charla fogonera 2010 - biblioteca-sud

Transcripción

charla fogonera 2010 - biblioteca-sud
Prepararse para su destino eterno
Élder Neil L. Andersen
Del Quórum de los Doce Apóstoles
Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 10 de enero de 2010 • Universidad Brigham Young
Mis queridos jóvenes hermanos
y hermanas, no puedo ver todas
sus caras aquí en el Centro Marriott
y, por supuesto, tampoco en las
miles de capillas alrededor del
mundo, pero puedo sentir su
bondad, su deseo de hacer lo
correcto y su amor por el Señor y
Su evangelio restaurado. Una de las
bendiciones de ser Autoridad General es que tenemos la
oportunidad de estar con ustedes por todo el mundo. En
los últimos meses, hemos visto sus caras y estrechado sus
manos en muchos lugares de Estados Unidos. En junio,
viajamos con el presidente y la hermana Uchtdorf a
Europa Oriental, a Rusia y al Reino Unido. En octubre
estuvimos en Sudáfrica y en el Oeste de África. En
noviembre regresamos de Centroamérica. Entre los
jóvenes adultos y jóvenes de esta Iglesia existe un gran
poder de rectitud. Espero que les sirva de consuelo saber
que hay otros miles y cientos de miles que encaran los
mismos desafíos y tienen los mismos objetivos
importantes. Les amo, y ruego que el Espíritu del Señor
nos acompañe al hablar esta noche de cosas que son
importantes para ustedes.
He estado en esta vida terrenal tres o cuatro décadas
más que la mayoría de ustedes, pero no es mi experiencia
lo que me trae ante ustedes. Consciente de mis propias
debilidades, estoy ante ustedes como apóstol del Señor
Jesucristo, ordenado y comisionado para testificar de Él y
para hablar de las cosas que Él hablaría. Mi asignación
esta noche viene del apóstol principal del Salvador, el
presidente Thomas S. Monson.
Al mirarlos, pienso en mí mismo hace 37 años. Acababa
de regresar de una misión en Francia. Con pocos recursos
aparte de un poco de dinero prestado, vine a la
Universidad Brigham Young. Conseguí trabajo como
limpiador de ventanas en el campus, y un año después
conocí a la luz de mi vida, Kathy Williams. Me sentía un
poco solo e inseguro del camino por delante. Recuerdo
haber pensado: “¿Qué me depara el futuro y cómo puedo
prepararme para ello?”
Con esos pensamientos, he dado a mi mensaje el
título: “Cómo prepararse para su destino eterno”.
Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, con frecuencia
hablaba de objetos tangibles para ayudar a Sus discípulos
a comprender lo intangible, lo espiritual. Habló de semillas
y de granos, de alfolíes, gallinas, flores, zorras y docenas
de otros objetos físicos para ayudar a las personas a
comprender mejor la fe y el arrepentimiento, el poder
espiritual y la salvación.
No hablaba de aviones, ya que no eran parte de Su
sociedad, pero el presidente Uchtdorf ha compensado la
falta de ello en los últimos años y nos ha dado
maravillosas enseñanzas de sus propias experiencias como
piloto.
Esta noche yo tengo una historia sobre un avión que
nos enseñará en cuanto a prepararnos para nuestro
destino eterno.
El capitán Sullenberger y el vuelo 1549 de US Airways
Exactamente hace un año esta semana, el 15 de enero
de 2009, el vuelo 1549 de US Airways despegó del
Aeropuerto La Guardia en la Ciudad de Nueva York y se
elevó rápidamente al cielo en lo que se esperaba fuera un
vuelo sin incidentes a Charlotte, Carolina del Norte, por la
costa este de los Estados Unidos. El capitán del avión era
Chesley B. “Sully” Sullenberger. Tenía más de 19 mil horas
de vuelo de experiencia y esperaba que la siguiente hora y
media fuera de rutina.
El Capitán Chesley B. Sullenberger
Conforme el aerobús A320 ascendía a 900 m,
súbitamente se enfrentó a lo inesperado. Una bandada de
enormes gansos canadienses, con alas extendidas dos
metros, estaba directamente en la trayectoria del avión, y
golpeó a algunos pájaros. Lo peor fue que los gigantes
motores del avión que succionan aire a las turbinas con
gran fuerza, también succionaron a los gansos, lo cual
produjo un terrible chirrido contra los motores. Luego, un
silencio ensordecedor; los motores habían dejado de
funcionar.
Ruta de vuelo del US Airways 1549 antes de aterrizar de
emergencia en el río Hudson
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El capitán Sullenberger en seguida comenzó a
determinar cómo aterrizar el avión a salvo. Primero
consideró regresar al aeropuerto y luego ir a otro
aeropuerto cercano. Los peligros y riesgos eran enormes,
pues no sabía cuánto tiempo podría planear el avión sin
los motores. Tuvo sólo un momento para decidir. El
capitán Sullenberger decidió que su mejor opción era
aterrizar el avión en el río Hudson, un río que corre cerca
de Nueva York. En esos pocos segundos, todo su
entrenamiento como capitán, todo su juicio, sus instintos
y talentos se concentraron en el aterrizaje forzoso que le
esperaba.
Las temperaturas de invierno estaban bien por debajo
del punto de congelación y el capitán sabía que el avión
comenzaría a hundirse. Se ayudó rápidamente a los
pasajeros por las salidas de emergencia hacia las alas, se
inflaron las balsas salvavidas, y barcos que estaban a las
orillas del río acudieron rápidamente a rescatar a los
pasajeros. La noticia era casi increíble. Aun cuando se
había perdido un avión de 60 millones de dólares, el
capitán Sullenberger había aterrizado sin grandes daños, y
todos los 154 pasajeros y miembros de la tripulación
estaban a salvo, incluso el capitán Sullenberger.
Tal como lo hizo Jesús en Sus enseñanzas,
relacionemos lo tangible con lo intangible, lo material con
lo espiritual. Hablemos de tres aspectos en los que
nuestro destino espiritual o el de ustedes se pueden
relacionar con el vuelo 1549 de US Airways. En primer
lugar, están en un viaje por la vida terrenal. Segundo,
deben ser capitanes en la causa del Señor, con una misión
específica que cumplir. Tercero, su deber sagrado es
regresar a salvo y llevar a muchos con ustedes.
Viaje por la vida terrenal
Número 1: Están en un viaje por la vida terrenal.
Los pasajeros del vuelo 1549 no comenzaron su
existencia al subirse al avión en Nueva York. Estaban en un
viaje. Mucho había ocurrido en su vida antes del vuelo, y
mucho ocurriría después de él. Asimismo, esta vida
terrenal no es donde comenzamos ni donde
terminaremos. Estamos en un viaje. Este viaje comenzó
hace mucho tiempo en un estado preterrenal donde
recibimos nuestras “primeras lecciones en el mundo de
los espíritus, y [fuimos] preparados para venir en el
debido tiempo del Señor” (Doctrina y Convenios 138:56).
Somos literalmente hijos e hijas espirituales de Padres
Celestiales. El Señor ha dicho: “Yo soy Dios; yo hice el
mundo y a los hombres antes que existiesen en la carne”
(Moisés 6:51), “…porque los había creado en el cielo”
(Moisés 3:5).
El poeta, William Wordsworth, escribió estas hermosas
palabras:
Un sueño y un olvido sólo es el nacimiento:
El alma nuestra, la estrella de la vida,
en otra esfera ha sido constituida
y procede de un lejano firmamento.
No viene el alma en completo olvido
ni de todas las cosas despojada,
pues al salir de Dios, que fue nuestra morada,
con destellos celestiales se ha vestido1.
La vida preterrenal no fue una existencia pasiva.
Tomábamos decisiones igual que aquí; habíamos
progresado y necesitábamos un cuerpo físico y
experiencias terrenales; teníamos que probar nuestra
disposición de vivir por fe. Nuestro Padre Celestial nos
presentó un plan, cuya parte fundamental fue la función
de Su Hijo Unigénito de brindarnos un camino de regreso.
Aceptamos el plan y nos regocijamos por el Salvador
escogido. Nuestras oportunidades y responsabilidades
preordenadas ayudan a moldear lo que haremos en la
El vuelo 1549 de US Airways descendió a sólo 275 m por
encima del puente George Washington.
El 15 de enero de 2009, el vuelo 1549 de US Airways aterrizó en
el río Hudson, Nueva York.
Con rascacielos a su alrededor, el avión descendió
rápidamente y voló a sólo 275 m por encima del puente
George Washington. Entonces, volando lo más lento
posible y con las alas perfectamente paralelas al agua,
levantó la nariz y planeó la panza del avión sobre el agua.
El avión, que pesaba 120 toneladas, dio saltitos sobre el
agua y luego se detuvo completamente intacto.
Pasajeros del vuelo 1549 de US Airways esperando ser
rescatados; Reuters/Jane Doe
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vida terrenal. De formas que no comprendemos
completamente, nuestras acciones en el Mundo de los
Espíritus nos influyen en la vida terrenal2.
Ahora estamos aquí, en la tan largamente esperada
vida terrenal. Aunque no recordamos la vida preterrenal,
nos suena cierta. Aun en esta vida no recordamos todo lo
que es importante. Por ejemplo, ¿recuerdan cuando
dijeron su primera palabra o cuando caminaron por
primera vez? ¿Recuerdan haber pensado: “Mi mamá ya no
me carga tanto como antes. Si quiero ir para donde
quiero, será mejor que empiece a caminar”? No es difícil
sentir muy dentro que quienes somos no comenzó con el
nacimiento en la vida terrenal. Somos hijos e hijas de Dios.
Hay un pasaje en Alma que describe la función que tienen
las Escrituras de “ensancha[r] la memoria de este pueblo”
(Alma 37:8 ). Se ha ensanchado nuestra memoria y
sabemos que nos hemos preparado para la vida que ahora
vivimos.
Tal como nuestra vida comenzó antes de nacer en la
vida terrenal, nuestra vida no termina cuando el corazón
deja de latir. Continuaremos. Lo que ustedes son, la
persona individual, ustedes, siempre serán ustedes.
Algunos dirán: “No me gusta quién soy”. Lo siento. Podrán
cambiar lo que lleguen a ser, pueden ser más de lo que
hoy son, pero siempre serán ustedes.
años, tras sólo 6 horas de volar en un avión pequeño de
un solo motor, supo que volar sería parte de su destino3.
Acepten que tienen un destino eternamente
importante, un destino espiritual. Lean su bendición
patriarcal. Como se dijo de la Reina Ester en la
antigüedad: “para esta hora tú has llegado al reino” (Ester
4:14). ¡Crean en su destino y acéptenlo con entusiasmo!
El darse cuenta de quiénes son y quiénes deben ser no
los convierte en capitanes en la causa del Señor. Hay
obstáculos y tentaciones mucho más peligrosos que una
bandada de enormes gansos canadienses que pueden
evitar que logren su destino. Deben estar en guardia. Para
ser capitán en la causa del Señor debe haber preparación,
¡la cual no es fácil! El Salvador dijo: “Si alguno quiere venir
en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y
sígame” (Mateo 16:24). Explicó además que el “que el
hombre tome su cruz [significa que] debe abstenerse de
toda impiedad, y de todo deseo mundano y guardar… [los]
mandamientos [del Señor]”(Mateo 16:24, nota d al pie de
página; de la Traducción de José Smith, Mateo 16:26).
Al reflexionar sobre el tiempo que pasó entrenando en
la Academia de la Fuerza Aérea, el capitán Sullenberger
dijo:
“Fue una experiencia intensa. …Se nos estaba
probando, …desafiando. Y vimos a varios de entre las
tropas fracasar…
“…Me hizo darme cuenta que si me aplicaba a fondo,
encontraría la fuerza que no sabía que tenía. Si no se me
hubiera obligado a poner todo mi esfuerzo […] nunca
hubiera conocido toda la amplitud de los recursos
internos de los que podía valerme”4.
La preparación espiritual sacará a luz sus recursos
internos. La oración tiene poder. Las Escrituras tienen
poder. Aprendemos a caminar hacia adelante con fe y a
ser más plenamente obedientes. El prepararse
dignamente para la Santa Cena y el tomarla cada semana
nos renueva y nos protege. Recibimos el invalorable don
del Espíritu Santo; este don celestial es real, y es
absolutamente esencial para mantenernos a salvo.
Al hablar de ser un capitán de aerolíneas, el capitán
Sullenberger advirtió:
“No es posible prever o anticipar toda situación. No
hay una lista de verificación para todo5.
“Es necesario saber lo que sabe y lo que no se sabe…
“También hay que comprender cómo las circunstancias
afectan nuestro juicio”6.
Estos mismos principios se aplican a nuestra misión
espiritual. La revelación personal que se recibe por el don
del Espíritu Santo nos guía en medio de lo imprevisto a fin
de lograr lo que tenemos que hacer aquí. Y la rectitud
personal es esencial para tener el don del Espíritu Santo.
No seremos guiados por el Espíritu Santo si tenemos una
actitud superficial en cuanto a la obediencia.
El Señor Jesucristo es el centro de todo lo que
pensamos y hacemos. Su vida es nuestro ejemplo. Es por
Él que viviremos de nuevo; es por el poder de Su expiación
que podremos estar limpios en la presencia de nuestro
Padre. Aprendemos a amar a nuestro Padre Celestial y a
Capitanes en la causa del Señor
Número 2: Deben ser capitanes en la causa del Señor,
con una misión específica que cumplir.
Ustedes y yo tenemos un destino espiritual, el cual no
nos permite sentarnos pasivamente en la parte de atrás
del avión que viaja por la vida terrenal. El Señor prometió
a Abraham que por su descendencia serían bendecidas
todas las naciones de la tierra (véase Génesis 22:18;
Abraham 2:9). Se refería a la bendición espiritual que el
mundo recibiría por medio de nosotros, a quienes llamó
“hijos del convenio” (3 Nefi 20:26). Alma describe a
algunos como “llamados y preparados desde la fundación
del mundo de acuerdo con la presciencia de Dios” (Alma
13.3).
Se han preguntado alguna vez: “¿Por qué soy quien
soy? ¿Por qué siento lo que siento? ¿Por qué he decidido
creer tan plenamente en el Señor Jesucristo? ¿Por qué
escojo guardar Sus mandamientos cuando a otros no les
importa? ¿Por qué tengo estos sentimientos hacia el Libro
de Mormón? ¿Por qué saltan las palabras de las Escrituras
y penetran mi corazón, cuando otras personas son casi
indiferentes en cuanto a este libro sagrado? ¿Por qué he
estado dispuesto a hacer convenios sagrados por medio
del bautismo, en el templo y [para muchos de ustedes]
servir en una misión?”.
Ustedes fueron escogidos y preordenados a tener el
Evangelio en su vida y a ser líderes en la causa del
Evangelio restaurado.
El capitán Sullenberger había volado más de 19 mil
horas cuando tomó mando del vuelo 1549. Al reflexionar
en cuanto a su decisión de ser piloto, dijo que a los 16
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Su Hijo Jesucristo con todo el corazón, alma, mente y
fuerza. Me gusta esta declaración: “El que ama al Señor
con todo su corazón no ama ninguna otra cosa tanto
como a Él, y todo lo que ama es en referencia a Él”7. Jesús
dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan
14:15).
Hay muchas personas buenas en la tierra; hay muchas
personas despojadas de egoísmo. Hay otros que creen en
Cristo igual que nosotros. No sólo nosotros oramos a
nuestro Padre Celestial y recibimos respuestas, nuestro
Padre ama a todos Sus hijos. Pero nunca debemos olvidar
que sólo en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos se encuentra el sacerdocio de Dios. Sólo aquí está
el profeta del Señor; sólo aquí está el sagrado poder para
sellar que permite que las familias sean familias por la
eternidad.
Aun cuando esta reunión se está transmitiendo en 33
idiomas, somos pocos a comparación de los miles de
millones que hay en la tierra. Pedro nos llamó un “linaje
escogido, real sacerdocio… pueblo adquirido por Dios” (1
Pedro 2:9). No desechen ni tengan a menos la función y la
responsabilidad específicas que se les han dado. Deben
ser capitanes en la causa del Señor, encomendados a
sostener en alto el estandarte del Evangelio restaurado,
pues el Señor ha dicho que La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días será “un mensajero delante de
[Su] faz, preparando el camino delante de [Él]” (Doctrina y
Convenios 45:9).
El Señor ha dicho: “El que halla su vida, la perderá; y el
que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo
10:39). Permítanme leer Mateo 25, teniendo en mente
nuestro rol como capitanes espirituales, agregando la
palabra espiritual:
“Entonces el Rey dirá a los que estén a su derecha:
Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo.
“Porque tuve hambre [espiritual], y me disteis de
comer; tuve sed [espiritual], y me disteis de beber; fui
forastero [espiritual], y me recogisteis…
“Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento [espiritualmente] y te
sustentamos?, ¿o sediento [espiritualmente] y te dimos
de beber?
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que
en cuanto lo hicisteis a uno de éstos, mis hermanos más
pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:34–35, 37, 40).
¿A quién deben llevar con ustedes? En primer lugar,
todos los que tengan la oportunidad, deben casarse y
llevar a su cónyuge y a su familia. Esa es su primera
responsabilidad. La familia es la organización del cielo.
Para valorar esta responsabilidad, miramos más allá de
lo que esté frente a nosotros. El efecto espiritual de criar
una familia recta sólo se comprende cuando vemos a
través de nuestras generaciones a nuestros nietos,
bisnietos y más allá. El capitán Sullenberger comprendió
este principio incluso al salvar la vida física de sus
pasajeros. Él dijo: “No sé las cosas buenas que todavía
lograrán las 154 personas de mi vuelo. No puedo imaginar
las contribuciones que puedan hacer al mundo sus hijos,
nietos y bisnietos que no han nacido”9.
Permítanme compartir con ustedes los efectos de
preparar espiritualmente a una familia a través de muchas
generaciones.
Su deber sagrado
Número 3:Su deber sagrado es regresar a salvo y llevar
a muchos con ustedes.
Gran parte de su destino espiritual se trazará en la vida
de aquellos a quienes ayuden espiritualmente. ¿Qué hizo
del capitán Sullenberger un héroe? ¿Qué hizo que se le
respetara y valorara? ¿Fue que podía pensar
rápidamente? ¿Que pudo tomar las decisiones correctas
cuando dejaron de funcionar los motores? ¿Fue que supo
cómo mantener las alas perfectamente niveladas al
aterrizar en el agua? Y bien, ¡fue todo eso! Pero lo que es
más importante, se hubieran perdido fácilmente 154
vidas, y él las salvó; y al salvarlas, se salvó a sí mismo.
El capitán Sullenberger dijo en cuanto a salvar la vida
física de sus pasajeros: “En lo abstracto, 155 es sólo un
número. Pero al ver la cara de todos esos pasajeros, y
después la cara de todos sus seres queridos, me di cuenta
de lo profundamente maravilloso que fue que todo saliera
bien en el vuelo 1549”8.
¿Podemos aplicar esto a nuestra misión? Los miembros
de esta Iglesia son enormemente generosos para ayudar a
los pobres y a los necesitados tanto en la Iglesia como en
el mundo. Sin embargo, nuestra misión divina, la
bendición que el Señor dijo procedería de la posteridad de
Abraham al mundo, es principalmente espiritual.
Debemos volcar nuestra vida hacia los demás,
ayudándoles a regresar con nosotros a la presencia de
nuestro Padre Celestial.
Henry Arline
Henry Arline vivió de 1841 a 1919. En 1898, a la edad
de 57 años, escuchó a los misioneros predicar el Evangelio
en una escuela en el estado de Florida en los Estados
Unidos. Le dijo a su esposa: “Por primera vez he
escuchado la verdad”. Él y su familia se bautizaron y unos
años más tarde viajaron por tren a Utah, un viaje de más
de tres mil kilómetros, para que pudieran recibir las
ordenanzas selladoras del templo. Regresó a Florida y fue
fiel el resto de su vida.
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Siempre estaré agradecido por la madre justa de Kathy
y su bisabuelo recto que se unieron a la Iglesia y que
fueron fieles el resto de su vida. Estas dos personas nunca
se conocieron en esta vida; vivieron en diferentes épocas;
pero son capitanes en la causa del Señor, al ayudar a
llevar a su familia con ellos gracias a sus decisiones
espirituales.
Es cierto que no todos tendrán la oportunidad de
casarse en esta vida, pero se promete un compañero
eterno en la eternidad a los justos que deseen esa
bendición. Los que no se casen pueden hacer mucho por
pilotear la causa del Señor y por llevar almas consigo. En la
última conferencia, la hermana Barbara Thompson, que
forma parte de la Presidencia General de la Sociedad de
Socorro y que es soltera, dijo estas palabras:
“Cuando terminé la escuela secundaria, mis metas eran
continuar los estudios en un colegio universitario…,
casarme con un hombre apuesto y tener cuatro hijos
perfectos y hermosos…
“Bueno, como sabrán, muchas de mis metas no se
cumplieron como yo pensaba; terminé mis estudios,
presté servicio en una misión, conseguí trabajo, seguí
estudiando […] y continué trabajando muchos años en mi
profesión. Pero no apareció ningún hombre apuesto, ni
hubo boda ni tuve hijos…
“Una compañera de trabajo que no era miembro de la
Iglesia me preguntó: ‘¿Por qué sigues asistiendo a una
iglesia que da tanta importancia al matrimonio y a la
familia?’, a lo que sencillamente respondí: ‘¡Porque es la
verdad!’… Con [la Iglesia] y con el evangelio de Jesucristo,
encontré la felicidad y sabía que estaba en el camino que
el Salvador quería que siguiera”.
Entonces habló de una forma en la que podía ejercer
una influencia espiritual en los demás siendo soltera. Ella
dijo:“Tuve la oportunidad de prestar servico durante
muchos años en las Mujeres Jóvenes y eso me dio la
posibilidad de enseñar y testificar a las jovencitas que
estaban desarrollando su testimonio”10.
Ésta es la hermana Thompson hace 25 años con Shellie
Nielson, cuando Shellie era laurel y la hermana Thompson
era su asesora. Shellie Nielson, que ahora es Shellie
Nielson Seager, le escribió a la hermana Thompson más de
veinte años después de haber estado en su clase de
laureles, para agradecerle. La hermana Seager escribió:
“Desperté a las 5:15 [esta mañana] pensando en usted
[hermana Thompson] y en el impacto que ha tenido en mi
vida…
Para usted nosotros éramos una prioridad. Siempre
nos demostró tanto cariño atención y amor. ¡Siempre fue
tan divertida! … Lo que es más importante, sabíamos que
tenía un fuerte testimonio del evangelio de Jesucristo”11.
La hermana Seager ahora tiene una familia con cinco
hijos. La influencia para bien de la hermana Thompson
siempre tendrá un impacto en la hermana Seager, y en las
generaciones venideras.
El Señor dijo:
“Recordad que el valor de las almas es grande a la vista
de Dios…
Sophronia Arline Williams
Su hija fue Sophronia Arline Williams, y su hijo fue
James Bernard Williams. Bernard Williams conoció a una
hermosa joven, Martha Aman, quien investigó
sinceramente la Iglesia, obtuvo un firme testimonio y se
bautizó.
Fotografía de la boda de James Bernard y Martha Aman
Williams
Fotografía de la familia de James y Martha Williams
con la hermana Kathy Williams Andersen de niña
Ocho años después de haberse casado, se sellaron en
el Templo de Salt Lake con sus tres hijos. Su pequeña hija
fue Kathy Williams, a quien conocí años después en la
Universidad Brigham Young y a quien le rogué que fuera
mi esposa. Ahora tenemos cuatro hijos y trece nietos.
Retrato familiar de la familia de Neil y Kathy Andersen
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“Y si acontece que trabajáis todos vuestros días
proclamando el arrepentimiento a este pueblo” (y
proclamar el arrepentimiento simplemente significa
ayudar a las personas a regresar a Dios) “y me traéis aun
cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será vuestro
gozo con ella en el reino de mi Padre!
“Y ahora, si vuestro gozo será grande con un alma…
¡cuán grande no será vuestro gozo si me trajereis muchas
almas!” (Doctrina y Convenios 18:10, 15–16)12.
Al volcar nuestra atención hacia los demás, primero a
nuestro cónyuge, luego a nuestra familia y después a los
demás, levantándolos espiritualmente y ayudándoles a
permanecer firmes y estables, estamos salvando
generaciones y cumpliendo nuestro destino eterno.
Éste es Luciano Cascardi, presidente de la Estaca
Ipiranga, São Paulo, Brasil. El hermano Cascardi tenía seis
años cuando su familia se bautizó en São Paulo, Brasil. El
presidente Cascardi vino a los Estados Unidos este octubre
pasado para buscar al misionero que había enseñado a su
familia hacía 40 años. Había una cosa de la que estaba
seguro: el primer nombre del misionero era Élder.
Por una serie de milagros, el hermano Cascardi lo
encontró: el hermano Larry Wilson, un fuerte líder de la
Iglesia en el norte de California. En una carta al hermano
Wilson, el presidente Cascardi comparó el encontrar a su
misionero con encontrar a un padre perdido después de
muchos años. Luego, refiriéndose a la semilla espiritual
que había germinado hacía 40 años y que se ha
multiplicado y que ha impactado tantas vidas desde
entonces, el presidente Cascardi dijo: “Se pueden contar
las semillas en la manzana, pero no se pueden contar las
manzanas en la semilla”13.
No tenemos que servir en una misión para fortalecer y
elevar a los demás. El presidente Monson nos enseña
constantemente que debemos extender la mano y
rescatar a los que nos rodean. ¿Recuerdan la historia de
cómo extendió la mano cuando era un joven obispo a
alguien que no asistía a la Iglesia?
El presidente Monson dijo:
“Cuando fui llamado como obispo, reconocí que era el
presidente del quórum de presbíteros, y quería que todos
los jóvenes asistieran. Había uno que nunca asistía, y
pensé: ‘Estoy aquí sentado con los presbíteros; ellos
tienen un asesor. Voy a dejar que el asesor les dé la
lección y yo voy a ir a buscar a Richard Casto. Fui a su casa;
sus padres estaban allí y dijeron que estaba trabajando en
el taller de la calle West Temple.
“Me dirigí a la intersección de las calles 500 South y
West Temple; la puerta estaba abierta, pero no había
nadie. Empecé a mirar alrededor, pero no vi a nadie. Fui
por atrás y había una de esas fosas para engrasado a la
antigua.
“Me asomé en la obscuridad y vi dos ojos que me
miraban. Él dijo: ‘Me encontró, obispo. Voy a subir’. Y
salió de la fosa para engrasado.
“Conversamos muy a gusto, y le dije: ‘Richard, te
necesitamos. Tienes el don de gentes, y quisiera que
todos los presbíteros asistieran. ¿Vendrás?’. Él dijo: ‘Voy a
ir’. Y fue”.
Años después Richard Casto compartió lo que sucedió
después de ese incidente:
“Después de eso serví en una misión. Me sellé en el
templo con mi esposa y tenemos cinco maravillosos hijos,
dos de los cuales sirvieron en una misión. Yo he servido
como obispo dos veces. Mis hijos lo quieren mucho, y mi
esposa tiene un gran amor por él por lo que hizo por mí.
Probablemente es una de las más grandes bendiciones
que he recibido en la vida”14.
En la Conferencia General de octubre, el presidente
Monson dijo: “Creo que el Salvador nos está diciendo que
a menos que nos perdamos en dar servicio a los demás,
nuestra propia vida tiene poco propósito. Aquellos que
viven únicamente para sí mismos al final se marchitan y,
en sentido figurado, pierden la vida, mientras que
aquellos que se pierden a sí mismos en prestar servicio a
los demás progresan y florecen… y en efecto salvan su
vida”15.
Deben ser capitanes en la causa del Señor con una
misión específica de regresar a salvo a casa y de llevar a
muchos con ustedes.
Perseveren con un fulgor de esperanza
Concluyo con una experiencia personal, que también
es de aviones.
El 9 de noviembre pasado, mi esposa Kathy y yo
viajábamos de regreso desde la Ciudad de Guatemala, con
conexión en Miami, Florida. Teníamos una cita importante
y era vital que abordáramos el avión en Miami. Salimos
temprano esa mañana del hotel en las afueras de Antigua,
Guatemala, para alcanzar el vuelo a Miami que partía a las
8:55 hrs. Al llegar a la Ciudad de Guatemala, había una
congestión de tráfico fuera de lo común y nos preocupaba
llegar al aeropuerto a tiempo. Llegamos con apenas
suficiente tiempo para abordar el avión.
Nos apuramos por pasar por inmigración y por llegar a
la puerta de salida. Al llegar allí, nos informaron que el
avión no saldría por hora y media. Había llegado tarde la
noche anterior a causa de condiciones climatológicas
turbulentas y se requería que los pilotos y la tripulación
descansaran por cierto tiempo. Con esa demora, nos
preocupó no alcanzar la conexión en Miami. Abordamos el
avión hora y media después, pero, después de separarse
de la puerta, nos dijeron que había una falla eléctrica en la
cabina, lo cual nos retrasó otros 40 minutos. Respiramos
profundamente y nos preguntamos si habría posibilidad
de que alcanzáramos nuestra conexión.
El avión hizo buen tiempo de la Ciudad de Guatemala a
Miami, y llegamos sólo 30 minutos antes de la hora de
salida programada. No parecía ser suficiente tiempo, pero
decidimos intentarlo. Corrimos tan rápido como pudimos.
Para nuestra sorpresa, la fila en inmigración era corta. Nos
dirigimos a la aduana rogando en oración que no
inspeccionaran el equipaje del que íbamos tirando.
Nuestra oración fue contestada. Vi los monitores y decían
que nuestro avión saldría de la puerta D-3. Corrimos a la
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terminal D y comenzamos doloroso proceso de la
inspección de seguridad. Quitarse los zapatos; líquidos en
bolsa de plástico; computadora portátil aparte. Esperamos
que la alarma no sonara al pasar por el monitor de
seguridad.
Tras pasar la inspección, sólo quedaban 10 minutos
antes de que partiera el vuelo. Miré nuevamente el
monitor y, para mi gran espanto, había cometido un error.
El avión no iba a partir de la puerta D-3, sino de la E-3.
Estábamos en la terminal equivocada. Estábamos sin
aliento, probablemente las puertas del avión ya estaban
cerradas y todavía estábamos a varios cientos de metros
de nuestro destino. Pensamos en darnos por vencidos,
pero nos dimos ánimo y continuamos hasta la meta final.
Corrimos, tirando de nuestro equipaje. Al llegar a la
puerta E-3, escuchamos que llamaban nuestros nombres.
Fue un milagro. La puerta todavía estaba abierta. ¡Lo
logramos!
Su destino espiritual tendrá obstáculos, demoras y
fallas en el equipo. Habrá errores y quizá se pregunten si
lo van a lograr. ¡No se desanimen! También tendrán
momentos de esperanza y de fe a medida que se abran
puertas y se superen obstáculos. Continúen, persistan y,
sobre todo, crean en Cristo y aprendan a seguirlo a Él y a
Sus profetas. Perseveren, como dice Nefi, con “un fulgor
perfecto de esperanza”(2 Nefi 31:20). Conforme lo hagan,
les prometo, un día escucharán su nombre. Lo lograrán.
Nuestro Padre Celestial vive. Somos Sus hijos e hijas.
Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. Él restauró Su
evangelio por medio del profeta José Smith. El presidente
Monson es Su profeta en la actualidad. Es mi oración que
todas las bendiciones del cielo que están reservadas para
ustedes sean suyas a medida que se preparen para su
destino eterno. En el nombre de Jesucristo. Amén.
NOTAS
1. William Wordsworth, “Ode: Intimations of Immortality From Recollections of Early Childhood”, en The Oxford Book of English
Verse, ed. Christopher Ricks, 1999, pág. 351.
2. Dallin H. Oaks, “El gran plan de salvación”,Liahona, enero de 1994, pág. 84.
3. Véase Captain Chesley “Sully” Sullenberger, con Jeffrey Zaslow, Highest Duty: My Search for What Really Matters, 2009, págs.
5, 10.
4. Sullenberger, Highest Duty, págs. 93, 95.
5. Sullenberger, Highest Duty, pág. 188.
6. Sullenberger, Highest Duty, págs. 119–20.
7. Howard W. Hunter, en Conference Report, abril de 1965, pág. 58.
8. Sullenberger, Highest Duty, pág. 286.
9. Sullenberger, Highest Duty, pág. 264.
10. Barbara Thompson, “¡Cuidado con la brecha!”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 118--120.
11. Carta personal enviada por Shellie Seager a la hermana Barbara Thompson, con fecha del 2 de abril de 2007. Enviada a
nosotros por Shellie Seager por correo electrónico con fecha del 10 de diciembre de 2009.
12. Véase Neil L. Andersen, “Arrepent[íos]… para que yo os sane”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 40–43.
13. Carta personal del élder Larry Y. Wilson, con fecha del 14 de noviembre de 2009 y mesaje de correo electrónico enviado a la
familia Wilson por parte de Luciano Cascardi con fecha del 9 de octubre de 2009.
14. Transcrito de En la obra del Señor (DVD, 2008).
15. Thomas S. Monson, “¿Qué he hecho hoy por alguien?”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 85.
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Tus amigos te sostienen
Élder Ronald A. Rasband
De la Presidencia de los Setenta
Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 7 de marzo de 2010 • Universidad Brigham Young
Estimados jóvenes amigos, es un
gran privilegio y un honor poder
dirigirme a ustedes en esta charla
fogonera del SEI. Agradezco la
oportunidad de estar aquí en el
Marriot Center de la Universidad
Brigham Young, y de hablarles a los
que están reunidos en distintos
lugares del mundo, que viven en
diversas circunstancias y hablan diferentes idiomas.
Gracias por asistir, ustedes honran al Señor Jesucristo al
dejar de lado otros asuntos para poder estar aquí
reunidos. Estoy agradecido de estar aquí con mi esposa
Melanie, y con algunos integrantes de nuestra familia y
amigos.
Ruego que mi mensaje sea guiado por el Espíritu Santo
y que sientan en su corazón que lo que voy a decirles es
relevante y se aplica a las situaciones que están
afrontando y les están sucediendo ahora en su vida.
para nosotros. Consideren por un instante lo que significa
para ustedes el saber que cuentan con alguien que los
apoya; alguien en quien pueden confiar, que es su amigo
en las buenas y en las malas, alguien que los aprecia y
respalda aunque se encuentren separados.
Nuestro amigo más preciado es Jesucristo mismo.
¿Acaso hay palabras más reconfortantes que éstas:
“Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mis
ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros” (D. y C.
84:88)? A menudo, esos “ángeles alrededor” son nuestros
amigos.
Mi mensaje de esta noche se centra en la importancia
que tiene para cada uno de nosotros tener amistades
rectas. Cuando era joven, un inspirado patriarca me puso
las manos sobre la cabeza y mediante revelación, abrió mi
entendimiento acerca de mi potencial, mi verdadera
identidad y le marcó el rumbo a mi vida, al igual que su
patriarca lo ha hecho por la mayoría de ustedes. A mí se
me dijo que no me faltarían amigos ni compañeros; que la
amistad de ellos sería una bendición especial para mí,
tanto temporal como espiritual; se me aconsejó que
seleccionara como amigos cercanos a personas rectas que
tuviesen el deseo de guardar los mandamientos de Dios.
Ese pasaje de mi bendición patriarcal y el versículo de
la sección 121 han sido una fuente de consuelo a lo largo
de mi vida. En ocasiones, sobre todo cuando he vivido
lejos de casa, esas palabras me han brindado paz y
fortaleza, mis amigos me han sostenido, a pesar de estar
separados por una gran distancia. En tales ocasiones,
aprendí una de las lecciones más importantes, que no
importaba el tiempo que me ausentara o cuán grande
fuera la distancia, siempre que me volvía a reunir con mis
amigos, todo era como si nada hubiera cambiado.
Seguíamos con nuestra amistad donde la habíamos dejado
y era como si el tiempo se hubiese detenido.
¿Por qué hago hincapié en ello? Porque en la
actualidad, muchas personas gustosamente cambian sus
amistades por personajes de video y mensajes de texto;
pasan el tiempo identificándose con personajes de la
televisión, quienes para ellos son sólo caras en una
pantalla. Optan sólo por “pasar el rato” en lugar de
comprometerse a una relación seria y significativa que
pueda sellarse en el templo por la eternidad. Piensen al
respecto, las verdaderas amistades se basan en el amor de
Dios y en compartir ese amor con los demás. Ése fue uno
de los mensajes que se impartió en la cárcel de Liberty.
Desde mi infancia, crecí en la estaca Cottonwood en el
Valle del Lago Salado y mis amigos han sido una bendición
especial para mí. Los amigos más cercanos que tuve en mi
juventud continúan siendo mis amigos hasta ahora.
Algunos de ellos se encuentran aquí esta noche, y siempre
ha sido así; siempre nos hemos apoyado el uno al otro.
La importancia de amistades rectas
Hace muchos años, en marzo de 1839, el profeta José
Smith había sido encarcelado injustamente con muchos
de sus compañeros en la cárcel de Liberty, por varios
meses. Muchos escritores de la historia de la Iglesia han
asegurado que esa experiencia fue uno de los períodos
más difíciles y sombríos en la vida del Profeta. Sus
palabras “Oh Dios, ¿en dónde estás?” (D. y C. 121:1) —
según se encuentran en la sección 121 de Doctrina y
Convenios— refleja una soledad desesperante bajo las
circunstancias más sombrías.
El Señor no se le apareció ni le envió ángeles; no
destruyó a los guardias ni hizo que la puerta de la húmeda
y sucia celda se abriera de par en par. En pocas palabras,
Él no hizo que las circunstancias cambiaran, pero consoló
y tranquilizó a José como nadie hubiera podido hacerlo:
“Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no
serán más que por un breve momento” (D. y C. 121:7).
Fue como si el Señor hubiese abrazado a José al decirle:
“Hijo mío”. Qué palabras tan preciosas y tiernas. Luego,
estableció un lapso de tiempo para las penurias de José
con “un breve momento”. Qué gran lección para que
todos la recordemos. Nuestras penurias serán breves —
desde una perspectiva eterna— y el Señor estará allí.
Después, el Señor dijo: “tus amigos te sostienen, y te
saludarán de nuevo con corazones fervientes y manos
amistosas” (D. y C. 121:9).
José estaba encarcelado por la traición de hombres,
algunos de los cuales habían sido sus más cercanos
colaboradores; pero el Señor fue muy claro al decir, “tus
amigos te sostienen”. Cuán reconfortante fue esa
declaración para el profeta José; cuán reconfortante es
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Además, me siento agradecido de haber hecho nuevos
amigos que también han sido una fortaleza y una
bendición para mí.
Al pensar en la amistad, considero el ejemplo del
presidente Thomas S. Monson. Escuchen esta enseñanza
de nuestro amado profeta. Él dijo:
“Los amigos les ayudan a determinar su futuro.
Ustedes tenderán a ser como ellos y a ir adonde ellos
decidan ir. Recuerden, el camino que sigamos en esta vida
conducirá al camino que seguiremos en la venidera.
“En una encuesta efectuada en estacas y barrios
seleccionados de la Iglesia, aprendimos un hecho muy
importante: las personas cuyos amigos se casan en el
templo; por lo general, contraen también matrimonio en
el templo, mientras que las personas cuyos amigos no se
casan en el templo; por lo general, ellos tampoco lo
hacen. El mismo hecho se aplicaba al servicio misional de
tiempo completo. La influencia que ejercen los amigos en
uno parece ser un factor predominante, e incluso igual a
la exhortación de los padres, la instrucción en el salón de
clases o el vivir cerca de un templo.
“Los amigos que elijan les ayudarán a lograr el éxito o
el fracaso”1 Esas palabras dan en qué pensar.
¿no escogería al como amigo? Él regala sus trencitos
en Navidad; regala su ropa y sus zapatos a los que no
tienen; le dedica innumerables horas a las personas que
viven olvidadas en asilos o que luchan por su vida en los
hospitales, y comparte con nosotros el gozo que siente
por la vida cuando mueve las orejas. ¿Cómo no lo vamos
a querer? Cuando a un grupo de misioneros se le pidió
que mencionara uno de los más grandes atributos del ,
casi todos ellos eligieron el amor que él siente por la
gente. Incluso, uno de ellos dijo que le gustaría ser vecino
del profeta porque sabía que podrían llegar a ser buenos
amigos.
He descubierto que el consejo de las Autoridades
Generales en cuanto a las amistades ha resultado cierto
en mis experiencias, y que en particular se aplica en la
actualidad. El élder Neal A. Maxwell dijo: “Tanto los
jóvenes como los adultos debemos ser buenos amigos,
pero también debemos escoger a nuestros amigos
cuidadosamente. Si escogemos al Señor primero, el
escoger amigos es más fácil y más seguro. Consideremos
el contraste que existía entre las amistades en la ciudad
de Enoc y en las ciudades de Sodoma y Gomorra. Los
habitantes de la ciudad de Enoc escogieron a Jesús y
optaron por un estilo de vida, llegando a ser así amigos
eternos. Es mucho lo que depende de a quién y qué
escogemos en primer lugar”2.
hermano Alvin, la lista es impresionante. Bien se puede
decir que estaba en buena compañía.
Piensen por un instante en las personas que han sido
mentores de cada uno de ustedes. ¿Desean ser el mentor
de otras personas a medida que se presenten las
oportunidades en el futuro? ¿Se están preparando para
compartir su testimonio del Evangelio y su entendimiento
para lograr el éxito en la lucha diaria?
La historia y las Escrituras están llenas de ejemplos de
hombres y mujeres que han sido mentores rectos. Quizá
el más obvio es nuestro Señor Jesucristo, ya que Él
estableció Su Iglesia en el meridiano de los tiempos. Al
comenzar Su ministerio, Él seleccionó a doce hombres
aparentemente comunes y corrientes que abandonaron
sus ocupaciones normales y lo acompañaron por tres
años. Viajaron con Él, escucharon Sus sermones, comieron
con Él, fueron testigos de los milagros que Él realizó y
recibieron instrucción en privado en muchas ocasiones.
Qué incomparable bendición fue para ellos ser instruidos
personalmente por nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Cada uno de ellos cambió de manera personal gracias a
esa amistad privilegiada.
Otro ejemplo, en lo que quizá fue un intercambio poco
común de sus funciones, es José Smith, que se convirtió
en el guía espiritual de su hermano mayor Hyrum; quien
era humilde, se dejaba enseñar y se mantuvo del lado de
José. Estuvo con él en la cárcel de Liberty y fue el primero
que cayó en Carthage. Hyrum escogió al profeta de Dios
como su mentor, y escogió bien.
En la actualidad, y durante mi servicio como Autoridad
General, los miembros del Quórum de los Doce se
interesan realmente por nosotros, nos transmiten
generosamente su experiencia y nos enseñan con eficacia
la forma de llevar a cabo nuestros sagrados llamamientos
en este ministerio. Recuerdo un comentario que hizo
Brigham Young al referirse al profeta José: “Siento como si
siempre quisiera exclamar, ‘¡Aleluya!’, al pensar en que
llegué a conocer a José Smith, el Profeta”3. Yo me he
sentido así con muchos líderes de nuestros días.
En cada caso, personas con más experiencia y
confiables sirven eficazmente de guía a otras con menos
experiencia, ayudan a moldear el entendimiento de éstas,
y les enseñan principios que les ayudarán a ser más
eficientes, fuertes, sabias y valiosas en el servicio de Dios.
Ahora piensen por un minuto: ¿Quién ha sido su
mentor? ¿Qué han aprendido de esa persona que ha
cambiado su vida? ¿En qué forma ha cuidado de ustedes?
¿Cómo podrían seguir ese ejemplo y ahora ser mentores
para sus hermanos menores, para sus amigos y colegas,
esas personas que tal vez necesiten y deseen una relación
de ese tipo?
Amigos mentores
Algunos amigos son mentores sabios y confiables; son
amistades especiales, tienen más experiencia y conocen el
camino; y ellos también nos “sostienen”. ¿Quiénes fueron
los mentores de José Smith? Moroni, es el primero que
acude a mi mente; discípulos de la antigüedad como Juan
el Bautista, Pedro, Santiago y Juan; Pablo; sus padres, su
Un ejemplo de amigos mentores
Permítanme darles un ejemplo de mi propia vida. He
tenido la bendición de tener en mi vida esa clase de amigo
y mentor en la persona del élder Jon M. Huntsman,
Setenta de Área, filántropo, benefactor y fundador del
grupo de empresas Huntsman, y mi amigo.
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Conocí a Jon Huntsman en 1975, cuando yo tenía 24
años, y era presidente del quórum de élderes de un barrio
de estudiantes casados de la Universidad de Utah y Jon
Huntsman era mi asesor del sumo consejo. Nos hicimos
amigos y, durante mi último año de estudios, mientras me
preparaba para terminar la universidad, el hermano
Huntsman me contrató como representante de ventas de
su empresa de plásticos.
Una de mis primeras asignaciones fue la cuenta de
Avon, un gigante de los cosméticos cuya sede está en la
ciudad de Nueva York. Para comenzar con ese importante
cliente, el hermano Huntsman me acompañó a Nueva
York para presentarme por primera vez. Con la emoción
del nuevo trabajo y ansioso por causar una buena
impresión, me puse mi mejor traje estudiantil marrón, una
corbata y unos mocasines del mismo color. Al reunirnos
en el aeropuerto, noté que el Sr. Huntsman me observaba
de una forma rara. ¡Pero no me comentó nada!
Cuando llegamos a Nueva York, me dijo que teníamos
que pasar por un lugar antes de ir a las oficinas de Avon, y
nos dirigimos directamente a la famosa tienda de ropa
para caballeros Brooks Brothers, en la exclusiva avenida
Madison. En el camino, recuerdo que él dijo: “Mira Ron, si
vas a trabajar de vendedor en mi empresa y si me vas a
representar con Avon, vas a tener que aprender a vestirte,
a comportarte y a saber cómo actuar en tus nuevas
funciones”. Y luego agregó: “¡En un ambiente empresarial
como el de Nueva York, uno no se pone traje marrón!”.
¡Por lo menos si vas a representar a Jon Huntsman!
Jon conocía a los empleados de Brooks Brothers y
observaba mientras me probaba un hermoso traje gris a
rayas, estilo diplomático, el mejor traje que jamás había
visto y sin duda el mejor que he tenido. Después que se lo
llevaron para ajustarlo, escogimos una camisa, unas
corbatas, un cinturón y todos los demás accesorios.
Enseguida fuimos al departamento de zapatos donde Jon
me compró mi primer par de zapatos negros de vestir de
marca.
Supongo que la cuenta del hermano Huntsman en
Brooks Brothers le otorgaba privilegios especiales, ya que
después del almuerzo, regresamos a la tienda y mi nuevo
vestuario de negocios ya estaba listo, como cortesía de
Jon M. Huntsman.
Recuerdo la gratitud que sentí hacia Jon por salvarme
de la vergüenza innecesaria de presentarme con mi ropa
universitaria. Al echar, y eso es exactamente lo que hice,
mi traje marrón en una bolsa, ¡me di cuenta de que él se
había asegurado de que yo vistiera correctamente!
Después nos dirigimos a Avon donde Jon me presentó
como el nuevo representante financiero de su empresa.
Jon me estaba enseñando mucho más que la importancia
de la apariencia; me estaba dando a conocer una nueva
forma de pensar, de hacer las cosas y de presentarme
ante los demás. Estaba haciendo de mentor. Ésa fue la
primera de muchas lecciones que aprendí de él.
Años más tarde, mientras trabajaba como ejecutivo en
la empresa del hermano Huntsman, me dedicaba por
entero a cumplir con mis responsabilidades, las cuales me
llevaron alrededor del mundo. Al regresar de uno de esos
viajes de negocios, el hermano Huntsman, presidente de
estaca en ese momento, me preguntó qué hacía en la
Iglesia. Le dije que estaba muy feliz enseñando la clase de
Doctrina del Evangelio en la Escuela Dominical. Me
preguntó qué tipo de experiencias en liderazgo había
tenido en la Iglesia; le dije que había disfrutado prestando
servicio en varias presidencias, pero lo que me había
hecho muy feliz había sido la enseñanza.
Luego de haberle explicado eso al hermano Huntsman,
él me dijo que había tenido una época similar en su vida
cuando se le había llamado a servir en una estaca de
estudiantes, primero como miembro del sumo consejo y
luego como obispo, lo cual lo consideró ideal, dada su
apretada agenda. De hecho, como ya lo mencioné antes,
fue en ese tiempo que conocí a Jon Huntsman.
Me dijo que conocía a un hermano en la Universidad
de Utah, que prestaba servicio como presidente de una de
las estacas de estudiantes casados, que podía asignar
posiciones de servicio en la Iglesia con hermanos de
cualquier lugar del Valle del Lago Salado. El hermano
Huntsman me preguntó si podía llamar a ese presidente y
darle mi nombre. Estuve de acuerdo y no pensé mucho al
respecto, sabiendo lo ocupado que él estaba.
Pero al poco tiempo, recibí una llamada de Robert
Fotheringham, el presidente de la que en ese entonces
era la Estaca Uno de la Universidad de Utah. Me preguntó
si él y sus consejeros podían ir a mi casa y hablar con mi
esposa y conmigo. A los pocos días, los tres miembros de
la presidencia de estaca fueron a nuestra casa y nos
preguntaron sobre nuestra situación y nuestro testimonio.
Después de una breve entrevista con cada uno de
nosotros, los tres se miraron con complicidad y el
presidente de estaca me extendió el llamamiento para
servir como miembro del sumo consejo de la Estaca Uno
de la Universidad de Utah. Dijeron que ya habían hablado
con el presidente de mi estaca y que éste estaba de
acuerdo con el llamamiento, si ellos deseaban
extendérmelo.
Acepté el llamamiento y comencé a prestar servicio en
la Estaca Uno de la Universidad de Utah. Como parte de
mis asignaciones, mi esposa y nuestra joven familia
disfrutaban de la maravillosa oportunidad de cultivar una
hermosa relación centrada en Cristo con los jóvenes
estudiantes casados. Luego de prestar servicio por un
tiempo
sumo consejo, fui llamado como obispo del
Barrio Diez de esa misma estaca.
Después me enteré, que el hermano Huntsman llamó
al presidente Fotheringham y sencillamente le sugirió que
conocía a alguien que se adaptaría muy bien a trabajar en
una estaca o en un barrio de estudiantes universitarios.
De ahí, mi estimado amigo y mentor, Jon Huntsman, tan
solo con mencionar mi nombre para una posible
entrevista, me proporcionó la oportunidad de tener otro
tipo de experiencia de servicio en la Iglesia.
Pienso en los jóvenes maravillosos que conocí en ese
barrio de la universidad y en la oportunidad que tuve de
ayudar a muchos a encontrar empleo, uno de ellos nos
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acompaña esta noche; pero lo más importante, es que he
tenido el privilegio de compartir el testimonio de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo y establecer una amistad
recta; en cierta forma, del mismo modo que lo hizo por mí
el hermano Huntsman.
Luego, cuando mi esposa y yo fuimos llamados a
presidir la Misión Nueva York, Nueva York Norte, disfruté
del privilegio de trabajar con muchos misioneros fieles, y
pudimos ayudarlos no sólo a cumplir con más eficacia sus
llamamientos como siervos del Señor Jesucristo, sino que
nuestra relación continúa hasta el presente al ayudarlos
con cartas de recomendación, consejos, brindarles aliento
y todo nuestro amor. Tengo que admitir que a ninguno le
he comprado un traje nuevo ni zapatos de vestir…
¡todavía!
Como lo demuestran estos ejemplos, creo firmemente
hecho de ser mentor y amigo.
nos privamos de obtener sabiduría, información o
experiencia que de otra manera pudo habernos
bendecido. Imaginen qué diferente habría sido mi amistad
con el hermano Huntsman, o en qué forma habría
afectado mi carrera, si mi orgullo me hubiera impedido
aceptar su generoso obsequio de un .
A menudo eso sucede en la relación que tenemos con
nuestros padres cuando somos jóvenes, que pensamos a
veces que ellos son anticuados, no están bien informados,
o que sencillamente “¡no están en la onda!” A veces es
fácil rechazar sus enseñanzas como irrelevantes para
nosotros. Podríamos aprender de la frase: “Cuando yo
tenía 14 años, mi padre era tan ignorante que casi no
podía soportar su presencia; pero cuando llegué a los 21,
me sorprendí al ver todo lo que ese hombre viejo había
aprendido en siete años”. Aun cuando no sepamos quién
escribió esa cita, su mensaje es una gran enseñanza para
cada uno de nosotros. Las madres y los padres, y las
abuelas y los abuelos tienen mucho que ofrecer. No
pasemos por alto lo que sus experiencias les han
enseñado ni el amor que tienen por ustedes. Quizá ellos
sean sus mentores terrenales primordiales. Mi esposa y yo
tenemos ahora la hermosa oportunidad de ser abuelos. Es
una gran emoción cuando nuestros nietos nos hacen
preguntas o buscan nuestra guía en algún asunto
importante de la vida.
Otras personas que pueden aportarnos mucho, pero a
quienes tenemos la costumbre de hacer caso omiso, son
nuestros suegros. Su experiencia con frecuencia es tan
pertinente como la de nuestros padres. Nos iría mejor si
respetáramos su opinión y escucháramos su consejo.
Muchos de ustedes aún no tienen suegros, ¡pero estoy
seguro que los tendrán algún día! Aprendan de ellos y
pídanles su opinión; y al hacerlo, tendrán más sabiduría.
A todos ustedes que me están escuchando y a los que
leerán este mensaje posteriormente, existen muchos
otros posibles mentores a los que pueden acudir.
Déjenme sugerirles algunos: los obispos, presidentes de
estacas, presidentes de misión, líderes de quórum,
profesores, maestros de seminario e instituto, amigos y
colegas de confianza, las hermanas de la Sociedad de
Socorro y muchas otras personas más. ¡He aprendido
mucho de sus ejemplos y enseñanzas, y sé que ustedes
también! Saquen el mayor provecho de sus ideas y dejen
también que su influencia les inspire y les bendiga.
Aceptar consejo de mentores
El élder Neal A. Maxwell que sirvió de mentor de
muchos, incluyéndome a mí, dijo: “De vez en cuando,
todos tenemos que tener mentores, y al mismo tiempo,
tener nosotros mismos esa misma oportunidad. Por
experiencia sé que frases verídicas y comprensivas que se
intercambian en tales relaciones edificantes, ¡perduran
por mucho tiempo! Quizá recuerden tres o cuatro
ejemplos de cómo ciertas personas dijeron algo, tal vez
una frase o expresión, la cual no olvidan y que todavía los
conmueve y emociona”4.
Pienso en la madre joven que siempre les dijo a sus
hijos en momentos difíciles: “Lo lograremos”, y ellos le
creyeron; o el misionero que le dijo a su nuevo
compañero recién llegado del CCM: “Espere un milagro
cada día”, y él lo hizo, y esa fe marcó la senda de la misión
del nuevo élder; o el , que al finalizar su mensaje,
reconoció a un jovencito que estaba sentado a ocho filas
de distancia, entre una muchedumbre de 5.000 jóvenes
congregados, en una reunión de escultismo Jamboree de
la Costa Este. Ese jovencito era mi hijo de 12 años, a quien
él había visto en varias ocasiones, y créanme que mi hijo
nunca olvidará que el lo llamó por su nombre y le dijo:
“Chris Rasband, ven acá y saluda”. Y que mejor ejemplo
que el del Salvador, cuando escogió a un humilde grupo
de pescadores y les dijo estas sencillas palabras: “Venid en
pos de mí” (Mateo 4:19).
En esta época descrita por el apóstol Pablo, como
“tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1), registrada por el
profeta José Smith como “día de calamidad” (D. y C.
136:35), señalada por Nefi en el Libro de Mormón como el
día en el que el adversario “enfurecerá los corazones de
los hijos de los hombres” (2 Nefi 28:20), le sugiero, mis
amados jóvenes amigos, la importancia de cultivar
amistades sólidas y buenas con mentores sabios y dignos
de confianza.
A veces, somos renuentes a recibir consejo y
rechazamos a las personas que nos brindan sugerencias.
Tenemos la idea de que ya sabemos todo lo que
necesitamos y el orgullo se interpone. Cuando eso sucede,
Sean buenos amigos
Es difícil exagerar la importancia que tiene el ser
buenos amigos, lo cual no siempre es fácil. Ralph Waldo
Emerson dio un gran consejo cuando dijo: “La única
manera de tener un amigo es también serlo uno mismo”5.
El viejo refrán: “Dios los cría y ellos se juntan” sigue siendo
verdad. Para tener amigos que vivan normas elevadas,
que defiendan la virtud y la bondad, y que sean fieles y
verídicos a sus convenios, ustedes también deben ser esa
clase de persona para ellos.
En este mundo tan lleno de sordidez, permisividad e
inmoralidad, el contar con buenos amigos realmente nos
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ayudará a tener capacidad para enfrentar las maldades
del presente. A los que estén solteros, el tener buenos
amigos los colocará en una posición que les permitirá
atraer a la pareja eterna que anhelarán encontrar. Eso fue
lo que sucedió con mi esposa, primero fuimos grandes
amigos y recién después, vino la propuesta de
matrimonio.
ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). El Salvador
también señaló, “Venid a mí” (Mateo 11:28). En la
amistad, como en todos los principios del Evangelio,
Jesucristo es nuestro Ejemplo.
Mis queridos jóvenes y nuevos amigos reunidos en
todo el mundo, testifico que éste es el evangelio de
Jesucristo, testifico que un elemento muy importante de
su experiencia en el Evangelio son las amistades que
cultiven y los mentores que sigan, del mismo modo que se
me prometió a mí en mi bendición patriarcal cuando tenía
19 años.
Concluyo con lo que comencé, con el versículo que
contiene las palabras de Dios dichas al profeta José Smith
cuando estaba en la cárcel de Liberty, y pienso que
también se podrían aplicar a nosotros, cualquiera sea
nuestra situación en este momento: “Tus amigos te
sostienen, y te saludarán de nuevo con corazones
fervientes y manos amistosas” (D. y C. 121:9).
Les reitero esa promesa dada por el Señor en los
primeros días de la restauración de esta Iglesia. Ruego que
cada uno de nosotros tenga el privilegio de disfrutar de
amistades rectas y encontrar mentores a medida que
progresemos juntos en el evangelio de Jesucristo.
Les dejo estos pensamientos y estas palabras esta
noche, en el nombre del Señor Jesucristo, nuestro Amigo.
Amén.
Jesucristo es un ejemplo de amistad para nosotros
Al pensar en la amistad, recordemos lo que el profeta
José Smith vio en una visión y escribió en cuanto a los
apóstoles que predicaban en Inglaterra: “Vi a los Doce
Apóstoles del Cordero, que en la actualidad se hallan
sobre la tierra y tienen las llaves de este último ministerio.
Estaban en países extranjeros y los vi juntos en círculo,
muy fatigados, sus vestidos hechos pedazos, sus pies
hinchados y la mirada fija en el suelo; y Jesús estaba en
medio de ellos, mas no lo vieron. El Salvador los miró y
lloró”6.
Aunque no lo vieron, Jesús estaba junto a ellos
sosteniéndolos. Debido a que conocía su difícil situación y
comprendía su tribulación, fue Su amoroso apoyo lo que
los sostuvo en la misión y trajo a cientos y a miles de
nuevos conversos a la Iglesia. El Salvador dijo a Sus
discípulos, “Sois mis amigos” (D. y C. 84:63). Y fue Él quien
enseñó: “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno
NOTAS
1. Véase Thomas S. Monson, “En aguas peligrosas”, Liahona, julio de 1998, pág. 50.
2. Véase Neal A. Maxwell, “Los artificios y las tentaciones del mundo”, Liahona, enero de 2001, pág. 43.
3. Brigham Young, citado en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 528.
4. Neal A. Maxwell, “Jesus, the Perfect Mentor”, Ensign, febrero de 2001, pág. 8
5. Ralph Waldo Emerson, en Bartlett’s Familiar Quotations, 17º ed., 2002, pág. 455.
6. Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 125.
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El camino de la vida
Obispo H. David Burton
Obispo Presidente
Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 2 de mayo de 2010 • Universidad Brigham Young–Hawai
¡Aloha, hermanos y hermanas!
La hermana Burton y yo estamos
muy contentos de pasar algunos
minutos con ustedes en este
hermoso día de reposo aquí en el
campus de la Universidad Brigham
Young-Hawai junto con jóvenes
adultos de muchas naciones. Es
emocionante ver y saber de las
muchas culturas representadas en este recinto y en esta
audiencia. La Hermana Burton y yo desearíamos poder ver
personalmente a las muchas otras personas que están en
los centros de estaca e institutos por todo el mundo que
se han reunido para participar de esta transmisión vía
satélite del SEI.
¡Me encanta el sonido y el significado de la palabra
aloha! Sabrán que aloha en el idioma hawaiano significa
una variedad de cosas, cosas como afecto, amor, paz,
compasión, afinidad, piedad, misericordia, amabilidad o
gracia. En los últimos 150 años también se ha empleado
en el mismo contexto que las palabras hola y adiós en
inglés. Esos sentimientos hacen que sea un saludo
amoroso y una expresión profunda de despedida.
confiables del mundo”.2 Es terapéutico reírse de las
propias debilidades.
Es un privilegio singular el ser hijos e hijas de un Padre
Celestial que vive y que se nos haya dado la oportunidad
de comunicarnos con Él, y de ese modo invocar Su espíritu
en nuestras reuniones y en nuestra vida personal. Estoy
seguro de que todos reconocemos que hay una gran
diferencia entre hacer una oración y orar. Se dice que San
Agustín aconsejó: “Ora como si todo dependiera de Dios y
trabaja como si todo dependiera de ti”.3 Un dicho antiguo
que me gusta mucho es: “El ponerte de rodillas a menudo
te mantendrá de pie”. No puedo creer que apenas hace
unos días un juez federal de los Estados Unidos decretó
que pedir la observancia voluntaria de un Día Nacional de
Oración era un hecho inconstitucional.
En muchas partes del mundo, incluso en los Estados
Unidos, el orar en reuniones públicas y mostrar cualquier
tipo de símbolo religioso en lugares públicos se considera
inconstitucional o contra la ley. Teniendo en cuenta esto,
encuentro muy interesante un hecho conocido: en
Washington, D.C. no puede haber ningún edificio que sea
más alto que el monumento a Washington. La punta de
aluminio del monumento se encuentra exactamente a 169
metros y 29,03 centímetros por encima del suelo.
Grabadas en la parte superior del monumento, en el
revestimiento de aluminio, donde pocos las pueden ver,
están las palabras en latín Laus Deo. ¡Laus Deo! Dos
palabras aparentemente insignificantes y desapercibidas
ubicadas en la parte más alta con vista a la ciudad capital
de una importante nación. ¿Qué significan en realidad
esas dos palabras en latín, compuestas de sólo cuatro
sílabas y siete letras? Simplemente significan: “Alabado
sea el Señor”. Muchas otras referencias a la deidad y a
nuestro Padre Celestial adornan esa magnífica estructura.
Alabado sea el Señor. ¡Laus Deo! ¡Al ofrecer nuestras
alabanzas individuales y grupales a un amoroso Padre en
los Cielos, recordemos el verdadero espíritu de aloha al
pedirle sabiduría y discernimiento, y al expresarle nuestro
agradecimiento por Su bondad y Su misericordia que
extiende como un sabio y amoroso Padre en los Cielos! El
presidente Thomas S. Monson a menudo nos recuerda
esta cita: “Si recordamos que cada uno de nosotros es
literalmente un hijo o una hija espiritual de Dios, no
hallaremos dificultad alguna para acercarnos a Él en
oración. Él nos conoce, Él nos ama y desea lo mejor para
nosotros”.4
Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los
Estados Unidos, dijo una vez: “Cuando me preparo para
hablarle a la gente, paso dos tercios del tiempo pensando
qué quieren ellos escuchar y un tercio pensando en lo que
yo quiero decir”.5 Utilizando el método de preparación de
Lincoln, he orado y debatido sobre qué es lo que ustedes
Vivimos en tiempos de valores contradictorios
El concepto de aloha es tan importante en Hawai que
el “Espíritu Aloha” se define y aparece en los estatutos del
estado de Hawai. Aloha significa demostrar calidez y
afecto sin esperar retribución. Significa reconocer la
importancia de cada persona para la existencia colectiva
de la comunidad. También significa escuchar lo que no se
dice, ver lo que no se puede ver, y saber lo desconocido. 1
El espíritu aloha abarca hermosos principios del Evangelio,
principios de fe, principios que implican “no juzguéis, para
que no seáis juzgados” (Mateo 7:1). Destaca la
importancia de la persona y de la compasión. ¿No sería
maravilloso si todo el mundo abrazara de lleno el espíritu
aloha?
Hace poco, el General David H. Petreus habló en la
Universidad Brigham Young–Provo. Mostró su maravilloso
sentido del humor cuando comenzó su mensaje
mencionando 10 razones por las cuales los egresados de
la Universidad Brigham Young son buenos soldados.
Algunas de las razones que incluyó fueron: “No es un
problema si no saben qué rango tiene una persona,
simplemente lo llaman hermano o hermana…” “Nunca
están ausentes sin permiso; simplemente lo llaman estar
menos activo”. “Aceptan cualquier desafío con rapidez si
les dicen que habrá refrigerio”. “Tienen ideas innovadoras
para tratar a los insurgentes—como el asignarles maestros
orientadores”. Y por último, son, y al pensarlo quizá sea lo
más importante, “los conductores designados más
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querrían escuchar, qué necesitarían escuchar, y qué
debería procurar enseñarles. He tratado de ponerme en
sus zapatos e imaginar cómo es andar por los caminos que
ustedes transitan en 2010. Supongo que muchos de
ustedes, con razón, pueden preguntar: “¿Qué sabe este
hombre que tiene 50 años más que nosotros sobre los
temas que enfrenta la juventud hoy en día?” ¡Esa es una
buena y muy apropiada pregunta! En realidad, la
respuesta probablemente es “no mucho acerca de las
actividades diarias y de las tentaciones y de todas las
cosas que ustedes atraviesan”. Sin embargo, hay aspectos
importantes de nuestra vida que son constantes, siempre
lo han sido y nunca cambiarán. Quizá mi experiencia dé
crédito a algunas observaciones aprendidas de la escuela
de la vida. Cuando les pregunté a mis nietos en edad
universitaria sobre qué creían que debería hablar, me
respondieron: “Abuelo, que sea simple”. “Abuelo, sé
directo”. Y quizá lo más importante: “Abuelo, por favor,
hazlo corto”. Haré lo mejor que pueda para satisfacer sus
expectativas tan elevadas.
Permítanme compartir algunas percepciones que
podrían ser obvias prácticamente a todos nosotros. Sin
duda, estamos viviendo en un tiempo donde surge cada
vez más agitación entre naciones y culturas del mundo;
están en conflicto. El curso futuro de la humanidad no es
claro; con demasiada frecuencia el miedo penetra las
almas de los jóvenes. Muchos pierden la fe en el Señor
Jesucristo, y para muchos otros la fe es sólo un sueño
efímero. La lucha eterna de Satanás en pos de los
corazones y de las almas de los hombres continúa sin
disminuir. La llamada “Generación-X”, parece un poco
incierta y quizá un poco confundida debido a las señales
encontradas que la sociedad en general le brinda.
Charles Dodgson, un autor del siglo XIX, matemático y
lógico que escribió bajo el pseudónimo de Lewis Carroll,
es el autor de Las aventuras de Alicia en el País de las
Maravillas y de la continuación, A través del espejo.
También fue conocido por sus muchos buenos dichos, uno
de los cuales es “Si no sabes adónde vas, cualquier camino
te llevará”.6 La misma idea se expresa en el poema
reflexivo de Robert Fross: “El camino no tomado”:
“Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
y lamentando no poder recorrer ambos
pues era un solo viajero, por largo tiempo me detuve
y contemplé uno de ellos tan lejos como pude,
hasta donde se perdía entre la maleza.
Entonces tomé el otro, tan ameno y llano,
y dotado quizás de mayor atractivo
por su pasto suave que pedía ser hollado;
aunque los que por allí pasaran
a los dos habrían gastado del mismo modo.
Ambos esa mañana yacían igualmente,
hojas que ninguna pisada habían ennegrecido.
¡Oh, dejé el primero para otro día!
Pero, sabiendo que un camino conduce a otro,
dudé de que algún día volvería.
Diré esto con un suspiro
de aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo—
Yo tomé el menos transitado;
y eso ha hecho toda la diferencia”.7
Debido a que hemos sido bendecidos con un
conocimiento del plan de Dios para Sus hijos eternos,
nosotros, los Santos de los Últimos Días, sabemos nuestro
destino final, o qué camino tomar para llegar de manera
segura. Nosotros, más que otros, sabemos a dónde nos
conducimos, porque sabemos de dónde venimos y
adónde vamos.
Conocemos el camino que debemos seguir
Luego de considerar lo que podría decir y de consultar
al Espíritu, el Espíritu me susurró, casi me gritó, que los
jóvenes Santos de los Últimos Días necesitan que se les
asegure que son literalmente hijos e hijas de un amoroso,
comprensivo y benévolo Padre en los Cielos. Necesitan
que se les asegure que la fe en el Señor Jesucristo es
importante; necesitan saber que no existe absolutamente
ninguna razón para temer o desesperarse si seguimos la
palabra del Señor. Necesitan saber que la esperanza es y
puede ser una realidad, que las oportunidades abundan y
la obediencia es un prerrequisito para la felicidad; que hay
un gran y eterno propósito en esta vida y que Satanás y
sus seguidores serán acallados. El evangelio de Jesucristo
es verdadero. Hay muchos profetas en la tierra.
Yo soy de la idea de que el vaso en realidad está la
mitad lleno y no la mitad vacío. Mis jóvenes amigos, ésta
es una época extraordinaria para vivir. Ustedes y yo
tenemos una gran misión que llevar a cabo y un destino
divino. Sabemos esto y mucho más porque hemos sido
bendecidos con la habilidad de entender el plan de
nuestro Padre Celestial, el plan que Él diseñó
específicamente para nuestra felicidad, a medida que nos
compenetremos en el Evangelio de Jesucristo.
El plan de Dios es un plan de felicidad
Un breve repaso del plan de nuestro Padre Celestial tal
vez nos sea de ayuda. Recuerden que todos somos hijos
de nuestro Padre en los Cielos y existíamos antes de venir
a esta tierra. El plan está diseñado para lograr la
inmortalidad y la vida eterna. Solamente había un plan
eterno, y cuando el Padre presentó ese plan, todos
gritamos de alegría. El plan fue presentado por Dios
mismo. No hubo múltiples planes como a veces se nos
quiere hace creer. Los elementos del plan incluían la
diferencia de sexo; en verdad, los diferentes sexos son
una parte esencial del plan. El plan fue ordenado antes de
que este mundo fuera creado y proporcionó una manera
para que todos, potencialmente, pudiéramos ser
exaltados. La familia es ordenada por Dios y es primordial
dentro del plan. Nuestro Padre Celestial habla a Sus hijos
por medio de profetas vivientes. Los templos, junto con
sus ordenanzas salvadoras, nos conectan con las
eternidades. El plan requería que alguien nos mostrara el
camino y fuera nuestro abogado ante el Padre. El
Salvador, Jesucristo, respondió con fidelidad y se ofreció a
Sí mismo a fin de que tuviésemos el albedrío para actuar
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por nosotros mismos. Lucifer (o Satanás) se rebeló y buscó
la compulsión en lugar del albedrío para los hijos de Dios.
En nuestro clamor de alegría, nos regocijamos cuando se
eligió a Jesucristo y cuando se nos dio la oportunidad de
venir a la tierra, de tomar un cuerpo, de adquirir
experiencia y de ponernos a prueba.
Al transitar el camino de la vida, sin duda esperamos
seguir las reglas y señales que están en el camino. El
profeta Alma, del Libro de Mormón explicó: “por tanto,
después de haberles dado a conocer el plan de redención,
Dios les dio mandamientos de no cometer iniquidad, el
castigo de lo cual sería una segunda muerte, que era una
muerta eterna respecto de las cosas pertenecientes a la
rectitud; porque en éstos el plan de redención no tendría
poder, pues de acuerdo con la suprema bondad de Dios,
las obras de la justicia no podían ser destruidas” (Alma
12:32).
Si somos obedientes y fieles en aferrarnos a la barra de
hierro y transitar por el camino establecido, podemos
esperar la gran y gloriosa oportunidad de regresar otra vez
y vivir eternamente con nuestro Padre Celestial,
disfrutando de todas las bendiciones que Él ha
determinado para aquellos que se gradúen de su
existencia mortal con excelencia. Al aferrarse a las normas
de la Iglesia, tendrán mayor felicidad en su vida y serán un
ejemplo positivo para quienes los rodean. Una cita de La
familia: Una proclamación para el mundo, dice: “La
felicidad en la vida familiar tiene más posibilidades de
lograrse cuando se basa en las enseñanzas del Señor
Jesucristo. Los matrimonios y las familias que logran tener
éxito se establecen y se mantienen sobre los principios de
la fe, de la oración, del arrepentimiento, del perdón, del
respeto, del amor, de la compasión, del trabajo y de las
actividades recreativas edificantes”. 8 Curiosamente, estas
simples verdades, fundadas sobre el plan de felicidad de
nuestro Padre Celestial, son en gran parte
malinterpretadas por muchos que no son de nuestra fe.
Todos necesitamos tiempo para contemplar, tiempo
para estudiar, tiempo para meditar y tiempo para
reflexionar acerca de ese maravilloso plan y para pensar
en la felicidad que nuestro Padre en los Cielos tiene
reservada para nosotros como se bosqueja en Su plan
para Sus hijos. Recuerden que el plan del Señor es en
verdad un plan de felicidad. Me encanta la manera en que
el presidente Gordon B. Hinckley lo dijo: “La vida será más
llevadera, las preocupaciones disminuirán y las
tribulaciones serán menos difíciles de sobrellevar si
cultivamos el espíritu de la felicidad”.9
“En 2007, dos grandes organizaciones de Estados
Unidos que se especializan en los medios de comunicación
entrevistaron a jóvenes de 12 a 24 años para saber qué los
hacía felices.
El estudio presentó muchos resultados; entre ellos:
“• Los jóvenes ‘dependen de sus padres como la
fuente principal de seguridad y felicidad’.
“• ‘La juventud buscará cada vez más la felicidad en la
espiritualidad y en la fe’.
“• ‘El resurgimiento del interés en la estructura familiar
tradicional entre los jóvenes adquirirá impulso’.
“Una resumen de las declaraciones del estudio dice:
‘Mientras que nuestra investigación inicial reveló que los
jóvenes de la actualidad son más tradicionales que los de
las generaciones anteriores, nos sorprendió ver hasta qué
punto la juventud espera ansiosamente y con gran alegría
su propio matrimonio y el formar una familia’”.10
Es posible recorrer el camino de la vida exitosamente
Me encanta viajar, en especial cuando hay suficiente
tiempo para viajar en automóvil o cruzar el país por tierra.
Tal vez el ejemplo de un viaje nos ayudará a entender
mejor el camino de la vida que todos recorremos.
Si por ejemplo, ustedes decidieran que les gustaría
viajar desde Vermont, al este, o la costa del Océano
Atlántico de los Estados Unidos, hasta San Francisco, al
oeste o la costa del Océano Pacífico, y utilizar sólo la
autopista interestatal, de acuerdo a la página MapQuest,
la ruta más directa sería de 4.945,51 kilómetros y
requeriría cerca de 48 horas de manejo en automóvil. A lo
largo del camino hay cientos de oportunidades para
cambiar de ruta, y cada vez que se desvíen se añaden más
kilómetros al viaje. Para ayudarles a llegar de manera
segura a destino existen señales en el camino,
advertencias, límites de velocidad, marcas establecidas y
quizás, hasta un sistema de posicionamiento global en su
automóvil. Cada kilómetro recorrido se anota en el
odómetro del automóvil y registra el progreso kilómetro a
kilómetro y hora tras hora. Al viajar, es necesario
descansar con frecuencia, volver a llenar el tanque de
gasolina y buscar alimento para el cuerpo y para la mente.
En el viaje de la vida, desde el nacimiento hasta la
muerte, también tenemos que tomar muchas decisiones.
Nuestro progreso se mide en parte por la edad y por los
logros. Tenemos las Escrituras que nos dan guía,
advertencias y ánimo, y un mapa para usar como modelo
en nuestra vida. El presidente James E. Faust a menudo se
refería al Libro de Mormón como el “el texto para esta
dispensación”.11 Pienso que él estaba sugiriendo que el
Libro de Mormón era el manual de instrucciones para
tener un viaje exitoso en la vida. Así como necesitamos
tener confianza en la validez de la información que
obtenemos de las señales en el camino a través de la
carretera interestatal, necesitamos tener un testimonio
personal de las Escrituras.
Nefi nos recordó por qué son importantes las
Escrituras para el viaje de la vida cuando escribió para los
lectores de nuestros días:
“Y sé que el Señor Dios consagrará mis oraciones para
el beneficio de mi pueblo. Y las palabras que he escrito en
debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues los
persuaden a hacer el bien; les hacen saber acerca de sus
padres; y hablan de Jesús, y los persuaden a creer en él y a
perseverar hasta el fin, que es la vida eterna.
Y hablan ásperamente contra el pecado, según la
claridad de la verdad; por tanto, nadie se enojará con las
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palabras que he escrito, a menos que sea del espíritu del
diablo” (2 Nefi 33:4–5).
Estas son las últimas palabras que Nefi escribió en su
porción del Libro de Mormón. Estos dos versículos Nefi
bosquejó al menos cinco razones para que nosotros
estudiemos las Escrituras, tal como estudiaríamos un
mapa de carreteras para prepararnos para un largo viaje a
través del país.
De manera similar, el último profeta que contribuyó al
Libro de Mormón explicó cómo podemos adquirir ese
testimonio tan necesario concerniente a la veracidad del
Libro de Mormón cuando nos recordó: “ Y cuando recibáis
estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el
Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son
verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero,
con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os
manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu
Santo” (Moroni 10:4).
El proceso que Moroni bosqueja incluye: primero,
estudiar; segundo, hacer la pregunta correcta. En este
caso, la pregunta no es preguntar si es verdad, sino
preguntar si no es verdad. Tercero, manifestar un deseo
genuino de saber la verdad. Cuarto, tener la fe suficiente
para saber que sus preguntas serán contestadas. Y quinto,
prepararse para recibir una respuesta del Espíritu Santo.
Debido a que nuestro viaje por la carretera nos lleva
por varias ciudades grandes, con un laberinto de caminos
en distintas direcciones con mucho tráfico a toda
velocidad, es fácil tomar algunos giros equivocados y
hasta perdernos o terminar en un camino sin salida. El
miedo, aun la desesperación, puede surgir a medida que
buscamos el refugio seguro o el camino seguro que
queremos. Así es, mis jóvenes amigos con la vida:
podemos convertirnos en almas perdidas, podemos
sucumbir a las tentaciones del adversario, y con el tiempo
perder de vista nuestro destino original.
A lo largo del camino de la vida, un Padre Celestial
benevolente, en Su maravilloso plan, previó estos desvíos.
Mandó a Su Hijo Unigénito para ser nuestro Redentor y
nuestro Salvador. No les quepa la menor duda, el pecado
requiere arrepentimiento. El profeta Alma nos recuerda:
“el Señor no puede considerar el pecado con el más
mínimo grado de tolerancia” (Alma 45:16). Así como
compramos el seguro para proteger nuestro automóvil en
caso de daños o accidentes que puedan ocurrir al viajar
por la autopista, podemos comprar, con un
arrepentimiento sincero y completo, las bendiciones
asociadas con la expiación de Jesucristo. Él también
proporcionó “salvadores” divinos asignados, a los que
llamamos obispos, para ayudarnos a que una vez más
encontremos el curso correcto. Recuerden que el Señor
ha prometido que: “aunque vuestros pecados sean como
la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque
sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca
lana” (Isaías 1:18). En esta dispensación el Señor dijo:
“He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es
perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más.
Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus
pecados: He aquí, los confesará y los abandonará” (D. y C.
58:42–43).
Si han tomado un atajo o se han desviado del curso
establecido de la vida, su maravilloso obispo puede
ayudarles. ¡Búsquenlo, él los ama!
Al cruzar el país, varias agencias gubernamentales
ofrecen incentivos y privilegios si nuestros vehículos
siguen ciertas normas. Esas normas pueden ser de
rendimiento, incluso requisitos de seguridad; a veces, hay
restricciones de peso. Obviamente tenemos que tener la
matrícula del vehículo y en algunos lugares se da
preferencia si logramos ciertas cantidades de kilómetros
por litro de gasolina en nuestro vehículo. Al aceptar
cumplir y demostrar responsabilidad, podríamos utilizar
carriles especiales para evitar congestionamientos, y no
detenernos en las cabinas de peajes, o recibir alguna otra
consideración especial.
En la vida, nuestro Padre Celestial espera que
establezcamos acuerdos a los que llamamos convenios. A
lo largo de la historia, nuestro Padre Celestial ha hecho
acuerdos con Sus hijos por medio de convenios.
Recordarán que se hicieron convenios con Adán, Abraham
y Moisés. Hoy en día, como parte de los convenios que se
espera que hagamos, hacemos convenios bautismales,
convenios del sacerdocio y convenios del templo. Nos
referimos a estos convenios en forma colectiva como el
“nuevo y sempiterno convenio”. Cada convenio
mencionado está asociado con una ordenanza sagrada,
necesaria para nuestra exaltación. Al honrar los convenios
sagrados, nuestro Padre Celestial extiende bendiciones
como Él ha prometido. No debemos tomar nuestras
ordenanzas y convenios livianamente.
El élder Russell M. Nelson nos recuerda la promesa de
nuestro Padre en los Cielos: “Lo que Él espera para
nosotros es la vida eterna. Nos hacemos merecedores de
ella mediante la obediencia a los convenios y a las
ordenanzas del templo— para nosotros, para nuestra
familia y para nuestros antepasados. No podemos ser
perfeccionados sin ellos. No podemos llegar a la presencia
de Dios con sólo desearlo, debemos obedecer las leyes
sobre las cuales esas bendiciones se basan”.12
Mis jóvenes amigos, no sabemos la duración del
camino de la vida, pero sólo perseverando hasta el fin con
vidas firmemente plantadas en la tierra del Evangelio, al
estar en la corriente de la Iglesia, servir humildemente a
nuestro prójimo, vivir vidas cristianas, y guardar los
convenios sagrados, tendremos éxito en encontrar
felicidad dentro del marco del plan de nuestro Padre en
los Cielos.
Para obtener el máximo placer de un largo viaje en
automóvil, debemos hacer algunas paradas, disfrutar la
cultura local y los puntos de interés, todo ello agrega
conocimiento y entusiasmo y realza el viaje. Las maravillas
de la naturaleza han sido creadas para nosotros a fin de
apreciarlas y disfrutarlas. Al prestar atención,
aprenderemos mucho.
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Para transitar exitosamente el camino de la vida,
tómense el tiempo para servir y ayudar a los demás. La ex
primera dama, Bárbara Bush, a menudo decía: “Al final de
su vida, nunca se arrepentirán de no haber pasado una
prueba más, no haber ganado un veredicto más, o no
haber cerrado un trato más. Lamentarán el tiempo que no
pasaron con su esposo, sus hijos, amigos o padres”.13
Así como necesitan una licencia para conducir un
automóvil, ustedes necesitan una recomendación para
disfrutar de las bendiciones disponibles al servir en la Casa
del Señor.
vuele más lejos y más alto. El viento es quien la controla y
la cuidará.
¿Pero qué ocurre ahora que el hilo se cortó? La cometa
comienza a caer y a inclinarse, a menearse y a moverse, y
al final cae de vuelta a la tierra. El viento la lleva por
encima del terreno y a medida que pierde altura ustedes
la pierden de vista pero saben que el resultado final es
que está cayendo a tierra. Esa hermosa cometa que
pasaron tanto tiempo armando ya no está en el cielo, sino
que ha caído a la tierra y ningún viento la levantará otra
vez. ¿Tienen un sentimiento de desilusión y pérdida?
Ahora pueden abrir sus ojos. La realidad es que aunque
parece que el hilo está realmente controlando la cometa,
en verdad le está dando la habilidad de remontarse y ser
lo que tiene que ser.
He tratado de dibujar en sus mentes con palabras una
verdad del Evangelio que es la clave para nuestra
salvación. La cometa representa a cada uno de nosotros.
Dios nos ha creado a Su imagen y somos hermosos a Su
vista. Él hizo un gran trabajo, pero no nos fuerza a hacer
nada. Lo que sí nos dio fue un lazo fuerte hacia Él, como el
hilo lo es para la cometa. El hilo representa las pautas
para la felicidad y la vida eterna como se hallan en Su
maravilloso plan.
Las pautas de Dios nos permiten lograr el éxito
Albert Schwitzer, un notable teólogo, misionero
médico y filósofo dijo: “El éxito no es la clave para la
felicidad. La felicidad es la clave para el éxito”. 14 La
felicidad sólo viene como resultado de seguir los
preceptos que se encuentran en el plan eterno de nuestro
Padre Celestial para Sus hijos. En nuestro diario vivir,
tengamos en mente el propósito divino de nuestra
creación.
Hace poco, una madre muy sabia de nuestro barrio
ayudó a la congregación a entender por qué el Señor pone
límites para dirigir nuestra vida. En una reunión
sacramental, ella nos pidió que cerráramos los ojos e
imagináramos una escena muy tranquila. Les voy a pedir a
cada uno de ustedes que haga lo mismo. Cierren los ojos.
Ahora piensen en una hermosa escena: Es un día soleado
en una playa muy hermosa, con olas deslizándose
suavemente sobre la arena blanca. Es primavera y la arena
no está demasiado caliente; pueden correr descalzos y
deslizar la arena entre los dedos de sus pies. Sopla una
hermosa brisa, perfecta para volar cometas. El cometa es
hecho en casa, con papel de seda, palos e hilo. Una cola
de colores brillantes está pegada a la cometa para darle
estabilidad. Han elegido muy cuidadosamente el hilo de la
cometa, es una cometa linda y no desean perderla.
También desean que vuele lo más alto posible.
Ahora sostengan la cometa en alto y comiencen a
correr por la playa, dejando que el viento empuje el papel
de la cometa y lo eleve hacia el cielo. Al principio está un
poco inestable así que se inclina y cae un poco hasta que
logran que esté suficientemente elevado para que agarre
una buena brisa, luego comienza a subir fácilmente a
medida que sueltan el hilo. De pronto está tan arriba que
es simplemente una manchita en el hermoso cielo azul.
¿Pueden verla? ¿Pueden sentir el tirón del hilo a
medida que el viento la atrapa una y otra vez? Ustedes
pueden hacer que caiga, que gire, que se incline y se
remonte al manipular el hilo. Ese delgado y fuerte hilo
controla y sujeta la cometa al suelo. Disfruten del
sentimiento de control y de la belleza del día.
Ahora deseo hacerles una pregunta. ¿Qué es lo que
está sosteniendo esa cometa? ¿Es el viento? Así parece.
Ahora les voy a pedir que hagan algo que puede ser un
poco difícil para ustedes. Rápidamente corten el hilo.
Dejen que la cometa se vaya. Déjenla en libertad para que
Mantengan la mira en la meta primordial, la vida eterna
Cada viaje tiene un comienzo, un final y, por lo general,
existen algunas paradas a lo largo del camino. Con suerte,
las roturas y fallas mecánicas serán pocas y esporádicas.
En cualquier lugar del camino de la vida que se
encuentren en este momento, podría ser útil y aún sabio
evaluar objetivamente la salud y vitalidad de su vida tal
como verificarían la presión de aire en sus llantas y el nivel
de su combustible antes de comenzar su viaje. Si su
bienestar espiritual está obstaculizado por el pecado,
desidia, indiferencia, lujuria, drogas, inmodestia, o
cualquier otro mal, ahora es el tiempo de tomar una
determinación. Me gusta el consejo de la Madre Teresa,
ella dijo: “El ayer se fue, el mañana aún no ha llegado sólo
nos queda hoy. Así que comencemos”.15
Así que todos comencemos. ¡Comencemos ahora! No
demoremos la oportunidad de participar completamente
de la felicidad que nos trae el vivir una vida recta y
servicial.
A lo largo de los años, he tenido el gran privilegio de
jugar al golf en diferentes oportunidades con Jack
Nicklaus, Johnny Miller, Mike Weir y Arnold Palmer. Cada
uno de ellos es un hombre muy impresionante y un
golfista magnífico. Un hecho aparentemente sin
importancia ocurrió mientras jugábamos con Arnold
Palmer, lo cual ha tenido un efecto profundo y duradero
en mí. Quizás algunos de ustedes recuerden esta historia
que he compartido antes acerca de mi misión en Australia.
Luego de hacer nuestros golpes, me encontraba
parado cerca de la bola del Sr. Palmer a medida que su
joven caddie estaba describiendo algunos de los
obstáculos en el hoyo que estábamos jugando. La
conversación fue algo así:
17
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El joven caddie le decía al Sr. Palmer: “Señor, cerca del
green y hacia la izquierda hay un pequeño arroyo que no
se ve, y también han dejado crecer la maleza a la derecha
cinco centímetros más alta”.
El señor Palmer responde al caddie de una manera
firme y concisa, pero amablemente: “Por favor, joven, no
siembre en mi mente lo que hay a la izquierda y qué
peligro podría tener a la derecha. La única información
importante es la distancia que hay entre esta bola hasta el
palo de la bandera”.
A menudo en la vida nos enfocamos en lo que hay a la
izquierda y lo que hay a la derecha en vez de lo que hay
justo en el medio. El ex secretario de Salud, Educación y
Bienestar, John W. Gerdner indicó: “Todos nos
enfrentamos a una serie de grandes oportunidades
disfrazadas como problemas sin solución”.16 Solucionar
nuestros desafíos espirituales es una oportunidad que
todos debemos lograr satisfactoriamente.
Se ha dicho que “lo que hacemos en la vida tiene eco
en la eternidad”. 17 Mis jóvenes amigos, que podamos
tener éxito al viajar por la carretera de la vida y ser
receptores de la felicidad que proviene de confiar
totalmente en el plan que nuestro Padre Celestial tiene
para nosotros. ¡Es una época maravillosa para vivir!
Expreso mi amor y respeto por cada uno de ustedes y
aprovecho esta oportunidad para invocar las bendiciones
del Cielo para que sean bendecidos con felicidad en su
vida personal a medida que sigan fielmente el plan de
Dios, que sean bendecidos con discernimiento para
identificar lo que es bueno y rechazar lo que es malo, que
puedan tener esa habilidad y reciban un gozo perdurable
al servir en Su Reino como así también al encontrar éxito
en sus carreras educativas o vocacionales.
Sé que Jesús vive. Sé que Él es nuestro Salvador. Sé que
Él expió nuestros pecados. Estoy agradecido de que Él es
nuestro defensor ante nuestro Padre en los Cielos. Sé que
las palabras que se encuentran en las Escrituras, y en
especial en el Libro de Mormón, dan dirección a nuestra
vida para que podamos conducir el viaje de nuestra vida y
regresar a nuestro Padre Celestial con una felicidad plena.
Estoy agradecido y expreso gratitud por los profetas
vivientes. Sé que somos bendecidos hoy con un profeta
viviente, Thomas S. Monson. Sé de estas cosas y las
testifico en el sagrado nombre de Jesucristo, nuestro
Redentor y Salvador. Amén.
NOTAS
1. Véase “Aloha Spirit,” Hawaii Revised Statutes 5-7.5, http://capitol.hawaii.gov/hrscurrent/vol01_ch00010042f/hrs0005/hrs_0005-0007_0005.htm.
2. Véase General David H. Petraeus, en Sara Israelsen-Hartley, “General Petraeus: Top 10 Reasons BYU Grads Make Great
Soldiers”, Deseret News, 26 de marzo de 2010, http://deseretnews.com/article/print/700019691/General-Petraeus-Top-10reasons-BYU-grads-make-great-soldiers.html.
3. Véase St. Augustine “QuotationsBook,” http://quotationsbook.com/quote/31904/.
4. Véase Thomas S. Monson, “Three Ways to Build a Strong Testimony”, Friend, mayo de 2009, pág. 2.
5. Véase Abraham Lincoln, “UpLifts: Motivation in Thought”, abril 20 de 2010, http://uplifts.us/?cat=5.
6. Véase Lewis Carroll “QuotationsBook”, http://quotationsbook.com/quote/46342/.
7. Véase Robert Frost, “The Road Not Taken” (1915), en The Poetry of Robert Frost, edición Edward Connery Lathem, 1970, pág.
105.
8. Véase “La familia: Una proclamación para el mundo”, Liahona, junio de 1996, págs. 10–11.
9. Véase Gordon B. Hinckley, Liahona, noviembre de 2002, pág. 99.
10. Véase “Dieciocho formas para mantenerse fuertes: La familia”, Liahona, octubre de 2008, pág. 28.
11. Véase James E. Faust, “José Smith y el Libro de Mormón”, Liahona, febrero de 1996, pág. 7.
12. Véase Russell M. Nelson, “Ahora es el tiempo de preparación” Liahona, mayo de 2005, pág. 16.
13.
Véase
Barbara
Bush,
“Remarks
of
Mrs.
Bush
at
Wellesley
College
Commencement,”
http://www.wellesley.edu/PublicAffairs/Commencement/1990/bush.html.
14. Véase Albert Schweitzer, “QuotationsBook,” http://quotationsbook.com/quote/37770/.
15. Véase Madre Teresa, In the Heart of the World: Thoughts, Stories, and Prayers, edición Becky Benenate, 1997, pág. 17.
16. Véase John W. Gardner, en Lee S. Shulman, “A Response to the Final Report of the Commission on the Future of Higher
Education,” http://carnegiefoundation.org/print/6068.
17. Véase James E. Faust, Liahona, julio de 2002, pág. 51.
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Para tener paz y felicidad
Élder Richard G. Scott
Del Quórum de los Doce Apóstoles
Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 12 de septiembre de 2010 • Universidad Brigham Young
He preparado este mensaje con
oración y ha sido designado para
brindarte paz y felicidad en un
mundo atribulado. Sé que las
verdades que contiene proveen
soluciones porque mi preciada
esposa, Jeanene, y yo hemos
comprobado su valor en nuestra
propia vida.
Para que obtengas el máximo beneficio del tiempo en
que estaremos juntos, te sugiero que escribas con cuidado
toda impresión que recibas. Estas impresiones son
mensajes personalizados del Señor enviados mediante el
Espíritu Santo para tu guía.
Cuando mi esposa estaba embarazada de nuestro
tercer hijo, nuestro segundo hijo estaba gravemente
enfermo. Jeanene lo llevaba en su falda cuando le hacían
exámenes fluoroscópicos. Por recibir demasiadas
radiaciones, ella no pudo tener otros hijos, y el niño que
llevaba en su vientre falleció en forma prematura; pero los
tenemos: nos nacieron en el convenio. Ésa es la bendición
de las ordenanzas del templo. A pesar de que esta
probación mortal presenta diferentes niveles, aquellos
que fueron sellados a nosotros con el santo sacerdocio,
mediante las ordenanzas del santo templo serán nuestros
para siempre.
Sé que tendré el privilegio de estar con esa bella
esposa, a quien amo con todo mi corazón, y con esos hijos
que están con ella del otro lado del velo, debido a las
oportunidades que son posibles mediante las ordenanzas
eternas que se realizaron en el Templo de Manti. ¡Qué
bendición es tener una vez más en la tierra la autoridad
para sellar, y que sea vigente no sólo por esta vida mortal
sino por las eternidades! Estoy agradecido porque el
Señor ha restaurado el Evangelio en su plenitud, así como
las ordenanzas que se requieren para que seamos felices
en el mundo y para vivir vidas gozosas sempiternamente
en el más allá.
Al recordar las bendiciones que provienen del templo,
lo que para mí ha llegado a ser una parte vitalmente
importante es que amo cada día más a mi esposa.
Reconozco que, en cierto sentido, mi sellamiento a mi
esposa todavía no se ha conferido eternamente; hemos
vivido los mandamientos; hemos obtenido las bendiciones
de las ordenanzas del templo; hemos honrado esos
mandamientos; pero ella y yo debemos ser hallados
dignos más allá del velo para que esas ordenanzas puedan
ser selladas por el Santo Espíritu de la Promesa.
Ese requisito de ser sellado por el Santo Espíritu de la
Promesa es la forma en que el Padre Celestial y el
Salvador se aseguran de que ninguna persona gane esas
bendiciones de manera indigna. Una persona podría
engañar a los mortales aparentando ser justa, pero no
puede haber tal decepción con el Espíritu Santo.
Las ordenanzas del templo fortalecen la familia y el
hogar
Dos de los pilares vitales que sostiene el plan de
felicidad del Padre Celestial son la familia y el hogar. Su
significado supremo se demuestra por los esfuerzos
implacables de Satanás por dividir las relaciones familiares
y subestimar el significado que tienen las ordenanzas del
templo las cuales unen a las familias por la eternidad; él
hace eso al fomentar constantemente la promiscuidad y
para profanar la sagrada expresión íntima de amor que
existe entre un hombre y una mujer, que resulta en el
nacimiento de los hijos.
Hace 57 años, el 16 de julio de 1953, mi amada
Jeanene y yo nos arrodillamos como una joven pareja en
el altar del Templo de Manti, Utah. El presidente Lewis R.
Anderson ejerció la autoridad del sellamiento y nos
declaró esposo y esposa, casados por esta vida y por toda
la eternidad. No tengo el poder para describir la paz y la
serenidad que provino por la seguridad de que, si
continúo viviendo correctamente, podré estar con mi
amada Jeanene y con nuestros hijos obedientes para
siempre, debido a esa ordenanza sagrada realizada con la
autoridad apropiada del sacerdocio en esa casa del Señor.
Nuestros siete hijos están ligados a nosotros mediante
las sagradas ordenanzas del templo. Mi preciada esposa,
Jeanene, y dos de nuestros hijos están al otro lado del
velo. Ellos proveen una motivación poderosa para cada
uno de los integrantes de nuestra familia que ha quedado,
y para vivir de tal modo que juntos podamos recibir todas
las bendiciones eternas que se prometen en el templo.
El sellamiento en el templo tiene un significado más
grande cuando la vida se despliega y descubres la belleza
de las características diferentes que hay entre tú, tu
esposa y tus hijos. Puedes compartir tu amor por cada uno
y tu gratitud por la bendición de estar juntos; puedes
acercarte aún más y hallar una gran plenitud en la vida
mortal.
Conversación con una joven pareja de recién casados
Les he pedido a Rebecca y a Ben Marlowe, una pareja
de recién casados, que me ayuden conforme trato de
ayudarte a que te prepares para el matrimonio eterno.
Élder Scott: Ben Marlowe, eres un hombre
extraordinariamente bendecido. ¿Cómo conquistaste el
corazón de un ángel?
Ben Marlowe: Lo sé. Es hermosa.
Rebecca Marlowe: Fue al revés.
Élder Scott: No sólo es hermosa; es muy inteligente.
Ben: Si, así es.
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Élder Scott: Y sé que descubrirán que es una bendición
en su vida al continuar con sus planes para el futuro. Si me
lo permiten, me gustaría hacerles algunas preguntas.
Rebecca, el sellarte a Ben, ¿te causó toda la felicidad que
habías soñado?
Rebecca: Me ha traído toda esa felicidad y más, y eso
se debe a que ahora que estamos sellados, podemos
hacerlo todo juntos. Eso era algo que no entendía
completamente antes de que nos selláramos. El poder
hacer todas las cosas juntos y pasar juntos por todas las
cosas ha sido una gran bendición. Y sólo saber que, sin
importar lo que suceda, estaremos juntos para siempre es
una bendición maravillosa.
Élder Scott: ¿Cómo demuestra Ben su aprecio por ti?
Rebecca: Ben es muy bueno con las cosas pequeñas y
para mí eso demuestra aprecio. No se trata de hacer algo
grande, sino de hacer continuamente cosas pequeñas
para mostrar que está agradecido por mí.
Élder Scott: ¿Qué hace Rebecca para que tu vida sea
feliz?
Ben: Todo lo que ella hace me hace feliz.
Élder Scott: Hombres: ¡recuerden esa frase cuando
sean esposos! Eso es extraordinario. ¿Toman juntos las
decisiones importantes? ¿Cómo lo hacen?
Ben: Sí lo hacemos. Hemos tenido muchas
oportunidades de charlar y analizar las cosas que van
surgiendo en el futuro de ambos. A veces quizás no
estemos totalmente de acuerdo; eso es algo bueno para
nosotros porque sabemos que podemos confiar en el
Padre Celestial. Los dos siempre estamos de acuerdo.
Élder Scott: Así que, si tienen opiniones diferentes, lo
resuelven por medio de la oración con el Padre Celestial.
Rebecca: Exactamente.
Élder Scott: Estupendo; ése es un modelo maravilloso
para la vida. ¿Cómo determinan cuál debe ser la prioridad
principal de su matrimonio?
Rebecca: Una gran bendición para nosotros es, que
desde que nos conocimos, hemos tenido las mismas
prioridades en la vida. Eso nos ha ayudado muchísimo en
el matrimonio, porque los dos trabajamos juntos hacia las
mismas metas. Hemos decidido que nuestras prioridades
son: primero, el Señor y el Evangelio–lo que ha ayudado
mucho a nuestro matrimonio–luego, cada uno de
nosotros, nuestras familias y la familia que establecimos
juntos. Al poner esas cosas primero todo el resto se
acomoda.
Élder Scott: No fallará si han orado para saber cuál es la
voluntad del Señor y luego Le piden que los ayude a
cumplirla. Me parece un modelo maravilloso para una
vida feliz, productiva y dichosa. Gracias. ¿Alguna vez han
estado en desacuerdo en su matrimonio?
Ben: Sí; como dije antes, ha habido algunas
oportunidades en las que pudimos aprender y crecer
juntos.
Rebecca: Creo que por nuestra crianza y perspectivas
diferentes, claro que habrá desacuerdos en el
matrimonio; pero creo que la forma en que lo resuelven
es lo importante. Y como dijo Ben antes, sin importar en lo
que no estemos de acuerdo, siempre estamos de acuerdo
en acudir al Señor; así es como resolvemos cualquier
desacuerdo que tengamos.
Ben: Pero no sé cómo se puede estar en desacuerdo
con Rebecca.
Élder Scott: Creo que va a ser diplomático ¿Estudian las
Escrituras juntos?
Ben: Sí, y son ocasiones muy especiales cuando en las
mañanas o las noches tenemos la oportunidad de estar
juntos. Algo que nos hemos esforzado por hacer es,
después de nuestro estudio personal, es pensar en
preguntas, quizás algo que no entendimos. Entonces al
estar reunidos, hablamos de esas preguntas. Ella da su
punto de vista, porque ha sido bendecida con una familia
maravillosa que le ha brindado mucho conocimiento del
Evangelio, y mi misión y mi familia me han ayudado a
obtener conocimiento del Evangelio, así como
conocimiento de la vida diaria que todos necesitamos.
Élder Scott: Los dos tienen la bendición de tener
padres que los apoyan y los aman, y que están de acuerdo
con lo que hacen. Ésa es una enorme bendición en la vida.
Cuando estudiaba las Escrituras con mi esposa, ella
leía, yo leía, y comentábamos; no leíamos necesariamente
los pasajes juntos. ¿Es eso lo que les ha resultado útil, o lo
hacen de otra manera?
Rebecca: Siempre estudiamos individualmente las
Escrituras, y a veces lo hacemos juntos y, como dijo Ben,
nos hacemos preguntas que tengamos; yo siempre tengo
más preguntas que él. A veces pensamos en lo que pasa,
en las decisiones que debemos tomar o las dificultades
que tenemos, y enfocamos nuestro estudio personal en
esas cosas para quizás encontrar respuestas a nuestras
preguntas en las Escrituras.
Élder Scott: ¿Tienen algún consejo para los jóvenes que
estén escuchando, solteros o casados, sobre cómo han
hallado felicidad juntos en su matrimonio?
Ben: Creo que lo mejor para mí es poder pasar tiempo
con Rebecca, dejar de lado el trabajo o los estudios para
asegurarme de que tengamos un tiempo juntos para
poder hablar, comunicarnos, y seguir enamorándonos el
uno del otro.
Élder Scott: ¿Hay alguna noche en que usualmente
salen y hacen algo como pareja?
Rebecca: Si, los viernes por la noche. Él trabaja en el
CCM los sábados por la noche, supongo que hacen
trabajar a los casados el fin de semana para que los
solteros puedan salir. Así que el viernes es nuestra noche
para salir juntos.
Élder Scott: Debe ser divertido. ¿Cuáles son algunas de
las cosas que hacen en su noche de salida?
Ben: Nos encantan las películas; probablemente eso
sea lo que más nos gusta hacer–sentarnos a disfrutar de
una película–nos aleja de las cosas que nos preocupan o
que nos estresan, y es un momento para estar juntos.
Élder Scott: Quizá eso es bueno para una pareja
casada, pero creo que es una idea tonta para dos
personas que están tratando de conocerse. Si eres un
joven que estás tratando de conocer a una chica, ¡por
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favor no la vayas a llevar al cine! Ahora, si estás casado
con un ángel, entiendo por qué lo harías.
Rebecca: Estoy de acuerdo en eso.
Élder Scott: Hagan cosas emocionantes, piensen en
algo que será una noche interesante. Pero no hagan lo
que hice yo. Cuando estaba saliendo con mi esposa, una
noche pasé a un coche de la policía por el lado
equivocado. Nos llevaron a la comisaría. ¿Se imaginan
tratar de impresionar a una jovencita en una comisaría?
Rebecca: ¡Es más emocionante que el cine!
Élder Scott: Así es Rebecca, siempre convierte todo en
algo positivo y siempre hace que la vida sea feliz. ¿Tienen
planes de tener su propia familia?
Rebecca: Sí, por supuesto que sí. Es algo en lo que
siempre estamos pensando porque nos damos cuenta de
que es un mandamiento del Padre Celestial. Debido a que
hemos tenido familias maravillosas, entendemos por qué
es tan importante en el Evangelio, y deseamos tener eso
nosotros también.
Élder Scott: ¿Van a decidir cuántos hijos tendrán o
dejarán que el Señor lo decida?
Ben: Ella tiene una cantidad. Yo dejaré que el Señor lo
decida.
Rebecca: Dejaremos que el Señor lo decida.
Élder Scott: Realmente quiero agradecerles por ser tan
buenos y hacer esto esta noche. Es un placer, siempre que
estoy con uno de ustedes mi vida se enriquece. ¿Sabes,
Ben? Años atrás, cuando este ángel era una niña pequeña
y mi esposa había fallecido, ella sabía que mi espíritu
necesitaba que lo elevaran. Me llamaba, y yo escuchaba
esas palabras que me estremecían el corazón: “Hola, élder
Scott, habla Rebecca”. Y a partir de entonces ha sido una
gran bendición conocerlos y verlos a los dos tan, pero tan
felizmente casados.
Ben: Realmente somos muy, pero muy felices.
Élder Scott: ¿Hay algún comentario que les gustaría
hacer? Tienen el mundo ante ustedes. ¿Alguna sugerencia
que les gustaría hacer?
Rebecca: Creo que algo en lo que Ben es muy bueno, y
que he apreciado en nuestro matrimonio es el hacer cosas
pequeñas. El hacer cosas pequeñas que han ayudado a
nuestro matrimonio a salir adelante. También
espiritualmente: leer las Escrituras todos los días, y orar
juntos e individualmente todos los días, ir al templo y
hacer esas pequeñas cosas. Sé que la misión de Ben nos
ha bendecido muchísimo ya que él pudo crear esos
hábitos en la misión, los cuales ha implementado en
nuestro matrimonio e hicieron que sea tanto mejor.
Élder Scott: Gracias.
Ben: Mi único consejo sería que digan “Te amo” todos
los días. Eso es algo que yo he hecho en nuestro
matrimonio y nos ha bendecido enormemente, y no sólo
decirlo con los labios, sino sentirlo en nuestro corazón
también.
Élder Scott: Muchísimas gracias a los dos.
Centrarse en edificar las relaciones familiares
Una vez, aprendí una lección importante de mi esposa.
Yo viajaba extensivamente debido a mi profesión. Me
había ausentado por casi dos semanas y regresé a casa un
sábado por la mañana. Tenía cuatro horas antes de ir a
una reunión y me di cuenta de que nuestro pequeño
lavarropas se había dañado y mi esposa estaba lavando la
ropa a mano. Como tenía experiencia en ingeniería,
comencé a arreglar la máquina;
pero Jeanene vino y dijo: “Rich, ¿qué estás haciendo?”
Dije: “Estoy arreglando el lavarropas, así no tendrás
que lavar a mano”.
Y ella respondió “No, ve a jugar con los niños”.
Dije: “Pero puedo jugar con ellos en cualquier
momento, quiero ayudarte”.
Y ella dijo: “Richard, ve a jugar con los niños por favor”.
Al hablar conmigo tan autoritativamente, me incliné y
obedecí.
Lo pasé muy bien con nuestros hijos. Corría detrás de
ellos y rodábamos sobre las hojas de otoño. Más tarde, fui
a la reunión. Yo podría haber olvidado esa experiencia si
no hubiera sido por la lección que ella quería que yo
aprendiera.
A la mañana siguiente, a eso de las 4 de la madrugada,
sentí dos bracitos alrededor de mi cuello, un beso en la
mejilla y estas palabras susurradas al oído, las que nunca
olvidaré. “Papá, te amo; eres mi mejor, mejor amigo”.
¿Estás teniendo esa clase de experiencia con tus hijos?
Si no fuera así, te estás perdiendo uno de los gozos más
divinos de la vida. Si aún no te has casado, puedes decidir
ahora que cuando seas padre o madre, la felicidad de tus
hijos será una prioridad en tu vida.
La obediencia nos hace merecedores de que el Señor
nos guíe
Cuando vives los mandamientos de Jesucristo, tienes el
derecho a ser guiado por el Señor; por lo tanto, no
participarás de las cosas malas que están a tu alrededor.
Puedes identificar a una compañera o compañero eterno
con quien tendrás una vida maravillosa cuando los dos
expresen fe en el Señor y en Su poder, y vivan dignamente
durante su noviazgo.
Haz del lugar en el que vivas, sin importar cuán
humilde o pasajero, la personificación de un entorno
limpio y recto, donde el Espíritu pueda morar. Consérvalo
como un cielo de paz, libre de conflictos y disensión. Este
consejo lo doy tanto para los casados como para los
solteros. Si comienzas ahora a hacer de tu hogar un
ambiente donde pueda morar el Espíritu, es probable que
puedas mantenerlo así cuando tengas tu propia familia.
Querido joven, no pierdas tiempo en frivolidades. Sirve
una misión digna y después, haz que tu prioridad sea la de
encontrar una compañera eterna digna. Enfrenta la vida y
trabaja en ello. No tomes a la ligera esta época puesto que
pasa muy rápido. Cuando sientas que estás cultivando un
fuerte interés hacia una joven, demuéstrale que eres una
persona excepcional, de modo que a ella le interese
conocerte mejor. Llévala a lugares que valgan la pena.
Muéstrale que eres ingenioso. Está bien ir a ver una
película después de casarse, pero es insensato hacerlo de
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antemano. Conózcanse mejor. Si deseas tener una vida
mejor, tienes que ser atractivo para ella.
Si has hallado a alguien, comiencen los dos a cultivar
juntos esos sentimientos. Podrían tener un noviazgo y
casamiento extraordinariamente maravillosos y ser muy,
muy felices eternamente al mantenerse dentro de los
límites de la dignidad que el Señor ha establecido.
¿Cómo pueden dos personas enamoradas evitar
pasarse de los límites y no caer en tentación? Definamos
el amor. Amar a otra persona de manera recta es
proteger, elevar, guardar puramente y sin profanación, y
sacrificarse por el beneficio de la otra persona. Amar es
reservar experiencias sagradas e íntimas para la santidad
del matrimonio. Cuando estas experiencias se comparten
adecuadamente en el matrimonio, hacen que los
cónyuges se acerquen el uno al otro y se fortalezcan para
los crecientes deberes del ser padres. Estos actos sagrados
resultan en la formación de cuerpos físicos para los hijos
espirituales que el Padre Celestial confía a un padre y a
una madre. En ese ambiente sagrado, la adecuada
expresión íntima es hermosa y significativa. Si piensas en
esos hechos, desearás tener un noviazgo limpio y puro.
felicitación y no se les agradecen la multitud de cosas
buenas que hacen. Eso es una tragedia. Como esposo,
cuando sientas que tu esposa necesita aliento, tómala en
tus brazos y dile cuánto la amas. Que cada uno de
nosotros sea más tierno y agradecido por el compañero
especial que enriquece nuestra vida.
Como esposo, sé consciente de lo que podrías estar
comunicando inconscientemente por la forma en que
tratas a tu esposa en público. Al estrechar mi mano con
los miembros al final de una reunión, ocasionalmente
noto que un hombre espera en fila adelante de su esposa;
lo cual es inapropiado; de hecho, es simplemente
inaudito. La menoscaba a ella. Las acciones sencillas como
el abrir la puerta del automóvil o de una habitación a una
mujer señalan cuánto deseas demostrarle el respeto que
ella merece
Como cónyuges, trabajen juntos y edifiquen las
fortalezas de uno y otro. Escúchense y ayúdense el uno al
otro. He visto a hombres que han rechazado el consejo de
su esposa que se había esforzado por mucho tiempo, para
encontrar el momento justo para mencionar algo que el
esposo debía cambiar. No lo rechacen.
Compartiré un ejemplo para ilustrar lo que quiero
decir: Al principio de nuestro matrimonio, Jeanene buscó
el tiempo apropiado para decirme algo que
probablemente había notado desde el día en que la
conocí, y me dijo: “Rich, cuando hables con las personas,
míralas a los ojos; miras el techo, las paredes y el piso,
pero nunca las miras a los ojos”. Esa sugerencia cambió mi
vida profundamente. Mi preciada compañera me amaba
lo suficiente para ayudarme diciéndome lo que necesitaba
saber.
De mi esposa aprendí sobre la importancia de
intercambiar notas. Al principio de nuestro matrimonio
abría mis Escrituras para dar un discurso y veía una nota
cariñosa de apoyo que me había dejado entre las páginas.
A veces, eran tan tiernas que apenas podía seguir
hablando. Esas notas preciadas de una esposa amorosa
eran y son un tesoro de consuelo que no tiene precio.
Comencé a hacer lo mismo con ella y no me di cuenta
de lo que realmente significaba para ella. Cuando falleció,
encontré entre sus cosas privadas guardados los sencillos
mensajes que ella apreciaba y que compartíamos
mutuamente; me di cuenta de que no sólo guardaba esas
notas, sino que las protegía con plástico como si
representaran un tesoro valioso. Hay una que no la puso
con las demás notitas y todavía está detrás del vidrio del
reloj de la cocina y dice: “Jeanene, es hora de que te diga
que te amo”. Y todavía está allí, para recordarme
constantemente de esa excepcional hija del Padre
Celestial.
En los últimos días de su enfermedad, busque
Escrituras que la animaran y las pegaba en diferentes
lugares de la casa. Más tarde encontré esos mensajes
cuidadosamente protegidos como si fueran muy valiosos.
Yo he guardado las preciadas notas que ella me ha dado
de la misma manera.
Consejo para las parejas casadas
Ahora, me gustaría hablarte a ti, que has encontrado tu
compañera o compañero eterno. Invito a los que no se
han casado todavía a escuchar detenidamente, para que
cuando llegue el tiempo, puedan hacer de su matrimonio
lo mejor posible.
La Proclamación para la familia declara que el esposo y
la esposa deben ser compañeros iguales (véase “La
Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona,
enero de 1996, pág. 117). Muchas parejas practican el
compañerismo ecuánime con su compañero(a) para el
beneficio de ambos y para la bendición de sus hijos; Sin
embargo, muchas no lo hacen. Animo al que no desee un
compañerismo ecuánime con su cónyuge, a obedecer el
consejo inspirado por el Señor y a lograrlo. El
compañerismo ecuánime da su más grande beneficio
cuando, tanto el esposo como la esposa, procuran la
voluntad del Señor al tomar decisiones importantes para
ellos mismos y su familia, como Ben y Rebecca nos han
contado que lo que hacen.
Si estás casado, ¿eres fiel a tu cónyuge mental y
físicamente? ¿Eres leal a tus convenios de matrimonio al
no participar nunca de una conversación con otra persona
con la que no desearías que tu cónyuge escuchara lo que
dices? ¿Eres amable y apoyas a tu esposa e hijos?
Hermanos: ¿Ayudan a su esposa en los quehaceres de
la casa? ¿Eres quien lidera en las actividades familiares
tales como el estudio de las Escrituras, la oración familiar
y la noche de hogar? O ¿tu esposa se ocupa de eso debido
a tu falta de atención en el hogar? ¿Le dices con
frecuencia cuánto la amas?
Expresa gratitud por lo que tu cónyuge hace por ti.
Exprésale tu amor y tu gratitud a menudo. Eso
enriquecerá la vida y la hará más agradable, y significativa.
Muchas mujeres rara vez escuchan un comentario de
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Al pensar en la vida que tuvimos, me doy cuenta de lo
bendecidos que hemos sido. Jamás hubo una discusión en
nuestro hogar, ni siquiera una palabra áspera. Hoy me doy
cuenta de que esa bendición se debió a ella y lo logró por
su deseo de dar, de compartir, y de nunca pensar en sí
misma. Después, traté de emular su ejemplo. Te sugiero
que, como esposo y esposa hagas lo mismo en tu hogar, y
cuando tú que estás soltero te cases, planea hacer lo
mismo con tu compañera.
“Oh, ella lo sabe”. Debes decirle. La mujer necesita esa
seguridad. Ella florece, se fortalece y es bendecida en gran
medida. No te guardes esas expresiones naturales de
amor. Y eso funciona mucho mejor cuando la tienes cerca
al decírselo. Como hijo, dile a tu madre cuánto la amas. Le
dará gran gozo.
Seamos agradecidos a nuestro Padre Celestial por Sus
preciadas hijas. Ayudémoslas todo lo que podamos.
Entonces, animemos a cada mujer que cuestiona su valor
a tornarse a su Padre Celestial y a Su hijo glorificado por
una divina confirmación de su inmenso valor individual.
Testifico que si cada mujer procura esa seguridad en fe y
obediencia, el Salvador se la dará continuamente a través
del Espíritu Santo. Esa guía la conducirá a su realización, a
la paz y a un gozo consumidor al magnificar su sagrada
femineidad, divinamente designada.
El amor puro trae felicidad
Ahora hablaré de algo que es sumamente sagrado.
Cuando fuimos creados, el Padre Celestial puso en
nuestros cuerpos la capacidad de despertar emociones
poderosas. Dentro del convenio del matrimonio, cuando
se utilizan de manera aceptable para los dos, el esposo y
la esposa y para el Señor, esas emociones abren las
puertas para que los hijos vengan a la tierra. Esas
expresiones sagradas de amor son una parte esencial del
convenio del matrimonio. Dentro del matrimonio, esas
emociones deben usarse para permitir que la pareja
llegue a ser uno mediante la expresión hermosa y
apropiada de estos sentimientos entre esposo y esposa.
Hay momentos en la vida de ella, hermanos, en los que
tendrán que restringir esos sentimientos. Hay momentos
en los que tendrán que permitir su expresión total.
Siempre sé sensible a los sentimientos de ella. Deja que el
Señor te guíe de modo que se enriquezca tu matrimonio.
Hay hombres y lamentable algunas mujeres, que
experimentan estimulando esas emociones con
influencias ajenas al convenio de matrimonio. Hay una
diferencia abismal entre el amor y la lujuria. El amor puro
lleva a la felicidad y engendra confianza; es el cimiento del
gozo eterno. La lujuria destrozará lo que es enriquecedor
y hermoso. Un esposo o esposa no debe tener actividades
privadas ni ocultas que guarden en secreto de la otra
parte. Ese modelo provee una seguridad espiritual
poderosa. Cuando viajes, lleva una foto de tu esposa, y
ponla delante de ti para que la veas constantemente, para
que recuerdes cuánto te ama y confía en ti. Así no serás
tentado a contaminar tu mente ni a quebrantar tus
convenios.
El amor puro es un poder incomparable y potente para
el bien. El amor recto constituye la fundación de un
matrimonio de éxito; es la causa principal de tener hijos
contentos y bien desarrollados. ¿Quién podría medir con
justicia la recta influencia que tiene el amor de una
madre? ¿Cuáles son los frutos duraderos que resultarán
de las semillas de verdad que tú, como madre, puedes
cuidadosamente plantar y amorosamente cultivar en el
fértil terreno del corazón y la mente confiados de tu
propio hijo? Como madre, se te han dado instintos divinos
para ayudarte a sentir los talentos especiales y las
facultades únicas de tu hijo. Con tu esposo puedes nutrir,
fortalecer y hacer que florezcan esas características.
Hermano, como esposo, dile constantemente a tu
esposa cuánto la amas. Eso le dará gran felicidad. Cuando
digo eso he escuchado a algunos hombres que me dicen:
Las bendiciones del matrimonio
El matrimonio es tan maravilloso. Siento pena por ti
que todavía no has tomado la decisión o no has tenido esa
oportunidad. Llegas a conocer a la otra persona muy bien.
Con el tiempo, comienzas a pensar igual que ella, y tienes
las mismas ideas e impresiones. Hay épocas en las que
eres sumamente feliz, tiempos de pruebas, y de desafíos,
pero el Señor te guía mediante esas mutuas experiencias
edificantes. Recuerdo una ocasión en la que un hijo
pequeño estaba muy enfermo. Estaba en el hospital y
falleció. Mientras Jeanene y yo salíamos del hospital, nos
detuvimos al lado de la carretera, y la abracé. Lloramos un
poco, pero nos dimos cuenta de que lo tendríamos más
allá del velo porque habíamos hecho esos convenios en el
templo, y eso lo hizo mucho más llevadero.
La bondad de Jeanene me enseño tantas cosas de
valor. Yo era tan inmaduro y ella tan disciplinada, tan
madura, y tan espiritual.
Estar casado trae muchas satisfacciones. Una noche,
despertó nuestro pequeño hijo que tenía problemas del
corazón. Lo escuchamos los dos. Normalmente ella se
ocupaba de los bebés, pero esa noche dije: “Yo lo
cuidaré”.
Por el problema que tenía, cuando lloraba, su corazón
latía muy rápidamente, perdía toda la comida que había
ingerido y ensuciaba la ropa de cama y yo sabía que eso
era lo que había pasado. Lo sostuve muy cerca de mí para
calmar su corazón y su llanto mientras le cambiaba la ropa
y las sábanas. Lo tuve hasta que se durmió. En ese
momento, no sabía que fallecería pocos meses después.
Siempre lo recordaré en mis brazos.
Algunos padres no pueden tener los hijos que tanto
desean para criar su propia familia. Soy testigo de que el
Señor puede guiar a dichos padres a espíritus que Él desea
que tengan en el hogar mediante el proceso de la
adopción. Más tarde, cuando esos hijos se sellen en el
templo por la autoridad del santo sacerdocio, son, en todo
sentido, iguales a los hijos nacidos en el convenio para esa
pareja.
El matrimonio te ayuda a saber quién eres realmente.
Proporciona un ambiente ideal para vencer cualquier
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tendencia a ser egoísta o egocéntrico. Creo que una de las
razones por la que se te aconseja casarte temprano en la
vida es para que no desarrolles rasgos inapropiados en el
carácter que son difíciles de cambiar.
provino del servicio a los demás. Aún cuando estaba muy
enferma, en su oración matutina le pedía a su Padre
Celestial que la guiara a alguien que ella pudiera ayudar.
Esa suplica sincera era contestada una y otra vez. Las
cargas de muchos fueron aliviadas, y sus vidas se
iluminaron. Fue continuamente bendecida por ser un
instrumento en las manos del Señor.
Discúlpame por hablar de mi preciada esposa, Jeanene;
pero somos una familia eterna. Aunque esté del otro lado
del velo, ese amor y aprecio del uno por el otro continúa
creciendo y madurando. Confío en que cuando la vea otra
vez más del otro lado del velo en el futuro, reconozcamos
que estamos mucho más enamorados, y nos valoraremos
aún más después de pasar este tiempo separados por el
velo. Nos hemos acercado aún más mediante la bondad
del Señor.
Un tributo a mi esposa, Jeanene
Estoy agradecido porque el Padre Celestial hizo a la
mujer más sensible, con una mayor capacidad de expresar
amor, y más capaz de demostrar paciencia y conservar las
cosas de manera estable. Para la mujer, la diferencia que
existe entre lo bueno y lo malo es algo tan vívido como
blanco y negro mientras que la mayoría de nosotros, los
hombres, vemos una gran gama de grises. No discutíamos
en nuestro hogar, pero eso fue debido a una esposa
bondadosa que siempre mantuvo las cosas con el balance
apropiado.
Mi preciada esposa, Jeanene, aunque fue afligida con
una agresiva enfermedad terminal, siempre encontró
gozo en la vida. Entendía el plan de felicidad, había
recibido las ordenanzas del templo y estaba haciendo lo
mejor que podía para merecer las bendiciones
prometidas. Su diario personal registra: “Es un hermoso
día de otoño. Fui a buscar la correspondencia y me senté
en el columpio. Me sentía tan feliz y contenta bajo el
cálido sol, el dulce aroma de los árboles de alrededor.
Estaba sentada y me glorié en el hecho de que todavía
estoy viva en esta hermosa tierra… El Señor es tan bueno
conmigo. Cuánto le agradezco que todavía esté aquí
sintiéndome tan bien. Soy taaaaan feliz y quiero cantar y
bailar por toda esta hermosa casa como lo hace el sol con
sus rayos en medio de los ventanales. Me encanta estar
viva”.
Sé lo que es amar a una hija de Dios que con gracia y
devoción vivió con todo el esplendor femenino de su recta
condición de mujer. Amo a mi querida esposa, Jeanene.
Siempre estaba gozosamente feliz, y mucho de eso
El Señor cumple Sus promesas
Tal vez te sientas solo y poco valorado y no veas cómo
será posible tener la bendición del matrimonio y los hijos
o de tu propia familia. Todo es posible para el Señor, y Él
guarda sus promesas. Él inspira a Sus profetas a
declararlo. La eternidad es mucho tiempo. Ten fe en esas
promesas, y vive para ser digno de ellas a fin de que en Su
tiempo, el Señor pueda hacerlas realidad en tu vida.
Ciertamente recibirás cada bendición prometida de la que
eres digno. Ruego que eso sea de este lado del velo.
Para concluir comparto un principio eterno que te
asegurará una vida abundante, y decisiva ya seas soltero o
casado. Me he dado cuenta de que la mejor manera de
vivir la vida es procurar saber la voluntad del Señor
mediante la guía del Santo Espíritu. Él sabe lo que es
mejor para ti. Al ser obediente y ejercitar la fe en Él, te
ayudara a realizar Su voluntad en tu vida. Que el Señor te
inspire, te guíe y ricamente te bendiga. En el nombre de
Jesucristo. Amén.
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Sigan la doctrina y el evangelio de Cristo
Élder M. Russell Ballard
Del Quórum de los Doce Apóstoles
Charla fogonera del SEI para Jóvenes Adultos • 7 de noviembre de 2010 • Universidad Brigham Young
¡Qué maravillosos se ven!
Ustedes son los mejores jóvenes y
señoritas de todo el mundo. Tienen
el
evangelio
restaurado
de
Jesucristo para que guíe sus pasos
de fe en este mundo que es cada
vez más inicuo. La hermana Ballard
y yo nos alegramos de estar con
ustedes aquí en el Centro Marriott,
y con todos ustedes que se encuentran en edificios por
todo el mundo. Con la tecnología moderna, me imagino
que algunos también estarán escuchándonos por medio
de podcast u otras maravillas electrónicas. Pero
independientemente de dónde estén, estoy agradecido
por hablarles y ruego que el Señor nos bendiga para que
mis palabras les sirvan a cada uno de ustedes para su vida
actual.
Expreso agradecimiento al coro del Instituto de
Religión de Logan por la hermosa música y expreso un
agradecimiento especial a Tom Mullen, uno de los
presidentes de estaca que se encuentran aquí y uno de los
maravillosos misioneros que sirvieron con la hermana
Ballard y conmigo en la Misión Canadá Toronto hace
muchos años.
nuestra vida y conducirnos hacia su influencia despiadada.
Y a diferencia del pescador que atrapa y devuelve al agua
peces ilesos, Lucifer no nos soltará voluntariamente. Su
objetivo es hacer a sus víctimas tan miserables como él”2.
Mantengan la sencillez del evangelio de Jesucristo
Ruego que el Señor me bendiga al enseñarles un
principio muy importante. El principio es éste:
“Mantengan la sencillez del evangelio de Jesucristo”. El
apóstol Pablo tenía la misma preocupación en su época
cuando dijo: “Pero temo que, así como la serpiente [el
diablo] engañó a Eva con su astucia, sean vuestros
sentidos de alguna manera desviados de la sencillez que
es en Cristo” (2 Corintios 11:3).
En el Libro de Mormón, el profeta Nefi explica la
doctrina y el evangelio de Cristo con los siguientes
términos sencillos. Estoy refiriéndome a declaraciones de
2 Nefi, capítulo 31.
• “Porque mi alma se deleita en la claridad” (versículo
3).
• “¿Podemos seguir a Jesús, a menos que estemos
dispuestos a guardar los mandamientos del Padre?”
(versículo 10).
• “Y el Padre dijo: Arrepentíos, arrepentíos y sed
bautizados en el nombre de mi Amado Hijo” (versículo
11).
• “A quien se bautice en mi nombre, el Padre dará el
Espíritu Santo” (versículo 12).
• “Y oí la voz del Padre que decía: Sí, las palabras de mi
Amado son verdaderas y fieles. Aquel que persevere hasta
el fin, éste será salvo” (versículo 15).
• “Porque no habéis llegado hasta aquí sino por la
palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él” (versículo
19).
• “Y ahora bien, amados hermanos míos, ésta es la
senda; y no hay otro camino, ni nombre dado debajo del
cielo por el cual el hombre pueda salvarse en el reino de
Dios” (versículo 21).
• “Y ahora bien, he aquí, ésta es la doctrina de Cristo”
(versículo 21).
El profeta José Smith definió los primeros principios y
ordenanzas del Evangelio en el cuarto Artículo de Fe: “…
primero, Fe en el Señor Jesucristo; segundo,
Arrepentimiento; tercero, Bautismo por inmersión para la
remisión de los pecados; [y] cuarto, Imposición de manos
para comunicar el don del Espíritu Santo”.
Esta noche, deseo centrar mi discurso en la doctrina y
el evangelio de Cristo. Mis queridos jóvenes, en la
actualidad, en el mundo ocurren muchas cosas que están
en oposición directa a los principios del Evangelio. Deben
conocer la doctrina de Cristo y vivirla y defenderla todos
los días de su vida.
“¡Oh ese sutil plan del maligno!”
Hoy quiero continuar con lo que dije en esta última
conferencia general. Los que escucharon, y espero que
sea el caso de algunos de ustedes, recibieron consejo de
las Autoridades Generales y de los oficiales generales de la
Iglesia. Tal vez recuerden que en mi discurso comparé las
moscas artificiales que usa un pescador a aquellos
señuelos artificiales que usa Satanás para atraparnos y
atraernos a su terrible mundo de miseria.
Unos días después de la conferencia recibí una carta de
un maravilloso jovencito que se llama Chayton Snider y
tiene once años. Él me escuchó y me envió un dibujo junto
con esta nota personal: “Los pescadores que atraen al pez
con un señuelo artificial simbolizan la forma en que
Satanás nos atrae con la adicción (el ‘señuelo artificial’).
Cuando el pescador lanza al pez a la playa, y el pez intenta
aletear para volver al agua, ese aleteo creo que simboliza
nuestra lucha por volver a la seguridad de las ‘aguas’ del
Evangelio; pero necesitamos la ayuda de nuestro Padre
Celestial y de Jesucristo para apartarnos de esas
adicciones”1.
Gracias, Chayton, por tu sinopsis tan concisa del
discurso que di en la conferencia.
Cito de ese discurso: “Como el pescador con mosca
que sabe que lo que atrae a las truchas es el hambre,
Lucifer conoce nuestro ‘hambre’ o debilidades y nos tienta
con señuelos falsos que, si los aceptamos, pueden coartar
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Dedíquenle tiempo al Señor
Hace algunos años, uno de mis misioneros vino a
verme y dijo lo siguiente: “Presidente, estoy perdiendo mi
testimonio. Tengo algunos interrogantes que nadie puede
contestar. Mi obispo y mi presidente de estaca me dijeron
que me olvide de ello y no me dieron ninguna respuesta”.
Le pedí las preguntas por escrito y luego le sugerí que
viniera a verme en diez días y yo contestaría cada una de
sus preguntas.
Cuando se iba de la oficina, sentí la impresión de
hacerle la siguiente pregunta: “Élder, ¿cuánto hace que no
lee las Escrituras?”.
Él reconoció que hacía mucho tiempo.
“Usted me ha dado una asignación y creo que sería
justo que yo le diera otra. Lea por lo menos una hora por
día las Escrituras hasta el día en que venga a buscar las
respuestas”.
Estuvo de acuerdo.
Cuando regresó, yo estaba listo. Él me dijo:
“Presidente, no necesito las respuestas; sé que el Libro de
Mormón es verdadero; sé que José Smith es un profeta;
estoy bien ahora”.
Yo le respondí: “Le daré las respuestas a sus preguntas
de todos modos, ya que he trabajado mucho en ellas”. Lo
que ibamos a tratar eran todos esos aspectos
antimormones.
Después de nuestra charla, le pregunté: “Élder, ¿qué
ha aprendido de todo esto?”.
Entonces él me contestó algo muy valioso: “He
aprendido que ¡hay que dedicarle tiempo al Señor!”.
Me gustaría que ahora revisáramos juntos las doctrinas
básicas y el evangelio de Cristo.
3. ¿Están haciendo las cosas sencillas en su vida
cotidiana?
a. ¿Están haciendo sus oraciones todas las mañanas y
todas las noches?
b. ¿Están leyendo todos los días las Santas Escrituras?
c. ¿Están usando un lenguaje apropiado?
d. ¿Están siendo honrados?
e. ¿Están viviendo la Palabra de Sabiduría?
4. ¿Son amables y atentos a las necesidades de las
personas que los rodean?
5. ¿Siguen el consejo de las Autoridades Generales que
se recalcó en esta pasada conferencia, el cual consiste en
evitar completamente cualquier clase de pornografía?
La pornografía no puede existir en nuestra vida si
tenemos verdadera fe en el Señor Jesucristo. Con toda la
fuerza que poseo, les digo: si éste es un problema en su
vida, “¡Aléjense de ella!”.
6. ¿Viven dignos de una recomendación para el
templo?
7. ¿Participan activamente en las reuniones
dominicales, especialmente en la reunión sacramental,
participando dignamente de la Santa Cena y renovando
sus convenios con el Señor?
8. Ustedes, ex-misioneros, ¿están manteniendo la
dignidad de un siervo del Señor Jesucristo en su
vestimenta y en su conducta personal?
9. ¿Se están preparando para su pareja eterna y la
buscan activamente?
Podría pasar el resto de la noche con esta pregunta,
pero estoy seguro de que, a estas alturas, saben que no
apoyamos el que “anden con alguien”. Si todavía no lo
han entendido, entiéndanlo ahora. Lo diré con sus propios
modismos: “Ya basta”. Recomendamos que salgan con
jóvenes del sexo opuesto en forma adecuada; esto es,
sencillamente que un joven invita a salir a una joven y
pasan un buen momento juntos. ¿Están de verdad
buscando un compañero que ame al Señor y honre Su
santo nombre?
10. Y para los casados, ¿continúan edificando y
fortaleciendo su relación y tienen una noche para salir
juntos con regularidad?
Por supuesto que hay otras cosas que podría añadir a
esta lista; sin embargo, si realmente se están esforzando
al máximo por seguir a Cristo, entonces podrán responder
preguntas como éstas con un rotundo “¡Sí!”.
Al pensar esta noche en su fe en el Señor Jesucristo,
¿existe algo en su vida que ustedes saben no es lo que
desearían que fuera? Si hay algo que ustedes saben en su
corazón que no es congruente con la verdadera fe en el
Señor Jesucristo, permítanme decirles cómo arreglarlo.
Principio doctrinal N° 1: Fe en el Señor Jesucristo
El primer principio doctrinal es la fe en el Señor
Jesucristo. “Tener fe en Jesucristo incluye tener la firme
creencia de que Él es el Hijo Unigénito de Dios y el
Salvador y Redentor del mundo. [Nuestra doctrina
enseña] que podemos volver a vivir con nuestro Padre
Celestial sólo al confiar en la gracia y misericordia de Su
Hijo. Cuando tenemos fe en Cristo, aceptamos y aplicamos
Su expiación y Sus enseñanzas, confiamos en Él y en lo
que dice. Sabemos que Él tiene poder para cumplir Sus
promesas. Nuestro Padre Celestial bendice a los que
tienen la fe para obedecer a Su Hijo…
“Nosotros creemos en Cristo y creemos que Él quiere
que guardemos Sus mandamientos. Queremos demostrar
nuestra fe obedeciéndole.…
“…Por medio de nuestra fe en Jesucristo, Él puede
sanarnos tanto física como espiritualmente”3.
Mis queridos jóvenes amigos, ahora tomen un minuto
y concéntrense en su propia fe en el Señor Jesucristo
mientras yo les hago unas pocas preguntas:
1. ¿Están felices con el rumbo en el que va su vida y
con la profundidad de su fe en el Señor Jesucristo?
2. ¿Aman a Dios con todo el corazón, alma, fuerza y
mente, tal como el Señor le enseñó al intérprete de la ley
en Lucas 10? (véase el versículo 27).
Principio doctrinal N° 2: Arrepentimiento
El arrepentimiento es el segundo principio del
Evangelio. “Nuestra fe en Cristo y nuestro amor por Él nos
conducen a arrepentirnos o a cambiar nuestros
pensamientos, creencias y conductas que no estén en
armonía con Su voluntad. … Cuando nos arrepentimos,
sentimos la tristeza que es según Dios, dejamos de hacer
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cosas malas y [nos esforzamos más por hacer] cosas
buenas…
“El arrepentimiento sincero produce varios resultados:
sentimos el perdón de Dios y Su paz en nuestra vida.
Desaparecen nuestra culpa y pesar”4.
Hermanos y hermanas, agradezcan que, mediante el
arrepentimiento sincero, el evangelio de Jesucristo
otorgue la manera de escapar de los errores que
cometamos. Si uno no perfecciona la facultad de
arrepentirse, a menudo los pequeños hábitos se
convierten en adicciones. Todos podemos evitar
fácilmente que nos atrape una adicción simplemente al no
participar de sustancias adictivas o prácticas adictivas. No
cabe duda, mis queridos amigos jóvenes, de que todos
somos el blanco de Satanás y sus secuaces. Él utilizará
cada señuelo o táctica engañosos para hacer que ustedes
y yo fallemos y nos desviemos de nuestros compromisos y
nuestra fiel devoción al Señor.
Principio doctrinal N° 5: Perseverar hasta el fin
Finalmente, el quinto principio doctrinal: debemos
perseverar hasta el fin. “Una vez que hayamos entrado en
el camino estrecho y angosto mediante la fe en Jesucristo,
el arrepentimiento, la ordenanza del bautismo y la
recepción del Espíritu Santo, debemos esforzarnos por
permanecer en ese camino”8.
Hace años, nuestro fiel patriarca de estaca, que tenía
más de noventa años se puso de pie en una reunión de
ayuno y testimonio y dijo algo que recordaré siempre:
“Cada noche ruego que Dios me reciba muerto a salvo y
con mi testimonio ardiendo intensamente”.
Después de la reunión, le dije: “Patriarca, de todas las
personas que conozco, definitivamente usted no tiene
que preocuparse por eso”.
Me tomó por las solapas de mi abrigo, me sacudió
hasta que quedamos a muy poca distancia uno del otro,
me miró a los ojos y pronunció estas palabras: “Hijo”, yo
estaba casado y tenía dos hijos, “Hijo, nadie está seguro
hasta el último día”.
Que cada uno de nosotros sea fiel hasta el fin.
Entonces, la doctrina de la fe en Cristo; el
arrepentimiento; el hacer, renovar y guardar convenios, y
el ser dirigidos por el Espíritu, se convertirán en un
modelo de vida. Nuestros hechos en el diario vivir son
moldeados y gobernados por estos principios doctrinales.
Principio doctrinal N° 3: Bautismo
El tercer principio doctrinal del Evangelio es el
bautismo. La mayoría de los que se encuentran al alcance
de mi voz han participado de este principio. El bautismo
por inmersión para la remisión de los pecados es el primer
convenio que hacemos entre nosotros y el Señor
Jesucristo y nuestro Padre Celestial. El bautismo es una
ordenanza; es “una ceremonia sagrada o un rito que
muestra que hemos entrado en un convenio con Dios”; y
“Dios siempre ha requerido que Sus hijos hagan
convenios. Un convenio es un acuerdo vinculante y
solemne entre Dios y el hombre. Dios promete
bendecirnos y nosotros prometemos obedecerle. … El
guardar convenios nos da bendiciones en esta vida y la
exaltación en la vida venidera”5.
Recuerden: Cristo nos dio el ejemplo al ser bautizado. Y
nosotros somos bendecidos con el privilegio de participar
de la Santa Cena cada semana, lo cual “nos ayuda a
permanecer dignos de tener la compañía del Espíritu
siempre. Es un recordatorio semanal de nuestros
convenios”6 y nos ayuda a fortalecer la fe y la confianza
en el Señor Jesucristo.
El evangelio de Jesucristo es el puente que une la vida
premortal y la vida eterna
Sé que algunos de ustedes son ex misioneros y están
pensando: “El élder Ballard está citando algo de la
doctrina del inspirado Predicad Mi Evangelio”. Espero que
reconozcan algunas de estas palabras y que hayan
interiorizado el significado de ellas en su vida. Ustedes,
hombres y mujeres jóvenes que no han servido en una
misión, permítanme sugerir que les convendría tener un
ejemplar de Predicad Mi Evangelio. Estudien, en el
capítulo tres, la lección titulada: “El evangelio de
Jesucristo”. Se expone claramente, y con más detalles, los
pasos básicos necesarios para evitar ser atrapados por los
señuelos artificiales de Satanás y ser desviados de la senda
que conduce a la vida eterna.
¡Qué sencillo es el evangelio de Jesucristo! Qué
importante es que permanezcamos en la única senda
definida por Dios como el camino de regreso a casa a Su
eterna presencia. El Evangelio es el plan de felicidad; es
sencillo y hermoso.
Permítanme mostrarles cómo los primeros principios
del Evangelio son como un puente que une la vida
premortal (que represento levantando la mano izquierda)
y la vida eterna (que represento levantando la mano
derecha). El puente entre las dos es el Evangelio de
Jesucristo. Hemos venido del mundo premortal a la vida
mortal para esforzarnos por conocer y vivir los principios
del Evangelio. Ahora nos encontramos aquí en la tierra,
recorriendo, esperemos, el camino de regreso a la
presencia de Dios. Esto requiere comprensión y
obediencia. Nuestra meta, al esforzarnos por vivir el
Principio doctrinal N° 4: El don del Espíritu Santo
El cuarto principio doctrinal es el don del Espíritu
Santo. “Jesús enseñó que debemos ser bautizados en el
agua y también del Espíritu. Al bautismo en el agua le
debe seguir el bautismo del Espíritu, porque si no queda
incompleto. Sólo cuando recibamos el bautismo y el don
del Espíritu Santo podremos recibir la remisión de los
pecados y volver a nacer espiritualmente por completo…
“…El Espíritu Santo testifica de Cristo y nos ayuda a
reconocer la verdad. Nos brinda fortaleza espiritual y nos
ayuda a hacer lo correcto. [Nos da paz y] nos consuela en
tiempos de pruebas y pesar. Nos advierte de peligros
espirituales o físicos. … Mediante el poder del Espíritu
Santo podemos sentir el amor y la guía de Dios para todos
nosotros. Este don es un anticipo, hermanos y hermanas,
del gozo eterno y la promesa de vida eterna”7.
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Evangelio, es ser merecedores de recibir todas las
bendiciones que nuestro Padre tiene para Sus hijos fieles y
dignos.
Jesús dijo:
“Y éste es el mandamiento: Arrepentíos, todos
vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí y sed
bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por
la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer
día os presentéis ante mí sin mancha.
“En verdad, en verdad os digo que éste es mi
evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en
mi iglesia” (3 Nefi 27:20–21).
pueden vivir en libertad y de acuerdo con sus propias
creencias.
En la actualidad, en todo el mundo, la pobreza está en
declive y los avances en la sanidad han sido
extraordinarios, especialmente con respecto a la higiene y
el agua potable en los países en vías de desarrollo. Es
extraordinario lo que está sucediendo. Las oportunidades
educativas también están mucho más disponibles.
Hay muchas razones para estar llenos de esperanza y
optimismo. No permitan que Satanás influya en ustedes y
cause que no crean en el gran futuro que tienen por
delante.
Tienen un gran futuro por delante
Vuelvo a pedirles que piensen en su propia vida.
¿Cómo les está yendo? ¿Hay algo en su vida que que sea
el motivo de que ustedes se alejen de las enseñanzas del
Evangelio y se acerquen a la influencia de Satanás? ¿Le
están dedicando tiempo al Señor? Viven en un mundo que
está lleno de tecnología, donde es muy fácil el acceso a la
información, el entretenimiento, las redes sociales en su
computadora, su iPad o su iPhone. No hay otra generación
que haya tenido tanta tecnología al alcance de la mano.
Por medio de Facebook y de otras redes sociales, pueden
estar en contacto con amigos de todo el mundo. Si bien
éstas son herramientas maravillosas, les advierto que no
deben permitir que el uso de esta tecnología atrape su
tiempo al grado de que se vuelvan adictos a su uso
constante. De alguna manera, tienen que limitar dicho uso
para que no les robe lo que es esencial, valioso y eterno.
Sólo tenemos que ver las noticias vespertinas y leer la
prensa para darnos cuenta de que el mundo está
sufriendo enormemente. Hay terremotos, huracanes y
tornados en diferentes lugares. Hay guerras y rumores de
guerras. Hay hambruna, sufrimiento y genocidio, y ni qué
decir de asesinatos y otros actos de violencia.
Quizá algunos de ustedes piensen que en el mundo de
hoy el futuro no tiene mucho por lo cual puedan
esforzarse por alcanzar. Recuerdo que cuando era un
joven de trece años, al llegar a casa de la reunión del
sacerdocio del domingo, el 7 de diciembre de 1941, mis
padres me informaron que Japón acababa de bombardear
Pearl Harbor, lo cual impulsó a los Estados Unidos hacia
una encarnizada guerra mundial que había empezado dos
años antes en Europa. Parecía que la vida que conocíamos
se iba a acabar. Había mucha incertidumbre al ser
reclutados muchos jóvenes al servicio militar; sin
embargo, ahora, al igual que entonces, en medio de todos
los conflictos, luchas y malas influencias del mundo, aún
hay muchas cosas buenas.
Cuando yo nací —hace mucho tiempo, cuando todos
ustedes todavía estaban en el mundo de los espíritus—,
sólo había unos veinte países en todo el mundo que se
podía decir que tenían democracia, donde los ciudadanos
podían disfrutar al menos de una fracción de las libertades
que nosotros damos por sentado. Ahora hay más de
noventa. Esto significa que más personas del mundo
Ustedes son los futuros líderes de la Iglesia
Todos nos preparamos para disfrutar de la vida por
medio de decisiones que tomamos a diario. Si son
verídicos y fieles a la doctrina y el evangelio de Cristo,
tendrán muchas oportunidades en la vida. En la Iglesia,
sus líderes a nivel de barrio, de estaca y general recibirán
la inspiración de llamarlos a servir en aquellos
llamamientos para los que se han preparado como
resultado de sus sabias decisiones de guardar los
mandamientos de Dios.
Dentro de treinta años, el liderazgo de la Iglesia
dependerá en gran parte de cuán bien se haya preparado
cada uno de ustedes por cumplir con los llamamientos
que recibirán de servir en la Iglesia.
Piensen en esto: a la Iglesia le tomó noventa y ocho
años, de 1830 a 1928 (el año en que yo nací), organizar
sus primeras cien estacas. El segundo centenar de estacas
se organizó durante los siguientes veinticuatro años.
Entonces comenzamos a ver desplegarse una imagen muy
interesante. Sólo ocho años después, a finales de 1960, se
organizó la estaca número 300 en Toronto, Canadá,
durante la época en que el presidente Thomas S. Monson
era el presidente de la misión allí. Hace dos semanas, la
hermana Ballard y yo asistimos a la conferencia de la
Estaca de Toronto Ontario, que celebraba su aniversario
número cincuenta.
En 1964, sólo cuatro años después de la organización
de la estaca número 300, se organizó la estaca número
400. Doscientas estacas más se organizaron en los
siguientes nueve años, y la estaca número 900 se organizó
en marzo de 1978. Pronto se organizará la estaca número
3.000.
¿Cómo se relaciona esto con ustedes, jóvenes hombres
y mujeres? Supongamos que la Iglesia organice 100
estacas al año. Eso significaría que para el año 2040, en
sólo 30 años, el número de estacas se habrá duplicado
hasta llegar a las 6.000 aproximadamente. Ustedes
tendrán poco más o menos de cincuenta años. Ahora
pregúntense: ¿dónde están los 6.000 presidentes de
estaca? ¿Dónde están sus primeros consejeros, segundos
consejeros, secretarios ejecutivos y secretarios? ¿Dónde
están los 6.000 por doce, es decir, los 72.000 miembros de
sumos consejos? Y supongamos que cada estaca tenga un
promedio de diez unidades, que es más o menos el
promedio en las estacas de hoy. ¿Dónde están los 60.000
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obispos, primeros consejeros, segundos consejeros,
secretarios ejecutivos, secretarios, presidentes de
quórumes de élderes y sus consejeros, líderes de grupos
de sumos sacerdotes y sus ayudantes, presidentas y sus
consejeras de la Sociedad de Socorro, Mujeres Jóvenes y
Primaria, etc., etc.? ¿Dónde están? Les estoy hablando
ahora mismo. ¡Son ustedes! ¿Estarán preparados para
aceptar los llamamientos que el Señor les va a extender?
hijos e hijas espirituales. Sus Padres divinos los aman con
todo Su corazón, al igual que el Señor Jesucristo. Ellos
quieren que ustedes sigan el gran plan de felicidad que los
conducirá a salvo de regreso a casa, a Su presencia.
Permanezcan aferrados al evangelio de Jesucristo
Al llegar a la conclusión de esta reunión, ruego que
cada uno de ustedes se esfuerce por aferrarse a los
principios y ordenanzas doctrinales del Evangelio. Siempre
denle tiempo al Señor para que su testimonio no sea
llevado a las falsas enseñanzas del mundo. Escuchen a las
Autoridades Generales. Estamos haciendo todo lo que
sabemos para enseñarles la verdad y para instarlos a estar
aferrados a aquellas cosas que los mantendrán a salvo y
libres. Hagan lo correcto todos los días por las razones
correctas y les irá bien.
Prepárense en todos los aspectos para estar listos
cuando el Señor necesite que sirvan en Su Iglesia. Al salir
al mundo, seguirán siendo probados. Ése es uno de los
propósitos de la vida. Hemos sido enviados aquí para
determinar cuán comprometidos estamos y cuán
dedicados somos en realidad. Me emociona creer que
podemos superarnos y ser excelentes al seguir los
mandamientos y las enseñanzas del Señor Jesucristo.
Me gusta este poema; se aplica a todos nosotros. Se
titula “El roble”, de Johnny J. Ryder, hijo.
El fuerte viento de día y noche soplando
Las hojas del roble se estaba llevando;
Al haber partido sus ramas y su corteza arrancado,
El pobre roble estaba desnudo y cansado.
Aun con todo, el roble en pie resistía
Mientras los otros árboles a su alrededor caían.
Al cansado viento se le oyó hablar
“¿Cómo puedes, roble, en pie aún estar?”.
El roble dijo: “Sin duda puedo saber
Que tú, mis ramas en dos puedes romper;
Todas mis hojas te podrás llevar,
Agitar mis ramas y hacerme tambalear.
Pero tengo raíces en el suelo que son mi sustento
Y que crecen muy fuertes desde mi nacimiento.
Nunca las tocarás, como ves
Porque de mí la parte más profunda es.
No estaba seguro hasta hoy
de cuánto resistir podía
y ahora a ti gracias te doy
porque más fuerte soy de lo que sabía.
Mis amados jóvenes hermanos y hermanas, sean como
el fuerte roble. Sepan cuán fuertes son. Profundicen en el
suelo del Evangelio su fe y confianza en Dios y en Cristo.
Estén siempre alerta a las moscas artificiales que nos
presenta Lucifer, el falso pescador de hombres. Tengamos
la sabiduría y la visión espiritual para discernir y rechazar
sus muchas y peligrosas ofertas. Vivan cada día la doctrina
de Cristo, los sencillos y básicos principios del Evangelio;
tenga fe en el Señor Jesucristo, arrepiéntanse, honren los
convenios bautismales, vivan dignos de la compañía del
Espíritu Santo, y perseveren hasta el fin. Hagan esto todos
los días y el Espíritu del Señor estará con ustedes para
Hay un plan eterno para ustedes
El Padre Celestial tiene un plan eterno para cada uno
de ustedes. Su primogenitura, el derecho que tienen de
ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de
los Últimos Días es como un milagro en un mundo de unos
seis mil millones de personas. Ustedes hicieron promesas
y compromisos muy importantes con nuestro Padre
Celestial cuando vivían con Él en el mundo premortal.
Tal vez se pregunten cómo los nombres de líderes de
las organizaciones auxiliares, de obispos, presidentes de
estaca y Autoridades Generales vienen a la mente de
aquellos que tienen la responsabilidad de extender los
llamamientos para servir. ¿Cómo sabe un presidente de
estaca quién debe ser el obispo? ¿Cómo sabe una
Autoridad General quién debe ser el presidente de
estaca? (Exactamente hoy coloqué las manos sobre la
cabeza de un presidente de estaca recién llamado para
apartarlo. Reorganizamos la estaca durante el fin de
semana. ¡Qué gran privilegio, qué maravillosa
responsabilidad!) ¿Cómo sabe el Presidente de la Iglesia
quién debe ser Autoridad General? Es por medio de la
revelación que se hacen saber los nombres de los que han
demostrado ser fieles, de confianza y que viven las
doctrinas básicas del evangelio de Cristo.
No dejen pasar ni un solo día sin esforzarse por estar
preparados para servir. Recuerden: la vida mortal es
cuando todos debemos prepararnos para ver a Dios. De
hecho, Amulek enseñó:
“Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe
prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta
vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra.
“Y como os dije antes, ya que habéis tenido tantos
testimonios, os ruego, por tanto, que no demoréis el día
de vuestro arrepentimiento hasta el fin; porque después
de este día de vida, que se nos da para prepararnos para
la eternidad, he aquí que si no mejoramos nuestro tiempo
durante esta vida, entonces viene la noche de tinieblas en
la cual no se puede hacer obra alguna” (Alma 34:32–33).
Cada día de su vida el Señor los ayudará si confían en Él
y guardan Sus mandamientos. El Señor hace saber al líder
responsable que están preparados para servir porque han
permanecido en la senda del Evangelio, han cumplido con
los compromisos que hicieron antes de nacer y el
evangelio de Jesucristo guía su vida diaria.
Les sugiero que empiecen ahora a aceptar
llamamientos. Los prepararán para futuros llamamientos
para servir en la Iglesia.
Hagan lo que sea necesario para establecer una
verdadera relación con su Padre Celestial. Ustedes son Sus
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mantenerlos a salvo en la senda que conduce a la vida
eterna.
Ésta es Su Iglesia. Estamos en Su obra. Nosotros somos Su
pueblo del convenio. Yo lo sé. Testifico de eso y ahora
ruego que el Señor los bendiga. Invoco esas bendiciones
para ustedes en Su santo nombre, que puedan hallar paz,
gozo y calmo consuelo en su corazón de que están
haciendo lo mejor que pueden por ser dignos de Su santo
nombre. Que ésta sea su bendición ahora y durante todos
los días de su vida es mi humilde ruego, testimonio y
bendición, en el nombre de Jesucristo. Amén.
Testimonio
Les doy mi testimonio. Quiero que sepan que los
amamos. Ustedes llevarán sobre sus hombros el futuro de
esta Iglesia. Tienen un gran destino. Ruego con todo mi
corazón que esta noche hagan las cosas que deben hacer,
si deben corregir algo del curso que su vida está tomando.
Les doy mi testimonio de que Jesús es el Cristo. Él vive.
NOTAS
1. Carta personal, con fecha del 10 de octubre de 2010. Usada con permiso.
2. M. Russell Ballard, “Oh ese sutil plan del maligno”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 108.
3. Predicad Mi Evangelio, 2004, págs. 61–62.
4. Predicad Mi Evangelio, pág. 62–63.
5. Predicad Mi Evangelio, pág. 63.
6. Predicad Mi Evangelio, pág. 64.
7. Predicad Mi Evangelio, pág. 65.
8. Predicad Mi Evangelio, pág. 66.
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