano
de Investigaciones Musicales Vicente Emilio Sojo, ahondaba el Lic. Calzavara en
estudios sobre la historia de la música en Venezuela cuando tuvo frente a sus ojos
una breve información publicada en La Opinión Nacional, el 10 de marzo de 1874,
en donde se notificaba recibo del semanario El Americano, de fecha 16 de febrero
del mismo año 1874 (fechado en Paris).
Lo sorpresivo fue el encarte a color, en cuyas páginas se hacía referencia a Andrés Bello y a Lino Gallardo como autores del Gloria al bravo pueblo, o
Canción Nacional de Venezuela. Frente al impactante hallazgo, Calzavara decidió
seguir la pista de lo que entonces constituía para él auténtica novedad, en especial
respecto de Andrés Bello.
Perseverancia a toda prueba lo indujo a buscar en bibliotecas de
América y Europa el impreso que llamo su atención. Hasta tener en sus manos un
ejemplar de la Netie Lee Benson Latin American Collection adscrita a la Universidad de Texas, en Austin.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
En efecto, corroboró Calzavara el crédito de la autoría que ocasionó
su sorpresa: Andrés Bello y Lino Gallardo autores de la letra y música de la canción patriótica Gloria al bravo pueblo.
Sin embargo el hecho de que se nombrase a Lino Gallardo no entrañaba el mayor objeto de curiosidad por parte del Lic. Calzavara, por cuanto desde hacía bastante tiempo veníase cuestionando la participación de Landaeta en la
canción patriótica. Sobre este punto eran de su conocimiento declaraciones que el
musicólogo y publicista Salvador N. Llamozas ofreció en su periódico La Lira en
la edición del Centenario Onomástico de Simón Bolívar, 1883; declaraciones según
las cuales atribuyó a Juan José Landaeta la música de la canción Gloria al bravo
pueblo por habérselo oído decir a los músicos Juan Abreu, Bernardo Montero y
José María Velásquez.
En 1913 Llamozas se disponía a celebrar los cien años de Gloria al
bravo pueblo, creyéndola una composición de 1814. Fue entonces cuando Tulio
Febres Cordero, a través del diario El Universal hizo saber que la canción databa
de 1810 (y no de 1814)
Otro testimonio:
En propios comentarios acerca de la revolución de Caracas, Vicente Basadre, Intendente del Ejército y Real Hacienda hasta el 19 de abril de 1810,
presentó un informe ante el Supremo Ministerio de Hacienda, fechado en Cádiz el
4 de julio, mismo año 1810, exponiendo que, entre el 20 y 30 de abril habría sido
cuando se produjo la canción. “En las canciones alegóricas que se compusieron e
imprimieron... convidaban a toda la América española para hacer causa común, y
que tomasen a los caraqueños por modelo para dirigir revoluciones”. Eso informó,
el Intendente (El documento se encuentra en el Archivo General de Indias-España).
En resumen, volviendo a las investigaciones de Calzavara, durante el
curso de sus investigaciones: acabó fijando su atención en lo relativo a Andrés Bello.
337
Carmen Brito Arocha
Alrededor de un caso que no se ha cerrado todavía nos aventuramos a
ofrecer breve sugerencia e igualmente a hacer algunos comentarios al estilo ligero,
quizá de resumen.
Nueva investigación podría ser lo indicado.
Creemos que por esos días de los albores independentistas, arrancando de 1810, se viviría en Caracas bajo tal fragor revolucionario que los sucesos propiamente dichos cobrarían forma de un gentío yendo y viniendo... ora gritando, ora
cantando, ora aupando entre vivas y aplausos cualesquiera concentraciones habidas
en puntos X o Z. Sin menoscabo de aquellas reuniones prestadas a la solemnidad.
Se trataba de gente jugándose el todo por el todo, cada quien a su modo y manera.
Aquí protestando al emperador Bonaparte; allá apoyando el reinado español; acullá aupando la ansiada República.
Obviamente seria el ambiente a propósito para inspiraciones como la
canción patriótica Gloria al bravo pueblo. Letra y música capaces de producir contagio popular, haciendo blandir los puños por todo lo alto en gesto de entusiasmo
victorioso. Encajaría entonces perfectamente esa melodía destinada a convertirse
en Himno Nacional de Venezuela ¡Quién lo diría! Justo allí el meollo de la cuestión. No haberle dado la importancia de algo que llega para quedarse, es decir no
haberle concedido atención consagratoria. Desde luego, ninguno podía prever el
futuro de esos versos en versión musical de arrorró “Doñana no está aquí/ Doñana
está en su vergel/ abriendo la rosa y cerrando el clavel”.
Un halo de confusión y hasta de una cierta rebatiña de conocimientos
por llegar al fondo del asunto ocupa hoy la atención.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
Gloria al bravo pueblo
Fue en uno de esos días, 10 de junio de 1810, cuando el joven poeta Andrés Bello
viajó a Londres como auxiliar en misión diplomática, junto a Simón Bolívar y Luis
López Méndez.
A partir de aquel día de junio Andrés Bello desapareció por completo
del escenario caraqueño.
Aquí empezaríamos a tomar nota porque a Bello correspondería importante papel en el caso que nos ocupa, la canción Gloria al bravo pueblo. Se
ausentó en medio de la euforia revolucionaria. Se marchó lejos, por cierto, en viaje
sin retorno. Es simplemente como si antes del banquete fuese a faltarle una pata a
la mesa.
De otro parte, con broche de oro cerraría Caracas el año 1810. En el
mes de diciembre arribó al puerto de La Guaira el General Francisco de Miranda,
figura estelar, precedida de acciones heroicas. Un retorno a la Patria después de
décadas de ausencia.
Se va Andrés Bello. Llega Francisco de Miranda.
El panorama para 1811 se centraría en la firma del Acta de Independencia de Venezuela.
Las calles se convierten en grandes anfitrionas de la fiesta. Por donde
quiera se oirán aplausos, canciones, música.
Como se recordará, el Intendente Basadre fijó entre el 20 y el 30 de
abril (de 1810) la posible creación de las canciones alegóricas a la revolución ¿Acaso se trataba de las mismas melodías entonadas bien en la Sociedad Patriótica, bien
en distintos ambientes?
El Presbítero José Cortés Madariaga da testimonio en sus Memorias
de cómo ya era conocida la canción Gloria al bravo pueblo en 1811:
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Carmen Brito Arocha
El 18 de junio (1811) navegaba por el rio Meta, desde Bogotá a Caracas, luego de
haber negociado un Tratado de Amistad, Alianza y Unión Federativa, cuando:
(...) escucho interpretar a la flauta la Canción de Caracas Gloria al bravo pueblo, y
al resonar el suave instrumento unieron sus voces los que sabían la letra e hicieron
sentir los ecos de la libertad a sus bogas, interrumpiéndoles por largo intervalo que
continuasen su ejercicio y produciendo en mi corazón emociones tiernas.
El 26 de marzo de 1812, Jueves Santo, tiembla la tierra en Caracas y
en varias ciudades del interior. El efecto del sismo fue devastador. Terror, desolación, destrucción. Sensible desaparición de millares de seres
Todavía en los años mil ochocientos sesenta, o setenta, (hasta mil ochocientos y tantos) seguían viéndose no las huellas, sino las ruinas del terremoto en
Caracas. Esta referencia a fin de calcular lo espantoso de aquel movimiento sísmico.
¿A dónde se fue aquel espíritu festivo que respirábase en Caracas
hacía tan poco? ¿Qué de los alegres cantos, saludando el orgullo de pisar suelo
soberano? ¿Qué de los improvisados versos echados al viento?
Recoge la historia, que, el reconocido músico Cayetano Carreño poseedor además de admirable voz de tenor, recorría entre multitudes esas calles de
Dios entonando canciones patrióticas.
Si esa exaltación semejante a hermoso sueño habíase apagado como
consecuencia del desastre natural, donde lo mismo daba ver un ladrillo que una
flor, ¿qué iba a ser de todos cuando pesadillas inimaginables azotaran a sangre y
fuego ese mismo suelo tan celebrado en su primer año de libertad?
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
25 de julio de 1812
Al cabo de cuatro meses del terremoto:
En la población de San Mateo el Generalísimo Francisco de Miranda, al frente de las tropas republicanas, firma un Acta de Capitulación ante el jefe
realista Domingo Monteverde...
De nuevo cae Venezuela bajo el dominio español. ¡Se pierde la República!
Se abrirá horroroso paréntesis. Vendrán escenarios de sangre. La
Campaña Admirable con Simón Bolívar al frente. Guerra a muerte.
Viene el terrible año 1814.
7 de julio de 1814: Emigración a Oriente. Estampida por la inminente arremetida
de José Tomás Boves contra Caracas.
Juan José Landaeta busca salida huyendo hacia Cumaná. En esta ciudad oriental el jefe realista Francisco Tomas Morales descubre la presencia de Landaeta, identificado como autor de la música de la canción Gloria al bravo pueblo.
Le tiende una celada, atrayéndolo mediante la supuesta celebración de una fiesta
del pueblo. En mitad del jolgorio los compañeros del músico advierten el peligro y
huyen despavoridos. Landaeta cae prisionero junto con otros amigos.
Fueron ejecutados de la manera más bárbara. Landaeta fue dejado para
último, obligándolo a llevar los cadáveres de las otras víctimas hasta la fosa y después lo asesinaron atándole al cuello el canto que debía llevarlo a la inmortalidad. 62
A Landaeta le dieron muerte difamatoria, atando a sus sienes como
INRI el canto heroico de la república.
62
Revista del Ejército. Marina y Aeronáutica. 30 de septiembre de 1934. Caracas, Segunda época.
Año IV. No 20.
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Carmen Brito Arocha
Ello demostraría que para 1814 era reconocido Juan José Landaeta
como el autor musical de la canción Gloria al bravo pueblo, al extremo de cobrarle
con su vida la “música’’ que alentaba al pueblo a pedir abajo cadenas.
Vicente Salías rindió también la vida en forma dolorosa.
Vicente Salias, durante la emigración optó por dirigirse a las Antillas. En las inmediaciones de La Guaira lo retuvo una embarcación española.
Recluido en el castillo de Puerto Cabello, será fusilado poco después el 17 de septiembre mismo año 1814.
Las anteriores informaciones deberían merecernos todo crédito, debido a su procedencia, publicadas en órgano de prensa oficial: Revista del Ejército.
Marina y Aeronáutica. 30 de septiembre de 1934. Caracas, Segunda época. Año
IV. No 20.
De acuerdo al vocero daríamos por sentado que; Vicente Salias y
Juan José Landaeta, tradicionalmente conocidos como autores de la letra y música
respectivamente, del Gloria al bravo pueblo, fueron vilmente asesinados en 1814.
Juan José Landaeta nació en Caracas el 10 de marzo de 1780, hijo de
pardos libres, Juan José Landaeta y María Candelaria Arévalo. A temprana edad
ingresó a la escuela del Padre Sojo. “Entre los célebres artistas del Padre Sojo”
lo incluye José Antonio Díaz en El Agricultor Venezolano.Desde muy joven se le
conoció su capacidad como compositor. Igualmente le sería reconocida su producción musical. En 1810 se creó el club de los Sincamisa, al cual perteneció, agrupación en donde se alentaba con discursos, vítores y canciones independentistas
a la población, semejante a actividades de la Sociedad Patriótica de la cual no era
miembro Landaeta.
En 1805 tuvo buena acogida el proyecto que junto con un grupo de
amigos impulsó, tratando de establecer una Escuela de Primeras Letras para enseñanza de los pardos. Por experiencia propia se hallaba al tanto de cuántos obstáculos
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
afrontaban los pardos para incorporarse al progreso. No llegó a concretarse el plan
de estudio. Por su conocimiento del idioma francés se le escogió en 1808 para dirigir
la orquesta de la compañía de ópera francesa de M. Spenu. Dos años más tarde pasarla a engrosar la lista de los conspiradores... Llegado el 19 de abril de 1810.
El músico Lino Gallardo, aunque fue a dar a las bóvedas de La Guaira pudo salvar la vida, pero a consecuencia de los pesados grillos que arrastró
en prisión no recuperó su paso normal. Su andar se tornó defectuoso. Optó por
apartarse de las actividades políticas, a las cuales se había entregado tan de lleno.
Añoraría si, las vibrantes manifestaciones de lucha heroica por la independencia.
Tatuado en su alma quedaría el bullicio de aquellos días con sus noches de serenatas a la patria.
Mientras avanzaba la guerra arrasaba con cualquier cosa que se pareciera a raza humana. De los ya exánimes campos de Venezuela un día Juan Vicente González iba a inventariar la cosecha:
Sabían a sangre los frutos de la tierra.
Lino Gallardo ha centrado sus esfuerzos en el mundo de la música,
de donde emanaba su carrera natural, profesor de canto y director de orquesta.
El 11 de febrero de 1818 Gallardo publicó en la Gazeta de Caracas
el siguiente aviso:
El profesor de música Lino Gallardo ha obtenido la correspondiente licencia para
establecer una academia de aquel arte y canto todos los jueves de la semana, a la que
se dará principio el 12 del corriente a las cuatro y media de la tarde en la casa de su
morada. El deseo de dar una completa instrucción a sus discípulos, y una diversión
tan honesta y útil a los aficionados, han sido el motivo principal de este proyecto a
cuyo provechoso fin ha hecho una hermosa colección de obras de los mejores autores
conocidos, y convocado a los mejores profesores en la facultad, de quienes espera no
omitirán su tan preciosa asistencia. Los que quieran suscribirse por mes, se anticiparán a tratar con él, quien les dará todas las ideas que gusten para orientarse del
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Carmen Brito Arocha
proyecto, y los que no, exhibirán la cuota modesta que se estipule a la entrada; bien
entendido que ésta no se permitirá a toda clase de personas.
Ahora veamos. En la Gazeta del 20 de enero de 1819, Pablo Morillo
anuncia: Su Excelencia ha establecido una Academia de Música.
El jefe español Pablo Morillo, llamado el Pacificador de Tierra Firme, se hallaba al frente del ejército realista con motivo de la ocupación de Caracas.
Ocurrió que Lino Gallardo en sus deseos de llevar adelante su proyecto musical
acariciado desde hacía largo tiempo no echó en saco roto la posibilidad de conseguir apoyo oficial. Al Pacificador, por su parte, debió de parecerle atractiva y conveniente a la vez la iniciativa del músico. Conveniente en el sentido de ajustar la
acción a una favorable imagen propia de persona consustanciada con el mundo de
la cultura en cualquier parte y lugar. Así las cosas, no dudó en apoyar la empresa
o “Sociedad Filarmónica” de Gallardo.
Antes de contarse bajo el apoyo del gobierno ya la “Filarmónica”
había estrenado concierto.
El 24 de enero de 1819 la Sociedad Filarmónica abre sus puertas a
un gran espectáculo, en la nueva casa del Real Consulado; por disposición de su
Excelencia (Morillo) se designaría para los conciertos una guardia de las tropas de
más lúcido uniforme de la guarnición. El director de la orquesta sería Lino Gallardo. La obra de Gallardo ha subido como la espuma.
En oportunidad de acordársele un reconocimiento a los pardos por la
destacada participación en actividades diversas, el Fiscal del gobierno, don Andrés
Level de Goda hizo el pronunciamiento en la Gazeta de Caracas. Se refirió a cada
uno de los personajes en lista de mérito. Hubo mención especial para el músico
don Lino Gallardo: “(...) pero si diré de ti, Haydn caraqueño, contigo hablo Lino
Gallardo, con tu numen divino, con tu encanto, con tus gracias te honraremos y tú
honras este pueblo.”
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
En opinión de José Antonio Calcaño el prestigio de Lino Gallardo por
ese tiempo no tenía par, siendo el jefe y patriarca indiscutido del mundo musical de
la Caracas de 1820.
Entonces se firma en la ciudad de Trujillo un cese de hostilidades entre Venezuela y España. El Pacificador, Pablo Morillo, deja el territorio venezolano.
Para 1821 se habrá reanudado la guerra. Tiene lugar la batalla de Carabobo librada
victoriosamente por Bolívar.
En el año 1827, por última vez, Bolívar visitará Caracas, su ciudad
natal. Su amigo y compadre Lino Gallardo se presenta a saludarlo en compañía de
sus tres hijas, Josefa, Eladia y Francisca. Al presentarle a esta última, joven de veintidós años, Gallardo le dice al Libertador: —Esta es la ahijada de don Juan Vicente.
A lo que respondió Bolívar fijando sus ojos en la señorita Francisca: —No viviendo
Juan Vicente 63, tu padrino ahora soy yo.
Dada su gentileza habitual Bolívar prestará atención a las solicitudes del amigo Gallardo .Y sin pérdida de tiempo dirige una carta a su hermana
María Antonia:
Caracas, 3 de abril de 1827
A la señora María Antonia Bolívar:
Mi querida Antonia:
Yo he tenido mucho interés en proporcionar a Lino Gallardo un destino en La Guaira, y
debiendo éste prestar una fianza de tres mil pesos, deseo que si te es posible la otorgues
63
Don Juan Vicente Bolívar, hermano del Libertador pereció en un naufragio a su regreso de Estados
Unidos, a donde viajó en funciones diplomáticas, a raíz del 19 de abril de 1810.
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tú, pues no parece bien que siendo yo el jefe abone a uno de los empleados. Si Lino
llegase a faltar yo abonaré tu fianza.
Tu afectísimo hermano,
Bolívar
Lino Gallardo logra su colocación. Nombrado Fiel de Peso.
Al correr de los años, una vez que surgieron inconvenientes sobre la
permanencia de Gallardo en el cargo que ocupaba, fue reafirmado en el ejercicio de
sus funciones por el entonces Presidente de Venezuela general José Antonio Páez.
El buen humor hermanado a una fina jocosidad, al parecer fue la
característica de Gallardo de por vida. A ello habría que añadírsele la habilidad
para echar a andar las propias iniciativas. Firme y sin mucha modestia, iba a lo que
quería y ya.
Organizó una orquesta, con la cual amenizaba las fiestas de las llamadas familias mantuanas. De ahí a ganar popularidad en Caracas sólo existirían
unos cuantos pasos de baile. Demás estará decir que Lino Gallardo y su orquesta
fueron invitados y bien recibidos en los mejores salones de Caracas, la ciudad de
los techos rojos. Semejantes a heraldos de alegría y amistad. ¡Adelante!
Para su arte encontró apoyo en Pablo Morillo. Fue compadre del Libertador y bien tratado fue por Páez.
“Así son las cosas”…agregaría al punto final el periodista venezolano Oscar Yanes.
Lino Gallardo era natural de Ocumare del Tuy. Se cree su fecha de
nacimiento alrededor del año 1775. Lino Gallardo, el músico que en posteridad
sería considerado por algunos el compositor de Gloria al bravo pueblo, en lugar de
Juan José Landaeta. Quién sabe qué mortal dejó escuchar esta voz, la cual empezaría a hacer carrera en la opinión pública.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
Verbigracia, apunta José Antonio Calcaño en La Ciudad y su Música
(1958): “Por más que hemos buscado no hemos encontrado ningún documento anterior a 1883 en que se diga quién es el autor del himno.”
¿Significaría que en 1814 ninguno de los activistas del movimiento
revolucionario se enteró de la muerte de Juan José Landaeta durante el tristemente
célebre baile de los realistas en Cumaná? ¡Imposible! Preferible es pensar que se
ignoraba la autoría musical suya en Gloria al bravo pueblo. Por tanto no se identificó el suceso con la composición o viceversa, al punto de no encajar en la memoria
histórica. Igual ocurriría con la gente de Caracas en general. Es probable asimismo
que ni Landaeta ni Salias hubiesen tenido el tiempo suficiente para dar a conocer
la mutua participación en la obra. Ambos tampoco podrían suponer la trascendencia que la misma alcanzaría. Saquemos cuenta: de abril de 1810 a 26 de marzo de
1812, día del terremoto. Apenas dos años de sonar la melodía, (esto dándola por
de contado entre las canciones “alegóricas” a las que hemos venido refiriéndonos).
Las bandas musicales y las serenatas, en recorridos por las calles, serían los medios
expeditos de divulgación en situaciones de este tipo.
Bien, según Calcaño, por más que se ha buscado no ha podido encontrarse un documento –anterior a 1883– que revele quién es autor del himno.
Entonces ¿no ocurrió en 1814, cuando tuvo lugar el fusilamiento de Landaeta en
Cumaná, el hecho de colgársele al cuello a título de INRI la canción Gloria al
bravo pueblo? ¿No es digno de toda confiabilidad lo publicado bajo carácter de
información veraz en la Revista del Ejército, Marina y Aeronáutica? ¿Cuál sería la
fuente de donde dicha revista obtuvo la patética escena descrita: “atándole al cuello
el canto que debía llevarlo a la inmortalidad”? Lo reseñado en dicho vocero oficial
lo hemos dado a conocer en estas páginas.
Lo cierto es que hoy por hoy ha dejado de ser “noticia histórica” que goce
de credibilidad el detalle de la canción heroica colgada al cuello de Juan José Landaeta.
347
Carmen Brito Arocha
Se aduce que una soldadesca bárbara no tendría el ingenio de guardarse en el bolsillo unos versos para mofarse del músico en la hora final. Si a ver
vamos tampoco sería muy ilustrada la soldadesca que se burlaba de Jesús de Galilea llamándolo rey de los judíos al ponerle la corona de espinas.
Del autor de los versos colgados a título de INRI, supuestamente,
nunca más se supo nada. Nada del médico y poeta Vicente Salias de la Sociedad
Patriótica, que viajó en compañía de Mariano Montilla en funciones diplomáticas
a Jamaica y Curazao en los días de la revolución. El Vicente Salias que lucía brioso
su pasión revolucionaría poniendo en alto sus discursos, sus versos, su palabra. Por
la Revolución rindió la vida.
De generación en generación testigos de aquellos días grandiosos
transmitirían en forma oral, hasta donde alcanzase la memoria, todo cuanto pudiera evocarse alrededor de momentos plenos de valor, de sabiduría.
¿Sería esta la “fuente”, que aportó a Juan Vicente González información para las notas aplicadas en su libro José Félix Ribas, biografía del prócer
publicada en 1866?
De más no está recordar que González nació justo el año 1810. Por
tanto, no pudo estar presente en los hechos que venimos historiando. En pie de
página de la biografía de Ribas asentó:
Nosotros nos complacemos en esos días de regocijos y esperanzas, de música guerrera e interminables fiestas, en que transportes de alegría cubrían la agitación de la
plaza pública y saludaban a los magistrados nuevos, y en que cada noche la dulce y
melancólica voz de Carreño (Cayetano) animaba los sublimes versos de Bello 64 , y el
inspirado Gallardo hacía resonar las calles con la Marsellesa venezolana.”
64
Don A. Bello fue el autor de la primera canción patriótica: “Caraqueños, otra época empieza”. En:
González, Juan Vicente.(1975). Biografía de José Félix Ribas, Edición Aniversario del prócer. p.23.
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
La información recogida en las notas que acabamos de ver la dio a
conocer González el mismo año de su muerte, 1866, cuando publicó la biografía
mencionada, (a un año de la desaparición de don Andrés Bello)
Ahora bien, siguiendo a González, y su marcado interés por la obra
de Bello, hay algo que podría venir a colación:
En 1846, Don Carlos Bello Boyland, primogénito de don Andrés Bello, visitó Caracas. En carta dirigida a su padre, residenciado en Chile, le hace
mención de Juan Vicente González en los términos a continuación. (Resumen):
(...) tiene talento y un entusiasmo inaudito por Ud. y sus obras poéticas. A pesar de
hallarse muy engolfado en la política no pierde oportunidad de recoger hasta aquellos versos que hacía Ud. para los nacimientos, tiene una colección muy prolija, ha
seguido los pasos de Ud. y visita todas las personas con quienes Ud. tiene alguna
relación. Fáltale no obstante ‘El Samán de Güere” y verdaderamente se enfadó conmigo porque no lo sabía yo de memoria.
Sin duda ocasión de oro para obtener ¡de primera mano! verdades y
noticias respecto de la evolución, vigencia y de cuanto se relacionase con la canción Gloria al bravo pueblo. Deducción lógica, tomando en cuenta que González
conservaba una «colección prolija hasta de los versos escritos por Bello para “los
nacimientos”». ¿Cómo es que no le hizo ver a don Carlos la popularidad de la canción de Caracas escrita por su padre? Ello en el caso de que en efecto hubiese sido
Bello autor de los versos en cuestión. ¿Cómo pudo olvidar González referirse al
Gloria al bravo pueblo, mientras, en cambio, se enfadaba, por no saber de memoria
don Carlos “El Samán de Güere”?
Al menos el hijo no hizo ninguna alusión en su carta en torno de lo que
venimos tratando. En caso de haberse ganado la canción de Caracas la aceptación de
349
Carmen Brito Arocha
la gente, de todo el mundo, como suele decirse, parecería que González no asociaba
la melodía con Bello, es lo que resta por interpretar. El periodista González no se ha
ausentado de Caracas, ni se mantiene aislado, ni fuera de la política.
Y ya que hablamos de cartas: podríamos agregar que don Andrés
Bello en la prolongada ausencia de su patria mantuvo correspondencia con su
familia de Caracas. Precisamente en mensaje del 30 de abril de 1842, escribió a
Carlos, su hermano.
En esta misiva le expresaba las más infinitas gracias por haberle enviado La Historia de Venezuela, el Atlas, mapas (...) “todo lo cual ha llegado en
perfecto estado a mis manos” A través de su hermano Carlos especialmente, don
Andrés Bello conservó una comunicación afectiva.
La familia, los antiguos amigos, su amada Caracas llegaban en las
preciadas cartas. Y necesario es decirlo, la canción de Caracas no figuraba entre
las novedades.
Probablemente su señor hermano no identificaba obras musicales con
don Andrés.
Insistimos en cuán necesario es tomar en cuenta la partida de Bello
hacia Londres apenas empezando el mes de junio (1810). Si escribió o no “la primera canción patriótica” como afirmó González, si se trataba de la misma canción
Gloria al bravo pueblo no era el asunto, ya que tendría a primera mano. Las ocupaciones en Londres que vendían luego, de pronto cambiarían la vida. Es insensato
imaginárselo imbuido en orquestas y versos y canciones que, si bien es cierto en su
momento pudieron cautivarlo, el mismo torbellino de los acontecimientos, lo sacó
del ruedo más adelante. Y lo que pudo haber sido para él un accionar vibrante en situaciones especiales, de momento quedaría atrás, sumándosele a ello las tragedias
en su país y las calamidades que él en persona afrontaría en tierra desconocida.
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No sería, pues de extrañar que aquellos versos de 1810 se reseñaran
como de autor anónimo. No afirmamos ni negamos nada. Sólo procuramos ver las
dos caras de la lógica.
En 1874, el periodista y político argentino Héctor Várela, publicó en
El Americano, periódico suyo, un artículo donde atribuía a Andrés Bello la letra de
Gloria al bravo pueblo...¿Cómo le llegó esta información?
Valdría la pena seguir un poco a Bello por caminos que nos ayuden
a sacar conclusiones.
Durante su permanencia en Londres (diecinueve años), entre él y un
grupo de amigos fundaron las publicaciones Biblioteca Americana (1823) y El Repertorio Americano (1826). Entre artículos escribió sobre la obra musical realizada
en Caracas por el Padre Sojo, fundador de escuelas de música, maestro de brillantes compositores. Hasta donde sabemos no incluyó en estas publicaciones cosa
relativa a la canción de Caracas, Gloria al bravo pueblo.
En Chile. Desde que arribó a Santiago (1829) entró a formar parte del
medio periodístico, se desenvolvió en el ámbito educacional en el mundo de la cultura en general. Sin olvidar que en Chile la fama de Andrés Bello traspasó fronteras.
El distinguido periodista Héctor Várela no conoció a don Andrés.
Pero es probable que alguna referencia conservara acerca del sabio caraqueño.
El escritor argentino Juan María Gutiérrez: en vías de publicar su obra
América poética entró en comunicación con don Andrés Bello (1846). Entre otras
razones Gutiérrez estimaría valiosa en materia de la musa poética la palabra alentadora del venezolano, aparte de desear un aporte suyo en la obra a publicarse. Bello
no aprovechó la oportunidad de mencionar siquiera lo concerniente a Gloria al bravo pueblo. ¿Razones?: O no tendría por qué, o no recordaba aquellos versos escritos
cuando la revolución, o, en última instancia no querría agregarse reconocimientos.
351
Carmen Brito Arocha
La sabiduría del refranero popular tiene patas largas: “Cría fama y
acuéstate a dormir.”
La fama de poeta comenzó a rondar al ilustre caraqueño desde muy
joven. Arístides Rojas se refería a Andrés Bello calificándolo de “lumbrera”. En
Infancia y juventud de Bello apuntó: «La fama de Bello habla llegado a su apogeo.
No había fiesta, banquete o paseo en que no se le hiciera improvisar. En el número
de estas felices improvisaciones está el soneto “A la Batalla de Bailen”».
Humboldt lo admiró, dice Rojas.
¿Quién comenzó a ser conocido como “el poeta” entre los jóvenes
caraqueños? Andrés Bello. ¿Quién comenzó a ser llamado el poeta de Caracas?
Andrés Bello. En una ciudad de pocos habitantes. Andrés Bello... Cría fama... No
es que fuese el único escritor, no es que fuese el único poeta que hiciera vida en
Caracas; quede claro. Sólo que la presencia juvenil, se prestaba para ir creciendo
bajo una aureola de talento. Más tarde lo llamarían “El Príncipe de los poetas del
Nuevo Mundo”. A su muerte, acaecida en Santiago de Chile en 1865, afloraron loas
a la memoria de Andrés Bello.
No sería de extrañar que le llegasen noticias sobre el humanista al
periodista argentino Héctor Várela.
Ahora que, pensándolo bien, después de haberle dado tantas vueltas
al asunto, creemos que Várela pudo haber leído en la biografía de Ribas ¿por qué
no?, la nota de González; (...)
¿Confusión, deducción?, ¿ligereza en la información?... ¡Gajes del oficio!
Quién sabe si el amigo lector pudiera imaginar que por momentos
hemos querido restarle méritos al venezolano Andrés Bello...
Absolutamente No.
Buscamos sí, evidencias de que en ninguna ocasión se valió Andrés
Bello del más mínimo detalle que le permitiese presentarlo ante la historia como el
352
Andrés Bello se lo llevó la revolución
poeta de la canción de Caracas Gloria al bravo pueblo. Si otros se lo han atribuido,
ninguna culpa tuvo. Si andando por los caminos de la vida olvidó aquella inspiración en verdad suya, ¡qué importa! Su sabiduría fue luz que alumbró modesta y
generosamente pueblos enteros.
En el caso de Gloria al bravo pueblo aspiramos a una justa clarificación, en justicia al sentimiento nacional. La historia no admite soluciones precipitadas de pizarrón; “borrón y cuenta nueva y después se corrige”.
En 1881 el Presidente de la República de Venezuela, general Antonio
Guzmán Blanco nombró una Comisión encargada de llevar a cabo rigurosa investigación acerca de los orígenes de la canción Gloria al bravo pueblo. El decreto
que tenía en mente era de tal trascendencia que exigía ser sustentado por razones
fehacientes sobre el porqué de elevar un viejo canto o un antiguo canto popular a
la categoría de Himno Nacional de la patria venezolana, información así mismo
sobre los autores se exigiría.
En el debido momento es probable que algo hiciera dudar al mandatario con respecto al informe en su totalidad. Ante la duda abstente, se dice. Tiene
sentido suponer que no fue satisfactorio a plenitud, el resultado de la investigación
requerida. No se dieron a conocer mediante pruebas irrefutables los nombres de los
autores de la letra y la música de la canción.
Algo sí estuvo claro y fue el arraigo de la melodía en el sentimiento
popular. Firme, con fuerza viva de sangre caliente, atrincherada en el sentimiento
que ella misma coadyuvó a crear: sentimiento de patria.
El 25 de mayo de 1881 letra y música de Gloria al bravo pueblo alcanzaron su ascenso: HIMNO NACIONAL DE VENEZUELA.
353
Carmen Brito Arocha
Lo escrito, escrito está
Sin embargo, si de papel se trata queda el recurso de la quema. Palabras más,
palabras menos quién sabe si alguna persona pudiera pensar de esta manera en
circunstancias muy personales.
La quema, fue la solución que en su caso encontró Francisca de Paula, hija de Gallardo, la joven que convirtiese en ahijada de Bolívar a falta de don
Juan Vicente, su padrino ya fallecido, como recordaremos.
Francisca de Paula sobrepasó los noventa años de edad. No llegó a
formar familia. Se concretó a una vida religiosa. Tanto que, según, degeneró en
fanatismo. Motivo por el cual desarrolló una animadversión en contra del general
Presidente Antonio Guzmán Blanco. Por las razones que fuesen, el gobernante
aplicó su poder cerrando templos, conventos; exclaustrando hermanas de la Caridad... que en el lenguaje de Francisca de Paula significaba echar las monjitas a la
calle. Ante las medidas del gobernante Francisca de Paula no tenía cómo producir
entre ambos un choque de trenes. Todo lo encomendaría en sus oraciones.
Hasta que se dio a conocer el decreto presidencial, que elevaba a
Himno Nacional al Gloria al bravo pueblo, Francisca de Paula, quien sostenía que
la canción era obra de su padre, Lino Gallardo, furiosa agarró cuantos papeles relativos al himno encontró en casa y furibunda corrió al corral y le pegó candela;
quemó todo, todo lo que parecieran notas musicales de Gloria al bravo pueblo ¡No
aceptaría jamás que el nombre de su padre, don Lino Gallardo lo mencionaran
junto al grandísimo “hereje”! Y tampoco nunca jamás ocurriría una rebelión incendiaria más inofensiva... ¡Entre gallinas y pollitos sorprendidos!...
Lino Gallardo murió en 1837. No dejó consignado por escrito ningún documento que lo acreditase como compositor de la canción Gloria al bravo
354
Andrés Bello se lo llevó la revolución
pueblo. Podríamos pensar que tuvo oportunidad de acentuar con su puño y letra la
autoría musical suya en una obra que se mantenía en el ánimo popular. Hallándose
en plenas facultades y en total ejercicio de sus compromisos musicales llama la
atención que nada escribiese sobre la canción de Caracas.
Estableció una filarmónica. Dirigió escuelas de música. Maestro de
grupos de estudiantes que verían en él una figura representativa del más alto nivel
en el mundo de la música (...) el jefe y patriarca indiscutido del mundo musical de
la Caracas de 1820.
En fragmento del decreto guzmancista sobre el Himno Nacional Gloria al bravo pueblo, se lee:
Considerando:
(…) 2do) Que el Himno Nacional, conocido con el nombre tradicional de Gloria al
bravo pueblo, fue el canto patriótico con que los hijos de la Gran Colombia celebraban sus victorias y se alentaban en la adversidad... (etc. etc. Continúa)
Esto es muy importante y hemos de recalcarlo: (...) “celebraban sus
victorias y se alentaban en la adversidad”. (Los soldados, el ejército ¡Los libertadores!) En el campo de batalla que fuese y donde fuese. Combates, escaramuzas,
huidas: entonando la melodía la emoción crispaba la piel. Comprensible que en momentos especiales el canto levantara la moral de la tropa, algún día tales emociones
se convertirían en noticia. Noticias que llegarían a Caracas. En Caracas, algún día,
asimismo, serían del conocimiento de Lino Gallardo. Luego, lo menos que podría
sentir sería la complacencia y el orgullo por la canción que alentaba a los libertadores. Era como para lanzarlo a los cuatro vientos. Ante tales eventos, sabiéndose
autor de esa pieza épica, ¿por qué no hizo la formal presentación de su trabajo?
355
Carmen Brito Arocha
Todo esto resulta fácil concebirlo bajo la hipótesis de dar a Lino Gallardo por compositor de Gloria al bravo pueblo. Ahora en caso de que no lo fuera, lo
correcto sería no haber dejado nada por escrito, efectivamente. Pero dejarlo todo al
descuido de creer cuanto en voces se corra solo despierta incertidumbre y confusión.
Como cronista experimentado, bien ha expresado el siempre citado
Arístides Rojas: “Las noticias históricas se van repitiendo de autor en autor, de
artículo en artículo, de conversación en conversación, y así van desfigurándose de
manera alarmante, sin que ninguna persona sea individualmente responsable de
una deliberada adulteración”.
Andrés Bello, Vicente Salias, Juan José Landaeta, Lino Gallardo no
consignaron nada por escrito sobre la autoría de la canción patriótica Gloria al bravo pueblo. En el presente, sintiendo la rudeza del refranero popular, en ocasiones
sólo restaría decir “los muertos no cuentan cuentos”.
En el estilo académico del doctor Guillermo Morón: NADA ESTÁ
DEMOSTRADO.
356
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Carmen Brito Arocha
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Andrés Bello se lo llevó la revolución
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366
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Índice
Andrés Bello se lo llevó la revolución
7
Dedicatorias
11
Presentación
13
CAPITULO 1 – VIVENCIAS EN CARACAS
Andrés de Jesús María y José Bello López
23
Arte desde el zaguán hasta el corral
26
¡La vida es sueño, mamá!
29
Latinidad Superior
32
¡Juventud! Edad encantadora
34
Año 1800 / El aura respirad de la montaña
35
Grado de bachiller en Artes. (Leal, 1978)
39
Autodidaxia noble campo abierto a las carreras
40
Catuche y saman
41
¡Estudiantes! ¡Amigos! ¡Amigos!
42
369
Carmen Brito Arocha
“Extiende, samán, tus ramas sin temor al hado fiero”
43
Mis deseos
44
Aquélla, la primera
Amor de primavera
mujer que la memoria siempre retiene
/
46
Andrés Bello comienza a trabajar
48
A trabajar
49
Dias, noches y madrugadas de fiesta por la llegada de la vacuna
50
Bello escribe acerca de la viruela
51
Expediente en que doña Ana López madre de don Andrés Bello,
solicita una pensión por vía de limosna por la muerte de su esposo.
Año 1804
53
¿¡Un criollo, comisario de guerra!?
57
Bolívar, allá y aquí junto a sus antiguos maestros
57
Una cara bien fea
58
José Bonaparte Rey de España. España se alza en armas
59
1808- Recurso informativo
60
En mayúsculas apareció en la página 2 de la Gazeta de Caracas:
“¡PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN!”
370
61
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Primer libro escrito en Venezuela
63
Revolución sin tiros, 19 de abril de 1810
64
Simpático poeta, (Andrés Bello)
68
Caraqueños, otra época empieza
72
Última mirada
Ultima mirada a caracas desde el camino de La Guaira
75
76
CAPITULO 2– CARTAS, PARRAFOS ETC
Las cartas, esas palomas mensajeras de papel
81
Las cartas
81
¡Llego el correo!
82
Los Comisionados de la Junta Suprema de Caracas
84
¡Un cuadro de Próceres!
86
Nacimiento entre pañales de olas…
88
Impactó a Miranda la suerte del Descubridor del
Nuevo mundo
89
¡Trescientos años de calma!
92
371
Carmen Brito Arocha
Se anuncia el pronto regreso de los comisionados
94
A dos meses del terremoto
95
De nuevo grave imprevisto
95
¡Se pierde la República!
97
¡Las noticias navegan a todo vapor!
99
Bolívar agarra las riendas
100
Germán Roscio
a
Andrés Bello (junio 29,1810): Ilústrese
más
para que ilustre a su patria
105
Allá va Andrés Bello, envuelto en la espesa niebla!
106
Andrés Bello ¿refugiado?
107
Sastre salva a Andrés Bello de la “cárcel de deudores”
109
Bello cederá a la opción desesperada de dirigirse al Consejo de
Regencia de España
110
La otra pasión
115
Amanecerá y veremos...
117
¡Se pierde la República!
117
Andrés bello suplica se lo ayude regresar a América
119
372
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Gracias. Argentina
123
“Toda la tierra es la tumba de los hombres ilustres”
125
¡Se salva la República!
128
Tercera República
129
Informe de Andrés Bello a Antonio José de Irisarri sobre
el
Método Bell-Lancaster
132
De duelo en Londres Andrés Bello
135
La naturaleza de las cosas
140
Andrés Bello Diplomático
140
El libertador artístico de América, de un Lucero a una Biblioteca
143
Dibujos de aves y de flores por Andrés Bello
146
¿Se pierde la esperanza?
148
Las cartas de Andrés Bello a Pedro Gual
149
S.O.S. Andrés Bello no quiere ir a morir al Polo Antártico
149
Una luz al final del túnel
155
Inglaterra
y soberana
reconoce a la
Gran Colombia
como república libre
156
373
Carmen Brito Arocha
Si no es Caracas…
157
Repertorio Americano
157
Apuntes de Humboldt
159
De puño y letra
161
Los sabios también emborronan y borran
162
De la célebre
Andrés Bello
silva
“La
agricultura de la
Zona Tórrida”
de
163
Postrar supieron al león de España
168
Andrés bello y su nuevo nombramiento
169
Hay momentos... cuya magia más ruidosa es el silencio
170
1827 - El Libertador en Caracas
171
Andrés Bello presenta quejas al Libertador por desaire recibido
de parte del gobierno grancolombiano
175
Paréntesis
177
Se queja también don Simón Rodríguez
179
1828
181
José Fernández Madrid
374
y
Andrés Bello
firman negociación de
Andrés Bello se lo llevó la revolución
las minas de
Aroa
del
Libertador. Las
condiciones de compra-
181
venta le son comunicadas sin pérdida de tiempo
Mediaron múltiples gestiones para avanzar en la venta de las minas
182
Andrés Bello envía a Caracas
Francisco de Miranda
183
colección libros clásicos de
Un cambio extraordinario
184
¿Una lágrima?...
186
Al filo de la madrugada
190
¡Adiós! ¡Adiós!
191
Carta de José R afael Revenga a Andrés Bello
192
Carta del Libertador a José Fernández Madrid
193
Bolívar se siente cansado. Cansado de luchar
199
Yo moriré como nací: desnudo
203
CAPITULO 3 – VIDA Y OBRA. CULMINACION
¡Bienvenidos a Santiago!
211
¿Cartas cruzadas?
215
Se alborota la tranquilidad
216
375
Carmen Brito Arocha
En su puesto de trabajo
218
Chileno legal
219
Los estudiantes
de Gentes
argentinos piden los
Principios
de
Derecho
¡Eran cosas de la juventud… la verdad es que Bello sabía más
que todos nosotros!
¿Vocación
periodística al servicio de la docencia o vocación
220
221
docente al servicio del periodismo?
222
Principios de ortología y métrica
225
Bueno para todo
226
Peñalolén en la vida y en la inspiración de Andrés Bello
228
Andrés Bello y Diego Portales en Chile
231
…había una vez...
233
Como un niño con juguete nuevo se entrega Andrés Bello a un
regalo de Caracas
238
La Universidad de Chile
239
Conservan todavía algunos matices del alma
241
La oración por todos
242
376
Andrés Bello se lo llevó la revolución
¡Dios mío! ¿Y qué es de la vida de doña Elizabeth Dunn de Bello?
249
De viaje Carlos Bello Boyland
259
En Caracas primogénito de don Andrés Bello, don Carlos Bello
Boyland
261
Cuando los poetas hablan en poesía
261
¡Salve fecunda zona!
263
En el ínterin... Escribirle a papá
264
Y...todavía vienen más penas
273
Gramática
de la lengua castellana, destinada al uso de los
americanos
274
De Gramática de la Lengua Castellana
278
¡Qué tiempos aquéllos!
281
Renglones luminosos
282
Lee estos renglones a mi adorada madre
283
Dolor y honor
286
Día
a día contando la ausencia.
última mirada a
Cuarenta y tres años
Caracas desde el camino de La Guaira
de la
290
377
Carmen Brito Arocha
Andrés Bello
puede ser considerado como uno de los grandes
legisladores de la humanidad
291
Encallecimiento
292
Carlos Eusebio Florencio Bello Boyland
293
Andrés Bello añora Caracas, le regocija el progreso de Chile
296
Se acentuarán los achaques de la vejez
298
Para esta época ha cambiado bastante su cuadro familiar
299
El “célebre Micifuz”
300
Ruega, hija por el que en vil libelo destroza una fama pura y en la
aleve mordedura escupe asquerosa hiel
301
Más tarde el propio Álamo se dirige a Bello
305
Tretas o calumnias el tiempo las esparció
306
Emparan y el golpe de estado de 1810
308
Para siempre duermen las esperanzas
309
La Universidad no lo renuncia
310
El Cristo de Caracas
310
Por sus frutos los conoceréis
311
378
Andrés Bello se lo llevó la revolución
No ha olvidado “El Helechal” De allá le llegó un cafecito
315
Las letras...
317
La música es el lenguaje universal, se ha establecido
317
La poesía
318
Se percibe remoto aquel 10 de junio de 1810
320
Considerada una apoteosis la inhumación
Andrés Bello en Santiago de Chile
de los restos de don
321
El Sillón vacio
323
Acuerdo de la Universidad Central de Venezuela para conmemorar
el centenario del natalicio de don Andrés Bello
323
Ahora en estatua
324
¿Cómo era Andrés Bello?
327
Semana de Bello en Caracas
328
1951
329
El Convenio Andrés Bello
330
Del homenaje a Andrés Bello en la Universidad de Pekín y en el
Instituto de Lenguas Extranjeras de la República Popular China
1982
332
379
Carmen Brito Arocha
Mi Periódico
332
En el Panteón Nacional
333
Himno a la gloria de Andrés Bello
334
Apendice
335
Gloria al bravo pueblo
339
25 de julio de 1812
341
Lo escrito, escrito está
354
Bibliografía
359
380
Andrés Bello se lo llevó la revolución
Este libro fue editado por la Fundación
Casa Nacional de las Letras Andrés
Bello. Está compuesto con la familia
tipográfica Gobold y Liberation Serif.
Fue terminado durante el mes de noviembre del 2015. Año de la conmemoración del centenario del nacimiento de César Rengifo, quien manejó
la idea bolivariana de la fuerza de los
pueblos para el cambio.
1000 ejemplares
Carmen Brito Arocha
En este libro la periodista Carmen Brito Arocha nos entrega su visión de Andrés Bello,
a través de un minucioso trabajo de investigación, pleno de cariño y dedicación.
“¿Por qué se fue de Venezuela Andrés Bello? El libro que ahora tienes en tus manos
esperamos contribuya a responder esta pregunta” nos dice la autora, en un diálogo
intenso y poético con el lector.
Con prosa firme y concreción determinante, doña Carmen Brito hace un extenso
recorrido por muchos puntos de la historia de Bello, y destaca un cúmulo de
acontecimientos que fueron remarcables a lo largo de toda la vida del Patriarca
de las Letras Americanas.
Ximena Hurtado Yarza
Río Caribe, estado Sucre. Periodista desde 1957. Como cuentista publicó su primera
obra en la revista Elite. Se desempeñó como secretaria de Redacción de la revista
Ellas. En 1972 fundó el vocero Mi Periódico, dirigido a niños y jóvenes, dedicado a exaltar la vida y obra del Libertador. En 1979 funda la carta-revista Llegó el Correo.
Colaboró en Últimas Noticias y El Regional, entre otros diarios nacionales. Algunos de
sus libros publicados son: Hay momentos; Arbolitos de la patria; Muchachos, y Antonio
José de Sucre.
Colección
Ensayo Contemporáneo

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