quien ayuda a los que ayudan - Telesalud

Transcripción

quien ayuda a los que ayudan - Telesalud
¿QUIEN AYUDA A LOS QUE AYUDAN?
REFLEXIONES
Gloria Mercedes Escobar Velásquez1
RESUMEN
La mayoría de los profesionales de salud y muy especialmente los de enfermería tratan
de resolver muchos vacíos de sus vidas cuidando y entregando la vida a los demás,
detrás del interés por la ayuda a los demás, incluyendo pareja, hijos y otros, están las
necesidades de reconocimiento, de ser necesitado, de control, de ayuda, etc.
La energía invertida en los procesos de ayuda cada vez es mayor y menor la que se
dedica así mismo, generando desgaste, cansancio, síndrome de estrés, que al no ser
identificado como tal y por supuesto no recibir atención, desencadena en problemas y
enfermedades físicas y mentales, bien reconocidas hoy en la medicina y en la
enfermería.
La solución es reinvertir la energía en la propia persona, participar en procesos de
crecimiento personal y grupos de autoayuda.
Palabras claves: Ayuda, profesional de enfermería,crisis, cambio
SUMMARY
The mayority of health professional, infirmary specialy try resolve many emptiness of
her lifes, keeping and delivering life at the others. Behind interest for help to the others
including couple, sons and others are the necessity of recognition, to be necessitate, to
control, to help.
1
Enfermera. Educadora sexual. Profesora titular de salud mental. Departamento de salud pública.
Universidad de Caldas. E-MAIL: [email protected]
1
Invert energy in the help process is bigger every time and smaller that is dedicated to
oneself, generating weakness to it self, wearness, stress syndrom that cant’t be
and mental problems acknowledge today in medicine and infirmary.
Solution is invert the energy to it self, participate in process of personal groups and
selfhelp groups.
Key Words: Assistance, Nursing professional, crisis,change.
Muy probablemente la mayoría de nosotros, los profesionales de la salud, hemos
dedicado nuestras vidas a atender, cuidar y recuperar a otros; también es muy probable
que hayamos llegado a ser adultos antes que otras personas de las mismas edades y, casi
con seguridad hemos sido el centro en nuestras familias porque nos hemos ocupado de
la solución de problemas, de hacer felices a padres y hermanos, o hemos tratado de
hacer menos traumáticas las situaciones que podrían agudizarse.
Sin ser bruja podría aventurarme a decir que muchos de los profesionales de la salud y
de los que lo serán, hemos crecido en hogares disfuncionales, hemos tenido que hacer
esfuerzos para surgir, hemos necesitado ayudar para ser reconocidos, hemos sufrido
pérdidas importantes a temprana edad y muchos hemos intentado arreglar la propia vida
a través de la ayuda a los otros. No en vano dedicamos la vida a la profesión de
enfermería o de otra área de la salud en un intento por resolver de manera inconsciente
los asuntos inconclusos de nuestro pasado y que continúan así en el presente.
Aún cuando no estoy refiriéndome al 100% de los profesionales de enfermería si lo
estoy haciendo a una gran mayoría y, obviamente si usted no se siente incluido hasta
este momento, esta bien, pero no deje de leer el resto del artículo porque muy
probablemente si estará afectado por otros asuntos.
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Antes que nada quiero plantear este interrogante, ¿Quién ayuda a los que ayudan? es
decir, ¿Quién lo ayuda a usted a estar en buenas condiciones personales para poder
ayudar al otro?, sin cargárselo, sin culparlo de sus frustraciones, debilidades, cansancio,
sin proyectar en él su vida?, sin centrar en él su existencia?
¿Cuánto tiempo del día, de la semana, del mes, del año dedica a usted mismo, a su
recuperación de energías, a su interiorización, a su realización personal?
En cambio, ¿cuánto tiempo del día, de la semana, del mes, del año dedica a la pareja, a
los hijos, a los pacientes, a la institución en la que trabaja?
Ah! Pero toda esa dedicación extrema, inflexible y obsesiva al trabajo y al otro no evita
la insatisfacción personal y laboral; tampoco evita las crisis en los profesionales de la
salud y específicamente de enfermería.
Antes que profesionales somos personas sensibles, vulnerables al dolor, al miedo, a la
tristeza, al rechazo y a muchos sentimientos más. Es la máscara dura puesta ante los
demás lo que genera en enfermeros, crisis situacionales en relación con eventos de la
asistencia o de la vida laboral.
Motivos desencadenantes de crisis:
-
Frustración por no salvar a la persona enferma.
-
Frustración por no recuperar a la persona enferma.
-
Desengaño de la profesión por no dar los elementos para curar y salvar, cuando
nuestro fin no es ese.
-
Desengaño del paciente y la familia por no seguir al pie de la letra las instrucciones
a pesar del esfuerzo hecho.
-
Enojo con el personal y el paciente porque no se comporta como usted cree.
-
Culpa por no ser mejor, salvadora…
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-
Pérdida de control
-
Conflicto de jerarquía: “Jefe” de quién?
La dificultad de asumir la responsabilidad de la propia vida y vaciarla en los demás hace
también que se proyecte en el paciente, la familia y el personal todas las
insatisfacciones, rotulando a cada uno como “exigente”, “rebelde”, “canson”,
“manipulador” y desvirtuando a las personas reales y sus roles reales, lo que agudiza la
crisis hasta llegar al agotamiento.
Muchas de la condiciones del enfermo o la familia ofrecen una situación angustiosa
para la enfermera ora por la situación patológica del paciente, ora por la situación
sicológica del mismo, ora porque revive inconscientemente asuntos no resueltos de su
vida personal caso en el que debería pedir ayuda, sin embargo, casi nunca sucede lo
propio, por el contrario, el profesional de enfermería aumenta las autoexigencias, pone
en marcha los autocontroles y el desgaste y cansancio físico, agudizándose aún más el
estrés.
De mi formación como enfermera aprendí directa e indirectamente muchos mensajes
que harían de mí una “excelente profesional” y que afortunadamente hoy he tenido una
comprensión muy diferente que me permite vivir y ejercer mejor; aún hoy se continúa
enseñando prácticamente lo mismo y a pesar de la insatisfacción de muchos
profesionales y de las quejas, yo siento que persisten dificultades en enfermeras
asistenciales, docentes y estudiantes para diferenciar entre:
-
Dar lo mejor que tenemos y hacer lo mejor que podemos tanto familiar como laboral
y socialmente o, hacer hasta lo imposible por demostrar que somos buenos,
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eficientes, simpáticos, trabajando más tiempo y asumiendo responsabilidades que no
son propias; es decir, existe mucha dificultad para delimitar las posibilidades
propias, y no establecemos las fronteras que nos diferencian entre lo propio y lo
ajeno.
Se cree muchas veces que la calidad del trabajo en enfermería esta asociado al
cansancio físico y tal vez por eso se exige siempre estar de pie o en movimiento,
desconociendo las normas de salud ocupacional que hacen más eficiente y saludable
el trabajo.
-
Las jornadas extensas sin descanso ni refrigerio se han confundido con excelencia
en el trabajo pues las enfermeras parecen sentirse orgullosas cuando cuentan que su
turno se extendió hasta 8 o 10 horas sin haber descansado ni para tomarse un tinto.
El descanso es necesario para recuperar energías, disminuir el estrés y mejorar la
eficiencia. No es sinónimo de pereza o mal trabajo.
-
El trabajo rutinario y mecanizado se confunde con el aprendizaje, éste sólo se logra
con estudio actualizado aplicado a la práctica y no sólo con esta última.
-
Las funciones autónomas (entiéndase como independencia profesional), las
funciones interdependientes y las dependientes ó el solo cumplimiento de ordenes
médicas y de sus superiores.
-
La cordialidad y la autodeterminación o el servilismo y sumisión.
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-
El trabajo con tecnología avanzada o el éxito profesional, cuando en realidad pueden
ser mutuamente excluyentes.
-
Los profesionales confunden su suficiencia, experiencia y responsabilidad con los
estudiantes que por serlo aún son inexpertos, inseguros, sin embargo, no brutos ni
irresponsables como se les suele decir.
-
El respeto a todos como un valor universal o el respeto a los superiores y la
autocracia con el personal a su mando. Problema generalmente existente en los
mandos medios.
El profesional de enfermería es extremadamente juicioso, meticuloso en su trabajo,
excelente
compañero
de
equipos
interdisciplinarios,
tiene
mucha
capacidad
administrativa (demostrada ésta en los altos cargos que han desempeñado muchas
enfermeras) todo lo precedente se hace posible en todos aquellos campos en los que él o
ella puedan mantener el control: Trabajo, hogar, gremio, etc. Lo que parece
contradictorio es que no se cumple de la misma manera lo anterior en la vida de los
profesionales y me atrevo a afirmar esto por todas las observaciones y vivencias a través
de 25 años de vida profesional en la que ha sido muy difícil contar con el concurso de
compañeras y colegas en reuniones gremiales, sociales, navideñas y sino, recordemos
los últimos eventos de la institución o profesión, donde posiblemente nos hemos visto
los mismos que año tras año compartimos los logros, las alegrías, los avances de
nuestros colegas. Por qué todo lo anterior? Por que con mis palabras quiero decir que
muchos hemos escogido esta profesión para entretener la vida y excluir la auto
responsabilidad mientras nos distraemos cuidando, atendiendo, controlando a otros, y
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claro! Al final de las jornadas diarias o semanales ya no nos quedan energías para
nosotros porque las hemos invertido todas en el exterior y sólo nos queda el desgaste ó
surmenage cuando menos, o una crisis que amerita incapacidades médicas o
medicamentos.
Quiero hacer referencia al síndrome de Burnout como uno de los que confirman lo antes
expuesto por la autora de éste y verificado en la práctica y consulta diaria.2
El panorama parece desolador; no? es tanto en la medida en que reinvirtamos las
energías en nuestra persona, aplicando la reorganización, la reingenieria o el proceso de
solución de problemas para nuestro crecimiento personal y no tanto hacia afuera como
hasta ahora lo hemos hecho.
Es importante despojarnos de la máscara o la armadura que tenemos y que nos
involucremos física y emocionalmente en nuestras labores diarias, dejándonos impactar
cada día por lo que sucede para poder sentir la necesidad de apoyo y revitalización. En
la medida en que nos comprometemos organismicamente en nuestras vivencias, nuestro
trabajo, entonces entenderemos minuto a minuto nuestra vida y le daremos más calidad
a ésta en cuanto va a ser mejor vivida, en cuanto va a ser más sensible, más intensa y
más auténtica.
¿Qué hacer para lograr este cambio y dejar de ser acartonados, inflexibles, exigentes,
aplastantes, represivos y proyectivos?
1- Tomar contacto personal con cada uno de los eventos y situaciones de la vida diaria
2
Núñez Ricardo, Vera. Síndrome de Burnout en el profesional de enfermería. Actualización en
enfermería. Vol.4, nº 1, Marzo 2001. SIN 0123-5583
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2- Participar en grupos de autoayuda o de sicoterapia para el crecimiento personal.
3- Desarrollar actividades, gustos o hobbies diferentes al trabajo con el fin de nutrir
otras partes del yo.
4- Asistir a actividades socio-culturales con colegas, amigos, familiares además,
pareja e hijos.
5- Elaborar procesos de duelo y completar procesos inconclusos para darle más
calidad a la vida.
El programa de enfermería de la Universidad de Caldas ofrece a estudiantes y
egresados:
-
Grupos psicoterapéuticos.
-
Grupos de preparación y acercamiento a la muerte propia y a la de los seres
queridos.
-
Asesoría psicológica individual.
Personalmente dirijo y ofrezco a ustedes también:
-
Grupo de adictos anónimos a las relaciones (GAAR).
-
Grupo para personas con problemas con la comida.
-
Psicoterapia individual.
Doy fe de que todo lo anterior mejora la calidad de vida aún cuando todavía soy
imperfecta y con mucho camino por recorrer.
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