entrevista a juan manuel campos especialista en

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entrevista a juan manuel campos especialista en
ENTREVISTA A JUAN MANUEL CAMPOS
ESPECIALISTA EN TELECOMUNICACIONES DE BUFETE CIBER-REGULACIÓN
MIEMBRO DE LA CAMARA DE INFOCOMUNICACIÓN Y TECNOLOGÍA
Carlos Cordero Pérez
Periodista El Financiero
¿Cuál es el estado de la apertura del mercado de telecomunicaciones en
este momento?
Al día de hoy, si pudiéramos calificar la apertura después de dos años, el país estaría
reprobado: de una escala de cero a diez, tendría una calificación de cinco. Se ha
demostrado que hay una serie de problemas en la estructura, quizá no prevista de esa
forma en el momento que se discutió la legislación de telecomunicaciones.
Pero surgen dos temas fundamentales en esta situación cuando se hace una
radiografía. Uno que es la resistencia del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE),
que es la resistencia de todo operador dominante cuando se abre el mercado. Y dos,
una debilidad del órgano regulador, producto de las circunstancias en que se crearon
las leyes.
Entonces esto trae una situación de inestabilidad en el mercado y en relación con la
inversión privada. En estas semanas escuché de parte de inversionistas que preocupan,
pues parte de los interesados en participar en el mercado de celulares que
considerarían retirarse. Eso es muy problemático para el país, pues el mensaje que se
está dando es que no hay fecha para la apertura móvil, que fue lo que dijo George
Miley, presidente del consejo de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel),
en un evento reciente sobre el tema de la fecha para la publicación de la licitación
móvil.
Las empresas no están para esperar permanentemente. Eso da la señal de que el país
no está preparado para la apertura. Y eso debe preocupar enormemente al gobierno y
en particular a la Presidenta Laura Chinchilla.
¿Había un plan maestro?
No lo había. Que se conociera no había absolutamente nada. Tenemos 20 años de
discusión, desde el primer gobierno de Oscar Arias pasando por el combo y hasta la
segunda administración de Arias con el referéndum y la aprobación de las leyes de
telecomunicaciones. Como nadie creía que se fuera da dar la apertura, no nos
preparamos.
Entonces los mejores cuadros que participaron en ese proceso, el personal técnico
capacitado que le dio seguimiento, está abandonado. Incluyendo gente que sabe
mucho a nivel internacional porque ocuparon cargos a nivel global en este campo. La
verdad es que se tuvo un plan maestro, nunca lo tuvimos.
¿Qué pesa más: la inexperiencia o la falta de liderazgo?
La falta de liderazgo, indudablemente. La inexperiencia en cualquier órgano regulador
joven –que tiene que crear su estructura- se puede reducir su efecto con paliativos.
Están las consultorías.
Sin embargo, en Costa Rica nos empeñamos en hacer un organismo regulador débil. Es
curioso lo que ha sucedido. A la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) se
le otorgó la potestad de dictar reglamentos de un mercado en competencia, pero sin la
mínima experiencia. El resultado es que esos reglamentos no se pueden cumplir, no
hay forma cómo cumplirlos.
Además tenemos una rectoría en el Viceministerio de Telecomunicaciones que partió
la regulación inalámbrica al regulador, por una disputa entre el Poder Ejecutivo y la
Sutel como regulador, dejando la concesión de frecuencias en el primero y el
monitoreo en el segundo.
Este tema es tremendamente gravoso en la apertura, porque significa compartir
responsabilidades y hoy tenemos un resultado: no se han puesto de acuerdo en temas
vitales como el de microondas para la apertura de telefonía celular en el país.
Quiere decir esto que si lo mejor de la doctrina y de las regulaciones apuntan a una
independencia del regulador y que todas las actividades deben estar concentradas,
nosotros ya probamos que fallamos con la emisión de reglamentos por parte de una
Aresep que no conoce el mercado, el tema de la administración del espectro en el
Poder Ejecutivo y una Sutel que se está encargando de los mínimos es un problema
para el país.
Si una empresa nos consulta para invertir en el país, no se puede dar seguridad de que
el marco legal es el adecuado. Eso es muy grave, porque aquí los operadores van a
venir a invertir $300 millones para instalar una red e invertir eso no se puede hacer
simplemente para que el Poder Ejecutivo no le garantice las frecuencias o no se
alcance un acuerdo de interconexión con el ICE.
Este proceso si bien es cierto el ICE ha obstruido el proceso por ser el incumbente,
también hay una responsabilidad inmediata del Poder Ejecutivo en materia de rectoría,
que no la ha ejercido. Es decir, el Poder Ejecutivo no ha sido el rector en
telecomunicaciones en el país.
Si sumamos todo el paquete, con un órgano regulador débil, un Poder Ejecutivo que
no ha ejercido la rectoría y un operador dominante que prácticamente ha
desaparecido al regulador y al rector, el mensaje que se da al sector privado para
efectos de competir es ‘mejor no vengan’.
¿Los plazos que determinó la ley general fueron adecuados?
Los plazos de ley fueron no pensados en la apertura. Más bien fueron para
autoimponerse el cumplimiento de las normas y no quedar fuera del Tratado Libre de
Comercio con Estados Unidos (Cafta).
La realidad que mandó fue otra. En todo nos salimos de plazos, salvo en la emisión de
reglamentos. En la apertura móvil estamos incumpliendo hace rato. No se ha emitido
un reglamento y se duró más de un año para emitir el reglamento de la organización
de la Sutel, algo tan importante porque el mercado no puede estar regulado con 26
personas. Es imposible.
Si le sumamos a esto la inexperiencia y la falta de capacidad –porque hay que llamar a
las cosas por su nombre- de la Sutel vemos que la situación está muy complicada,
donde el regulador se llenó de trabajo autorizando cafés Internet y dejando las tarifas
topes, cuando aquí había que dedicarle tiempo a dos temas esenciales: la apertura
móvil y la interconexión. Sin interconexión no hay competencia.
Se dedicaron a sacar certificados sin priorizar el trabajo por lo cual se dedicaron a sacar
agua del bote. Con un grave problema: como el ICE tiene muy claro que la Sutel es un
órgano regulador que no conoce de los negocios de telecomunicaciones, hoy en día
está haciendo crisis. Hay una resistencia del ICE a suscribir acuerdos de interconexión.
Eso es peligroso para el país, muy peligroso, porque hay inversiones de varios millones
de dólares que están ociosas. ¿Cómo va a invertir la gente para no dar servicio?
¿Cuáles son los yerros que se han descubierto en las dos leyes?
Desde el punto de vista del regulador, haber partido la regulación en dos órganos,
haberla dividido entre el Poder Ejecutivo y la Sutel-Aresep, y que el mismo ICE no se
haya supeditado a la rectoría de telecomunicaciones en el país. Eso es muy grave.
Al final, independientemente de las personas que están en el viceministerio o en el
Ministerio, eso hace presagiar que el ICE seguirá haciendo lo que quiere. Además hay
empresas que no adecuaron su título de frecuencias, no hicieron el trámite del todo y
pasaron de un régimen a otro como si no hubiera cambiado la legislación. También hay
espectro reservado a favor empresas y del Instituto que están sin título. Eso no le pasa
a ningún regulador en el mundo.
Telecomunicaciones no es el ICE. Telecomunicaciones significa la posibilidad de tener
servicios y aplicaciones para el usuario. En dos años no se cumplió con el buen uso del
espectro radioeléctrico ni que todos los que tenían frecuencias, se reportaran para
registrarse y adecuar sus títulos. La situación existente es que tenemos necesidad de
frecuencias y un espectro que no ha sido concesionado pero que está siendo
explotado. Esa anarquía no le sirve a nadie. No hay seguridad jurídica.
El Estado tiene la potestad de rescatar frecuencias. Ni siquiera tiene porqué
adecuarlas, si deseara.
¿Por qué no se ha ejercido esa potestad si legalmente existe?
No sé. Legalmente hay un artículo en la Ley sobre la posibilidad de rescatar frecuencias
incluso indemnizando con base en interés público para tener recursos para la apertura
de telefonía móvil. Aquí hay concesionarios que tienen rangos de frecuencias muy
valiosos y solo tienen una conexión punto a punto. No tenemos la posibilidad de seguir
administrando un recurso que es escaso.
La situación que uno ve es anárquica. Si en el gobierno anterior hubo figuras muy
fuertes –como el mismo Roberto Dobles y Rodrigo Arias- que marcaban una tendencia
y una línea, en este gobierno entramos en una ausencia absoluta de ese tipo de
liderazgo.
Costa Rica tiene la única oportunidad que se le ha presentado en el siglo XXI y de
obtener bastante dinero, y darle contenido social, con la apertura de
telecomunicaciones. Es nuestro equivalente al proyecto de ampliación del Canal de
Panamá. Aquí no es tanto el tema del dinero, sino de si vamos a tener la capacidad
para diversificar el producto y de decirle al usuario final que ofrecerle servicios
alternativos.
No es posible que aquí la Sutel tenga una resolución donde define una estructura del
mercado que se basa en tarifas topes del ICE de hace tres años, donde no se sabe si
están subsidiadas y que el mismo ICE ha solicitado aumentarlas. Es difícil que el
mercado aguante una situación como la actual.
En el borrador del cartel los operadores plantearon observaciones de
fondo que tienen que ver con decisiones adoptadas desde hace un año.
Así encontramos yerros de cumplimiento y yerros en decisiones.
Eso se debe a una mal praxis. Se han venido dando situaciones por la novatada del
regulador al pagar $200.000 una consultoría para el cartel móvil que no sirve, que no
vale ni $10.000 lo que presentaron, y por otro lado hay una rectoría que incluye hasta
la Presidencia de la República que no se ha ejercido en las dos administraciones.
Nadie está obligado a saber de la técnica ni de telecomunicaciones como un experto.
Lo que dice el sentido común es que hay que buscar una buena asesoría y que revisen
el proceso.
En dos ocasiones la Cámara se ha reunido con el vicepresidente Alfio Piva a plantearle
nuestras preocupaciones y lamentablemente la respuesta ha sido que no se ha
resuelto. Les recomendamos contratar un experto de clase mundial y que esté a la par
de la Presidente para que pueda orientar el proceso. De eso va a depender un buen
proceso.
De lo contrario vamos a seguir dos años más discutiendo si algún día sale el cartel,
cuántas compañías van a venir, si se va a sacar una licitación por año, si hay o no
frecuencias microondas, si se van a tener tarifas topes, si va a haber alguna condición
para universalización de servicios. Que son cosas que no se deben preguntar en un
borrador del cartel. Son cosas que se debieron haber resuelto antes de presentarlo.
El cartel móvil es tan débil que en materia de cobertura es una referencia al Plan
Nacional de Telecomunicaciones. Ni siquiera se plantean requerimientos que se
incluyen en cualquier licitación para una red móvil del ICE en el país, en cuanto a
cobertura, señales en carreteras e intensidad de señales. Eso está ausente en el cartel.
Así no se pueden hacer comparaciones de ofertas que no sea el precio que propondrán
las compañías.
Con estos atrasos en teoría el beneficiario es el ICE y su subsidiaria
Radiográfica Costarricense S.A. (Racsa) Sin embargo, ¿aprovecharon
estos dos años para prepararse ante la competencia? Y sobre todo, hacia
el mercado: ¿aprovechó ese tiempo para darnos lo mejor en
tecnologías?
Definitivamente el ICE no está preparado para enfrentar la apertura. Ocupó las dos
manos sosteniendo la apertura, pero no para entrenarse en cómo competir. Por
ejemplo, entraron en el mercado de venta de terminales , comercializando celulares de
origen asiático, que son los que no se venden porque son los que no quiere la
población.
Adicionalmente los empezaron a vender a pagos y les hicieron un hueco de ¢1.000
millones porque no hicieron análisis de crédito. Empezaron a competir con el retail que
sí tiene planes, mayor experiencia, análisis de consumidor y sabe que es lo que quieren
los usuarios. El ICE no tiene tampoco ni un plan de fidelización con tarifas
preferenciales a asociados a colegios profesionales, por ejemplo.
El otro tema es la deuda con el prepago. Lo más volátil que hay en el mercado es el
prepago. Hay modelos que se repiten en todo lado donde se privilegian varias
conexiones de uso frecuente del cliente que se brindan en forma gratuita. No tenemos
nada de esto. En contenidos, el ICE no tiene un servicio probado donde la gente este
descargando aplicaciones y pagándolas.
Da la impresión que ha faltado una enorme responsabilidad de parte de los jerarcas
del ICE, en especial de la subgerencia de telecomunicaciones que es la que tiene en sus
manos ese proceso. Preocupa que si no se cambia, en dos o tres años estemos ante
una debacle como la que se tuvo con la quiebra del Banco Anglo por los problemas de
inversión y de conocimiento del mercado en el ICE. Cualquier operador vendrá a darle
a los usuarios lo que necesitan; en este momento el ICE no le está dando al mercado lo
que necesitan. No es posible que la gente pase más de una hora en una tienda para
que lo atiendan. Los sistemas informáticos del ICE han colapsado. La gente sale
hablando mal del ICE; cada vez que uno va los usuarios piden hablar con el encargado
de la agencia o vociferando porque no pasan las fichas de ellos.
Están agrediendo al usuario y eso el usuario después lo cobra.
¿Y el caso de Racsa?
En el caso de Racsa quieren hacer mucho, pero no tienen nada. Es un cascaron. Es una
empresa que no tiene infraestructura, no tiene más valor que los contratos de
concesiones que tiene. Lo valioso de Racsa es la intensión. El ICE se resistió a brindarle
a Racsa el auxilio que necesita para que esté en el mercado. Es una situación muy
delicada.
Hemos sido indolentes del país. Se han utilizado mal las frecuencias. Por ejemplo, la de
3.4 a 3.7 GHz muy valiosas e identificadas para WiMax. En dos años se pudo inundar el
país con banda ancha inalámbrica para que la apertura no tomara al país
desprevenido, pero ha sido uno de los grandes fracasos tanto en el caso del proyecto
de Racsa como en el del ICE.
Lo que pasa es que no hay un buen sistema de responsabilidad. Si en el país existiera
un buen sistema de rendición de cuentas a más de uno habrían despedido de sus altos
puestos. Quien va a sufrir al final de cuentas es el personal de estas dos instituciones.
El ICE va a sufrir cuando venga la competencia porque tiene mucho personal y la
reestructuración que deberá hacer será muy dolorosa.
¿Cuál ha sido el rol de la Contraloría y del Regulador General en todo
esto?
La Contraloría General de la República no se ha metido en los temas de fondo, como el
de WiMax donde se hicieron compras, se ampliaron las compras y todo eso debió
pasar por ahí.
Se requiere una Contraloría más dinámica, más activa, más eficiente, más conocedora
de temas tecnológicos y que revise con más profundidad los temas, incluyendo que
verifique el uso eficiente del espectro radioeléctrico porque es un bien de dominio
público. Es casi la única herramienta que tenemos en el Estado.
Pero con el cuento de quién es el que administra ha dejado el control de lado porque
hoy se debió haber sentado muchas responsabilidades en el ICE en muchos temas,
como la compra de teléfonos de alto precio y sin un buen servicio de soporte. Eso no le
pasa a ningún operador en el mundo.
En el caso del Regulador se necesita un cambio de dinamismo. Con el anterior
Regulador hubo una lucha para que la Sutel no tuviera una desconcentración máxima,
tenía una intensión de sujetar a la Superintendencia a los mínimos. Ahora lo que
necesitamos es un Regulador que colabore con la apertura y en tanto el mercado se
mantenga en las condiciones actuales se requiere que el Regulador que intervenga y
verifique la calidad de la intervención de la Sutel.
En estos dos años el único logro parece ser que creció la expectativa del
usuario en los beneficios que pueden venir con la apertura. ¿Cuáles otros
logros y avances se obtuvieron?
Los cambios son cosméticos. No hay cambio con tarifas topes y sin interconexión. La
Sutel debe dinamizar el mercado, los resultados son pobres y los usuarios solo ligan la
apertura a la telefonía celular porque el ICE ahogó a las empresas de telefonía por
Internet y de Internet. El usuario final hoy no tiene nada.
El regulador no ha intervenido ni en el mercado de televisión por suscripción ni para la
localización de vehículos. Así hay varios mercados sin regulación.
El usuario final está esperando que algo ocurra. Yo también espero que algo ocurra con
un cambio radical en la Superintendencia y en la rectoría del Poder Ejecutivo, porque
hay una Presidenta y un Ministro rector que tienen una responsabilidad directa en
estos temas y son los llamados a resolverlo.

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