1 - Biblioteca Virtual del Principado de Asturias
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DIPUTACION PROVINCIAL DE O V I E D O SUPLEMENTO DE CIENCIAS DEL BOLETIN DEL INSTITUTO DE E STU D IO S ASTURIANOS N.° 19 OVIEDO 1974 SUMARIO Páginas L os y a cim ien to s de m ercurio astur-leoneses, por C. L uque .......................... 3 L os cuarzos idiom orfos de la form ación de la caliza de m ontaña (car bonífero inferior) de A stu rias y su posible sign ificación gen ética, por J . G arcía Iglesias .......................................................................................................... 13 A p ortación al estu d io geológico de la m in a “A m b ició n ” (C aleao-A stu rias), por A. Alonso Fernández ........................................................................................ 35 * * * El valor cu an titativo a-b en los derm ato g lifo s palm arás de lo s astu ria nos, por J . E. Egocheaga ............................................................................................. 51 * * * P anoram a briológico d el Cabo de P eñ a s (A stu rias), por R. M. Sim ó y N. Alonso ....................................................................................................................... i... 65 A portación al con ocim ien to de la flora y veg eta ció n d e l Cabo de P e ñ a s (A stu rias), por M. Mayor López, T. E. Diaz González y F. N avarro Andrés .................................................................................................................... . 93 * * * Id en tifica ció n de com puestos ácidos y fen ólicos, por a n á lisis crom atográficos en h ojas de “M alva S ilv e str is” L. de lo s a lred ed ores de O viedo, por A na M.a A paricio Antuña .................................................................................... 155 F lavon oid es y azúcares en p étalos de flo res de “G en ista O b tu sirram ea” L. de la zona d el P ajares, por Ana M.a A paricio Antuña .............................. Referencias bibliográficas: SUPL. CIEN. BOL. IDEA, n.° 19 - 1974 177 DIPUTACION PROVINCIAL DE O V I E D O SUPLEMENTO DE CIENCIAS DEL BOLETIN DEL INSTITUTO DE E ST U D IO S ASTURIANOS N . ° 19 OVIEDO Depósito Legal O. 43 — 1958 IMPRENTA "LA CRUZ" Hijos de Rogelio Labrador Pedregal San Vicente, 8. Oviedo. 1974 SUPL. CIEN. BOL. IDEA, n.° 19 - 1974 LOS YACIMIENTOS DE MERCURIO ASTUR-LEONESES POR C. LUQUE INTRODUCCION La región Astur-Leonesa presenta una notable frecuencia de ya cimientos e indicios de mercurio cuya distribución, así como des cripción de las características estructurales, estratigráficas y ge néticas de conjunto se pretenden sintetizar en el presente trabajo. Para ello se han estudiado unas 50 localidades en las que es conocida la existencia de cinabrio, si bien son escasas las reseñas de tipo bibliográfico en las que se haya abordado su descripción. Con esta y sucesivas publicaciones pretendemos dar a la luz los resultados obtenidos a lo largo de los últimos años de trabajo sobre el tema de las mineralizaciones de Asturias y León. DISTRIBUCION DEL MERCURIO De acuerdo con las distintas zonas establecidas por Lotze (1945) de zona Asturoccidental-Leonesa y zona Cantábrica, es en esta última donde se localiza el 90% de las mineralizaciones de Hg, como puede observarse en las figuras 1 y 2. En la zona Asturoccidental-Leonesa se presenta el mineral de Hg en cantidades muy escasas y siempre como secundario, habién dose recuperado como subproducto en contadas ocasiones. El cinabrio aparece asociado con minerales de Pb-Zn o con ba ritina. En ambos casos adquiere un aspecto terroso o pulverulen to, rellenando hoquedades. Excepcionalmente se presenta crista lizado, rellenando fisuras, en Corneal, ya dentro de la provincia de Lugo. Todas las mineralizaciones están ligadas a calizas y dolomías del cámbrico en zonas de fractura. En la zona Cantábrica la distribución de las mineralizaciones de Hg así como las características litológicas, estratigráficas, tec tónicas o minerológicas es más variable. El interés de esta zona es notablemente superior, prueba de ello es la localización de los principales yacimientos de las provincias de Oviedo y León. a) Distribución del Hg desde el punto de vista litològico. Las mineralizaciones de He se presentan fundamentalmente en cajadas en rocas carbonatadas, frecuentemente brechificadas, si bien, en ocasiones, lo hacen en rocas detríticas. La distribución estadística, teniendo presente que en algunos yacimientos puede haber duplicidad litològica por localizarse en materiales diferentes queda expresada en el cuadro adjunto: Litologia Rocas caJcareo-dolomíticas Cuarcitas y areniscas Brechas silíceas Pizarras N.° de localidades 32 4 4 2 Porcentaje 76% 10% 10% 4% Dos hechos fundamentales deben señalarse al analizar mas de talladamente las características litológicas que coinciden con la existencia del mercurio. La presencia de este en las zonas de mayor porosidad y fracturación de la roca por un lado y la influencia de existencia de materia orgánica o de tipo carbonoso por otro. Am bos han condicionado, en muchos casos, notables variaciones en el contenido de mineral de Hg, incluso localmente, dentro de la misma roca. b) Distribución de Hg desde el punto de vista estratigráfico En la región Astur-Leonesa todos los yacimientos encajan en el Poleozóico, estando distribuidos de acuerdo con el siguiente cua dro: N.° de Localidades Cámbrico Ordovicico Devónico Carbonífero 3 2 1 34 Localidades Caunedo, Valcarcel, Cazo Belerda, Olicio Miñera de Luna Resto (incluidos Olicio y Cazo). En el cámbrico las mineralizaciones encajan en la Formación Láncara, correspondiente al Geogiense superior-Acadiense, consti tuida por dolomías y calizas, con un nivel noduloso rojizo supe rior. Las mineralizaciones en el Ordovicico están empleadas en la cuarzita Armoricana, de edad Skiddaw. El único yacimiento conocido en el Devónico se localiza en el contacto entre las formaciones Santa Lucia y Huergas, correspon dientes al Devónico medio. La mayor parte de los yacimientos, se disponen en el carboní fero en los que aparece como se refleja en el cuadro. Edad Localidades Caliza de montaña Namuriense Pelúgano, Cazo, Bezañés, Tarna, Riosol, Lois, Olicio, Cangas de Ohís, Comeya, Amieva, Caldas de Luna. Calizas del Cares Viseense a Westfaliense Ortiguero, Puertas, Asiego, Poo de Cabrales, Oceño, Trescares, Bores, Suarias, Alies. Tramos entrecalizas Westfaliense (Caliza Masiva, se B-C rie de Lena, forma ción San Emiliano, Grupo Yuso) Gallegos, Muñón-Cimero, Brañalamosa, Piedracea, Vega del Rey, Valverdín, El Moro, Lois, Pedrosa del Rey, Maramuñiz. Brechas Intraforma- Westfaliense cionales C Terronal - La Peña, La Vallina, Campa del Trave, Los Rueldos. No existe por tanto una distribución definida dentro del car bonífero, sino que, por el contrario, a través de todos los niveles pre-estefanienses conocidos ha llegado a localizarse el Hg. c) Control tectónico de las mineralizaciones de Hg Estudiado este aspecto a gran escala las mineralizaciones de Hg Astur-Leonesas están controladas por dos efectos tectónicos: 1) Tectónica tanjencial que ha dado lugar a la implantación mantos de corrimiento a la que se ha superpuesto una una tectónica de plegamiento que los ha deformado. 2) Tectónica de fracturas tipo decrochement con sucesivas fa ses de removilización. Existe el hecho evidente de la posición de las mineraliza ciones en zonas próximas a los frentes de cabalgamiento pero también es notable la alineación de los mismos en las proximidades de grandes fracturas o sus satélites, ta les como la falla Cantábrica, la falla de dirección E-W que se extiende desde Arriondas hasta la provincia de Santan der o la zona de fracturas relacionada con el frente de Ablaña. A escala de yacimiento el mercurio aparece ligado a las siguientes estructuras: —Fracturas paralelas a las superficies de cabalgamiento, ocasionalmente en el núcleo de ventanas tectónicas. —En las charnelas o flancos de pliegues anticlinales apre tados con fracturación asociada. —En fallas transversales. d) Características mineralógicas de las mineralizaciones de Hg. Fundamentalmente se pueden establecer siete tipos de asocia ciones mineralógicas en la región Astur-Leonesa. Son: 1.°) Cinabrio exclusivamente (en ocasiones con pirita-marca sita), en cuyo tipo se incluirían: Bezanes, El Moro, Cazo, Miñera de Luna, Terronal, La Peña, Campo del Trave, La Vallina, Belerda. 2.°) Cinabrio, Rejalgar, Oropimente, como por ejemplo: Muñón-Cimero, Brañalamosa, Pelúgano, Caunedo, Valverdín, Valcarcel, Maramuñiz. Vega del Ciego Vego del Rey • + 6 INDICIOS LABORES DE RECONOCIMIENTO LABORES OE EXPLOTACION Asiego -Puertas ASTUROCCI- Valcarcel Caldas Valverdín Ambascasas Muñalen de de Torrestio Vados Corneal los Toral de Miñera Sobrado de Villar Visuña Luna Luna Vildas DE PLIEGUES MANTOS Caunedo ZONA ______ Moreda DENTAL-LEONESA ZONA Y C A Rueldos Peña Trave _ A Riosol Vega Figura los 1 Fierros A m ieva Pedrosa R iaño L ois Tarna Piedracea Puente Bezanes del Ciego Belerda Valle Cangas Cazo del R ey Moro PICOS DE EUR O PA A lies S u arias A rgallón O ceño T rescares Poo de C abrales A sieg o-P u ertas Río C asaño O rtiguera C om eya MANTOS deOnís DE B R I C A ______ _________ del Moro Olicio El Pelúgano ZONA T Brañalamosa N Maramuñiz Muñón-Cimero Gallegos Los del Vallina Campa La El Terronal-La CUENCA C ARBO NIFERA CENTRAL Z O N A 3.°) Blenda-Galena, Cinabrio, tales como: Poo de Cabrales, Oceño, Trescares, Suarias, Argallón, Los Rueldos. 4.°) Barita-Cinabrio, como: Ortiguero, Suarias, Alies, Asiego, Puertas. 5.°) Cinabrio-estibina-fluorita (talco), como en: Tarna, Riosol, Lois, Pedrosa del Rey. 6.°) Oxidos de Fe y Mn - Cinabrio de la que son ejemplos: Comeya, e indicios en Las Llacerias, Panes y Torrestío. 7.°) Sulfoarseniuros de Cu (cobres grises) - Cinabrio, tales co mo: Amieva, Poo de Cabrales. En estos dos últimos tipos el contenido en Hg es realmente pequeño y en muchos casos no deja de corresponder mas que a pequeños indicios siendo el Hg posiblemente removilizado por procesos cársticos. En los dos primeros tipos de asociaciones el mineral de Hg está fundamentalmente constituido por cinabrio, apareciendo ex cepcionalmente metacinabrio o incluso Hg nativo (Brañalamosa, Maramuñiz, Piedracea). Este último es localizable, en ocasiones, en relación con calizas con gran cantidad de materia orgánica. El ci nabrio se presenta en forma de filoncillos, agregados granulares o diseminado en la masa rocosa. En el tercer y cuarto tipo de asociación mineralógica, raramen te aparece el cinabrio cristalizado, sino mas bien con un aspecto terroso o pulverulento, rellenando hoquedades. Cuando se presenta asociado con estibina y fluorita encaja en forma de filoncillos irregulares, que en ocasiones constituyen ma sas lentejonares. Excepcionalmente se ha detectado la presencia de livingstonita (Pedrosa del Rey). Asi mismo estos minerales pue den estar asociados con talco (Tarna). El proceso mineralizador afectó frecuentemente a la roca en cajante, por lo que es notablemente frecuente la existencia de dolomitización o silicificación, generalmente de carácter muy locali zado. Como minerales de ganga no metálicos los mas frecuentes son cuarzo, dolomita, calcita, talco, caolinita, calcedonia, ankerita. G E N E SIS DE LAS MINERALIZACIONES DE H g Las características de emplazamiento, tectónicas y mineralógi cas de los yacimientos de Hg Astur-Leoneses, hacen que la mayor parte de los mismos deben considerarse epigenéticos. El caracter de yacimientos de tipo teletermal ya ha sido apuntado en algunas reseñas de tipo monográfico, sin embargo se pretende discutir so bre algunos aspectos poco considerados. Como se ha expuesto al tratar de las características tectónicas que controlan las mineralizaciones, estas parecen estar relaciona das con estructuras (fallas o cabalgamientos) que afectan a la co bertera poleozoica pero que muchas de ellas, deben de estar co nexionadas con el zócalo prepaleozoico. Por estas grandes fracturas, ha podido ascender la mineralización difundiéndose a través de estructuras secundarias. Esta po sibilidad explicaría gran parte de los yacimientos próximos a las grandes fracturas para los que no existe ninguna conexión con vulcanismos o plutonismos próximos. Unicamente existe proximidad con rocas intrusivas en los ya cimientos de la zona norte de León (Tarna, Riosol, Pedrosa del Rey) en los que existen mineralizaciones de estibina, fluorita y ci nabrio relacionadas con stocks de composición cuarzodiorítica o diorítica (N. Sjerp, 1966) emplazados con posterioridad al Westfaliense superior. Para estas mineralizaciones un origen epitermal puede ser admisible. En diversas regiones de la zona cantábrica se han localizado rocas intrusivas similares, pero sin haberse hallado mineraliza ciones asociadas. Igualmente existen manifestaciones volcánicas en diferentes épocas geológicas (Cámbrico superior, Ordovícico, Silú rico superior) pero no se considera posible una relación con las mineralizaciones de Hg. Mayores posibilidades, sin poder encontrar aún una confirma ción completa, podría tener el conexionar las mineralizaciones con la fase que dio lugar al vulcanismo de caracter básico existente en el Permo-Trias. Respecto a la edad todo parece indicar- que las mineralizaciones son posthercínicas. Esto último es aceptable en la, región Leonesa donde las mineralizaciones están relacionadas con una fase de granitización posthercínica. Además la difusión del Hg en muchas estructuras cabalgantes de la zona cantábrica es posterior al em plazamiento de las mismas y en relación con fallas que han teni do importante actividad con posterioridad al Paleozoico. Por todo ello se considera como válida, en principio, una edad postwesfaliense y posiblemente prejurásica. — 10 — Finalmente la existencia de indicios en relación con mineralización de origen cárstico, nos permite afirmar que, con posterio ridad a su emplazamiento, ha existido removilización del Hg. En la zona Asturoccidental-Leonesa las consideraciones genéti cas establecidas en este trabajo no son válidas, puesto que la pre sencia de este mineral es totalmente accidental. Su origen debe buscarse en el vulcanismo cambro-ordovícico, con el que posible mente estén relacionados los yacimientos de plomo-zinc de la zona. RESUMEN Y CONCLUSIONES De las características reseñadas para las mineralizaciones de Hg Astur-Leonesas pueden obtenerse las siguientes conclusiones: 1.°) La mayor parte de las mineralizaciones se localizan en la zona cantábrica. 2.°) Anarecen fundamentalmente encajadas en rocas carbona tadas y en menor proporción en rocas detríticas silíceas. 3.°) Su difusión y concentración está relacionada con la poro sidad y contenido en materia orgánica o carbonosa de la roca. 4.°) No existe un nivel estratigráfico definido en el que enca jan, si bien la mayor parte de las mineralizaciones se distribuyen en el carbonífero. 5.°) Están relacionadas a grandes fracturas o frente de cabal gamiento, asi como con estructuras anticlinales próximas a las mismas. 6.°) Su emplazamiento tuvo lugar en los momentos de disten sión y reajuste de las extructuras citadas. 7.°) Las mineralizaciones de Hg son de origen teletermal o epitermal, con una posible conexión con la fase efusiva que dio lugar al vulcanismo permo-triásico. 8.°) La edad de la mineralización es posthercínica y prejurásica. Posiblemente triásica. RECONOCIMIENTO: Nuestro agradecimiento a la Dirección General de Explosivos y Minas de Explosivos Río Tinto por las facilidades para la realiza ción de este trabajo, así como al Departamento de Geología Ge neral y Estructural de la E. T. S. I. M. de Oviedo por su desintere sada colaboración. — 11 — BIBLIOGRAFIA A n g e r , G . , B o r c h e r t , H., G i e s , H., L e h m a n n , F. y R i e c k , K.— D ie Q uecksilver-V ererzung von Soterraña-M ieres. A sturien (Spanien). F reib erg er F orsch u n g sh efte B reithaupt-K olloquium pp. 311-317, 3 fig. 6 fot. G u i l l o u , J. J. (1969).— C ontribution a l ’etu d e d es m in era lisa tio n s ordovicien n es en Sb de la Sierra d el C aurel (P rovin ces de Lugo et d ’O rense. Espagne). S cien ces de la Terre núm . 1 T o m o XIV. L o t z e , F. Q 945).— Zur G liederung der V arisziden der Ib erisch en M eseta G eotekt. F orsch. V. 6 > pp. 78-92. L o v e r i n g , T. S. 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Stuttgart). S j e r p , N. (1966).— T he g eology of the San Isidro-Porm a A rea. L eidse. Geol. M eded. V. 39, pp. 55-128. LOS CUARZOS IDIOMORFOS DE LA FORMACION DE LA CALIZA DE MONTAÑA (CARBONIFERO INFERIOR) DE ASTURIAS Y SU POSIBLE SIGNIFICACION GENETICA POR J. GARCIA IGLESIAS I .— INTRODUCCION Con frecuencia encontramos que, en la bibliografía especializa da, a los cuarzos idiomorfos de ciertas formaciones sedimentarias se les denomina «cuarzos autígenos». El término «autígeno» fue aplicado ya por Kalkowsky (1880) a minerales de neoformación o de origen secundario. Hoy día, este término tiene una utilización muchas veces confusa, ya que suele aplicarse a minerales idiomor fos de neoformación o de origen secundario, con la finalidad de resaltar este aspecto de idiomorfismo, olvidando que se trata de un término con sentido más amplio y aplicable también a minera les que, siendo igualmente secundarios o de neoformación, no pre sentan idiomorfismo alguno. En resumen, el término «autígeno» quiere significar que, aquel mineral al que se le aplica se ha origi nado en el lugar en el que se encuentra ubicado, con independencia de que sea primario o secundario, y sin que sea necesario un carácter idiomórfico del mismo. Esta confusión existe a propósito de los cuarzos idiomorfos, hexagonales y bipiramidados, que en ocasiones suelen aparecer con un grado de dispersión variable en zonas de la Caliza de Montaña, en Asturias. En la bibliografía existente reciben denominaciones di — 14 — ferentes: cuarzos autígenos, cuarzos idiomorfos, cuarzos bipiramidados, cuarzos ahumados, cristales de cuarzo. Aún cuando cual quiera de estos términos resulta comprensible para una persona familiarizada con el tema, es conveniente resaltar que el simple tér mino autígeno resulta incompleto e inadecuado cuando, como en este caso, se trata de cuarzos de neoformación que además presen tan idiomorfismo; y que resulta más lógico y riguroso emplear otros términos, tales como «cuarzos bipiramidados» o «cuarzos idiomorfos», empleando el calificativo complementario de «autí geno» cuando sea necesario expresar su posible carácter de mine rales secundarios o de neoformación. Este tipo de cristales de cuarzo es relativamente abundante, apareciendo en lugares y épocas bien diversas. Unas veces, quizá las más conocidas, se trata de minerales de facies salinas —en Es paña son bien conocidos en el Trías— de edades muy diversas (Grimm, 1962; Febrel, 1963; Marfil Pérez, 1970); con frecuencia son rocas carbonatadas las que presentan abundantes cantidades de cuarzos de este tipo, de las que el caso que nos ocupa constituye un ejemplo notable (Schulz, 1858; Mallada, 1898; Martínez Alvarez, 1965); también aparecen cuarzos idiomorfos de neoformación en sedimentos recientes (Baltzer y Ribault, 1971) o en relación con procesos de alteración superficial de rocas silicatadas, como son ios procesos generadores de ciertos tipos de yacimientos de bauxitas (Grubb, 1963; Sinclair, 1967); Termier y Termier (1963) ci tan igualmente la presencia de cuarzos idiomorfos en formaciones arrecitaies recientemente emergidas, y Cñilingar y otros (1967) se refieren a la presencia de cuarzos idiomorfos, con un tamaño de hasta 8 mieras, en rocas sedimentarias carbonatadas, señalándoles un posible origen epigenético en una etapa tardía de diagénesis; cuarzos con un aspecto de ídiomonismo mas o menos acusado, y con un evidente carácter de neoformación, se hallan con relativa frecuencia en niveles areniscosos, en los que ios granos de sílice detrítica son recrecidos por una sílice secundaria, movilizada en etapas de diagénesis o epigénesis (fotografías 25 y 2b) y depositada normalmente con la misma orientación cristalográfica del grano recrecido. Especial interés poseen los cuarzos idiomorfos ligados espacial y, sin duda, genéticamente con yacimientos hidrotermales de baja a media temperatura (Peters, 1958; Fuchs, 1962; Brecke, 1962, etc.) y en los cuales los cuarzos mencionados se pueden presentar tanto en zonas mineralizadas como en zonas externas al yacimiento, pero — 15 — dentro del dominio de influencia de los fenómenos de epigénesis causantes del yacimiento en cuestión. En la mayoría de los casos, estos cuarzos se consideran de origen secundario (neoformación), atribuyéndoseles con frecuencia un carácter claramente epi^enético. Y así ocurre con los famosos «jacintos de Compostela» de nuestro Trías, sobre los que existe una abundante bibliografía. En cambio, los cuarzos bipiramidados de la «caliza de Montaña» han sido menos estudiados desde un punto de vista genético, insinuando en algún caso la posibilidad de su carácter epigenético y su relación espacial con dolomitizacioles, y resaltando en la mayoría de los casos su posible papel co mo minerales «guía» que ayuden a caracterizar la caliza masiva, constituyente de la base local del Carbonífero en Asturias. Tampo co existen datos bibliográficos sobre la presencia de cuarzos idio morfos en relación con yacimientos españoles, al menos en trabaios recientes; y algunas citas en bibliografía antigua resultan con fusas, al referirse a «cristalitos de cuarzo» sin más, de donde no es posible deducir un carácter de automorfirmo de los mismos (Mallada, 1898). Sin embargo, la presencia de cuarzos epigenéticos, con un gra do variable de idiomorfirmo, es significativa en los yacimientos de fluorita de Asturias, especialmente en los casos en que éstos se hallan espacialmente relacionados con calizas —normalmente ca lizas carboníferas—, las cuales suelen presentar importantes fenó menos de silicificación epigenética (García Iglesias, 1972) en evi dente relación —tanto espacial como genética— con los depósitos de fluorita. En estos yacimientos, normalmente existen dos domi nios superpuestos —el de la fluorita y el de la sílice—, de los que el segundo posee generalmente una mayor amplitud y una antece dencia en el tiempo de génesis. En estos casos, los cuarzos idio morfos pueden aparecer tanto en relación con la fluorita, dentro del dominio de ésta, como en zonas externas a dicho dominio. En el presente trabajo se trata de estudiar el posible modo de génesis de los cuarzos bipiramidados en calizas —y en concreto los de la «Caliza de Montaña»—, relacionándolos en la medida de lo posible con fenómenos de epigénesis, e intentando analizar el significado que pueden tener como minerales «guía» en los traba jos de prospección. — II.— LOS 16 — CUARZOS TDIOMORFOS Y LOS PROCESOS EPIGENETICOS Vamos a referirnos a dos procesos fundamentales, con los que encontramos una especial relación espacial por parte de los cuar zos bipiramidados: los fenómenos de recristalización y los de susti tución. 1. La recristalización. Dentro de las rocas carbonatadas que presentan cuarzos automorfos —tanto en relación con yacimientos hidrotermales de fluo rita, como en otras en que estos cristales se hallan en áreas de «Caliza de Montaña» sin aparente relación con indicios de mineralización—, se suele observar en los carbonatos la existencia de un fenómeno de recrecimiento de grano —a veces muv marcado— dando cristales de intenso maclado típico (véanse fotografías 7 a 9, 11, 12, 16 a 18 y 22). El fenómeno de recristalización, por sí mis mo, es un proceso que indica unas condiciones de inestabilidad interna del sistema ante un medio estable; o bien una reacción de ese sistema —estable o no— ante unas condiciones externas que cambian y lo activan hacia un estado de mayor estabilidad. Según Grigor’ev (1962) se dan casos de movilización de impu rezas en magnesitas, que al recristalizar las expulsan introducién dolas en zonas intergranulares. El mismo autor, citando a Kaleda (1955) señala que las impurezas pueden en ocasiones inhibir la recristalización, siendo el tamaño de grano alcanzado inversamen te proporcional al porcentaje de impurezas en calizas v dolomías. Pero, de hecho la recristalización puede dar origen a la moviliza ción de elementos y sustancias diversas —los podemos conside rar en muchos casos como impurezas que aumentan la inestabi lidad del sistema, que evoluciona expulsándolos—: sustancias tales como Fe, sílice, etc., pueden ser alejadas y concentradas en pun tos más o menos distantes de las zonas de recristalización. Estas distancias que recorren pueden ser puramente microscópicas o bien a escala de muestra de mano y perceptible a simple vista, (en algunos casos cabría preguntarse, si no podrían ser los fenó menos de recristalización de amplias zonas los causantes de remo vilización y concentraciones importantes de sustancias que hoy encontramos constituyendo un yacimiento, especialmente en rela ción con fenómenos importantes de metamorfismo). Esta recris- talización, muy frecuente en los procesos de diagénesis, moviliza con gran facilidad la sílice de origen singenético que poseen los sedimentos carbonatados; también moviliza la materia carbonosa y el hierro, que se concentran formando «frentes», o bien en los espacios intercristalinos de los carbonatos recristalizados y maclados. Otros elementos como el M2 , Sr. Mn v Ba pueden ser expulsados durante los procesos de recristalización, inversión v cre cimiento de grano, pasando a ocupar los espacios intergranulares ocupados por un cemento o matriz intersticial o por un fluido da do (Chilingar y otros, 1967). Tales fenómenos pueden realizarse durante los procesos hidrotermales, que sobre rocas carbonata das también dan origen a fenómenos de recristalización, sustitu ción, etc. En los yacimientos de fluorita en Asturias son abundantes los eiemplos de migración de sílice, que se observan con frecuencia a escala microscópica en las secciones delgadas, como consecuencia del mismo proceso hidrotermal responsable de la mineralización. Por lo que respecta a la sílice de rocas carbonatadas, se observa una clara tendencia a concentrarse en un frente, en el límite en tre las zonas en que los carbonatos poseen un mayor tamaño de grano y abundantes maclas —zonas recristalizadas—. v las oue han sido menos afectadas por el proceso de recristalización (ver foto grafías 14, 15, 17 a 20). En muchas ocasiones se observan forma ciones de un cuarzo autígeno de claro aspecto idiomorfo, que conserva abundantes restos de carbonatos sin sustituir. También es notable observar cómo las zonas recristalizadas pierden su contenido original en sílice v hierro —éste también se concentra en frentes, como la sílice—, sufriendo una cierta decoloración (ver fotografías 11 a 20). En los procesos de sustitución por fluorita, se sustituye con mavor facilidad a la sílice —con frecuencia se conservan restos de ésta sin digerir, especialmente si se trata de sílice automorfa—, que al hierro (productos oxidados), quien en ocasiones persiste en la fluorita concentrado en frentes inmedia tos a lo que podríamos definir como línea de sustitución. La observación microscópica de numerosas muestras hace pen sar en una migración de la sílice a tenor de la recristalización y de las demás alteraciones que trae consigo el hidrotennalismo ge nerador del depósito; esta sílice, inicialmente dispersa en la masa de roca carbonatada, tiende a concentrarse saliéndose de Jas zonas afectadas inicialmente por la recristalización, fenómeno que apa rece como muy precoz; si le es posible, se originarán masas de sí-/ — 18 — lice con tendencia al automorfismo, a veces con formación de cris tales aislados de mayor o menor perfección y tamaño. En un mo mento dado, en las primeras fases en que sólo tenemos el proceso de recristalización de los carbonatos —considerando un orden ge nético más aue un orden temporal en la sucesión de fenómenos—, observamos la presencia de áreas de carbonatos recristalizados, los cuales han expulsado la sílice original, y zonas menos afecta das, que conservarán en mayor o menor grado su aspecto original y su contenido en'sílice. En resumen, la sílice de origen singenético, que poseen las rocas carbonatadas, tenderá en estos casos a concentrarse en frentes, en zonas límites de las áreas recristalizadas (ver fotografías 14, 15, 19 y 20); o bien originará cristales autteenos de aspecto más o menos idiomorfo (fotografías 12 y 16 a 18), los cuales aparecen como más estables ante los carbonatos recristalizados. si bien, en alsunos casos se ve claramente cómo los carbonatos tienden a sustituirlos al progresar el fenómeno de recristalización: los cristales de cuarzo automorfo que aparecen más corroídos secundariamente por carbonatos, son los que se hallan en las zonas de mayor índice de recristalización de éstos (fo tografía 12). A modo de complemento podemos hacer la observación de que en ocasiones los cuarzos automorfos del Trías —ligados a margas y yesos— se encuentran englobados en una matriz que ha sufrido un alto índice de recristalización, la cual pudiera muy bien provocar la movilización de su contenido en sílice, oue migraría hacia zonas favorables —planos de fractura o de mínima cohesión, como señala Marfil Pérez (1970)— produciendo cuarzos autígenos idiomorfos por sustitución. Finalmente, v a propósito de ver cómo en ciertos casos se da una ausencia de cuarzos de neoformación en las zonas de máxima recristalización, cabría preguntarse si se debe a la movilización de la sílice singenética por la recristalización en sí. o b i e n , como decíamos antes a propósito del posible papel inhibidor de la re cristalización que pueden tener las impurezas en los carbonatos, si la recristalización es máxima en las áreas de menor concentra ción original en impurezas (sílice en este caso). Sin embargo, no cabe pensar en unas diferencias tan notables en el contenido origi nal en sílice entre zonas tan próximas, como para justificar esas diferencias de repartición en cuanto a grado de recristalización y presencia de cuarzos de neoformación, incluso a escala microscó pica: Una manifestación tan puntual y localizada de fenómenos — 19 — similares encuentra mejor justificación en base a causas epigenéticas; y no solamente en base a diferencias de composición origi nal en sílice de la caliza sedimentaria, a tan pequeña escala. 2 .—El metasomatismo. A juzgar por los datos observados en el estudio de los yaci mientos asturianos de fluorita, los fenómenos de movilización de sílice han sido particularmente intensos y significativos (García Iglesias, 1972). La silicificación es un fenómeno que suele acom pañar en más o menos grado a los depósitos de espato de flúor, hecho bien común en yacimientos similares de otras partes del mundo. Ya hemos hecho mención anteriormente a la importancia que parece tener, como agente removilizador de sílice, la recristaliza ción, que aparece como uno de los primeros fenómenos por los que empieza el complejo proceso hidrotermal. Este proceso llega posteriormente a producir importantes «sustituciones», con un ba lance positivo para la fluorita a costa de carbonatos y sílice prin cipalmente, que son eliminados de la zona de mineralización. Y si bien una parte importante de la sílice que con carácter epigenético encontramos en los yacimientos de fluorita de Astu rias puede venir con las mismas soluciones mineralizadoras —sin entrar en la discusión de su origen mediato—, no cabe duda que la actuación de las condiciones «hidrotermales» sobre las ro cas afectadas, en el dominio del yacimiento, origina una pues ta en movimiento de la sílice que éstas poseen originaria mente. Así, la removilización que se origina con los preco ces fenómenos de recristalización, se ve ampliada, afectando a un dominio mayor de rocas encajantes, durante los posteriores fenómenos de metasomatismo. Este fenómeno se evidencia clara mente en los yacimientos de fluorita de Asturias, en donde «re cristalización» y «silicificación» de rocas carbonatadas constituyen dos dominios a los que se superpone el de la fluorita, el cual es posterior y parece aprovechar generalmente unas condiciones de mayor permeabilidad —aumento de permeabilidad secundaria (García Iglesias, 1972)—, provocada en parte por los fenómenos anteriores. Entre la sílice residual que se halla relacionada con las zonas de fluorita, tenemos muchos tipos: «chert»; detrítica, con un grado variable de «corrosión»; «calcedoniosa», y también — 20 — en forma de cristales idiomórficos de tamaño variable y automorfismo más o menos acusado. Los granos de sílice detrítica suelen tener con frecuencia una sílice secundaria de recrecimiento, la cual tiende a darles una terminación idiomórfica (ver fotogra fía 25). Otro hecho que se observa en cuanto a la estabilidad de las diferentes clases de sílice, consiste en que los cristales idio mórficos son los más estables y los que más se resisten a los fe nómenos de sustitución por parte de la fluorita (fotografías 21 a 23), quien a veces los conserva como inclusiones primarias. En suma, el fenómeno de sustitución es un agente que no sólo afecta a los carbonatos en relación con la puesta «in situ» de la fluorita, sino que también moviliza a la sílice de origen singenético que las rocas afectadas por la mineralización poseen. Y al redepositarse dentro de un dominio más amplio, puede producir la formación de cuarzos idiomórficos en rocas carbonatadas, por sus titución de los carbonatos de ésta. Las zonas de fracturas serán zonas de más fácil circulación, y por tanto donde con mayor pro babilidad encontraremos la presencia de tales indicios (ver apar tado III). 3 .—Las Dolomitizaciones. Los procesos de dolomitización pueden tener orígenes diversos y discutibles, ligados a fenómenos de circulación de aguas juveni les, vadosas y connatas, a diagénesis, etc. Como señala Dapples (1967, a), en muchos sedimentos carbo natados tenemos presencia de una sílice tipo «chert» ligada a fe nómenos de dolomitización secundaria, la cual puede ser anterior a la formación de la sílice; ésta siempre reemplaza a los carbona tos de calcio. El mismo autor señala que la sílice de origen secunda rio tiende a depositarse preferentemente en forma de «chert», salvo cuando existe sílice detrítica abundante, en cuyo caso tiende a recrecer los granos de forma que les confiere un marcado idiomorfismo; y que posteriormente la calcita puede remplazar par cialmente a la sílice. Si bien el autor se refiere especialmente a fe nómenos de sedimentación y diagénesis, no por ello hemos de de jar de relacionar tales fenómenos —dolomitización y silicifica ción— con fenómenos epigenéticos como los que aquí considera mos, observando una cierta concordancia. — 21 - En el caso de las dolomitizaciones epigenéticas que encontra mos ligadas a las «Calizas de Montaña», y que son bien abundan tes, una dolomitización de este tipo pudiera justificarse fácilmen te en base a la removilización del contenido original en Mg que estas calizas poseen. Tampoco debe descartarse la ascensión de soluciones que, proveniendo de zonas estratigráficamente inferio res, tomen el Mg de los terrenos devónicos, inmediatamente infe riores y especialmente ricos en magnesio. Volviendo a la «Caliza de Montaña», en ella es muy frecuente encontrar gran abundancia de dolomitizaciones de importancia di versa, y con las que de vez en cuando aparecen indicios de mineralizaciones hidrotermales, hasta el momento de importancia re lativa (mineralizaciones de Cu, Co, fluorita, cinabrio, etc.). Hemos hecho referencia ya a que la presencia de cuarzos idiomorfos en la citada caliza suele venir acompañada de la presencia de un fenómeno de dolomitización epigenética de importancia cuan titativa variable —coincidencia que ya señalaba Schultz (1858)—, presentándose en zonas de especial tectonización. Los cuarzos idiomorfos se hallan siempre en lo que es la caliza pura, y no en zonas dolomitizadas propiamente dichas. Los carbonatos de la caliza pre sentan además frecuentes e intensos fenómenos de recristalización, que podrían ser un dato a la hora de justificar los mismos fenó menos de dolomitización (¿secreción?). Por otra parte, y en apoyo de la suposición de que sean los pro cesos de dolomitización causantes del fenómeno de removilización de la sílice contenida originalmente en las calizas, diremos que se gún datos del I. F. P. (1959), la dolomitización de calizas viene acompañada de un empobrecimiento en S i0 2. Probablemente se deba a un aumento del pH, como exige en tales casos la dolomiti zación de calizas, el cual motiva una movilización más fácil de la sílice. También es un dato de experiencia importante el observado en la zona de Las Caldas, en donde, dentro de una zona de caliza en la que existen cuarzos idiomorfos ligados a dolomía, tenemos algu nos indicios de F 2Ca de típico color violeta, que acompaña a la dolomía en pequeños filoncillos de escasos milímetros de potencia. Un ejemplo especialmente significativo de formación de cuarzos bipiramidados ligados a una dolomitización epigenética, se descri be en el apartado III. También en algunos yacimientos de fluorita de la «Caliza de Montaña» —por ejemplo Oseja—, tenemos que la mineralización de fluorita —en relación con la cual encontramos — 22 — cuarzos idiomorfos nuevamente—, se halla relacionada, espacial y genéticamente, con un fenómeno de dolomitización epigenética de la misma caliza. Se trata, pues, de resaltar unas coincidencias demasiado fre cuentes para ser pasadas por alto; y que si bien cabe discutir su dependencia genética y las razones de la misma, lo que debe ser retenido por el geólogo dedicado a la investigación es que no pue de negárseles un cierto carácter de «guía», que puede ser de valiosa ayuda en los trabajos de prospección. 4.—El origen de la sílice. Algo ya se ha apuntado anteriormente sobre el posible origen de la sílice que posee unas características epigenéticas, y en con creto sobre la sílice idiomórfica. Dos procedencias distintas pode mos establecer a priori: a) Sílice que llega, a favor de fenómenos de epigénesis, de zo nas exteriores a las del dominio actual. b) Sílice singenética —contenida originalmente en la roca— que es movilizada y reorganizada posteriormente. La sílice que las calizas poseen normalmente, podría justificar en muchos casos, por removilización a pequeña escala, la forma ción de cuarzos idiomorfos, tal como los encontramos en la «Ca liza de Montaña». En ocasiones el contenido en sílice de ciertas calizas puede ser especialmente elevado, hasta el punto de tener que recurrir, para justificarlo, a aportes de origen volcánico (Dap ples, 1970, a). Resumiendo en breves palabras las distintas causas por las que podemos justificar importantes cantidades de sílice en los sedi mentos, y en concreto en las calizas, podemos decir: —Sílice transportada a las cuencas por los ríos, en forma coloi dal o en disolución. —Sílice detrítica, de tamaño variable, arrastrada al mar por transporte fluvial o eólico. —Sílice de origen volcánico. —Sílice de origen orgánico (radiolarios, diatomeas, etc.). Desde un punto de vista cuantitativo, podemos decir que, para la formación de los cuarzos idiomorfos autígenos, bastaría recurrir a la sílice de origen sedimentario o volcánico, que poseen las cali zas normalmente. No obstante, y cuando nos hallemos ante fenó — 23 — menos importantes de epigénesis —por ejemplo dolomitizaciones o bien procesos mineralizadores diversos— no podemos excluir el posible papel de una sílice «extranjera», aportada por los agentes de la epigénesis, especialmente cuando el fenómeno de silicifica ción es de amplitud e intensidad grandes, y no se limita a la mera presencia de nuestros cuarzos idiomorfos. La mayoría de los autores —Teodorovich (1961, Chilingar y otros (1967), Dapples (1967, a)— piensan que la mayor parte de la sílice que se integra originariamente en los sedimentos lo hace co mo sílice de tipo calcedonia y ópalo, en relación o no con volcanis mo; posteriormente sería reorganizada durante las etapas de diagénesis o de epigénesis, en las que también tendremos amplios fe nómenos de recristalización y metasomatismo o sustitución. Esta sílice será la que primero y más facilmente se removiliza durante las etapas de diagénesis; aunque la sílice de naturaleza detrítica —en torno a la cual se reprecipita con facilidad una sílice secun daria— también sufre en ocasiones fenómenos de ataque y susti tución, que podrían justificar, en parte, una cierta cantidad de la sílice puesta en juego durante las etapas posteriores a la sedimen tación. En este sentido resultan especialmente significativas las ex periencias de Harder y Flehmig (1970), quienes a partir de la síli ce absorbida por hidróxidos de Fe, Al, Mn, y otros elementos a partir de soluciones muy insaturadas (0,5 p.p. m. de S i0 2), lle gan a obtener al cabo de catorce días cuarzos de neoformación de hasta 0,1 mm., que conservan inclusiones de aquéllos. La tem peratura es un factor que influye en el proceso, aumentando con ella la cantidad de sílice neoformada; y también influye positiva mente la cantidad de sílice de los hidróxidos, siendo en las zo nas de máxima concentración donde más intensa es la neofor mación de cuarzos. Y resumiendo los datos disponibles en torno a la sílice que se presenta de manera automorfa, existe una mayoría de casos en que se aboga por una causa diagenètica o epigenética, siendo el suyo un origen por sustitución. II.—UN YACIMIENTO SINGULAR DE CUARZOS IDIOMORFOS. Una existencia singular de cuarzos bipiramidados especialmen te importante en «Caliza de Montaña», se da en la Garganta del Cares (ver figuras 1 y 2). Aquí los cuarzos se hallan íntimamente — 24 — Rl bod«**tlo Co f r « * o Lio««» 1 " • -------------- I i „ 1 o CobroUi & Dolo m itito c io 'n / ARENAS DE ¡ i i * || C A B R A IE S i CAMARMEÑA 1 --------------------- '* ! ■ Río C ores o T IE L V E | \ \ Comino de 8U LN ES F¡g 1 (Gráfico da situación) TECHO MURO I ' •\ \ ¿ ¿ ^ . D y D j / p,-V.j C u o rz o s b ip ir a m iíja d o » Z' y é r / /© o Mont aña D * Dol omi ti zoci on / ■j CM %0 Cofi zo /CM / cm , 10m I :m F ¡g 2 ( Corte esquemáti co) Ii I m m T m Fío. 3 ________________________________________________________________ — 25 — relacionados con una masa importante de dolomía de aspecto filoniano, la cual tiene una longitud del orden del kilómetro y una anchura que en ocasiones alcanza más de 20 metros. En la dolomía se encuentran frecuentes enclaves de caliza, como restos de susti tución. Su formación parece haberse realizado a favor de una im portante fractura en la caliza masiva carbonífera, en general muy tectonizada, a partir de un proceso de dolomitización epigenética. 1.—Morfometría. El análisis morfométrico de estos cuarzos del Cares (García Iglesias, 1973) viene resumido en el cuadro adjunto, donde el lec tor puede hacerse cargo de las semejanzas que presentan con cuar zos de otras procedencias. Dicho estudio se basa en el factor «x», definido por la relación longitud/anchura máxima de los cristales. CUADRO RESUMEN DE DATOS REFERENTES A DISTINTAS POBLACIONES DE CUARZOS BIPIRAMIDADOS N.° Población estud. 1 2 Media (x) Mediana Moda Rango Desviación típica (6) 2,6 3,25(1) 2,30(1) 2,4 0,8 5,4 6,5(1) 5,5(1) 7,9 1,3 Población núm. 1: Cuarzos de la «Caliza de Montaña» (Monte Naranco y Las Caldas). Cuarzos del Cares, en «Caliza de Montaña», al techo de masa de dolomía epigenética. Cuarzos de Caliza Carbonífera, en proximidad de yacimiento de fluorita (Collada). Cuarzos del Keuper de Asturias (proximidades de Pola de Siero). Cuarzos del Trías de diferente procedencia. Cuarzos hidrotermales, no metasomáticos (Berbes). Población núm. 2: Población núm. 3: Población núm. 4: Población núm. 5: Población núm. 6: 3 4 4,4 1,5 4,8(1) 1,55(1) 4,3(1) 1,55(1) 2,2 0,9 0,4 0,9 5 2,3 2,3(1) 2,3(1) 2,3 0,7 6 1,6 1,55 1,55 0,8 1,05 (1) V alores que corresponden al punto m edio de los corresp on d ien tes in tervalos en el histogram a de frecuencias. — 26 — Las consecuencias fundamentales que se desprenden son: a) Los cuarzos bipiramidados de la caliza de Montaña, den tro del paralelismo que cabe observar, presentan un valor de x (longitud/anchura máxima) algo inferior. Bien es cierto que el cál culo se realizó sobre cuarzos bipiramidados de Las Caldas y del Naranco —dos parajes de las inmediaciones de Oviedo— con dimen siones superiores a las de los cristales del Cares; y que generalmen te, se observa una disminución de su valor «x» al ir creciendo su longitud. Ambos datos, lejos de suponer una contradición, pa recen ser perfectamente concordantes, si no perdemos de vista las observaciones apuntadas en torno a las dimensiones. b) Su semejanza máxima, en los datos expuestos en el cuadro anterior, se da entre aquellos cuarzos que, relacionados con yacimien tos epitermales de fluorita en Asturias, se han originado por sus titución de diferentes materiales, especialmente carbonatos. c) En cambio difieren notablemente de los valores obtenidos para cuarzos bipiramidados del Trías, cuya génesis se interpreta también por fenómenos de sustitución. Los datos obtenidos aquí son muy similares con los que Grimm (1962) considera normales en este tipo de cuarzos: según este autor, son valores normales de «x» en cuarzos idiomorfos de facies salinas los comprendidos en tre 1,5 y 3. d) Aún resultan inferiores los valores de x que nos dan cuar zos idiomorfos de yacimientos hidrotermales de fluorita, formados por cristalización, en espacios abiertos, a partir de las soluciones hidrotermales correspondientes, los cuales presentan a su vez un aspecto de gran transparencia. Este mismo hecho se observó en cuarzos similares encontrados en un yacimiento de Hg de la región Asturiana. 2 .—Otras características. Entre los aspectos de dichos cuarzos —los del Cares— más importantes a resaltar, tenemos: a) Se hallan localizados siempre en el techo de la dolomía, y siempre dentro de la caliza, siendo singular la brusca desaparición de tales cuarzos al llegar al límite, neto aunque irregular, entre la zona dolomitizada y la propia caliza (ver fotografías núme ros 5 y 6). — 21 — b) La densidad de cuarzos es muy superior a la que se da en otras zonas de la «Caliza de Montaña», como Las Caldas y Naranco, donde el fenómeno de dolomitización no es tan importante. Estos cuarzos del Cares, que crecen sin orientación concreta, a veces están aislados, especialmente en puntos donde su abundan cia es relativamente pequeña; pero en ocasiones su densidad es tal, que originan abundantes interpenetraciones (ver fotografías 3 a 6) sin regla fija, pero con predominancia de posiciones en que sus ejes «c» aparecen formando pequeños ángulos. c) La zonalidad de los carbonatos incluidos, así como señales de diferentes fases de sílice v retro-penetraciones de carbonatos, in dican un fenómeno de sustitución oscilante, con interrupciones v fases de diferente intensidad (ver fotografías 7 v 8). El acusado desarrollo de los cristales en la dirección del eie «c», lo nne les hace poseer un factor «x» elevado, como va vimos, se debe a un desarrollo preferente de sílice sobre las caras «r» v «z». Esos pla nos en ocasiones son los eme poseen una mavor abundancia de in clusiones de carbonatos, en comparación con los planos «m» (ver fotografía 7). Pero también existen diferencias en cuanto a la abun dancia de inclusiones en los planos «m», que en ocasiones son pla nos con abundantes restos de carbonatos repartidos irregularmen te. Todo ello lleva a pensar en un fenómeno de sustitución variable en su intensidad no sólo en función del tiempo —como se deduce por la zonalidad de las inclusiones—. sino en función también de la orientación espacial de cada pla no —lo que se deduce de la distinta abundancia de inclusiones en planos de diferente orientación, pero contemporáneos en su géne sis—. Es posible que todo ello indique una cierta dependencia del fenómeno de sustitución con la orientación de los planos cristalo gráficos: con lo que sería factible intentar, en base a las caracte rísticas de tales inclusiones, deducir el sentido de progresión del fenómeno de movilización de sílice; para concluir en este tema, las muestras a estudiar deberían ser tomadas en el campo orientadamente. d) La falta de transparencia y las tonalidades oscuras que presentan los cuarzos se deben esencialmente a las inclusiones de carbonatos, perfectamente visibles al microscopio. Por otra parte, al ser fragmentados y submergidos en una solución de C1H dilui do, acusan un intenso grado de decoloración, como consecuencia — 28 — de la eliminación de sus inclusiones de carbonatos de calcio princi palmente. e) El dominio de neoformación de cuarzos es relativamente reducido, siempre, como va advertimos, al techo de la dolomía: su espesor normal es del orden del metro o aún menos; ñero en ocasiones puede alcanzar algunos metros, especialmente a favor de fracturas de la misma caliza, por las que la sílice parece haber visto facilitada su movilidad (ver figura 2). Algunos ejemplares de cuarzo de mayor tamaño —las dimensiones más normales oscila ban entre 0,1 y 2 cm.— con dimensiones anormalmente grandes, análogas a las de los cristales de Las Caldas y el Naranco, pueden aparecer en las zonas más externas de la caliza afectada, v va cuando el fenómeno de neoformación es poco acusado o casi ine xistente. f) Si bien toda la Caliza de Montaña, muy tectonizada, está generalmente afectada de un cierto fenómeno de recristalización de carbonatos, en la zona de los cuarzos se observan puntos ron un índice de recristalización superior. Y en algunos casos, esta recristalización aparece como más tardía one Ir formación de los cuarzos, a los que los carbonatos recristalización parecen des plazar, retro-penetrándolos. 3. Interpretación genética. Creemos que a la luz de todos los datos expuestos, la interpre tación genética más correcta para estos cuarzos de la «Caliza de Montaña», del Cares, es la de considerarlos como minerales de sustitución. La cantidad de cuarzos presentes no exige aportes especiales de SiCh; su abundancia estaría de acuerdo con el supuesto de considerar a la sílice como derivada del contenido original de la caliza —sílice singenética—, al ser desplazada por el fenómeno de dolomitización, pues la formación de dolomía exige valores de pH altos, bajo los cuales la sílice se moviliza fácilmente. La zona del techo, en donde tenemos los cuarzos, marcaría el sentido en el que el fenómeno dolomitizante progresaba. — 29 — CONCLUSIONES 1. El origen de los cuarzos bipiramidados de la «Caliza de Montaña» se debe a un fenómeno de metasomatismo de carbonatos, gracias a la sílice removilizada durante el transcurso de fenó menos de epigénesis, principalmente dolomitización. En su desa rrollo, los cuarzos idiomorfos de la «Caliza de Montaña» revelan oscilaciones, con momentos en que los carbonatos retro-penetran a la sílice de neoformación. Ciertos autores se refieren a variacio nes en el pH para justificar estas oscilaciones en el equilibrio sílice-calcita (Fairbridge, 1967). 2. La movilidad de la sílice integrada originalmente en los se dimentos carbonatados parece depender —haciendo abstracción del pH— de los fenómenos de recristalización y de metasomatis mo. En nuestras observaciones, anteriormente expuestas, ambos fenómenos se presentan como coincidentes en el espacio, con un proceso de desplazamiento de sílice, que, en ocasiones, se consti tuye como sílice automorfa de neoformación en zonas inmediatas. Y ésta es la causa que atribuimos a los cuarzos del Cares —forma dos a partir de una sílice sedimentaria de la caliza, que se movili za por el metasomatismo magnesiano, el cual supone un aumento del pH—, y a los de otras zonas de la «Caliza de Montaña», ligados igualmente a dolomitizaciones. En cambio en los yacimientos de fluoritas, la movilización de sílice —aparte del metasomatismo, de cisivo como agente mineralizador, y al que le corresponde un pa pel importante en lo que se refiere también a la movilización de SiOo—, se ve condicionada en buena medida por las etapas inicia les de recristalización de carbonatos. 3.—De los estudios morfométricos podemos deducir que se pue den separar bien los cuarzos originados en calizas —como conse cuencia de fenómenos de epigénesis—, de otros cuarzos similares originados en facias salinas, como son los que encontramos en el Keuper de España. También poseen características diferentes, en cuanto a su morfometría, de los cuarzos idiomorfos bipiramidados que suelen encontrarse en huecos de depósitos de fluorita, y a los que es posible suponer un origen por cristalización en espacio abierto a partir de la misma solución mineralizadora; éstos pre sentan una x, como ya vimos, muy inferior incluso a la de los cuarzos del Keuper. Todo ellos nos permite concluir que parece existir una relación directa entre el tipo de cuarzo idiomorfo —en — 30 — tre su morfología— y el modo de génesis (cristalización o metasomatismo). 4. Dentro de los cuarzos originados por metasomatismo que aquí hemos comparado —cuarzos de la Caliza de Montaña y cuar zos ligados a yacimientos de F-Ca—, vemos que existe semejanza en cuanto a su morfometría, si bien los primeros suelen presentar un desarrollo y una perfección mayores. Sin embargo podemos es tablecer diferencias en base a las inclusiones, que normalmente son de carbonatos: a) Estas son más abundantes en los cuarzos de la Caliza de Montaña que en aquellos otros relacionados con los yacimientos epitermales de fluorita, en los que incluso pueden llegar a faltar como consecuencia de un fenómeno de sustitución más intenso y acabado. b) Por otra parte, la distribución zonada de carbonatos en los cuarzos de la «Caliza de Montaña» no se da en los otros, o es muy poco acusada. 5. Dentro de un mismo yacimiento de cuarzos automorfos, pa rece posible establecer algunas relaciones entre sus características y la posición relativa respecto al foco del fenómeno de epigenesis que los origina. a) Los cuarzos decrecen en número al alejarnos, pero aumen tan en perfección y tamaño. b) Las inclusiones tienden a ser más abundantes a medida que nos hallamos en zonas más exteriores al área afectada. 6. Las características señaladas en los puntos 3, 4 y 5 pueden tener una cierta relación con un gradiente de temperatura. Relación que caso de confirmarse en base a investigaciones más sistemáti cas, sería de gran interés práctico de cara a los trabajos de pros pección. 7. En suma, el interés práctico de los cuarzos de la «caliza de Montaña» radica en puntos fundamentales, tales como: a) Ser minerales indicadores de procesos epigenéticos, como son recristalización v metasomatismo, tan frecuentemente asocia dos a procesos generadores de yacimientos hidrotermales. b) Su íntima relación espacial —y, en nuestra opinión, genéti ca— con importantes fenómenos de dolomitización: dolomitización que en algún punto se halla ligada a indicios de FoCa (Las Caldas) o a depósitos de cierta importancia (Oseja de Sajambre), en relación con la «Caliza de Montaña». Por ello consideramos que se les debe prestar atención, aún cuando aparezcan con carácter — 31 — más o menos disperso, especialmente si vienen acompañados de fe nómenos de dolomitización. c) Y también por su presencia en algunos procesos epigenéticos de silicificación que acompañan sin más a yacimientos de diferente naturaleza —formando un dominio espacial que frecuen temente es exterior al dominio de la mena—, cuando se hallan en cajados en rocas carbonatadas. — 32 — BIBLIOGRAFIA B a l t z e r , F. y R i b a u l t , L. (1971): “N éogen ése de quartz dans le s ban cs séd im en ta ires d ’un delta trop ical”. C. R . Acad. Sci., Paris^ 173, sér. D, 10831086. B r e c k e , E. A. (1962): “Ore G enesis of the C ave-in-R ock F lu orsp ar D is trict”. Econ. Geol., 57, 499-535. C h i l i n g a r , G. V. y otros (1967): “D ia g en esis of C arbonate R o ck s”. En “D iagen esis in S ed im en ts”, Ed. L arsen y C hilingar, cap. 5. E lsev ier Publ. Co. A m sterdam . D a p p l e s , E. C. 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Para ello, hemos considerado dos aspectos principa les: Por un lado, los trabajos de campo, en los que se trata de ver las relaciones del yacimiento con la Geología de la zona, observán dose las influencias favorables de la estratigrafía y tectónica, para que se produzca la mineralización. Los estudios cartográficos, se han reducido a los alrededores de la concesión minera que comprende al yacimiento. El segundo aspecto, es relativo a los trabajos de laboratorio, entre los que se han efectuado los siguientes: Estudio microscópico de los materiales más directamente re lacionados con la mineralización, lo que nos permite sacar conclu * E ste trabajo ha sido realizado en el D epartam ento de C ristalografía y M ineralogía de la U n iv ersid a d de O viedo. — 36 — siones sobre las características de la roca encajante y la forma de presentación del mineral. Estudios térmicos, nos permiten determinar el orden aproxima do de las temperaturas de cristalización. Mediante el estudio de la decoloración térmica, vemos la variación de temperatura de deco loración, según el tono y la intensidad del color en la muestra. Para la identificación de las diferentes especies minerales, per tenecientes algunas al grupo de las arcillas, se ha utilizado la di fracción de rayos X, lo que ha puesto de manifiesto que el número de especies minerales diferentes es bastante reducido, presentán dose las existentes de forma muy variada en aspecto y grado de cristalización. Como final del trabajo se exponen las conclusiones a que se ha llegado a partir de los estudios anteriores. ESTRATIGRAFIA Los materiales relacionados con la mineralización pertenecen a la parte superior de la sucesión de pizarras con intercalaciones de areniscas, situadas por encima de la caliza de montaña. El conjunto presenta una potencia aproximada de unos 300 mtrs. y su edad corresponde al Namuriense Westfaliense. (Mapa Geoló gico de España, hoja 79). Para los fines perseguidos en el presente trabajo, se han es tablecido dos columnas estratigráficas: una a escala 1: 4.000, le vantada en el corte de la carretera, y que comprende desde nive les inferiores a los cortados en la mina, hasta la caliza de la E s calada. La segunda levantada en el interior de la mina, solo in cluye los materiales afectados por la explotación, que se pueden hacer corresponder con la zona más baja de la anterior. La sucesión, formada exclusivamente por pizarras y areniscas, presenta gran uniformidad, en lo que se refiere a los materiales de la misma litología, siendo difícil precisar diferencias entre los distintos niveles de pizarras y areniscas, debido a que tanto en composición como aspecto exterior, son muy similares. COLUM NA ESTR A TIG R AFIC A DE LA CARRETERA (SEG U N II) C alizas con una in tercalación pizarrosa (170 m ts.) ;L-i j T I I P izarras aren iscas y calizas (45 m ts.) C alizas 9 m ts. A ren isca parda (24 m ts.) P izarras m arron es con n iv e les negros y algún banco de arenisca. (170 m ts.) Caliza (9 m ts.) P izarras p ardas y negras con areniscas (40 m ts.) A ren isca cu arcítica (25 m ts.) P izarras n egras con aren iscas (56 m ts.) A ren iscas con algún n iv e l pizarroso (23 m ts.) 100 8O eo 4o 2O P izarras pardas Escala 1:4.000 ESTUDIO MICROSCOPICO DE LAS MUESTRAS Por esta técnica han sido estudiadas muestras de las zonas pró ximas a la mineralización, dado que ésta va asociada, en su ma yor parte, a un nivel de arenisca cuarcítica, ha sido este el más estu diado. — 38 — ARENISCA Está formada principalmente por cuarzo bastante recristalizado que presenta extinción ondulante. Rellenando huecos aparecen minerales arcillosos que se han identificado como caolinita. Algunas muestras tienen piritas poco abundantes que se pre sentan alteradas a óxidos. Como características que influyen positivamente en que este banco de areniscas esté mineralizado tenemos la existencia de una porosidad muy marcada que en muchas muestras se aprecia a simple vista y que al microscopio se manifiesta de dos formas di ferentes: porosidad primaria, debida a huecos entre los granos y porosidad secundaria, sobreimpuesta por la tectónica. En todos los casos en que la muestra estaba mineralizada, se aprecia claramente, que el mineral se presenta rellenando cavida des. PIZARRAS Estas muestras presentan dos aspectos diferentes, unas piza rroso normal y otras brechoide, siendo la mineralogía en ambos casos la siguiente: MINERALES PRIMARIOS Minerales arcillosos de grano muy fino y aspecto confuso. Pirita, en las muestras pizarrosas forma cubos bastante regu lares, mientras que en las brechas presentan aspecto noduloso. Como mineral accesorio es frecuente el cuarzo. MINERALES SECUNDARIOS Fluorita, forma filones finos como continuación de las bolsadas, en las brechas forma nodulos irregulares. Caolinita o illita, presenta doble relación con los minerales arcillosos primitivos, un tránsito gradual y en este caso incluye piritas o contacto brúsco y en este caso no incluye piritas. — 39 — En las pizarras es muy manifiesta la existencia de fracturas se gún varias direcciones, estas fracturas serían las vías de paso de los fluidos hidrotermales mineralizantes, residuos de ésto son los filones de fluorita en las pizarras. CALIZAS Corresponden las muestras a un bloque situado en la zona E de la mina, la cantidad de mineral asociado a la caliza es muy re ducida. Se observa que la caliza es de grano fino, a veces fracturada y recristalizada con impurezas de cuarzo y minerales arcillosos. No se han podido ver las relaciones entre el mineral y la caliza. TECTONICA Aunque los rasgos extructurales característicos de la región son los mantos, la zona afectada por la mineralización no guarda re lación con ellos siendo las únicas manifestaciones tectónicas de los alrededores los pliegues y las fallas. PLIE G U ES Corresponden a la fase de deformación de los mantos presen tando una orientación Este-Oeste. Atendiendo a las dimensiones, se observa un anticlinal princi pal, el de Caleao, en cuyo flanco Norte se localiza la mineraliza ción. En el flanco Sur se pone de manifiesto varios repliegues de menor importancia, también con disposición Este-Oeste. En el flan co Norte, los pliegues observados son de menores dimensiones y solo afectan a las pizarras y areniscas. La edad de estos pliegues sería finales del Westfaliense y Estefaniense. (Mapa Geológico de España, Hoja 79). FRACTURAS Se observan en la zona dos sistemas de fracturas diferentes. Uno de dirección aproximadamente Este-Oeste, ligeramente obli- — 40 — cuo a la estratificación, de desplazamiento paralelo al plano de falla. El otro de dirección Norte-Sur, casi perpendicular a la direc ción de la estratificación, que corta y desplaza claramente el ban co inferior de la caliza Masiva, asi como a la arenisca mineraliza da. ESTUDIOS TERMICOS DE LAS FLUORITAS Se estudian ejemplares recojidos a lo largo de toda la explo tación y de todas las coloraciones (blancas, verdes, violetas, y casi negras). Las técnicas usadas han sido: decrepitometría y decoloración por el calor, basadas ambas en un progresivo aumento de la tem peratura observando la respuesta de la muestra. DETERMINACION DE TEMPERATURAS DE CRISTALIZACION— FUNDAMENTO DEL METODO Al producirse la cristalización en una disolución hidrotermal, los minerales que se forman conservan en su interior microinclusiones de las aguas madres. Ahora bien, al descender la tempera tura del medio en que se produce la cristalización se provoca una contración en la fase líquida y aparece una fase gaseosa, que a mo do de burbujas se conserva en la cavidad, antes ocupada total mente por la fase líquida. Si por métodos experimentales hacemos que el mineral alcan ce su temperatura de cristalización, la fase gaseosa desaparece por dilatación de la fase líquida que ocupará totalmente la cavidad. Scott (1948), ideó un método para la determinación acústica de la desaparición de las burbujas: la decrepitometría, basada en que el aumento de temperatura provoca un aumento de presión en el interior de la cavidad. Si la temperatura a la que está so metida la muestra supera a la de cristalización hace que la pre sión ejercida sobre las paredes sea relativamente grande produ ciéndose la rotura, que en forma de chasquido se detecta acústi camente. El fenómeno empieza a manifestarse en las inclusiones más su perficiales, pero si el proceso continua al alcanzar temperaturas por encima de la de cristalización se produce un máximo brusco ESQUEMA LEYENDA ---------- Falla C a liz a -J - Eje anticlinal »••••• Mineralización P iz a rra s Pizarras y areniscas Eje sincKnal R Mina GEOLOGICO P iz a rro s y a re n is c o s A re n isc a m in eralizad a j~^----- P iza rra s negras y areniscas con piritas ----? — F a lla probable ---- -Fa lla ----------Folio prolongoda ------ — --------- N ivel su p e rio r 1 ~~Z ' '■ I jj^fTjjí °-^ l|||j | j Ii\ | j I Nivel inferior ^ I I ! ííl \| l í l ^1 ---------- ~J° mS — 41 — en el número de chasquidos, siendo lo único importante la fre cuencia y no la intensidad de los chasquidos. La temperatura del máximo nos indicará con un cierto retraso la temperatura de for mación del mineral. Diversidad de trabajos posteriores al de Scott, confirman el mé todo decrepitométrico como válido: Smith, 1951, Pelletier, Montoriol-Pous 1965, Font-Altaba 1964. TECNICA UTILIZADA Se procede primeramente a fracturar las muestras separándo se a continuación la fracción con un diámetro próximo a 2,5 mm. Se trata la muestra con C1H diluido para eliminar carbonatos, a continuación se lavan las arcillas y se deja secar a temperatura ambiente. Se opera con 1-2 c. c. de sustancia introducidos en el horno en una navecilla de refractario y la detección del ritmo decrepito métrico se realiza mediante fonendoscopio. Se ha utilizado un horno horizontal de 1900 w. de potencia, actuando como resistencias barras de carborundun y regulado por un reostato. RESULTADOS OBTENIDOS Han sido investigadas por decrepitometría muestras correspon dientes a las bolsadas más importantes de la mina. En los casos que fue posible, se operó con muestras de varios niveles. A continuación se exponen los resultados obtenidos con las muestras agrupadas según la zona a que pertenecen. ZONA E NUM. DE MUESTRAS 4 1 COLOR Violeta de pálido a negro Negro terroso TEMPERATURAS °C 200 200 42 — — ZONA CENTRAL Es la única de la que se han conseguido muestras a varios ni veles. Nivel superior NUM. DE MUESTRAS 3 1 1 COLOR Verde-violeta Violeta fuerte Verde-negra TEMPERATURAS °C 160 180 200 Nivel inferior NUM. DE MUESTRAS 1 3 1 COLOR Blanca Blancas Blanca violeta TEMPERATURAS °C 180 200 220 En esta bolsada se aprecia un ligero aumento de temperatura hacia la parte inferior, que debido a la pequeña diferencia de cota no es muy grande . ZONA W NUM. DE MUESTRAS 2 2 COLOR Violeta Violeta TEMPERATURAS °C 160 180 Como aspectos más importantes a considerar tenemos los si guientes. —El color de la muestra no influye, como era de esperar, en el máximo decrepitométrico, que solo se ve influido por la situa ción de la muestra en la mina. —Las temperaturas determinadas oscilan entre un máximo de 220 °C y un mínimo de 160 °C haciéndose más bajas de Este a Oeste. — 43 — —La zona de temperaturas más altas es la E. —En la bolsada de la que se han investigado muestras de dis tintos niveles, la temperatura aumenta con la profundidad. —Las variaciones de temperatura, debido a las pequeñas di menciones del yacimiento, no son muy grandes. Z O N A C E N T R A L (nivel inferior) Representación gráfica de algunos resultados obtenidos por decreptometría. Ch/m — Chasquidos por minuto. T s — Temperatura en °C DECOLORACION TERMICA El hecho de que las fluoritas coloreadas llegan a perder total mente la coloración al incrementar la temperatura, se ha venido estudiando desde el siglo pasado sin haber llegado a solucionar el problema. Con el fin de añadir nuevos datos que puedan contribuir a su resolución, han sido investigadas con esta técnica, las fluoritas co loreadas de Mina Ambición. TECNICAS UTILIZADAS —Preparación de la muestra. Se ha procedido de forma análoga a la decrepitometría, pero se ha procurado tomar fracciones más gruesas que responden me jor a este tipo de tratamiento. La cantidad de muestras usadas en cada prueba fue de 2-3 c. c. Se ha utilizado un horno vertical de resistencias de Kanthal de 1250 W. de potencia previsto de un regulador de energía. RESULTADOS OBTENIDOS Se han estudiado muestras de los diferentes niveles y colora ciones existentes en la mina observando que independientemente de la situación las muestras de igual color daban igual respuesta al ensayo. Se ha observado también que la temperatura de decoloración está relacionada con el grado de intensidad con que se presente el color, siendo más altas a mayor intensidad de color y pudiendo establecerse como norma general, en las muestras investigadas, que las muestras violetas tardan más en decolorarse que las ver des. Las muestras que presentaban dos coloraciones, verde y vio leta, cada una de estas desaparecía a la temperatura correspondien te a la muestra pura. Los resultados obtenidos son los siguientes: NUMERO DE MUESTRAS 2 5 2 COLOR Violeta negra Violeta Violeta pálida Verde fuerte Verde Verde pálido Ahumada Gris negra (terrosa) T .ft DE DECOLORACION 360-370 360 340 280 260 260 400 400 Como causa del color en la fluorita hemos considerado, en este caso los defectos reticulares, apreciándose claramente que la tem peratura de decoloración se hace mayor al aumentar el tono y la intensidad en la muestra. La temperatura de decoloración sería un índice de la energía que la red precisa para ordenarse. IDENTIFICACION Y DESCRIPCION DE LAS D ISTINTA S E SP E C IE S MINERALES Si bien se dan en el yacimiento especies cuya identificación «de visu» es inmediata, caso de Fluorita, Pirita y Limonita, en el resto de las especies, pertenecientes la mayoría al grupo de las arcillas, la identificación se hace más complicada, hasta el caso de las ar — 45 — cillas de tipo interestratificadas cuya identificación, aunque pro bable, no es del todo segura. En estos casos más difíciles, se ha procedido al examen por di fracción de rayos X de muestras escogidas entre las más represen tativas. Sobre la génesis de los minerales se habrará en el apartado de conclusiones. FLUORITA Es la especie mayoritaria del yacimiento y la única que intere sa desde el punto de vista económico. MORFOLOGIA Se presenta normalmente formando masas espáticas, siendo ex cepcionales los ejemplares cristalizados. Presenta este mineral fractura muy irregular variable desde fá cilmente deleznable a muy compacta. COLORACION La gama de colores de la fluorita es bastante amplia: blanca, ahumada, casi negra, ligeramente violeta a violeta muy fuerte y de verde pálido a verde normal. FORMA DE YACIMIENTO En las areniscas, aparece formando masas irregulares o filones de tamaño variable, adoptando a veces aspecto brechoide. En las pizarras forma pequeñas venillas rellenando las grie tas. En la caliza es muy escasa la cantidad de este mineral. Es frecuente la asociación con caolinita. CAOLINITA MORFOLOGIA Los ejemplares mejor cristalizados, se presentan formando es camas muy finas, pero la forma habitual de presentarse es en ma sas irregulares, más o menos compactas. COLOR Los tonos normales corresponden al blanco, teñidos a veces por impurezas, es excepcional el color amarillo muy brillante de unas venillas muy finas e irregulares de la arenisca. YACIMIENTO Forma masas irregulares y venillas, asociándose prácticamen te a todos los materiales relacionados con la mineralización. ILLITA Difícil de distinguir de la caolinita a la que frecuentemente se asocia. MORFOLOGIA Se presenta formando masas irregulares y venillas por lo gene ral mal cristalizadas. COLOR Blanco, gris, negro, pardo amarillento, por lo general menos in tenso que en la caolinita. YACIMIENTO Análogo al de la anterior, en forma de filones y agregados, apa rece preferentemente en el contacto de las pizarras y arenisca mi neralizadas. ARCILLAS TIPO INTERESTRATIFICADO Se han estudiado por Rayos X dos muestras, que parecen co rresponder a interestratificados de Montmorillonita y clorita, sin que se llegase a determinar la secuencia. — 47 — MORFOLOGIA El aspecto exterior es similar a las anteriores, formando por lo general masas poco compactas y fácilmente deleznables. COLOR Variable, desde blanco amarillento a agregados irregulares de diferentes coloraciones, blancas amarillentas y parda. YACIMIENTOS Presentan las mismas características que las anteriores. PIRITA Abundante, este mineral en las pizarras y areniscas situadas por debajo del banco mineralizado. MORFOLOGIA Y YACIMIENTO Forma cubos aislados, por lo general bien constituidos, de ta maños variables de 0,01 a 20 mm. A veces se presenta como agre gados irregulares. En casos menos frecuentes aparece formando bancos irregula res coincidiendo con la estratificación. En las muestras sometidas a deformación forman nodulos de sección circular. LIMONITA No muy abundante, aparece formando masas cavernosas irre gulares de tonos amarillentos, a veces recubre Goethita. GOETITA Se presenta este mineral, rellenando fisuras en la cuarcita, en las pizarras aparece rellenando fisuras y formando agregados irre- — 48 — guiares con bandeados de distinta coloración, parda, ropiza y ama rillenta. OTRAS ESPECIES BARITINA Ha sido citada en el yacimiento, pero no se ha localizado nin gún ejemplar. CONCLUSIONES Como parte final exponemos las conclusiones obtenidas por los estudios anteriores. La mineralización va asociada, preferentemente, a un banco de arenisca de unos 20 mtrs. de potencia y dirección Este-Oeste; per teneciente a las pizarras y areniscas situadas por debajo de la ca liza de la Escalada. En cantidad muy inferior y en forma de filo nes, se asocia a las pizarras próximas a la arenisca. Del estudio microscópico de las muestras se deduce que aun que las características de las rocas encajantes, no favorecen la mineralización por sustitución, las características físicas la hacen muv favorable a mineralizarse por relleno. La tectónica a través de los dos sistemas de fallas, a las que atribuimos edades diferentes, influve de forma favorable; por un lado hace a los materiales aumentar su porosidad, por otro serían la vía de acceso de las disoluciones mineralizantes. Atendiendo al orden cronológico, hemos de considerar anterio res las fallas de dirección Este-Oeste (naralelas en general a la mi neralización) que actuarían aumentando la porosidad de la arenis ca v serían la vía de acceso de los fluidos mineralizantes. Serían por tanto anteriores a la mineralización. Las fallas de dirección Norte-Sur son claramente posteriores a la mineralización ya que la cortan y desplazan y no serían ante riores porque, dadas las características de relleno del yacimiento, aparecerían los planos de fractura Norte-Sur al menos con indi cios de mineral, hecho no observado en ningún caso, mientras que si se observan en las pizarras filoncillos rellenando fracturas de dirección Este-Oeste. LAM INA 1 Foto 1.— H u ecos de la aren isca relle nos de flu o rita (x 20). L uz natural. F oto 2.— C aolinita tapizando un h ue co en la arenisca (x 80). N ico les cru zados. Foto 3.— A rcilla s de la s p izarras pa sando a caolin ita (x 100). L uz n atu ral. LA M IN A 2 F oto 4.— C aolinita tapizando una g rieta en la pizarra (x 100). Luz na tural. Foto 5.— P orosid ad deb id a a huecos en la aren isca, (x 20). N ic o les cru zados. F oto 6.— C aolinita de rellen o en la pi zarra brech ificad a (x 20). Luz natu ral. — 49 — Estas fallas, serían las causantes de las muestras pizarrosas con aspecto brechoide conteniendo fluoritas deformadas y nodulosas. A partir de los estudios decrepitométricos, podemos concluir que se trata de un yacimiento hidrotermal de media a baja tem peratura, cuyo orden correspondería a 160-220 °C. En lo referente a la génesis de las diferentes especies minera les, podemos establecer dos asociaciones claramente diferentes: por un lado los minerales relacionados en su origen con las diso luciones hidrotermales como son, fluorita, caolinita, illita. El se gundo grupo los de origen sedimentario y los productos de altera ción como son pirita, goethita y limonita. El origen hidrotermal de la fluorita queda puesto de manifies to claramente por los estudios decrepitométricos y por las carac terísticas que el mineral presenta en el yacimiento: bolsas de as pecto brechoide englobando bloques de arenisca unas veces, otras formando pequeños filones de relleno de grietas, otras rellenan do poros. El estudio del origen de la caolinita se presenta bastante com plicado y aunque en principio, a partir de su estudio al microsco pio, se le puede atribuir tres orígenes diferentes como son: Altera ción de feldespatos de la arenisca, en contra tenemos la escasez o ausencia total de feldespatos con los que no se observa ningún pa so gradual, además al microscopio se presenta claramente relle nando cavidades. En las pizarras, presenta dos aspectos bastante bien diferenciados, unas veces aparece en contacto brusco con los minerales arcillosos de las pizarras, en este caso no incluye piritas y presenta claramente las características de relleno; otras veces al contrario del caso anterior, presenta un tránsito gradual con las arcillas de la pizarra, en este caso si aparecen piritas incluidas que a veces presentan orla de alteraciones. Debido a que la asocia ción con fluorita es normal, y que las características que adopta son las mismas que la fluorita a la que a veces incluye y por la que otras veces es incluida, nos parece lógico atribuirle origen hi drotermal con aporte exterior pero algunos casos de los observa dos al microscopio se explican mejor suponiendo una alteración hidrotermal en situ de las arcillas de las pizarras en este caso po dría existir una movilización posterior con tendencia a rellenar huecos. De todos modos es muy posible que se diesen estos dos casos. Illita, sobre el origen de éste mineral pueden darse dos posibilida des, en primer lugar que se trate de alteración de las pizarras, esto — 50 — explicaría el hecho de que se asocie a ellas en el contacto con la arenisca y otro posible origen sería por illitización de la caolinita esto explicaría la asociación con la caolinita. Arcillas tipo interestratificado, también a estos minerales se les puede atribuir doble origen, es posible por un lado génesis por alteración hidrotermal de las pizarras, pero el hecho de que se presenten en zonas próximas a fracturas, en las que la afluen cia de aguas de infiltración es elevada abre la posibilidad de que se trate de alteración de las pizarras por las aguas de lluvia. En el caso de la pirita existen evidencias claras de su origen sedimentario como: su existencia en zonas no mineralizadas de la región, presenta cristalización bastante perfecta y aparece en for ma de bancos paralelos a la estratificación. Como origen de la goethita es evidente la alteración de piritas por aguas de filtración, aunque tratándose de un yacimiento de claras características hidrotermales es perfectamente posible su poner alteración hidrotermal. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA M o n t u r io l - P o u s , J. y F o nt -A lt a ba , M . (1963).— C ontribución al con ocim ien to de la calcita d el yacim ien to “B erta ” (San C ugat d el V alles). B arcelona. B ol. R. Soc. E spañola H ist. Nat. (G). M o n t u r io l -P o u s , J. y F o n t -A lt a ba , M . (1964).— C ontribución al con ocim ien to de la flu o rita d el yacim ien to “B erta ”. Bol. R. Soc. E spañola H ist. N at. (G). M o n t u r io l -P o u s , J . y F o n t -A lta ba , M . (1965).— E studio d el y a c im ien to de flu orita M ina “B erta ” (San Cugat del V allés, B arcelon a). Com uns. Inst. y m i nero de E spaña. N úm . 78. A ño 1965 (145-158). P e t r a s c h e c k , W. E. (1965).— Y acim ien tos m in era les (B arcelona). 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EGOCHEAGA En trabajos anteriormente realizados por nosotros (EGOCHEA GA, 1971, 1972 y 1973) se han estudiado diversos caracteres dermatoglíficos de dedos y palmas en Asturianos. Ultimamente diver sos autores se han ocupado del grado de separación entre los trirradios a y b situados en la base de los dedos índice y medio, res pectivamente, en la región distal de la palma, de distintas pobla ciones; estos estudios tienen interés no solo por lo que suponen para el conocimiento de la configuración dermatoglífica de la pal ma, sino también por la aplicación que tienen en la sistemática ra cial y en el diagnóstico o confirmación de ciertas enfermedades hereditarias. FANG (1950) supuso que el valor cuantitativo a-b podría ser indicativo en los estudios sobre mongolismo (síndrome de DOWN), pero las diferencias encontradas en una muestra suficientemente grande de individuos afectados en relación con una población nor mal, no aportó datos diferenciadores (HOLT y TURRAL, 1962). HOLT y LINDSTEN (1964) determinaron que el valor cuantita tivo a-b es particularmente indicativo en los casos de síndrome de TURNER. Igualmente, individuos con síndrome de KLINEFELTER tienen una marcada tendencia a presentar un valor a-b más bajo que la población normal. El valor cuantitativo a-b puede ser em pleado en otros casos de constitución gonosómica anormal como los de los tipos XXXY, XXXXY y XXYY (HOLT, 1968). — 52 — PONS (1970) ha determinado que la separación entre los trirradios a y b es un rasgo hereditario, para el que no puede descartar se la hipótesis de una herencia de tipo polímero con genes de efec to aditivo. A semejante conclusión han llegado otros autores (VRYDAGH-LAOUREUX, 1970). El valor cuantitativo a-b ha sido utilizado en el diagnóstico de la zigoticidad en gemelos (CSIK, L. y MALAN, M., 1938) (VRYDAGHLAOUREUX, 1970) juntamente con otros rasgos dermatoglíficos. Desde el punto de vista de la sistemática racial, el valor a-b puede ser empleado como dato diferenciador no sólo por su ca rácter hereditario sino también por la variabilidad que presenta. (BAITSCH y SCHWARZFISCHER, 1959) (MUKHERJEE, 1967) (VRYDAGH-LAOUREUX, 1971). Para medir la separación entre los trirradios a y b se recurre, como ya se ha indicado, al valor cuantitativo a-b (a-b ridge count), determinado por el número de crestar papilares existentes entre estos trirradios. La técnica empleada es la habitual para el recuen to de líneas y que, como se sabe, consiste en contar las crestas a lo largo de un trazo imaginario que une los trirradios a y b, no siendo consideradas ni las líneas incipientes ni los puntos trirradiales. Se obtienen por separado los valores cuantitativos de cada mano, lo aue se utiliza para el análisis de diferencias bimanuales v como dato individual se utiliza el valor resultante de la suma de los valores cuantitativos a-b de ambas manos, dato que se emplea para el análisis de las diferencias sexuales y de poblaciones. En el presente trabajo se realiza el análisis de las diferencias bimanuales y sexuales de los asturianos, la distribución y curvas de frecuencias, así como la comparación con otras poblaciones de españoles y no españoles para las que este valor ha sido determi nado. La muestra .—Como material de estudio se ha empleado una 1. muestra de 300 individuos de ambos sexos (150 varones y 150 mu jeres) de ascendencia asturiana y no emparentados. El grado de asturianía de los componentes de la muestra se fijó al elegir sola mente aquellos individuos que tuvieran entre sus ascendientes a los cuatro abuelos de origen asturiano. El muestreo se realizó al azar entre un buen número de fichas personales, previamente se leccionadas, de individuos procedentes de diferentes puntos de la región Asturiana. La composición por sexos de la muestra se tomó en proporciones iguales con objeto de poder realizar en mejores condiciones el análisis estadístico de las diferencias sexuales. — 53 — 2. Promedios del valor cuantitativo a-b entre los Asturianos.— Se ha realizado el cálculo de los valores promedio para cada mano y para ambas manos reunidas (valor individual) para cada uno de los sexos. En los cuadros 1 y 2 se recogen estos valores promedio junto con los de las desviaciones típicas para cada serie. Cuadro núm. 1: VALORES PROMEDIO Y DESVIACIONES TIPICAS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN VARONES Mano Derecha Izquierda D + I N 150 150 150 X 4 1,74 + 0 ,5 6 47,72 ± 0,49 84,59 ± 0,87 Sx 6,80 5,98 11,42 Cuadro núm. 2: VALORES PROMEDIO Y DESVIACIONES TIPICAS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN MUJERES Mano Derecha Izquierda D -f I N 150 150 150 X 41,70 ± 0,44 4 ?,4 0 ± 0,43 85,10 ± 0,79 Sx 5,39 5,76 9,63 — 54 — En el cuadre núm. 3 se disponen los valores promedios del valor cuantitativo a-b en la población general (ambos sexos reuni dos) para cada mano y para ambas manos reunidas. Cuadro núm. 3: VALORES PROMEDIO DEL VALOR CUANTITA TIVO a-b EN LA POBLACION GENERAL Mano Derecha Izquierda D +- I N 300 300 300 X 41,72 ± 0 , 3 5 43,06 + 0,33 84,85 ± 0,64 Sx 6,13 5,64 11,08 3. Análisis de la distribución de frecuencias.—En las gráficas 1, 2 y 3 se representa, respectivamente, la distribución de frecuen cias para el valor cuantitativo a-b en las series masculina, femeni na y de la población general de Asturianos. <f N=150 Para la serie de varones se observa que la moda corresponde a la clase 85-90, que contiene a la media, y que la variación com prende desde valores próximos a 60 hasta 135, siendo la distribu — 55 - ción continua desde 60 a 110, apareciendo discontinuidades entre 110 y 135 con valores excepcionalmente altos. Para la serie de mujeres, la moda se sitúa en la clase 85-90, con discintinuidades entre 55 y 65, por debajo de la media y en tre 110 y 125 por encima de la media; por lo que la distribución es continua entre 65 y 110. ? N=I50 Como se deduce de las anteriores consideraciones así como de ios valores calculados para las desviaciones típicas, la dispersión es mayor en el sexo masculino que en el femenino. En la gráfica núm. 3, representativa de la distribución de fre cuencias de la población general, se observa que el intervalo de variación del valor cuantitativo a-b se extiende desde 60 a 110, con frecuencias muy escasas para valores inferiores a 60 y superiores a 110. Se han calculado las desviaciones de la curva normal para ca da sexo y para la población general, atendiendo para ello a las in dicaciones metodológicas de FISHER (1954). Los valores de la asi metría (gi) y de la curtosis (g2) obtenidos para cada distribución, son los siguientes: sene Varones Mujeres Población gen. — gx g2 0,020 0,021 0,004 2,398 1,108 2,034 — 56 — De acuerdo con los anteriores valores se infiere que la asime tría es positiva en la serie de varones y en la población general, pero negativa en la serie femenina; aunque en todas ellas la asime tría o sesgo de la distribución es muy escasa. En cuanto a la curtosis, se observa que aunque las distribuciones son leptocúrticas, DISTRIBUCION DE FRECUENCIAS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN ASTURIANOS las series masculina y la de la población general son bastante más leptocúrticas que la serie femenina, lo que está de acuerdo con los resultados hallados por otros investigadores para otras pobla ciones (PONS, 1970) (VRYDAGH-LAOUREUX, 1970b). 4. Análisis de las diferencias bimanuales y sexuales .—En el cuadro núm. 4 se disponen los valores promedios del valor cuan titativo a-b, juntamente con los valores calculados para las «t» de Student, para el estudio de las diferencias bimanuales y sexuales de los Asturianos. — 57 — Cuadro núm. 4: PROMEDIOS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN ASTURIANOS DISPUESTOS PARA EL ANALISIS DE LAS DIFE RENCIAS BIMANUALES Y SEXUALES: Sexo ? cW D N t g- •• Probabilidad 84,59 + 0,87 0,98 1,32 298 0,8 < P < 0 , 9 I D + I D -I i 150 4 1,74 ± 0 , 5 6 42,72 ± 0,49 150 41,70 ± 0,44 4 3,40 ± 0,42 85,10 ± 0 , 7 9 1,70 2,79 298 0,7 < P < 0 , 8 300 41,72 ± 0,35 4 3,06 ± 0,33 84,85 ± 0,64 1,34 2,79 598 0,7 < cT -S 0,04 0,68 0,49 t. 0,06 1,04 1,17 g- !• 298 298 298 Probab P > 0,9 P > 0,9 P < 0'8 0 ,2 < P < 0 ,3 Del análisis de este cuadro se deduce que las diferencias entre las manos derecha e izquierda no son estadisticamente significati vas para ninguno de los dos sexos, tanto cuando se les analiza por separado, como cuando se hace para ambos sexos reunidos. A igual conclusión se llega para el análisis de las diferencias sexuales. Todo ello está de acuerdo con los resultados obtenidos por otros autores para distintas poblaciones (PONS 1964 y 1970) (VRYDAGHLAOUREUX, 1970a y 1971) (HOLT, 1968). Comparación de los asturianos con otras poblaciones espa 5. ñolas y no españolas.—En el cuadro núm. 5 se disponen los valores obtenidos por PONS (1970) para el valor cuantitativo a-b en una población del N. E. español, juntamente con los encontrados por nosotros para los Asturianos. — 58 — Cuadro núm. 5: PROMEDIOS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN ESPAÑOLES DE AMBOS SEXOS: Poblaciones N Asturianos.. 300 84,59 +. 0,87 85,10 ± 0,79 84,85 ± 0 ,6 4 Españoles N. E.. . 400 82,59 ± 0,79 84,04 ± 0,73 83,31 ? c? + $ Las diferencias entre ambos grupos no son estadísticamente significativas según se deduce del cálculo de las correspondientes «t» de Student para cada sexo por separado. Para los varones se ha calculado un valor de t=l,71, lo que para 348 g. 1. da una pro babilidad comprendida entre 0,05 y 0,1 lo que está justo en el lí mite de la significación. Para las mujeres t=0,99, que para 348 g. 1. da una probabilidad comprendida entre 0,3 y 0,4, lo que indica que la diferencia no es estadísticamente significativa. La comparación realizada entre Asturianos y Españoles del N. E. para otros rasgos dermatoglíficos (EGOCHEAGA, 1972) con cuerda, para algunos de ellos, con lo aquí señalado, aunque no para otros para los que se encontraron diferencias significantes. Por lo que respecta a la comparación de los Españoles con otras poblaciones no españolas, en el cuadro núm. 6 se dispone los datos obtenidos de la bibliografía especializada, en su mayoría recogidos por PONS (1970), y en donde se puede observar la po sición de los Españoles. Cuadro núm. 6.—VALOR CUANTITATIVO a-b EN DIFERENTES POBLACIONES Poblaciones N c? ? c?+? Autores Gujar Pasis (India) 42 ¿ 68,19 — — Srivastava y Shukla (1966) Bhutaneses (India) 74 c^+17 ? Purabia Chamars (India) 46 cf 70,19 66,83 69 ,5 6 Bhasin, 1966 71,92 — — Srivastava y Shukla 1966 — 59 — Poblaciones N Dogon (Sanga, Mali) 100 Bamiléké (Camerún) Andhara Pradesh (India) 88 c f + Bengalíes d* -f- 62 91 $ ? 52 cT Peul (Boni, Mali) Punjab (India) 62 Fali (Camerún) 135 cT-j-81 $ Indios Yanomana (Brasil) Maharashtra (India) Kurumba (Volta) Judios europeos 38 $ 46 ¿ Dogon (Boni, Mali) Bengalies (India) c? + 127 2 72 ¿ + 7 3 76,3 Glanville y Huizin76,36 ! ga, 1966 Datta, 1960 Chattopadhyay y D. 78,02 76,59 77,39 Sharma, 1967 — Glanville y Huizinga, — 77,6 1966 76,42 80,68 78,04 Seth, 1963 77,59 79,01 78,7 463 c?-f 371 ? 119 76,4 Autores 76,92 132 c? + $ 77,86 75,14 76,48 Glanville , 1968 $ 80 ¿ 170 c? $ 137 ¿ + 140 $ 90 d + 8 3 2 54 d* - 78,12 Glanville, 1968 Glanville y Huizinga, — 1966 79,43 79,33 79,38 Mukherjee, 1967 Rothhammer, Neel, Da Rocha y Sund79,65 79,46 79,56 ling, 1973 82,89 76,82 79,83 Bansal, 1966 79,40 80,52 79,97 Glanville, 1967 80,10 80,41 80,25 80,24 Fang, 1951 D. Sharma, 1966 y 1968 Ladakhis (India) Amerindios (Onta rio) 29 d + 4 3 Anglo-hindús 48 cf+ 4 4 $ 86,16 77,25 81,90 Bhattacharya, 1966 424 cT+435 $ 83,03 Fang, 1951 Baitsch y Schwarz80,96 83,97 83,22 fischer, 1959 Británicos Bávaros ? 50 cT+ 150 $ 80,00 81,08 80,51 Fang, 1951 83,04 83,01 Españoles del N. E. 200 d +200 2 Amerindios (Onta rio) 26 cT + 14 $ Españoles (Asturia nos) 150 cT + 150 $ 82.59 84,04 83,31 Pons, 1970 Suecos 39 cf+ 5 0 $ 87,85 83,66 85,50 Holt y Lindsten, 1964 Británicos (Ontario) Bruselenses (Bélgi ca) 77 ¿ + 8 3 ? 82,25 85,54 85,88 Fang, 1951 Vry dagh-Laoureux, 85,84 86,04 85,94 1971! 117 c f + 166 $ 83,42 85,64 84,20 Fang, 1951 84.59 85,10 84,85 Egocheaga — 60 — Como se puede comprobar en el cuadro anterior, los Asturia nos presentan valores bastante altos y se sitúan entre Suecos y Bávaros, sin que podamos precisar más por el momento dado el escaso número de poblaciones estudiadas hasta la fecha, si bien parece que al igual que ocurre para otros rasgos dermatoglíficos (EGOCHEAGA, 1971, 1972 y 1973) los Asturianos tienden a situar se entre las poblaciones Centroeuropeas. Igualmente el cuadro nú mero 6 permite inferir que los valores más altos del valor cuan titativo a-b, parece ser se dan entre los Európidos y Amerindios, mientras que los valores más bajos se dan para algunas poblacio nes del complejo racial de la India; siendo esto lo que se puede decir por el momento para este rasgo dermatoglífico. RESUMEN En el presente trabajo se analiza el valor cuantitativo a-b. Es te valor se obtiene por recuento de las líneas dermopapilares que cruzan o tocan un fino trazo tendido entre los dos puntos trirradiales a y b situados en la base de los dedos índice y medio. Las líneas incipientes y los puntos trirradiales no se cuentan. Como dato individual se ha tomado el valor resultante de sumar los va lores cuantitativos a-b de ambas manos. Para este estudio se ha empleado una muestra de 300 Asturia nos de ambos sexos (150 varones y 150 mujeres) y no emparenta dos. Los valores promedio obtenidos para la población son los si guientes: 84, 59 i : 0,87 en los varones y 85,10+. 0,79 en las muje res. La diferencia entre los dos promedios no es estadísticamente significativa (t=1,17, que para 298 g. 1. dá una probabilidad com prendida entre 0,2 y 0,3). Resultados similares han sido obtenidos por otros autores en diferentes poblaciones. RÉSUMÉ Dans ce travail, nous avons analysé la valeur quantitative en tre les triradius a-b. Cette valeur a été obtenue por la somme et énu mération des lignes dermopapillaires qui croisent ou coupent un mince trait dessiné entre les deux points triradiaux. — 61 — On n’a pas tenu compte des lignes à peine ébauchées ni des points triradiaux. Comme donnée individuelle on a adopté la va leur résultante de l’addition des valeurs quantitatives a-b des deux mains. Quant à l’étude quantitative de la valeur a-b de la population générale, nous avons utilisé un échantillon de 300 Asturiens des deux sexes (150 mâles et 150 femmes) parmi des individus n'ayant aucune relation familiale. Voilà les valeurs moyennes obtenues pour la population: mâles, 84,59 ± 0,87, et femmes, 85,10 + 0,79. La différence entre les deux moyennes n’étant pas estatistiquement significative (t =1,17 pour 298 g. 1. et la probabilité 0,2<p<0,3). Des résultats semblables ont été obtenus par d’autres auteurs avec d’autres études faites sur de différentes populations. ABRIDGMENT In this paper the ridge count between triradii a and b is analy sed. The a-b count is obtained by counting the epidermal ridges crossing or touching a fine straight line joining both triradii. Nas cent ridges and triradial points are excluded in making the count. As an individual trait we use the value resulting from the addition of the a-b counts of the two hands. For the study of a-b count in the general population a series of 300 Asturians (Spanish of North), 150 of each sex, is used, com prising unrelated persons only. In the data of the general population the following means are obtained: males, 84,59+ 0,87 and females, 85,10 + 0,79. The differen ce between the two means is not significant (t= l,1 7 for 298 D. F. the probability 0,2<P<0,3). Similar result is obtained in the ma terial studied by other authors in different peoples. — 62 — REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS B a it s c h , H. y S c h w a r z f is c h e r , F. (1959): “Zur B io m etrie u nd geograp ischen V erteilu n g der L eisten zah len in den In tird ig ita lfeld ern der H a n d flä ch e”. Hom o, 10: 226. C s i k , L. y M a la n , M . (1938): “Zur E rb lich k eit der H a u p tlin ien und M us ter der m en sch lich en H an d ” — Z. m enschl. Vererb, u K o n stit— L ehre, 21. E g o ch ea g a , J. 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Los límites del trabajo se han establecido de la forma siguiente: el Oeste, Norte y Este se encuentran limitados por el mar Can tábrico, extendiéndose de W a E desde la playa de Verdicio a la ensenada de Bañugues, siendo NE la orientación media hasta el Faro de Peñas y SE a partir del anterior hasta Bañugues; el límite Sur lo establecen los pueblos de San Jorge de Heres, Merín, Ovies y Bravón. Mapa Figura 1. Todo ello se encuentra entre los 43° 37’ 45” - 43° 39’ 45” de lati tud norte y 2o 6’ 30” - 2o 11’ 1” de longitud oeste de Madrid. — 66 — Las diferencias de altitud son apenas apreciables, alcanzando 100 m. en el Faro de Peñas. En este tramo existen numerosos arroyos que constituyen una red hidrográfica corta, desarticulada y orientada, en gran parte, por la estructura del terreno. Naturaleza del suelo .—En diversos trabajos consultados se apre cia que los materiales existentes en esta zona aparecen en bandas 0 I ^..... ....... 1— 2 3 Km. > .........-I Fig. 1.—Esquema geográfico del Cabo de Peñas mas o menos paralelas y pertenecen a los Períodos Ordovícico, Si lúrico y Devónico Inferior, con excepción de las dunas de la playa de Verdicio que se han ido formando en la Era Cuaternaria. El Ordovícico está representado por una banda relativamente estrecha de Cuarcita de Barrios, a la que sustituyen las Pizarras de Luarca que ocupan una extensión aproximada de 400 m., y por último unas capas volcánicas que, según algunos autores, deben de pertenecer al Ordovícico Superior. A su vez son materiales del Silúrico las Pizarras de Formigoso y parte de las Areniscas de Furada; estas últimas constituyen en — 67 — su mayor parte un nivel de areniscas ferruginosas, ricas en hierro oolítico, explotadas durante cierto tiempo en la mina de Llumeres. Finalmente el Devónico Inferior tiene como representantes una capa de Calizas, Dolomías v Pizarras de Nieva en cabalgamiento sobre las areniscas de Furada por la parte oriental, aflorando por la occidental en la zona de San Cristóbal de Verdicio. El Clima.—Los datos nos han sido facilitados por el Centro Me teorológico de Oviedo, donde se recogen todas las informaciones de la provincia. Las lluvias no son muy intensas pero si constantes y las tem peraturas son generalmente suaves a lo largo del año, sin existir grandes diferencias entre las temperaturas extremas. Se tomaron datos de pluviosidad v temperatura para un período de veinte años (1953-1972), suministrados por las estaciones de Gijón y Cabo de Peñas. A la vista de los datos obtenidos se observa que la pluviosidad anual oscila entre 673,90 mm. y 1.300,40 mm., siendo los meses más lluviosos los comprendidos entre Septiembre v Febrero v los menos abundantes en precipitaciones los de Marzo hasta Agosto. La media de la precipitación anual para ese período es de 954,04 mm. Los vientos de componente oeste son los que han dominado en el transcurso de estos años, debido posiblemente a la situación geográfica de la zona. Con respecto a la temperatura, las máximas absolutas lleean a 33°C y las mínimas absolutas no rebasan los 2,6QC bajo cero. Los valores medios para ambas temperaturas oscilan entre 23,6°, co mo media de las máximas y 4,9°, como media de las mínimas. Hemos calculado el Cociente Pluviotérmico de E m b e r c .e r , con un valor de 0=159,9; la amplitud térmica es de 22.34° y la media extrema 13,35°. E n los ejes de coordenadas establecidos por el au tor, este valor de Q coincide con una zona de clima mediterráneo húmedo; al estar tan próxima al océano, se podría indicar como atlántico-mediterráneo. Igualmente se ha elaborado el diagrama ombrotérmico de Gaus s e n y B a g n o u l s , en el cual se puede apreciar que entre los meses de Julio y Agosto existe un período de sequedad suave. Figura 2. — 68 — DIAGRAMA OMBROTERMiCO DE G A U SSEN Y BAGN O U LS p -■ i r 0° C 4--------- (----;---- (---------1--------- 1-------- 4 -------- h— — I--- -- I------------ 1--------- 1---------1--------- 1E F M A M J Jl. A S 0 N 0 Figura 2 — 69 — COMUNIDADES M USCINALES. Las comunidades mejor representadas son las terrícolas, si tuadas bien en los taludes, bordes de caminos y arroyos,- con una cierta dependencia de la vegetación superior, o en el suelo, consti tuyendo el estrato muscinal de la misma. La ordenación de las comunidades se ha hecho según los cri terios de la mayor parte de los autores. I) COMUNIDADES ACUATICAS En aguas corrientes no se observaron comunidades muscinales, solo se encontraron de forma aislada, en rocas de arroyo: Conocephalus conicus, Madotheca thuja, Pellia epiphylla, Radula complanata, Brachythecium rutabulum y Oxyrrhynchium speciosum. En suelos encharcados se ha observado la comunidad típica de Calliergonella cuspidata con Bryum pseudotriquetrum. Esta comu nidad se encontraba bien representada en bordes de prados de la zona de Verdicio y Entre-ríos. En ella, junto con las especies ante riores, son frecuentes: Lophocolea bidentata. Fissidens adianthoides. Mnium affine. Pseudoscleropodium purum. Rhytidiadelphus squarrosus. Thuidium tamariscinum. Aguas estancadas no existen, o al menos no se han observado. Solo se ha visto una charca próxima al Faro de Peñas pero que pensamos pertenece a zona de aguas ácidas de turbera y de la que hablaremos al hacerlo de las turberas. II) COMUNIDADES DE TURBERA. Aunque no son numerosas las especies de esfagnos determina das, si son frecuentes las localidades en que se encuentran, for mando en unos casos turberas mixtas, generalmente sobre taludes, y en otros landas turbosas. Turberas mixtas o esfagnetos mixtos se han observado en la zona de Verdicio y próximas al bosque de eucaliptos de Entre-ríos. En ellas se han determinado: Sphagnum auriculatum, Sphagnum — 70 — rufescens, Polytrichum commune, Aulacomnium palustre, Fissidens adianthoides y Thuidium tamariscinum. Más interesantes nos parecen las landas del Faro de Peñas, en las cuales también existen esfagnos. Aquí es donde se encuentra la charca mencionada anteriormente, la cual durante los meses de estío llega a secarse por completo, pero que presentaba en el mes de marzo una vegetación bastante peculiar. Distinguimos, en el Faro de Peñas, las siguientes zonas: a) La zona que corresponde a la charca, con un pH =6,5, en la cual se han determinado: Cosmarium sp. Navícula sp. (muy escasa). Oedogonium borisianum. Oedogonium crispum. Oscillatoria sp. (muy escasa). Spirogyra sp. (muy abundante). Zygnema stellinum. Sphagnum platyphyllum. Calliergonella cuspidata. Cotula coronopifolia L. Hydrocotile vulgaris L. Plantago coronopus L. b) Zona de brezos y esfagnos, muy mojada, pH=4,6, que pen samos es un estado de transición entre la landa turbosa y la landa de brezos sin esfagnos, con las especies: Zygogonium ericetorum. Cephaloziella starkei. Lophocolea cuspidata. Odontoschisma sphagni. Bryum pseudotriquetrum. Campylopus brevipilus. Campylopus polytrichoides (muy escasa). Hypnum cupressiforme var. ericetorum. Leucobryum glaucum. Pohlia nutans. Sphagnum auriculatum. Calluna vulgaris (L.) Hull. Pedicularis silvatica L. Simethis bicolor Kth. Ulex europaeus L. — 71 — c) Zona constituida por brezal sin esfagnos, más seca que la anterior, con vegetación encuadrable en la alianza Ulición nanae Duvign., 1944, en la que se han determinado sobre suelo con pH = 5,6, formando el estrato liquénico-muscinal: Cladonia floerkeana. Cladonia impexa. Cladonia pyxidata. Frullania tamarisci. Campylopus polytrichoides. Funaria obtusa. Leucobryum glaucum. Leucobryum juniperoideum. Pogonatum urnigerum. En esta zona desaparecen, además de los esfagnos, Odontoschisma sphagni, Cephaloziella starkei y Campylopus brevipilus, desa rrollándose mucho más las poblaciones de Campylopus polytrichoi des, que aquí forman grandes céspedes con ejemplares de hasta 7 cm. de altura, mientras que en la zona anterior son plantas pequeñas y en cantidad escasa. En el trabajo de B a r k m a n y M a b e l i s (1968) sobre las especies pilíferas de Campylopus, en Holanda y NW de Alemania, se estu dian de forma muy completa las distintas comunidades en las que aparecen, entre otros, C. brevipilus y C. polytrichoides. Estas co munidades presentan un cierto parecido con las del Faro de Peñas, puesto que también en él C. brevipilus aparece en brezal con esfag nos, con presencias muy acusadas de zygogonium ericetorum, Ce phaloziella starkei y Odontoschisma sphagni, mientras que C. po lytrichoides domina en la zona de brezal más seco, junto con Leucobryum y varias especies de Cladonia. III) COMUNIDADES SAXICOLAS. Solo se encontraron de forma aislada algunos briófitos sobre rocas y muros de contención. Se recolectaron sobre piedra los siguientes: Madotheca thuja, Eulejeunea cavifolia, Fissidens bryoides y Tortula muralis; sobre paredones de cemento: Brachythecium populeum, Bryum argenteum, Fissidens pusillus, Tortula muralis, T. m. fo. incana y Grimmia pulvinata. — 72 — IV) COMUNIDADES CORTICICOLAS. Debido tal vez a la falta de bosques bien desarrollados, se han encontrado pocas especies y en pequeña cantidad sobre ramas y troncos de castaño ( Cololejeunea minutissima, Metzgeria furcata e Hypnum cupressiforme fo. filiforme). V) COMUNIDADES DE MADERA EN DESCOMPOSICION. La ausencia de un bosque denso, con umbría abundante, no permite el desarrollo de este tipo de comunidades. Solamente so bre tocones aislados de castaños aparecen Leucobryum glaucum y L. juniperoideum, con abundancia del primero. VI) COMUNIDADES TERRICOLAS. Existe una gran variedad de comunidades sobre tierra en el Cabo de Peñas. Consideramos como mas importante las siguientes: a) Dunas. Se han observado en la playa de Verdicio. Con vegetación supe rior perteneciente al orden Elymetalia arenariae Br. Bl. et Tx., 1943, destacamos como mas abundantes: Agropyrum junceum P. Beauv. Ammophyla arenaria Link. Anthyllis vulneraria L. Convolvulus soldanella (L.) R. Br. Crucianella marítima L. Eryngium maritimum L. Euphorbia paralias L. Euphorbia portlandica L. estrato muscinal: Brachythecium albicans. Bryum capillare Bryum pendulum. Rhynchostegium megapolitanum. Tortella flavovirens. Tortula ruralis var. ruraliformis. Todos estos musgos son característicos de este tipo de vegeta ción, salvo el Bryum capillare que puede vegetar en otros medios. b) Suelos salinos. — 73 — Los céspedes que se forman inmediatos a las playas, con suelo salino e influencia antropozoógena marcada, pertenecientes al or den Plantaginetalia maioris Tx., (1947) 1950, presentan abundan cia de especies en su estrato muscinal. En la playa de Bañugues se han anotado: Agrostis setacea Curtis. Anagallis arvensis L. Coronopus didymus (L.) Sm. Lotus corniculatus L. Plantago lanceolata L. Plantago m ajor L. Poa annua L. Potentilla reptans L. Ranunculus bulbosus L. Romulea columnae Seb. et M. Trifolium pratense L. Trifolium repens L. estrato muscinal: Riccia crystallina. Sphaerocarpus texanus. Brachythecium salebrosum. Bryum argenteum. Bryum capillare. Didymodon tophaceus. Funaria hygrometrica. Mniobryum delicatulum. Phascum cuspidatum. Physcomitrium sphaericum. Pottia minutula. Weisia controversa. c) Bordes de caminos. Abunda en ellos una comunidad perteneciente a la clase Stellarietea mediae (Br. Bl., 1931) Tx., Lohm. et Presg., 1950, con gran número de especies nitrófilas, entre las que destacan: Anagallis arvensis. Raphanus raphanistrum L. Sinapis arvensis L. Stellaria media (L.) Vill. Vicia hirsuta (L.) S. F. Gray. estrato muscinal: Bryum argenteum. — 74 — Ceratodon purpureus. Eurhynchium striatum. Fissidens incurvus. Rhynchostegiella tenella. d) Bordes de arroyos. En estos casos la comunidad muscinal se caracteriza por espe cies higrófilas y esciófilas, manteniendo una cierta independencia de la vegetación superior. Se han observado: Conocephalus conicus. Lunularia cruciata. Pellia epiphylla. Saccogyna viticulosa. Calliergonella cuspidata. Fissidens serrulatus. Mnium punctatum. Polytrichum commune. Thuidium tamariscinum. En el arroyo «Las Arenas» que desemboca en Bañugues, la única especie que tapiza de forma casi continua el borde es Pellia fabbroniana en su forma furcigera. e) Taludes. Los que se encuentran protegidos por árboles y arbustos son los que más abundan en briófitos. Distinguimos tres tipos de co munidades en este medio: e j Taludes recientes: Diplophyllum albicans. Atrichum tenellum. Mnium rostratum. Pogonatum urnigerum. Polytrichum formosum. Weisia controversa. e2) Taludes muy húmedos: Conocephalus conicus. Lunularia cruciata. Pellia epiphylla. Plagiochila asplenioides. Saccogyna viticulosa. Fissidens adianthoides. Mnium hornum. e3) Taludes no recientes, más o menos húmedos: Calypogeia arguta. — 75 — Fossombronia angulosa. Fossombronia pusilla var. decipiens. Lophocolea cuspidata. Lophocolea heterophylla. Scapania compacta. Bryum capillare. Eurhynchium striatum. Isopterigium piliferum. Mnium affine. Oxyrrhynchium praelongum var. stokesii. Pleuridium subulatum. Pseudoscleropodium purum. Thuidium tamariscinum. f) Suelos de bosque: La vegetación potencial respondería a bosques pertenecientes a la alianza Quercion robori-petreae (Malcuit, 1929) Br. Bl., 1932. Sin embargo solo los eucaliptos y algunos ejemplares de pinos, castaños, alisos, avellanos o chopos se encuentran formando bos quetes. De ellos los que más hemos estudiado son los formados por eucaliptos, ya que son los más densos y suficientemente jóvenes para conservar en el suelo poblaciones de briófitos bien represen tados. En este medio se han observado: Eucaliptus globosus Labill. Ulex europaeus. Calluna vulgaris (L.) Kuhn. Lithodora diffusa (Lag.) I. M. Johnston. estrato muscinal: Calypogeia trichomanis. C. t. var. fissa. Lophocolea cuspidata. Scapania dentata. Eurhynchium striatum. Fissidens serrulatus. Fissidens taxifolius. Hookeria lucens. Mnium rostratum. Mnium undulatum. Oxyrrhynchium praelongum. Plagiothecium denticulatum. Pseudoscleropodium purum. Thuidium tamariscinum. — 76 — CATALOGO DE BRIOFITOS RECOLECTADOS EN E L CABO DE PEÑAS HEPATICAE MARCHANTIALES RICCIACEAE R i c c i a c r y s t a l l i n a L . emend Raddi — Se recolectó en dos si tios de la playa de Bañugues, sobre suelo salino, en uno con Sphaerocarpus texanus y próxima al arroyo con Bryum capillare y Physcomitrium sphaericum. En todas las ocasiones fértil. MARCHANTIACEAE L u n u l a r i a c r u c i a t a ( L . ) Dum. — Bastante común en bordes de arroyos y taludes húmedos. Taludes del bosque de eucaliptos del Faro de Peñas. Bordes de un arroyo muy contaminado, próximo a Verdicio. Frecuentemente en unión de Conocephalus conicus. C o n o c e p h a l u s c o n í c u s Necker — Es común y casi siempre se presenta estéril. Arroyo de Verdicio. Arroyo de Entre-ríos, sobre rocas, con Pellia epiphylla y Radula complanata; bordes del mis mo arroyo con Pellia epiphylla, Saccogyna viticulosa, Fissidens serrulatus y Plagiothecium denticulatum. JUNGERMANNIALES SPHAEROCARPACEAE Austin — Especia muy rara en Europa, propia de América septentrional. S e encontró en la zona próxima al camping de Bañugues, formando pequeñas rosetas, no demasia do abundante y perfectamente fructificada, acompañada de Riccia crystallina. S p h aero carp u s te x a n u s METZGERIACEAE M e t z g e r i a f u r c a t a (L.) Lindb. — Próxima al arroyo de Entreríos, con Frullania dilatata. Tronco de castaño, con Hypnum cupressiforme fo. filiforme. Rama de castaño, con Cololejeunea minutissima. — 77 — PELLIACEAE P e l l i a e p i p h y l l a (L.) Lindb. — Abundante en varias localidades y generalmente en mezcla con otras muscíneas. P e l l i a f a b b r o n i a n a Raddi fo. f i t r c i g e r a (Hook.) Massal. — Casi tapizando por completo los bordes del arroyo «Las Arenas». FOSSOMBRONIACEAE (Dicks.) Raddi — Se encontró, siempre fructificada, sobre taludes con Fissidens adianthoides en una lo calidad y con Barbula faüax en otra. F o s s o m b r o n i a p u s i l l a (L.) Dum. var. d e c i p i e n s Corb. — Taludes ácidos de Entre-ríos, próxima a Fossombronia angulosa. Fructifi cada. F o sso m b r o n ia a n g u lo s a LOPHOZIACEAE M a r s u p e l l a f u n c k i (W. et M .) Dum. — Proximidades de la mina de hierro de Llumeres, mezclada con Diplophyllum albicans. P l a g i o c h i l a a s p l e n t o t d e s (L.) Dum. — Abundante en zonas hú medas y frecuentemente acompañada de Thuidium tamariscinum. L o p h o c o l e a b i d e n t a t a ( L . ) Dum. — Zonas de Verdicio y Entreríos, generalmente en sitios húmedos y mezclada con otras mus cíneas. L o p h o c o l e a c u s p i d a t a Limpr. — Faro de Peñas, brezal con es fagnos, junto con Odontoschima sphagni, Campylopus hrevipilus y otros. Bosques de eucaliptos, sobre el suelo. Talud próximo a la mina de Llumeres con Pseudoscleropodium purum. L o p h o c o l e a h e t e r o p h y l l a (Schrad.) Dum. — Taludes de Entreríos con Pleuridium subulatum y Bryum capillare. Brezal del Faro de Peñas con Fossombronia sp. S a c c o g y n a v i t i c u l o s a (L.) Dum. — Bordes de arroyo y base de taludes muy húmedos con Plagiothecium denticulatum, Fissidens serrulatus, Pellia epiphylla y Thuidim tamariscinum. — 78 — CEPHALOZIACEAE C e p h a l o z i e l l a s t a r k e i (Funck.) Schiffn. — Brezal con esfagnos del Faro de Peñas, entre los tallos de Campylopus brevipilus. C e p h a l o z i e l l a t u r n e r i (Hook.) K. Müller — Próxima a la mina de Llumeres en mezcla con Diphophyllum albicans. O d o n t o s c h i s m a s p h a g n i (Dicks.) Dum. — Junto con Campylopus spp., Sphagnum auriculatum y otros musgos en el Faro de Peñas. C a l y p o g e i a a r g u t a Nees. et Mon. — Talud arcilloso de un cami no de Entre-ríos. C a l y p o g e i a t r i c h o m a n i s (L.) Corda — Muy escasa en el suelo del bosque de pinos de Merín. C. T. var. f t s s a (L.) Lindb. — Suelo del bosque de pinos, próxi mo a Merín con Scapania dentata y Leucohryum glaucum. SCAPANIACEAE D i p l o p h y l l u m a l b i c a n s (L.) Dum. — Base de talud próximo a la mina de Llumeres con Scapania compacta. Misma localidad con Cephaloziella starkei. Brezal del Faro de Peñas con Calliergonella cuspidata. S c a p a n t a c o m p a c t a (Roth.) Dum. — Talud próximo a la mina de Llumeres con Diplophyllum albicans. S c a p a n t a d e n t a t a Dum. — Suelo de bosque de pinos y eucalip tos de Merín con Calypogeia trichomanis var. fissa y Leucobryum glaucum. RADULACEAE R a d u l a c o m p l a n a t a (L.) Dum. — Sobre piedra en los bordes de un arroyo de Entre-ríos junto a Conocephálus conicus y Pellia epi phylla. MADOTHECACEAE M a d o t h e c a t h u j a (Dicks.) Dum. — En las piedras de un arroyo del Faro de Peñas y en el bosque de eucaliptos de Entre-ríos con Eulejeunea cavifolia, en una roca. — 79 — FRULLANIACEAE F r i i l l a n i a d i l a t a t a (L.) Dum. — Base de roca en el brezal del Faro de Peñas con Fossombronia sp. En Entre-ríos con Metz.geria furcata. F r u l l a n i a t a m a r i s c i (L.) Dum. — Brezal del Faro de Peñas, íntimamente mezclada con Cladonia impexa. LEJEUNACEAE E u l e j e u n e a c a v t f o l i a (Ehrh.) Lindb. — Sobre piedras y en el suelo del bosque de eucaliptos de Entre-ríos. C o l o l e j e u n e a m i n u t i s s i m a (Sm.) Spruce — Sobre rama de cas taño con Metzgeria furcata. MUSCI SPHAGNALES SPHAGNACEAE S p h a g n u m s u b s e c u n d u m Nees. ssp. p l a t y p h y l l u m (Lindb.) Herib. — En una charca temporal del brezal del Faro de Peñas, con Ca lliergonella cuspidata. Ejemplares de pequeño tamaño y hojas caulinares grandes, mayores que las observadas en otras localidades. S p h a g n u m s u b s e c u n d u m Nees. var. a u r i c u l a t u m (Schimp.) Schlieph. — Bordes de prado muy húmedo en Entre-ríos, con Fissidens adianthoides. Faro de Peñas, brezal con esfagnos, con varias muscíneas. S p h a g n u m s u b s e c u n d u m Nees. var. r u f e s c e n s (Nees. et Hornsch.) Hueb. — Bordes de un prado encharcado próximo a Verdicio, con Calliergonella cuspidata y Mnium affine. POLYTRICHALES POLYTRICHACEAE A t r i c h u m t e n e l l u m (Roehl.) B. S. G. — Escasa en un talud cer ca de Verdicio, junto con Pogonatum urnigerum. A t r i c h u m u n d u l a t u m (Hedw.) P. Beauv. — Taludes cerca del arroyo de Entre-ríos, con Pseudoscleropodium purum y Thuidium tamariscinum, — 80 — (Hedw.) P. Beauv. — Especie abundante v fructificada en el brezal del Faro de Peñas, en mezcla. Taludes de la carretera de Avilés, con Atrichum tenellum. P o l y t r t c h u m c o m m u n e L. ex Hedw. — Bordes de un arroyo pró xima a Calliergonella cusnidata v Fissidens serrulatus. Bordes de prado encharcado cerca de Verdicio próxima a Calliergonella cus pidata v Bryum pseudotriquetrum. P o l y t r t c h u m fo r m o s t t m Hedw. — Taludes en el bosciue de euca liptos del Faro de Peñas en mezcla con otras muscíneas. P o g o n atu m u r n ig e r u m FISSIDENTALES FISSIDENTACEAE F ts s t d e n s a d ta n th o td e s Hedw. — Abundante en sitios húmedos, sobre tierra. F t s s t d f n s b r y o t d e s Hedw. — Sobre piedra de un talud en la ca rretera a Bañugues, con Tortula muralis. F t s s t d e n s b r y o t d e s Hedw. ssp. i n c u r v t t s (Roehl.) Bertsch. — Ba se de talud en Bañugues, cerca de Rhvnchostegiella tenella. Taludes de Verdicio, fructificada. F t s s t d e n s m t n u t u l u s Sull. ssp. p u s t l l u s (Wils.) Wiik. et Mare. — Sobre los muros de una fuente de Merín. F t s s t d e n s s e r r u l a t u s Brid. — Frecuente en los bordes de arro yo. generalmente con otros briófitos. F t s s t d e n s t a x t f o l t t t s Hedw. — Sobre el suelo de los bosciues de eucaliptos y en los bordes de un arroyo. DICRANALES DICRANACEAE (Hedw.) Rabenh. — Taludes de camino próximo a Entre-ríos. Fructificada. D t t r t c h t t m f l e x i c a t t l e (Schwaegr.) Hamne. — Sobre suelo de reacción positiva al C1H, entre Verdicio y Ferrero, con Ctenidium molluscum. C e r a t o d o n p u r p u r e u s (Hedw.) Brid. — Sobre tierra en sitios descubiertos y secos. Fructificada. D i c r a n e l l a h e t e r o m a l l a (Hedw.) Schimp. fo. s e r t c e a Moenk. — Sobre tierra suelta de la playa de Verdicio, junto con Bryum capíliare. Fructificada. P le u r id iu m s u b u la tu m — 81 — A n iso th e c iu m v a riu m (Hedw.) Mitt. Anisothecium rubrum (Huds.) Lindb. — Abundante y fructificada en un talud próximo a Entre-ríos con Barbula fallax. C a m p y l o p u s b r e v i p i l u s B. S. G. — Especie muy abundante en el brezal con esfagnos del Faro de Peñas, mezclada con otras muscíneas. C a m p y l o p u s t n t r o f l e x u s (Hedw.) Brid. var. p o l y t r t c h o t d e s (De Not.) Giac. Campylopus polvtrichoides De Not.. Schn. — Mas fre cuente aue la anterior. En el brezal del Faro de Peñas, zona húmeda v seca. Sobre el suelo, próxima a la mina de Llumeres con Fuñaría hygrometrica. L e u c o b r y u m g l a u c u m (Hedw.) Aongstr. — Frecuente y abundante sobre el suelo, base de árbol, tocones de castaño... Forma céspedes densos y en ocasiones se encuentra mezclada con otros musgos. L e u c o b r y u m ju n t p e r o t d e u m (Brid.) C . Muell. — Base de tronco de castaño en Entre-ríos y suelo de bosque de Merín, con Leuco bryum glaucum. POTTIALES POTTIACEAE Schrb. ex Hedw. — Sobre suelo salino de la playa de Bañugues, fructificada. P o t t i a d a v a l l i a n a fSm.) C . .Tens., Lindb. Pottia minutula (Sch waegr.) Fuernr. ex Hampe. — Suelo salino de la playa de Bañu gues con Phascum cuspiáatum, Riccia crystallina y Svhaerocarpus texanus. P o t t i a i n t e r m e d i a (Turn.) Fuernr. — Talud del bosaue de euca liptos de Entre-ríos, con Fossombronia sp. y Fissidens adianthoides. Fructificada. T o r t u l a m u r a l t s Hedw. — Es abundante sobre muros y pare des de todas las zonas. Fructificada. T o r t u l a m u r a l i s fo. i n c a n a Sapbin. — Paredones de Bañugues, próximos al arroyo «Las Arenas» con Grimmia pulvinata. T o r t u l a r u r a l i s (Hedw.) Gaernt., Meyer et Schreb. var. r u r a l t f o r m i s (Besch.) Wild. — En las dunas de Verdicio, constituyendo con otros musgos el estrato muscinal de las mismas. B a r b u l a f a l l a x Hedw. — Talud próximo a Entre-ríos, con Ani sothecium varium. Fructificada. P h ascu m c u sp td a tu m — 82 — B a r b u l a u n g u i c u l a t a Hedw. — Merín, sobre el suelo próximo a una fuente, con Amblystegium serpens y Bryum intermedium. Ta ludes de la carretera de Bañugues. T o r t e l l a f l a v o v i r e n s (Bruch.) Broth. — Formando parte del estrato muscinal en las dunas de Verdicio. Tierra suelta, en la pla ya, con Brachythecium rutabulum. D id y m o d o n t o p h a c e u s (Brid.) Lisa. — Sobre suelo salino de la playa de Bañugues. Fructificada. W e i s i a c o n t r o v e r s a Hedw. — Base de talud próximo a la mina de Llumeres. Playa de Bañugues, sobre suelo salino muy pisado, cerca del camping, con Bryum argenteum y Mniobryum delicatulum. GRIMMIALES GRIMMIACEAE (Hedw.) Sm. — Paredones de la playa de Bañugues, con Tortula muralis. Fructificada. G r im m ia p u l v i n a t a FUNARIALES FUNARIACEAE (Ludw.) Fuernr. in Hampe — Sobre el suelo salino muy pisado de la playa de Bañugues. F u ñ a r í a h y g r o m e t r i c a Hedw. — Sobre suelo de la playa de Ba ñugues. Mina de Llumeres, con Campylopus polytrichoides. Fruc tificada. F u ñ a r í a o b t u s a (Hedw.) Lindb. Entosthodon ericetorum B. S. G. — Brezal del Faro de Peñas, con Pogonatum urnigerum. Fructifi cada. P h y s c o m itr iu m s p h a e r ic u m EUBRYALES BRYACEAE (Hedw.) Dix. — Playa de Bañugues, so bre suelo salino, con Bryum argenteum y Weisia controversa. P o h l i a n u t a n s (Hedw.) Lindb. — Brezal con esfagnos del Faro de Peñas, con Cephaloziella starkei. M n io b r y u m d e l i c a t u l u m — 83 — B r y u m p e n d u l u m (Hornsch.) Schp. — En las dunas de la playa de Verdicio, formando parte de su estrato muscinal. Fructificada. B r y u m a r g e n t e u m Hedw. — Abundante y casi siempre estéril. B r y u m c a p i l l a r e L. ex Hedw. — Muy abundante y normalmente fructificada. Dunas de Verdicio, en mezcla con otros musgos. Pla ya de Verdicio, con Dicranella heteromalla fo. sericea. Talud del bosque de eucaliptos de Entre-ríos con Lophocolea heterophylla. Playa de Bañugues cerca de Riccia crystallina y Physcomitrium sphaericum. B r y u m i n t e r m e d i u m (Brid.) Bland. — Sobre el suelo, próxima a la fuente de Merín con Amblystegium serpens y Barbula unguicuíata. B r y u m p s e i j d o t r t q u e t r u m (Hedw.) Schwargr. — Zona del brezal con esfagnos en el Faro de Peñns en mezcla con otros musgos. Prado encharcado en Verdicio con Callierpon ella cuspidata, Thtiidium tamariscinum y Mnium affine. MNIACEAE M n iu m a f f i n e Bland. ex Funck. — Talud ácido en el bosque de eucaliptos próximo al Faro de Peñas con Oxyrrhvnchium praelongum var. stokesii. Prado encharcado en Verdicio, en mezcla con otras muscíneas. M n iu m h o r n u m Hedw. — Base de talud muy húmedo próximo al arroyo de Entre-ríos, con Saccogvna viticulosa, Pellia epiphvlla y Thuidium tamariscinum. M n iu m p u n c t a t u m Schreb. ex Hedw. — Bordes del arroyo de Entre-ríos. M n iu m r o s t r a t u m Schreb. — Talud y suelo del bosque de euca liptos próximos al Faro de Peñas, en zona muv sombría junto a Fissidens serrulatus. Bordes del arrovo de Entre-ríos con Oxvrrhynchium pumilum, Conocevhalus conicus y Pellia epivhylla. M n iu m u n d u l a t u m Weis. ex Hedw. — Muv abundante en el sue lo del bosque de eucaliptos próximo al Faro de Peñas con T.onhocolea cuspidata, Thuidium tamariscinum y Calliergonella cuspidata. AULACOMNIACEAE A u l a c o m n i u m p a l u s t r e (Hedw.) Schwaegr. — Suelo encharcado próximo al arroyo de Entre-ríos con Sphagnum auriculatum y otros. — 84 — HOOKERIACEAE H o o k e r i a l u c e n s (Hedw.) Sm. — No muy abundante sobre el suelo húmedo en el bosque de eucaliptos del Faro de Peñas. HYPNOBRYALES THUIDIACEAE T h u id iu m t a m a r i s c i n u m (Hedw.) B. S. G. — Frecuente y abundan te en todas las zonas, frecuentemente asociada con otros musgos. Verdicio, sobre el suelo. Entre-ríos, en taludes ácidos; en prados encharcados; bordes del arroyo. Suelo del bosque de eucaliptos del Faro de Peñas. HYPNACEAE AMBLY STEGIE AE A m b l y s t e g i u m s e r p e n s (Hedw.) B. S. G. — Sobre suelo próximo al arroyo de Merín, junto con Barbilla unguiculata y Bryum inter medium. C a l l i e r g o n e l l a c u s p i d a t a (Hedw.) Loesk. — Especie muy abun dante y siempre estéril. Verdicio, en la margen de un prado con Sphagnum rufescens ; en el suelo con Pseudoscleropodium purum y otros musgos. Faro de Peñas, en la zona de la charca con Sphag num auriculatum ; bosque de eucaliptos en mezcla con otras muscíneas. Prado de Entre-ríos con Sphagnum auriculatum y otras. BRACHYTHECIEAE (Hedw.) B . S. G. — Dunas de Verdicio con Tortula rurális var. ruraliformis, Tort ella flavovirens y Bryum pendulum. B r a c h i t h e c i u m p o p u l e u m (Hedw.) B . S. G. — Sobre cemento en una fuente en Merín. B r a c h y t h e c i u m r u t a b u l u m (Hedw.) B . S. G. — Sobre una piedra en el arroyo de Merín con Oxyrrhynchium speciosum. Tierra suel ta en la playa de Verdicio con Tortella flavovirens. B r a c h y th e c iu m a lb ic a n s — 85 — (Web. et Mohr.) B. S. G. — Sobre suelo salino en la playa de Bañugues. E u r h y n c h iu m s t r i a t u m (Hedw.) Schimp. — Base de talud pró ximo a la mina de hierro de Llumeres. En Entre-ríos, talud del bosque de eucaliptos con Isopterigium piliferum; en el suelo del bosque entre otras muscíneas. Sobre tierra suelta en la playa de Verdicio. Suelo en el bosque de eucaliptos del Faro de Peñas. O x y r r h y n c h iu m p r a e l o n g u m (Hedw.) Warnst. — Prado entre Ver dicio y Ferrero con Ctenidium molluscum. Bordes de camino en Bañugues. En el suelo de los bosques de eucaliptos junto con Eu rhynchium striatum. O. p. var. s t o k e s i i (Turn.) Podp. — Base de talud ácido con Mnium affine. En Entre-ríos sobre una rama caida con Metzgeria furcata ; bordes del arroyo con Pellia epiphylla y Fissidens taxifolius. O x y r r h y n c h iu m p u m ilu m (Wils.) Loesk. — Bordes del arroyo de Entre-ríos cerca de Mnium rostratum, Conocephalus conicus y Pe llia epiphylla. O x y r r h y n c h iu m s p e c i o s u m (Brid.) Warnst. — Sobre una piedra en el arroyo de Merín junto con Brachythecium rutabulum. R h y n c h o s t e g i u m m e g a p o l i t a n u m (Web. et Mohr.) B. S. G. — Dunas de Verdicio asociado a Tortula ruralis var. ruraliformis, Tortella flavovirens, Brachythecium albicans y Bryum pendulum. R h y n c h o s t e g i e l l a t e n e l l a (Dicks.) Limpr. — Borde de camino sobre suelo con reacción básica en la zona de Bañugues junto con Fissidens incurvus. B r a c h y th e c iu m sa le b r o su m ENTODONTEAE P s e u d o s c l e r o p o d i u m p u r u m (Hedw.) Fleisch. suelo de bosques y prados, siempre estéril. — Frecuente en PLAGIOTHECIEAE I s o p t e r i g i u m p i l i f e r u m (Hartm.) Loesk. — Talud en el bosque de eucaliptos de Entre-ríos con Eurhynchium striatum. P l a g i o t h e c i u m d e n t i c u l a t u m (Hedw.) B. S. G. — Suelo del bos que de eucaliptos del Faro de Peñas. Bordes del arroyo de Entreríos con Pellia epiphylla, Conocephalus conicus, Saccogyna viticulosa y Fissidens serrulatus. — 86 — HYPNEAE H y p n u m c u p r e s s i f o r m e L. ex Hedw. var. e r i c e t o r u m B. S. G. — Zona de brezos y esfagnos en el Faro de Peñas junto con Odontoschisma sphagni, Leucobryum juniperoideum y Lophocolea cus pidata. H. c. var. u n c i n u l a t u m B. S. G. — Sobre el suelo y en la base de un tronco de castaño en Merín. H. c. fo. f i l i f o r m e Kramer — Base de talud próximo a la mina de hierro de Llumeres. Sobre tronco de castaño con Metzgeria furcata. C t e n i d i u m m o l l u s c u m (Hedw.) Mitt. — Prado próximo a un arro yo entre Verdicio y Ferrero con Oxyrrhynchium praelongum; mis ma localidad con Ditrichum flexicaule. HYLOCOMMIEAE (Hedw.) Warnst. — Prado enchar cado de Entre-ríos con Pseudoscleropodium purum y Thuidium ta mariscinum. R h y t i d i a d e l p h u s t r i q u e t r u s (Hedw.) Warnst. — Taludes en En tre-ríos junto con Plagiochila asplenioides y Thuidium tamarisci num. R h y tid ia d e lp h u s s q u a r r o s u s c o m e n t a r io . En el catálogo anterior figuran en total 105 briófitos, de los cuales 30 son hepáticas, 3 esfagnos y 72 musgos. En su mayoría son frecuentes y ya han sido citados, al menos una vez, en Asturias; sin embargo, de algunos de ellos las únicas localidades conocidas para la región son las del Cabo de Peñas, que se incluyen en este tra bajo. Hay que destacar la presencia de Sphaerocarpus texanus, he pática rara en Europa, con algunas citas de Portugal y solamente otra de la flora española en la Alhambra de Granada ( B i s c h l e r , H., J o v e t , A s t , S . y Sim o, R. M., 1973). En mezcla o a su lado, lo mismo que en la localidad granadina, se encuentra Riccia crystallina, espe cie bien diferenciada de la Riccia cavernosa por S . Jovet-Ast (19641965) quien amablemente ha determinado los ejemplares del Cabo de Peñas. — 87 — Hepáticas nuevas también para la región asturiana son Fossombronia pusilla var. decipiens y Marsupella funcki. De los tres esfagnos determinados destaca uno por su rareza, no es frecuente en la bibliografía consultada. Se trata de Sphagnum platyphyllum, especie señalada por C a s a r e s - G i l como rara en España. Con respecto a los musgos, son varios los que aparecen por vez primera en Asturias: Atrichum tenellum. B r a c h y t h e c iu m a l b i c a n s . Bryum intermedium. Bryum pendulum. Campylopus brevipilus. Campylopus polytrichoides. Fissidens bryoides ssp. incurvus. Isopterigium piliferum. Oxyrrhynchium speciosum. Phascum cuspidatum. P h y s c h o m i t r iu m s p h a e r i c u m . Pottia davalliana. Pottia intermedia. Rhynchostegium megapolitanum. Tortella flavovirens. Tortula muralis fo. incana. Tortula ruralis var. ruraliformis. La mayoría de las especies que se citan por primera vez en Asturias, son frecuentes en zonas de litoral, algunas características de vegetación de dunas y otras propias de suelos salinos. Son segundas citas para Asturias: Cololejeunea minutissima. Luarca, P. Allorge (1935). Lophocolea cuspidata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Lophocolea heterophylla. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Odontoschisma sphagni. Entre Luarca y Caroyas, Allorge (1935). Scapania compacta. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Scapania dentata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Amblystegium serpens. Valgrande, Casares-Gil (1915). Anisothecium varium. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Barbula fallax. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Barbula unguiculata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Brachythecium salebrosum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Dicranella heteromalla fo. sericea. Pto. Ventana, R. M. Simó (19.73). Didymodon tophaceus. Covadonga, Casares-Gil (1915). Fissidens minutulus ssp. pusillus. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Grimmia pulvinata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Hypnum cupressiforme var. uncinulatum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Hypnum cupressiforme fo. filiforme. Pto. Ventana, R. M. Si mó (1973). Mniobryum delicatulum. Covadonga, Casares-Gil (1915). Oxyrrhynchium praelongum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Plagiothecium denticulatum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Pogonatum urnigerum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Rhynchostegiella tenella. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973). Elementos geográficos de la brioflora del Cabo de Peñas.—El ele mento mejor representado es el circumboreal, que cuenta con 65 briófitos. Uno de ellos con distribución Euramericana: Sphaerocarpus texanus y dos de distribución Eurasiàtica: Frullania dilata ta y Physcomitrium sphaericum. Al elemento cosmopolita pertenecen 13 briófitos: Metzgeria furcata. Aulacomnium palustre. Bryum argenteum. Ceratodon purpureus. Fuñaría hygrometrica. Hypnum cupressiforme var. ericetorum. Hypnum cupressiforme var. uncinulatum. Hypnum cupressiforme fo. filiforme. Mnium rostratum. Polytrichum commune. Tortula muralis. Tortula muralis fo. incana. Weisia controversa. El elemento atlántico cuenta con 24 representantes, repartidos de la forma siguiente: Atlánticas: Leucobryum juniperoideum y Oxyrrhynchium prae longum var. stokesii. Euratlánticas: Calypogeia trichomanis var. fissa, Odontoschis ma sphagni, Fissidens minutulus ssp. pusillus, Mnium hornum y Sphagnum auriculatum. — 89 — Subatlánticas: Calypogeia arguta, Campylopus brevipilus, Fissidens serrulatus, Hookeria lucens, Oxyrrhynchium praelongum, O. pumilum, O. speciosum, Phascum cuspidatum y Pottia inter media. Atlánticas-mediterráneas: Fossombronia pusilla var. decipiens, Madotheca thuja, Saccogyna viticulosa, Scapania compacta, Fuña ría obtusa y Campylopus polytrichoides. Euratlánticas-mediterráneas: Cololejeunea minutissima y Pottia davalliana. Por último el elemento mediterráneo cuenta con dos especies mediterráneas: Cephaloziella turneri y Riccia crystallina y una es pecie submediterránea: Rhynchostegiella tenella. Apetencias edáficas .—Es casi igual el número de briófitos que precisan un suelo o sustrato de reacción ácida para vegetar y de los que son indiferentes a la reacción del sustrato; siendo muy escasos los que precisan un sustrato básico. Los porcentajes obte nidos son los siguientes: briófitoc indiferentes, 48%; acidófilos, 43%; calcícolas, 10%. — 90 — SUMMARY In this first work of the Bryophyte Flora of the Cantabric Coast, some rare or specialy interesting species are listed; the distribution area of some of them is enlarged and all of them are related with their environment. Of the list, which consists of 105 bryophytes, 4 liverworts, 1 Sphagnum and 17 mosses are cited in Asturias for the first time and 22 ofther bryophytes for the second time. — 91 - BIBLIOGRAFIA A l l o r g e , P. 1934.— M u scin ées des provin ces du Nord et du C entre de l ’E spagne. R ev. B ryol. et Lieh. V II: 249-301. Paris. A l l o r g e , P. 1947.— E ssai de B ryogéographie de la P én in su le Ibérique. Edic. P. L ech evalier. P aris. A l l o r g e , V. 1955.— C atalogue prélim inaire d es M uscinées du P a y s basque fran çais et espagnol. R ev. B ryol. et Lieh. X X IV (1-2 y 3-4): 98-131 y 248-333. P aris. 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J u l i v e r t , M., T r u y o l s , J., R a m ír e z d el P ozo , J. y G ia n n in i , G . 1973.— M em oria ex p lica tiv a de la H oja 13-3 (G ijón), E. 1:50.000, M apa G eológico de E spaña. D epartam ento de P u b licacion es del In stsitu to G eológico y M inero de España. M adrid. L l o p is L lado , N. 1962.— E studio de la R egión d el Cabo de P eñ a s. M apa geológico de A stu rias, H ojas núm s. 1 y 2. Inst. Est. A st. O viedo. S im o , R . M. 1973.— Estudio de la Flora B riológica d el P u erto V en tan a (A s turias). Bol. Inst. Est. A st., ser. C, núm . 17: 1-218. O viedo. S im o , R. M. y V ig o n , E. 1973.— Hymenophyllum tunbrigense (L.) S m . y Trichom anes speciosum W illd. n oved ad es para la Flora A stu rian a. B ol. Inst. Est. A st., ser. C, núm. 16: 207-215. O viedo. V an d er W i j k , R., M arga d a n t , W. D. y F l o r s c h u t z , P. A. 1959-1969.— In d ex M uscorum . Edic. K em ink en Zoon N. V . U trecht. 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Bordeando al Cabo, se encuentran islotes, escollos y arrecifes, entre los que destacan los islotes de la Erbosa, Bravo y Gaveras y los escollos de Merendalvarez, Romanella, Conos, etc. Desde mediados de Marzo de 1973, hemos visitado reiteradamen te la zona, hasta principios de Noviembre de este mismo año. Las exhaustivas herborizaciones efectuadas a lo largo de este pe ríodo, nos han permitido confeccionar un catálogo florístico del orden del medio millar de taxones, asi como poder dar una visión de conjunto de la vegetación superior. (*) D ep artam en to de B otánica. F acultad de C iencias. O viedo, — 94 — ^ , .PoT»ta \3Ì» ^ Pjnta _ ^PonU J* AjoiUoY V M a n iero "ftwki ¿e HooieUo Punta de la Vaca Da>*° O © - _jO ~ o S- Q. — 95 — DATOS GEOLOGICOS Las notas que insertamos relativas a este tema, son un peque ño estracto de la Hoja y Memoria explicativa del Mapa Geológico de España, 1:50.000: Avilés y Gijón ( J u l i v e r t , T r u y o l s y otros, 1973). En los niveles más bajos del Cabo de Peñas que afloran, co rresponden a la «Cuarcita de Barrios». Esta formación pertenece al Ordovícico inferior (Oj) y está constituida por ortocuarcitas blan cas masivas con escasas intercalaciones de pizarras oscuras. En el mismo Cabo se encuentran materiales del Ordovícico Me dio ( 0 2) y Superior ( 0 3) integrado por cuarcitas del Arenig. Un delgado nivel de caliza, tobas y chert en el Cabo de Peñas, corona el conjunto vulcano detrítico del Ordovícico Superior (SiA). El Silúrico consta de dos formaciones: las pizarras de Formigoso ( S mA-B) y las Areniscas de Furada (S aB-D „ ) . Las pizarras de Formigoso afloran en el Cabo apoyándose en el conjunto Vulcano detrítico del Ordovícico Superior y llegan has ta la playa de Llumeres. Estas formaciones están constituidas por pizarras negras muy replegadas que en su parte superior alternan con limos y areniscas de grano fino. La formación de Furada está constituida por areniscas gene ralmente ferruginosa alternando con pizarras; se encuentran por debajo de San Cristóbal de Verdicio y de San Martín de Podes principalmente. Las formaciones del Devónico que tienen mayor representación en nuestra zona son: el Complejo de Rañeces (D n - „ ), Caliza de Moniello (D j 3-21), Arenisca del Naranco (D21-22) y Caliza de Candás (D22-31). Encima de la Arenisca de Furada empieza la sedimentación calcárea con la presencia del llamado Complejo de Rañeces (C o m te , 1959). Este complejo está representado por pizarras grises a las que siguen calizas y dolomías. Se encuentran en el Faro de San Juan de Nieva, playa de Tenrero, Cabo de Narvata y Ensenada de Bañugues. La caliza de Moniello constituye una formación compacta de origen orgánico. La Arenisca del Naranco aflora al Este de la Ensenada de Mo niello. Se trata de areniscas frecuentemente ferruginosas, alternan do con pizarras. — 96 — 1: 50.000 MAPA GEOLOGICO DEL CABO DE PEÑAS E. — 97 — La caliza de Candás constituye un pequeño afloramiento en el límite occidental de nuestra zona. Están constituidas por calizas algo margosas. Los tramos pertenecientes al Triásico se localizan en la zona Sur de San Jorge de la Manzaneda. Están formados por conglo merados rojos poligénicos con cantos de un tamaño de varios cen tímetros. Al Este de los tramos del Triásico afloran sedimentos del Cre tácico correspondientes al Aptiense (C15). Los materiales del mis mo son arcillas y areniscas. En pequeños valles difuminados por toda la zona existen coluviones del Cuaternario (Q). Una estrecha franja de depósitos aluviales modernos ( 0 A) se extiende entre San Jorge de la Manzaneda y la ría de Avilés. En algunas playas ( Qp) existen acumulaciones de arena que han llegado a constituir du nas de poca importancia como sucede en la playa de Verdicio. DATOS CLIMATICOS El estudio de la climatología de la zona se llevó a cabo me diante la recopilación de los datos obtenidos en las estaciones meteorológicas del Cabo de Peñas y de Gijón, al dejar de funcionar, en los últimos años, la primera. La pluviosidad anual del Cabo, oscila entre los 673,9 y 1.300,4 mm. de lluvia anual, siendo la humedad relativa, en promedio anual del 79%. Las temperaturas máximas absolutas llegan a alcanzar los 33°C. y las mínimas no bajan de -2,6°C. Los valores medios para ambas temperaturas oscilan entre los 23,6QC, como media de las máximas y 4,9°C. como media de las mínimas. Hallado el coeficiente pluviotérmico de E m b e r g e r , s u valor es de 159,9 con lo cual la zona queda incluida dentro de la Región Mediterránea húmeda, según la clasificación de climas elaborada por dicho autor. En la gráfica adjunta, representamos el diagrama pluviotérmi co de la zona. En él, se puede apreciar que los meses mas lluvio sos son los comprendidos entre Septiembre y Febrero, y los mas secos, entre Marzo y Agosto, resultando un período de sequia, que corresponde al mes de Julio. De Octubre a Enero la pluviosidad media mensual, es superior a los 100 mm. (zona negra de la grá fica). \ — 98 — C Inr ^ s o s j l e T ú u m oj^osiL iPolium L. SANTANDER ... •u m ; PA L E N C I A L E O N k Citas • Qiiii '■} — 99 — ANTECEDENTES HISTORICO-BOTAÑICOS La costa asturiana, en general ha sido poco visitada por los botánicos, o al menos pocos son los catálogos florísticos comple tos que se han hecho sobre una zona determinada. La mayor parte de los visitantes que herborizaron en Asturias, lo hicieron en las zonas montañosas, dado que estas son hábitats más atractivos por su mayor riqueza florística y por ser el nicho ecológico de un gran número de elementos endémicos. Según M. L a i n z (1) poco o nada concreto se sabe sobre D. José Q u e r y D. B e r n a b e A n t o n io S a l c e d o . C o lm e ir o ( 2 ) recoge una cita de Viscum álbum L . en Villaviciosa, atribuida a J. Q u e r . B o w l e s en su «Introducción a la Historia Natural y Geografía Física de España» (1775) menciona Quercus pedunculata Ehrh. y Q. sessiliflora Salisb. en Cudillero. En la obra de C o lm e ir o , también aparece Drosera intermedia Hayn., citada de Avilés por S a l c e d o (3). Prácticamente la Botánica comienza en Asturias cuando C a v a n i l l e s envía a D. M a r ia n o d e L a g a s c a al Puerto de Pajares (4). L a g a s c a también visita la costa asturiana a mediados del mes de Agosto de 1805. Algunas citas de la Concha de Artedo (Cudillero), Pravia, Avilés, Gijón y Candás, aparecen a lo largo de la obra del ya mencionado C o lm e ir o . Unos treinta años después, un discípulo de L a g a s c a , E d u a r d o C a r r e ñ o V a l d e s , hace estudios florísticos de no mucha trascenden cia en Gijón y Avilés. El 18 de Mayo de 1835, M i c h e l - C h a r l e s D u r i e u d e M a is o n n e u v e , desembarca en Gijón; un gran avance para el conocimiento de la flora asturiana supuso esta visita. Quinientos treinta y un cormófitos citados de diferentes puntos, son el fruto de su estancia en Asturias, según la obra de G a y (5), de los cuales un centenar escaso fueron herborizados en Gijón. Des de la costa, pasando por Oviedo, se dirije a Grado, Cangas del Nar(1) B. I. D. E. A. pp. 78-83. 1963. (2) E num eración y rev isió n de la s p lan tas de la p en ín su la hisp an o-lu sitana e isla s B aleares. II. pp. 634. 1886. (3) C. f. (2) I. pp. 355. 1885. (4) C. f. P eh ez de C a s t r o . B. I. D. E. A. 1971. (5) V iaje b otánico de D urieu por A sturias, em prendido en el año 1835. Trad. y n otas de J . A. J a u r e g u y . B. I. D. E. A. núm . VI. 1958. — 100 — cea y Puerto de Leitariegos. A estos últimos lugares está dedicada la mayor parte de su obra. A mediados del siglo pasado L. P e r e z M i n g u e z , de cuya obra no quedan más que las citas recopiladas por el ya citado C o l m e ir o (6) también herboriza en nuestras costas así como en otros mu chos puntos de la geografía astur. Visita Gijón, Luanco, Avilés, Luarca, Navia y otras mas. E u g e n e B o u r g e a u en 1864 anda por estos parajes visitando las mismas localidades que D u r ie u , pero no llega a una veintena, el número de cormófitos que cita de la costa asturiana, en su mayo ría de Gijón, los cuales están recopilados en el C o lm e ir o . P o c o s a ñ o s d e s p u é s , a m e d i a d o s d e J u l i o d e 1878, L o u i s L e r e s c h e y E m i l e L e v i e r p a s a n p o r e s t a ú l t i m a l o c a l i d a d (7) d o n d e u n a l lu v ia o b s t i n a d a a p e n a s le s p e r m i t ió h e r b o r iz a r . E n s u v i a j e v i s it a n L l a n e s y S a n E s t e b a n d e P r a v ia . S i s u o b r a n o f u e m u y f e c u n d a e n l a c o s t a , n o lo f u e a s í e n o t r o s p a r a j e s , e l l o s f u e r o n l o s d e s c u b r id o r e s b o tá n ic o s d e lo s d e sp u é s, ta n v is ita d o s P ic o s d e E u r o p a . En 1893 (8) C a r l o s P a u publica un resumen de las plantas her borizadas por A. E. L o m ax , el cual visitó la costa gijonesa, mencio nando pocas especies. M. R. L i t a r d i e r e herboriza, durante los me ses de Julio y Agosto de 1910, en las localidades de San Esteban de Pravia y Llanes (9). L a z a r o también dejó rastros de su obra, en la costa que nos ocupa. Citas de diversos cormófitos, en su mayor parte pteridofitos aparecen a lo largo del C o lm e ir o , de Candás, Gijón y L a Franca, principalmente. La visita de M. H. C h e rm e zo n en el verano de 1916 contribuyó al conocimiento de la flora vascular que vive bajo el influjo ma rino, realizando un estudio, no solo de los vegetales que pudieran ser más interesantes (10) sino de todos aquellos vistos o herbori zados por él, entre la ría de Avilés y la desembocadura del río Nalón (11). (6) C. f . M. L a i n z . B. I. D. E. A. 38. pp. 427. (7) D eu x ex cu rsio n s b otán iq u es... pp. 75-76. 1880. (8) P la n ta s recogidas el pasado año por m i d istin gu id o am igo e l colega Sr. A. E. L o m a x ... A ct. R . Soc. Esp. H . N. 22 pp. 77-89. 1893. (9) C ontribution á l ’etu d e de la F lore P térid o lo g iq u e... B u ll. G eog. Bot. 1911. (10) B u ll. Soc. Bot. Fran. 60. VI. pp. 120-130. 1919. (11) B u ll. Soc. Linn. Nor. 7e. ser. 3 pp. 159-213. 1920. — 101 — Entre 1926 y 1934 los briólogos V a l ia y P i e r r e A l l o r g e visitan el N. W. de España; en sus campañas también herborizan vegeta les superiores en Gijón, Luarca, Cangas de Onís, etc. Entre Abril, Agosto y Septiembre de 1952 los esposos D u p o n t , exploran Llanes, con detalle y el litoral hasta Gijón y Avilés más rápidamente (12). Posteriormente visitan Luarca, Navia y algunas otras localidades costeras y su obra culminaría en los puertos de montaña: San Isidro, Ventana, Leitariegos, etc. E m il io G u i n e a , en varias ocasiones hace estudios florísticos en la costa astur (Luarca, Pravia, Gijón, Llanes, etc.); sus resultados aparecen en la Geografía Botánica de Santander. C a b e a q u í t a m b i é n s e ñ a l a r la v i s i t a e f e c t u a d a e n 1953 p o r l o s s o c i ó l o g o s d e l a X . I. P . E . p r e s i d i d a p o r S . R iv a s G oday y s ie n d o p a rtic ip a n te s: Allo rg e, W. P . D u p o n t , E . F e r n a n d e z G a l ia n o , H . G a u s s e n , V . L u d í, R. T u x e n , E . O b e r d o r f e r , A. L a w a l r e e , e n t r e o t r o s . E n s u r e c o r r i d o p o r t i e r r a s a s t u r e s h e r b o r iz a n e n l a c o s t a d e L la n e s (14) (5 de Ju lio ) y en V egad eo (10 d e Ju lio ). W. L u d í r e c o p il ó p a r t e d e l a s c i t a s q u e d ie r o n lo s d iv e r s o s c o m p o n e n t e s d e la e x p e d ic ió n . C o m o r e s u l t a d o d e e s t e v i a je , l o s g e o b o t á n i c o s , xen R. T u y E . O b e r d o r f e r , d e c u y a o b r a h a r e m o s a l u s ió n m á s a d e l a n t e , h ic ie r o n e s t u d i o s f i t o s o c i o l ó g i c o s e n C o v a d o n g a , C a n g a s d e O n ís, (15). En las últimas décadas surge un gran conocedor de la flora cantabro-astur: el P. M. L a in z S. J., pero a lo largo de sus «Aportacio nes al conocimiento de la flora cantabro-astur I al X», no llega al medio centenar el número de plantas citadas por él o por sus colaboradores en la costa asturiana. En una de ellas (16) dice: «En Asturias apenas hemos herborizado hasta hoy más que a consi derables altitudes». L a s a p o r t a c i o n e s d e S u a r e z F e r n a n d e z (17), F a u s t in o M ir a n d a G o n z á l e z (18), y A. H . D iz e r b o (19), t a m b ié n s o n d ig n a s d e t e n e r L i e r e s d e S i e r o , N a v a , P a j a r e s , G ijó n , N a v ia , e tc . (12) B ol. Soc. H. N. Toul. 88: 120-132 y 90: 429-440. 1953 y 55. (13) C. f. (12) 91: 313-334 y 94: 262-272. 1958-59. (14) G eobot. Inst. R übel in Zürich. 31: 287-298. 1956. (15) C. f. (14) 32. 1958. (16) A portacion es;.. VIL B. I. D. E. A. (c) pp. 79. 1963. (17) A lgas yod ífera s d el C antábrico. M adrid, 1914. (18) M useo Cien. N at. ser. Bot. núm . 251. 1931; M em. R. Sos. Esp. H. N. 15: 487-490. 1929; Bol. R. Soc. Esp. H. N. 28: 457-462. 1928; 32: 435-438. 1932; 36: 367-381. 1937. (19) C ollec. Bot. 5 (1) 1956. — 102 — en cuenta, pero sus estudios hay que incluirlos fundamentalmente en el campo de la algología. Nuestra vecina costa gallega, debe su conocimiento botánico, fundamentalmente al Padre M e r in o , B e l l o t , C a s a s e c a y R . A l v a r e z D ía z . La santanderina a E m il io G u in e a . De la zona del Cabo de Peñas, la cual nos ocupa en esta ocasión, conocemos las siguientes citas: De L . P. M i n g u e z : Inula crithmoides (20), de E m i l i o G u i n e a : Daboecia cantabrica, Erica cinerea, Erica vagans, Molinia coerulea, Erica tetralix, Potentilla erecta. Erica ciliaris, Pteridium aquilinum, Ulex europaeus, Calluna vulgaris, Agrostis setacea, Gentiana pneumonanthe, Erica mackaiana, Simethis planifolia (21), Brassica oleracea var. silvestris (22), Hydrocotile vulgaris (23), y de M . L a i n z ( L e g . Fondado): Urtica caudata (24). e n t o r n o a l a v e g e t a c ió n La playa de Verdicio, bello rincón de la costa asturiana, junto con la de Aguilera y Xagó, son los únicos puntos de la zona objeto de nuestro estudio, donde se desarrollan las dunas que albergan una vegetación halófila, incluible en el orden Elymetalia-arenarii Br. Bl. & Tx. 1943, propia de las costas atlánticas, pertenecientes a la clase Ammophiletea Br. Bl. 1943. Nuestros inventarios son directa mente comparables a los dados por C . V a n d e n B e r g h e n para las dunas de Bretaña (25) por lo que opinamos que pertenecen a las asociaciones Euphorbio-Agropyretum juncei Tx. 1945, correspon diente al piso basal de las dunas móviles y Euphorbio-Ammophiletum arenariae Tx. 1945 al piso siguiente. De las especies propias de Elymetalia-arenarii dadas en (25) so lamente Matthiola sinuata y Galium arenarium están ausentes en los pisos basales de las dunas más recientes de la playa de Verdicio, por otra parte el Euphorbio-Ammophiletum se halla mas exten dido en la playa de Aguilera, mas pobre florísticamente que la an terior. (24) Cf. C o lm e ir o . III. p p . 139. G eografía B otán ica de Santander, pp. 79, 1953. Cf. (11) pp. 312. Cf. (11) p p . 345. C ollect. Bot. 5 (3) pp. 675. 1959. (25) Vegetatio. 8 (3) pp. 194-195. 1958. (20) (21) (22) (23) — 103 — C U A D R O C O M U N ID A D E S N8 DE 1. DUNAS E xposición - N N - - * In clinación - 25 15 10 - - - C obe rtu ra 5 30 20 40 60 70 ■25 A re a (m2) - 10 10 10 10 20 20 10 N úm . de e s p e c ie s 3 9 5 11 16 14 12 Niim . de o rd e n 1 2 3 4 5 6 7 E s p e c ie s de C a k ile t m a r itim a e T x . ap. O b e rd . 1 .949 em . y C a k ile ta lia T x . ap. O b e rd . 1. 949. C a k ile m a r itim a Scop. G laucium flavum C ra n tz M a tr ic a r ia in o d o ra L . s u b sp . m a r itim a L . Po-lygonum m a ritim u m L . i 4 4. 2 1 2. C a r a c t e r í s t i c a s t e r r i t o r i a l e s de E u p h o rb ie to -A g ro p y re tu m J u n c e i T x . 1 .9 5 0 . A g ro p y ru m junceum (L . ) P . B. Honkenya p e p lo id e s ( L .) E lirli. D io tis m a r itim a (I.. ) Sm . 1.1 Tn : 1. 1 4 3 .2 . 1.1 C a r a c t e r í s ti c a de E u p h o rb ie to -A m m o p h ile tu m a r e n a r ia e T x . 1. 950. A m m ophila a r e n a r ia (L . ) L ink. 4. 1 _____________________ . 4 .4 5 .4 4 .4 C a r a c t e r í s ti c a de F e s tu c o - C ru c ia n e lle tu m K. A lv a re z D íaz 1 .972. F e s tu c a d u m eto ru m L . C ru c ia n e lla m a r i t i l a I,. A n d ry a la in te g r if o lia L. C a r a c t e r í s ti c a de a lz . A m m o p h ilo n -A ru n d in a c e a e . P a n c ra tiu m m a ritim u m L. T rin c ia h ir ta Roth. C r e p is bulb o sa (L . ) T a u sc h . E s p e c ie s del o rd . E ly m fc la lia -A re n a rii B r. -B l. et Tx. 1. E rv n g iu m m a ritim u m L . . C a ly s te g ia s o ld a n e lla (L. ) K. 'B r. E u p lio rb ia p a r a lia s L . E u p h o rb ia p o rtla n d ic a L . M edicago m a rin a L. C o m p a ñ e ra s P s a m m o fila s . C atapodium rig id u m (L . ) H ubbard A n th y llis v u ln e r a r ia L. s u b sp . ib e r ic a (W. B e c k e r) J a la s C a re x a r e n a r ia L in . V ulpia b r o m o id e s (1..) C ra u L a g u ru s ovatus' L . D a c ty lis g lo m e ra ta L . B la c k sto n ia p e rf o lia ta (L . ) H udson P o ly c a rp o n te tra p h v llu m (1.. ) L. E r ig e r o n c a n a d e n s e L . R ap h an u s r a p h a n is tr u m L. s u b sp . m a r itim u s (S m .) T h e ll O nonis r e c lin a ta L. H y p o c lio e ris r a d ic a ta L . Juncu9 a c u tu s L . P ic rid iu m tin g in a tu m D esf. L o c a lid a d e s. P la y a de V e rd ic io : Inv. 1, 2, 3, 5, 6, 7. P la y a de A g u ile ra : Inv. 4, 1. 1 1. 1 2. 2 1. 1 4. 1 2. 2 2. 2 2. 2 1. 1 1.1 3 .3 1.1 1.1 1.2 1.1 — 104 — E S 0 U E M À D EL AV E G E T A C iO ND U N A RD EV E R D iC iO — 105 — En el piso cacuminal de las dunas primarias que se hallan en Verdicio, existen unas comunidades, que pensamos deban incluir se en el Festuco-Crucianelletum dado por R. A l v a r e z D ía z para las costas gallegas (26). Nuestras dunas aún en estado joven al bergan no muchas menos especies características de dicha aso ciación, que las de la vecina costa gallega, aunque se nos presenta mas pobre y en estado incipiente. Los montículos arenosos de origen eólico ya fijados —dunas secundarias— en Verdicio, están muy degradadas por la acción antropoógena; en ellos se asiente la «Ciudad residencial Los Cuetos», pero aún se puede detectar dos pisos de vegetación: un piso basal de Euphorbio-Ammophiletum arenariae que sustituye al Euphorbio-Agropyretum juncei y un segundo estrato con especies de Festuco-Crucianelletum. Tanto en una como en otra asociación, encuentran sus habitats algunas especies propias de dunas fijas (cf. 25) tales como: Catapodium rigidum (L.) Hubbard. Anthyllis vulneraria L. subsp. ibérica (W. Becker) Jalas (no ex clusiva). Carex arenaria Lin. Vulpia bromoides (L.) Gray. En la base de las dunas donde aún no llega la salpicadura del oleaje v donde la influencia del hombre como destructor de la bios fera se hace más acusada se instalan especies incluibles en el orden Cakiletalia Tx ap. Oberd. 1949 (subclase Cakiletea maritimae Tx. & Prsg. 1950, clase Rudero-Secalietea Br. Bl. 1936). Entre ellas cabe señalar: Cakile marítima Scop. Glaucium flavum Crantz. Matricaria inodora L. subsp. marítima L. Polygonum maritimum L. Las ideas expuestas anteriormente, las esquematizamos en el diagrama adjunto. Los cañaverales lacustres, muv pobres en número de especies, que se encuentran en las orillas del tramo final del arroyuelo que desemboca en la playa de Verdicio, donde se mezclan las aguas dul ces con las procedentes de la subida de la marea; así como los que se encuentran su habitats en el arroyo de Vioño, bajo el puente de la carretera Cabo Peñas-Avilés, los incuimos en la alian(26) Trabj. Comp. de B iolg. (2) pp. 54-55, 1972. — 106 — CUADRO N2 2 C lase P h r a g m i t e t e a Tx . et P r s g . 1.9 4 2 O rden P h r a g m i t e t a l i a W. Koch 1.9 2 6 e m . P ig n atti 1 . 9 5 3 . A l i a n z a P h r a g m i t i o n e u r o s i b i r i c u m (W. Koch, 1 .9 2 6 ) T x . et P r s g . 1 . 9 4 2 A s o c i a c i ó n S c i r p e t u m m a r i t i m i i e u r o s i b i r i c u m (W. C h r i s t i a n s e n , 1 . 9 3 4 ) T x . (1. 937) 1. 954. Altitud (m. ) 50 E x p o s i c ió n I n clin ació n (%) C obertura 70 80 A r e a (m2) 20 20 N úm . de e s p e c i e s 10 16 N ú m . de orde n 1 E s p e c i e s c a r a c t e r í s t i c a s de a s o c i a c i ó n y a l i a n z a . Scirp us m aritim u s L. Ty ph a l a t i f o l i a L . P h r a g m ite s com m unis Trin. 4. 3 3. 3 4. 3 4. 4 E s p e c i e s c a r a c t e r í s t i c a s de orden y c l a s e . Lythrum s a lic a r ia L . Mentha a q u a t i c a L . Lycopus europaeus L. A l i s m a plan tago L . E quisetum p a lu stre L . 1. 1 4.. 1 i 1.2 1. 1 4. 1 2. 2 i E sp e c ie s com pañeras. A p ium n odiflorum (L . ) L a g . S p a r g a n i u m n e g le c tu m B e e b y D actylis g lo m erata L . Ju n cu s acutus L. F e s t u c a e l a t i o r s u b s p . a r u n d in a c e a Sc h re b . C a r e x vu lp in a L . C y p e r u s l o n g u s L . s u b s p . b ad iu s Desí'. A lthaea officin alis L . Ju n cu s glaucus E h m . M yosotis s c o rp io id e s L . S t e l l a r i a a l s i n e G r im m . Polygonum h y d ro p ip e i- L . K u m u l u s lupu lu s L . Localidades. lnv. 1 : D e s e m b o c a d u r a del a r r o y o de V e rd ic io . Inv. 2 : A r r o y o do Viofio en l a s p r o x i m i d a d e s de O te ro. 4. 1 — 107 — za Phragmition eurosibiricum (W. Koch. 1926) Tx. & Prsg. 1942. Los inventarios de la tabla 2. pensamos que son incluibles en la asociación Scirpetum maritimii eurosibiricum (W. Christiansen, 1934) Tx. (1937) 1954, los cuales son comparables a los dados por B e l l o t para Galicia (27 y 28). Por otra parte cabe señalar que al igual que sucede en algunas de las comunidades estudiadas por di cho autor, aquí también se incorpora el Phragmites communis Trin. Nuestras comunidades no se dan puras, sino aue a ellas se incorporan especies propias de otras unidades de Phragmitetalia (Apium nodiflorum, Sparganium neglectum) y de Molinio-Arrhenatheretea principalmente. Otros cañaverales habitan en orillas de arroyos donde no llegan las aguas saladas, suelen ser mas ricos en especies y de menor porte aue los de Phragmition eurosibiricum : estas comunidades también se instalan en los charcos o pequeñas lagunas aue sur gen en los prados, como consecuencia de las abundantes lluvias invernales o primaverales. Dichas agrupaciones vegetales aue lle van Nasturtium officinale R. Br. v Snarganium neglectum Beebv, las llevamos a la alianza Svarganio-glycerion Br. Bl., et Siss. apud Boer, 1942. Los inventarios del cuadro 3 pensamos que per tenecen a la asociación Oenanthetum croccatae Br. Bl., Berset et Pinto, 1950. La umbelífera que le da nombre, en primavera invade estas zonas excesivamente húmedas y es frecuente que se asocie al Galium palustre L. Llevan, al igual que en Galicia (29) un elevado número de espe cies propias de Molinio-Arrhenateretea. Debemos señalar que los inventarios núms. 4, 5 y 6 aparece, como abundante, el Carex ri paria Curt., pero su presencia confiere un matiz especial a la aso ciación y tal vez pudiera tratarse de una nueva variante. R. T ü x e n Í30) da en las Huelgas (Burgos) la asociación Cypero-Caricetum ^trubae y en ella incluye una subasociación con dicho Carex, pero su subasociación pertenece a Magnocaricion elatae W. Koch. 1926, por lo cual no es comparable a la nuestra. En los bordes del arrovo de Barreo, así como en cunetas ex cesivamente húmedas, es frecuente encontrar: (21) An. Ins. B ot. A. J. C avan illes. X X II, pp. 66. 1964. (28) A n. Ins. B ot. A. J. C avan illes. X X IV . pp. 106. 1966. (29) Cf. (27) pp. 64-65. (30) E urosibirisq u e ph an erogam en -gesellsch aften sp an ien s pp. 95. B ern. 32. 1958. — 108 — CUADRO Ni 3. ■ . > C la se P h rag m itetea Tx. et P rg s . 1.942 O rden P h rag m itetalia W. Kock 1. 926 em . P ig n atti 1. 953. Alianza Sparganio-G lycerion B r. -B l. and Sissingh. apud. B oer 1,942 A sociación Oenantheturo cro c c a ta e B r. « B l., B e rse t et Pinto, 1.950. A ltitud - - Exposición - - 5 50 20 70 W SE 10 90 100 20 C o b ertu ra 100 70 90 85 A rea (m2) 20 20 30 15 20 30 Núm . de e sp ec ie s li> 14 17 15 15 22 1 2 3 4 5 6 1. 1 1.1 3. 1 3. 4 1. 1 1.2 4 .4 1. 1 4 5. 5 ■2.3 Inclinación (ft) Núm. de orden 10 E sp e c ie s c a ra c te r ís tic a s de alian za y asociación. Oenanthe c ro c a ta L. Galium p a lu stre L. Sparganium neglectum Beeby Apium nodiflorum ( L . ) Lag. N astu rtiu m officinale R. B r. 2 .2 1 3. 3 E sp e c ie s c a ra c te r ís tic a s de c lase y orden. I r is pseudacorus L. Equisetum p a lu stre L. M entha aquatica L. S cirpus p a lu s tris L . L ythrum s a lic a r ia L. Lycopus europaeu s L. 1. 1 1 .2 1. 1 2. 2. 2. 3. 2 1 i 3 2. 2 2 .2 3. 3 2 .2 1. 1 3 .2 1. 1 1. 1 4 E sp e c ie s c om pañ eras p ro p ias de M o lin io -A rrh en ath eretea. Lychnis flo s-cu c u li L. S crophularia a u ric u la ta L. Ranunculus rep e n s L. Filipéndula u lm a ria ( L .) M axim . Ajuga rep ta n s L. B ellis pe ren n is L. M yosotis sc o rp io id e s L. C ardam ine p ra te n s is L. Lotus uliginosus Schkuhr T rifolium p rate n se L. D actylis g lo m erata L. Anthoxanthum odoratum L. V eronica c h am aed ry s L. Plantago lan ceo lata L. T araxacum officinale W eber C entaurea n ig ra L. C r e p is tara x a cifo lia T h u illie r Juncus silv a tic u s (Reicht) Vill. Juncus conglom eratu s L. C ynosurus c ris ta tu s L. H olcus lan atu s L. Poa triv ia lis L. H ypericum te tra p te ru m F r ie s 4 4.1 1.2 4. 1 1. 3 4 4 1.1 1.1. 4. 1 2. 1 1.1 2. 2 2. 2 2. 1 1. 1 4 4 1.1 3 .3 2 .2 1.1 1. 1 1.1 1. 1 4. 1 1. 1 1.1 1; 2 1.1 3 .3 V arian te. C a re x r ip a r ia C u rt. 4. 4. 3 .3 3 .3 . . O tra s com pañeras. M entha suaveolens E hrh. en 1 : 4, en 2 : 1. 1, en 3 : 4; Salix fra g ilis L . en 1 : 2. 3; C a ly steg ia sepium (L. ) R. B r. su b sp . s e pium en 1 : 1. 1; F e stu c a arundinacea Schreb en 2 : 1.1; G eranium ro b ertian u m I,. en 4 : 4. 1; P te rid iu m aquilinum (L. ) Kuhn en 5 : 4; C arex pendula Huds. en 5 : 1.2; A thryrium filix -fem in a ( L .) Roth. en 5 : 4; E upatorium cannabinuin L. en 5 : 4; Pul m onaria longifolia (B a s t.) Boreau en 5 : 4; Solanum d u lcam ara L. en 5 : 4; Ranunculus flam m ula L. en 6 : 1 .2 ; S te lla ria a ls ine G rim m . en 6 : 4; L y sim ach ia nem orum L. en 6 : 4; Convolvulus a rv e n s is L. en 6 : 4; L ythrum h y sso p ifo lia L. en 6 : 4 L ocalidades. Inv. Inv. Inv. Inv. Inv. Inv, 1. 2. 3. 4 .5. 6. - M a rism a s de la playa de V erdicio. Id. id. id. Id. id. id. P roxim id ad es a M oniello. C ruce de la c a r r e te r a de V erdicio. Borde del a rro y o de B a rre o , — 109 — C TT A D K O ■ NO C la s e C r itln n o L im o n ie te a B r . - B l . O rd en C r ith n io L im o n ie ta lia M o l. 1 .9 3 4 . A lia n z a 1 ,9 4 7 C r ith n iio n m a r it im a e P a v illa r d . A s o c ia c i ó n 4 1. 9 2 8 . C r ith m u m L im o n iu m o c c id e n t a lis P a v illa r d . 1 .9 2 8 . A ltitu d 20 10 E x p o s ic ió n NE E I n c lin a c ió n (%) 60 70 C o b e r tu r a 70 . 25 A rea 20 >20 N úm . de e s p e c ie s 18 14 1 2 N úm . de orden r E s p e c i e s c a r a c t e r í s t i c a s de a s o c i a c ió n y u n id a d e s s u p e r i o r e s . C rith m u m m a r itim u m L . L im o n iu m b in e r v o s u m (Cl. E . S m . ) S a lm o n (S t a tic e o c c id e n t a li s L lo y d . ) P la n ta g o m a r it im a L . A r m e r ia m a r it im a (M ille r ) W illd . s u b s p . m a r it im a E u p h o r b ia p o r tlá n d ic a L . S ile n e v u lg a r i s (M o e n c li) G a r c k e su b s p . m a r itim a (W ith . ) A . and D . L ö v e H eta v u lg a r i s L . s u b s p . m a r it im a (L . ) A r c a n g e li C a u c u s c a r o ta L . s u b s p . g u m m ife r I lo o k e r A sp a r a g u s o ff ic in a lis L . B r a c h y p o d iu m p in n a tu m (L . ) P . B e a u v . F e s t u c a d u m e to r u m L . 1. 1 4. 1 4. 4 3. 2 1. 1 1. 1 1. 1 i 2. 2. 1. 1. 2 2 1 1 1. 1 i 4. 2 3. 3 3. 3 1. 2 2. 2 3. 3 1. 1 1. 1 1. 1 i 4 E s p e c ie s c o m p a ñ e r a s . P la n ta g o c o r o n o p u s L . s u b s p . e u c o r o n o p u s P il g e r K o e l e r ia a l b e s c e n s D C . A lliu m s p h a e r o c e p h a lu m L . T h r in c ia h ir ta R o th . H e lia n th e m u m c r o c e u m ( D e s f . ) P e r s . A n a g a llis a r v e n s i s L . A v e n a s u lc a t a G ay B la c k s t o n ia p e r f o lia t a (L .) . H u d so n P la n ta g o la n c e o la t a L . L o c a lid a d e s . Inv. 1 : A c a n t ila d o s d e l fa r o de San Juan de N ie v a . In v. 2 ; Id, id . id . id . i 1 .3 •* i i . . 4 4 — 110 — Apium nodiflorum (L.) Lag. Verónica beccabunga L. Nasturtium officinale R. Br. in Aitón, especies propias de la asociación Helosciadium-Veronica beccabunga, Ges. (alianza Sparganio-Glycerion Br. Bl. et Siss. apud Boer, 1942), la cual si bien es abundante en nuestra zona, no la hemos in ventariado. Las comunidades que habitan en los roquedos costeros a los que aún llegan las salpicaduras del agua y muy azotadas por el viento, las incluimos en la alianza Critmion marítimae Pavillard, 1928, propia de las costas atlánticas. En los acantilados del Faro de San Juan de Nieva hemos to mado los inventarios del cuadro núm. 4, los cuales son compara bles a los realizados por P. A l l o r CtE (31) entre Biarritz y la ría de Bilbao, y a los dados por E. G u in e a (32) para las costas santanderinas. Por ello pensamos que los nuestros deben llevarse a la aso ciación Crithmiim-Limonium occidentalis Pavillard, 1928. Crithmnm maritimum L. y Limonium hinervosum (G. E. Sm.) Salmón, se en cuentran aquí asociados, así como en los acantilados de la playa de Moniello (Punta de Moniello), donde les acompaña Inula crithmoides. L. y Asplenium marinum L. En los acantilados al Este del Faro de Cabo de Peñas hemos tomado el siguiente inventario: Armería maritima (Miller) Willd. 2.3 Spergularia rupicola Lebel ex Le Julis 1.2 Asplenium marinum L. +.2 Crithmum maritimum L. 1.1 Cochlearia danica L. 4-.2 Silene vulgaris Garck. subsp. maritima (With.) A. & D. Löve 1.1 Euphorbia portlandica L. + Angelica pachycarpa Lange +.2 + Daucus carota L. subsp. gummifer Hooker Sedum anglicum Hudson 1.1 Sedum hirsutum All. +.1 Anthyllis vulneraria L. subsp. ibérica Jalas. +.2 Ulex europaeus L. 1.2 el cual creemos que debe incluirse en la asociación Armería maritima-Sperguiaría rupicola Br. Bl. & Tx. 1952, dada por dichos au(31) (32) B u ll. Soc. Bot. Fran. 88. pp. 304. 1941. A ns. Ins. Bot. A, J. C avanilles. X I (I) pp. 558. 1953. — 111 — tores para los acantilados de las costas irlandesas (33) y confirma da por F. B e l l o t (34) para Galicia. La presencia de Armería marí tima y de Spergularia rupicola es lo que nos inclina a esta consi deración. Por otra parte estamos de acuerdo con F. B e l l o t , en llevarla a la alianza Critmion maritimae Pavillard 1928 y no a la Armerion maritimae Br. Bl. et De Leevw. 1936, pues ecológicamente son comunidades muy distintas; mientras que la primera encuen tra su habitats en las rocas de la costa, sin embargo la segunda forma parte de las praderas salinas. Por otro lado, en nuestro inventario se encuentran especies ca racterísticas de Critmion maritimae tales como Asplenium maritinum, Crithmum maritimum y Cochlearia danica. La vegetación arbolada de la zona, que en su climax responde ría a bosques pertenecientes a la alianza Quercion robori petraea Br. Bl. 1932, y posiblemente a la asociación Blechno-Quercetum roboris Oberd. et Tx. 1954 se encuentra muy empobrecida debido a que estos bosques fueron sustituidos por plantaciones de Eucaliptus globosus Labill. y de Pinus pinaster Aitón subsp. atlantica H. del Villar. Entre estas formaciones se encuentran dispersas, pequeñas man chas de elementos propios del bosque climax, sin llegar a constituir auténticas comunidades arbóreas pero que conservan algunos de estos elementos, entre los que cabe señalar: Quercus robur L., Pteridium aquilinum (L.) Kohh., Teucrium scorodonia L., Lonicera periclymenum L., Hypericum pulchrum L., Pohpodium australe Fée., Carex vilulijera L., Castanea sativa Mi11er, Luz.ula sylvatica (Hiids.) Gaud., Jlex aauifolium L.. Viola reichembachiana Jordán ex Boreau, Stellaria holostea L., Euvhorbia amygdaloides L., Oxalis acetosella L., Frangida alnus Miller, Blechnum spicant (L.) Roth., etc. Es frecuente que estas formaciones se vean mezcladas con ele mentos propios de la Querco-Fagetea Br. Bl. & Vlieger, 1937; en tre ellos hemos anotado las siguientes: Corylus avellana L., Clematis vitalba L., Anemone nemorosa L., Aquilegia vulgaris L., Tamus communis L., Prímula vulgaris Hudson, Lamium maculatum L. Los matorrales, siempre acidófilos sobre areniscas, cuarcitas y pizarras así como sobre suelos saturados de agua durante gran parte del año y en muchos casos, rico en sales debido a su proxi(33) (34) G eobot. Inst. R übel. 25. pp. 280, 1952, Cf. (28) pp. 51, — 112 — m id a d a l o c é a n o , s e e n c u e n t r a n c o n s t i t u i d o s f u n d a m e n t a l m e n t e p o r Ulex europaeus L ., Daboecia cantabrica ( H u d s .) K o c h . y Agrostfs setacea C u r t, e n t r e o t r a s , q u e c o r r e s p o n d e n a l a s e t a p a s d e s u s t it u c ió n d e l Quercion robori petrae. E s t i m a m o s , s e g ú n l o s d a t o s r e c o g i d o s en el c u a d r o n ú m . 5, q u e d ic h a s c o m u n id a d e s p u e d e n in c l u i r s e e n la a s o c i a c ió n Daboecio-Ulicetum europaeae B r . B l. 1967 (35) c o n s i d e r a n d o q u e d ic h a s a s o c i a c ió n f u é e s t a b l e c i d a p a r a e l P a ís V a s c o , c u y a s c o m u n id a d e s v e g e t a le s g u a r d a n a f i n i d a d e s c o n (36) y (37) v e m o s q u e e x is t e n c i e r t a s a n a l o g í a s c o n la a s o Uliceto-Halimietum occidentalis ( B e l l o t , 1949) T x . 1954, e s la s n u e s tr a s . N o o b sta n te re v isa n d o lo s t r a b a jo s d e B e ll o t C a s t r o v ie jo c ia c i ó n t a b l e c i d a p a r a l a s r e g io n e s g a l l e g a s , p e r o s in e m b a r g o l a s c a r a c t e r í s t i c a s d e n u e s t r o s m a t o r r a l e s n o s m a r c a n u n a m a y o r o c e a n id a d Halimium alyssoid.es, Genista triaccanthos y Adenocarpus complicatus, e n t r e o t r o s . Si bien concordamos con Braun Blanquet en llevar estos mato rrales a la asociación Daboecio-Ulicetum europaeae, pensamos que no debe llevarse al Erición umbellatae Br. Bl'.. P. Silva Rozeira & Fontes, 1953, que incluye a los brezales mas continentales del N. y NW. de Portugal, sino a la alianza Uticion nanae Duvigneaud, 1944, que abarca a los brezales mas atlánticos. En estos matorrales, casi siempre se encuentran especies pro pias de la Quercetea ilicis Br. Bl., 1936, entre los que destacamos: Rubia peregrina y Smilax aspera. La fuerte acción antropozoógena determina en esta zona, unas comunidades vegetales cuya vida está supeditada a la riqueza de compuestos nitrogenados solubles, resultantes de la descomposi ción de la materia orgánica en el suelo que les sirve de sonorte. Siguiendo el criterio de R iv a s G oday (38) incluimos estas forma ciones en la clace (grex) Pndero-Secnlietea (s. 1.) (Br. Bl 't 1936 (-Rudereto-Secalinetea Br. Bl. 1936). En los campos de cultivo de la explanada del Faro de Cabo de Peñas, hemos anotado a lo largo del año las siguientes malas hierbas: Stellaria holostea L. Anagallis arvensis L. Kickxia elatine (L.) Dumort. q u e e x c lu y e la p r e s e n c ia d e (35) (36) (37) (38) V eg eta tio vol. X IV fase. 1-4. pp. 74. 1967. Cf. (28). A nal. Inst. Bot. A. J. C avanilles. 30 pp. 197-213. 1973. A nal. Inst. Bot. A. J. C avanilles. 13. pp. 355. 1955. —■•M3 — C \\ A P R O Clase N8 5 Caliuno-lUicetea B r. Bl. ¿ R. Tx. 1. 943 ( * Nardo-Callunetea Preisg . 1. 949) Orden Calluno-U licetalia (Quantin 1.933) Tx. 1.937 ( * E rico-U licetalia Br. B l., Pinto da Silva, Rozeira, 1.964) Alianza Ulicion Nanae Duvigneaud 1.944. Asociación Üaboecio-Ulicetum europaeae Br. - Bl. 1.96?. 80 70 eo 100 Exposición E N - - Inclinación (%) 5 15 - * Cobertura 95 85 80 70 Area 20 20 20 20 Núm. de especies 21 14 Ti 22 .1 2 .3 4 4.1 l.í 2.2 Í.1 1.2 3.3. 2.3 2.2 4.2 2.2 4. 1.2 1.1 2.2 4. 1. 4 IA 4 Altitud Núm. de orden C a ra cte rístic a s de asociación. Daboecia cantabrica (Huds.) Koch. LJlex europaeus L. Lithodora diffusa (Lag. ) Johns. Laserpitium prutenicum L. subsp. doufourianum (Rouy and Caraus) Tutin 4.4 2.2 C a ra cte rístic a s de alianza. S erratula tinctc ia L. subsp. seoanei (Wk. ) Lang. A grostis setacea C urt. Cirsium filipendulum Lange Polygala serpyllifolia H oss., Symethis planifolia (Vand.) G. G. 4 4. 1 • C a ra cte rístic a s de orden y clase. Erica vagans L. Calluna vulgaris (L. ) Hull. Potentilla e recta (L. ) Rausch. E rica cinerea L. E rica c ilia ris L. E rica m ackalana Bab. Conopodíum m ajus (Gou&n) L oret. Cuscuta epithymum (L . ) L Polygala vulgaris L. 2.2 1.2 4.2 2.2 1.1 2.2 4. 1 2.2 1.2 4. 1 1.1 1.1 4. 2. 1. 1. 4. 4 4. • Com pañeras. Rubia peregrina L. Anthyllis vulneraria L. Smilax aspera L. Silene vulgaris (Moench) Garcke subsp. m aritim a (With) A. and D. Löve Festuca dumetorum L. Pteridium aquilinum (L .. ) Kuhn, Lotus corniculatus L. B eilis perennis L. 2. 2 4. 1 3.3 4. 1 2.2 1.1 4 1. 2.2 4 1. 1 1. 1 1. 1 4 4 Sisymbrium austriacum Jacq. subsp. contortum (Cav. ) Rouy. and Fouc. en 2 : 1.1; Beta vulgaris L. subsp. m aritim a (L. ) A rcan geli en 1 : 1 .1 ; Dactylis glom erata L: en 1 : 1.1; Plantago lanceolata L. en 1 : 1. 1; Thalictrum minus !.. en 1 : 1 .1 ; Euphorbia hi berna L. en 1 : 4.1; Brachypodium pinnatum (L .) P. Beauv. en 2 : 4.2; Gallium mollugo L. -en 1 : 4 . 2; P ed icu laris sylvatica L. en 2 : 2.2; Euphorbia dulcís L. en 2 : 4; Viola reichem bachiana Jordan ex Boreau. en 2 : 4; N arcissu s Imlbocodium L. en 3 : 2.2; Sa* lix repens L. en 3 : 2. 3; Tolpis barbata (L. ) Gaertn. en 4 : 4; Luzula cam pestris DC. en 3 : 4; Hieracium pülo«*Ua L. en 4 : 4. I; Daucus carota L. en 3 : 4,1; Trifolium p ratense L. en 3 : 4; Carum verticillatum (L. ) Koch, en 4 : 4.*1; F ritilla ria pyrenaica L. wi 3 : 4; Scilla verna Huds. en 3 : 4. Localidades. Inv. Inv. Inv. Inv. 1 : Explanada del faro de San Juan de Nieva. 2 : Zona entre Viodio y BaAugues. 3 : Explanada del Cabo de Penas. 4: Id. id. id. — 114 — Bilderdykia convolvulus (L.) Dumort. Polygonum aviculare L. Vicia hirsuta (L.) S. F. Gray. Misopates orontium (L.) Rafin. las cuales son propias de la subclase Chenopodio-Stellarietea ( = Chenopodietea Br. Bl. 1952). Chenopodium álbum L. Capsella bursa-pastoris (L.) Medicus Senecio vulgaris L. Solanum nigrum L. Geranium molle L. pertenecientes al orden Chenopodietalia albi Tx. et Lohm. 1950. Sonchus oleraceus L. Verónica pérsica Poiret. Geranium dissectum L. Sonchus asper (L.) Hill. Mercurialis annua L. Chrysanthemum segetum L. características de la alianza (Eu)Polygono-Chenopodion polysperni W. Koch. 1926 em. Sissingh. 1946. Erigeron canadense L., característica de la alianza Sisymbrion officinalis Tx. Lohm. et Prsg. 1950, es muy frecuente en las escom breras y proximidades de viviendas de toda la zona. En las escom breras próximas a la playa de Moniello, así como a lo largo de la carretera de Avilés al Cabo de Peñas, existen unas comunidades incluíbles en distintas unidades de la subclase Artemisietea vulgaris Tx. Lohm. et Prsg. 1950. De la misma, caben señalar las siguientes especies herborizadas en las mencionadas zonas: Picris hieracioides L. Crepis taraxacifolia Thuillier. Dipsacus silvestris Miller. Malva sylvestris L. Ballota nigra L. Galium cruciata L. Echium vulgare L. Galactites tomentosa Moench. Urtica dioica L. En los bordes de caminos pisoteados, por la explanada de Pe ñas, y en las playas de Moniello y Llumere, son frecuentes: Poa annua L. Coronopus didymus (L.) Sm. — 115 — Lolium perenne L. propias cid orden Plantaginetalia maioris Tx. (1947), 1950. A pesar de que poseemos numerosos datos sobre comunidades pascícolas de la zona, su estudio esperamos hacerlo mas detenida mente en otra ocasión debido a la complejidad que presentan y por lo que son necesarios mas datos de los que tenemos recopila dos en este momento, para poder pronunciarse acerca de dichas comunidades. CATALOGO FLORISTICO L.—Aerohalofita que se encuentra en las fisuras de los acantilados al Este del Cabo de Peñas, en la asocia ción Armería maritima-Sperguiaría rupicola. En las rocas más sombrías y desnudas, donde la salpicadura del oleaje se hace más acusada, se encuentra por debajo de A. billotii F. W. Schultz y jun to con Adiantum capitlus-veneris L. En los acantilados de Punta Moniello lo anotamos junto a Inula crithmoides L. Otras citas asturianas de la especie son: Llanes (P. y S. D u p o n t , M . R. L i t a r d i e r e ), Gijón ( D u r i e u ), Candás ( L a za r o ), Avilés (L. P. M i n g u e z ; C h e r m e z o n ), Luarca ( L . P. M i n g u e z ). A. billotii se ha mencionado en el litoral: L a in z y cois, en Gijón (Musel) y L a Franca (Ribadeba), R. M. L it a r d ie r e lo hace en San Esteban de Pravia; en el interior ya lo había anotado D u r i e u en el desfiladero de Peñaflor (Grado) y en Cangas de Narcea. A. onopteris L. lo anotamos como nemoral en los residuos de la climax del Quercion robori-petreae, entre Viodo y Bañuges, así como Pteridium aquilinum (L.) Kuhn., Dryopteris borreri Newm., D. dilatata (Hoffm.) A. Gray. y Blechnum spicant (L.) Roth. A. adiantum-nigrum L., A. trichomanes L. subsp. trichomanes, Ceterach officinarum DC., son frecuentes en las fisuras de tapias por las carreteras de la playa de Moniello y Llumeres. En Asplenietea rupestria. Polystichum setiferum (Fórskal) Woynar, Osmunda regalis L. y Athyrium filix-femina (L.) Roth. conviven bajo Alnus glutinosa (L.) Gaertn., en el arroyo de Barreo. Polypodium australe Fée., epifita sobre un tronco de castaño en Otero. L a i n z la cita del Fito; R iv a s M a r t í n e z , I zco y C o s t a , en el valle del Carzana hacia el río Trubia. A s p l e n iu m m a r in u m — 116 — Phyllitis scolopendrium (L.) Newm.—Bordes de acequias en las proximidades de Otero y Bañugues. Equisetum palustre L.—Frecuente en aguazales de toda la zona. En comunidades de Phragmitetalia y Molinietalia. En prados turbosos con influencia nitrófila es frecuente, en las proximidades a la playa de Verdicio, E telmateia Ehrh., el cual se conoce con idéntica ecología de Avilés ( C h e r m e z o n ). En Pola de Lena y Oviedo lo citó L a G a s c a . Salix repens L.—Abundante en los claros del matorral de Daboecio-Ulicetum que cubre la explanada del Faro del Cabo Peñas. Co nocida en las zonas de Gijón y Avilés. S. f r a g i l i s L.—En lugares húmedos próximos a la playa de Ver dicio. De Querco-Fagetea. C o l m e ir o recoge una vaga cita de Astu rias (Q u e r ) y otra de Oviedo ( P a s t o r ). P o p u l u s a l b a L.—En las proximidades del arroyo de la playa de Verdicio. En esta localidad también anotamos P. nigra L. J u g l a n s r e g i a L.— Cultivada en San Jorge de la Manzaneda. C o r y l u s a v e l l a n a L.—Bosquecillo próximo al arroyo de Barreo. De Fagion. Q u e r c u s i l e x L.— Hemos observado ejemplares aislados a lo lar go de la carretera de Avilés a Bañugues, en las proximidades del cruce con la del Faro de San Juan de Nieva. Característica de Quercion euilicis. El Q. robur L. s. 1., abunda en bosques mixtos junto con Castanea sativa Miller. U l m u s g l a b r a Huds. ( U. montana With.; U. scabra Miller). — Proximidades al faro de San Juan de Nieva. H u m u l u s l u p u l u s L.—En Otero y en las proximidades de Ba ñugues. De Oviedo lo mencionan L. P. M i n g u e z y L a G a s c a , en Caldas de Oviedo lo hace S a l c e d o . Desconocemos citas del litoral. U r t ic a d u b ia Fórskal ( U. caudata Vahl. non Burmfil., U. membrañacea Poiret).—Confirmamos la cita de L a in z (Aportaciones..., III, 1959) de las cuarcitas de la base del Cabo de Peñas. Se sitúa en los bordes de las comunidades de Daboecio-Ulicetum, en zonas de influencias antropógenas. La U. dioica L. abunda en lugares ruderales por toda la zona, preferentemente en comunidades de Arction. P a r ie t a r ia d i f f u s a Mert. and Koch., es frecuente en las fisuras de muros, por toda la zona, en comunidades de Parietarietalia muralis. — 117 — Osyris a l b a L.—Proximidades al faro de San Juan de Nieva. De Asturias conocemos las citas de Durieu (Peñallor e inmediaciones de Cangas de Narcea) y L. P. Minguez (Peñas de Olloniego). Des conocemos citas del litoral. P o l y g o n u m m a r it im u m L.—Preferentemente en comunidades de Cakiletea en las dunas de la playa de Verdicio. G u in e a en la Geogr. Bot., da esta especie como ampliamente diseminada en el litoral santanderino. No obstante, de Asturias sólo conocemos una cita concreta, la dada por C h er m ez o n en la ensenada de Linares (Avi lés), pues si bien c o l m e ir o recoge las citas de D u r ie u y L. P. m i n g u e z , lo hace muy vagamente: Asturias. En la margen derecha de la ría de Avilés herborizamos P. aviculare L. y P. persicaria L. La primera es característica de Poligonion aviculare, la segunda tiene preierencia por las comunidaues de Bidention tnpartitae, lo mismo que P. hydropiper L. el cual abunda en las cercanías de Otero. B il d e r d y k ia c o n v o l v u l u s (L.) Dumort. (Polygonum convolvulus L.).—Como ruderai por Otero y como mala hierba de los cultivos en la zona de la playa de Verdicio. Con idéntica ecología la señala C h e r m e z o n en Avilés. C o l m e ir o recoge una cita de L. P. M in g u e z (Oviedo). R u m e x c r i s p u s L.—Proximidades a la carretera de la playa de Moniello, en comunidades de Agropyro-Rumicion crispí. Una vaga mención provincial existe en el C o l m e ir o : Asturias (L. P. M i n g u e z J. Por estos mismos parajes herborizamos R. pulcher L ., la cual ya era conocida en el litoral, dado que C h er m ez o n la menciona en bordes de camino por Avilés. R. acetosa y R. acetoseLLa L., son frecuentes pero no muy abun dantes en la zona, preferentemente en Arrhenatneretalia. B e t a v u l g a r i s L. subsp. m a r ít im a (L.) Arcangeli {£. marítima L., B. perenms (L.) FreynJ.—Herborizada en los acantilados de la playa de Verdicio y en los del taro de San Juan de Nieva, en co munidades de Crithmion maritimae. Consultada la bibliografía, no encontramos ninguna mención de esta especie en el litoral asturiano. G u in e a en su Geogr. Bot. la da en los acantilados de Galizano y en todo el litoral, como no muy frecuente. M e r in o la nombra como abundante en las rocas coste ras de Galicia. Pensamos que el área de esta especie, en Asturias, ha de exten derse por todo el litoral, ya que su existencia en las cotas gallegas y santanderinas lo hace presuponer. — 118 — A t r i p l e x h a s t a t a L.—Acantilados del faro de San Juan de Nieva, escombreras próximas a Otero. C h er m ez o n la da vagamente, sin precisar localidad, de Asturias. C h e n o p o d iu m á l b u m L. subsp. álbum, juntamente con la anterior en el faro de San Juan de Nieva, en comunidades de Chenopodietea. Conocida también en el litoral como en el interior de la pro vincia. S i l e n e l a e t a ( A itó n ) G o d r o n ( Eudianthe laeta ( A it ó n ) W illk , S . loiseleurii G o d r o n ) .— C o m o m a la h i e r b a d e l o s c a m p o s d e c u lt iv o q u e h a y e n l a s e x p l a n a d a s d e l f a r o d e l C a b o d e P e ñ a s . C o l m e ir o y G u in e a ( G e o g r . B o t . d e S a n t a n d e r ) r e c o g e n c i t a s d e A s t u r i a s : c e r c a n í a s d e O v ie d o y G r a d o ( D u r i e u ). S in d u d a a l g u n a , n u e s t r a c i t a e s l a m á s o c e á n ic a . S. a l b a (Miller) E. H. L. Krause ( Melandrium álbum (Miller) Garckel).—En los acantilados de Punta Moniello y en los del faro de San Juan de Nieva. S. n u t a n s L.—A b u n d a en l a z o n a p r e f e r e n t e m e n t e e n c o m u n id a d e s d e Trifolio-Geranietea. S. v u l g a r i s (Moench) Garcke subsp. m a r ít im a (With) A. and Lóve.—Es frecuente a lo largo de los roquedos marítimos de toda la zona en comunidades de Crithmion maritimae. Es conocido de Gijón, Avilés y Luarca. S a p o n a r ia o f f i c i n a l i s L.—Proximidades al faro de San Juan de Nieva. L y c h n is des de f l o s -c u c u l i L .— M u y fr e c u e n t e e n la z o n a e n c o m u n id a Molinietalia. d i f f u s u m Pers. subsp. diffusum (C. tedrandrum Cur tís nim. illegit., C. atrovirens Bab.).—En la base de los acantilados de San Juan de Nieva adonde aún llegan las salpicaduras del agua salada, en comunidades de Crithmion maritimae. D e la costa gijonesa lo había citado D u r i e u . Frecuente como ruderal en la zona C. glomeratum Thuill. S t e l l a r i a g r a m ín e a L.—Común en la zona. S . holostea L .— F r e c u e n t e e n c o m u n id a d e s d e Querco-Fagetea. S. alsine Grimm.—Bordes del arroyo de Barreo. Característica de Cardamino-Montion. S. media (L.) Vill.—En comunidades de Chenopodietea por toda la zona estudiada. A r e n a r ia s e r p y l l i f o l i a L.—Arenales de la playa de Aguilera, junto con Aphanes arvensis L. y Torilis nodosa (L.) Gaertner. Pen sábamos que podría tratarse de la var. macrocarpa Lloyd. por ser C e r a st iu m — 119 — e s ta p r o p ia d e lo s a r e n a le s m a r ítim o s , p e ro e s tu d ia d o s s u s p e d i c e lo s y f r u t o s , h e m o s d e s c a r t a d o e s t a p o s i b il id a d . Las citas que conocemos son todas muy alejadas de la costa y en su mayoría montanas. A r e n a r ia m o n t a n a L. subsp. m o n ta n a .— En matorrales al este del faro del Cabo de Peñas. Común en Asturias. S a g in a p r o c u m b e n s L.—Explanada del Cabo de Peñas en comu nidades de Polygonion avicularis. S p e r g u l a r ia r u p ic o l a L e b e l e x L e J u l i s ( S . lebeliana R o u y ) .— F r e c u e n t e a lo l a r g o d e l o s a c a n t i l a d o s d e t o d a l a z o n a . C h e r m e z o n l a c i t a d e S a l i n a s , A r n a o y L in a r e s (A v ilé s). C a r a c t e r í s t i c a d e l a c o Armería marítima-S perguiaría rupicola. a r v e n s i s L.— En campos de cultivo próximos al faro del Cabo de Peñas. Muy citada en la provincia. H o n k e n y a p e p l o i d e s (L.) Ehrh.— En comunidades de Euphorbieto-Agropyretum juncei en la playa de Verdicio. Conocida de Sali nas, San Juan de Nieva ( C h e r m e z o n ) y Gijón ( D u r ie u y B o u r g e a u ). P o l y c a r p o n t e t r a p h y l l u m (L.) L.— Como ruderal en la explana da del Cabo de Peñas y en los arenales de la playa de Verdicio. Conocida tanto en la costa como en el interior asturiano. m u n id a d S perg ula R a n u n cu lu s a c r is L. su b sp . f r ie sia n u s (Jo rd á n ) R ouy an d Fouc. — B o r d e s d e l a r r o y o d e V io ñ o — e n el c r u c e d e e s t e c o n l a c a r r e t e r a A v ilé s - L u a n c o — , j u n t o c o n crocata Equisetum palustre L. y Oenanthe L . E l t i p o s e e n c u e n t r a a m p lia m e n t e c it a d o e n l o s m o n t e s c a n t á b r i c o s , n o lo e s a s í l a s u b e s p e c ie , a u n q u e c o n s i d e r a m o s q u e m u c h a s c i t a s d e b e n d e l le v a r s e a é s t a , y a q u e a lo l a r g o d e n u e s t r a s h e r b o r iz a c io n e s lo h e m o s v i s t o e n P e ñ e r u d e s , b a ja n d o d e l a M o s ta y a l, y p o r o t r a p a r t e G . M a r t ín e z , n o s c o n f i r m a v e r b a l m e n t e e s t a s u p o s i c i ó n , p u e s e n s u M e m o r ia D o c t o r a l — e n p r e n s a — lo d a c o m o f r e c u e n t e e n l a z o n a d e l P u e r t o d e V e n ta n a . R. m u r ic a t u s L.— En la desembocadura del arroyo de Heres — playa de Bañugues— en zonas de influencia antropógena. D u r ie u la cita en la playa de Gijón, L. P . M in g u e z , de La Corredoria (Lugones, Oviedo); una vaga mención de P a s t o r también aparece en la obra de C o l m e ir o . R. f ic a r ia L.— En las proximidades de Bañugues; prados húme dos al este del faro del Cabo de Peñas. De Querco-Fagetea. R. f l a m m u l a L. junto a R. repens L., en comunidades de IsoetoNanojuncetea sobre los bordes del arroyuelo de Barreo. R. p a r v if l o r u s L.— Como mala hierba en los cultivos de la ex planada del Cabo de Peñas. D u r i e u la herborizó en Gijón, L. P. M i n - — 12Ó — en los alrededores de Oviedo, B o u r g e a u en Brañas de Arriba. n e m o r o sa L.—Como nemoral en los eucaliptares de la zona. Característica de Fagetalia. No conocemos citas en las pro ximidades del litoral asturiano. Sin embargo, es frecuente a mayo res altitudes. Aquilegia vulgaris L.—Praderas por toda la zona. De QuercoFage tea. C l e m a t i s v it a l b a L.—Formando parte del matorral en los bor des de caminos por toda la zona, preferentemente en Prunetália. T h a l ic t r u m m i n u s L.—En el Daboecio-Ulicetum europeae que cubre la explanada del faro de San Juan de Nieva. Común en los montes cántabros, no lo es así de las proximidades del mar, de donde no aparece cita alguna en la bibliografía consultada. C h e r m e z o n no la cita de la zona de Avilés. L a u r u s n o b i l i s L . —Bosques entre Viodo y Bañugues, zona de Moniello, margen derecha de la ría de Avilés. Conocida en la pro vincia. G l a u c iu m f l a v u m Crantz.—Dunas Verdicio, en Cakiletalia. Fre cuente en la costa asturiana. P a p a v e r r h o e a s L.—Bordes de caminos en la margen derecha de la ría de Avilés y entre esta localidad y Bañugues. Característi ca de Secaletea. C h e l id o n iu m m a ju s L.—Frecuente en las mismas localidades que la anterior. En comunidades de Arction. F u m a r ia c a p r e o l a t a L.—Prados próximos al mar en las inme diaciones de la playa de Verdicio. Con ecología similar la señalan C h e r m e z o n en Linares y G u in e a en Villaviciosa. F. officinalis L.—Viaria frecuente en toda la zona. De las cer canías de Oviedo la señala P a s t o r , según las citas recogidas por guez A n em o ne C o l m e ir o . (L.) Desv. ( Lepidium draba L.).—Cercanías de la ciudad residencial Los Cuetos (Verdicio). Característica de Chenopodietea. La única cita provincial que conocemos es la dada por C h e r m e z o n de Avilés. Diplotaxis muralis (L.) DC.—Prados cercanos a la playa de M o niello. G u in e a la señala de El Sardinero (Santander). C o l m e ir o re coge una vaga mención de L. P. M i n g u e z : Asturias. Brassica oleracea L. var. silvestris L.—Acantilados del Cabo de Peñas en comunidades de Crithmo-Limonietea, aquí la había seña lado G u i n e a . D u p o n t la considera común en el litoral vasco-astu C a r d a r ía ria n o . d ra ba 121 — B. n ig r a (L.) Koch.—Como ruderal por Otero junto a Coronopus didymus (L.) Sm. En los bordes de sendas por el faro de San Juan de Nieva, anotamos las siguientes Cruciferae, todas ellas de comportamiento nitrófilo: Hirschfeldia incana (L) Lagréze-Fossat., Sisymbrium austriacum Jacq. subsp. contortum (Cav.) Rouy and Fouc. y Capsella bursa-pastoris (L.) Medicus. L o b u l a r ia m a r ít im a (L.) Desv. ( Koniga marítima (L.) R. Br., Alyssum maritimum (L.) Lamk).—Asilvestrada en la margen dere1cha de la ría de Avilés. C h e r m e z o n la da en Salinas y Avilés. En la localidad anterior anotamos Cardamine hirsuta L. C. pratensis L.—Es común en toda la zona en comunidades de Molinietalia. C a k t l e m a r ít im a Scop.—Base de las dunas de Verdicio. especie de comportamiento nitrohalofito y característica de Cakiletea ma ritimae. N a s t u r t i u m o f f i c i n a l e R. Br.— Abunda en el arroyo de Heres. Característica de Sparganio-Glycerion. R a p h a n u s r a p h a n is t r u m L. subsp. maritimus (Sm.) Thell—Fre cuente en las proximidades del litoral, penetra hasta San Jorge de la Manzaneda. Suele comportarse como aerohalofita poco exigente. C o c h l e a r ia d a n ic a L.—Rocas marítimas entre la plava de Verdi cio y la de Aguilera, con ecología similar en el Cabo de Peñas. Ca racterística de Crithmo-Limonietalia. Se conoce de Gijón ( D u r i e u ). R e s e d a p h y t h e u m a L.—Taludes próximos a los faros de Peñas V de San Juan de Nieva. En el litoral fué citada por L. P. M i n g u e z en Luarca, del interior lo hizo el mismo autor en Santa María del NTaranco (Oviedo). S ed u m a n g l ic u m Huds.— Común en los acantilados del Cabo de Peñas, playa de Llumeres y en los del faro de San Juan de Nieva. Ampliamente citada en las zonas montañosas de la región. En los acantilados del Cabo de Peñas herborizamos S. hirsutum All. iunto con Umbilicus rupestris (Salisb.) Dandy, esta última es también muy abundante en los acantilados de Punta de Moniello. C h r y s o s p l e n iu m o p p o s i t i f o l i u m L.—Lugares rezumantes en los alrededores de una fuentecilla por Otero. Característica de Cardaminión. Conocida en el interior de la provincia, pero no en la costa. A p h a n e s a r v e n s i s L. (Alchemilla arvensis (L.) Scop.).—En los arenales de la playa de Aguilera, junto con Arenaria serpyllifolia L. v Torilis nodosa (L.) Gaertn. G u in e a en Geogr. Bot. de Santander, la considera común, pero no frecuente en todo el Cantábrico. Dur if .u la cita en los alrededores de Cangas de Narcea, mientras que — 122 — recoge una vaga mención de L. P. M i n g u e z : Asturias. No conocemos citas asturianas del litoral. Entre Viodo y Bañugues hemos herborizado P o t e n t i l l a s t e r t l i s (L.) Garcke, P . reptans L. y P. erecta (L.) Ráuschel. Esta última es muy frecuente en toda la zona. Todas han sido citadas reitera damente en la provincia. S a n g u is o r b a m in o r Scop. subsp. m in o r ( Poterium sanguisorba L.).— Prados cercanos a la playa de Verdicio. F il i p é n d u l a u l m a r ia (L.) Maxim. ( Sviraea ulmaria L.).—Zonas encharcadas próximas a las playas de Verdicio y Bañugues. Carac terística de Molinietalia. R o s a s e m p e r v i r e n s L.—En setos por San Jorge de la Manzanedá en Prunetalia. Vicioso en su monografía sobre el género Rosa, la considera de la región mediterránea y del sector atlántico de la Península Ibérica. C o l m e ir o no recoge ninguna cita asturiana de la especie. C h e r m e z o n la da para los matorrales de la zona interior de Avilés. En la localidad precedente anotamos Agrimonia eupatoria L. y Fragaria vesca L. la cual también es frecuente, pero no abundante en otros puntos de la zona. P r u n i js d o m e s t ic a L.—Como subespontáneo y cultivado en los bordes de la carretera de la playa de Moniello, por San Jorge de la Manzaneda y entre Viodo y Bañugues. En esta última localidad abunda Crataegus monogyna Jacq. C o l m e ir o L athyrus n is s o l ia L .— P r o x im id a d e s a P u n t a d e M o n ie llo , d o n pratensis Arrhenatheretalia d e se e n c o n tr a b a L. L . T a m b ié n lo h e m o s h e r b o r i z a d o en p r a d o s d e p o r S a n M a r t ín d e P o d e s . C o l m e ir o r e c o g e u n a c it a m u v v a g a — A s t u r ia s : L . P . M i n g u e z — ; G u in e a lo h a c e d e C a n c ie n e s ( A s t u r i a s ) . L atnz d e C o m il l a s ( S a n t a n d e r ) . M e d ic a g o a r a b ic a (L.) H u d so n (M. maculata S i b t h ) . —F r e c u e n t e en l o s p r a d o s p r ó x i m o s al m a r , a t r a v é s d e t o d a l a z o n a : M o n ie llo , A g u ile r a , e n el C a b o d e P e ñ a s iu n t o a Lotus corniculatus L. V aga m e n t e a p a r e c e c i t a d a d e A s t u r ia s e n la o b r a d e C o l m e ir o : A s t u r i a s (L. P . M i n g u e z ). M. l t t t o r a l is Ronhde ex Lois var. i n e r m i s Morís.— Arenales de la plava de Aguilera. En Ammophiletea. D u r i e u la citó de Gijón, única cita asturiana que conocemos. M . po lym o rph a L.—Prados próximos al mar en el Cabo de Peñas y playa de Verdicio. De Gijón la menciona B o u r g e a u , de Asturias sin matizar más, lo hace L. P. M in g u e z . — 123 — MeJ Ici L. «M w vDœ saeoiÎtlM anaaa ▲ Citas propias % C i t a s J « divinos jo to r e s ’ — 124 — M. l u p u l in a L.— D a d a s s u s e s c a s a s e x ig e n c ia s e c o l ó g i c a s e s f r e c u e n t e e n t o d a l a z o n a e s t u d ia d a , a s í c o m o tiva el c u a l s e d á c o m o s u b e s p o n t á n e o . M. m a r in a M. sativa L. su b sp . sa L .— H e r m o s o s e je m p l a r e s d e e s t e h a l o f i t o c a n o -to - m e n t o s o t u v i m o s o c a s i ó n d e h e r b o r iz a r e n f l o r y p o s t e r i o r m e n t e e n f r u t o e n l a s d u n a s m ó v ile s d e la p la y a d e V e r d ic io , d o n d e y a n o lle g a n l a s s a l p i c a d u r a s d e l o l e a je . C a r a c t e r í s t i c a d e Ammophiletea. Su c o m p o r t a m ie n t o f it o s o c i o l ó g ic o p u e d e v e r s e e n e l c u a d r o n ú m . 1. A b u n d a en l a s c o s t a s m e d i t e r r á n e a s y e s m u c h o m á s r a r a e n l a s a t l á n t i c a s . D u p o n t n i s i q u i e r a la m e n c io n a e n s u « F l o r e A t lá n t iq u e E u r o p e e n n e » . L e r e s c h e v L e v ie r la o b s e r v a n e n l a s p r o x i m i d a d e s d e l a b a h í a d e S a n t a n d e r . G u in e a ( G e o g r . B o t . d e S a n t a n d e r ) la d a c o m o r a r a en el C a n t á b r ic o , sin p r e c i s a r l o c a l i d a d e s . E n V iz c a y a v s u P a i s a j e V e je t a l la c it a d e L e q u e it io . M e r in o ( F l o r a d e G a li c ia ) r e c o g e v a r i a s c i t a s d e l a c o s t a g a l l e g a d a d a s p o r él o p o r o t r o s a u t o r e s . R . A l v a r e z D taz , p o r s u p a r t e , t a m b ié n lo h a c e d e v a r ia s p la y a s g a lle g a s. recoge menciones de casi todo el litoral mediterráneo, de Galicia v de San Sebastián. V. y P. A l l o r g e la mencionan en las dunas de la costa vasca. De Asturias no conocemos ninguna cita, por lo que su presen cia en la plava de Verdicio supone un avance corológico en el co nocimiento del areal de esta psammofila. S c o r p iu r u s m u r ic a t u s L.—Herborizado en las arenales de la playa de Aguilera. En Gijón la citó D u r i e u , en Oviedo B o u r g e a u y L. P. M i n g u e z . O n o n is r e c l in a t a L.—Dunas de la playa de Verdicio. La única localidad concreta que conocemos es el desfiladero de Peñaflor ( D u r i e u ); L. P. M i n g u e z la da de Asturias. O. spinosa L. s. 1. es frecuente en lugares arenosos a través del área estudiada. Melilotus officinatis (L.) Pallas.—Como viaria es frecuente a fi nales de verano. O r n it h o p u s p e r p u s i l l u s L. junto a O. compresus L. y O. pinnatus (Miller) Druce, en un talud entre Viodo y Bañugues. De la pri mera especie no conocemos citas provinciales concretas en las pro ximidades del litoral. O. pinnatus, también lo hemos anotado en los acantilados si tuados al Este del faro del Cabo de Peñas. T r i f o l i u m sq u a m o su m L. (T. maritimum Hudson).—Acantilados del Cabo de Peñas y en los comprendidos entre las playas de VerC a s f .lt as — 125' — dicio y Aguilera, junto con Anthyllis vulneraria L. subsp. ibérica (W. Becker) Jalas, en comunidades de Crihtmion. En Cangas de Narcea lo cita D u r i e u , en Arnao, C h er m ez o n . En la explanada del faro del Cabo de Peñas herborizamos tam bién: T. angustifolium L., T. dubium Sibth., T. pratense L., T. repens L. Todos ellos muy conocidos en la región asturiana; por otra parte estas dos últimas especies son muy frecuentes en toda la zona. En la última localidad a la que estamos haciendo alusión abun da Ulex europaeus L. parasitado por Cuscuta epithymum (L.) L. El tojo se extiende prácticamente por toda la zona en comunidades de Daboecio-Ulicetum a las que caracteriza. En lugares pisoteados próximos a la playa de Verdicio, en co munidades de Plantaginetalia, anotamos Trifolium fragiferum L. subsp. fragiferum. C o l m e ir o recoge una mención del interior, C h e r m ez o n lo da en Avilés. T. campestre Schreber es común entre Viodo y Bañugues. Ca racterística de Festuco-Brometea. Muy conocida en Asturias. V i c i a l ú t e a L. subsp. l ú t e a .—La hemos herborizado en las si guientes localidades: prados en las proximidades a la playa de Moniello, valle al Este del faro del Cabo de Peñas y proximidades al faro de San Juan de Nieva. G u in e a (Estudio... de las vezas..., 1953) no señala localidad al guna de esta especie para la flora astur. L o sa y M o n t s e r r a t tam poco la señalan en los montes cántabros. Pensamos que es escasa en las provincias norteñas, excepto en Galicia, donde se ve más acusada la influencia mediterránea. C o l m e ir o no recoge citas santanderinas ni tampoco asturianas, aunque hace una vaga alusión al País Vasco. Ninguno de los autores consultados la mencionan de Asturias, por lo que creemos que nuestros hallazgos suponen un avance en el conocimiento del área de la especie en cuestión. V. h ir s u t a (L.) S. F. Gray ( Ervum hirsutum L.).—En Bañugues V en San Jorge de la Manzaneda, en comunidades de Trifolio-Geranietea. En Grado v Cangas de Narcea ya estaba citada. V. sativa L. y V. cracca L. son frecuentes en los alrededores de Bañugues, V. sepium L. es común en toda la zona. V. p u b e s c e n s (DC.) Link.—En diversos trabajos se recoge la an tigua mención hecha por D u r i e u en la Encañadas de Peñaflor (Gra do); M. L a in z la herborizó cerca del Eo, no lejos de Castropol — 126 — (Aport. al conocí, de la Flora Gallega VI). Nosotros la hemos obser vado en comunidades de Trifolio-Geranietea por Otero. V. b it h y n ic a (L.) L.—No es raro en los prados cercanos a Punta de Monieilo. C h er m ez o n la había señalado en San Miguel de Quiloño y en los matorrales de Avilés. L o t u s u l i g i n o s u s Schkuhr.—Común en toda la zona. En Molinietalia. O x a l i s a c e t o s e l l a L.—Lugares húmedos y sombríos próximos al arroyo de Barreo. En comunidades de Fagetalia. G e r a n iu m d i s s e c t u m L.—En comunidades de Arction por toda la zona. Muy señalada en la provincia. G. r o b e r t t a n u m L.—También es muy frecuente en la zona que nos atañe. G. m o l l e L.—Por toda la zona, preferentemente en Chenopodietalia. E r o d iu m m o sc h a t u m (L.) L’Hér.—Ruderal v frecuente. E. c ic u t a r iu m (L.) L’Hér.. s. 1.—Arenales de la playa de Verdicio. Características de Polygono-Chenopodietalia. T r o p a e o l u m m a ju s L.—Asilvestrada y cultivada en varios puntos de la zona. R a d io la l i n o i d e s Roth.—Explanada del Cabo de Peñas, al Este del faro. Conocida en el litoral. L in u m b i e n n e Miller.—Frecuente por toda la zona en comunida des de Arrhenatheretalici. E u p h o r b ia p a l u s t r i s L . —Zonas turbosas en las proximidades a la playa de Monieilo. De Arbas la mencionan L a G a s c a y S a l c e d o , de las zonas próximas al litoral asturiano no conocemos citas; en el santanderino la señala G u in e a . En la misma localidad que la anterior herborizamos E. Pilosa L . que ya era conocida en el li toral. E. e x i g u a L . —En la misma localidad que las dos anteriores y como ruderal. De Caldas de Oviedo la señala L a za r o , en Oviedo lo hace L . P. M i n g u e z . Con ecología similar anotamos E. peplus L. en Bañugues y Mercurialis annua L. en los campos de cultivo próximos al faro del Cabo de Peñas. E. p a r a l ia s L.—Psammofila frecuente en la banda litoral de la provincia, que anotamos en la playa de Verdicio. E. p o r t l a n d ic a L.—Es posiblemente la Euphorbiacea más abun dante en la zona siempre que la influencia marina sea acusada. — 127 — E. d u l c í s L.—Zona de Otero y Bañugues, donde convivía con E. amygdaloides L. subsp. amigdaloides. Ambas especies son pro pias de Fagetalia. E. h y b e r n a L.—Abunda en los claros de matorrales en las cer canías al faro de San Juan de Nieva. E. p u b e s c e n s L. var. c a n t a b r ic a Sennen.—En aguazales origina dos en los claros del bosque próximo a la playa de Verdicio. Especie fácilmente confundible con E. pilosa L. de la que difie re fundamentalmente por tener las semillas finamente puntuado granuladas, así como por la tonalidad de la inflorescencia. Especie de dispersión mediterránea que alcanza la costa santanderina —en la playa de Treto (Santander) la herborizó el H no . E l i a s . No conocemos mención alguna de esta especie en Asturias. R u t a c h a l e p e n s i s L. ( R. bracteosa DC.).—Taludes próximos al faro de San Juan de Nieva. G u in e a la considera frecuente en la banda litoral, citando para Asturias las localidades de Colombres, La Franca y Ribadesella. P o l y g a l a s e r p y l l i f o l i a J. A. C. Hose.—En comunidades de Daboecio Ulicetum europeae en la explanada del Cabo de Peñas y en tre Viodo y Bañugues. P. vulgaris es común en toda la zona. I l e x a q u if o l iu m L.— Entre Viodo y Bañugues, en comunidades de Quercion roboris. Muy conocida en la provincia. E u o n im u s e u r o p a e u s L.—Lugares húmedos y sombríos en las proximidades de la playa de Verdicio. En Prunetalia. No conoce mos menciones del litoral astur. F r a n g u l a a l m u s Miller.— Escasa en la explanada del faro del Cabo de Peñas junto a Salix repens L. Citada del interior de la provincia. R h a m n u s a l a t e r n u s L.— Proximidades a Punta de Monieilo, Ba ñugues y taludes al Oeste del faro del Cabo de Peñas. A l t h a e a o f f i c i n a l i s L.— Zonas húmedas en las cercanías de Otero. En comunidades de Molinietalia. L. P. M in g u e z la mencionó en Navia y en Oviedo. M alva n e g l e c t a Wallr. (M. rotundifolia auct. plur., non L.) y M. sylvestris L. son frecuentes en la zona. Preferentemente en co munidades de Aretion ambas especies son conocidas en la provincia. T h y m e la e a c o r id if o l ia (Lam.) Eudl.— Explanada del Cabo de Peñas, donde es escasa y penetra en las comunidades de DaboecioUlicetum europeae. Se ha señalado anteriormente en Asturias; del litoral recogemos las siguientes citas: Villaviciosa ( G u i n e a ), Llanes, en la colina de Cué (P. D u p o n t ) y Gijón (L. P. M i n g u e z ). — 128 — H y p e r ic u m e l o d e s L.—Lugares encharcados, en los bordes del arroyo de Barreo. En Molinietalia. Muy citada tanto en el litoral como el interior de la provincia. H. h u m if u s u m L.—Viaria en lugares húmedos por Monieilo. En la misma localidad anotamos H. perforatum L., el cual abunda en toda la zona estudiada, así como H. pulchrum L. En los bosques próximos a la playa de Verdicio herborizamos H. tetrapterum Fries y H. androsaemum L. V io l a r e ic h e m b a c h ia n a Jordán ex Boreau (V. sylvestris Lam. proparte, V. sylvatica (Hartm.) Fries ex Hartm.).—Como nemoral en el bosque de eucaliptus al Este del faro del Cabo de Peñas. Ca racterística de Querco-Fagetea. Especie muy conocida en el interior de la provincia, pero no así en el litoral. V. h ir t a L. subsp. h ir t a .—Muy común en la zona. T u b e r a r ia g u t t a t a (L.) Fourr.—Cabo de Peñas. Ya citada de la costa por C h e r m e z o n . T a m a r ix g a l l i c a L. ( T a n g l i c a Webb).—Margen derecha de la ría de Avilés y bordes de la carretera Avilés-Bañugues. Tal vez como subespotánea. La única mención provincial que conocemos es la de C h e rm e z o n (río Raíces, Avilés). L y th r u m h y s s o p if o l ia L . —Frecuente por toda la zona en comu nidades de Isoeto-Nanojuncetea. En el arroyo de Barreo, junto con L. junceum Banks et Soland. L. s a l ic a r ia L. — También es abundante en comunidades de Phragmitetalia. C trcaea l u t e t ia n a L.—Bordes del arroyo de Heres en las pro ximidades de su desembocadura. Conocida del litoral e interior de la provincia. E p il o b iu m t e t r a g o n u m L . s u b s p . lamyi (F. W. S c h u lt z ) N y m a n (E. lamyi F. W. S c h u lt z ). E n t r e l a p la y a y la p u n t a d e M o n ie ilo L a in z ( A p o r t a c i o n e s ..., VII, 1963), r e c o g e l a s m e n c io n e s d e F. W. . S ch ultz p a r a L u g o , la d e B uch en P o t e s y l a s p r o p i a s d e L a n t u e r t o ( S a n t i u r d e d e R e in o s a ) y M o n te C o r o n a , p r . C o m il l a s ( S a n t a n d e r ) . D e s c o n o c e m o s c i t a s a s t u r i a n a s p a r a e s t a p la n t a . E. p a r v if l o r u m Schreber.—Zonas cenagosas en la playa de Ver dicio. C h e r m e z o n la cita en Avilés, V i c io s o en Los Beyos y en Pizales G u i n e a . C o r n u s s a n g u ín e a L.—Frecuente entre Avilés y Bañugues. En Prunetalia. Común en la provincia. H e d e r á h e l i x L.—Común. Característica de Querco-Fagetea. — -129 -m a r r t S. rr\ u. s 0 t a. n-l h ll s ( D lo ti s — d.N H0PP33. et y n a n tv m ^ ( 0 Sm) ▲ Citas propias • de ¿«versos a ut o r e s Citas ¡aa-ck t|ca.T-pa. Lange A-ncje l vca. A C itas propias * Je C ita s cliv>er$os autores Lk. — 130 — A n g é l i c a pa c h y c a r pa Lange.—Proximidades de la playa de Ba ñugues, taludes de la ensenada de Llumeres y acantilados del Cabo de Peñas. D u p o n t supone que se trata de un endemismo lusogalaico. L a in z (Contrib... VI) la señala en el Cabo Vidio (pr. Oviñana, Soto de Luiña, Cudillero). Nuestro hallazgo supone un avance corológico en el areal de esta especie hacia el Este. O e n a n t h e c r o c a ta L.—Lugares encharcados por toda la zona es tudiada en comunidades de Oenanthetum crocatae. Del litoral ya había sido señalada en Avilés por C h e r m e z o n . H y d r o c o t y l e v u l g a r is L.—C o n f ir m a m o s l a c i t a d e G u i n e a . D e l a m i s m a l o c a l i d a d n o s l a t r a j o l a D r a . R. M. S im o . C r it h m u m m a r it im u m L.—Acantilados de toda la zona, en comu nidades de Crithmiom maritimae. A n t h r i s c u s s y l v e s t r i s (L.) Hoffm. Explanada del Cabo de Pe ñas, en los claros del matorral. No conocemos citas del litoral astu riano; en las zonas montanas frecuentemente señalado. P i m p i n e l l a m a jo r (L.) Hudson (P. magna L.).—Bordes del arro yo de Heres en Bañugues, praderas de Arrhen-atherion en San Jor ge de la Manzaneda. Señalada en el interior, no conocemos citas del litoral asturiano. P. s a x íf r a g a L. Proximidades al faro de San Juan de Nieva en comunidades de Trifolio-Geranietea. No conocemos citas concretas del litoral, sí del interior de la provincia. H e r a c l e u m sp h o n d y l iu m L. s. 1.—Proximidades a las playas de Verdicio, Bañugues y Monieilo. Tampoco conocemos citas concre tas del litoral y sí del interior. A p iu m n o d if l o r u m ( L .) L a g .— E n c o m u n id a d e s d e GlycerietoSparganium e n l o s b o r d e s d e l a r r o y o d e V e r d ic i o , B a r r e o , H e r e s , e tc . C h e r m e z o n l a s e ñ a la e n A v ilé s, D u r i e u e n C a n g a s d e N a r c e a , G u in e a d e P in z a le s . subsp. doujourianum (Rouy and Camus) Tutin.—Explanada del Cabo de Peñas en Daboecio-Ulicetum europeae. V. y P. A l l o r g e la consideran extendida por todo el sec tor ibero atlántico a bajas altitudes. Ya había sido señalada en el litoral asturiano. E r y n g iu m m a r it im u m L.—Playa de Verdicio en comunidades de Elymetalia-arenariae. La Franca, Gijón, Linares, San Juan de Nie va son otras localidades asturianas donde había sido señalada. D a u c u s ca ro ta L. subsp. g u m m if e r Hooker (D. gummifer Lam.).—Acantilados y zonas próximas al mar por toda la zona. L a s e r p it iu m p r u t e n ic u m L. — 131 — D. carota L. subsp. carota es muy frecuente en pastizales de Arrhenatherion preferentemente. C a r u m v e r t i c i l l a t u m (L.) Koch.—Explanada del Cabo de Pe ñas, San Martín de Podes. Preferentemente en Molinietalia. Cono cida tanto en el litoral como en el interior de Asturias. P h y s o s p e r m u m c o r n u b i e n s e (L.) (P. aquilegifolium DC.).— En taludes que bordean a la ensenada de Llumeres. S a n íc u l a e u r o p a e a L.—Especie característica de Querco-Fagetea que anotamos entre Viodo y Bañugues. En la Punta del Olivo (Villaviciosa) la señalaron los D u p o n t . En el interior está más men cionada. En bordes de caminos a través de la zona estudiada es frecuen te Foeniculum vulgare Miller. C o n o p o d iu m m a ju s (Gouan) Lovet. (C . denudatum Koch.).— E x planada del Cabo de Peñas. No conocemos citas del litoral asturia no; en el interior está citado con frecuencia. T orilis arvensis (Hudson) Link subsp. neglecta (Schultes) Thell. ( T. radiata Moench.)—Huy escasa en la zona, la hemos herbo rizado Unicamente en las proximidades de Otero. Poco señalada en la provincia. Unicamente conocemos la cita ovetense de L. P. Minguez. T . n o d o sa (L.) Gaertner.— Como ruderal en la explanada del Ca bo de Peñas y en los bordes de caminos en la playa de Aguilera. Característica de Stellarieta mediae. En Gijón la señalan T u x e n y O b e r d o r f e r . En las cercanías de Silla de Rey, Oviedo, lo hace L. P. M in g u e z . E r ic a m a c k a ia n a Bab. in Mackay.—Abunda junto con E. ciliaris L., E. cinerea L., E. vagans L., Calluna vulgaris (L.) Hull y Daboecia cantabrica (Hudson) C. Koch en comunidades de Daboecio-Ulicetum europeae en las explanadas del faro de San Juan de Nieva, Cabo de Peña y Punta de Monieilo. Todas habían sido señaladas con anterioridad por G u in e a en el Cabo de Peñas. Muy conocidas en la provincia. A n a g a l l i s t e n e l l a (L.) L.— Lugares turbosos en los bordes del arroyo de Barreo y en la explanada del Cabo de Peñas. En Molinie talia . A. a r v e n s i s L.—Es r u d e r a l y fr e c u e n t e p o r t o d a la z o n a . L y s im a c h ia n em o r u m L .— Marismas de Verdicio. bordes del arro yo de Barreo. Como el resto de las Primulaceae que anotamos, está muy señalada en toda la provincia. — 132 — P r ím u l a v e r i s L.—Entre el faro de San Juan de Nieva y el del Cabo de Peñas. P. v u l g a r i s Hudson.—Abunda en los bosques artificiales de to da la zona. S a m o l u s v a l e r a n d i L.—Común en los aguazales de la zona, a veces se comporta como nitrófila. L im o n iu m b in e r v o s u m (G. E. S m ) S a l m ó n ( S t a t i c e o c c id e n t a l i s L lo y d , S. dodartii G i r a r d ) .— I b e r o a t l á n t i c a c a r a c t e r í s t i c a d e l a c o m u n id a d Crithmum-Limonium binervosum q u e s e e x t ie n d e a lo l a r g o d e t o d a l a z o n a . Es c o n o c i d a d e A v ilé s ( C h e r m e z o n ) y d e L la n e s ( G a u s s e n y D u p o n t ). (Miller) Willd.—Acantilados por toda la zona. Característica de la comunidad Sperguiaría rupicola-Armeria ma ritima. L ig u s t r u m v u l g a r e L . —Subespotánea y cultivada por San Jo r ge de la Manzaneda. C e n t a u r iu m m a r it im u m (L.) Fritsch.—Explanada del Cabo de Pe ñas, unos 200 m. al Este del faro. Una cita bien concreta de Astu rias recoge C o l m e ir o : Alto de las Peñas de la costa de Luarca (L. P. A r m e r ía m a r it im a M i n g u e z ). C. e r y t h r a e a Rafm. subsp. e r y t h r a e a .—Es frecuente en nuestra zona del mismo modo que Blackstonia perfoliata (L.) Hudson. En la misma localidad asturiana que G u in e a (Georg. Bot. de Santan der) señala, herborizamos Gentiana pneumonante L. C r u c ia n e l l a m a r it im a L.—C h er m ez o n la señaló por vez primera en Asturias en las dunas de Salinas y San Juan de Nieva. Nosotros la hemos visto abundante con la misma ecología en la playa de Verdicio. En comunidades incluidas en Festuco-Crucianelletum. S h e r a r d ia a r v e n s i s L.—En comunidades de Chenopodietea en lugares próximos a las playas de Monieilo y Aguilera. A s p e r u l a c y n a n c h ic a (Bauhin) L.—Explanada del faro de San Juan de Nieva. Galium cruciata L., G. aparine L., G. mollugo L., G. palustre L., G. verum L., G. vernum Scop y Rubia peregrina L., fueron también anotadas en diversos puntos de la zona. C a l y s t e g i a s o l d a n e l l a (L.) R. Br. ( Convulvulus solsanella L.).— Dunas de la playa de Verdicio en comunidades de Elymetalia arena riae. En Linares, Salinas y San Juan de Nieva la señala C h e r m e z o n . C. s e p i u m (L.) R. Br. subsp. s e p i u m .—Bordes de la carretera de la playa de Monieilo. Es muy conocida en la provincia, del mismo — 133 — modo que Convolvulus arvensis L., la cual es muy común en nues tra zona. S y m p h y t u m t u b e r o s u m L.—Es frecuente en la zona como nemo ral. B orago o f f i c i n a l i s L.—Subespontánea entre el Cabo de Peñas y la playa de Verdicio. L ithod ora d i f f u s a (Lag.) I. M. Jonhnston subsp. d í f f u s a .— E n comunidades de Daboecio-ULicetum europeae, las cuales abundan en la zona que nos atañe. M y o s o t is n e m o r o s a tíesser.—Frecuente en toda la zona, preferen temente en Molinietalia. Echium vulgare L.—Común en los acantilados de toda la zona. En Crithmo-Limonietea. P u l m o n a r ia l o n g if o l ia (Bast.) Boreau.—Abunda en las proximi dades de Bañugues. La única cita concreta que conocemos de As turias es: alrededores de Oviedo (L. P. M i n g u e z ). V e r b e n a o f f i c i n a l i s L.—Frecuente en la zona en comunidades de Arction. B a l l o t a n ig r a L. s . 1.—En las mismas comunidades que la an terior en la explanada del Cabo de Peñas. S t a c h y s g e r m a n ic a L . —Bordes de caminos en las proximidades de la playa de Monieilo. Conocido de Candás ( L a G a s c a ) y de las cercanías de Oviedo ( L . P. M i n g u e z ). S. arvensis (L.) L. y S. officinalis (L.) Trevisan, son frecuentes en la zona. Conocidos en la provincia. M e n t h a a q u a t ic a L., M. pulegium L. y M. suaveolens Ehrh.—Las hemos anotado en los bordes de los arroyos de Bañugues, Verdicio, Barreo y Heres. Preferentemente en Molinietalia. L a m iu m m a c u l a t u m L . —Es abundante en la zona, en comunida des de Arction. P r u n e l l a v u l g a r i s L.—Abundante en los prados de la zona. Ca racterística de Molinio-Arrhenatheretea junto con Glechoma hederacea L. L y c o p u s e u r o p a e u s L . —Bordes de arroyo por Verdicio, Otero y en el de Heres. De Phragmitetalia. De las cercanías de Oviedo la se ñaló L . P. M i n g u e z y de la zona de Avilés, C h e r m e z o n . M e l i t t i s m e l i s s o p h y l l u m L.—Memoral por Vioño, junto con Ajuga reptans L. y Teucrium scorodonia L. S o l a n u m d u lc a m a r a L . —Frecuente en las alisedas de la zona. S. n ig r u m L.—Abunda por toda el área estudiada en comunida des de Chenopodietea. — 134 — V er ba sc u m s in u a t u m L.—Como ruderal por Otero. C h erm ezo n la citó de Avilés. V. t h a p s u s L.—Frecuente en la zona. Muy conocido en la provin cia. S c r o p u l a r ia a u r ic u l a t a L.—Relativamente frecuente en comu nidades de Molinietalia. S. sc o r o d o n ia L.—Es también común en Bañugues. Como ruderales en los cultivos próximos al faro del Cabo de Peñas, anotamos las siguientes: Scrophulariaceae : Misopates orontium (L.) Rafin, Kickxia elatine (L.) Dumort y Verónica arvensis L. Como nemorales entre Viodo y Bañugues: Digitalis purpurea L., Verónica chamaedrys L., Linaria triornithophora (L.) Willd. Entre Bañugues y Punta de Monieilo, observamos: Erinus alpinus L. R h in a n t h u s a n g u s t i f o l i u s C. C. Gmelin.—Es abundante en pra dos de Arrhenatheretalia por toda la zona. P e d i c u l a r i s s y l v a t ic a L. subsp. s y l v a t ic a .—Entre Viodo y Ba ñugues, proximidades a Punta Monieilo. Característica de Nardeta lia. En Asturias es conocida de las zonas montanas del interior. P a r e n t u c e l l i a v is c o s a (L.) Carvel in Parí.—Margen derecha de la ría de Avilés. Conocida en la provincia. C y m b a l a r ia m u r a l is P. Gaertn., B. Meyer and Scherb subsp. m u r a l i s .—Tapias y muros viejos de los pueblos. O r o ba n c h e m in o r Sm.—Sobre Trifolium pratense L. en pastiza les cercanos al mar entre las playas de Verdicio y Aguilera. D u r i e u la señaló en Grado, C h er m ez o n en Avilés. O. h e d e r a e Duby.—Parásita a Hederá helix L. en las cercanías de San Jorge de la Manzaneda. P l a n t a g o m a r ít im a L.—Frecuente en todos los acantilados de la zona que nos afecta. Característica de la comunidad Armería maritima-Plantago marítima. Comúnmente citada en la costa. En con diciones ecológicas afines y también abundante hemos anotado P. coronopus subsp. eurocoronopus Pilger. P. m a jo r L.—Abunda en comunidades de Plataginetea a las que caracteriza. P. m e d ia L.—Frecuente en la zona. P. l a n c e o l a t a L.—En comunidades de Molinio-Arrhenatheretea por toda la zona. L o n ic e r a p e r ic l y m e n u m L ., igual que Sambucas nigra L ., abun dan en la zona. Frecuentes en la provincia. — 135 — K e n t r a n t h u s r u b e r (L.) DC.—A pesar de ser frecuente en la provincia, quizá por esto haya sido poco señalada L. P . M i n g u e z lo hace de Oviedo. Nosotros hemos observado dos fenotipos, uno de flores rosas y otro de flores blancas, que viven en escombreras y fisuras de tapias en los caminos que van desde la ría de Avilés al foro de San Juan de Nieva y de este a Bañugues. K . c a l c it r a p a (L.) DC.—Taludes que bordean a la playa de Llumeres. V a l e r i a n e l l a l o c u s t a (L.) Betcke.—La anotamos en las proxi midades de la playa de Bañugues y en los taludes cercanos a la ría de Avilés. S u c c i s a p r a t e n s i s Moench.—Bordes del arroyo de Barreo. En comunidades de Molinietalia. D i p s a c u s s i l v e s t r i s Huds.—No es raro en los bordes de cami nos por toda la zona. Característica de Arction. W a h l e n b e r g ia h e d e r a c e a e (L.) Rchb.—Frecuente en humedales próximos al arroyo de Barreo. C a m p a n u l a r a p u n c u l u s L. y Jasione montana L.—Explanada del faro del Cabo de Peñas. L o b e l ia u r e n s L . —Humedales por Otero. S e n e c io s i l v a t i c u s L.—Minas cercanas a la playa de Llumeres. En Cangas de Narcea la señaló D u r i e u . Pensamos que su área es más amplia en la provincia. S. f u c h s i i Gmelin.—Como nemoral por Otero. En Villafría y Villademar la anotó La G a s c a ; en los alrededores de Oviedo L. P. M in g u e z . S. ja c o b a e a L. subsp. a q u a t ic u s Huds.—Cercanías de Bañugues en Molinietalia. S. v u l g a r i s L.—Frecuente como mala hierba de los cultivos. Ca racterística de Chenopodietea. P u l ic a r ia odora (L.) Rchb.—Praderas al este del faro del Cabo de Peñas. En la zona de Avilés la señaló chermezon. P . d y s e n t e r ic a (L.) Bernh.—Común en la zona. I n u l a c r it h m o id e s L.—Dunas de la playa de Verdicio, Punta de Monieilo, Cabo de Peñas. En esta última localidad ya la había se ñalado L. P. M i n g u e z , de Avilés lo había hecho C h e r m e z o n . C i r s i u m t u b e r o s u m All. subsp. filipendulum Lge.—Entre Viodo y Bañugues. C. l a n c e o l a t u m (L.) Hill.—Cercanías de las playas de Verdicio y Monieilo. Nos parece común en la provincia a pesar de las escasas menciones que recoge la bibliografía consultada. De Santa Eula — 136 — lia de Tineo la mencionó D u r ie u , única localidad concreta que co nocemos, pues L. P. M in g u e z la señala en Asturias sin especificar localidades. C. p a l u s t r e Scop.—Abunda en humedales por toda la zona. En Molinietalia y Phragmitetalia. T u s s i l a g o f a r f a r a L.—Zonas arcillosa y húmedas en las proxi midades del faro de San Juan de Nieva. De Arction. E r ig e r o n c a n a d e n s is L.—Planta subcosmopolita de origen ame ricano que abunda como viaria por toda la zona en comunidades de Chenopodietea. E. c r i s p u m Pourret.—En zonas arcillosas con carbonilla en la margen derecha de la ría de Avilés. Introducida. E u p a t o r iu m c a n n a b in u m L.—Otra viaria que abunda en la zona, también en Chenopodietea. M a t r ic a r ia ino do ra L. subsp. marítima L.—Conocemos dos citas provinciales, una recogida por Colmeiro: cercanías de Gijón (L. P. M i n g u e z ) y otra de M . Laínz (Cabo Vidio, CudilleroJ. Nosotros la hemos herborizado en la playa de Verdicio y en las proximidades del taro del Cabo de Peñas. Al este del punto señalado, anotamos: Crepis virens L., Anthemis nobilis L., Achillea mille folium L., Bellis perennis L., Centau rea nigra L., Hypochoeris radicata L., Taraxacum officinale Webber. En comunidades de Molinio-Arrhenatheretea. Como mala hierba de cultivos también anotamos Chrysanthemum segetum L. en la explanada del Cabo de Peñas. C a r d u n c e l l u s m i t i s s i m u s D C . —Rara en la zona, solamente la hemos hallado en el piso cacuminal de las dunas en la playa de Verdicio. En Asturias no había sido señalada más que en localida des del interior: Pajares ( B o u r g e a u ), Marienchella* (L. P. M i n g u e z ). En la costa santanderina había sido señalada por D u p o n t y G u i n e a . T h r in c ia h ir t a Roth.—Acantilados en el faro de San Juan de Nieva, Punta de Monieilo, Cabo Negro y dunas de Verdicio. Seña lada anteriormente en la costa. T o l p i s b a r b a t a (L.) Gaertn.— Acantilados del Cabo de Peñas. O b e r d o r f e r la dá en Ribadeo como diferencial de la asociación (*) Suponem os, según in form es fa cilita d o s por conocedores de su tierra, que lo s tan aludidos fu en te de donde C olm eiro recoge m u ch as m en cion es de L. al terreno de M arienchella (Parroquia de San P ed ro algunos o v e te n se s m u y y prado de M aricuchilla, P. M i n g u e z , se refieren de lo s A rcos, O viedo). — 137 — Tolvis barbata-Anthoxantum aristatum. Frecuentemente señalada en la costa. P a l l e n i s s p i n o s a (L.) Cass.—Como viaria en las proximidades al faro de San Juan de Nieva. D u p o n t ya la había señalado en Gijón. S e r r a t u l a t in c t o r e a L. subsp. se o a n et Wk.—Abunda en la ex planada del Cabo de Peñas en comunidades de Daboecio-Ulicetum europeae. S o n c h u s o l e r a c e u s L. y S. asper (L.) Hill.—S o n b a s t a n t e f r e c u e n t e s e n l a z o n a , p r e f e r e n t e m e n t e en Chenopodietalia. P i c r i s e c h io t d e s L.—Como viaria relativamente común en co munidades de Arction. P. hieracioides L. es también frecuente en toda la zona. C r e p t s b u l b o s a (L.) Tausch. (AetheorrhÍ7a bulbosa Cass.).—Du nas de la plava de Verdicio. Característica de Ammophilon arundinaceae. Poco señalada en la provincia, sólo conocemos la mención hecha por D u r i e u en Giión. Este mismo año hemos tenido ocasión de observarla en las plavas de Villaviciosa v Navia, por lo aue no dudamos en que se halle ampliamente extendida a lo largo de nuestra costa. C. t a r a x a c if o l t a Thuill.—Abunda en la zona con preferencia en los prados abonados. L a p sa n a c o m m u n is L . —San Jorge de la Manzaneda en comunida des de Arction. C h e r m e z o n la señaló en Avilés, L . P. M i n g u e z en las cercanías de Oviedo. G n a p h a lt u m l u t e o -a l b u m L.—Explanada del faro del Cabo de Pe ñas. En comunidades de Tsoeto-Nanoiuncetea en las aue se acusa una pnran influencia nitrofila iunto con Cotula coronopifolia L. Hieracium pilosella y Andryala integrifolia L. son frecuentes en toda la zona. C tcwortum t n t y b u s L.—Como viaria v snbespontánea en Viodo. En Caldas de Oviedo la había señalado S a lg a d o . G a t a c t i t e s t o m e n t o s a Moench.—Frecuente en lugares arenosos en los aue existe influencia antropógena por la plava de Verdicio. T r a g o p o g o n p o r r i f o l i u s L.—Viaria por Ambiedes. Vacamente aparece mencionada en el C o lm et r o : Asturias ( P at .a u ): circuito de Oviedo (?). De la zona de Riaño (León) la señaló L o sa E s p a ñ a . O t h a n t h u s m a r t t im u s (L.) Sm. (Diotis marítima (L.) Sm., D. candisissima Desf.) Dunas de la playa de Verdicio. Característica te rritorial de Euphorbieto-Agropyretum juncei. — 138 — R c ic fia r d ia . r P icrijium J i in j iia.r>a. R o t fu. ti-ncntaninm iDcsf-.) llticus axu-tus A C it»s pépias 0 C 'tis J « ¿W«'io$ » a t o r e s — 139 — G u in e a (Geogr., Bot. de Santander), dice «planta muy rara en el litoral cantábrico, en el que sólo la he recogido en la playa de Baquio». L a in z la señala de la playa de Cóbreces (Santander), D u p o n t de las dunas de Mogro (Santander). La única localidad asturiana que conocemos es la playa de Navia, donde también la había señalado D u p o n t , cita que tuvimos oca sión de comprobar. R e ic h a r d ia t i n g i t a n a Roth (P icridium tingitanum Desf.).—Este bella compuesta de lígulas discoloras, bracteas del involucro con un amplio margen escarioso y hojas pennatilobadas, tuvimos ocasión de herborizaría con flores y frutos en las dunas fijas de la playa de Verdicio en comunidades incluíbles en Festuco-Crucianeíletum. Este taxon es típicamente mediterráneo. B e l l o t (1966), consi dera que, si bien en las playas gallegas existen muchas especies mediterráneas algunas de ellas, como es el caso de la especie que estamos considerando se encuentran en el límite de su área y no llegan a Cantabria ni a las Vascongadas. G u in e a no la señala en su catálogo de Vizcaya ni tampoco en el de Santander. M e r in o y R. A l v a r e z D ía z , entre otros, la señalan en las costas gallegas. No conocemos ninguna mención asturiana de esta especie.CHERm ez o n que estudió una zona próxima a la nuestra, no la menciona. Suponemos que su areal es mal conocido y que ha de buscarse en otras localidades. Un gran avance corológico supone nuestro hallazgo. T hypha l a t i f o l i a L.—Bordes de un arroyo por Otero. En Phragmition. Conocemos una sola mención provincial, la dada por S a l gado de Caldas de Oviedo. S p a r g a n iu m n e g l e c t u m Beeby.—Bordes del arroyo de Barreo; proximidades a Otero, zonas encharcadas en los claros de los bos ques cercanos a la ciudad residencial «Los Cuetos». En Phragmitetaíia. A g r o p y r u m r e p e n s P. B.—Muy escasa en los bordes de caminos próximos a la playa de Verdicio. Conocida del litoral é interior. A. ju n c e u m (L.) P. B.—Abunda más que la especie anterior, pla yas de Bañugues y Verdicio en comunidades de Euphorbieto-Agropyretum juncei. Conocida del litoral A g r o s t i s s e t a c e a Curt.—Zonas silíceas en los faros del Cabo de Peñas, San Juan de Nieva, ensenada de Llumeres, etc., donde tie — 140» — nen su asiento las comunidades de Daboecio-Ulicetum europeae. No conocemos menciones para el litoral asturiano, lo mismo su cede con A. tennis Sibth aue abunda en la explanada del Cabo de Peñas y si bien es conocida en el interior de la provincia, no lo es así en el litoral. A. s t o l o n if e r a L.—Bordes de caminos a la derecha de la ría de Avilés en Chenopodietea. Conocida en el interior y en La Franca ( D u p o n t ). A m m o p h ila a r e n a r ia (L.) Link.—Abunda en las dunas de tas nia ras de Verdicio y Aguilera en comunidades de Eunhorhieto-Ammonkiletum arenariae a las que caracteriza. C h e r m e z o n la había se ñalado en las plavas de la zona de Avilés. A r r h e n a t h e r u m e l a t t ijs (L.) Beauv. ex J. and C. Presl.—Es abun dante en comunidades de Arrhenatherptalia, las cuales son frecuen tes por toda la zona. Anthoxantum odoratum L. acompaña en mu chas ocasiones a la especie anterior. P h r a g m t t e s c o m m u n is Trin (Arundo phragmites L.).—Marismas de la nlavp de Verdicio. bordes del arrovuelo de Heres. En comuni dades de Phrapmitetalia. En las marismas del río Raíces, había si do señalada por C h e r m e z o n . A v en a fa t u a ' L.—Relativamente frecuente en comunidades de Rudero-Secalietea. La única mención provincial concreta que cono cemos es la de L. P. M t n g u e z en los alrededores de Oviedo. La A. sativa D., se da como subespontánea por Otero. A. su l c a t a Gay.—Valle al E. del faro del Cabo de Peñas, planta con tendencia saxícola. No conocemos citas de la costa. B r o m u s m a d r i t e n s i s L.—Taludes algo nitrofilos en la margen derecha de la ría de Avilés. En Grado había sido señalada por D u r i e u . Característica de Thero-Brometatia annua. B. h o r d e a c e u s L. ( B . mollis L.).—Frecuentes por la zona en co munidades de Arrhenatheretalia. B. s t e r i l i s L.—Valle al E. del faro del Cabo de Peñas. En co munidades de Arction. Una vaga mención de Asturias (L. P. Ming u e z ) se recoge en el C o l m e ir o ; no conocemos otras citas provin ciales. B r a c h y po d iu m p in n a t u m (L.) Beauv.—Frecuente en toda la zona en diferentes comunidades. B r iz a m e d ia L.—Prados del interior por toda la zona. B. m a x im a L.—Playa de Llumere y proximidades al faro del Ca bo de Peñas. B eta vulgaris L. subsp. m aritim a (L.) A rcang. Vicia lutea L. subsp. lutea. Medicago m arina L. Reichardia tingitana Roth. Ju ncus acutus L. — 141 — L.—Claros de brezal en la explanada del faro del Cabo de Peñas, margen derecha de la ría de Avilés. Cono cido del litoral e interior. C. c r i s t a t u s L.—Es común en toda la zona, así como en la pro vincia a juzgar por las menciones hechas por otros autores. Carac terística de Cynosurion cristatii. D a c t y l i s g l o m e r a t a L.—Muy frecuente en toda la zona. Prefe rentemente en comunidades de Arrhenatheretalia. F e s t u c a e l a t io r L. subsp. a r u n d in a c e a (Schr.) Hack.—Prados húmedos próximos a la playa de Verdicio, margen derecha de la ría de Avilés. Prados entre Avilés y Bañugues. Especie fácilmente confundible con F. pratensis Huds., de la que difiere por su parte, por poseer aristas cortas y por la pubescencia del borde foliar en su parte basal. Preferentemente en MolinietaHa. No conocemos citas concretas de la provincia, quizá por ha berse confundido con otras especies. Uno de nosotros (M . M a y o r ) tuvo también ocasión de observarla en Grado en una excursión con Cy n o su r u s e c h in a t u s P. M o n tser r a t. L. (F. sabulicola Desf., F. arenaria Gren et Godr. Willk. et Lge. non Osb).—Acantilados y dunas de la zona. Preferen temente en comunidades de Festuco-Crucianelletum a las cuales caracteriza. De la zona de Avilés la señala C h e r m e z o n , en Gijón lo hace Dur i e u que la dá como F. rubra L. var. G a u d t n ia f r a g t l i s (L.) Beauv.— Común en la zona, preferente mente en Arrhenatheretalia, ya se conocía en el litoral. G ly c e r t a f l u i t a n s (L.) P. Br.—Aguazales próximos a la plava de Verdicio. Característica de Snarganio-Glvcerion. Se conoce de las zonas interiores de la provincia, pero no del litoral. H o l c u s l a n a t u s L . —Muy frecuente en la zona. Característica de Molinio-Arrhenatheretea. H o r d eu m m u r in u m L.—Bordes de caminos en las proximidades de Bañugues y de Punta Moniello. En Hordeion leporini. K o e le a r t a a l b e s c e n s DC.—Acantilados de los faros del Cabo de Peñas v San Juan de Nieva. Conocida en el litoral. K . p h l e o t d e s (Vi 11.) Pers.—Margen derecha de la ría de Avilés es conocida en el litoral asturiano y característica de Hordeion lepor in i. L a g u r u s o v a t u s L . —Arenales de Bañugues, proximidades del fa ro del Cabo de Peñas, dunas de las playas de Verdicio y Aguilera, F. dum eto rum — 142 — margen derecha de la ría de Avilés. Conocida en las zonas de Avi lés y Gijón. L o l iu m p e r e n n e L . —Frecuente en la zona, preferentemente en Plantaginetalia maioris. L. m u l t if l o r u m Lmk.—También es común en la zona objeto de nuestro estudio. En Arrhenatherion. M o n er m a c y l in d r ic a (Willd) Coss. et Dur. ( M.subulata P . B., Lepturus cylundricus (Willd) Trin.).—Arenales de la playa de Ba ñugues. Conocida en nuestro litoral. M o l in ia c a e r u l e a (L.) Moench.—Bordes del arroyo de Barreo, margen derecho de la ría de Avilés, claros de matorral en la expla nada del faro del Cabo de Peñas. Característica de Molinio-Holoschoenion. O r y z o p s i s m il ia c e a ( L .) Benth. and Hook. & Asch. and Schweinf. —Margen derecha de la ría de Avilés. Una vaga cita asturiana apa rece en la obra de C o l m e ir o : Asturias (Q u e r ). P e r e z d e C a s t r o re coge una mención lagascana de los alrededores de Oviedo. O. R o d r íg u e z la herborizó en las riberas del Nalón (Grado). No existe ninguna cita costera. P a s p a l u m v a g in a t u m ( S w .) Thlng.—Como mala hierba de los cultivos en el faro del Cabo de Peñas, Bañugues, dunas de la playa de Verdicio, margen derecha de la ría de Avilés. Conocida en el litoral santanderino. Desconocemos mención al guna de Asturias. P oa a n n u a L .— Común en la zona en comunidades de Polygonion aviculare. P. p r a t e n s i s L.— Frecuente en la zona, en ocasiones junto a P. trivialis L. Ambas especies no son conocidas de las zonas próximas al mar. Características de Molinio-Arrhenatheretea. C a t a p o d iu m r ig id u m (L.) Hubbard. ( Scleropoa rígida (L.) Griseb.).—Proximidades a la playa de Verdicio, margen derecha de la ría de Avilés. P e r e z d e C a st r o recoge una mención lagascana de los alrededores de Oviedo y C o l m e ir o de L. P . M i n g u e z . C a t a p o d iu m m a r in u m (L.) C . E. Hubb. (C. loliaceum (Huds.) Link.).—Acantilados de Punta Moniello. Conocida en el litoral. S i e g l i n g i a d e c u m b e n s (L.) Bernh.— Proximidades al faro de San Juan de Nieva. Muy conocida en la provincia. Característica de Nardetalia. S t e n o t a p h r u m d im id ia t u m (L.) Brongt. (S. americanum Schrank.) —Naturalizada en los arenales de las playas de Verdicio y Bañu gues. En La Franca la señaló P. D u p o n t . — 143 — T r i s e t a r i a f l a v e s c e n s (L.) Maire.—Relativamente frecuente en la zona en comunidades de Arrhenatherion. Las menciones provin ciales se refieren a localidades del interior. V u l p i a b r o m o id e s (L.) Gray.—Dunas de la playa de Verdicio. Co nocida en la provincia. V. m y u r o s Gmel.—Margen derecha de la ría de Avilés, proximi dades a la playa de Verdicio. También conocida en la provincia. C a r e x d i v u l s a Good.—Proximidades a Bañugues en comunida des de Trifolio-Geranietea. Una vaga cita asturiana de L. P. M i n g u e z recoge C o l m e ir o ; en la Geogr. Bot. de Santander aparece recogida una mención de Llanes (Asturias) (H. M . A.). C. p a n ic e a L.—Zonas turbosas en los claros del matorral de la explanada del Cabo de Peñas, bordes del arrovo de Barreo junto a C. péndula Huds., praderas de Molinietalia en las proximidades de la plava de Moniello junto a C. echinata Murr. Conocida de Luarca (AlJorge) y en zonas interiores de la pro vincia según las citas de otros autores. Especie característica de Scheuchzerio-Caricetea fuscae. C. o ed er t Retz. subsp. d e m t s s a (Hor.) C. Vicioso (C. demissa Hor.) —Bordes del arrovo de Barreo (km. 2 Bañueues-Viodo), San Jorge de la Manzaneda y explanada del Cabo de Peñas. En zonas turbosas de esta última localidad también herboriza mos C. distans L., y C. pilulifera L. en comunidades de DaboecioJJlicetum europeae. C. v e r n a Chaix. (C. caryophñlea Lat.).—Frecuente en la zona, no conocemos citas próximas a la costa asturiana. Especie caracterís tica de Festuco-Brometea. C. r ip a r ia Curt.—Muy abundante en las marismas de la plava de Verdicio en comunidades de Oenanthetum croccatae. Se conoce de Giión ( D u r i e u v B o u r g e a it ) v de Llanes ( D u p o n t ). En los bor des de la mencionada marisma se hallaba C. pulicaris L. C. l e p o r in a L.—Bordes del arrovo de Barreo. D u r t e u la señaló en Cangas de Narcea y por encima de Leitariegos, L a g a s c a lo hace en Arbas, localidades muy elevadas con respecto a la nuestra. C. v u l p i n a L.— Lugares encharcados por Otero, Moniello, faro de San Juan de Nieva, Bañugues y Verdicio. L . P. M i n g u e z la menciona en Peñafurada, única cita concreta que conocemos de la provincia. Especie característica de Magnocaricion elatae. En las playas de Verdicio y Bañugues es abundante C. arena ria Lin. formando parte de las comunidades de Festuco-Crucianelle• — 144 — tum. C h e r m e z o n la menciona en San Juan de Nieva. En los prados próximos a la playa de Verdicio abunda C. flacca Schrb. subsp. flücca. C. h o r n sc h u c h ia n a Hppe.—Cercanías al faro de San Juan de Nie va. Muy conocida en la provincia. S c h o e n u s n i g r i c a n s L.—Explanada del Cabo de Peñas, en las comunidades de Molinietalia que surgen en los claros del Daboecio Ulicetum. Taxon frecuentemente señalado en la provincia de Santander. t)é Asturias existe una vaga mención de L. P. M i n g u e z , D u p o n t la señala en las marismas alcalinas entre Arriondas y Ribadesella. E r io ph o r u m a n g u s t if o l iu m Roth.—Bordes del arroyo de Barreo en comunidades de Molinietalia. Frecuentemente señalada en los puertos de montaña, en la costa existe una mención de Pendueles (Llanes) de L a i n z . C y p e r u s l o n g u s L. subsp. b a d iu s Desf.—Frecuente por toda la zona en comunidades de Magnocaricion. S c t r p u s h o l o s c h o e n u s L . ( Holoschoenus vulgaris L in k .) .— E x ' p l a n a d a d e l f a r o d e l C a b o d e P e ñ a s y p r o x i m i d a d e s a la m in a d e c i n a b r i o d e L lu m e r e s . G u in e a en s u G e o g . B o t . d e S a n t a n d e r l a d a c o m o c o m ú n en la b a n d a c a n t á b r i c a d e p r e f e r e n c ia l it o r a l . D e A s t u r i a s la s e ñ a la v a g a m e n t e L a g a s c a . S. f l u i t a n s L.—Bordes del arroyo de Barreo, ya era conocida en la provincia. S. m u l t i c a u l i s Smith.—Zonas turbosas en la explanada del Ca bo de Peñas, bordes del arroyo de Barreo. Solo conocemos una mención provincial: cercanías de Grado ( D u r i e u ). S. s e t a c e u s L. (Isolepis setacea (L.) B. Br.).—Frecuente por t o d a la zona en comunidades de Isoeto-Nanojuncetea. S. p a l u s t r i s L. ( Heleocharis palustris R. Br.).—Marismas próxi mas a la playa de Verdicio en comunidades de Phragmitetalia. Dur i e u menciona esta especie en los alrededores de Cangas de Narcea y de las sierras próximas a Grado. S. m a r it im u s L.—Bordes de arroyos en la playa de Verdicio y en Otero. C h e r m e z o n la señala en la zona de Avilés. A l is m a p l a n t a g o L.—Bordes de arroyos por Otero en comunida des de Phragmitetalia. Conocida en la provincia. P o t a m o g e t o n POLYGONiFOLius Pourr.—Arroyo de Barreo —entre Viodo y Bañugues—. De la laguna de Arbas (Leitariegos) la citaron R iv a s G oday y R iv a s M a r t ín e z . — 145 — L em n a m in o r L.—Flotando sobre las aguas de un arroyuelo en las proximidades de Otero. Característica de Lemnetum minoris. La única cita asturiana que conocemos es la de L. P. M in g u e z en Gijón. A r u m m a c u l a t u m L.—Zonas húmedas y sombrías en los bordes de arroyuelos por Bañugues y Viodo Característica de Fagetalia. J u n c u s a c u t u s L.—Arenas de la playa de Verdicio, en la desem bocadura del arroyo. Por su parte G u in e a (Geogr. Bot. de Santan der) da una cita santanderina de Laredo. No conocemos citas astu rianas. En los bordes del arroyo de Barreo en comunidades de Molinie talia hemos herborizado J. supinas Moench., J. silvaticus (Reich.) Vill y J. baffonius L. Las dos últimas especies las anotamos tam bién en la explanada del Cabo de Peñas junto a Salix repens L. J. glaucus Ehrh. y J. conglomeratus L. abundan en prados muy húmedos próximos a la playa de Moniello y en las acercanías de la de Verdicio. Por Otero anotamos J. effusus L., en comunidades de Phragmi tetalia. L u z u l a s y l v a t ic a (Huds.) Gaud.—Como nemoral en los bosques artificiales de la zona. Común en la provincia. L . c a m p e s t r i s DC.—Abunda por toda la zona preferentemente en prados de Arrhenatheretalia. F r i t i l l a r i a p y r e n a ic a L.—Entre los matorrales más próximos a los acantilados del faro del Cabo de Peñas, donde la sopladura del viento es muy manifiesta. En nuestra provincia este taxon siempre había sido señalado en zonas altas del interior: valle del Naviego, monte de La Rega liza, Picos de Europa. Nosotros también la hemos herborizado a unos 1.700 m. en el Gamoniteiro —macizo del Aramo— y en el Pe ñón del Puerto de Ventana. Su hallazgo en el Cabo de Peñas su pone un avance en el areal de su distribución. D u p o n t la había señalado con una ecología similar en Baquio (Vizcaya). S c i l l a v e r n a Huds.—En primavera abunda en los prados pró ximos al mar por toda la zona. S. a u t u m n a l is L . —Acantilados del faro de San Juan de Nieva y en los de la playa de Moniello. Había sido señalada anterior mente por L a in z en las proximidades a Soto de la Barca, de la Sierra de Grullos (Candamo) y de la Sierra de Villamarín. Loca lidades siempre más interior que las que nosotros apuntamos. — 146 — S y m a e t h is p l a n if o l ia (Vand.) G. G.—En comunidades de Daboecio-Ulicetum europeae en la explanada del faro del Cabo de Pe ñas. C h e r m e z o n ya la había señalado en la costa. E n d y m io n n o n -s c r ip t u m (L.) Garke.—Bordes del arroyo de Ba rreo, prados al Este del Cabo de Peñas, proximidades a la ciudad residencial Los Cuetos. A l l i u m e r ic e t o r u m Thore.—Explanada del Cabo de Peñas, en comunidades de Daboecio-ULicetum europeae. Creemos que lo que Guinea dió como Allium sp. de esta localidad, debe tratarse de esta especie. A. sp h a e r o c e p h a l u m L.—Base de los acantilados del faro de San Juan de Nieva. C h er m ez o n la había mencionado en una localidad próxima a la nuestra. R o m u l e a c o l u m n a e Seb. and Mauri.—Rellanos de los acantilados próximos al faro del Cabo de Peñas, proximidades de Bañugues. L a in z la menciona en Playón de Bayas (entre San Esteban de Pravia y Salinas). A s p a r a g u s o f f i c i n a l i s L. subsp. prostratus (Dum.) Warburg.— Acantilados de Punta Moniello y del faro de San Juan de Nieva. Ya se había mencionado en la costa. M e r e n d e r à p y r e n a ic a (Pourr.) P. F. (Ai. montana (L.) Lge.— Muy abundante en las explanadas del Cabo de Peñas y de San Juan de Nieva. Ruscus a c u l e a t u s L. y Smilax aspera L. s o n f r e c u e n t e s e n l a s c o m u n id a d e s d e Daboecio-U licetum europeae p o r t o d a l a z o n a . Asphodelus albus Miller.—Explanadas del faro del Cabo de Pe ñas, del de San Juan de Nieva y en Punta Moniello. P a n c r a t iu m m a r it im u m L.—En las dunas de las playas de Verdi cio y Aguilera. Conocida en la provincia. N a r c i s s u s p s e u d o n a r c i s s u s L. s . 1.— Muy abundante en prados de Molinietalia, que bordean el arroyo del Barreo. N . t r ia n d r u s L. var. cernuus (Salisb.) Bak.—En un talud rico en materia orgánica en el margen derecho de la ría de Avilés. En el desfiladero de Peñaflor (Grado) lo señaló D u r i e u , en las inme diaciones de Luarca lo hizo L. P. M in g u e z . N. b u l b o c o d iu m L.—Abunda en la explanada y prados del Cabo de Peñas. G l a d io l u s i l l y r i c u s Koch.—En la dársena próxima al faro de San Juan de Nieva. G u in e a la considera rara en Cantabria. C h e r m e z o n la señaló en Arnao y en las landas de Avilés. — 147 — L.—Abunda por loda la zona preferentemen te a medida que nos alejamos del mar. En Phragmitetalia. I. f o e t i d i s s i m a L.—Acantilados y céspedes por Moniello, proxi midades a los acantilados de la playa de Verdicio. T a m u s c o m u n i s L . —Frecuente en toda la zona. Característica de Querco-Fagetea. D a c t y l o r h i z a i n c a r n a t a ( L . ) S o ó . ( Dactylorchis incarnata ( L . ) Verm.; Orchis incarnata L .) . —Prados húmedos en las proximidades de Punta Moniello, proximidades a San Martín de Podes. En co munidades de Molinietalia. Se conoce de las cercanías de Oviedo (cita de L . P. M i n g u e z ) , C h. L a c a i t a recoge una cita de S t e p h e n s o n de los Picos de Europa. D. m a c u l a t a (L.) Soó.—Prados próximos a Punta Moniello. Fre cuente en la provincia. S p i r a n t h e s a e s t i v a l i s (Poir.) L. C. Rich.— Explanada del faro del Cabo de Peñas. Conocida en el litoral. S e r a p i a s o c c u l t a t a Gay.—Zonas encharcadas en los bordes de la carretera de la playa de Moniello, margen derecha de la ría de Avilés. Conocida de Gijón ( D u r i e u ) y cercanías de Oviedo (L. P. I r is p se u d ac o ru s M in g u e z ). S. c o r d i g e r a L.—Explanada del Cabo de Peñas. Conocida en la provincia. S. l i n g u a L.—Frecuente en comunidades de Arrhenatheretalia. — 148 — RESUMEN En la presente nota, se hace un estudio de la flora y vegetación vascular de la zona del Cabo de Peñas. Se mencionan alrededor del medio millar de especies de las cuales una veintena habían sido señaladas por otros autores. Basándonos en la bibliografía consul tada, consideramos como nuevas citas provinciales: Beta vulgaris L. subsp. marítima (L.) Arcang., Epilobium tetragonum L. subsp .lamyi (F. W. Schultz) Nyman., Euphorbia pubescens Vahl., Juncus acutus L., Medicago marina L., Reichardia tingitana Roth., Ranunculus acris L. subsp. friesianus (Jordán) Rouy & Fouc., Vicia lútea L. subsp. lútea, y Paspalum vaginatum (Sw.) Thlng. En muchos casos, recogemos las menciones que de Asturias dan diferentes autores. También se señala la ecología y la comunidad en que viven las diversas especies. Damos un bosquejo de la ve getación, prestando especial atención a la que vive en el litoral propiamente dicho. Asi mismo aportamos algunos datos sobre la climatología, geología y antecedentes botánicos de la zona. SUMMARY In the present article a study of flora and vascular vegetation in the area of Cabo Peñas is made. It will deal with around half a thousand of species, of which twenty have been identified by other authors. Basing ourselves on the consulted works, we’ll consider new provincial dates: Beta vulgaris L. subsp. marítima (L.) Arcang., Epilobium tetragonum L. subsp. lamyi (F. W. Schultz) Nyman., Euphorbia pubescens Vahl., Juncus acutus L., Medicago marina L., Reichardia tingitana Roth., Ranunculus acris L., subsp. friesianus (Jordan) Rouy & Fouc., Vicia lútea L. subsp. lutea, and Paspalum vaginatum (Sw.) Thing. In many cases different authors on Asturias are quoted. Also it's show the ecology of the community where the species live. Gi ving information about the vegetation of the above mentioned coastal area, climate geology and botanic history. — 149 — POSTSCRIPTUM D urante la im presión de nuestra “A portación”, h em os ten id o ocasión de consultar e l trabajo de J. M AS G U IN DA L, “A p u n tes para la F lora A stu ria n a ” (F arm acia N u ev a : 9:528-533, 1944) que si bien se trata de “R ecu erd os de rápi dos v ia je s” com o su propio autor indica, aparecen citad as de la zona objeto de nu estro estu d io, cuatro o cinco esp ecies, que por otra parte no tien en m a yor relieve. A si m ism o S. R ivas Martínez en “V egetatio H ispaniae. N otu la III” (Bol. R. Soc. Esp. H ist. N at. (B iol.), 70:153-162, 1972), hace alu sión a la s com uni dad es v e g eta les de la s d u n as costeras de G alicia. F. LORIENTE en “D atos sobre la Flora de la costa de S a n ta n d er” (A nal. Inst Bot. C avan illes, 31 (1): 139-153, 1974) indica la s com u n id ad es p san m ofilas de San tander. B ásicam en te la s form acion es v eg eta les que dan los dos ú ltim os autores concuerdan con la s nuestras. — 150 — BIBLIOGRAFIA A l l o r g e , P. (1941).— E ssai de syn th ese ph ytogeograp h yq u e du P a y s B a s que. B ull. Soc. B ot. Fr. 88: 291-356. Paris. A l l o r g e , P. (1941).— Le chên e-vert et son cortège au v ersa n t a tla n tiq u e du P a y s B asq u e espagnol. B ull. Soc. Bot. Fr. 88: 45-60. P aris. A l l o r g e , P. (1941).— L es ravins à fou gères de la corniche v asco-can tab rique. B u ll. Soc. Bot. Fr. 88: 92-111. Paris. A l l o r g e , P. (1941).— P la n tes rares ou in teressa n tes du NW . de l ’E spagne, prin cipalm en t du P a y s B asque. B ull. Soc. Bot. Fr. 88: 226-254. P aris. A l v a r e z D í a z , R. (1972).— Estudio de la Flora y V egetación de la s p la y a s de G alicia. Trab. Comp, de B iolog. 2. Santiago. A m a r a l F r a n c o , J.— N ova Flora de P ortugal. Vol. 1. L isboa. A r g u m o s a y V a l d e s , J. A . 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El periodo de floración está comprendido entre los meses de junio a septiembre. El calículo posee lóbulos elíptico-lanceolados, más cortos de tamaño que el cáliz que es un poco acrescente, con lóbulos largamente triangulares. La corola es tres o cuatro ve ces más larga que el cáliz, y los pétalos (ya se enumeró anterior mente) provistos de nervios centrales de color rosa violáceo. Planta polimorfa, abundante en toda Europa, suele encontrarse en cami nos, escombreras, etc. (M. Willkomm-1965, H. Coste-1960). — 156 — II.—Recolección y material empleado. En el otoño se comenzó la recolección, más concretamente en los primeros días del mes de noviembre de 1972, se obtuvieron las primeras muestras de hojas de «Malva Silvestris» L, (alrededor de Oviedo capital). Para efectuar el presente trabajo se partió de una cantidad determinada que fué: dos kilogramos. Su finalidad fué: obtener mediante extracciones y valoraciones cromatográficas, asi como también espectrofotométricas, una identificación de aquellas fracciones ácidas y fenólicas que entran a formar parte de la com posición química de sus hojas. Se realizaron varios análisis, con el fin de confrontar si efectivamente se lograban idénticos resul tados. Siempre partiendo de dos kilogramos de hojas de «Malva Silvestris» recién recolectadas (frescas) y evitando naturalmente procesos de fermentación o putrefacción. III.—Extracción y Fraccionamiento. Los métodos a seguir fueron siempre los mismos: —Extracción de sus principios activos utilizando como líquido extractivo Metanol de 96° por su gran poder disolvente y por la particularidad de paralizar el sistema polifenol-oxidasa (Daunemburg y Liverman 1957), dejando en contacto la cantidad exactamen te pesada de las hojas: para realizar éste trabajo fué de 2 kgrs. Con 5 litros de Metanol, estas hojas se dejaron en la obscuridad duran te 24 horas a una temperatura que oscila entre 2o y 10°. Al día si guiente se filtró. El líquido extractivo rico en principios químicos aparecía de un tono verdoso y las hojas presentaban una colora ción menos intensa. Se repitió esta extracción otra vez utilizando los 2 kgrs. de hojas anteriormente citados, y de nuevo otros 5 li tros de Metanol, manteniéndolo a la obscuridad otras 24 horas, confrontándose al filtrar que en este caso las hojas estaban com pletamente decoloradas y de un tono parduzco. La proporción lí quido de extracción problema fué de 10 litros de Metanol por 2 kgrs. de muestra en total. Unidos los líquidos extractivos y pos teriormente filtrados, se comenzó otra nueva operación que fué de: — 157 — TV.—Destilación. Se procedió a destilar en rotavapor con objeto de concentrar el líquido extractivo y privarle del disolvente que en éste caso fué: «Metanol», muy útil con el fin de obtener los principios químicos que contienen las hojas de «Malva Silvestris» L. Esta concentración de los líauidos filtrados, se realizó a pre sión reducida. Para ello se empleó un rotavapor; controlando tam bién la temperatura del baño. Presión=700 mm. de Mercurio y tem peratura =40° C., con el fin de evitar alteraciones motivadas por la termolabilidad de algunos de sus componentes. V.—Filtración. Una vez eliminado el disolvente orgánico, el residuo obtenido de color verdoso obscuro y consistencia siruposa, se trató con agua destilada se lavó el matráz y filtró varias veces con pequeñas cantidades de agua destilada hasta completar un litro. A continua ción se procedió a la operación siguiente de: VI.—Fraccionamiento. La separación de los diversos componentes que forman parte del residuo acuoso (Extractivo) se realizó mediante «fracciona miento». El primer paso a seguir fué: acidular el residuo acuoso hasta lograr un pH =3 y para ello fué utilizado C1H 10 N. Posteriormente se extrajo con éter desperoxidado por tres ve ces consecutivas y en ampolla de Decantación. En estas condicio nes pasarán a la solución etérea las substancias: (Acidas, Indolicas, Neutras) (J. Peña, 1970). De esta solución etérea se separan las tres mediante extraccio nes sucesivas posteriores con Co3 Na2 0,5 N. De aquí y acidulando nuevamente con C1H hasta lograr un pH =3, se liberan extrayendo con éter 3 veces consecutivas. Así tendremos perfectamente separadas las substancias de ca rácter ácido: F/A («Fracción ácida»). En la solución acuosa restante existirán aquellas substancias que no son solubles en éter, o que aún siéndolo poseen un carác ter alcalino. Por tanto esta última fracción se separará alcalinizan- — 158 — do con solución de Co3 Na2 0,5 N. Hasta lograr un pH =8 y poste rior extracción etérea. De esta manera separamos una «fracción alcalina» y nos quedará por fin un resto acuoso. La fracción fenólica se habrá logrado obtener mediante extrac ción con solución NaOH 0,5 N. Previamente al tratamiento con Co3 N a2 0,5 N. Al final se obtuvieron cuatro fracciones: a) Fracción Acida=F/A. b) Fracción Fenólica=F/F. c) Fracción Alcalina=F/Al. d) Fracción Neutra=F/N . Prescindiendo de las fracciones neutra y alcalina que en este caso concreto no son objeto del presente estudio. Dedicamos espe cial atención a las Fracciones: ácida y fenólicas, motivo de nues tro trabajo. Se dejaron secar ambas unas horas con S 0 4 Na2. Posteriormen te se filtraron y a continuación se concentraron en rotavapor (Pre sión 700 mm. de Mercurio, temperatura 40") a pequeño volumen, hasta obtener 3 c. c. (J. Peña, 1970). VII .—Crornatografiado. Las técnicas empleadas para realizar el análisis cromatográfico, de los compuestos objeto del presente estudio, fueron realiza das en papel Whatman 3MM. principalmente; también para com parar con patrones se utilizó 1 MM. en algunos casos se repitió con capa fina de Silicogel en placas de vidrio. Es el caso del papel se fué realizando: 1.—Cromatografía unidimensional descendente en forma de banda de 6 cm. de largo y 1 cm. de ancho. Así se disponía la subs tancia problema objeto de estudio. 2.—Cromatografía unidimensional descendente en punto y com parando con patrones. En capa fina: Todos fueron unidimensionales ascendentes en punto y del mis mo modo cuando se hicieron comparaciones con patrones. Como líquido eluyente o fase desarrollante en ambos casos se utilizó la solución «IAW» (Isopropanol-Amoniaco-Agua en la pro porción 10-1-1 v/v) (Stowe and Thimann, 1954). — 159 — V III .—F ij ación. Cortadas las bandas de papel de unas dimensiones adecuadas, en este caso: 12 cms. de ancho/50 cms. de largo. La substancia o lí quido extractivo problema a investigar, se iba depositando en el papel con ayuda de un capilar, en el caso de bandeo teniendo pre caución de que la banda no sobrepase los límites de 1 cm. de an cho. La operación de fijación de la sustancia al papel se realizó con ayuda de aire caliente insuflado, proporcionado por un seca dor de pelo, con el fin de acelerar la evaporación del disolvente, posteriormente se realizó la siguiente operación de: IX —Saturación o Equilibrio. Esta se verificó manteniendo el cromatograma en la cubeta de cromatografía, previamente saturada con atmósfera de vapor de la mezcla eluyente (IAW). Basta dejar el cromatograma en con tacto con esta atmósfera una o dos horas, al cabo de este tiem po se dispara el cromatograma para continuar con la siguiente ope ración que es la de: X.—Desarrollo. Una vez saturado el cromatograma se disparó depositando en la canaleta de la cubeta la mezcla de eluyente (IAW). Las cubetas '•+i!izadas de marca «Shandon»» estaban depositadas en la cámara de cromatografía y en la obscuridad, o con luz verde en caso de necesitar iluminación para maniobrar dentro de la cubeta. La cámara necesita mantenerse a una temperatura constante que suele ser alrededor de 17° y el tiempo de desarrollo de los cromatogramas fue de unos 16-17 horas. La última operación que se sigue es la de: X I .—Secado y Conservación. Antes de ser observados a la lámpara de luz ultravioleta, una vez desarrollados los cromatográmas se retiran de la cubeta, se señala con lapicero la línea de avance del eluyente y se procede a evaporar dicha mezcla eluyente mediante secado. Este se realizó a una temperatura de 30° en estufa o en cámara aislada del exte — 160 — rior. Una vez secos los cromatogramas, si estos no se van a inter pretar en el momento, se guardaron en un desecador a vació con el fin de evitar alteraciones. X II .—Estudio Físico-Químico. La primera observación que se hace del cromatograma, o tam bién cuando se hacen observaciones comparativas entre substan cias problema y testigo. Es a la lámpara de luz ultravioleta. En ciertos casos se cortan aquellas zonas del cromatograma de interés. Se trocean y eluyen por separado; la elución se reali zó con Metanol. Se eluyó tres veces, la primera vez dejándolo cua tro horas y las dos siguientes a intervalos de una hora. Se enrasó a 50 c. c. y se procedió al estudio Físico-Químico cualitativo. Nos encontramos con un inconveniente para llegar a la identificación química de las substancias a investigar; y es que éstas se encuen tran en pequeñísima cantidad, motivo por el cual se disponen de reacciones de identificación de gran sensibilidad. Por otro lado se recurrió a cromatografíar en punto cantidades superiores al límite de la sensibilidad. También es necesario cromatografiar substancias de control, se comparan valores de «Rf» coloración, etc. Así será como tendremos una primera referencia de la substancia problema. Por lo general estos compuestos fenolicos no son visibles a la luz ultravioleta (uv), pero sus resultados son aprovechables debi do a que nos indican la presencia de impurezas fluorescentes. De todos modos como muchas de estas substancias que se trata de investigar son incoloras, a fin de ponerlas de manifiesto es preci so revelarlas por medio de reactivos químicos específicos. X III .—Análisis espectrofotométricos. Tanto las substancias que poseen carácter fenólico, como las indólicas tienen todas una curva típica, merced a la cual es posi ble caracterizar los diversos compuestos químicos (S. Wain Nordstróun 1959). Los compuestos fenólicos dan en general una curva típica con un máximo de absorción debida al anillo bencénico, y que varía de una manera notable, según de que compuesto químico se trate. Pero sin embargo, en todos los casos se da la particularidad que — 161 — en medio alcalino (generalmente utilizando solución de KOH) su fre un desplazamiento en sentido de la mayor longitud de onda. Por otra parte, los compuestos indólicos poseen en general un primer máximo de absorción a 220 m u debido a los anillos pirrólico y bencénico, y un segundo máximo menos intenso, localizado aproximadamente entre 270-280 m > motivado por la presencia del anillo bencénico. También su mínimo podemos situarlo general mente en éstas curvas alrededor de 240-250 m¡¿ Sin embargo, debido a la presencia de impurezas que aparecen con mucha frecuencia en los productos naturales, es muy difícil por no decir imposible lograr una curva de absorción típica que se ajuste a la obtenida con las substancias patrones en todos sus aspectos, aunque si suelen ser de gran semejanza con ellas, XIV.—Reacciones Químicas. Para efectuar la identificación de substancias que posean ca rácter fenólico, se han empleado las siguientes reacciones: 1.—Reacción del indofenol. Consisten en una solución etanólica al 0,5% de 2-6 dicloroquinonaclorimida (Linkeus, 1959). Si des pués de pulverizar con este reactivo, a continuación lo hacemos con agua saturada de bórax, la reacción gana en sensibilidad y aparece una coloración: azul-gris-verdosa, más o menos intensa. 2.—P. nitroanilina diazotada. Se obtiene disolviendo P —nitroanilina diazotada—, al 0,3% en C1H al 8%, se añade nitrito sódico al 5% inmediatamente antes de su empleo. Su aplicación es segui da por la de una disolución de C 03 Na2, al 20%. Es una reacción muy sensible y suelen obtenerse coloraciones anaranjadas y roji zo anaranjadas. También pueden aparecer rojo-violáceas, esta reac ción es sumamente sensible. (Lederar y Lederer, 1957). 3.—2-4 dinitrofenil hidracina. Consiste en preparar una solución al 0,4% de 2-4 dinitrofenilhidracina en C1H 2 N, con ellos se pul veriza el cromatograma (Linskens, 1959). Para la identificación de substancias de caracter indólico. Se han empleado varias reacciones, siendo la más comúnmente em pleada la reacción de Enrlich. l.°) Reacción de Enrlich. En presencia de C1H 1,2 N y P —dimetil-aminobenzaldehido—, los compuestos indólicos dan coloraciones violeta. Es el reactivo — 162 — más típico de estos compuestos (Lins-Kens, 1959). Pero se advir tió más tarde que las substancias fenólicas son igualmente sensi bles a esta reacción (Steenlink, 1959). Por dicho motivo su utili zación en cierto modo se ha limitado. 2.°) Reacción de Salkouski. • Se basa en la coloración roja que presentan las substancias indólicas al ser tratadas con Cl* Fe y ácidos minerales. Es estable cuando se trabaja a la obscuridad. Es general a todo compuesto nitrogenado (Stowe, 1954). XV .—Estudio Químico. Una vez realizados los métodos anteriormente descritos, se procede a efectuar una identificación química de los compuestos aislados. Prescindiendo de dos de las fracciones aisladas: Alcalina y Neutra, que no entran a formar parte del presente trabajo, se co menzó en primer lugar por cromatografiar la fracción ácida y posteriormente la fracción fenólica: A.—Fracción Acida: Se realizaron bandeos en cromatogramas unidimensionales des cendentes empleando como mezcla eluyente o fase desarrollante (IAW). Una vez realizado el desarrollo del cromatograma, sacado de la cámara éste v seco, marcamos el frente y observamos a la luz ultravioleta donde se ven claramente tres bandas: La 1.a de tono rosado y cuyo valor de Rf=0,20, la 2.a banda de coloración azul obscura v cuyo Rf=0,22 v la 3.a banda de tono azul más luminoso y cuyo Rf=0,35. Se reveló el cromatograma para ver si existían otros compuestos químicos en esta fracción ácida. Para ello re cortando una tira de arriba a abajo se pulverizó con 2-6-P- diclorimida al 1% en etanol. Se dejó secar y se puso en contacto con vapores de Amoniaco apareciendo: tres nuevas manchas de color violeta-azuladas que corresponden en la zona del cromatograma no reveladas a cuyas bandas ambos valores de Rf son respectivamen te: R f= 0 ,ll, Rf=0,58 y Rf=0,60. — 163 — Se comenzó por recortar las tres bandas anteriores y las tres que surgieron al revelar. Se desmenuzaron cada una en pequeños trocitos dejándolas en contacto con Metanol un cierto tiempo. Se filtraron una por una y separadamente se concentraron en rotavapor hasta alcanzar un volumen de 3 c. c. Por tanto en la fracción ácida en principio se localizaron seis componentes de diferentes valores de Rf y que fueron respectiva mente: A=0,11, B=0,2U, C = 0,22, D=0,58, Jb.=0,65, F = 0,75. Con cada uno de estos extractos concentados, se volvieron a repetir bandeos por si cada uno correspondía a una sola substancia quí mica, o más de una y entonces se efectuaría un desdoblamiento. Así realizados nuevos bandeos y desarrollados en la misma mezcla eluyente (IAW) observamos a la luz uv, que los extractos co rrespondientes a las siguientes denominaciones no experimenta ban nuevos desdoblamientos y se mantenían en los mismos valo res de Rf y fueron respectivamente: B = R f =0,20 D =R f=0,58 E = R f= 0 ,6 0 La A =se desdoblaba en dos bandas (una vez desarrollado de nuevo) cuyos valores de Rf serían=0,15 y 0,35. Mientras que desarrollada la C cuyo valor de Rf era 0,22, apa recía otra nueva, cuyo Rf=0,48 y la F=0,75, se desdoblaba en dos cuyos Rf=0,15 y 0,35 más bajos que la originaría. Así pues en to tal, en la fracción ácida podemos situar los siguientes compuestos químicos (que serán posteriormente identificados con patrones, empleando en este caso papel 1 MM realizando cromatografía en punto, también monodimensional descendente y finalmente se uti lizaron placas de silicogel y en éste caso fué monodimensional escendente), y son a saber: A1=R f=0,15 A2=R f=0,35 B = R f= 0 ,2 0 C1=R f=0,22 C2= R f =0,48 D = R f=0,58 E = R f =0,60 F 1= R f =0,15 F 2=R f=0,35 — 164 — B.— Fracción fenólica. Se repitieron las técnicas utilizadas en la fracción ácida: es de cir bandeos y asi al comienzo utilizamos el extracto de la fracción fenólica que al desarrollarla y observarla a la luz ultravioleta apa rece claramente una banda azul cuyo valor de Rf=0,89. Empleando como revelador 2-6-P diclorimida y una vez seco, con agua satura da de bórax nos aparece una nueva mancha azul cuyo R f= 0 ,ll. Así pues en la fracción fenólica existen según parece dos compues tos cuyos valores R f= són: G=0,89 H=0,11 Recortadas ambas bandas, troceadas y puestas en contacto con metanol, se filtró y concentró, volviendo a repetir cromatogramas en banda por si se realizaban nuevos desdoblamientos que en éste caso ocurrieron llegándose a la conclusión que en la fracción fe nólica se habían localizado: La banda G de Rf=0,89 se desdobla en otras dos de tono azu lado cuyos valores eran: G i—Rf 0,26-0,29 G2= R f 0,57-0,60 H = R f 0,11-0,13 que serán posteriormente identificados con substancias empleadas como patrones y empleando papel Whatman 1 MM y placas de silico-gel del mismo modo que en el caso de la fracción ácida. XVI.—Identificación química de los compuestos aislados. A.—Fracción ácida. Posteriormente se realizaron análisis cromatográficos compara tivos entre los diversos compuestos químicos aislados problemas y diversos patrones a fin de averiguar en realidad de que compuesto químico se trata; para ello se emplearon utilizando papel What man 1MM cromatogramas descendentes en punto (Problema-Patrón) y por otro lado se utilizaron placas de silico-gel para desarrollar también en punto (problema-patrón) cromatogramas ascendentes. En ambos casos la fase desarrollante consistía en la misma mezcla — 165 — citada en casos anteriores (I-A-W) y asi por los valores de Rf que surgen en cada una de las manchas y los colores espontáneos que aparecen, asi como los que se forman después de revelados los cromatogramas utilizando dos reveladores: dicloroquinona-clorimida y paranitroanilina diazotada. A la vista de idénticos resultados en los patrones utilizados como referencia, en la fracción ácida aparecieron: En la banda Ax (Rf 0,15-0,17) fué identificado el ácido ferúlico. Banda A2 (Rf 0,33-0,35) fué identificado ácido M-hidroxibenzoico. Banda B (Rf 0,18-0,20) fué identificado ácido P-hidroxibenzoico. Banda Cx (Rf 0,23-0,25) fué identificado como ácido P-cumárico. Banda C2 (Rf 0,47-0,50) fué ident. como P-hidroxibenzaldehido. Banda D (Rf 0,58-0,60) fué identificado como ácido salicílico. Banda E (Rf 0,60-0,62) fué identificado como ácido salicílico. Banda Fx (Rf 0,13-0,15) fué identificado como ácido vaníllico. Banda F 2 (Rf 0,35) fué ident. como ácido metahidroxibenzoico. Identificación por espectrofotometria. Para comenzar esta identificación, se diluye el extracto original al décimo. Ai—observados máximos a 230, 285 y 320 mpi mínimos a 250 y 290m¡¿ A2—observados máximos a 230 y 300 m¡ji mínimos a 260 m tu. B—lecturas de los máximos a 250 m¡A mínimos a 225 m¡j. C 1—efectuadas las lecturas: máximos a 260 y 280 mu mínimos a 240 m^ C2—las lecturas de los máximos 280 m (u mínimos a 240 m¡¿ D—las lecturas fueron: máximos a 235 y 300 mjj. mínimos a 263 m tu E—realizadas las lecturas en espectrofotómetro: máximos a 235 y 300 mi* mínimos a 260 mpi Fx—observados los máximos a 260 y 285 m mínimos a 235 y 275 m¡jt F2—las lecturas efectuadas fueron: máximos a 230 y 300 m¡j. mínimo a 260 m ¡jl — 166 — Obtuvimos estos espectros de absorción con un espectrofotómetro Zeis, modelo P M Q II utilizando disoluciones metanólicas al 0,01% de cada compuesto. Como medio neutro se utilizó metanol Merck y como medio alcalino el mismo metanol añadiendo una go ta de disolución de hidróxido potásico al 10% y así se observaron las desviaciones de los máximos y mínimos (D. Burnett L. Andus 1964). Desviaciones experimentales al añadir al medio neutro un medio alcalino. a) Fracción ácida. Ax= máximos: 230, 300 y 340 mu mínimos: 260 y 310 mu A2=m áxim os: 280 y 300 mu mínimos: 265 m¡j. B = máximos: 290 m¡¿ mínimo: 235 m u C ^ máximos: 300 y 340 mu mínimo: 260 m ¡jl C2=máximos: 330 y 240 m¡ji mínimo: 265 mu D = máximos: 225 y 300 m¡u mínimo: 263 m¡j. E = máximos: 225 y 300 mu mínimo: 260 mu F ^ m á x im o : 285 m¡ji mínimo: 250 m¡j. F 2=m áxim os: 280 y 300 mu mínimo: 265 mu Fracción fenólica.—Identificación de sus compuestos aislados. Con la racción fenólica se repitieron las operaciones cromatográficas, realizadas anteriormente en la fracción ácida, efectuando ensayos comparativos entre los diversos compuestos aislados con siderados como «problemas» y los diversos patrones que nos servi rán de muestra a fin de averiguar que compuestos químicos inte gran esta fracción fenólica. b) — 167 — También se emplearon cromatogramas descendentes en punto (Problema-Patrón) utilizando papel Whatman 1 MM y al mismo tiempo se repitieron en placa de sílico-gel pero en este caso la cromatografía fue ascendente. De idéntica manera la fase desarro llante empleada fue IAW (isopropanol-amoniaco-agua). Una vez desarrollados estos y completamente secos, a la luz ultravioleta o con la ayuda de reveladores según los casos (aquí fueron utiliza dos: dicloroquinona-clorimida y paranitroanilina diazotada), se cal culan los valores de Rf en cada mancha que aparece y con estos da tos y las correspondientes coloraciones observadas, viendo las que surgen en los patrones utilizados como referencia, podemos identi ficar los siguientes compuestos: Banda Gx (Rf 0,26-0,29) fué identificado como ácido P-cumárico. Banda G2 (Rf 0,57-0,60) fue identificado como ácido salicilico. Banda H (Rf 0,11-0,13) fue identificado como ácido vaníllico. Identificación por espectrometría. Fracción fenólica. Se emplearon del mismo modo que en caso de las fracciones ácidas: disoluciones metanólicas al 0,01% de cada compuesto ob jeto de la presente identificación. También se empleó como medio neutro: metanol «Merck» y como medio alcalino añadiendo al mismo medio neutro (metanol) una gota de disolución de hidróxido potásico al 10%. De esta ma nera se observaron las desviaciones que experimentan en las cur vas espectrofotométricas los máximos y mínimos. Banda G x=sus máximos por las lecturas en el espectrofotómetro =260 y 280 m y mínimo a 240 mu Banda G2“ lecturas de sus máximos: 235 y 300 m¡jt. mínimos: 263 mu Banda H=m áxim os: 260 y 285 m u mínimos: 235 y 275 mu •2? A — 168 — Desviaciones experimentadas al añadir al medio neutro un medio alcalino. b) Fracción fenólica. máximos: 300 y 340 m i mínimo: 260 mu G2=máximos: 225 y 300 mu mínimo: 265 mui H = máximo: 285 m u k mínimo: 250 m uk 169 — — VALORES DE Rf, VISIBILIDAD A LA LUZ ULTRAVIOLETA Y COLOR EN COMPUESTOS IDENTIFICADOS: FRACCION ACIDA Fórmula química y nombre Fluor. uy Color si a-violeta Relevado Relegado con D qc_ con PDN. Rf CH=CH-COOK Acido ferúli- co fj Vi a. P 0,15 0,17 r. s. p. 0,33 0,35 a ve r. s. 0,18-0,20 a-am a 0,23-0,25 a-ve r. s. 0,47-0,50 1 COOH A OH V . M-h i droxibenz oic o GOOH V- P-hiciroxibenzoico si a-vi P-curnarico A I 'M P-h i drox i'benza Ideh ido — Fórmula química y nombre 170 Fluor. uv — Color Relevado ^ con Dqc. Relevado nkIn con PND. Rf m . p. 0 ,5 8 0 ,6 0 vi 0 ,1 3 -0 ,1 5 C-30H C00H A OCH y . Ac. vaníllico ABREVIATURAS USADAS EN ESTAS TABLAS Fluor.=fluorescencia uv=u ltra violeta D. q. c.=dicloroquinona clorimida P. N. D .=paran itro anilinadiazotada vi=violeta a=azul rs= ro sa ve=verde am = amarillento m =m arrón p = p álid o — 171 — VALORES DE Rf, VISIBILIDAD A LA LUZ ULTRAVIOLETA Y COLOR EN COMPUESTOS IDENTIFICADOS: FRACCION FENOLICA Fórmula química y nombre Fluor. uv Color Relevado r\ con Dqc. Relevado DMr\ con PND. R» si a-vi a-am a-vi 0,56-0,29 sí a-vi m. p. 0,57-0,60 vi 0,11-0,13 CH=CH—COOH A l % Ac. P-cumarico Ac. s a l i c i l i c o 00H och3 Ac. v a n illic o — 172 — MEDIDAS EN EL ESPECTROFOTOMETRO DE LAS SUBSTANCIAS AISLADAS Metanol Metanol Metanol Metanol Alcalino Neutro Alcalino Neutro Alcalino Neutro Acido Acido Acido Acido Acido Acido Acido P-cumárico P -cu m árico P-OH-benzoico P-OH-benzoico M-OH-benzoico M-OH-benzoico ferúlico ferúlico 290 250 liQO m'|IL m|». 230 300 m|). 340 230 285 m¡i 320 260 310 250 290 OBSERVADAS Metanol Acido Q60 mjx ra^ 225 235 240 275 235 245 mji mji m*A mii m ‘l mi1 Mínimos Metanol Neutro Acido P-OH-benzaldehido mji Máximos Metanol Alcalino Acido P-OH-benzaldehido my. aisladas Metanol Neutro salicílico mji Substancias Metanol Alcalino Acido salicílico ^5 Medio Metanol Neutro Acido vaniUínico 285 Reactivos Metanol Alcalino Acido vanillínico ^0 Metanol Neutro Acido nm Metanol Alcalino 280 Metanol — 173 — SU BST A N C IAS QUIMICAS IDEN TIFICA DAS EN L A FRACCION ACIDA CURVAS ESPEC TR O FOTO M ETRICAS DE ABSORCIO N u.v. AImHm A cM * A, «-OM- A cl4* M * 4 lo Alcalino B P-OM ■ A I m II m MMtn — 174 — S U B S T A N C IA S QUIMICAS ID EN TIFICA D A S EN L A FR A C C IO N F E N O L IC A C U R V A S ESP E C T R O FO T O M E T R IC A S DE A BSO R C IO N u.v. tiio' 3 H . ... -------M o ílo A l« til no Acido Vaníllica F Ad4oVaníllico ....... M W Io Alcalino *----- - Mo4lo Neutro — 175 - BIBLIOGRAFIA A n d u s , L. J. (1959).— P la n t G row th substances. Leonard H ill L im ited . Eden Street. N ew Y ork-L ondon. B u r n e l t (1959).— Eden S treet. N ew York-London. C o s t e , H. (1960).— Flora de la France. Tom o I, pág. 236. Tom o III, pág. 719. L ibrería des C iencias y artes, 1936. D a n n e n b u r g y L i v e r m a n (1957).— C onversion of T ryptophan 2-C J4 to ind olocetec acid by w atorm elon tissu e slices. 263-269. L i n s k e n s , H. F. (1959).— “P apierchrom atographie in der B o ta n ik ”. Pág. 248-281. 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DE LA ZO NA DEL PAJARES (ASTURIAS) POR ANA M.ft APARICIO ANTUÑA I .—Características generales de la Genista Obtusirramea L. Pertenece esta planta a la familia botánica de las Papilionaceas, la localización preferente de esta especie podemos situarla en la «región alpina» de los montes astúricos y en todas las vertientes que van desde esta zona hacia las provincias de Santander y Ga licia asi como también en la vertiente Leonesa. En esta especie botánica son arbustos inermes, con una altura aproximadamente que oscila entre 0,5 hasta 1 metro y ramosos; los tallos viejos carecen de hojas y presentan en su corteza un to no negruzco; por el contrario los tallos jovenes son de un color verdoso plateado y sus hojas poseen un tono de color idéntico; estas son sentadas y unifoliadas. Las inferiores son obstusas y fasciculadas, las restantes por el contrario son siempre lanceola das. Las flores son de un color amarillento vivo, aparecen casi siempre en solitario (en número de seis a siete). En esta especie, por pertenecer a la Familia botánica Papilionaceas, sus flores pre sentan forma de mariposa. El pedúnculo pubescente es mas corto que el cáliz y cercado en la base de un hacecillo de hojas diminu tas. Los dientes del labio superior del cáliz son: anchos y lanceola dos, mientras que los del labio inferior son agudos y mucho más — 178 — pequéños. El estandarte es elíptico, obtuso o ligeramente escotado en el ápice, peloso exteriormente asi cómo también la quilla que ès un poco más corta que aquél. Las alas son punteadas y lampi ñas. El fruto de estas plantas es una legumbre de tono parduzco verdoso, recubierta de pelos, son oblongo lunares y rectas, termi nadas en un pico estrecho, la longuitud de estos frutos suele ser de unos 10 mm. de longitud aproximadamente. (Willkomm 1888) (Coste 1968). El periodo de floración coincide generalmente con la primera quincena del mes de julio. II.—Recolección. Para la realización del presente trabajo se efectuó la recolec ción de las flores en el puerto de Pajares, más exactamente en el lugar conocido por el nombre de: «Brañilin». A fin de empezar los primeros ensayos, en el mes de julio de 1971 se realizó la primera recogida de flores. Pero podemos decir que el trabajo se comenzó con los extractos que procedieron de las recolecciones efectuadas entre los dias diez y ocho y veintitrés de Julio de 1972. El material empleado en este caso era fresco, pero también pudo haber sido desecado, siempre naturalmente evitando alteraciones por acción enzimàtica tales como fermenta ciones, putrefacciones, etc. Se partió de un material inicial: flores cuyo peso era exacta mente 226,5 gr. III .—Métodos a seguir para la obtención de extractos. Calculada previamente la humedad del material a partir del cual se van a obtener estos extractos (éste se verifica pesando una cantidad fija e introduciéndola en estufa de desecación, volviéndo la de nuevo a pesar y repitiendo el proceso hasta que las dos últi mas pesadas sean concordantes). En el caso concreto, objeto del presente estudio se observó que los pétalos de flores de «Genista obtusirramea» L. poseían un 90% de humedad. A continuación se trituraron en Turmix, con una cantidad de etanol de 96° justa y necesaria, para que teniendo en cuenta el contenido en agua de — 179 — ias flores la concentración alcohólica final sea de 85%. (Geissman 1955). Graduación necesaria, pues con ella se logra una inactiva ción de enzimas y de este modo se evitan fermentaciones. Para el peso de la materia vegetal de que se partió y que fue de 226,5 gr., la cantidad de etanol utilizada resultó ser de aproxima damente unos 1.400 cc. Una vez verificado el trituramiento en turmix, la pasta resultante se pasa por un paño blanco, se exprime bien y a continuación se filtra, éste líquido filtrado y todos los ob tenidos a continuación por el mismo procedimiento se reúnen. Al marco resultante de la primera extracción, se le vuelven a añadir 500 cc. de etanol de 85° removiendo y dejando en contacto un cuarto de hora. Pasando de nuevo por paño blanco, exprimiendo y filtrando. Estas operaciones se repiten, hasta que veamos sale el alcohol puesto en contacto con el marco completamente incolo ro (seis veces en éste trabajo), lo cual indica no existen más subs tancias para extraer. En éste caso concreto los líquidos filtrados reunidos, dieron un volumen total de 4.900 cc. A continuación estos líquidos extractivos fueron concentrados en rotavapor (a una tem peratura del baño de maría 40° y la presión que se alcanzó en el aparato fue de 700 mm.) hasta obtener 75 cc. de extracto y conse guida una eliminación total del etanol. Este extracto final pre senta una coloración amarillo verdosa obscura y es untuosa al tacto. IV.—Fraccionamiento. Es preciso realizar en este extracto que no contiene en abso luto alcohol etílico, una serie de extracciones a fin de purificarlo de aquellas substancias, que interfieren por completo el análisis de flavonoides objeto del presente trabajo, tales como grasas, clo rofilas, carotenos, etc., y que es preciso eliminar. Para ello se em plean como disolventes más adecuados «Eter de petroleo» o «N-Hexano» (Gessman y colaboradores 1956). En el caso que nos ocupa se utilizó «Eter de petroleo», cuatro veces se lavó el extracto a pu rificar con 80 cc. utilizando ampollas de decantación y poco a po co adquiriendo la capa etérea un tinte verdoso, ello nos indica que va arrastrando las substancias que es necesario eliminar, hasta que en la última extracción ya desaparece este tinte verdoso y se torna incolora, momento en el que se interrumpe este fracciona — 180 — miento o más propiamente purificación. A continuación se realiza una segunda operación conocida como: V.—Extracción propiamente dicha. También se realiza en ampolla de decantación y viene a ser un fraccionamiento, aquí se emplea como líquido extractor: Ace tato de etilo (Vuatar y colaboradores 1956). Realizándose hasta un total de este trabajo de seis extracciones; entre cada una de ellas, se deja la ampolla en reposo media hora, en la final se eleva este tiempo a dos horas. Una vez concluida la operación se habrán ob tenido dos soluciones extractivas: a) una fracción acuosa de un color pardo-ocre-anaranjado y b) otra fracción orgánica (corres pondiente a la extracción con acetato de etilo) de un tono amarillento-topacio con un ligero matiz verdoso. Ambas fracciones se filtran y se concentran en rotavapor. (Vega y Fernández 1971). De la fracción acuosa se obtuvieron = 18 cc. De la fracción orgánica se lograron=10 cc. Ambas fracciones se filtraron, se concentraron por separado en rotavapor y se guardaron en un desecador a vacio, con el fin de que pierdan el poco líquido que poseen y se concentren a seque dad, hasta consistencia pulverulenta. Como substancia desecadora se emplea pentóxido de fósforo (P20 5), cambiando esta substan cia varias veces, hasta conseguir que los extractos queden com pletamente secos. Al concluir esta operación, se calcula en cada uno de ellos el rendimiento. Para ello se pesa cada uno de los dos extractos. —Extracto acuoso=7,3 gr. en 226,5 gr. de flores. Su tanto por ciento de rendimiento es de 2,1 gr. %. —Extracto orgánico (de Acetato de etilo)=1,9 gr. en 226,5 gr. de flores, por tanto su tanto por ciento de rendimiento es de 1,91 gr. %. VI.—Naturaleza y distribución de los flavonoides. Son los flavonoides, dentro de los compuestos fenólicos, el gru po que se encuentra más ampliamente distribuido dentro del rei no vegetal, abundan particularmente en plantas fanerógamas y criptógamo-vasculares, dentro del primer grupo especialmente en — 181 — las dicotiledóneas (Bezanger-Beanquerne, 1962). Los flavonoides y flavonas son los más extendidos (Harborne, 1960). En todas las partes de las plantas superiores se encuentran, pero preferente mente ciertos tipos son más característicos de algunos tejidos que de otros. En el año 1948, comienza a desarrollarse la investigación de los flavonoides naturales; con la aplicación de los métodos cromatográficos realizados por Bate-Smith, a partir de entonces se han venido realizando varios trabajos relacionados con su existencia en las plantas, sus propiedades farmacológicas, sus aspectos gené ticos y bioquímicos, la tecnología de los alimentos, etc. Por ello aparecieron entre los años 1952-1958 los ensayos efectuados por Karrer y Geissman; en 1959 y 1960 por Harborne y Hansel (1959). Así como la extensa obra editada por el propio Geissman en 1962 con la colaboración de diversos especialistas y también de gran im portancia la publicada recientemente por Harborne. Reciben el nombre de flavonoides en general aquellas substan ciar orgánicas que corresponden a una estructura general: C6-C3-C6 y que son substancias colorantes hidrosolubles, existentes en las células vegetales (Libreton 1957). Más recientemente, algunos ininvestigadores han incluido en éste grupo también a los ácidos cinámicos (tal es el caso de Swain, 1965). Para establecer una clasificación entre los diversos tipos de fla vonoides, hemos de hacerlo basándonos en el grupo oxidacción de la cadena C3 (ver cuadro adjunto núm. 1). De éste modo correspon derá el más elevado a los flavonoides y el más bajo a las catequinas. Poseen también hidróxidos en diversas posiciones, aunque se puede afirmar que la subtitución más frecuente es la que corres ponde a un derivado de la floroglucina en el anillo A (excepto en las chalconas) y de pirocatequina en el anillo B. Numerosos flavonoides tienen como substituyentes grupos metoxilo y metilen-dioxilo (Geisman 1955). En la naturaleza se ha de mostrado que se encuentran como mono o poliglucósidos, siendo los azúcares más comunes con los que forman compuestos: glu cosa, ramnosa y galactosa, esta unión glucosídica se verifica pre ferentemente con el grupo hidróxilo que ocupa la posición 7 en las flavonas, o el equivalente en otros tipos, aunque también se ha demostrado que para los flavonoles esta unión se realiza por el que ocupa la posición 3. Más recientemente se logró encontrar — 182 — la existencia de c-glucósidos, derivados acilados de los ácidos hidroxicinámicos (Harborne 1964) y dímeros que reciben la denomi nación de bi-flavonilos (Harborne y Simonds 1964). VII .—Propiedades químicas. Para el aislamiento e identificación de flavonoides, tienen par ticular Ínteres ciertas propiedades químicas como son: La formación de puentes de hidrógenos intramoleculares que pueden influir en las características de los espectros uv, ir y rmn, puntos de fusión y estructuras cristalinas, aunque de una manera especial en la solubilidad, reacciones de color y formación de com plejos. Los enlaces intramoleculares son más fuertes en los compues tos perihidroxicarbonilos (5-hidroxiflavonas) que en los orto-hidroxicarbonilos (3-hidroxiflavonas); el anillo de sus miembros, forma do en el primer caso, es más estable que el del cinco. Aquellos fla vonoides que posean muchos hidroxilos fenólicos, tienen puntos de fusión muy elevados y por tanto son insolubles en los disolventes comunes. En general, como polifenoles que tienen carácter ácido, acen tuado este en aquellos que poseen grupo carbonilo, en general son solubles en disoluciones de hidróxido sódico (Briggs y Locker 1951). Los enlaces anteriormente mencionados reducen la actividad química de los grupos fenólicos, como se pone de manifiesto en las reacciones de esterificación y eterificación, por lo cual este obliga al empleo de catalizadores. Aquellos hidroxilos que están situados en posición «Para» con respecto al carbonilo, se metilan con di ficultad con diazometano y yoduro de metilo, por lo que fácilmen te se prepara 5-hidroxipolimetoxiflavonas (Dean 1963). La metilación completa se logra con sulfato de metilo. Cuando se emplea una base débil como el bicarbonato sódico, la reacción transcurre preferentemente en el orden siguiente: 7, 4, 3’, 3; si se utiliza carbonato sódico la mediación se verifica en or den inverso (Dean 1963, Thomson 1964). La metilación completa selectiva, se logra también, protegiendo los grupos hidroxilos en orto por quelación con ácido bórico. La alquilación de compuestos parcialmente esterificados, no siempre da buenos resultados, porque los grupos acilos sufren fre cuentemente transposición con grupos orto o para-hidroxilos. c, dihidroflavonas (R =H ), dihidroflavonoles (R = H ); flavonoles (R =O H ); c, isoflavonas; chalconas, h, auronas. (R=O H ); d, flavonas f, dihidrochalconas ; g, — 183 — — 184 — V ili .—Métodos cromatográficos e identificación. Obtenidos ambos extractos: «acuoso» y «orgánico», se proce de a una determinación cromatogràfica cualitativa (en cada uno de ellos) de los flavonoides y azúcares que entran a formar parte de los mismos. Siguiendo la pauta dictada por Harborne 1967, para la identifi cación de flavonoides, se han utilizado en el presente trabajo: La cromatografía en papel y en un principio también se hicieron en sayos en capa fina; pero en éste case dieron resultados más con vincentes los efectuados en papel). Fig. 2.— D istrib u ción de los fla v o n o id es en crom atografía en p ap el, d i so lv en tes : 1 BAW , 2 A W ; fl flavon as, fl-3-O H fla v o n o les, A u auronas, Ch chalconas, d fl dihidroflavonas, dfl-3-O H d ih id roflavon oles, C at cateq u in a s, Ifl isoflavon as, gl glucósidos. En general son muy adecuados para el control inicial e identifi cación provisional, el empleo de cromatogramas bidimensionales antes de iniciarse el aislamiento definitivo de las substancias y se confeccionan con papel Whatman núm. 1, este papel también se utiliza en los cromatogramas unidimensionales ascendentes (com paración de substancias problemas aisladas con patrones). En el primer caso logrado, al utilizar el cromatograma bidimensional de control, habremos identificado provisionalmente las ca — 185 — racterísticas más generales de las substancias a investigar, asi co mo también se observa cual es el disolvente más adecuado para separar unas substancias de otras, al mismo tiempo que se evitan interferencias. De este modo en la primera dirección del cromatograma bidimensional se utilizaron disolventes alcohólicos general mente, puesto que son muy adecuados para el desarrollo de todo tipo de flavonoides. Sin embargo en las determinaciones del Rf (relación entre distancia desde donde se deposita el problema al centro de la mancha y la distancia desde el mismo punto de parti da al frente que alcanza el disolvente) son menos seguros que en los acuosos; el más frecuente es el BAW (butanol-acético-agua). Con agua se han podido separar glucósidos de flavonas y flavonoles (Baker y col, 1953; Roberts y col, 1956), catequinas e incluso antípodas ópticas en este grupo (Roberts y Wood 1953). No es apropiada para el desarrollo de agluconas, pero sí para separarlas de sus correspondientes glucósidos, asi como también para dife renciar dihidroflavonas móviles de flavonas y flavonoles que no se mueven con él. La substitución del agua por mezclas de acé tico agua en diversas proporciones es muy frecuente. Las mezclas ácidas como «forestal» (acético-clorhídrico-agua), acético al 60% son muy útiles en las separaciones de agluconas de flavonas y fla vonoles (Bate-Smith 1956). El benceno-acético-agua es muy útil para separar agluconas de cualquier tipo de flavonoide. También los disolventes fenólicos tienen la ventaja de proporcionar en la separación de agluconas una forma de «Rf» mucho más extensa que en los disolventes an teriores, pero en cambio tienen el inconveniente de originar colas (Harborne 1960). Como anteriormente se indicó en la cromatografía bidimensio nal de control, se emplearon en la primera dirección disolventes alcohólicos, mientras que en la segunda fueron utilizados disol ventes acuosos, concretamente es este caso: 1.a dirección BAW, 2.a dirección AW. De éste modo se han obtenido buenas separacio nes entre los distintos grupos de flavonoides. Con los datos reco gidos en la bibliografía de Harborne (1960-1967), Geissman (1955) y Handel (1959). Se ha podido observar más o menos exactamen te una localización o distribución de los flavonoides en el papel cromatogràfico y así según Harborne (1959) los flavonoides se dis tribuían en cromatografía en papel del siguiente modo que apa rece en el cuadro adjunto núm. 2. — 186 — Una vez realizado el control inicial por cromatografía bidimensional, se procede a aislar cada una de las substancias siempre observando que disolvente es más adecuado para separar cada una de ellas. Ello se realiza mediante cromatografía monodimensional descendente en banda, utilizando papel Wahtman núm. 3 MM. Por estos datos de identificación provisional, una vez desarrolladas con el disolvente idóneo las diferentes substancias. Secos los bandeos y observados a la luz ultravioleta, a la misma en presencia de va pores de amoniaco, se van marcando las diferentes bandas que aparecen en el papel, se recortan y eluyen cada una por separado en alcohol de 70°. Estos extractos después de filtrados se concen tran en rotavapor. Al mismo tiempo se vuelven a repetir cromatogramas bidimensionales iniciales con cada uno de los extractos de estas bandas, a fin de observar si corresponden a una sola subs tancia, o si en cada una existe algún compuesto más. Si efectiva mente observamos más de una mancha por este control bidimensional, se repiten los bandeos. Ademas del empleo como eluyentes del BAW/AW, es conveniente utilizar en los controles otros disol ventes tales como: F/W/AW, BzAW/.AW, Acético, CIHW/Aw, etc. (Fernández, 1971). Disolventes utilizados en el desarrollo de flavonoides Abreviatura Componentes W AW BAW Forestal FW IAW BPW BzAW PAW Agua Acético/agua n-butanol/acético/agua Acético/clorhídrico/agua Fenol/agua Isopropanol/amoniaco/agua Butanol/piridina/agua Benceno/acético/agua Propanol/acético/agua Proporción v/x — 15:85 4:1 :5 30:3:10 A saturación 10:1:1 3:4:3 125:72:3 1:1:1 — 187 — ^ IX .—Reacciones de color. Existen reacciones de color para caracterizar más o menos exac tamente, las manchas que aparecen en los cromatogramas, aun cuando las descripciones de colores en la bibliografía son muy subjetivas, sin embargo pueden prestar una gran ayuda en las iden tificaciones cromatográficas. Recientemente Curt y Holland (1967) proponen el empleo de veintinueve reacciones de color. Con las que es posible realizar determinaciones de grupo. En el presente trabajo, se han utilizado un número más redu cido y con estos colores es posible caracterizar distintos flavonoi des con los tipos de substitución más frecuentes y que figuran en el cuadro adjunto. En un principio, según la posición de las manchas (antes de emplear cualquier revelador que ayude mejor a esta caracteriza ción), es factible con los datos obtenidos en la bibliografía de Har borne (1960-1967), Gessman 1959, obtener una distribución de los flavonoides sencillos en el cromatograma, aunque algunos se apar ten de la localización teórica. Existe un reactivo general revelador de todos los flavonoides, aplicado por pulverización sobre las manchas problema, éste es el denominado «Reactivo de New» (2-amino-etilo-difenil-borinato). Por otra parte, para la revelación de aminoácidos existe un reac tivo específico que es la «ninhidrina» (en la parte acuosa). Del mismo modo que existe un reactivo aplicado para revelar azúcares: el «Ftalato ácido de anilina». En general son los «flavonoles» de un tono amarillento o amarillento-verdoso, al ser observados los cromatogramas a la lámpa ra de luz ultravioleta, si se les pone en contacto con vapores de amoniáco se intensifica el color. Los glucósidos de flavonol a la luz ultravioleta, asi como los glucósidos de flavona son de un aspecto por su color: obscuros, e inmediatamente puestos en pre sencia de vapores de amoniáco se transforman en una tonalidad amarillenta. Pulverizados con un revelador «tipo álcali» adquieren un color amarillo parduzco y permanecen amarillos si son empleados co mo reveladores: el hidruro de boro y sódico, ácido para-toluensulfónico y el cloruro de aluminio (harborne 1969). — 188 — CUADRO DE REACCIONES DE COLOR 1 uv Flavonoles Flavonas Isoflavonas Auronas Chalconas Fiavanonas Flavanonoles YYG B Pp-Yp YG B-BG B B 2 v YG Y Pp-Yp RO R-BG Yp d-Yp 3 v YB Y Gp RO R-BY YB YB 4 v 5 v 6 v 7 uv c Y C C C CO V Y Y C — — Y Y-G Y-G G-Y O-Y Y Y-G C-Y — — — V V — C c 1 = sin revelar; 2 = vapores de amoniáco; 3 = álcalis; 4 = rodamina B; 5 =■ hidruro de boro y sodio; 6 = ácido paratoluensulfónico; 7 = cloruro de aluminio. v = luz natural; uv = luz ultravioleta; B = pardo; B1 = azul; C = incoloro; d = obscuro; G = verde; O = naranja; p = pálido; pK = rosa; R = rojo; V = violeta; Y = amarillo. «Las flavonas» son obscuras observadas directamente a la luz ultravioleta, en presencia de vapores de amoniaco, pasan a tonali dades amarillas o verdes y de igual manera ocurre este cambio de tonalidades, al ser pulverizados con: «hidruro de boro y sodio» y con «cloruro de aluminio». Los glucósidos de flavona o flavonol ocuparían una posición central en el cromatograma, mientras que las agluconas de flavona o flavonol ocuparían una posición a la izquierda hacia arriba. «Las auronas y chalconas» se distinguen en general por las co loraciones rojas o naranjas que muestran observadas a la luz ul travioleta y con vapores de amoniáco. Las «isoflavonas» pueden ad quirir un color azul, amarillo o verdosas al ser observadas a la luz ultravioleta; tienen un revelador específico que es el cloruro de aluminio, una vez pulverizados con él, si realmente son isoflavo nas adquieren un tono amarillo-verdoso muy intenso. «Las flavanonas», «flavononoles» y «catequinas» son obscuras y un poco vio letas, observadas a la luz ultravioleta, expuestas al contacto con vapores de amoniáco, no experimentan variación ninguna de las tres. Al ser pulverizadas con «Rodamina B», los tres compuestos anteriormente citados dan una coloración violeta sobre fondo ro sado que es el tono del reactivo. Con ácido para-toluen-sulfónico, las catequinas dan colores rosas o violetas azulados, las flavonas y — 189 — flavononoles adquieren tonos obscuros. Al ser pulverizados con «hidruro de boro y sodio»: «Las catequinas»: presentan coloraciones rosas. «Las dihidroflavonoles»: presentan coloraciones amarillas. (Curtze y Holland 1967). «Las dihidroflavinas»: presentan coloraciones rojo-violáceo. X .—Hidrólisis ácida. «Las dihidroflavonas»: presentan coloraciones rojo-violáceo, con azúcares al estado de glucósidos. Es preciso romper esta unión a fin de identificar no solamente el flavonoide, sino también el azú car a quien va ligado. Para ello nada más necesario que realizar una hidrólisis ácida. A veces se presentan dificultades, debido a que los glucósidos son particularmente resistentes y a que ciertas agluconas se destruyen por calefacción prolongada. (Harborne 1960). Se realiza generalmente manteniendo el glucósido disuelto en metanol, en ebullición con ácido clorhídrico (C1H 1N) durante una hora en atmósfera de nitrógeno (Nordstrom y Swaim 1953), o en su ausencia requiere un tiempo más extenso, como dos horas. Realizada esta operación, ya en frío, la aglucona se extrae con éter. Por si aún existen glucósidos que no se hidrolizan, u otras subs tancias que no sean glucósidos, se realiza una segunda extracción con acetato de etilo. A fin de caracterizar las agluconas en la parte etérea, se reali zan cromatogramas monodimensionales ascendentes con patrones y empleando cuatro tipos de eluyentes distintos: BAW-P/W-Forestal-Bz-A-W. En la «parte acuosa» irán los azúcares y éstos se ponen de ma nifiesto realizando cromatogramas monodimensionales descenden tes, empleando como eluyente específico: una mezcla de BPW, en la proporción 6/4/3, y con patrones de azúcares. Para efectuar esta identificación, es preciso con anterioridad en esta parte acuosa, eliminar la acidez por precipitación del ácido mineral en forma de sal insoluble, resinas cambiadoras de ión (Swain v Nórdstron 1955) o la estracción con n-dioctilmetil-amina al 10% en cloroformo (Harborne 1960 a). En el presente trabaio se utiliza éste último mé todo. La caracterización de los azúcares como ya se indicó por cromatografía en papel y su posición por los datos espectrales. — 190 — Puesto que puede deducirse de los desplazamientos de los máxi mos de absorción del espectro ultravioleta en etanol con diferen tes reactivos (Harborne 1970). XI.—Espectrofotometría. Los flavonoides exhiben máximos de absorción determinados en la región del uv cuya posición varía según la contribución rela tiva a la resonancia de las formas mesómeras, responsables de ellas. Asi pues se estudiaron las dos bandas de absorción de flavo nas y flavonoles en relación a sus estructuras (Jurd y Horowitz 1957). Las diferencias con las isoflavonas, dihidroflavonas, catequi nas, etc., así como las características de absorción de auronas y chalconas (Jurd 1962), también son conocidos los cambios que oca sionan los substituyentes de los anillos A y B. La influencia de la metilación, glucosidación de hidroxilos, en relación con el «grupo carbonilo» (Swain y Nordstrón 1955). La localización de los hidro xilos se establece con relativa seguridad por los desplazamientos de los máximos provocados por la influencia de diferentes reac tivos: Cloruro de aluminio (Horowitz 1957 a), acetato sódico (Jurdy Horowitz 1957), bórico-acetato sódico (Jurd y Horowitz 1957). A fin de obtener buenos espectros es preciso realizar la elución de la mancha del papel cromatográfico, de forma que no se arras tren muchas impurezas del papel porque interferirían la absor ción de los flavonoides en la región del espectro. De éste modo los flavonoides aislados se disolvieron en metanol absoluto caliente (una cantidad aproximada como de 20 mi.) dejando en reposo un tiempo prudencial e inmediatamente se filtra, midiéndose el espec tro frente a metanol absoluto. Las lecturas se hicieron en un espectrofotómetro Zeiss P M O IT, en cubetas de cuarzo y después de añadir los siguientes reactivos: —Cloruro de aluminio — 5 gr. de cloruro alumínico anhidro, se disuelven en 100 mi. de metanol absoluto; de esta disolución se añaden 6 gotas a las cubetas que contienen el problema y el blanco. —Cloruro aluminico-ácido clorhídrico = después de efectuar la lectura con cloruro alumínico se añaden a las cubetas tres gotas de ácido clorhídrico al 33% y nuevamente se lee el espectro. —Mediato sódico = se deja secar previamente el reactivo una hora en estufa a 130° y se añade al problema hasta conseguir una — 191 — disolución saturada, se filtra éste para eliminar el exceso de reac tivo y se lee de nuevo. —Acetato sódico = añadir a la disolución del flavonoide pro blema, un exceso de acetato sódico anhidro fundido, filtrar a los quince minutos, leer a los 10 minutos. —Acido bórico (saturado con metanol) —Acetato sódico = a unos tres cc. de la solución problema se le añaden cinco gotas de ac. bórico, se satura la solución con acetato sódico, se filtra y se lee inmediatamente. Resultados Una vez obtenidos ambos extractos: «acuoso» y «orgánico» a partir de los pétalos de flores de la planta: especie botánica «Genista obtusirramea» L. del modo indicado anteriormente, se reali zaron con ambos los análisis cromatoeráficos correspondientes; los resultados obtenidos fueron los definitivos después de haber realizado en cada uno un número variable de determinaciones cromatográficas a fin de asegurarse de los resultados alcanzados. XII.—Comportamiento cromatográfico de las preparaciones. a) Extracto acuoso. Tomando una pequeña cantidad del «extracto acuoso» (de color ocre-pardo-anaranjado) se disuelve en una parte mínima de etanol de 96° y a partir de esta disolución problema se realizan varios cro matogramas bidimensionales de control (BAW/AW). En ellos apa recen cuatro manchas bien identificadas en el cuadrante inferior derecho, que observadas a la lámpara de luz ultravioleta, sus to nos son obscuros, pero al poner el cromatograma en contacto con vapores de amoniaco aparecen los colores claramente diferen ciados y asi observamos: una de ellas (diferenciadas todas con la letra A y un subíndice): A, de mayor tamaño que las restantes, más o menos ocupando una posición central y de tonos rosados tirando a rojiza, otra A2 un poco más superior en situación, de co lor amarillo intenso; en la parte más inferior (con relación al cen- — 192 — tro del cromatograma), tenemos una de tono anaranjado A3 y por fiji en la parte derecha pero en situación más hacia arriba una de color azul intenso con un matiz verdoso, A4. Tabla de máximos de absorción fundamentales de los flavonoides. Flavonas Flavonoles Isoflavonas Dihidroflavonas Leucoantocionidinas Auronas Chalconas BII (m) 240-270 240-270 250-270 270-290 280 BI (m) 320-350 340-380 300-330Í 320-330Í 350-430 340-390 300-320Í 220-270Í i = inflexión Desplazamientos de los máximos en flavonas substituidas. Reactivos Cloruro alumínico Acetato sódico Etilato sódico Bórico-acetato-sódico Substituyentes 5-OH 3-OH 7-OH 4-OH O-di-OH Desplazamientos medios BI +40 m BU +10 m +10 m +55 m 25 m En principio Aj = por la posición y el color observados podría ser un «glucósido de flavona», A2 — cabría la posibilidad también por idéntica razón que fuera un «glucósido de flavonol», la A3 = podría ser un «glucósido de flavonona». La mancha azulada A4 ocupa una situación que es en la que generalmente se depositan los ácidos. Sin embargo para afirmar estas suposiciones es preciso realizar diversos exámenes. En primer lugar corresponde averiguar si cada una de las manchas pertenece a un solo compuesto o a va rios. Para ello se realizan: cromatogramas en bandas unidimensio nales descendentes con el extracto problema: «bandeos» en el di- — 193 — solvente que nos ha parecido más idóneo para separar mejor las manchas y en éste caso es la mezcla A/W. Estos «bandeos» se reali zaron utilizando la mayor cantidad de extracto problema posible. Una vez eluidos estos cromatogramas y muy bien secos, son ob servados a la luz ultravioleta apareciendo en este caso tres ban das obscuras, que al estar en contacto con vapores de amoniáco aparecen del mismo tono que las manchas anteriormente citadas y más aun, una cuarta banda de tono azul en último lugar y muy intensa. Se procede a separar las bandas, separando y recortando cada una, de tamaño muy finas; se dejan en contacto con etanol de 70° un tiempo prudencial de unas tres a cuatro horas, a fin de que el alcohol pueda extraer las substancias que impregnan el pa pel (que en este caso es Whatman núm. 3 MM, mientras que para los bidimensionales de control se utilizan Whatman núm. 1). El extracto obtenido de cada una de las bandas se vuelven a concentrar en rotavapor y se procede a efectuar un control cromatográfico bidimensional para comprobar si cada banda corres ponde a una sola substancia o a más de una. En el presente caso efectuado este control, cada mancha efectivamente corresponde a un solo compuesto y asi tenemos en cada cromatograma bidimen sional: —Ai mancha única central, obscura observada a la luz ultra violeta. En presencia de vapores de amoniáco se torna anaranjada. Por estos datos de identificación provisional se supone es un glu cósido y parece ser de flavona. Se realiza una hidrólisis ácida durante dos horas. Posterior mente se extrae con éter la aglucona correspondiente y con aceta to de etilo por si parte quedó sin hidrolizar. Se realizaron con el extracto etéreo cromatogramas bidimensionales en primer lugar que corroboran si efectivamente es una flavona, por la posición que ocupa en el mismo y posteriormente los cromatogramas de finitivos unidimensionales ascendentes comparando con diversos patrones y empleando cuatro eluyentes distintos (como se indicó en páginas anteriores). Se miden los valores de «Rf» y en este caso concreto Ax demostró coloración y valor de su' «Rf semejante al de la « Luteolina». Para caracterizar los azúcares correspondientes a esta aglucona (y que con ella forma un glucósido, antes de efectuar la hidrólisis); en la parte acuosa previamente neutralizada su acidez con MNdioctil-metil-amina, se efectúa -una cromatografía unidimensional — 194 — descendente con patrones de azúcares y como eluyente la mezcla específica para ellos: BPW. En este caso el azúcar fué: glucosa. Aii aglucona= luteolina azúcar= glucosa —A2=mancha única situada en parte izquierda del cromatograma, que observada a la luz ultravioleta aparece amarillenta y este color se intensifica en presencia de vapores de amoniaco pre sentando tonalidades amarillo-verdosas por su posición y color se podría decir provisionalmente que se identifica con un glucósido de flavonol. Después de verificar una hidrólisis ácida del mismo modo que en el caso anterior y posteriormente idénticos procesos posterio res tanto con la aglucona (en parte etérea) como con la parte acuo sa: con los azúcares y utilizando patrones en ambos casos se llegó a la conclusión de ser sus características semejantes a la «Quercetina ». A2: aglucona= quercetina azúcares=ramnosa y glucosa —A,=m ancha única situado en parte derecha del cromatograma y un poquito más arriba del centro de éste, a la luz ultravioleta y en presencia de vapores de amoniaco presenta una tonalidad rojiza-anaranjada, por la coloración y situación provisionalmente se puede identificar como glucósido de flavanona. Realizada una hidrólisis como en casos precedentes y posterior mente los mismos procesos de identificación: inicialmente una cro matografía bidimensional que nos confirma que la aglucona se asemeja a una flavanona, ya que con los patrones queda confir mada su naturaleza como Hesperetina y por los valores de «Rf» y las coloraciones. Del mismo modo también se identificaron los azúcares que en este caso resultó ser solamente uno. A3: aglucona=hesperetina azúcar= glucosa —A4=banda de color azul intenso aparecida en el bandeo ini cial, resultó ser ácido clorogénico. En espectrofotometría a la luz ultravioleta (uv). —Aa= su s máximos de absorción en metanol confirmaron su es tructura de «flavona»; presenta un máximo a 350 m.. otro a 260 mu y un mínimo a 310 m ¡j. No existen o por lo menos no se observaron — 195 — variaciones ni desviaciones en los máximos de las curvas corres pondientes en esta substancia problema con los siguientes reactivos y volver a observar en el espectrofotómetro en cada caso: 1.°) C13A1, 2.°) mezcla de C13A1 + ClH, 3.°) metilato sódico, 4.°) acetato sódico, 5.°) mezcla de ácido bórico saturado con metanol. —A2= su s máximos de absorción en metanol confirmaron su estructura de «flavonol». Presenta un máximo a 365 y otro a 268, un mínimo característico a 310 al añadir en varias veces, las subs tancias anteriormente citadas tales como: 1.°) C13A1; 2.°) C13AI 4C1H, 3.°) metilato sódico; 4.°) acetato sódico; 5.°) ácido bórico sa turado. Los máximos no experimentan variación ninguna. —A3= sus máximos de absorción en metanol confirmaron su es tructura de «flavanona» y asi nos encontramos con un máximo a 330 m, otro a 280 m y un mínimo a 315 m. Tampoco experimentan las curvas ninguna variación al añadir la substancia problema los compuestos anteriormente citados. —A4= su s máximos de absorción en metanol: 330, 260 y 235 m mínimos de absorción en metanol: 310 y 240 Extracto acuoso «Datos cromatográficos» Ax (aglucona) A2 (aglucona) A3 (aglucona) a4 80 83 73 60 75 65 85 56 66 46 80 80 56 48 60 70 Extracto acuoso «Reacciones de color » I Substancias uv NH3 At (Aglucona) A2 (Aglucona) As (Aglucona) A4 (Aglucona) B Y B BI Y YG Y B1 II uv III v uv v uv Y YB YB C C V C Y C C Y Y Y IV V — 196 — II = álcalis; III = Rodarriina B; IV = Para-toluen-sulfónico; V = Cloruro de aluminio; B = pardo; C = incoloro; G = verde; Y = amarillo; B1 = azul. Bandas Ai | Reactivos ¡> 1 Máximos de absorción (m) de las substancias aisladas en el extrac to acuoso. As __A,____ ívietdnui 11 I 260 350 768 380-365 280 330 260-232 330 Cloruro de aluminio II I 270 360 275 385-360 240 310 360-222 330 Cloruro de aluminio Acido clorhídrico II I 763 375 265 380-360 230 300 250-223 320 Metilato sódico II I 280 370 270 400-335 235 300 280-225 320 Acetato sódico II I 766 365 265 365 245 310 280 340 Acetato sódico Acido bórico II I 260 370 265 360 243 305 260-235 340 Extracto orgánico Se realizan idénticas operaciones con el extracto orgánico (ob tenido a partir de la extracción efectuada con acetato de etilo) que las verificadas con el acuoso. Partiendo de una mínima cantidad y disolviéndolo en una pe queña cantidad de etanol, se realizan en principio con esta disolu ción: cromatogramas bidimensionales de control, empleando como mezcla eluyente BAW/AW y una vez secos, después de desarrolla dos. Son observados a la lámpara ultravioleta donde podemos dis tinguir siete manchas bien delimitadas. En ellas la óptima separa ción es debida al eluyente A/W, por tanto los bandeos que se reali zarán posteriormente se desarrollarán en esta mezcla, utilizando también la mayor cantidad de extractos orgánicos problema, al ser depositado en el cromatograma. Con los bandeos se logra una per fecta delimitación de cada substancia a investigar y en el caso que nos ocupa: aparecen claramente siete bandas. Se procede a una comprobación posterior de cada una, para ver si efectivamente co rresponde a un solo compuesto o a varios asociados. — 197 — Con el extracto obtenido de cada una de ellas, se vuelven a rea lizar cromatogramas bidimensionales a fin de lograr la máxima pureza en cada una de ellas y asi al final nos encontramos con siete compuestos que en el presente caso designa con la letra B y un correspondiente subíndice, a fin de diferenciarlas de los com puestos pertenecientes al extracto acuoso que nombraremos con la letra A. —B x =se observa a la lámpara de la luz ultravioleta y es una mancha alargada de tono amarillento situada en la parte izquier da del cromatograma bidimensional ascendente (JtJAvV/AW). Con vapores de amoniáco se torna más amarillenta y adquiere un tinte verdoso. Por su posición y con ios reveladores correspondien tes utilizados, surgen las reacciones de color. Parece ser se trata de un glucósido de flavonol, la mancha que observamos es única, no es preciso rebandear. Efectuada la hidrólisis correspondiente, una vez extraida con éter la aglucona, se averigua primero realizando cromatogramas bidimensionales de control. En el presente caso parece ser se trata de un flavonol. En la parte acuosa (privada ésta de la acidez pre viamente), se investigan los azucares también utilizando patrones para comparar al igual que en el caso anterior. Aquí podemos in dicar que el flavonol parece ser por el valor de su «Rf» y su co loración el más semejante a kaenferol. Los azúcares que se combi nan con la aglucona, para formar el glucósido completo, en este problema son dos: glucosa y ramnosa. B i: aglucona= kaenferol azúcares= glucosa y ramnosa —B 2= mancha situada en la parte izquierda del cromatograma bidimensional ascendente (BAW/AW) pero en una posición un po quito más alta que la B x, pero la diferencia es mínima, a la luz ultravioleta presenta un color amarillento-anaranjado, por la ac ción de los vapores de amoniaco adquiere un tono más vivo. Por la acción de las substancias empleadas como reveladores observa mos las reacciones de coloración y por su posición parece que se ría un glucósido de flavonol. La mancha es única, por tanto no hace falta rebandear. Después de realizada la hidrólisis correspon diente, extrayendo con éter la aglucona, por medio de patrones, se pudo averiguar que la aglucona se asemejaba al igual que en la Bx con el kaenferol, por su valor de Rf y por su tonalidad. — 198 — En la parte acuosa se identificó un azúcar: glucosa. B 2: aglucona= kaenferol azúcares= glucosa —B 3=m ancha de tono azulado, observada a la luz ultravioleta, que generalmente poseen un matiz verdoso, este tono verdoso-azu lado se intensifica en contacto con vapores de amoniáco. Entre los reveladores empleados podemos decir que el cloruro de aluminio es el que mantiene esta coloración anteriormente observada. Por su posición y valores de Rf asi como por las coloraciones, parece que podría ser un glucósido de isoflavona una vez que se efectuó un rebandeo y posterior cromatografía bidimensional de control con el extractó obtenido en el mencionado rebandeo, se ha pensa do que es un solo compuesto químico. Posteriormente al efectuar una hidrólisis del mismo, comparando el extracto etéreo en el que irá la aglucona con patrones de isoflavonas y otros, se ha identi ficado ésta como: «genisteina» y en la parte acuosa el azúcar co mo glucosa. B 3: aglucona= genisteina azúcar= glucosa —B 4=m ancha única central observada en el cromatograma bi dimensional descendente, a la luz ultravioleta aparece obscura, pues ta en contacto con vapores de amoniáco, se intensifica su color y adquiere un tono anaranjado, parece ser que en muchos aspec tos y por las medidas de su «Rf» y coloración con reveladores, coin cide en muchos aspectos con las características presentadas por la Ax en el extracto acuoso; podría ser: un glucósido de flavona. En este caso se trata de un solo compuesto vistos los resultados obtenidos, después de realizado un rebandeo y posterior cromatograma bidimensional de control. Una vez realizada la hidrólisis co rrespondiente e investigada (por medio de cromatogramas unidi mensionales ascendentes con varios pares de eluyentes), la agluco na utilizando patrones, se identificó como luteolina y el azúcar uni do a ella, se observó por medio de patrones que se asemejaba a la glucosa. B 4: aglucona= luteolina azúcares= glucosa —B 5=mancha única situada en el lado superior del cromatograma bidimensional (BAW/AW) «ascendente, más bien un poco — 199 — desplazado del centro a la izquierda, su tonalidad es amarillenta y en contacto con vapores de amoniáco se intensificó el tono ad quiriendo un tinte verdoso, idéntico comportamiento se observa al ser pulverizado el cromatograma con las substancias indicadas como reveladoras, este color amarillento se intensifica. Podría ser por sus reacciones de color y posición un glucósido de flavonol. Una vez efectuada la hidrólisis de este compuesto, extrayendo con éter la «aglucona», ésta se ha tratado de identificar con patro nes y se observa en este problema una gran semejanza con la «quercetina». En la parte acuosa como en anteriores problemas, privada de su acidez, también se investigan los azúcares con pa trones y quedan identificados como ramnosa y glucosa. B 3: aglucona= quercetina azúcares= ramnosa y glucosa —B6=mancha situada un poco por encima del centro del cro matograma bidimensional, zona superior derecha. De un tono ro jizo a la luz ultravioleta al ser observada, en presencia de vapores de amoniaco adquiere un matiz más anaranjado. Pulverizada con varios reactivos, destaca que con P-toluensulfónico presenta: un color obscuro y con rodamina-B: adquiere un tono violeta sobre el fondo rosa del reactivo. Todos estos detalles y su posición nos inducen a pensar sería un glucósido de flavanona. También por sucesivos rebandeos y posterior cromatografía bidimensional as cendente, se llegó a la conclusión de que se trata de un solo com puesto químico. Realizada una hidrólisis ácida como en casos an teriores, extraída la aglucona con éter, por posteriores determina ciones se llegó a la conclusión que la aglucona por su color, valor de Rf, etc., se identificaba como hesperetina. En la parte acuosa privada de la acidez, el azúcar identificado parece ser la glucosa. B #: aglucona= hesperetina azúcar= glucosa —B7=mancha única de tono azul muy vivo observada en el extremo superior derecho del cromatograma bidimensional ascen dente, realizado con el extracto aislado del bandeo correspondien te a la última banda identificada como B 7, el color se intensifica con vapores de amoniaco. Podemos decir que encontramos seme janza con la A4 obtenida en el extracto acuoso. El extracto B7 se hidrolizó por si era glucósido. Pero parece ser se trata de un ácido — 200 — y por medio de patrones utilizando cromatografía unidimensional ascendente empleando varios pares de disolventes se pudo com probar que el problema se identificaba con el ácido clorogénico. Datos espectrofotométricos relativos a sus curvas de absorción. En el espectrofotómetro «Zeiss» a la luz ultravioleta se hicie ron las lecturas de sus máximos, en cada uno de los problemas de que consta el extracto orgánico. —B x: sus máximos de absorción en metanol confirmaron su estructura de «flavonol». Presenta máximos de 365 y 268 mjjty mí nimos de 300 mu —B 2: sus máximos de absorción en metanol confirmaron la es tructura de un «flavonol». Las medidas de sus máximos se corres ponden con 368 y 266 m¡j- y mínimos de 310 m. ^ —B 3: los máximos de absorción en metanol observados en el espectrofotómetro confirman su estructura de isoflavona se corres ponden con: 330 y 262 m;¿ aparece a 360 mu- un mínimo. —B 4: observadas en el espectrofotómetro sus máximos de ab sorción que corresponden a 350 y 260 Estas medidas reafirman que su estructura corresponde a una flavona, se lee un mínimo que aparece claramente al descender la curva a 310 m¡j. —B 5: s u s máximos de absorción en metanol confirmaron su estructura de flavanol al efectuar la medición en el espectrofotó metro y presenta uno a 380 y 350 m )JLy otro a 268 m uasí como un mínimo a 310 m¡jt. —B6: en esta substancia los máximos de absorción medidos en metanol confirmaron su estructura de «flavanona» y asi aparece un máximo a 330 mui otro a 280 m,,r así como un mínimo a 319 m ru —B 7: presenta máximos a 330, 260 y 235 m ^y mínimos a 310 y 240 ro u — 201 — Extracto orgánico «Datos cromatográficos» Substancias BAW BzAW F/W Forestal 82 83 54 78 65 85 56 57 60 70 80 83 73 60 65 55 80 56 48 60 70 58 55 76 66 46 80 80 B x (aglucona) B 2 (aglucona) B 3 (aglucona) B 4 (aglucona) B 5 (aglucona) B6 (aglucona) B 7 (substancia) Extracto orgánico «Reacciones de color» Sustancias uv I NH3 II uv 111 v Bi (aglucona) B2 (aglucona) Bs (aglucona) B4 (aglucona) B5 (aglucona) B6 (aglucona) Y YG Y YG Pp-Yp Y-Bl B Y Y YG B Y YB YB Gp Y YB YB C C — 11=álcalis III=rodam ina B IV=para-toluen-sulfónico V=cloruro de aluminio B =pardo B l=azul C=incoloro d=obscuro G=verde O= naranja P=púrpura p=pálido Y = amarillo c c V IV V uv v uv v Y Y — C Y C Y Y — C — — Y Y YG Y Y Y Y Y YG YG — — — 202 — Máximos de absorción (m¡x) de las substancias aisladas en el extrac to orgánico Reactivos Metanol Cloruro de Aluminio C. de aluminio A. clorhídrico Metilato sódico Acetato sódico Acetato sódico Acido bórico Bandas Bx II I II I II I II I II I II I 268 365 265 368 268 368 268 350 265 368 266 365 2 b 266 368 262 370 268 370 270-235 400 265-230 368 260-235 370 262 330 273 300 270 325 265 360 270 369 250 370-320 b 3 Máximos de absorción (m ja) de las substancias aisladas en el extrac to orgánico Reactivos Metanol Cloruro de Aluminio C. de aluminio Acido clorhídrico Metilato sódico Acetato sódico Acetato sódico Acido bórico Bandas B4 II I II I II I II I II I II I 260 350 270 360 273 365 280 370 260 365 260 365 Bñ 268 380-350 270 385-350 265 385-350 270 400-335 265 355 265 360 Be b7 280 330 240 310 230 300 235 300 245 310 243 305 260-235 330 260-220 330 250-220 320 280-230 360 280-235 340 265-234 340 — 203 — RESULTADOS Se comparan cromatográficamente los dos extractos obteni dos, a partir de los pétalos de flores de la especie Botánica: Ge- nista obtusirramea. «El acuoso» y el de «acetato de etilo», en el de acetato de etilo aparecen siete manchas, en el acuoso se detec taron solamente cuatro manchas, que se correspondían con otras cuatro del extracto de acetato de etilo. Las diferentes substancias se aislaron por desarrollo cromatográfico en Acético-agua (A/W) y Butanol-Acético-Agua (B/A/W); por el desarrollo en A/W del extracto de acetato de etilo efectuado en banda y siendo el cromatograma descendente, se obtuvieron sie te bandas; efectuado el mismo procedimiento con el extracto acuo so aparecieron cuatro bandas, que se correspondían con las cua tro últimas de las siete anteriores. Posteriormente una vez aisladas las diversas substancias, a fin de identificarlas cada una por separado, se emplearon otros eluyentes tales como: Benceno-Acético-Agua (B/A/W), Fenol saturado de agua (F/.W), Clorhídrico-Acético-Agua (Forestal), y el eluyente ya citado (B/A/W); en cada eluyente por las medidas del Rf co rrespondiente a cada una de las manchas, color, fluorescencia, po sición, etc., se logró su identificación definitiva. Verificada la hidrólisis ácida en cada uno de los extractos per tenecientes a cada mancha, se averiguó que la mayor parte de ellos eran glucósidos. Posteriormente efectuada la medida en el espectrofotómetro, de los espectros de absorción correspondientes a cada una de las substancias, como se explicó en páginas anterio res, quedaron todas ellas identificadas. Utilizándose también para ello la ayuda de patrones, tanto de glucósidos, como de agluconas y azúcares. Extracto Orgánico: (Acetato de etilo): B ,: Aglucona= Kaenfe rol Azúcares—Glucosa y Ramnosa Kaenferol-3 Ramno-glucósido B 2: Aglucona=Kaenferol Azúcar= Glucosa — 204 — Kaenferol-3-glucósido B 3: Aglucona=Genisteina Azúcar= Glucosa Genistin-3-glucósido B 4: Aglucona=Luteolina Azúcar= Glucosa Luteolín-1 -glucósido B 5: Aglucona=Quercetina Azúcares=Ram nosa y Glucosa Quercetín-3-ramnoglucósido B 6: Aglucona= Hespe re tina Azúcar= Glucosa Hesperetín-3-glucosido B7: Acido Clorogénico (Ausencia de Azúcares) Extracto Acuoso : Ax: Aglucosa=Luteolina Azúcar= Glucosa Luteolín-1-glucósido A2: Aglucona=Quercetina Azúcares=Ram nosa y Glucosa Quercetina-3-Ramnoglucósido A3: Aglucona= Hespe retina Azúcar= Glucosa Hesperetin-3-glucósido A4: Acido Clorogénico (Ausencia de Azúcares) — 205 — DENSIDAD OPTICA A. *» I -------------------------- MEDIDAS CN M CTANOL ----------------------------III ............. IV * * * »* • ♦ ♦ * * .. .. CU3RURO DC ALUMINIO " . . . . . . . .. + ACIOO C U X H IO H IC O M C T IL A T O SOOICO — 206 — — 207 — — 208 — BIBLIOGRAFIA B a k e r , M ., H a r b o r n e , J . B . y O l l i s , W. D . (1953).— J . C h e m . S e e . 1864. B a t e- S m it h , E. C. (1948).— N ature 161, 835. B a t e - S m it h , E . C. (1956).— S e i. P ro c . R o y . D u b lin . S o c . 27-165. L. (1962).— J. P har B e l g 17-213. R. H. (1951).— J. Chem Soc. 3136. C o s t - F l o r a E u r o p e a .— Tom o II. 213-1937. París. C u r t z e y H o l l a n d , W. (1967).— D eutsch-A poth-Z G t-107, 147. D e a m , F. M. (1963).— “N atu rally O ccurring O xygen R ing C om pounds”. B u t terw orts. London. D o w n s , R. J. (1964).— J. W arch, A cad. Sei. 54, 112. E n d r e s - H y H ö r m a n n , H . (1963).— A n gew Chem. 75-288. F e r n a n d e z , M. (1971).— F lavon oid es p rin cip ales v a ried a d es de E scilas e s pañolas. P u b lica cio n es F acultad de C iencias. M adrid. F l o y d , E. (1955).— En J . 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