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HISTORIA DE LA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS La fundación Pese a que el primer documento conocido de la Hermandad de las Angustias es la "Escritura hecha en favor de la propiedad y posesión que tienen los cofrades de nuestra señora de las Angustias a su capilla otorgada ante Luis Núñez de Toledo, escribano que fue de Córdoba, en fecha de 13 de marzo de 1558", conocida como Escritura Fundacional, cabe pensar que su creación es anterior. No sólo por el hecho de que sean ya cincuenta los hermanos que la componen, sino también por las concesiones que en la misma se les hacen, concesiones que resultaría difícil pensar que se pudieran dar a una hermandad recientemente creada y por lo tanto desconocida. Si es cierto que, como quiera que es el más antiguo testimonio de su historia, la hermandad la ha asumido como fundacional, habiendo establecido la fecha del 13 de marzo de 1558 como la de su nacimiento. Sus primeras Reglas se realizaron en 1563 y fueron aprobadas por el entonces Obispo de Córdoba, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval en 1570. Siglos XVII y XVIII A través del prior Fray Alonso de Rojas en 1626 la Hermandad encarga al provincial de los agustinos Fray Pedro de Góngora y Angulo la gestión de la hechura de las imágenes. El imaginero cordobés Juan de Mesa acordó con la hermandad la realización de una imagen de Nuestra Señora de las Angustias y un Cristo grande en los brazos por 4003 reales, 500 de ellos entregados por adelantado. Las portentosas imágenes, las últimas salidas de la gubia de Juan de Mesa, fueron bendecidas en Córdoba el 18 de marzo de 1628. A lo largo del siglo XVII la importancia de la Hermandad debió ser considerable, llegando a poseer varias casas en las inmediaciones del Convento de San Agustín. Además conocemos que la Hermandad realizó importantes realizaciones en plata: una Cruz de Guía, una bacía para la demanda hecha por el platero Diego de León, puntas de plata para el manto, etc. Ya en el siglo XVIII tiene especial importancia el pleito que iniciaron la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias y la Comunidad de agustinos por la “la posesión de las imágenes”, en realidad se trataba de la propiedad de las tallas de Juan de Mesa ya que, según consta, “muchos religiosos del convento decían públicamente que la imagen de Nuestra Señora de las Angustias era propiedad del convento y no de la Hermandad, y ya la habían reclamado”. La Hermandad aportó las cuentas de 1628 e inventarios de distintos años que demostraban que las Sagradas Imágenes eran de su propiedad. Del archivo del obispado se sacaron las cuentas de 21 de noviembre de 1628 en las que consta la partida de gasto correspondiente al pago de la imagen, la traída desde Sevilla y de la ropa que se le hizo, además de los inventarios de bienes y alhajas de cofradía correspondientes a los años 1661, 1662, 1664, 1666, 1668, 1675, 1680, 1703 y 1712; apareciendo en todos ellos la imagen como bien inventariado. Después de distintos autos, sentencias y recursos, el 9 de abril de 1728, el Vicario de Córdoba dictamina lo siguiente: “Mando se guarde, cumpla y ejecute en todo y por todo, según y como en él se contiene y en su cumplimiento, reponía y repuso los proveídos en dos de junio del año pasado de veinte y dos y quince de septiembre de veinte y cuatro. En la ciudad de Córdoba en el día, mes y año, dicho Señor Proveedor estando haciendo Audiencia pública dio Pronunciamiento y firmó el Auto antecedente según y como en él se contiene de que doy fe, siendo testigos: don Juan y Don Melchor de Molina, vecinos de Córdoba, el cual notificó a Diego del Valle y Juan del Rayo. Firmado Antolinez”. Siglos XIX y XX Como para la propia ciudad, el siglo XIX es convulso para la Hermandad. En 1810, durante la ocupación francesa, se desaloja a la comunidad del convento de San Agustín que es convertido en cuartel francés. En esa situación, la hermandad, con la Virgen y todas sus pertenencias se trasladó a la iglesia de San Nicolás de la Villa, colocándose las imágenes en el altar de Ánimas. Los invasores franceses abandonan la ciudad en septiembre de 1812 y en febrero del año siguiente se restauran las órdenes religiosas que fueron extinguidas en 1809. La procesión del Viernes Santo se realiza desde San Nicolás en 1813 y 1814, ya que las obras de restauración de la Capilla de San Agustín no dieron comienzo hasta septiembre de este último año. Por fin, el 15 de enero, en solemne procesión volvió la Virgen a San Agustín a hombros de los soldados del batallón provincial. Al llegar, el P. Muñoz Capilla pronunció un sermón dando gracias a Dios por la restauración del templo y el retorno de la Virgen de las Angustias a su Capilla. En abril de 1931 se instauró en España la II República y en mayo, los días 10,11 y 12, se incendiaron muchos conventos en toda España. A la vista de las circunstancias los Señores Revuelto, García del Prado, Morales Olmo, Urbano Laguna, León Alcaide y Garrido Zamora llevaron las imágenes a casa de la Camarera Doña Josefa García Martínez, Plaza de San Agustín nº 6, donde permanecieron hasta el día 10 de enero de 1932. La Semana Santa de 1936 y su preparación fue extremadamente convulsa. El 11 de marzo, de madrugada y en un coche se trasladaron las imágenes a casa de don Manuel Revuelto Nieto, en la calle Lope de Hoces. En ausencia del Obispo, el Deán de la Santa Iglesia Catedral Don Francisco Blanco Nájera, comunicó a la Hermandad la prohibición de salir en procesión el Viernes Santo, cosa que la Hermandad rechazó y provocó la dimisión del Hermano Mayor don Rafael García del Prado. El Gobernador Civil, don Antonio Rodríguez de León, no sólo aprobó la decisión de la Hermandad y ofreció la colaboración de la fuerza pública para evitar una alteración del orden durante la procesión. El Obispo al tener conocimiento de la opinión del Gobernador autorizó la procesión que tuvo lugar el viernes Santo 10 de abril, sin que hubiera que reseñar ningún incidente. Al acabar la estación de penitencia las imágenes volvieron a ser guardadas en casa de D. Manuel Revuelto, esa decisión salvó a Nuestros Titulares del incendio provocado en San Agustín el 18 de julio de ese mismo año.. Especialmente significativo y determinante para la vida de la Cofradía, fue el traslado de su sede canónica del convento de San Agustín a la Real Iglesia de San Pablo, en marzo de 1961, por decreto del Obispo Fernández Conde. hecho este que provocó protestas de los vecinos que intentaron sin éxito evitar la marcha. Hoy en día, casi 50 años después, podemos afirmar que esa herida continúa abierta. La hermandad vivió el 11 de octubre 1987 uno de los momentos más importantes de su historia puesto que su Venerada Titular, la Santísima Virgen de las Angustias, fue distinguida con el honor de la Coronación Canónica. La ceremonia se celebró en la Real Iglesia de San Pablo y fue oficiada por el entonces Obispo de Córdoba, D. José Antonio Infantes Florido. Tras la bendición de la corona Monseñor Infantes Florido la colocó en las sienes de la Santísima Virgen y en la ciudad se produjo un repique general de campanas, iniciado por las de la Santa Iglesia Catedral. Siglo XXI En el año 2008, inició la Hermandad las celebraciones de su CDL aniversario fundacional con la organización de numerosos actos entre los que cabe destacar la composición de una nueva marcha procesional “Madre de las Angustias” de D. José Manuel Delgado, la presentación de un cartel conmemorativo realizado por prestigioso pintor cordobés D. Juan Hidalgo del Moral y la multitudinaria procesión extraordinaria que, el día 20 de septiembre, llevó las imágenes de Nuestra Señora de las Angustias desde la Catedral de Córdoba hasta su iglesia de San Agustín, finalizando en la Real Iglesia de San Pablo. La exposición “ANGUSTIAS: FE, HISTORIA Y PATRIMONIO”, que supuso el punto final a esta conmemoración, se celebró en la recién restaurada Iglesia de San Agustín durante el mes de noviembre de 2009. La muestra se inauguró en la mañana del 2 de noviembre con la asistencia de cientos de personas, fundamentalmente vecinos del barrio. La respuesta popular a la exposición desbordó las previsiones más optimistas ya que más de 30.000 personas pasaron por San Agustín para admirar el patrimonio de la hermandad, para conocer su rica historia y, de manera fundamental, para vivir, algunos por vez primera y otros como ya lo habían hecho en su infancia, la inolvidable experiencia de volver a ver a Nuestra Señora de las Angustias con su Santísimo Hijo en su verdadera casa, la Iglesia Conventual de San Agustín.